Trump condena a Cuba pero cierra la puerta a muchos que intentan huir
CIUDAD JUÁREZ, México — El hotel cobraba por hora, pero los
dos jóvenes cubanos, sucios, hambrientos y aturdidos después de ser liberados
de la detención en Estados Unidos y regresados a México, no tenían a dónde más
ir.
La pareja y algunos otros cubanos detenidos con ellos
reunieron algunos pesos arrugados que los funcionarios estadounidenses les habían
devuelto en bolsas Ziploc junto con avisos para comparecer ante el tribunal.
Juntos, se apiñaron en una habitación en un piso superior con un único colchón
sucio en el Hotel Sevilla.
Podrían tener que esperar seis meses para ver a un juez de
inmigración de Estados Unidos al otro lado de la frontera en El Paso. Y se
enfrentan a posibilidades cada vez menores bajo el mandato del
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