Telados

Chapter 1. Pases

Se tendrá que poner en estas cajas, deberá de sentarse en la caja de cartón que he preparado en este rincón, parece que la caja resistirá de romperse cuando se ponga encima, los abrigos que hay dentro le ayudarán a sujetar, espacio, tenemos para estirar las piernas, y he puesto esta pequeña caja de madera por si tenemos que posar algo encima, nos arreglaremos en esta improvisada sala.

Me acerco a mirar a la ventana, y observo que suena el timbre, voy a abrir la puerta.

—¿Qué tal? - al abrir saludo.

—¿Qué cuentas? - me devuelve el gesto.

—Aquí me tienes - le dejo pasar sonriendo.

—¿Cómo tienes esto? - pasa para adentro comentándome.

—Sí, ponte por allí, he dejado prepararado aquello - le señalo indicándole.

—Vale, estaremos bien - se dirige hacia agradablemente.

Nos situamos en la cajas que he preparado junto a la ventana, saco un par de refrescos para estar más a gusto mientras charlamos, me pongo sentado en una de las cajas mientras él ya está sentado en la otra. Le acerco la bebida mientras me siento.

—Bueno ¿Y cómo están las cosas? - doy un sorbo cuando le digo.

—Bien, mañana te pasas y empezamos, ya tengo un par de coches para que les eches un vistazo, tienes tiempo, tienen bastante - me observa comentándome.

—¿Cuáles son? - me intereso preguntándole.

—El Drum sx, y el Bans fl - toma un sorbo de su bebida respondiéndome.

—Bien - asintiendo seguro le respondo.

—¿Los manejas bien, no? - dándolo por hecho me pregunta.

—Sí, sin problema - le vuelvo a asentir con seguridad contestándole.

Me iban a dar trabajo, pero sabía manejarme bien con ellos.

—Pues eso Kuyr, de momento eso - toma de su bebida queriendo dejarme tranquilo - Bueno, pues está bien el piso este, no vas a estar mal - me observa dejando el refresco diciéndome.

—Sí, suficiente, está bastante bien, además me gusta la zona, parece de gente tranquila - observo para la ventana comentándole.

—Pensaba que en este par de meses ya tendrías todo instalado - observando también la ventana me dice.

—Sí, lo estoy haciendo con tranquilidad, poco a poco - me entretengo viendo a algunos pasar hablándole - Oye, Bres, ¿Vas a querer comer algo? - le miro ofreciéndole.

—No, no te preocupes, me tengo que marchar ya, era por hacerte una visita - revolviéndose un tanto me habla.

Veo que se queda un poco callado.

—No sé Kuyr, … ¿Crees que lo de los pasamanos las escaleras es normal? - se sitúa con la mano en la barbilla pensante algo en éxtasis.

—¿Los pasamanos que han puesto cerca del taller? - le veo preguntándole.

—Sí,... Esos,... - reflexivo me habla de ellos.

—Sí, no estaban muy bien antes - le digo.

—No sé,... Saben que nos han quitado un sitio que usábamos para los coches,... - calmado pero con la mirada encendida me dice.

—No sé, quizás si que pienses que ahora está mejor, sí, será para que la gente pase mejor por allí – le digo intentando tranquilizarle.

—Sí,... - me dice.

Es lo que tiene Bres, como jefe mío me entiendo bien con él, pero tiene un carácter algo particular.

—Bueno,… Tengo que marcharme,... - se incorpora levantándose y hablándome.

Me quedo sentado observando, se pone en pie y camina hacia la puerta de la casa.

—Bueno, mañana nos vemos - se da la vuelta despidiéndose y abriendo la puerta.

—Hasta mañana - le levanto el brazo despidiéndole para ver como cierra.

Mis días en este lugar de momento están siendo gratos.

A la mañana siguiente, no tardo demasiado en presentarme en el taller, en él estoy trabajando toda la mañana, me puse con el Drum sx, a media mañana, Bimal, se vino a hacernos una visita como está siendo costumbre desde que llegué.

—¿Qué tal, Kuir? - se abre paso por el taller viniendo a hablar conmigo.

—Hombre, ¿Qué tal? - saco la cabeza del Drum y me incorporo a saludarla - ¿Cómo van las cosas en las limpiezas? - le digo.

—Bien,... Pedidos,... Pedidos,... Y más pedidos,... - se apoya en un coche de cerca mío y se desahoga.

—¿Y tú, qué tal aquí? - me pregunta.

—Bueno,... Con está máquina - la observo respondiéndola.

—Está bonito ¿A ver si voy a cambiar de coche? - contempla el vehículo comentando - ¿Está en venta o ya tiene dueño? - me dice.

—Pues creo que se va a poner a la venta, el coche va a quedar en buen estado, todavía le queda, pero va a quedar muy bonito - me apoyo en el propio coche y le digo mirándolo.

—Bueno, ya veremos,... - separándose del coche se incorpora diciéndome.

La observo.

—Ale, me voy, voy a seguir con lo mío - se da la vuelta y me dice marchándose.

—Vale - la digo.

Para eso de la media mañana, salgo a un bar cercano a comer algo. Me siento en una mesa, y como y bebo algo observando por la ventana.

—¿Qué te cuentas? - entrando por la puerta me saluda Runsa.

—Nada aquí comiendo algo - le miro y digo.

—Bueno, pues a ver lo que pasa hoy – me dice.

—¿A dónde vas hoy? - doy un bocado y le pregunto.

—A Sagon, a ver a unos que me han llamado para hacerles unos presupuestos - se cruza de brazos hablándome.

—Bueno, tampoco está muy lejos, ¿No? - le digo preguntándole.

—No, creo que voy a tener un día agradable - con cara de tranquilidad me cuenta.

Se levanta y se pide una bebida para volverse a sentar, según lo hace, le da un buen trago.

—¿Vosotros, qué tal? - me pregunta.

—Bien, Bres está trayendo bastantes coches, no nos va a faltar tarea -le digo observando a algunos entrar al bar.

—Bien, eso está bien - asiente comentándome.

Nos quedamos en silencio mirando por la ventana unos instantes. Él se gira hacia su bebida y se la acaba.

—Bueno, si te parece, me voy a ir yendo para allí, a ver si les hago eso - se va poniendo en pie.

—Vale, Runsa - le observo levantarse.

—Bueno, hasta luego - camina para marcharse despidiéndose.

—Hasta luego - le digo.

Me acabo lo que tengo encima la mesa, y vuelvo para el taller poniéndome con los arreglos del coche.

Me pongo con aquello quedándome sólo porque Bres se había ido, y paso toda la mañana con ello, cuando llega el mediodía, vuelvo a parar, como ya venía haciendo por varios días, me voy a echar un visita, a Kelton, un cliente con el que he hecho relación en este tiempo, paso a su tienda de fontanería, y charlo un poco con él aprovechando que a esta hora apenas tiene clientes.

—¿Cómo va el día? - me apoyo en la puerta saludándole.

—Bien, con mucha gente, menos mal que ahora está todo más tranquilo - sentado en su mesa me mira comentándome - ¿Qué?¿Qué se nos cuenta, Bres? - sonrie preguntándome.

—Casi no he estado con él, ha estado en el despacho, y