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CUATRO GRANDES PASAJES CRISTOLOGICOS


Parte 2: EL PROLOGO DEL EVANGELIO DE JUAN_2

Juan 1:1-18
1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
2 Este era en el principio con Dios.
3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue
hecho.
4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
6 Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.
7 Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos
creyesen por él.
8 No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.
9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.
10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.
11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad
de ser hechos hijos de Dios;
13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad
de varón, sino de Dios.
14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria
como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
15 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que
viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.
16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.
17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por
medio de Jesucristo.
18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le
ha dado a conocer.

Con respecto a Jesucristo, la Biblia afirma su plena deidad y su perfecta humanidad en


una sola persona. Este fenómeno es difícil de comprender y de explicar. Pero para hacer
justicia a los datos bíblicos es preciso seguir y sostener tres hilos importantes de
doctrina acerca de Cristo:

1. La realidad de sus dos naturalezas


2. La integridad de sus dos naturalezas; y
3. La unión de estas dos naturalezas en una misma persona, pero sin mezcla.

Existen cuatro pasajes en cuatro libros del nuevo testamento conocidos como los cuatro
grandes pasajes cristológicos, estos cuatro libros son: 1) el evangelio de Juan 2) La
epístola a los filipenses 3) la epístola a los colosenses y 3) la epístola a los hebreos y los
cuatro grandes pasajes cristológicos son en su orden:

1) Jn 1:1-18
2) Fil 2:6-11
3) Col 1:15-23; 2:9-10
4) Heb 1:1-4

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Spiros Zodhiates, plantea en su libro “Cristo era Dios” la extraordinaria pregunta


de Mt 22:42: "¿Qué pensáis del Cristo?". Esta sencilla pregunta que Jesús hiciera
a los fariseos, en su tiempo, nos plantea a todos, hoy en día, un gran dilema. Si
Jesús no fue todo lo que él afirmó ser, entonces estaba desequilibrado
mentalmente o fue el más grande embustero que jamás haya existido. Debemos,
ya sea aceptarlo como Dios hecho manifiesto en la carne, o rechazarlo como
aquel que afirmó ser lo que no era, y realizar lo que sólo Dios podía hacer. Estos
temas sobre los cuatro grandes pasajes Cristológicos, tienen el propósito de
ayudarle a usted a tomar esta importante decisión. Usted tiene el deber consigo
mismo de examinar la evidencia y decidir por si mismo.

La franqueza intelectual nos exige a todos estudiar la historia, o los antecedentes,


cuidadosamente y sin predisposición.

Una de las secciones más importantes de esa historia es Juan 1:1-18, esta porción de las
Escrituras, conocidas como el prólogo del evangelio de Juan, la hemos venido
estudiando todos los lunes en esta Escuela Bíblica. Si esta sección se entiende, la
historia del resto del Nuevo Testamento, en cuanto a la preexistencia del niño de Belén,
su vida, muerte, resurrección, ascensión, y su ministerio después de la ascensión será
comprendida más claramente.

Siguiendo la exégesis de la colección teológica contemporánea, en los estudios Bíblicos


de León Morris, nos toca examinar los versos 3 y 5 del capítulo 1 del evangelio de Juan:

EL VERBO Y LA CREACIÓN (1:3-5)


3
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
4
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
5
La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella

La traducción literal del texto original dice:


3
Todas las cosas fueron hechas por medio de Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho,
fue hecho.
4
En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
5
Y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron.

No es casualidad que Juan pase del comentario de la relación entre el Verbo de Dios y
Dios a hablar del fenómeno de la Creación. En palabras de Cullmann: «La revelación de
Dios ocurre por primera vez en la Creación. Por eso, la Creación y la Salvación están
tan íntimamente relacionadas en el Nuevo Testamento. Las dos tienen que ver con la
revelación de Dios". Al desarrollar el tema del Logos, es natural que el siguiente paso
sea hablar de la revelación en la Creación.

En el verso 3 “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido
hecho, fue hecho” se pasa de la relación del Verbo con el Padre, a la relación del Verbo
con la Creación. Se afirma que todas las cosas fueron creadas por Él. Aquí se refiere a
todas las cosas, de forma individualizada, y no a todo el Universo como totalidad

La partícula verbal "fueron hechas" no quiere decir tanto "fueron creadas", sino más
concretamente "empezaron a existir". Pero en este contexto la diferencia no es muy
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importante. Juan está diciendo que todo le debe la existencia al Verbo. C. H. Dodd dice
al respecto: "Toda la Creación es una revelación del pensamiento o del propósito de
Dios". Una aclaración importante respecto a esto es que El prólogo dice que todas las
cosas fueron hechas por medio del verbo; no afirma que el Verbo puede ser reconocido
por medio de todas las cosas.

Obsérvese que no dice que todo fue hecho "por" Él, sino "por medio" de Él. Así, queda
claro que el Padre es la fuente de todo lo que existe.

La relación de las dos primeras personas de la Trinidad en el proceso de la creación es


muy interesante. Vemos que los escritores bíblicos tienen un cuidado especial en
diferenciar entre la función del Padre y la del Hijo, como por ejemplo cuando Pablo
afirma en:
l Co. 8:6 “para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual
proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por
medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él”

La Creación no es la obra solitaria de uno o de otro. Ambos actúan (y, de hecho, aún
están actuando como lo afirma:
Jn 5:17, 19 “17Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.
19
Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el
Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que
el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente”

El Padre creó, pero lo hizo "por medio" del Verbo.

Una característica del estilo del apóstol Juan es la enunciación de una proposición en
forma afirmativa, seguida de la misma proposición en forma negativa. Y lo vemos ya en
nuestro pasaje.

La segunda expresión es enfática, y podríamos traducirla así: "Ninguna cosa fue creada
sin É1".

Aquí se incluye a toda la Creación. Nada queda fuera del alcance de su actividad.
Vemos que hay un cambio de tiempo verbal. "Fueron hechas" (aoristo) engloba a la
Creación en su totalidad, como un solo acto, pero "ha sido hecho" es perfecto, esto
significa que implica la existencia continuada de las cosas creadas, es decir, lo que
ahora vemos a nuestro alrededor no ha empezado a existir fuera del Verbo, exactamente
igual que las cosas que empezaron a existir en aquel primer día.

Quizá, al intentar entender la declaración enfática sobre la función exclusiva del Verbo,
deberíamos tener en cuenta algunas ideas contemporáneas. Algunos piensan que Juan
escribió en parte para oponerse al gnosticismo.

Leon Morris no cree que esto pueda demostrarse, porque según la información que se
tiene, el gnosticismo, al menos en su forma establecida, apareció mucho más tarde que
cualquiera de las fechas que se le han atribuido al Evangelio de Juan. Pero el
gnosticismo no apareció de repente. Se trata de un movimiento ecléctico, que unió ideas
de diversas fuentes. Incluso es probable que ya en la época de Juan hubiera quienes
concibieran la Creación según más adelante harían los diferentes sistemas gnósticos
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(aunque no hay pruebas contundentes de ello), que veían la materia como algo
inherentemente malo. Por lo que era imposible que el buen Dios tuviera algo que ver
con ella. Pero se creía que de Dios surgieron varias "emanaciones" de seres espirituales,
hasta que por fin apareció uno lo suficientemente poderoso como para crear por un lado
y, por otro, lo suficientemente ignorante como para no darse cuenta de que lo que estaba
haciendo era un error. Juan rechaza todas estas ideas.

El comentario Bíblico siglo 21 considera que la parte tomada por Cristo en la creación
es un tema que se reitera muchas veces en el Nuevo Testamento. Tal énfasis excluye las
ideas gnósticas de intermediarios en el proceso de la creación que hubieran sido
designados para proteger a Dios de contaminación con un mundo esencialmente malo.

El mundo existe porque Dios mismo ha actuado por medio de su Pa1abra. Para Temple,
el pensamiento de la creación por medio del Verbo es la expresión de la convicción de
"que todas las cosas son en su medida una expresión de esa Voluntad que sostiene,
moldea y guía todas las cosas, de modo que la unidad del mundo, el principio de
coherencia racional, es la revelación de la Personalidad Divina"

Lutero usa este versículo 3 “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que
ha sido hecho, fue hecho” para defender la divinidad de Cristo, Lutero dijo: "Si Cristo
no es el Dios verdadero, nacido del Padre en eternidad y Creador de todas las criaturas,
nos espera un destino fatal (…) necesitamos un Salvador que sea verdaderamente Dios
y Señor por encima del pecado, la muerte, Satanás y el infierno. Si permitimos que
Satanás derrumbe esa nuestra fortaleza, haciéndonos dudar de su divinidad, entonces su
sufrimiento, muerte y resurrección ya no nos sirven para nada".

El Universo no es eterno, ni es la creación de un ser inferior ignorante. Este mundo


es el mundo de Dios.

El verso 4 “En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”. Nos encontramos
aquí con un problema de puntuación. Sería posible unir las últimas palabras del
versículo 3 anterior a las primeras palabras de este versículo para obtener algo como "lo
que ha sido hecho era vida en Él", o "lo que ha sido hecho en Él era vida".

En los manuscritos más antiguos no hay, o apenas hay, signos de puntuación, por lo que
ambas lecturas son posibles. Vale la pena destacar que los primeros manuscritos que
contienen signos de puntuación suelen colocar el punto antes de las palabras polémicas,
es decir, no en el versículo 3, sino en el versículo 4. Así lo hacen también otras
autoridades antiguas, ya sea en traducciones a otras lenguas, o en citas que aparecen en
los primeros escritos de la iglesia.

Westcott dedica bastante espacio a citar las principales autoridades y acepta la división
de estas frases. Según él, el significado es el siguiente: "La Creación no tiene 'vida en sí
misma', pero tuvo y tiene vida en el Verbo"

Esta ausencia de puntuación en los manuscritos originales empezó a usarse para apoyar
interpretaciones heréticas, un ejemplo de estas interpretaciones heréticas se puede ver en
que algunos interpretaban que el espíritu santo había sido creado por el Hijo.

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Debido a esto se empezó a adoptar la puntuación que conocemos hoy en día. De esta
manera nos llega la construcción de los versículos 3 y 4.

A pesar de todas las dudas, parece ser que ésta es la mejor manera de interpretar el
texto; el punto debería ir después de las palabras que venimos hablando, para que éstas
formen parte del versículo 3, con lo que se puede leer como ya dijimos:.

"lo que ha sido hecho era vida en Él", o "lo que ha sido hecho en Él era vida".

Si el texto queda así, en el versículo 4 tenemos una declaración con mucha fuerza “En
Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”.

Es muy natural que las palabras anteriores formen parte del versículo 3, y son parte de
la construcción de ese énfasis al que se llega en el versículo 4.

Barrett va bastante lejos y llega a decir que las dos traducciones que propone la teoría de
la división ("lo que ha sido hecho era vida en Él", o "lo que ha sido hecho en Él era
vida") «no puede decirse que sean extrañas».

Que el Verbo es la fuente de vida es una idea típica de Juan. Pero que todo lo que ha
sido hecho es vida, no; aunque añadamos "en Él".

Si seguimos con la división habitual de los versículos, es decir,


3
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
4
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

Entonces pasamos de la creación en general a la creación de la vida, el elemento más


importante.

La vida es uno de los conceptos característicos de Juan: usa esta palabra 36 veces,
mientras que en ninguno de los otros escritos del Nuevo Testamento aparece más de 17
veces (Apocalipsis, 17 veces; Romanos, 14; la Juan, 13).

Así que más de un cuarto de las referencias neotestamentarias al concepto de "vida"


aparecen en nuestro evangelio.

"Vida", en Juan, suele referirse a la vida eterna, el don de Dios a través de su Hijo.

La afirmación de Juan de que el Verbo era vida es una secuencia lógica de su actividad
creadora. Esta idea es básica para este Evangelio y se destaca en la afirmación del
propósito del libro en Jn 20:31, o sea que el lector puede tener vida por medio de él
Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y
para que creyendo, tengáis vida en su nombre

Para comprender la vida y misión de Jesús con mayor amplitud, todo lo que tenemos
que hacer es estudiar los Evangelios. Juan nos dice que en su Evangelio hay solo
algunas de las muchas señales que hizo Jesús en la tierra. Pero lo que está escrito es
todo lo que nos hace falta saber para creer que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, por
medio del cual recibimos vida eterna

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Continuando con el estudio del verso 4 del capítulo 1, debemos tomar este concepto de
vida en su sentido más amplio.

La única razón por la que hay vida en las cosas que hay sobre la Tierra es porque hay
vida en el Logos. La vida no existe por sí misma. Ni siquiera dice que ha sido creada
"por" o "por medio de" el Verbo, sino que existe "en" Él.

Quizá aquí nos encontramos con el doble sentido tan característico de Juan. La vida de
la que Juan habla es, en primera instancia, el tipo de vida que encontramos en la Tierra,
pero esto nos lleva a pensar en la vida espiritual, que es tan importante que Juan puede
hablar de ella como “la vida” o como dice la NVI: "esa vida".

No podemos olvidarnos de ninguno de los dos sentidos. El evangelio de Juan


constantemente asocia la vida con el Verbo.

Éste verbo, Cristo, vino para que la gente pueda tener vida, y pueda tenerla en
abundancia (Jn 10:10).
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que
tengan vida, y para que la tengan en abundancia

Este verso 10 Expresa que en contraste con el ladrón que viene para arrebatar la vida,
Jesús da vida. La vida que Él da ahora es abundantemente más rica y plena. Es eterna y,
sin embargo, comienza de inmediato. La vida en Cristo se disfruta en un plano más
elevado debido a su sobreabundante perdón, amor y dirección. Nuestra pregunta
obligada ante esto es ¿Has aceptado la vida que te ofrece Cristo?

El evangelio de Juan también plantea que este verbo, Cristo, murió para que la gente
pueda tener vida eterna (Jn 3:16).
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para
que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna

Todo el evangelio se centra en este versículo. El amor de Dios no es estático ni egoísta,


sino que se extiende y atrae a otros a sí. Dios establece aquí el verdadero molde del
amor, la base de toda relación de amor. Si uno ama a alguien profundamente, está
dispuesto a darle amor a cualquier precio. Dios pagó, con la vida de su Hijo, el más alto
precio que se puede pagar. Jesús aceptó nuestro castigo, pagó el precio de nuestros
pecados, y luego nos ofreció una nueva vida que nos compró con su muerte. Cuando
predicamos el evangelio a otros, nuestro amor debe de ser como el suyo, y estar
dispuestos a renunciar a nuestra comodidad y seguridad para que otros reciban el amor
de Dios como nosotros.

Muchas personas rechazan la idea de vivir para siempre porque viven vidas tristes. Pero
la vida eterna no es la extensión de la miserable vida mortal del hombre; vida eterna es
la vida de Dios encarnada en Cristo que se da a todos los que creen como garantía de
que vivirán para siempre. En esa vida no hay muerte, enfermedad, enemigo, demonios
ni pecado. Cuando no conocemos a Cristo, tomamos decisiones pensando que esta vida
es todo lo que tenemos. En realidad, esta vida es solo el comienzo de la eternidad.
Empiece, por lo tanto, a evaluar todo lo que le sucede desde una perspectiva eterna.

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«Creer» es más que una reflexión intelectual de que Jesús es Dios. Significa depositar
nuestra confianza en Él, que es el único que nos puede salvar. Es poner a Cristo al frente
de nuestros planes presentes y nuestro destino eterno. Creer es confiar en su palabra y
depender de Él para cambiar. Si nunca ha confiado en Cristo, haga suya esta promesa de
vida eterna y crea

Este verbo, Cristo, Dio su carne por la vida del mundo (Jn 6:51).
Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá
para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del
mundo

Solo aquellos que comen su carne y beben su sangre tienen vida (6:53-54) y, del mismo
modo, solo aquellos que vienen a Él tienen vida (Jn 5:40).

¿Cómo puede Jesús darnos su carne como pan para que comamos? Comer pan de vida
significa aceptar a Cristo y unirnos a Él. Nos unimos a Cristo de dos formas: (1) al creer
en su muerte (el sacrificio de su carne) y resurrección, y (2) al dedicarnos a vivir como
Él manda, dependiendo de sus enseñanzas para guiarnos y confiando en el Espíritu
Santo para recibir poder

Cuando Él verbo, Jesucristo, da vida, la gente no perecerá jamás (Jn 10:28). “y yo les
doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”

Este versículo nos enseña que del mismo modo que un pastor protege sus ovejas, Jesús
protege a su pueblo del daño eterno. A pesar de que es de esperar que los creyentes
sufran en la tierra, Satanás no puede dañar sus almas ni quitarles su vida eterna con
Dios. Existen muchas razones para sentir temor aquí en la tierra porque este es territorio
del diablo como dice (1 Pedro 5.8 “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el
diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”). Pero si decide
seguir a Jesús, Él le dará seguridad eterna

Jesucristo dijo que tenía poder para dar vida, y para volverla a tomar (Jn 10:18), y eso
es exactamente lo que hizo consigo mismo. Como Señor de la vida, resucitó a Lázaro de
entre los muertos (cap. 11).

En dos ocasiones, dijo que Él era "la vida" (11:25; 14:6), idea que ya se vislumbra en el
prólogo. La fuente principal de vida es el Padre, quien "tiene vida en sí mismo" (Jn
5:26). Pero el Padre "le dio al Hijo el tener vida en sí mismo" (Jn 5:26), y es esto
último lo que Juan quiere destacar en estos versículos que ahora estamos considerando.

¿Cuál es el significado de "y la (o esa) vida era la luz de los hombres"?

Marcus Dods cree que estas palabras quieren decir "que la vida que toma forma en la
variedad, armonia y progreso de la naturaleza inanimada, y en las formas de existencia
animada, que aunque tan diversas, están todas bellamente relacionadas aparece en el ser
humano como "luz", luz moral e intelectual, razón y conciencia"

Quizá es más acertado pensar en pasajes del Antiguo Testamento que se refieren a Dios
como la fuente de luz y vida, como por ejemplo:
«Porque en ti está la fuente de la vida; en tu luz vemos la luz» en el (Sal. 36:9).
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Este es el trasfondo del escritor, el tipo de concepto que tenía en mente. Pero está
escribiendo sobre el Verbo, así que lo que quiere decir es que el Verbo, que es vida en sí
mismo, también es "la luz de los hombres".

Así, Juan prepara el camino para el pensamiento que va a desarrollar a lo largo de todo
el Evangelio, que Jesús es el que trae la vida y el que lleva la luz.

Del mismo modo que Juan relaciona la vida con Cristo, también lo hace con el concepto
de luz.
 Cristo es "la luz del mundo" dice (Jn 8:12; 9:5). “Otra vez Jesús les habló,
diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino
que tendrá la luz de la vida”
 Ha venido al mundo como la luz en (Jn 12:46). “Yo, la luz, he venido al mundo,
para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas”
 El que le siga «no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida» dice en
(Jn 8:12).
 Se le puede pedir a la gente que crea en la luz (Jn 12:36 “Entre tanto que tenéis
la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz”), del mismo modo se les pide
a la gente que crean en Él. Y de igual forma que Aquel que es vida dio vida a
Lázaro, el que es la luz del mundo dio vista a un ciego de nacimiento (cap. 9).
 Las primeras palabras de Dios que se escribieron son las siguientes: "Sea la luz"
(Gn. 1:3), y en ese capítulo, la palabra es la fuente de la luz. Toda la luz que
existe, andemos o no en ella, se la debemos a la Palabra, al Verbo.

La imaginería de la luz estaba muy extendida en la Antigüedad. Dodd aporta evidencias


de que expresiones como la de este versículo «podrían sin duda alguna aparecer en
escritos herméticos". Las palabras de Juan serían atractivas para un público muy amplio.
De hecho son muy utilizadas de manera tergiversada por muchos círculos gnósticos y
ocultistas.

Al apóstol Juan le interesa mucho el concepto de la luz, y usa el término 23 veces, que
es casi un tercio de las veces que se usa en el Nuevo Testamento (más de un tercio si
añadimos las seis veces que lo usa en la Juan). El siguiente libro en el que aparece
muchas veces este término es Hechos (10 veces)

Por otra parte el verso 5 afirma: “La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no
prevalecieron contra ella”

Este versículo 5 expresa que como opuesto de la luz, tenemos las tinieblas. La antítesis
es natural tanto si lo interpretamos como ir en contra de las tinieblas o como disipar las
tinieblas. La oposición entre la luz y las tinieblas es uno de los temas centrales de este
evangelio.

Notemos que Juan cambia de tiempo verbal. Hasta el momento solo ha usado el pasado,
pero ahora dice que la luz "brilla". La luz está en acción continuamente. Brilla incluso
mientras Juan está escribiendo. La luz del mundo, "la luz de los hombres", nunca cesa
de brillar.

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En este punto no nos importa el debate sobre si Juan se refiere al Cristo anterior a la
Encarnación, o al Cristo encarnado. Porque aquí no habla de la Encarnación, sino del
hecho de que si la luz brilla, es porque esa característica nace de su propia esencia.

Según la NVI las tinieblas "no la comprendieron" o "no la han comprendido".

El verbo griego no es de fácil traducción. Encierra la idea de aferrarse a algo para llegar
a poseerlo (cf. su traducción en 1 Co. 9:24 como "obtengáis"). Esto nos puede llevar a
significados como "aferrarse con la mente", es decir, "comprender" o "aprehender". No
hay duda de que el verbo puede traducirse así.

Si esta traducción es o no relevante para este contexto ya es otra cuestión. No es algo


muy común decir que las tinieblas intentan "comprender" la luz. Si interpretamos este
sentido, tomamos las tinieblas como equivalente a un grupo de personas, o quizá de la
raza humana en general. Pero en este evangelio las tinieblas no equivale a la gente,
como si ésta conformara el mal que influye en nosotros.

Cf. D. W. Baldensperger afirma: "No debemos interpretar el término tinieblas como las
personas no creyentes, sino como el mundo satánico, que va en contra de Dios. Esta es
una alusión a un principio teológico aceptado del judaísmo: la lucha del Mesías (Logos)
contra Satanás"

El tema del continuo conflicto entre la luz y las tinieblas está presente en todo el libro.
 Los hombres están destinados a la condenación, porque amaron más las tinieblas
que la luz dice (Jn 3:19).
 Jesús hace una llamada al seguimiento, para que la gente que le obedezca no
ande en tinieblas en (Jn 8:12). Tienen que caminar en la luz ahora que la tienen,
para que las tinieblas no les "sorprendan" (Jn 12:35).
 Jesús vino "al mundo como la luz" para que todo aquel que crea en Él "no
permanezca en tinieblas" (Jn 12:46).

«Las tinieblas no prevalecieron contra ella» significa que las tinieblas de maldad nunca
han triunfado ni triunfarán ni apagarán la luz de Dios. Jesucristo es el creador de la vida
y su vida ofrece luz a la humanidad.

En la luz de Jesucristo, nos vemos tal como somos: pecadores en necesidad de un


Salvador.

Cuando seguimos a Jesús, la luz verdadera, evitamos andar como ciegos y caer en el
pecado. Jesucristo ilumina la senda que tenemos delante a fin de que sepamos cómo
vivir.

Jesucristo disipa la oscuridad del pecado de nuestras vidas. ¿Ha permitido que la luz de
Cristo brille en su vida? Permita que Cristo guíe su vida y nunca tropezará en la
oscuridad

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