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DERECHO

PROCESAL
CONSTITUCIONAL
Amparo • Há'beu data • Hábeu corpus
Acciones ambientales y de defensa del consumidor
Acc16n declarativa'de inconstitucionalidad • Recurso
·. a:traord.inario federal • Per saltum • Comisión y
Corte Interamerica~u de Derechos Humanos

Prólo¡o de NÉ'I'Oa Plmao SAGOÉS


ALIIANII.illlli • DALLA VIA • <lAIIOAIUCLI.A
1hmNANmr.:r. • HAIIHAY

IHCIUWI/lJ CONS'l'l'l'UCIONAL
l't•ólnllCII WIJHICI'I'I~ tm VlmGO'l"l'INI
(101.1\11'1"1'1, CAI!J.OH E.
IJIOUWIIO CONS'l'JTUCIONAL
('tltllflllltlll ,V mMmlo tl11la Con•litución.
l'mllll' t'IIIIMIIIu.'Vt'llfll ,'V rvjhrmu constitucional.
l'tlllll'flllltll'lutlt• In CtmNtllución yjerarquta de las
11111'111111. ,'fu/~'111/111 :v NlNitmws electorales. El Estado
1\ltll'l'lll. l 1mlfii'IIN l.t•JIINlttllr>o, Ejecutir>o y Judicial.
()t·lftllltll tlfl t•tmlrol. Competencia de la justicia
1\ltll'l'lll :v t/1' /u Cm·t11 Srt¡Jrema. El Ministerio
l'll/1//t•u, ICIIItii'J/t'IJI'lttB constitucionales

MANII.I, PABLO L.
HS'I'AIILBCIMIENTOS DE
ll'l'lUJJAD NACIONAL
Artltmlo 75, inciso 30, de la
C'ottHtitución Nacional
ANICLJ.o, CAROLINA S.
C'0/l'l'/C l'ICNAL INTERNACIONAL
( 't'flutlu¡mr t~l EHtatuto de Roma (1717/98)
( '11111/lllllt•ltln, tii'Jiani:zación, jurisdicción,
''""'''"'""'''"· lnltff'l'tlltteión con las Naciones
1/11 ltltu. Cuii/JIII'UI'ión de los Estados Partes.
Nm·mllllf•lllltlllllvtwluria internacional. Régimen
tlfl ll}l'f'lll'ltlll 1111 ltu ¡umu.s. Tratamiento de los
,.,.,,111111N: J11'olt•cci6n de persona

'I'IC'I"I'AMAN'I'I, PABLO A.
liSO f)fC 1-A. FUERZA EN LOS
e't JN /I'UG'J'US INTERNACIONALES
l !u muHIHIH al final del bipolarismo
Anllll•h 1111 lus nm'IIWH vigentes del Derecho
lllltll/1111'11111111 :v t/11 lu Cm·tu de las Naciones Unidas.
ll't•uhwlt!ll ''" In •ltwwlón lnltll'nacional al final
,¡,. 1111/llfll'l'll JHu, l'rmunlmmciu de los Estados
1/11 ltlu• ''" Attttlrlt•u '"' lu Jiu!l':zu armada y sus
''"'''"''""'"'lu• Nt~brt< t•l llNtJ d" la jiter:za.
Állllllllltm OiJmll'lll tf11 lttN Nuclt1nes Unlclas

···~:IIINI, A.. LOIIIONI!Ir.H, V.• 'l'OitNAJIICNR, M. l.


IIÁ/1/t:AS JJA'fA
f),,.,,,,¡,o u In lntimidcul
fltHfJt•/111 11 lrt/lll'/11111', f,lmlfi1H. (.'t•IIHIII"tl, IJt•/1/oN

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DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL

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i O:.i PRESTAMOS
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~l-~OFM,o~
§ UE \EJEMPLAR DE CONSULTA EN SALA
:! ~'¡;: PROHIBIDO RETIRARLO DEL
~ SIG~O 7J ,,~ ESTABLECIM.!ENTO, RAYAR O
~ U .¡ MUTILAR, EN CUALQUIERADESUS
fffo ~\~"''~ FORMAS.
PABLO LUIS MANILI
(COORDINADOR)

AMAYA-BASTERRA-FERNÁNDEZBARONE
GIL DOMÍNGUEZ - GUALDE - IORIO - JIMÉNEZ - LOIANNO
LÓPEZ ALFONSÍN- MANILI- ONAINDIA- PIZZOLO- SAGÜÉS
SAMMARTINO - SPOTA (h.) - TORICELLI - VÍTOLO

DERECHO PROCESAL
CONSTITUCIONAL
Amparo - Hábeas data - Hábeas corpus
Acciones ambientales y de defensa del consumidor
Aedón declarativa de inconstitucionalidad- Recurso
extraordinario federal - Per saltum - Comisión y
Corte Interamericanas de Derechos Humanos

Prólogo de NÉSTOR PEDRO SAGÜÉS

orn
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ltJVAIIAVIA
EDITORIAL
UNIVERSIDAD
l:.!:.!ó- CJIIIIAilJJI<: BmmoH Amr•:H
1lnrm:lw proceRal constitucional 1 Manili, Pablo Luis ... [et al]. - la ed. -
· llumoH Aires : Universidad, 2005.
fi 1'¿ p. ; 23x16 cm.

IHBN 9G0-679-361-1

l. 1>erecho Procesal Constitucional.


CJ>J>:l42

A la memoria de Germán J. Bidart Campos


("La vida nos va regalando vacíos ... '')

ISBN 950-679-361-1

Q) Copyt·i¡~ht by EDITORIAL UNIVERSIDAD S.R.L.


ltivndnvin l22li - Ciudad de llucnos Aires
llt•dw •.¡ do¡u\~o~it.o dn In loy 11.72:1. Dorcchns rosmvndos.
IMI'HI 1:Ho I':N LA AH.<lf!:N'l'LNA.
PRÓLOGO

El Derecho Procesal Constitucional argentino ha tenido en los


últimos lustros un desarrollo impresionante. Algunas razones de
ese despliegue vienen del exterior, como es el lanzamiento de cortes
y salas constitucionales tanto en Europa, Asia o América (ya hay
doce naciones latinoamericanas embarcadas en tal esquema de
magistratura constitucional), y los procesos de retorno a la demo-
cracia que f?nvolvieron al cono sur en los años ochenta. También,
la concepclón de la Constitución como norma jurídica, esto es,
como regla imperativa para cuya coerción, cuando se la olvida, son
necesarios instrumentos procesales que permitan postular ante la
judicatura su cumplimiento.
Pero hay también manifestaciones más intensamente locales,
como la reducción de la superficie de las cuestiones políticas no
justiciables (algo particularmente destacado en la Argentina:
piénsese -entre otros casos- en la revisión de las sentencias del
Senado dictadas en el juicio político, o las del jurado de enjuicia-
miento, además de la declaración de inconstitucionalidad de una
reforma constitucional) y los reclamos sociales ante la judicatura
de temas que otrora se reputaban reservados al Congreso y al Poder
Ejecutivo, como la validez de indultos y amnistías, la determina-
ción del valor de la moneda y de la política financiera, la satisfac-
ción de derechos humanos fundamentales como la vida y la salud,
aun por encima de las previsiones del presupuesto. Todo ello exigió
lubricar los ya conocidos procesos constitucionales como el hábeas
corpus y el amparo, admitir en el orden federal la acción declara-
tiva de inconstitucionalidad, crear al hábeas data, pensar en el
recurso extraordinario in forma pauperis, etcétera.
También es cierto que la reforma constitucional de 1994, aun-
que no siempre prolija, al otorgar rango constitucional explícito a
algwws de aquellas figuras, las ascendió en el escalafón jurídico y
las popu.larizó ante la sociedad. Después de este espaldarazo del
constituyente, ¿podría sensatamente discutirse la existencia de un
!Jerl'clw Pmctwal Constitucional necesario para robustecer, realizar
y ¡woyt•t•f.tu· t•n la realidad esos dispositivos de la ley suprema?
PRóLOGO PRóLOGO 11

Otro fenómeno externo, como la creación de la jurisdicción tales ni recetas dogmáticas acerca de cuál es la mejor justicia
internacional con órganos propios para asumir tal magistratura constitucional, especializada o no (aunque la primera reclute hoy
(1'11 l'l caso que nos es más próximo, la Corte Interamericano, y la más adeptos que la otra).
(.'omisión Interamericana de Derechos Humanos), fomentó a su vez El hecho, en la Argentina, de haberse realizado ya ocho jor-
,.¡lanzamiento de algo que comenzó siendo casi una prolongación nadas nacionales de Derecho Procesal Constitucional, y de haberse
¡{,.¡¡ Jerecho Procesal Constitucional, pero que hoy tiende a perfilar- creado en Rosario, en agosto de 2003, el Instituto Iberoamericano
NI' ¡·onw una disciplina autónoma -el Derecho Procesal Transna- de Derecho Procesal Constitucional (un organismo con pie en el
¡·ional---, de todas maneras muy hermanada con el primero en la viejo y en el nuevo mundo), es un buen síntoma del interés pluralista,
Nulisj'acción de los derechos esenciales de la persona. serio y calificado, que se tiene aquí por la disciplina. También, y
Corno asignatura joven e impetuosa, el Derecho Procesal Cons- muy alentador, que meritorios y veteranos maestros, pero muy
1i 1lll'ional padece síntomas propios de una crisis de identidad y de jóvenes de espíritu, provenientes de sólidas y clásicas regiones del
l'l'l'cimiento. Sus contornos no están perfectamente delineados. Su Derecho Constitucional y del Derecho Procesal, como Germán J.
NIIJH'I/icie puede variar, al menos parcialmente, de autor a autor. Bidart Campos, Augusto M. Morello y Lino E. Palacio, se sumaran
Sus engranajes -los procesos constitucionales- difieren de país a la disciplina, la apoyaran e hicieran aportes vitales para ella.
rt. ¡wls, de tal modo que hoy resulta casi indispensable una suerte
de diccionario de Derecho Procesal Constitucional, para entender- ** :¡,

111m au.nque más no fuera en el escenario latinoamericano. Las Constituye igualmente una gran satisfacción que un grupo de
fiímwlas de la magistratura constitucional también son distintas docentes y de investigadores de no muchos años, como son Pablo
1/III.Y distintas- en el subcontinente donde nos toca vivir. Con- Manili, Calogero Pizzolo, Eduardo Jiménez, Maximiliano Toricelli,
llirll'/1. regímenes adheridos más o menos al modelo norteamerica- Patricio Sammartino, José M. Onaindia, Andrés Gil Domínguez,
no, otros que guardan afinidad con el sistema austríaco (aunque Alfredo Vítolo, Jorge A. Amaya, Marcelo López Alfonsín, Adelina
11 i ngún país de la región practica a pie juntillas las recetas de Hans Loianno, M arce la Basterra, Alberto S pota (h.), María Sofía Sagüés,
/(1'/.-;l'n), y en muchos impera una modalidad dual, que sus detrac- María X. Fernández Barone, Carla V. Iorio, y Andrea Gualde,
/ori'N califican como híbrida o mixta, y los más permisivos, para- hayan asumido la empresa de escribir una sinopsis de Derecho
!1•/a, donde se entrelazan el control desconcentrado o difuso con el Procesal Constitucional argentino.
I'IJIICI~ntrado y especializado, según modalidades de convivencia no Se trata, cabe destacarlo, de docentes situados en su mayor
Hil'mpre pacíficas. parte en Derecho Constitucional y en la Universidad de Buenos
Ante un panorama tan heterogéneo, bueno es aplicar paños Aires (otros provienen de casas de estudio también de significación),
fi'loN. Respecto de la diversidad de criterios en torno a la extensión cuya Facultad de Derecho desde años atrás aceptó, proféticamente,
y ¡·omprensión· del Derecho Procesal Constitucional, corresponde incluir la materia en el currículo de abogacía. Han logrado prestigio
n•wnocer que en una materia adolescente y en formación ellos son personal tanto por la cátedra como por la investigación, retratada
/1i~icos y prácticamente inevitables. El debate y la confrontación de esta última en libros y publicaciones de valía. Son portadores de
Jlltl'l'l'r'res son necesarios -además- para la maduración y la entusiasmo y de reflexión, y encuentran en el Derecho Procesal
rf,·,·anlación de las ideas, siendo de destacar que esas polémicas Constitucional un campo donde hay mucho (¡'muchísimo!) por cons-
1m mwurren en un provechoso clima de pluralismo y respeto. Final- truir y por descubrir. Hay aquí algo de aventura y de excitación que
1111'1111', cabe alertar que los consensos legítimos no se logran aho- estimula, muy legítimamente, su incorporación militante a esta
¡:undo las polémicas, sino conociendo los puntos de vista disímiles disciplina. También, desde luego, porque ven en ella una herramien-
v lmlríndolos con el respeto que cada uno de ellos merece. ta inexorable para la defensa del ser humano frente a las agresiones
b:n c!lanto a la multiplicidad de estructuras judiciales que (u. omisiones) del Estado o de otros particulares.
ofi·,·¡·¡· 1'! trwrcado latinoamericano en materia de jurisdicción cons- Menos apef.{ados a recetas ya hechas, y más proclives a
liluárma/., se debe partir por admitir esa genuina legitimidad de recl'pcionor noucda.des y cambios (han nacido en instantes de plena
/11 dirwrsidad, desde el momento en que no hay fórmulas sacramen- act'lN·acirín d1' la historia), los autores ingresaron al Derecho Pro-
PRóLOGO

't'IWI Constitucional prácticamente sin condicionamientos intelec-


.1/ttlt•s o limitaciones académicas -vale decir, sin prejuicios-.
t,'l/o se refleja en la lozanía de sus planteas y en los avances que
liNt'IÚUI. en los estudios que conforman esta entrega.
l~l libro procura -sintéticamente- describir los dispositivos
i111rlwnentales del Derecho Procesal Constitucional argentino.
Jíst·urre entonces por los procesos y recursos tradicionales, siempre ÍNDICE
mt•sfl¡s al día por los autores, e ingresa en los más novedosos,
·n,.ursionando también en nuestra magistratura constitucional.
/,os capítulos finales abordan temas trascendentes del Derecho PRóLOGO DE NÉSTOR PEDRO SAGÜÉS .. 0000 00000000 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0 0 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
'roct•.wtl Transnacional vinculados directamente con nuestro país .
•11 1n traducción de Pablo Manili plantea adecuadamente la encru-
CAPÍTULO I
·Utula actual del Derecho Procesal Constitucional y detalla con
·uidado el contenido medular del texto, que no es necesario, enton- INTRODUCCIÓN AL DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
l't'.'l, rt'pctir aquí. por PABLO LUIS MANILI
/,o importante es destacar que el volumen hace bien su traba-
'u, t'0/1. esmero y un desarrollo preciso y serio acompañado por una l. Presentación. Evolución de la materia ...... .. ....... .............. .... .. ......... 25
t•lof[iahle brevedad, cosa que implica un mérito pedagógico digno 2. Contenidos del Derecho Procesal Constitucional............................ 31
dt• t•n.cornio. Cabe reconocer que no todo lo aquí incluido tendría 3. Naturaleza del Derecho Procesal Constitucional............................ 32
t'tJI/Nt'l/.so unánime para insertarlo en la disciplina, como, al pasar, 4. Algunas particularidades del Derecho Procesal Constitucional .... 34
5. Los desafíos del Derecho Procesal Constitucional ...... .. .. .. .. .. .. .. ...... 40
las nonnas protectoras de los consumidores; pero ello no debe 6. Contenido de esta obra .................... ...... .. .. .......... .......... .... ...... .... .. .. . 44
1/rmw.r a asombro, según anticipamos, en un territorio confronte-
ms imprecisas -cuando no móviles- y bordes precariamente
ttlllr!ionados, que incitan a su expansión. Antes bien, esas incursio- CAPÍTULO II
1/t'!l alientan interesantes expectativas.
EL AMPARO GENÉRICO
Con esta obra, concluimos, puede afirmarse que el Derecho
11/'IJr't'!ia.l Constitucional argentino ya se ha hecho carne en las por CALOGERO PIZZOLO
1/.llt'/11/.s generaciones jurídicas del país.
l. El amanecer garantista: los casos "Siri" y "Kot" ............................ 49
2. El ocaso garantista y el decreto-ley 16.986. Naturaleza y ámbito
NÉSTOR PEDRO SAGÜÉS temporal de aplicación del amparo ....... ,.......................................... 55
Presidente del Instituto Iberoamericano a) Los requisitos materiales limitativos: la "arbitrariedad ma-
de Derecho Procesal Constitucional nifiesta" ......................................................................................... 57
b) Los requisitos formales limitativos: la exigencia de agotamiento
de los recursos existentes; la exclusión de los actos emanados
del Poder Judicial; los servicios públicos y las actividades
esenciales del Estado; él plazo de caducidad; la prohibición de
doclaración de inconstitucionalidad .............. ,............................. 58
:.1. La rof(mna constitucional de 1994 y la consagración final del
ampuro como garantía. El medio judicial más idóneo ................... 63
ti. Un dm;tino irrenunciable.................................................................. 66
ÍNDICE ÍNDICE 15
14

CAPÍTULO III El amparo sindical. Regulación legal ... ..... .. .. .... .. .. .. . .. .. ...... ...... .. .. ... 127
La acción de exclusión de la tutela sindical y el amparo .............. 133
EL AMPARO COLECTIVO Conclusión .......................................................................................... 138
por EDUARDO PABLO JIMÉNEZ
CAPÍTULO VI
l. Noticia introductoria ........................................................................ .
:2. Breve descripción del tránsito generacional de los derechos hu- EL HÁBEAS DATA
tnanos ................................................................................................. .
por MARCELA l. BASTERRA
:1. La tercera generación de derechos humanos ................................ ..
-1. La reforma constitucional de 1994 y el afianzamiento de la tutela
procesal a los derechos colectivos ................................................... .. 1•~1 hábeas data en la Constitución Nacional................................... 141
G. Modalidades procesales para la protección urgente y eficaz de los a) ¡,I•;s lu acción de hábeas data una subespecie de amparo o una
derechos colectivos ........................................................................... .. acción independiente?.................................................................. 141
H. El amparo para recabar tutela de derechos colectivos (en sus h) Finalidad y objetivos del hábeas data........................................ 145
diversos contextos) ............................................................................ . 1) g¡ derecho de acceso del art. 14 de la ley 25.326 ................ 148
'7. Nuestras conclusiones ...................................................................... . :l) El derecho de rectificar, actualizar, suprimir o establecer
confidencialidad sobre los datos del art. 16 de la ley
21).:326 ...................................................................................... 150
CAPÍTULO IV l.n Hulvuguarda del secreto de las fuentes de información perio-
cliHlicu ................................................................................................. 152
EL AMPARO POR MORA DE LA ADMINISTRACIÓN .Jul'ispr·udencia ................................................................................... 154
por PATRICIO MARCELO E. SAMMARTINO u) J,ol{iLimución. El fallo "Urteaga" ................................................. 155
hl 1•:1 HOCI'(llo de Estado. Límites. El fallo "Ganora" ...................... 158
J,c~,y 2fí.:l2H, de Protección de Datos Personales y Hábeas Data ... 163
l. Dilemas actuales del amparo por mora .......................................... .
11) 1lorodws tutelados. Objetivos de la ley ..................................... 170
:l. ¡,Proceso administrativo o proceso constitucional? ........................ .
hl l.c•l{ilimución activa. Personas de existencia ideal.................... 172
:!. Objeto y funcionalidad del amparo por mora ............................... ..
e·) llnl.oH sonHibles............................................................................. 173
ti. Lu legitimación ................................................................................ ..
d) 1•:1 conHonlimiento del titular para el tratamiento de datos .... 175
G. El proceso de amparo por mora y los problemas que plantea el art.
( ~unu:t.orísiicas del consentimiento en el ámbito de la protección
28 LNPA ............................................................................................ .
du dul.of! personales ................................................................ 177
li. Caracteres del proceso de amparo por mora ................................. ..
1) J,ihre.................................................................................. 177
7. Lu pretensión judicial de pronto despacho es, técnicamente, una
11) l•:xpreso, por escrito o por otro medio equiparable ....... 177
petición procesal extracontenciosa ................................................. ..
tll) l•:xeopciones: casos en los que la ley no exige el
H. El "informe" del art. 28 no es una contestación de demanda ...... .
eonHonlimiento del titular para el tratamiento de sus
n. El amparo por mora y la condena en costas ................................. .. el u tos personales............................................................... 179
1O. l~pílogo ............................................................................................... .
( ~IIIII'IIIHiOIIIIH ....................................................................................... 186

CAPÍTULO V
CAPÍTULO VII
EL AMPARO SINDICAL Y LA PROTECCIÓN
DE LOS DERECHOS SOCIALES EL HÁBEAS CORPUS
por ANJ>HI~S GIL DoMINGUEZ
por JosÉ MIGUEL ONAINDIA

119 1 1IIIIIHIIII'I'ltlll . .. " .............................................................................. .. 189


l. 1nlroducción ............................................................................ :........ ..
121 \.1 ( !lllli'llJII-11 y l.ipolov,fu .......................................................................... 190
2. La protección de los derechos sociales ............................................ .
125 l:t 1,11 luy !I.:IIIIIH .................................................................................... .. 191
:1. Lu protocción constitucional de la actividad sindical.. ................. ..
ÍNDICE ÍNDICE 17

4. La regla de reconocimiento constitucional argentina. El art. 43 de 3. El arribo a nuestro Derecho de la ley 24.240 de protección al
la Constitución argentina, el art. 7 de la Convención Americana consumidor ........................................................................................ . 232
sobre Derechos Humanos, el art. 9 del Pacto de Derechos Civiles 4. Protección preventiva del consumidor. Educación e información . 234
y Políticos, y el art. 37 de la Convención sobre los Derechos del 5. Promoción y acción de las organizaciones representativas ........... . 237
Niño .................................................................................................. .. 197 6. Una clasificación de los sistemas de prevención y solución de los
El hábeas corpus contra decisiones administrativas y judiciales: conflictos derivados de las relaciones de consumo ....................... .. 239
¿una necesaria relectura a la luz del art. 43, párrafo 4°, de la 7. Procedimientos extrajudiciales de protección al consumidor ........ . 240
Constitución argentina? .................................................................. .. 205 a) Tribunales administrativos de consumo: la experiencia española
lí. Conclusiones ..................................................................................... .. 207 y la experiencia argentina .......................................................... . 240
b) Organizaciones no gubernamentales ......................................... . 245
e) Resolución Alternativa de Disputas (RAD) ............................. .. 246
CAPíTULO VIII d) Audiencias públicas .................................................................... . 247
8. Procedimientos y garantías judiciales de protección al consu-
LAS ACCIONES AMBIENTALES midor .................................................................................................. . 248
por MARCELO ALBERTO LóPEZ ALFONSíN a) Tribunales de menor cuantía .................................................... .. 248
b) El amparo del consumidor ........................................................ .. 251
1. Introducción: la constitucionalización del ambiente como derecho e) La acción popular ....................................................................... .. 254
humano .............................................................................................. . 209 d) Las acciones de clase ................................................................. .. 255
:.J.. 1•~1 derecho al ambiente como bien jurídico tutelado ..................... . 211 e) La "injonction" de hacer ............................................................. . 257
:1. Ln incidencia del ambiente en las distintas ramas del derecho .. . 213 O Hábeas data, mercado y consumidor ........................................ .. 259
4. 1,u cláusula ambiental y la cuestión competencia! en la reforma de !l. Conclusiones ..................................................................................... .. 263
1994 ................................................................................................... . 214
lí. qué son y qué no son los "presupuestos mínimos" de protección
llinbiental ........................................................................................... . 215 CAPÍTULO X
n. Los principios rectores de la Ley General del Ambiente .............. . 218 LA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD
'7. 1,u evolución jurisprudencia! sobre la legitimación en materia
ambiental. Los llamados "intereses difusos o colectivos" ............. .. 219 por MAXIMILIANO ToRICELLI
n) "Ricardo Quesada dMunicipalidad de la Ciudad de Buenos
Aires" ............................................................................................ . 220 l. Vnriuntes del control de constitucionalidad por vía de acción ...... 265
b) "Kattan, Alberto y otros dGobierno nacional" ........................ .. 221 11) Lu acción abstracta de inconstitucionalidad 265
222 h) La acción concreta de inconstitucionalidad ............................ .. 267
e) "Cartañá, Antonio E. dMunicipalidad de Buenos Aires" ........ .
e) Ln acción directa de inconstitucionalidad ............................. ..
d) "Schroeder, Juan dSecretaría de Recursos Naturales y Ambiente ~. Hu viabilidad en el orden federal ................................ ..
267
Humano de la Presidencia de la Nación" ................................. . 224 268
H. 1•~1 mal llamado "amparo ambiental" ............................................. .. 224 :1. ltoquisitos de la acción declarativ~.d~..i~~~~~tÍt~~i~~~ii~:i"~d·:::::::::: 270
n) r•;¡ tratamiento en la reforma de 1994 ..................................... .. 224 n) 1.n oxistencia de una relación jurídica ..................................... .. 270
b) El art. 30 de la ley 25.675 ........................................................ .. 225 hl l•~studo de incertidumbre 271
·····························································
!J. 1\ modo de colofón ............................................................................ .. 227 d Actuulidad de la lesión 274
d) 1,o~iiimnción en las part~·~·:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: 277
o) No di~:~ponibilidad de otro medio procesal ................................ .. 281
CAPÍTULO IX •l L11 11eción do condena 285
1> 1 Jílc•roneiHA entro la a~~·¡Ó·~·~~-~~~~t~·;"i~-~~~ió~"d"i~~~t~·:::::::::::::::: 286
l'HOCEDIMIENTOS DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR fL ( !onNidomcionos finales 288
·····································································
por JoRGE ALEJANDRO AMAYA

l. Morcado, conflicto y solución............................................................ 229


:l. 1,us Directrices del Consumidor de las Naciones Unidas.............. 231

U ¡¡,,,.,,,¡.. , l'lu«~••fl ( 'un•lilllt'ltllltd.


lH ÍNDICE ÍNDICE 19

CAPÍTULO XI e) Que la cuestión federal haya sido' resuelta en forma contraria


LA COMPETENCIA ORIGINARIA DE LA CORTE SUPREMA o no favorable al derecho federal invocado .............................. .. 342
. DE JUSTICIA DE LA NACIÓN d) Que se trate de una "sentencia definitiva" .............................. .. 342
e) Que la sentencia apelada por este tipo de recurso provenga del
por ALFREDO M. VÍTOLO "superior tribunal de la causa" (arts. 14, párrafo 1°, ley48, y art.
6, ley 4055) .................................................................................. . 344
l. La jurisdicción federal ............................................................... ·· .. ···· 291 fí. Requisitos formales del recurso extraordinario federal ................ . 348
u) Jurisdicción del Poder Judicial de la Nación por razón de la a) Requisitos que deben cumplirse de modo previo a la interposición
materia ......................................................................................... . 295 del recurso extraordinario .......................................................... . 348
b) Jurisdicción del Poder Judicial de la Nación por razón de las b) Requisitos que deben cumplirse al momento de la interposi-
personas ....................................................................................... . 303 ción del recurso extraordinario (art. 257, párrafo 1°, CPCCN) .. .. 349
1) Las causas en las que la Nación es parte .......................... .. 305 li. Trámite del recurso extraordinario (art. 257 CPCCN) ................ .. 350
2) Cuestiones de distinta vecindad ........................................... . 306 n) Concesión del recurso ................................................................ .. 350
3) Causas en las que un Estado extranjero es parte .............. . 308 b) Efectos de la concesión del recurso ........................................... . 351
:l. Lu competencia originaria de la Corte Suprema de Justicia ....... . 310 e) Radicación en la Corte: el "certiorari" del art. 280 CPCCN .. .. 351
u) Las causas concernientes a embajadores, ministros y cónsules d) Forma de la sentencia de la Corte Suprema ............................ . 353
extranjeros .................................................................................. ·· 314 o) Efectos de la sentencia (art. 16, ley 48) ................................... .. 353
b) Las causas en las que es parte una provincia ......................... . 321 '1. El recurso de queja .......................................................................... .. 354
1) Causas entre dos o más provincias ...................................... . 321 H. Sinopsis del capítulo ......................................................................... . 355
2) Provincia con vecinos de otra. Estados o ciudadanos ex- a) Requisitos comunes ..................................................................... . 355
tranjeros ................................................................................. . 322 h) Requisitos propios ...................................................................... ..
322 355
8) Provincia y sus propios vecinos ............................................ . e) Requisitos formales ..................................................................... .
324 355
4) Provincia y Nación ................................................................ . d) Procedimiento .............................................................................. .
325 355
e) Ln Ciudad de Buenos Aires como parte ................................... . c!) Queja o recurso de hecho .......................................................... .. 356
!1. Conclusiones
······················································································· 356
CAPÍTULO XII
I~L RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL CAPÍTULO XIII

por· MAH!A XIMI•:NA FEHNÁNDEZ BARONE y CARLA VANINA lomo RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y
ARBITRARIEDAD DE SENTENCIA
lnt.rodueeitln: juriHdicción y competencia de la Corte Suprema de por ALBERTO ANTONIO SPOTA (H.)
,Jutltii'Íil clo l11 -Nación ........................................................................ . 329
~~ J oll C'OillJilllonein por apelación extraordinaria ................................ . 382 l. 1ntroducción .............................................................................. ......... 359
334 ~~. 1•:1 ugruvio federal en los términos históricos del art. 14 de la
:1 llc•quiHit.oH comunes del recurso extraordinario federal ................ .
u) lut.lii'Vtmeión de un tribunal de justicia .................................... . 334 loy t!R .................................................................................................. 360
11) t~uo oHn intervención sea en un juicio ...................................... . 336 :t. 1oll doctrina de la arbitrariedad de sentencias ......... ,...................... 372
1') (~uo on el juicio se decida una cuestión justiciable o judi-
.¡ 1!ouelusionos ....................................................................................... 382
ciuhlo ............................................................................................ . 336
d) t~uo exista gravamen que justifique la apelación extraordi-
niii'IU ............................................................................................ .. 336 CAPÍTULO XIV
n) 1.n Hubsistencia de estos requisitos al momento en que la Corte RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL
dieto sentencia ............................................................................ .. 337 Y GRAVEDAD INSTITUCIONAL
r1. ll.c~quiHit.os propios del recurso extraordinario federal .................. . 337
11) 1.n existencia en la causa de una "cuestión o caso constitucional por MAntA SoFIA SAGOÉs
o liJdernl" ................................................................. ·....... · .. ·.. · · ·· ·· ·· 337
h) I~Ht.n cuestión o cuso constitucional o federal debe guardar ln·updc'ln do In ¡crnvodud institucional en el control de constitu-
"ndm~ión di rodn con la Holueión del juicio" .............................. . il41 c·ionulidud lll'f{Olltino .......................................................................... 385
20 ÍNDICE
ÍNDICE 21

2. Aproximación conceptual a la gravedad institucional.................... 388 CAPÍTULO XV


a) Causas que comprometen o afectan la buena marcha de las
instituciones básicas del Estado ................................................. 390 EL PER SALTUM
1) Conflicto de poderes ............................................................... 391 por PABLO Lurs MANILI
2) Afectación al Poder Judicial.................................................. 392
3) Afectación del servicio de administración de justicia.......... 393
l. Introducción ...................................................................................... . 423
4) Afectación de las pautas de delimitación del sistema
2. Un precedente en disidencia .......................................................... .. 423
federal...................................................................................... 396
:.l. El caso "Dromi, Roberto (Aerolíneas Argentinas)" ........................ . 425
5) Afectación del sistema electoral ............................................ 397
tl. La Corte se resiste a repetir el per saltum .................................... . 429
6) Afectación del sistema educativo .......................................... 397
fi. Un intento de per saltum y una cuestión de competencia ........... . 432
7) Responsabilidad internacional del Estado nacional . .. ... . ... .. 398
H. Un per saltum a favor de la vindicta pública ............................... .. 433
b) Causas que atañen de modo directo al interés de la comu-
'7. Un per saltum a favor de un sindicato ........................................... . 435
nidad............................................................................................. 398
H. J•;l caso ''Yoma, Zulema (Menem, Carlos, h.)" ............................... .. 437
1) Causas que afectan el bien común ....................................... 399
!l. Un nuevo per saltum a favor de una privatización ...................... .. 438
2) Causas que afectan la conciencia de la comunidad ............ 399
10. El efímero per saltum legislado ................................................. ~ .... .. 441
3) Repercusión de la causa en virtud de aspectos cuantitativos:
1 l. Comienza a desvanecerse el per saltum ........................................ .. 443
número de sujetos afectados, impacto en casos futuros,
1~- Síntesis .............................................................................................. . 443
monto de la causa e incidencia mediática ... ... ... .. ... . .... . ... .. . .. 400
1:1. Conclusiones ....................................................................................... 445
4) Afectación de la renta pública............................................... 403
5) Afectación de los servicios públicos ...................................... 404
e) Causas que afectan principios básicos de la Constitución
CAPITULO XVI
Nacional e instituciones básicas del Derecho............................ 405
d) Magnitud de la gravedad . . ...... ..... .... .. .. .. ... .. . ... .... .. ... . .... . .. ... .... .. .. 407 I•:L PROCEDIMIENTO ANTE LA COMISIÓN INTERAMERICANA
:t Niveles de aplicación de la doctrina de la gravedad institucional . .. . 408 DE DERECHOS HUMANOS
a) Omisión del requisito de sentencia definitiva . .... .. .. ... . ... .. .. .. ... .. 408
por ADELINA LOIANNO
1) Procesos ejecutivos o apremios.............................................. 408
2) Autos interlocutorios en general .......................... ................. 408
b) Omisión de la existencia de resolución contraria al Derecho Introducción....................................................................................... 447
federal ........................................................................................... 410 u) 1•:1 trámite ante la CIDH como parte del Derecho Procesal
e) Omisión de exigencias formales en el planteamiento de la
( ~onstitucional............................................................................... 447
cuestión federal y del remedio excepcional................................ 410 hl 1•:1 sistema de la Convención Americana de Derechos Humanos.
d) Omisión de la exigencia de pronunciamiento del superior Alg-unas precisiones terminológicas............................................ 449
tribunal de la causa..................................................................... 411 ,.¡ Principios que rigen el sistema interamericano de protección de
e) Omisión de la exigencia de existencia de cuestión federal ...... 411 loH dorochos humanos.................................................................. 452
1) J•:locto vertical ......................................................................... 452
f) Potestad de suspensión de la ejecución del proceso ................. 413
:l) SuiJRidiariedad ........................................................................ 454
g) Especificación de las pautas del art. 280 CPCCN .................... 414
tl. Recaudos procesales propios............................................................. 416 :n Dmmrrollo progresivo ............................................................. 455
a) Planteamiento y fundamentación............................................... 416 d l 1ll'r·uchoH garantizados por el sistema interamericano de dere-
. ciHIH l1umunos ............................................................................... 456
b) Oportunidad .. ... .. .. .. ... . .... .. . ... .. . ... .. .. .... .. . ... . .. .. ... . ..... ... . .. .. ... ... . .. ... .. . 417
'1 1 lrKIIIIOH do protección en la CADH ................................................. 458
e) Prueba........................................................................................... 418
11 l 1,,. ( ~omiHión .................................................................................. 458
d) Gravedad institucional manifiesta ............................................. 418
fi. Evaluación.......................................................................................... 419 hl 1.u (!orto........................................................................................ 460
:1 ( 'olllpol.••ncin do !u Comisión ............................................................ 460
n l ( !orn poLoneia ratione personae ...... .............................................. 460
hl ( !ompot.oneiu mtione materiae .................................................... 462
•· l 1 !oulpot.onein ratione temporis ..................................................... 463
d l ( !orn pnlmwia raliont! lor:i .... ...... .... ............... .... .............. ........ ...... 464
I.JIMPLAR bE CONSUtTA EN 'SALA
!, PROI·W'l!OO FIETIRARL.O DEL
ESTABU~C!M!ENTO, RAYAR O
MUTILAR, EN CUAlQUIERA OE$US
fO:RMAS.

CAPíTULO I

INTRODUCCIÓNAL DERECHO PROCESAL


CONSTITUCIONAL
por
PABLO LUIS MANILI 1

L Presentación. Evolución de la materia.

La materia a la que dedicamos este libro es relativamente


Jtueva como disciplina científica, es decir, como estudio orgánico y
uutónomo de ciertos institutos del Derecho Constitucional que
11 tan tienen una particular relación con el Derecho Procesal. Pero
In existencia de procesos constitucionales es tan vieja como el
propio constitucionalismo; o más vieja, si tenemos en cuenta el
ÍllÜ)rdicto de homine liberum exhibendo del derecho romano, an-
l.tH~ndente del hábeas corpus. Asimismo, ya en la Carta Magna de
1~ 1G encontramos un mecanismo rudimentario de hábeas corpus
( 11 rLH. 39 y 61), que fue luego perfeccionado por el Habeas Corpus
Anll'lubnentAct (Ley de Enmienda deHábeas Corpus) de 1679. La
lli'CÍÓn ele amparo aparece en 1841 en México, consagrada también
1111 In Constitución de Yucatán (arts. 8, 9 y 62), pero no se difunde
níno hasta mediados del siglo XX.
También son dignos de ser colacionados, aunque con alguna
todvndnd, dos precedentes importantes: a) la sentencia dictada por
"1 jllt'i': Coke, en Inglaterra, en el caso del "Bonham", a principios
dt•l HÍ¡~Io XVII, en el cual el magistrado sostuvo que el derecho
11nl.mnl c~Ht.aba por encima del common law y de las prerrogativas
tltd rny, y decidió, por lo tanto, aplicar la norma que consideró
¡nrnrqtdc~amcmte superior, y b) el fallo "Marbury us. Madison"

1 1lodor 1'11 lll'roeho (lJBAl. Prolosor do Derecho Constitucional y Derechos

11111111111011 ''"¡{!'licio, poll¡.¡rudo y doetomdo de lu l•'ncultnd de Derecho de la UBA.


>

\ IJIMPLAR tn: CONSULTA EN SALA


~ I'ROHiBIOO RETIFlARI.O DEl.
ESTJl\Bt.t~ClM!ENTO, RAYAR O
M\J'flt..Afl, El'>i CUAlQUIERA DE$US
FORMAS4

CAPíTULO 1

INTRODUCCIÓN AL DERECHO PROCESAL


CONSTITUCIONAL
por
PABLO LUIS MANILI 1

l. Presentación. Evolución de la materia.

La materia a la que dedicamos este libro es relativamente


lltll~va como disciplina científica, es decir, como estudio orgánico y
111ll.<'inomo de ciertos institutos del Derecho Constitucional que
lnuntienen una particular relación con el Derecho Procesal. Pero
In c~xistencia de procesos constitucionales es tan vieja como el
pmpio constitucionalismo; o más vieja, si tenemos en cuenta el
ínl.c~rdicto de homine liberum exhibendo del derecho romano, an-
Lcwedentc del hábeas corpus. Asimismo, ya en la Carta Magna de
1~ llí nncontramos un mecanismo rudimentario de hábeas corpus
( 11 ri.H. :w y 61), que fue luego perfeccionado por el Habeas Corpus
Anll'lulment Act (Ley de Enmienda de Hábeas Corpus) de 1679. La
~tc·cic'ln do amparo aparece en 1841 en México, consagrada también
1111 lu ConRtitución de Yucatán (arts. 8, 9 y 62), pero no se difunde
Hi11o hnHtlt mediados del siglo XX.
Tumbién son dignos de ser colacionados, aunque con alguna
111dvc•dnd, dos precedentes importantes: a) la sentencia dictada por
"' j11c•;t, Colw, en Inglaterra, en el caso del "Bonham", a principios
cl11l 11iglo XV[{, en el cual el magistrado sostuvo que el derecho
llilllll'ult•HLnba por encima del common law y de las prerrogativas
clPI n•y, y dPcidió, por lo tanto, aplicar la norma que consideró
jPrfu·q11ic·nuwn1.c~ superior, y b) el fallo "Marbury vs. Madison"

1 1lol'tor e• u 1lc•rt~dw (U Bi\J. Profesor de Derecho Constitucional y Derechos


11111111111111:1 1111¡fncclo, potc¡,¡nulo y dodorudu do lu Fucultnd de Derecho de la UBA.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL INTRODUCCIÓN AL DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 27

didndo por la Suprema Corte de los Estados Unidos de Norteamé- primero de ellos quien fundó el Derecho Procesal Constitucional 3 ,
rien en 1803, donde por primera vez se dejó sin aplicar una norma tt~His con la que discrepa Sagüés \ quien, si bien reconoce el enorme
lt~gul por entender que lesionaba la Constitución. El presidente de u porte del austríaco, señala que existían antecedentes más remotos
<'Hll C~rte, John Marshall, justificó la competencia de los jueces d1~ In disciplina (en el mismo sentido opina Hitters 5 ).
Jl.nra.e.,erc.er el control de constitucionalidad a través del siguiente Kelsen ha sido el principal defensor de la creación de un
HtlogiHmO 2: tribunal constitucional por fuera de la estructura del Poder Ju-
1) E! juez está obligado a aplicar la ley. d icinl, para encomendarle la tarea de ser el defensor de la Cons-
11) SI hay do~ leyes contradictorias, una debe excluir a la otra. l.il.ución. Así lo plasmó, como se sabe, en la Constitución austría-
7
111) La Constitución es suprema y es la que define qué norma 1'11 de 1920 6 y lo expuso en varias de sus obras • Si bien el análisis
IIH "ley". dn HU postura excede con creces los límites de este trabajo,
IV) S~ una le~ ~s contraria a la Constitución, no es "ley". 11nnalaremos los rasgos más salientes: en lo atinente al órgano,
, V) ~I s~_adm~bera lo contrario, el Congreso podría reformar td maestro austríaco sostenía que no se puede proponer una
In ( .onHtüucwn y esta se transformaría en inútil. nolución uniforme para todas las constituciones en cuanto a la
. VI) Si la ley no es válida, no es obligatoria y no debe ser I'Oll l'órmación del órgano, no obstante lo cual proponía, en gene-
aplicada. 1'111: a) que el número de sus integrantes no sea muy elevado 8 ; b)
. VIl) Conclusión: una ley del Congreso contraria a la Constitu- q11o en su designación intervengan el parlamento y el jefe de
<'t6n no debe ser aplicada por los jueces. l1:HI.ndo combinadamente 9 (es decir, uno a propuesta del otro o
He~p~~cto de ambos fallos debemos hacer la siguiente salve- vicnvnrsa); e) que los juristas de profesión ocupen un lugar ade-
C'IIIHio, interviniendo en su designación las facultades de Derecho
dncl: lo umco de ellos que entendemos aplicable, como precedente
ni Derecho Procesal Constitucional es la fundamentación y 1~ o 1d propio tribunal por cooptación 10 ; d) que se excluya de su
eonHecuente decisión acerca de quién debe controlar la validez de c•otdimnación a los miembros del parlamento y que, al mismo
l.nH normas inferiores (como se sabe, ambos fallos· decidieron en ti11mpo, se "blanquee" de alguna manera la influencia política
luvor dol Poder Judicial), pero todo lo que exceda esa dilucidación q11o puedan tener sus miembros, proveyendo una parte de los
traHplli:Hl el marco de esta materia e ingresa en el ámbito del
c·n rgoK teniendo en cuenta la fuerza de cada partido político. En
''!111tn~l de.constitucio~alidad, que es objeto de estudio del Derecho <'llllnl.o al procedimiento, Kelsen proponía una legitimación am-
<·OIIH~Itucwnal. .P~r eJemplo: cómo se ejerce ese control (posturas plin: a) todas las autoridades públicas que al aplicar una norma
~~~.~~plmH o restncbvas); en qué casos se ejerce y en qué casos el 1Cltl~~~m dudas acerca de su constitucionalidad deben interrumpir
or gnno .de ?o.ntrol debe abstenerse de hacerlo (cuestiones políti- .. t proeodimiento e interponer ante el tribunal constitucional una
I'I.IH n.o .JUSb?mbles); cómo se interpreta la Constitución (tesis ori-
glllllhstns, mterpretativistas u otras), etc. Esta aclaración nos '1 Alenlú Zamora y Castillo, Niceto, Proceso, Autocomposición y Defensa, 2a
conduce n ingresar en el arduo tema de cuáles son los contenidos ••d., Mt'•xieo, UNAM, 1970, pág. 215.
d.<.¡ Uorocho Procesal Constitucional y cuál es su naturaleza, cues- '1 1-lnf.(ii(•s, Néstor P., Derecho Procesal Constitucional, Recurso Extraordina-

t.JollPH a las que nos referiremos más abajo. 1111, 1\unuoH Aires, Astrea, 4" ed., 2002, págs. 6 y 7.
n lliLI.orH, .Juan C., "El Derecho Procesal Constitucional", en El Derecho,
'l'mnbi~n es digno de ser mencionado, como antecedente de 1',! 1 IHll.
PH~·" .m!ttona, ~1 debate entre Hans Kelsen y Carl Schmitt, de '' ( ~11bn u<:lurar que no fue ésta la primera Constitución que instituyó un
Jll'liH'lJHOH del siglo XX, porque su objeto era, como sabemos, respon- lillllulld c·owll.il.ucionnl, sino la checoslovaca de 1919.
1 l(cdtwn, 1lunH, Teoría General del Estado, trad. de Legaz Lacambra,
dt'l' la pregunta acerca de quién debe ser el defensor de la Consti-
I.IJc~,·,n; n:-; decir: inauguraron el estudio de la magistratura consti- Mr•ntro, l•'ondo de Cultura I~conómica, 1948; La Garantía jurisdiccional de la
1 ',.¡¡nf¡f¡¡,·iOII (/,a ,Justicia Constitucional), trad. de Rolando Tamayo y Salmorán,
l.tlt'Jonnl. Incluso, Alcalá Zamora y Castillo sostiene que fue el Mr•HI''"• IJNAM, 2001, pas.'lim, y en "El Control de Constitucionalidad de las
1•~'VI'tl", l.t·ud. du 1lominf.(o Gurda Bclnúnde, en El Derecho, 156:793.
11 l<t•l1wn, 11., 'l'NJI'fa Umwral ... cit., pág. 57.
, ~ P1~c;dn vorHn 1111 11núliHiR crítico do usu lógica en Nino, CnrloH H., /,a u lt!t•l/1.
( 11/111/llllt'lll/1 rlr• la /Jr•mrwrar·ia /Jt•lilwmüua, Bureolonu, <lodiHu, lf)[J7, ¡11\1{. ~lO l. 111 fdt•m, Jll'i¡.¡. óH.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
INTRODUCCIÓN AL DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 29

demanda; b) todos los justiciables y administrados a través de la obviamente, no tuvo mayor aceptación en la doctrina ni aplicación
act.io popularis; e) los estados federados, para demandar la in- c•n Derecho comparado.
constitucionalidad de los actos del Estado federal, y viceversa (el En materia de antecedentes doctrinales no podemos dejar de
Ji~stado federal para demandar la inconstitucionalidad de actos
nwncionar las ideas precursoras del profesor Eduardo Couture,
de los poderes locales) 11 ; d) el defensor de la Constitución ante q11iun dedicó, ya en 1948, la tercera parte del primer tomo de su
d tribunal, a semejanza del Ministerio Público que actúa en t.rat.ndo a nuestra materia 15 •
materia penal; e) una minoría del parlamento, para demandar la gn la Argentina, sin perjuicio del hábeas corpus legislado en
dedaración de inconstitucionalidad de una ley sancionada por la 1Hr1:l en la ley 48, consideramos que los "disparadores" de esta
mayoría 12 ; {) el tribunal constitucional, actuando de oficio. Asi- rnnl.nria fueron los fallos "Siri" 16 y "Kot" 17 , donde la Corte afirmó
«(1111 "las garantías individuales existen y protegen a los individuos
mismo, Kelsen proponía que la sentencia anulatoria sea publica-
da en el mismo órgano donde se publicó la norma, aunque no ¡JtJr el solo hecho de estar consagradas en la Constitución e inde-
dm;cartaba que el tribunal constitucional tenga su propio órgano ¡wndientemente de las leyes reglamentarias", y con base en ello
do difusión. tHtplió la mora legislativa (o inconstitucionalidad por omisión)
Contra este intento kelseniano de racionalización del Estado hrinclnndo un remedio rápido para la violación de derechos cons-
eonstitucional de derecho, Carl Schmitt 13 intentó plantear las l.il.ucionales allí donde no había ninguno creado por las leyes. En
contradicciones que éste podría encerrar como sistema protector ni p(trrafo transcripto el término "garantía" está utilizado como
do In. constit~cio_nali~ad de las normas, conforme al principio HtH'ncll'ineo de "derecho" y, en realidad, la "garantía" fue creada por
orgnmco de d1stnbuc1ón del poder. La nota definitoria de la fun- In ( :orte, utilizando analógicamente el hábeas corpus para prote-
18
J.!Pr. ~Jerechos. dis,tintos de la libertad física . No obstante, la Corte
eiónjudicial, según Schmitt, es solamente la decisión de "casos" en
virtud de "leyes", y no la discusión sobre el contenido de las I'I•CIIIIl mencwno expresamente al Derecho Procesal Constitucio-
19
llltl 1111 ol año 1985, en el caso "Strada" , coadyuvando con ello al
IHll"llH1S. Para este autor, se plantea un problema cuando la con-
frontación que se da entre la ley ordinaria y la Constitución dista t"IH'onodmiento de la autonomíade esta materia.
do HOl' evidente; y el hecho de que, en este supuesto un tribunal M1íH recientemente han surgido otras garantías para dar
eonHtitucional pueda expedirse libremente sobre la v~lidez o inva- l'l'l'iJHIOHtn a las nuevas necesidades del ser humano. Por ejemplo,
lidoz de las leyes constituye una invasión en la función legislativa fi•c•nl.o ul avance de la informática y al poder que implican los
IHIIH'OH do datos ha surgido el hábeas data como mecanismo para
quo ntontn contra el principio orgánico de distribución del poder
llllllquo "su. decisión se adopte conforme a un procedimiento judi~ l11 Jli'OI.neción del derecho a la autodeterminación informativa.
l'ial" 1'1• Luogo do analizar las distintas especies y posibilidades de llt•rulu cmto punto de vista es interesante la postura que sostiene
111111 dc• lnH eoautoras de esta obra, la Dra. Basterra 20 , en el sentido
d,,fi,nHn do In Com'ltitución a partir de la visión crítica de la justicia
I'OIIt~t.i!.tteionnl, ol autor alemán encuentra su solución en la figura
d" qtll•, nHí como a los fines didácticos se distinguen tres genera-
l'ict~tCIH do derechos (los civiles y políticos o de primera generación;
dnl Jnf,, do 1 1~Htndo como protector de la Constitución. Esta tesis,
IoN ••c·o11<ímicos, sociales y culturales o de segunda generación, y los
1lt1 i IH'idoncin colectiva o de tercera generación) también existirían
11
l•:n tiiHIHI.ro pufH, ello está contemplado como competencia originaria de la t twc 1-{C'IIIII'IICiones de garantías: la primera encarnada en el hábeas
( ~ot f,., Hupn111111 (urL. 117 CN).
1
~ Atd Ot:lll"l"ll 011 España, donde la acción ejercida es un mecanismo especial,
"' ( ~ollf.tm•, l•:dunrdo J., Estudios de Derecho Procesal Civil Buenos Aires
! :•v.tditdo fH:r lcm_ art~. 81 de la Constitución y 28.2 y 79.3.b de la Ley Orgánica del l•:olitll, 1!1 11H, t. 1, prígs. 194 y SS. ' '
lrthunul <.on_HLtLuw~nal! por el cual una cierta cantidad de diputados puede 111 l~'~tlloll, :.l:W:4G9.
tlltpttV,IIIII' domconst1tucwnal un proyecto de ley antes de que sea sancionado en 11 ft'af/wr, :l41:~Hl.
lúmtu dolinil.ivn. 111
" Ht:ltmiU., Carl, La defensa de la Constitución za ed Madrid Tecnos 1998
1 l•:n lltttl•oH eJtHOH se trataba, principalmente, de los derechos a la libertad
pt\1),, '2'1. ' ., ' , ' "" '-'IIIJII'fltlll y 11 diHpomn· libremente de la propiedad.
1'1 I•:Hto unúliHis es volcado desde una postura revisionista de la toHis 111
/~'alioli, :IOH:~!lO.
~" lluMI.t•t't'n, Mnrc~oln l., "111\hens Data. Derechos Tutelados", en Doctrina
rwluuitl.itu1n por Podro de Vegu Garcíu en el prólogo de la edición citada en In rwtn
11ttf.t•fÍOI', fll,l{. 1!l. .lwiMtrl, lfl!lll·lll:'77.
:10 DERECHo PROCESAL CoNSTITUCIONAL INTRODUCCIÓN AL DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 31

la segunda en el amparo y la tercera en el hábeas data.


('(1/'fJUS, l'lolr, Hondos, a nuestro criterio, los contenidos básicos del Derecho
J~:Hta teoría de las tres generaciones de garantías resulta atractiva l'rot·c•Hnl Constitucional, tal como se desarrolla en el punto si-
COiilo método para explicar la notoria evolución que han exhibido guic•nl.t1: los órganos y los procedimientos.
laH garantías: por ejemplo, antiguamente sólo se utilizaban para
LuL!dar derechos en casos extremos (v.gr., hábeas corpus contra la
privación ilegal de la libertad), mientras que en la actualidad hay :l. Contenidos del Derecho Procesal Constitucional.
gmnntías susceptibles de ser ejercidas aun en ausencia de perjui-
rio (por ejemplo, el hábeas data informativo, destinado sólo a ( ~on respecto al objeto de estudio de esta disciplina, hay
t·onocer la información existente en un banco de datos). No obstan- VIII'ÍilH poRturas:
Lo, la clasificación de las garantías en generaciones puede privar u) Tesis restringida: es sostenida por Néstor Sagüés 23 y
11 óHt.ns de la riqueza que brinda la enorme variedad de garantías 1'11111 pnrt.ida por quien esto escribe; según ella, esta materia incluye
id1~adas por los distintos sistemas procesales (tanto los extranjeros 1tl c•rll.udio de los procesos constitucionales (hábeas corpus, amparo,
como los provinciales); esa variedad será sin duda difícil de lll'c·iolli'H de inconstitucionalidad, etc.; en definitiva, lo que Mauro
~~IH:nsillar en una u otra generación. 1 'nppl'lld.ti denomina ''jurisdicción constitucional de la libertad")
Con la brevísima referencia histórica que antecede queda v de• In nw,gistratura constitucional (es decir, el estudio de los
1•xpresado que, según nuestra opinión, el Derecho Procesal Cons- .-rq:nnoH que la ejercen: tribunales constitucionales, cortes supre-
titucional existe tanto en países donde la magistratura constitu- IIIIW, HnlnH constitucionales, etcétera).
doual se encuentra concentrada como en aquellos donde todos los h) 'l'esis intermedia: es sostenida por Domingo García
jueces ejercen el control de constitucionalidad. En palabras de ltt•lnt111dn ~~,quien postula que el Derecho Procesal Constitucio-
Bidnrt Campos, "allí donde hay control e interpretación constitu- nnl induye el estudio de los dos temas ya referidos, más la
cionales hay jurisdicción constitucional" 21 • flll'intfi,·cúín constitucional, la cual abarca: el valor jurídico de la
Por último, aun cuando sea más que obvio, debemos destacar l'onrd.il.ución, el control constitucional, la interpretación consti-
la creciente importancia de esta materia en el marco de un Estado ltu·ionul, <~tcétera.
Hodal y democrático de Derecho y de una democracia participativa,
qtw son las características salientes del régimen constitucional r') 'l't•,.;il; amplia: es sostenida por Osvaldo Gozaíni, que agre-
L!II, 11 Lodo dio, el estudio del debido proceso 25 •
nrgentino después de la reforma de 1994. Gracias al Derecho
1'roeesal Constitucional, los derechos consagrados en el bloque de J~:nl.c•ndemos que las interpretaciones que proponen las pos-
ronHLitucionalidad cobran vida y los habitantes de la Nación Ar- lmnH I'I~HI1fiadas en b y e invaden el viejo tronco del Derecho
¡.(ontina pueden vehiculizar sus reclamos a través de los institutos 1 'o11rd.il.ucional, o, dicho de otra manera, lo amputan de manera
quo en él se estudian. I'Hr't•nivn pnra la conformación de esta nueva disciplina. Es decir:
Con esas bases, definimos esta materia como el estudio
HiHLomatizado de los órganos competentes para el ejercicio del
c~ontrol de constitucionalidad y de los procesos de garantía de los l,tiPil, "w¡ru•llon dr!rcchos humanos garantizados por el ordenamiento jurídico
doroehos humanos fundamentales 22 • Como surge de esa definí- !'""''"'"· ,., la mayor parte de los casos en su normativa constitucional... Se trata
'''''"'1''''• ¡uw /rm/.o, de derechos delimitados espacial y temporalmente, cuya
,(,."""'llllll'llln I'I!IIJJOnde a su carácter básico o fundamentador del sistema jurídico
~1 llidmt Campos, Germán J., La Jurisdicción y el Control Constitucionales t•••ltftn• ,¡,.¡ /1,'11/wlo de Derecho". Sobre la definición de derechos humanos puede
''" lrr .!ttrisdicción Constitucional, Buenos Aires, Ediar, 1987, pág. 260. ,..,, "" IVln111li, l'nhlo L., El Bloque de Constitucionalidad: La Recepción del Derecho
n Si bien aquí utilizamos la voz "derechos humanos fundamentales", ello es illlo•tflttt't"""l ,¡,.lo.~ /Jt!I'C?chos Humanos en el Derecho Constitucional Argentino,
por n1:r.ouoH pnícticas, ya que a nuestro entender existe una diferencia entre los llr11•111111 1\in•N, Lu Lny, 2003, púgs. 33 y ss.
dl'l'll<'hoH humanos y los derechos fundamentales: siguiendo a Pérez Luño, enten- " ~111Kilc'•tl, N., n•mcho Procesal Constitucional ... cit., pág. 4.
dniiiiiH por dtH'l\t:hos humanos el " ... conjunto de facultades e instituciones que, en " 1 l11n'l11 llcdnúndo, Domingo, De la Jurisdicción Constitucional al Derecho
t'11du ntolllt'tt./.o histórico, concretan las exigencias de la dignidad, la libertad y la 1'• "''''"'" ( 'onlllilrtr'ionrrl, Limu, Grijley, 2000, pág. 51.
i¡¡tittltl(/(l hrwrrr.tw.q, la.~ cuales deben ser reconocidas positivamente por lo,q on/e- "' 1 lo~.11111 i, ( >twnldo, /f.! lJrmn~ho Procesal Constitucional y los Derechos
1/lllllit•nlonjttrlrlim.q a. nirwl na.dona.l e intrmwcional", y por derechos fundniiWII" 1/JIIttllll••n, Mc'•xico, UNAM, 1!J!)fi, p1\g-H. 77 y AH.
ll2 DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL INTRODUCCIÓN AL DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 33

consideramos que no podemos quitarle al Derecho Constitucional f',lll' (~ntre el "Derecho Procesal Constitucional" (que contiene, se-
HUR capítulos dedicados al estudio de la supremacía constitucional, 1:1111 Pste autor, los procesos y la magistratura constitucionales) y
d control de constitucionalidad, la interpretación constitucional, ,.¡ "Derecho Constitucional Procesal" (que estudia la jurisdicción
como sostiene García Belaúnde. Lo mismo ocurre con el debido •·onHI.it.ucional y el debido proceso). Así, dedica una parte de su
proceso, que es una materia sustantiva, un derecho en sí mismo, nln·n Hobre la materia a las garantías judiciales (que define como
Hin perjuicio de su utilidad como garantía de otros derechos. ,.J,·olljunto de instrumentos establecidos por las normas constitu-
l'lonnlm; con el objetivo de lograr la independencia y la imparcia-
lidnd del juzgador:H) y a las garantías de las partes en el proceso
:J. Naturaleza del Derecho Procesal Constitucional. tdt•finidas como las que tienen los justiciables cuando acuden a
32
rH ti il'i l.:tr la prestaciónjurisdiccional , que coinciden con el concep-
Existe una larga discusión acerca de si la disciplina bajo lo dco dd>ido proceso). Ello hace que su postura se asimile a la de
mrLudio se inscribe en el marco del Derecho Procesal o del Cons- q11ic•IH~H Rostenemos que es una disciplina mixta.
titucional. Por nuestra parte, a esta altura de su evolución, cree-
I<.PHpedo de las dos primeras posturas, creemos que ambas son
mos que el debate debe centrarse, no tanto en la rama del derecho
n la cual pertenece nuestra materia, sino en la rama del derecho tnrudicientes para explicar el nuevo fenómeno, ya que éste excede
,,¡ IIIIII'L'O del Derecho Procesal y el del Derecho Constitucional:
de la cual se desprendió el Derecho Procesal Constitucional. Es
decir que partimos de la base de su autonomía e independencia de 1J Excede el primero por lo específico de la materia que se
otras ramas del mundo jurídico. inl••nt.u n~sguardar a través de los procesos constitucionales. Es
cltwir: 1d tipo de derechos protegidos influye en el tipo de acción que
a) García Belaúnde 26 se expide categóricamente por la pri-
mera postura y entiende que es imprescindible emplear la técnica lo11 •·nnali:za, de manera mucho más acentuada que en Derecho
propia del Derecho Procesal. En un sentido similar, Hitters sostie- 1'ro!'c•r·ud co.mún. Por ejemplo: juicios por desalojo, por daños y
ne que la disciplina "es tributaria" del Derecho Procesal 27 • JH'I'.ÍIIÍcios o por filiación pueden tramitar perfectamente por el
nliHIIlll procedimiento. Lo mismo ocurre, en materia penal, con una
b) Haberle 28 entiende que es una disciplina constitucional. c'llllrlll por <~stafil, homicidio o violación. En cambio, un juicio donde
Bidart Campos se enrola en esta postura cuando afirma que "la tw prot1•g1~ el derecho a la libertad física debe tramitar por hábeas
materia sometida a la jurisdicción constitucional en el proceso 1 "'l'llfi; Hi td derecho en cuestión es otro derecho de tipo individual,
constitucional es constitucional, y las normas en juego -tanto las lu nt't'it'lll idt'luea será el amparo; pero si se trata de un derecho de
de fondo que rigen la causa, cuanto las de forma que rigen el llwtdc•IH'Ía coluctiva, será el amparo colectivo; e incluso dentro de
procedimiento- son constitucionales Oas últimas, cuando menos, t•tllot~ dumchos hay algunos que, como veremos en capítulos si-
lo son en sentido material, aunque acaso no estén contenidas en la ¡~«llnlll.c•H, tionnn su propio régimen de protección procesal (dere-
Constitución formal)" 29 • ' I111H d1• loH consumidores y usuarios, derecho al medio ambiente
e) Néstor Sagüés 30 , en postura que compartimos, considera t1illlll, nl.t·.). J•;n otras palabras, en materia de Derecho Procesal
quo es mixta, porque recibe aportes de ambas disciplinas, como l',,ntil,il.llcionul os imposible escindir la acción del derecho tutelado,
oxplicamos más abajo. 11 1111•1liiN qtll\ pensemos que todos los procesos constitucionales son

d) Renglón aparte merece la tesis de Fix Zamudio, quien, si Vlllinlti.I'H di'! :unparo, lo cual es inconcebible por razones históri-
I'IHt v l••c'JIÍcnH. Acción y derecho, derecho y acción, son las dos caras
hinn sostiene que la disciplina deriva del Derecho Procesal, distin-
d•• 11111t lliÍHIIIII moneda y se influyen mutuamente; sostener que el
liPJt•t·hu l'ron•tml Constitucional es meramente procesal implica
~~~ Oarcía Belaúnde, D., De la Jurisdicción ... cit., pág. 45, donde incluso llega
''"~!111' c•tlll int.c•rneciún. Incluso, obsérvese que aquellos que con-
11 111i rnwr que "el Derecho Procesal Constitucional sólo se entiende desde una teoría
/:CIII'ral del proceso".
~·, 1ritters, J., op. cit., pág. 882.
~H Citado por García Belaúnde, op. cit., pág. 34. " I•'IK l'.unnulio, 1J(odor, Introducción al Derecho Procesal Constitucional,
~~~ Birlmt CampoR, G., La ,Jurisdicción ... cit., pág. 259. Mil-11'11, Fl INIJ/\1', ~!OO:.l, p!'lg. fíO.
:m Hu¡.rilóH, N., /)¡•f'('(~/w Procesal Constitucional... cit., págs. 3 y 1111. IJ I•'IK :l.iiiiiiHiio, 11., !nll'lldw·l'ióll ... c:it.. , piÍg. no.
:14 DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL 35
INTRODUCCIÓN AL DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL

side_ran al Derecho Procesal Constitucional como parte del Proce- 1lt•n~elw Constitucional y el Procesal. Eso genera ciertas peculia-
salii_lcluyen dentro de él una serie de institutos que creemos son rtdndc!R en aquellos Estados federales como la República Argenti-
propws del Derecho Constitucional, como analizamos supra. 1111, donde los códigos de forma son dictados por las provincias.
n) Pero esta materia también excede el marco del Derecho l•:n efecto: en el Derecho Procesal Constitucional siempre hay
<~onstitucional, porque utiliza una técnica propia del Derecho lltllllili!staciones de la eterna tensión entre dos fuerzas: el gobierno
1'rocesal para la regulación del tipo de acción la legitimación los ll•dcq·¡tJ y los gobiernos locales, ya que al momento de regular cada
.
t! ll!ctos
d e la sentencia, etc. Reconocer que se utiliza
' la técnica' del 1111o do Jos institutos o acciones de garantía que conforman la
Derec_ho Procesal no implica contradicción con lo dicho en el punto 11t11Lc•rin, el Congreso debe ser muy cuidadoso de no exceder el
nntenor, por cuanto esa técnica no puede liberarse de la notoria lltnrco do competencias que las provincias le delegaron. En efecto:
influencia que genera el tipo de derechos protegidos sobre el modo ill LI'IILnnle de una materia que es al mismo tiempo constitucional
cm que se regula la vía procesal adecuada para su defensa. v pt·occ!slll, las normas federales que la regulan deben limitarse a
En cuanto a la postura dual, sostenida por Fix Zamudio dPfínir los institutos, darles su fisonomía, establecer cuáles serán
consideramos que ella implica afirmar que hay normas procesale~ lo11 dnt·ochos protegidos a través de él; pero no mucho más, puesto
que se ocupan de materia constitucional y normas constituciona- q11n c'llmlto más se avance, mayor será el peligro de invadir la
~oH que se ocupan de materia procesal. Creemos que lo rico está mllc'l·n t~strictamente procesal, que compete a las provincias. El
JIIHtamente en el fenómeno de la confluencia de dos ramas del Pjn111plo ml'ís claro de ello es la ley de Hábeas Corpus, no 23.098,
1)cm~cho, el Constitucional y el Procesal, en aras de la más com- '1"'' t•ontiene dos capítulos: el primero de naturaleza federal 33 , que
plota protección d~ los derechos humanos. Esa confluencia da por tPnli:r.u la caracterización del instituto y es aplicable en todo el
t"oHtdtado la necesidad de su estudio científico autónomo. Por otra Jlltlti, y cd segundo, que regula su instrumentación procesal, apli-
parto.' como señala Sagüés, basta que una materia procesal sea rultlc• H6lo on la Capital Federal 34 y en los tribunales federales.
tnelutdn en el texto constitucional para que deje de ser parte del Ar1irniHmo, cuando las constituciones y leyes provinciales regulan
Dm·oeho Procesal Constitucional y se incorpore al Derecho Cons- lu ÍIIHLrunwntación procesal de cada instituto, deben cuidar de no
titucional Procesal. t~ll.t'l'lll' HU espíritu, ni desvirtuarlo, ni estrangularlo con requisitos
En el primer párrafo de este punto aludimos a la autonomía nKt'ntlÍVoH. Ello es por aplicación de los arts. 28 y 31 de la Consti-
do oHt.n materia. Con ello hacemos referencia a la necesidad de su 1uc•ic'Jn Nudonal.
nHt.udio Hllflllrndo del Derecho Procesal y del Derecho Constitucio- I•:Htn particularidad va de la mano con otra, que deriva de la
nal. 1•:1 li!nónwno es similar al que se produce con los derechos 111111111 t.orin do dos factores: la estructura federal del Estado y el
IIIIIIHHloH, purn cuya conformación confluyen el Derecho Interna- t~illlt•lllll de control difuso de constitucionalidad. Nos referimos a
!'~OIIId y cd Don~eho Constitucional, pero el estudio de esa confluen- IJII" loH j 11ncc~s provinciales también ejercen la magistratura cons-
c•íu hn adquirido autonomía académica y científica, al punto que 1illlc'tollttl y aplican el Derecho Constitucional siempre que en una
llptii'I'I'O c•n c•l pmgrama de estudios de muchas universidades de t•nwm t'lldiendu en sede local surja una cuestión federal conexa con
tli11 1MI.t•o pníH (uHpocialmente las públicas). El porqué de esa auto- til ohj11l.o do! juicio. Así lo establece en forma expresa, por ejemplo,
noulfn rncl ka c!n las particularidades que distinguen al Derecho PI urt. :.!OH, inc. 6, de la Constitución de la provincia de San Juan:
1'r·oc'PHtd Constitucional, algunas de las cuales se detallan a con- '/'r 11 lo lrihunal provincial tiene competencia y obligación en
t.ittllnt'iótl. , ,,/,¡uit•r tipo de causa para resolver las cuestiones constituciona-
lr•t, ¡f,. flllltll·rdeza f"ederal incluidas en las mismas". En el mismo

•L Algunas particularidades del Derecho Procesal Cons-


titucional. '' AMI lo rlt•eidi6 roiterndamente la Corte Suprema, por ejemplo en Fallos, t.
¡uiMN, '1'1'2, Hli 11 y 111'2.
:1(1',1,,
n) Pluralidad de normas en los Estados federales: como lle- '11 1.N lt•y ml do 1!JH1, ea decir, anterior a la autonomía: de la Ciudad de Buenos
Ah •·~. y dktudn t•ll ópoeua cm quo ol Congreso Nneional era, además, legislador
VIIIIIOH dicho, eHta materia es producto de la confluencia entre el lnl'ltl pnl'll In <:npit.ull•'odc•ml.
:u; DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL INTRODUCCIÓN AL DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 37

H<mtido se expide el Código Procesal Constitucional de la provincia l':~t:Lo de San José de Costa Rica 3 G; art. 5 del Pacto Internacional
dn Tucumán (art. 87). Al cumplir esa misión, el juez local también de• Derechos Civiles y Políticos 37 ; art. 23 de la Convención sobre
nplicará, obviamente, el Derecho Procesal Constitucional, tanto la In J•:liminación de todas las Formas de Discriminación contra la
parte sustantiva (federal) como la parte procesal (local). M11jt\l': 1H, y art. 41 de la Convención sobre los Derechos del Niño 39 •
b) Principio pro homine: pauta para superar la pluralidad El principio pro homine, utilizado como pauta para la selec-
de normas: esa tensión y esa posibilidad de superposición entre lo c·inll de normas en el marco de la multiplicidad de fuentes que
li·dcral y lo local tienen también su lado positivo, si se interpretan pmt.q~en los derechos humanos, es uno de los pilares del moderno
adecuadamente las normas: el mismo instituto puede estar regu- 1lt•l't•cho Constitucional y del Derecho Internacional de los Dere-
lndo, en un Estado federal, en cinco normas distintas, pertenecien- l'lioH JI u manos. En este sentido, la CSJN ha dicho: "los tratados
Lt\H, a su vez, a cuatro jerarquías normativas distintas: '111111'1' derechos humanos deben entenderse en función de la protec-
c·ru/1 de los derechos esenciales del ser humano y no para beneficio
1) La Constitución Nacional (por ejemplo, en el art. 43 CN)
de• los Rstados contratantes" 40 • Y la Corte Interamericana ha re-
y algunos tratados internacionales de derechos humanos con je-
mrquía constitucional (por ejemplo, en los arts. 8 y 25 del Pacto llllll'l:ado "la necesidad de interpretar e integrar cada norma de la
C 'ulltlf'nci6n utilizando principios yacentes, o subyacentes o supra-
dt\ San José de Costa Rica).
vuc·c•nh•s en otros instrumentos internacionales o en los propios
II) Leyes federales (leyes de amparo, hábeas corpus, hábeas
dat.a, etcétera). on/r•llunúentos internos ... todos los cuales se encuentran en alguna
1/lc't!it!a incorporados a la Convención en virtud del... art. 29 ... " 41 •
lll) Constituciones de provincia (la mayoría de las constitu-
ciolws locales los prevén), y 1') Aplicación del principio pro actione: varios de los instru-
IV) Códigos de procedimientos o leyes provinciales. 1111'11 t.oH internacionales jerarquizados en 1994 contienen normas
Si bien la cantidad de normas y de jerarquías normativas I'PIC·I·id:IH a la tutela judicial efectiva de esos derechos y al dere-
lnnncionadas se reduce en los Estados unitarios, el fenómeno
tmubién se registra en ellos, ya que pueden existir normas in- 1
" "NinRuna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en
t.nmncionales, constitucionales y legales que regulen el mismo ,,¡,,.llftdo dt•: a) ¡wrmitir a alguno de los Estados Partes, grupo o persona, suprimir
inHtituto. ,,¡ !/"~'~' v •:i1·n·icio de los derechos y libertades reconocidos en la Convención o
Esa multiplicidad de normas, lejos de complicar la interpre- ltllll/1rtlo'' 1'11 mayor medida que la prevista en ella; b) limitar el goce y ejercicio
Lnción, la facilita, ya que se debe aplicar aquí el principio pro ,¡,. o'llttltfl/11'1' tlc•recho o libertad que pueda estar reconocido de acuerdo con las leyes
,¡,. 'lllll<fl/11'1'11. rlc! /os Estados Partes o de acuerdo con otra convención en que sea
Ilumine ar. y, en virtud de él, elegir la norma que sea más benefi- /''"''' 111111 ,¡,. dil'hos Estados ... ".
I'ÍOHII para el sistema de derechos de la persona humana. En el " "l. NinRuna disposición del presente Pacto podrá ser interpretada en el
C'IIHO, In norma más beneficiosa será la que prevea plazos más •o·llltdo d1• l'll/II'Nlc•r derecho alguno a un Estado, grupo o individuo para emprender
11111plios de caducidad de la acción, plazos más breves para el '" ltl•tdlldl'll o n•alizar actos encaminados a la destrucción de cualquiera de los
d idndo de las resoluciones por parte del órgano judicial, menor ,/,,.,.¡'""y ltht•t•lrules reconocidos en el Pacto o a su limitación en mayor medida
•(lit' fu 1'' l'fiÍultt c•n d. 2. No podrá admitirse restricción o menoscabo de ninguno
t'llllt.idnd de traslados y vistas durante su trámite, mayor facilidad '/,· f,,,, rf,.,.,.,.¡,ollllll!llmws fundamentales reconocidos o vigentes en un Estado Parte
pnrn ni dictado de medidas cautelares, efecto devolutivo de los ''" ••11!11d d1• lt•yt•u, c'r>lwenciones, reglamentos o costumbres, so pretexto de que el
l'l'<'lll'HOH que se deduzcan contra las decisiones que hacen lugar a ,.,,,..,.,¡,, l'ul'lo 1111 /cm reconoce o los reconoce en menor grado".
lnH nwdidas solicitadas por el peticionante, etc. Por lo tanto, de esa '" "Nudu ,¡,. lo dispuesto en la presente Convención afectará a disposición
,/¡JI/1111 '''"' lll'ff 1111í.~ conducente al logro de la igualdad entre hombres y mujeres
pl11 rnl idnd de normas, tanto el justiciable como el juez deben elegir r •/"'' 1""'"11 ¡;, /11(//' ¡mrte de: a) la legislación de un Estado Parte, o b) cualquier
:~tpudla (o la combinación de dos o más de ellas) que restablezca '''"' '"""1'11<'/IJ/1, !miado o acw~rdo internacional vigente en ese Estado".
t•l ¡~ocn y el ejercicio del derecho violado de manera más efectiva. "' "N. u fu,¡,. /u d í.·;¡m.csto en la presente Convención afectará a las disposiciones
I•:Hn nH cd mandato que surge de la interpretación armónica de las '1''" "''''" 1111111 t'olltlllc't'lllc!H a la realización de los derechos del niño y que puedan
Higllit\IILt\1-1 normas del bloque de constitucionalidad: art. 29 del ''#'"' '''''"H1rlrr11 t'll: a) e•/ clc•l'f!l'lw de un Bstado Parte, o b) el Derecho Internacional
1•111•'''"' ,.,,, t'<'IIJII'I'!o u dil'ho g//lado".
ill /•'rrl/c111, :l:lO::llli:l.
1" :-lohn• <•Hto print:ipio Jlllt•de vorHO Manili, P., El Bloque ... cit., p1\¡¡-, ~ 1H. 11 llplilic111 1:olllflilt.ivu 11" -1/H•I, opinión 11opumda dül jutJí': Pi:r.a l~scnlnnte.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL INTRODUCCIÓN AL DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 39

eho al acceso a la justicia: el art. XVIII de la Declaración Ame- ,, lu11ine siempre que ello fuera posible y siempre que la acción
ricana de los Derechos y Deberes del Hombre 42 ; el art. 8 de la l1•11gn visos de seriedad. Este principio se encamina entonces a no
Dedaración Universal 43 ; los arts. 8 y 25 del Pacto de San José "ttl.o rp1 ~cer ni obstruir el derecho a la tutela judicial efectiva 47 •
de Costa Rica 44, y los arts. 2.3 y 14 del Pacto Internacional de J1:n In Argentina, este principio, aunque innominado, había
1)erechos Civiles y Políticos 45 • En tal sentido, la Comisión Inte- rudo npliendo ya en la década de 1950, en los casos "Siri" y "Kot"
ramericana de Derechos Humanos formuló la siguiente inter- vn ,.¡l,ndos, en los cuales la Corte operativizó ciertas normas cons-
pretación del derecho a la tutela judicial efectiva, en una clara ltl.twionnles que carecían de una vía procesal adecuada para su
aplicación del principio pro actione: "El principio de la tutela judi- dt•ll•ttHa creando así la acción de amparo.
cial efectiva puede traducirse en la garantía de libre entrada a los , '
Jl:n el último medio siglo es dable constatar, segun ensena
-
tribunales para la defensa de los derechos e intereses ante el poder 1 ~IIPP~'IIdLi 4H, una oleada hacia un nuevo concepto de acceso a la
público, aun cuando la legalidad ordinaria no haya reconocido un lttNiicia, una concepción más amplia, que se traduce en progran:~s
recurso o acción concreto" 46 (el destacado nos pertenece). ti•• nyuda jurídica para gente de escasos recursos, representacwn
En virtud de este principio, el juez debe buscar la interpre- d11 i;d,nn)~es y derechos colectivos por funcionarios públicos 49 ,
tación más favorable al ejercicio de la acción, eludiendo su rechazo l'llfill'lllllH procesales, métodos alternativos de solución de conflic-
1oN, Pl.c. Por nuestra parte creemos que este fenómeno se debe a
42
"Toda persona puede concurrir a los tribunales para hacer valer sus l11 t11l1•eunción de las legislaciones internas a las prescripciones de
d1'1'i~r:lws. Asimismo debe disponer de un procedimiento sencillo y breve por el cual lun nor·nws internacionales de derechos humanos 50 • Basta recor-
/(l. justicia la ampare contra actos de la autoridad que violen, en perjuicio suyo, dnr, ni di~cto, el caso "Airey" 51 de la Corte Europea de Derechos
alguno de los derechos fundamentales consagrados constitucionalmente". 11ttllllltlOI:l, que responsabilizó internacionalmente a Irlanda por no
1
" "Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante los tribunales
pt'PVI\1' IH1 su legislación interna la provisión gratu~t~ de un patro-
IUII'ionales competentes, que la ampare contra actos qu.e violen sus derechos
fimdamentales reconocidos por la Constitución o por la ley". •·ínio ldrado para cuestiones de Derecho de Famll1~, pese a. q~e
14
Art. 8: "1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías 1111dn i m podía que la parte afectada se presentara sm patrocr~uo,
y dt~ntro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente JIPI'o Ht)gún la Corte- la complejidad del proceso la hubiera
t' imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de ndocudo en inferioridad de condiciones respecto de la otra parte.
nwlquier acusación penal... o para la determinación de sus derechos y obligaciones
d1~ orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter... ". Art. 25: "1. Toda 1•:1 t.rihunal consideró que ello violaba el derecho de acceso a los
¡u•r,qona tiNte derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso lnhllntt!t•s (art. 6.1 del Convenio Europeo), entre otros.
1•/i'l'livo ante los jueces ... que la ampare contra actos que violen sus derechos J1:n ddinitiva, se trata de un principio axial, una clave gené-
/itnl lamentalcs reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun 1 ít'll du interpretación de todas las normas del Derecho Procesal
I'Uando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus
/itnóo1ws oji:ciales. 2. Los Estados Parte se comprometen ... b) a desarrollar las
JIOHibiliclade.'l de recurso judicial..." (énfasis agregado). 1t ( ~onf. Bidart Campos, Germán, Tratado Elemental de Derecho Constitu-
-1n Art.. 2: " ... 3. Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se • 1111111! ;\rJ.il'tll.ino, t. I-A, Buenos Aires, Ediar, 2000, pág. 392. . .
l'ompronwü? a garantizar que: a) toda persona cuyos derechos o libertades recono- ~N ( ~uppolldt.i, Mauro, y Garth, Bryant, El Acceso a la Just~cw, trad. de
l'idoN 1m el pre.sente Pacto hayan sido violados podrá interponer un recurso efectivo 1\ltHIIt'll Mirnnda, M6xico, Fondo de Cultura Económica, 1996, pág. 45. A los fines
lttnJ. cuando tal violación hubiere sido cometida por personas que actuaban en , ll•lltol•'lf{ii'ON uclammos que la primera edición de la obra es de 1978 y se refiere
1:ÍI'I'i'icio d1? sus fimciones oficiales; b) la autoridad competente, judicial, adminis-
11l "11/ltiiiiJ 1'1/!tr/.o de siglo".
lrl ti i ua o lt•!.[islativa, o cualquiera otra autoridad competente prevista por el sistema 1
" l'or c<jc<mplo, el art. 4:3, segundo párrafo, y el art. 120 CN, que facultan al
!I'J.{III dl'l J!:stado, decidirá sobre los derechos de toda persona que interponga tal
lltd .. IHIIIt dt•l 1'u oh lo y al Ministerio Público a actuar en defe~sa de los derechos
1'1'1'/1/'so, y a detmrrollar las posibilidades de recurso judicial...". Art. 14:
,¡., 1111 id~<ni'ÍII colodivn y de los intereses generales de la soc1eda~.
" ... Toda ¡wrsona tendrá derecho a ser oída públicamente y con las debidas ''" lnl'lltHo, loH tnétodos alternativos de solución de controversias, esto es, los
J.{ltm.n.Uas por un tribunal competente, independiente e imparcial, establecido por 1111 jtldll'tllll•tl, t1o11 1111 cluro ejemplo de la influencia del Derech? Internacio~a~ _en
/u l1•y, 1'1/. la sustanciación de cualquier acusación de carácter penal formulada ,,¡ llt11 tlf'ho ini.Pnlll, puosLo qno nacieron en el Derecho InternaciOnal (negoc1ac10n,
l'lllllra 1'1/a o ¡mm la dr.tcnninación de sus derechos u obligaciones de carácter civil" IIIV<•HI illJH'iún, but•noH olicios, mediación, conciliación, arbitraje, etc.) y de allí
( t'ínfitHiH ugrogadol.
111 lll<•tun trm;lududoH ul Dorocho interno. m nrt. 33 de la Carta de la ONU ha
' C 1flll, 1nfill'lno n" H0/9!>, omitido en el caso n" 10.194 ("PalacioR N. 1' 1U. l'llflilwndo, 1•11 1!1~/i, lu muym· pur'l.o do dichos métodos.
i\r}-/1'1/.tinu"). 1
" C:l•:llll, ot:l.uhro !J do W7!1.
40 DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL [NTRODUCCIÓN AL DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 41

Constitucional, basado en la convicción de que "son las reglas No olvidemos que la palabra "magistrado" significa literal-
procesales las que infunden vida a los derechos sustantivos, las que lttc·ttl.c~: dignidad, sapiencia, fuerza y poder, y se vincula con los
activan dichos derechos para hacerlos efectivos" 5 2 • Por ello, en caso 1,, r 111 i nos "magistral", "n1agisterio", "mayestático" y "mayéutica".
de duda entre abrir o no una determinada vía procesal en defensa q 1111 • 111 ~N nj orcen la magistratura constitucional cumplen, sin duda,
de un derecho humano fundamental, por aplicación de este prin- 111111 dn las más altas funciones en la estructura del gobierno del
cipio, hay que estar a la respuesta afirmativa. I•:,lf ndo, y deben ostentar esas virtudes en grado superlativo.
¡, l /,a independencia de la magistratura constitucional: aun-
5. Los desafíos del Derecho Procesal Constitucional. '1'''' llt'll obvio, es preciso destacar que, si quienes controlan a los
podc·¡·c·H políticos no se desprenden de la influencia de éstos, dejan
Esta joven rama del Derecho debe aún perfeccionarse y en- dc• 11c•r c·r¡ntroladores y se transforman en convalidadores. Si bien
l'rentar algunos obstáculos para lograr su pleno desarrollo. Entre l11 ittdc•J)(HHlencia de los magistrados es necesaria en todos los
ellos encontramos: l'ltPI'wt n instancias, en la magistratura constitucional se hace
ílltprc•Heindible. Lamentablemente, en Latinoamérica la indepen-
a) La especialización de la magistratura constitucional: si- dc•nc'ill del Poder Judicial en general, y de la magistratura cons-
guiendo a Sagüés 53 , advertimos que tanto en los sistemas de 111 tlf'iotud en particular, dista de ser la deseable. La jurispruden-
control difuso como en los de control concentrado de constitucio-
' 111 dc• In Corte Suprema durante la década de 1990, sin perjuicio
nalidad, existe una gran falencia en la formación y versación de dt• nlRttnos fallos más recientes, es prueba acabada de ello.
los magistrados en la ciencia del Derecho Constitucional. Basta
con constatar que hace décadas que ningún constitucionalista es ,. l l~'l perfeccionamiento de los procesos constitucionales: un
nombrado como ministro de la Corte para demostrar lo antedicho; t~olnc·jt'IIIJllo demostrará que ésta es una asignatura pendiente del
pareciera que el máximo tribunal de garantías constitucionales no llcq·c•c·lw Procesal Constitucional: en la Argentina sigue vigente el
twcesita constitucionalistas en su seno, sino que alcanza con espe- dPCTt•Lo-lny comúnmente llamado "de desamparo", sancionado en
cialistas de otras ramas del derecho. Otro tanto ocurre, en nuestro 1111111, por lo cual aún están vigentes (aunque, a nuestro entender,
pnís, con los jueces inferiores y con muchos de los integrantes de lflt'IIIINf.it.udonalizadas) las normas que establecen el plazo de
IoN tribunales o salas constitucionales en los países que los han ntclllt'idnd do 15 días para su interposición y la obligatoriedad de
implementado (lo cual es aún más grave). ttnnt11r In vía administrativa en forma previa. Es necesario modi-
La interpretación constitucional presenta particularidades tlntt· c•Na nor·nw para hacerla más eficaz y para que cumpla con el
qtw están ausentes en la del derecho infraconstitucional; sencilla- lllr111dnt.o que surge del art. 43 CN, que ni exige agotamiento de
mente porque las normas constitucionales son ontológicamente '" 111 vrn prov.in, ni establece plazos de caducidad de la acción, no
diNtintas de las del derecho común.Además, quien ejerce el control t~IHilllnl.n lo cual algunos jueces aún los exigen 54 •
constitucional debe interpretar todo el sistema jurídico en clave l•:n ¡r,1~1wral, para actualizar los procesos constitucionales,
constitucional; es decir, debe hacer interpretaciones de la Consti- HPIIII llllCt'HIIrio: eliminar plazos de caducidad, facilitar el dictado
tllci6n y desde la Constitución. No alcanza con ser un excelente dP 1111•didw-l cautelares (tradicionales e innovativas), reducir los
civilista o penalista o laboralista: el magistrado constitucional '""'"" dc1 q11c~ disponen los tribunales para expedirse, ampliar la
dnlw conocer profundamente el Derecho Constitucional, aunque '"'''I'''Lt•ltc·in d<~ los tribunales, establecer la gratuidad de todos los
pnn~zca verdad de Perogrullo. pttlll'tll 111 c·onHti Lucionales, ordenar la habilitación y horas en for-
''"' rllilonlt'd.icn, de. Todo ello, claro está, no implica que estemos
I'II'I'"IIÍc'IHio la ordinariznción de los procesos constitucionales,
•1111•1 11111 :Hilo 1111 ndualización.
"~ Cnppcllctii, Mauro, et al., oh. cit., pág. 47.
11 1
' Hngiiú1;, Nóstor P., "El Desarrollo del Derecho Procesal Constitucional:
1•OKI'OH .Y OlJHtíteulo;~", en Revista Hispanoamericana de Derecho, ponencias del II
( :ottHI'UNo lnt.omueionnl de Dorec:ho ConRLitucional y Procesal Constitucional, '' 1 V••rlltllo plt'lucl'io do la CNCAl•' en nuioH "Capizzrmo de Galdi" (,lA, 2000-
lltututu:o, llnivl'rHidnd d<' llttlllllteo, uflo l, n" :.!, págs. 6 y ss. 11 l)'f 1
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
INTRODUCCIÓN AL DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
43
d) La codificación del Derecho Procesal Constituci~na~: co~o
nn. toda rama del Derecho que va adquiriendo autonomm cient:fi- ese año, y regula el hábeas corpus, el hábeas data, la accwn
cn, académica, y peso propio, surge el debate acerca de su codi~­ p~pular, la acción de inconstitucionalidad, la acción de cumpli-
miento, el amparo, etcétera 56 •
cnción. Consideramos que, en el mediano o largo plazo, ello sm
d11<la ocurrirá en el orden federal argentino, ya que existen, a esta ~uego de ~n somero análisis del contenido de los códigos
li~eha, algunos antecedentes en el Derecho Público provincial: refendos, conclmmos que, en caso de que el Congreso de la N ación
1) El Código Procesal Constitucional de la provincia de Tu-
adoptase la decisión de sancionar un código a nivel federal el
ellmán, ley 6944 de 1995, que legisla sobre hábeas corpus, amparo contenido de ese código prácticamente coincidiría con los instÚu-
g<~neral, amparos especiales (informativo, el~ctoral, :tJ.sca~ ~ por
t?s que analizamos en esta obra. Pero también podría incluir
111ora de la administración), amparos colectivos y d1sposi?10nes
Ciertos temas que escapan al estudio que realizamos en este libro:
rdativas al control judicial de inconstitucionalidad (de o~c10, .por los mecanismos para superar la inconstitucionalidad por omisión
ncción declarativa y por apelación a la Corte Suprema, mclmda la reglamentación de la declaración de inconstitucionalidad d~
11na especie de per saltum). ofic~o, el. _mecanismo para garantizar el derecho de réplica,
recbficacwn o respuesta 57 , las acciones de clase, etcétera.
n) La Ley de Procedimientos Constitucionales de la provincia . Claro está que la codificación del Derecho Procesal Constitu-
d<~ Entre Ríos, ley 8369 de 1990, que legisla sobre el amparo, la CI~nal, como la ~e cualquier materia, presenta ventajas y desven-
11<~eión de ejecución o prohibición por v.iolació~ de .la le~ u ordenan- ta,]. as, que han ~1do claramente expuestas por Sagüés 58 . Entre las
:t.n, el hábeas corpus, la demanda de m~ons~Ituc1~nahda? a~te el pnmeras mencwna:
S11porior Tribunal y el recurso extraordmano de mconsbtucwna-
lidad ante el mismo órgano. r) La seguridad jurídica que emanaría de un cuerpo único de
normas sobre la materia.
En el Derecho comparado encontramos varios ejemplos de
eodiíicación: II) . La. simpli.ficació.n de los subtipos de amparo (común, elec-
tora~, ~mdiC::l, tnbutano, aduanero, ambiental, por mora de la
¡) En España, la Ley Orgánica del Tribunal Con~ti~ucional admm1stracwn, etcétera).
( LO'l'C), de 1979, sin llegar a ser un código, no se l.1mlta ~ la
III) El aumento de la "cotización jurídica" del Derecho Proce-
emnción de dicho órgano, sino que regula el recurso de mconstrtl:-
c~ionnlidad, la cuestión de inconstitucionalidad, el amparo constl-
sal Constitucional, en el sentido de jerarquizar la garantía de los
d<~rechos individuales.
Llleional, la impugnación de disposiciones sin fuerza de. }ey Y
rn:·wluciones de las comunidades autónomas, la declaracwn de . I:"! A esas. tres :'entajas agregamos nosotros las siguientes: la
inconstitucionalidad de tratados internacionales, etcétera. P~>s1b1hdad de mclmr un capítulo preliminar que contenga princi-
11) En Costa Rica existe una Ley de la Jurisdicción Constitu-
JHos c?munes a todos los procesos constitucionales; por ejemplo: la
I'Íunal, ley 7135 de 1989, que regula: el h~beas corpus, el a~paro
n.ratuidad de los procedimientos (que todavía está discutida, para
(contra órganos del Estado y contra particulares),. la~ ~uestwnes
c~m-tos pr~c~sos, en nuestro país), la posibilidad de interponerlos
dn inconstitucionalidad (acción, consulta, consulta Judicial, etc.), Y ~lll p~trocmw letrado, algún tipo de sanción para los funcionarios
,111< hcrales que demoren excesivamente la resolución de estos casos
do:-~ cnpítulos novedosos: una acción para el ejercicio del de:echo
de' rnetificación o respuesta y las sanciones contra qmenes '
inc'tlmplan órdenes dictadas en los mencwna . d os procesos 55 . r.n Puede verse Espinosa Saldaña Barrera, Eloy, Código Procesal Constitu-
,·tollaf. l'roceso Contencioso Administrativo y Derechos del Administrado Lima
111) En Perú se sancionó, en mayo de 2004, el Código Procesal 1'11lr•Ht.rn, 2004·, passim. ' '
( .'unslitucional, ley 28.237, que entró en vigencia en diciembre de • h'l Si bien en la Argentina ese derecho se ejerció por medio de un amparo en

'',' full~1 "1~/ww/n{jian e 1Sofovich", los arts. 66 a 70 de la ley de la Jurisdicción


1 '"ltlf.¡f,¡u:wnul do Costa Hica, como vimos más arriba han creado una acción
hh l'nrn un análisis exhaustivo de la ley puede verse la obra colectiva. L:a "''lu•c:iul pum gm·antiznr eso derecho. '
.lllrillllit·r·ián Constitucional, que contiene la reseña del Seminario sobre.JustlcJH
hll SugO(IM, Nó.~tor P., "Lu Codilicneión del Derecho Procesal Constitucional"
Cout~t.il.ucionul eolebmdo <m eso país por el tercer aniversario de la creación do lu
Hnlu C:o111~t.it.ucionul, Hun .101~(1, ,Jul'iconiro, 199.'3, passim. ~·,u luobrn c:olod.ivu por (>J dirigiclu Citu·antfa,qy f>roeesos Constitucionales, Mendoza,
Jr,dit-íollf'M ,Jurfdit:IIM Cu,vo, !WO:I, Jli,HII. .~ 1 y HH. .
·1·1 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL INTRODUCCIÓN AL DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 45

l'l.c. Puede servir de modelo perfectible para ello el título prelimi- trata de un mecanismo que, cuanto menos, protege el derecho de
llnr introducido en el Código Procesal Constitucional peruano, qu.e los administrados al debido proceso administrativo y a obtener
<'HL:tblece, entre otros, los siguientes principios pro~esales: 1) di- una decisión en un plazo razonable 59 •
r<•cción judicial del proceso (rol activo de la magistr~tur.~); 2) También pueden ser considerados como subespecies del am-
i11t.<~rprotación de los derechos contemplados en la Consbtucwn de paro (o parientes cercanos de él) las acciones que estudiamos en
t·onl{mnidad con el Derecho Internacional de los Derechos Huma- los capítulos referidos al derecho de los consumidores y usuarios
IIOH' :3) obligatoriedad de los precedentes emanados del_máximo (a cargo del Dr. Amaya) y al medio ambiente (a cargo del Dr. López
t.ril;unal y necesidad de que ese tribunaljusti~qu~_cualqme~ a-r:a~·­ 1\lfonsín).
Ln tniento de sus propios precedentes; 4) apl1cacwn del prmciplü Luego se analiza el hábeas corpus (a cargo del Dr. Gil Domín-
iu ra n.ouit curia. g·uez), el que, a pesar de ser la más vieja de las garantías, es un
l~ntre las desventajas, Sagüés refiere: Lmna cuyo estudio siempre es interesante. Afortunadamente, a
partir de la recuperación de la democracia en 1983, su aplicación
¡) La falta de un desarrollo académico suficiente que sirva
práctica ha disminuido cuantitativamente, no obstante lo cual
dt~ npoyatura para el código. . . . , . mantiene una amplia utilidad sobre todo en su variante correctiva,
11) La falta de maduración de la disciplma en. SI m.I~ma.
n efectos de mejorar las condiciones de detención de los detenidos.
111) Lo arduo que sería un debate sobre la codificacwr~.
Para concluir con los procesos constitucionales estudiamos la
1v) La manipulación ideológica de que puede ser obJeto la
nceión declarativa de certeza constitucional (a cargo del Dr.
di:-~ciplina al momento de la codificación.
'l'orieelli), que ha devenido, en los últimos años, un mecanismo de
No obstante consideramos que las ventajas son mayores que <'twrme utilidad para obtener el control de constitucionalidad de
' .
I'HLn:-~ desventajas, máxime cuando las dos pnmeras se ~uperan In:-~ normas y actos de los poderes políticos.
con d mero paso del tiempo. En ese sentido, esta oJ:>ra aspira. a ser Luego de haber analizado las acciones enumeradas en los
lltlll pequeña colaboración (un grano de arena, SI se permite la p:irrafos anteriores, entramos al análisis de la competencia de la
tnd:íf'ora), desde el ánglilo académico, para el desarrollo de la < :ort:e Suprema de Justicia de la Nación, comenzando por la com-
d i:-~ci plina. pntoncia originaria y exclusiva (a cargo del Dr. Alfredo Vítolo). Tal
VI'Z pueda considerarse que este capítulo no integra, stricto sensu,
••1 l'st.udio del Derecho Procesal Constitucional por cuanto no cons-
O. Contenido de esta obra.
1il.ttye un mecanismo de garantía de los derechos fundamentales,
vn que, del modo en que está regulada en la Argentina, es sola-
1,u ego de la presente introducción, com~nzaremos a~~li~ando lltl'ttl.e un privilegio que pueden reclamar las provincias y los
In ncei6n de amparo. Por razones metodológicas he~os dividido su tlliniHtros extranjeros. No obstante, consideramos que su estudio
<•HLttdio en amparo individual (a cargo del Dr. P1zzolo); ampar.o d<'vit~ne imprescindible en un sistema en el cual la Corte ejerce
•·ol<•divo (a cargo del Dr. Jiménez); amparo por mor~ de la_ ad?-1I- f'tutciones constitucionales y ésta es una de las vías de acceso a
ttild.t·nción (a cargo del Dr. Sammartino); amparo social Y smdical .. lln. En otras palabras, si bien no es un proceso constitucional,
(n en rgo del Dr. Onaindia), y hábeas data, que en la reforma de tttl.<•grn nl estudio de la magistratura constitucional, que es uno de
1!l!H l'ue consagrado como una especie del amp~r~ (a cargo _de la
ln11 C'ont.enidos del Derecho Procesal Constitucional, como sostuvi-
1lrn. l~md.erra). Esa división del amparo en d1stmtos capitulas 111011 Nllfi/'(J.
I'!'HJHltHle a fines expositivos y pedagógicos, aunque ::~conocemos !\ continuación estudiamos el recurso extraordinario en sus
qllt' td tratamiento de todos los subtipos de esta accwn_ debe ser d trd in t.nH vnriantes: la legislada en la ley 48 (a cargo de las Dras.
<'<lltHidt~rado como una unidad. También debemos menciOnar que
l•'••rttnndi~Z Bnronc e Iorio), la arbitrariedad de sentencia (a cargo
In irH·Iu:-~ión o no del capítulo referido al amparo por mora de la
ttdrnini:-~t.mción nos mereció algunas dudas en cuanto a .su ~arac­
t.~>ri~nc~itín eomo un instituto del Derecho Procesal Consbtuewnnl, "" :-ingíi(•H l.nlllhi(•n se tlxpide en el sentido de incluir a este amparo dentro
dt•l 111111'1'0 dl'l llon•dw l'roc:mllll Com.:tit.uc:ional (conf. Sagüés, N., "La Codifica-
pnro linnlnwnt.n mltendimos, con el profesor Sammartino, qun Hn t'lftll .. l'it.., J)IÍI-(. :.!:lJ.
1h:ICJ<:c :110 J'uoc:m.;AL CONSTITUCIONAL INTRODUCCIÓN AL DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 47

dl\1 Dr~ Alberto A. Spotn lh.]) y la gravedad institucional (por la prot~cción inte~ral. de los derechos humanos, tal como quedó evi-
I>ra. María S. Sngii~H). l-Iemos incluido también el estudio del per denc,~a~o en.~~. SI~mente secuencia de fallos de nuestra Corte Supre-
m~: .G¿roldL , Bramajo" 6B, ''Acosta" 64 y "Felicetti" 65 • Además, es
62
saltwn (a cargo del suseripto), para dilucidar si se trata o no ~e
11 na variante del recurso extraordinario y para analizar su eficacia ~'-1 ~m~o ~e los mecanismos mencionados que cuenta con un tribunal
<~omo herramienta de protección de los derechos fundamentales; JUnsdiccwnal, mientras que los demás sólo emiten informes.
1,(\ngase en cuenta, a tal fin, que el Código Procesal Constituc~onal , ~s P~~ciso tener presente que, a fin de la aplicación de la
dc) la provincia de Tucumán legisla en su art. 107 una especie de Constltucwn Y de las demás normas de Derecho interno la Corte
¡wr saltum para la protección de los derechos humanos fundamen- ?uprema s~~ue siendo. el intérprete final; pero a los fi~es de la
tales. · mterpretacwn de los mstrumentos internacionales de derechos
Y concluimos nuestro recorrido con una materia que según humanos, la última palabra pertenece a la Corte Interamericana
algunos no integraría el Derecho Procesal Constitucional 60 , y que de Derechos Humanos.
<;nppelletti y Fix Zamudio han denomin::do "Derecho Pro~e~~l C?n u~ criterio más amplio, pero menos riguroso, podríamos
'l'ransnacional". N os referimos al procedimiento ante la Comision haber mc.lmdo en esta obra algunos institutos que guardan estre-
y la Corte Interamericanas de Derechos Humanos (a cargo de las cha relación con el Derecho Procesal Constitucional: los mecanis-
'¡)ras. Loianno y Gualde, respectivamente). Consideramos que, nws par:;t supera~ la inconstitucionalidad por omisión, el control
luego de la reforma de 1994, que creó el bloque de constituciona- d~) ?onsbtucwnahdad de oficio (que aparece legislado en varios
l idnd federal, en el cual conviven la Constitución y varios instru- c·o<h_gos de la m~teria) y las acciones de tutela urgente (cautelares
mentos internacionales de derechos humanos, es imposible sosla- n,llt?no~as, medidas autosatisfactivas, sentencias anticipadas, etc.).
yar la necesidad del diálogo entre las jurisdicciones interna e 'r HL abna~os el. espectro al Derecho comparado también podría-
·inLernacional 61 y la importancia de los procedimientos de protec- IIIOH ha?_er mclmdo las class actions y los distintos writs para la
ción de esos derechos, al menos ante el sistema interamericano. proteccwn de derechos.
1)edmos "al menos" porque, además del sistema interamericano, N o obstante ello, hemos preferido ceñirnos a lo que tradicio-
hny otros instrumentos integrantes del bloque de constitucionali- nttlmente -hasta hoy- se entiende como institutos del Derecho
dad que establecen procedimientos de promoción y protección de l,rocesal .Constitucional y no expandir su esfera a áreas que aún
los derechos humanos; por ejemplo: el Pacto Internacional de non propias del Derecho Procesal y del Derecho Constitucional
1>orochos Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo (que se l<:llc~ no ~e con~~adice con lo propugnado más arriba en cuanto a 1~
ro!ieren a la composición, funcionamiento y derecho de petición flOH~ble mcluswn de algunos de estos institutos en un eventual
individual ante el Comité de Derechos Humanos); la Convención •·od t~o procesal constitucional que pudiera sancionarse en la Ar-
contra la Discriminación Racial (que crea el Comité para la Elimi- /!Pid.ma, ya q~e esa es una propuesta a futuro, mientras que esta
nndón de la Discriminación Racial); la Convención contra la Dis- ohm apenas mtenta ocuparse del presente.
criminación de la Mujer (que crea el Comité para la Eliminación l.j;s ~ecesaria una aclaración más: al analizar los procesos
1 0
do In Discriminación contra la Mujer), y la Convención contra la ' 11HL~tucwJ?-a.l~s nos hemos limitado a su regulación a nivel fede-
'l'ortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes rnl. sm pe9mc10 de algunas referencias que se formulan al Dere-
(quo instituye el Comité contra la Tortura). De todos esos meca- dio .nxtrnnJero y al Derecho provincial, especialmente en algunos
nismos hemos elegido solamente el sistema interamericano, por llltd.ll.tlf.~>s que así l.o requieren (por ejemplo, la protección de los
considerar que es el que mantiene con nuestro sistema constitu- 111
111H 1111Hiores). Evidentemente, el análisis de cada uno de los
cional un verdadero diálogo de jurisdicciones, en el cual los órga- pt·cwc•,·;o~ en las leyes de procedimiento de las distintas provincias
no:; internos y los internacionales interactúan a fin de lograr una ••nc·PdPna eon creces el marco de esta obra.

"" <Jurdn Belnúnde, op. cit., pág. 56, quien postula que es parte del.estudio "' 1lo l!l!lfi, Fa/[o,q, :ns:514.
dnll )oroeho Int.ornucionnl Público y específicamente del Derecho Internacwnnl de "' ll11 l!lflli, Fallo.~. :nB:1H40.
111
IoM llw·oehoH Humanos. ll11 1!JfJH, /l'a/lo11, :121 ::liífifi.
n1 VM Mnuili, l'nblo L., El Bloque ... cit., págs. 183, 198, 264 Y 274.
110
1)p :WOO, /l'a//(m, :12:1:11 1:10.
CAPÍTULO II

EL AMPARO GENÉRICO
por
CALOGERO PIZZOLO 1

l. El amanecer garantista: los casos "Siri" y "Kot".

Sobre la época inmediatamente posterior a que la Corte Su-


prema de Justicia (en adelante la Corte) sentenciara los casos
2
"Siri" (1957) y "Kot" (1958) 3 , se subrayaba: "Cuando el historia-
dor del Derecho argentino escriba los capítulos de nuestra cultura
jurídica contemporánea, es seguro que no dejará en olvido el
movimiento de opinión, de los estudios serios y generosos que
despertó esta sentencia del alto tribunal [caso <<Siri»]" 4•
La melancólica evocación a dicha doctrina llega en medio del
grave retroceso que significó, y en gran medida significa, el dec.-
l<~y 16.986 (1966) 5 . Éste vino a restaurar el orden vencido por los
<~<msiderandos de dos sentencias de la Corte llamadas a influir
1>ara siempre en el orden jurídico argentino. Con el pretexto de
n~glamentar la naciente figura del amparo, las autoridades de
/(t.cto que entonces gobernaban el país 6 se decidieron por una ley

1
Doctor en Derecho (UBA). Profesor de Derecho Constitucional y Derechos
1fu manos y Garantías en grado, posgrado y doctorado de la Facultad de Derecho
11 lilA).
1
Fallos, 239:450.
a Pallos, 241:291.
" Fiorini, Bartolomé A., "Acción de amparo. Graves limitaciones e incon-
I:I'III'JH:im; que la desnaturalizan", La Ley, t. 124, pág. 1361.
'~ B.O. 20/10/66.
11
t)ancionada el 18 de octubre de 1966 y firmada por los referentes de la
11111111\du Hovolueión Argentina, en su encabezado se lee: "En uso de las atribucio-
IIPfl ronf(n·idns por ol nrt.. 5 del J<;¡.¡tntuto ele !u Hevolución Argentina. El presidente
dP In Nn1:i6n Arg<'IJJ.illa, HIUWÍOIIII y promulgn con Iilerl\U ele ley: ... ".
·1 1J,1, t'!'ho /'nwfltat/ ( 'onNflllll'iunul.
<:)
DEitECIIO PROCESAL CONSTITUCIONAL

EL AMPARO GENÉRICO
51
. . dene atoria. La formidable estructur~
Humnmente restnctwa y .g . d . de la Corte fue asi
,g t d r la JUnspru encia La Corte enfrentó entonces un dilema: persistir con su juris-
•trantista
' . . levan
t da a po
ntada en sus piezas fundamentales, hasta
.
PHtrateglcamen e esmo l s que un buen recuerdo, una prudencia restrictiva respecto de rechazar que se garantizaran
convertir el amparo en .a gt~ ~n~n~n gran parte lo que sobrevino mediante la invocación del hábeas corpus derechos ajenos a los
f(mmtlidad, un deseo de JUS lCl~ . 'nfligidos ; nuestro Derecho que esta garantía tutela 10, o bien innovar y apoyar una nueva
l'IICarnó uno de los may~~es re ~aso:f~rma constitucional de 1994 garantía válida para cualquier derecho que no sean los tutelados
poHitivo, retraso que recien con a r por el hábeas corpus. La opción por la que finalmente se decanta
ti1~ndea ser superado.. . b de
1957
la Corte sentencia el caso la Corte hace que podamos hablar de un amanecer garantista: "las4
Cuando el 27 de d:ciem re . l al mismo tiempo, a la garantías individuales existen y protegen a los individuos por el
"Siri", pone fecha ~l czerre ~~c~nr~~~r~c~~o donde la garantía_ de solo hecho de estar consagradas por la Constitución e indepen-
opertura de otro. Cierra ~m.
dientemente de las leyes reglamentarias ... " 11 •
antía constitucional reconocida
hábeas corpus, entonces ;me~ g~ o argentino era celosamente Esta afirmación de la Corte, probablemente una de las más
nxprcsamente por el or ~ntJrfld lCla libertad a~bulatoria s. Abre logradas en la historia de su jurisprudencia, cita en su apoyo la
aplicada por la .corte a a u e al e mbio de jurisprudencia opera- obra de Joaquín V. González. El autor riojano, en las páginas de
un ciclo garantzsta porque, ~~n ed~t resto de los derechos vía la su célebre Manual de la Constitución Argentina, dejó escrito res-
do, se establece la proteccwn t" del formato procesal propio pecto de las "declaraciones, derechos y garantías" que no son, como
conHagración del amparo, pero a par Ir puede creerse, "simples fórmulas teóricas". Agregando a lo ante-
cid hábeas c~r.pz:s.
rior que, cada uno de los artículos y cláusulas que las contienen
fi lmente un recurso de hábeas cor-
Ángel Sin mterpone orma 'bl' los cuales implicaban de tienen "fuerza obligatoria" para los individuos, para las autorida-
pus u contra actos de autorid~ad_ pude Iscua'propiedad, invocando, en des y para toda la N ación. Dirigiéndose a los jueces, los arenga:
hecho_ a e ~usu~~
1 " 1 " de un 1ano b · "deben aplicarlas" en la plenitud de su sentido, sin alterar o
" libertad de imprenta y de tra . aJO q,ue
m·u.mc!a, la vwlacwn de i~ 18 de la Constitución NaciOnal y debilitar con vagas interpretaciones o ambigüedades la expresa
significación de su texto 12•
consagran
· los arts. 14,
· · t ente que me d"1ante esta vía procesal
y . se
nJ<¡uiriendo, consigmen em d' hos vulnerados En pnmera Aquella afirmación implica también el reconocimiento explí-
.
lmrnntlce 1 · · · de sus erec · · ·h a cito de que la tutela de los derechos, además de requerir garantías
' . e1 ¡ eJerciciO
'b corpus fue rec . h aza do aduciéndose que die ,
inHtun~Ia" e, w eas 1 libertad física y corporal de las perso,nas . que se activen en su protección, no permite cualquier tutela, sólo
garantla solo proteg~ a d 'd'
LaH instancias ulteriOres, eci Ieron
que el recurso carec1a de ln tutela efectiva: "Los preceptos constitucionales tanto como la
nxperiencia institucional del país reclaman de consuno el goce y
''actualidad y fundamento · «~iercicio pleno de las garantías individuales para la efectiva vigen-
l'ia del Estado de Derecho e imponen a los jueces el deber de
nsegurarlas" 13 •

7 El mismo Fiorini asev~ra al respel cto qtue. "so


ge pretexto de una[lareglamenta-
mortalmente acción de
Con todo, la Corte, en el caso "Siri", al reconocer la existencia
.
de ordenanuento ~zador se a res nnde los araentinos " (op. Cl't ., pa'g. dn la garantía de amparo, admite que su denegación implicaría la
t•ián . . . arman.
• ba. s~ca para el col.'V;v;r
11111 ¡wro/ como mstaucwn • • o lidta de tutela efectiva sobre los derechos que reclaman protección.
1:lli2l. . a o inión en el caso "Siri" del procurador 1>icho en otras palabras, la Corte reconoce el efecto directo de los
u Este sentido se mantiene en l _P fi . "el recurso de hábeas corpus dPn1chos y garantías. Este efecto implica que, tanto la vigencia de
H'l'llPrHI de In Nacwn e as 1~ d, sulibertadcorporalsinorder~;deauton a
. . S b t' 'n Soler qmen a Irma. 'd d
1111 derecho como la protección mediante una garantía, no pueden
ml/o pmlt•ge a las personas prwada~ e . produce la jurisprudencia de la Corte,
ctllllfWII'Itte". Además, el voto en rnmona ~e wnte procede cuando se invoca una 111
quo nfir:mn: "la v{a de? hábeas cor:r~~ ~~ r~~ personas; y que los dem_ás der~clws He legando al trámite de los procesos ordinarios, administrativos o judicia-
f'<'lllrir·•·tt5Jt llega! a la hber~ad ~rpd ben ser defendidos por otras accwnes aJelws l""· la protección de los derechos no comprendidos estrictamente en la garantía
"ltl'llllli:wrlo.~ por la Constztuc~ n e de> lullwa8 con>us (Fallos, 168: 15; 169:103, entre otros).
11
"uf t't'lltNho . uu
0
' f.'.w1u[· "· . d. d. peticionar a las a u ton'da d"lil"
" y IW fp· cs.J, CllHO "Siri", voto de In mayoría.

~
1

" J•:l ndor in~oca el :•reme, IO 1et1a1dc\.ábeas corpus. Vónso Oonzúlez, Joaquín V., Manual de la Constitución Argentina, en
dtt td tnlmitn ¡¡¡·ovJHto pura la gunm n 1111m.~ Complt•üts, vol. a, Buoncm AiroH, 19il5.
1:1 CH,J, enHo "Siri", vol.o de• In mnyoí·fu. Ln baHütrdil/a m o portonoco,
1h:tmcuo PuocJ•:HAL CoNH'JTJ'ti<:JoNAL EL AMPARO GENÉRICO 53

difi'rinw o rele¡.;a.rse nl desarrollo logislntivo que con posterioridad Las circunstancias del caso "Kot" permiten a la Corte expla-
sn hagn do los mismos. La tutela judicial es efectiva porque es yars:, s?b.;,e la r;atu:aleza jur!dica de la garantía ele amparo. En el
innwdiata. caso s~n hab1a senal~do a esta como el instrumento idóneo para
En esta línea argumental, In Corte se adelanta en el tiempo al:anzar la tutela efe~~1va de los derechos ajenos a la garantía de
11 lo que luego se conocerá en la jurisprudencia y el Derecho habeas corpus reconociendo les la aplicabilidad directa. En el nuevo
Internacional de los Derechos Humanos con el nombre de efecto precedente la Corte afirma que el amparo, a semejanza del hábeas
útil. Así, la Corte Interamericana de Derechos Humanos -orga- c~rpus, procura una protección "expeditiva y rápida que emana
nismo jurisdiccional de la Convención Americana sobre Derechos d1recta~ente d~ l~ Constitución" 16 , y que la distinción entre actos
llunumos CCADH, 1969)-, desde sus primeros pronunciamientos de autondad pubhca y actos de particulares "no es esencial a los
ha mantenido la idea ele que el "objeto y fin" ele la Convención es fines ele la p_rot~c~ión c?nsti~~cional". Ello, en virtud de que "existe
la "l'/tcaz protección de los derechos humanos". Por ello, la Conven- una g~ranba tacita o 1mphcita que protege los diversos aspectos
ei(lll debe interpretarse --afirma-'- de manera ele darle su pleno de la hbertacl individual (cfr. art. 33 CN)".
IWUticlo y permitir que el régimen ele protección ele los derechos La "protección ~e l~ libertad", como fin general reconocido
humanos "adquiera todo su efecto útil" 14 • por nuestra l~y consbtucw?al, le permite a la Corte aseverar que
Lo ha resaltado la doctrina al repasar el precedente que nad~ hay, m en la letra m en el espíritu de la Constitución que
unuliímmos. La acción de amparo se perfiló como un instrument~ permita afirmar que la protección de los llamados <<der~chos
dicaz de acceso a la justicia, a fin de obtener una pronta respuesta hu~1a~os» -~orque son los derechos esenciales del hombre-
do la magistratura ante limitaciones intolerables de derechos e~te c1rcunscnpta a los ataques que sólo provengan de la auto-
elliHieos o de la primera generación. El amparo se erigió, entonces, ndad. ~ad~ ~ay, tampoco, que autorice la afirmación de que el
"un un símbolo y en un signo" de que el Poder Judicial no estaba ataque Ilegitimo, grave y manifiesto contra cualquiera de los
dispuesto a aceptar las barreras procesales que le imponía el der~~hos que .int~gran la libertad, lato sensu, carezca de la pro-
l'odor Legislativo con su omisión de establecer normas tutelares te~cwn constltucwnal adecuada -que es, desde luego, la del
do la garantía procesal expresa, para resguardar los derechos hab~as ~orpus Y la del recurso de amparo, no la de los juicios
vulnerados 15 • or~manos o la de los interdictos, con traslados, vistas, ofreci-
El 5 de septiembre de 1958, apenas unos meses después de mwnto de pruebas, etc.-... " 11.
I·H'ntenciar el caso "Siri", en el caso "Kot" la Corte consuma la .La Corte marca una divisoria de aguas entre la protección
construcción de los pilares básicos de la estructura garantista. El pro~1:: de l~s procesos ordinarios y aquella que requiere una
alll¡>llro, en esta oportunidad, es requerido frente a actos emana- J';l~bcia tan Implacable como expedita. Ello, porque la Constitu-
dos de particulares que, en concreto, a raíz de un conflicto gremial, ~wn -a~rma- ,;w des~mpara a los ciudadanos ni les impone
lllllnL<mían ocupado un inmueble perteneciente al actor. Se invo- neces::n~mente recurnr a la "defensa lenta y costosa" de los
l'almn lesiones a "la libertad de trabajo (art. 14); a la propiedad proced1m1ent?s ordin~rios 18: Para la Corte, lo que el hábeas corpus
(nrt. 17); a la libre actividad (art. 19); de la Constitución Nacional". Y el ~m:p~r~ be.?~n pnmord1almente en vista no es el origen de la
1J1111 vez más, las instancias inferiores que intervienen rechazan restnccwn Ilegitima a cualquiera de los derechos fundamentales
aplicar In garantía de hábeas corpus a la tutela de derechos ajenos ele la persona humana, sino estos derechos en sí mismos, a fin de
11 l11 libnrtacl ambulatoria.

16
1'1 <:orLe~ 1DH, caso "Velázquez Rodríguez", excepciones preliminares, senten- CSJ, caso "Kot", voto de la mayoría.
11 CSJ "'' ,
' caso n,?t , ;;oto de !a mayoría. ~a bastardilla me pertenece.
<'lll d1• ~¡¡ de• junio de 1987, no 1, párrafo 30. En el mismo sentido, caso "Fairén Garbi JH ,
1' 1-io/!11 C:ormles", exeepciones preliminares, sentencia de 26 de junio de 1987, no , , .· ~~~ el caso K.?.t se .senalaba la existencia de "un remedio procesal
~:. p(IITIII'o :lfi, y caso "Godínez Cruz", excepciones preliminares, sentencia de 26 \rp~.ct~co , elllama~o .mterdi.ct.o de recobrar o de despojo" regulado entonces por
,¡,,junio d(! l!lH7, 11" :3, párrafo 33, entre otros. '. f .ódtgo de. Proccdmuento C1vll y Comercial de la provincia de Buenos Ai
1 ~ V(inHo Clelli, Mnría Angélica, "El amparo argentino en tiempo de criHiH", lnvor. ~le quwnes .hayan sido despojados con violencia o clandestinidad ~=sl:
/{¡•uinlu 1\r¡.:l'tt.tina de DL!I'I'clw Constitucional, Ediar, Buenos Aires, afio !1, n" :1, JlOHc;H.wn o tenoncw do una co~;n. Véase la opinión del procurador general de la
Nuc:wn.
~l()() 1, p(tf.(. 1:l. "'
Urwrwuo PuocJCNAJ, CoNN'J'I'I'IIC 'JONAJ. EL AMPARO GENÉRICO 55

cpro Hl'llll "Hulvng-uurdudoH". J>khuH ~lll'llltl.íuH, en palabras de la derecho lesionado. Con todo, afloran las características de "suma-
( :orl.c•, 110 nUendon unilntornluwnt.o ll loH ngresores, para señalar rísimo procedimiento" que desde su nacimiento pretoriano, como
diHt.indoncs ontro ellos, sino n IoM n~rodidoH para restablecer sus vemos, rodean a la garantía de amparo.
dm·odws esenciales 10 •
1~;1 caso "J{ot", con notoria Hllg1widud premonitoria, enuncia la
oblignción del Estado de ¡.;ara.ntizar un recurso eficaz, sencillo Y 2. El ocaso garantista y el decreto-ley 16.986. Naturaleza
brove ~ 0 • Lo hace invocando en su apoyo un instrumento interna- y ámbito temporal de aplicación del amparo.
c·ionnl ---después de la reforma constitucional de 1994 con jerar-
qtiÍII constitucional-: la Declaración Universal de Derechos Hu- El amanecer garantista protagonizado por la jurisprudencia
lllltnos (ONU, 1948), que en su art. 8 establece: "Toda persona de la Corte no tardará en encontrar su ocaso. La estructura
fit'IW derecho a un recurso efectivo, ante los tribunales nacionales montada, como ya se dijo, será desmontada en sus partes esencia-
mmpetentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos les hasta convertir la garantía de amparo en una pieza de museo:
fimdamentales reconocidos por la Constitución o por la ley". De objeto de veneración y elogios pero sin mayor utilidad en la prác-
c•.stu forma, el ciclo garantista quedaba irrefutablemente abierto tica. Tamaño derribamiento estuvo a cargo del dec.-ley 16.986.
pot' la Corte. El art. 1 de dicho texto legal condensa la precitada doctrina
Al mismo tiempo, en el caso "Kot", la Corte avanza sobre los de la Corte en la parte referida a la actualidad e inminencia de la
l'lmucntos conceptuales de la garantía de amparo, dotando a ésta lesión, además de establecer el ámbito temporal de aplicación del
do un contenido que permite con cierta claridad fijar su ámbito de amparo. En concreto se mencionan los siguientes requisitos mate-
nplicución: "Siempre que aparezca, en consecuencia, de modo claro riales expansivos: a) lesionar; b) restringir; e) alterar, y d) amena-
y manifiesto, la ilegitimidad de una restricción cualquiera a algu- zar; todos ellos, en ((forma actual o inminente". Como escribe
110 de los derechos esenciales de las personas así como el daño Sagüés 23 , en realidad los tres primeros podrían haberse unificado,
¡.:rave e irreparable que se causaría remitiendo el examen de la puesto que la lesión comprende el daño o perjuicio de cualquier
cttest..ión a los procedimientos ordinarios, administrativos o judi- otra índole, y por tanto incluye la "restricción" (reducción, dismi-
dules, corresponderá que los jueces restablezcan de inmediato el nución o limitación) y la "alteración" (cambio, modificación) de un
tlurecho restringido por la rápida vía del recurso de amparo" 21 . derecho constitucional.
A criterio de la Corte, según observamos en el párrafo trans- El pe:Ijuicio que menciona el art. 1 que analizamos debe ser,
eripto, la procedencia de la garantía de amparo para tutelar los por lo tanto, real, efectivo, tangible, concreto e ineludible. Así, el
dorechos procede siempre: a) que la lesión surja de modo "claro y inc. d del art. 2 del dec.-ley 16.986 excluye el amparo cuando la
numificsto", esto es, de forma palmaria, evidente, cierta 22 ; b) que "determinación de la eventual invalidez del acto requiriese una
do pnrsistirse en la vía ordinaria -jurisdiccional o administrati- mayor amplitud de debate o de prueba". Quedan fuera del amparo,
va-~ se potencie la lesión sobreviniendo un "daño grave e irrepa- pues, los perjuicios imaginarios o aquellos que escapan a una
rublo" y quedando consumada de esta forma la lesión, y e) la captación objetiva. En segundo lugar, el texto legal exige que la
int.er·vtmción judicial debe ser "inmediata" para restablecer el lesión sea actual. Esto significa que el amparo no se da para juzgar
hechos pasados sino presentes. El comportamiento que se analiza
a través del amparo debe tener vigencia al tramitarse esta garan-
111 ¡.;¡ voto en minoría en el caso "Kot" promueve una visión restrictiva del tía. Los hechos acaecidos antes de su promoción sólo importan en
lllllfHII'O mmo garantía sólo de "derechos públicos subjetivos", esto es, los derechos
qlll' Ht~ t.it•twn fi·cnte al Estado. La tutela para esta postura sólo se reserva a los
cuanto ellos, o sus efectos, persistan y se manifiesten durante el
ro1dlicl.os entre "!u libertad y la autoridad". juicio.
''" V(•ulw do nuestra autoría "La exigencia de un recurso «eficaz, sencillo Y La garantía de amparo, según el dec.-ley 16.986, atiende al
hrt•VI'" 1•11 t'l Bloque do Constitucionalidad Federal", Revista Argentina de Derecho pasado exclusivamente en función del presente: lo pretérito sólo
t 'o!l.'liiltu·ionnl, Ecliar, Buenos Aires, año II, n° 3, 2001, pág. 93.
"' Ci-l.J caso "Kot" voto de la mayoría. La bastardilla me pertenece.
'" l•iHt.t; criterio se ,;wntendrá en el dec.-ley 16.986, al hacer referenci~ll:lll nrt .. ~:t flngi.lós, Néstor Pedro, Acción d,~ amparo, Astrea, Buenos Aires, 1995, t.
1 11 que• !11 lt•siáu del ucLo u omisión debe darse en "forma actual o inmilwnt.c1'. 111, pttg. 111.
"'
lifl DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL AMPARO GENÉRICO 57

intnrnsa en cuanto se prolongue hasta hoy. Tampoco, en principio, de esta contraofensiva se encuentra en los requisitos para la admi-
ni puro fitturo interesa al amparo. El área temporal que es materia sibilidad del amparo enunciados en el art. 2 del citado dec.-ley
dn t~sta garantía, en nuestro Derecho, se vincula al futuro, cuya 16.986. Ello no es de extrañar, pues, si lo que se quería era restrin-
vinculación con el presente es íntima y sólida. Se trata de actos gir hasta prácticamente anular la vigencia del amparo, había que
t'ttya comisión se verificará en un futuro inmediato. atacar la base de la construcción neutralizando sobre todo su efecto
Como vemos, el amparo cubre cualquier acto u omisión del directo y su naturaleza; una vez logrado, el resto de la estructura
/ll"t'sc•nte y el futuro inmediato. Quedan fuera los acontecidos _Y se caería sobre sí misma a causa de su propio peso. Así se crean los
fc•twcidos en el pasado y los que presumiblemente puedan ocurnr que llamamos requisitos limitativos -en oposición a los ya enuncia-
en d futuro remoto. Con todo, se hace referencia a la naturaleza dos requisitos expansivos-, que pueden ser de dos tipos: formales
propia de la garantía de amparo, esto es, a su carácter "expeditivo" y materiales. Respecto de lo anterior se ha dicho que las libertades
dnrivado de la inmediatez con que es llamado a actuar. Fiorini, en restringidas no matan físicamente al individuo, pero lo ahogan
nHLa lfnea, mantiene que tres son los datos primarios para insti- como persona, y esto es tan grave como lo primero 25 •
tuir ln validez jurídica del amparo en un Estado de Derecho: el
"rc•stahlecimiento inmediato" de la libertad constitucional con- a) Los requisitos materiales limitativos: la "arbitra-
t•ulenda y la "exclusión" de un largo juicio ordinario. Esta vía ex- riedad manifiesta".
ct~peional se pone en movimiento, además, cuando el conculcamien-
t.o Hü presenta en "forma rnanifiesta, indubitable". La acción de El dec.-ley 16.986, en su art. 1, establece como requisito
nmparo como procedimiento breve y sencillo satisfará plenamente limitativo para la procedencia de la garantía que analizamos una
ni romedio contra el grave entuerto creado. La urgencia en el condición de hecho que señala circunstancias de la realidad ma-
n~Ht.nblccimiento de los derechos humanos es el sustento de su terial que, sólo una vez producidas, habilitan la vía del amparo.
rnzón de existencia 24 • Es de suponer que una exigencia de este tipo esté mínimamente
La cuestión sobre la naturaleza del amparo es congénita a regulada en la norma y no dependa en exclusividad, para ubicar
t1Ht.n garantía. En los casos "Siri" y "Kot" vimos cómo surge el su contenido, de la imaginación y del "buen razonamiento" del
dobnt.e con intensidad. La discusión, en nuestro Derecho, se ha intérprete. Pues bien, nada de eso ocurre con el dec.-ley 16.986,
dmmrrollado en rededor de dos posturas centrales: una defi.ende que condiciona la admisibilidad del amparo a la existencia de
quo el amparo es una acción subsidiaria (una vía excepcional, "arbitrariedad o ilegalidad manifiesta". Se han mezclado las tin-
n~:-tid u al y heroica) de remedios administrativos o judiciales menos tas, intentando fundir dos conceptos visiblemente diferentes. Di-
idóneos; otra la presenta como una acción supletoria y de excepción cho en otras palabras, se asemeja a la "ilegalidad", concepto con
unto In inexistencia de aquellas tutelas. En cualquier caso, en un claro contenido que denota la violación de la ley, con el concepto
tllWRLrn opinión, más allá de cualquier querella doctrinal, no debe de "arbitrariedad". Este último sin un contenido cierto y preciso,
olvidarse que la naturaleza propia del amparo está indisoluble- más bien una "categoría jurídica indefinible" antes que cualquier
1111'1/.fe unida a la tutela efectiva de los derechos. Demostrada la otra cosa, que en lo único que parece despertar acuerdo es en la
innlicacia, por tanto, de cualquier recurso pendiente, éste no puede facilidad con que desata la imaginación de los juristas.
c·ondic:ionar la tutela efectiva. De lo contrario, ello equivaldría a Sobre la riqueza conceptual de uno y otro término llama la
NIU'I'iftcar en el altar del Derecho, invocando un rigorismo formal, atención Fiorini, para quien el art. 1 que comentamos coloca en
ul Dnrecho mismo. paridad a la ilegalidad con la arbitrariedad, desconociéndose, por
No es éste el ámbito para un estudio pormenorizado del dec.- tanto, el contenido particular que exhibe cada una de estas irre-
lny J(UJHG, pero sí destacaremos los aspectos que tuvieron y tien~n gularidades. Así, el citado autor marca que la ilegalidad refiere al
t'otllo frn en sí mismo cumplir una función de freno a la potencia "desprecio" por las normas que aplica, mientras que la arbitrarie-
nxpnnHivn, de dique de contención, frente al avance que significó_ la dad se desenvuelve dentro del capricho inocuo contra los derechos
t•onHI.ruccicín garantista a manos de la Corte. El núcleo neunílgwo de un tercero. La ilegalidad puede describirse a través de precep-

~~ Fiol'iui, 1\urt.olomó A., op. ('it., p1íg. 1:J<i:l. ·~~ l•'iorini, l~mtolomó A., op. c:it., pt1g. lilG:l .

DERECHO PRocESAL CoNSTITUCIONAL EL AMPARO GENÉRICO 59

tos legales que se omiten aplicar o se interpretan mal, mientras que enfrentar un nuevo dilema: aplicar la limitación y rechazar la
que la arbitrariedad exhibe un juicio valorativo especialmente p~esentación por existir procedimientos ordinarios como los inter-
rwgativo frente a las normas 26 • dictos respectivos, o bien declarar inconstitucional la limitación.
· Como se puede apreciar, la consagración de este requisito Sólo_ en este. último caso nuestra máxima instancia jurisdiccional
material limitativo implica reconocer que "algo" sobre lo cual no hubiera pod1do sentenciar en el caso "Kot" como finalmente lo hizo.
~~xiste el mínimo acuerdo sobre su definición pueda ser alegado, El contraste con la citada jurisprudencia de la Corte es evidente·
Hin más, para rechazar la procedencia de la garantía de amparo. por eso hablamos de un amanecer seguido del ocaso. '
A lo anterior hay que sumar que la ambigüedad se multiplica con Como lo señala Fiorini 27 al hablar de la existencia de recursos
In referencia al no menos vago término que califica la arbitrarie- administrativos, el decreto-ley ha excluido el recaudo del daño
dnd como "manifiesta". reparabl~ _como u?~ "nec~saria" excepción a la interposición previa
reclamacwn admm1strahva. El recurso administrativo -afirma-
b) Los requisitos formales limitativos: la exigencia de que sólo cumple_ una función de autotutela previa, nada, absolu~
agotamiento de los recursos existentes; la exclusión tamente nada, tiene que ver con el recurso paralelo jurisdiccional.
de los actos emanados del Poder Judicial; los servicios El recurso administrativo jamás es remedio judicial.
públicos y las actividades esenciales del Estado; el E~te olvido consciente evita referirse a las vías existentes
plazo de caducidad; la prohibición de declaración como vías idóneas, p_romoviendo que su sola existencia baste para
de inconstitucionalidad. anulr:r la pr?c~denc1a del amparo. La tutela efectiva pierde así a
su ahado mas Importante: la eficacia como fin de protección. En
El citado art. 2 del dec.-ley 16.986 en su encabezado dice que su lugar se promueve que la simple previsión legislativa de un
"la acción de amparo no será admisible cuando" y, a continuación, recurso, sea administrativo o judicial, es tutela suficiente.
ostnblece expresamente una serie de limitaciones que, como ya , _Por otra parte, en el mismo art. 2 se excluyen una serie de
dijimos atacan directamente el centro neurálgico del amparo. En ambitos, especialme:nte en ~a órbita de los poderes públicos, que de
Hl; nat~raleza es un proceso rápido y sumario, junto a la tutela est_a fo~ma quedan ~nmumzados frente a la garantía de amparo.
of'octiva producto del reconocimiento del efecto directo a los dere- As1, el me. b del articulo que comentamos excluye, en esencia, los
dws y garantías. actos e:rr:anados d~ "un órgano del Poder Judicial". El problema
En el sentido aludido, el inc. a del nombrado art. 2 condiciona que se discute aqm no es tanto la procedencia del amparo contra
la procedencia del amparo a que no "existan recursos o remedios actos procesales (donde la doctrina local mayoritariamente los
judiciales o administrativos que permitan obtener la protección del rec h aza ) 28 , s~n?
• 'fi
es~ec1 1camente contra otras clases de actos que
dt·n~clw o garantía constitucional de que se trate". el_P?der ~udicial diCta respecto, por ejemplo, de sus agentes ad-
La ambigüedad de esta redacción no permite establecer si la rmmstrahvos o sus actividades funcionalmente administrativas.
nwrn existencia de otras vías procesales previstas por el legislador ~~n _e~tos casos, discriminar al amparo en razón de la calidad
ordinario para la tutela de los derechos en cuestión trunca la .Jttdlcwl de la autoridad pública de la cual emana el acto u omisión
procndcncia del amparo, o bien si, además de existir, dichas vías lesiva equivale a excluir de la tutela efectiva de sus derechos a las
pnralelas deben ser eficaces. No es necesario recordar aquí la personas que ostenten, por caso, determinadas cualidades como
juriHprudencia restrictiva nacida al calor de interpretaciones ne-
~~ntivas sobre la procedencia del amparo que dicha ambigüedad ~ 7 Fiorini, Bartolomé A., op. cit., pág. 1364.
impulAó e impuso. 28
A favor: Gil Domínguez, Andrés, en "El amparo del artículo 43 y el
Una vez más la naturaleza de la garantía de amparo aparece dosampnro de la ley 16.986", Revista Argentina de Derecho Constitucional Ediar
1111L11 nosotros. Si la limitación que comentamos hubiese existido al flllf'llOS Aires, año II, n° 3, 2001, págs. 46 y 47. ' '
t.iompo de sentenciarse el caso "Kot", conforme lo observamos en y;n el Derecho Público provincial algunos textos constitucionales provinciales
pro_l~thon expres~m1_cnte esta posibilidad. En este sentido, el art. 20 de la Consti-
ni pnnígrnfo anterior, es muy probable que la Corte hubiera tenido t.t.u·w:.l doln provmetn de B_uenos Aires, al regular el amparo, en su parte pertinente
rlt<:<':. f!oprc¡c:¡~derá contra h>ye.q o contra actosjurisdiccionales emanados del Poder
'111 YiluHo Fiorini, Bnrtolomó A., op. cit., pl\g. 1363.
./udf('utl '.

1111 )}J.:JII•!CIJO PROCESAL CONSTITUCIONAL
EL AMPARO GENÉRICO 61
111111 uneionalidad o una religión determinada. Este tipo de distin-
l'iorwH Ron absolutamente injustificables frente a la vigencia del tánea o prácticamente instantánea" de modo de poderse afectar
J•:Htndo de Derecho. el derecho de defex;-sa ..Para concluir, este autor dice que, luego
Asimismo, el inc. e del citado art. 2 establece, en opinión de de la reforma constituciOnal de 1994, al no prever la Constitución
In dod.rina, otras dos más "indefinidas y confusas excepciones", al plazo a~gun?, puede tomar~e el plazo previsto en una ley regla-
prohibir la intervención del Poder Judicial para amparar derechos m~ntana. Sm embargo, la mterpretación jurisprudencia! ha se-
coneulcados cuando "comprometiera directa o indirectamente la gmdo otro rumbo.
,.,•gularidad, continuidad y eficacia de la prestación de un servicio La Cámara Civil y Comercial Federal en pleno se ha inclina-
público, o el desenvolvimiento de actividades esenciales del Esta- d?, de~pués de la reforma constitucional de 1994, por mantener la
do". Ya al promulgarse el decreto-ley se sostenía que la doctrina VIgencia del plazo de caducidad 32 • Así se sostuvo que no se advier-
nd ministra ti va argentina no se encuentra acorde para establecer te ((obstáculo legal ni constitucional alguno y sí sólo conveniencia"
qué es una actividad de servicio público y menos aún cuáles son para aplicar el plazo del citado art. 2, inc. e, para el ejercicio del
las actividades esenciales del Estado 29 • ¿Cuánto se ha avanzado d~r~cho de amparo, ((habida cuenta de la especialidad de este
dt•Hdc entonces? ¿Cuántos amparos se bloquearon fundados en tan regLIJ!en legal para la materia". Los quince días hábiles judiciales
ambigua regulación? previstos desde que el acto fue ejecutado o debió producirse se
Otro requisito formal limitativo para la procedencia de la afin~a, ((no aparecen como irrazonables si se atiende a la im;or-
garantía de amparo tiene que ver con el plazo de caducidad pre- ~anc~a de ~os derechos supuestamente en peligro de frustración, la
viHto en el inc. e del art. 2 que comentamos. Dicha norma establece mexz~ten:cza de ot~a. vía judicial idónea para su protección y la
que el amparo no será admisible cuando "la demanda no hubiese especzalzdad del regunen que previó este plazo". El voto disidente,
sido presentada dentro de los quince días hábiles a partir de la por su parte, mantuvo que el nuevo art. 43 CN es autosuficiente
j(!clw en que el acto fue ejecutado o debió producirse". La doctrina y, por ende, autooperativo: regula los requisitos de admisibilidad
hn criticado esta limitación. El conculcamiento de libertades y Y procedencia de la acción y quiénes se hallan legitimados para
dtwochos humanos, se ha dicho, no presenta jamás ninguna pre- actuar en ella. Por tanto, ((se basta a sí mismo y no tolera el
Htmción de legitimidad; pese a su apariencia de actos jurídicos, son agregado de otros requisitos que tengan como presupuesto un di-
rnalmente actos de fuerza o de arbitrariedad impuestos por algún ferente régimen constitucional" 33 •
f'11ncionario ensordecido o irresponsable en la función que ejerce. Com~ntando el precedex;-te citado, Sagüés 34 sostiene que no
Cuesta trabajo considerar, se concluye, que un acto de esta clase cabe ~onsiderar que la aludida reforma constitucional de 1994
adquiera, por el vencimiento de 15 días, "manifiesta validez haya mstrume?tado un régimen normativo autosuficiente, alérgico
prmmntiva" y que deba ser juzgado en un prolongado juicio ordi- a r~glame~tacwnes razonables. Que el art. 43 CN sea operativo no
rwrio :w. qmere decir que sea hermético. Este artículo afirma el citado
Más recientemente, Rivas 31 ha mantenido que el plazo de autor,. no obliga a~ le~i~lador a imponer sie~pre un plazo de
endueidad constituye una forma de afectar el derecho de acción cadu?Idad para el eJerciCIO de la acción de amparo. Si el Congreso
do loA sujetos: por eso es que corresponde utilizarlo con criterio no dispone tal término, ello es constitucional. Pero también es
ubHolutamente restrictivo. No se sostiene que el amparo puede c?ns~itucional que pu~da estatuirlo. Se trata de una opción cons-
plantearse en cualquier tiempo; si la Constitución impone la titucwn::-1 para el legislador. Desde luego, si el plazo establecido
rapidez en la aplicación de la tutela, lo lógico es pensar que el fu~se ex:guo, en_ tal.caso co~ch~iría inconstitucional, pero no por la
in LPr(\H del afectado en restituir o preservar su derecho impondrá e~Isten~Ia d~l termmo en SI, smo por la irracionalidad de la solu-
q tH~ nHumn una reacción también rápida pero nunca una "instan- cwn l~gis.lativa, que desnaturalizaría el ejercicio de una garantía
constituciOnal, como es la acción de amparo. Al respecto, el período

''" V{luHo l•'iorini, Bnrtolomé A., op. cit., pág. 1365. ::~ C., Nac. Civ. y C~u~. Fed., easo "Capizzano de Galdi el JOS", JA, 2000-II:57.
:u• V(•uHo Fiorini, Bnrlolomé A., op. cit., pág. 1:~67. · · Voww el voto dulJCient.t• dcd Dr. Pórez Delgado.
11 ll.ivnH, t\dolf'o /\.,"El plu;o;o do cnducidml en el amparo", La f,f1y, :WOO ( !::1•111.

1
:JJ .Su¡.ril(i~, Nc Htor Pndro, "1•:1 pln;o;o do euducicÍnd do In loy do nmpnro unte ]u
rPiol'lllll COllt-tl.lt.III:ÍOIIIII'', ./A, :.l()()().JI;í,'/,

EL AMPARO GENÉRICO 63
I>JC.III<:CIIO J'!l()(!I•:HAL CONSTITUCIONAL

mentos 39 • Con lo cual el requisito formal limitativo es removido


dn quince días húbiles podrá criticarse por ser algo corto o a~go
parcialmente, o sea que se lo mantiene como regla. La excepción
largo, segün se lo quiera mirar, pero resultaría exagerado califi-
a esta regla, en palabras de la Corte, procede "cuando no existe
cado como absurdo, insignificante o ruin. otro remedio eficaz" 40 • Hubo que esperar hasta la reforma cons-
Finalmente, el dec.-ley 16.986 prevé otro requisito formal
titucional de 1994 para que aquella regla restrictiva fuera dejada
limitativo para la procedencia de la garantía de amparo en el ya
de lado.
cit.ndo inc. d del art. 2. En su inteligencia, dicha garantía no
procede cuando la determinación de la eventual invalidez del acto
n~q11iriese "la declaración de inconstitucionalidad de leyes, decre- 3. La reforma constitucional de 1994 y la consagración
tos tt ordenanzas". final del amparo como garantía. El medio judicial más
La propia jurisprudencia de la Corte no tardó en r~accionar idóneo.
nnte tamaiia limitación. Pocos meses después de sanciOnado el
doerdo-ley que comentamos, en el caso "Outon", la Corte despier- La redacción dada por los reformadores de la Constitución al
ta de su letargo y comienza a sanar las heridas infligidas a la art. 43 permite elevar a la jerarquía constitucional la tríada
m;truetura garantista por ella concebida. Hasta entonces la Cor- garantista integrada por el hábeas corpus, el amparo y el hábeas
to mantenía, como principio, que la vía de amparo no es proce- data.
dnnte para discutir la constitucionalidad de normas le~ales o :e- En lo que atañe a la garantía de amparo, se respeta el ámbito
glnnwntarias a5 • Pero en el caso "Outon" afirma que diCho prm- de aplicación temporal ya reconocido por el art. 1 del dec.-ley
cipio "no debe rep~tarse absoluto" 3 ~, pu~~ nadi~ pu~_de .sus!raer 16.986, pero se fulmina con la inconstitucionalidad sobreviniente
a In esfera de accwn del Poder JudiCial la atnbucwn mahena- a los requisitos formales y materiales limitativos que obstaculicen
hlo y lu obligación"3 7 que tiene de hacer respetar la C,onsti.t~ción el acceso a la jurisdicción, reconociéndose expresamente la vigen-
(d'r. nrt. 31 CN). Así, se ha dicho que "cuando las dlsposlcwnes cia de un recurso breve, sencillo y eficaz. Esto, en razón de la
de una ley, decreto u ordenanza resultan claramente violatorias redacción de la propia norma constitucional pero, además, como
dt• aluuno de los derechos humanos, la existencia de reglamenta- consecuencia de la elevación con jerarquía constitucional de un
t·irín no puede constituir obstáculo para que se restablezca de conjunto de instrumentos internacionales sobre derechos huma-
inmediato a la persona en el goce de la garantía fundamental nos (cfr. art. 75, inc. 22, CN) que hacen de aquel recurso uno de
1111 lnerada; porque de otro modo bastaría que la .ar:forida.d re~u­ sus pilares fundamentales 41 • Opera así un cambio en la norma
rriera al procedimiento de preceder su acto u omlswn arbttrarws constitucional de referencia, transformando el paradigma que
de tuw norma previa -por más inconstitucional que. ést.a _fuese- determina la legalidad constitucional.
pora frustrar la posibilidad de obtener en sede ]UdLCwl una La reforma que tratamos no sólo acrecienta el ámbito nor-
inmediata restitución en el derecho esencial conculcado" 38 • mativo extendiendo la zona de protección más allá de los "derechos
Lo dicho por la Corte significa fulminar con la inco.nstitu~!o­ constitucionales" 42 a los reconocidos por "un tratado o una ley",
nnl idnd el citado inc. d, o, más bien, se trata de su reconsideracwn. sino que cierra definitivamente el debate sobre la posibilidad de
Ji;( enRo "Outon" aclara esta inquietud de inmediato, al sostener declarar, en el marco del proceso de amparo, la inconstitucionali-
qtlo dieho inciso "debe ser interpretado" como el medio razonable dad "de las normas en que se funde el acto u omisión lesiva". A este
pnrn ovitnr que el amparo sea utilizado "caprichosamente" con el fin, la habilitación constitucional al juez del amparo es expresa, al
prop6sito de obstaculizar la efectiva vigencia de las leyes y regla- subrayarse que "podrá" actuar con dicho objetivo.

9
3 CSJ, caso "Outon", considerando 7.
'"' Fallo.~, 249:221, 449 y 569; 252:167; 253:15 y 29, y 258:227, entre otros. 4
° CSJ, caso "Outon", considerando 9.
'11 1 cs.J, enso "Outon", considerando 6. 41
Véase de nuestra autoría La exigencia de un recurso "eficaz, sencillo y
:rt ( !H.I (~!IHO "Outon", considerando 10. breve" en ('/ Bloque de Constitucionalidad Federal, op. cit., pág. 93.
:IH cs.J: !:l'IHO "Outon", considerando 6. En el mismo senti~o, caso "Empl't'S(/. 4t g¡ caso "Siri" sólo hudn roferoncia a estos derechos como ámbito de
Malt• ¡, 111 •1111 ~/!ira J\1endes S.A.",Ln Ley, t. 130, pág. 556. Más recientemont.o ,,¡ cm;o prot.occión y ol miHmo cl'itorio Higuió ol doc.-lny 16.9R6.
"l'••rtdlu", /l'rr/lo.~, :l 1:1: 1/i 1:J.

DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL AMPARO GENÉRICO 65

Pero, sobre todo, el constituyente se ha propuesto desmontar obsta al uso del amparo si esas vías son menos aptas para la tutela
Pll gran parte el cerco en torno al amparo que levantó el dec.-ley inmediata que se debe deparar. Es dable y aconsejable -conti-
1().~)86. Lo hizo retomando el rumbo inaugurado por la Corte en núa- interpretar que en esta referencia al medio judicial más
lo::; casos "Siri" y "Kot", permitiendo reencontrarnos con el amparo idóneo el hecho de que la norma omita aludir a vías administra-
como nwdio y la tutela efectiva de los derechos como fin. tivas equivale a no obstruir la procedencia del amparo por el hecho
En el art. 43, párrafo 1°, CN se lee que el amparo procede de que existan recursos administrativos o de que no se haya
"siempre que no exista otro remedio judicial más idóneo" 43 • Con agotado una vía de reclamación administrativa previa. En este
rundamento en esta redacción debe excluirse ahora la necesidad de sentido -concluye-, el art. 43 CN elimina una traba legal y
agotar las instancias o recursos administrativos pendientes y, jurisprudencia] que, hasta ahora, solía entorpecer el amparo y que
sobre todo, desechar la vía judicial ordinaria cuando se ha trans- sólo se superaba con dificultad en el caso de entenderse que
f(mnado en una vía carente de idoneidad, esto es donde, de persis- utilizar vías administrativas antes de deducir la acción de amparo
t.i r se vería frustrada la tan ansiada tutela efectiva. originaba daño irreparable al promotor.
' En este rumbo, Rivas 44 afirma que el art. 43 CN produce un Ekmekdjian 47 mantiene la línea argumental, afirmando que
"uuelco drástico y trascendente" en el sistema vigente: consagra así la exis~encia de "vías paralelas" no puede ser obstáculo a la pro-
In existencia de una acción expedita, término que, cualquiera haya cedencia del amparo si la utilización de ellas trajera aparejada
Hido la opinión de los constituyentes, no puede tomarse sino como una frustración a los derechos presuntamente lesionados o bien
significado de que la garantía obrará sin impedimentos ni otros un daño grave e irreparable. En tales casos, la existencia de vías
condicionamientos que no sean los que el propio texto constitucio- parale~as no justifica el rechazo del amparo, dado el carácter
unl establece. Dicha expresión, apunta el autor citado, debe ser suman o y expeditivo de éste, cuyo objetivo es justamente la repa-
vinculada con la existencia de otro medio judicial idóneo, cosa que ración inmediata del derecho lesionado.
importa permitir un "directo acceso a la justicia". Es claro que ~i La Corte, después de la reforma constitucional de 1994 en el
PI particular encuentra que la administración le brinda un medw caso "Video Club Dreams", afirmó, en cuanto a la alegada ex'isten-
LuiLivo suficiente, podrá recurrir al mismo optando por no. usar ~l cia de otras vías procesales aptas que haría improcedente el amparo,
dd amparo. Pero también es claro que no le será obhgatono que "la mencionada existencia no es postulable en abstracto sino
utilií:ar los caminos burocráticos en detrimento de su derecho de que depende -en cada caso- de la situación concreta de cada
ampararse. La misma postura defiende Gelli 45 , para quien en la demandante. Cuya evaluación, como es obvio, es propia del tribu-
11wdida en que el orden jurídico no provea el remedio "eficaz" y nal de grado" 48.
"pronto", la vía del amparo resulta admisible sin necesidad de Esta interpretación "flexible" trasladada a la interpretación
agotar las vías administrativas. del art. 43 CN hace que el juez de grado tenga un amplio espacio
Bidart Campos 46 , comentando este requisito, tiene escrito para mensurar, en los casos concretos y en la situacion específica
q tw el mismo significa que la existencia de otras vías judiciales no de cada demandante, no ya la existencia de otra vía procesal sino
la menor idoneidad -en el caso- para proteger el derecho Íesio-
"1 V éaflc un pormenorizado análisis de la doctrina generada a partir de la nado del otro medio procedimental previsto en el ordenamiento
l'niHl' eonsLitucional citada y la naturaleza del amparo en Palacios, Lino Enrique, jurídico 49 •
"1 ,u pretensión de amparo en la reforma constitucional de 1994", La Ley, t. 1995- El requisito formal que estudiamos, creemos, no puede inter-
1>. piÍJ.\'. l2il7. También Gelli, María Angélica, "La silueta del amparo", L0; Ley, t. pretarse de otra forma que aludiendo a la "idoneidad" o "aptitud"
1!l!Jií-1•:, p:1g. 978, y Sagüés, Néstor Pedro, "Nuevamente sobre el rol directo o
1111h;lidiario de la acción de amparo (A propósito de la voluntad del constituyente)", del "medio judicial" escogido para "materializar" la protección
/.11 /,¡•y, L 1995-D, pág. 1517.
H llivaR, Adolfo A., "El amparo y la nueva Constitución de la República
El~mekdjian, Miguel A., Tratado de Derecho Constitucional, Depalma,
47
i\rf'!111tinn", La Ley, t. 1994-E, pág. 1330.
' Mi <lelli, María Angélica, op. cit., págs. 21 y ss. También Gil Domínguez, lltH•nos Atrcs, t. IV, pág. 51.
i\11dri'H, op. cit.., púg. 4·5. . . •IH CS.J, caso "Video Club Dreams", considerando 5, Fallos, 318:1154.
111
·11 1 llidart Cnmpo~;, Germán, Tratado elemental de Derecho Constl./.1/t'/1111111 ' Vónsc Gelli, Mm:ía Angélica, "Amparo, legalidad tributaria y decretos de
rll}{t'/1/ÍIIo, l•:dilll', 1\uonoH i\iroA, t.. VI, piÍg. 312. lliiCPHidnd y ur¡.~l'IH:in (El cnso ><Video Club Dreams>>)", La Ley, t. 1995-D, pág. 243.

(16 l>Jour.cuo PRocESAL CoNSTITUCIONAL EL AMPARO GENÉRICO 67

eficaz que se reclama, debiéndose d~~ca:ta~ I?atentemente la exi- cho de todos aquellos que no podrían ver satisfechos sus propios
gencia de que, previo a la presentac10n JUdtcml, d~ba a~otarse ~a derechos de propiedad, de producirse el colapso final del sistema
vía administrativa 50 • El constituyente no me~ci~n.a el med1o financiero". Para continuar que "por esta razón, corresponde dis-
administrativo más idóneo"; sólo se refiere a~ JUdicia~. Ello ~os poner la suspensión temporaria de la tramitación de todos los
permite sostener --,-con la mayoría ~e la doctrma- la mconstr,¡1u- procesos judiciales y medidas cautelares y ejecutorias en los que se
cionalidad sobreviniente del art. 2, me. a, del dec.-leY: 16.986 · demande o accione en razón de los créditos, deudas, obligaciones,
La reforma constitucional de 1994 confirma la tesis de que no depósitos o reprogramaciones financieras que pudieran conside-
eH posible invocar para rechazar o declarar inadmisible la proce- rarse afectados por las normas y disposiciones dictadas en el
dencia del amparo, sin lesionar con ello el.d~rech~ de acces.o a la marco de la crisis y la emergencia". Tamaña retórica debía verse
jurisdicción, la existencia de recursos ~dmmis~rat1vos pendientes plasmada en una norma que quebrara, junto con el Estado de
'0 vías judiciales más "idóneas" en sentido estn~ta~~nte pro~es~~· Derecho, el acceso a la jurisdicción. Así, el art. 12 del decreto
por sobre la "urgencia" que demanda la tutela JUdicml efectiva · citado impuso: '~partir del dictado del presente decreto, se suspen-
de por el plazo de ciento ochenta (180) días el cumplimiento de las
medidas cautelares en todos los procesos judiciales, en los que se
4. Un destino irrenunciable. demande o accione contra el Estado Nacional y 1o las entidades
integrantes del sistema financiero, en razón de los créditos, deu-
Se ha podido apreciar, en este breve repaso I?or la hü¡toria del das, obligaciones, depósitos o reprogramaciones financieras que
amparo en nuestro Derecho, el destino irrenunciable q~e ostenta pudieran considerarse afectados por las disposiciones contenidas
dicha garantía: alcanzar la tutela efecti~a. E.ste destmo cobra en el dec. 1570/01, en la ley 25.561, en el dec. 71/02, en el presente
especial relev~ncia cuan~o se tr~ta de la VIgencia d~ un ~stado de decreto, en el dec. 260102, en las resoluciones del Ministerio de
Derecho. En circunstancias recientes de nuestra h1stona,. hemos Economía y en las circulares y demás disposiciones del Banco
visto cómo esta garantía se constituyó ~o sól? en el refug10 de la Central de la República Argentina dictadas en consecuencia y toda
legalidad constitucional, sino en el med10 mas firme para defen- otra disposición referida a dicha normativa".
derla. Una vez más, como entonces con el dec.-ley 16.986, los N o han aprendido la lección: no puede renunciar se a la pro-
partidarios del autoritarismo estatal, enarbolando en este caso las tección constitucional de los derechos sin herir a la Constitución
banderas de la emergencia, intentaron poner coto a~ ~c.c~so a la mortalmente. Un Estado sobreviviente con una Constitución
jurisdicción, restringiendo fundamentalmente la admis1b1hdad del moribunda no es un Estado subordinado al Derecho; es un Estado
nmpuro. 'd · que se sirve del Derecho, en un Estado autoritario.
Fue el caso del recordado dec. 214/02. En sus. cons1 erac10nes El dec. 214/02 citado, argumentando defender la "paz social",
previas se lee que ((la preservació~ del?' P,a~ socwl como el nece- persiguió como fin cerrar el acceso a la jurisdicción, evitar ejercer
sario reordenamiento de las relacwnes ;undtcas, n~ se compadece el derecho a ser oído, sacrificar las garantías judiciales propias del
c·on la masiva concurrencia a los tribunales de qutenes .procu~an debido proceso. Olvidó con ello que ninguna "paz social" es posible
la resolución de sus pretensiones, cuando ellas son d_e Lmpostble donde domina la arbitrariedad y donde las iniquidades a diario
satisfacción, sin causar daño irreparable a la economw Y al dere- tiñen los actos de las autoridades públicas. Frente a dicho estado
de privación de justicia, lo que prima es la disolución social antes
que la paz social.
~~~ ¡.; 11 el mismo sentido se expresa Gelli, para quien "si el análisis parte de
tu hornwnúutica del texto constitucional, está fuera de toda dud~ (~ye no se Cuando hablamos aquí de un destino irrenunciable del ampa-
nu¡ui<ll'll ugotur lu instanci~ ~d~inis~ativa para demandar el amparo amparo ro, es para resaltar el valor que toma dicha garantía al momento de
tiempo de cns~s cit., pag. 20).
IIIJ.ll'ntin.o en . ., ., Ar entina establecer una tutela efectiva de los derechos, sobre todo en tiempos
hl Ver quirogu Lavié, Humberto, Const~tuczon de la Nacwn 'éf ·· de crisis como los de nuestro pasado inmediato. Como ya se dijo,
¡•oflu•ntada, ptígs. 2a7 Y 238. . ., . d t l constituyó el amparó el refugio de la legalidad constitucional.
hi Vóaso do nuestra autoría Constttucwn Nacwnal. Comenta a, ano .m ~.'Y
·om·ordada con' los tratados
· ' · l.es con Jerarqu
internaczona · ~ u ciotwl • IP,dic-w
¡a cons t't · ·
El principio de la tutela efectiva -tiene escrito la Comisión
1
,Jurldi<:nfl Cuyo, Mondozn, 2002. Intorumorknnn do Dl~rochoH H umnnos (OEA)- pm~do traducirse
1w11

DERECHO PRoCESAL CoNSTITUCIONAL
EL AMPARO GENÉRICO
69
. ada a los tribunales para la defensa
,.,, la garantía de !a hbre e_nfr:nte al poder público, aun cuando la El contenido de la obligación internacional para el Estado es
d<~ los derechos e mtereses .do un recurso o acción concre- claro: la falta de tutela efectiva no puede justificarse. Ello, porque
[,·¡..o;alidad or~inaria no haya r1co~oc~d den la consagración de los "la obligación de garantizar el libre y pleno ejercicio de los dere-
L:t. La incerbdumb.r~ ~ ~alt~ d: ~~~ :cción puede constituir una chos humanos no se agota con la existencia de un orden normativo
n\quisitos de admisibiliFa d tal El recurso sencillo y rápido dirigido a hacer posible el cumplimiento de esta obligación, sino
violación a ese derecho ~r; ~men ic~na sobre Derechos Humanos que comporta la necesidad de una conducta gubernamental que
:tntparado por la.Co~vencwn l mer so a la justicia se convierta en asegure la existencia, en la realidad, de una eficaz garantía del
(nrL. 25 CADH) IJ?-Pidedque e /c~e es en detrimento de los parti- libre y pleno ejercicio de los derechos humanos" 56 •
till desagradable JUego e con usion
'-'l 1 . Hace apenas unos meses, nuestra Corte Suprema de Justicia
culares o.. d Derechos Humanos, en e mismo tuvo una de esas oportunidades que la historia sólo suele dar en
La Corte In.teramenca~~
Hl\lltido, ha temdo ~portum a
.
J
d desarrollar el alcance de la
\a ·urisdicción que los Estados
contadas ocasiones. En sus manos tuvo la oportunidad de humi-
llar ese vasto universo normativo conocido como "legislación de
ohligación de garantrzar el achceso a t'fiJcado la citada Convención emergencia". En especial, normas como el citado art. 12 del dec.
1 A t' a que an ra 1 1 d
como a rgen. m .----;- . lica el deber de los Estados Partes e 214/02. Tenía para ello sobrados argumentos proporcionados por
Li()ntm: "Esta obhgacwn Imp b ental y en general, todas las un generoso sistema de fuentes que después de la reforma cons-
organizar todo el aparato gu ernlam man'I.fiesta el ejercicio del titucional de 1994 permitía hacer suya toda la doctrina interna-
' de las cua es se . ,
I'Htructuras a t raves l n capaces de asegurar JUn- cional en materia de emergencia, así como el mismo Derecho
podm público,. de manera ~a 9-~e ~=~os derechos humanos. Como Internacional de los Derechos Humanos. Tenía también de su
<1ic:unente ~l hbre y ple~? ;~i~~cl~s Estados deben preve.nir' inves- parte la expectativa social positiva producto de un cambio en la

Ligar y sancwnar toda Vloda ,


!1
cortHecuenci~ de esta ob ción de los derechos reconocidos p~r la
1 restablecimiento, si es posible,
mayoría de los integrantes del cuerpo. Pero, además, la oportuni-
dad era propicia para una especie de desagravio a la Constitución
Convención y procurar, a emas, e la re aración de los daños por parte de su intérprete final.
d<d derecho conculcado y, en sul cadso, h sphumanos" 54. En otro Lo sucedido finalmente es públicamente conocido. En el caso
· 1 · ' de os erec o
prod uci~os ¡;>or la VIO a~I:o tribunal sostuvo que "la regla del "Bustos", la Corte no sólo convalida aquella legislación de emer-
pronunciamiento, el mis . t rnos en la esfera del Dere- gencia -no es el lugar para profundizar en este sentido-, sino
. t · t de los recursos 1n e . . t
Jli'!\VIO ago amien o D h Humanos tiene Cier as que arremete contra el amparo mismo como garantía de los dere-
. 1 de los erec os ' e t
eho
. .Internacwna
. están presen t es en la Convención. En elec o, chos. Afirma que hemos asistido a una "desnaturalización de la
57
trnpltcacwnes que p t bligan a suministrar recursos uía del amparo" y, advertida la "complejidad fáctica y técnica del
e:.
:wgú n ella, los ~stados ar, se o d violación de los derechos tema en debate, que involucra el examen de intrincadas cuestiones
judiciales efectivos a las VlC Im:~e: ser sustanciados de confor-
.ltllmanos (art. 25), recur~~ ~~e e oces; legal (art. 8.1), todo ello 56
111 idad con las reglas de Corte IDH, caso "Velázquez Rodríguez", sentencia de 29 de julio de 1988,
e Ilo pr g de los mismos Estados, de
·¡ bl' . 'n genera a car o . púrrafo 167. Más recientemente la Corte Interamericana ha dicho que el art. 1.1
dentro de a o Igacw . . . de los derechos reconocidos por !CADH), en relación con el art. 25 (CADH), obliga al Estado a garantizar a toda
11 · ll'b e y pleno eJerciCIO . . d' ·, 1)(~n;ona el acceso a la administración de justicia y en particular a un recurso rápido
g r:mtlzar e 1 r entre bajo suJuns Iccwn
1il ( :onvención a toda persona que se encu y Hcncillo para lograr que los responsables de las violaciones de los derechos
(nrL. 1)" r.;,. t'i 1ndamentales sean juzgados y obtengan una reparación por el daño sufrido. Estas
11ormas guardan relación directa con el art. 8.1 (CADH), que consagra el derecho
. . ID H ' 1nlorrne
e . bre d e 1999 , párrafos 57,
105/99 de 29 de septiern 'lt• toda persona a ser oída con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable,
r.:l (!omiSIÓn
11or un juez o tribunal independiente e imparcial para la determinación de derechos
i>H y (i l. , R d.' uez" sentencia de 29 de julio de 1988, dt• cualquier naturaleza. Se trata de obligaciones que constituyen pilares básicos
. r..~ Corto IDH, caso "Velazquez o 1 ~fG a-' C uz" sentencia de 20 de enero d1•l I~Htndo de derecho en una sociedad democrática, tal como lo entiende la
.
p111'1'11 ¡·() ) ), Ver también Corte IDH, caso
1('(' o znez r '
( :onvención (Corte IDH, caso "Castillo Páez", reparaciones, sentencia del 27 de
d'' 1!IH!J, ptírrnfo 175. " , I~ d ·'guez" excepciones preliminares, Aonl.t•n- noviembre de 1998, párrafo 106).
M Cori.P [1)~-T, cnRo Vclazy~_cz. ~ 1! · ' 07

l'in dn :w dn junio do IDH7, pallafo .Jl. CA,J, cuso "Bustos", considerando 6, del voto de los Dres. Augusto César
111•1lw~eio y .Junn Curios Mnquodu.

7(1 lh:uJ~cuo PuocJt:MAJ. CoNHTJ'J'IJCJONAL

flnandl'ras y bancarias", AOt'llJOtwn n los jueces para que _"extre-


nu•n la prudencia para no rc•solrJC'rlas por la vía expedlta_ del
am¡wro" r.H. La estructura gnrnntiHtn inaugurada por la misma
(~orlo en los casos "Siri" y "Kot" yn no debe asimilar el golpe de
nor·mn:-; restrictivas que la reglamonton, sino que es la misma
j11riHprudencia la que sentencia: "Tampoco se justifica la extensión
·d,•smesttrada del amparo para revisar lo .que no viola los derechos
v ¡.:aranUas constitucionales con manifiesta arbitrariedad o CAPíTULO 111
Ú¡•¡.:alidad, en los términos del art. 43 de la Constitución, convir-
lil'ndo a la administración de justicia en una suerte de festival de EL AMPARO COLECTIVO
amparos e inconstitucionalidades que traba el ejercicio de sus
atribuciones por los poderes Legislativo y Ejecutivo" 59 • por
Se hace referencia al "festival de amparos", pero ¿cuánto se
EDUARDO PABLO JIMÉNEZ t
dieo del festival de violaciones constitucionales? ¿Dónde queda la
tutela efectiva, la "protección de la libertad", como fin general
roeonocido por nuestra Ley Fundamental? ¿Quién garantiza el . "El d~rec~o aP_licable, sobre todo cuando se le achaca.
necr~HO a la jurisdicción y qué jurisdicción garantiza la vigencia de mconsfLtucwnahdad por parte interesada, tiene que ser
loA derechos? desglosado de ~od? ~l ~rsenal fáctico, y puesto bajo
la lupa ]Udwwl (GERMÁN J. BIDART CAMPOS).
"L os extremos de la lucha procesal privada no pueden
darse en el proceso donde se busca imponer la regularidad
del Derecho Público" (HUMBERTO QUIROGA LAVIÉ).

l. Noticia introductoria.

. . Decía Henry Miller que el escribir, como la vida misma, es un


VIUJe de descubrimiento. En este caso, la aventura, por así llamar-
la, presenta_ un carácter metafísico, a modo de aproximación indi-
recta a la VIda.
En tal contexto, solemos escribir acerca de cuestiones que
muchas veces no comprendemos preliminarmente a cabalidad
aunque luego, a medida que avanzamos en nuestro desarrollo s~
nos aparecen como claras y significativas. '
Es que aun desde la perspectiva del análisis teórico creemos
"" !dt~m, considerando 11. que el ser humano no sólo está conformado de desespera~zas sino
"" ltit~m. considerando 12. Y fun~amental~ente,_ de fe y esperanza; no sólo de muerte, sin~
1;11 lu misma línea, del voto de Antonio Boggiano: "Que la señalada comple-
1

/1 d 111 { ¡{,. {a.~ cuc¡; tiones debatidas impone a los jueces un cuidado tan extraordinario
tam~Ien de_ ansia de VIda; tampoco únicamente de soledad aunque
al mismo tiempo, de comunión y amor. '
'1111 m fit! lar, que es insusceptible de prudente ejercicio po: la vía exl!edita d~l amparo
oot'tlll inmt•11iatez o instantaneidad». En este orden de ~deas, la mdagae~ón de las
1111/lt•ria.~ ¡¡/anteadas en el caso llevaría necesariamente a ponderar la polft~l'lt
1•r'tJIIO!IIit·t¡. dd ¡:obíano para distribuir las pérdidas ocasionadas por una Ntll/11('1(\n

Prof()~<n· d<l Doroch~ ConHtitucionnl on lu Universidad Nacional de Mar del


1
rmtilo~rt. rt. fa hattcarrola privada". ,
• 1 lnl.u. TnvoHI.Jgudor .•Juoz ICidfH'nl du oHn ciudud .
EL AMPARO COLECTIVO 73
1h: u 1W u o PROCESAL CoNsTITUCIONAL

Por ello abordar la tarea intelectual de especificar los "con- entonces vincular esta categorización dentro de la denominada
tornos" que ~utren a la figura del amparo colectivo es tam?ién "tercera generación", que pareciera ampliar la gama de los dere-
IIHU!llir el "reto literario" y, en consecuencia, tal tarea no prescmde chos sociales en una evolución que, estimamos, no ha llegado aún
d 1\ las argumentaciones antes indicadas, y es en ese contexto que a su fin.
Al intentar resaltar la diferencia "conceptual" existente entre
ofreceremos nuestro aporte. el marco de actuación de la primera y segunda generaciones, con
Nuestro abordaje, entonces, si bien transitará por aspectos
Ln6ricos vinculados al Derecho Procesal Constitucional, no será un la tercera, es necesario reflexionar, como lo ha hecho ya con
tratamiento vacío de contenidos. Como siempre nos lo enseñó e?- erudita profundidad Humberto Quiroga Lavié 4, sobre los princi-
vicla Germán Bidart Campos, apuntará a señalar aquel~o~ ca~­ pios que sirvieron de soporte y tornaron viables a los derechos de
JJOH más propicios para acentuar los espacios de la partic1pac10n
la "primera generación", explicando cómo los derechos de la "se-
ei udadana en nuestra democracia constitucional. . gunda generación", con algunas adecuaciones, pudieron ser incor-
En este sentido, señalaba años atrás nuestro quendo maestro porados al marco de estas reglas de juego.
que quienes hoy hablan de tres generaciones ~e derechos p~eden Aclarado lo que antecede, podríamos decir que el rol de los
dar respuestas teóricas a estas nuevas necesidades de articular derechos humanos de la primera generación dentro de la democra-
eonsensos, en un renovado intento de articular las actuales nece- cia liberal, más que un espíritu transformador, reviste una fun-
Hidades humanas con instrumentos jurídicos eficientes al momen- ción esencialmente garantista, tornándose en ese período el Esta-
do en un simple árbitro de los intercambios sociales que como tal
to de proveerlas. . ., ,
Indicaba, por ello, que la pnmera generacwn estana consti-
. llevado por su pretensión facilitadora, autoaplica el p;incipio d~
tuida por los clásicos derechos civiles y políticos. La segunda, p~r no-interferencia. Y la legitimidad, mediante su identificación con
los derechos sociales y económicos. La tercera, por una sene la legalidad, se sacraliza en su aspecto puramente procedimental.
innominada, como el derecho a la paz, al desarrollo, a la no . Así, y entre nosotros, la Constitución primigenia de los argen-
tmos (1853) rescata el modelo demoliberal post revolucionario en
contaminación del ambiente 2 • el que la "libertad" es concebida a modo de prius y principio base
Avanzando en ese sentido, cabe resaltar aquí que nosotros
elaboramos en su oportunidad una teoría general vinculada al de la actuación en materia de derechos humanos.
nacimiento, existencia y justificación de los derechos humanos de Con un claro marco normativo dispuesto esencialmente en los
la tercera generación 3 , cuyos aspectos ese-?-ciales nll:tr~n de seg_u- arts. 19 (reserva constitucional y limitación del poder del Estado)
t'O, junto a aquellos que implican el estudio del -?-aci_nnento, exis-
y 16 (que consagra la igualdad ante la ley), nuestro originario
tencia y justificación del Derecho Procesal ConstituciOnal, la fi!?ll- estatuto co~stituc~onal reproduce las reglas de actuación que,
ra pro~esal denominada "amparo colectivo", que hoy hemos sido desde un mvel umversal, destacaba esta primera generación de
derechos.
llamados a abordar. Luego de la Segunda Guerra Mundial, el capitalismo -con-
cebido como sistema- necesitó un "nuevo modo" de pacto social
2. Breve descripción del tránsito generacional de los p.ara implementar las estrategias económicas que la superviven-
derechos humanos. cm del modelo requería. En el diseño de esta nueva estructura los
d!r~ge_ntes de los asalariados constituidos en sindicatq.g acept~ron
No hay duda, luego de lo antes expuesto, del desarrollo evo- drrumr sus reclamos, con base en el a partir de allí denominado
llrl.ivo y progresivo que presentan los derechos humanos. Cabe "convenio colectivo de trabajo", relegando, dentro del sistema ca-
pitalista, su rol en la "lucha de clases".
~ Birlnrt Campos, Germán, "Principios constitucionales del D~recho Am- El Estado, por su parte, ofreció subvenir a una serie de
lii1•n1.111", c•JJ!n obra de su autoría Constitución y Derechos Humanos, Ed1ar, Buenos lWCt!iÜdades mínimas del trabajador, y el empresario apareció
i\irt•H, ID!ll, píig. 279. 1
:1 1•'1 libro cuya primera edición se encuentra a la fecha en proc:oHo c o
' ' . d l '/' . 1 Vur, dt>l uu!.or t~itndo, /,o.~ IJ•·n·l'lum l'ríbli('()s 8ul~jt~til!o.9 .Y la Participación
uduuli..:1wión, He denominó justamente J,os Derechos Humanos e a 1'1"1'1'/fl ,C,'oc·iul, l>copulm11, IHH/1, y {1,'{ t\lllf'"''o Cof••r•Üt~o, Huhinzui~Culwni, l!l!lH.
Ut'llt'/'ac·ián, con prólogo do Oorn11'tn Bidurt Cnmpos (T•~dinr, 1997).
7-1 DERJW!Io Pltot:ICHAI. CoNM'I'ITII< JIONAI. EL AMPARO COLECTIVO 75

aportando renovadas condiciono¡.¡ do gonorar mnovados niveles de Frente a lo desarrollado, hacemos notar que con el transcurso
producción. De este modo, !;e alimontnbu el Histema, a partir de un del tiempo los derechos económicos, sociales y culturales permane-
nuevo marco convencional, que Hugcrín el advenimiento de un cen en Latinoamérica y en los restantes antes denominados "países
capitalismo, nutrido de vertientes solidarias. del Tercer Mundo", en un nivel "nominalista": como meros progra-
Cabe resaltar aquí que el proceso de "regulación constitucio- mas o anhelos a ser materializados en un futuro impreciso, mien-
nal" de las pautas de tal nuevo acuerdo, con punto de origen en la tras que los países desarrollados de Europa se han vinculado obli-
Constitución mexicana de 1917, ha concluido su legitimación en- gatoriamente en su respeto, a través de la Carta Social Europea.
tre nosotros con la reciente reforma constitucional de 1994, la que Si bien en este segundo período la democracia formal intentó
hn venido a sanear el viciado e inconstitucional proceso reformador ser sucedida por la democracia material, sumando a los derechos
do 1957, generador del por todos conocido artículo 14 bis o "nuevo". de abstención los derechos de crédito, la necesaria legitimidad del
El sustrato de la "solidaridad" se había adherido al primige- sistema sigue su camino erosionante 5 •
Jdo de la "libertad" a fin de intentar la superación de la regla de Ello, porque al entrar en crisis el Estado Social de Derecho,
la "igualdad formal" o "igualdad ante la ley", y un nuevo modo y con él la regla de la representatividad democrática, era de
político y social afianzaba la democracia que, como sistema, seguía esperarse que apareciese, en el desarrollo de la teoría que vincula
acompañando al capitalismo, reacondicionado a partir de los apor- a los conceptos derechos humanos con la democracia, un nuevo
tes del modelo clásico-keynesiano. Esta pauta de "solidaridad", diagrama a partir del cual se pusiese de manifiesto la insuficiencia
integradora, a partir de la noción de norma programática, instada de los niveles alcanzados en su vigencia, aun luego del aporte de
luego de la reunión de los constituyentes mexicanos, el 1 de la teoría de los derechos económicos, sociales y culturales.
diciembre de 1916, termina de definir el perfil unificador de las De lo relatado, alcanzamos a derivar la importante crisis que
dos primeras generaciones de derechos humanos. se patentiza en el tránsito desde la segunda y hacia la tercera
A partir de allí, y cuanto menos desde la aproximación teó- generación de derechos humanos. Sobre todo cuando no fue deci-
rica, se intentó -con poco suceso- acondicionar la nueva realidad dida la inclusión de las normas del constitucionalismo social, en
Hocial, ajustándola técnicamente al modelo. Ello, a "caballo" de la compañía de adecuadas pautas de valoración, que consustanciaran
generación del concepto de "norma programática" que permitió a los poderes públicos con el modelo que entonces se intentaba
delinear la obligación que el poder público contraía hacia el habi- Imponer.
tante de la democracia con un nuevo "pacto social" que -sin
abjurar de las reglas básicas del Estado de Derecho- incluía un
eontexto de nuevas valoraciones positivizadas, a ser actuadas por :J. La tercera generación de derechos humanos.
gobernantes y gobernados.
Como manifestación de la "policía del trabajo" la gama de No puede ser hoy negado que la evolución y transformación
derechos sociales implica una notable ampliación de los roles del de la sociedad determinó en cierto momento la necesidad de acor-
EAtndo en su función tutelar del trabajador, como asimismo una dar una superación de los derechos individuales, agregando que el
roHtricción de los derechos individuales de quienes son patrones, paso hacia la socialización pretendió obtener una diversidad de
on beneficio del operario. derechos de los cuales el principal beneficiario era el conjunto
A partir de ello, es interpretación conteste entre nosotros que antes que la persona.
la norma que consagró los "derechos sociales" tiene un carácter Estas aspiraciones tuvieron por base acentuar la protección
pn~dominantemente programático, lo que significa que para que dd ente social, contra las agresiones que ~~ propio sistema y su
los habitantes puedan "actuarios" (desde la perspectiva de las
rog·Jas de la libertad pública y el derecho público subjetivo) y los ~ No podemos, en este punto, dejar de recordar los importantes esfuerzos
juuees aplicarlos, es necesario el dictado de leyes reglamentarias i11l.c•rproLutivos desplegados por Germán Bidart Campos a fin de operativizar
o o! eumplimiento de pautas de nuevos mandatos de valoración, o t•n euunto ello es pertinente- los derechos sociales, a partir del desarrollo
eh• lu l.ouríu do la "inconstitucionalidud por omisión" (Las Obligaciones en el
nrmonización, ineludibles para los poderes públicos a que ellnA Ac !lt•n•r·ho Con.~litucionn.l, gdinr, lHHH, y Rl Orden Socioeconómico en la Cons-
t•oli do ron. lilllt'irln, l•idiur, 1!J!J!J).
711 DERECHo PROCESAL CoNSTITUCIONAL
EL AMPARO COLECTIVO
77
lltodo de degradación efectuaba a los valores medioambientales, a
loH derechos del consumidor y otros. Todo ello motivó que el Estado . No se nos escapa que la crisis de la democracia represen-
tativa llega, en este mundo de la post modernidad mucho más
int<mtase ciertas respuestas que tuvieron por fuente el marco del lejos. '
Í11tnn~s general y la solidaridad, en una pretensión de mayor
completitud. . . Así, los roles del parlamento moderno han sido prácticamente
dilmdos, tanto como agentes de control cuanto como ámbito de
Ahora bien, si nos preguntásemos cuál es el contexto histórico
cristalinidad de la labor legislativa, a fin de que la opinión pública
d<~ In tercera generación de derechos humanos, podríamos respon-
conozca acerca del modo de la justificación política de la toma de
d<~r que, sin perjuicio de la aparente inconexidad existente entre
<-1 los, es evidente que algo así como una plataforma o sustrato ético
deci~ión por parte de sus mandatarios. Todo ello lleva a pensar a
que les es común cohesiona su marco integrador. l~s c:mdadanos que las "virtualidades" de la democracia son hoy en
d1a malcanzables para ellos, descreyendo por tal razón del sistema
Estos derechos, llamados también de cooperación y solidari- y de sus operadores.
dnd, pues -al decir de cierto sector de la doctrina- tienen como
f"111Hlnmento ambos valores, parecen presentarse como emergentes . , Pareciera que el reto con que se encuentra esta tercera gene-
racwn de derechos es el de la recuperación de la legitimidad
dd desarrollo desmedido de la sociedad industrial, que -sabido
democrática, con más alta participación popular en el ámbito del
<'H -ha causado serio impacto en el medio ambiente y en la calidad
"control de la cosa pública", y el de evitar la degradación de ciertas
d<~ vida del hombre, con repercusiones a la fecha inimaginables.
estructuras a partir del avance desmedido del capitalismo como
Esta ligazón entre la nueva generación de derechos y las esquema económico.
<'OIIHecuencias del desarrollo capitalista actual 6 nos lleva a re-
ll<~xionar acerca del inescindible vínculo que debe existir entre el Obsérvese que la actuación de todos estos derechos pretende
lograr -en suma- un "freno frente al abuso de la libertad" marco
d<~sarrollo económico y el desarrollo político, y a elegir entre un
cnpitalismo de Estado mínimo con pretensión de regreso a las
i~~liscutible ~e las anteriores generaciones, y, además, un'a solu-
cwn alternativa a la fuerte deslegitimación del sistema democrá-
n~glns mágicas del mercado, o quizás otro que rescate al ser tico en su globalidad.
humano como protagonista, desde una perspectiva más solidaria.
Estas prerrogativas jurídicas buscan entonces con su actua-
En consecuencia de lo dicho, y valga esto sólo a modo de
ción en cabeza de los habitantes, más que una viabilidad exclusi-
<~.i<'lllplo, la calidad de vida, el medio ambiente, la libertad infor-
llllíLica, las pretensiones de usuarios y consumidores, la preser- v~mente individual, imponer un respeto que vigorice el afianza-
miento de la creencia ciudadana en el "sistema" en el que todos
vnc:i<ín del patrimonio cultural e histórico de la humanidad, la
a_c_tuam?s. Esa misión, respecto de los derechos de tercera genera-
:tptiLud de los pueblos para integrarse al desarrollo, el conjunto
cwn, le mcumbe "a todos" y aun "de diverso modo", pues distinto
dn <~xpectativas frente a la posibilidad de manipulación genética,
HOII valores y -eventualmente, a partir de su consagración nor- <:s el marco que les da sustento y las consecuencias posibles que
acarrea su violación.
rwttivn en los textos- derechos seriamente amenazados y vir-
Lunlmente desprotegidos con fundamento en las categorías antes ~s claro que los derechos de la tercera generación aparecen
di~Hnrrolladas. euestwnando la categoría de derecho subjetivo, al no ser ni exclu-
yentes ni disponibles ni precisos, sino basados en la defensa del
Pero, como ya se dijo, no es solamente la problemática del in torés social común.
dd1:rioro económico global la única postulación común que iden-
l.ificn a estos particulares derechos humanos, sino que a ella se Por ello, y según nosotros lo estimamos, los derechos huma-
flOR de la_ ter?era ~e~1eractón vuelven a poner en primer lugar la
HUillll In cuestión (altamente erosionante del sistema) de la "crisis
dn l<:gitimidad democrática". 11oüt de mahenabihdad, colocando bajo sospecha las notas de
<·:clusividad y libre sustitución, propias de las anteriores genera-

<'lolws de derechos, y sustituyéndolas por la de la administración


11
liemos profundizado esta cuestión en nuestro "Sistema Jurídico y Dere-
n•s¡Jonsable.
l'lwN llumuno,~", ICD del17/l0/0l, págs. 1 y ss., y en "El Derecho Intemacionnl do Hn tratn aquí de evitar la generación de daños irreversibles
lw1 Dnr<•c:hml llunuuwA en ópoens de erisis", ED del 10/12/02, a cuyu lt•dlll"ll dn c:nnídor coloctivo o socinl, que podrían acabar -en perspecti-
I'IIIIIÍLilllOH.
vn con nun:-;Lrn o.'lpneio. l'or u! lo OH que creemos que caen en este
71-1 Dmmcuo PuocgsAL CoNSTITUCIONAL
EL AMPARO COLECTIVO
79
punto las mentadas reglas economicistas de exclusividad Y dispo- constitucional de derechos colectivos, tanto explícita (arts. 41 y 42
nibilidad, cuando lo que se trata de defender es, en suma, la vida CN) como implícitamente (art. 43 CN).
humana o los recursos naturales. También es procedente rescatar en este punto la sustancial
Reafirmamos lo antes dicho, pues si bien es hoy real y palpa- ampliación de legitimación activa a fin de accionar por vía de
hlo que los derechos humanos no pueden ser entendidos -seg~n accwn de amparo, en procura de la defensa de los denominados
n11estra concepción- en un contexto diverso del de la democracia "derechos de la tercera generación" incorporados en el texto fun-
con un máximo posible de niveles de participación, no es menos damental. Ello es obvio desde que tal acción se le concede a toda
cierto que la propia democracia se desvirtúa sin una base de persona para ocurrir en procura de sus derechos consagrados por
ro:;pcto por los derechos humanos. . . . . esta Cons.titución, entre los que se encuentran los de los arts. 41
Hecordemos que si bien ella partió de la concepción ongmana Y 42 (medio ambiente, consumidores) y aquellos que implícitamen-
dt~ la libertad y se complementó con la figura de la solidari~ad! hoy te surgen del art. 43 del texto fundamental 8•
m 1ís que nunca deberá sortear a quienes preten?en prescm~Ir .de La expresión habida en el segundo párrafo del art. 43 no debe
Ju propia democracia en el afán de sostener un SI~ter_n:: economico s~r e~tonces entendida, desde la consagración de la reforma cons-
pnra cuya supervivencia la actuación de estos prmcipws es -:-por tituciOnal de 1994, como limitativa de tal expresión sino más bien
llamarla de algún modo- cuanto menos "incómod~"· . como ampliatoria de la misma, ya que el afectado, ~1 defensor del
Así no nos cabe duda de que, pese a sus diferencias, los pueblo y las asociaciones que "propendan a esos fines" no son las
derecho~ de las anteriores generaciones participaban de la visión exclusivamente habilitadas para accionar sino aquellas tam-
productivista de la sociedad, según la cual los bienes natura.l~s bién habilitadas para hacerlo.
doben ser vistos como ilimitados y lo que "cuenta" es la elevacwn Nos congratulamos asimismo de que la Constitución Nacio-
dol nivel de vida material. Frente a ello, es claro que los derechos nal ~-able aquí de derechos de incidencia colectiva en general,
que nuestra Constitución ha rebautiza.do como .de "incidencia co- ha~Iendose sup~rado la co~fusa y vetusta terminología que los
loetiva" colocan en primer lugar a la calidad de vida, en otra nueva senalaba como mtereses difusos. Hoy en definitiva los nuevos
soñnl que alerta acerca de la nota de consenso e integración que "d h , . ' ,
erec os no son mtereses. Se debe proveer en consecuencia a su
ol valor fundan te "paz" 7 les otorga. adecuada protección, frente a los requerimientos del habitante.
Es que desde esta perspectiva, la nueva generación de dere- En definitiva, es preciso acotar que, una vez producida la
chos humanos ' viene precedida por un proceso "umversa . 1" que
reforma constitucional, queda claro que los derechos de la tercera
intenta su reconocimiento, como "prerrogativas que tienden a ~na generación han sido expresamente reconocidos, a partir del marco
protección integral, plena, amplia, de la persona humana, eJe Y textual: No se hablará, de aquí en más, de "implicitudes", o aun
contra del derecho, tanto público como privado". de matices de ."jerarquía constitucional". Se consagran los dere-
d.ws del usuano, del consumidor y los medioambientales. El pro-
4. La reforma constitucional de 1994 y el afianzamiento JHO texto se encarga además de hacer notar que los restantes
de la tutela procesal a los derechos colectivos. derechos de la tercera generación se encuentran en él expresados,
cuando en su art. 43 se refiere a los derechos de incidencia colec-
tiva.
Desde la reforma operada en la Constitución Nacional en
t !Hl4, es necesario resaltar que la inclusión del art. 4~ ra~ifica la Párrafo aparte merece esta última denominación, que aca-
tliHtndación expresa de significativos procesos constituciOnales, ba desde ahora con las disq.uisiciones entre quienes suponen que
loH derechos de la tercera generación se configuran como tales y
como los son aquellos que permiten al ciudadano impetrar las
ueeiones de hábeas corpus, amparo y hábeas data, procesos co~,s­
t.it.ucionnles éstos que vinculan su actuación a la consagracwn H Que claramente hace referencia a los derechos de incidencia colectiva "en
I{Prwrul". Hecomondamos profundizar estos argumentos recurriendo al trabajo de
IIIH•Htrn uutorín titulado "Los derechos implícitos de la tercera generación: una
7 Sugerimos profundizar esta idea de valor fundante de l~s derechos do In r11wvn <:ntogorín cxpnnsivu on mntoriu de Derechos Humanos", en ED del6/5/96
t 1m:om gonornción 1'11 nuostrn obrn Los Derechos Humanos ... c1t., capítulo 1l. ptli{H. :.! .Y Mil. '
HO J.)r.:IU•:CHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
EL AMPARO COLECTIVO
81
qttÍ<~tws los consideran "intereses", por la "debilidad" de su es-
tructura. d Cl~ro es que en este marco de habilitación, la acción popular
Creemos nosotros, entonces, que la Constitución a~para e- se convierte, cuando es receptada, en garantía de acceso a la
n~chos y, por ello, concede acción para su tutela. Y p~r SI quedase jurisdicción, y el proceso colectivo, en consecuencia, como un es-
n [gTI!la duda, se refiere a ellos en forma expresa. s.I algo queda quema superador de un orden adjetivo que respecto de estos
daro de aquí en más es que ya no resulta pro~:no ~~blar de nuevos derechos y de la necesidad de su tutela se muestra insu-
"intereses difusos" o de "intereses de pertenencia d1fusa , c~ando ficiente, cuando ellos denotan, por sus efectos masificación o
repercusión social gravitante 10 • '
du derechos de tercera generación se trate. Han sido reb~ubzados
por el constituyente como derechos d~ incidenci.a colectiva. . .Ta~bién so~ co:z:ocidas las acciones públicas que exigen para
Asimismo, hemos de resaltar la circunstancia de que el ca~I­ su VIabilidad ~a JUsbfi~ación por parte del impetrante, que aun
no a la legitimación para obrar amplia, que estos de:echos reqme- cuando no hubiese sufndo lesión alguna en sus derechos en forma
t·<m para su efectiva actuación, también se acentuo desde el art. inmediata, se halla en situación de ser razonablement~ afectada
ti:~, que concede acción de amparo a toda per~~na para hacer v:aler
por los efectos dañosos de la violación de la ley u.
sus derechos constitucionales (de la generac101_1 q~~ fuesen, Siem- . Por otra parte, tenemos las acciones que sólo exigen la invo-
Jlr<1 que se encuentren estatuidos en la Consb.tucwn). c~ció~ de un derecho de incidencia colectiva, o interés de pertenen-
Pero ello no ha sido todo. A fin de despeJar dudas, el texto Cia difusa, en r~pr~sent~ción. ?e 1~ "clase" de habitantes que se
conRtitucionallegitima para solicitar amparo, también: a! ~fect~­ encuentran en Similar situacwn, sm que sea necesario probar la
do, art. 43; al Defensor del Pueblo, arts. 43 y 86; al Mimsteno pertenencia a la "clase" de que se trate, pero sí la afectación real
del interés en juego 12.
Público, arts. 43 y 120, y a las asociaciones que propendan a esos
lineR, art. 43. Su origen, bastante remoto por cierto se retrotrae a ciertas
manifestaciones del equity, y fue creada' en tal contexto como
herramienta procesal habilitante para que el número indetermi-
G. Modalidades procesales para la protección urgente Y nado de p~rsonas a~tuantes en el proceso no impidiese que los
eficaz de los derechos colectivos. grupos umeran sus mtereses ante la justicia 13•
. Finalmente, también puede concederse representación de los
Arribados a este punto de nuestro análisis, bueno es pre.cisar derechos de incidencia colectiva a determinadas asociaciones o a
quo nl margen de los derechos individuales que tengan los cmda- sus representantes, a fin de que puedan impetrar acción en f~vor
dnnos frente a la Administración Pública y los restantes podere.s de tales derechos de la sociedad 14, o aun concentrar tal defensa de
d1~ gobierno, o aun frente al accionar de la~ es~ruc~uras del capi-
10
t:disrno "concentrado", lo cierto es que las msbtucwnes del dere- Así lo entiende la más calificada doctrina procesalista (cfr. Gozaíni
dw público regulan hoy -como se vio-:- el o~~enamiento de. dere- < ~Hvaldo, f:a legitima_~ión en ~l p:oceso civil, Ediar, 1996, pág. 361; De Santis:
choH de incidencia colectiva cuya sabsfaccwn, y .en pa~bcular < •llstavo, La proteccwn constitucwnal del ambiente: la legitimación en el art. 43
do la 11Constitución Nacional después de la reforma", en LL, 23/8/95).
<'lllliHio se efectúa un reclamo de tutela urgen~e ~ I~m.e/du~ta,. n.o
Es el supuesto del "afectado" a quien se refiere la Constitución Nacional
HÍI~lllpre puede ser reclamada por la vía de la JUnsdiCCion mdivi- ••n la 2" parte del art. 43. Permítasenos retornar luego para tratar esta cuestió~
du:d y privada. " . l'on mayor profundidad.
i~n este contexto, cabe precisar que existen las ~ccwnes ., ll ~ien señala aquí Humberto Quiroga Lavié (El Amparo Colectivo cit., pág.
pt·d,Jicas", vulgarmente denominadas "acc~ones po:pulare~ , en las lo,¡ l que este es el supuesto de +a class action anglosajona.
As.í, se_ñ~la Osvaldo Gozaíni, con cita a Chafee, Zeckariah (La legitimación
1

qttn no se requiere justificar un interés directo e mmediato para "


nt t•l ¡woec!SO cwtl, Ediar, 1996, pág. 356), que "en el Derecho inglés, si en una acción
rnclnmar en justicia 9 . ¡wr l'!asl' de pers?1~as se llegaba a la conclusión de que los derechos, las obligaciones
" lus n•spo1wabdtdades de todos los integrantes de la clase o grupo podían ser
ltiiJ:(I(/rm mrreetay honestamente, la sentencia final obligaba a todos los miembros
u I•:H el euso do la denominada "acción de cese" regulada por el ar;L :!(~ do la ,¡,. lo 14dast! o ¡;rupo, hubú!ran o no participadq en la sustanciación".
1,11 y ( :<•rwrnl dul Ambiont.o, n" :.l5.675, en. c~nsonnnciu con el 2" y 1" flliiTIIIoH del 1•'•H o1 enHo <o
1 1 AIBLOllln
. 1 cons t'.rt.ueronu
. 1 urgcntino en el que a la par del
mi .. •1:! do In CN, a loH <JIIO hw¡.;u IIOH relonrPIIIOH. "nfi•t'l.udo", In Loy Punclumontul hnhilil.n on H>t·mil indisÚnta, o mm concurrente,
n ltl~t~IOIIIll' por In VIII cl<•lurn¡utro t•n l.ut.oltt do IoM dorodroA do tercl11'11 gonor· a:ión,
1
H2 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
EL AMPARO COLECTIVO
83
loH intereses sociales y la tutela del derecho objetivo, frente al
nxceso del poder, en un así llamado "defensor de la sociedad". Por otra parte, el art. 41 expresa que todos los habitantes
Cabe ahora patentizar la importancia institucional que con- gozan d~l derecho a u~ ambiente sano y el art. 42 enuncia que los
c<~demos a la habilitación de acciones públicas de tutela inmediata consumidores Y us~anos de bienes y servicios tienen derecho.
y urgente en protección del patrimonio social. Es que, como bien En cons~~uencia, creemos nosotros que todos los habitantes
lo sostuvo oportunamente Quiroga Lavié 15 , sólo un estado de antl~ _una leswn en los derechos de la tercera generación está~
grave desconocimiento de los presupuestos del funcionamiento habilitados para promover acción de amparo, en los térmi~os que
Hocial pudo haber llevado a la doctrina a pensar sólo en individuos expone el art. 43 del texto supremo. En nuestro sentir, y atendien-
y no también en individualidades colectivas. do, como ya lo hemos referido largamente, a la peculiar naturaleza
de estos derechos que la Constitución denomi·na "de · "d ·
1 t· " b . Inci encia
co ec Iva , no ca e otra Interpretación si es que se pretende ue
O. El amparo para recabar tutela de derechos colectivos e!dlos pueda~ ser actuados por el habitante en el modo en que ~an
(en sus diversos contextos). SI o concebidos.
Es bueno indicar en este punto que esta modalidad de acción
Respecto de la legitimación activa para exigir la tutela urgen- de amparo,_ o ?,e tutela procesal mínima, suele denominarse "am-
te e inmediata de los derechos de la tercera generación, parecieran ~;ro ~olecbvo , toda vez que el derecho protegido se difunde 0
1I ~~ft al ~rupo que lo detenta, sin tener un "dueño en particu-
los analistas del derecho relacionar en forma mayoritaria los arts.
41 (tutela del medio ambiente) y 42 (tutela de los derechos del ar : o asi, ya que la protección se extiende en este caso al
usuario y del consumidor) de la Constitución Nacional, sólo con la COI1Junt?, Y le otorga -a ese conjunto- un derecho a obtener
Hcgunda parte del art. 43 del texto fundamental, que en lo perti- sentencia, que no es ya individual.
nente expresa: " ... Podrán interponer esta acción contra cualquier ~-s recon~cido que el caso "Kattan" 1s, fallado en 1983
fbrma de discriminación y en lo relativo a los derechos que prote- tamb1en conocido como el "caso de las toninas overas" permlti~
gen al ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor, así que un gru~~ de particulares se alzara por vía de amp~ro contra
como a los derechos de incidencia colectiva en general, el afectado, una resolu?wn que autorizaba la captura indiscriminada de del-
ol Defensor del Pueblo y las asociaciones que propendan a esos fimes o tomnas overas.
linos, registradas conforme a la ley, la que determinará los requi- Fue este el primer caso de "amparo colecti·vo" 11 hab· , d
se- 1 d U' . , Ien ose
Hitos y formas de su organización... ". na a ~.a I que estaban habilitados para promover acción de
Así, obvia por lo general la doctrina la relación que existe ~!?paJo aquello~ 9-ue lo hacen a título personal o en representa-
ontre los derechos de la tercera generación (enmarcados en los cion e. s~s familias, ?t;ta~do la finalidad que persiguen es el
nrts. 41, 42 y también en el art. 43 de la CN, como ya se ha visto) mantemmientod hdel eqmhbno
· . ecológico"
. , porque "todo ser h umano
y ol primer párrafo del art. 43 de la Constitución Nacional. Insis- posee ~~ erec o ~~bJ~hvo a eJercer las acciones tendientes a la
timos en ello, pues de una cuidadosa y garantista lectura del texto proteccwn del eqmhbno ecológico".
constitucional se sigue, sin necesidad de recurrir a demasías inter- . Con mayor preci~ión conceptual, nace tiempo después aun-
protntivas, que el amparo es legislado para que lo actúe toda ~}ue antes de_ producirse la reforma constitucional de 19~}4 el
twnwna en defensa de derechos y garantías reconocidos por esta ,u~paro c~lechvo de los derechos públicos subjetivos de la sociedad
( ~onHtitución, un tratado o una ley. ~ e ~os divers.~s sectores que la integran, al producirse el sonado
caso Ekme!?-dpan e 1Sofovich" 18 , expresando la Corte Suprema de
111
nlllotilnRor del Pueblo y a las asociaciones que propendan a esos fines, registradas "Kattan, Alberto e 1PEN'' fi a • • ·
C'ouformo a la ley. Nosotros entendemos que el Ministerio Público también tiene Mnrienhoff, en LL, 1983-D, 568: mne en 1 mstancia, con comentario de Miguel
t•Mu hnhilitución, y Humberto Quiroga Lavié agrega a la nómina a los partidos s~sltliene Osvado Gozaíni en La legitimación ... cit. pág. 349
;: ACS.síflNo
polfticoH, quienes, según lo entiende, pueden estar habilitados para la defensa de , 1'a os, 315:1492, LL 1992-C·538· ED 148 334 C' .
loH dt•rochos cívicos de los ciudadanos (op. cit. en nota anterior, pág. 65). "" lllito caso el accionan te Miguel Á Ekmekdjin'n· i~ t Ó . abe recordar que
~ Autor y obl'll citndn, p1ig. 81. IHI dorocho n_roplicur mnnffeatudone~ televisivas ~ue flec~u~:;¿~ro e? ?~fenst ~e
1

lu l{r(ly c~nt6hcu. La Corto Suprmnn luo•'o do otoriYnt·lc nl d ' dSUJtUlCIO, a o a


, " ,., emnn an e represen-
DERECHO PRoCESAL CoNSTITUCIONAL EL AMPARO COLECTIVO 85

.Justieia de la Nación en el considerando 25 de ese precedente que


"n di l'crencia de quien ejerce la rectificación o respuesta en defensa
dn un derecho propio y exclusivo, en los casos como el presente,
no solamente se enfatiza una
más, de pertinencia social.
r
Así, pues, al pretender una le .t. ., .
~I_?-a~on ampha para actuarios,
re acwn e pertenencia, sino, ade-
qttien replica asume una suerte de representación colectiva". En el contexto de tal anál' · d
Cabe recordar también que, en tiempos inmediatamente con- que existen al momento de inten:=Is, estaca:I?os. oportunamente
t.t~mporáneos a la reforma constitucional de 1994, las agencias de incidencia colectiva pro . ~actuar en Justicia los derechos
judieiales se mostraban, por lo general, reacias a receptar en su inmediata y urgente, t;es n~~~::n ~J~fradello ~c~ione.s_ de tutela
0
1'-H~no la legitimación de aquellos sujetos que estimaran "imperso- me al desarrollo cuyo gráfic P es e leg¡tlmacwn, canfor-
o se presenta a continuación:
nalüs, por cuanto privilegiaban la atención de los "derechos sub-
jdivos", sin permitir que se filtre algún otro modo de participación
1~11 procura de prerrogativas jurídicas, aunque ellas sean diferen- LEGITIMACIÓN PARA OBRAR EN MATERIA DE DERECHOS
t.t~H o la motivación de su actuación sea también diferente. DE INCIDENCIA COLECTIVA
Es claro que la comunidad jurídica ha evolucionado con el
correr de los años en forma garantizadora, aceptando mayoritaria- 1. El habitante
mente en los tiempos que corren -ya pasados diez años de la Posee legitimación pa t
rl'f(mna de nuestra Carta Magna- un hecho clave, consistente en el patrimonio social. ra ac uar en defensa de la legalidad y
que las nuevas motivaciones derivadas de la vigencia de los dere-
dws humanos de la tercera generación han puesto ya en crisis la Pretensión anulatoria
vnlla del individualismo, invitando a reinterpretar el concepto de
la dimensión difusa (por expansiva), que se ha adosado y caracte- 2. El afectado
ril':a hoy a estos nuevos derechos 19 • Posee legitimación para ob d fi
De allí que cuando hacemos referencia al derecho que tiene una habilitación específica dada ~ar e~ ~ ~msa de la legalidad y
Lodo habitante al goce y disfrute de un ambiente sano y equilibra- to que lesiona el derecho d'e terce: ac uacw:r: _concreta del elemen-
do, n la tutela de su patrimonio cultural e histórico, o a su salud
y snguridad en el contexto de la relación de "uso" o "consumo", por
produzca un daño personal act
reparatoria).
t ge~eracwn, aunque ella no le
ua men e mensurable (pretensión
njmnplo, y la aptitud que un acto determinado conlleva para
violentar tales prerrogativas, hemos de aceptar en tal contexto Pretensión reparatoria
una habilitación individual y aun social (de cualquier otro habi-
Lanto) para verificar el cumplimiento de la legalidad, que en este 3. El afectado a quien además se le produce un daño personal
enHo no es ni más ni menos que constitucional.
Este habitante titular· d h
Por ello es que hemos propugnado, al abordar la cuestión de nos de la "primera generac~~~ ~~ d erec o ~ubjetivo, en l?s térmi-
In lt~giLimación para obrar en juicio en esta materia, la idea de resuelve a partir de las erech~s ' cuya operatividad se
mmcinr eon plenitud los mencionados nuevos derechos -de la juicio. reg1as convenciOnales de actuación en
t.nrctH'H generación- con una dimensión social, a la que todos los
ltnbiLantes han de tener acceso, pues la violación de estas prerro- Pret!nsión resarcitoria
gnt.iv:tH implica, en estas circunstancias, una lesión inmediata al
p: t!.ri mon io social que su vigencia supone.
Es evidente la preocupació .
ceso a la justicia cuando n que sluscita el problema del ac-
l.~tl'ii>ll "wlndivu" acoge -con ciertos matices-la demanda promovida. Recomen- . se procura a defensa d 1 t · ·
socia,1 entendido como la pos'bTd dd . ~ pa nmomo
de esta naturaleza puedan t~
dniiiOH col.ojur nuestra evaluación crítica de tal precedente, jamás repetido por la 1 1
a e que los confhctosjurídicos
All.u Corl.L•, en nuo~;Lro Los Derechos Humanos ... cit., págs. 235 y ss.
1" AHí lo hu hoeho nolur el punto 5° de la Declaración de México, 1hd 2H de
diccionales una solución ex nd~t~' por parte de los órganos juris-
. ' pe 1 a y completa q t 'b
t'lwro dt• :.lOOO. " 1os t n'b una 1esue.co?
1a lllCflHin en quo puodnn hacerlo n. ~ya,a en
de JUSticia, la
EL AMPARO COLECTIVO 87
Mil

prof.t,c•c•lt'ln cl 1 ,¡ 11111 ¡,¡~ 11 t. 1~, 11 ¡11 ,_. clc•n,c•ho~ del usuario y del consumi- problemática por parte del Congreso de la Nación 2.3, pero celebra-
clol', 11 uqunlloM qw• ilnplll•lt.u o liXpllc~•tnme~te surgen del art. 43 mos que, pese a tal desorden sistemático, el legislador haya inter-
(:N, y lu JII'OIIHH'lciu dc'l ciiiMilt'l't~llo ~mstembl~.
11 ., pretado que en materia de amparo impetrado para la tutela del
'l'umhi(u 1 ~~~ ,.,, 11 ¡ q11c1 1111 pnmer abord~Je de esta ~uesbon medio ambiente, la legitimación le quepa a cualquier persona
pliHil JlOI' nrhil.l'lll' uuulo~<~ ele• IPv,it.imación ampha_ qu~ permitan a la cuando lo que allí se intenta es una acción de cese de actividades
ciudnclnníu nl eulml c~tiiiiJIIinlic~nto de su con~tlt"?c10n~l debe~ de generadoras de daño ambiental colectivo, y se actúe -en suma-
t.ut.cdu a HUH dorc1c~lwH ¡HHJiieoH Hubjetivos, o ?e I~~Idencia c?lecbva~ articulando la defensa ciudadana de la legalidad constitucional.
Y m1 on esto cont.oxLo c¡ue -como denva~10n .~e lo dispues~
Hegundo púrrnf'o d<'l art. 41 de la <?onsbt!;ciOn federal-d 1
Advertimos, de todos modos, que la norma, al regular en su
,
1 11 o1 art. 30 la actuación en juicio en los denominados "procesos civiles
( : 011 grm;o de la Nación dictó la denommada Ley General e1 colectivos", asume el nuevo perfil social de los fenómenos jurídicos,
Ambiente", que lleva el n" 25.675 •
20
• aunque en principio lo circunscribe a aquellos que pueden alegar
Si bien esta norma ha merecido ya a la fecha una Im~ortante perjuicio a los fines del reclamo, determinando su actuación en
('ltlllidad de elogios y críticas 2 1, hemos de resaltar aqm que el forma excluyente, unos de otros: ellos son el "afectado", el Defen-
11
n{disis que sigue se limitará a abordar su art .. 3_0, e~, cuanto sor del Pueblo y las ONGs de defensa ambiental, a quienes noso-
of'n~ce presupuestos mínimos para regular l_a legibmaciOn P,?ra tros agregamos el Ministerio Público, en virtud de lo expresamen-
ohrnr en materia de daño ambiental, denommado por la ley co- te dispuesto por el art. 120 de la Constitución federal 24 •
l(lctivo". . _ El último párrafo del art. 30 de la ley 25.675 ratifica la
Así resalta la norma en cuestión que, producido el dano definición antes efectuada por la Corte Suprema de Justicia de la
ambiental colectivo, tienen legitimación para obtener la "recompo- Nación, en el sentido de que "la Constitución Nacional reconoce
Hición del ambiente dañado": el afectado, el Defensor ~el Pueblo, legitimación para promover la acción de amparo, a sujetos poten-
luH asociaciones no gubernamentales de defensa ambiental Y el cialmente diferentes de los afectados en forma directa por el acto
EHtado nacional, provincial o municipal. . . . u omisión que en forma actual o inminente lesione, restrinja,
Luego, la ley habilita a toda person?' para sohcltar median- altere o amenace con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, dere- ·
f.o ncción de amparo la cesación de las actividades generadoras de chos o garantías reconocidos por la Constitución, un tratado o una
dnño ambiental colectivo. ley" 25.
Hemos de desta~ar la pauta legal que indica _que, un~ vez Habilitando la posibilidad del ejercicio de una modalidad
impetrada acción por daño ambiental, no podr~~ mtervemr los eficaz de acción popular, arropada con la vestimenta de un proce-
n1 11 tuntes titulares de la acción, aunque sí los legitima para actuar

eonw "terceros" 22 • • 23 García Minella, Gabriela, "Ley General del Ambiente", en AA. VV., Derecho
Coincidimos con quienes han criticado en su oportumdad la
Ambiental (coordinación: Eduardo Jiménez), Ediar, 2004. Sostiene allí la autora
poco depurada técnica legislativa con que se ha regulado esta que "si bien lo expuesto expresa un aspecto positivo de esta normativa, de la lectura
del artículo que estamos tratando se observa una técnica legislativa, al menos
desordenada, dado que se trata la legitimación en materia de amparo, posterior-
·m Sanción 1116/02· promulgación 27/11/02; publicación B.O. 28/11/02. Ver, mente se plantea una ampliación de la legitimación para las acciones de recom-
pitt'll
' ·
confrontar, '
LL, Antece d entes p ar1amen t ano
· s , no 4 ' del mes de mayo de posición e indemnización, y finalmente se hace referencia a la posibilidad de
peticionar el cese de actividades generadoras de daño a través de la acción de
~wo:1. 1· Amb' t 1 l nueva
"' Vt•r Sabsay, Daniel, y Di Paola, M., "El Federa 1smo 1en a _Y a " nmparo".
¡,1,y ( ¡¡. 110ntl del Ambiente" (ADLA, 2003-A-1385), y Caffe.ratta, N estor,, Ley ~ 4 Así, el art. 120 de la Constitución Nacional indica que "el Ministerio
( ¡(;Ju•rnl dd Ambiente 25.675: compendio de reformas sustantivas y formales (LL, Público es un órgano independiente con autonomía funcional y autarquía finan-
AntP('(IdPntos Parlamentarios, no 4, del mes de mayo .d~ 2003). . . cit•rn, que tiene por función promover la actuación de la justicia en defensa de la
'" !lomos de acotar aquí que la veda de generar htisconsorciO .activo en este f¡•galidad, de los intereses generales de la sociedad, en coordinación con las demás
p 1111 t.o ohlignn'i a quien promueva este tipo de demanda, en pnme~.luga~, a uut,oridadcs de la Hepública". El resaltado, ,que no deja lugar a dudas, nos
, ('J' una conducta responsable, que impida -por su eventual neg tgen~tt~­
1
lll¡llll,1 11 ·
Jlllrtorwco.
· · ' sta ·cma 1ca
dt•moruH indc~:~cuclus en el trámite procesal. Re~teramo~ aqm que e ~~ Cfr. CR.JN, nut.oH "Conxwnidores Libi'<~S Cooperativa de Provisión de
re~flPju t•n todos los ensos unn proyección de interés socwl. s,.,.,il'iox y 1\ccüín Comunitaria e' 1/l,';~tarlo Nacional", dlll 7/5/98, LL, 10/6/98.
HH DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
EL AMPARO COLECTIVO 89
Ho de amparo, el último párrafo del art. 30 expresa que toda
constitucionalista y ambientalista nacional 28 • Nos referimos a los
persona puede solicitar mediante la promoción de este proceso autos "Schroeder" 29 •
constitucional la cesación de actividades generadoras de daño
Allí se reconoció legitimación para obrar a un vecino de
ambiental colectivo, con lo que asume el legislador que estas
~artín Coronado (partido de Tres de Febrero, provincia de Buenos
actividades de por sí generan la lesión actual e inminente que Aires) para requerir amparo, peticionando la nulidad de un con-
habilita la promoción de este proceso constitucional de tutela
c~_rso. público. t;onvocado P.~ra la selección de proyectos de inver-
urgente e inmediata 26 • swn, mstalacwn y operacwn de plantas de tratamiento de resi-
Y reiteramos que esta acción puede ser promovida por cual- duos peligrosos.
quier ciudadano, siempre teniendo en cuenta que su único objetivo Está claro, además, que el concepto de "afectado" debe re-
es -en definitiva- la defensa de la legalidad constitucional, lacionarse con una actuación concreta del elemento contaminante
promoviéndose a tal fin el cese del daño ambiental advertido. aun cuando tal actuación no lo dañe personalmente. Esta definí~
Así lo habíamos entendido nosotros cuando, al esbozar nues- ción conce~tua_l ~ermite, en consecuencia, habilitar al vecino para
tra teoría general sobre el tema, afirmábamos que esta amplitud actu~r e.r: Jusbc~a en defensa de la legalidad y la protección del
conceptual propicia la adopción de la acción de amparo en mate- p_atnmomo ambiental, que, por supuesto, detenta proyección so-
ria de derechos humanos de la tercera generación, a modo de eral merecedora de tutela.
acción popular, sólo cuando ella es instada por el habitante, en ?istinta suerte ha t_enido, por cierto, la habilitaciónjurispru-
el único -e importante- interés de la defensa de la legalidad dencral reclamada por cmdadanos de la República en defensa de
constitucional. la legalidad constitucional, cuando la materia ha sido referida por
Ello entendíamos entonces, y aún hoy sostenemos esa tesitu- ~jemplo, a obtener acción judicial que ordene al Poder Legisl~tivo
ra, que cualquier persona, pese a no padecer actualmente una mtegrar la Comisión Bicameral Permanente que prevé el art. 99,
repercusión personal constatable de la violación del derecho de
incidencia colectiva de que se trate -y en este caso, del derecho
Para una .a~~pliación de las diversas fuentes en doctrina que abordaron el
28

a un medio ambiente sano y equilibrado-, debe titularizar legi- mtento de defimcwn del concepto "afectado" instituido por el art. 43 de la
timación a fin de exigir la verificación del incumplimiento de la Constitución Nacional, recomendamos nuevamente la lectura de nuestra obra Los
legalidad constitucional y, en su caso, propiciar el cese inmediato Derechos Humanos de la Tercera Generación cit. en notas anteriores. Sólo hemos
de la agresión promovida por la acción inconstitucional 27 • de ~ecordar aquí que la inadecuada voz "intereses difusos", superada hoy por la
de derechos humanos de la tercera generación" o la definición constitucional
Por otra parte, enunciamos en párrafos anteriores que el "derec~ws de incidencia colectiva", sólo podría ser válidamente utilizada si se
Histema constitucional argentino, luego de operada la reforma de reconVIerte al término "intereses de pertenencia difusa", ya que lo único "difuminado"
1994, legitima, con calidad diversa, a quien emprende una moda- que les cabe es su J?ertenencia, y no su contenido esencial; apunta a la defensa
lidad de acción popular, al "afectado", para promover acción de de un derecho propio, desde la defensa del interés social (en coautoría con Juan
Costantino, Intereses difusos, su protección, e~'ectos y alcances) .
nmparo contra cualquier forma de discriminación, y en lo relativo ''9 ¡t
. . - CNFed. Cont.-Adm., Sala III, LL, 1994-E:449. Allí, la alzada, al circuns-
11 In tutela de los derechos de incidencia colectiva. cnbir el concepto de "afectado" al de "vecino de la zona" enfatizó además la
Y ¿quién es el "afectado"? obli?~ció~ constitucio~al que todo habitante tiene de prese;var el ambiente, y la
Este tema fue adecuadamente abordado desde la interpreta- habih.tac_wn de la ~cc1on de amparo a tal fin. Entendemos que la interpretación
ei6n de nuestra jurisprudencia -particularmente en el campo del de !u JUnsp:t~den~I~ resulta flara estos casos adecuada y eficaz, en cuanto así se
cubre la leg¡timacwn para amparar la lesión a derechos de tercera generación al
dnn~(:ho ambiental-, resolviéndose en consecuencia las distintas acreditar el v~cino de la zona un interés razonable y suficiente, digno de tut~la
npr·¡~einciones que en este sentido había formulado la doctrina (Hl estas cu~sti?nes. A este precedente le siguieron en forma conteste, entre muchos
;/t.ros, los Siguientes, que ~ueden ser considerados paradigmáticos en el punto:
.'-iagarduy, Alberto slmedlda cautelar" (CNCiv., Sala III, 15/11/94, LL Buenos
Aires, 1D95, pág. 935); "Moro, Carlos Emilio c/Municipalidad de Paraná si
~~~ Al punto de admitir su coexistencia con la acción de daño ambiental, con
lu plnuHiblo finalidad de evitar posibles diluciones, lo que se encuentru en líJH'a
fllllfia~·o" (ST.J Entro Híos, Sala 1 Penal, 2/6195);."Seiler, María e 1MCBA s 1amparo"
<CNC1v., Snlu U, 2R/8/95); "/)onl1r!lljamín S.A. el ENRE si amparo" (CFed. Bahía
I'OII d pri11eipio ··--también enunciado en la LGA- de prevención nmhi11n1ul.
~·¡ (~fr., do uunHt.rn nut.orin, Lrm Den!chrm llunur.nos ... cit., pt\gl'l. ll:l ,V fl't.
llluneu, Snlu 1, 2/f/2/!Jfl, /,/, llur•noN J\irr•H, Suplernonto de Do1·ccho Constitucional
1(,j{i/!)!)), '
!)() DERECHO Pttoct~HAL CoNH'ITI'tJCIONAL EL AMPARO COLECTIVO 91

inc. 3, de la Constitución Nacionul, ya que se alegó allí que no se Los planteos judiciales fueron instados por diversas entida-
hnl>ía instado un derecho o interés propio con protección jurisdic- des representativas de sectores de actividad y profesionales alcan-
cional, enfatizándose en tal precedente ao que el art. 43 del texto zados por la medida 34, a los que adhirió la Defensoría del Pueblo
fundamental no innovó en materia de legitimación, requiriendo la de la Nación, atacando la ley en la inteligencia de que la norma-
presencia del agraviado concreto y descartando la acción popular tiva cuestionada violentaba ciertos derechos y garantías de los
que desvincule la ilegalidad del perjuicio. ciudadanos que las integran, y a la población en general, en tanto
Sosteníamos nosotros al criticar ese precedente que, hoy, la comprendida en las prescripciones de la norma impugnada.
convivencia democráticamente organizada requiere un valor Lo real es que, al asumir la Corte Suprema de Justicia de la
nglutinante que refleje "consensos mínimos" y "legitimidad" en los Nación el conocimiento de tales reclamos, los desestimó porrazo-
operadores del consenso. Por ello, bregamos por que la reforma nes de índole procesal. En esencia, manifestó al fallar los casos en
constitucional de 1994, al incluir explícitamente esos derechos, no cuestión que "si bien la Constitución Nacional, tras la reforma
loH ahogue a partir de mezquinas interpretaciones a la hora de constitucional de 1994, ha ampliado el universo de los sujetos
garantizar su operatividad plena, la que requiere necesariamente legitimados para accionar por la vía del amparo, que tradicional-
un modo de acceso a la justicia ampliamente legitimante. mente estaba limitado a los que fueran titulares de un derecho
Señalábamos, además, allí que estos nuevos derechos no subjetivo individual, esta amplitud no se ha dado para la defensa
pueden operar a partir de acotados modos de acceso a la jurisdic- de cualquier derecho, sino como medio para evitar discriminacio-
eión, cuando de hacerlos valer en juicio se trata, al sostener que nes y tutelar los mencionados en el segundo párrafo del art. 43 del
ol dudadano de la tercera generación del constitucionalismo pre- texto constitucional, es decir, los que protegen al ambiente, a la
tende una mejor y mayor participación política frente a las debi- competencia, al usuario y al consumidor, así como los derechos de
lidades del sistema, con el fin de colaborar a su sostenimiento, incidencia colectiva en general"' 35 , y en particular, con relación a
pues sabe que -hoy por hoy- sólo ese ámbito representa una la actuación del Defensor del Pueblo de la Nación que este fun-
garantía para la realización de su proclamada dignidad 31 • cionario ((carece de legitimación procesal para inter~oner acción de
Acentuando esta línea de retroceso, y como corolario de amparo a fin de que se declare la inconstitucionalidad de los arts.
ciertos pronunciamientos recientes, nuestra Corte Suprema de 1 Y 2 de la ley 24.977", aduciendo que "su intervención cesa cuando
,Justicia 32 desestimó una serie de reclamos vinculados a la im- la persona interesada ha impetrado acción judicial o recurso ad-
pugnación de la ley 24.977 33 , en cuanto esa norma -dentro del ministrativo" 36 •
marco de creación del régimen simplificado para pequeños con-
trilmyentes, también denominado "monotributo"- obligó en tal 34
Ellos fueron Confederación Farmacéutica Argentina Confederación Mé-
contexto a los profesionales con ingresos que no excedan la suma dica de la República Argentina, Confederación Médica Gr~mial de la Capital
do $ 36.000 a inscribirse como monotributistas, quedando en su Fed~ral, Colegio de Escribanos de la Capital Federal, Consejo Nacional de
dofccto categorizados como responsables inscriptos del IVA y A¡,'Timensura de Jurisdicción Nacional, Colegio de Calígrafos Públicos de la
(~iud~d d~ B~enos Aires, pero principalmente, aludimos a los promovidos por el
oxcluidos de la posibilidad de empadronarse como responsables <;~le~o Pubhco de Abogados de_ la Capital Federal (CSJN, C.955.XXXVI, "Colegio
no inscriptos. 1 ubl!.co de Abogados de la Capltal en ME y OSP s 1amparo ley 16.986", sentencia
del 7/10103), el Defensor del Pueblo de la Nación (CSJN, D.628.XXXVI, "Defensor
dd Pueblo de la Nación e 1Estado Nacional~ ME y OSP [Monotributo] dec. 885198
111
' Nos referimos al caso "B. G. el Estado Nacional" (CNFed. Contencioso- NI amparo ley 16.986", sentencia del 2118103) y el Colegio de Fonoaudiólogos de
i\drninistrntivo, Sala III, octubre 13-998, LL, Suplemento de Derecho Constitu- l•:ntre Ríos (CSJN, C.547.XXXVI, "Colegio de Fonoaudiólogos de Entre Ríos el
f'iorml del 2815199, en el que se reitera la doctrina del caso "Rodríguez", dictado Jt:stado Nacional si acción de amparo", sentencia del 2618103).
por la CH.JN, con nuestra anotación crítica). :cr, Cfr. CSJN, en autos "Cámara de Comercio, Industria y Producción de
'
11
Hon estos términos de nuestra anotación a fallo, titulada "El alcance de Utwi.~tencia e 1AFIP", del 812103.
lu lc•gitimadón para interponer acción de amparo en calidad de ciudadano de la • :en Cf~-- CSJN, en autos "Defensor del Pueblo de la Nación si amparo", del211
H.nJHíhlien". H/O,l, on chctnmen del procurador general de la Nación, que la Corte hace suyo.
' 1 ~ CH.JN, "Colegio de Fonoaudiólogos de Entre Ríos el Estado Nacional", LL, J•:x¡.H·esn Adolfo ~{ivns c.on sn~neidud que -_--en osen~ia--, para desestimar este tipo
Suph-mont.o do Dureeho Constitucional, del 214104, con nuestro comenturio. de• urLeJ~t.~JH, l1~ ,< .ortu s1guo RWIIlJH'O uslo rnr.o~amwnto: a) no hay causa, pues no
'
11
AJ)J,A, LV!Il-C\ 287:1. huy IPgrt.unneron do lu adoro; {¡) 110 huy lo,.ptimnción, pues sus estatutos no la
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL AMPARO COLECTIVO 93

Entendemos nosotros que esta modalidad de exclusión, en De tal modo, la ley 24.284 38, modificada por la ley 24.379 39,
tanto involucra a los colegios profesionales, recorta aún más la resulta ajustada a la manda constitucional cuando indica en su
pmspectiva de articulación del art. 43 de la CN, que fue pensado art. 1 el objetivo general de la Defensoría del Pueblo, concebido
<'Hnncialmente como un instrumento clave para imbricar las rela- como el de proteger los derechos e intereses de los individuos y de
ciones entre la democracia representativa propuesta por la Ley la comunidad, frente a actos, hechos u omisiones de la Adminis-
l1'undamental en 1853 y la democracia participativa indicada cla- tración Pública nacional, aunque luego tal promisoria admonición
r:unente por la reforma constitucional de 1994. se diluye, tornándose inconstitucional, cuando la propia ley cir-
Máxime si consideramos la función preventiva que aporta al cunscribe en forma cercenante el ámbito de actuación de la figura.
HiRtema constitucional la habilitación plena de las "acciones de Es que, como desde siempre hemos sostenido, lo procesal (y
clase", aplicando entonces un adecuado criterio de previsibilidad en este caso, la cuestión vinculada con la legitimación para estar
toda vez que se advierta que la situación denunciada "en concreto" en juicio esencialmente lo es) resulta ser tributario pero jamás
provocaría, de no ser rápidamente atendida en justicia, nuevas condicionante de lo constitucional 40 •
loHiones, o aun la profundización de las ya causadas 37 • Aun así, cabe rescatar precedentes auspiciosos en nuestra
Aun así, la discrepancia más fuerte con el pronunciamiento materia.
dietado en el caso por la Corte Suprema se nos presenta al evaluar En este sentido, y respecto de la posibilidad de intervención
lnH razones por las que restó legitimación al Defensor del Pueblo del Defensor del Pueblo en conflictos que vinculan exitosas moda-
de la Nación en esta cuestión, soslayando -quizá- que la com- lidades de "amparo colectivo", puede ser recordada la causa 41 en
petencia y las facultades del Defensor del Pueblo nacen expresa- que la Defensora del Pueblo de la ciudad de Buenos Aires impetró
nwnte de la Constitución y, en consecuencia, la ley que reglamen- la efectiva tutela judicial de los derechos de consumidores porte-
ta el instituto sólo puede estructurar el órgano y reglar su funcio- ños que fueron afectados por masivas fallas en el suministro del
namiento, pero el art. 28 de la propia Constitución Nacional la servicio de energía eléctrica, instando la actuación de los mecanis-
inhibe de limitar el contenido y el alcance de su actuación. mos colectivos.
Sabido es que si los magistrados advierten tal circunstancia, La jurisprudencia sostuvo en aquella ocasión que "la legiti-
He encuentran -particularmente en el marco de actuación del mación que el art. 43, 2° párrafo, de la Constitución Nacional
proceso de amparo- habilitados para declarar la pertinente in- reconoce en materia de acción de amparo abarca los supuestos en
constitucionalidad, aun "de oficio", según lo ha estimado la juris- que se encuentran comprometidos derechos de incidencia colectiva
prudencia reciente de la propia Corte Suprema. relacionados con el medio ambiente, la salud pública, los servicios
públicos y no derechos subjetivos, individuales o exclusivos de los
ciudadanos o usuarios", agregando en el punto que la intención
uut.ori7.an a ejercer la representación judicial de los derechos individuales de sus
del constituyente reformador de 1994, plasmada en el art. 43 CN
uHoc:indoR; e) en el caso, se busca proteger derechos individuales de carácter "ha sido la de crear una categoría especial de legitimados pard
put.f'Ímonial, de modo que no están alcanzados por la cobertura del art. 43 en su promover acción de amparo en circunstancias en las cuales el dato
purt.o 2", aun cuando la actora pudiera estar legitimada para representar colec- mracterizante reside en la proyección del agravio -protección de
t.ivumonte; d) además, el interesado debe demostrar claramente de qué manera los derechos difusos o colectivos- y no necesariamente en la con-
lu loy impugnada contraría la Constitución Nacional; e) demostrar también que
l'll d euso concreto, y con motivo de tal colisión, se produce el gravamen específico
c·urrencia o gran núm!ro de perjudicados".
c•n c•l reclamante;/) por ende, no entra a considerar el fondo del asunto (cfr. Rivas,
i\dolf(¡, "Poderes Fiscales y Garantías Constitucionales: a propósito de la postura
dn lu Corte Suprema frente al derecho de defensa en juicio esgrimido por :m ADLA, LIV-A-30 (B.O. 6/12/93).
nH1winc:iones", en JA, Suplemento de Jurisprudencia, del 24/12/03, pág. 37). Es 11
'! ADLA, LIV-D:4392 (B.O. 12/10/94; fe de erratas, B.O. 25/10/94).
.. vidonLu que esta postura no nos convence. Y a Rivas tampoco. 111
' Vcr, para cotejo, nuestro Derecho Constitucional Argentino, t. II, Ediar, en
'~'1 Bien expresa en el punto Rivas (op. cit., pág. 39) que habrá amenaza, y pnrt.icular Capítulo XXIV, págs. 607 y ss.
c·on ello conflicto justiciable, '.'si se mantienen situaciones que revelen, aunquo no '
11
No;; rü[i..,rimos u los nuLos "Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos
PXÍIIt.n inminunci;t, ln posibilitlnd cierta de repetición de la operativa ngr·uviunt.o 1\in·.~ 1'! IWESlJR", CNFed. Civ. y Com., Sala (>16/3/00, LL, Suplemento de
c:on n•HI)(Ido d<• ot.roK r·oproHont.nnt.cH del conjunto". 1lPI'CI('IlO ConHtit.ucionnl, dcd 10/11/00, c:on mwRLru anoinc:ión.
DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL AMPARO COLECTIVO 95

Allí, la alzada actuante parangonó la acción de amparo pro- existe entre la efectiva vigencia de los derechos humanos de la
movida e inteligentemente resuelta con la denominada class action ~ercera generación y las necesarias garantías procesales que ata-
o acción de clase, .regulada en la regla 23 del :Procedimiento Civil nen a su tutela inmediata y eficiente.
para los Tribunales Federales de los Estados Unidos, definiendo . , Entre ella~ se encuentra sin duda alguna la debida articula-
n esta figura como el medio procesal presentado por una persona cwn del denommado "amparo colectivo", el que, con zigzagueante
o un pequeño grupo de personas que no cuentan con autorización suerte, se ha ido abriendo camino entre nuestra institucionalidad
o mandato alguno, pero que aun así pueden representar a un gran en particular luego de operada la reforma constitucional de 1994:
número de individuos, pues tienen un interés común, y a quienes De seguro les cabrá a los procesalistas reflexionar respecto de
los resulta imposible actuar a través de . un litisconsorcio por los efectos erga omnes que expresan las sentencias en este tipo de
tratarse de una clase demasiado numerosa. ~rocesos, en el marco de las importantes variaciones que en los
Es que aquí estaba comprometida la responsabilidad social t~empos qu~ cor.rel!, se operan en el sentido clásico que desde
de una empresa prestadora de servicios públicos, por violentar s1empre se 1mpnm10 a sus características. y efectos.
derechos de los usuarios por. quienes reclamaba la Defensora del Pero, más_ all~ de lo antes apuntado, creemos que el Derecho
Pueblo de la ciudad de Buenos,Aires, quien advirtió que su salud, Proce~al Consbtucwnal desarrolla sus cometidos a cabalidad, pues
Reguridad e intereses económicos habían sido conculcados, y que es sab1do que resulta fundamental, para maximizar la eficacia de
lns condiciones de trato posteriores a ello no fueron dignas y las. no~~as jurídicas, abrir tanto como nos sea posible el acceso a
nquitativas, como lo propone la norma que sustenta su derecho de la JUshcla por parte de todos los sectores de la población.
1n tercera generación violentado 42 • . Es por 1~ expues~o q~e reiteramos la recomendación que
Es claro que la determinación de responsabilidad de una s1empre ofrecm German .B1dart Campos, cuando instaba a em-
eoncesionaria del servicio eléctrico por la interrupción del sumi- prende~ en la Constitución material políticas ágiles que en la
nistro de energía, con generación de "daños masivos" a aproxima- retroalimentación del sistema político vuelquen a él -como res-
damente 155.000 usuarios, ameritó la violación de derechos de puesta- una serie suficiente de beneficios satisfactorios para las
tercera generación, y fue social. demandas democráticas de la sociedad.
. Ello~ claro, para no c::er en la reflexión de Escoto Erígena,
qme~ senalaba que la escntura es un texto que encierra infinitos
7. Nuestras conclusiones. sentidos Y que puede ser comparado con el plumaje tornasolado
del pavo real.
Se preguntaba el reconocido an~lista político Alain Touraine, . Sobre la. base de tres niveles de actuación en justicia, el
al momento de evaluar la situación política y social de América cammo sugerido por el art. 43 de la Constitución federal ha comen-
Lntina, si disponen nuestras sociedades de la capacidad de cam- zado a ser señalizado. Sus rutas quizá no sean, a la fecha, las más
binr y reinventarse a sí mismas a través de las ideas, de sus ampulosas, pero se avizora el logro de un objetivo ya demarcado
eonflictos y sus esperanzas. por la Ley Fundamental: la protección de los derechos de la socie-
Es de suponer que el intento de respuesta a semejante cues- dad en un contexto de participación ciudadana y desarrollo
tionamiento se hace más que difícil. Excitando el emprendimiento :mstentable. ·
do tal camino de análisis, y sin pretensiones de ofrecer -al menos Seguramente, nos esperan tiempos interesantes e irrepetibles.
nn esta versión preliminar de la cuestión- respuesta alguna, En tal contexto, no"' escapa a nuestro convencimiento lo sos-
noHotros hemos intentado reseñar la vinculación necesaria que l:eni~?4'3 en el ~entido de que el Poder Judicial cumple una decisiva
luncwn.en la mtegración de los valores humanos reseñados en la
'1 ~Aludimos al art. 42 de la Constitución Nacional, que en lo pertinente
I'Xpt'!IHU:"Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la 4
n•lilt'ión de consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; , a. Nos referimos aquí u los Principios de Johannesburgo sobre el Desarrollo
a 111ut infimnación adecuada y veraz; a la libertad de elección, y a condicimu•N de :-loHiemble Y la Función del Doroeho, ndoptudos por tt) Simposio Mundial de Jueces
!ralo t•t¡ttilali!Jo y digno ... ". c·c•lobrudo en .Tohnnnosbur¡.{o, HudMricn, del 18 al 22 de agosto de 2002.
DERECHO PRoCESAL CoNSTITUCIONAL
!Hi

Declaración del Milenio de las Naciones Unidas: libertad, igual~


1· l solidaridad, tolerancia, respeto por la nat~raleza Y respo?sa
i,;~~dad compartida en la civilización mundial_ contempor~nea
,d· nte la traducción de esos valores compartidos en medidas,
:~l~;a~~ir del aumento_ del res~eto por el imperio de la ley, tanto a
nivel nacional como mternacwnal. , . , .b. _
Por nuestra parte, al saludar con be~e~laclto la -aun tl ~a CAPíTULO IV
nctuación del amparo colectivo, en sus d1stmtas y controvertld~s
(lall.dades ' en nuestro contexto institucional, hemos de enfatl- EL AMPARO POR MORA DE LA
1110 . e
:¡:·u· •
a modo de petición de prmc1p10s• •
que t od avm' ent en demos a 1
ADMINISTRACIÓN
¡;;stado y a las instituciones públicas en general como garantes
d'ectivos de la vigencia de los derechos fundamentale~. por
y el camino empre:ndido nos parece, de seg~ro, d1gno d~ ser
PATRICIO MARCELO E. SAMMARTINO 1
1.r..,u1s1·t· a do ' más allá de los sufrimientos
.,
propws del ca_mmar,
d 1 mante
1
euando los zapatos nuevos son recien ca za os por e cam ·
l. Dilemas actuales del amparo por mora.

El amparo por mora administrativa plantea interrogantes de


diferente tenor. Un dilema inicial se vincula con su esencia jurí-
dico-procesal. Así, el pedido en sede judicial de pronto despacho
¿qué bienes jurídicos está llamado a tutelar? ¿Está destinado,
directa e inmediatamente, a mantener la supremacía constitucio-
nal y a proteger derechos fundamentales de las personas?; el
amparo por mora ¿dirime, entonces, un conflicto constitucional?
¿0, en verdad, este proceso adviene al derecho público como un
mecanismo externo de control de la eficacia administrativa? ¿Pue-
... •
·~
de aseverarse, como lo sostuvo la CSJN, que estamos frente a "una
··;~ especial acción de amparo''? 2 • ¿Tiene fundamento en el art. 43 CN?
ES1""'-'EC~ ..::... Ciertamente, no son éstas las únicas encrucijadas que sugie-
¡,,'l.rn.._Jl!S, ro nuestro tema. Hoy en día el amparo por mora ofrece dudas
..r,
acerca de cuáles son los principios. y las reglas procesales que lo
gobiernan. El juicio de amparo por mora ¿plantea un conflicto
~~ntre partes adversarias? ¿Estamos en presencia de un proceso
contradictorio o bilateral o, por el contrario, debe concebírselo
mmo un proceso unilat~ral? ¿Es adecuado extender al amparo por
mora las previsiones regulatorias del dec.-ley 16.986? Y, si la
rn:;puesta es afirmativa, la aplicación del mencionado cuerpo nor-

1
M tíA ter en Derecho Administrativo (UA). Profesor de Derecho Administra-
tivo In Facultad de Derecho de la UBA, de la UCA, de la UA y de la Escuela
1'11
dc•l Cuorpo do Abogados del Estado.
~ b'alloH, :32:l:2G02.

'/ (l,.,.,.¡,tl/'mn'Hrtl (.'unnlilll<'illlllll ·"""


DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
EL AMPARO POR MORA DE LA ADMINISTRACIÓN 99
mativo ¿lo será de manera analógica o supletoria? ¿Cómo es el desarrollan la función administrativa en el trámite del procedi-
régimen de las costas? miento, ora constitutivo, ora impugnatorio.
Desde esta atalaya es evidente que el amparo por mora tiene
2. ¿Proceso administrativo o proceso constl'tucwna
. I?· una función defensiva del particular. Por su conducto, el tribunal
actúa los principios de juridicidad y debido procedimiento previo
Una primera observación nos permite v:erificar qu~, tanto e~ a todo acto, que no son sino las ideas rectoras sobre las que se
<'1 orden federal como en el provincial, el instituto del ep~grl;lf~ ~st afinca el principio de eficacia en la gestión del interés público.
;egido por normas específicas regu~~t~rias del proceso a mmis ra; Si bien el amparo por mora actúa garantías reconocidas en la
. Ello a primera vista permitina descartar al amparo po LNPA como derivación secuencial necesaria del derecho al debido
t 1vo. , ' . · . Ad ·, t se que en proceso adjetivo que reconoce el art. 18 CN, no es menos cierto
mora del elenco de procesos consti~uciOna1es. vier, a (dec ~le
(,1 ,(mbi'to nacional no es la den. ommada Ley de Amparo · Y que, afinando un poco más el análisis, es posible reconocer hoy en
, d
16.986) '
el ordenamiento que consagra Y regu1a e1 N amparo
. por
d día, luego de la reforma constitucional de 1994, que a quien es
mora de la administración, sino el art. 28 ~e ~a Ley ac10n~1 e parte en un expediente administrativo le asiste el derecho ((de
Procedimientos Administrativos. En la provmcia de ~~~~?s Aire~, obtener una pronta resolución" de las peticiones formuladas ante
e1 amparo por mora está consagrado en el art. 76 de o Igo en o las autoridades. Esta garantía está expresamente consagrada por
el art. 75, inc. 22, CN, con arreglo a lo establecido en el art. XXIV
Contencioso-Administrativo. . ., d de la DADDH.
. De allí que desde el plano legislativo, la mserc10n e1 amparo
>or mora de la ~dministración dentro del catálol?o de los pro~esos Ciertamente la garantía constitucional "de obtener una pron-
!¡ue conforman la jurisdicción constitucional es ciertamente discu- ta resolución" de las peticiones presentadas a las autoridades
administrativas lleva implícito el derecho del administrado de
tible. d' t 1 exigir de aquéllas el cumplimiento del debido procedimiento pre-
En respaldo de esa posición cabe reconoce~ que, me ~a~ e e
amparo por mora, quien es parte en un expediente adm~m.str~~ vio a todo acto. Ello significa que el derecho reconocido en el art.
tivojudicializa, provisoriamente, u~ segmento d.el ~ocle~Im~:~os XXIV, in fine, de la DADDH lleva implícito, naturalmente, el
ndministrativo para subsanar la mobservancd1ad ~ ~ .Pt t' derecho a que el órgano emita en legal tiempo los actos prepara-
le rales y reglamentarios por parte de la autori ::: ~ mims ra I- torios o de mero trámite necesarios para resolver el procedimiento.
v1~ Frente a la irregularidad temporaria que sigmfica .el mero Desde este vértice, en la medida en que el amparo por mora
iru;umplimiento objetivo de los térmi~os fijad~sdnorm~I~ame~­ de la administración es el cauce judicial por conducto del cual se
to 1'l sentencia del amparo por mora Impone a em:::n a o ;¡u.' protege y asegura la eficacia práctica del derecho de petición
ddntro de un plazo, despache, dé curso, a l.as actu~c10nes a. m~~ administrativa reconocido en la Constitución y en los instrumen-
nistrativas en trámite. Ciertamente, ~xped1rse no SI~m~edsig~~ tos internacionales de protección de los derechos humanos, no es
fica resolver el fondo del asunto mediaD:t,e un acto ~n a l'o .. t d posible entonces silenciar que dicho dispositivo de tutela ocupa sí
muchos supuestos, en el iter de elaboracwn del adc~o.' a sodiCI u un lugar dentro de lajurisdicción constitucional de la libertad. De
·· ~
udnumstrativa · d e1 part'ICU1ar no estará en con. 1e10nes
1 edser- suyo, el amparo por mora, en tanto y en cuanto involucra el de-
nlsuelta definitivamente, v. gr., por estar pendiente a pro uc recho de peticionar y de obtener 'una pronta respuesta de la au-
•· (¡ de prueba 0 por no haberse aún emitido los .actos prep,ar~­ toridad (arts. 14 y 75, illc. 22, CN -art. XXIV DADDH-), brinda
~:>:.~~s exigidos por el ordenamiento (dictá~~nes, ~nformes t:Cn~ operatividad y confiere fuerza obligatoria a garantías expre-
Nnrnente reconocidas por la norma fundamental.
. ) De allí que el amparo por mora adm1mstrativa no ago .a.~
WH · · . . t 1 1 d ber de dictar una decision Sin embargo, afirmar que el amparo por mora es un disposi-
potenciahdad mstrumen a en e e 1 d' . t Este tivo procesal instituido para la defensa de garantías constitucio-
c¡uc• resuelva definitiva y fundadamente, e pro~e Imiend 0 ·
· . .' 1ICia
. . 1 d e pro t ecciOn Jutles del administrado en el trámite del procedimiento adminis-
nwcamsmo JUC ·, de. la parte m teresa . b e1
. d at en
oxpedionte administrativo tiene aptitud bas~ante par~ ~~ ~ D ~~ l.rutivo no significa, de por sí, aceptar una básica identificación con
todo supuesto de moroHidnd de las autondades publ1cn 11 · ni nmpnro constitucionnlizado expresamente en el art. 43. Como
voromo::~ luego, o! nmr~ro por morn tiono sustantividad propia. Tal
EL AMPARO POR MORA DE LA ADMINISTRACIÓN 101
DERECHO PRoCESAL CoNSTITUCIONAL
100

rz da cuando simplificando el razo- ma no diferencia el tipo de órgano o función, el cumplimiento del


<~spe~ificidad se ve desnatura l ~a subespe~ie del amparo, proceso deber de "obtener una pronta resolución" es también predicable
namiento, se lo subsume como u frente a los órganos legislativo o judicial cuando desarrollan,
consagrado en el art. 43 CN · precisamente, su propia y específica función. A la vez, si bien a
través de un concepto jurídico indeterminado, el derecho a una
resolución "pronta" de las peticiones formuladas ante las autori-
:J. Ob1eto
J
y funcionalidad del amparo por mora.
dades públicas se presenta como básico estándar de control de
" or mora" es un dispositivo instrumental de razonabilidad de las normas regulatorias de los plazos para el
l. El. a:rr:p~ro.? nducto del cual quien fuere parte en ejercicio de las funciones administrativas, legislativas y judiciales.
acceso a la JUnsdicc_w? por _co d nuncia ante el juez la pasividad
un expediente admmistrativo e., administrativa y pide ante el 3. Ciertamente, mediante el amparo por mora el órgano
del órgano que desarrolla la fu:r;.cwn en de la situación plantea- jurisdiccional circunscribe su actividad a la fiscalización de un solo
. · d· · 1 que prevw exam tipo de omisión administrativa: la derivada de la inobservancia de
{¡rgano JUriS ¡ccw~a . ~ d d formal mediante el libramiento de
dn, haga c~sa~ ~a mactlvl a acho Es una de las opciones que los plazos (ora determinados, ora indeterminados, aunque
una ordenJudicml_de pro~to_d~sf t"v~ frente a la tardanza de la determinables, por haber excedido, en concreto, pautas míuimas
ofrece el ordenamien~o a mmis /ad l las pretensiones administra- de razonabilidad temporal) para expedirse.
autoridad para expe~Irse respec o e De allí, pues, que la causa petendi no sea sino la inactividad
Livas del particu~ar •
3
t . , es una garantía del adminis- administrativa del órgano competente por haber dejado vencer los
Este mecamsmo de pro eccw.~ t . ones del debido procedi- plazos fijados, legal o reglamentariamente, para expedirse en cada
trado que ~u~ela una de las mam e~e~~uesta administrativa en etapa del procedimiento administrativo 4 •
miento adJetivo: el d~rec~o a u~: de ofrecer y producir prueba,
Liempo útil. Los dere~ ?,s e ser Ol o, ue reconoce la LNPA en su 4
Reiteradamente las diferentes salas de la CNCAF han considerado que los
y de obtener una decl~10 :r;. fu~f~~~e-;Je la autoridad de dar cum- cambios de autoridades o acefalía no son idóneos para dispensar la morosidad de
la autoridad administrativa para resolver, por ser inoponibles al administrado
art. 1, inc. f- llevan mslto . las normas regulatorias del (Sala III, "Cooperativa de Trabajo 4 de Septiembre Ltda. ciANSSAL", del101101
plimiento a los plaz?s. esta~lecl~~sc~:- limiento de los plazos lega- 91; Sala I, "Andrieu Pedro E. ciE.N.-Subsecretaría de la Función Pública si
procedimiento admuustrba~I~O .. de efi!acia administrativa y, por amparo por mora", dell7/7101).
1<~A e s un presupuesto
. . . d"
as1co . .
ble de buena adnwustracwn.
., Asimismo se ha dicho que no resultan idóneos para disponer la morosidad
onde, es reqmsito m Ispensa de la universidad demandada los argumentos referidos a la existencia de inter-
. . ., d. o del amparo por mora vención de varios organismos, así como tampoco los relacionados a cuestiones
2. El acceso a lajunsdiCCIOn por me 51 . 22 de la CN. En burocráticas (exceso de pedidos de títulos; escasez de personal y de medios), por
. . t" t" sustento en el art. 7 , me. ' d Hcr inoponibles al administrado y además haberse excedido notoriamente un plazo
ndnHmstra lVO lene l DADDH al tiempo que reconoce el e- razonable sin resolver (CNCAF, Sala V, "Bongianino, Maree la A. e 1UBA-Facultad
d'ecto, el ar~. _XXIV de a l uier ~utoridad competente, reconoce d1>. Derecho y Ciencias Sociales", del 17110195).
n\eho de petlcwnar ante cua q l . , " Ciertamente esta garantía Sin embargo, se ha considerado que la negativa de otorgar vista completa
d de "obtener una pronta reso tc~~n des públicas q~e desarrollan de las actuaciones que dieron lugar a la calificación de "inepto para las funciones
rw agota sus ~fecto~ a l~s au on a tanto y en cuanto dicha nor- d1• su grado" debía encuadrarse en el art. 43 CN -resultando, por consiguiente
l"uneión admimstratlva smo que, en inadmisible el amparo por nwra-, pues con ello se ha cercenado con arbitrariedad
o ilegalidad manifiesta el derecho de defensa de actor dentro del cual se encontraba
. r . to de los plazos en el trámite de ,.¡ dorecho a ser informado de la naturaleza y causa de la calificación asignada
:1 Cabe recordar que frente al mcu~p ;mien l abren distintas opciones, a WNCont.-Adm. Fed., Sala III, "Vilte, Raúl O. el D.G. Gendarmería si amparo
In ti actuaciones administrativas, al partl~u :~se ~so de queja ante el inmediato lli.!JH(j"; sent. del 718198).
llllht•r: urgir en sede administrativa, a traves e re~~ los defectos de tramitación Cabe recordar que antes de la reforma de 1994, la Corte federal había
llllpt•rior jerárquico del órgano moro~o, que s~ c;::~t~~ios (art. 71 RLNPA); ínter- ••11I.Ímado que lu negativa a otorgar vista de las actuaciones por parte de un ente
'' incumplimiento de los plazos lega es~ rt~gla . actividad tener por conligurado ""l.ntal configuraba un acto ilegítimo que vulnera derechos de raigambre consti-
1 en caso de pers1s n· a m ' ' . . d llll'ional, invoeñndosc a tal efecto la ley 16.986 (C.SJN, "La Buenos Aires Compai'íía
JHliH'I' pronto d ~~pac 10 y, ·.. , . . .· . d' . l (art. 10 LNPA); pet¡cwnnr .(1n se e
PI Hill•ncio hnbd!l.nntc de(.¡ mHtnnclH.J~ icJa . )OJ' mora adminiHtrnLIVO (nrt. "'' S••¡.ruros S.A. e 1Putroqufmil'lt 1/nhfa Blanca S.A. s 1amparo", sen t. del 1215188,
judidul una doeiAi6n l'XJH'I'flll u trnvós e e amparo l 1•,'1 J, 1:W-:WH). I•;H doei r, l'n•I!J'I'II lu dllJWgnl.oria do ot.orgm· viHLa-no ante la dcmorn
'LH LN l'Al.
DERECHO PROCESAl" CONSTITUCIONAL EL AMPARO POR MORA DE LA ADMINISTRACIÓN 103
102

El objeto inmediato o jurídico del pedido de amparo por mora tanto el retardo en adoptar las decisiones de fondo como el retraso
es, simultáneamente, declarativo y de condena. en la emisión de actos de mero trámite o actos preparatorios
En efecto, por un lado el particular q':e es parte en u_n (informes, o dictámenes)-, la jurisprudencia del fuero especiali-
expediente administrativo le peticion~ al_ tnbunal que, previ_o zado en materia administrativa muestra que este instrumento de
examen de esas actuaciones, verifique SI existe. o no retardo adm~­ protección se emplea básicamente para hacer efectivo el tercer
nistrativo en dar cumplimiento a los plazos fiJados para dar tra- momento de la garantía al debido procedimiento adjetivo. En
mite a las actuaciones pertinentes conforme a las no~mas proce: efecto, la utilización del amparo por mora como dispositivo apto
dimentales aplicables. Constatado dicho extremo,_ e~ JUez. debera para obtener una decisión expresa de la Administración patentiza
declarar la existencia de esa omisión formal admimstrat~va con- la idoneidad de este cauce formal de protección para preservar la
sistente en haber dejado vencer los término~ para expedirse. garantía del debido proceso adjetivo tutelando así el derecho del
Sin embargo, el objeto jurídico de la sohcüud ~e amparo po: particular a obtener una decisión fundada (art. 1, inc. f, ap. 3, ley
mora no se agota en la mentada de,~laració?· ~1 tnbunal deb~ra 19.549).
emitir la "orden de pronto despacho . Ello ~Igmfica que, ~credlta­ De suyo, no es óbice para la procedencia del amparo por
dos los extremos de procedencia, se debera ~ondenar al org~no a mora que el particular hubiera solicitado previamente en sede
ecsar en su ociosidad, disponiendo que se de curso al expedwnte administrativa el pronto despacho en los términos del art. 10 de
administrativo mediante la emisión del acto que corresponda, la LNPA 5 . Ello es así por cuanto al particular le asiste la facultad
Hegún la etapa procedimental pertinente, dentro del plazo que legal de exigir una respuesta explícita de la administración 6 •
prudencialmente el tribunal establezca. . . . Ciertamente, el conocimiento de las razones que sirven de fun-
Ciertamente el objeto mediato o matenal de la solicitud de damento a la decisión administrativa, además de ser un requi-
amparo por mora'es variado, según que el re~ar?o provenga: a) de sito básico del régimen republicano, es condición necesaria para
la falta de emisión de un acto de mero tramite; b) de un acto el efectivo control y la revisión jurisdiccional posterior de los
preparatorio (v. gr., informes, dictá~enes, c?~forme art. 80 del
RLNPA), 0 e) de un acto administrativo defimtlvo o de fondo (que 5
No existe incompatibilidad.entre las vías previstas en los arts. 10 y 28 de
cause o no estado, según el caso). la Ley Nacional de Procedimientos Administrativos, ya que el administrado tiene
derecho a una respuesta expresa de la Administración aun luego de haber
4. Si bien el amparo por mora est~ !egalmente concebido solicitado el pronto despacho (CNCAF, Sala IV, "El Santiagueíio S.R.L. el E.N.-
eomo remedio contra la morosidad burocratlca en general-v.gr., Secretaría de Transporte", sent. del113/0l). Recuérdese que frente a la tardanza
de la Administración en expedirse respecto. de la petición del administrado,
constituye una opción a su favor considerar al silencio como habilitante de la vía
1111
de;r~~cl~ar 0 resolver tal petición- la vía de impugnación es la prevista en el judicial, pero ello no exime a la administración de su obligación de resolver el
url 43 CN y no la del art. 28 LNPA. .. , d . d requerimiento, que puede urgir tanto en sede administrativa como judicial
.. Asimismo es doctrina reiterada de la CNCAF que la petlciOn estma a a (CNCAF, Sala I, "Cristaldo, Alfonso el E.N.-Seeretaría de Puertos y Vías Navega-
r~i r lll; pago qu'eda fuera de los supuestos de aplicación del amparo P?,r mora (Sal_a hlcs si amparo por mora", sent. del 20111/01).
111, "Carlos A. Caruso y Cía. s 1amparo por m~;a", del1513195; Sala V,; ~l Come~e;
11 6
En Fallos, 304:651, nuestro más Alto Tribunal federal sostuvo que si bien
(,'ta.. de Seguros eiE.N. si amparo por mora, del4/10195; Sala 1, P1omeeo . · en be considerar que la Administración tiene la obligación de expedirse ante toda
,-1;\fi'/P si amparo por mora", del1014/01). petición de los administrados, es dable requerir un mínimo de diligencia por parte
También se consideró improcedente la acción de amparo por n:o:ra co~tra e
1 de éstos, utilizando los recursos que las normas legales vigentes ponen a su
1•' M(' FA por cuanto el Ministerio de Defensa dispuso, en sede a~mmtstrabva~ !a disposición. En consecuent!'ia, para la configuración de la mora administrativa se
' ' ' · 1 t se pronuncte. la Procurac10n requiere ineludiblemente la pertinente interpelación del particular damnificado.
1.1,1wrva de las actuaciOnes hasta e momen o en que . . l 1
dt• Tw·wro implicando la decisión de aquel órgan~ _adtmmstratlvo -a. que :a En esa causa, la Corte, luego de afirmar en el considerando 12 que el art.
1•\M( :!<'A demandado elevó el reclamo- la asunciOn de la comp_etencta p~le 1O LNPA exige la intervención activa del administrado al obligarlo a requerir el
¡ · eiarse respecto del reclamo formulado po~ la actora, r:o ~tendo po~t . pronto despacho frente a la inactividad de la administración como condición para
:lihwidur la responsabilidad que le cabe en el tramite del pr~~ed~u(~~oC~I~ ~~~~
1 0111111 1 <¡11!1 se opere el silencio, estimó, en el considerando 14, que en tanto la actora no

l.roiivoaleitndoMinisteriodadoqueladen:a~danolefuenott !ca a. 1' . J~to de


huhfa heeho uso de los remedios legales que la ley ponía en sus manos -es decir.
1 '2<J/tlfC)7 "Niers de Pcreyra Ana M. e 1Mzmstcno de Defensa , en Su pi<. m o. no hubín articulado el pronto despacho previsto en el art. 10 de la LNPA-,
,Jur,iHpt: 1uÍenciu 'de Dt•rocho' AdminiHLrniivo, LL, del 2012/98, con noiu <:rfl. 1en de I'C'flltlt.nhu irrnzonnblc haeer lugar al pedido de reparación de daños y perjuicios
1'011 f'undullWiltO 011 )a cltllllOI'II ltlegadn.
AI{IIKl.íll). .:,
DlmJWIIO PRocESAL CoNSTITUCIONAL
EL AMPARO POR MORA DE LA ADI\1INISTRACIÓN 105
111·1

ndoH de la Administración, a la vez que permite al interesado En la econorrúa del RLNPA, podrá ser parte interesada en el
c~jnreer apropiadamente el derecho de defensa.
expediente administrativo cualquier persona física o jurídica "que
invoque un derecho subjetivo o un interés legítimo" 9 •
5. Constatada y declarada la inobservancia ~dministrativa Sin embargo, este criterio limitativo de la aptitud procesal
nn cumplir los plazos -determinados o ?etermmabl~s:-:- para activa para ser parte interesada en un expediente administrativo
t~XJH~dirse, el tribunal, congruente con el obJeto de la p~tic~on_y ~n debe ser revisado con arreglo a la reforma constitucional de 1994.
los términos del art. 28 de la LNPA, brindará la tut~laJur~sdiCCl0- Desde esta atalaya, podrá ser parte interesada toda aquella per-
11111 condenando al órgano responsable medi_ante ~1 h?~amie~to de sona que peticione o reclame o impugne -por razones de ilegiti-
una orden de pronto despacho de las actuacwnes m~Ividuahzadas midad o de mera oportunidad- actos, hechos u omisiones admi-
nu el expediente judicial -ora activando un trámlt~ demorado, nistrativas que incidan directamente sobre su círculo vital de
ora emplazando a la Administración para que se expida expresa- intereses -ora individuales, ora colectivos- protegidos por la
mnntc sobre el fondo-, indicándose el plazo dentro del cual se Constitución, tratados, leyes, reglamentos o actos.
dd>erán cumplir los trámites pendientes. . . Ciertamente, debe considerarse con aptitud procesal sufi-
Naturalmente, la sentencia estimatoria del requenm1ento ciente para postular una petición de amparo por mora a quien, en
judicial de pronto despacho ~ólo imp?ndrá el deber da dar curso a los términos del art. 1 inc. e, ap. 6, de la LNPA formula una
Jus actuaciones administrativas obh~ando ~l ente den::and~d? a denuncia de ilegitimidad, por cuanto este mecanismo impugnatorio
oxpedirse dentro de un plazo prudencial. El JUez no es_ta habilita- no enerva la calidad de parte en un expediente administrativo, tal
do, en el marco de este proceso, para imponer el cor:t~mdo del acto, como lo exige el art. 28 del dec.-ley 19.549.
sen éste administrativo o meramente preparatono . . . . Naturalmente, podrán ser parte interesada en un expediente
En efecto, quien es parte en un expediente adm1mstrativo administrativo aquellas personas privadas o públicas a quienes el
puede pedir al juez que dicte una ?rden de pron~o despacho ordenamiento les hubiera habilitado a representar los derechos de
1:ontru la autoridad administrativa. Sm embargo, es mcongruen-
incidencia colectiva. Así, en ese ámbito, tanto el Defensor del
to con la finalidad de este proceso que el juez, en el marco del Pueblo como las organizaciones no gubernamentales cuyo fin sea
111 nparo por mora, determine específica y concret_ai?-ente el s~~-
la protección del ambiente o los derechos de usuarios y consumi-
1.ido en que la Administración debe proveer o decidir la c~estion dores tienen aptitud para ser parte interesada en el procedimiento
on análisis. En este punto reiteradamente se ha pronunciado la administrativo y, por consiguiente, están habilitados para incoar
jurisprudencia 8 • el pedido judicial de pronto despacho, en la medida, claro está, en
que acrediten la antedicha condición de parte en una actuación
administrativa en trámite.
4. La legitimación.
9 Luego de afirmar que el amparo por mora es la vía utilizable por quienes

l. Según lo prescribe el art. 28 del dec.-ley 19.549, la perso- HOn parte en un expediente administrativo, esto es, quienes invocan un derecho
nn habilitada legalmente para impetrar una demand_a de pronto :;ubjetivo o interés legítimo, la CNCAF, Sala III, en autos "SIPDYBC (Sindicato
dr~l Personal de Dragado ... e 1Dirección Nacional de Vías Navegables s 1amparo por
dnspncho administrativo es decir, el legitimado activo, es todo mora", sent. del 6/10/98, citando autorizada doctrina y precedentes del tribunal,
11 q 11 n] ''que fuere parte e~ un expediente administrativo". nHI.imó que no están leg:iti.dl.ados para accionar los que peticionan movidos por un
uwro interés simple. En igual sentido, CNACF, Sala I, en "Yanov, Eduardo Raúl
··1/NACyM slamparo por mora", sent. del 7/9/00; Sala V, en "Empresa Gral.
·r La Cámara en lo Contencioso-Administrativo y Tributario de la Ciudad. ~e llnwiza S.R.L. c/CNRT si amparo por mora", sent. del 19/6/01.
1\unnoH Aires, Sala I, en la causa "Nigro" (expte. 897/01), ha dicho que la accwn En el marco de un amparo por mora, la CNCAF, Sala V, en los ya citados
.¡ 11 11111 paro "es de índole meramente instrumental, ya que se reduce a obt.ener una n ul.o:; "Empresa Gral. Urquiza S.R.L. e 1CNRT s 1amparo por mora", sent. del19/
onlnujudicial ele pronto despacho a fin de que la administración se exp1d~ ~obre lí/0 1, hu indicado que el interés legítimo necesario para requerir el auxilio de la
In euc;.~Licín Hustnncial, pudiendo hacerlo en forma favorable o no a la petluón o jw1t.icin o:;t.{t configurado en la medida en que· la acción administrativa afecte al
nwlnn10 el'oel.uudo por el particular". , ndmíníHtrmlo RUHÜtncialmente en algúil momento y en forma suficientemente
" ( :N<:AJ•', Hnlu V, "Orazi, Norfll'rlv Lu.i.s c/COMPER si amparo por IIIOI'a • díJ'Pdn, cml.ondiénd01w por éHto ol bonofido coneroto, inmediato y sustancial para
IWIIL. dul 10/'2/!HJ. '11'" «'XÍMI.n C:lliiHII o cont.rovorHill.
106 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL AMPARO POR MORA DE LA ADMINISTRACIÓN 107

2. Respecto de la legitimación procesal pasiva, estimamos l. Así, en primera instancia, el amparo por mora no es un
que el pedido de amparo por mora podrá interponerse contra la proceso contencioso o contradictorio.
Administración centralizada y descentralizada. Sin embargo, aun A diferencia de los procesos contenciosos en que hay contien-
cuando el art. 28 LNPA indique que la orden de pronto despacho da, controversia, disputa o discusión, en el amparo por mora no
Hcrá procedente cuando "la autoridad administrativa" hubiese ha~ partes _en sentido estricto. Si bien hay un peticionario o
dejado vencer los plazos fijados para expedirse, el alcance de esta solicitante, este carece de adversario. La actuación de la Adminis-
tutela no se agota en el órgano Administración, sino que extiende tración se limita a informar, es decir, a "anoticiar" al juez sobre las
HU potencialidad protectoria contra la morosidad burocrática de causas de la demora aducida.
Lodo ente -estatal o no- que desarrolle la función administra- En efec~o, .el informe del art. 28 (ley 19.549) en modo alguno
tiva. puede ser asimilado a un responde o contestación de demanda, por
cuanto no es un acto procesal de oposición o resistencia.
Contrariamente a lo que ocurre en. los procesos contenciosos
5. El proceso de amparo por mora y los problemas que
(incluidos el amparo individual y la acción colectiva constituciona-
plantea el art. 28 LNPA. lizadas en el art. 43 CN), en el amparo por mora no hay debate
entr": _dos part~s.: el j"?ez no decide entre dos litigantes, sino con
En cuanto al trámite procesal del amparo por mora, corres- re!acwn al pebcwnano, que es aquel que le pide al juez el libra-
ponde puntualizar que, a pesar de la extensión del art. 28, dicha miento de la orden de pronto despacho. Este proceso podrá
norma encierra algunas particularidades que, lejos de constituir transformarse en contencioso (bilateralizarse) recién cuando el
meros giros semánticos, gravitan decisivamente en el encuadra- juez dicte sentencia.
miento jurídico procesal de esta acción.
Así: a) en ningún momento se emplea la voz "demanda" para 2. La acción de amparo por mora es meramente instrumental.
referirse a la petición de pronto despacho presentada por el par- . diferencia de lo que ocurre con la acción de amparo cons-
.('>..
ticular en sede judicial. Así, el art. 28 establece que quien fuere btucwnal (art. 43 CN), el proceso previsto en el art. 28 de la ley
parte en un expediente administrativo podrá "solicitar" judicial- 19.549 veda al juez pronunciarse sobre el fondo del asunto. El
mente se libre orden de pronto despacho; b) la norma limita la amparo por mora permite que, transitoriamente, el juez interven-
actuación de la autoridad administrativa a la producción del "in- ga en un segmento del procedimiento administrativo mediante el
f(mne" sobre las causas de la demora. No se indica que la respues- mandamiento de pronto despacho. Subsanada la in~ctividad ad-
ta ul pedido de informe pueda ser entendida, o tan siquiera asimi- ministrativa (demora en el cumplimiento del trámite administra-
lada, a un responde o contestación de demanda; e) tampoco el art. ti~o~, elprocedi~iento administrativo vuelve, pues, a su ámbito
~8 identifica a la autoridad administrativa como "parte" deman- ongi?~rw, e~_ decir, a se.de administrativa, por cuanto es la propia
dada; d) el artículo de mentas no hace referencia a la o a las adnumstracwn, y no el JUez, quien deberá resolver expresamente.
"partes" en el proceso judicial, y e) la norma guarda también
r~il(mcio respecto de si cabe o no la imposición de costas. 3. Es un acto de colaboración con la Administración en la
Las peculiaridades precedentes generan interrogantes va- ~e~ti?X: del ~ie.n común comprometido en la vigencia de la
rioR, a saber: ¿por qué la norma evita calificar el pedido de pronto .JUridicidad. SI bien una primera aproximación permite visualizar
dm!pacho como demanda? El informe del art. 28 ¿es realmente una :~1 amparo por m~r~ CQmo un instituto tutelar de las garantías
contestación de demanda? ¿Corresponde la imposición de costas? formales del admmistrado (derecho a una decisión fundada), no
cabe duda de <;JUe la petición jurisdiccional de pronto despacho
dnbe ser asumida como un acto de "colaboración" del particular
O. Caracteres del proceso de amparo por mora. con la Administración en la gestión del bien común comprometido
on la vigencia de la juridicidad 10 • Ciertamente, si bien al solicitan-
En nuestra opinión, el proceso de amparo por mora ndminis-
l.rul.ivn er~tú iníbrmudo por caracteres diversos respecto doJ ampn- 111
L.n C:o~'io fodornl hu dicho:. "(bw cónvicne también recordar que, conforme
r·o ('OnHl.it.ueionnlizudo en <'1 nrt. 4a. tr lrm Jll'lllt'lfiWS Nt'lwrah·.~ qllt' I'INt'/1. la malcría, el recurrente concurre como
IOH DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL AMPARO POR MORA DE LA ADMINISTRACIÓN 109

L<~ puede inspirarlo un interés particular, la petición amparista protegiéndolos, garantizándolos y promoviéndolos. Ellos, a la vez
¡H~rsigue simultáneamente que la propia Administraci~n ~n.cauce que límite, son, precisamente, el fundamento de la autoridad esta-
In :1dividad administrativa de conformidad con los prmc1p10s de tal, incluso cuando ésta impone, por vía legal, razonables limitacio-
l<~galidad y celeridad (art. 1, inc. b, ley 19.549), principios éstos nes y condicionamientos para su ejercicio con la finalidad de equi-
quo resultan esenciales para asegurar la satisfacción del interés librar y armonizar los intereses individuales de los miembros de la
¡:nneral a través del buen orden del procedimiento administrati~o. comunidad.
En este sentido, cabe enfatizar que en nuestro Estado Soc1al
d<~ Derecho el auténtico compromiso del Estado con la defensa del
bim1 común exige actuaciones formales y materiales destinadas 7. La pretensión judicial de pronto despacho es, técni-
inmediatamente, y de modo universal, a la protección de las rela- camente, una petición procesal extracontenciosa.
t·ioJWH de utilidad indispensables para garantizar la dignidad Y el
1ihre desarrollo de la persona. El art. 28 establece que quien fuere parte en un expediente
De allí, entonces, que no parece hoy acertado seguir concibien- administrativo podrá "solicitar" judicialmente se libre orden de
do nl Estado como un adversario de los miembros de la comunidad pronto despacho. Luego, al referirse al acto de iniciación procesal
que, abusando de su poder, arremete y sojuzga sistemáticamente del amparo por mora, lo califica como ''petitorio" 11 (art. 28, parte
loH derechos de las personas que habitan su territorio. Desde hace 3a: "... Presentado el petitorio... ").
ya lnrgos e intensos veinte años -y especialmente a partir del Comparando los artículos que integran el Título IV de la
programa nacido de la reforma constitucional de 1994--:--, el ~stado LNPA con el art. 28 se observa que, deliberadamente, el legisla-
LitHHl el deber jurídico de encauzar, con arreglo a las ex1gencms del dor evitó denominar "demanda" al acto de iniciación procesal del
HisLmna democrático, los medios para el cumplimiento de los fines amparo por mora.
qu<~ lo justifican -gestión del bien común- s?metido a la C~nsti­ En efecto, el art. 26 dice: "la demanda podrá iniciarse ... ". El
l.tJeión. Ello significa que el ejercicio de cualqmera de las funcwnes art. 30 comienza: "el Estado nacional no podrá ser demandado
oHLnLales en que se fragmenta el poder se debe orientar -en el judicialmente... " (párr. 1°). El art. 31 reza: "... el interesado... podrá
marco de sus respectivas competencias- hacia el bien de las per- iniciar la demanda ... ". Luego dice: "Los jueces no podrán dar curso
:-HliWH, procurando efectivizar los derechos humanos, respetándolos, a las demandas mencionadas en los arts. 23, 24 y 30... " (párrafo
incorporado por la ley 25.344).
El fundamento de la distinta calificación jurídica del acto de
miHiwnulor en la elaboración de la decisión administrativa aun cuando defiende iniciación procesal del amparo por mora no es una cuestión mera-
111111 den!chos subjetivos ... " (Corte Sup., 2414/86, JA, 1987-I-589; "Durusse. de mente semántica, sino que guarda congruencia con el carácter no
/l'¡•mández, Graciela B. e 1Provincia de Santa Fe", ED, 119-270). La doctnna
d11HI.nc:n que "el administrado debe ser considerado como ~olab?rador de ~a contencioso de este proceso. En verdad, estamos en presencia de
AdndniHLración Pública en la gestión del bien común" (Comad1ra, clt. por Taw1l, aquello que, en técnica procesal, se denomina ''petición procesal
(;. S., "El principio de colaboración y su importancia en el procedimi~nto admi- l'Xtracontenciosa".
niHt.rnLivo" LL 1985-E-953). Afirma Tawil que "la idea de enfrentanuento entre Afirma Palacio que la petición judicial extracontenciosa (tam-
fu ¡\¡{mini;tractón y los administrados debe ser erradicada de manera definitiva,
fllll'.~ jimna parte de la esencia misma del procedimiento administrativo que ~a
bién denominada "declaración de voluntad petitoria") "se diferen-
,¡,.,.;nián. 1!/IUmada del órgano estatal no debe, bajo ningún aspecto, ser consecuenc~_a cia fundamentalmente de la pretensión en la circunstancia de que,
.¡,. la rlispllla entre estas partes, sino por el contrario debe ser el fruto nec~sano ul no hallarse fundada en la invocación del conflicto, no persigue
t/¡• 1W1 r·on.juru:ión de esfuerzos, de esa interacción imprescindible entre el parhcular 1/IUL decisión entre dos partes y, por lo tanto, frente a una de ellas,
\' lu Adm.fnistración ... nadie se encuentra en mejor posición que el administrado
:;i 110 solmnente con relación al sujeto o sujetos que reclaman el
¡uun m•1wlar a la Administración sus deberes y obligaciones, para agraviarse
l'tlltllllo m• lt•siona el bien común y el bien individual compatible con éste" (Tawil,
<:. S., oh. cit.., púg. H!ilí). Si bien el ámbito propio del principio ~e cola.borac!ón es
,.¡ pnH:udimi•~nl.o udminist.mtivo, no cabe duda de que el 1msn~o bono luerzn 11
Cierto es que al aludir al petitorio la norma no se refiere a él como uno
••Xp111Hiivn luwiu todo ol dorocho ndmiuiHtl'ntivo en general y lwc111 ol proc1•Ho do dt> los cupltuloH de In demanda (petición én términos claros y positivos, art. 330,
IIIIIJliii'O por 11101'11, un pnrl.ieular. 1111', n, Cl'r.), 1-1ino quo oHI.I'í t.ipilic:unclo el neto de iniciación del amparo por mora.
llO DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL AMPARO POR MORA DE LA ADMINISTRACIÓN 111

c~jcrcicio
de la actividad judicial en el caso concreto" 12 • La petición l. El informe del art. 28 (ley 19.549) se limita a aportar al
extracontenciosa consta de elementos análogos a los de la preten- p_roceso datos concretos y precisos acerca del estado de las actua-
sión procesal "con la lógica diferencia derivada, en cuanto al cwn~s administrativas. Y nada más. A diferencia del informe
elemento subjetivo, de la falta de un sujeto (demandado) frente a prev~s~~ en el ar~. 8 de la Ley de Amparo -que reúne la doble
quien aquélla se formule" 13 • co~d1c10n de ser mforme-noticia pero también informe-réplica-,
Como ya vimos, el objeto de la pretensión no es sino la el mforme del amparo por mora es un mero informe-noticia que en
petición de pronto despacho. La causa de dicha solicitud es la modo alguno puede ser identificado con el acto procesal de contes-
omisión administrativa, consistente en haber dejado vencer los tar_ una ?emanda. -~llo así por cuanto no es un acto procesal de
plazos sin emitir dictamen, resolución de mero trámite o de fondo resLs~er:cw z:oposLc!ó_n. El art. 28 sólo exige que la autoridad
que corresponda (morosidad burocrática). En cuanto al elemento ad_m1~ustrahva anobc1e al órgano jurisdiccional sobre los distintos
subjetivo, es claro que la petición jurisdiccional de amp_aro por t:amltes ~perados en curso del procedimiento administrativo en
mora consta de sólo dos sujetos. Por un lado, el sujeto activo, que Cierne~. C1ertament~, y aunque la norma no lo exprese, el juzgado,
es la persona que formula la petición ("el que fuere parte en un de e~tlmarlo co_nvemente, podrá requerir la exhibición de las ac-
expediente administrativo") y, por otro, el órgano ante quien se tuaciOnes. Adviértase que en ningún momento la norma citada
formula la petición. A diferencia de la reclamación en queja con- alude a contestación de demanda.
templada en el art. 71 RLNPA, en el amparo por mora el órgano
competente es el judicial, quien deberá acogerla (librando la orden 2. Cabe enfatizar que el objeto del informe que debe eva-
de pronto despacho) o, en su caso, desestimarla. Ciertamente, cuar l~ Administración se limita a proporcionar datos sobre el
atendiendo a la naturaleza no contenciosa del amparo por mora, conten~do de las actuaciones administrativas invocadas por la
no hay sujeto pasivo (demandado). De allí que el pedido formulado ampansta. Será, pues, el juez quien, con arreglo a la documental
por el particular al juez para que éste libre una orden d~ pront_o acompañada I?or la solicitante y a las explicaciones brindadas en
despacho es una mera petición, un petitorio, o, si se qmere, SI- el cu~rpo del mforme remitido por la autoridad administrativa
guiendo las mismas palabras de la norma, una "solicitud". Dicha exammará y determinará si se han dejado vencer los plazo~
"solicitud", a diferencia de la "pretensión" de los procesos conten- legales o no. El juez _decide en este. a~unto conforme a la prueba
ciosos (que tiene como presupuesto un conflicto entre partes con documental acampanada por la pebcwnante y al informe-noticia
intereses contrapuestos), vehiculiza, técnicamente, una "petición cma?-ado de la administración. A partir de tales elementos el
extracontenciosa" de pronto despacho enderezada a hacer interve- mag1strad? fisca~izará si lo afirmado por el peticionario en cu~n­
nir al juez en el curso del procedimiento administrativo. to a _1~ ex1s~encia o no de la situación objetiva de morosidad
adm1mstrabva es o no cierto.
B. El "informe" del art. 28 no es una contestación de 3. La ~esolución del juez de grado es revisable a instancia
demanda. de la ampar~sta o de la p~opia administración. Comprobado que
los ~lazos fiJados normatlvamente se encuentran vencidos y no
El art. 28 LNPA establece que, presentado el petitorio, el juez hab1~nd? la Administración suministrado una causal razonable
"requerirá a la autoridad administrativa interviniente que... infor· que Justificara el retardo, el juez declarará la mora y ordenará
nw sobre las causas de la mora aducida ... Contestando el requerÍ· d "pro~!o despa~ho" d~ las actuaciones administrativas. Dicha
miento ... se resolverá lo pertinente acerca de la mora... ". A partir ,.~~:-wlucwn .e~ rev1~able, por vía de apelación ordinaria, a instan-
do ello cnbe considerar: Cia del pebcwnano o de la propia administración, con lo cual el
proceso se transforma así en contencioso. Como lo ha puntuali-
zndo acer~adamente la Cámara Nacional en lo Civil, "recién con
1 ~ Pnlncio, Lino E., Tratado de Derecho Procesal Civil, t. I, Buenos Aires,
11/ sen tencut se le r:bre paso a la administración para bilateral izar
t•l proceso, autonzándola a apelar el pronunciamiento y fundar
Alwlodo-Porrot, 1fY15, ptígs. 48:! y 484.
l:i lhülll/1/..
/o'/1 Jlostura a través de los principios que creyere con derecho a
EL AMPARO POR MORA DE LA ADMINISTRACIÓN 113
DERECHO PROCESAL CoNsTITUCIONAL
112
9. El amparo por mora y la condena en costas.
. ·t· " 14 A su vez al no preverse en forma expresa el plazo
808 .ener . , ., · , d amparo por
para deducir recurso de apelacwn en 1~t acci~~ b~e el art 244 Una de las consecuencias que se derivan de la naturaleza
mora del art. 28 de la ley 19.549, r~su a ap ICa. . s e~ con- unilateral del proceso de amparo por mora es la improcedencia de
CPCCN en cuanto prevé que, no habiendo dis~osic~one b t la condena en costas 17 • En este punto, como en otros, el art. 28
. 1 art 28 de la ley 19.549 guarda silencio so re es e
t.rano -e · , d' 15 guarda silencio .
punto-, el plazo para apelar sera de 5 ¡as . , .
4 Descartando que deba aplicarse analógicamente etl r~gti-
. . d 1 1 16 986 -por cuan o es e Néstor P., Acción de Amparo, Buenos Aires, Astrea, 1987, pág. 564). Según Rivas,
men ritual previsto en el art. 8 e a ey . . e ntamos la unilateralidad del amparo por mora "deriva más que de las resultas de la letra
h '1 sido diseñado para un proceso contencwso-, nos pr gul d 1 legal, de una circunstancia esencial. Ni al Estado ni a sus agentes se les puede
q~é normas, en virtud de su compati?~li~a~ ~ 0fa;~~~t;r:r:z;8 ;e reconocer personería para defender el incumplimiento de un deber, en un juicio
amparo por mora, regulan la produccwl~. ~ m e" del art 2S no es que no está destinado a imputar responsabilidades o a establecer culpas, sino
simplemente a verificar una situación de anomalía y ponerle adecuado término ... "
la ley 19.549. Habida cuenta de que e m orm . ., . . tiva
un acto de defensa o resistencia sino de mera ~r~msm~swn ~~i~ndo
(Rivas, A., El Amparo, Buenos Aires, La Rocca, 1987, pág. 389). Por su parte,
Tomás Hutchinson considera que la Administración no es parte en el amparo por
de datos contenidos en un expediente adm~~Istratlv~, ,;ítulo II mora y sólo le corresponderá informar lo pertinente a requerimiento del juez. "En
u , resultan compatibles las reglas contem as en e , , su informe deberá aducir las causas de su atraso en la resolución o dictamen,
q e, 1 V S . , 3 CPCCN· Prueba de informes. Reparese en
C·lpltU o eccwn , .
J< , . 1 art 396 establece: ((Procedencia. Los informes que se so lCl-
r. pudiendo alegar cualquier otra circunstancia. Ahí termina su actuación, por lo
menos en esta etapa" (Hutchinson, Tomás, Régimen de Procedimientos Adminis-
q u e el rz' . , blicas deberán versar sobre hechos concretos, trativos, Astrea, 1992, pág. 174). A la misma conclusión arriba Maiorano, en
len a as o lema~ f!U . ··· , , · amente de actos o cuanto al carácter estrictamente unilateral del procedimiento judicial. Este autor
claramente indwlduallzados ... Proced~':an u;~~vo o re istros con- compara el régimen propiciado por el Anteproyecto de Código en lo Contencioso-
hechos que resulten de la documenta~wn, alr ¡:" g , blicas la Administrativo de 1968 y expresa que en el supuesto previsto en el art. 28 de la
. +. t d , requenrse a as o1 lclnas pu ley 19.549, se "excluye la posibilidad de que la Administración se convierta en
t,ables del m,orman e ... po ra . z · · · " Para contes- parte, ya que su actuación se limita en. este caso a contestar el informe requerido
remisión de expedientes... relacw~c:dos con e ;ulcW d .. trativo por la justicia" (Maiorano, J. L., "Las costas en el amparo por mora", LL, 1989-
iur el pedido de informes o rennbr. el e~pediente ~ :;~PCCN B-407). Creo Bay adhiere a la corriente que considera que "en este especial amparo
re uerido rige el plazo general de diez dias (arg. ar . . , la Administración no es parte. Que recién adquiere tal calidad en el trámite de
q,
Hügun 1no 1 . ed'f 1 y 25 .488) salvo que por razones fundadas, el JUez
., . . , . la apelación. Ello por cuanto --en el breve esquema procedimental del art. 28-
decida apartarse del prmcip10 general y fiJe uno menor. esta acción está destinada nada más que a verificar una situación de mora objetiva
y, en su caso, a ponerle fin ... Avala esta postura el silencio que guarda lu ley acerca
r; En suma en pnmera . . t ancla,
ms · e1 a mparo por mora Ad no . .es de las costas y de la prueba que podría producir la Administración" (Creo Bay, H.,
'· · ' d t por cuanto la rnims- Amparo por mora de la Administración Pública, Astrea, 1989, pág. 73).
unn contienda o debate entre os par es, . . d . n En sentido contrario a la unilateralidad se ha expedido, en fecha reciente,
t"lción a re uerimiento del juez, sólo debe Zlm~tars~ a pro uclr u la Cámara en lo Contencioso-Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos
~·nfi;rm.~ que ~é noticia del trámite administratwo, sln efectuar una Aires, Sala II. En el decisorio del23/ll/04 recaído en autos "Dí Paolo", el tribunal
dn alzada sostuvo, en el considerando 3, lo siguiente: "el pedido de informe que
('onlestación de demanda. b' t 1 ácter unilateral16 no 1'1 juez solicita a la administración tiene los mismos efectos que si le confiriera el
'l'al situación pone al descu Ier o e car ' I'Hrácter de parte. Si bien la participación en el proceso del ente estatal se limita
contencioso, de este singular proceso. 11 ncompafiar los elementos d~ juicio necesarios para que el magistrado decida,
c•HI.ns facultades acotadas no traducen unilateralidad en el proceso, como lo ha
tloHLenido un importante sector de nuestra doctrina". Ciertamente, no coincidimos
· · z·d dd Buenos c·o1t la conclusión a la cual arriba el tribunal. Al aseverar que "si bien la
1-t CNCiv., Sala A, 20/9/94, "Descalzo, Osvaldo J. el M wucLpa l a e
f>ltrliápitción en el proceso -de amparo por mora- del ente estatal se limita a
Ail·¡·.~", ,~A, 1~9,5-II-112¡.; 7/12/90 JA 1992-IV-Índice: ver Procedimien~o.ad~inis­ UI'IIIII)Ja!Iar Los elementos de juicio necesarios para que el magistrado decida ... ",
. ~~ CNACI<.' S a a s' '~G 't ', Héctor A. e 1Estado Nacional-MmLsteno de 1'/ll.tí dando rm:ón suficiente u la posición que rechaza en tanto y en cuanto reconoce
l.t'III.IVO, AllllHU'!OS 2 Y ' ' a¿ an, C l19 cpu• 1'1 inf(>rmc, en el amparo por mora, no es un ,acto de resistencia sino de mero
'l'ralwjo y 81-gu.ri~lad Social", ~L, 19~2-1 - ~ro por mora, sostiene Sugüés que llllol.icinmiento, lo cunl, de Huyo, dcHcnrta toda idea de contradicción o controversia.
111 Con reluctón n In nuimalcza .e amp. 1 í.s acordo C'Oll o! ln·ovc 1'1 l<;n mnl.erin do coHLI1R en t•l11mptu·o por mora, no existe uniformidad en la
"... on <'1 in1mite do 1" in~innein In umltltor.nl,;dn~ c~8 ~~~~ley l9.1i4H" (Hul{iiÓR, dol'l.rinn. 1'11r11 Bnrrn, 1-1i In AdnJÍilÍHl.ml'i6n no juflt.ifien Hll domorn ni oxpido ol neto
PIH(tlotnn proeodinwntnl tnHLrumontndo por e m '· .
114 Drmr•:cuo PROCESAL CoNSTITUCIONAL
EL AMPARO POR MORA DE LA ADMINISTRACIÓN
115
El principio general establecido en el art. 68 CPCCN ~e.t~r­
mina que la "parte vencida" deberá cargar con las costas delJUICI.o. les. En efecto, la primera parte del art. 14 de la Ley de Amparo
Dicho principio se funda en el hecho .objetivo ~e 1.~ derrota ..sm mantiene el principio general del art. 68 CPCCN: ((las costas se
mnbargo, considero inaplicable la aludida prescnpcwr: no~mahva, impondrán al vencido". Ciertamente, el art. 14 de la ley 16.986
dado que la misma tiene virtualidad solamente en el amblto de la está concebido para un proceso bilateral. Sin embargo tal sistema
donominada jurisdicción contenciosa. Su aplicación. no p~ede ex- es inaplicable al amparo por mora por cuanto su n~turaleza no
pandirse al amparo por mora que, como hemos VIst~, tiene en contenciosa, unilateral, impide que se considere parte vencida a
quien no fue parte.
primera instancia una estructur:: proces.al no contenciOsa,. ~sen­
eialmente unilateral: no hay contienda m debate; la actuaciOfl; ~e ¿Es compatible la gratuidad del procedimiento administrati-
In Administración se agota con la producción del informe-noticia vo con las costas en el amparo por mora, siendo que este último
requerido por la autoridad judicial: ~n efe.c,to, en .el .ampa,~.o por no hace sino intervenir al juez en un tramo de aquél? Teniendo en
mora no hay contraparte. La Adm1mstracwn se lnmta a mfor- cuenta que el al? paro por mora no es sino un remedio optativo, por
mnr", no a contestar una demanda. Por consiguiente, no pa~ece cuanto el particular cuenta con la queja y el silencio, resulta
jurídicamente razonable considerar vencido o der.ro~ad? a qmen, enteramente razonable inferir que la decisión de hacer intervenir
como la Administración en el amparo por mora, m siqmera m ter- al juez en un segmento del procedimiento administrativo debe ser
asumida por el propio particular.
vino como parte durante el proceso. En suma, aun cuando. la
petición de amparo de la Administración tenga favorable aco~pda
por el juez, es improcedente condenar en costa~ a, l~ autondad 10. Epílogo 18 •
administrativa por cuanto falta el presupuesto JUndico-procesal
que autorice dicha imposición: si la Administración no ~ue parte
. La acción de amparo por mora de la administración se rige en
(adversaria) no se la podrá considerar como parte vencida. pnmer lugar por el art. 28 LNPA. Supletoriamente, en tanto y en
Tampo~o resultan aplicables las prescripciones sobre cost::s cuanto no resulte incompatible con el sistema procedimental del
emanadas de la Ley de Amparo. El régimen procesal regulatono amparo por mora, se aplicarán las normas del CPCCN (arg. art.
del amparo constitucional resulta inadecuado para encuad~ar 106, d_e_c. 1759/72, ref. _dec. 1883/91). En este último caso, dado que
subsidiariamente al trámite del art. 28 de la ley 19.549. La dife- la accwn del art. 28 tiene carácter no contencioso esencialmente
rencia sustancial en cuanto a la finalidad y al objeto entre uno Y unilateral, y que la función del juez se circunscribe a verificar la
otro proceso torna incompatibles, también, sus regímenes ritua- certeza de las afirmaciones del peticionario en su solicitud no
resulta irrazonable sostener que todo lo no previsto por el art. de 2S
ro(¡uerido durante el curso del proceso, el juez librar~ 1~ ~rden de pronto despac!.1o, la ley 19.549 deber~ ser suplido por los principios generales que
dobiondo la Administración soportar las costas del JUICIO (Barra, Rodolfo C., .. ~1 presiden los denommados procesos de jurisdicción voluntaria 19
Ampnro por mora de la Administración", ED, 59-797). Por su parte, afirma S agues
quo ]u unilateralidad es el costo procesal 9-ue ~ay que abo~ar en pro~ura de u"na 18
IWlución urgente a la mora (Sagüés, ob. crt., pag. 565). Mawra~o senala qm; .es Estas conclusiones son predicables también al ámbito de la Ciudad de
uvidente que los legisladores que proyectaron el régime~1 pr~cedunental admrm~­ B.uenos Aires, pues aun ~uando el amparo por mora no esté expresamente regulado
t.mlivo quisieron apartarse de su precedente, ya que s1lencraron toda ref~ren~ra ~11 en. el CCA y TCBA m en la LPACBA, es evidente que los tribunales locales le
ul toma de las costas; ello pone de manifiesto que no son las normas ordmanas 1111pnmen a los procesos de a.¡nparo por mora las matrices directivas establecidas
(111 la materia las que han de aplicarse al supuesto previsto en el art. 28 de .la ley
por el art. 28 de la LNPA. Ello, a pesar de la formal invocación que realizan en
PI uuto inicial, del dec.-ley 16.986. '
l!I.Li49 (op. cit., pág. 409). Hutchinson expresa que la norma no se refiere m a las 19
mHLuH ui u la prueba, porque "ni una ni otra podría tener lugar dado el hecho de Al referirse a los procesos voluntarios, Carnelutti ha dicho que "verosímil-
quo In Administración no es parte" (ob. cit., nota 3, pág. 175). uwn~e.olnombre de jurisdicción voluntaria proviene de que el juez no decide entre
La Sala 1de la CCAy TCBA, en la causa "Gutiérrez, L. el G:C!JA" (~xp;,e .. 8146), dos htJguntes, y por tanto, contra uno de ellos (contra nolentem) sino en relación
doll H/G/04, sostuvo que corresponde imponer las costas a la admrmstrac1ón srei?pre u uno solo, que lo pide que provea (adversus volentem)· en este sentido la
quo do las constancias de la causa surja que se ~nc~ntraba en.m~r~ en opo~'tumdad donomii~ución, si no es muy expresiva, tampoco es incorrecta, y aunque sea ~ólo
do inlorponorso la demanda olio así, por aphcacrón del pnnctpro ob,JotJvo do la J~OI' lu chficulta~ do. encontrar una mejor, merece ser conservada ... " (Carnelutti,
dorrot.a un juicio ostublocido 'como ¡mut.u gonoml por el art. 62 CCA Y T". 1• r·rutcoRco, lnsütucwnes del Proceso Civil trad. Sentís Melendo vol. 1 Buenos
.
A II'OR, }"' ( , , '
\JOII, 1.)59, ptig. 50). Couture, ni aludir a la "forma" de la jurisdicción
116 DI~Hmc:uo l'uocJ•:HAL CoNSTITUCIONAL
EL AMPARO POR MORA DE LA ADMINISTRACIÓN
117
que emanan del propio CPCCN. Ello, sin perjuicio de recordar que
en todo lo atinonte 11 la actuación de la Administración durante el contienda o controversia. Recién con la sentencia del tribunal d
trámite do prinwra instancia será regido por las reglas de la prueba grado se abre paso a la Administración para bilateralizar el proe
ceso. -
informativa (arts. 396 y ss. CPCCN).
La palmaria incompatibilidad existente entre la naturaleza 3. No cabe calificar como demanda el acto de iniciación del
procesal del amparo general (es un proceso bilateral, que tutela P_ro ceso de ampa~o por mora: técnicamente es una "petición J'udi-
sustancialmente y con carácter urgente los derechos que integran Cla1 extracontencwsa".
el bloque de constitucionalidad argentino frente a actuaciones u
4. El "infor~e" que evacua la autoridad administrativa "no
omisiones manifiestamente ilegítimas de las autoridades públi- es una contestacwn de demanda" Es un mero "info t' · "
cas) y el amparo por mora (es unilateral y de naturaleza meramen- que aport d t · rme-no 1c1a
. _a a ?s concretos y precisos sobre el estado del expedien-
te instrumental), nos lleva a rechazar el criterio doctrinal y juris-
prudencia} que considera aplicables supletoriamente las pautas
~e :tladmimstr~tiVo. Tanto el requerimiento como la producción del
m orme se ngen por el CPCCN (arts. 396 y ss.).
procesales de la ley 16.986 a la acción de amparo por mora admi-
nistrativa. De allí que: 5. No resulta procedente que la autoridad administrativa
cargue con l~s ~ostas del proceso, por cuanto ella
l. El proceso de amparo, en tanto dispositivo de protección durante el tramite amparista de primera instancia. no es parte
que asegura la efectividad de garantías constitucionales (arts. 18
y 75, inc. 22, CN; art. XXIV DADDH) en el trámite del procedi-
miento administrativo, admite ser incorporado, con sustantividad
pmpia, al elenco de procesos constitucionales.
2. Sin embargo, a diferencia del amparo constitucionalizado
<m el art. 43 CN, el proceso de amparo por mora no está informado
por el principio de contradicción: este proceso debe ser caracteri-
z;ado como "unilateral" en tanto en primera instancia no hay

voluntaria (el procesalista uruguayo considera adecuado denominar a la jurisdic-


ción voluntaria "actos judiciales no contenciosos"), dice: "El acto judicial no
jmi;;d iccional no tiene partes en sentido estricto ... En él, el peticionante o pretensor
110 pide• nada contra nadie. Le falta, pues, un adversario ... Tampoco tiene
c·ontroversia". En cuanto al "contenido" de la llamada jurisdicción voluntaria
twfuda: los jueces "se limitan a fiscalizar si lo que ha afirmado el peticionante es
Jll'ima j(rcie cierto, con arreglo a la justificación que él mismo suministra. Es una
lnren de simple verificación externa, unilateral, formal. .. ". Por último, al tratar
In "l'tmdón" de la jurisdicción voluntaria, manifiesta lo siguiente: " ... puede
tulnlitin;e que los procedimientos de jurisdicción voluntaria tienen naturaleza
Hcirnini;;irativa" (Couture, Eduardo J., Fundamentos del Derecho Procesal Civil,
:!''e •e l. l pc\;;iuma], Buenos Aires, De palma, 197 8, págs. 45 a 54). Por su parte, Palacio
..
c•JrLic!fJde que la llamada jurisdicción voluntaria es "una función ajena al normal
c'OIIH'tido de los jueces y tribunales de justicia, el cual consiste en la resolución de
loH eo111lietos o liti¡,rios suscitados entre dos o más personas. El hecho de que sean
loH jwH:m; quienes, tradicionalmente, conozcan en esta clase de asuntos no
l'lllrl.c•rH:imws, obedece, entre otras razones a la índole estrictamente jurídica que
prc•Hc'ltl.an, u In facilidad con que pueden derivar en una verdadera contienda ... tal
1'1111ción puede Hcr legalmente detraída del conocimiento de los jueces y tmnHI'(!rida,
por lo Lunto, n orguniArnoH udminiHirnt.ivos" (Palacio, Lino K, Tratado dc• /Jc•n•f'lw
l'rc•c•c•nal C'i11il, t.. 1, B11onoH i\iroH, i\holodo-Pol'rot, Hl71i, púgs. :J/i(i y llll.).
CAPíTULO V

EL AMPARO SINDICAL Y LA PROTECCIÓN DE


LOS DERECHOS SOCIALES
por
JOSÉ MIGUEL ONAINDIA 1

"La democracia sería una palabra muy pobre si no


fuera definida por los campos de batalla en los que
tantos hombres y mujeres combatieron por ella ... "
(ALAIN TouRAINE, ¿Qué es la democracia?).

l. Introducción.

La incorporación de la regulación constitucional del amparo


constituyó una de las más acertadas decisiones del constituyente
de 1994, pues otorgó a esta garantía consagrada por la jurispru-
dencia y la legislación ordinaria la máxima jerarquía jurídica
dentro de nuestro orden normativo. Esta decisión es armónica con
la nueva situación jurídica de los tratados internacionales de
derechos humanos y con la responsabilidad interna e internado-.
nal que le otorga al Estado argentino. Es importante recordar que
la ley que declaró la necesidad de la reforma de la Constitución en
1993 (ley 24.309) dispuso en su art. 3, inc. n, que la Convención
Constituyente estaba habilitada a tratar la consagración expresa
del hábeas corpus y de~ amparo como integrantes del nuevo capí-
tulo de la parte dogmática que esa misma norma preveía. El
legislador continuaba una corriente que había sido sugerida por el
Consejo para la Consolidación de la Democracia en sus dictámenes

1
Profesor de Derecho Constitucional y de Derecho del Trabajo y Seguridad
Soeinl en la Facultad de Derecho de la UBA y de la UCES. Director del Programa
dt• I•:Hp(~eializncic\n en Derecho del Arte y Législación Cultural en el Departamento
do l'oHI{I'fHio do In Fm:uhud de Derecho do In UBA. ·
l:.l() D..:•mcHo P1t0CESAL CoNSTITUCIONAL EL AMPARO SINDICAL Y LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS SOCIALES 121

Hohre la reforma constitucional y que contaba con el aval de la década posterior a la reforma constitucional han demostrado que
doctrina más calificada. También el derecho público provincial la acción de amparo ha sido un instrumento para reparar, aunque
había realizado una regulación de esas garantías que pudieron ser débilmente, los derechos afectados. La situación planteada con las
tomadas como fuentes por los constituyentes nacionales para la leyes que instrumentaron lo que la jerga popular denomina "el
n~dacción del nuevo art. 43 de la CN. corralito financiero" y su paliativo a través de la acción de amparo
Sin embargo, no podemos soslayar que desde las primeras demuestran la idoneidad de este remedio procesal para evitar los
interpretaciones de nuestro sistema constitucional se desarrolló efectos dañosos de normas y actos contrarios a la Constitución.
un criterio tendiente a afirmar la fuerza obligatoria de las normas El nacimiento del amparo en nuestro país está íntimamente
que consagran derechos y la necesidad de que los jueces les den ligado al derecho social, pues el segundo fallo que le dio forma
d'octiva protección, para que dentro de nuestra comunidad cada definitiva dentro de nuestro ordenamiento procesal versó sobre un
hombre, ciudadano o no, sea un ser libre e independiente dentro conflicto donde se debatía un enfrentamiento entre derechos de
do la Nación, según literales expresiones de uno de nuestros este carácter (libertad de trabajo y actividad del accionante, dere-
primeros intérpretes de la Constitución 2 • Este concepto garantista cho de protesta y huelga de los accionados). El voto de la mayoría
de nuestro sistema constitucional inspiró a los integrantes de la destaca el carácter dinámico que debe tener la interpretación de
Corte Suprema de Justicia de la Nación para que en 1957, sin las normas que protegen el ejercicio de los derechos humanos,
nxistencia de una ley procesal regulatoria de la acción, crearan el pues estima que la Constitución, que es la norma fundamental del
nmparo como mecanismo eficaz para la defensa de los derechos, orden jurídico positivo, debe tener la virtualidad necesaria para
dl~ntro de las democracias contemporáneas, pues nuestro máximo gobernar las relaciones jurídicas nacidas en circunstancias socia-
tribunal consideró que el goce y ejercicio pleno de las libertades les diferentes de las que existían al tiempo de su sanción. Estima
l'onsagradas para la efectiva vigencia del Estado de derecho impo- que este avance de los principios constitucionales es de natural
nen a los jueces el deber de asegurarlas mediante procedimientos desarrollo y no de contradicción, y que constituye la obra genuina
dicaces a. de los intérpretes, en particular de los jueces. Sostiene también
La existencia de procesos rápidos tendientes a la restaura- que la acción de amparo tiende expresamente a proteger los dere-
ción del ejercicio de los derechos conculcados es una de las notas chos y no el origen o el carácter de la restricción 4 •
sobresalientes del Derecho Constitucional en este momento de su A partir de la consagración constitucional de la acción de
desarrollo, y su habilidad para obtener el fin buscado es uno de los amparo, se crea una oportunidad muy favorable para el correcto
índices para determinar la calidad institucional y de vida de una ejercicio de los derechos consagrados en la Constitución y para que
N ación. La reforma de 1994 ha significado un avance normativo tanto el legislador ordinario como el intérprete jurisdiccional ge-
indudable para el fortalecimiento de las garantías dentro de nues- neren las condiciones para la más útil protección de la sutil trama
tro sistema constitucional, que luego de su incorporación al movi- de derechos que toda democracia contemporánea desarrolla.
miento del constitucionalismo social con la reforma constitucional
do 1957 ha acrecentado notablemente tanto los derechos de rango
2. La protección de los derechos sociales.
l'onstitucional como las funciones del Estado, al que se le enco-
mienda un prolífico ejercicio de la facultad de reglamentar dere-
chos. El desequilibrio institucional y la deformación de la garantía El acrecentamie¡¡_to de los derechos protegidos que supuso el
~~onórica pero básica de la forma de gobierno han impedido que la desarrollo del constitucionalismo social trajo aparejado el conflicto
aplicación de estas normas haya tenido para los habitantes de de la protección efectiva de estos derechos y la posibilidad de exigir
nuoHtro país el efecto buscado, pero creo necesario señalar que los su garantía al Estado. La indivisibilidad y la interdependencia de
¡{raves atropellos que los derechos humanos han recibido en la los derechos civiles y políticos, por un lado, y de los derechos
económicos, sociales y culturales, por otro, son sostenidas por
Naciones Unidas para tratar el tema.de los derechos humanos y
'1Gonzl'ilez, ,Joaquín V., Manual de la Constitución Argentina, en Obras
f:mnplelaH, vol. :1, BucnoR Aires, 19:35.
" /•'al/os, :¿;1!):4/i!l, cnRo "8iri". '1 Fallos, 241 :2!>1, cnRo "Srt1111lel /(ot 8.R.l•. ":
DERECHO PnocF.sAL CoNSTITUCIONAL
EL AMPARO SINDICAL Y LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS SOCIALES 123

tnmbién constituyen la doctrina mayoritaria tanto a nivel nacio- samente el.amp.~ro por omisiones del Estado, que es la principal
nal como internacional, a la que constituciones nacionales, pa~tos fuente de vwlacwn de los derechos constitucionales de este grupo
y organismos de defensa de los derechos humar_10s han adhen~o. Y que ha impedido la vigencia efectiva de muchos derechos con
1'nro si el reconocimiento de los derechos sociales ha obtemdo consagración expresa. En segundo lugar, fija claramente que los
tlltlínime aprobación, no resulta armónica la evolución respecto de destinatarios de la acción pueden ser tanto las autoridades públi-
lm; obligaciones derivadas de su consagración, puesto que en muchos cas d.e !as diferentes u~idades de gobierno (federales, provinciales,
rmws se concibe como una obligación genérica amplia más que mumcipales y de la Cmdad Autónoma de Buenos Aires) como los
eomo una conducta específica, y los Estados quedan li~res par~ particulares, personas físicas como jurídicas, que sean responsa-
nlt~gir los medios más adecuados, según sus circunstancias parb- ?les de la restricción del derecho cuya plenitud de ejercicio se
cttlnres y grados de desarrollo económico-social, para darles efec- mtenta restablecer.
Las principales características de esta acción, según hemos
tivo cumplimiento. destacado en un trabajo anterior, pueden ordenarse de la siguien-
El gran debate que la incorporación constitucion~l de este
grupo de derechos motivó es, precisamente, sobre el caracter ope- te forma:
mtivo de sus normas. Pero si bien esta cuestión es un tema a) Tutela genérica: esta acción se instituye para restablecer
eorrespondiente a la teoría general del dere_ch~, resulta ~onvenie~­ el ejercicio de un derecho alterado o vulnerado arbitrariamente
tt~ reeordar que tanto la doctrina como la JUnsprude.ncm mayon- q~e no se encuentre protegido por otra acción, y funciona como el
t.nrins han destacado que las cláusulas que enuncian ~erechos genero, del cual se desprenden acciones específicas destinadas a
gozan de operatividad restringida, en tanto son reglas de mt~rpre­ la protección de derechos determinados o que legitiman a determi-
t.nei6n para el órgano judicial. En esta línea de pensar:nento, nados sujetos para su ejercicio, tal como la que analizaremos en
nuestra Corte Suprema de Justicia de la Nación ha sostemdo que este trabajo.
eon posterioridad a la reforma de 1957 el régimen consti~~ci_onal b) Derechos protegidos: protege todos los derechos que no
ha cambiado, puesto que la materia sobre la que versa el hbgw.no g_oce~ de !?"ara!;tías esp~cíficas y que integran el "bloque de cons-
constituye sino una manifestación parcial del gran tema refendo btucwnahdad , cualqmera que sea la fuente normativa que los
a uno de los deberes inexcusables del Congreso: el de asegurar al consagre, pues el constituyente, en concordancia con lo decidido en
5
t.mbnjador un eonjunto de derechos inviolables • el art: _75, inc. 22, amplía la base normativa del derecho y alcanza
El fenómeno de la internacionalizaeión de los derechos huma- tamb1en a los denommados derechos implícitos, reconocidos como
noR ha significado un nuevo avance para la garantía de los dere- tales en el art. 33 de la Constitución Nacional.
choA de esta especie. Tanto las Declaraciones de Derechos del
llombre (universal y americana) como los pactos internacionales e) Sujetos legitimados: toda persona, fisica o jurídica, que se
y regionales de protección de los derechos humanos h~r; creado encuentr~ en la situación descripta en la norma constitucional y
tllwvns fuentes normativas para sustentar la proteccwn, pues que sea titular de un derecho lesionado, restringido o alterado.
pnrt1~n de la convicción de que las situaciones ~e fr~gmentación d) pestinatario_s de la acción: tanto las autoridades públicas
Hoeial y miseria colectiva son fuentes para conflictos mtern?s con de las diferentes umdades de gobierno como los particulares.
n•IH'reusión internacional que pueden deriv~r ~n enfren.tamwntos e) Objeto: reparar el agravio a los derechos provenientes de
l'ttl.rn naciones y quebrar la paz, que es el obJetivo esencial de toda
netos u omisiones de los sujetos indicados en el punto precedente·
or~anización internacional 6 •
l ,a regulación normativa del amparo en el art. 43 de la
(~1 <!o.ns~i~uyente ha elegido la palabra "todo" para abarcar 1~
multiplicidad de formas que puede ocasionar la lesión del derecho
Hin importar su caracterización jurídica; la incorporación de la~
< :onHt.itución Nacional soluciona dos temas primordiales para la
¡~nnmtfa de los derechos sociales. En primer lugar, admite expre-
omisiones si&rnifica un gran avance dentro de la protección de los
d!~rechos humanos y recepta, al menos.limitada al ámbito de esta
~ b'al/oH 2fí:.!.:l fiO, en so "Mata, .loHé M.". acei6n especifica, la elaboración doctrinal que precedió a esta
u Vm· Y1;11011lli, .Joq,:o Hoinaldo, /~/ EHiado d¡•lJel'lwlw en el Constitucional ÍNIIIO ntodificnción constitueionnl.
Not'ial, J<:udohu, l!twnoH Airwc, :.!.000, p(t¡.¡. li4H.
l>EIIECIIO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL AMPARO SINDICAL Y LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS SOCIALES 125

/) Carácter de la lesión: desde el punto de vista temporal al menos en el ámbito del personal de la Administración local que
puede haberse producido o estar en ciernes, por lo cual también el desarrolla actividades artísticas. Ahora bien, ante esta situación,
nmparo puede deducirse como reparador, al igual que el hábeas que en la expresión de Linares podría considerarse «un caso admi-
¡•orpus, o como preventivo frente a la inminencia de la lesión, pero nistrativo no previsto», resulta necesario acudir a la analogía, tal
Himnpre requiere que el acto u omisión que la produzca se realice como lo prevé el art. 16 del Cód. Civil, con alcances que se proyec-
con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta. tan más allá de las situaciones regidas por ese cuerpo legal ... El
vacío normativo al que se alude se hace patente si se comparan las
g) Aspecto procesal: debe ser una acción breve, con plazos y
soluciones que existen a nivel nacional y local en materia de pro-
pnwbas limitados, porque su objeto no admite un pleno debate,
tección de la maternidad ... " 8 •
Hino restringido a los hechos alegados.
h) Proceso de excepción: porque si existe otro procedimiento
judicial más idóneo para la defensa del derecho conculcado, no 3. La protección constitucional de la actividad sindical.
procede la acción de amparo que por objeto y características pro-
~~mmles está reservada a circunstancias especiales y al cumpli- El art. 14 bis de la Constitución Nacional consagra diversas
miento de los requisitos expuestos en la norma constitucional 7 • disposiciones tendientes a garantizar al trabajador en relación de
Estas características que reúne la acción de amparo según la dependencia su derecho a la formación de organizaciones gremia-
norma constitucional se adaptan correctamente a la defensa de los les y a éstas un conjunto de derechos propios, de los cuales resulta
dorechos sociales y permiten a los jueces solucionar los temas que la única titular. En el primer párrafo de la norma antes mencio-
r111'is afectan su ejercicio, como lo son las omisiones de las autori- nada, el constituyente le otorga al trabajador, como persona física
dades. Así, mediante el ejercicio de este remedio procesal puede titular de derechos constitucionales, el derecho de formar organi-
arribarse a una aplicación directa de las normas supralegales, zaciones sindicales "en forma libre y democrática, reconocida por
cuando el legislador ordinario haya incumplido el mandato regla- la simple inscripción en un registro especial", y en el segundo
nwntario y los órganos administrativos no den solución a situacio- párrafo, reconoce a estas organizaciones como sujeto titular de
noH concretas de desamparo. En un reciente fallo de la justicia derechos constitucionales, a las que le atribuye el ejercicio de tres
contencioso-administrativa y tributaria de la Ciudad Autónoma derechos fundamentales para la defensa de los trabajadores, a
de Buenos Aires, el juez actuante, Dr. Guillermo Fabio Treacy, saber: concertar convenios colectivos de trabajo, recurrir a los
r·osolvió una cuestión referida a la desprotección frente a la mater- métodos de conciliación y arbitraje para la solución pacífica de los
nidad de una artista que trabaja en relación de dependencia de la conflictos gremiales, y el derecho de huelga.
eiudnd mediante la aplicación directa de las normas constitucio- También consagra una protección específica a los represen-
nrtles, y sostuvo: " ... En este punto debe recordarse que, de no tantes sindicales para que no sean perseguidos o perturbados
n•¡Hu·arse esta situación, la Ciudad incumpliría su deber de brin- como consecuencia del ejercicio de su actividad gremial. Deriva al
dar una protección integral a la mujer embarazada mientras dure legislador la competencia para determinar el contenido concreto
l'l estado de gravidez, tal como lo exigen el art. 75, inc. 23, de la de estas garantías, que como todas las demás podrán modificarse
Constitución Nacional y las normas de los tratados internaciona- c:on el transcurso del tiempo y con la evolución de nuestra vida
lt!s de derechos humanos, y tampoco cumpliría cabalmente el deber comunitaria, pero nunca podrán ser desconocidas o restringidas
dt• rl'mover obstáculos a fin de hacer posible el pleno desarrollo de arbitrariamente.
la mrrera profesional de la trabajadora en el ámbito de las acti- • Este conjunto de disposiciones que protege la actividad sin-
llidades artísticas... Por tal razón, se estima que el marco norma- dical ha sido enriquecido por las prescripciones específicas del
tiuo, en su aplicación a este caso concreto, refleja una laguna o flncto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones
illlflrr•uisión en lo relativo a la protección de la mujer embarazada,
"Cw.:o "Albr:rti, Gabriela 8olange c/GCBA si amparo", expte. 12.901, Juz-
f:ndo Cont.enc:ioHo-1\dministrniivo y Tributario de la Ciudad Autónoma de Buenos
·r Vor Onuindin, ,JoHÓ Miguel, lnHtittwiones de Derecho Constilul'imtrd, Erro-
AíroH 11" :J, .Sc!Gl"ot.nrfn n" U, l·l!lll1 .. dol 2H/1 0/04.
pul', lllwnmt J\irn11, 2004, (H1gH. :IO!J y HH.
12() DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL AMPARO SINDICAL Y LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS SOCIALES 127

tJ ni das, que a partir de la reforma de 1994 tiene igual jerarquía el ejercicio de los derechos sindicales, pues el constituyente le ha
que la Constitución Nacional y las normas integrantes de los impuesto esta obligación, que también ha asumido en el orden
demás pactos y declaraciones que configuran la nómina del art. internacional al ratificar los pactos y convenios que complemen-
75, inc. 22, segundo párrafo, y que forman el "bloque de constitu- tan y amplían las cláusulas de nuestro texto constitucional.
cionalidad", que determina los alcances de la protección de nues- Los mecanismos concretos para hacer efectiva la protección
tro orden jurídico a los derechos del hombre 9 y que ya ha sido de la c:ctividad si~dical son un resorte de política legislativa, ya
receptada por la jurisprudencia de nuestro máximo tribunal 10 • que asilo ha previsto el constituyente al determinar en el comien-
Tampoco podemos omitir los numerosos convenios de la Or- zo de la cláusula constitucional que "el trabajo en sus diferentes
ganización Internacional del Trabajo dedicados a la protección de formas gozará de la protección de las leyes ... ". Nuestra Corte
In actividad gremial, que imponen la regulación de las medidas Suprema de Justicia de la Nación, ante la interpretación de dife-
necesarias para garantizar a los trabajadores y a sus asociaciones rentes derechos contenidos en la norma constitucional ha soste-
ol ejercicio de los derechos que este "bloque de constitucionalidad" nido que corresponde al legislador, en cumplimiento' del deber
les reconoce. No podemos olvidar que estos convenios de la OIT, constitucional del Estado, determinar las bases jurídicas que re-
que han sido ratificados por nuestro Estado, tienen hoy jerarquía gla~nentan las relaciones de trabajo y las consecuencias que se
Huperior a la ley, pues se encuentran alcanzados por la previsión denvan de cada una de esas relaciones, sin que los jueces se hallen
dol art. 75, inc. 22, primer párrafo, que dispone que los tratados facultados para decidir sobre el mérito, la oportunidad o la conve-
celebrados con Estados extranjeros o con organizaciones supra- niencia de la legislación sobre la materia 11 • También señaló que
nacionales tienen jerarquía superior a la ley. Entre ellos, deben al órgano judicial no le compete estimar la ventaja o acierto de
destacarse: el Convenio 87, sobre la libertad sindical y la protec- determinados enfoques de política legislativa, y que el único límite
ción del derecho de sindicación (1948); el Convenio 98, sobre el de esta potestad es el principio de razonabilidad, consagrado en el
denlcho de sindicación y de negociación colectiva (1949); el Conve- art. 28 de la CN.
nio 135, sobre los representantes de los trabajadores (1971); el En virtud de las competencias atribuidas al Poder Legislativo
Convenio 151, sobre las relaciones de trabajo en la Administración por el constituyente, es función de este órgano determinar la
pública (1978), y el Convenio 158, sobre la terminación de la forma en que los representantes sindicales "gozarán de las garan-
relación de trabajo (1982). tías necesarias para el cumplimiento de su gestión sindical y las
La Organización Internacional del Trabajo también se expre- relacionadas con la estabilidad en el empleo... ", pues esta función
Hn a través de recomendaciones, que, si bien carecen de carácter le ha sido expresamente encomendada en el párrafo del art. 14 bis
normativo, sirven de guía y orientación a los Estados partes para dedicado a la protección de la actividad sindical.
diseñar sus políticas y adoptar medidas legislativas y administra- Por su parte, el art. 11 del Convenio 87 OIT, sobre libertad
tivas en la materia que constituye el objeto de la recomendación. sindical, obliga a "todo miembro del organismo internacional para
Así, en la cuestión referida a los representantes sindicales, encon- el cual esté en vigor el presente Convenio, a adoptar todas las
tramos la Recomendación 143 sobre los representantes de los medidas necesarias y apropiadas para garantizar a los trabajado-
t.rnbnjadores (1971), que sugiere medidas para la protección y las res y a los empleadores el libre ejercicio del derecho de sindicación".
fhcilidades que deben otorgarse a los representantes de los traba- Debe recordarse que nuestro país ratificó este Convenio en 1961.
jndorcs.
Por consiguiente, el legislador argentino tiene la obligación
do regular los mecanismos indispensables para evitar y reprimir 4 • ., El amparo sindical. Regulación legal.
l!lllllquier conducta, pública o privada, que impida, estorbe o limite
La ley que actualmente regula las asociaciones sindicales (ley
23.551) dedica un título a la tutela de la actividad sindical, que se
11 Vor Bidurt Campos, Germún .J., Tratado Elemental de Derecho Constitu-
l'ional Argent.ino, l';diur, Buenos Aires, 1995, t. VI, pág. 555.
111 VÓt· Ji'allos, :J2:l:2:l5H, cnao "Gonzálcz rle Delgado, Cristina y otros el UNC", 11
Álvuroz Mugliuno-F'ern, El derecho del. trabajo según la Corte Suprema
vol.u dol Dr. l'ot.rneehi. A(l·Iloc, Buono¡¡ AireA, 2002, J)('R· 221). . · '
128 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL AMPARO SINDICAL Y LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS SOCIALES 129

inicia con el art. 47. Esta disposición legal reglamenta el pro.cedi- empleador o una organización de empleadores, o a sostener eco-
míento judicial denominado "amparo sindical" de la siguiente nómicamente, o en otra forma, organizaciones de trabajadores, con
f(>rma: . objeto de colocar estas organizaciones bajo el control de un empleador
"Art. 4 7. - Todo trabajador o asociación sind¿cal que fuere o de una organización de empleadores".
impedido u obstaculizado en el ejercicio regular de los de~echos de Las normas de fuente internacional transcriptas ofrecen una
la libertad sindical garantizados por la presen~e l~Y'. podra recabar variedad de situaciones que la acción consagrada en el art. 4 7 de
el amparo de estos derechos ante el tribunal ju~¿cwl competente, la ley 23.551 tendrá por objeto impedir que logren su obrar dañoso
conforme el procedimiento sumarísimo estable?¿do en el art .. ,498 sobre el ejercicio del derecho a la libertad sindical. También debe
del Código de Procedimientos Civil y .c?mercwl. d~ la Nac~on o señalarse que si bien ningún convenio de la OIT integra la nómina
l'quivalente de los códigos proce~ales cw¿le~ proml!'cwles, a fm de de los pactos de derechos humanos con jerarquía constitucional, el
que éste disponga si correspond¿ere el cese mmedwto del compor- Convenio 87 antes citado está mencionado en los dos pactos de
twniento antisindical". . Naciones Unidas (Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Esta forma de protección de la actividad sindical no r~g¡stra­ Sociales y Culturales de 1966 y Pacto Internacional de Derechos
lm antecedentes en la legislación nacional, pues las leyes dictadas Civiles y Políticos de 1966) en sus respectivos artículos sobre el
con posterioridad a la reforma constih-:cio10al de ~95_7 (leyes 14.45~, derecho sindical, y que esta mención ha motivado una opinión de
:.J.0.615, 22.105) no contemplaban un mstituto si_m~lar, Y s~ consi- la doctrina laboralista sobre la jerarquía constitucional de ese
dera que su origen se encuentra en la Le~ o.rgamca de L~ber~~d Convenio 13 •
Sindical española 12 • Esta acción da cumplimiento a la ?bl~gac~~n En una reciente e imprescindible obra destinada al estudio de
wmmida al ratificar el Convenio 98, sobre el derecho de si;tdicacion la ley 23.551, Enrique Strega señala que este artículo " ... cumple
y de negociación colectiva, que, entre otras conductas, Impone: la función de instrumento de protección contra las prácticas
"Art. 1. - 1. Los trabajadores deberán gozar de adecuada antisindicales y establece el procedimiento que el empleador debe
pmtección contra todo acto de disc:iminación tendiente a menos- cumplir para promover la acción de exclusión para despedir, sus-
cabar la libertad sindical en relacLón con su empleo. pender o cambiar las condiciones de trabajo a los trabajadores
2. Dicha protección deberá ejercerse especialmente contra amparados por las garantías previstas en los arts. 40, 48 y 50 de
todo acto que tenga por objeto: . ., LAS ... " 14 • Este autor cita la doctrina establecida por el Superior
a) sujetar el empleo de un trabajador a la condLcwn ~e ql!'e no Tribunal de Formosa para destacar la vinculación estrecha entre
m• afilie a un sindicato o la de. dejar de se.r m_iembro de un sm.dLcato; la acción prevista en el artículo transcripto y la acción de amparo:
b) despedir a un trabajador o perjudLcarlo en cuc:Z.quw.~ otra "El amparo sindical no es sino un caso particular del género
jilf'ma a causa de su afiliación sindical o de su partL.cLpacwn en amparo, remedio extraordinario para efectivizar garantías o dere-
acliuidades sindicales fuera de las horas de trabajo o, .con el chos previstos en la Constitución Nacional cuando las vías proce-
1·cmscntimiento del empleador, durante las horas de trabajo.
sales ordinarias resultan idóneas para evitar oportunamente su
lesión o desconocimiento. Por lo tanto, integra el amparo el Derecho
Art. 2. - 1. Las organizaciones de trabajadores y de em- Procesal Constitucional y nace de la necesidad de reafirmar con un
1,tc•rtdores deberán gozar de adecuada protección contrc: tod.o acto remedio concreto que las declaraciones, derechos y garantías con-
ele• injerencia de unas respecto de las ?tras, ya se reahce ~¿re~~a- sagradas en la Carta Magna no sean simples fórmulas teóricas
1111·nle 0 por medio de sus agentes o mwmbros, en su constLtucwn, sino que posean fuerza obligatoria para los individuos, para las
flt n.l'iotuuniento o administraci?n: . . uutc!ridades y para toda la Nación ... Cuando dicho amparo va
2. Se consideran actos de mjerencw, en el senüdo del presen-
,,. ctrllcfl.lo, principalmente, las medidas .que tiendan.a fomentar la
c·unstitnción de organizaciones de trabq¡adores dommadas por un la Ver von Potobsky, Geraldo, "Derecho Internacional y Regional del Traba-
jo", Wl Tratado de Derecho del Trabajo y Seguridad Social, dirigido y coordinado
por Mnrio Ac:kerman, Hnhinzal-Culzoni, Santa Fe.
~~ ({odrfgll<w: Mnneini, ,Jo!'go, "/\r.ei6n de tutoln poi' eonductus antiRindic:uhlH", 11
' Strogu, (•;nric¡tw, A,qociaciones Siúdicales. Ley 23.551, La Ley, Buenos
'/',Y 88, 1!)!):¿.~oH. 1\ i 1'!1H, :40011.
1:10 DERECHO Paoctr.RAt. C!oNM'tTt'llctoNAL EL AMPARO SINDICAL Y LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS SOCIALES 131

dirigido contra actos de or¡.(ani.-ur·Jonr'li sindi~ales de trabajado- que se otorgan recursos o acciones ante la Cámara Nacional de
res no parece irrazonahlr• ni rtrhilmrio recurnr a las normas.del Apelaciones del Trabajo, como las previstas en los arts. 59 y 60 de
de~.-ley 749/79 para l't'J{I(II' tW ¡mwc·d~mi~nto, sobre tod.o s¿ se la misma ley (resolución de encuadramiento sindical emanada
tiene en cuenta qul' loNIII'fltlllinll'illllt's swdLcales de trabajr:dores tanto de la autoridad administrativa del trabajo o de la vía
están sometidas, a di/i•rr•lll'io dt• las demás personas colectwas de asociacional y diferendos que puedan plantearse entre los afilia-
derecho privado, a 11 n rtlHi 1111'11 legal especial, que les c.onfiere dos a una asociación sindical de trabajadores y ésta, o entre una
ciertas facultades ··<exorhitalt•s•• al derecho común y les ln:pone asociación de grado inferior y otra de grado superior, respectiva-
limitaciones y controles ta.mhic1n «exorbitales», por lo cua~, sm que mente).
pierdan su naturaleza priuada, encuadrar: en ~a. ~ategonc: de. per- e) Sujetos legitimados: los sujetos activos de la acción en
sonas de interés público, fimda.da en la dlspos~cL?n ~or:stltucwr:al estudio pueden ser tanto los trabajadores individuales como las
ya citada que da a sus actos u. na trascender~;cw JUndLco-constltu- asociaciones sindicales, pues el legislador no restringe sino que
cional de la que carecen los actos de las de mas personas de derecho designa en forma amplia al sujeto activo de este proceso. Por
prwa . d o... , 15 . . . . d consiguiente, coincidimos con el Dr. Capón Filas en que está
Si aplicamos el esquema de análisis que expu~Imos prece ~~- legitimada para iniciar la acción cualquier persona física o jurídi-
temente para la acción de amparo, podemos anahzar esta accwn ca que sea víctima de una acción que impida o restrinja un derecho
específica del siguiente modo: de libertad sindical 16 • Resulta necesario aclarar que para el ejer-
a) Carácter de la tutela: así como afirmamos que la acción cicio de esta acción no es indispensable ser representante sindical
regulada en el art. 43 de la Constitución Nacional actúa como o candidato, pues todo trabajador o asociación gremial, con
género, del cual se desprenden accion~s específicas para.~roteger personería otorgada por el Ministerio de Trabajo de la Nación o
determinados grupos de derechos, estimamos que la ac~10n regu- simplemente inscripto, puede deducirla si ha sufrido una lesión a
lada en esta norma es una especie de ese género, que tiene cons- los derechos que el artículo intenta proteger.
treñido su ámbito de aplicación a la protección de un ?I"upo de d) Destinatarios de la acción: tampoco existe en este punto
derechos constitucionales bien determinados por el legislador Y una opinión unánime respecto del sujeto pasivo del proceso. No
que se nutren de normas de diversa fue.nt~~ como quedó expres?-do hay duda de que la acción puede ser dirigida contra todo particular
precedentemente con la cita y t:anscnp?Ion de norm~s co_nstitu- que impida u obstaculice el ejercicio de los derechos protegidos,
cionales, de pactos y convenios mternacwnales, y legislativas. pero la remisión al procedimiento sumarísimo establecido en el
b) Derechos protegidos: en este caso están circunscriptos a art. 498 del Código Procesal Civil y Comercial de la N ación o a sus
los derechos de la libertad sindical, que tienen su fun~amento equivalentes de los códigos procesales civiles provinciales genera
normativo en el art. 14 bis de la Constitución Nacional e mtegran dudas sobre la posibilidad de dirigirla contra el Estado o personas
ol "bloque de constitucionalidad", juntame~te con los pactos eleva- públicas. Es interesante destacar la opinión vertida por el Dr.
dos a rango constitucional por el art. 75, me. 22, ~e la CN ":t los Héctor Scotti, quien expresa: "...Si bien es cierto que la autorizada
Convenios de la OIT, muy especialmente el Conven~o 87 de LI?er- voz de Rodríguez Mancini sostiene que la acción del art. 47 se
tnd Sindical, cuya jerarquía constitucional una corriente doctrm~l encuentra limitada a los comportamientos antisindicales prove-
Hostiene por los fundamentos explicados precedenteme_nte. Sm nientes de particulares, entendiendo que cuando el acto peyorativo
~~mbnrgo, la invocación genérica que hace la norma per!lute. ~eba­ de los derechos sindicales deriva de la autoridad pública la vía que
t.ir si la acción es aplicable a todos los supues~os. de vio~aci?n de corr-esponde utilizar es la del amparo Oegislado hasta la fecha por
la libertad sindical, pues la propia Ley de Aso_ctaci?nes Smdicales la ley 16. 986), a nuestro juicio, concordando con la opinión no
prevé procedimientos específicos ante otras sltua?IOI~es, como las menos importante de Vázquez Vialard, debe preferirse la solución
rderidas a la estabilidad de los representantes sm~Icales garan- opuesta, máxime que no apreúamos que existan elementos en la
tizada por los arts. 40, 41, 48, 50 y 52 de la ley mencwnada Y a las
111 Capón Filas, Hodolfo, El nuevo derecho sindical argentino, L. E. Platense,
1n HT FomlOMII, 11/4/!14, un Stregn, K, op. cit., pdg. 310. JH\g. 210.
DERECHO PIWCESAL CONSTITUCIONAL
EL AMPARO SINDICAL Y LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS SOCIALES 133

/lumm que permitan . · ·'


efectuar esa d lstmcwn... "17 · También lajuris- g) Aspecto procesal: en este punto el artículo encuadra cla-
prudoncia ha decidido la procedencia de esta vía pro.cesal con~rf ramente el procedimiento al que somete la acción regulada, por-
ndos de la Junta Electoral u órganos de la asociac1ó.n. grerma ' que hace una expresa y criticada aplicación del procedimiento
t'II:IIHio ellos practiquen las conductas o cometan las om1s1ones que previsto en el art. 498 del Cód. Procesal Civil y Comercial de la
t·oneulquen los derechos proteg1'd os 18 . ., N ación o equivalente de los códigos procesales civiles provinciales.
No cabe duda de que el procedimiento a utilizar, cualquiera sea el
e) Objeto: el legislador ha querido, mediante la regulac10n .de
destinatario de la acción, es el que expresamente determina el le-
t•sl.n limna específica de amparo, hacer cesar todo acto que restnn- gislador (art. 498 del Cód. Procesal Civil y Comercial de la N ación
jn d ejercicio de los derechos protegidos, y ~or ello establec.e que en el ámbito de la Capital Federal y el sumarísimo en los orde-
·t!l Lril;unal interviniente está autorizado a d1sponer el cesed:dnme- namientos procesales locales. En el caso de la provincia de Bue-
dw . Lo del comportamiento · an t'1sm· d'1cal · As1' · lo ha enten" 1 od 1a nos Aires se aplica un sistema mixto conformado por el art. 496 del
Corte Suprema de Justicia de la Nación que, en l~s ~:n~to~ ~orRa, Código Procesal provincial y la ley procesal laboral local 20 ).
Uanu)n y otro e 1Unión de Trabajadores Gastronorr~:lcos e a . _e-
h) Proceso de excepción: como en la acción genérica, esta
JHÍ hl ic:a Arr1entina"
15
dictados ell3/11/90, propuso la mterpretaciO.n
1il.! m ti de la norma ' haciendo mento , • d e1 t rm~n
' 'te parlamentano
., acción específica constituye un proceso de excepción, aun dentro
' · · '
Hngu ido para su sanción, que supnm10 a mo d 1fi1cac10n propuesta 1 del régimen tuitivo de la ley, puesto que sólo se aplica para los
· 1u1a
. , 1nc ' corn o parte de la condena . la supuestos contemplados en la norma y excluye otras situaciones
llor d Senado que tamb1en
'
rnpnrnción de las consecuencias 1 1c1 as e · '1' 't d 1 comportam1ento
. . que tienen un procedimiento judicial específico, como los casos que
1111Lisindical. En el caso, la Corte entendió que la sentenc1a d1ctada anteriormente citamos. Recuerda Strega que el art. 47 introdujo
por d tribunal inferior había excedido el marco dado P?r el art. 47 este tipo de amparo como un medio autónomo y especial, y cita un
n ~~sLa nccwn ·' pues solo ' se a d m1't'1a 1a ces ac1'o'n inmed1ata ·. . de una fallo de la Sala V de la Cámara Nacional de Apelaciones del
'
cond uda perturbadora · · · d e d erechos smd1cales y no 1a
d e1 eJerciciO Trabajo que sostuvo que las acciones del artículo en comentario y
·, d e me d'd 1 as que deben ser del art. 52 son parecidas pero diferenciables, no por su tipo pro-
<~OIHiena a la adopc10n . · .el resultado de
t 47 no cesal sino por su objeto específico, el bien jurídico inmediatamente
1111 debate más amplio de hechos y de prueba. S1 ·~:nene 1 ar · ·
nclnra cuáles son los derechos concretos que. mtenta proteger tutelado, los recaudos y las personas legitimadas para su ejercicio,
aunque puedan coincidir total o parcialmente esos elementos 21 .
11Wc l .wnte e 1 eJerclciO
· · · d e es t a acc1'o'n ' op1'namos· ' JUntamente h con la
· · ·
<'OI'I'Hmto mayontana que a acc10n co 1 · ' mprende los derec os que En consecuencia, podemos afirmar que este amparo específi-
In ky onum~ra en lo~ arts. 4, 5, 23 y 31, Y excluye a~uellos que co, conocido como amparo sindical, no es el único medio procesal
Lima~n una protección específica a tra:rés .de ot~~s acciOnes, como que el legislador regula para la protección de los derechos consa-
In münbilidad de los representantes smd1cales · grados en el "bloque de constitucionalidad" respecto de la activi-
/) Carácter de la lesión: entendemos que, como en la ac~~~n dad sindical de trabajadores y asociaciones.
VPnllricn la lesión puede ser actual o inminente Y ~ue t~m nen
'
pumh~ '
resultar de una acc10n · ' u om1s10n, · · ' pe ro que .reqmere swmpre
5. La acción de exclusión de la tutela sindical y el amparo.
qtH! H<~ roal1ce con arbitrane a o 1 ega l'd·
· · · d d ·1 1 a d mamfiesta ..y produzca
·- · ·
loH dnnos mdtcados en a norma. 1 Ell e 1slador ha
g· . quendo
., regular
., Tal vez una de las normas más controvertidas de la Ley de
111111 nceión rápida y eficiente para impedir la pnvac10n turbaciOf ° Asociaciones Sindicales sea el art. 52, que regula una acción
dt•l lugíLimo ejercicio de los derechos que intenta proteger, c':l? - especial para excluir a los representantes gremiales y candidatos
q 11 ·u~ m He a el mecan1smo · que se u t'l' 1 1ce para concretar esa leswn.
a cargos electivos de la especial protección que les otorga la ley en
sus arts. 40, 48 y 50. La extensa y compleja redacción del artículo
11
' Scolli ]l{•l'lor /Jt'reclw Colectivo del Trabajo, Ed. La Ley,ytÍ!-\'· :l 7 1. l
111y 1•1. "/J'/',
• .. · ' ·:tOij7: 1 ~111'10 "1/enrwn,
l!J!J7-II, r
, ,¡ uan .. e ¡'·un. · · wrt 1 r1t' ·a
T ta ]1, lt•t·l<
~o Ver Scotti, Hóetor, op. cit., pág. 388.
//( JM Nt•t·r·iá 11 /'arr11uí.", .Ju..:¡.¡nclo l•'odt•rnl dn Pnranú. ~1 Vor op. eil., pñg. :lOH.
111 l~olll'. Hl.r<•gn, ¡.;., op. cil.., pl'lgH. ;¡:,¿;¡, :l:tlj, :l:lR .Y HH.
Dmuwuo Puoc:m~AJ. CoNHTr·r·ucroNAL
EL AMPARO SINDICAL Y LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS SOCIALES 135
gonern una confusión nlHpoel.o do la ~edac~ió~ ~e los arts. 4? Y 63
do la ley y ha producido intnrprotacwnes JUdiciales y doctrmales nea con la promulgación de la ley, nuevamente se demostró la in-
tmcontradas. , tromisión del Ejecutivo en funciones legislativas, en exceso del en-
"Art. 52. -Los trabajadores amparados por las garantws tonces art. 86, inc. 2, que consagraba la potestad reglamentaria 22•
preuistas en los arts. 40, 48 y 50 de l.a_ presente ley, ~o podr:án ser Lamentablemente, el otorgamiento expreso de facultades legislati-
despedidos, suspendidos, ni con relacwn a ellos P?~r~n n:~dzficar~e vas de excepción, que se han convertido en ordinarias luego de la
las condiciones de trabajo, si no mediare resolucwn_ju_dzcwl prevw reforma de 1994, ha agravado esta deformación de nuestra forma
que los excluya de la garantía conform~ al p~o:edzmwnto e.stable- de gobierno.
cido en el art. 47. El juez o tribunal mtermmente? a pedldo del El art. 52 de la Ley de Asociaciones Sindicales regula el
empleador, dentro del plazo de cinco días, podrá dlsp?ner la sus- ejercicio de diferentes acciones que se pueden promover de acuer-
pensión de la prestación laboral con el caracter de medzda cautela; do con diversos supuestos de hecho, pero que tienen en común la
cuando la permanencia del cuestiona~o en s.u puesto ? el mant~m­ protección de quienes han recibido o aspiran a recibir una repre-
miento de las condiciones de trabajo pudzere ocaswnar pellgro sentación en el ámbito sindical. Podemos distinguir, entonces, en
para la seguridad de las personas o bienes ~e la empre.sa. La la norma en comentario las siguientes acciones:
violación por parte del empleador de las garantws estableczdas en a) Acción de exclusión: la primera parte se destina a regular
/os artículos citados en el párrafo anterior da~á derecho c:Z afecta_~o la acción que debe interponer el empleador que decida imponer
a demandar judicialmente, por vía sumaríslma, la remsta_lac~~n una sanción disciplinaria, una modificación del contrato o un
en su puesto, con más los salarios caídos. d.urante la tra711:ztac~on despido con causa de un representante sindical o candidato dentro
judicial o el restablecimiento de las condlcwnes de trabajo. Sz se de los plazos contemplados en la ley; el resultado de esta acción no
·decidiere la reinstalación, el juez podrá aplicar al empleador que decide !ajusticia de la medida sino el despojo de las garantías que
liD cumpliere con la decisión firme, las ~ispo~iciones del a~t: 666 impiden adoptarla. En consecuencia, si el juez decide hacer lugar
bis del Cód. Civil, durante el período de vzgencw de su establbdad: a la acción y el empleador aplica la medida disciplinaria o la
Rl trabajador, salvo que se trate de un candidato no el~cto, podra modificación del contrato, la legalidad de esta medida será dirimida
optar por considerar extinguido el víncul? lab?;al en mrtr:d ~e l? en un juicio posterior con plena amplitud de debate sobre la
decisión del empleador, colocándose en sltuacwn de desp.ldo md~­ existencia de los hechos que la motivaron y su razonabilidad.
recto, en cuyo caso tendrá derecho a pe:cibir, adem~s de mdemm- b) Acción de reinstalación: si el empleador viola las garan-
mciones por despido, una suma equwalen_te al zmporte ~e las tías establecidas en la ley a favor del representante sindical, el
remuneraciones que le hubieren correspondzdo du~ante .el twmpo legislador le otorga al representante afectado la facultad de dedu-
j(tltante del mandato y el año de estabili~ad posterwr. Sl.el. traba- cir esta acción para lograr la reinstalación en su puesto de trabajo
jador fuese un candidato no electo tendra dere~ho a perczbzr, ade- o el restablecimiento de las condiciones modificadas. Puede solici-
más de las indemnizaciones y de las remuneracwnes zmputables ~l tar como accesorio el pago de los salarios caídos durante la vigen-
¡wríodo de estabilidad aun no agotado, el i'!l'porte de u.n año 711:~s cia de la medida arbitraria cuya cesación se persigue y le otorga
tll' remuneraciones. La promoción de las accwnes por ~emstalacwn
al juez la potestad de aplicar astreintes en los términos del art.
o por restablecimiento de las condiciones de traba!o ~,las que 666 bis del Cód. Civil, al empleador que no cumpliere y mientras
rtil.ercn los párrafos anteriores, interrumpe la prescnpcwr; de lc:s transcurra el período de vigencia de la estabilidad violada por el
m'C'Íones por cobro de indemnización y salarios caídos alh prevzs- empleador.
las. El curso de la prescripción c~menzará una vez q~e recayere
¡ll'onunciamiento firme en cualquzera de los supuestos . • e) Acción de suspensión de tareas: tanto la ley como el decre-
l1~stc nrtículo de la ley se completa con una compleja y extensa to reglamentario permiten al empleador solicitar se exima de la
11 orrna d<> su decreto reglamentario (art. 30), que podemos afirmar dnción y prestación de tareas al representante sindical, si la
qtro eno on excesos reglamentarios, ~onforme lo han ?estacado prestación puede significar un peligro para la seguridad de las
tnnl.o la jurisprudencia como la doctrma. Se ha sostemdo. que al
dietar ol Podor Ji~jecutivo Nacional este decreto, en forma Hllllult1i- ~~ Vor Heculdo, H., y Hodríguez, E., Nuevo Régimen de Asociaciones Sindi-
m!t•x, I•Jd. Oizoh.
1:w Ih;nEcno Puoct•:HAL CoNSTITUCIONAL EL AMPARO SINDICAL Y LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS SOCIALES 137

IH'r:-;onas o bienes de la empn~:-;n. Esta m~~ida se puede o~de~ar La cuestión a dilucidar es si la remisión efectuada al art. 47
¡·onw cautelar dentro del proce:-;o de excluswn de la tutela smd1?al convierte esta acción específica en una modalidad especial del
y siempre que se reúnan las características extremas que descnbe amparo sindical o sólo se limita a imponer que se tramite por las
In norma. normas procesales que ese artículo prevé. Para dar respuesta a
d) Acción por cobro de indernnizac_ión.por despi.~o ind_ir~c.to: esta pregunta técnica, pero que tiene repercusiones sobre el tra-
<'llegislador le otorga al representante smd1ca~ la o~~10n de m1c~ar tamiento y los alcances del proceso que se establece, tenemos que
In nceión de reinstalación o considerarse en srtuacwn de desp1do intentar analizar la naturaleza de esta acción y su vinculación con
indirecto en el caso de violación de la tutela sindical por parte del la sistematización genérica del amparo sindical.
l'lllpleador reclamando las indemnizaciones pre:ristas en la LCT Y Creemos que la decisión del legislador de remitir al art. 4 7 lo
las remuneraciones que le hubieren correspondido por el plazo de fue al solo efecto de imponer un procedimiento regulado en el
la garantía legal. Código Procesal nacional y en sus similares de los ordenamientos
procesales locales, pues el objeto de la acción no tiene como fina-
Según Nésto~ Corte, este artículo es "la cla~e ~perativa de lidad la protección de un derecho constitucional sino la pérdida de
todo el sistema legal protectorio de la libertad smdLcal ~ de los una garantía que permita la adopción de una medida que luego
r! 1•rechos de los trabajadores ..." 23 • Esta norma es la garanha de los será discutida en un proceso posterior. Por ello, la acción se ase-
n~presentantes sindicales, durante el período que dure el manda- meja más a un "antejuicio", que permite la promoción de un juicio
to, contra el accionar de los empleadores que atenten contra el posterior, que a un amparo tendiente a hacer cesar un impedimen-
libre ejercicio de la actividad sindical. , to o perturbación de un derecho constitucionaL
Los trabajadores mencionados en los arts. 40, 48 Y 50 e~tan Respecto de la constitucionalidad de esta acción, es interesante
amparados por la tutela sindical que i?J:pide que sean t~esp~d1dos, destacar que se ha afirmado que no existe violación a los derechos
HllHpendidos o modificadas sus cond1c10nes de trabaJo, sm q?-e de propiedad ni al ejercicio de industria lícita, ni ataque a las
nwdie resolución judicial previa que los excluya de la garanb~. facultades de dirección, sino ((subordinación del ejercicio de los
J•;:-;t,n decisión de la justicia debe tramitarse conforme al proce~l­ mismos a un procedimiento previo en el que se garantiza a ambas
minnto sumarísimo establecido en el art. 47 de la Ley de A:socia- partes ejercer su derecho de def'ensa". Con este mecanismo se intenta
ciones Sindicales 24 • Cabe también recordar que las normas ?1tadas evitar una discriminación arbitraria del representante gremial en
Hl' refieren a los delegados del personal (art. 40), a los trab~Ja~ores virtud de la función que cumple, protegiéndolo de determinadas
quu ocupan cargos electivos o representativos en as?cmcwnes medidas encaminadas a lograr su separación de la empresa en
Hinclicales con personería gremial (art. 48), y a los cand1da.t?s q.ue razón de la actividad que despliega 25 • Por su parte, Jorge Guillermo
HO postulen para la co~ertura de un ca~~o de representac10~ sm- Bermúdez sostiene que, de acuerdo con el nuevo criterio en materia
dieal, cualquiera sea d1cha represen~acwn (art. 5~)._Las accwn.es de igualdad sostenido por la Corte Suprema de Justicia de la Na-
mguladas en la norma en comentano dan op_erabv1dad a lo dis- ción 26 , "no mediaría discriminación en el caso de los delegados
pllt~Hto en el Convenio 135 OIT (1971), que d1spone: gremiales, ya que el trabajador que ejerce una representatividad
"Art. 1. -Los representántes de los trabajadores en la empre- gremial desempeña un rol diverso y a la vez complejo, en relación
sa deberán gozar de protección eficaz contra todo acto qu~ J?,ueda con el empleador, justificativo de un tratamiento diverso" 27 •
!Jt'l:iwlicarlos, incluido el despido por razón .d~ su condLcwn de Pero no podemos soslayar que, desde el inicio, el sector de
l'l'fJ/'esentantes de los trabajadores, de su~ c:-ctw_L~ades como. tr:les, empleadores sostuvo que el procedimiento violaba expresas nor-
¡{¡• su afUiación al sindicato, o de su partLCLpacL?n en la actw1.dad m~s constitucionales, pues establecía a favor de los representan-
::i ndical, siempre que dichos representantes actuen conforf!l.e e;, las tes sindicales una "inmunidad de antejuicio" y la creación de
ll'yt•s, contratos colectivos u otros acuerdos comunes en VLgor ·
<r. Del voto del Dr. Ricardo Guibourg en el caso "Costas, Dante O. e/ Cielos
rll'l Sur", SD 57.903.
la Corto, N\IHLm·, op. dt .. , p(lg. •17B. ~u Fallos, 299:14G, :300:14~), entre otros.
H Hl.rPfJ,II, l•~nriq1u•, op. cit., pi1g. 1122. ~ 7 Diclumon PG'I' lO.G 11, in n! "Vilialc!8, Tlugo A. el Hidronor S.A.".
a:m DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL AMPARO SINDICAL Y LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS SOCIALES 139

"!'umos" personales en abierta violación al art. 18 de la Constitu- encomendó la Convención Constituyente de 1994 al órgano legis-
ción Nacional y en exceso de la protección querida por el constitu- lativo está pendiente e inconclusa. Este incumplimiento del man-
ytmte en el art. 14 bis. dato constitucional impide el buen funcionamiento del Estado de
· Creemos que la desacertada redacción del artículo en comen- derecho y lesiona el ejercicio de los derechos humanos, que la
Lnrio no puede crear dudas sobre la diferencia entre el amparo modificación constitucional intentó garantizar desde el plano nor-
Hi ndical regulado en el art. 4 7 de la Ley de Asociaciones Sindicales mativo.
y lns diferentes acciones que regula esta norma y que por diferen- Las incongruencias y defectos de técnica legislativa que exhi-
.l.oH razones no pertenecen al género del amparo, sino que impiden be la regulación en la Ley de Asociaciones Sindicales, tanto de la
al empleador tomar medidas que puedan afectar el ejercicio de los acción de amparo específico como de las demás acciones indicadas
dm·echos sindicales de las personas comprendidas en los arts. 40, precedentemente, imponen a la luz de la nueva norma constitucio-
IJH y 50 de la ley. nal y de las sólidas decisiones judiciales y opiniones doctrinales,
No podemos concluir el comentario de las acciones reguladas una revisión legislativa de esta acción específica en defensa del
on la Ley de Asociaciones Sindicales (23.551) sin hacer una men- ejercicio de la libertad sindical, que integra nuestro "bloque de
eióu a lo dispuesto en el art. 63 de su texto sobre los jueces o constitucionalidad".
tribunales competentes para conocer en las acciones previstas El cumplimiento de este implícito mandato constitucional
!.unto en el art. 47 como el art. 52, que hemos transcripto y tornará más efectiva la defensa de los derechos tutelados y permi-
comentado precedentemente. El mencionado artículo atribuye el tirá un correcto ejercicio del derecho a la jurisdicción para que el
conocimiento de esos procesos a los jueces o tribunales "con com- órgano judicial cumpla con su misión más trascendente, que es la
pdencia en lo laboral en las respectivas jurisdicciones ... ", en una de garantizar el pleno goce de los derechos humanos. La defensa
decisión innecesaria, porque las normas procesales tienen en cuenta de los derechos que las acciones tratadas protegen tiene como
como uno de los temas de atribución de competencia la materia de fundamento la garantía de la igualdad y es esta idea la que
loH mmntos. También puede cuestionarse que el legislador nacio- constituye el fundamento último del constitucionalismo y de la
nal en esta norma avanza sobre atribuciones propias que, en democracia 28 • Será una forma idónea para que la sociedad argen-
materia procesal, las provincias se han reservado como función no tina cumpla con su misión, aún pendiente, de construir un Estado
ddcgada al Estado federal. con instituciones sólidas y eficaces.
La sanción de las denominadas "prácticas desleales de los
ompresarios" merece la atención del legislador, que le dedica un
c~npíiulo de la ley para su caracterización y sanción.

H. Conclusión.

La consagración constitucional de la acción de amparo, que,


t•omo ya destacamos, ha significado un indiscutido avance para la
dof(msu de nuestros derechos constitucionales, obliga al órgano
lo~{iHluiivo nacional y local a revisar toda la legislación procesal en
In mnLnria para armonizada con los precisos mandatos incluidos .
1111 In norma de superior jerarquía jurídica.
J•~Hte trabajo no se ha hecho. La ausencia de armonización
lqr,iHiativa impone al órgano judicial una ardua tarea de compa-
t.ihili,..;ución de las normas procesales vigentes con la norma cons-
~~onf. Gnrgarclla, Roberto, "Constitución y Democracia", en Albanese-
2
H
t.it.udonnl, y eren pum el amparista una inseguridad en cuanto al llulln Vw-Gmgarcllu-Hcrnándcz-Sabsny, Derecho Constitucional, Ed. Universi-
ojoreido do su neeión. Ln inron que explícita e implícitamente dad, BtwtHlH AiroH, 2004, págR. 70 y RH.
CAPÍTULO VI

EL HÁBEAS DATA
por
MARCELAI.BASTERRA 1

l. El hábeas data en la Constitución Nacional.

La reforma constitucional de 1994 incorpora la garantía de


hábeas data en el art. 43, párrafo 3°, del Capítulo II denominado
"Nuevos derechos y garantías". En este capítulo analizaremos los
aspectos más importantes de este instituto a la luz de la menciona-
da norma constitucional y de las reformas o adecuaciones que se
realizaron con la sanción de la ley reglamentaria de Hábeas Data
y Protección de Datos Personales, no 25.326, en el año 2000 2 •

a) ¿Es la acción de hábeas data una subespecie de


amparo o una acción independiente?
El art. 43 de la Constitución se refiere al amparo, en el
párrafo 1o; al amparo colectivo, en el párrafo 2°, y en el párrafo 3°
incorporó la acción de hábeas data sin mencionarlo en forma
expresa, como un subtipo de amparo, con la siguiente fórmula:
"... Toda persona podrá interponer esta acción para tomar conoci-
miento de los datos a ella referidos y de su finalidad, que consten
en registros o bancos de datos públicos, o los privados destinados
a proveer informes, y en caso de falsedad o discriminación, para
ex(ttir la supresión, rectificación, confidencialidad o actualización
de aquéllos. No podrá afectarse el secreto de las fuentes de infor-
rnación periodística".
1
Profesora de Derecho Constitucional en grado y posgrado en la Facultad
dn Dorecho de la UBA, en la Escuela de Abogados del Estado y en la UCES.
Hoc:rotnria genernl de la Asociación Argentina de Derecho Constitucional.
~ Nunciorwdn uf 4/10/00. 1/.t•¡{lauwnLnda por d doc. 1ó58 del 2~)/11/01.
Dg¡u;cuo PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL HÁBEAS DATA 143

La norma resulta clara cuando establece en el primer párrafo la Constitución está planteada claramente como una modalidad
"'!'oda persona puede interponer acción expedita y rápida de am- de la acción de amparo. También Gozaíni 8 señalaba que se trata
¡mro ... " y en el tercer párrafo "Toda persona podrá interponer esta de un proceso autónomo, pero que mientras no se sancionara una
aceicín para tomar conocimiento de los datos a ella referidos ... "; de ley específica debería ser articulado como amparo.
la interpretación de la norma surge sin duda que está planteado Santos Cifuentes 9 describe con detalle las formas distintas
como una subespecie de amparo o amparo especial, como lo ha con que se denominó a esta acción, tales como "subespecie de
considerado la doctrina mayoritaria, a la que nos referiremos amparo, amparo específico, nuevo amparo, variable de la acción de
1-wguidamente. amparo, amparo especializado, garantía constitucional que tiene
Planteamos nuestra duda acerca del real convencimiento del la estructura de la acción de amparo, subespecie de amparo con
constituyente de introducir esta garantía en la Constitución Na- características propias que lo diferencian, garantía constitucional
cional como especie de amparo y no como una acción independien- que funciona por la vía del amparo, faceta de la acción de amparo
te a. Ello es así porque en la ley 24.309, que declaró la necesidad o subtipo de la acción de amparo". Esto da cuenta de lo controverti-
do reforma, en los temas habilitados del art. 3, punto n, se men- do que resulta el tema.
cionaba la "consagración expresa del hábeas corpus y del amparo" Tomando como base el precepto constitucional, la jurispru-
(no decía nada respecto del hábeas data), mediante su incorpora- dencia la había acogido como una forma de amparo; tallo dispues-
dón en el Capítulo Segundo de la Primera Parte de la Constitución to en "Rossetti e 1Dun Bradstreet" 10, que estableció: "... cuando a
N ncional; es el que conocemos ahora como "Nuevos derechos y través del amparo, un particular ejerce la acción de hábeas data ... ".
garantías". De manera que, ante tan importante "olvido" del Con- En este sentido ha sido interpretado en forma permanente
gr-oso, la única forma posible era introducir este instituto jurídico por la jurisprudencia, puesto que si analizamos las sentencias
on nuestra Carta Magna como un subtipo de amparo. Lo cierto es dictadas a partir de la reforma constitucional y hasta la sanción
qtH~ de la propia letra de la Constitución surge que el hábeas data de la ley 25.326, observamos que se refieren a "acción de amparo",
<~H procesalmente una subespecie de acción de amparo que procede o como "la acción de hábeas data es una modalidad de amparo que
eunndo no hay un medio judicial más idóneo. permite a toda persona interesada acceder al conocimiento de los
Algunos autores han interpretado que se trató de una deci- datos ... " a partir del fallo "García de Llanos" 11 •
HÍÓn del constituyente 4 ; otros la han titulado "acción de amparo La ley 25.326 pone fin a la discusión del tema al crear una
oApocinl"r.. Vanossi 6 consideró que se trata de una garantía que "acción judicial de amparo especial", que es la que toma el nombre
pertenece al "género" amparo, un amparo especializado que debe de hábeas data. El art. 37 establece que "la acción de hábeas data
Hllti~:~facer las necesidades reparatorias que nuestro tiempo exige. tramitará según las disposiciones de la presente ley y por el proce-
Binnchi 7 expresó que no sería obligatorio considerar al hábeas dimiento que corresponde a la acción de amparo común y supleto-
data como una modalidad del amparo, que bien podría constituir riamente por las normas del Código Procesal Civil y Comercial de
tmn acción independiente como lo es el hábeas corpus, sólo que en la Nación, en lo atinente al juicio sumarísimo". De manera que es
la ley la que, continuando lo dispuesto por la Constitución y la
" Véase Dalla Via, Alberto, y Basterra, Marcela, Hábeas data y otras jurisprudencia, toma a la garantía de hábeas data como "acción de
Oarantlas Constitucionales, Ed. Némesis, 1998, págs. 101 a 104.
• Sugüés, Néstor P., "Subtipos de hábeas data en el Derecho Argentino. Sus
Pmcibilidud<lS en el Peruano", Leyes Reglamentarias de la Reforma Constitucional, 8
AH01:in<:ión Argentina de Derecho Constitucional, noviembre de 1996, pág. 212, en • Gozaíni, Osvaldo, en Jornadas sobre la Reforma de la Constitución y el
l'l'lnci<\n a lu exposición del miembro informante por la mayoría, convencional Díaz, /Jerecho Procesal Constitucional, organizadas por la UCA, 20 de abril de 1994.
9
c•u In ( ~onvcnción Nacional Constituyente de 1994, "Diario de Sesiones", pág. 4051. Cifuentes, Santos, "Acciones procesales del artículo 43 de la Constitución
n Dromi, Roberto, y Mencm, Eduardo, La Constitución Reformada, Ciudad Nacional", LL, 1999-A, pág. 258.
10
Arl{t~ntinu, 1994, p1~g. 168. "Rossetti e 1Dun Bradstreet S.R.L. s 1amparo", Cámara Nacional de Ape·
n VnnoRsi, .Jot·go Hoinuldo, "f~l «Hnbens Data»: no puede ni debe contrnpo- luciones en lo Civil, 19 de mayo de 1995.
11
rwrHu u lulibm-tud do loA modioFI de prensa", ED, t. 159, pág. 950. "Garcla de Llanos, Isabel c/Caja de Júbilaciones, Pensiones y Retiros de
7
Binndti, Alborto B., "Hóbnmc data y derecho u la privaciclnd", JCJJ, J(l do Córdoba s 1hábeas data", Cámara 1" Cont.-Adm. Córdoba, 29 de mayo de 1995,
fc•hn•m dtl IH!JI'i, pt\g. l. /,[, Córdoba, 1995-948.
Dl.:~tECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
EL HÁBEAS DATA 145
:tm¡mro especial", y si quedaba alguna duda es despejada comple-
Lnmnntc por esta norma. , . b) Finalidad y objetivos del hábeas data.
Esta circunstancia no significa que deban autornahcarnente
"El hábeas data tiene por finalidad impedir que en bancos o
nplídrsele todas las exigencias prev~stas en el art. 43. En efecto, registros de datos se recopile información respecto de la persona
110 Ht~rá necesario probar que el arch1vo de datos personales se ha
titular del derecho que interpone la acción, cuando dicha informa-
l"!!:tlízndo con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta; puede h~ber ción esté referida a aspectos de su personalidad que se encuentren
sido legal y no arbitraria la recolección de l?s datos, pero sl.~U directamente vinculados con su intimidad, no correspondiendo
titular quiere mantenerlos en reserva puede mt~rpone~ la accwn encontrarse a disposición del público o ser utilizados en su perjui-
nl solo efecto de pedir que se decrete su confiabi~Ida~ . •
cio por órganos públicos o entes privados, sin derecho alguno que
Entiendo que, dado que el art. 43 de la Con~btucwn _N~cw~~l
1
sustente dicho uso. Se trata particularmente de información rela-
c•st.nblece que el amparo debe proceder a traves ~e _un~ . accw_n tiva a la filiación política, ideas religiosas, militancia gremial,
rápida y expedita, siempre que no exista otro medw ]UdLcwl _mas
desempeño laboral, participación académica, etc. Las tristes expe-
idríneo", ello implica que el hábeas data .-~ue es ~na mod~l:dad riencias de persecución ideológica vividas en el país justifican
de• amparo- debe tramitar por el procedmnento mas expeditivo o plenamente la tutela" 14 •
idc'meo en términos de rapidez o celeridad. ., Toda persona que vive en una sociedad tecnológica desarro-
Ln ncción de hábeas data es una acción de proteccwn de los llada a diario da determinada información acerca de sí misma, de
daLos personales específicamente ordenada a l~ de!~n~a de la su familia, de sus actividades, de su economía, etc. Todo ello es
intimidad de los datos, al derecho a la autodetermmacwn mform~­ susceptible de ser guardado en archivos o bancos de datos con la
Livn y a la propia imagen, aun cuando no estén da~as las condi-
potencialidad de ser utilizado con fines discriminatorios o simple-
cimws de arbitrariedad o ilegalidad del acto cuestwna_d?. Es la mente en forma indebida, estableciendo perfiles que, en sí mis-
IIIÍHnla norma constitucional la que establece que podra mterpo-
mos, son discriminatorios. El entrecruzamiento de datos arroja un
1wrHe el hábeas data "para tomar conocimiento de los ~atos ?' [la
perfil completo de la persona, una verdadera "radiografía": sin
pnrHonnl ref"eridos", sin supeditar la legitimación a la existencia de
duda la protección de las personas contra el uso abusivo de la
nrbiLrariedad o ilegalidad. informática, que violente derechos fundamentales como el de la
1,n íneorporación del concepto de hábe~s data d~n~ro ?_el intimidad, el honor, el derecho a construir nuestra propia imagen,
11 mpnro del art. 43 se debió, como ya hemos visto, a la lm~ntaewn
es el fin último que tuvo en miras el legislador al introducir esta
q11<! lmcontró el constituyente para incorporar esta garantla, al no garantía.
lwbnr Hido mencionada dentro de los temas en la ley de convo~a­
Tomando los fines y objetivos de la norma constitucional, la
Lorin. Si estuviéramos ante un amparo puro y simple, la ley_ ~si lo jurisprudencia estableció en autos "Farrel Desmond" 15 y ratificó
nHLnblecería y además no aclararía que la acción de proteccwn de
en "Gaziglia" 16 que "el hábeas data tiene cinco objetivos principa-
datos personales se regirá por las normas procesales de ;sta ley les: a) que una persona pueda acceder a la información que sobre
y lnH de amparo, tal como surge con claridad del art. 37 1 . _Es ~n
ella conste en un registro o banco de datos; b) que se actualicen
;tmparo "especial" con modalidades acordes al proc_e_so consbtucw-
datos atrasados; e) que se rectifiquen datos inexactos; d) que se
11111 w-1pecífico ordenado estrictamente a 1~ proteccwn d~ los datos
asegure la confidencialidad de cierta información legalmente ob-
IH'I'HOJudes, cuyos requisitos de proceden~Ia no s~m los mismos ~ue ll'nida para evitar su conocimiento por terceros; e) supresión del
los dd amparo genérico previsto en el pnmer parrafo de la norma
cclJtsl.í Lttcional. •
14
Hitters, Juan Carlos, cit. por Quiroga Lavié, El Amparo, el Hábeas Data
y d Hábeas Corpus, Rubinzal-Culzoni, 1995, pág. 157.
11
11 V{•nHe llidnrt Campofl, G<•rmtín, Manual de la Constituci¿n Arg1mtina ' "Ji'arrel Desmond, Agustín el BCRA y otros si amparo", Cámara Nacional
U1·fim 1111 d(/, t.. 11, l•:diar, UJD'l, p!ÍgfL :lHH 11 :m2. Tmnbic\n, Quiroga Lavté, Humberto, .¡,. 1\pelneiones en lo Contencioso-Administrativo Federal de la Capital Federal,
¡, di' Heptiombre de 1995.
1/ulwiiN IJutu., :l.uvulfu, 2001, 1u'tg. 1:1:3. 111
1:1 J•:u t-dmiiUI' H!llll.ido JHH•do V('f'H(' Uicich, Hodollb n., 1-lrí/wrt.~ l!ulit. /,ey "( lazig!ia., Carlos Raimu.ndo y otro e 1BCRA .Y otro s 1amparo", Cámara

~ 1 /J . ."Ii!li, 1\d lloc, 2001, Jl(igH. 1112 11 1-1'1. Nnc:ionnl d(l/\polnc:ionos en lo ContoncioHo-AdminiHtrutivo Federal de la Capital
l•'codt•rnl, -1 do oduhn• do 1!J!JG.
DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL
EL HÁBEAS DATA 147
1-16

n·f.{istro de la llamada «información sensible» -vida íntima, ideas Para el cumplimiento de los fines mediatos y según el caso
concreto tenemos:
¡wUticas, religiosas o gremiales-". . . .
Considero que esta garantía tiene una .finahdad mmediata, 2) Hábeas data aditivo: por medio de esta acción solicitamos
que está comprendida en la posibilidad que tier~:en las person~s d~ que se agregue un dato que no está en el registro o banco ante el
"... tomar conocimiento de los datos a ella refendos ~ d~ su fmalL- que iniciamos la misma. Es la "actualización" a que se refiere el
dad ... ", y una finalidad mediata, en cuanto~ ~ue SI dich~~ datos art. 43 de la Constitución.
rmmltan "falsos o discriminatorios P?dr~ _exLgLr la supresL~n, rec- 3) Hábeas data rectificador: se interpone para el caso de que
tificación, confidencialidad o actualLzacwn de los mLsm~~ · se trate de un dato "falso", en los términos constitucionales, que
Si bien la Constitución se refiere sólo a los datos fa.lsos o solicitamos que se cambie por el dato verdadero.
discriminatorios", he sostenido 17 con anterioridad a la sanci~n de 4) Hábeas data reservador: está previsto para los casos en
In ley 25.326 que quedan equiparado~ ta~?ién los datos ant~guos que el dato sea verdadero y que no haya obstáculos a la conserva-
u obsoletos y los llamados "datos sensibles , que ~on lo~ ;elacwna- ción del mismo. Sin embargo, el juez interviniente puede ordenar
dos con ideas políticas, creencias religiosas, onentacwn ~~xual, al banco de datos su "confidencialidad", para uso estrictamente
de., no siendo necesario que sean falsos o ~ue :vayan_ a ~tl~Izarse personal o específico; también está expresamente contemplado en
con fines discriminatorios. Pertenecen al a~büo ma~ I?-tlmo ~e nuestra Constitución.
enda persona y no tienen por qué ser de púbhco c.ono~Imlento, sm
consentimiento expreso del titular. Ahora han sido I~corporados 5) Hábeas data cancelatorio: el art. 43 también prevé la
específicamente en los arts. 2 y 7 de la Ley de Proteccwn de Datos "supresión" de datos, para evitar que sean usados con fines discri-
minatorios o en forma abusiva; se refiere a los que hemos llamado
Porsonules. . d - 1 "datos sensibles".
No es necesario, asimismo, que se produzca ~?' a?-o. ~, a
persona titular de los datos. En el mencionado fallo G;zzLglw el La ley 25.326 sigue este esquema y consagra las dos versiones
tribunal dejó sentado que "... para z.a proce~enci~ del habe?'s data genéricas de hábeas data: a) el derecho de acceso, en el art. 14 19 ,
no se requiere en principio arbitranedad o LlegalLdad mamfiesta... que es el hábeas data informativo, que abarca el hábeas data
dado qu.e procede ante la mer?' falsedad de dich~s datos o la exhibitorio, el hábeas data a u toral y el hábeas data finalista, y b)
discriminación que de ellos pudLere resultar y aun solo para cono- el derecho de actualizar, corregir, suprimir o establecer confiden-
cer dichos datos, sin que sea necesario que ellos vulneren derechos cialidad sobre los datos, en el art. 16 20 , que abarca el hábeas data
o garanUas constitucionales". . . . rectificador, el hábeas data aditivo y el hábeas data cancelatorio.
Por todo ello y teniendo en cuenta que d1v.1dim~~ los fines en
inmediatos y mediatos, coincido con la clasificacwn que. _hace 19
Art. 14, ley 25.326: "Derecho de acceso. l. El titular de los datos, previa
Sngilós tH en cuanto a los tipos de hábeas data en relacwn al acreditación de su identidad, tiene derecho a solicitar información de sus datos
ohjotivo concreto planteado. . . personales incluidos en los bancos de datos públicos, o privados destinados a
Para cumplir con los que hemos llamado fines mmedmtos proveer informes. 2. El responsable o usuario debe proporcionar la información
solicitada dentro de los diez días corridos de haber sido intimado fehacientemente.
eontnmos con: Vencido el plazo sin que se satisfaga el pedido, o si evacuado el informe, éste se
1) flábeas data informativo, que nos permitirá co~o?er:. a) estimara insuficiente, quedará expedita la acción de protección de los datos
quó datos se tienen acerca de mi persona (hábeas data exhLbttorw); personales o de hábeas data prevista en esta ley. 3. El derecho de acceso a que
h) cuúl va a ser la finalidad de dichos datos, el uso que se l~s va se ~fiere este artículo sólo puede ser ejercido en forma gratuita a intervalos no
inferiores a seis meses, salvo que se acredite un interés legítimo al efecto. 4. El
n dnr (hábeas data finalista); e) quién recopiló esos ?atas (habeas ejercicio del derecho al cual se refiere este artículo en el caso de datos de personas
dala cudora.l), lo que será importante para determmar la I?r?ce- fallecidas le corresponderá a sus sucesores universales".
donciu o no de la acción; por ejemplo, si los datos fueron adqmndos 20
Art. 16, ley 25.326: "l. Toda persona tiene derecho a que sean rectificados,
do fuentes de información periodística. uctualizados y, cuando corresponda, suprimidos. o sometidos a confidencialidad los
datos personales de los que sea titular, que estén incluidos en un banco de datos.
17 (}nlln Vin, Alborto, y Bnl!t.o~ru, Mur~olu, op. ~:it.: nota 2, púg. 1OR. 2. Bl responsable o usuario de banco de datos, debe proceder a la rectificación,
IHlfll'Oiiión o uctunlizución de loR dnt~¡s personales del afectado, realizando las
111 Hni{OI'lN, Nl'l 11 tm· Pntii'O, op. (at., notn .1, p1\lo(li. :.!06 !l 208.
1¡Jfl DEIU~CIIO PIIOCESAL CONSTITUCIONAL EL flÁBEAS DATA 149

1) El derecho de acceso del art. 14 de la ley 25.326. que para ejercer un "control" sobre nuestros datos es posible
solicitar informes gratuitamente en forma periódica, pero no en
El acceso a los datoR penwnales debe llevarse a c~bo, confor- plazos inferiores a los seis meses que estipula la norma.
nw lo establece la ley, de ncuerdo con algunas formalidades que
b) Obligaciones del titular de un banco o registro público o
nwrecen análisis:
privado: el responsable del banco de datos fehacientemente inti-
a) Derechos del titular de los datos: la ley reconoce al titular mado deberá proporcionar la información solicitada dentro de los
do los datos -o a quienes estuvieran legitimados en virtud de~ a.r~. diez días. En caso de que no lo haga o de que el informe sea
:ltl-···· con el único requisito de acreditar su identidad, la posi~)lh­ insuficiente a criterio del titular del dato, quedará expedita la
dnd ~{e acceder a los bancos de datos públicos o privados destma- acción de hábeas data.
doH a proveer informes, para conocer los datos pers.onales que de De manera tal que la ley contempla la posibilidad de inter-
(l( consten en dicha base o registro de datos. El mismo art. 14.4 poner esta acción una vez intentada la vía directa ante el banco
nHtnblece que tienen derecho de acceso también los suce.sores de datos público o privado a que se refiere la ley. Si el registro o
universales del titular del dato. El derecho de acceder a la mfor- banco no responde o lo hace de manera que el titular estima
Jllación es, en principio, irrestricto, por imperio de la tutela que la insuficiente, queda expedita la acción de hábeas data.
propia Constitución consagra. . . . La manera en que se realizará el informe se establece en el
La ley regula el hábeas data como .tutela p~~cesal dingida a art. 15 de la ley, que prevé que la información se debe suministrar
gnrnntizar el derecho al acceso a la m!ormacwn. de los datos en forma ((clara, exenta de codificaciones -en su caso acompañada
JH1rHonales en los términos que la propia normat~:a est~blece. por una explicación-... ". La información deberá referirse a la
(i;Hto es, a través de una razonable reglamen~acwn. Asi, este totalidad de los datos del titular que obren en el registro. Asimis-
n~querimiento podrá efectuarse en forma gratmta. una v~z ca~a mo, ((a opción del titular podrá suministrarse por escrito, por
HUÍH meses, pudiendo reiterarse en caso de. med1ar un ~~teres medios electrónicos, telefónicos, de imagen, u otro idóneo a tal fin".
lt1~~ít.imo. Esto no quiere decir que ~e obstaculice 1~ ~oncrecwn ~el Esta disposición implica que es obligatorio, antes de interpo-
doreeho, sino que, a nuestro cnteno, guard~ r~lac10? con, el pr;~­ ner la acción de hábeas data, realizar mia petición previa al
cipio de proporcionalidad. En caso de no existir un mteres legiti- archivo, registro o banco de datos, y sólo cuando luego de los diez
111o, no se puede estar solicitando informes acerca de nuestros días previstos no hubiera respuesta, o ella resultare insuficiente,
dntos personales en forma permanente en detrimen~o del derecho se puede interponer el remedio procesal del hábeas data en la
d11 trabajar y concordantes que tiene la empresa pnvada u orga- justicia; o sea, se está estableciendo una instancia prejudicial.
niHmo público, lugar donde se están solicitando los datos. Claro Si bien la misma ha sido considerada inconstitucional, pien-
21
so que es perfectamente razonable en aras de salvaguardar el
principio de economicidad y evitar lo engorroso que se tornaría
OJH'I'IH:i 01 ws necesarias a tal fin en el plazo ~áximo de cinco días hábiles d~ recibid_o
1•l rodumo del titular de los datos o advertido el error o falsed~d. _3. El mcumph- si ante cada necesidad de conocer un dato o de corregirlo se
11¡jp11to de esta obligación dentro del término acordado en el m~I~O precedente, iniciara una acción judicial. Sí agrego que el plazo de 10 días
hnl>ilitnrú ul interesado a promover sin más la acción de proteccwn de los d~~os corridos en este caso, o los 5 días hábiles en el caso del art. 16,
JH'I'KOIIulcH o de hábeas data prevista en la prese~te ley. 4. En el supuesto de c~swn, son excesivos, por lo que creo que debería haberse establecido un
o t, 1·unHI'erencia de datos, el responsable o usuano del b~co d: da~o~ debe notificar plazo mucho menor de 48 ó 72 horas. Y entonces sí sería más
111 n•t:tilieución o supresiói1 al cesionario dentro del qumto dia habil ~e efectuado
ni Lrut.umionto del dato. 5. La supresión no procede cuando pudi~s~ causar acorde con el precepto constitucional. Pero la circunstancia de
JH•r,ÍIIit:ioK n derechos o intereses legítimos de tereeros, o cuando exJ~tiera. _una una instancia prejudicial no es inconstitucional, sino razonable
ohligución legal de conservar los dato~. 6. Dur~_nte el proceso de venficacwn Y dentro del marco de la acción de protección de datos.
rtwl.if'ic:nc:itín dd error o falsedad de la mformacwn que se trate, ~l responsable o
tlllllnrio dul bunco do datos dobení o bien bloquear el archivo, o consignar al pr?veer 21
inf'oi'IIIIH~i6n relntivn ni mismo In circunstancia de que se encuentra sometida u Véase Quiroga Lavié, Humberto, op. cit., nota 11, págs. 97 a 99; el autor
rnvii1ÍÚcl. 7. Los dutoi'i port:HmuloH debon Her conservados durante loH plnzos nxprosa quo el requisito legal es inconstitucional porque el legislador no puede
p1·11 viHI.oH nn luH diHpoHic:iomiH llplieuhlc•H o on AU et~Ho, en las c:ont.ruc~~ulit 1 H Pnt.re umplill!' los requisitos exigidoB por el eonstituyente: si no existe una vía judicial
PI l'tlf1JlOilHublc• o IIHIIIH'io de•! hnnco do dut.oH y ol tttulur de lol! dat.mt · uuís idónou, dobo podor intorponerso In tutela constitucional.
EL HÁBEAS DATA 151
ll'iO DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL

ducirá la obligación de ser aceptada ni de modificarse en conse-


2) El derecho de rectificar, actualizar, suprimir o establecer c':le-?-cia. el registro impugnado. Por el contrario, y tomando como
confidencialidad sobre los datos del art. 16 de la ley 25.326. hipotesis un supuesto en el que se pretendiera la actualización de
Una vez que el titular o sus .sucesores acceden al dato ~erso­ u.~a información, para ~l caso de resultar realmente la registra-
nal, según lo que corresponda, pueden solicitar que los mismos cwn obrante en el archivo de carácter obsoleto o desactualizado
HtHm rectificados, actualizados, suprimidos, o que se establezca tal pretensión sí habrá de generar la obligación prevista en el inc:
confidencialidad en torno al dato: 2 ?el art. 16 .de. la ley 23 • L.a. supresión del dato significa que el
a) Rectificación de datos: el derecho a exigir la rectificación mismo sea ehmmado defimtlvamente del archivo o registro, sin
puede ser ejercido ante la falsedad, inexactitud o carácter erróneo que puedan quedar constancias de su anterior registración para
for~ar _otra has~ ? copia del dato; deberá "desaparecer para siem-
que tengan los datos. Su reconocimiento implica el de la preserva-
eiím de la veracidad de la información, condición que atañe a la pre . EJemplo tlpiCo en el que procede la supresión es cuando se
calidad de la misma. Rectificar los datos implica modificarlos para da el tratamiento de los denominados "datos sensibles", los que no
que se compadezcan de modo efectivo con la porció.n de~~ realidad
pueden ser recabados sin consentimiento expreso del titular del
dato. En los casos de datos recopilados con las finalidades previs-
que representan 22 • Cuando se requiere la rechficac;on d~ los
datos, se está solicitando la modificación de las registracwnes tas en esa norma, el inc. 3 de la misma otorga a los titulares el
derecho de solicitar en cualquier momento el retiro o bloqueo de
para que las mismas traduzca~ ~a verdad Y, n~ la ~alsedad .o
su nombre de los bancos de datos a que refiere el artículo.
inexactitud del dato. Su reconocimiento, ademas, Imphca la posi-
bilidad por parte de los titulares de los datos de co~trolar, tanto d) Sometimiento a la confidencialidad del dato: el "someti-
cualitativa como cuantitativamente, la información personal miento a confidenci~~idad" de los datos reviste gran importancia,
ol>rante en los distintos registros o bases de datos. porque guarda relacwn con el contenido de las informaciones o con
l~s operaciones que puedan realizarse respecto de las mismas. A
b) Actualización de datos: el requisito de que los datos per-
HOnales se encuentren actualizados constituye, por un lado, un diferencia .de. la "supresión" de los registros, este proceso implica
el mantemmiento de las informaciones en los archivos bancos o
dorecho de los titulares de los datos y, por el otro, una obligación
que la misma ley establece para los titulares, usuarios o respon- ~ases ?e ,datos, ~ero de modo tal que el acceso por' parte de
Hnbles de bancos de datos. La actualización significa preservar la usuanos o de Simples terceros que no realicen a su arbitrio
operaciones de tratamiento sobre tales datos se encuentre restrin-
vigencia del dato, esto es que el dato es pertinente, adecuado 1
gi'd o 24 : S_urge con claridad de lo referido precedentemente que el
cierto. La información que los datos proporcionan puede. ser utl-
1i:r.nda para establecer categorizaciones o perfiles de los titulares,
sometimiento a confidencialidad tiende a sustraer determinados
da~os registrados ~el acceso a su conocimiento general, limitándolo
loH que resultarán inexactos o erróneos si se realizan sobre la base
a Ciertos y determmados supuestos. Pero ¿cuándo se puede solici-
do informaciones que son obsoletas o desactualizadas.
tar la confidencialidad del dato? Considero que no tiene por qué
e) Supresión de datos: la rectificació.n, la ac~ualizaci~n, la ~r~tar~e d,~ u? dato sensible, el que bien puede ser suprimido o
Hllprosión, el sometimiento a confidencialidad de I~formacw~es disociado , smo que la ley es clara al expresar que se suprimirá
porHonales, eventualmente pretendidas por sus tüular~s, solo o establecerá confidencialidad sobre los datos "cuando correspon-
gorwrurán la obligación de ser acogidos, si ello correspondiese. La
prnt.<~nsión de rectificación de un dato cierto, completo y exacto,
d~", según el c~so. E! sometimiento a la confidencialidad procede-
ra, entonces, SI mediaren razones que ameriten que los datos en
ptwde ser interpuesta al responsable de un archivo, pero no pro- cu~stión dejen de ser utilizados y de circular en bases o archivos
sin restricciones. El número de abonado telefónico constituye una
n Amplíesc de Pcyrano, Guillermo F., Régimen Legal de los patos Personales
v llá./)('1/N /Jata. Comentario a la ley 25.:326 y a la reglamentaclón aprobada por 2
a Peyrano, Guillermo F., ibíde~, pág. 177.
.r/1'1'. J(j(í8 12001, LcxisNexis-Dcpalma, 2002, págs. 174 a 181. El autor, en conso- • Vóu~e Puccinelli, Osear, Protección de datos de carácter personal. Comen-
24

lllllleiu, ni t:nnwntnr el urt. 2 ele In ley expresa que los dat~>s "no son ?tr~a cosa que ~~rw ~xe!-{éttco de la ley 25.826 y su reglamentación, Astrea, 2004, págs. 292 a 294.
I'I'JII't'lll'lllaciom!N 1ü: aspN·fr¡,q dr: la rl!alidacl (fsica, o de las r.deas, sentwuentos, f'.tc., .1 nmbtón Peymno, Guillm·mo f•'., ihlrlr~m. pt'Íg. 180.
1/111' /011 ÍIIÜ'Jlf'llllft•H dt• /r¡. I'Nfli'I'ÍI! /U! f.J'UN})(t,q(J./! ll/WH (1. otro!!".
DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL HÁBEAS DATA 153
ltí2

i nl(n·mación a la que en principio se accede libremente, y puede. ser Es de gran importancia destacar el papel protagónico que
ct~dida transferida y objeto de distintas operaciones de tratamien- tiene en la sociedad moderna la libertad de prensa; basta con
to, sin' que pueda considerársela como informació.n sensible. No mencionar a modo de ejemplo el voto del Dr. Fayt en el caso
obstante ello, si, por ejemplo, por razones de segundad un abona- "Verbitsky", de donde surge que "la prensa tiene una situación
do deseara que ese dato sea sometido a confidencialidad Y que no estratégica en la sociedad contemporánea. Saber qué pasa, estar
Hna revelado a terceros sin su autorización, podrá exigirlo. En informado, acceder a la verdad objetiva, constituyen reclamos de
Híntcsis, exigir que se establezca confidencialid~d o reserva sobre nuestro tiempo. La información condiciona la existencia y las
ttn dato puede obedecer a múltiples circunstancias Y la proceden- actividades de cada sociedad y la participación resulta imposible
cia de este requerimiento sólo puede ponderarse en cada caso sin ella" 28 • Es indudable que la libertad de expresión, fuertemente
particular 25 • protegida en nuestra Carta Magna y a través de la jurisprudencia,
una vez más sale fortificada en la redacción del art. 43. Comparto
plenamente la intención del constituyente de buscar un equilibrio
2. La salvaguarda del secreto de las fuentes de información razonable que no vulnere la libertad de prensa; esto, además,
periodística. porque en un sistema garantista como el nuestro, y acorde a los
principios de un Estado Democrático de Derecho, el ejercicio de
El art. 43 de la Constitución establece en el pár~. 3°, in fi'!_e: ningún derecho puede resultar en detrimento del ejercicio de otro,
"... no podrá afectarse el secreto de las fuentes de mformacwn de manera que ninguna ley hubiera sido constitucional si hubiera
periodística''. alterado este privilegio en favor de la libertad de expresión esta-
Si bien ésta es la única mencionada expresamente por el blecido expresamente en la Constitución 29 • Sin una cláusula
articulado de la Constitución, se ha discutido acerca de si podrían garantizadora del secreto de las fuentes de información periodís-
incluirse entre las fuentes exceptuadas las que se refieren a la tica, el ejercicio de la libertad de prensa podría convertirse de
Hnguridad de Estado y el secreto profesional. Bazán 26 sostiene que hecho en ilusorio 30 •
In limitación en realidad abarca "el secreto de la fuente", con lo que Vanos si 31 explica que en ningún caso el hábeas data debe ser
dd>i6 extenderse la inmunidad hacia otros sectores alcanzados por utilizado como un modo de censura previa así como tampoco para
d secreto, y siguiendo a Quiroga Lavié afirma: "No sólo las fuen_te~ borrar datos obrantes en esos archivos; por ello, el constituyente
¡wriodísticas merecen dicha protección sino todas las ot:c:s actw~­ utilizó la expresión "no podrá afectarse el secreto de las fuentes de
dades profesionales implicadas por el secreto: el s;rvlCl? .de los información periodística". Concordantemente, Puccinelli conside-
twidicos, de los sacerdotes, de los abogados y demas actwl~ades ra que la norma constitucional tiende a proteger la identidad del
lflll', obligadas a recibir informes reservados o secretos, debwran, informante para obtener un bill de indemnidad a efectos de acu-
dl'l rnismo modo que los periodistas, encontrarse amparados por mular la información de quien fuese y como se quisiese, lo que
tii/U protección constitucional equiva_len~~"· , resultaría de gran utilidad para llevar a cabo las campañas discri-
Antes de la reforma de la Constltucwn de 1994 habm proyec- minatorias que pretende prevenir el texto constitucional 32 •
l.oH, tanto en la Cámara de Diputados com~ en la d~, Sena_dores, En contrario, Vázquez Ferreyra considera que la justificación
quo t~Htablecían el secreto de las fuentes _de _mforma~w~, as1 como del secreto de las fuentes periodísticas no está precisamente en la
t.nml>ión normas en nuestro derecho publico provmc1al Y en el
dt•rncho comparado; era la oportunidad esperada poder introducir 28
Fallo completo en La Ley, 1989-D-183.
27
PHI.n eom:epto en la Constitución N acional • •
29
Amplíese de Basterra, Marcela, "Libertad de Prensa vs. Derecho a la
Intimidad" en AA.VV., Poder Político y Libertad de Expresión, Abeledo-Perrot,
'10 l'eyrano, Guillermo F., ibídem, pág. 180. . . , 2001, págs. 97 a 126.
''" 1\m:án, Víctor, "El Húbeas Data después de la Reforma Constltucwnal , :Jo (~uiroga Lavié, Humberto, op. cit., nota 11, pág. 160.
;¡¡ Vanossi, ,Jorge R., op. cit., nota 5, pág. 948.
/loll'lfn tft• la Asociacián Argentina de Derecho Constitucional, agosto 1995, n" 2
" Puecinclli, Osear Raúl, "Hábeas Data: aportes para una eventual regla-
11 :l, pi'IH. 7. . · · . J •
mentnción", ED, 1 de febrero de 1995. Ampliado en la obra de 2004, op. cit., nota
n AHí lo oxpli<:n t•l wnvcmc:ionnl AnLon10 M. ITonulnclmr., umstnnwu; e o qwcn
rw incorporó lnt•XCPIH:i!\n, l'll In IH" l"<'lllli6n doln ComiHión do Rodneeit)n, 1/H/fH. 2:1, ¡u'lg. llí:J.
li'H Dlm1r.c11o Pnoc1•:HAL CoNSTITUCIONAL EL HÁBEAS DATA 155

protección de la intimidad del infimnante, ni en el deber de sigilo a) Legitimación. El fallo "Urteaga".


unto una relación de confianza, sino en el derecho a la informa-
ción, (~n el que por tratarse de un interés colectivo el titular de la Facundo Urteaga promueve una acción con sustento en el art.
inf(H·mación es la sociedad, siondo el intermediario el periodista. 43 de la Constitución contra el Estado Nacional (fuerzas armadas
1'" protección del periodista, en tanto desee guardar secreto sobre y órganos de información e inteligencia) y contra la provincia de
In fuente de información, es una necesidad propia de nuestros Buenos Aires para obtener la información sobre su hermano Be-
tiempos y una herramienta de la lucha contra la corrupción 33 . nito Urteaga, supuestamente "abatido" en un enfrentamiento en
Es por ello que al sancionarse la ley de hábeas data se tuvo Villa Martelli en 1976. La Cámara rechaza la acción intentada con
('Hpecial cuidado en no desvirtuar las miras que tuvo el constitu- fundamento en: 1) la falta de legitimación del actor, y 2) la impro-
yont.o al dictar la norma, de la que surge sin lugar a dudas, de una cedencia de la vía procesal elegida, considerando que la vía correc-
interpretación fiel, que la misma es una garantía para proteger ta es la del hábeas corpus.
nHpecialmente a los individuos y no especialmente a los bancos de Sin embargo, la Corte hace lugar al recurso extraordinario y
dntos, que, como ya se ha dicho, son objeto de tutela de otros dicta un fallo de gran valor para la interpretación de esta nueva
dnrechos constitucionales, tales como el de trabajar, comerciar, garantía constitucional:
ojorcer toda industria lícita, etc. Y si interpretamos la expresión 1) En relación al primer planteo, o sea, la falta de legitimación,
do la "protección a las fuentes de información periodística", cree- la Corte establece que es conveniente recordar una vieja doctrina
moA que se ha querido equilibrar y proteger especialmente la según la cual la falta de reglamentación no debe obstaculizar la
libertad de prensa. En concordancia, la ley 25.326, ya desde su art. vigencia de ciertos derechos y que las garantías individuales pro-
l, establece: "En ningún caso se podrán afectar la base de datos ni tegen a los individuos por el solo hecho de estar consagradas en
las ji1.entes de información periodísticas". Con lo cual la protección la Constitucíón independientemente de las leyes reglamentarias;
os mnyor aun, más específica, porque no sólo se salvaguarda la de manera tal que la ausencia de las mismas no es óbice para su
nliJetación de la "fuente" sino que se amplía a las "bases de datos", ejercicio y que, dentro del marco constitucional no reglamentado
lo que bien puede interpretarse no sólo como que no va a poder aun por el órgano competente, corresponde a la Corte delinear los
eonocerse el origen de esa información, o sea la "fuente", sino que alcances de la garantía mencionada con razonable flexibilidad.
t.nmpoco podremos conocer los datos que acerca de nosotros tenga Cabe en este caso la frase de la Corte americana en el fallo "Me
un banco o un registro determinado (base de datos periodística). Culloch vs. Maryland" 36 , cuando dice "no nos olvidemos de que lo
que estamos interpretando es una Constitución"; esta flexibilidad
:J. Jurisprudencia. de la Corte en su interpretación ha sido fundamental en relación
a la legitimación del actor, puesto que si se hubiera limitado a
Antes de la sanción de la ley 25.326, fue la jurisprudencia la hacer una interpretación literal, la Constitución alude a que "toda
quo delineó los contornos de esta nueva garantía constitucional.
persona podrá tomar conocimiento de los datos a ella referidos", y
1>ontro de este marco se destacan como leading cases dos fallos en en este precedente queda establecido que también procede esta
acción para tomar conocimiento de los datos de otras personas
orden n la importancia de los temas resueltos, los que además
l'uoron tenidos especialmente en cuenta al momento de sancionar
cuando tengamos la calidad de "afectado"; o sea, cuando nos con-
cierne directamente 37 • Esta postura ha sido sostenida por la doc-
lu Loy de Protección de Datos Personales: "Urteaga" 34, de 1998, y
"(la nora" ar,, de 1999.
trina mayoritaria 38 (Ekmekdjian y Pizzolo, Puccinelli, Falcón si-
"' 16
: 17 U.S.316 (1819).
17
: Bianchi, Alberto B., "El Hábeas Data como medio de protección del derecho
a In información objetiva en un valioso fallo de la Corte Suprema",LL, Suplemento
a:¡ Vlir.quor. ¡¡'orroyra, Hoberto, "El derecho a la información y el secreto do Derecho Administrativo, 27 de noviembre de 1998, págs. 1 a 6.
pmft•11ionnl do los periodiHtm;", ,JA, UJDl-lV -fi19 u 622. aH Amplíese de Basterra, Marcela, "Derechos protegidos por el hábeas data:
:l4 /l'allox, a:n :27!17. Doctrina y .Jurisprudencia", en AA. VV., La Defensa de la Intimidad y los Datos
ah Fallo.~, :12:l:21 :w. Penwnalt·.~ a través del Hábeas Data, obra coordinada por Osvaldo Gozaíni, Ediar,
:lOO 1, p1i¡;¡. :lfí2.
IIHI Dmu:cno Pnoc1~HAL CONSTITUCIONAL
EL HÁBEAS DATA 157
g11iondo a Santos Cifuentes, se refieren a la línea sucesoria del art.
:¡f,!)2 del CC); también por otros tribunales, corno la Cámara que la acción correspondiente en este caso es el hábeas data, como
Primera de Apelaciones en lo Contencioso-Administrativo de Cór- una especie de amparo; sin embargo, el voto de la mayoría, forma-
dolm en el caso "García de Llcuws"a 9 en 1995, que afirma con un da por los ministros Nazareno, Moliné O'Connor, Petracchi,
ITit.nrio amplio que toda persona física o jurídica interesada, a Boggiano y V ázquez, entendió que la acción correcta era la de
qui1m el dato concreto afecte un derecho subjetivo o tenga un hábeas data. Estas dudas quedan subsanadas por la nueva ley;
i 11 t1~rés legítimo, tiene legitimación activa para interponer acción surgiendo claramente, como lo explicáramos anterioremente, del
dn háheas data. En este sentido, la Constitución de la provincia de juego de los arts. 33 y 37 de la misma.
Buenos Aires es clara al admitir en su art. 20 la posibilidad de 3) El derecho a la verdad objetiva: si bien el fallo está com-
neenso a los datos de los "terceros con interés legítimo". Es irnpor- puesto por siete votos diferentes, todos coinciden en la solución
t.nnte mencionar en este punto que la Ley de Protección de Datos final y en la naturaleza del derecho protegido, lo que considera-
l'1~rsonales no sólo no se aparta de la postura "aperturista" de mos como la nota sobresaliente del mismo; en este caso, el derecho
n1wst.ro máximo tribunal, en relación a la legitimación, sino que protegido es el "derecho a la verdad objetiva", que, más allá del
11<llnnás le otorga mayor ampliación. Así lo establece el art. 34: "La nomen iuris que el actor le haya dado a la acción y de la vía
ac·cü)n de protección de los datos personales o de hábeas data podrá procesal que técnicamente corresponda, debe hacerse efectivo.
lit'/' t~jercida por el afectado, sus tutores o curadores y los sucesores Esto constituye una verdadera novedad, puesto que no hay otro
d1• las personas físicas, sean en línea directa o colateral hasta el precedente en el mundo de la tutela del hábeas data al derecho a
NI'J.ituulo grado, por sí o por intermedio de apoderado. Cuando la la "verdad objetiva", como parte del derecho a la privacidad, por-
acci6n sea ejercida por personas de existencia ideal, deberá ser que los derechos tutelados tradicionalmente por esta garantía son
int.erpuesta por sus representantes legales, o apoderados que éstas el derecho a la intimidad, al honor, a la dignidad y a la propia
designen al efecto. En el proceso podrá intervenir en forma imagen.
t•oadyuvante el Defensor del Pueblo". Fayt 42 consideró que los derechos humanos en juego en este
2) En relación al segundo planteo, o sea que la vía elegida caso requieren la garantía del derecho a la información para po-
dobi6 ser una acción de hábeas corpus, no comparto este criterio, sibilitar el impostergable cumplimiento de la ética de la verdad.
¡Hwsto que han transcurrido 22 años desde la desaparició_n del Según Bidart Campos 43 , a partir de la causa "Suárez Ma-
lwrmnno de quien interpone la acción y, tal como lo exphca el son"44 se introducen dos cuestiones en relación al tema; la primera
ministro Petracchi en su voto, "el objeto específico de la acción es si, en relación con las personas desaparecidas entre 1975 y
inlt•ntada es la obtención de datos y por lo tanto sólo resulta viable 1983, existe un "derecho" de sus familiares a conocer la "verdad
llll'lliante el hábeas data" 40 • Con base en la Constitución Nacional, objetiva" sobre los acontecimientos ocurridos, lo que implicaría un
In jurisprudencia de tribunales inferiores había acogido tempra- derecho de esos familiares a conocer los "datos existentes", y la
llllllHmte esta acción como una forma de amparo; tal el caso de segunda es si ese derecho es amparado por la innominada garan-
1111l.os "llossetti el Dun Bradstreet" 41 : " ••• cuando a través del ampa- tía de hábeas data. Se pregunta Bidart Campos si, en realidad, esa
m 11 n particular ejerce la acción de hábeas data ... ". diferencia hace que no corresponda que sea la clásica acción de
En este caso la Corte tiene dos votos minoritarios: se inter- hábeas data una de las vías procesales posibles mediante la cual
prcd.n en uno de ellos (Belluscio y López) que la acción que procede requerir los datos de la víctima desaparecida para saber lo que
••11 u:-~ lo caso es una acción de amparo, y, en el otro (Fayt y Bossert), realmente ocurrió. Obviamente contesta por la negativa, postura
a 1!1. que adhiero; el hecho de que el hábeas data haya nacido con
111
el -fin de preservar la intimidad informativa no significa que allí
"<!arda de Uanos, Isabel el Caja de Jubilaciones, Pensiones y Retiros de
'

1'"'""ha", (~¡Íruara l" Cont.-Adm. Córdoba, 29 de mayo de 1995,LL Córdoba, 1995-


queda agotado su funcionamiento. "Toda garantía constitucional
!Hil.
411 42
( :omddorunclo 7". Considerando 13".
11
• C¡\mam Nneionnl rlo ApnlneimwH on lo Civil, sentencia del 19 do mnyo rlo .¡:¡llidurt Campos, Gcnmí.n J., "¿Hábeas data, o qué? ¿Derecho a la verdad,
llmr,. o qué?", /,/,, 1fi clo febrero do 1!JD!l, p!'íg. 27. .
4'1 Cnwm 8. 1OH!).XXX f, n•Hrwlt.n ul l :¡ do ugoHio do HJ!lR.
ll'iH Dg¡mcHo PitoCI•:HAL CoNSTITUCIONAL EL HÁBEAS DATA 159

dl'be ser tan elástica cuanto la realidad de una situación determi- la Corte Suprema 48
, principio que reafirma y desarrolla en
nada lo demande; y ello a ef'ectos de que rinda su efecto tutelar "Ganara".
respecto del derecho que a través de esa misma garantía se preten- Los abogados Ganora y Magrini, quienes habían sido patro-
de. Las garantías deben holgarse y si, acaso, nunca antes nos cinantes de Adolfo Scilingo en varias causas, interpusieron acción
imaginamos que íbamos a precisar alegar un <<derecho» a la ver- de hábeas corpus con fundamento en que personas desconocidas
dad ... ahora que se hizo necesario hay que buscar con aperturismo habían realizado indagaciones acerca de las actividades por ellos
.Y activismo procesal y judicial la mejor vía conducente, en cada realizadas. Al respecto alegan que "ante la posibilidad cierta de
caso, para que haya una, o más, garantías a disposición de quien que se estuvieran realizando investigaciones o actividades de inte-
inuoca aquel derecho" 45 • ligencia respecto de nuestras personas que entrañan una verdade-
Juan Méndez 46 explica que el "derecho a la verdad", en el ra perturbación de la intimidad, tranquilidad y seguridad en el
J)erecho Internacional de los Derechos Humanos, es un "princi- ejercicio profesional reclamamos saber qué autoridad y con qué
pio emergente", porque no estamos ante una norma explícita de propósito las ha ordenado ... ".
l<m tratados y, por lo tanto, de vigencia incuestionable. El hecho En la misma presentación interponen acción de hábeas data
do que tenga el carácter de "principios emergentes" y no de a los efectos de "tomar conciencia de los datos que existeri sobre
normas convencionales, claras como normas vinculantes, hace nosotros en los registros policiales y de la fuerza de seguridad y
que, por tratarse de la interpretación de buena fe de normas organismos de inteligencia para que en caso de falsedad o discri-
obligatorias, tengan la misma eficacia. En este contexto, el dere- minación se exija judicialmente la supresión, rectificación o actua-
cho a la verdad genera la obligación del Estado de investigar y lización de los mismos" 49• Tanto en primera instancia como en
dar a conocer los hechos que se puedan establecer fehaciente- Cámara no se hizo lugar a las peticiones; en relación al hábeas
mente. Gil Domínguez 47 opina que el derecho a la verdad integra corpus, por considerar que no existiría una amenaza o limitación
el bloque de constitucionalidad federal y desde la cúspide norma- actual de la libertad ambulatoria, y en relación a la acción de
tiva infiltra al derecho infraconstitucional. En el caso "Urteaga", hábeas data, por entender que "la información que se pide debe ser
ol derecho a la verdad creado por vía pretoriana reafirma el pública o al alcance de los particulares. La obrante en las fuerzas
derecho de toda persona y de sus familiares a saber la verdad y organismos de seguridad no reviste tal carácter por obvias razo-
nc<~rca de las víctimas de la desaparición forzada de personas. nes de seguridad pública" 50• En consecuencia, contra tal decisión
dedujeron los mismos y el Colegio Público de Abogados un recurso
b) El secreto de Estado. Límites. El fallo "Ganora". extraordinario, el que fue concedido en ambos casos. En todos los
votos se establece que la impugnación del Colegio Público de
Es necesario destacar que "Urteaga" consagra en forma uná- Abogados fue mal concedida, y que no está habilitado para inter-
nime un principio importante que es la obligación del Estado de poner el remedio federal por no ser parte en el proceso, aunque
producir información objetiva sobre los datos que tenga en sus invoque un gravamen como consecuencia de dicha decisión. Asi-
bancos o registros; obviamente, como todo principio, éste tendrá mismo, de todos los votos surge que corresponde declarar admisi-
Hus excepciones, que no están indicadas en el fallo porque será ble el recurso interpuesto por Ganora y Magrini.
materia del Congreso establecerlas; pero en nuestro país, en el que El meollo de la cuestión consistió en decidir si la obtención de
no existe una ley equivalente a la "Federal lnformationAct" de los información sobre datos personales obran tes en los registros de las
Ji:Ht.ados Unidos, es muy valioso este reconocimiento por parte de fqerzas armadas y organismos de seguridad se halla amparada
por la norma constitucional, y si es .así, cuáles son los límites.

4
~
Bidurt Campos, op. cit., nota 42, pág. 24. 48
111 Bianchi, Alberto B., "El hábeas data como medio de protección del derecho
Mén1dcz, Junn E., Derecho a la verdad frente a las grandes violaciones de
'
u la información objetiva en un valioso fallo de la Corte Suprema", LL, Suplemento
Ion dnrec/ws humanos, I~d. del Puerto, 1997, pág. 517. de Derecho Administrativo, 27 de noviembre de 1998, págs. 1 a 6.
41
' Gil Domínguoz, Andr6H, "Ln Vordad: Un Derecho Emergento", /,/,,Suplo- 411
Considerando 2".
nwul.o do Dorueho ConHLituciouul, llí do l'obroi'O do Hl99, págH. 28 y :.m. nu ConAidomndo :J".
EL IIÁBEAS DATA 161
111() lh:111<:~:no l'uon:HAL CoNSTITUCIONAL

era ésta la que debía sancionarse teniendo en cuenta expresamen-


Ln mayoría de lnH conHtil.ttdones han establecido limitaciones te lo establecido desde nuestro más Alto Tribunal, que con un
11 1 ncceso de datos, bnHndnH fundamentalmente en razones d~ criterio garantista, establece que en todos los casos en que esté
Hl'guridnd de los respoetivos J•:stados; por ej., Brasil (1988), Peru comprometido el secreto de Estado, el mismo será acotado a un
( 1!H>:I), Es pafia (1978), nHÍ como también en la "Freedom of determinado tiempo, debiendo existir fundamentación por parte
Jnj(mnation Act''. En nuo¡.¡Lrn Constitución no ha sido fijado espe- de la autoridad que corresponda. Si las garantías no sirven para
dlicnmente, sino que simplemente se p~evé el acceso_ a los banco_s el fin con que fueron creadas, no sirven de nada".
eh~ datos públicos, sin establecer excepciOnes. El motivo fue exph- La ley toma estos principios regulando el manejo de los archi-
!'ndo por el convencional Dolieh, que expresó: "a mucha gente ~e vos o registros de seguridad del Estado, en los arts. 17, 18 y 23,
11 w[e.<;ta el secreto de Estado y con razón; puesto que en tanto mas de la siguiente manera. En el art. 23, denominado "supuestos
1/lllplia es la zona de secreto, más reducida es _la zona de_transpa- especiales", enuncia la regla general, que es la del acceso a los
n•ncia ligada a la construcción de la ~emocracw en_ la so?wda~. _De archivos o bancos estatales; por ese motivo considero que debería
modo que nadie podría hacer el elogw de la necesldad l'l:defml~a estar antes que el art. 17, que es la norma que establece las
di'! secreto de Estado, pero también es cierto que nadle podna "excepciones", es decir, cuándo puntualmente y en qué casos con-
inwginar un Estado que no es capaz de proteger y guardar esa zona cretos puede negarse el derecho de acceso al titular de los datos.
osc·rtra. .. ., entonces la única solución que tenemos -y es la que La norma del art. 23 abarca los bancos o registros estatales,
11 anws a instrumentar- no es pensar ni imaginar un Estado de la siguiente forma: 1) sujeta a la presente ley aquellos datos
1·arente de secreto. Lo que sí vamos es a posibilitar que ese secreto personales que, por haberse almacenado para fines administrati-
no sea para siempre, que sea acotado ... Tiene que haber un momen- vos, deban ser objeto de registro permanente en los bancos de
to en el cual este secreto se decida racionalmente, y otro en el cual datos de las fuerzas armadas, fuerzas de seguridad, organismos
s1•a levantado; entonces no desprotegemos al Estado pero tampoco policiales o de inteligencia, y aquellos sobre antecedentes persona-
a la sociedad ... ". les que proporcionen dichos bancos de datos a las autoridades
En esta sentencia, la Corte ha sido con~_ecuen_te con e~~e administrativas o judiciales que los requieran en virtud de dispo-
Jirwnmiento, puesto que resuelve que la obtencwn de mformacwn siciones legales; 2) el tratamiento de datos personales con fines de
:-~obro datos personales obrantes en los organismos y fuerzas de defensa nacional o seguridad pública por parte de las fuerzas
H<~guridad halla adecuación legal en la acción de hábeas data; ello, armadas, fuerzas de seguridad, organismos policiales o de inteli-
Hin pm:juicio de que el suministro de esa infor~ación pueda eve_n- gencia, sin consentimiento de los afectados, queda limitado a aque-
Lunlrnonte afectar la seguridad, la defensa nacwnal y la~ relacw- llos supuestos y categoría de datos que resulten necesarios para el
IWH oxteriores, situación que deberá ser invocada por el_ t~~ular de estricto cumplimiento de las misiones legalmente asignadas a
In wHpectiva institución en cada caso concreto. La dec1s1~n de la aquéllos para la defensa nacional, la seguridad pública o para la
( ~(11 nara de rechazar la acción por considerar que los particulares represión de los delitos. Los archivos, en tales casos, deberán ser
no pueden tener acceso a la información o?rante en las fuer~~s específicos y establecidos al efecto, debiendo clasificarse por cate-
11 mwdas y organismos de seguridad constituye una_ afirmacwn gorías, en función de su grado de fiabilidad; 3) por último, dispone
dogtwíticn carente de razonabilidad, porque no ha habido_res~ues­ que los datos personales registrados con fines policiales deberán
tn por parte del titular de la institución explicando _s1 ex1sten ser cancelados cuando no sean necesarios para las averiguaciones
t·nz;onoH pura impedir al legitimado el acceso a las nusma~. De que motivaron su almacenamiento.
ntnrwra tal que los datos obrantes en las fuerzas .de segundad, • Es difícil determinar qué ocurre con el acceso a los registros
itwlttHo los reservados, están especialmente contemdos en la nor- de los organismos de inteligencia del Estado, pero es menester
ntn d<d art. 4;~ de la Constitución. . temer presente que el constituyente tuvo claramente la intención
Por ello, he sostenido en alguna oportunidad 51 que "las decl- de establecer a través del hábeas data una protección a los ciuda-
tiÍOIIUH do In Corte en ambos casos, en relación al secreto de Esta~o, danos, precisamente en muchos casos frente a esos registros.
Ho:-~ do :-~er· v:ílidas hasta tanto se sancione una ley reglamcntana, Cons.ideramos que la ley, al determinar en qué casos y bajo qué
condicionns o eir·cunAtnneins so vn a mantener el secreto de Estado
hl llw~Lt•JTII, Mnn:11l11, op. l'iL, not.n :17, JH)gH. :.llifi n 21í!l.

~-·~~-=«-~-="~~~~~-""···~--'"~-·
~~·~~ ..........-~~~·"'""'"-"''""'~~~~-~""'-~~-···'-='- -"'"""'- "~~~-·~--~._L.AC•-•·-'-~• ·-~~¿~,~·"'·~~-
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL HÁBEAS DATA 163

en relación a los datos personales, ha logrado el equilibrio, q':e mismas limitaciones (por ej., deber de reserva) que los responsa-
Hurge como una necesidad desde la Constitución, la jurisprudencia bles y usuarios de esos registros 52 •
y la doctrina, casi por unanimidad. Carranz~ Torres entiende, a mi criterio correctamente, que
· Sin embargo, con muy buen criterio, la propia ley est.ablece en consonancia con lo reservado de las cuestiones respecto de las
en qué casos excepcionalmente se permitirá la denegación de que se peticiona, esta facultad comprende únicamente a los legis-
acceso a los bancos de datos del Estado y es según el art. 17: 1) ladores componentes de las comisiones habilitadas por la norma
cuando mediare decisión fundada, podrá denegarse el acceso, con exclusión de cualquier otro personal administrativo o técnic~
rectificación o la supresión en función de la protección de la que no revistiese dicha calidad 53.
defensa de la Nación, del orden y la seguridad públicos, o de la La regla exige, por último, que el acceso sea justificado (se
protección de los derechos e intereses de terceros; 2) la inforii?-a- alude a "razones fundadas") y que tenga relación con la competen-
ción también podrá ser denegada por los responsables o usu~nos cia material de dichas comisiones, lo que obliga al responsable o
de bancos de datos públicos, cuando de tal modo se obstaculizara usuario_ a evaluar si se dan dichas razones y competencias; de lo
actuaciones judiciales o administrativas en curso vinculadas a la contrano, deberá oponerse a dicha pretensión, cuya pertinencia
investigación sobre el cumplimiento de obligaciones tributarias o deberá ser resuelta, en definitiva, judicialmente.
previsionales, el desarrollo de funciones de control de la salud ~
del medio ambiente, la investigación de delitos penales Y la ven-
f1cación de infracciones administrativas, estableciendo específica- 4. Ley 25.326, de Protección de Datos Personales y Hábeas
Data.
mente que "la resolución que así lo disponga debe ser fundada Y
notificada al afectado"; 3) por último, se contempla que en ~aso de
que el afectado tenga que ejercer su derecho de defensa, swm~r.e La ley fue publicada en el Boletín Oficial el 2 de noviembre
se deberá brindar acceso a los registros o bancos en que se solici- de 2000. El antecedente más concreto de nuestra ley nacional de
protección de datos es la ley española: Ley Orgánica de Regulación
tan los datos personales.
Esta norma se complementa con el art. 18: "Las Comisiones del Tratamiento Automatizado de Datos (LORTAD) de 1992
reemplazada en 1999 por la Ley Orgánica de Protecció~ de Dato~
de Defensa Nacional y la Comisión Bicameral de Fisca~izaci?n de de Carácter Personal 54 •
los Órganos y Actividades de Seguridad Interior e Intehge.ncw del
Congreso de la Nación y la Comisión de Seguridad Interw; de la
Cámara de Diputados de la Nación, o las que las sust~tuyan, 52
Puccinelli, Osear R., op. cit., nota 23, pág. 317.
53
tendrán acceso a los archivos o bancos de datos referidos en el art. Carranza Torres, Hábeas data: la protección jurídica de los datos perso-
23 inc. 2 por razones fundadas y en aquellos aspectos que consti- nales, Alveroni Ediciones, Córdoba, 2001, pág. 106.
54
Sin embargo, en España son varias las normas que forman el sistema de
l uyan materia de competencia de tales Comisiones". protección de datos, conformando un sistema de "superprotección": ley 30/1992;
El derecho de acceso derivado de las potestades de control ley 14/1986 General de Sanidad, y LORTAD; los regulados por la legislación
parlamentario y de las facultades de investigación de la~ comi_sio- electoral LOREG y los que sirvan a fines estadísticos dentro del ámbito de la
tws parlamentarias, como la extensión de las facultad~s m~eshga­ función pública estadística; ley 12/1989, de la Función Estadística Pública.
Aunque hay otros antecedentes de menor importancia, a los efectos de nuestra ley,
tivns de las comisiones legislativas, fue siempre discutido_. ~~ entre ellos: la ley francesa 78-17 del 6 de enero de 1978; en los Estados Unidos
roglu legal parece apropiada, ya que, pese a extender la posibili- la "Privacy Protection Act" de 1980; Brasil sancionó la ley 9507 de reglamentación
dnd de acceso a datos de carácter personal, obviamente no propios, de.acceso a la información y el procedimiento de hábeas data el12 de noviembre
pormite el control democrático de estas fuerzas (recordamos que de 1997, y re~~entemen~e en C::hile, en agosto de 1999, se sanciona la ley 19.628
nllns están facultadas a tratar datos sin consentimiento de los sobre protecc10n de la v1da pnvada, que reglamenta el tratamiento de los datos
de carácter personal. Puede ampliarse este tema en Fernández Ramos, El derecho
t.itulnres de datos, de acuerdo con lo dispuesto por los arts. 5, ap. de acceso~ los docu~nen~os administrativos, Ed. Marcial Pons, Madrid, 1997, pág.
~. inc. h, y 11, ap. 2, incs. by e), lo que se considera un ma_I menor 491; tamb1én! P,~ccmelh, Osear R., op. cit., nota 23, y Slaibe, María Eugenia, y
l'rcmll~ a la posibilidad do conocimiento de datos por los r~uembros ?a?ot, Claud.10:, Hábeas data: su alcance en la-legislación comparada y en nuestra
do tales comisiones, que do todos modos quedarán somettdos a las JUnsprudenciU , LL, Suplemento de Derecho Constitucional 17 de marzo de 2000
Jll\gs. 2 y 3. - ' '
DEIUWIIO Plto<JII:HAL CoNSTITUCIONAL
EL HÁBEAS DATA 165
1,a loy 25.326 se divide en siotn ??pítulos ~ siendo de apli-55
Artículo 3 Licitud Datos recolectados conforme a esta ley y
<'lll'i<'m on todo el territorio do la Nac10n los capitules I, II, III Y
1V y nl art. 32 del capítulo VI por contener las sancion~s penales, no contrarios a la moral pública.
1'11.~;, competencia correspondo al Congreso de la Nación Y para
lodo Id territorio. Esto implica que la parte procesal, como corres- Artículo 4 Calidad de
IHIIHI<), queda librada a la deci~ió~ de adherir. o no Y aun de
Deben ser ciertos, pertinentes, adecua-
los datos dos, veraces y actualizados.
<'lllnhinrla por parte de las provmcms. La ley tiene tres partes
C"l 11 mmente delimitadas: 1) principios generales; 2) los derechos
dl' lo:-; ULulares de los datos, y 3) las herramientas indispensab~es
Artículo 5 Consentimiento Debe ser expreso, libre, escrito e infor-
plll'll dotar de eficacia a la ley, y el órg~no de ?OI;trol Y as
mado.
HIIIICÍOJWS que el mismo aplica en caso de mcumphm1~nto de la
nol'llH\. Básicamente, la estructura de la norma sena la que
dl'Hcl'il>o en el siguiente esquema: Artículo 6 Información Cuando se recaben datos personales se
para prestar el deberá informar previamente a sus titu-
LEY 25.326 consentimiento lares en forma expresa y clara:
• La finalidad para la que serán trata-
1) Principios generales dos y quiénes pueden ser sus destina-
tarios o clase de destinatarios.
• La existencia del archivo, registro,
AJ•tíc~ulo 1 Objeto • Protección al honor e intimidad: banco de datos, electrónico o de cual-
Perfil. quier otro tipo, de que se trate y la
Dignidad. identidad y domicilio del responsa-
Honra. ble.
Autodeterminación informática. • El carácter obligatorio o facultativo
- Imagen, etc. de las respuestas al cuestionario que
• Bancos públicos y privados destinados a se le proponga, en especial en cuanto
proveer informes. a los datos referidos en el artículo
• Personas de existencia ideal. siguiente.
• Las consecuencias de proporcionar los
At'tf<mlo 2 Definiciones • Datos personales. datos, de la negativa a hacerlo o de la
• Datos sensibles. inexactitud de los mismos.
• Archivo, registro, base o banco de datos. • La posibilidad del interesado de ejer-
• Tratamiento de datos. cer los derechos de acceso, rectifica-
• Responsables de archivos. ción y supresión de los datos.
• Datos informatizados.
• Titular de datos.
• Usuario de datos. Artículo 7 Categoría de • No hay obligación de proporcionarlos.
• Disociación de datos. • datos. Datos • Recolección y tratamiento por razo-
sensibles nes de interés general autorizadas
por la ley.
,,; 1. 1liHpoRicionos generales, urts. 1 y 2; JI. Principi~s generales ~ela~ivos u
In prot.c•cr:i6n do duioH, nriH. a u 12; IU. Dc~echos d~J los titulares del datos, n~ts. • Tratamiento:
1:In ~lO; 1V. Uswu·ios y rosponRublos do archivos, rcgtstros. y bm};os de dnt.o~, HI Ls. Estadísticas.
~~ 1 11 ~~H; V. Cont.rol, III'I.H. 2D .Y ao; VI. Hnndonos, lll'iA .•31. .Y •.32; VIl. Aec:JÓJl do Científicas; no identificación de sus
proi.PITÍÚII do loH dniOH Jllll'MOilldW~, HI'I.A. :1:1 ll !IH.
ti tulates.
11111 DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL HÁBEAS DATA 167

2) Derechos de los titulares de los datos operaciones necesarias a tal fin en el


plazo máximo de cinco días hábiles de
At·tículo 14 Derecho de Hábeas data informativo: recibido el reclamo del titular de los datos
acceso • Hábeas data exhibitorio. o advertido el error o falsedad.
• Hábeas data autoral. 3. El incumplimiento de esta obligación
• Hábeas data finalista. dentro del término acordado en el inciso
l. El titular de los datos, previa acredita-
present~, habilitará al interesado a pro-
ción de su identidad, tiene derecho a
mover sm más la acción de protección de
solicitar información de sus datos perso-
los datos personales o de hábeas data
nales incluidos en los bancos de datos prevista en la presente ley.
públicos, o privados destinados a pro-
4. En el supuesto de cesión, o transferen-
veer informes. cia de datos, el responsable o usuario del
2. El responsable o usuario debe proporcio-
banco de datos debe notificar la rec-
nar la información solicitada dentro de
tificación o supresión al cesionario den-
los diez días corridos de haber sido inti-
tro del quinto día hábil de efectuado el
mado fehacientemente. Vencido el plazo tratamiento del dato.
sin que se satisfaga el pedido, o si eva-
5. La supresión no procede cuando pudiese
cuado el informe, éste se estimara insu-
causar perjuicios a derechos o intereses
ficiente, quedará expedita la acción de
legítimos de terceros, o cuando existiera
protección de los datos personales o de
una obligación legal de conservar los
hábeas data prevista en esta ley. datos.
3. El derecho de acceso a que se refiere
6. Durante el proceso de verificación y rec-
este artículo sólo puede ser ejercido en
tificación del error o falsedad de la infor-
forma gratuita a intervalos no inferiores
mación de que se trate, el responsable 0
a seis meses. salvo que se acredite un
usuario del banco de datos deberá o bien
interés legítimo al efecto. bloqu:ar el archivo, o consignar al pro-
4. El ejercicio del derecho al cual se refiere
veer mformación relativa al mismo la
este artículo en el caso de datos de per-
c~rcunstancia de que se encuentra some-
sonas fallecidas le corresponderá a sus tida a revisión.
sucesores universales. 7. Los datos personales deben ser conser-
vados durante los plazos previstos en
Adículo 16 Derecho de • Hábeas data rectificador. las disposiciones aplicables o en su caso
rectificación, • Hábeas data aditivo. en las contractuales entre el responsa~
actualización, • Hábeas data cancelatorio. b_le o usuario del banco de datos y el
confidencia- l. Toda persona tiene derecho a que sean titular de los datos.
lidad y supre- rectificados, actualizados y, cuando co-
sión rresponda, suprimidos o sometidos a con
fidencialidad los datos personales de los 3) Herramientas que aseguran la eficacia de 1~ ley
que sea titular, que estén incluidos en
Artículo 29 Órgano de Dirección Nacional de Protección de Datos
un banco de datos.
control Personales (DNPDP). Subsecretaría de
2. El responsable o usuario del banco de
datos debe proceder a la rectificación, Justicia y Asuntos Legislativos.
suprosión o actualización do los datos Ministerio de 'Justicia y Derechos Huma-
portmnulos del nloctndo, ronliznndo lns noH de la Nación.
HIH l>II.IU~CJIO l'uoc~;SAL CONSTITUCIONAL EL HÁBEAS DATA 169

l. Director nacional (Nivel I: funcionamien- Artículo 32 Sanciones l. Incorpórase como art. 117 bis del Cód.
to ejecutivo). penales Penal, el siguiente:
2. Consejo Consultivo: integrado por: "1 °) Será reprimido con la pena de prisión de
• Representante del Ministerio de Justi- un mes o dos años el que insertara o
cia y Derechos Humanos. hiciera insertar a sabiendas datos falsos
• Magistrado del Ministerio Público Fis- en un archivo de datos personales.
cal con especialidad en la materia. "2°) La pena será de seis meses a tres años,
• Representante de los archivos privados al que proporcionara a un tercero a sa-
destinados a dar información designado biendas información falsa contenida en
por la Cámara que agrupe a las entida- un archivo de datos personales.
des nacionales de información crediticia. "3°) La escala penal se aumentará en la mitad
• Representante de la Federación de En- del mínimo y del máximo, cuando del
tidades Empresarias de Informaciones hecho se derive perjuicio a alguna perso-
Comerciales de la República Argentina. na.
• Representante del Banco Central de la "4°) Cuando el autor o responsable del ilícito
República Argentina. sea funcionario público en ejercicio de
• Representante de las empresas dedica- sus funciones, se le aplicará la accesoria
das al oQjeto previsto en el art. 27 de la de inhabilitación para el desempefio de
ley 25.326, designado por las Cámaras cargos públicos por el doble de tiempo
respectivas de común acuerdo, unifican- que el de la condena".
do en una persona la representación. 2. Incorpórase como art. 157 bis del Cód. Pe-
• Representante del Consejo Federal del nal el siguiente:
Consumo. "Será reprimido con la pena de prisión de un
• Representante del IRAM, Instituto Ar- mes a dos años el que:
gentino de Normalización, con especiali- "1 °) A sabiendas e ilegítimamente, o violan-
zación en el campo de la seguridad infor- do sistemas de confidencialidad y segu-
mática. ridad de datos, accediere, de cualquier
• Representante de la Superintendencia forma, a un banco de datos personales.
de Seguros de la N ación. "2°) Revelare a otro información registrada
• Representante del Honorable Congreso en un banco de datos personales cuyo
de la Nación (Comisión Bicameral Segu- secreto estuviere obligado a preservar
ridad Interior e Inteligencia). por disposición de una ley.
3. Funciones: "Cuando el autor sea funcionario público su-
• Asesoramiento. frirá, además, pena de inhabilitación especial
• Reglamentación. de uno a cuatro años".
• Fiscalización.
• Sancionatoria: art. 31: sanciones admi-

nistrativas; art. 32: sanciones penales. Si bien anteriormente he analizado con detenimiento algunos
de estos puntos, tales como los derechos de los titulares de los
Ar·tículo iH Sanciones ad- • Apereibimiento. datos (arts. 14 y 16); también la legitimación (art. 34); el procedi-
ministrativas • Suspensión. miento aplicable y la naturaleza de la acción, que surge del art. 37;
• MulLa. nsimismo quedó claro on relación aí secreto de Estado cuáles eran
• Clawntt·u o cnneolnei<ín. loH puntos cHcmeinloH q1w comprende el tema; el principio general
1711 D•~•u:cuo PIWCI•:HAL CoNSTITUCIONAL EL HÁBEAS DATA 171

(mt.. :¿:3) y las excepciotwH del art. 17, considero, sin embargo, que registre, de conformidad a lo establecido en el art. 43, párrafo
d1~bo ddenerme en el nnlíliHiH de cuatro puntos a mi entender tercero de la Constitución Nacional".
f'lllHI:unentales para comprender el sistema de la Ley nacional de En este punto, si bien se aparta del art. 43 que no menciona
l'roLm:ción de Datos. el derecho que tutela esta acción, considero objetable que la ley
sólo toma el derecho a la intimidad y al honor y, como lo he
a) Derechos tutelados. Objetivos de la ley. expresado anteriormente, esta garantía constitucional no se cir-
cunscribe únicamente a la protección de la intimidad y del honor.
Ilay posturas .diferentes en cuanto al bien jurídico tutelado, Tutela el derecho a la intimidad, pero no en forma genérica, sino
Hl l>iun una buena parte de la doctrina considera que el objeto de una especie de intimidad: "la intimidad informática", lo que impli-
I•HLn garantía es la tutela del derecho a la intimidad 56 • En nuestro ca la autodeterminación informática y, a través de ella, el derecho
dm1~cho público provincial, hay divergencia en relación a los dere- a la imagen o el propio perfil 59 •
dws tutelados por el hábeas data según las normas provinciales La ley fue sancionada con miras a la protección integral de los
qun a ln misma se refieren 57 . Tampoco desde el derecho comparado datos personales asentados en archivos, registros o bancos de
Hn advierte uniformidad de criterios a la hora de especificar cuál datos públicos o privados destinados a dar informes, con el objeto
n:; concretamente el derecho a tutelar 58 . de garantizar el derecho al honor y la intimidad de las personas.
J•;n el primer artículo de la ley, al describir el objeto de la Por lo tanto, no resulta aplicable a otros registros de información
lllÍHma se establece: "La presente ley tiene por objeto la protección que tienen distintas finalidades, por ejemplo los periodísticos,
inle~raL de los datos personales asentados en archivos, registros, culturales o científicos, que se mantienen dentro de un ámbito de
hru1cos de datos, u otros medios técnicos de tratamiento de datos, absoluta intimidad. Ello es perfectamente coherente con el bien
.•wan 1;stos públicos, o privados destinados a dar informes, para jurídico que se pretende tutelar; si no, con el fin de proteger el
J.! ti m.ntizar el derecho al honor y a la intimidad de las personas, así derecho a la intimidad, estaríamos también vulnerando el mismo
r·onw también el acceso a la información que sobre las mismas se derecho; tal sería el caso si se permitiera el acceso a registros
privados "no destinados a proveer informes".
La norma aquí pretende enunciar el objeto de la ley, pero en
''" Ampliar de Dalla Via, Alberto, y Basterra, Mm·cela, op. cit., nota 2, págs. realidad parece caer en el error común de confundir "objeto" con
1 1 1 11 1:lO. Allí se analizan las posturas de los distintos autores en torno al derecho
l.11l.c•lndo por esta garantía. lo que en realidad constituye el "objetivo" de la ley -los propósitos
~., Búsicamente se dividen en dos grandes grupos: 1) algunas provincias se que animan al legislador-. Además, este artículo sigue en esencia
n•fic•n•11 11 este instituto, enmarcándolo dentro del derecho al acceso a las fuentes el diseño del art. 1 de la ya derogada LORTAD española de 1992
clP iulimnnei6n, para actualizar, suprimir, reetificar o exigir confidencialidad de -con adaptaciones propias al art. 43 de nuestra Constitución- y
lmc n•¡.(Ü<I.roR o bancos de datos, pero hacen mención de los derechos tutelados:
( ~c'lrdolw (art. 50); Buenos Aires (art. 20); La Rioja (art. 30); Río Negro (art. 20);
por ello incurre en el error de limitar la garantía a la protección
.l11j11y (url. 2:3); San Juan (arts. 26 y 27) -honor, intimidad personal y familiar, del derecho al "honor" y a la "intimidad" de las personas. Además
vid u privmlu y el pleno ejercicio de los derechos-; 2) otras provincias se refieren de ser incorrecta la referencia a un "derecho al honor y a la
ul clc>rocho ni acceso a las fuentes de información, para actualizar, suprimir, intimidad", pues se trata de dos derechos que, aunque puedan
I'PI'I.i llcm o cxit,rir confidencialidad de los registros o bancos de datos: Tierra del
l<'tlt•go (nrt. tl5); Chubut (art. 56); Chaco; Formosa (art. 10); Catamarca (art. 11);
~1111 1.uiH (art. 21). No se mencionan expresamente los derechos tutelados, sino que 59 Basterra, Marcela, "Hábeas Data: Derechos Tutelados", Doctrina Judicial,
tfllrgPII do lu interpretación doctrinal y jurisprudencia!. En estas circunstancias 19~9-3, pág. 77. También Basterra, Marcela, "Derechos Humanos. Derecho a la
t~tllilll l11 ( :onst.itución Nacional (art. 43) y la Constitución de la Ciudad Autónoma Intimidad y Autonomía Personal", en obra colectiva coordinada por Guido Risso,
dn IIIH•IIoH Aires (art. 16). Ediur (en prensa); también lo hemos analizado en otro trabajo (Basterra, Marcela,
1 11
' AHí se mencionan, entre los derechos tutelados, fe religiosa, convicciones "Libertad de Prensa «versus» Derecho a la Intimidad", en AA.W., Poder Político
polit.icnH y vidu privada, Portugal (urt. 35); buen nombre e intimidad personal y y Libertad de Expresión, E d. Abeledo-Perrot, 2001, págs. 97 a 125, punto 4, "Cuarta
fuuliliur, Colombia (nrt. 15); honor, intimidud y prop.ia imagen, EHpuña (arts. 18 esfera de protección: El derecho a la autodeterminación informática". Entonces,
y :tOJ; oHoH dorechoH y ndonHÍH buonn rcpul.ución, voz o imagen propias, Pcní (arl. 6HLo es el último standard de protección a la intimidad que surge de nuestro
:!.OOJ; uwrnl, JUI~ p!'1blien y vida privmln, Móxieo (url.. 7); honor pun'lonnl, Alomnnia ordonnmicnto. ]ij] hábeas data tutela "una especie" de intimidad, el derecho a la
Inri.. fi); int.imidnd JHWHollld, llolnndn (nr'l. 10), ok(1Lom. inlimidwl injill'mática, lo quo he llmnudo cuarta·e,q(era de protección.
17:.! 1hmll:t '110 I'IIOC:I•:HAL CONSTITUCIONAL EL HÁBEAS DATA 173

~~HL:1r ínLim:utwnt.n vill('ldndoH, son diferentes, ya hemos sentado mos, además, que hay un precepto jurídico según el cual donde la
nnt.uriorment.o nunsL!'II pmd.III'H en el sentido de considerar que se ley no distingue no debemos distinguir. Es cierto que alguien podría
pr·oLnge una amplin g:111111 di' d1~rechos y no se "acota" a lo estable- preguntar, válidamente, cómo se puede proteger el derecho a la
cido en la norma 00 • intimidad de una persona ideal. Sin embargo, no es que se trate de
proteger la intimidad de este tipo de personas sino de su derecho a.
b) Legitimación nl'tiva.. Personas de existencia. ideal. que se tenga de ellas un conocimiento adecuado y real; que no sean
objeto de discriminación ni de información que las pueda colocar
El art. 1 seü.ala quo "las disposiciones de la presente ley en una situación difícil. Además, no cabe duda de que las personas
trunhién serán aplicables, en cuanto resulte pertinente, a los datos de existencia ideal están integradas por personas de existencia.
relativos a personas de existencia ideal". Comparto las opiniones física ... " 61 • "De apoyarnos en esta explicación ... podemos afirmar
vertidas por Puccinelli en el sentido de que, por un lado, si bien sin dudas que respecto de las personas jurídicas, la ley cubre con
se hubiera preferido el rótulo "personas jurídicas" por considerarlo la misma extensión que lo hace acerca de las personas físicas, y no
un sinónimo más apropiado de "persona de existencia ideal", el sólo porque pueden estar integrados por personas físicas, sino
legislador adoptó correctamente la segunda denominación men- porque algunos derechos de aquélla son similares (bien puede
eionada, y ello es así ya que sin duda es la única que puede ser decirse que si bien las personas jurídicas no tienen estrictamente
considerada abarcativa de la totalidad de los supuestos que pre- «honor», sí tienen, v. gr., determinada reputación en el medio, y si
1
tende incluir (género) y no llevaría a equívoc os interpretativos tal vez tampoco tienen estrictamente <<intimidad», sí tienen un
(recordemos que para alguna doctrina, tal el caso de Llambías, las derecho de reserva acerca de determinados aspectos ... " 62 •
personas de existencia ideal pueden dividirse entre "personas de
nxistencia ideal propiamente dichas" [ej., un consorcio] y "perso- e) Datos sensibles.
nasjurídicas" [ej., una sociedad anónima], y que ello no ocurre con
las personas de existencia visible, cuyo único supuesto lo consti- Es de destacar que el Convenio 108 adoptado por el Consejo
tuyen las personas físicas). de Europa en 1981, que trata de enumerar cuáles son los denomi-
El autor expresa que "lo que puede llevar a amputaciones namos "datos sensibles", explica que estos datos son: "el origen
innecesarias de las facultades reconocidas por la ley es la frase <<en social de la persona, sus opiniones políticas, militancia y partici-
cuanto resulte pertinente» cuando intenta definir los supuestos en pación gremial, si tiene o no convicciones religiosas, datos referi-
que se tutelan los derechos de las personas de existencia ideal. dos a la salud y a la vida sexual, las condenas judiciales o penales
~Quiere decir que sólo cubriría los derechos que pueden ostentar de que hubiera sido pasible". Este conjunto de datos, denominados
las personas de existencia ideal? Consecuentemente ¿tienen honor precisamente con ese calificativo de sensibles, pretende impedir
u intimidad estas personas que puedan ser protegidas por la ley? que se establezcan perfiles que, aunque no se utilicen con fines
~Sálo se cubriría el derecho de <<acceso a la información que sobre discriminatorios, los mismos de por sí lo son.
las mismas se registre»?". En relación a los datos protegidos por esta garantía en el art.
La cuestión fue objeto de debate y, en este sentido, el senador 43, la nueva ley ha tomado lo establecido desde jurisprudencia y
Mmwm explicó: "El régimen se hace extensivo a la protección de los doctrina, ya que la Constitución sólo menciona los datos "falsos o
datos de las personas de existencia ideal, inclusión que se efectúa discriminatorios" y la ley es sumamente clara cuando estipula la
no stílo porque existen antecedentes en ese sentido en el Derecho procedencia en el art. 33, b, para los casos en que se presuma
c·ompa.rado, sino porque además el art. 43 se refiere a toda persona, "fa1sedad, inexactitud, desactualización, o datos cuyo tratamiento
sin distinguir entre personas de existencia física e ideal. Y recorde- prohíbe la presente ley".

1; 1 Antecedentes Parlamentarios, LL, aüo 7, no 11,2000, págs. 361 y 362, cit.


"" Ampliar do Basterra, Murcela, "H1ibeas Data: la reforma eonstitucionul
dn IDO/f y In Hnneión de Ju ley 25.:326 de Protección de Datos Personnlcls y do por l'uccinelli, Osear, op. cit., nota 23, pág. 120.
llidH!IlH Dntu", nov. Dilwion, ll" JO, Santa l~o de Bogotti, Colombia, ocl:ubro do n~ Amplíoso de Puccinelli, Osear Raúl, op. cit., nota 23, comentario al art. 1
:.l()() 1' lli͡{. fi7.
ri<~ In lny 2fi.:I2G, p1'lgH. 107 a 1G:l. .
174 I>IWI<:C:IIO I'IIIH:I•:SAL CONSTITUCIONAL EL HÁBEAS DATA 175

Los datos sensiblos son los que el propio art. 2 enumera: sujeto al secreto profesional establecido en la presente ley o en
dntcm personales quo revPian origen racial y étnico, opiniones otra ley nacional. Relacionada con esta disposición se encuentra la
políticas, convicciones nd igiusas, filosóficas o morales, afiliación previsión hecha por la ley en la normativa del art. 11 65 , inc. 3, en
sindical e información rd'lmmte a la salud o a la vida sexual de cuanto a la cesión, en la que además de exceptuar el consentimien-
las personas n: 1• Entiendo que la enumeración es taxativa, lo que to para la cesión -sea la misma nacional o internacional- de
no significa en absoluto que se trate de una norma "cerrada", esto datos en los supuestos del art. 5, inc. 2, específicamente prevé que
üS que se pueden incluir en un futuro otros datos que ameriten el consentimiento no es exigido cuando "se trate de datos persona-
tnn específica protección. · les relativos a la salud, y sean necesarios por razones de salud
El tratamiento que a los mismos se dará surge con claridad pública, de emergencia o para la realización de estudios epide-
ele la norma del art. 7, que se refiere a la categoría de datos: ((l. miológicos, en tanto se preserve la identidad de los titulares de los
Ninguna persona puede ser obligada a proporcionar datos sensi- datos mediante mecanismos de disociación adecuados".
hles. 2. Los datos sensibles sólo pueden ser recolectados y objeto de
lratamiento cuando medien razones de interés general autorizadas d) El consentimiento del titular para el tratamiento de
por ley. También podrán ser tratados con finalidades estadísticas datos.
o científicas. cuando no puedan ser identificados sus titulares. 3.
(¿ueda prohibida la formación de archivos, bancos o registros que El consentimiento exigido por la ley 25.326 para el tratamien-
alnuJcenen información que directa o indirectamente revele datos to de datos de carácter personal surge con claridad del art. 5 de
sensibles. Sin perjuicio de ello, la Iglesia Católica, las asociaciones la ley; es, sin duda, uno de los puntos cardinales de los principios
religiosas y las organizaciones políticas y sindicales podrán llevar que ordenan la presente normativa. En materia de protección de
un registro de sus miembros. 4. Los datos relativos a antecedentes datos, se convierte en un elemento esencial el consentimiento del
penales o contravencionales sólo pueden ser objeto de tratamiento afectado por el tratamiento. Todo banco o registro, público o pri-
por parte de las autoridades públicas competentes, eri el marco de vado, que desee tratar datos de personas físicas o jurídicas, como
las leyes y reglamentaciones respectivas. regla general deberá requerirles previamente su consentimiento
El art. 8 se entiende como una norma complementaria de la para el tratamiento, salvo que los datos se encuentren en alguno
nntcrior, ya que se refiere a los datos relativos a la salud, cuando de los supuestos legales que eximen del mismo. Esto es lo que la
diee que ((los establecimientos sanitarios públicos o privados y los Directiva Europea denomina en su Sección Segunda, art. 7, legi-
profesionales vinculados a las ciencias de la salud pueden recolec- timación del tratamiento 66 , o sea que dicha legitimación va a estar
tar y tratar los datos personales relativos a la salud física o mental condicionada al consentimiento que se haya prestado para el uso
de los pacientes que acudan a los mismos o que estén o hubieren del dato personal.
eNtado bajo tratamiento de aquéllos, respetando los principios del Si definimos el derecho a la autodeterminación informática
secreto profesional" 64 • como la posibilidad de decidir qué datos queremos que se conozcan
Está autorizado por la ley el tratamiento de los datos perso-
nales de aquellos pacientes a los que se les haya dado asistencia 65
La norma del art. 11 (cesión) analiza la relación entre el consentimiento
módica cuando· ello resulte necesario para la prevención o para el en los casos de cesión nacional o intemacional de datos. Al respecto establece: ".. .3.
diagnóstico médico y para el tratamiento clínico, tanto en relación El consentimiento no es exigido cuando: a) así lo disponga una ley; b) en los
n Hnlud física como mental, siempre y cuando quede, asimismo, supuestos previstos en el art. 5 inc. 2; e) se realice entre dependencias de los órganos
de' Estado en forma directa, en la medida del cumplimiento de sus respectivas
competencias; d) se trate de datos personales relativos a la salud, y sea necesario
11
" Pizzolo, Calogero, "Tipología y protección de datos personales. El sistema por razones de salud pública, de emergencia o para la realización de estudios
PH!.uhlueido en la ley 25.326 y la legislación comparada", JA, número especial, 28 epidemiológicos, en tanto se preserve la identidad de los titulares de los datos
do uhril clu 2004, págs. 70 a 76. mediante mecanismos de disociación adecuados; e) se hubiera aplicado un proce-
114
Véase Molina Quirogu, Eduardo, "Los datos de lu salud en la ley 25.:326 dimiento de disociación de la información, de modo que los titulares de los datos
dt• prot.occión de datofl pllrsonales", ,JA, número cspcci.ul, 28 de abril de 2004,, plig. sean inidentificables ... ". Amplíese de Peyrano,Guillermo F., op. cit., nota 21, págs.
'.!H. 'l'umbién, Poymno, Guillermo F., op. cit., no tu 21, págs. 106 u 111; quirogn 1::14 n 141.
110
Lnvió, Humborto, op. cit., notn Ll, pág. 87. Directiva 9fi/4WCK
1711 lh:r111:1 1110 I'Jt(>CJ•:HAL CoNSTITUCIONAL EL HÁBEAS DATA 177

ll<:(lrra d1~ nosotros y qu1\ datos quere1nos mantener en reserva, comercial del actor. La Cámara entendió que se estaba violando la
proL1~giclos dentro dn ln nsf'urn del derecho fundamental a la inti- intimidad de la persona utilizando sus datos personales y su
Jnidnd, parece ra2onnble que se exija tan alto grado de recaudo en vinculación con una persona jurídica sin su "consentimiento". Con
ntnteria de consentimiento. Toda vez que al prestar nuestra con- claridad afirmó que "se lo considera un atributo del derecho gene-
fimnidad para el tratamiento del dato personal estamos eligiendo ral de la personalidad, o de un derecho personalísimo en sí mismo;
juHtanwntc cuáles son los datos que daremos a conocer y, con ello, es indudable que cada individuo tiene un poder reconocido, resul-
dl~eidienclo el grado de protección elegido. tante de la noción de autodeterminación Oibertad) de decidir él
g¡ art. 5 LPDP establece: "El tratamiento de datos personales mismo, en primer lugar y ante todo, cuándo y en qué medida
I'S iUcito cuando el titular no hubiere prestado su consentimiento pueden ser divulgados lo hechos relativos a su propia existencia;
lihre, expreso e informado el que deberá constar por escrito, o por esto se trata de un derecho de «dominio» de los datos personales.
olm medio que permita se le equipare, de acuerdo a las circunstan- Y aun así, si se lo considera dentro de un derecho constitucional de
cia:-:. El referido consentimiento prestado con otras declaraciones, propiedad, bastaría para comprenderlo el amplio sentido".
deberá /Zgurar en forma expresa y destacada, juntamente con las
tr.tlr)(•rtencias previstas en el art. 6 de la presente ley. No será Características del consentimiento en el ámbito de la protección
lll'ce.wr.rio el consentimiento cuando: a) los datos se obtengan de de datos personales.
/itentes de acceso público irrestricto; b) se recaben para el ejercicio r)Libre.
t/1! /imciones propias de los poderes del Estado o en virtud de una
ohli!.fación legal; e) se trate de listados cuyos datos se limiten a El consentimiento a que se refiere el precepto legal es el
nombre, documento nacional de identidad, identificación tributaria elemento determinante para que sea lícita la recolección de datos
IJ previsional, ocupación, fecha de nacimiento y domicilio; d) deri- o la fase del tratamiento 68 del dato en el momento en que el
rwn de una relación contractual, científica o profesional del titular consentimiento sea requerido. Se trata de una declaración de volun-
de los datos, y resulten necesarios para su desarrollo o cumpli- tad del titular de un dato de la que en forma inequívoca se infiera
mit'nto; e) se trate de las operaciones que realicen las entidades que el mismo ha autorizado el tratamiento de un dato personal.
ji:nancieras y de las informaciones que reciban de sus clientes Cuando la ley exige como requisito que el consentimiento sea "li-
confin·me las disposiciones del art. 39 de la ley 21.526". bre", consideramos, siguiendo a Peyrano 69, que claramente se está
La importancia del consentimiento como eje del sistema de refiriendo a los principios generales del derecho que rigen en ma-
protección de los datos personales ya era reconocida por la juris- teria de consentimiento. Como todo acto voluntario, deberá ser
prudencia, aun con anterioridad a la sanción de la ley 25.326. En consentido con los elementos determinantes de la validez del con-
nf'ncto, la Sala D de la Cámara Nacional en lo Civil, en el fallo sentimiento: discernimiento, intención y libertad (art. 897 CC). Por
"/,ascano Quintana, Guillermo Víctor e 1Organización Veraz S.A. lo tanto, afectarán al consentimiento las mismas causales que en los
¡; 1arnparo"m, ordena a la demandada eliminar información de su casos de los actos voluntarios, tales como la inmadurez, la altera-
bnnco de datos privado destinado a proveer información a terceros ción de las facultades mentales, el dolo, el error y la violencia.
porque carece del consentimiento de la actora, a quien no se le rr) Expreso, por escrito o por otro medio equiparable.
1-wlidtó fm forma previa, tanto para procesar como para difundir
In información. La información de marras se refiere a la calidad Así, entonces, cuando la ley establece este segundo requisito,
dn presidente de una sociedad anónima del actor. En su defensa es claro que tuvo en miras el carácter "expreso" del consentimiento
In lllllprcsn que comercializa el dato (Veraz) argumenta que aquél •
f'tH' rneogido del Boletín Oficial y luego insertado en el informe 68
Entiéndase por "tratamiento de datos", tal como surge de la definición del
nrt. 2 de la LPDP, cuarta acepción: "Operaciones y procedimientos sistemáticos,
tdi!ctrónicos o no, que permitan la recolección, conservación, ordenación, almacena-
"'1 1'4t•nl.onei¡¡ de Cámnrn del 2:1/2/99, puedo verso en .JA, 20/10/99. Véase miento, nwdificación, rclacionamiento, evalw;tción, bloqueo, destrucción, y, en
( lm:níni, 0Hvnldo, eonwnl.urio n l'ullo, "1•:1 eonsnntimienLo para el uso de loA dntos ¡.;mwral el prot!cswJúento dt! datos personales, asi como también su cesión a terceros
pt•n•orudtlll", /,/,, Hllplt!llltHILo do l>nn•dw ConHtil.ucionul, ]5 do junio do 2001, a trrwt".~ de COIIW/I.icaciont•s, consultas, interconexiones o transfw-encias".
Jl{tf(, l. 111> Poyrrmo, <luillormo F., op. ciL., notn 21, pág. 7'2.
17H DEmwHo PuocJ~HAI. CoNSTITUCIONAL
EL HÁBEAS DATA 179

<¡llü contempla el ce en su art. 917 -verbalmente.' por escrito o través ~e ~rma electrónica, o a través de correo electrónico, y el
por signos inequívocos-, sólo que en ~st~ caso parbcul_ar es noto- consentimiento del afectado para los tratamientos de data mining
rio que la LPDP privilegia el consentimiento p~~ escnto. o entrecruzamiento de datos, toda vez que no los menciona expre-
Efectivamente el art. 5 impone como condiciOn que el consen- samente la ley 71 •
l.i miento sea prestado "por escrito o por otro medio que permita se
ft' 1'(/llÍpare, de acuerdo con las circunstancias". La ~rma, ~or parte m) Excepciones: casos en los que la ley no exige el consentimiento
di'! afectado, del documento que directamente co~bene la mf?rma- del titular para el tratamiento de sus datos personales.
ción para el tratamiento de sus datos ~ del propiO ~ormulano por El principio de limitación de la recolección, que requiere el
nwdio del cual se recogen, con las mencwnes requendas po! art. e! consentimiento del sujeto para la incorporación de cada dato, si se
/i de la ley, es el medio más efectivo de prueba del consentimiento lo llevara a la práctica en forma estricta condenaría a los bancos
dd afectado. de datos a la desaparición" 72 •
Gozaíni 70 ha entendido que el recaudo de la firma ::parece Los derechos a la autodeterminación informática, a la intimi-
ineludible, circunstancia que elimina la posibilid~d de aplicar los dad y a la propia imagen 73 , que son los que esencialmente tutela
:-~i:-~t.emas o mecanismos que establece el art. 15, me. 3, de la ley, la garantía de hábeas data, no escapan al principio general de que
eunndo se refiere a la información que debe emitir cuando se no existen derechos absolutos sino que todos son susceptibles de
plnntea el derecho de acceso a los archivos: "La. información! a reglamentación, mientras la misma sea razonable y no altere o
opción del titular, podrá su_ministrarse po~ ~scnto, por ~,edws desvirtúe la esencia del derecho. De manera tal que, aplicada al
nlnctrónicos, telefónicos, de Imagen, u otro Idoneo a tal fin . P~r caso la regla general de la necesidad del consentimiento del titular
t.nnto, si la autorización se solicita a través de la pant~ll~, por vm de los datos personales para poder dar tratamiento a los mismos
l.olnfónica, por carta personalizada, J?Or ??rreo electromco, ? por también tiene sus excepciones en la presente ley; a nuestro crite~
<:ualquier otra vía indirecta, la aut?nzacwn presunta te~dra que río, significa un límite razonable toda vez que no lesione otro
o:-~t.nr ratificada con la firma del titular de los datos. Comparto derecho, también fundamental, como es el derecho a la informa-
parcialmente este criterio, en el sentido ~e que en determinados ción. Las excepciones están taxativamente enunciadas en el art.
en:-~os concretos se exija la firma del titular de los datos con 5 y son las siguientes:
poHterioridad, ~i no surge fehacient~mente que se.,P:estó el con-
t-H'nt.imiento. Sm embargo, no consideramos que s1~mpre Y en
- Datos obtenidos de fuentes de acceso público irrestricto.
todos los casos" así sea, toda vez que lo que debe surgir en forma .La primera de las excepciones comprendidas en la LPDP
Íll!:qufvoca es el consentimiento, y siendo que la propia ley en el alcanza a los datos que sean obtenidos "de fuentes de acceso
nrt.. 15, inc. 3, específicamente establ~ce otras ~ormas que no son pú~lico ~rrestricto". En cuanto al significado de la expresión, es
n~u:ritas y que el decreto reglamentano de la m1~,ma (~558(?1), en decir que debe entenderse por "fuente de acceso público irrestric-
In reglamentación del propio art. 5, aclara que la pLreccwn_ f!a- to", se ha dicho que se trata de "aquellos ficheros cuya consulta
l'ional de Protección de Datos Personales establecera los reqll:LsLt?s puede ser realizada por cualquier persona, no impedida por una
¡)(fm. que el consentimiento pueda ser pre,stado por un medw ~Ls­ norma limitativa o sin más exigencias que, en su caso, el abono de
linfo a la forma escrita, el cual debe_ra asegurar la aut~rw e una contraprestación" 74• Son los bancos, bases, ficheros o regís-
inf¡·~ridad de la declaración", nosotros mterpretamos que leJOS de
tomarse inaplicable el precepto legal del art. 15.3 LPDP, al con- 1
t.rnrio, compatibiliza o armoniza con el principio general del art. ; Puede ampliarse de Basterra, Marcela, "El consentimiento del afectado en
el proceso de tratamiento de datos personales", JA, número especial, 28 de abril
fí y eon la reglamentación de la misma norm::. ., de 2004, págs. 6 a 9.
l Jno de los temas más dificultosos es la discus1on en torno a 72
Puccinelli, Osear R., El Hábeas Data en Iberoamérica Themis Santa Fe
111 vnlidm; de otras formas de dar el consentimiento, tales como el de Bogotá, Colombia, 1999, págs. 10 a 18. ' '
73
l'onmmtimiento de palabra o verbal; el consentimiento dado a Basterra, Marcela 1., "Hábeas data: derechos tutelados" Doctrina Judi-
cial, 1999-3-77. · '
74
Mestre, Javier A., "Comentarios a la le¡¡,oislación sobre protección de datos"
·ro <lo:r.nlni, Orwnldo, op. cit., not.n OCi, pi\¡.¡. O. (hLt.p://v:l.vlox.com/vlcx2/frontlnAp/eunalcs). ·
IHO IJlr.llJI:CIIO PuoCI•:HAL CONSTITUCIONAL EL HÁBEAS DATA 181

t.r·os, que contengan daioA quo pueden se~ libremente con.sult.~dos las personas y, por otra parte, el deber del Estado de cumplir con
y rocogidos por los intermmdos, sin necesidad d~ la autonz.aci?~ o las obligaciones emergentes del poder de policía estatal. Parece
d<~l eonsentimiento del titular del dato obtemdo. En prmcip10, razonable que en circunstancias en que esté en juego la defensa
pnr·ece razonable -como excepción- no requerir el consentimien- nacional y la seguridad pública los organismos estatales encarga-
to pnra tratar un dato que ya tiene estado público. ., dos de salvaguardar las mismas puedan, con fundamento en la
Por tanto puede válidamente afirmarse que la expres10n ley, estar exceptuados de solicitar el consentimiento del titular del
"fuentes de acc~so público irrestricto", si bien alude a bases, fiche- dato. La actividad estatal no significa que todos los organismos
ros o registros en los que en principio obran dat?s a los q?-e se estén libres de requerir autorización, sino que sólo podrá excep-
puede acceder sin limitaciones y que, en ~u !?"enerahdad,"c?ntiene~ tuarse en los términos estrictos que la propia ley establece. Sólo
informaciones que no precisan el consentimiento de sus titular:,s con una interpretación restrictiva de la ley se logrará la efectiva
para las operaciones de tratamiento, puede comprende~ tambien protección del derecho a la autodeterminación informática.
nn el caso concreto bancos o archivos que reconozcan Ciertas res- En el caso particular deben darse los requisitos que la propia
tricciones en el acceso a los mismos -sin perder su condición-, ley en la presente excepción dispone para que no se transforme la
eomo igualmente que dichos archivos pueden conten~r ~etermina­ misma en un "arma de doble filo", cuando justamente el exceptua-
dos registros que necesiten la prestació~ ~el consentn~uento de ~a do puntualmente para recopilar datos sin consentimiento es el
porsona a la que refieren. Este consentimiento .no sen~ necesano Estado a través de los organismos específicos previstos en la ley.
un virtud del registro, base o b~nco de da~os, smo ,~n virtud, de.la Por cierto, a nuestro criterio, para que alcance esta excepción se
calidad del dato; por ejemplo, SI en el ~egistro de acces~ pub~;co deben dar los siguientes requisitos: 1) sólo procede para el caso en
inestricto" constara uno de los denommados datos sensibles . que se recopilen datos con fines de defensa nacional, seguridad
- Datos recabados para el ejercicio de funciones propias de pública o represión de delitos, lo que debe tener fundamento
los poderes del Estado o derivados de una obligación legal. estrictamente en una misión asignada por ley. Quedaría excluida
la recopilación de datos basados en estos motivos si se aludiera a
e!
La previsión que el legislador hace en_ inc. 2, b, del art. 5 un mandamiento genérico de la ley; 2) los bancos de datos a los que
sin duda debe interpretarse en forma armomca con la norma del la ley puede autorizar en un caso concreto a recabar datos sin
mL 23, inc. 2, la que establece: "El tra.tamien,to ~e datos personales consentimiento serán los de las fuerzas armadas, fuerzas de segu-
('()/l. fines de defensa nacional o seg.undad pub~lca por P?~te de las
ridad, organismos policiales y organismos de inteligencia; 3) sólo
fiwrzas armadas, fuerzas de segundad, orgamsmos pohc.wl.es o de se recopilarán los datos que se necesiten para el cumplimiento de
inteligencia, sin consentimiento de los afectados, queda hmztad~ a la misión que la misma ley que autorice el tratamiento determine.
rrqrwllos supuestos y categoría de dat~s. que resulten necesc:nos Dado que las leyes se deben interpretar en forma armónica y no
¡)(Jm el estricto cumplimiento de las mlswnes lega~mente c;sz!fna- analizando aisladamente sus normas, resulta claro que determi-
das a aquéllos para la defensa nacional; la segundad publ!ca o nados datos jamás podrán ser autorizados al tratamiento, tales
para la represión de los delitos. Los archwos, en tales cr:~os, debe- como la orientación sexual u otros aspectos de la intimidad de las
rán ser específicos y establecidos al efecto, de_b_ien~? clasLflcarse por personas, el origen racial o étnico; los datos referidos a la salud
l'rt.legorías, en función de su grado de fiablhdad . . sólo podrán tratarse si se aplica la disociación del dato, esto es, sin
El fundamento de esta norma está dado en que es nec~sano que sea identificable la persona a la cual pertenece ese dato; 4)
logTar un equilibrio entre el derecho a la intimidad informática de otr~ requisito determinante es el tiempo por el que pueden ser
recolectados estos datos. Sería por el .que específicamente esta-
·¡~ l'eyrano Guillermo, op. cit., nota 21, págs. 80 y 81, .acl.a~a que de la blezca la ley autorizante, pero siempre en consonancia con el
· t Lunctu
t'trc · · de' constar en las m1smas
· se d m.IVa
·· que,
. en ~.n~lClpw_
· (Y. sólo, en principio general de la LPDP enunciado en el art. 4. 7 y esto es por
1 1114
prillripio), m;loH dnloH personales pueden ser cnhficad~s como datos pubhcos , ya el tiempo que sea necesario para el cumplimiento estricto de los
q 111 , público" puedo t,onor libro acceRo n Jo¡; m~smos (con l~1s salvcd.adcH
" 1,[
npt 111 tndus .~u¡JI'a). (}son quo lu noeión do "cintos públ~cos" rc~'luita mdcpcndwn~o
fines de recolección; luego serán inmediatamente destruidos. Ni la
do In dt• "llllueoH p(JblieoH do dnl.os", por eunnlo ost.a. últtmu rclwro Hl~1 port.t•nonew propia ley habilitante en caso concreto podría no cumplir con este
do [oH lll'l'llÍVOH y no 11 [n c•.n)idnd do [oH dllf.<lH l'!lf.t!HI.J'UdOH 011 ioH IIILHIIIOH. principio ostnblccido on In ley 25.326; 5)'por último, como surge
IH:l Drcmcouo Prto« lii.Mt\1. CoNSTITUCIONAL EL HÁBEAS DATA 183

nHpodiicnnwnto do lu norrnuLivu dd nrt. 23, último párrafo, será cuando se trate de listados corno los que se mencionan, no existe
11m~osnrio que en esos cn~o~oN eorterol<JH los archivos de datos funda- obligación alguna de expresar la fuente de captura.
doR en e~:~tn disposición soun dmlifícados por categorías en función Los datos a que alude este apartado son, entre otros, los que
do su grado de fiabilidad. se podrán extraer de la guía telefónica, de la ANSeS, registros de
- Casos cspectf"icos <'XCI'Jlltuulos por la presente ley: nombre, asociaciones de profesionales, etc. El elemento que habilita en
documento nacional de identidad, identificación tributaria o pre- estos casos la recolección de los presentes datos, llamados "nomi-
uisional, ocupación, f"echa de nac:im.iento y domicilio. nativos", es que no parecen aptos para generar "perfiles" que
impliquen conductas discriminatorias.
Antes de la sanción de la ley 25.326, la jurisprudencia había
iniciado un camino tendiente a delimitar los casos en los que no - Datos que deriven de una relación contractual, científica
Re necesita el consentimiento del titular de los datos a tratar, por
o profesional.
considerar que hay datos fuera de la protección de la esfera de la Esta excepción comprende: a) los datos derivados de una
intimidad, anteponiendo, ante una colisión de valores, otros como relación contractual; b) los datos cuyo tratamiento sea con fines
la transparencia del mercado, las operaciones de crédito, el dere- científicos; e) los datos derivados de una relación profesional, y
cho a la información, etc. En el caso "Estado Nacional-Dirección para los tres supuestos la propia ley agrega un requisito aplicable
Ot'nera,l Impositiva e 1Colegio Público de Abogados de la Capital a todos y a cada uno de ellos: para que proceda la excepción de
Federal s 1medidas cautelares" 76 , la DGI reclamó al Colegio Públi- consentimiento deben "resultar necesarios para su desarrollo o
co la información relativa al número de documento, a la fecha de cumplimiento".
nadmiento y a la fecha de matriculación de los letrados matricu- Para que una relación contractual quede perfeccionada, nece-
lados, negándose la institución a dar tal información por conside- sariamente se deberán dar a conocer datos personales, dado que
rar que ello afectaba el ámbito de autonomía individual d_e los se tornan imprescindibles para concretar el vínculo. En aquellos
nbogndos inscriptos y porque ponía en peligro real o potencial la contratos en los cuales sólo se dan los denominados datos "nomi-
intimidad de los mismos. El máximo tribunal hizo lugar a las nativos" (nombre, documento de identidad, domicilio, CUIT, pro-
pretensiones de la DGI, reiterando los argumentos expresados en fesión, fecha de nacimiento), no habría mayores consecuencias.
In causa "Guthein Federico c/Alemann, Juan" 77 , advirtiendo que Además, porque estos datos están exceptuados del consentimiento
ol derecho de controlar la información personal que de un indivi- por el inc. e del art. 5 de la ley. Es el caso de ciertos contratos,
duo figura en los registros, archivos o bancos de datos no es como, por ejemplo, de compraventa o locación de inmuebles, entre
nbsoluto, y estableciendo límites. otros. El problema se presenta cuando es una relación contractual
Es claro, entonces, que ésta es la orientación que toma la en la que necesariamente el titular presta datos que en muchos
LPDP y que compartimos: son datos que no vulneren la intimidad casos entran en la categoría de "sensibles"; tal el supuesto que se
~~Htnndo en bancos o registros de fácil acceso. da en los contratos de seguros de vida o de locación de servicios,
Es necesario, asimismo, no confundirlos con los datos del inc. donde la persona deja voluntariamente datos que, de otro modo,
a, do fuentes de acceso público irrestricto, puesto que estos datos no divulgaría, o sobre los que podría pretender su reserva o con-
no provienen de una fuente de acceso irrestricto sino de una fuente fidencialidad.
78
dn f¡ieil acceso, que no es lo mismo. Coincidimos con Gozaíni en Coincido con Gozaíni 79 en cuanto a que en este último supues-
q11n conviene tener presente que la fuente es importante, porque to la excepción del consentimiento no es necesaria, pero únicamen-
11l <1<~d u eir el derecho de acceso se de be indicar ell ugar y la persona te en la etapa de recolección; porque si a partir de esta información
di' la eunl se obtiene la información. Ésta es la situación que tienen se buscan finalidades diferentes (por ejemplo: cuando una persona
!oH daLos de "fuentes de acceso público irrestricto"; en cambio, adquiere un inmueble en un barrio privado y tras el contrato le
llegan ofertas de seguridad, bienes, accesorios, etc.), quien obtuvo
esos datos y los transfirió está violando la LPDP, que en su art.
'IH c~.J N' H('llioneiu dt'l 1:1/2/!W, ,/A 199G-II-2n5; /,L, lf)~JG-B<1fi.
1

7'1 CH.JN, HOJlt.miC'in dol Hi/ti/!J:I, (l.fjl)(l-XXJII.


'111 <lmmfui, 0Hvnldo, op. c~it., noin fiO, ¡Hig. H. '111 Oozttfni, O;wnldo, ibfdwn, p1'1g. !J.
IH!J D..:nEc:uo PHoci•:HAL CoNSTITUCIONAL EL HÁBEAS DATA 185

:ltl n:-ü.ablece: "Los partiC'Idares que formen archivos, registros o leyes respectivas; b) el Banco Central de la República Argentina en
ha neos de datos que 1w sean para un uso exclusivamente personal ejercicio de sus funciones; e) los organismos recaudadores de im-
rlelwrán registrarse conj(mnc lo previsto en el art. 21 de la ley". puestos nacionales, provinciales o municipales sobre la base de las
O sea que si una baso de datos almacena, conserva o trans- siguientes condiciones: debe referirse a un responsable determina-
fim·n datos, está obligada a eumplir todas las exigencias de la ley. do; debe encontrarse en curso una verificación impositiva con
No nHÍ si se tratara, por ejemplo, simplemente de un archivo de un respecto· a ese responsable, y debe haber sido requerido formal y
oH Ludio de abogados que tiene los datos de sus empleados y es para previamente; d) las entidades deberán guardar absoluta reserva
11:-10 estricto del estudio. Esto sería equiparable a abrir la compu- sobre las informaciones que lleguen a su conocimiento".
t.ndora personal o la agenda de alguien. Es la propia ley, en la El fundamento de exceptuar el consentimiento en el presente
rnglmncntación del art. 1 de la ley 25.326, la que establece que la supuesto estaría dado por la necesidad de no producir ningún tipo
miHma no alcanza a los archivos de datos que sean para estricto de afectación al tráfico mercantil y a la información crediticia tal
UHo personal. como aparece hoy en el mercado 81, sin desproteger, por otro lado,
La obtención de datos personales provenientes de una "rela- las operaciones financieras, que deben estar amparadas en el
ción eientífica" -por ejemplo, si se realizan estudios sobre perso- secreto bancario establecido también por ley. En cuanto al concep-
nnH que padecen una determinada enfermedad- elimina por su to de las "entidades financieras" que quedan exceptuadas por la
propia naturaleza la necesidad de requerir el consentimiento para normativa en cuestión, sirva como aclaración -en caso de duda-
ni nlmacenamiento de esos datos, siempre que se dé la disociación la reglamentación del propio art. 5 del decreto reglamentario
t•ntrc el dato y el titular del mismo. Por ejemplo, se debe saber 1558/01, en el que se dispone: "A los efectos del art. 5, inc. 2, e, de
cwíntas personas que son portadores y/o enfermos de HIV entran la ley 25.326 el concepto de entidad financiera comprende a las
cndn mes o por año a hospitales/clínicas/sanatorios, con fines personas alcanzadas por la ley 21.526 y a las empresas emisoras
cimüíficos o de estadística, pero no se debe saber el nombre y de tarjetas de crédito, los fideicomisos financieros, las ex entida-
npollido del portador y/o enfermo, salvo que el mismo portador del des financieras liquidadas por el Banco Central de la República
vims otorgue su consentimiento. Argentina y los sujetos que expresamente incluya la autoridad de
gn cuanto a la tercera categoría, o sea, los datos obtenidos en aplicación de la mencionada ley".
njercicio de una actividad profesional, consideramos que se refiere Asimismo, el propio reglamento de la ley se encarga de
11 In información que guardan los médicos, psicólogos, psicoanalis- remarcar que "no será necesario el consentimiento para la infor-
L:tH, odontólogos, etc., de sus pacientes, o los abogados, escribanos, mación que se describe en los incs. a, b, e y d del art. 39 de la ley
contndores y cualquier prestador de servicios de sus clientes, los 21.526". Quedan comprendidas dentro de esta ley-a mi criterio-
quo deben mantener secreto y confidencialidad siendo ello para su las personas o entidades privadas o públicas, oficiales o mixtas, de
oHI.rido uso profesional y personal. Siempre que no se pase a otra la Nación, de las provincias, de los municipios y de la Ciudad
dapn del tratamiento de datos no será necesario el consentimien- Autónoma de Buenos Aires, que realicen intermediación habitual
to dtd titular; en caso de pasar la mera recolección, sí será nece- entre la oferta y la demanda de recursos financieros, quienes
Hnrio el consentimiento del mismo. deberán desempeñar sus actividades conforme a los principios
···- Operaciones realizadas por entidades financieras (confor- generales que rigen las operaciones financieras de este tenor.
11/t' ol art. 39 de la ley 21.526). Así, en coherencia con lo dispuesto en el párrafo precedente, la
La Ley de Entidades Financieras 80 , en su art. 39, prevé: "Las reglamentación en su art. 5 agrega que "en ningún cd-so se afectará
t•ntidrules comprendidas en esta ley no podrán revelar las operacio- el secreto bancario, quedando prohibida la divulgación de datos
1/t's que realicen, ni las informaciones que reciban de sus clientes. relativos a operaciones pasivas que realicen las entidades financie-
81ílo se exceptúan de tal deber los informes que requieran: a) lus ras con sus clientes, de conformidad con lo dispuesto en los arts. 39
jw•as en ccutsas judiciales con los recaudos establecidos por las
Hl Wobdcr Mnlbrún, Germún, "Algunos Aspectos de la Información Crediti-
1111
l.t•y :¿ 1./í:IH, Hllllt:ionmlu y JH'Olllllll{udu ol Jlj do lhhwro dt• 1!J'77. cia", /,/,, :.lOO:.l-1>', ptíg. l:HJH.
./1
IHO Dlt!IIICC 1110 I'IIOC:I•:HAL CONSTITUCIONAL EL HÁBEAS DATA 187

y 40 ~ de la lt•y 21.fi2fi". Del principio general y de las excepciones


11
ideas políticas, religión, raza y hábitos sexuales, en la medida en
Hurge que In loy oHL:thlcce con claridad puntualmente qué datos que importe discriminación de las personas.
necesitan el conHentimiento del afectado para su tratamiento 83 •
• La protección a la intimidad de los datos ~er~onales se
completa con la tipificación de nuevas figura~ dehcbvas ~~ el
5. Conclusiones. ámbito de la informática; tal el caso de: 1) el que msertara o hiciere
insertar a sabiendas datos falsos en archivos de datos personales;
• En líneas generales, consideramos que la ley cubre el 2) el que proporcione a sabiendas información fa~sa de un terce::_o;
requerimiento social estableciendo una solución, por un lado, a los 3) se aumenta la pena cuando el hecho culmme con u~ d~no
aspectos relacionados con la regulación de los archivos de datos de efectivo a un tercero; 4) asimismo, se agravará la pena SI qmen
personas físicas y de existencia ideal, y, por el otro, con la regu- comete el delito es un funcionario.
lación de bancos o registros de datos privados, destinados a pro- • El proceso judicial es una "acción especial"; con esto no se
veer informes, o públicos, en las condiciones previstas por la aparta la ley de la Constitución. El trámite es rápido (los bancos
presente ley. de datos, salvo prórroga del juez, deberán contestar dentro de los
• Es importante señalar que se ha logrado un equilibrio 5 días hábiles o 10 corridos, según el c~so), pe.ro salvagua~?a la
entre el derecho a la información y el derecho a la intimidad, que esencia de la garantía, puesto que, a difere~cm }e I.a ac~wn de
Hon, en definitiva, los bienes en pugna que esta garantía debe amparo del párrafo 1o del art. 43, no se reqmere arbitranedad o
"equilibrar". legalidad manifiesta", condiciones sine qua non para la proceden-
cia de la acción "común" de amparo.
• La ley tiene aspectos que resultan, a mi entender, plena-
mente satisfactorios. Queda justificada la necesidad de pormeno- • Por último es necesario reflexionar acerca de que en la
ri:r.nr definiciones en el art. 2, puesto que se trata de un tema con mayoría de las le;es de Derecho comparado en relación a este
llHpcctos muy técnicos y novedosos. tema y aun en la LORTAD, fuente de inspiración de nuestra
norm'a la acción de hábeas data es "personalísima", esto es, sólo
• La ley no se aparta de la norma constitucional cuando se
rdiere a las posibilidades que, a partir de ella, tendrán los dueños puedo ~onocer mis datos personales y los de nin~~a otra persona;
con la muerte del titular del dato, muere la posibilidad de conocer
dt! los datos; se permitirá: 1) que una persona pueda acceder a la
el mismo. Nuestra ley, siguiendo el mencionado fallo "Urteaga", y
inlimnación que sobre ella conste en un registro o banco de datos,
t~omo también a la finalidad de su registro; 2) que se actualicen
teniendo especialmente en cuenta la historia de nuestr? _país. ~n
las últimas décadas, decide incorporar en el art. 34la legitimacwn
dnLm; atrasados; 3) que se rectifiquen los datos inexactos; 4) que
activa extendiéndola al "afectado, sus tutores o curadores y suce-
HP mwgure la confidencialidad, impidiendo que ciertos datos se
sores de las personas físicas, sea en línea recta o colateral has.ta
t.•·nnHtleran ílegítimamente a terceros, y 5) se prohíbe el registro
el segundo grado, por sí o por apoderado". Con lo cual, los legiS-
do información sensible, que es fundamentalmente la relativa a
ladores han demostrado continuar el criterio "aperturista" de
nuestros tribunales, y en definitiva, lo que es más importante aún,
'" /,I!,Y de Entidades Financieras, art. 40: "Las informaciones que el Banco cumplir con los requerimientos de la sociedad.
( :«'ril.rnl de la República Argentina reciba o recoja en ejercicio de sus funciones
lt•udr·¡\n cankter estrictamente confidencial. Tales informaciones no serán admi- • En la Argentina, sin duda hay una legislación -Con~!i­
l.idnN t•ujuieio, salvo en los procesos por delitos comunes y siempre que se hallen tución y leyes- de muy buena calidad en relación a la proteccwn
di n •dnnH•II te vinculadas con los hechos que se investiguen. El personal del Banco de los datos personales. Lo que significa un paso adel~n~e ~n la
( :PrJI.rnl clt~ la Hepública Argentina deberú guardar absoluta reserva sobre las protección de un aspecto del de.;recho fun?amental a la mbmidad,
rulim111u:ioneH que lleguen a su conocimiento. Las informaciones que publique el
Hnrll'o Cnut.rnl en Argentina sobre lnfl entidades comprendidas en eHtn loy Hólo derecho que es necesario apuntalar ~specialme:r:te, porque a la luz
lllfltil.rlln'u¡ loH total eH do loH diforontllS rubros, que como nuíximo podrún contener de los avances tecnológicos producidos a partir del s1glo XX se
In diNcrirninuc.ión do] bulunco gonornl y euontn ele resu.lüzdou mencünuulos 1'/1. 1•l (Jllctwntra debilitado, toda vez que rro hay remedios jurídicos su-
llrl . .'J(i".
liei<lritos que puod:m establecer un equilibrio. La garantía del
'"' A111pliur do BnHI.OJTil, Mure\iiH, op. dt.. , notu fi!J, JllÍI{. l.li. /uilwa,.; data OH ¡:¡óJo o! punto do partida.
CAPíTULO VII

EL HÁBEAS CORPUS
por
ANDRÉS GIL DOMÍNGUEZ 1

"Dedicado a Néstor P. Sagüés, padre fundador


del Derecho Procesal Constitucional argentino".

l. Introducción.

A través de los tiempos, el hábeas corpus ha configurado una


garantía esencial de un derecho fundamental, cual es la libertad
ambulatoria. Tanto el Derecho romano como el Derecho español y
el Derecho anglosajón ofrecen antecedentes clave a la hora de
configurar al instituto. En nuestro país, la historia del hábeas
corpus se extiende desde el Reglamento de la Junta Conservadora
(1811), pasando por el Derecho Constitucional provincial, hasta
desembocar en su hospedaje positivo expreso viabilizado por la
reforma constitucional de 1994.
Oportunamente, la sanción de la ley 23.098 en el año 1984 fue
un gran adelanto por la factura y calidad de la norma que consa-
graba legislativamente el hábeas corpus. Esto fue reforzado por la
ratificación de instrumentos internacionales sobre derechos hu-
manos por parte del Estado argentino donde se le otorgaba un
carácter expansivo al instituto.
La reforma constitucional de 1994 vino a recoger los vastos
antecedentes normativos e históricos, y le otorgó al hábeas corpus
fuerza normativa constitucional.

1 Doctor en Derecho (UBA). Profesor de.Derecho Constitucional en grado,

poHgrudo y clodorndo de la Facultad de Derecho de la UBA. Profesor de la


U ll ivorHidad do Sulamanca.
1110 DERECHO PRocESAL CoNsTITUCIONAL EL HÁBEAS CORPUS 191

El objeto del presente trabajo es analizar el contenido y los mentos de acceder a lugares como el domicilio o el lugar de trabajo,
nleances del art. 43, párrafo 4°, de la Constitución argentina a la etcétera).
lur. de lo dispuesto por la ley 23.098 y por los instrumentos inter- • Hábeas corpus documental 3 : es aquel que tiene por objeto
nacionales sobre derechos humanos que ostentan jerarquía cons- obtener la documentación necesaria para transitar, salir del país,
ti Lucional. etcétera.
• Hábeas corpus por desaparición forzada de personas: es
2. Concepto y tipología. aquel que tiene por objeto hacer cesar el estado de desaparición
forzada de personas.
l. El hábeas corpus es un proceso constitucional que tiene • Hábeas corpus de pronto despacho: es aquel que tiene por
por objeto tutelar la libertad física, corporal o de locomoción. Las objeto acelerar los trámites administrativos necesarios a efectos
doR palabras latinas habeas y corpus significan "tienes tu cuerpo" de disponer la libertad.
o "eres dueño de tu cuerpo", y denotan el objeto de esta garantía: • Hábeas corpus por mora en el traslado del detenido: es
tmer el cuerpo de una persona ante el juez. La vía procesal que aquel que tiene por objeto lograr la liberación del detenido cuando
l'nnalice el hábeas corpus debe ser necesariamente idónea y apta el magistrado de otra jurisdicción que ordenó la captura no la
por su celeridad para llegar a la sentencia útil con la menor confirma o no envía la comisión de búsqueda. Está previsto nor-
demora posible. mativamente en la ley 20.711, que no fue derogada por la ley
La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la Opi- 23.098.
nión Consultiva 9 (OC-9), amplía los contornos del hábeas corpus
nl manifestar que "es esencial la función que cumple el hábeas • Hábeas corpus de oficio: es aquel que es tramitado por un
mrpus como medio para controlar el respeto a la vida e integridad tribunal competente sin que exista previa rogatoria o promoción
dt• la persona, para impedir su desaparición o la indeterminación privada.
dt• su lugar de detención, así como para protegerla contra la • Hábeas corpus colectivo: es aquel que tiene por objeto
lort.ura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes". tutelar la libertad física o los derechos fundamentales de las
personas privadas legalmente de su libertad en su faz de derecho
2. Existen distintos tipos de hábeas corpus 2 , entre los que se colectivo.
oneuentran:
• Hábeas corpus clásico o reparativo: es aquel que tiene por 3. La ley 23.098.
objoLo rehabilitar la libertad física contra actos u omisiones que la
t'I!HLt'Íngen o impiden sin orden legal de autoridad competente.
l. Los antecedentes normativos a la sanción de la ley 23.098 4
• Hábeas corpus preventivo: es aquel que tiene por objeto (mediante la cual se reguló el instituto del hábeas corpus) son los
lt11t~IH' cesar un estado de amenazas ciertas e inminentes que siguientes: a) el art. 20 de la ley 48 (el cual enunciaba: "cuando un
po11nn en peligro la libertad física. individuo se halle detenido o preso por autoridad nacional, o a
• llábeas corpus correctivo: es aquel que se dirige contra disposición de una autoridad nacional, so color de una orden
todn f(mna ilegítima que agrava la condición de una persona emitida por autoridad nacional; o cuando una autoridad provin-
lnJ{IIlmente privada de su libertad.
• llábeas corpus restringido: es aquel que se dirige contra 3 Ver Bidart Campos, Germán J., "El «derecho» al pasaporte para salir del
Lodn f(mua de molestias que perturben o alteren la libertad física país", LL, 2003-C-245. Ver la causa "D.,§. M." de la Sala I de la Cámara Nacional
11111 llngnr a su privación (ej.: seguimientos, vigilancias, impedí- de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, LL, 2001-D-243, con nota de De
Lueu, Javier, "Un hábeas corpus ... para poder ¡salir del país!".
4 Ver Martínez Vivot (h.), ,Julio J·., "La ley de hábeas corpus: tutela de la

~ Vor· Hu¡.¡ii{:H, N(iHl.or ['('clt'o, /Jcn•c·ho l'mel',qa{ CIJ/mtitrwimwl. ITálll'aH Cor- libortnd ambulatoria en ol marco nacional", Revista de Derecho Procesal, no 5,
I'IIN, t.. IV, AHl.t'(lll, I!IDH. /\m pum. l!ñbouR dut.a. 1lllhow.¡ eorpuH-H, Rubinzal-Culzoni, 2000.
192 DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL
EL HÁBEAS CORPUS 193

cial haya puesto preso a un miembro del Congreso, o a Cf!alquier


R." 6 , sostuvo que el hábeas corpus existe para atender a los
otro individuo que obre en condición del gobierno nacwnal, la
detenidos en institutos psiquiátricos. En este sentido, Néstor P.
Corte Suprema o los jueces de excepción podrán a inst;:mcia del
Sagüés 7 afirmó que el Alto Tribunal habilitó la acción también
preso o de sus parientes o amigos, in_vestigar sobre el ongen_ de la para el caso de que tales casas de salud estén en manos de
prisión, y en caso de que ésta haya sLdo ordenada por autondad o
particulares, y que los jueces, a falta de norma de forma en el
persona que no esté facultada por la ley, mandará P.oner al preso
orden federal, tendrán que hacerlas operar aplicando analógica-
inmediatamente en libertad"); b) el Titulo IV, Sección Segunda,
mente la ley 23.098. En tanto, en el ámbito local, muchas provin-
Libro Cuarto del Código Procesal Penal (ley 2372), y e) el art. 29
cias admiten el hábeas corpus contra actos de particulares y
de la reform~ constitucional de 1949 (que en lo pertinente dispo-
establecen la pertinente regulación. Entendiendo la acción de
nía: "Todo habitante podrá interponer por sí o por intermedio de
hábeas corpus como un amparo (el cual procede ante actos de
sus parientes o amigos, recurso de hábeas corpus ante la autorida~ particulares) especializado, podemos sostener que a nivel consti-
judicial competente, para que se investiguen la caus~ y el procedL-
tucional el art. 43 consagró la acción de hábeas corpus contra actos
miento de cualquier restricción o amenaza a la llbertad de la de particulares.
persona. El tribunal hará comparecer al recurr~nte, y, .comprobada Por último, el art. 11, párrafo 5°, le otorgó existencia positiva
en forma sumaria la violación, hará cesar mmedwtamente la
al hábeas corpus de oficio respecto de una persona "detenida o
restricción o la amenaza").
amenazada" y ante el temor: a) de que sea transportada fuera del
2. La ley 23.098, sancionada en el año 1984, constituyó un territorio de la jurisdicción de un juez o tribunal, y b) de que se le
gran adelanto en torno al proceso constitucional. de hábeas corP_US haga sufrir un perjuicio irreparable.
y fue considerada una ley de contenido constituciOnal que se ubica
5. El art. 5 enuncia que la denuncia de hábeas corpus podrá
~m el ámbito del Derecho Procesal Constitucional 5 • La norma se
ser interpuesta por la persona direCtamente afectada o "por cual-
dividió en dos partes: una, aplicable en todo el territorio del
quier otra en su favor", consagrando una auténtica acción popular
J;:Htado federal y, por ende, también ante tribunales provinciales;
de hábeas corpus. Dicha holgura procesal se ve limitada cuando la
oLrn, solamente aplicable en el ámbito federal dada su naturaleza
norma regula los recursos contra las decisiones jurisdiccionales
fundamentalmente procesal.
adoptadas en primera instancia; el denunciante sólo podrá inter-
3. El art. 1 incorpora el principio pro homine al establecer poner recurso de apelación por "la sanción o costas que se le
cpw la ley tendrá vigencia en todo el territorio de la Nación hubieran impuesto" (art. 19, párrafo 2°).
cualquiera sea el tribunal que la aplique; sin embargo, "ello no
6. El art. 6 incorporó la declaración de inconstitucionalidad
r Jhslará a la aplicación de las constituciones de provincia o de leyes
de oficio 8 ; en el caso concreto, cuando la limitación de la libertad
d idadas en su consecuencia, cuando se considere que las mismas
ambulatoria "se lleve a cabo por orden escrita de una autoridad
olor¡.;an más eficiente protección de los derechos a que se refiere esta
que obra en virtud de un precepto legal contrario a la Constitución
lr>y''.
Nacional".
ti. El art. 3 establece que el hábeas corpus procede ante un
7. El art. 4 generó una gran innovación en una temática
ndo u omisión de autoridad pública que implique: a) limitación o
compleja: el radio de actuación del hábeas corpus durante el
lllllc'tlní':a de la libertad ambulatoria sin orden escrita de autoridad
estado de sitio.
c·ompdcmte; b) agravación ilegítima de la forma y de las condicio-
IH~H nn que cumple la privación de la libertad. De esta manera, Dentro del marco establecido por el proceso constitucional de
i ncorpor<Í la tipología reparadora, preventiva y correctiva. . hábeas corpus se podrá comprobar:
J;;( nrL 2 incorporó el hábeas corpus contra actos de parbc~­
lnrC\H. Ln Corte Suprema de .Justicia, en el caso "Fernández, Mano
6
LL, 1990-D-344.
.
7
Ver Sugüés, Néstor Pedro, "Recurso extraordinario, defensa en juicio y el
háheas corpus pura internados en institutos psiquiátricos", LL, 1990-D-344.
~ Vc11· llídnrl. CHnlpoM, ( h•mu\n ,J., '/'miado Elemental dr• /)en•dm Connliln· H Ver Gil Domínguez, Andrés, "La declaración de inconstitucionalidad de
t'/llllrtlllr~t·nlillo, t.. 11·/\, pl'll{. :¡:m, J•:díar, :lOO:l. olieío: su ucf;unlidud teórica y jurisprudencia] en la Argentina", elDial.com,
Hupl!'lll!111to do l>e>rocho Pllblico, 1H de octubre de 2004. 1
(1,

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11)11 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL HÁBEAS CORPUS 195

a) La legitimidad del estado de sitio. A pesar de que el te. Sí, en cambio, es admisible el control de razonabilidad del
legislador le confirió al Poder Judicial una amplia potestad de ejercicio concreto de las facultades que en esa situación se asignan
contralor respecto de la razonabilidad de los motivos invocados por al Poder Ejecutivo".
1d órgano declarante, la Corte Suprema de Justicia, en el caso La doctrina 10 ha señalado que algunas pautas de interpreta-
"Granada" 9 , realizó un control limitado de la legitimidad de la ción del enunciado normativo podrían ser las siguientes:
tkdaración del estado de sitio. En los votos de José S. Caballero, • El juez debe actuar con suma prudencia, cuidando de no
Enrique S. Petracchi y Jorge A. Bacqué sostuvo: afectar las competencias discrecionales de los otros poderes.
''Que, en lo concerniente al primero de estos puntos, no cabe
l'ntender que haya sido intención del legislador apartarse de la • El magistrado debe partir de la presunción de constitucio-
reiterada jurisprudencia del tribunal, que ha reconocido como nalidad de los actos del Congreso y del presidente.
fctcultades privativas de los poderes Legislativo y Ejecutivo las • Sólo conceptuará inconstitucional la declaración del esta-
re{erentes a apreciar las circunstancias de hecho que tornan acon- do de sitio cuando dicha inconstitucionalidad sea evidente.
st:jable la adopción de tal recurso, por lo cual la decisión de dichos • El juez ejerce un doble control. El formal, donde debe
poderes que instaura el estado de sitio no resulta revisable por los determinar si la declaración fue resuelta por la autoridad compe-
jueces... Si esos son los perfiles del instituto, se comprende la tente y con el trámite constitucional pertinente. El sustancial, que
necesidad de dar carácter excluyente al juicio del Poder Legislati- consiste en un examen de proporcionalidad entre los condiciona-
vo, o del Ejecutivo en su caso, respecto del grado real de riesgo que mientos fácticos alegados y su relación con los conceptos constitu-
importen las situaciones de emergencia que determinen en la de- cionales que habilitan la declaración del estado de sitio.
claración del estado de sitio. De la misma manera resulta defini-
tivo el criterio de los poderes Legislativo y Ejecutivo en punto a la b) La correlación entre el orden de privación de la libertad
oportunidad del ejercicio de las atribuciones correspondientes al y la situación que dio origen a la declaración del estado de sitio.
manejo de las relaciones exteriores y a la intervención federal ... El De esta manera, la ley 23.098 siguió los lineamientos expuestos
juicio de legitimidad al que remite el art. 4 de la citada ley 23.098 oportunamente por la Corte Suprema en el caso "Timerman" 11 (en
1w ha de versar, pues, sobre las características de la situación en sus dos versiones), donde sostuvo: a) que era factible el control
la cual se proclama el estado de sitio, sino sobre otros elementos judicial de razonabilidad sobre el arresto ordenado por el Poder
que son realmente referibles al concepto de legitimidad ... Pero, Ejecutivo durante el estado de sitio, y b) que la privación de la
dado el texto del art. 4 de la ley 23.098, lo que interesa es la libertad era legal en la medida en que se respetaran las dos formas
Ü•Nitimidad del acto mismo de declaración del estado de sitio. Esto establecidas por el orden constitucional: b') luego de un proceso
t•s, excluido el examen de fondo -o sea el atinente a la apreciación judicial donde se cumplieran todas las garantías del debido proce-
de los hechos determinantes del acto-, resta el juicio que concierne so; b") como consecuencia de un arresto dispuesto por el Poder
o. los requisitos de competencia y de forma en el cual queda incluido Ejecutivo habiéndose declarado el estado de sitio.
lo relativo no sólo a las modalidades extrínsecas de la ley o del e) La agravación ilegítima de la forma y condiciones en que
dt•creto declarativos del estado de sitio, sino también a posibles se cumple la privación de la libertad, que en ningún caso podrá
rt•qu.isitos sobre el contenido necesario del acto, como lo son el plazo hacerse efectiva en establecimientos destinados a la ejecución de
t'XfJI'cso y la determinación del lugar, puntos estos últimos reitera- penas.
dallwn.le considerados en la jurisprudencia del tribunal".
I~n tanto, Carlos S. Fayt, en su voto concurrente con In d) El efectivo ejercicio del derecho de opción previsto en la
rnnyoría, en el considerando 7° sostuvo: "Que, en consecuencia, la última parte del art. 23 de 1~ Constitución argentina. En estos
dt•cisir)n por la cual se declara el estado de sitio -el que cu.mpll' casos, el hábea.s corpus ha funcionado como un instrumento idóneo
tiiHI fiw.cir!n tí.til, en tanto está destinado a preservar y no a supri- y valedero en los supuestos de denegatoria del derecho de opción,
lllir 1'1 imperio de la Constilttción-··-... n.o es revisable judicialnwn-
111 Vol' op. cit.. on not.n 2, p1\g. 244.
11 11 '''al/oH, :wo:H lli y a o 1:771.
CS,JN, Faflr111, :107::.!:/.Htl.
111(1 lhmr<:<:no Prtocrr.HAL CoNSTITUCIONAL EL HÁBEAS CORPUS 197

o hi<m, en caso de demom por parte del Poder Ejecutivo en resolver 4. La regla de reconocimiento constitucional argentina.
In :-wlicitucl promovida. l~sta ha sido la doctrina de la Corte Supre- El art. 43 de la Constitución argentina, el art. 7 de la
IIHt un los fallos "Alvear" 1 ~ ~~ "Yrigoyen" 13 • Convención Americana sobre Derechos Humanos, el
art. 9 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos, y el art.
8. El esquema procesal de la ley 23.098 14 puede sintetizarse 37 de la Convención sobre los Derechos del Niño.
do la siguiente manera:
• La acción se inicia con la denuncia prevista en el art. 9. l. Antes de la reforma constitucional operada en el año 1994,
I•;I juez puede rechazar in limine o declarar su incompetencia (art. se entendía que la Constitución histórica le había suministrado
1o), o bien dictar el "auto de hábeas corpus" del art. 11 y requerir base normativa suficiente al proceso de hábeas corpus en la parte
llll informe circunstanciado y la presentación del detenido. correspondiente del art. 18 que establece que nadie puede ser
• Si rechaza in limine o declara su incompetencia, el juez arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad competente,
do be elevar el expediente en consulta a la Cámara de Apelaciones, y que, superabundantemente, se lo pudo considerar como garantía
In eual debe resolver en un plazo de 24 horas. Si la alzada confirma implícita alojada en el art. 33 de la Constitución argentina 15 •
ol reehazo o la declaración de incompetencia, la decisión es suscep-
2. Uno de los principales logros de la reforma constitucional
tible de recurso extraordinario federal (art. 7). Si revoca el rechazo
de 1994 fue incorporar el art. 75, inc. 22, a partir del cual la
o In declaración de incompetencia, el trámite prosigue.
Constitución argentina comparte su jerarquía constitucional de
• Si el juez dicta el auto de hábeas corpus, puede establecer manera originaria con once instrumentos internacionales sobre
un plazo expreso o formular un mandato procesal bajo la leyenda derechos humamos delimitados por el constituyente, así como
"do inmediato". Notificado el auto, el requerido debe cumplir con también con los demás instrumentos internacionales sobre dere-
td informe circunstanciado (arts. 11 y 12). A esto le sigue la chos humanos que adquieran dicha jerarquía de forma derivada
n~alización de una audiencia oral (arts. 13 y 14). Luego se sustan- mediante un mecanismo de mayorías agravadas previsto por el
cia In prueba en un plazo de 24 horas (art. 15). Al concluir la propio art. 75, inc. 22.
uudiencia oral (art. 17), el juez de primera instancia dicta senten- El art. 75, inc. 22, de la Constitución argentina introdujo en
cia. La decisión jurisdiccional puede ser apelada en un plazo de 24 el campo de la legalidad constitucional una fuente externa, la cual
horas (nrt. 19). debe aceptarse tal como viene dada, sin poder modificarla o
• Si la apelación es denegada, se puede promover un recur- reinterpretarla. Pero, a la vez, dicha fuente externa, junto con la
HO dn queja (art. 19) ante la Cámara, la cual debe expedirse en un Constitución textual, conforman el parámetro de validez de las
plazo de 24 horas. Si se concede la queja, el trámite sigue como si reglas secundarias que oportunamente se produzcan. Por este
Hu hubiera concedido el recurso de apelación. Si se deniega la motivo, a partir de la reforma constitucional de 1994, el concepto
quoju, queda expedita la vía del recurso extraordinario federal. que define con mayor precisión el parámetro de validez de las
• Si la apelación es concedida, el juez debe emplazar a los reglas secundarias es el de regla de reconocimiento constitucional,
inl.orvinicntcs para que en 24 horas pongan al detenido a dispo- que es un producto directo e inmediato del art. 75, inc. 22.
sid6u del tribunal (art. 20). Si la Cámara no renueva la posibili- 3. El art. 43, párrafo 4°, de la Constitución argentina 16
dnd do audiencia, debe dictar sentencia de inmediato. Si la Cáma- sostiene:
rn dt!cidn renovar la audiencia, debe dictar sentencia al concluir
In nudiencin. En ambos casos, es posible interponer recurso ex- 15
Ver op. cit. en nota 4, pág. 336.
l.rnord i rw rio federal (art. 7). 16
Ver de los debates de la Convención Constituyente de 1994las exposiciones
de: a) convencional Díaz, convencional tlarcesat, convencional Peltier, convencio-
nal Roque, convencional Ancarani y convencional Olivera (Convención Nacional
Constituyente 29" Reunión, 30" Sesión Ordinaria, 11 de agosto de 1994), y b)
1
~ Fallo.~. 1/íH::l!J 1. eonvoncionul 'forres Malina, convencional Parent'e, convencional Cullen (Conven-
1:1 FalloN, l<i'/:2Ci'l. ción Nncionul Constituyente, 30" Heunión, 30" Sesión Ordinaria 12 de agosto de
1; V11r op. <~iL 1111 uol.n 2, pi\f(. :lf,'l. 1!J!)Ij ). . '
I!JH J>JmECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL HÁBEAS CORPUS 199

"~}uando el derecho lesionado, restringido, alterado o amena- Justicia tuvo la oportunidad de analizar la política de desaparicio-
zado fuera la libertad física, o en caso de agravamiento ilegítimo nes forzadas pergeñada por la dictadura militar. En dicho fallo, el
t'!'· la forma o condiciones de detención, o en el de desaparición Alto Tribunal puso de manifiesto que la escueta información dada
forzada de personas, la acción de hábeas corpus podrá ser inter- por las autoridades requeridas sobre el paradero de las personas
¡1/(esta por el afectado o por cualquiera en su favor y el juez desaparecidas constituía un claro ejemplo de privación de justicia.
l'l!solverá de inmediato, aun durante la vigencia del estado de Si bien desde lo formal este fallo ha sido ponderado, desde el punto
sitio". de vista sustancial sólo actuó como un mero consejo o "llamado de
a) La norma constitucional -siguiendo los lineamientos atención", porque -a diferencia de lo que sucedió con el Informe
oxpuestos por la ley 23.098- estableció la acción de hábeas de la Comisión Interamericana de 1979- la espiral de desapari-
curp1~s e.n las modalidades reparadora, preventiva, correctiva y ciones no disminuyó ni la actuación del Poder Judicial significó un
rostrmg1da. valladar al accionar de las fuerzas armadas 19 •
_b) La novedad consiste en incorporar una tipología especial: La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en su
o! habeas corpus contra la desaparición forzada de personas. informe 26/94, especificó los perversos efectos de la práctica de
La siniestra práctica genocida empleada por la última dicta- desapariciones, la cual consiste en la detención de una persona por
dura militar llevó al convencional constituyente a incorporar esta agentes del Estado o con su consentimiento, sin orden de juez
clnse de hábeas corpus con dos objetivos bien diferenciados: a) competente, y donde la detención es negada sistemáticamente.
para que sea una herramienta procesal útil frente a la comisión Explicó la Comisión que es una forma compleja de violación de
de u.n de!ito de l.esa humanidad; b) para que nadie quiera falsear derechos humanos que debe ser comprendida y encarada de ma-
lu lustona y dec1r que la aberrante práctica de desapariciones fue nera integral. La práctica de desapariciones tiene como principal
Hólo un c~ento de un escritor, y, fundamentalmente, para que objetivo imposibilitar toda investigación de los hechos y asegurar
n une a mas se vuelva a repetir la negra historia de muerte la impunidad de los responsables. Asimismo, constituye una viola-
sin entierro ni descanso. En la Asamblea Constituyente el ción múltiple y continuada de numerosos derechos humanos. Pre-
convencional Díaz 17 (miembro informante por la mayoría) sost~vo: senta determinadas características: a) está acompañada, en gene-
"~]¡!'~md.o en el dictamen de mayoría hicimos referencia a la desapa- ral, por torturas y demás tratamientos crueles, inhumanos y de-
':~·c/.on for~ada de las personas, un señor convencional -que no gradantes; b) ejecución secreta de las víctimas seguida del oculta-
/trmó el d~ctamen de mayoría- expresó su adhesión al recuerdo de miento del cadáver con el objeto de lograr la impunidad de los
t•süJ. experiencia histórica que hemos vivido. Esto ya lo hemos ejecutantes y de los jefes que ordenaron la ejecución 20 • En sintonía
.'ill}Jl'!'ado y podemos permanecer con ese recuerdo, aunque no po- con lo expuesto, recientemente la Convención Interamericana sobre
ti.emt~s abandonarlo totalmente y me parece que consagrarlo cons- Desaparición Forzada de Personas alcanzó "jerarquía constitucio-
htucwnalmente reforzará nuestra memoria y voluntad de no olvi- nal derivada" en los términos del art. 75, inc. 22, de la Constitu-
dar. Por lo tanto, creo que la forma en que ha quedado redactado ción Nacional.
1'! tí/timo párrafo, referido al hábeas corpus, expresa lo mejor que El hábeas corpus por personas desaparecidas ofrece un carril
lwmr~s logrado .de la técnica y del desarrollo legislativo y jurispru- procesal idóneo cuando se intenta localizarlas para restituirles la
dencwl argentmo. Además, hace honor a la tradición del hábeas libertad, o bien cuando con razonable proximidad de fechas tam-
t'OI'JllLS universal y al sentimiento de todos los que tuvimos el honor
bién se procura conseguir información conducente. En cambio,
t!t• participar en esta comisión redactora". transcurrido demasiado tiempo entre la desaparición y el reque-
Un antecedente jurisdiccional en la materia lo podemos en- rimiento de datos, parece lógico sostener que el hábeas corpus
cont.rnr en el caso "Pérez Smith" 18 , donde la Corte Suprema de
w Ver Gil Domínguez, Andrés, "La Corte Cuestionada (el Poder Judicial
17
deHde 197:3 hasta nuestros días)", Todo es Hi?toria, no 418, mayo 2002.
Convo•wión Nacional ConHLit.uyont.Q, 2!)" l{ouuión, :JO" Hesión Ordinnriu, ~o Ver Gil Domínguez, Andrés, y Curiel, Alicia, "Corte Interamericana de
1 1 do u¡.¡·oHt.o dt) J!)!ltJ. DoroehoA HwnmwA: el primer fallo eontra el Estado argentino", Revista Jurídica
111
Falle m, :100: 12H2 ( lll'lHl. dt•l. {:¡•ntro dr! J!:.~lwliantt•H, n" H, noviombr·o do 1!J!J(i, Facultad d<l Derecho (UBA).
:wo DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL HÁBEAS CORPUS 201

en r<)~? de objetivo actualizado, por cuya razón el pedido de infor- "12. Que el art. 43 de la Constitución Nacional concede la
ntacwn para conocer lo ocurrido y ejercer el derecho a la verdad acción de amparo a los derechos de incidencia colectiva, para lo
lt istórica 21 ha de hallar su cauce mediante la acción de hábeas cual resulta necesario, en el orden lógico, determinar su alcance y
data 22 • distinción respecto a los derechos individuales que se encontraban
El texto constitucional, al no distinguir entre desaparición ya protegidos en el marco del sistema normativo de la Primera
limmda de personas realizada por autoridad pública o por parti- Parte de la Carta Magna antes de la reforma constitucional de
ctdnres, permite inferir que el art. 43 otorga alojamiento a las dos 1994 ... 13. Que el interés colectivo o de grupo se refiere a la relación
ntodulidades expuestas 23 . por la que un grupo más o menos determinado de personas preten-
e) El hábeas corpus del art. 43 tutela derechos fundamenta- de evitar un perjuicio o conseguir un beneficio en relación con un
lt•H tmbjetivos y derechos fundamentales colectivos 2\ con lo cual objeto no susceptible de apropiación exclusiva o en relación a
podmnos detectar a nivel constitucional el hábeas corpus subjetivo diversos objetos susceptibles de apropiación exclusiva pero
y el hábeas corpus colectivo. cualitativamente idénticos ... 14. Que de acuerdo con esta posición
se encontrarán legitimados para reclamar la protección de estos
d) El hábeas corpus correctivo tiene su fundamento constitu-
derechos de incidencia colectiva no sólo aquellos titulares del de-
cional nn el art. 18, in fine, de la Constitución argentina, cuando
recho fundamental presuntamente vulnerado -el afectado en los
<•HI.rtblece q_ue " ... las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, términos del art. 43- sino también quienes sin ser titulares del
1ICI m. segundad y no para castigo de los reos detenidos en ellas ... ".
derecho tengan un interés legítimo en la preservación de los dere-
1,u P~)rd_i?a legal de la libertad ambulatoria no puede justificar la
chos o libertades de otras personas ... situación que se configura en
rnHLnccwn de otros derechos fundamentales que no se relacionan
el sub lite con la actora que invoca esa legitimación con fundamen-
con d cumplimiento de la condena. Ha alcanzado con éxito sus
to en los estatutos acompañados en la demanda ... 15. Que este
objntivos en las siguientes situaciones: seguridad de los detenidos
tribunal ha afirmado que la Constitución Nacional contempla
tratamiento médico pertinente, traslado injustificado de deteni~
nuevos mecanismos tendientes a proteger a usuarios y consumido-
rloH, medidas disciplinarias formalmente nulas o arbitrarias
res y, para ello, amplió el espectro de los sujetos legitimados para
tuorLificaciones superfluas, carencia de elementos adecuados en 1~
accionar que tradicionalmente se había limitado a aquellos que
pri11ión, trato impropio a menores, sida y censura de corresponden-
da ~r•. fueran titulares de un derecho subjetivo individual (Fallos,
323:1339), sin que de ello resulte posible inferir que esa decisión
Luego. d_e la reforma constitucional de 1994, la Corte Supre- haya quedado excluida respecto de otros hipotéticos titulares de
111~1de .J ushc1a, en la _causa "Mignone" 26 , resolvió hacer lugar a un
derechos de incidencia colectiva ... 16. Que, asimismo, el derecho al
lw!JC'as corpus colectivo (luego de un cambio de nomen iuris por
sufragio tiene en el sistema democrático un carácter colectivo que
cuanto la acción, se había promovido como amparo) y, consecuen- se extiende más allá de la protección del derecho individual y del
t.unwnte, ordeno que las personas privadas de su libertad sin
relativamente restringido grupo de los peticionantes representados
condena pudieran ejercer su derecho a votar en los establecimien-
por la actora, pues todo el andamiaje institucional de la sociedad
t.oH cureularios en ocasión de celebrarse las elecciones. Del voto del
política se encuentra asentado en el efectivo ejercicio de ese derecho.
1lr. Bmmcrt se destacan los siguientes argumentos:
En efecto, el art. 37 de la Constitución Nacional dispone que «esta
Constitución garantiza el pleno ejercicio de los derechos políticos,
~ 1 Vt~r Gil Domínguez, Andrés, "La verdad: un derecho emergente" LL 1999-
t\ ~ 1!1. ' ' con arreglo al principio de la soberanía popular y de las leyes que
n Vt•r op. cit. en nota 4, pág. 349. se dicten en consecuencia. El sufragio es universal, igual, secreto
11
' Vt•r op. cit. en nota 2, pág. 353. y obligatorio». Dicha norma pone en evidencia que el ejercicio del
~· 1 Vt•r <lil Domínguez, Andrés, "Los derechos colectivos como dcroehoA derecho del voto está estrechamente relacionado con el mencionado
f'undnnu•ul.nloH", on In obra eolodiva A una déNulrt <li~ la re(urm.a con.Ytitucional. principio de la soberanía popular que no refleja solamente el mero
J.íi.'J./ ;J,IJIJ.t, Ut•nH:'tn .1. Bidur'!. CumpoH y AnclrílH Gil Domínguez (coordirrudorml),
l•:dinr, :.!OOIJ. acto electoral individual sino también la conformación de la es-
jn Vt•l' op. eit .. llll uot.n :.!, pl'tg. :liH. lnwtura gubernamental y del sistema de derechos de acuerdo con
~ 11 Vm· L/,, :.!00:.!-C-:1'/7; IW, lliH·IH!I, y ,JA, :.!00~-lll·iJH:l. l'sle principio y con la forma republicana de gobierno (arts. 1 y 33,
~~~~ DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL HÁBEAS CORPUS 203

Constitución Nacional). Este tribunal ha señalado también que el con la incidencia colectiva en el grupo -constituido por los dete-
s11.j/-agio es un derecho público de naturaleza política, reservado a nidos sin condena- hace inaplicable el precepto del art. 3, inc. d,
los miembros activos del pueblo del Estado, que en cuanto a acti- de la ley 19.945, que se refiere al planteo de derechos subjetivos
núlad, exterioriza un acto político (Fallos, 310:819). Tal derecho individuales. El derecho de incidencia colectiva no puede caducar
individual al ejercicio del sufragio encuentra sustento en el prin- porque ello importaría unificar al conjunto de ciudadanos afecta-
l"ipio de la soberanía del pueblo e importa también la tutela de un dos bajo la singularidad de ese derecho subjetivo, que es precisa-
derecho colectivo a la participación de los ciudadanos en el gobier- mente lo que la reforma de 1994 pretendió modificar con la amplia-
no del Estado que resulta esencial para el sustento de la sociedad ción del universo de legitimados para incluir a las asociaciones que
denwcrática y que ha sido reconocido desde los comienzos mismos propendan a la defensa de esos fines".
del constitucionalismo argentino... 17. Que, en consecuencia, el e) La legitimación procesal está en cabeza del afectado o de
tl1•recho al voto no queda limitado a su ejercicio individual o cualquier otra persona en su favor, con lo cual se elevó a rango
incluso -como se plantea en el caso- a su difusión a un grupo constitucional una acción popular de hábeas corpus 27 •
rl'!atiuamente amplio de personas sino que también reviste una
importancia central en nuestro sistema representativo de gobierno f> El juez tiene el deber constitucional de resolver de inme-
donde el derecho político del voto es un derecho político fundamen- diato, lo cual impone desde la regla de reconocimiento constitucio-
tal ya que es protector de otros derechos ... , de modo que el examen nal un mandato cerrado en torno a los tiempos procesales (aunque
ru·¡•rca de la legitimación invocada debe ser contemplado en térmi- hubiera sido preferible que la norma constitucional hubiese esta-
no/! no restrictivos que vayan en perjuicio de este aspecto funda- blecido bajo la estructura de una regla un plazo concreto y deter-
nwntal del sistema democrático ... 18. Que a raíz de las particula- minado).
1"1'.'1 características del derecho al sufragio en una sociedad demo- g) El hábeas corpus procede aun durante la vigencia del
l'rática, el reclamo de la demandante se sustenta en un derecho de estado de sitio. En este sentido, el enunciado constitucional se
incidencia colectiva mediante el cual se procura la protección de un relaciona directamente con los artículos pertinentes de la Conven-
derecho político fundamental que se encuentra afectado por la ción Americana sobre Derechos Humanos que regulan los estados
actitud de la demandada, que tiene repercusiones sobre un grupo de excepción y el instituto del hábeas corpus 28 •
t/1• ciudadanos que se hallan en idéntica situación y que habrían El art. 7.6 de la Convención Americana sobre Derechos Hu-
11ido excluidos del efectivo ejercicio de la soberanía popular sobre manos enuncia: "Toda persona privada de libertad tiene derecho
el 1/IW se asienta el sufragio (art. 37, Constitución Nacional) ... 19. a recurrir ante un juez o tribunal competente, a fin de que éste
(bw, por consiguiente, la norma no requiere una identificación decida, sin demora, sobre la legalidad de su arresto, o detención y
l'nlrl' la asociación y cada uno de los perjudicados ya que la ordene su libertad si el arresto o la detención fueran ilegales. En
1"1'/(mna constitucional de 1994 ha optado por ampliar la legitima- los Estados partes cuyas leyes prevén que toda persona que se viera
I'Íán ('()fnO medio para proteger los derechos mediante un instru- amenazada de ser privada de su libertad tiene derecho a recurrir
11/t'lllo que procura una tutela más amplia respecto del conjunto de a un juez o tribunal competente a fin de que éste decida sobre la
¡u•rsonas autorizadas para promover este tipo de acción que surgía legalidad de tal amenaza, dicho recurso no pude ser restringido ni
d1• /a/1!.Y 16.986 ... 20. Que la pluralidad de sujetos ubicados en una abolido. Los recursos podrán interponerse por sí o por otra perso-
IIIÍNma situación de hecho se presenta en el caso si se tiene en na".
1'/11'11./a que los demandantes reclaman la protección de un grupo
lthil'rf.o y al núsmo tiempo limitado de individuos, constituido por 27 Ver Sagüés, Néstor Pedro, "Amparo, hábeas data y hábeas corpus en la
ltlfllt'llas personas que se encuentran detenidas y respecto de las reforma constitucional", LL, 1994-D-1151. Para consultar sobre los alcances de la
l'tUt!t•s aún no se ha dictado condena judicial ... 21. Que reconocida acción popular, ver Gil Domínguez, .Mldrés, Superior Tribunal de Justicia de lr;t
la ll'gititnación de la actora en esos términos y la trascendencia Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Régimen Procesal. Derecho Procesal Constz-
mll'l'liva dl'l derecho al sufrauio carece de relevancia el planteo lucional, La Ley, Buenos Aires, 2001. ·
~·1 Ver Lecl~sma, Ángela Es ter, "El hábeas corpus y el sistema interamericano",
I"I'Üt/.iuo a la caducidad de la acción de amparo porque la relación Revista de Derecho Procesal, n" 4, Amparo. Hábeas data. Hábeas corpus-!,
lnlima l'XÍIII.t•n/.t• l'n/.re t•l dt'/'l'c!w imliuidual poslulado por la actorn ltuhiuznl-Cul:r.oni, ~000.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 205
EL HÁBEAS CORPUS

La Convención Americana, en su art. 27, establece los proce- • Que las mencionadas garantías judiciales deben ejercitar-
dimientos que los Estados partes deben seguir en caso de aquellos se dentro del marco y según los principios del debido proceso legal,
Httpuestos donde se declare un estado de excepción. Dentro del recogidos por el art. 8 de la Convención.
r·t;g·imen existe un conjunto de derechos que configuran un núcleo
duro, que no pueden ser suspendidos (derecho de la personalidad h) En sintonía con las normas constitucionales y transna-
.imídica, derecho a la vida, derecho a la integridad personal, pro- cionales expuestas, el art. 9.4 del Pacto de Derechos Civiles y
hibición de esclavitud y servidumbre, principio de legalidad de Políticos enuncia: "Toda persona que sea privada de libertad en
rdroactividad, libertad de conciencia y de religión, protección de virtud de detención o prisión tendrá derecho a recurrir ante un
In fiunilia, derecho al nombre, derechos del niño, derecho a la tribunal, a fin de que éste decida a la brevedad posible sobre la
nacionalidad y derechos políticos), así como también las garantías legalidad de su prisión y ordene su libertad ... ". En tanto, el art. 37,
judiciales indispensables para la protección de tales derechos. inc. d, de la Convención sobre los Derechos del Niño expresa:
La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la Opinión "Todo niño privado de su libertad tendrá derecho a un pronto
( ~onsultiva 8 (OC-8) 29 , por unanimidad sostuvo que "los procedi- acceso a la asistenciajurídicay otra asistencia adecuada, así como
lllientos jurídicos consagrados en los arts. 25.1 y 7.6 de la Conven- derecho a impugnar la legalidad de la privación de su libertad
l'itín Americana sobre Derechos Humanos no pueden ser suspendi- ante un tribunal u otra autoridad competente, independiente e
dos conforme el art. 27.2 de la misma, porque constituyen garantías imparcial y a una pronta decisión sobre dicha acción".
judiciales indispensables para proteger derechos y libertades que
tampoco pueden suspenderse según la misma disposición". El hábeas corpus contra decisiones administrativas y
Tiempo después, en la Opinión Consultiva 9 (OC-9) 30 , la judiciales: ¿una necesaria relectura. a la luz del art.
(~orto Interamericana por unanimidad decidió: 43, párrafo 4°, de la Constitución argentina?
• Que deben considerarse como garantías judiciales indis- a) En nuestro país, en materia de hábeas corpus, el control
pnrlHables no susceptibles de suspensión, según lo establecido en de las restricciones a la libertad ambulatoria se orientó casi con
ni art. 27.2 de la Convención, el hábeas corpus (art. 7.6), el amparo, exclusividad hacia la competencia del órgano responsable de la
o ettnlquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales com- restricción. Pero nada se ha hecho para extender el control hacia
pdentes (art. 25.1), destinado a garantizar el respeto a los dere- los confines de la proporcionalidad de las decisiones que adoptan
choH y libertades cuya suspensión no está autorizada por la misma los funcionarios. Por este motivo, se excluye el hábeas corpus como
C ~onvención.
la vía adecuada para revisar lo que un policía hace al ordenar un
• Que deben considerarse como garantías judiciales indis- arresto, o bien lo que un tribunal ha decidido cuando resuelve una
pnnHnbles no susceptibles de suspensión aquellos procedimientos orden de detención o dicta una sentencia de condena. Puesto que
jwlieinlcs, inherentes a la forma democrática representativa de estos funcionarios son competentes para ordenar dichas medidas,
gobil~rno (art. 29 e), previstos en el Derecho interno de los Estados no es posible interponer un hábeas corpus para controlar si la
portnH como idóneos para garantizar la plenitud del ejercicio de los competencia fue ejercida de manera proporcional en cada caso
d1·n~ebos a que se refiere el art. 27.2 de la Convención y cuya concreto 31 • Ahora bien, ¿es posible realizar una relectura del
Htrpn•Hión o limitación comporte la indefensión de tales derechos. hábeas corpus contra decisiones administrativas y judiciales a
partir del art. 43, párrafo 4°, de la Constitución argentina? Máxi-
.," Vnr Munili, Pablo L., "El hábeas corpus bajo la suspensión de garantías", me cuando existen directrices de la Corte Interamericana de Dere-
"'1 /Jt•n•t!/ws Humanos. Corte lnteramericana. Opiniones Consultivas. Textos chos Humanos (OC-8 y OC-9), antecedentes del Derecho compara-
1 '"11111/t'!o,q y Comentarios, t. T, Gcrmún Bidart Campos y Calogcro Pizzolo (h.) do y normativa expresa proveniente del Derecho Constitucional
( I'IJord i nudoroH), Erlieiones ,JurfclienH Cuyo, 2000.
·¡o Vor <lil Domí11gumr., AndróR, "Opini1ín ConHultiva Hdo la Corto lnlornmo-
ríc·¡u¡u do IJ¡lf'llt:hoH llunwnoH: 1-(lll'llllt.illHj!ldiein!t•H en t•HludoH do unwrgonein", on
11t·n•c•holl llrtmmum. ( :orll•fnlt•ra llll'rit'ltllrt. ( Jpiniont•N ConsultiuaH. 1'r~.xlo.~ Crnnpft!, :n Ver Carrió, Alejandro, "Rúbeas corpus y razonabilidad", en Derecho
Ion y L'olllt'IIÜII'Írm, t.. 11, <lc•l'llll'lll Bidmt CmnpoR y Culow•ro ('j¡r,¡r,o[o (h.) (eoordi- J>rore,qal ConBtiludonn.l, Adolfo Rivas (director) y Fernando M. Machado Pelloni
nudon•Hl, l•:dit~ionc•M .Jurfdic•itH Cuyo, :WOO. (eoonlinndor), ptíg. Hi7, Ad-Hoc, :.wo:.l.
lh:11.1•:c110 J>JIOC:ESAL CONSTITUCIONAL EL HÁBEAS CORPUS 207

provineinl que rnarcnn unn clara tendencia hacia la plena proce- distinguir competencia formal de competencia sustancial, y enten-
d!'Jtcin del luíheas co11ms eontra decisiones judiciales 32 • der que un funcionario es competente en la medida en que respeta
Cabe recordar que en el caso "Pucheta" 33 (resuelto por la Corte en forma simultánea ambos espacios de competencia.
Nuprmna de ,Justicia), el voto en minoría de Bacqué -después de
d1~HLacar que el hábeas corpus es el gran baluarte de la libertad
p1~r:-;onal- sostuvo que procede a la manera de recurso de revisión
5. Conclusiones.
11 favor de quien fue condenado por sentencia firme, si han mediado
gTnves violaciones al principio constitucional del debido proceso (sin Conforme a lo expuesto a lo largo del presente trabajo, arri-
que ello importe menoscabar la autoridad de la cosa juzgada) por- bamos a las siguientes conclusiones:
qtw de esa manera se salvaguarda la justicia que no es concebible l. El hábeas corpus es un proceso constitucional que tiene
!'U ando la autoridad de la cosa juzgada no descansa sobre una base por objeto tutelar la libertad física, corporal o de locomoción. Las
lllO!'lll. dos palabras latinas habeas y corpus significan "tienes tu cuerpo"
b) La redacción del art. 43 no impone como requisito de o "eres dueñ.o de tu cuerpo", y denotan el objeto de esta garantía:
udmi~:~ibilidad que la limitación de la libertad ambulatoria proven- traer el cuerpo de una persona ante el juez.
1{11de una autoridad que no sea competente, sino que su viabilidad 2. Existen distintos tipos de hábeas corpus entre los que se
dopende de la adecuación del supuesto de hecho del caso concreto encuentran: hábeas corpus clásico o reparativo, hábeas corpus
n los parámetros establecidos por la norma constitucional. A esto preventivo, hábeas corpus correctivo, hábeas corpus restringido,
Ht! HUma que el hábeas corpus como variable del amparo procede hábeas corpus documental, hábeas corpus por desaparición forza-
eontra todo acto u omisión de autoridad pública y de particulares da de personas, hábeas corpus de pronto despacho, hábeas corpus
(modalidad expuesta en el primer párrafo), y cuando el texto se por mora en el traslado del detenido, hábeas corpus de oficio y
n~liere a "autoridad pública", estamos hablando de todos los pode- hábeas corpus colectivo.
reH constituidos sin ninguna clase de excepción. 3. La ley 23.098 sancionada en el año 1984 constituyó un
e) Si el orden jurídico vigente no brinda al afectado una gran adelanto en torno al proceso constitucional de hábeas corpus.
Holución idónea, no existe otra alternativa constitucional que ha- Fue considerada una ley de contenido constitucional que se ubica
bilitar la acción de hábeas corpus que en los supuestos de decisio- en el ámbito del Derecho Procesal Constitucional. Se dividió en
noH jurisdiccionales deberá articularse ante el tribunal superior dos partes: una, aplicable en todo el territorio del Estado federal
do! magistrado en cuestión 34 • Una autoridad es competente siem- y, por ende, también ante tribunales provinciales; otra, solamente
pm y cuando respete en su accionar los derechos fundamentales aplicable en el ámbito federal dada su naturaleza fundamental-
do las personas; de no ser así, los funcionarios resultan tan incom- mente procesal.
potontes como cualquier otro para ordenar la limitación de la 4. La ley 23.098 regula como puntos esenciales, a saber: la
lihortad ambulatoria 35 • En torno al hábeas corpus, es necesario aplicación del principio pro homine, la legitimación procesal popu-
lar, la declaración de inconstitucionalidad de oficio, la procedencia
:1 ~ Vor Machado Pelloni, Fernando M., "Resquicio constitucional y apertura del hábeas data durante el estado de sitio y un trámite procesal
11 iufluPncins externas e internas para un hábeas corpus federal pleno", en Derecho rápido y sencillo.
l'mn·.~al Constitucional cit. en nota anterior, pág. 175, y Almeyra, Miguel Ángel,
"l!npt•llHIIIH!o el húbeas corpus. El hábeas corpus y los procedimientos judiciales", 5. La regla de reconocimiento constitucional argentina alojó
Ut•f!inla dt• Derecho Procesal, no 4, Amparo. Hábeas data. Hábeas corpus-I, expresamente al hábeas corpus en el art. 43 de la Constitución
l!tthinwl-CuiJ~oni, 2000. argentina, en el art. 7 de la Convención Americana sobre Derechos
:l:l Fallos, 811:183 (1988).
1
Humanos, en el art. 9 del Pa<:!to de Derechos Civiles y Políticos, y
" Vl•r op. eii. en nota 2, pág. 16:3. La Corte Suprema de ,Justicia en el caso
'"/'., !\. U. (int. ll7) y otros" (LJ,, HW9-B-6G'7) sostuvo (votos de Nazareno y Molin(\ en el art. 37 de la Convención sobre los Derechos del Niño.
()'Couuor) qtw ol proceso do luíbt•as corpus no uut.orir.n a l:msW.uir u los juocl'H 6. La norma constitucional -siguiendo los lineamientos
propioH de• !u t:JlltHil on luA doc:iAiOIH!H quo luH ineumben, dado <JUO no roomplm:u expuestos por la ley 23.098- estableció la acción de hábeas corpus
1'1 r(•¡¡illll'll prot:nHul vi¡.¡oul.o.
'In Vllr Ofl, t:iL !'ll nol.tt :10, rul¡.¡, 17:1.
en In AmodalicladeA reparndora, preventiva, correctiva y restringí-
!lOH IJJctmcno PROCESAL CONSTITUCIONAL

d1~. La novedad consiste en incorporar una tipología especial: el


h~t-beas corp':s contra la desaparición forzada de personas. Tam-
bwn se elevo a rango constitucional al hábeas corpus como acción
popular.
, 7. El art. 43 de la Constitución argentina estableció que el CAPÍTULO VIII
habe~s C011JUs procede aun durante la vigencia del estado de sitio.
Ln Corte
( 1 lt" Interamericana de Derechos Humanos• , en la Op"1n10n·' LAS ACCIONES AMBIENTALES
,onsu wa 8 (OC-8) y en la Opinión Consultiva 9 (OC-9) t
!/ 'b ' sos uvo
<¡~ICe w eas corpus es una garantía que no puede ser suspendida por
nJ aun durante la vigencia de los estados de excepción.
. 8. A luz del art. 43 de la Constitución argentina es posible MARCELO ALBERTO LÓPEZ ALFONSÍN 1
realizar una rel~c~ura del hábeas corpus y sostener que es pro-
ei,Hh:?te ante decisiOnes de autoridades que ostentan una compe-
l.!.ncw formal pero que han actuado violando derechos funda- l. Introducción: la constitucionalización del ambiente
mentales. como derecho humano.

Nadie duda hoy, a 10 años de la reforma constitucional de


1994, de que la profundización del garantismo, tanto por el capí-
tulo referido a los nuevos derechos como por la jerarquización de
los instrumentos internacionales de protección de los derechos
humanos, es uno de los aspectos más positivos del balance de dicho
proceso constituyente. En el presente capítulo vamos a analizar
las consecuencias de la constitucionalización del ambiente 2 , tanto
en cuanto a la extensión del mismo dada en la llamada "cláusula
ambiental" y sus normas concordantes, como en los mecanismos
procedimentales que el constituyente previó y que el legislador
ordinario reglamentó posteriormente.
El art. 41 de la Constitución Nacional ha establecido en el
párrafo primero el derecho de todos los ciudadanos al ambiente
sano y el deber de su preservación. Asimismo, introdujo la obliga-
ción de recomposición con carácter prioritario en caso de daño
ambiental.
En su párrafo 2°, las funciones estatales -que son obligato-
rias para todos los poderes públicos y cuyo cumplimiento corres-
ponde a cada nivel, según sus respectivas competencias- son: a)
proveer a la protección del derecho al ambiente definido en el

1 Magíster en Ambiente Humano (UNLZ). Profesor de Derecho Ambiental

( UBA y UNLZ). Profesor de Derecho Constitucional CUBA y UCES) y de Derechos


Humanos (UBA).
~ Hemos desarrollado el tema en extenso con Alberto Ricardo Dalla Via en
A,qpi'CÜlS constitucionales del Medio Ambiente, Ed. Estudio, zn ed., Buenos Aires,
mayo do 20011.

14 1h11 r•t•hn /'l'llf'l'rift/ ( ~IJI/Niiiiii'/IJIItll


210 DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL
LAS ACCIONES AMBIENTALES 211
párrafo 1°; b) proveer a la utilización racional de los recursos
naturales; e) proveer a la preservación del patrimonio natural y este modo su caracterización con una perspectiva meramente
cultural y de la diversidad biológica; d) proveer a la información historicista.
Y educación ambientales.
El párrafo 3° dispone la distribución de la competencia nor-
mativa en relación a esas funciones estatales entre la Nación y las 2. El derecho al ambiente como bien jurídico tutelado.
provincias, incorporando un polémico concepto que analizaremos
más profundamente: los llamados "presupuestos mínimos de pro- . Como se ha dicho, entonces, a partir de la reforma constitu-
tección ambiental". Y finalmente, en el párrafo 4°, el constituyente ciOnal de 1994 se genera una concepción desde la cual el hombre
de 1994 prohíbe con la máxima fuerza normativa el ingreso al e.s parte del medio ambiente y, por lo tanto, se concibe la posibi-
territorio nacional de residuos tóxicos o peligrosos. lidad de prevenir y de resarcir el daño ambiental, independien-
Esta cláusula ambiental se encuentra inserta en el segundo te:nente de la afección individual que cada individuo pueda su-
enpítulo de la parte dogmática, el de los llamados "nuevos dere- fnr.
diOs y garantías", que ensancha claramente la recepción consti- Al tratarse de una nueva concepción de daño, nuestras nor-
tucional de los derechos humanos de primera generación -los mas referentes a la reparación de los daños, y perjuicios ocasiona-
civiles y políticos- y los derechos humanos de segunda genera- dos no son suficientes para cubrir la falta de regulación del mismo
dtín -los económicos, sociales y culturales-. como tampoco existe la posibilidad de aplicar analógicamente la~
Los derechos de tercera generación son derechos de inciden- reglas q';Ie otorgan protección a los derechos subjetivos, toda vez
da colectiva que se fundan sobre los valores de la paz y la solida- que ~1 tipo de daño conlleva otro t~po de prerrogativas que el
ridad. En cierta medida, completan la trilogía axiológica de la constituyente de 1994 dio en llamar "derechos de incidencia colec-
Hnvolución Francesa: a la "libertad" y a la "igualdad" le agregan tiva".
la proclamada pero postergada "fraternidad". Asumen la estructu- . La reforma ha reconocido implícitamente que cuidar el am-
ra jurídica de derecho-deber en cabeza de un mismo sujeto. Ofre- b.I~nte es r~spon~abilidad prioritaria del poder que tiene jurisdic-
('(~n una tutela directa del medio ambiente consagrándolo como un cwn. sob.re ~L. As1, parte de la doctrina 6 se inclina por sostener que
bien jurídico; así, se encuadra el art. 41 de la ley fundamental en el b1en Jundico tutelado por la cláusula ambiental es "la calidad
llllH concepción amplia e integradora, ya que no sólo reconoce la de vida", no sólo r.eferida a buenos servicios públicos, sino también
l.tttela sobre los elementos naturales, sino también sobre los cul- los a~pectos relativos a los derechos del consumidor en general. Se
l.tll'ales e históricos 3 • ha d1cho que la fórmula "calidad de vida" se ha convertido en una
La recepción constitucional del derecho ambiental represen- especie de complemento necesario del medio ambiente. El ámbito
l.n, pues, una categoría sustantiva de derechos que tienen como del me~io. ambiente reJ?resenta el marco indispensable para el
ohjdivo garantizar la armonía entre el hombre y su entorno 4, con mantemmwnto y la mejora de la calidad de vida.
luH n\pcrcusiones que ello tiene en los derechos fundamentales Además, a partir de una primera mirada del art. 41 se obser-
individuales, por una parte, y en los derechos sociales por otra. Por va <l:ue uno de los objetivos de la Carta Magna es tutelar el
1•llo, no dudamos en incluirlo en el catálogo de los llamados "de- ambiente en su relación con la calidad de vida de sus habitantes
l'l•ehoH humanos de tercera generación" 5 , sin pretender agotar de destacándose la vinculación existente entre la tutela de la salucl
y la protección ambiental.
" Mugucrza, Javier, "La alternativa al disenso (en torno a la fundamentación Finalmente, claro está, la calidad de vida de una comunidad
<'1.11'11do lo;; derechos humanos)", en la obra colectiva Fundamentos de Derechos depende en gran medida de la calidad de los servicios con los
llufllrlllos, Debate, Madrid, 1989, pág. 21. cuales ella cuenta; a mejores servicios corresponde sin lugar a
1
' !!.ubio, C., cit. por Fernández Gimeno, ,J., y Gamborino Martínez, G., "El
Mndio Alllbil'nte: Conceptos Generales", en Derecho Ambiental espafíol, M. J{oyefl
dudas, un nivel de vida más e,evado. '
l.t'>¡H•z (c:oord.), l~cl. Tirant lo Blanch, Vuloneiu, 2001., p!Íg. 25.
~ Cfr. <:ordillo, AguHLÍn, eL al., nemchos humanrm, Funclaeión do r•:HLudioH 11
i\dnliniHLmt.ivoH, ;{" (!CI., dieimuhro do ~001. l~n oHpec:ial, ol capítulo "1•:1 doroeho ni • Basior:rn, !"Jurcela l., "La protección del, medio ambiente a 10 años de la
11111dio nmhit•nt.o HIIIIO co111o dt•r·<'cllo hnrnuno J'undunwnt.ul". ruformn cxmHt.rtucwnul do 1!JD4", cm ohru colclctivu de la Asociación Argentina de
llnr•t•c·.ho ConHt.ituciorral, J•:d. ltubin:r.nl-Cub<:oni, Sur;tn Fo, ~001 (en. prensa).
LAS ACCIONES AMBIENTALES 213
212 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL

La tarea más importante que tiene la política ambiental debe


Es preciso tener en cuenta que al hablar de daño al medio fundamentarse a escala local-regional. Cualquier política ambien-
ambiente no se está hablando de un daño concreto resultado de tal -en tanto política pública de los poderes del Estado- no
u na conducta, sino que se habla de un daño potencial, ya que. r;o puede obviar que las cuestiones básicas sobre el medio ambiente
:-;ólo se trata de la aplicación de un "remedio" sino de la prevencwn y la economía ya no pueden ser tratadas separadamente.
del daño, de evitar que se produzcan los daños para no tener que
"remediarlos". Con ello se presentan los estudios tendientes a
evaluar los posibles daños que se pueden generar con el desarrollo 3. La incidencia del ambiente en las distintas ramas del
de distintas actividades, y la ciencia y la tecnología permit_en derecho.
adelantarse a los resultados y prevenir los potenciales agravios
que pudieran ocurrir mediante los denominados "estudios de im- La recepción de un derecho al medio ambiente repercute
pacto ambiental" (EIA). Éstos constituyen el mecanismo legal hondamente sobre las concepciones tradicionales del derecho en
para prevenir los potenciales daños al medio ambiente. Se e:;cigen materia de responsabilidad civil y penal, en el concepto de propie-
antes del inicio o durante la continuación de la actividad Y tienen dad -que pasa a adquirir una "función ambiental"-, en la legi-
por objeto comprobar los efectos nocivos que una actividad pueda timación procesal que amplía sus bases y en las competencias del
provocar sobre el medio ambiente. . Estado en cuanto a su regulación.
La normativa constitucional se presenta como un mtento de Desde nuestro punto de vista, y partiendo de un concepto de
contemplar globalmente los distintos planos de incidencia de la unidad del orden jurídico, creemos que el ambiente no debe ser
temática ambiental. Su orientación es dinámica en cuanto a que estudiado como un objeto aislado, en un compartimiento estanco.
la política medioambiental se dirige a posibilitar el pleno de~arro­ Por el contrario, se trata de una visión global sobre la totalidad del
llo de la persona y de su calidad de vida, que marcan su honzonte ordenamiento jurídico, motivada en valoraciones éticas que sur-
Ideológico 7 • Además, supone un planteamiento positivo en cuanto gen de necesidades universales ya señaladas, que .repercuten a su
<~ntraña directrices básicas de acción tendientes no sólo a conser- vez sobre cada una de las disciplinas jurídicas. Así, el derecho civil
var y defender, sino también a mejorar, y en su caso~ restaurar, recibió el impacto en el plano de los presupuestos de la responsa-
<' 1 medio ambiente. Implica, por último, una concepcwn concreta bilidad; al derecho penal le corresponderá ocuparse de los llama-
d<~ la interacción existente entre el hombre y el ambiente, a través dos "delitos ecológicos"; al derecho laboral de las normas de "segu-
d<1 la cual se tienen en cuenta los sujetos históricos que operan en ridad e higiene"; al derecho comercial de las negociaciones de
8
1111 determinado medio en el que desarrollan su personalidad • carácter lucrativo (p. ej., seguros) sobre la temática ambiental; al
9
Coincidimos con García Minella en que quien adhiere al derecho procesal, sobre el problema de la legitimación y los meca-
modelo de desarrollo sustentable acepta que la variable ambiental nismos de protección, y al derecho constitucional le corresponderá,
nLrnviese de manera horizontal todas las políticas de Estado, primordialmente, la asignación de las competencias entre el Esta-
PllÜ~n<liendo el concepto de medio ambiente como un concepto do federal, las provincias y los municipios, y el estudio de las
nmplio al que ha adherido nuestra Constitución, atento que tutela garantías 11 del derecho consagrado a un ambiente sano y equili-
<d medio ambiente como un bien social y lo hace de una manera brado para las generaciones actuales y futuras en el máximo nivel
in Legral 10 • normativo.

'1Vc!r Aspectos constitucionales ... cit. en nota 2. En especial, el ~apítul~> a.


11MenmRi, F., cit. por Pére;, Luiio, Antonio E:nrique, "Art. 45. M~dJO J'\tnlll.en·
11.'' 1111 Conwntarios a la Constitución Rspaiiola de 1978, O. Álznga V!llanul (du·.),
l•:d: Cnrl.us Gcmurales, Mnclrid, t. IV, l!HHi, plÍgA. 21i0 Y 21il.
..
' ( lmcía M inedia, <1ahriela, "Loy Gonorul del Ambiento. 1nterprdnnclo 111111 11
Entendiendo por tales, según el concepto tan bien acuiiado hace más de
Nunv11 Log-islnci6n A111hionl.ul", «'11 /)en•r·ho Amhil,ntal (Sn actrwlirlad rlr• carrr. al un siglo por el maestro Joaquín V. González, "el remedio procedimental apto para
lt'l'l'<'l'lllilt!!J.io), ,J im(nw;,, J•:dnurclo l'uhlo (coordillndorl, l•:clim, nhril do 20011, pt'lf{M. hm:m· valer un dorceho", o en In nuí.H moderna concepción propia del Derecho
'1 '/ 11 ~r;. , lnlmTIHCional do loH IloroehoH Ilttmnno;;: la llnm<lda "tutela judicial efectiva".
111 Adllflrilllori 111 purlldÍf./:11111 eou~<til.lll'ionlll dc•l "dc•t-~un·ollo hunuulo". Vc•r not.11 l.
~14 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
LAS ACCIONES AMBIENTALES 215

tl. La cláusula ambiental y la cuestión competencia! en la


reforma de 1994. provincias puedan dictar normas complementarias de leyes nacio-
nales de protección ambiental cuando éstas tengan que ver con
materias objeto de los códigos de fondo. El art. 75, inc. 12 (ex art.
La visión federal se ha ampliado, a nuestro entender, en 67, inc. 11), es muy claro en este punto. Pero también es evidente
varios aspectos de nuestro Derecho sustantivo a partir de la últi- que esta competencia federal de legislación no significa que pueda
ma reforma constitucional. Corresponde ahora adentrarnos en la centralizar su jurisdicción en materia ambiental. Máxime cuando
problemática ambiental y en la relación Nación-provincias, en la reforma de 1994 enuncia un principio general de amplia signi-
particular en cuanto a las cuestiones de dominio y jurisdicción ficación y trascendencia, en las palabras de Daniel Sabsay 16 , al
local y federal. Para ello, la cláusula introducida en el párrafo 3o asignar a las provincias la facultad de disponer de sus recursos
del nrt. 41 por la reforma de 1994 y el último párrafo del art. 124 naturales y de sus ambientes. Se pregunta este autor cómo se
Hon las llaves maestras. Veamos cómo la facultad del Congreso de complementan ambas facultades, y responde: "es que la facultad de
In Nación de dictar los "presupuestos mínimos de protección am- dictar normas básicas ha sido delegada a la Nación por las provin-
himltal" y la de las provincias de sancionar las normas "necesarias cias, siempre que la misma no importe un vaciamiento de tal
pnrn complementarlas" no implican, a nuestro entender, en modo dominio" 17 • Por razones de espacio, no nos detendremos en el
nlguno, contradicción con la declaración del "dominio originario" análisis de los denominados "establecimientos públicos de utilidad
por parte de estas últimas en relación con sus propios recursos nacional" 18 con todas sus particularidades, pero es preciso profun-
nnturales 12 • A esta compatibilidad debemos agregarle la delega- dizar la novedosa y polémica categoría competencia! introducida en
t•.ión efectuada por las provincias en el Congreso de la Nación para esta materia en 1994 en el párrafo 3° de la cláusula ambiental 19 •
In Hnnción de la legislación de fondo, que se mantiene en el actual
nrL 75, inc. 12 13 •
La delimitación competencia! entre la N ación y las provincias 5. Qué son y qué no son los "presupuestos mínimos" de
ya había sido abordada antes de la reforma por profundos estudio- protección ambiental.
HOS del federalismo argentino como Pedro J. Frías, erradicando
eon firmeza la óptica confrontativa que pudiera intentar aplicar- Antes de analizar el derecho sustantivo vigente, cabe recordar
Ro en esta delicada materia. Este maestro siempre pregonó un que el constituyente reformador fue habilitado para tratar la tota-
"foderalismo de concertación", en el cual la cuestión ambiental lidad de la cuestión ambiental bajo el rótulo de "preservación del
dobín actuar como paradigma a seguir. En otra ocasión 14 hemos medio ambiente" en virtud del in c. k del art. 3 de la ley 24.309 20 con
nlinnndo que dicho paradigma implica hoy que la norma o las una limitación expresa: cualquiera fuera el alcance que se le diera
normas -sea a través de una ley-marco o de diversas leyes regu- al contenido temático, éste debía estar circunscripto a un solo
lntorins para cada aspecto en particular- de presupuestos míni- artículo a incorporar en el Capítulo II de la Primera Parte de la
IIIOA n dictar por la Nación son un piso al que las provincias quedan Constitución N acional 21 . Debemos tener presente esta limitación
huhilitnclas para colocar un techo más alto para complementarlas,
tlll virtud de la potestad de éstas de extender la protección ambien- 16
"El nuevo artículo 41 de la Constitución Nacional y la distribución de
l.nl nn sus territorios 15 • Por supuesto, esto no supone que las competencias Nación-Provincias", DJ, 1997-2-783.
17
Ídem anterior, pág. '783.
18
Para ampliar, ver Manilí, Pablo Luis, Establecimientos de utilidad nacio-
" Vi!!', Pll este sentido, "Parques Nacionales en la agenda de Johannesburgo nal. Artículo 75, inciso 30, de la Constitución Nacional, Ed. Universidad, Buenos
~mo:l'', PJJ Suplemento de Derecho Ambiental de La Ley, diciembre de 2002. Aires, 2004.
19
' l•;x mt. G7, inc. 11, de la CN.
11 Parte de estas reflexiones fueron publicadas por el autor en el suplemento
1'1 "LoH preHupucst.os mínimos de protección ambiental: una perspcdivn digital Federalismi.it de la Universitdad La Sapienza, Italia, y como colaboración
l'llllflt.it.ucionnl", (!Jl Suplemento de Doreeho Ambiental de La Ley, agoHto de 1!HJ8. a la obra colectiva de homenaje a los 150 mios de la Constitución Nacional editada
10 l•:n Himilur Htmtido, Bidurt CnmpoA, Oormán, "81 artículo 41. de la ConH- por In Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), coordinada por
f.it.ud(lll y id I'I!Jllll'to de colliiHlÍOIH!Ín onl.ro (11 l•~lll.rtdo y lnH provineins", J),f, 1!W7- .Jorge Alejandro Amayn.
~!,'/I t, y Clidli, Mul'fn Ani{Mieu, "Lu eorlliHlf.OIICÍil do luH ProvineiuH on mnlol'iu ~~~ AIJ!.A, LIV-A, 8!1.
'''"hiPIII.ul", /,a ¡,~y, 1!J!J7-1•:, HOI'i. \ll Vur olnn(diHiH do didut norma üll Constitución de la Nación Argentina
t'lllllt!ttlrt.da, por AIIH•rl.o H. l>nlln V in, Lihrt~~·fn l•~dit.nm Plut.i•nHe, Ln Plat.n, 1H!J4.
DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL LAS ACCIONES AMBIENTALES 217

prm~onstituyente fijada por el Congreso de la N ación -de confor- Comisión de Redacción, la cual actuó de hecho como una especie
lll idad con el art. 30 de la Ley Fundamental- pues jugó un rol de "filtro" previo a la discusión de cada tema en el recinto del pleno
IIIIIY importante al momento de la redacción definitiva de la cláu- de la Convención Constituyente 24 • Fue allí donde se produjo un
Htda ambiental del art. 41, máxime cuando la misma es el resul- fuerte debate entre los defensores del proyecto -que en definitiva
tado del consenso de 124 iniciativas parlamentarias presentadas recogió el consenso de los miembros de la comisión originaria- y
por los constituyentes sobre esta materia 22 • algunos miembros del órgano redactor, que impulsaban una mo-
Ve amos cuál fue el despacho de comisión en mayoría con dificación al anterior art. 67, inc. 11, de la CN, incluyendo entre
t"nHpccto a este punto: ": .. El Congreso establecerá la legislación las atribuciones del Congreso de la Nación la de "dictar un Código
dP base con los principios comunes y los niveles mínimos de Ambiental" junto al resto de la legislación común 25 • Este intento
protección, sin alterar las jurisdicciones locales y las facultades fracasó, y el plenario de la Convención finalmente sancionó el
propias de las provincias". En el informe respectivo se fundamen- texto del nuevo art. 41, desechando así esta modificación que
Ln que " ... el proyecto viene a incluir en el texto constitucional la había sido fundada en el objetivo de "actualización de las faculta-
modalidad de la legislación de base nacional, definidora de la des legislativas" 26 •
política nacional del país en la materia, lo cual quedará expre- Lo señalado anteriormente es muy importante al momento de
Hndo en «principios comunes>> a tal efecto, así como los <<niveles la interpretación constitucional, por cuanto los textos deben ser
mínimos de protección>>, lo cual implica establecer una virtual valorizados tanto por lo que dicen como por lo que omiten
modalidad de complementación legislativa entre la Nación y las o se abstienen de enunciar, máxime las diferencias tan marca-
provineias" 2:1• das del debate en esta cuestión.
Con respecto a los despachos de la comisión en minoría, el Este criterio hermenéutico es clave para afrontar la perspec-
t'onvencional Alberto Natale, junto a representantes de los parti- tiva del desarrollo legislativo infraconstitucional posterior a la
do¡; provinciales, recomendaba el siguiente párrafo: " ... Correspon- reforma de 1994, tal como veremos en el siguiente acápite. Resulta
do n la Nación dictar las normas generales que contengan los evidente que la voluntad del legislador constitucional está mucho
prmmpucstos mínimos de protección y a las provincias las necesa- más próxima a la legislación de base, propia del Derecho Consti-
rim; pura complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdic- tucional español, que de una delegación provincial de poderes en
dones locales", fundamentando el mismo en que el deslinde de el gobierno federal, lo cual ratifica nuestra posición en cuanto a la
competencias es lo más importante que corresponde definir afirmación del federalismo ambiental producida con la reforma de
OJWmtivamcnte en la Constitución. Si bien dicho deslinde es más 1994 27 • Nuestra posición favorable a un "federalismo de concerta-
pi"Opio de la parte orgánica que de la parte dogmática de una carta ción" ya adelantada debe, pues, ser reafirmada por un principio de
eonHtitucional, no nos olvidemos de la restricción indicada por el fidelidad, porque estamos persuadidos de que es éste el mejor
( :ongrei-lo de la N ación. El despacho de la comisión elaborado por
ni lj'nmte Grande no contiene en este aspecto diferencias con el
firmado por los convencionales de la Unión Cívica Radical y del 24 En similar sentido actuó la Comisión de Negocios Constitucionales en la

l'nrtido J usticialista, de igual forma que la disidencia parcial histórica Convención de Santa Fe de 1853; integrada entre otros por Benjamín
nportnda por el convencional Álvaro Alsogaray. Gorostiaga y José María Gutiérrez.
25 El antecedente legislativo de dicha inieiativa puede rastrearse en el
Vistos estos despachos de comisión, cabe preguntarse en qué
denominado "Código Blanco". Ver, en este punto, el capítulo 1 del libro Aspectos
in.'ltancia se decidió el texto definitivo aprobado. Pues fue en la constitucionales de la protección del medio ambiente, de Alberto R. Dalla Via y
Marcelo A. López Alfonsín, Estudio, Buenos Aires, 1994. En dicha obra nos
pronunciamos a favor de la sanción de una "ley-marco" sobre la materia.
n 1,oH deHpachos de la Comisión de Nuevos Derechos y Garantías eneargudu ~ 6 El nuevo art. 75, inc. 12, d~ la CN, que reemplaza en su redaeción al
dnl lm1111 ¡nwden HOr eoru;ultudos l111 El nwdio ambiente .Y lvs derecho.q colect.ivoN anterior art. 67, inc. 11, incluyó una modificación en relación con el Código del
1'11 la rl'j(wma t•onnliludonal c/1' UHJ.I, por Lópoz AIJ(mRín, Mun:do, l~d. ¡;~H!.udio, Trabajo y de la Seguridad Social, el cual puede ser sancionado "en un solo cuerpo
1D!Jr,, I•:n I'Hpneiul, 11! wpf!.ulo l. o por separado".
~: 1 Cfr. quiro¡.¡u Luviíi, llumhnrt.o, "El oHt.ndo peoló¡;,ric.:o do úorl'cho 1•11 In ~·t Cl'r. 'l'nccn Conte Granel, Carlos H., "Comentarios a la reforma constitu-
Co11MUI.uei6n Nneionnl", /,a ¡,,._y, lllD0-11, !Jiitl. eionul", AHoc:iueión Argonl.inu do Drrncho Constitucional, 1995, págs. 283 y ss.
:.!IH DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL LAS ACCIONES AMBIENTALES 219

modelo para asegurar la eficacia en la aplicación de las normas Estos diez principios rectores son, pues, presupuestos
:unbientales ~ 8 • mínimos 31 "para el logro de una gestión sustentable y adecuada
El principio liminar del federalismo argentino, que se des- del ambiente, la preservación y protección de la diversidad bio-
prende ~e l?s arts. 1 y 121 de la Constitución Nacional, por el cual lógica y la implementación del desarrollo sustentable", tal como
lm; pr~vmcws conservan todo el poder no delegado expresamente el legislador lo quiso remarcar en el propio título de la ley en
ni g-obwrno fe~eral, mantiene de este modo su plena vigencia, la cuestión 32 . Pero es también indubitable que la regulación en
cu:.ll se actuahza ~ reafirma en 1994 al otorgar el constituyente materia de seguros, así como la integración de fondos de
reformador el dommio originario sobre los recursos naturales a las restauración (art. 22) y de compensación ambiental (art.
Jll'o~it~cias (art. 124, última parte, de la CN), cerrando así una 34) son materia de fondo en los términos del art. 75, inc. 12,
polenuca de larg~ data 29 . Es a la luz de estos parámetros que de la Constitución Nacional, y no del párrafo 3° del art. 41
corres¡~or:de anahzar la norma que el Congreso de la Nación de la misma, como lo señalamos anteriormente.
dnno.nnno expresamente de "presupuestos mínimos de protección El debate es más complejo en relación con la cuestión de la
umhJCntal": la ley 25.675 30 , base de la política legislativa en la legitimación procesal del-para nosotros- mal llamado "ampa-
materia. ro ambiental" introducido en el art. 30 de la ley, dentro del
capítulo dedicado al daño ambiental 33 , al cual nos referiremos
más adelante.
U. Los principios rectores de la Ley General del Ambiente.

Esta ley tiene un carácter mixto: incluye normas que encua- 7. La evolución jurisprudencia! sobre la legitimación en
dmn ,cl~rament~ en la nueva categoría competencia! analizada en materia ambiental. Los llamados "intereses difusos o
<;I ncapJte antenor, con aspectos que son materia de legislación de colectivos".
fondo, con la distinción ya efectuada anteriormente. Entre las
euostiones que son indubitadamente "presupuestos mínimos" cabe Antes de la reforma, la jurisprudencia en materia ambiental
Hofínlar los principios rectores de política ambiental enunciados en era dispersa y escasa. En general, la cuestión de los llamados
Hll urt. 4. Ellos son: "intereses difusos o colectivos" hizo que la responsabilidad por
daño ambiental quedara relegada por el debate acerca de la legi-
a) Principio de congruencia. timación procesal para accionar en defensa de los derechos colec-
b) Principio de prevención.
tivos.
e) Principio precautorio. A modo de síntesis, y con una exclusiva finalidad didáctica 34 ,
d) Principio de equidad intergeneracional. podemos mencionar los siguientes precedentes:
e) Principio de progresividad.
/) Principio de responsabilidad.
R) Principio de subsidiariedad.
/¡,) Principio de sustentabilidad.
i) Principio de solidaridad. 31 Todos ellos tienen sus antecedentes en el derecho internacional ambien-
j) Principio de cooperación. tal, en especial las declaraciones finales de las Conferencias de la ONU sobre
Ambiente Humano (Estocolmo, 1972) y sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Río
de Janeiro, 1992).
82 Cfr. Antecedentes Parlamentarios, mayo de 2003, no 4, 200:3-A, pág. 581.

~" Yn ll<_lll ¡n·onune~nm<m en este sentido junto a Sabsay, Dnniol A., en J,¡~ye,q 3a El mismo es definido en el oart. 27 como "toda alteración relevante que

l'f'!{!tr.nu:nlanas d1• (a 1'1'/orma <'on.~titrwional. Pauta,q y su¡.fercncias {wulamenlali's, modifique negativamente el ambiente, sus recursos, el equilibrio de los ecosistemas,
Arllll~t.~,"~t6n Arg<'t~t.uu.t dt• Duroeho Com~titueionul, UHJG, pÜgH. 14G y llH. o los bienes o valores colectivos".
·' l.u CouHI.tt.uet6u do 1!J~!l hnhfn nncionnlizndo !oH rocurHOH 'natunth!fl on '
11
Cfr. López All'onsín, Murcelo, y Martínez, Adriana N., "Una interesante
I'OIII'Ot'dtltudn eo11 I11H viHiotWM oeo116mie11H do lu (,po¡:n. ' roRoluci6n judicial l'rento ul dnflo ambiental colectivo", La Ley, Suplemento de
:
10
1\/i/,1\, I.XIII~A, •1. J)(11'11('ho ConHLitueionlll, julio do 2004.
LAS ACCIONES AMBIENTALES 221

a) "Ricardo Quesacla c/Municipalidad de la Ciudad de


lJuenos Aires":¡¡,. de ser "habitable" u oxigenada, por lo que no reconocw en la
especie frustración de derecho de rango constitucional alguno, ni
lleclws: se interpuso una acción de amparo cuestionando la tampoco que los hechos sean de manifiesta ilegalidad.
!.uln de árboles de la plaza Grand Bourg. La Municipalidad de Asimismo, calificó la cuestión como una decisión exclusiva de
Buunos Aires solicitó el rechazo de la acción por carecer el actor la autoridad administrativa, excluida de revisión judicial, deses-
dt~ l<~gi~imación colectiva, porque los hechos alegados, al haberse timando la acción y revocando el pronunciamiento de primera
producido en el ámbito del dominio público, están exentos del instancia.
con t. rol) L~r~sdiccional y sujetos al poder de policía local que ejerce
111 111Ul11Clpl0. b) "Kattan, Alberto y otros c/Gobierno nacional" 36 .
.Pri.mera instancia: se concede parcialmente el amparo según
loH ~tg\Uentes, arg_umentos: a) la plaza Grand Bourg integra en su Hechos: los actores interponen una acción de amparo contra
con.Junto un amblto al cual la cmdadanía le confirió un sentido una autorización administrativa para capturar catorce toninas
wnwmorativo de indiscutida relevancia, más allá del mero uso overas. Los demandantes explican que la fauna marina es un
común. La accionada interpreta de modo restrictivo y deformante recurso natural, y como tal debe ser preservado como lo establece
ni. :u:t. 2339 y el art. 2341 del Código Civil, ya que los bienes la ley 22.421 sobre fauna silvestre, que analógicamente compren-
¡ntbiJcos, por su carácter representativo del sentimiento nacional de este caso. Aclaran que estas acciones depredatorias, en defini-
con.stituyen una finalidad en sí mismos; la noción de uso común s~ tiva, atentan contra la vida humana, por lo que han elegido la vía
rdu·a, para aflorar en su lugar una idea de soberanía como fun- del amparo: hasta tanto existan estudios acabados acerca del
damento de interés legítimo, y no de un interés meramente sim- impacto ambiental y faunístico que la caza o pesca de toninas
P!o. De esta manera, cualquier ciudadano está facultado para overas en nuestro mar pueda causar, ésta debe ser prohibida.
OJercer las acciones implícitas en la soberanía del pueblo titular Primera instancia: el fallo del Juzgado Federal na 2 en lo
del dominio público. Esta facultad del ciudadano encuad~a en lo Contencioso-Administrativo de la Capital Federal decidió que, a
dispuesto por el art. 33 de la CN y por el art. 28 de la misma, de pesar de que la cuestión requiere un estudio más profundo y
donde se desprende que el poder de policía no es absoluto. amplio, la única manera de evitar la depredación invocada y
En cu~nto a la procedencia del amparo, se puede prescindir asegurar el interés a conservar el medio ambiente es detener,
dol agotamiento de la vía administrativa prevista por el art. 2, inc. aunque sea temporariamente, el efecto de las autorizaciones otor-
n,. de.l~ le~ _16.986, en ca~o de urgencia (como fue éste), en que la gadas. Por eso dicta la medida de no innovar solicitada, suspen-
ofod.tv1zacwn de los trámites respectivos haría peligrar la adecua- diendo los efectos de las resoluciones hasta ellO de mayo de 1983.
da tutela del derecho afectado. Hace lugar al amparo, y, aplicando el principio iura curia novit,
. De esta ~a.ner?, se concede parcialmente el amparo, se pro- decreta la nulidad de las resoluciones que autorizan la captura y
hibo a la Mumc1pahdad de Buenos Aires continuar las tareas de exportación de las toninas overas. Esta decisión fue tomada por
tt.tlndo de plátanos existentes en la plaza, con excepción de dos las siguientes razones:
nJPtllplares cuya subsistencia dependerá de lo que los organismos - El derecho de todo habitante a que no modifiquen su
tlicnicos de la comuna y el Instituto Nacional Sanmartiniano hábitat.
dt~cidnn. - Se reconoce a todos los actores el derecho a accionar como
. S(!ftl.tnda instancia: en esta etapa, el tribunal entendió que la uno de los derechos implícitos del art. 33 de la CN.
lt~Ht(Hlmvocada no era a valores históricos, sino respecto del dere- - No hay estudios del impacto ambiental que el cumpli-
<'!10 de~ recurrente de "vivir en una ciudad habitable, oxigenada". miento del permiso causal"'Ía en el ecosistema, necesarios como
11,H d<H~tr, un derecho a un medio ambiente sano. Consideró enton- condición de validez para tal permiso.
CI'H qun d mismo no acreditó en autos que la ciudad haya dejado - La carga de la prueba de que el permiso no causará
deterioro ambiental corresponde a·la autoridad otorgante.
222 LAS ACCIONES AMBIENTALES 223
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL

e) "Cartañá, Antonio E. c/Municipalidad de Buenos instalación de plantas de tratamiento de residuos peligrosos


Aires" 37 • tipificados por la ley 24.051, según dec. 2487/93.
Primera instancia: se declaró la nulidad de la resolución 256/
Hechos: se interpuso accwn de amparo contra el decreto 93 del organismo indicado, aprobando los pliegos de bases y con-
nlunieipal5584 que adjudicaba la licitación convocada a la empre- diciones, por contradecir lo establecido en la ley 24.051.
sn ''Zoo Botánico 2000 S.A.". Esa licitación adjudicaba por el plazo Segunda instancia: la Sala III de la Cámara Nacional de
d<~ ~O años el conjunto integrado por el Jardín Zoológico y el Jardín Apelaciones en lo Contencioso-Administrativo Federal reconoce al
Botünico de la Capital Federal. Según el actor, el decreto amena- actor legitimación para <tccíonar, acreditada su calidad de vecino
:¡,a!Ja con arbitrariedad manifiesta los intereses difusos de los del lugar. En sus fundamentos se señala que el rechazo de ésta
habitantes de la Ciudad de Buenos Aires, reconocidos implícita- podría haberse sostenido antes de la reforma de 1994, pero que,
nwnte por el art. 33 de la CN, en especial en lo atinente a los a la luz del nuevo art. 41 de la Constitución Nacional, resultan
valores históricos, culturales, científicos y paisajísticos involucra- improcedentes estos argumentos, por cuanto esta norma reconoce
doH en la concesión, y que a él, en su función de controlador a todos los habitantes el derecho a un ambiente sano y equilibrado,
gorwral comunal, le corresponde tutelar y representar. El proyecto así como una acción procesal especial para la protección por la vía
do la empresa adjudicataria afecta esos aspectos y los contratos se del amparo. Es importante señalar que el fallo mencionado en
HUHeribirán con ella sin que hayan sido subsanados. último término abre una perspectiva muy amplia a favor de la
Primera instancia: el juez rechazó in limine la acción de protección ambiental y que es el primer fallo firme en segunda
nmparo por considerar que sólo se trata de un interés simple que instancia en la materia.
ni neeionante intenta ejercer mediante la acción popular, en la que Frente a los modelos del Derecho comparado, y con una
H<' Prige en su propio nombre y cuenta. Sostiene que la protección prudeneia justificada frente a experiencias ajenas, en nuestro
dn nHte interés compete primordialmente al Poder Legislativo, medio se realza el valor de la acción de amparo para dar protección
porqtw es necesaria una norma expresa para que el interés difuso cabal a estas nuevas manifestaciones jurídicas.
cohn) relevancia y en este caso no la hay. Sostiene que su invocada Augusto Mario Morello expresa que debe apelarse al "frontis-
n•pn•sentaci.ón del pueblo no le da legitimación para intervenir, y picio" del art. 1 de la ley 16.986 para encontrar allí la tutela eficaz
por <~i;Lo no cree prudente analizar ni los requisitos de admisibi- de la variada gama de derechos o garantías implícita o explícita-
lidad del art. 2 de la ley 16.986, ni la cuestión de fondo. mente reconocidos en la Constitución Nacional. Entre las adapta-
Segunda instancia: la Cámara Nacional de Apelaciones en lo ciones propuestas, la principal es la referida a la legitimación de
( ~ivil, Snla K, reconoció la legitimación para obrar alegada y las personas directamente afectadas para consagrar una expan-
n•voc<i la resolución apelada, considerando que se daban los pre- sividad horizontal con fundamento en la protección de intereses
HIIf HI!~Htos del amparo y puso en marcha la tutela consiguiente. que ni exclusiva ni privativamente radican en una o más personas
determinadas.
d) "Rchroeder, Juan c/Secretaría de Recursos Natura- Acontece que tales derechos, intereses legítimos o simples
les .Y Ambiente Humano de la Presidencia de la intereses humanos, envuelven una "colmena" de perjudicados. Se
Nación" :JS. configura de tal modo una dimensión social que solidariamente
abraza intereses "ajenos", pero similares: son los de la categoría o
Jf,•clws: el actor interpuso una acción de amparo invocando la grupo amenazado por igual con la violación de lo que se ha rotu-
<·ondit~i<ín de vee.ino de la localidad de Martín Coronado, partido de lado como el "derecho a la dignidad".
'l'rt•H d<~ Fd>rero (provincia de Buenos Aires). Pidió la nulidad del Cualquiera de esos derechQs o intereses humanos habilita sin
<'OIIclri'Ho püblico internacional para la selección de proyectos de más el acceso a la jurisdicción, a fin de obtener una pronta e
imparcial tutela. Tal vez sea este tema de la legitimación uno de
Jos institutos más sensibles al fenómeno de socialización del pro-
~' 1 /itwlriort.llltlir·i(/1, l!l!)J, L 11, piÍf{. 1 1"/1. c<~Ho. No es difícil constatar que cuando se destapa el tema del
·
111
/,a /,t•y, J!)!)tJ-1•:, p(tf!. HD.
lhamcuo PnocESAL CoNSTITUCIONAL
LAS ACCIONES AMBIENTALES 225

llnmado "acceso a la justicia" y se intenta develarlo con plantea- ción de los consumidores y los usuarios. Sin embargo, el "filtro" de
mil~ntos dogmútieoH ~--como tantas veces ha ocurrido con otras la Comisión Redactora hizo que estos últimos períodos de ambas
cuestiones-, éstos no resultan invencibles, y la dimensión social cláusulas de estos nuevos derechos fueran reemplazados por el
de la justicia obligará a adoptar una actitud renovadora. En el actual párrafo 2° del art. 43, bajo la figura de la especie "amparo
Lema de los intereses difusos, el aspecto de la legitimación a favor colectivo" del género en cuestión. Se adujeron para ello razones de
de un número indeterminado pero determinable de sujetos tradu- mejor técnica legislativa, pero lo concreto es que no existen para
cu nada más que una faz técnica del nuevo perfil, sin que ello se estos nuevos "derechos de incidencia colectiva" dos ampa-
tope con restricciones o impedimentos al ejercicio de la acción. ros en razón de la materia, sino una sola categoría común
Hasta aquí un breve repaso de la evoluciónjurisprudencial de -junto a la discriminación- que es la contenida en la
esta doctrina ampliamente garantista. Veamos qué tomó el cons- cláusula indicada. Por ello, hay que ser muy cuidadosos en la
tituyente de 1994, y qué dejó expresamente de lado, antes de tipología de estas acciones, si no queremos alterar lo que nos
arribar al desarrollo legislativo infraconstitucional posterior. parece una clara decisión política y legisferante del constituyente
de 1994.
H. El mal llamado "amparo ambiental". Por supuesto, los debates sobre los alcances de los legitima-
dos para la interposición de la acción de amparo colectivo son
a) El tratamiento en la reforma de 1994. riquísimos en matices, tanto desde lo eminentemente jurídico
como por las implicancias ideológicas que tiene el problema del
Tal como lo señalamos en relación con el tema competencial, acceso a la justicia. Pero nos parece importante resaltar esta
s1~guimos un criterio interpretativo donde le otorgamos igual tras- voluntad como línea hermenéutica de estas herramientas procedí-
cendencia a lo que el constituyente dice y a lo que expresamente mentales. No estamos en este punto considerando a dichos
omitió decir. Y aquí es de gran utilidad la fuente del derecho instrumentos dentro del concepto de "presupuestos míni-
público provincial, de inmensa relevancia en la Convención de mos" ya analizado, lo que nos lleva finalmente a la reglamenta-
Santa Fe de 1994. ción efectuada por el legislador ordinario en el año 2002.
Si desplegamos una mirada comparativa, vamos a encontrar-
noR con que algunas provincias (p. ej., Salta) incluyen en forn:a b) El art. 30 de la ley 25.675.
simultánea con la recepción constitucional del derecho al med10
ambiente sano una garantía específica en razón de la materia. En La Ley General del Ambiente, en su art. 30, establece: "Pro-
cnmbio, la gran mayoría se remite en cuanto a las. acciones ~I?­ ducido el daño ambiental colectivo, tendrán legitimación para
bientales al género "amparo", sin precisar la especie en cuesbon obtener la recomposición del ambiente dañado, el afectado, el
(p. ej., Río Negro). Algunas (p. ej., Tierra del Fuego,, ~tártida e Defensor del Pueblo y las asociaciones no gubernamentales de
Islas del Atlántico Sur) recepcionan de forma homomma los ya defensa ambiental, conforme lo prevé el art. 43 de la Constitución
nnnlizados "intereses difusos o colectivos", tal como lo hizo en Nacional, y el Estado nacional, provincial o municipal; asimismo,
fimna avanzada la provincia de Santa Fe a nivel legislativo ag. quedará legitimado para la acción de recomposición o de indem-
Esta mirada se repite al volver al dictamen de la Comisión de nización pertinente la persona directamente damnificada por el
N ttnvoR Derechos y Garantías ya mencionado. El mismo, en In hecho dañoso acaecido en su jurisdicción. Deducida demanda de
n~clneeión del hoy art. 41, incluía expresamente el amparo ambien- daño ambiental colectivo por alguno de los titulares señalados, no
t.nl. En efecto: luego de los cuatro párrafos que lo integran, aparo- podrán interponerla los restantes, lo que no obsta a su derecho a
cin un quinto: "Toda persona está legitimada para inte11JOIU'I' intervenir como terceros. Sin perjuicio de lo indicado precedente-
ucTirín. de a1nparo para la protección de este derecho". Un l<1xt.o nwnte toda persona podrá soltcitar, mediante acción de amparo, la
Hinlilar Jigl1raba al final del hoy art. 42 en relación con ln protoe· cesación de actividades generadoras del daño ambiental colectivo".
A nuestro entender, ellegislad.or ordinario confunde en
su labor reglamentaria los alcances de cada una de las nor-
"11 Lu finuotlu lny 10.000, 11/J/,/1, XLVII-A, liJ07. mas constitucionales en juego. Esta confusión se origina en
DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL
LAS ACCIONES AMBIENTALES 227

1>retcnder torcer la voluntad del constituyente impulsando un amparo


ción más nutrida en el Derecho comparado, de especies de
ambiental en razón de la materia, desconociendo que los parámetros tal proceso constitucional" 45 •
dd amparo colectivo consagrado en el párrafo 2° del art. 43 de la
Constitución Nacional ya lo incluyeron dentro de sus límites proce-
Hales junto con el amparo de los consumidores y usuarios. 9. A modo de colofón.
Esto es: se pretende reglamentar el art. 41-alterando
In ya comentada noción de "presupuestos mínimos"-, lo El lujo precedentemente indicado no puede dar lugar a la
t~unl es absolutamente legítimo en lo atinente al daño am- tentación de malgastar y/o denigrar este vastísimo catálogo
bicntal40, pero a través del art. 43, creando una multiplicidad procedimental. Creemos que el balance de la constitucionalización
de interpretaciones cruzadas que, en lugar de fortalecer y promo- del ambiente es altamente positivo. No sólo por el contenido del
vc~r la participación ciudadana, complican inútilmente el panora- derecho reconocido con fuerza normativa en la Ley Fundamental,
ma de los operadores jurídicos. desde la perspe~tiva de los derechos humanos ya descripta, sino
Efectivamente, hoy coexisten diferentes acciones ambienta- por marcar el eJe desde la materia constitucional a las diversas
leA, Regún sean de jerarquía constitucional o infraconstitucional: ramas del derecho, ya sean públicas o privadas. El ambiente es en
1) La acción de amparo colectivo. sí mismo un objeto de estudio transdisciplinario, y exige múltiples
2) La acción de recomposición del ambiente. enfoques jurídicos, pero sin perder la perspectiva global que debe
3) La acción indemnizatoria civil. dar el Derecho Constitucional.
El juego de las cláusulas constitucionales (arts. 41 y 43) con Así, saludamos la resolución de la cuestión competencia! por
In ley 25.675 abre un abanico de acciones que dificultan una
1 parte del constituyente de 1994, y quisimos traerla en el presente
mzonable labor judicial. Es de desear que el futuro desarrollo trabajo para afirmar claramente los mandatos establecidos a los
juriHprudencial pueda fijar adecuadamente los límites de estas poderes constituidos, tanto federales como provinciales. No se nos
acciones, superando lo que el maestro Mario Valls llama "una escapa que el derecho público provincial seguirá siendo una fuente
mi~:~celánea de medidas protectoras del ambiente uniformes que inagotable de relleno de esta relación del hombre con la natura-
Higue dispersando la legislación ambiental federal" 41 . leza.
Algunos autores han visto en el último párrafo del ya citado El desarrollo legislativo posconstituyente, más allá de su
art. :30 un llamado "amparo ambiental" 42 , al cual incluso califi- demora, da también motivos para el optimismo. Por supuesto,
can como "acción popular" 43 • El propio Néstor Sagüés -según llevará su tiempo la adecuación de miradas frente a los novedosos
rllH~sLro parecer- incurre en este error, si bien acierta en la
horizontes planteados.
d ilbrenciación con la acción de recomposición, a la que no le Desde el Derecho Procesal Constitucional stricto sensu la
uHiJ~IW este carácter 44 . Coincidimos, sí, con el mencionado maes- variedad de acciones ambientales no nos impide señalar la ~ue
tro <~ll el siguiente concepto: "Argentina puede darse el lujo, consideramos sin duda la gran asignatura pendiente a una
«111 el orden nacional, de contar ahora quizá con la colee-
década del proceso reformista: una razonada y razonable
reglamentación de la figura del amparo colectivo.
Queremos concluir el presente trabajo, más allá de las dife-
'
111
El primer párrafo de la norma señala: "El daño ambiental generará rencias ya señaladas, con una cita del maestro Sagüés, de gran
prioril.urinmcnte la obligación de recomponer, según lo establezca la ley" (el prudencia y sabiduría: "De aquí en más será la experiencia tribu-
dt•HIIICIIdo es nuestro). nalicia el teatro de operaciones donde se jugará el éxito o el fracaso
·" ,JA, :.wo:J-III-1301. de esta figura. Son factores vitales para su buen suceso el planteo
'' 1'ri<•ri Bclmonte, Daniel A., "El amparo ambiental", Revista del Colegio correcto, fundado y sensato de las demandas, junto con un adecua-
/'uf¡{¡,.., du Abogados de la Capital Federal, n" 22, f(Jbrcro de 200:1.
'1:1 1't'ieri llolmonte, Dnniel A., "LoH efoct.o:;¡ 1~rga omnc.~ de la H<Jtütmcin en In
do reclutamiento y producción de pruebas, y su articulación ante
llcd6n d<l umpuro nmhiontnl", ,JA, 200:1-III-12H4. daiins reales al medio ambiente. Demandas temerarias, extrava-
"" HugiU.H, NúHlor 1'., "1•:1 umpnr·o mnhit•nt.ul. Loy 2fi.G71i", ht {,r•y, :lOOrt-ll,
J111~. 1 l!ltl.
.¡n Cfr·. op. eit.. ,<lll not.n nnt:orior, p!Íf..:. 1 Hl9.
Jh:Jn:c:uo I'I!OCESAL CONSTITUCIONAL

ganles, caprichosas o dc·scuidadas pueden devaluar sociológica-


nu•nle a este noble subtipo de amparo. El lanzamiento por ley de
una acción popular de wnparo ambiental significa una verdadera
c•xperiencia de laboratorio para el mantenimiento, difusión o pos-
fl'rior repliegue leual de tales dispositivos de legitimación amplísi-
ma. Su. uso trivial, desnaturalizado o pervertido alentará su elimi-
nación legislativa fittura, o su acorralamiento judicial. Su empleo CAPíTULO IX
('orrecto, por el contrario, los afirmará" 46 •
Hagamos votos por que suceda esto último. Están en juego las PROCEDIMIENTOS DE PROTECCIÓN
presentes y las futuras generaciones de argentinos. AL CONSUMIDOR
por
JORGE ALEJANDRO AMAYA 1

"Si la telaraña está bien tejida el león nunca se escapa"


(proverbio etíope).

l. Mercado, conflicto y solución.

Dentro de una economía de mercado, las fuerzas de la oferta


y la demanda deben equilibrarse para que la resultante sea bene-
ficiosa para todos. En este contexto, los consumidores individuales
aparecen como la parte más débil de las relaciones de consumo y
es hacia ellos, es decir, hacia la búsqueda del equilibrio, que deben
orientarse las fuerzas de una efectiva política de consumo.
El intercambio de bienes y servicios requiere, para que com-
plete su efectividad, sistemas o mecanismos que permitan a los
consumidores o usuarios conseguir una adecuada satisfacción en
caso de incumplimiento de parte del proveedor. Un mercado con
reglas de juego que permita el equilibrio de las partes -entre
consumidores y proveedores, e incluso entre los proveedores- es
un mercado confiable y justo.
Si la posibilidad del consumidor de solucionar sus conflictos
es baja, entonces la credibilidad del mercado es baja, las actitudes

Especialista en Derecho Con~titucional y Administrativo y Máster en


1

Derecho (UP). Vicerrector de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales


do Buenos Aires (UCES), donde es profesor titular de Derecho Constitucional
Político y Derecho Constitucional Profundizado: Profesor de Derecho Constitucio-
111 nal on In Pneult.ud do Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Profesor de la
' ftlr•m notn nnlm·ior. I~Hetwln .Judieinl dol ConH<~io do In Mng"isimturu dü In Nación.
:.!:10 DtmECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL PROCEDIMIENTOS DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR 231

de los proveedores tenderán al incumplimiento y los beneficios del terreno judicial. Los esfuerzos también se concentran en dotar a los
intercambio no llegarán a alcanzar en forma adecuada el bienes- consumidores -y a los empresarios y comerciantes- de métodos
Lar de la sociedad. alternativos de resolución de conflictos que sean ágiles, eficientes,
Como bien lo ha puntualizado la Unión Europea en su Libro informales y gratuitos o poco onerosos.
Verde, de acceso de los consumidores a la justicia y solución de
litigios en materia de consumo en el mercado único, al analizar
los conflictos provenientes del incumplimiento de los contratos 2. Las Directrices del Consumidor de las Naciones Unidas.
de consumo: "En todos los Estados miembros, la no ejecución (o
mala ejecución) de los contratos puede dar lugar a un procedi- En la búsqueda de antecedentes específicos en el Derecho
miento de resolución del litigio resultante. Desde el punto de comparado sobre la protección al consumidor, encontramos el
vista económico el procedimiento juega también (y sobre todo) un Tratado de Roma de 1957, que tuvo por objeto crear el mercado
papel preventivo: a falta de procedimientos eficaces, tienden a común de los países europeos independientes. Este protocolo enun-
a u mentar los casos de no ejecución y, a mediano plazo, lo que ciaba en su preámbulo, como meta relevante de la comunidad, la
resulta afectado es el funcionamiento del mercado; en cambio, la elevación acelerada del nivel de vida garantizando precios razona-
<~xistencia de procedimientos apropiados de resolución de litigios bles en los suministros al consumidor 3 •
fnvorece la ejecución espontánea de las obligaciones contractua- En 1960, instituciones privadas de Australia, Estados Uni-
les"; y agrega: "El objeto del procedimiento contencioso, en tér- dos, Inglaterra, Bélgica y Holanda crearon la Organization of
minos económicos, es interiorizar costos que, de no existir el Consumers Unions (IOCU), con sede en La Haya, a la que poste-
procedimiento, seguirán siendo externos. Estos aspectos econó- riormente se fueron agregando como asociadas instituciones de
micos son tanto más importantes en materia contenciosa del Nueva Zelanda, Francia, Alemania y Austria en 1960; Japón en
consumo: a menudo el consumidor se encuentra desprotegido 1962; Malasia, Israel y Noruega en 1966; Jamaica en 1967; Corea
/'rente al profesional, no porque el consumidor carezca por natu- en 1970; México en 1971; India en 1973; Hong Kong en 1976, y
mlcza de discernimiento o el profesional intente sistemática- muchos países más. La Argentina concretó su ingreso en el año
monte obtener un beneficio en condiciones fraudulentas, sino 1990. Para dar una idea de la fortaleza de las instituciones que
porque, a menudo, los contratos de consumo son de escaso valor, representan a los consumidores, basta mencionar que Inglaterra
de modo que la pérdida sufrida por el consumidor no justifica la agrupa a 937.000 socios; Holanda, 650.000; España e Italia, 250.000;
iniciación de un procedimiento forzoso" 2 • Bélgica 300.000, etcétera 4• ,
Hesulta entonces claro que implementar sistemas cuyo objeto Un gran impulso al movimiento consumidor fue otorgado por
H<~n la solución de los conflictos de consumo tiene, entre otras el ex presidente norteamericano John F. Kennedy, al convertirse
importantes funciones, la de brindar credibilidad al mercado, me- en el primer mandatario que enunció ante el Congreso de su país
jorar la confianza en la existencia de la justicia y asegurar ésta sin los derechos de los consumidores 5 •
quo la cuantía del perjuicio sea un argumento desalentador. En la Finalmente, un hito de gran envergadura lo constituyeron las
11d.uul perspectiva no sólo nacional sino mundial, el denominado Directrices para la Protección del Consumidor que se aprobaron
nceeRo de los consumidores a la justicia es un tema de actualidad. por unanimidad en el año 1985 en la Asamblea General de las
11<>r un lado, la realidad de los estrados judiciales señala la dificil Naciones Unidas 6 • Allí los países signatarios se plantearon los
1JOHÍ bilidad que los consumidores tienen de ocurrir a la justicia para siguientes objetivos:
cons<)guir una compensación por los daños que derivan de la adqui-
Hici6n de bienes o de la contratación de servicios. Por otro, las Ver Derecho del Consumid~, de Stiglitz, Gabriel, y otros, t. 1, pág. 13.
3
Holuciones del acceso a la justicia no se circunscriben solamente al Dato suministrado en "El movimiento del consumidor", por Ana M. Luro,
4

diario La Nación del 18/8/93.


5 Special Message to the Congress on Protecting the Consumer Interest, 15/
~ Conf'. [,ibro Vr•rtlr• dt! 1\r:r~r·so rlr• los Ommumidort!S a la ,fu11lida y Solución
:JIG~.
r/r• l.itii{ÍO;I r'/1 Mrtlt•f'Ítt rlr• Mr•n·rr.rlo lÍnim, CoruiHi<ln dn In:; ComunidudoH.l•iurOJH'IIM, 11 J·~H importnnto t.oner on euentn lor~ alcnnccs de los distintos conceptos que
C:orn w:n (¡'/(i finul, N" 1'111.11logo: CV-CO-!J:J .. (jJtl.J•iH-C, 10 d!l IIOVil•lllhn• do J!)!J:l. tW lmmjuu 011 l.orno n ]oH d(•n•choH dd c~onHumidor: JWI'ión de salud: eompl!'to
DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL
PROCEDIMIENTOS DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR 233

• Ayudar a los países a lograr una protección adecuada de Si bien nuestra Constitución federal de 1853/60 no previó
:-;us habitantes consumidores.
expresamente una normativa a favor de los consumidores, estos
• Instar a los productores y distribuidores a adoptar nor- derechos antes de la reforma de 1994 encontraban protección en
mas de ética de conducta.
la norma del art. 33, de derechos implícitos.
• Ayudar a poner freno a las prácticas comerciales abusi- La reforma constitucional de 1994 consagró expresamente en
V:IH.
su art. 42 8 las prerrogativas de los consumidores y usuarios,
• Facilitar la creación de grupos defensores de consumido- estableciendo un amplio espectro de protección que abarca salud,
I'PH.
seguridad e intereses económicos de las personas; condiciones de
• Fomentar la cooperación internacional. trato equitativo y digno, e información adecuada y veraz. Se en-
• Promover condiciones que den a los consumidores mayor comienda a las autoridades proveer a la protección de esos dere-
Ht1lt1cción a precios más bajos.
chos, a la educación para el consumo, a la defensa de la competen-
Para lograr los objetivos propuestos, se establecieron las si- cia contra toda forma de distorsión de los mercados y los monopo-
~~~~ ion tes Directrices: lios, a la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y a la
• Seguridad física: los productos deben ser inocuos o previ- constitución de asociaciones representativas.
Hihlos. Es importante destacar la recepción constitucional que hace
• Promoción y protección de los intereses económicos: las la norma de los "grupos sociales intermedios" (asociaciones de
políticas de los Estados deben favorecer el máximo beneficio posi- consumidores y usuarios), creando expresamente una categoría de
ble pura los consumidores. sujetos titulares de derechos constitucionales, a los que "se les
• Normas de seguridad y calidad: deben tener la publicidad otorga la facultad de participación en los órganos de control de los
11docuada y actualizarse. servicios públicos y en el segundo párrafo del art. 43 ... se los
. • Medidas de compensación: medidas legales y administra- legitima para interponer la acción de amparo en defensa de los
Livns para obtener compensaciones y solucionar controversias. intereses que constituyen su objeto" 9 •
. • . Programas de educación e información: para que sepan
d1Heormr y conocer sus derechos.
son la Constitución de Weimar de 1919 y la de México de 1917, y 3) los llamados
derechos de "tercera generación", de relativa reciente aparición, aun en estado de
a. El arribo a nuestro Derecho de la ley 24.240 de protección evolución, y que constituyen un grupo de derechos sustenta~os en el principio de
la solidaridad como nos enseña Francisco Fernández Segado Citando a Karel Vasek
ul consumidor. (nos referimos por supuesto a aquellos derechos relacionados con el medio ambiente;
el usuario y el consumidor; la salud y la calidad de vida; el patrimonio histórico, etc.)
Casi todos los países occidentales han sancionado leyes de ("Los nuevos retos del estado social para la protección jurisdiccional de los derechos
prot.<1cci6n al consumidor y muchos de ellos han incorporado estos fundamentales", de Fernández Segado, Francisco, ED, 22/7/94).
8 Art. 42 CN: "Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen
don~ehos, llamados de "tercera generación", a las constituciones 7 • derecho en la relación de consumo, a la protección de su salud, seguridad e
interes~s económicos; a una información adecuada y veraz; a la libertad de
elección, y a condiciones de trato equitativo y digno. .,
~IÍCII~t·~tur ffsico, mental y social (OMS); noción de seguridad: personal, social, en "Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la educacwn
Jlllltu·•~t, on empleo, del tráfico negocia!, de los datos, patrimonial, contractual para el consumo, a la defensa de la competencia contra toda forma de distor.sión
1fii'I{III'Hind 011la salud y patrimonio); intereses económicos: derecho de acceso ul de los mercados, al control de los monopolios naturales y legales, al de la cahdad
t'OIIIHIIIto, u In satisfacción de necesidades básicas; deber de información: veraz,
y eficiencia de los servicios públicos, y a la constitución de asociaciones de
dt~l.nllndn, nlicnz, suficiente; libertad y trato en el acceso a los bienes: libro consumidores y usuarios. ., .,
t'"!''P"'·"IIein y en condic.:iones que no Higni!iquen menoscabos, abusos, uprovedw- "La legislación establecerá procedimientos eficaces para la prevencwn y solu-
IIIIPIII.oH, UHlll'llH .
ción de conflictos, y los marcos regulatorios de los servicios públicos de competencia
., 1'" dodl'inn hneo rol'oroncin n t.rc•H gonomcionos do dorochofl: 1) loA dorechoH nacional, previendo la necesaria participación de las asociaciones de consumidores Y
dvilnH .Y pollt.ie<m quo 1.•nwrgon dol c:onHI.it.IIC:ionulhmw Iiboml cll'iRico ni quo hndumoH uHunriol:l y do laR provincias interesadas, en los organismos de control".
n•fc•n•11dn 1•11 loH Jll\l'l'n!iJM nnt.nl'im·,•H (HigloH XVIII y XIXJ; 2J lo11 dt•n•choH Hocialot~ 11 L'a ConHtituc:ián de lcm Argentinos de Sabsay, Daniel A., y Onaindia, Miguel
qttt• IHII'I{PIIIl pm'l.ir dt• In ¡.tlltll'l'll llliiiHiinl dt• 1!1 1'1, y cuyoMnxpouonl.or-t nu1H eonoeido11 A., l•:nopnr, Buo11011 AiroH, HJH4, ¡ll\ft,. Ji!R.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL PROCEDIMIENTOS DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR 235

Si bien en nuestro país el movimiento del consumidor partió En tal sentido, la efectividad del sistema legal de defensa del
demorado, un año antes de la reforma de 1994 fue sancionada la consumidor no se agota tampoco con el solo reconocimiento de sus
IPy de protección de los consumidores. Efectivamente, el 22 de derechos, aunque a nivel constitucional, o con la sanción de una
fl(~ptiembre de 1993 fue sancionada la ley 24.240, de Defensa del ley protectora. Es necesario poner en marcha una maquinaria
Consumidor, basada en un proyecto de los senadores León, armónica que procure estructurar un sistema general de protec-
Mazzuco, Rubeo y Mac Karthy, la que fue promulgada parcial- ción de los consumidores, integrado por políticas destinadas al
namtc por el Poder Ejecutivo el 13 de octubre de 1993 10 • desarrollo de programas de educación e información de los mis-
.La ley 24.240 fue vetada parcialmente, lo que afectó la inte- mos, promoción de sus organizaciones, implementación de siste-
gTid~ld de la norma u. A pesar de ello, esto fue subsanado en gran mas eficientes de solución de conflictos, y un acceso sencillo y
nwchda con las modificaciones posteriores que recibió la ley 12 • rápido a la justicia 13 •
Ante el avance de las técnicas promocionales y publicitarias
de productos y servicios (especialmente la sofisticación alcanzada
4. Protección preventiva del consumidor. Educación e
información. por la publicidad subliminal) desplegadas a través de los medios
de comunicación social que invaden la vida del consumidor desde
el inicio de su día hasta la finalización del mismo, los derechos de
Dentro del espectro democrático, cabe al Estado asegurar información y educación adquieren una relevancia decisiva para
Pconomías libres sobre la base de políticas que procuren mercados contribuir a que la sociedad consumidora pueda elegir con libertad
eompetitivos y abiertos, pero que garanticen al habitante consu- e individualidad el producto deseado, sin masificarse por respon-
lllidor la oportunidad real de plantarse frente a los productores de der a impulsos o a modas impuestas por los grandes productores.
bimws y servicios en una situación de equilibrio. Como contrapartida del derecho de información y educación
de los consumidores, pesa sobre los productores el deber de infor-
mación que, genéricamente, cabe a todo contratante como deber
1" llolclín Oficial del 15/10/93.
11
accesorio de conducta, destinado a promover un correcto conoci-
l~n este sentido entendíamos en ese momento que el veto y promulgación miento de la realidad necesaria para la valoración del producto o
IJIIJ'r~ild practicado por el presidente era inconstitucional, ya que desgajaba la ley serv1c1o.
nftc,rundo HU coherencia sistemática. Nuestra Corte Suprema tuvo ocasión de
IJI'orHIIII~illl'HC sobre la constitucionalidad de la promulgación parcial de leyes . El deber de información y asesoramiento rige especialmente
llltc,rpn•tando el viejo art. 72 CN en los casos "Giulitta" (Fallos, 189:156) y "Colella" en la etapa precontractual y con mayor vigor en aquellos produc-
(/t'rtl!l~,q, :¿¡.¡(i::352), concluyendo en este último que la promulgación parcial que se tos o servicios que, por su complejidad técnica, resultan más
~'III•HI.IOIIIIhn (de la ley 16.881) era inconstitucional en razón de que el Congreso difíciles de comprender en su necesidad y funcionamiento. Así, la
hiillíu dic·tndo las normas que componían la ley como un cuerpo orgánico destinado
11 n•gl.nr d eontrato de trabajo y el Poder Ejecutivo mediante el veto de parte de
jurisprudencia francesa ha otorgado particular protección a la
lnN IIIIIHIIUH y la promulgación del resto había arrancado normas de un cuerpo a información debida a los contratantes de material informático.
I'II.Yn npliención integral las vinculaba el Poder Legislativo. La ley 24.309, que Otro claro ejemplo al respecto lo constituye el caso "Texas Gulf
dr•r·lnrá In necesidad de reforma de la Constitución Nacional, propuso en aquel Sulpher Co." resuelto por la Corte de Distrito de Nueva York
lllllllrc>r1to !'ll HU urt. 2, inc. a, en concordancia con lo pactado en el Núcleo de (USA) en 1969, que quedó firme por rechazo del certiorari por
( :oirll'idPrll:inH Básicas (punto I, d, del acuerdo político que le dio origen, la reforma
d"l nrl.. 72 CN para constitucionalizar la promulgación parcial de leyes en este
parte de la Corte Suprema. En este leading case se promovió
IU'Ill.ido. 1.a Constitución actual, en su art. 80, establece: "Se reputa aprobado por acción contra dicha compañía, que se dedicaba a la exploración y
1
'1 1'odPr l•ijm:utivo todo proyecto no devuelto en el término de diez días útiles. Los explotación de minerales, por haber deformado y ocultado infor-
!:royrll'l.oH dt;:wchudos parcinlmente no podrán ser aprobados en la parte restante. mación al mercado de valo¡es para luego aprovecharse económi-
•'111 í'JIIhur¡:o, las partos no observadas solamente podrán sor promulgadas Hi camente de las derivaciones de dicha conducta.
lw~wn IIIJI.onomíu nonnntivn y su uprobación parcial no altem el espíritu ni In
111lldnd dr•l proyecto Hancionudo por o! Congreso. En eRLc caso Herá de uplicaeión
lil f'riH'IIdillliL•nLo provisto pnl'll los d(l(:rotoH do ncc:osidnd y urgom:iu".
1
~ Loy :¿,(.:¿,¡()y HUH llHHiilientorinH (doeH. :lOR!J/n:l y 1.'7Hfi/!H, loy<'H :ltl .liOH y 1
" J>nm nmplinr est<m conceptoR vor Defensa de los Consumidores de Produc-
~~·J .'/ii'/, dr•r:. '270/!J'l y lt•y '2rL!J!l!J ). · ' ' to.~ .V 8<'1'11i<"irm, La l{oeen, fliÍgH. JI a y KH. .
2!1(1 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL PROCEDIMIENTOS DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR 237

"El consl!midor en general, el público en su gran mayoría, está cualidades, usos, o resultados de los productos o servicios promo-
fulalrnente ajeno a lo que ocurre, es utilizado, dirigido, inducido, cionados.
sl'ducido, sin que se dé cuenta. Compra un producto determinado
r·reyendo que él «decide» la compra cuando en realidad dicha
('()Jnpra es el reflejo, el resultado de un impulso dirigido normal- 5. Promoción y acción de las organizaciones represen-
1/lente a su subconsciente, perfectamente estudiado, analizado, tativas.
Jl~t!'a tal fin por técnicos y profesionales en la materia". "La opera-
t'trln de compraventa que realiza un individuo que es inducido por Otro aspecto de notable importancia para lograr una adecua-
la propaganda subliminal está muy lejos de ser considerada como da protección de los consumidores constituye la posibilidad de
tuw. operación justa, como un contrato justo en que ambas partes asociarse en instituciones que defiendan y representen los intere-
h~w. obrado en un mismo pie de igualdad, de capacidad de deci- ses de los mismos.
suín". "... Pero lo más grave de tal manejo del público es que éste no Es que, como bien se dice, "la efectividad del derecho del
1w da cuenta de que es utilizado; por el contrario, puede creer y de consumidor, de acceder con dignidad a los bienes y servicios, no
hr•C"!w cree que su compra es el resultado de una decisión exclusi- depende exclusivamente del reconocimiento de las soluciones sus-
nam.ente suya" 14. tanciales ... que persiguen la justicia contractual" 15 .
El Pacto de San José de Costa Rica, en su art. 13, inc. 1, otorga Es necesaria la instrumentación de otros mecanismos, entre
11 toda persona el derecho a buscar, recibir y difundir información. los que destacamos el acceso rápido y simple a una justicia com-
A. HU vez, específicamente, la Constitución española consagra en su prensible para el hombre común, y el ensanchamiento procesal de
11rt. !) lla obligación de los poderes públicos de promover la informa- los conceptos tradicionales por los que se rige la legitimación del
ción .Y .la educación
. de los consumidores y usuarios , fomentando sus reclamante.
ot:gamzacwnes y escuchando a éstas en las cuestiones que puedan Como es sabido, la doctrina tradicional enseña que sólo exis-
ulnctar los derechos de sus integrantes. Como vimos nuestra nueva ten tres niveles de legitimación: el interés simple, el legítimo y el
<:om;t~tución fe~eral con_sagra el derecho de los donsumidores y derecho subjetivo, reconociéndose el amparo jurisdiccional al de-
ltHunr·ws a una mformac1ón adecuada y veraz en su art. 42. recho subjetivo y en alguna rara ocasión al interés legítimo.
La ley argentina de Defensa del Consumidor consagra este Pero esta doctrina tripartita, hoy superada, no consideró nuevas
<krecho en tres artículos del Título III, Capítulo XVI (Educación modalidades que se han ido desarrollando después de la Segunda
111 consumidor). Así, en el art. 60 determina que incumbe al Estado Guerra Mundial y que tienen en cuenta la comunidad, los contribu-
nncionnl, provincial y municipal la formulación de planes genera- yentes, el medio ambiente, los consumidores, y que consideran como
l<.'H do educación para el consumo, fomentando la creación y fun- titulares de un derecho subjetivo a grupos o asociaciones.
l'tonnmiento de las asociaciones de consumidores, propendiendo a La Constitución argentina reconoce en el art. 42 a las "asocia-
quo dentro de los planes oficiales de educación primaria y media ciones de consumidores", otorgándoles, a éstas y a las agrupaciones
~~~ <.mr-wüen los preceptos y alcances de la ley; el art. 61, en cuatro intermedias que propendan a los fines de la defensa de los derechos
tnciHOH, procura la formación del consumidor a través del impulso, que el art. 43 enuncia, legitimación para la protección de sus. inte-
I'Olllpt:e':l~ión y orientación del mismo; por último, el art. 62 prevé reses a través de la vía expedita y rápida de la acción de amparo.
l11 J>Oi·uhtlldad de que el Estado contribuya financieramente con las Cabe destacar que se deriva a la reglamentación legislativa los
IIHocinciones de consumidores. Esta nueva normativa complemen- requisitos y formas que deberán cumplir dichas asociaciones, las
l.n nn nuestro sistema jurídico lo dispuesto por los arts. 5 y 9 de que deberán encontrarse registradas conforme lo establezca la ley
In luy 22.802, de Lealtad Comercial, que prohíben la información para lograr el reconocimiento representativo que las habilite.
o puhlieidad que mediante inexactitudes u ocultamientos induz- Hoy, a diez años de la reforma constitucional, la cuestión aún no
1'1111 11l pt'tblico a engaño, error o conl'w;icín Robre las características , ha sido reglamentada y continúa en el debe del Poder Legislativo o
-mejor dich()-;- en el de los partidos políticos gestores de la reforma.
14
"La Hoducción Puhlit:il.ni'ÍII Huhliminul. Nuovo Vicio do! ConHontimionto
1~out.rndunl", do ConHil{lic•I'Í, l.uilj 1:., 1/.cw. /'nul,•nlia luri.~. XXI-XXII, (HlJ.:'. I-1H. •n Dt•!w.:lw dt•l Contmmülor, do Stiglitz, Gubriol, y otros, t. 1, púg. 36.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
PROCEDIMIENTOS DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR 239

Bidart Campos puso de relieve la importancia de los derechos reconocimiento para funcionar como tales) la legitimación proce-
colectivos, al decir que "no hay algo más real que los intereses sal para accionar en representación del público consumidor cuan-
llamados difusos y que es infantil y tonto decir que no son de nadie do resulten afectados o amenazados sus intereses.
o que no son propios de cada uno. Que esos intereses se compartan Oportunamente, celebramos la inclusión y vigencia de esta
1\llLre muchos o entre todos, no quita a cada uno de esos muchos norma (que se anticipó al mandato constitucional), que significó la
o de esos todos su parte -bien subjetiva- en el conjunto de recepción legal de la representación por parte de entidades interme-
pertenencia colectiva o difusa". Agrega que si bien parte de la dias de intereses colectivos de la sociedad, avanzando la legislación
doetrina todavía no les reconoce el sitio debido por ausencia de argentina en la materia al nivel de las normativas más evolucionadas
normas, lo cierto es que la realidad ha superado a las normas: « ... Y del mundo, en lo que concierne al reconocimiento y a las facultades
('(1/1, normas o sin ellas -el amparo nació de la Corte sin norma
procesales de las agrupaciones intermedias de consumidores.
lwhilitante hace más de treinta años- el Derecho Procesal debe
de.'ltWI.polvar vejeces para acompañar a la realidad" 16 • 6. Una clasificación de los sistemas de prevención y
El art. 3, inc. {, de las Directrices para la Protección del solución de los conflictos derivados de las relaciones de
Consumidor de las Naciones Unidas de 1985, a las que hemos consumo.
hoeho referencia en este trabajo, consagra la libertad de constituir
Wll pos u organizaciones de consumidores a efectos de hacer oír sus Acorde con el proverbio etíope que encabeza este trabajo,
opiniones en los procesos que puedan llegar a afectarlos. hemos elaborado una clasificación doctrinal que vincula los proce-
Como vemos, se trata de lograr una participación activa del dimientos de prevención y solución de conflictos derivados de las
pt"ll>lico consumidor en defensa de sus intereses, para que, agru-
relaciones de consumo (PPSCC).
pado y representado, pueda enfrentar y nivelar los avances secto-
rinlos de las fuerzas productivas.
Conforme lo expusimos, la ley 24.240, en su art. 60, prevé PPSCC
<'~Hno obligación del Estado el fomento y la creación de organiza-
ciOnes de consumidores, posibilitando mediante su art. 62 el apoyo
<IHtntnl financiero de las mismas. A su vez, en el Capítulo XIV (De
luH nsociaciones de los consumidores), a través de los arts. 55 a 58,
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Extrajudiciales Judiciales

MO t'l~gulan la conformación, las funciones y la legitimación de


t•MtnH organizaciones .
•Justamente en el art. 55 de la ley, bajo el título de "Legitima- Tribunales administrativos Jurisdiccionales Procesales
ción", HC otorga a las instituciones representantes de los consumi- Defensor del Pueblo
dot'nH eonstituidas como personas jurídicas (y que encuadren en la Audiencias públicas
Métodos RAD j
tJOt'lllntiva de los arts. 56 y 57 para obtener la autorización y
ONGs Tribunales de
menor cuantía
111
h'f), :11/7/91, comentario a la causa "Cartañá e/ Municipalidad". En este
f111lo dt• lu C(tmuru Nacional en lo Civil se intentó hallar respuesta a cuál era el
upDyo eonKtil.ucional que tiene la protección jurisdiccional de la sociedad. Se específicos generales
nnl.t•Juliú que debía mencionarse el art. 33, precepto agregado a raíz del Pacto de
,'lnn .lo11(• do Flores a instancia de Mitre. En consecuencia, la acción pública o los
dProwlw11 públicos subjetivos, como tambien la llamada "acción popular", tienen
ltlll.dillliiiJII.o constitucional; sólo so requiere que un derecho, garantía o patrimonio
rwo·~nl fllll'dil verso nfcctndo. Para ello no se requiere indefectiblemente quo el
lo•HJHindoJ' huya roglnmonl.ado por loy In protección jurisdic:cionnl, ni que huyn

/
lnjonction de hacer Amparo
Hábeas data Acción popular
lrnplllllll'lll.ndo Iu logit.irnueitlnndivn do lu Hoeiednd, yn que A(•gúnlo dicho en 1Dií7
Acciones de clase
por In C~m:l.ot•n t•l enHo "Siri" no I'H IW!'tiHili'Ío CJIII' <•IIPgiHindor huya I'PI~InnwnLnclo
In prni.Pt'l~fl)ll dt•loH dot"l'c~hol'l Jllll"liiJIIC•InNjlf!'ec•H rl'Mt.nhlc•r.t·nu In f{llf'llflt.ílf invoendn.
Jh:tlli:I'IIO PuocWlAL CONSTITUCIONAL PROCEDIMIENTOS DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR 241

7. Proct~climimltoH tlxtrujudiciales de protección al con- Por supuesto, la Constitución española (al igual que la argen-
sumidor. tina que siguió en este tema su modelo) no dice en ningún momen~o
qué tipo de procedimiento es el que se va a cr~ar: con 1? c~~l se deJa
En el régimen do ln ley argentina de Defensa del Consumidor la puerta abierta para crear tanto un procedimiento JUdicial e~pe­
(24.2t10) se prevén Histomas de solución administrativos (art. 45) cífico para materia de consumo, como es el caso de muchos pmses
y judiciales. Esto último ha sido muy criticado en razón de que la de Europa, como procedimientos especiales que normalmente son
loy no arbitra un procedimiento judicial específico -ágil y eficien- verbales y sumarios para conocer en materia de consumo.
l.n-, como podría ser la organización de los tribunales de menor En el año 1984 se aprueba en España la Ley General para la
cuantía. Defensa de Consumidores y Usuarios (ley 26) que establece el
El arbitraje en materia de consumo -como técnica de solu- Sistema Arbitral de Consumo, en un país que, si bien contaba con
ción alternativa de conflictos- se encuentra previsto en el art. 59 una ley general de arbitraje, carecía de tradición al respecto,
de la ley 24.240 y está regulado actualmente en el Sistema Nacio- actitud que sin duda fue sorprendente para muchos sectores.
nal de Arbitraje del Consumo reglamentado por dec. 276/98, que La ley, en su art. 31, prevé un arbitraje especial para la
ereó dicho Sistema Nacional de Arbitraje de Consumo, y por la solución de conflictos de consumo: "l. Previa audiencia de los sec-
resolución 212/98 de la Secretaría de Industria, Comercio y Mine- tores interesados y de las asociaciones de consumidores y usuarios,
ría, modificada por la resolución 314/98. el gobierno establecerá un sistema arbitral que, sin formalidades
Ahora bien, se ha dicho que en la afirmación de la protección especiales, atienda y resuelva con carácter vinculante y eje~utivo
de los consumidores y usuarios anida el reconocimiento de su con- para ambas partes las quejas o reclamaciones de los consumLdore~
dición de destinatarios principales de la actuación del Estado 17 • o usuarios, siempre que no concurra intoxicación, lesión o muerte, m
Evidentemente, el nuevo art. 42 de la Constitución Nacional contie- existan indicios racionales de delito, todo ello sin perjuicio de la
no una proyección en virtud de la cual se generan derechos en protección administrativa y de la judicial, de acuerdo con lo estable-
cabeza de los consumidores y usuarios, y paralelamente se imponen cido en el art. 24 de la Constitución. 2. El sometimiento de las partes
obligaciones al Estado para asegurar esos derechos. Estas obligacio- al sistema arbitral será voluntario y deberá constar expresamente
nos procedimentales del Estado se edifican en gran medida a partir por escrito. 3. Los órganos de arbitraje estarán integ~ad~s por repre-
dd derecho de participación de los ciudadanos, tal como oportuna- sentantes de los sectores interesados, de las orgamzacwnes de los
mente decidió la Cámara Nacional en lo Contencioso-Administrati- consumidores y usuarios y de las Administraciones Públicas dentro
vo on los autos "Youssefian, Martín el Secretaría de Comunicacio- del ámbito de sus competencias".
1/.l's" IH. A partir del año 1986 se comienzan a crear Juntas Arbi~ral~s,
pero con carácter de experiencia piloto. Durante esta expenenc1a,
a) Tribunales administrativos de consumo: la expe- aproximadamente hubo unas 800 solicitudes de arbitraje en las
riencia española y la experiencia argentina. seis Juntas Arbitrales que había constituidas en aquel momento.
En 1988 se aprueba la Ley de Arbitraje, que establece en su
El Sistema Arbitral de Consumo español es muy similar al disposición adicional la existencia de arbitrajes sectoriales. ~ntre
ul'gnntino. Arranca enraizado en la Constitución de 1978, en la los que está el arbitraje de consumo, y declara -ta~1b1en lo
quo por primera vez en una Constitución se reconocen como tales establecía la Ley General para la Defensa de Consumidores Y
los dm·echos a la protección de los consumidores, y se establece que Usuarios- que este Sistema Arbitral sería gratuito.
H<' cl'naní un procedimiento eficaz para la resolución de conflictos. Recién en el año 1993 se aprueba el real decreto 636/93, que
regula el Sistema Arbitral de.,Consu~o y esta?lece su est:uctura
y su procedimiento. Las carac~erísbcas del Sistema ~rbltral de
11
' CnHHHg-ne, Juan Carlos, Derecho Administrativo, 5u ed., Abeledo-Pcrrot.,
HIII'IIOH J\irl'H, ID!J6, pág. 61.
111
U,, l!J!li3-D-712. Un buen comentario sobre el fallo puede verHe on Consumo en España son las mismas que en la Argentma. Es un
.YurriHtlíu, J•:stoln B., "Participación ciudadano previa a la tomu do deciHión siRtcmn de carácter voluntario, rápido, gratuito y ejecutivo. Los
urlllliniHtruLivn: aceren do ul~unoH do HIIH fuudnmcntoH en ol Derecho in¡.¡lóA", La laudos tienen la mjsma naturaleza que si se tratara de una sen-
/,,·y, Hupl!'lltonto do .J\II'iHprudonein do IJtlrt>eho AdntiniHLJ'IILivo, JG/-1/f)fl, tonein judicial.
lh:Jmcuo l'ucww.;AL CoNSTITUCIONAL PROCEDIMIENTOS DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR 243

Lm; .Jutlt.HR At·hitrnlnR (tribunales arbitrales) son órganos 45 a 51) se divide en un procedimiento administrativo con presen-
ndminiRtrativcJH qLw oHt.I'IJl ndseriptos a la Administración o a cia de una instancia conciliatoria previa y la atribución de la
dif(~I'C1tltcH Administmeiotli'H qtw las quieran constituir. En razón Secretaría de Industria y Comercio de la Nación (y por delegación
dn <¡Lw la organización torritorial española es autonómica o regio- los organismos provinciales y municipales competentes) para apli-
nal, nl 'l'rilnmal Comd.iLueionnl declaró que el Sistema Arbitral era car sanciones en caso de infracción.
competuncia exclusiva do! Ji;stndo, con lo cual las Administracio- En el art. 59, la ley recoge el arbitraje en materia de consumo
rws inferiores, de menor 1ímbito territorial como son las Adminis- como mecanismo alternativo de solución de conflictos, al instar a
trncionc~s autonómicas o territoriales o la Administración local o la autoridad de aplicación a promover la organización de tribuna-
municipal o provincial, cunudo quieren constituir una Junta Ar- les arbitrales que actuarán, según el caso, como amigables compo-
bitral lo que hacen es establecer la firma de un convenio con el nedores o como árbitros de derecho. Estos tribunales arbitrales se
l•;stndo por el cual se les ceden las competencias. conforman por las personas que propongan las asociaciones de
Actualmente hay 63 ,Juntas Arbitrales en España de diferen- consumidores por un lado y las cámaras empresarias por el otro.
to rimbito. Unas son de ámbito provincial o municipal, además de Así, se crea el Sistema Nacional de Arbitraje de Consumo a
una .Junta Arbitral Nacional, que es la única que tiene las compe- través del dec. 276/98 y se lo reglamenta con la resolución 314/98
toncins delimitadas, por razón de las controversias. Se conoce en de la Secretaría de Industria, Comercio y Minería de la N ación,
lns controversias que afecten a más de una comunidad autónoma como autoridad de aplicación de la ley. Sus características princi-
o n más de una región; las demás no limitan su competencia al pales son:
torritorio donde están sino por el principio de libre elección de las • Voluntariedad: la aceptación de las partes al sistema es
pnrtes y pueden conocer en cualquier asunto, aunque lo común es voluntaria y debe dejarse constancia escrita de tal circunstancia
que conozcan un asuntos o reclamaciones que se producen dentro (art. 1, dec. 276/98).
do su ó.mbito territorial 19 •
• Acuerdo arbitral: las partes consienten su sometimiento
Hay sectores que están masivamente adheridos al Sistema
Arbitral, como el sector de telefonía y correos; también están adhe- al tribunal a través del acuerdo arbitral que deberán completar en
l'idos ni Sistema el servicio de transporte por ferrocarriles y algunas los formularios de rigor. Conforme al art. 40 de la resolución 212,
el acuerdo implica la aceptación de las partes a las reglas de
otras empresas de servicios públicos. Hay sectores más reticentes
ni arbitraje, como los bancos y el sector de los seguros 20 • procedimiento establecidas para los Tribunales Arbitrales de Con-
sumo y al hecho de que las costas se distribuyen siempre por su
En cuanto al monto económico de los conflictos que conocen
ln.-;,Junta,., Arbitrales de Consumo, no existe tope por debajo ni por orden. Por otra parte, en este acuerdo las partes aceptan la desig-
nación del árbitro institucional que se designa por sorteo, salvo
nnlba; no hay cuantía máxima ni mínima para concurrir al Arbi-
tn~je de Consumo.
que haya acuerdo de partes en su selección.
N mlstra Ley de Defensa del Consumidor 24.240 prevé un • Funcionamiento: conforme al art. 4 del dec. 276/98, las
wrdndero sistema extrajudicial destinado a la solución de conflic- funciones de la autoridad de aplicación son: 1) disponer la integra-
tos. Este esquema (Capítulo XII, Procedimiento y Sanciones, arts. ción y funcionamiento de los Tribunales Arbitrales de Consumo,
dictar normas de procedimiento y aprobar los acuerdos arbitrales;
2) crear y administrar el registro nacional de representantes de
111
l•~n los últimos años se reciben cerca de 30.000 solicitudes de arbitraje, y asociaciones de consumidores y el registro de representantes de
tw advierte quo se está produciendo paulatinamente un fuerte aumento en el
ut'rrw•ro do solicitudes recibidas. Respecto dol número de empresas adheridas al ,l
asociaciones empresariales; 3) crear y administrar el registro de
1-liltf.c•mll Arbitral do Consumo, actualmente hay alrededor do GO.OOO empresas. Lus árbitros institucionales; 4) :t;epresentar al Estado nacional en su
h11y dn l.odo¡.¡ Jo::¡ t.amaüos, grnndos y pcquciins. relación con las provincias y propiciar la adhesión al sistema
"' 1lny nproximndnnwnto unas 400 nHociucioncs de consumidores ndlwrid:m nacional de arbitraje; 5) crear y administrar un registro de oferta
y r.:wo nHcH:ineiorwH cmprot:wrinloH. gsnH mweincionos omprosnr·inlos lo !mico lJUll püblica de adhesión al sistema y entregar a las personas inscrip-
lutc·pnul nclhl•l'irHo l~H obli"urHo nlrt diHrHic1n y al lonwnto dolnrhitn\jo do eonsunw
.Y 11 líombmr t\rbif,f'Ofl 1'11 CIIHO do c¡110 nJg'Uilll do HIJH llli1Jll'l'HIIH IIHO!:iltd!IH IH!II
tas el distintivo correspondiente; 6) difundir el sistema nacional
l'l•t•l¡t IIIIHllt. do nrbitrnjo de eonsumo; 7) establecer un procedimiento espccinl
JlJ.:JU 1:CIIO I'JWCI,:HAL CONSTITUCIONAL PROCEDIMIENTOS DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR 245

pnl'll los eaHoH on loH que In n~damación del consumidor sea infe- ron el sistema, resultando pequeño el número si lo comparamos
riot' nl monto que fij<1 lu nuLoridad de aplicación. con la expectativa que sembró el sistema en España. Sin perjuicio
• Competencia: conf(ll'lne al art. 59 de la ley 24.240 y de su de esto, durante ese año los Tribunales Arbitrales de Consumo, sin
n·glnnwntación, los 'J'rihutwlt~s Arbitrales de Consumo son compe- tener en cuenta las causas que tienen montos indeterminados,
LPnLc~s c1n aquellas cuestiones en las que estén en juego derechos recibieron cerca de tres mil reclamos por más de once millones de
cqnntwdos de la Ley do Defensa del Consumidor, así como de pesos, lo que demuestra la necesidad de tener en funcionamiento
t'llnlquier otra norma que c1stablezca derechos a los consumidores en nuestro país tribunales de menor cuantía, habiendo llenado el
y uHuarios (quedan exceptuadas las cuestiones con resolución arbitraje de consumo un vacío existente.
judicial firme; las que conforme a la ley no pueden someterse a La mayor parte de las asociaciones de consumidores recono-
mhiLr<~je; de las que se deriven daños o muerte del consumidor; las cidas a nivel nacional aportaron sus árbitros y más de veinte
c•xcc1ptundas en razón del monto). cámaras empresariales también lo hicieron.
• Composición del tribunal: los tribunales colegiados se Evidentemente, la difusión del sistema de arbitraje de consu-
int.c1g'l'llll con tres vocales asistidos por un secretario. Uno de ellos, mo y la capacitación de los árbitros integrantes del procedimiento
llnnwdo úrbitro institucional, es designado entre los inscriptos en serán puntos relevantes en el éxito sostenido de este método
c•l rc1giHtro de árbitros institucionales, representa al Estado y es alternativo de solución de conflictos, que compromete a las partes
cdng·ido por las partes; otro es elegido entre los representantes de directamente en la solución de la controversia y contribuye a la
mwcinciones empresariales por el prestador del bien o servicio, y transparencia del mercado consumidor.
1'1 Lc1t'em·o es elegido por el consumidor o su representante entre los
rc•pt·nsentantes de las asociaciones de consumidores. b) Organizaciones no gubernamentales.
• Los árbitros: como vimos, pueden ser institucionales o Durante los últimos años el papel de las ONGs en asuntos
twdorinlos. Los requisitos para ser árbitro institucional son ser locales e internacionales ha aumentado enormemente. Dada su
nlHlgado y cinco años -como mínimo- de ejercicio de la profesión. flexibilidad, son un medio único a través del cual el ciudadano
Pnl'll Her árbitro sectorial se requiere título universitario y tam-
común y corriente puede participar en decisiones que considere
bi(•n cinco años de ejercicio profesional. Si se opta por el arbitraje que afectan su vida, desde la vivienda hasta el control de los
de• dPn1d10, todos los árbitros deben ser abogados. armamentos.
• La oferta pública de adhesión: los proveedores de bienes El Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas reco-
y Hcwvicios interesados en someterse a los tribunales arbitrales de noció inicialmente como entidades consultivas a un número redu-
I'OilHII!llo pueden hacerlo cuando se les corre traslado de una cido de ONGs, lo que significaba que éstas podrían participar en
r~olicitud de arbitraje o, previamente, por adhesión. Este supuesto algunos debates y, en algunos casos, incluir temas en el programa.
tu• i nHLnunenta a través del sistema de oferta pública de adhesión Otras ONGs, no obstante, podrían cooperar en el terreno con los
ni HiHLPnw de arbitraje de consumo. organismos especializados; allí fue donde su presencia comenzó a
• Clases de arbitraje: el art. 59 de la ley 24.240 establece hacerse sentir con fuerza. Por ejemplo, sin la cooperación de
qun loH tribunales arbitrales "actuarán como amigables compone- organizaciones humanitarias, desde CARE a Médecins sans
dorc•H o :1rbitros de derecho según el caso, para resolver las contro- Frontieres, hubiera sido prácticamente imposible hacer frente a
vc•mins que se susciten con motivo de lo previsto en esta ley". El las necesidades de los refugiados que huían de la guerra.
dc•c:. ~7()/~)8 dispone que los árbitros decidirán la controversia A partir de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
~ic•¡:ún oquidnd, salvo que las partes optaren por un arbitraje d<~ Medio Ambiente y el Desarrollo celebrada en 1992 en Río de
clt'l't•c·ho, opd6n limitada a que el monto reclamado sea superior al Janeiro, se hizo realidad la participación más amplia de las ONGs
c•¡¡i,nbloeido por la reglmncntación. en cuestiones mundiales; se acreditaron más de 1.500 organizacio-
1 1~11 ol primor nüo do vigencia de los Tribunales Arbitrales so
nes para participar en la Conferencia. En ésta y en las siguientes
tulhil'iPt'ort oclwntn y cinco omprosns y .uu1s do dosciontns nct1ptn- conf(mmcias internacionales, las ONGs han dado forma a muchos
dn loR temnH de !oÁ programas.
!Wl DJ~III~CIIO PIIOCJ,SAL CONSTITUCIONAL PROCEDIMIENTOS DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR 247

J~;n mwstro pnfH, ol Centro Nacional de Organizaciones de la llamado de Resolución Alternativa de Disputas (RAD), que tiende
Comunidad (CgNOC) ~ 1 , dependiente del Consejo Nacional de a la institucionalización de una variedad de mecanismos condu-
<!<>~JJ·di~l-ación do Políticas Sociales, tiene por fin promover la par- centes a la resolución de los conflictos sociales por vías distintas
l.wt pncwn de las organizaciones de la sociedad civil en la gestión a la clásica decisión judicial. Dentro de tales procedimientos se
<k la políticas públicas, generando espacios institucionales de incluyen algunos tradicionales y muy conocidos entre nosotros
nrt.iculación para el establecimiento de procesos de desarrollo como el "arbitraje" o la "conciliación", otros menos difundidos,
HllHtentable. como la "mediación" o la "negociación colaborativa", y algunos casi
Las asociaciones de consumidores -como toda organización desconocidos en la Argentina, como los "expertos neutrales" o el
no gubernamental- son asociaciones civiles sin fines de lucro "minijuicio" 22 •
1:1tyo:-; recursos son limitados y la gente que las integra volunta~ La ley nacional de Mediación 24.573 instituyó en forma obli-
rioH, sin ningún tipo de remuneración. Esa distinción de las aso- gatoria la mediación previa al inicio de todo juicio, con excepción
dnci?nes implica también una limitación, ya que desde el punto de las causas enumeradas en el art. 2. La misma fue sancionada
do VIsta de los recursos económicos, no tienen dinero suficiente el4 de octubre de 1995 y promulgada el25 de octubre de dicho año.
pnra rem~nerar ~structuras de organización, lo que constituye un Se la reglamentó por los decs. 1021/95 y 477/96, los que posterior-
punto floJo del sistema. mente fueron derogados por el dec. 91/98, publicado el 29/1198, el
Una de las cuestiones que pueden aportar las ONGs es cual modificó la reglamentación. La ley 25.661, promulgada el15/
lograr persuadir a los comerciantes de que se adhieran en forma 10/02, modificó el art. 29 de la ley 24.573.
individual o particular, o a las empresas defensoras de los con- Las provincias argentinas no quedaron rezagadas en el estu-
Humidores. dio de este nuevo movimiento, habiendo avanzado rápidamente en
. .La ley propicia el desenvolvimiento de instancias extrajudi- el desarrollo y en la adopción de esta forma alternativa.
C'lltks para la solución de conflictos. Por el art. 58 se habilita a las Ya han dictado leyes orgánicas de Mediación las provincias
liHoeiaciones de consumidores a recibir reclamos y a sustanciados de Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero, Corrientes, Chaco y
nnte !os _fabricantes, productores o comerciantes que correspon- Chubut, y muchas otras han incorporado este método alternativo
dnn, mv1tando a las partes a reuniones a efectos de intentar un en leyes que regulan distintos institutos.
~tctwrd~. Este artículo, en su párrafo final, destaca que en esta Sin duda, la mediación es y será un valioso instrumento de
tnstnuew la función de las asociaciones es estrictamente concilia- solución de conflictos en los próximos años, en la medida en que
toria Y extrajudicial, limitándose exclusivamente a facilitar el la introducción en nuestro sistema de este nuevo medio -en
nec\rcnmiento entre las partes. principio ajeno a nuestra cultura social- se opere a partir de la
difusión y capacitación, con la seriedad que requiere y en forma
e) Resolución Alternativa de Disputas (RAD). independiente de intereses políticos o sectoriales.
'l'nl como se diferenció en el Primer Encuentro Interamerica- d) Audiencias públicas.
Ito do Disputas realizado en Buenos Aires en noviembre de 1994
wwmizado por el National Center of State Courts de los Estado~ La audiencia pública, prevista en las leyes regulatorias de los
l In idos Y la Fundación Libra de Buenos Aires, con el auspicio del servicios públicos de transporte (dec. 656/94) y distribución de
Bnt~c·o Interamericano de Desarrollo (BID) y de la Agencia Inter- electricidad (ley 24.065 y dec. 1398/92) y gas (ley 24.076 y dec.
IIJ~etoBal para el Desarrollo de los Estados Unidos (AID), una cosa 1738/92) y en el dec. 1185/90 de la Comisión Nacional de Teleco··
<•H "nccc\so n Injusticia" (entendida como sistema judicial) y otra es municaciones, constituye, como lo han reconocido doctrina y juris-
"nc,·c•:-;o a ju:-:;ticia" (entendida como solución justa). prudencia, uno de los cauces posibles para el ejercicio de los
1><·tltro de este~ contexto, que con distintos alcances afecta a derechos contemplados en el árt. 42 de la Constitución Nacional.
Illltl'liiiK comunidades mundiales, ha ido creciendo un movimiento
~l Pum ampliar w.;Los conceptos ver 1-Iighton, mena l., y Álvurcz, Gladis S.,
·¡¡ Jnf(ll'lllll!'il\11 oht1•11idu (IJl WWW.I:I'II!l!!.¡.[OV.III' Mt•dial'itíll ptu·a. n•11ohwr t·on.flict.os, Ad··l loe, BtÚ•noR AinlH, H)()G,
DERECHO PuocJCHAL CoNSTITUCIONAL
PROCEDIMIENTOS DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR 249

Considerando qun 1'1 presente trabajo apunta especialmente mientos comunes, más allá de las diferencias específicas que pue-
11 l't•eog-or lnH cn!'lldi'I'IHLicas y la experiencia del Derecho compa-
den separarlos. Así, en casi todos ellos rigen algunos de los prin-
rndu nn lcm dirüi11t.oH mecanismos de protección del consumidor
cipios que -sólo a título de ejemplo- enumeramos:
111111 hn Jllll'c•t•ido inl.nresante repasar -al menos sintéticamente_:
IIINt'III'III'I.Pt'ltll.i<'nH principales que las llamadas sesiones pública 1) Conciliación y/o arbitraje, donde el juez participa activa-
111111 '11 nu·~·lin,1:s> revisten en el país del Norte. s mente para lograr el acuerdo de partes.
llllclll lines de la década del setenta sólo cuatro de los cin- 2) Reducción de formalidades.
cue~lt¡¡ Estados americanos carecían de una ley que regulara 3) Eliminación u opción del patrocinio profesional.
nl?un aspec.to de esta materia, al menos en cuanto al funciona- 4) Limitación de la legitimidad a personas físicas.
miento de Ciertos sectores de la administración 23. 5) En algunas jurisdicciones se limita el derecho de apelar.
Tanto en la Constitución federal como en las constituciones 6) Bajo costo del procedimiento.
eHtaduale_s e~isten previsiones que operan sobre el instituto. 7) Horarios de funcionamiento accesibles y compatibles con
_E~ termmos generales, están obligados a abrir sus reuniones los horarios de trabajo, etcétera.
;d pubhco todos aquellos organismos públicos colegiados que deli- Vemos nítidamente cómo "por intermedio de la creación de
;<:r:c?. El género abarca, .s~n pretender agotar la nómina, entida- estos órganos jurisdiccionales se procura lograr paliar las limita-
<.u.; estadu~l~s COI_IW.comisiones de servicios públicos y de empre- ciones de un gran sector de la población en punto al acceso a la
H.~HÍ~e.servicws p~bhcos, de comercio, de juegos, de ética, colegios justicia" 24 •
P10 eswnales,, e~hdades regionales de gobierno, etcétera. En búsqueda de las necesarias soluciones para facilitar el
. , Qu~ el. pubhco tenga oportunidad de expresarse ante el orga- acceso a la justicia del tipo de litigios a los cuales venimos hacien-
:.:~~.111~ pubhco qu_e ~e halla sesionando depende de las normas que do referencia, entendemos que la instauración de una justicia de
gul,:n a este ultimo. Es que se confiere a los organismos la menor cuantía en el radio de la Ciudad de Buenos Aires no puede
c::•pncidad ~e adopta: normas que reglen la naturaleza y la dura- ser demorada debido a la impotencia de la justicia ordinaria y al
Wln d.e las mtervencwnes del público presente. Así según de qué procedimiento vigente para otorgar adecuada protección jurisdic-
ot·g·n.n~sm~ Y de qué estado se trate, será más o m~nos amplia la cional a estos reclamos. La conocida complejidad, a estos fines y
Flii',I.ICI{,)(·lCIÓn del público, Y Se podrá exponer (habitualmente con efectos, del Código Procesal Civil y Comercial de la N ación, la
.und.actones) o presentar datos, opiniones o contraargumentos en larga duración de los juicios, el alto costo judicial, el obligatorio
lot·nm oral o escrita. patrocinio letrado, la ausencia de oralidad, la falta de inmediatez,
. Hin duda, l~ senda de consolidación de nuestras reglas jurí- etc., configuran un panorama que debe ser sorteado mediante la
1
1, H'IIH Hobre audiencias. p~blicas se encuentra en franco avance instauración de estos tribunales.
01110 1
< 1l~o de los procedimientos participativos de protección a los En los Estados Unidos existen tribunales de menor cuantía
<'OIIHIIIllldores y usuarios. (small claims courts ). Éstos, en realidad, no constituyen verdade-
ros tribunales especializados, sino procedimientos especiales esta-
H. blecidos por normas estaduales o acordados ante los tribunales
Procedi~ientos y garantías judiciales de protección al estaduales ordinarios que procuran simplificar los trámites judi-
eonsum1dor.
ciales, particularmente en cuestiones de naturaleza civil de bajo
monto.
u) Tribunales de menor cuantía. Inglaterra y Escocia también cuentan con small claims courts
regidas por audiencias informales donde se pueden exponer los
. Muchos países han creado tribunales de pequeñas reclama- casos personalmente o, de ser necesario, contar con asesoramiento
''1011"H 0 d<~ menor cuantía que han sido diseñados siguiendo linea- •

, ·o
):l 11 '
, 0 Y l:rH. Lwnen todoA. Vor "Opon Mt!ctings Lnws: und AnulyHÜ~ nwl ~ 1 Cnp¡wlloLLi, Mauro, macceso a lajustié:ia, citado por Oteiza, Eduardo, "Los
1 1 JliiHid , Ml.~NtNIII.J!fll l,mu ./oumal, vol. 4/i, p1ígH. 11/i'J y HH. ·
11
'l'rihunnloH do Monor Cunnt.ín eorno rospucAtn netual bnsadn en los principios de
In juHt.iein do 1'nr.", /~/ J, 1:.:!:l-H!J (i. ·
DJ<:IIJ<:cllo PROCESAL CoNSTITUCIONAL
PROCEDIMIENTOS DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR 251
dt~ or~~nniHlllOH oficiales. Tienen competencia limitada al monto
dul reclamo, y se encuentra expresamente vedado que el reclamo ofrecían todas las pruebas de que intentaran valerse. La sentencia
provenga de compañías, firmas o individuos en estricta relación dictada era inapelable, salvo para los juicios n::ayores, que eran
con sus negocios. En principio no es necesario el patrocinio legal. recurribles en el lapso de 48 horas ante la Camara de Paz. El
l{igc un procedimiento arbitral dado por la ley de arbitraje de proceso era verbal y actuado. . ,
W50~". La ley 13.998 del 6 de octubre de 1950 determmo que los
En 1984, la República del Brasil dispuso la creación y el jueces de paz pasaran a llamarse jueces na.ciona.les de paz de la
f'uncionamiento de juzgados especiales de pequeñas causas que en Capital Federal, y posteriormente, por ~od1fic~~IOnes de~ art. 32
dicho país tienen rango constitucional conforme a lo expuesto en del dec. 1285, la justicia de paz se llamo Jus~1c1a Espec~al en lo
los arts. 24, punto X, y 98 de la Constitución Federativa (ley 7244 Civil y Comercial. Finalmet;te, como es sa~Ido, los ~ribunales
do! 7 de noviembre de 1984). El método que propone esta ley especiales en lo civil y comercial fuero~ absorbidos -recientemen-
combina dos sistemas de solución de conflictos: 1) conciliación y te- por los del fuero civil de la Capital.
urbitraje, y 2) prestación jurisdiccional específica. No debemos dejar de mencionar, a fin de tener una acabada
En Francia se han establecido en los ayuntamientos jueces idea general del tema, que en el ámbito provincial muchas c?ns-
eonciliatorios no especializados en consumo y que, por lo tanto, tituciones -como, por ejemplo, Salta, Córdob~, .Buenos Aires,
pueden conocer en todo tipo de litigios, excepto en los de estado de Mendoza, San Juan, Santiago del Estero y La ~h_oJa- han a~op­
las personas y aquellos dirigidos contra la administración. tado la justicia de paz como parte del Poder Ju~ICia~ loca~, debien-
Las asociaciones de consumidores están facultadas para re- do destacarse que en muchos territorio~ de~ mteriOr aun no ha
¡n·esP.ntar a éstos en juicio por una ley de 1973. podido implementarse el mandato cons.htu.ciOt;al. .
La federalización de la Ciudad de Buenos Aires nos trae la ley Con el retorno a la vigencia de las mstltucwnes republicanas,
1144 de 1881, que al organizar la administración de justicia esta- acontecido en el año 1983, fueron presentados en cada una de las
Cámaras del Congreso Nacional gran cantida.d de proyecto~ de _l~y
.hinco laletrados
.JUeces
creación de alcaldes, jueces de paz J·ueces de mercado
y Cámara de Apelaciones. El 'municipio se dividía' tendientes a restablecer en el ámbito de la Capital FederallaJu~tlcia
on Hocciones a las que se adjudicaba un juez de paz titular y un de menor cuantía 0 vecinal con el convencimiento de que la mi_sma
Mtlplonte. Los jueces letrados actuaban como tribunal de alzada de podía convertirse en solución a los problemas del hombre comun.
loH jueces de paz. Desgraciadamente, a más de veinte. años de aquella fecha Y
La ley 1893 estableció la existencia de un juez de paz con a pesar -como expusimos- de los ~u~ntwsos proyectos prese~ta­
~:<>m potencia restringida por el monto del litigio, en cada una de las dos, ninguno de ellos llegó a materializarse. La refo:ma constitu-
dioeiH(Üs parroquias en que estaba dividido el municipio. Esta cional de 1994, al otorgar a la Ciudad de Buenos ~Ire~ _un s~at~s
nor·mn exigió que el juez a cargo fuera letrado, recaudo que fue jurídico y político individual con facultades d~ leg1s~a~1~n Y JUriS-
d<•Henrtndo posteriormente por la ley 2860 de 1891 26 • dicción, desplazó en parte el eje de~ debate. Sm perJUICIO de esto,
J•:!1 ol año 1934 se dicta la ley 11.924, que crea jueces y la cuestión aún se adeuda a la sociedad argentma.
<'llllllli'IHLas de paz letrados. Esta ley establecía un régimen de
l'lípidn decisión, dejándose constancia de la demanda en el acto. El b) El amparo del consumidor.
dnrunndado debía contestar de la misma forma, y las partes de-
l>lun concurrir a una audiencia junto con el juez, en la cual se La acción de amparo genérico o individu~l- -com~ re~urso
rápido y eficaz para repar:'lr d~rechos de.protecciOJ?- c?nstituciOnal
cuando se ven ilegal o arbitrariamente VIOlados o h:r:ntados por _un
.,,, Vt•r ",Ju~gndo de Pequm1as Causas: Estudio Comparativo entre Brasil, acto de terceros- nació por iniciativa jurisprudencia! en los anos
ln¡:lnlt•rTII, AuHLrnlia, KU/\ y Canadá", de Hcsende Chave:;, María I.; de Souza 1957 y 1958 y hoy se.. encuentra prevista en el art. 43 27 de la
J.'iull 10, 1\ul.iu M., y Mmt.iw; 1\nt.úrw:-;, Cecilia M., Revista de Cif'ncia Política, vol. Constitución reformada en 1994.
:1:1, rnuyojulio I!J!JO, l•'undiH:ión Gutülio Vnrgus, Hío de ,Junoiro.
''" Al l'oHpodo vt•r "Do .JuHt.it:iu du l'az u ,Justicia on lo Civil", do .Snl¡;-udo, Alí
,) , U., 1!IHH A-DHf•. ~7 Art. 4::1 CN: "Toda persona podrá inte17J01ter ac~ión expedita Y rápida de
fi.IIIJWI'O, .~ietiiJll't' fJIIt' 1w r•xi.~la olro nwdio jtulil'i(il más ulórwo, contra todo acto u
DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL
PROCEDIMIENTOS DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR 253

El_ amparo, en su nuevo contexto dado por el art. 43 CN, aún


Por consiguiente, tanto los derechos difusos, es deci:, aque-
no ha s1do regla:r~entado. Mantiene vigencia la antigua ley 16.986,
llos de naturaleza indivisible que pertenecen a personas mdeter-
con las observaciOnes que ha ido introduciendo la jurisprudencia
(~Jl razón de la nueva dimensión dada por la reforma de la Cart~ minadas ligadas por circunstancias de hecho, como los c?lectivos,
Mngna. aquellos indivisibles que pertenece~, a ~n ?r.upo, categona o clase
de personas ligadas por una relacwn J~lTL~Lca, encuentran clara
La acción de amparo ya tenía antecedentes en el Derecho
protección a partir de la reforma constituciOnal.
('omparado, dado que en otros países había sido regulada. En este
Hl~ntido, México fue uno de los pioneros en esta materia, con Se ha dado legitimación al afectado, al defensor del pueblo Y
antncedentes en las constituciones de 1824 y 1836. Pero es en la a las asociaciones que se registren conforme a la ley, conjugán?ose
un sistema amplio en favor de la tutela de los derechos colectivos.
(!onstitución de 1917 donde se consagra el amparo como un ins-
1,¡ Luto político-social. En España el amparo fue incluido en la
Por supuesto que, a la luz de la nueva letra constitucional,__el
afectado no es cualquier persona ya que no se consagra una accwn
Constitución de 1978, siguiendo el texto constitucional de 1931.
popular, sino que se titulariza una porción subjetiva de un derecho
. En nuestro país, las pautas limitativas, que en principio se
transindividual, que al afectarse en su cuota personal por el acto
dictaron para evitar que los particulares obviaran las vías ordina-
rinH tratando de solucionar sus conflictos a través de la vía
impugnado, actúa en defensa subjetiva de la c~ota personal, a la
Hlllll:lrísima del amparo, fueron trasladadas a la ley 16.986 acti- vez que en defensa objetiva del d~~echo colectivo.. .,
Debemos tener presente tambien que la Consbt~c10~ ha_ que-
Lild ~1ue implicó una distorsión de la figura inicial, correiida a
trnvos de los años por la jurisprudencia. rido que la normativa a la cual deben sujetarse las msbtucwnes
intermedias para encontrar legitimación sea equilibrada y pruden-
La reforma constitucional que dio origen a la recepción expre-
Hn do! amparo en su texto, según la redacción del nuevo art. 43
te, sin exagerar las condiciones que se les imp?ng~n a efectos de no
frustrar en forma indirecta el mandato consbtucwnal.
ha querido al menos disipar toda duda acerca de que el mism~
Los modernos derechos constitucionales de "tercera genera-
l~t'Ot:(:~le contra toda violación a un derecho, se origine en la Cons-
tltuewn, en los tratados internacionales o sea consecuencia de su
ción" son los comúnmente identificados con el amparo colectivo,
n~g·l11montación. especialmente aquellos referidos a la protección del ambiente Y de
. _Ahora bien, el art. 43, al decir que podrán interponer la los consumidores y usuarios. . .,
El famoso caso "Schroeder" de 1994 28 , en el que se admltw la
IWelOn ~Je amparo, contra cualquier forma de discriminación y en
1(.1 ndattvo a !os derechos que protegen el ambiente, a la competen-
legitimación activa de un vecino de una. localida? donde se, cons-
truiría una planta de tratamiento de residuos pehgrosos, asi como
t'~ll, nlnsuarw y al consumidor, así como a los derechos de inciden-
los casos "Prodelco" 29 y "Consumidores Libres" 30 , ambos de 1998,
CIIt e_ole_ctiva en general, el afectado, el Defensor del Pueblo y las
entre otros, más allá de las críticas que despertaron en parte de
IIHOCIIIetones que propendan a esos fines, ha ampliado decisiva-
lll('lÜn la legitimación procesal activa incorporando el llamado la doctrina especializada 3 \ constituyen un ejemplo de la fr~cuen­
11111 p:u·o colectivo. cia con que el amparo colectivo es utilizado para la protección de
estos derechos.
Asimismo no debemos olvidar que el constituyente de 1994
umi11ion dt! autoridades públicas o de particulares, que en forma actual o inminente consagró también en el art. 43 CN una fórmula general de aplica-
11
¡,. 1111/t', l't'slrinja, altere o m;tenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, ción al amparo colectivo, al decir que también e~cu~ntra~ tutela
¡/,.,,.,./¡o11 Y ).{arantfas reconocldos por esta Constitución, un tratado o una ley. En a través de esta acción procesal los "derechos de mcidencia colec-
,.¡,.,,lto, 1'/Jiii'Z podrá declarar la inconstitucionalidad de la norma en que se funde tiva en general". La fórmula nos parece sumamente acertada, ya
,.¡ llt'lo 11 onli11ión lesiva.
"f'otlrán intc1poner esta acción contra cualquier forma de discriminación y
•'11 lo n•lutwo_a lo11 derccho11 que protegen al ambiente, a la competencia, al usuario
..
1' ~ti ' 111111/llltdo!~ a.si como a lrm dcreclws de incidencia colectiva t'n ¡.:eneral, el
11 1H CNCAF, Sala III, sentencia del 8/9/94.
1
11/t•rtwlo, t•l dt•/t'/1.1/or cll•l prwh!o y las a.sodacimws que propt•ndan a t•sos /tm•s, 21 Fallos, 321:1252.
IOI/IIIIr(/(111:.~ t·or~ji>mw a la !t•y, la que dl'tt•rminará los requisito¡¡ y jil!'m.a,q dt• nu :m Fallos, 321:1852.
11/'J{IIIIfU/I'IIlll ... , :11 Vor quirogu Luvió, Humbcrt.o, "Réquiem al amparo colectivo", LL, 1998-
C-1:1:17.
lh:ruo:cuo I'IIOI'I•:HAI. CoNSTITUCIONAL
PROCEDIMIENTOS DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR 255
q tro po<kmoH :H-limi lnl'ln <~<llle<~ptualmente a la cláusula del art.
;¡;J CN rdi~rido n deruclwH no enumerados o derechos implícitos. interponer simultáneamente la acción popular y la ~cció~ subje-
f;:videntenwnte, ptwdt•n Hurgir en el futuro por imperio de la tiva. La simultaneidad procesal en modo alguno mvahda una
!.<~enología, de las comtulicnc.iones o del progreso genérico, nuevos acción respecto de la otra, toda vez que ambas tienen causas e
dnn~chos que puedan n~querir protección constitucional por esta implicaciones diferentes, aunque no significa por ello que sean
contrapuestas y excluyentes.
víu eoleetiva y que hoy nos resultan desconocidos. La anticipa-
eión del constituyente on este sentido es digna de elogio, al dejar De lo dicho hasta aquí y de la simple lectura de nuestro art.
una ventana donde introducir la futura protección de nuevas 43, segunda parte, surge con claridad que los constituyentes de
facultades. 1994 al redactar el artículo constitucional, no pensaron en una
acció~ popular. Acción popular significa "cualquiera del pueblo", y
e) La acción popular. la norma de nuestro ordenamiento mayor establece que el amparo
colectivo sólo puede ser interpuesto por el afectado, las asociacio-
Manrique Jiménez Mesa 32 define la accwn popular y su nes debidamente registradas conforme a la normativa que dicte el
nnturaleza jurídica, explicando que se trata de una "actio uti Congreso y el defensor del pueblo.
r·iul's", esto es, una acción para todos los ciudadanos nacionales y
nxt.ranjeros, sean personas físicas o jurídicas. d) Las acciones de clase.
Al recaer el derecho de accionar jurisdiccionalmente en la
umplin generalidad ciudadana, la derivación del ejercicio de ese Las acciones por "clase de personas ", como l as d enomma .
dt•recho viene dada en forma directa e inmediata del mismo orde- Cueto Rúa :33 , son un típico instituto del Common Law, y surgen
rwmiento jurídico, sin que sea requisito necesario la afectación en los Estados Unidos de Norteamérica como consecuencia de los
previa individualizable de quien plantea la acción. De allí que se problemas sociales acaecidos en las décadas del cincuenta y ~el
plantea una relación de confianza entre el ordenamiento jurídico sesenta para poner límites a la discriminación racial y para brm-
.Y ni amplio panorama ciudadano. La acción popular en cuanto tal
dar protección jurídica a los ciudadanos de raza negra, asegurando
1\lova por sí el ejercicio de un derecho subjetivo público, el que a así sus derechos individuales.
Htr vez debe ser acompañado por las mismas garantías procesales Más recientemente emergieron con fortaleza en los setenta
' .
y ochenta para proteger a l.os consumidore~- fr~nte a ~os nes~os
.Y nwioriales del debido proceso.
A su vez, reconoce que la acción popular tiene sus propios originados como consecuencia de la produccwn mdust~wl masiva
límites materiales y procesales, que son: a) es indispensable que y para cuidar a la población de los agentes contammantes del
ol ordenamiento jurídico sea la causa existencial; esto es que del medio ambiente.
miHmo provenga y permita la acción popular; b) que el potencial Si bien en el siglo XIX las acciones de clase estuvieron limi-
11d.or L<mga capacidad jurídica, según dicho ordenamiento; e) es tadas a los procedimientos de equidad, durante el siglo XX las
rnquh-dto que en el mismo ordenamiento se establezca el ámbito llamadas class actions 34 americanas se constituyen en un nuevo
mntol'ial y sustancial para el ejercicio de tal acción y d) debe punto de partida del instituto. En 1938 se sanciona en los Estados
IIXÍHt.ir la violación pública o privada a un bien jurídico tutelado Unidos la Regla 23 de procedimiento de la justicia federal, lo que
por dicho ordenamiento en forma objetiva. permitió extender el uso de estas acciones de los tribunales de
St~gún el autor costarricense (en cuyo ordenamiento jurídico equidad a los tribunales de derecho. Sin embargo, esta regla no
<'HI.fi prnvista la acción popular), el ejercicio de esta acción no es resolvía algunos problemas, como por ejemplo el caso de los efectos
11hi<·<~ 11 la interposición de una acción individual por lesión subje- de la sentencia para quienes no integraban la litis, lo que fue
l.ivn 11 tUl derecho, lo que él llama "acción correlativa". Se pueden
"
;¡:¡ Cueto Rúa Julio "La acción por clase de personas", LL, 1988-C-952 y ss.
"'' .Jimc'lnt•¡¡; MoHn, Mnnriqtw, ",hJHt.ic:in Const.itucionul y Administrniivn", 2" :J4 Bianehi, Alberto B.,
"Las acciones de clase como medio de solución de los
t>d., I,J:;JA"IiavnHtigneionoM .JuddicnH, H11n ,Jo::;ó do Costa Hieu, 11110 G, n" Ml, maoro problcmns de la legitimación colectiva a gran escala", Revista Argentina del
;j, 111!11, JIIÍI{. 2:JFI. Ré~o~imen dt! la Administración Pública (RAP), abril de 1998, año XX, no 335, págs.
l!J .Y 20.
01WW!IIO I'IIOCI•:HAL CONSTITUCIONAL
PROCEDIMIENTOS DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR 257
flOHt.or!<~r Y purciulmont.n Hcdtwionado al actualizarse la Regla 23
on 1Df>h. excepción de los autores citados en las notas. Desde la jurispru-
A pnrtir de e.so mouHmt.o; .su utilización ha ido in crescendo dencia ocurre algo similar.
lo que ha generado unu importante disputa doctrinal: mientra~ Nuestro texto constitucional introdujo a partir de la reforma
que~ pnru .n!gunos es comlid!:mdo uno de los recursos procesales de de 1994. en el art. 43, párrafo 2°, el amparo colectivo, legitimando
L:llt~t~c~r ut11Idad, para otro.s constituye una legitimación del "chan- claramente para iniciar dicha acción al ((afectado, el defensor del
~JO ' ,¡r,.
pueblo y las asociaciones que propendan a esos fines, registradas
!DI ejercicio de una acción procesal en representación de una conforme a la ley la que determinará los requisitos y formas de su
clnse o categoría simplifica el alcance de la justicia aplicativa. Por organización". Más allá del análisis posterior que realizaremos de
lc. g·en~l~·al,la suma de las afectaciones ocasionadas por una misma la norma, no parece que hubiera estado en el espíritu d~l consti-
1

H1Lunc.1?n d.~ hecho _o de derecho hace que el daño global sea de tuyente incorporar un instituto prácticamente desconocido para
n.u~ntiücacwn considerable y de mayor envergadura que si se nuestro Derecho.
11 Jewr::~ de manera individual y separada. Sin perjuicio de lo expuesto, entendemos que si bien el insti-
Sm embargo, no es tan sencillo plantear la representación en tuto no encuentra recepción constitucional expresa, esto no cons-
ll~llnbre d~ o~ros. La citada Regla 23 prevé algunas pautas ten- tituye óbice para su posible creación legislativa futura en la me-
d H:n Los a lnmtar los alcances de dichas acciones. Establece que en dida en que nuestro sistema de administración de justicia se
<'lt:"o de plantearse una class action, el tribunal deberá dirigir a los encuentre preparado para abordar y afrontar con eficiencia este
ntwmbros de la clase "la mejor notificación posible, según el caso" instituto procesal. Existe al respecto un interesante proyecto le-
( l~qda 23.b [3]). Esta norma apunta a permitir que cualquier gislativo elaborado por la Asociación de Derecho Administrativo
nuornb~·o. d.e la clase renuncie a su participación en el litigio o que para reglamentar las acciones de clase en nuestro Derecho, y
pueda ll1ICJar un~ acción individual. Esto implicaría que los efec- recientemente se llevaron a cabo en la Facultad de Derecho de la
to:; dc;.Ia.sentencia no alcanzarían al miembro renunciante. Universidad de Buenos Aires unas Jornadas sobre este tipo de
81 bwn en la .~egla 23.a se establecen los requisitos 36 para acciones 37 , lo que indica la renovada expectativa que ha desper-
q tw proceda .la accwn de clase, es responsabilidad del juez decidir tado el instituto.
IH'c:~·t:a de qmenes.han promovido la demanda, su aptitud y respon-
HnbdHlad. No olvidemos que en muchos casos es una especie de e) La "injonction" de hacer.
11/llomandato, puesto que en general los miembros de la clase
llllleh~ts V<~ces Jamás han visto ni conocido a su representante. Dentro de las acciones procesales especiales que no requieren
1•,1 Derech.o argentino no parece haber acogido este instituto. una justicia especializada, pero que resultan muy útiles y prove-
1lc:.sdo In doctrma es un tema que se ha trabajado muy poco, con chosas a los fines de la defensa de los consumidores, encontramos
la denominada injonction de hacer (que solamente a los fines
didácticos traduciremos como obligación de hacer), pensada para
::h .l•'u:wtemm~te criticadas por Miller, Arthur, en "OfFrankenstein Monsters
1111dSlungmg Km~'hts: Myth, Reality and the Class Actions Problems" en 92
contribuir a la solución de los pequeños litigios.
llorPI':rd .r,aw Revww 664, 1992. Sin embargo, uno de los tratados de der~cho ci- Este procedimiento surgió en Francia en 1980 a propuesta
vil 111/IH Jutportuntes de los EE.UU. escrito en 1966· "Fede1·al Pract· d del Instituto Nacional del Consumo, como desprendimiento y de-
1• 1 w · . ' · 1ce an
ro~·~~~ 1uro " (o ngth, .Mlller y Kane, dedica en los tomos 7A y 7B más de 100 rivación de la injonction de pagar prevista en los arts. 1405 y
Jlltglltw~ 11 lnH dass actwns.
siguientes del Código Civil francés. La propuesta fue concretada
~llt!~l:ur ~J·e. ~1ianchi, ~~berto B., oh: cit., no~~s 44 y 45, pág. 20. en 1984, y puesta en vigor a partir del1 de enero de 1989 (dec. 88-
,. l~tJ.Ia ~·'· r;) He.c¡ms1tos para la mterposlClÓn de una acción por clase de
1
1" ttwrttiH. lino o mas mwmbros de una clase puede demandar o ser demandadoR 209 del 4 de marzo de 1988) a través de la modificación del Código
11
'ntno f1 1'1.PH n•pn!IHJntantes, on representación de todoR Hólo Ri: 1) la elnso es tn Procesal. •
lllllllnt·oHII qno In Hctuneión de todos eA impructienble; 2) oxiAt.ou cuoRtionus dt•11 Este instituto procesal, que apunta principalmente a los liti-
l.uwl.w .Y dc• dorocho eot~Hil1oA n In elüAo; :n lnA domnndns o dolonHaA do lnH parto¡¡ gios en materia de commmo (aunque·no es excluyente), se otorga
'.';ru.c:rwut.unl.c•A
1 H~tn t.fptenH do lf!H clt<mnndnH o dofonHHH do lu ehtHo, y 4) luH pnr'ti•H
1 fll t twnl.uriltH pt ol.ogot'JÍn loH rnl.c•n•t-HIH do In duHn juMl.tt y ndcwtuulunwnl.n ... ".
:¡·¡ .lonu11lm1 llnvmlw-1 11 ~~11110 1'1 :10 do novic~mhro do :.J()()if.
DJcmccuo P11ocJ~HAL CoNSTITUCIONAL PROCEDIMIENTOS DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR 259

por· nl juez en la medidu on que se encuentren reunidas ciertas Rigen el procedimiento los principios de celeridad, sencillez
condicionns materinloH pam Hu libramiento: administrativa, oralidad y acercamiento de las partes. El instituto
1) Debe existir un contrato que tenga por objeto una obliga- procesal francés que hemos expuesto constituye ciertamente una
ci<\n de hacer, ya que no compete a esta acción la obligación de no innovación para el tratamiento de litigios relacionados con los
hacer o la de dar una suma de dinero (ej., entrega de cosas muebles problemas del consumo y se asemeja mucho a los procedimientos
o pn~stación de un servicio (no es necesario que sea un contrato de que rigen en otros países en materia de pequeñas causas.
c.onsu m o).
2) Debe darse la posibilidad de la ejecución in natura de la /) Hábeas data, mercado y consumidor.
prnHtación contractual, es decir que la obligación de hacer debe ser
poHihle (ej., limpieza de alguna cosa; reemplazo de piezas o entre- En la Argentina, la reforma constitucional de 1994 introdujo
ga de bienes). esta garantía en el actual art. 43, párrafo 3°, al decir que toda
:~) El contrato no debe sobrepasar un valor máximo. persona puede interponer la acción de amparo "para tomar cono-
4) No debe haber sido acordado entre sujetos que sean am- cimien_to de los datos a ella referidos y de su finalidad, que consten
boR comerciantes (se excluyen de este procedimiento los casos en reg¡stros o bancos de datos públicos, o los privados destinados
concluidos entre personas que revistan ambas la calidad de comer- a l?r?veer informes, y en caso de falsedad o discriminación, para
ciunte). exigir la supresión, rectificación, confidencialidad o actualización
Reunidos los requisitos esenciales enumerados precedente- de aquéllos". Para muchos autores se trata de una variable del
uwnte, el procedimiento es sencillo. La demanda es escrita y derecho a la intimidad, consagrado tradicionalmente en el texto
JH'<~Hentada por el reclamante en forma personal, por apoderado o del art. 19 de la Constitución Nacional argentina.
~incluso- enviada por correo, sin requerirse como condición de En su dimensión subjetiva tradicional, el hábeas data tiene
viabilidad el patrocinio profesional. por finalidad controlar la información contenida en los bancos de
Además de los datos identificatorios de las partes, la deman- datos respecto de la persona titular de los mismos, cuando dicha
da exige que se precíse la naturaleza de la obligación cuya ejecu- información esté referida a aspectos de su personalidad que están
ción so persigue. El valor de la demanda debe ser expuesto o surgir directamente vinculados con su intimidad, honor e imagen. Se
do la misma para fundar la competencia del tribunal. Asimismo, trata, particularmente, de información relativa a la filiación polí-
ul oHcrito de interposición debe ir acompañado de todos los elemen- tica, a las creencias religiosas, al patrimonio, a la militancia
t.oH de prueba que tenga el reclamante. gremial, al desempeño en el ámbito laboral o académico, entre
Si la demanda aparece prima facie con fundamento fáctico y muchos otros objetivos. El conocimiento de la finalidad del registro
loJ{lll, el juez emite una orden que contiene la injonction de hacer. tiene el sentido de permitir que la persona pueda fundamentar la
g¡;t,u orden no constituye un título ejecutivo ni es susceptible de petición de supresión, rectificación, confidencialidad o actualiza-
npolación, y se libra sin conocimiento del demandado. Simplemen- ción de los datos registrados en caso de falsedad, discriminación
l.n ol juzgador ordena la obligación, el modo de ejecución y el plazo o desactualización. El fenómeno de la "globalización", sólo posible
do cumplimiento. a partir de la existencia y del desarrollo de una tecnología de
i\Himismo, se fija una fecha de audiencia pública para decidir última generación que permite el flujo constante e ininterrumpido
In W<lHtión, la que no se celebra si previamente a la misma el de información entre todas las partes del mundo, y el abismo
dnmnndado comunica al tribunal que dio cumplimiento a la generado entre las grandes empresas y el pequeño consumidor o
injundion de hacer en tiempo y forma. usuario, el cual en soledad carece de toda posibilidad de recono-
l~~vidontemente, no se concibe que el demandado no dé cimiento y actuación, han dejado al descubierto las muchas posi-
clllllplimiento a la acción si no ha satisfecho debidamente la bilidades de nuevos avasallamientos de los derechos del hombre.
obl i~{uci6n, ya que, de continuar el proceso según lo previsto, el Si partimos de una definición aceptada de mercado como la
clll<~ur·ocimiento dol juicio para él sería notorio con el mismo intermediación en la compraventa y transferencia de bienes y/o
IWHJI t.ud o.
servidos, es üícil advertir cómo el uso de la información o del poder
informútieo puodo gouernr riesgos que amenacen la intimidad, la
:.',(1()
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
PROCEDIMIENTOS DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR 261
honra, la imagen o la autodeterminación informática de cualquie-
ra d<) nosotros, derechos todos protegidos -según las distintas nacionalidad o la residencia de las personas físicas, respetar las
poHiciones doctrinales- por la acción de hábeas data as. libertades y derechos fundamentales de las personas físicas y, en
Los datos personales, los cuales configuran el perfil del con- particular, la intimidad, y contribuir al progreso e~onómico y
Hrrmidor, revisten interés económico por la información que encie- social al desarrollo de los intercambios, así como al bienestar de
ITIIIl, y constituyen -muchas veces- un elemento de intermedia-
los individuos. Considera también dicha exposición de motivos, en
<'i<ín y compraventa. Todos nosotros desarrollamos cotidianamen- lo que respecta al punto que ahora nos interesa, que el estableci-
1.<) a través de nuestras actividades distintos roles: somos consu- miento y funcionamiento del mercado interior, dentro del cual.e~tá
rni<.lores de ~nf?rmación y al mismo tiempo nuestro perfil personal, garantizada la libre circulación de mercancías, personas, serviciOs
Hoewl, econom1co, laboral, nuestras opiniones, nuestra vida perso- y capitales, hacen necesaria no sólo la libre circulac~ón de da~?s
n:d, constituyen información deseable y económicamente valuable personales de un Estado miembro de la CE a otro, smo tamb1en
pn ra ol sistema. la protección de los derechos fundamentales de las personas.
Muchos países han sancionado tanto leyes de protección al Vemos así que la protección de la integridad de la informa-
<'OilHUmidor como de protección de los datos personales; tal el caso ción personal, como derecho fundamental, trata de conci.liarse con
C'll nuestro país de las leyes 24.240, de Protección al Consumidor
el libre flujo de los datos en el mercado, lo que constituye una
.Y ~f>.:32G, de Protección de Datos Personales y Hábeas Data, y s~ auténtica necesidad en la vida actual (esto se refleja por ejemplo
<'ll<•nta además con tribunales y procedimientos especiales para su en las transferencias bancarias o en las reservas de pasajes aé-
I'!)Hg'unrdo, como los tribunales administrativos del consumidor, el reos). La integración económica, social y cultural resultante del
nmpnro colectivo y el hábeas data, sea que se la considere una establecimiento y funcionamiento de mercados integrados confor-
ncciün at~tónoma o una subespecie de la acción de amparo. Espa- me a las realidades y ambiciones de los procesos de integración
1111, por c,¡cmplo, contaba con una ley al respecto de tratamiento de
entre los países que hoy el mundo nos expone, implica un aumento
dnl.oH personales, que era la LORTAD (Ley Orgánica 5/1992, de 29 notable de los flujos transfronterizos de datos personales entre
dn octubre, de regulación del tratamiento automatizado de los todos los agentes de la vida económica y social de los Estados
dato:.; de carácter personal) que debido a la Directiva 95/46/CE del integrados, se trate de agentes públicos o privados.
l'nrlamento Europeo y del Consejo del 24 de octubre de 1995 En este contexto, nuestra propuesta consiste en identificar la
r·nlntivn a. la protección de las personas físicas en lo que respect~ garantía del hábeas data, o acción de protección de datos persona-
nltrntnnucnto de datos personales y a la libre circulación de estos les, con el derecho objetivo de los consumidores a mercados trans-
dnl.oH, fue sustituida por la Ley Orgánica 15/1999 del 13 de parentes que brinden información adecuada y ve_raz respecto. de
di<"i<)mbrc, de Protección de Datos de Carácter Perso~al (LOPD). los bienes, servicios y datos que circulan en los mismos, especial-
La publicación de la LOPD supone, según la doctrina una mente a partir del hecho de que el avance p.ermane~~e de _la
rnodilicación del régimen sobre protección de datos de per~onas tecnología de la comunicación y los procesos de mtegracwn regio-
l'ít·dc:n:.; r¡ue anteriormente estaba contenido en la ya mencionada nal entre países han borrado las fronteras entre los mercados.
1~< ~~~.'1'1\D, pe~o a la hora de examinarla vemos que no tiene expo- En estos casos, el hábeas data, o acción de protección de datos
HJCJ(lJl de motivos, al tratarse, realmente, de una copia bastante
personales 39 , presenta un doble carácter: subjetivo y objetiv?. .
¡¡,.] dn la l)irectiva Comunitaria 95/46/CE, en cuya exposición de El subjetivo, en cuanto a la protección del derecho a la mh-
lllol.ivw; se considera que los sistemas de tratamiento de datos midad específica, a la imagen o a la autodeterminación informá-
<•HI.:"in ni Hervicio del hombre y que deben, cualquiera que sea la tica del afectado, que encuentra fundamento constitucional (en la
Argentina) en el párrafo 3° del art. 43, y el objetivo, en cuanto a
'" 1':11 •'Hl.e c:ontexto de mcgnmerc:ado en el que interactuamos, la informnei6n la protección global del mercado consumidor, que tiene derecho a
''"'''ida ¡:loh11li~:Hlnnwnto y const.il.uye un "bien proeindo" y un lhctor do grnn podur; una información• transparente, adecuada y veraz respecto de los
n" hu t·ulndwlo que• Lltt hornbn! nwdio di' IIIH'Ht.ra t\poca rncihe en 111111 s•mwrw In bienes, servicios y datos que se ofrecen y circulan, cuyo sustento
ir.iliii'III11Ci6n IJIIO. 1!11 In r•;dnd ~odia huhiem l'l'c:ihido 1111 toda I-IIJ virln y !JIIO, por
''JI'IIrplo, lc>H hnhrt.nnt1•11 dt• In I'IIHincl d1• lltwnoH Air1•1-1 oHt.Hmo¡.¡ ¡.¡onwt.ido.~ rlinrin-
rnnut.t• 11 tlllt.n• :¿rí.OOO y :lli.OOO nNt.imuloH l'llllllit'C'inlc•N.
:m Como In rlolirw (11 enpft.ulo VII do la lo.y :.'.lí.:.l2G quo In regula on o! pnÍA.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL PROCEDIMIENTOS DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR 263

com;tiLucional se halla en el art. 43 y en el párrafo P del art. 42 9. Conclusiones.


de la Constitución argentina.
Por consiguiente, una propuesta sustancial o material consis- El avance creciente en el mundo, en los últimos cincuenta
te en interrelacionar, en el caso de las normas constitucionales años del movimiento consumidor dejó al descubierto la insuficien-
argentinas, el párrafo 3° del art. 43 de la Constitución Nacional, '
cia de los principios del Derecho clásico para resolver -con eqm-
.
que consagra la garantía del hábeas data, con el párrafo la del art. dad y justicia- los conflictos que se suscitan en una sociedad
42, que consagra la protección de los consumidores y usuarios en entre el individuo, situado como consumidor, y las empresas pro-
la parte que establece "el derecho a una información adecuada y ductoras de bienes y servicios.
veraz respecto de los bienes y servicios que se ofrecen en el mer- Ante esta realidad, se reaccionó positivamente desde los
cado". ámbitos públicos y privados generando iniciativas que dieron ori-
A partir de esta concepción, quienes administran lucrativa- gen a multiplicidad de organizaciones defensoras de los derechos
mente o no, archivos, registros o bancos de datos destinados a de los consumidores. Prácticamente todos los países del mundo
proveer informes o con fines de publicidad o relativos a encuestas occidental otorgaron protección normativa a los usuarios y consu-
<~starán regulados tanto por la ley 25.326, de Protección de Datos midores a través del dictado de leyes, decretos o resoluciones, en
Personales y Hábeas Data, como por la ley 24.240, de Protección el ámbito federal, regional o municipal, llegándose en algunos
al Consumidor. casos, como el argentino a partir del año 1994, a asignarles a estos
Nuestra idea apunta a que el hábeas data se constituya derechos rango constitucional.
también en un mecanismo procesal hábil para prevenir y resolver La complejidad de las situaciones que encierra el mundo
los conflictos derivados del consumo en su relación a la informa- consumidor hace que su protección no pueda agotarse en el mero
ción adecuada y veraz a que -sobre los productos de bienes y reconocimiento normativo de los derechos.
Hervidos- tiene derecho el consumidor. En este sentido, la acción El avance y la sofisticación de las técnicas promocionales y
de hábeas data podría encaminarse a tomar conocimiento por publicitarias de productos y servicios que masifican la individua-
parte de las asociaciones de consumidores o del Defensor del lidad, y llegan a viciar la libertad en la elección del producto
Pueblo -y en ciertos casos por parte de los particulares- de datos deseado evidencian la relevancia decisiva de los derechos-deberes
circulantes en el mercado vinculados a los bienes y servicios con- de infor'mación y educación para contrarrestar los impulsos y
cernientes a la obligación de informar adecuada y verazmente por modas impuestos por los grandes productores en el proceso de
parte de productores, distribuidores y comercializadores. Es decir, valoración del bien elegido.
1n ejecución de la obligación de contar con un mercado que ofrezca Los derechos de información y educación deben ser ejercidos
una información real y completa de los bienes, servicios y datos y cubiertos, no sólo por intermedio de las asociaciones de consu-
r¡ue lo constituyen. midores, sino especialmente por el Estado, en forma directa, a
En otras palabras, la propuesta formal apunta a tener una través de la sanción de políticas destinadas a fomentar la educa-
lwrramienta para hacer efectiva la propuesta material. Siguiendo ción e información de los consumidores, creando organismos públi-
ol aforismo anglosajón que dice que donde no hay remedio no hay cos a ese efecto; e indirectamente, al programar y establecer
dorocho, bien puede servirnos la acción de hábeas data para corre- mecanismos especiales de solución de controversias (judiciales o
¡{ir, aclarar o suprimir información relacionada con bienes y ser- administrativos) que deben estructurarse a partir de un objetivo
vicios ofrecidos en el mercado, cuya descripción, características o "informativo-educativo" de la población.
11dvnrtcncias emergentes de manuales de uso, folletos publicita- La mayoría de los países que han implementado sistemas
l'ios, ntc., que resulten no ajustadas a la realidad (casual o intere- orgánicos de pro~cción al consumidor tienen mecanismos admi-
I'IIHlnnwnLe), puedan generar confusión, error o daño en el público nistrativos, jurisdiccionales y procesales para dirimir, en última
comnunidor. instancia, los conflictos provenientes del consumo.
Tenemos que tener presente que así como nuestra Constitu-
ción a partir de su reforma de 1994 otorgó jerarquía constitucional
a los dorClchoA dorivndoR de In relación do uso y consumo, dio
~(i4
DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL

tmnbié_n ~n paso decisivo al asegurar la obligación de establecer


pro~edimientos. eficaces para la prevención y solución de conflictos
d(:nvados del eJercicio de dichos derechos. En este aspecto diver-
Has son las técnicas de participación ciudadana (formales~ infor-
males) en la actividad estatal que en el Derecho comparado
coadyuvan al ámbito de protección de los consumidores y usuarios.
. Dentro de este esquema existe un marco de variadas posibi- CAPíTULO X
IH!ades, que van desde la implementación de tribunales especiales
flllra consum_idores y técnicas directas de participación ciudadana LA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD
hasta 1~1ecamsmos procesales idóneos para tales fines, que pueden
Hm aplicados por los tribunales comunes.
por
. Es neces317io qu~ la sociedad entienda la política de consumo
<~H.n~ una pohbca de Impulso económico y de fomento a la compe- MAXIMILIANO 'TORICELLI 1
trLrvtda?~ ~omo un co-?trol represor del fraude 40 • El fomento a la
('omr.)()trhvidad y el Impulso económico serán crecientes en la
nrm!Jda en. que nuestros productos y servicios sean cada vez de l. Variantes del control de constitucionalidad por vía de
runyor cahdad. I:as empresas están enmarcadas en conseguir acción.
(IHLand_ar~s de calidad cada vez más elevados. Ha sido significativo
ni ereeumento en los últimos años de las certificaciones ISO 9000 El ejercicio del control constitucional por vía de acción ha
.Y 11.000.
presentado distintas variantes en el Derecho comparado, especial-
L_os sis~emas ~e solución de conflictos tienen, por consiguien- mente teniendo en cuenta las características del órgano encargado
Lo, íntm~a ~mculac1ón con la competitividad, la calidad y el impul- de controlar y los efectos de sus decisiones.
Ho neon.omico. Deben:os tener presente que la competitividad en A nivel internacional, así como en el Derecho Público pro-
lnH socaedades del s1glo XXI no se vincula exclusivamente con vincial, se nos presentan distintas alternativas, a las cuales
lirctores económicos y de producción, sino esencialmente con ele- clasificaremos, según a quién se reconozca como legitimado ac-
nwntos ligados a parámetros sociales, jurídicos y culturales. tivo y pasivo, en acciones abstractas, acciones concretas y accio-
nes directas.
A su vez, estas acciones pueden subclasificarse, en el primer
caso, según la mayor o menor restricción de dicha legitimación; en
el segundo caso, según el tipo de pronunciamiento buscado.

a) La acción abstracta de inconstitucionalidad.


Este tipo de procesos, característicos de los sistemas de con-
trol político, jurisdiccional concentrado, e incluso presente en los
sistemas mixtos, se define porque quien plantea la acción para
obtener la declaración de inconstitucionalidad de una norma no es
un afectado diferenciado o directo, e incluso puede no tener afee-

1
Doctor <m Ciencias Jurídicas y Sodales (UNL). Profesor de Derecho
111
,' ('
.on 1'· •.<.;.UJ t.t•ma A· :·lntra
· l 1.11
1 Conmuno.
' Balance dt~ la ex¡mriencia. J.IJ9.'1-1.9[J4, ConRtit.udonul, Proecsnl Constitucional y Ciencia Política en la Facultad de
lnMI.II.ul.o Nm:umul do ConAumo do J•:HJllll,u, p1í¡.c. ó. lloroeho do In UN!l y·on In Fneultnd do Derecho y Ciencias Sociales del Hosario
d!l In lJCi\.
266 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL LA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 267

Lación de ninguna clase. El pronunciamiento que al respecto ob- b) La acción concreta de inconstitucionalidad.
Llmga debe t~ner alcance general (efecto erga omnes), dado que en
caso contrano el proceso será totalmente inútil, por tratarse de Caracterizada por que el reconocimiento de legitimación sólo
u na mera consulta. se concede a quien tenga, de manera diferenciable, un interés
, En esta ~cción pueden distinguirse, según el mayor o menor tutelable, tanto activa como pasivamente. La decisión que obtenga
numero de suJetos habilitados para demandar, dos subespecies: limitará sus efectos al caso en cuestión.
1) ~a acción abstracta restringida: imperante en la mayoría Este proceso constitucional, en sus distintas variantes, tiene
de los pmses que practican este tipo de control variando en cada andamiaje en el Derecho Público nacional.
uno el reconocimiento de sujetos legitimados. ' También esta acción puede ser subclasificada para su mejor
entendimiento, sólo que en este caso el criterio diferenciador no se
A mo~o. de ejemplo, vemos que en Francia (paradigma del
co~ürol p~h~Ico) se encuentran legitimados el jefe de Estado, el encuentra en la cantidad de sujetos legitimados, sino en el tipo de
pnmer mimstro, los presidentes de las Cámaras 60 diputados o pronunciamiento que se desee obtener. Así tenemos:
()() senadores. ' 1) La acción de declaración o mera declaración: una vez
. _A su tur~o, en España están habilitados para interponer esta tramitado el proceso, la sentencia que se obtenga declarará que la
nccwn el presidente del gobierno, el Defensor del Pueblo 50 dipu- norma es constitucional o no, dando certeza a una relación que se
tados o 50 senadores. ' encontraba en penumbras, pero sin imponer una condena en con-
. Brasil, que cuenta con un sistema mixto, donde además de creto.
e!
OJorccrse control en forma difusa se puede llegar directamente El objetivo principal de este proceso (aunque no necesaria-
unte, el. Tnbunal Superior Federal, legitima al presidente de la mente excluyente) es lograr que se diga si la norma en cuestión es
Hopubhca, las Mesas (comisiones directivas) del Senado y de Di- o no constitucional.
putados, la Mesa de la Asamblea Legislativa (legislaturas locales), Ésta es la acción que regula el art. 322 del CPCCN y que la
!os ~obernadores, el procurador general de la República, el Conse- Corte ha admitido como una forma de acción de inconstituciona-
JO I~ ~deral de la Orden de los Abogados del Brasil, los partidos lidad.
pol~ücos. co~ representación en el Congreso Nacional, la Confede- Durante la tramitación de este proceso, salvo que se haya
ntcJón smdical y entidades de clase de ámbito nacional. dictado una medida cautelar de no innovar, puede el demandado
aplicar plenamente la norma impugnada.
. 2) La acción abs~ra.cta popular: permite a cualquier habitan-
I.C' Impulsar el procedimiento de control de constitucionalidad de 2) La acción de condena: en este tipo de procesos, si bien se
lnH normas, sin que sufra afectación alguna en sus derechos. acciona pidiendo la declaración de inconstitucionalidad de una norina,
gstá ~revista en Colombia, que, a semejanza del Brasil, pre- lo que se busca obtener es una condenación concreta que evite un
mm~.n u? Sistema de control mixto, donde junto a los tribunales daño o que repare un daño ya ocasionado. La resolución de la
onlumrws -en un caso concreto- las inconstitucionalidades cuestión constitucional planteada es necesaria para obtener el pro-
pumlon plantearse ante la Corte Constitucional. nunciamiento requerido, guardando una relación directa e inmedia-
Ln_acción se l?uede interponer por cualquier persona humana ta con el mismo, pero sin ser el objeto único de la pretensión.
quo. r<Wista la cahdad de ciudadano, así como por ciertos funcio- En nuestro ordenamiento esta acción se viabiliza a través del
lliii'IOii (tul el caso del Defensor del Pueblo). En cambio no se amparo y sus subespecies: los procedimientos ordinarios o
•'IWIJelltrnn habilitadas para accionar las personas jurídi~as. sumarísimos.
, Pro~:cd~ solamente contra vicios de procedimiento al reformar
11.1 <,onHL!tucJón, refrendos de leyes, consultas populares y plebis-

e) La acción directa de inconstitucionalidad.
I'J!.OI-1, Y decretos con fuerza de ley dictados por el Ejecutivo.
Si bien quien demanda ostenta un interés diferenciable, el
domnndndo no son1 el beneficiario del régimen sino el autor de la
nonnu impugnudn.
!UIH
DERECHo PROCESAL CoNSTITUCIONAL

LA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD
269
Comparte así la primera característica de la acción concreta
y la segunda de los sistemas que regulan la acción abstracta. primer momento rechazó la idea de que solamente existía causa
No requiere actividad de concreción suficiente en pos de la judicial cuando se perseguía una condena. Al respecto sostuvo que
aplicación de la normativa. Basta con estar alcanzado por sus "la acción declarativa --y la sentencia de igual naturaleza-- no
preceptos en forma genérica.
versan sobre una cuestión abstracta ni teórica, sino, todo lo contra-
La Corte nacional se encargó en reiteradas oportunidades de rio, sobre una muy concreta, cual es la incertidumbre e:t un_a
sostener su inexistencia en el orden federal 2 • relación jurídica en la que, debido a la falta de certeza, hay mteres
Sólo la admitió en el precedente "Fábrica Argentina de Cal- actual entre partes que discrepan. La exigencia de que esa falta de
dc•ras":J, no reiterando luego el mismo criterio y negándolo contun- certeza ocasione daño o perjuicio, y todavía la más extrema de que
dentemente en "Search Organización de Seguridad S.A." 4• no haya otra vía legal para hacer cesar la incertidumbre, revelan
Sin embargo, se encuentra presente en la mayoría de los que en la acción declarativa hay incitación procesal de. un caso o
ordenamientos provinciales 5 •
causa judiciable, y que la sentencia no evade el marco mexorable
de esa causa al resolver la pretensión en ella articulada. El proceso
2. Su viabilidad en el orden federal. declarativo se sustancia entre actor y demandado dentro de la
regla de bilateralidad o de contradicción, y la sentencia declarati-
1~1 sistema jurisdiccional difuso de control de constituciona- va hace cesar el estado de incertidumbre entre las partes con fuerza
de cosa juzgada. En suma, en el proceso declarativo hay: _a) d~s
lidad se caracterizó por que el planteo se ejercía por vía de defensa
partes en sentido procesal; b) controversia entre ambas; e) mteres
o uxeepción. Ante una demanda judicial exigiendo una prestación
concreto y actual; d) perjuicio actual por la falta ~e ~e.rteza; e)
doterminada, el demandado se oponía a la misma solicitando que
H(' declarara inconstitucional la norma o acto que servía de base
necesidad de tutela judicial. Por ende, hay «causa» JUdLczable. Lo
ni planteo de su contendiente. que no hay es daño consumado por vulneración de intereses" 7. .
Por su parte, Sagüés, analizando las diversas vías del control
Se creía, erróneamente, que si no se consumaba un perjuicio,
por acción, enseñaba que "no existiendo en el_orden federe:! control
había que negar toda articulación de inconstitucionalidad porque
abstracto de inconstítucionalidad (con su vanante de accwn decla-
ontonccs el Poder Judicial estaría evacuando una mera consulta
1\icmn n sus atribuciones. rativa pura o acción popular genérica), el control con~~eto se
efectiviza por los siguientes conductos procesales: como accwn, ~or
Sin embargo, esta equívoca concepción empezó a sufrir serios la acción declarativa de inconstitucionalidad del art. 322 del Cod.
eum;Lionamientos doctrinales.
Procesal Civil y Comercial de la Nación, que se tramita por distin-
Bidart Campos, aunque propugnando una acción directa de tas reglas jurfdicas, según el caso (proceso ordinario, sumario o
inconstitucionalidad de mayor amplitud, entendía que «solamente
sumarísimo); por la dernanda incidental; por el amparo o el hábeas
t•xú;t.e en el orden federal la acción declarativa de certeza regulada
corpus Oeyes 16.986 y 23. 098); por las acciones donde el actor, para
de•! modo que estipula el art. 322 del Cód. Procesal, y esta acción
lograr su derecho, plantee la inconstitucionalidad de una norma;
¡ntl'de usarse también (cuando se dan los requisitos generales de
¡mwedencia) en cuestiones de inconstitucionalidad" 6 • Desde un y como excepción, en los casos contenciosos do'!de. el den:andado
pretenda la inaplicación de una norma constLtucwnal mvocada
por el demandante" 8 • ,
~ l•:ntre otros, Fallos, 321:560. Estas posiciones fueron calando cada vez ma~ hondo _en el
a /,/,, 1!187-A-615.
pensamiento de los iuspublic~stas, P?r lo que t~rmmaron Siendo
(~H. '27/5/04, "Search Organización de Seguridad S.A. e 1San Luis, Prouin-
1

1'111 dt• 111 acc:ián declarativa", S. 320.XXXVII. reeeptadas por nuestro Máximo Tnbunal, qmen luego de una
" l•:ste proceso estú previsto en las constituciones de Buenos Aires, Córdoba,

( :f111but., l•'ormosa, La Pampa, Mendoza, Neuquén, Río Negro, San .Juan, San Luis,
o'iuut.n11 Cru;,, Santiago do! Estero y Tierru del Fuego.
'' llidnrl. Cumpos, <lorm¡\n.folló, "La !l(;ción declarativa de certeza y el control
llidnrt. Cnmpo.Y, Oormán,JOin\ "¡) lny en d onlon fodoral ueción dodnmtivn d1• I!OIIHiil.uciouulidud", /,/,, 1li4-!i 17. . ..
d11 ÍlH!OIIHtil.ueiorudidud?'', /1,'/J, 1:l:l-42:1.
Huf{OcíH, Nc'•NI.or l'c•dm, Nt•t•ur.•w l~'xtraordinario, t. l, :3" od. nciuuhllndu Y
11

lllllplilldu, Ar1l rnu, llunllorl 1\i n•11, 1!J!l:.!., IHíg. 1:.!:?..


~70 DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL LA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 271

!errea resistencia a admitir estas acciones, las aceptó en forma En cuanto a los sujetos del proceso, para que un magistrado
amplia y contundente. pueda declarar la inconstitucionalidad de una norma es impres-
La jurisprudencia de nuestro Máximo Tribunal puede divi- cindible la existencia de dos partes, es decir, de dos sujetos que
dirse en tres períodos fundamentales. El primero, constituido por ostenten intereses contrapuestos y que no persigan la misma
una rotunda negativa a admitir el control de constitucionalidad finalidad.
ante ausencia de perjuicio; el segundo, caracterizado por la admi- Sin ello, la acción declarativa no sería viable, como no es
sión de la acción de inconstitucionalidad, pero sin la recepción viable ninguna acción judicial.
efectiva de este tipo de procesos, y el tercero, donde la Corte Esta posición ha sido unánimemente reconocida, tanto doctri-
admite efectivamente las acciones declarativas presentadas 9 • nal como jurisprudencialmente.
Sin embargo, la Corte nacional ha exceptuado este requisito
en "Prestaciones Médico-Asistenciales S.A." 10 , donde no existían
3. Requisitos de la acción declarativa de inconstitu- dos partes sino una sola compuesta por más de un individuo, dado
cionalidad. que no había conflicto de intereses 11 .
El objeto de este proceso será precisamente lograr que el
En sus comienzos, la Corte Suprema viabilizó esta accwn órgano judicial declare la inconstitucionalidad de la norma y que,
basándose en las estipulaciones contenidas en el art. 322 del Cód. como consecuencia de ello, ésta no sea aplicada por el demandado.
Procesal Civil y Comercial de la N ación. La causa estará dada por la existencia de una norma a la cual
Reza esta normativa: "Podrá deducirse la acción que tienda se la reputa inconstitucional.
a obtener una sentencia meramente declarativa, para hacer cesar
un estado de incertidumbre sobre la existencia, alcance o modali- b) Estado de incertidumbre.
dades de una relación jurídica, siempre que esa falta de certeza
pudiera producir un perjuicio o lesión actual al actor y éste no El art. 322 del Código Procesal exige, para dar andamiaje a
dispusiera de otro medio legal para ponerle término inmediata- esta acción, la presencia de un estado de incertidumbre que debe
mente ... ". recaer sobre la existencia, los alcances o las modalidades de la
Del artículo transcripto surgen como requisitos de proceden- relación jurídica.
cia: existencia de una relación jurídica, estado de incertidumbre, En tal sentido, Peyrano afirma que "la falta de certeza debe
legitimación en las partes, lesión actual y no disponibilidad de otro recaer sobre una relación jurídica (entendemos objeto o causa) o en
modio procesal. los sujetos que son sus términos", dado que "no puede ser motivo de
Es importante remarcar que el Máximo Tribunal ha efectua- una acción o sentencia mere declarativa la verificación de la existen-
do profundas transformaciones en la adaptación de estos requisi- cia de un hecho, aunque el mismo sea jurídicamente relevante" 12 •
tos n ln acción de inconstitucionalidad, los que le dan a ésta un Enderle entiende que la incertidumbre "produce duda, discu-
porfil propio, característico de los procesos constitucionales. sión, inseguridad, hipótesis de problemas y consiguiente intran-
quilidad, que debe recaer sobre el objeto <Y que éste no puede ser un
a) La existencia de una relación jurídica. simple hecho) o los sujetos, y que puede referirse a una relación
jurídica pasada extinguida, pero con efectos subsistentes" 13 •
Pnra que la acción declarativa de inconstitucionalidad sea
villl>lo, deben estar presentes los tres elementos de toda relación w CS, 8/8/96, "Prestaciones Médico-Asistenciales S.A.", LL, 1997-F-615.
j11rídicn: sujeto, objeto y causa. 11
Fuera de est~ supuesto, que contó con la disidencia de tres ministros, la
Cort.o no volvió a admitir criterio similar. Para una ampliación ver nuestro trabajo
El Sistt•m.a ... ciL., ptig. Hli.
" l'urn una mayor umplinción del tomu ver nuestro trabujo El Sistema de 1
~ l'uyrnno, ,Jor¡,¡e Wnltor, "La acción mere declarativa, como modio de la
Oonlrol C'on,qtr:tucional Argentino. La acción declarativa dt? incrmlltitucirmalülrul plc•u11 roHli~tH~ión do lu f{ttr·nnt.íu jurisdieeionnl do cort:o?.ll jmídica", Ji:IJ, 52-li68.
" 1•: ndodtt, ( ltr i llnrnw ,J., /,n pn•lt<l!llir)n 11/.t'f'fllllt'/1./e rll'daratiua, !•~el. 1'In t.omw,
1
t'fllllo lllt't'rllliMJW rle tu.tr!la, IJopulmu-Loxi11NoxiR, Buonos Air·oH, 2002, pt\¡,¡11. H):l
y /4/1, L11 l'lut.u, 1!lll:l, ¡u\w~o~. 111 .Y 1111
272 DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL LA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 273

En el caso de las acciones de inconstitucionalidad, es impor- que -a criterio de la demandante- no debe computarse a tal
tante determinar dónde se encuentra dicha incertidumbre. efecto en virtud de lo establecido en una ley nacional... En tales
En este sentido se presentan dos posibilidades: plantear una condiciones, resulta procedente la vía prevista en el art. 322 del
acción de esta naturaleza sólo cuando la oscuridad de una norma Cód. Procesal Civil y Comercial de la Nación, pues se ... busca
nos lleve a afirmar su inconstitucionalidad, o cuando, pese a la precaver los efectos de un acto concreto -al que se atribuye ilegi-
contundencia de su redacción, se genere duda sobre su adecuación timidad y lesión al régimen constitucional federal- y fijar las
a la Carta Magna. relaciones legales que vinculan a las partes en conflicto" 15 •
En definitiva, se trata de dilucidar si las acciones de incons- En este aspecto, la doctrina de la Corte es plausible en tanto
LiLucionalidad tienen un plus sobre las meramente declarativas resulta dificil encontrar el cumplimiento de ambas situaciones en
dd Derecho común -pedir incertidumbre en la norma en sí, mas forma conjunta.
dudar sobre su constitucionalidad- o si por la naturaleza propia Tal, por ejemplo, lo que aconteció con la ley 11.696 de la
du este proceso constitucional basta sólo con que se afirme que la provincia de Santa Fe, que estipulaba en su art. 4 que los adicio-
1<\Y impugnada presenta incertidumbre constitucional. nales salariales que tengan corno base de cálculo el transcurso del
En los comienzos del desarrollo de este instituto, la Corte tiempo debían liquidarse "a los mismos valores nominales percibidos
nacional pareció inclinarse por la primera posibilidad, es decir, con los haberes del mes inmediato anterior al de la sanción de esta
<\Xigir incertidumbre legal e inconstitucional a la vez. ley", mientras el art. 41 rezaba "las disposiciones de la presente ley
Tallo sugerido en el caso "Gomer", donde el Tribunal Supre- son de orden público y entrarán a regir a partir de su publicación".
lllo, adhiriendo al dictamen del procurador, entendió que no se Corno vernos, en este supuesto existe una confusa redacción
llnn cumplido los requisitos propios del art. 322 del Código Proce- de la norma que provoca una incertidumbre constitucional, atento
Hnl, por lo cual rechazó la acción intentada. la flagrante violación de la Carta Magna que origina la interpreta-
Entre los requisitos no cumplidos -se dijo-· tenernos el ción que admite la aplicación retroactiva de la ley.
"<'Htndo de incertidumbre". Sin embargo, no son estas situaciones las que ha tenido en
Un análisis superficial del fallo permitiría concluir en la sus manos el Máximo Tribunal nacional cuando resolvió la proce-
tweesidad de una incertidumbre legal, que a la vez produzca dencia de acciones declarativas de inconstitucionalidad.
i JIC<'t-tidurnbre constitucional. Es claro el art. 99, inc. 4, de la Constitución Nacional en
Sin embargo, no es ello lo afirmado por el Tribunal cimero. cuanto establece el cese de la inamovilidad de los magistrados al
En el precedente analizado se dijo que el estado de incerti- cumplir los setenta y cinco años; también son contundentes los
dutnbre no se había configurado porque no se habían producido la arts. 64 y 88 de la Constitución santafesina 16 ; aunque ello no ha
LoLnlidad de los presupuestos de hecho en que se apoya la decla- sido obstáculo para que la Corte nacional admitiera las acciones
rnción, con lo que se estaría en presencia de una mera consulta. declarativas de inconstitucionalidad, sin perjuicio de la decisión
J\Ctn más concluyente fue la posición de la Corte en "Conar- finalmente adoptada 17 •
JII'sa", donde rechazó el planteo de inconstitucionalidad del art. 14 Sobre la base del comportamiento de la Corte nacional, pode-
de• In I<\Y de Chubut 2458 por entender que no había incertidumbre mos concluir que cuando se trata de interpretar una norma de
nl¡~lJila, atento que la provincia ya había hecho aplicación de la Derecho común, la incertidumbre existe en la medida en que la
norn1:t impidiéndole a los recurrentes cuestionar una multa sin su misma sea oscura. En cambio, aun cuando una norma sea perfec-
pn\vio pago 14 •
!\ su turno, en "Nación AFJP", la Corte dijo que "existe en el
~ltJb <!Xamine un estado de incertidumbre sobre la existencia y 15
Fallos, 323:1213.
16
lilurlalidad de una relación jurídica en la medida en que la provin- El primero, en ~uanto estipula que el gobernador dura 4 años y no puede
r·iu ¡·,·cÜriiW a la actora el pago de ajustes fundados en la inclusión. ser reelegido en forma inmediata, y el segundo en cuanto cesa la inamovilidad de
los magistrados a los 65 años.
r'/1 lo hase imponible del impue.c;to a los ingresos brutos de un rubro 17
Nos estamos refiriendo a los casos ya citados "Fayt", "Iribarren" y "Reute-
mann" (Partido ,fusticialista e 1Provincia de Santa Fe); en este último si bien se
11
' /t'n/lrm, :Jl :l: 1oo:l. n•chu¡.;ó la nc:t:ión inlm1t.udu no fuo porque la vía elegida hnya sido inadecuada.
274 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
LA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 275
Lamente clara en su interpretación, en este tipo de procesos cons- retrocesos, en pos de una mayor apertura a la procedencia de este
titucionales el requisito en análisis se confi~ra porque s~bre lo proceso constitucional.
que no se está seguro es si la norma en cuestión es o no aplicable,
En este requisito temporal -se decía- estribaba la diferen-
por contradecir a la Constitución. . . cia entre un caso judicial y una mera consulta.
En definitiva, en ambos casos -mcerbdumbre legal o cons- Así, en "Gomer", rechazó la acción intentada argumentando
titucional- las partes dudan sobre el alcance de sus d:re~hos u que es requisito que ((haya interés jurídico suficiente en el accionan-
obligaciones (sea porque la norma resulta confus:=t en SI m1_sm~ o te, en el sentido de que la falta de certeza pudiera producir un
porque la confusión está dada en cuanto a su vahdez constituciO- perjuicio o lesión actual al actor, entendiéndose que la actualidad
nal), intentando clarificar su posición. del interés jurídico no depende a su vez de la actualidad o eventua-
lidad de la relación jurídica", y que en el sub lite la actora no había
e) Actualidad de la lesión. invocado ((siquiera la actividad explícita del poder administrador
dirigida a la percepción del tributo cuya validez se discute o que, por
El art. 322 del Código de rito exige, como requisito de proce-
lo menos, importe una manifestación inequívoca de voluntad en el
dencia, que la lesión sea actual. sentido de que está dispuesto a usar el poder controvertido" 20 •
Si nos atenemos a la literalidad de las palabras nos encontra-
En el precedente "Newland", si bien la solución fue distinta,
mos indudablemente frente a un contrasentido, pues si se trata de
se aplicó el mismo criterio. Luego de reiterar la necesaria concu-
una acción preventiva que intenta despejar un estado _de dud.~s, rrencia de interés jurídico que produzca lesión actual, se dijo que
mnl puede estar provocando una lesión actual. Si ya ex1ste leswn
esta condición estaba presente, dado que ((la intimación obrante en
nctual, debe procurarse una acción de condena, lo cual torna
autos resulta suficientemente demostrativa de la existencia de una
inadmisible la pretensión mere declarativa. . . actividad explícita del poder administrador dirigida a la percep-
Indudablemente, no es éste el alcance dado a la exigencia de ción del adicional cuya validez se cuestiona" 21 •
lesión actual 18 • Con aplicación de la misma doctrina se abre la acción decla-
La doctrina ha tratado este tema fundamentalmente como la
rativa intentada por el Colegio San Lucas, pues se entiende que
prnHoncia ' " en promover la acc1'o'n 19 .
· d e ""1nt eres . . el interés jurídico se encuentra presente ((toda vez que ha mediado
La Corte, en cambio, ha vinculado al mismo con el reqUISito
una actividad explícita de la Dirección Nacional de Recaudación
nnLorior del estado de incertidumbre, al referirlo como el momento Previsional dirigida a la percepción de los aportes" 22 •
1111 quo la situación de incertidumbre de~ía ~o~~gurarse! mostran-
En los primeros momentos, la Corte entendía que no bastaba
do un importante repliegue en su doctrma IniCial, no sm algunos
con que el actor encuadrara en una norma que se considera incons-
titucional; exigía, además, que el sujeto pasivo de la misma inten-
tara hacerla valer. Sólo entonces se configuraba el interés suficiente
111 Mnl"eclo Bourguignon y Luis Madozzo entienden que "lo qu~ motiv~ la que provocaba la lesión actual necesaria para tramitar este proceso.
n•rtt•r·ÍMI. y justa crítica de la doctrina fue la adición del vocablo actual , pues ~on El requisito comienza a ser morigerado, no sin ciertos retaceos.
dil'lw ruÚI~uncnto se estaría atentando seriamente contra la naturaleza preventwa En "Central Neuquén" no sólo se admitió una acción declara-
dr•/ iiiNf.itulo" ("Acción declarativa de certeza", LL, 1989-D-1203). .
1<1 Vor Enderle, ob. cit., pág. 95; Peyrano, "La acción.~ere declarativa co~o
tiva en la que se requería la inconstitucionalidad de gravámenes
111 odio dt! plena ... " cit., pág. 569; Salga~o y Verdague;r, Ju~cw de amparo y ac~Lón :->obre el consumo de electricidad, sin que mediara actividad con-
r/ 1• ; 11 ,·on.~lil.ucionalidad, 2" ed. actuahzada y amphada, Astrea, Buenos Aire~, erüta del demandado en pos de su cumplimiento, sino que incluso
~WO:l, p1í~¡. 404. En el mismo sentido, el dictamen del ~r?curador gener?l Mano :·w hizo lugar a una medida de no innovar solicitada 23 •
.lw~t.o L6po1. en "Chubut el Agua y Energía", al que adh1nó la Corte, decta que la
IHH'Pilidad d() que la relación jurídica a que la norma alude. debe ser concreta, no
~~~ ED, 123-425. •
dt,lw ,,onf'uudinw con lu exigencia "que se refiertl a la necosJdnd de que la falta do 21
Ji'allos, 310:609.
1'111'1.111111 puudn produeir al actor un perjui.eio o l.osión tu!nbió.n aciu~ll? pues os tu 2
~ U,, HJR8-D:98.
I'OIHiit:i6n uludo on enmbio u lu oxtstmu:tu do mltn·6s JUt'ft!Jc:o tmhcwnto on~ ol 21
IIITÍonnnl.tl ni cu11l Jlll(l(lo o no coneurrir ind<lpl!rHiiont.omonto de qun la ¡·olnell~ll : /!'altos, :ns::l2. En esto fallo sólo se afirma que no se trata de una mera
jlll'ídil'll di~t:ut.idn IHIIl 11 Hll Vl'7. nef.\111] o llVllfll.lllll" (/~/), !)l{.(i!);l), t'oliHIIII.u, sino quo flo ostú on prmwnciu ele un cnso.y se busca "precaver los efectos
¡J,, 1111 n<:Lo 1111 eit'l'lloH".
l>IWECIIO PROCESAL CONSTITUCIONAL
LA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD
277
M:í:-; explícita aún se hace la posición de la Corte en "Abud",
dond<) un grupo de escribanos pidió la inconstituciona~i~ad de la con la reelección del gobernador santafesino Reutemann 29 y con la
IPy 10.-152 de la provincia de Buenos Aires. La Dra. Reinz, proc~­ estabilidad del ministro Fayt 30 •
mclom fiscal, dictaminó que no nos encontr.ábamos en presen~;a Un importante retroceso de la doctrina aperturista se confi-
dt) un "caso" pues no existía un gravamen directo y de concrecwn guró en el caso "Droguería Arias".
hm;tnnte. La Corte volvió a su primitiva postura de exigir "a) actividad
g1 Máximo Tribunal expresamente se apartó del dictamez: ~1 administrativa que afecte un interés legítimo; b) que el grado de
nnL!!JHler que la condición de profesionales que eJ~rcen su a~tlvi­ afectación sea suficientemente directo; e) que la actividad tenga
dud y se ven perjudicados por la norma en cues~w~ ~s suficiente
pnm obtener "la declaración de certeza pretendldC:, . . 2 .
concreción bastante", entendiendo que en el sub iudice "de la única
documentación acompañada no resultan los extremos que el actor
En "Arostegui", donde se requería la declaracwn de mconsti- debía demostrar; a saber, la lesión o amenaza que pudiera afectar
tucionalidad de normas previsionales, se consideró que no se en grado suficientemente concreto su derecho a comercializar pro-
nHLuhn en presencia de un caso pues. la acc.ión. se e~contra~a ductos medicinales de venta libre" 31 •
dnHtinada a obtener una declaración de mconstltucwnahdad hacia Sin embargo, la Corte retomó la doctrina aperturista que
ni l'uturo, con lo que no reunía los requisitos exigidos por el art. 322 venía desarrollando en "Aguas de Formosa S.A.", transformando
dnl Código de rito. ., . ., la acción de amparo en acción declarativa y haciendo incluso lugar
En "Palópoli" se hizo lugar no sólo a la accwn smo tam~Ien a la medida cautelar solicitada, por el solo hecho de haberse
11 In enutelar requerida, pretendiendo que se declarara la aphca- dictado la ley, sin que existiera actividad concreta por parte de la
hilidnd, en la provincia de Buenos Aires, del dec. 229~/92 a.~n de provincia de Formosa 32 .
¡H•t·mitirle ejercer su profesión sin necesidad de matnculacwn en Si existe una norma que en principio es válida -aunque sea
ni coh~gio respectivo 25 • dudosa su constitucionalidad- y que debe ser aplicada por el
DisLinta es, en cambio, la suerte corrida por el abogado De poder administrador -quien no puede declarar inconstitucional
Bonwrdi, quien también requirió la aplicación del dec. 2293/92, per se-, ¿es necesaria la intimación a su cumplimiento para poder
pnro 11 quien se le dijo que "la lesión actual no se presenta.en ~l sub acudir al auxilio judicial?
lilt•", nl no haberse invocado ningún acto concreto que Impida u Parece que tal exigencia no condice con la finalidad preventiva
ohHl.nculieo la actividad del actor 26 • de la acción declarativa, máxime si se tiene en cuenta que su inicia-
f ,¡¡doctrina restrictiva se reafirma con mayor fuerza en "Elíseo ción no suspende la posibilidad de ejecución por parte de la adminis-
1\muuulo l'ereyra", reiterándose la necesidad de que medien actos tración, ni implica de por sí la concesión de una medida cautelar.
c·otH'I'o!.oH o m; ciernes del poder administrador 27 • Por ello, la solución alcanzada, entre otros casos, en "Iribarren",
I•:xist<m precedentes de una importancia institucional mayús- "Fayt" y "Aguas de Formosa" responde mejor al modelo de una
t•ttln tHl los cuales se abrió la acción declarativa -en algunos de acción de inconstitucionalidad como medio de ejercer preventiva-
1d loH in el uso prosperó la declaración de inconstitucionalidad re- mente el control de constitucionalidad.
ljllt•ridn--- pese a la ausencia de actividad administrativa concreta Pese a los retrocesos, ésta parece ser la tendencia seguida, no
o nn ciernes. sólo por el Tribunal cimero, sino también por los tribunales infe-
riores.
I•:HLos precedentes, entre otros, estár;t vincul~dos c~n la est~­
hiliclnd del ministro de la Corte santafesma Caswno Inbarren ,
d) Legitimación en las partes.

1
Esta exigencia debe estar presente tanto en quien acciona
/t'a/los, ;¡ 14: 118().
·•
como en quien e~ demandado.
'·'" l•'allrm, ;¡ 1H::.lliO:l.
," fo'rtllon, :IHl::.lfitl(i,
n l•'allriH, :1:.!0: llíliG.
2
° Fallos, 317:1195.
1 :m Fallos, 322:1616.
U /•'a /Ion, :¡ 1fi::.l!Jií7 .Y :l:.l:.l: 1:.!fi l. 11
: Palllm, ::122:683.
:Jt l,T,, .Suplomont.o do ])¡•n•c:ho ConHtitucionnl, 14/li/01.
27H DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL LA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 279

Lo importante será determinar cuál es el alcance de la legi- Tallo ocurrido en "Banco Hipotecario Nacional" 36 , así como
t.i mación. d · en el "Incidente de inconstitucionalidad del dec. 2125/78", donde
En cuanto a la legitimación activa se refiere, no_ puede eJar se dijo que "el tribunal no comparte lo sostenido por el procurador
d<~ remarcarse que ha existido un marcado apertunsmo, funda- en su dictamen en cuanto a la necesidad de dar traslado del pedido
mentalmente a partir de la incorporación del nuevo art. 43 de la de inconstitucionalidad al Estado Nacional. La doctrina de esta
Constitución Nacional. . 33
. Corte no importa el abandono del tradicional criterio según el cual
Si bien se constitucionalizó sólo en acciOnes de amparo , con el control de constitucionalidad excluye la defensa directa de las
l>utm criterio la Corte ha hecho extensivo este reconoci:niento a las normas impugnadas por parte del Estado que las ha expedido, en
11 cciones declarativas de inconstitucionalidad, espec1almen~e en tanto no sea éste adversario formal en la causa por debatirse
''!wuerra e 1Buenos Aires" 34, admitiendo así que ~u~da acciOnar derechos que aquéllas le acuerdan. En consecuencia, aunque se
quien tenga una afectación, sea en un derecho subJetivo, como en reputara conveniente la intervención del Estado legislador -deci-
35
tlll interés legítimo o incluso en un interés difuso • • ., sión reservada al tribunal de la causa- ello no lo constituiría en
Respecto del legitimado pasivo, :omo en cualqmer acc1?n el carácter de litigante adversario, a los fines de la existencia de la
judicial, será demandado aquel beneficiado por la norma cuesho- causa contenciosa requerida en estos juicios" 37 •
uada en su constitucionalidad. En el mismo sentido, la Corte admitió una excepción de falta
Esta postura fue expresada en diversos prece~entes donde se de legitimación pasiva interpuesta por la provincia de Buenos
<~twstionó la validez de leyes, no acordando las m1smas derechos Aires, demandada por Edesur, atento haber dictado una norma
ni Estado. que permitía a los municipios consolidar deudas. Se dijo que "la
actividad legislativa provincial sólo determina el marco legal apli-
:1:1 Tanto en derechos subjetivos como en intereses legítimos Y aun difusos se cable; su cuestionamiento debe ser encauzado entre quien se dice
t•Htú en presencia de un grado de afectación que permite accio~ar según el nuevo afectado por el régimen y quien resulta su beneficiario, por la vía
url. 4:3 de la Constitución Nacional. En esta postura se enrola Bidart Campos, p~ra
quien el art. 43 no consagró "una acción popul~~"·. aun cuan~o ::afectado es qzaen,
procesal que en cada supuesto establecen las normas locales" 38 •
1•1111juntamente con muchos otros, padece ese perJWCW comparüdo. (Tr~tado Ele me~;
En este precedente se reafirmó la existencia de la acción
tal de Derecho Constitucional Argentino, t. VI, "La reforma constituciOnal de _1994 , declarativa de inconstitucionalidad, pero aclarando que no se
J•:diur, Buenos Aires, 1994, págs. 318 y 319). S~~ embargo, el menc10~ado admiten "acciones declarativas directas de inconstitucionalidad
1:onHtitucionalista propone la incorporación de la acc10n popular .co~? mecamsmo por vía de demanda o de acción", lo que ocurriría si se hubiese
q w• conlleva a un pleno ejercicio del control (El derecho de la Constttucwn Y su fuerza
admitido la presentación contra el Estado legislador en lugar de
11111 ·11 wtiva cit., págs. 335 y ss.). En cambio, entienden que ~l ~rt. 43 ha consagrado
luneeión popular Andrés Gil Domínguez y_Pab!~,Eduar~? JI~~nez. ~ara una mayor demandar al beneficiario de la misma.
11 n1plinei6n del tema ver Maximiliano Toncelh,. La leg¡tlmac10n act~va ~n el art. 43 Sin embargo, no siempre resulta tan sencillo materializar
do In Constitución nacional", en la obra colectiva El amparo constLtucwnal. Pers- una demanda contra el beneficiario de una norma, especialmente
fll'l'liuus y modalidades, Depalma, Buenos Aires, 1~99, págs. 3~ Y ss. , . cuando se impugna un régimen que involucra a una indetermina-
:t.t CS, 22/4/97, "Asociación de Grandes Usuarws de Energw de la Repubhca
!ttt.:t•ntina e 1Provincia de Buenos Aires", LL, 1997-C-322. " ..
ción de sujetos.
:th J>or ello no puede compartirse la solución dada en el cas? Mahsar:dpan, Tal es el ejemplo que enseña Bidart Campos 39 , referente a
( •¡ 1111 r!ioc/Tribunal de Penas de la Asociación del Fútbol Argentmo", a qmen era la supresión del laudo gastronómico, que consistía en la suma
plui.<'ÍHI.n de Boca ,Juniors y como tal tenía 1m derecho subj~tivo a ocup~r su lugar, dine~~ria que, por reparto, recibían los trabajadores del gremio,
t· 11 y 11 obligación principal se encontraba a cargo de la entidad dep~r~Iva, ~a cual
.Jp'¡¡¡ 11 gamntizarle el libre goce de su ejercicio (y encaso de que no lo hiciera, mcluso
parbc1pando de un porcentaje de lo abonado por cada cliente
por 111111 :·mncióu, debería reparar el daño producido~. A su vez, co~o espectador sobre la f~cturación de su consumo, en un establecimiento en el
1-., 11 i.uha eon ]a tutela de un interés difuso o colectivo a poder disfrutar de un
Ptiptwi.Ü<:ulo lícito, al cual sostenía con su abono, por el que pagaba l~s correspon-
dit•lll.t•H c11rgnH tributarias y que se encontraba regularmente orgamzado. Y esta :u; Fallos, 256:104.
tall.i 11111 Hil.uación, por la que promovió la acción, es t~n merecedora ~e ~utela como :rrEJJ, 127:126.
111 priutNH, elnro eHtú que n cargo de distintoH AU.Jetos (?n m~te ultm1o caso. In :rH Fallos, 321:560.
Pul.idnd quo prohihi6 !u r·ottlb:nei6n dd <'Hpeel.!'leulo deporttvo). Vor on tnl Hllllttdo :m Bidart Campos, Gernu'ín ,Josó, El derecho de la Constitución y su fuerza
triiP!'ll.r·o etlllll'lll.lll'io ul l'ullo t•ll /,/,, l!l!l!l-l•:-71it1. nornwliua, l•~dim, Blll'IIOH Aires, 1991i, p¡'tg. 315.
!lHO Dmtr~CHO PROCESAL CONSTITUCIONAL LA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 281

qlH~ aquéllos eran empleados. Esta impugnación no podía ser Se fundamentó en que "el hecho de que la actora interponga
llnvnda adelante contra el empleador, porque él no lo abonaba, la acción en virtud de la actividad legislativa de la provincia de
ni contra los clientes, anónimos e indeterminables. La única San Luis no es suficiente para hacerla «parte» en las obligaciones
pmdbilidad en estos casos era la impugnación contra el Estado ya referidas, y, como tal, legitimada pasiva para ser demandada.
autor de la norma 40 • "Una solución distinta importaría admitir las acciones
Aun cuando escapa al marco de nuestro sistema de control, declarativas directas de inconstitucionalidad por vía de demanda
nHI.u Holución ha quedado patentizada en "Fábrica Argentina de o de acción, extremos que no ha aceptado esta Corte; y transformar
Calderas", donde se pretendía la declaración de inconstitucionali- en parte procesal a los estados provinciales en todos aquellos
d~td de la ley santafesina 9497, en cuanto reducía la jornada expedientes en los que se tachase de inconstitucional una norma
lnboral en cuatro horas semanales, sin modificación alguna en el dictada por ellos, a pesar de no mediar un vínculo directo con
níwl Rnlarial, y la repetición de las sumas pagadas a su personal quien interpone tal pretensión. Por esa vía se lograrían declaracio-
on virtud de la referida normativa. nes generales de inconstitucionalidad, ajenas a la específica moda-
La demanda no fue instaurada contra los trabajadores, bene- lidad que ha admitido el tribunal (Fallos, 321:551)" 42 •
lidnrios de la norma, sino contra la provincia de Santa Fe.
El 'fribunal cimero distingue ambas pretensiones encuadran- e) No disponibilidad de otro medio procesal.
do como acción mere declarativa de inconstitucionalidad el primer
plant.no y receptándolo. En cambio, respecto de la repetición pre- Analizando el requisito de la subsidiariedad de la acción mere
t.nndida, sostuvo que se trata de una acción in rem verso, des- declarativa, Peyrano afirma que "la opinión predominante en
od11'índola porque no se había acreditado "la imposibilidad de nuestro país niega la posibilidad del ejercicio de la acción mere
dt'lllandar la repetición de lo que se dice satisfecho indebidamente, declarativa a quien cuenta con la chance de emplear la acción de
dt• quien efectivamente lo percibió". condena para hacer valer sus derechos. De tal guisa se le otorga a
En este precedente se superan los marcos de nuestro actual la acción sub examine un carácter meramente subsidiario y tam-
HiHt.omn de control constitucional, aunque sin alterar su sustancia, bién, aunque no se diga, subalterno".
dundo un salto de la admisión de la acción declarativa a la acción Agrega el procesalista rosarino que a favor de la subsidiarie-
directa. dad se ha argumentado el principio de economía de los procesos,
Este criterio no sólo no volvió a ser reiterado, sino que la pues al no otorgar la acción declarativa título ejecutivo, no tiene
dodl"ina allí sentada fue desechada en forma contundente en sentido emprenderla cuando se puede iniciar una acción de conde-
"Smrch Organización de Seguridad S.A." 41 • na. En cambio, continúa diciendo, quienes están en contra de la
En ese caso la actora solicitó que se declarara la inconstitu- subsidiariedad de la acción alegan que, "en la mayoría de los casos,
eionalídnd de la ley 5244 -que fija los valores del salario mínimo el litigio acaba con el dictado de la sentencia mere declarativa, sin
vit.nl y móvil que rigen a partir del mes de abril de 2001 en el que sea menester la promoción de una acción de condena".
(uubít.o local- y consecuentemente su inaplicabilidad a los contra- Pese a lo estipulado normativamente, Peyrano propone
toH do trabajo que la empresa "tenga celebrados y celebre en el excepcionar la exigencia de iniciar una acción de condena cuando
1"11Lt1ro" en el territorio de ese estado provincial, demandado exclu- "resulta más simple intentar la acción mere declarativa para hacer
Hivnnwnto a la provincia de San Luis. efectivo un derecho" o cuando mediante esta acción se puedan
((obtener todos los resultados que podría conseguir en el caso la
111
l•:llo para erradicar la norma inconstitucional por vía directa. También acción dfi, condena" 43 •
•'tt pmdhlt• dt•m¡mdar al Estado legislador por los daüos y pmjuicios que la También Enderle se muestra contrario a la subsidiariedad de
ttnflllltt.ivu ilrgít.ima ocasiona, producto de su deficiente actividnd legislativn, y este proceso -por lo que comparte la solución dada por algunos
dn ••tll.n nwnuru forznr su derogación. Pero esta solución coneiernc más a un temn
dt• polil.ien del abogado quo ul porfeccionnmiento del Histoma de coJttrol eonHti-
4
l.ut'ionnl. ~ El fnllo. sólo contó con la disidencia del juez Vázquez.
11
' CH, '271fi/04, "Searr-h Or¡.¡rmi.tacit5n dt! Se¡¡urülrul8.A. c/San LuiR, Jlrouin· '"
1
Jloymno, "La acción more declarativa como medio de plena ... " cit., pág.
t'lll dr· 11/ ~~t'l'ián tlt•dru•ttliua", H. :I:.W.XXXVII. 1)70.
~H2 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 283
LA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD

cúdigos provinciales como los de Jujuy Mendoza o Santa Fe- Así, en "Bridas" se sostuvo que "la actora pudo provocar la
pues "Sl. eld emandante valora como más ' eficaz -por motivaciones' actividad jurisdiccional a través de un medio legal apto como lo
adecuadas y diversas- el empleo de una pretensión mere declara- es la acción de repetición para lo cual sólo le hubiera bastado
tiva que cualquier otra vía, no entendemos razonable la colusión cumplir con un requisito específico del régimen tributario, como
de esta posibilidad por el ordenamiento nacional y seguidores". es la regla del salve et repete y acatar la intimación que se le
Siguiendo a Hitters, propone excepcionar el principio de sub- formulara. Por lo demás, tal recaudo no ha sido cuestionado en
Hidiariedad "si la acción declarativa simplifica el procedimiento su aplicación al presente caso ni se ha alegado que su cumpli-
fi·ente a la condena; si la acción de condena no permite lograr todos miento debiera ser dispensado como lo ha admitido, en ciertos
Y cada uno de los resultados asequibles a la acción declarativa" 44 • supuestos, esta Corte. De esta manera, la persistencia de la incer-
Refiriéndose específicamente a la acción declarativa de in- tidumbre en la que se pretende fundamentar la demanda resulta
con.stitucionalidad, Morello dice que "su ejercicio aparece como atribuible sólo a su conducta, pues ha prescindido de un medio
resuiual, ya que el actor no dispondría de otro medio legal [agre- idóneo para obtener, a través de un proceso de condena, la certeza
I~Hmos, de igual eficacia o idoneidad específica] para poner término jurídica que reclama" 49 •
inmediatamente a la zozobra" 45 • Debe remarcarse que si bien la Corte reiteró un criterio
Por su parte, Salgado y Verdaguer sostienen que "este requi- similar en "Massalin Particulares S.A." 50 , lo aplicó para dejar sin
Hilo de la indisponibilidad de otro medio legal debe ser interpreta- efecto una medida cautelar y no para sostener la improcedencia de
do, a nuestro entender, de un modo amplio y no como un valladar la acción declarativa de inconstitucionalidad.
tflll' obste al progreso de la acción" 46 • Esta doctrina no puede compartirse. Como bien apunta Spisso,
Uourguignon y Madozzo afirman que la indisponibilidad de el principio solve et repete "no constituye óbice alguno a la proce-
otro medio legal "apunta a la circunstancia que no exista otra vía dencia de la acción de certeza, ya que la repetición presupone el
!JI'ocesal idónea para obtener la cesación del estado de incertidum- pago previo de la obligación, o sea, la consumación del perjuicio
hl'l~" •17.
que la acción declarativa trata de prevenir" 51 •
. A su turno, Aguilar Caravia entiende que la acción declara- La traslación de este criterio a los distintos casos de acción
tJ~u ~10 es subsidiaria sino excepcional, dado que "la acción subsi- declarativa llevaría a su total aniquilación, dado que siempre le
clwna e.r; aquella que suple o refuerza a otra principal y éste no es quedaría al actor la posibilidad de esperar a la consumación del
1'1 caso de la acción bajo estudio pues ella es autónoma, es la única pe:r:juicio y luego iniciar la acción de condena correspondiente.
tlt• ¡·arrú:ter preventivo, le basta que exista un interés legítimo a Es precisamente este efecto lo que el instituto en análisis
lllft•lar" •tH.
trata de evitar.
l•:n Jo que respecta a este requisito, la jurisprudencia de la La posición reseñada fue expuesta por el Máximo Tribunal
<~orto nacional no ha sido contundente y desentrañar su sentido en su composición anterior, cuando sustentaba la inadmisibili-
110 I'I1Htdta una tarea sencilla. dad de las acciones declarativas de inconstitucionalidad, y no fue
l~n una oportunidad, cuando se solicitó la declaración de reiterada para rechazar este mecanismo de control constitu-
irwonHtitucionalidad de un tributo, se dijo que el actor debía ini- cional.
l'ÍIIJ'In acción de repetición, previo cumplimiento delsolve et repete. Por otra parte, en diversos precedentes, no sólo se han acu-
mulado pretensiones declarativas con pretensiones de condena,
"" I•:ndcrle, ob. eit., págs. 99 y 100. sino que incluso se ha considerado que la acción declarativa era
·"· Nlondlo, Augusto, Estudios de Derecho Procesal. Nuevas demandas, nue- más apt~ que el amparo para discutir cuestiones de derecho,
""'' I'I'NJ>IIt'llÜl.s, t. 1, Abcledo-Perrot, Buenos Aires, 1998, pág. 144.
" Snlgud~>, Alí. .Jouquín, y Vcrdaguer, Alejandro, ,Juicio de amparo .Y acción
1

:¡,. llii'OIIIlftlur·t.on.aluüuL, 2" od. actualizada y umplinda, Astroa, Buenos Aire~, •u U., 1984-A-424 .
.woo, Jl{lg. 4 1:l. no Fallos, 316:2922 .
.,., llouq~uiguon y Mndo~:w, oh. eit., pllg. 120(). "' HpiHHo, !todoll'o, 'l'u.telajudícial efectiva en materia tributaria, Depalma,
''" i\gnilur Curuvin, 0Heur W., /1,'/ dt•n•f'lw trilmlario y In. rl'iui~t~licadán. .¡,.fu BtwnoH i\in.•H, 1!l!J(i, pllg. 17(). 'l'amhi6n Aguilnr Carnvia ha efectuado una a¡:,ruda
tll't'IJÍ/1 lllt'rtl.fllt~lllt• dt•damliurr, /,/,, 1!lH(I.~( :.. J072. edt.icu dt• In jul'iHill'lldt•ncin llllliWÍonucln, oh. eit.. , plig. 1074.
DERECHo PROCESAL CoNSTITUCIONAL LA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 285

PHpc:ialmente cuando éstas involucraban el deslinde de compe- Cabe agregar que si bien este requisito, con los atenuantes
t<mcws entre Nación y provincias 52. que el Tribunal cimero le ha otorgado y especialmente con la
~n lo que se refiere a la acumulación de acciones declarativas posibilidad de acumularse con otras pretensiones de condena,
y accwnes de condena, la Corte no sólo rio ha considerado la obstaría a la posibilidad de articular esta acción cuando no exista
u.npr~cedencia de la primera de ellas, atento su carácter subsidia- otro mecanismo ordinario para demandar, debe tratarse de otro
no, s~no que ha analizado su compatibilidad, llegando a diversas medio establecido por ley, y no dispuesto por normativas internas
Holucwnes, según las características de la pretensión. de instituciones que no se encuentran regladas por el Poder Legis-
. En "Fábrica ~rgentina de Calderas" 53 , distinguió entre el lativo 57 •
!>ü<hdo de declara~I~n d~ inconstitucionalidad de la ley santafesina En definitiva, el carácter residual de la acción de inconstitu-
J497 '.e~ _que tramito e hizo lugar contra la provincia, del pedido de cionalidad ha sido enormemente atenuado por la jurisprudencia
ropehcwn de pago, .que rechazó por considerar que debía ser del Máximo Tribunal, en el entendimiento de que este proceso de
demandado el trabaJador que había percibido de más en base a inconstitucionalidad tiene un radio de acción propio, con objetivos
una normativa inconstitucional. específicos, que no se confunden con pretensiones de otra índole.
Como se analizó al estudiar el requisito de legitimación el
procc.dente soslayó al verdadero legitimado pasivo. Amén de ello
t.un~Jné?-, hace ex~epción del principio de subsidiariedad, ya quepo; 4. La acción de condena.
npl!cacwn del mismo se podría haber rechazado la acción intenta-
da por contar el actor con la posibilidad de articular la respectiva Hemos visto que dentro de las acciones concretas de incons-
ueetón de condena. titucionalidad existen dos variantes: la acción de declaración y la
A su turno, en "Domingo Segura Olivera" si bien no resolvió acción de condena.
~a uc~ión de. inconstitucionalidad solicitada p~r haberse tornado Aun cuando la última presupone la primera, los requisitos
tnoficwsa, ?Izo lu?"ar a los daños y perjuicios reclamados conjun- para su configuración han generado dudas.
t.amen~e, sm cofl;Siderar que ambas pretensiones eran incompati- En toda acción de condena -y en las de inconstitucionalidad
bles, 111 que la pnmera, por su subsidiariedad, quedaba subsumida este rasgo se acentúa aún más- existe una previa declaración.
en la segunda 54 • Para establecer una obligación de dar, de hacer o de no hacer,
~nt~nio ~onzález S.A. interpuso acción declarativa de in- es necesario que primeramente se declare el derecho.
eons~ttucwnahdad contra la provincia de Mendoza, a la que acu- En estos procesos constitucionales, una vez declarada la in-
mulo la de amparo. validez constitucional de una norma, seguirá necesariamente esa
.La Corte admi.tió la acción declarativa y rechazó el amparo pues orden de dar, hacer o no hacer.
l'<~IIAtderó que la pnmera era el medio eficaz para resolver el pl~nteo Ya hemos visto cuándo procede una acción declarativa; la
oluduado, .dado que se trataba de la determinación de órbitas de pregunta que cabe hacer ahora es cuándo procede una acción de
compt;tencia entre e~ Estado federal y un estado provincial 55. condena.
h.n su oportumdad, rechazó la acción declarativa intentada El deslinde entre ambos procesos estará dado por la consuma-
contra una ley qu~ había perdido vigencia temporal, no haciendo ción del peijuicio, en donde, de sostenerse el rol subsidiario de la
l11~~nr n la repa:~c1ón de perjuicios invocados con posterioridad a acción declarativa, hará procedente sólo el juicio de condena, dado
!u .traba de la hbs, los que debían ser reclamados por "otras vías que entonces el actor obtendrá plena reparación de su derecho, pues
ulc'11wns para ello" 56 . a la declaración de inconstitucionalidad de la norma seguirá toda
la fuerz:t compulsiva que tienen las sentencias de condena.
n~ Vor fi:l sistema ... cit., púgs. 26.3 y ss.
n.l/,L, 1987-A-615. .f• 7
l'or ello he m o::; criticado la solución arribada en "Mahsardjian e 1Tribunal
M !•'al/os, :31 G::l\!0 l. ,¡,. l'1~11aN
de la A/i'A", atonto que se consideraba inviable la acción declarativa
M /l'alloH, a16:2HGO. inl.nnt.udu por In I•XiH!mH~iH do nwcnnismos recursivos propios del tribunal de
CuHo "Atlwrl I!Jlt'l'il'ánim S.A.", !•'alto.~. :1:.!0: 1H7H.
011
di,wiplimt, 1111 /,/,, 1!J!J!J.J•i-7fitl.
:lH6 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL LA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 287

El requisito de actualidad de la lesión, entendido como acti- Por ello, quien demanda no busca condenar u obligar a nadie;
vidad concreta del legitimado pasivo en el sentido de aplicar la solamente busca que se declare cuál es el derecho aplicable.
norma de dudosa constitucionalidad, resulta modificado por el de Vimos que en las acciones declarativas a esta pretensión
nxistencia de una afectación consumada (propia de todo juicio, y puede adicionarse un pedido de condena. En cambio, en las accio-
11 la que nunca los tribunales negaron posibilidad de reclamo). nes directas, la mera declaración es el único objeto posible.
Cabe remarcar que, aun cuando la consumación del perjuicio Y ello es así puesto que en estos procesos se demanda al autor
H<\ haya producido, en tanto no se entienda que la acción declara- de la norma y no al titular de la relación jurídica sustancial.
tiva de inconstitucionalidad es subsidiaria, el afectado podrá pedir Veamos el siguiente ejemplo:
Holamente que se despeje el estado de incertidumbre o que se Un perito se siente afectado por lo escaso de la regulación de
ll~{regue la pretensión de condena. honorarios efectuada conforme a la normativa arancelaria vigen-
La Corte no ha perfilado en forma definitiva dicho requisito. te, la que, entiende, es inconstitucional.
Resulta conveniente que sea el actor quien elija si prefiere A fin de que se le abone una suma mayor deberá demandar
iniciar una acción declarativa de inconstitucionalidad -si sólo le al obligado a su pago.
interesa saber, al menos en un primer momento, qué normas le Como presupuesto lógico, pedirá la declaración de inconstitu-
Hon aplicables- o que inicie directamente una pretensión de dar, cionalidad de la normativa tenida en cuenta por el magistrado con
hacer o no hacer, previa declaración de inconstitucionalidad de las el objeto de regular esos honorarios.
normas en juego. Como vemos, el titular de la relación jurídica no puede ser la
provincia, sino la parte concreta que deberá efectivizar los hono-
rarios.
!'). Diferencias entre la acción concreta y la acción directa. Por ello, cuando se demanda en estas acciones directas no se
puede requerir una condena concreta.
No menos importante es el deslinde entre la acción concreta Además, es imprescindible que estas acciones funcionen de
do inconstitucionalidad y la acción directa. manera concentrada en los tribunales superiores, dado que la
Esta última se encuentra presente en el Derecho Público importancia de la declaración de inconstitucionalidad radica pre-
provincial, siendo recepcionada por las constituciones de las pro- cisamente en la autoridad que tienen los fallos de los magistrados
vincias de Buenos Aires, Córdoba, Chubut, Formosa, La Pampa, cimeros, aun cuando no exista obligación del inferior de adecuar
Mnndoza, Neuquén, Río Negro, San Juan, San Luis, Santa Cruz, sus decisiones a los mismos.
S~tnLiago del Estero y Tierra del Fuego. Quien obtiene esta declaración de certeza sabe que si se
l•~n estas jurisdicciones conviven las acciones de inconstitu- aplica la norma en cuestión por parte del titular de la relación
<'ionnlidad concreta -que permiten llegar a la Corte nacional jurídica sustancial, obtendrá, en un juicio posterior, una sentencia
nwdinnte el recurso extraordinario federal- y las acciones direc- favorable, sea en instancias inferiores o, en su caso, por parte de
LIIH, rnRervadas sólo para el ámbito local. la máxima autoridad local.
La característica principal de este proceso está dada por que También a estas acciones se les suele otorgar un rol subsidia-
ni legitimado pasivo es siempre el autor de la norma y no el rio, que no resulta convincente.
bonnliciario de la misma (titular de la relación jurídica sustan- En efecto, si el litigante ha optado por dar certeza a la
cin(). relación jurídica en lugar de pretender una condena concreta, ¿por
1'ara su procedencia, al igual que en las acciones declarativas, qué se lo debe privar de esa posibilidad?
I'N IH\cmmrio un estado de incertidumbre jurídica generado por la Sab€!mos que se encuentra con dos cuestiones: la primera, si
<•XÍHLnneia de una normativa cuya constitucionalidad se discute. la norma que reputa inválida es inconstitucional o no lo es; la
1-l<• nln·<\ entonces la posibilidad de obtener certeza para quien se Rcgunda, el comportamiento debido que estará dado sobre la base
ntll'twnLm aleanzado en los supuestos de esta norma. de In validez o no d<-l la norma.
Lu lesión todnvfn no so ha producido, pero indefectiblemente Aun ewíndo In economía procesal pueda hacer aconsejable
vnndn'í cunudn In normntivn LmtJ~n c¡uo ser aplicada. p(H'HogTIÍ r un u condoun Hi He hn nplicndo una norma inconstitucio-
~HH DERECHO PROCESAL CONSTITUCJ<iNAL
LA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 289
tutl, nada quita que el afectado pueda optar por despejar el estado
<h~ incertidumbre previamente y recién luego, si la contraparte no acción de inconstitucionalidad, sea con su variante simplemente
S(~ aviene a retrotraer las consecuencias ya producidas, iniciar una declarativa o en su versión de condena.
ncdón de repetición. Este proceso constitucional tiene todavía carriles no explora-
Nótese que el cambio de competencia entre una y otra acción, dos que será la judicatura la encargada de establecer, y augura-
los montos en juego, las reposiciones fiscales, las condenaciones en mos que se desarrollen en el entendimiento de que en la búsqueda
costas, entre otras consideraciones, tendrán incidencia en la vía a de lograr una tutela judicial efectiva, debe estarse por la mayor
ulngir. amplitud de la acción.
Además, la subsidiariedad otorgada a estos proceso~ suele
<1Htar supeditada a la consumación de la lesión, es decir, son
viables si no hay lesión y no proceden cuando la hay.
Cabe preguntarse, entonces, ¿qué ocurre si durante el trans-
CitrAo del proceso se consuma la lesión? ¿Se torna abstracto el
plnntco? ¿Se debe rechazar la acción? .
Si estos interrogantes obtienen una respuesta afirmativa,
Pntonces la inutilidad del proceso es manifiesta, dado que es sufi-
<'ionto la conducta de la contraria para neutralizar la presentación.
Si la respuesta es negativa, nos encontraremos con una in-
conHeeuencia, puesto que al momento de obtener sentencia poco
illl porta que la lesión se haya ocasionado dos días antes o dos días
duHpués de presentada la demanda. , . . .
Por ello, estas acciones no pueden ser de caracter subsidiano,
y también aquí debe ser elección del litigante el camino a seguir.
. .... _
(l. Consideraciones finales.

La evolución producida en el ejercicio del control por vía de


ncei6n nos hace presagiar un futuro alentador en el devenir del
IIIIOVO milenio.
Una acción negada en forma rotunda y contundente a media-
<los dd siglo pasado fue paulatinamente admitida a fines del
111 iH 1110.
Y <~sta admisión no sólo fue indiscutible, sino que se desarro-
ll<'i (1<~ una manera positiva, venciendo obstáculos que impedían la
cotu:n~eión de una tutela judicial efectiva, especialmente en lo
n·f(~rnnte a las legitimaciones reconocidas.
J\ osta altura de los acontecimientos, ya no puede negarse que
In acción declarativa de inconstitucionalidad ha adquirido "el ran-

¡:o do proceso constitucional" 58 y ha evolucionado a la admisión de

hn <lil llornfn¡.:uor., 1\ndn'iH, "Lu neción clodnrntiva de cortozn corno procoHo


l'lllllll.if.m:ionul", U,, 1!)!)(j,/\" 1tl!JI'i.
CAPíTULO XI

LA COMPETENCIA ORIGINARIA DE LA CORTE


SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
por
ALFREDO M. VÍTOLO 1

l. La jurisdicción federal.

Los constituyentes de 1853, de conformidad con la estructu-


ra federal adoptada, se preocuparon por organizar el Poder Ju-
dicial de la N ación, dejando en manos de cada provincia (y
exigiendo de éstas) la organización de sus propias administracio-
nes de justicia 2 • Como en muchas otras áreas, en esto nuestra
Constitución siguió en lo esencial el modelo de la Constitución
norteamericana de 1787 a. Así, el hoy art. 108 dispuso que el
Poder Judicial de la N ación sería desempeñado "por una Corte
Suprema de Justicia, y por los demás tribunales inferiores que
el Congreso estableciere en el territorio de la N ación" 4 •
Dado que también en esta materia ((las provincias conservan
todo el poder no delegado ... al gobierno federal" 5 , el constituyente

1
Abogado, Diploma de Honor, UBA (1985). Master of Laws, Harvard Law
School (1989). Profesor adjunto ordinario de Derecho Constitucional y Derechos
Humanos y Garantías en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos
Aires.
2
Constitución Nacional, art. 5: "Cada provincia dictará para sí una Cons-
titución ... que asegure su administración de justicia ... ".
3
Bien•sostiene Bianchi que "tal vez no exista sección de nuestra Constitu-
ción que se parezca más a la de los Estados Unidos, que la correspondiente al Poder
Judieial de la Nación" (Bianchi, Alberto B., Competencia Originaria de la Corte
Suprema de ,Justicia de la Nación, Abeledo-Perrot, 1989, pág. 31).
4
Su modelo norteamericano establece: "Article III- Section l. Thejudicial
power of tlw Unitcd Statcs shall be vested in one Supreme Court, and in such
inferior r-ourts as tlw Congress may from time to time ordain and establish".
N Cormtit.uc:ión NIH:ionnl, nrt. 121.
292 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL LA COMPETENCIA ORIGINARIA DE LA CSJN 293

se preocupó por precisar la competencia de los tribunales federa- ante el riesgo de que, en razón de ello, el art. 97 pudiera ser
les, en virtud de su carácter de excepción 6 . El art. 97 de la interpretado como privando a los tribunales provinciales de ju-
Constitución de 1853 estableció que <(corresponde a la Corte Supre- ris?icción sobre la totalidad de las leyes dictadas por el Congreso,
nw y a los tribunales inferiores de la Confederación, el conocimien- el mforme de la Comisión Examinadora de la Constitución (in-
to y decisión de todas las causas que versen sobre puntos regidos tegrada por Bartolomé Mitre, Dalmacio Vélez Sarsfield, José
por la Constitución, por las leyes de la Confederación y por los Mármol, Antonio Cruz Obligado y Domingo Faustino Sarmiento)
tratados con las naciones extranjeras; de los conflictos entre los propuso modificar el art. 64, inc. 11, a fin de aclarar su alcance
di/e rentes poderes públicos de una misma provincia; de las causas ~ de proteger el interés de las provincias frente a cualquier
t"oncernientes a embajadores, ministros públicos y cónsules extran- mtento hegemónico de la N ación, preservando la competencia de
jl'l"o8; de las causas de almirantazgo y jurisdicción marítima; de los sus tribunales 9 • Así se realizó, modificándose también en sentido
recursos de fuerza; de los asuntos en que la Confederación sea concordante el art. 97 (hoy 116), el cual quedó redactado de la
¡1arte; de las causas que se susciten entre dos o más provincias; siguiente manera: "Corresponde a la Corte Suprema y a los
entre una provincia y los vecinos de otra; entre los vecinos de tribunales inferiores de la Nación, el conocimiento y decisión de
difáentes provincias; entre una provincia y sus propios vecinos; y todas las causas que versen sobre puntos regidos por la Consti-
l'lllre una provincia y un Estado o ciudadano extranjero". tución, y por las leyes de la Nación, con la reserva hecha en el inc.
En 1860 el artículo mencionado sufrió una importante refor- 12 del art. 75; y por los tratados con las naciones extranjeras; de
ma. Con la finalidad de reforzar el federalismo, reduciendo la las causas concernientes a embajadores, ministros públicos y
injerencia de las autoridades federales en las cuestiones mera- cónsules extranjeros; de las causas de almirantazgo y jurisdicción
uwnte provinciales, se limitaron las atribuciones de la judicatura marítima; de los asuntos en que la Nación sea parte; de las causas
li\deral, restándole jurisdicción en la resolución de los conflictos que se ~usciten entre dos o más provincias; entre una provincia y
int.raprovinciales y acercando el texto más a su modelo 7 • Del los vecmos de otra; entre los vecinos de diferentes provincias; y
mismo modo, teniendo en cuenta que nuestro sistema constitu- entre una provincia o sus vecinos, contra un Estado o ciudadano
cional había optado por la unidad de la legislación común 8 , y extranjero".

""Blanco c!Nazar", Fallos, 1:70. Madrid, 1913, pág. 82: "La unidad de legislación en esos ramos no daña en lo
7
Siguiendo a Gondra, señala Bianchi que la inclusión original de estos mínimo las atribuciones de la soberanía local, y favorece altamente el desarrollo
lt'llll114 <•n el texto constitucional se había debido al despotismo que caracterizaba de nuestra nacionalidad argentina", criterio reiterado luego en Elementos de
11 HII{IIIIOR gobernadores provinciales de entonces, el cual hacía indispensable la Derecho. Público Pro~i17:cial A:r?entino, El Ateneo, Madrid, 1913, pág. 285: "el país
iut Prvuud6n en sus jurisdicciones locales del poder federal (Bianchi, Alberto B., que tuviese tantos cod1gos CIVIles o penales como provincias no sería un Estado
oh. cit., piÍg. 37). El informe de la Comisión Examinadora de la Constitución señaló ni fed~ral, ~i unita~io, sería un caos"). Frente a la crítica for~mlada entonces po;
fJIII' In dáusula de la Constitución de 1853, al apartarse de su antecedente Zavaha, qmen consideraba que otorgar al Congreso la atribución de sancionar el
110 rt.t'IIIIHH'Ícano, había innovado "con tanto desacierto como poca meditación" y que Derecho común s~gnificaba destruir el federalismo, Gorostiaga, coincidiendo con
In lltJHlllll resultaba "atentatori[a) a la soberanía provincial, importa[ndo] una la postura alberdiana, sostuvo que "si se dejaba a cada provincia esta facultad
HllhVI'I"Hi6n completa del orden constitucional de cada localidad" (Ravignani, la legislación del país sería un inmenso laberinto de donde resultarían male~
l•:n1ilio, Asambleas Constituyentes Argentinas, t. IV, pág. 781). A pesar de ello, inconcebibles" (Ravignani, Emilio, oh. cit., t. IV, pág. 528).
9
llir~trdo !Juro seiiala que "la actitud de Buenos Aires no es del todo transparente . "Siendo los códigos regidos por la Constitución, y pudiendo los códigos
v lllti.6Jttic:nmcnte federalista. En realidad lo que pasó fue que, al no poder Buenos co~1Siderarse como_le.yes de la Confederación, podría deducirse de esto que los
/\írPH tuner el control político e institucional del país, mudó su mentalidad tnbunales de provmcia no tienen jurisdicción civil ni criminal una vez dictados
t'PIII.ntl ÍHI.n por una descentralizadora que le permitiese resguardar sus institu- tales códi15os por el Congreso. Por atentatorio que esto se~ a la soberanía
I'ÍIIIII'H y el poder que entrañaban" (Raro, Ricardo, La Competencia Federal, provincial, Y al buen régimen de la administración interior en el orden federativo
f )PpiiiiiiH, 1989, pág. 227). tal es la interpretación lógica del artículo. Por esto la Comisión ha creído debe;
" J•:n este punto, uno de los más debatidos en el Congreso Constituyente, !u ndici.onar al in c. 1 ~del art. 64 [hoy art. 75, inc. 12], esplicando [sic] que los códigos
( :oJtHiituci6n :oe Hepnru de su modelo para mantener la unidad !egiAlntivn propia q no 01 Congres.o dictare no ~Iterarán las jurisdicciones dadas, y que la aplicación
dc<l poriodo c:oloniul propugnndu por Allwrdi y ante In dei!conJimnn <mln cHpucidnd dt; lnH leyes qt~c ~e contuviesen en los códigos nacionales corresponderá a los
dt• loH podoi"I!H píthlicuH provinc:inloH (Aihordi, .Juun Bnut.iHÜI, /1a1w.~ y /'untos dr! tnhunnloH J~rovu_lCl?le~ o ~edor~les, s~gún que las ~osas o las personas cayesen bajo
l'llrlida J)(lf'a la Ol'){allhrll'ián l'olitica dr• /u Nr•¡ulblica AJ"H'I!fttinrr, 1•:1 At.Ptlllo, Hllfl l'l'Hflt'diVIlH .Jili'!AdtcCIOilOH (JlUVIg'llH111 1 l•:miho, ob. cit., p!\g. 7R2).
DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL
LA COMPETENCIA ORIGINARIA DE LA CSJN 295

Quedó así claramente delimitada la jurisdicción 10 del Poder el constituyente ha prohibido al legislador ordinario alterar las
.Judicial de la N ación. jurisdicciones provinciales, y n) por otra parte, en tanto la juris-
La doctrina desmenuza este artículo y distingue, a los fines dicción federal es una de las atribuciones conferidas expresa y
do su estudio, entre jurisdicción federal: I) por razón de la materia, claramente a un poder del Estado, mal podría otro poder retacearle
y n) por razón de la persona. Algunos autores distinguen ta~bién dicha atribución. A pesar de estos argumentos, para nosotros
la jurisdicción federal por razón del lugar, que resultana del contundentes, la Corte Suprema ha admitido que en ciertas cues-
ojercicio por el Congreso del derecho de dictar una legislación tiones se excluya la competencia federal "en caso de no existir los
e'xclusiva para los territorios nacionales, la capital de la Nación y propósitos que la informan, por el escaso monto de los juicios, la
loH lugares sujetos a jurisdicción federal 11 , pero, en realidad, dicha relativa importancia civil o penal de los asuntos, o bien, por otros
jurisdicción no es sino un subtipo de la que corresponde por razón motivos", siempre que dicha decisión "se apoye en necesidades
de la materia, al no estar excluidas estas normas del alcance reales y fines federales legítimos impuestos por circunstancias de
amplio que en razón de la materia establece el art. 116. notoria seriedad" 14 • dado que "sólo deben reputarse de jurisdicción
La doctrina y la jurisprudencia son contestes en señalar que federal exclusiva las causas originariamente sometidas a la Corte
oHt.n jurisdicción no sólo es de excepción, sino que la misma ~sen por el art. 101 [hoy 117)".
principio improrrogable (o sea, no admite pacto en contrariO) 12 ,
eon excepción de aquella dispuesta por razón de la persona, dado a) Jurisdicción del Poder Judicial de la Nación por
!JlW, tratándose de un privilegio, el mismo puede ser renunciado razón de la materia.
por aquel en cuyo favor se establece, y siempre que no se trate de
1111 supuesto de competencia originaria. La primera parte del ya mencionado art. 116 delimita la
La pregunta que cabe formular es si puede el Congreso crear jurisdicción del Poder Judicial de la Nación por razón de materia:
otras causas de ''jurisdicción federal" o suprimir alguna de las "Corresponde a la Corte Suprema y a los tribunales inferiores de
t\llUmcradas. Coincidimos con Zavalía en que ello no resulta cons- la Nación, el conocimiento y decisión de todas las causas que
titucionalmente posible 13 , dado que I) en primer lugar, como ya versen sobre puntos puntos regidos por la Constitución, y por las
humos expuesto, "las provincias conservan todo el poder no dele- leyes de la Nación, con la reserva hecha en el inc. 12 del art. 75;
~:mlo a la Nación", de modo tal que no podría el Congreso sustraer y por los tratados con las naciones extranjeras; ... de las causas de
c:omp<1tencias que las provincias se han reservado, máxime cuando almirantazgo y jurisdicción marítima ... ". Con la salvedad realiza-
da por el constituyente de 1860, ha quedado claro que sólo el Poder
Judicial de la N ación puede entender en aquellas cuestiones en las
1o En In tradicional distinción entre "jurisdicción" y "competencia" seguimos
cuales se encuentre involucrado el llamado "Derecho federal" 15 •
11 llidart Campos, para quien corresponde hablar de "jurisdicción federa~" por
oposieión a las ''jurisdicciones provinciales", donde los conceptos se rela_c~onan Ahora bien, ¿cómo distinguir este "Derecho federal" de las restan-
din•damcnte con la capacidad de administrar justicia, mientras que utlhza el tes normas que dicta el Congreso?
tl•nllino "competencia" "para deslindar la parte de jurisdicción que~ en los La tarea no es simple, si bien, tal como lo hemos puesto de
dif(q·ullte:; casos, incumbe a la Corte Suprema y a cada uno de los tnbunales resalto, resulta indispensable. Los autores han señalado las difi-
1\•dc.•mles inferiores" (Bidart Campos, Germán J., Tratado Elemental de Derecho eultades que se generan en este tema debido al poco preciso texto
( 'orwlitucional Argentino, t. II, Ediar, 1988, pág. 377).
11 Constitución Nacional art. 75, inc. 30. Sobre los alcances de este poder del
de la Constitución 16 • No caben dudas respecto de la Constitución
( :ongroso, ver Manili, Pablo, Establecimientos de Utilidad Nacional, Ed. Univer-
nidud, Buenos Aires, 2004, passim. 14
1
~ "1 ,u jurisdicción de los tribunales y juzgados nacionales no es prorrogable "Mcwtuel Ríos", Fallos, 99:383 (si bien referido a la "prórroga" a favor de
rmhn• pursonus o cosas qjenas a ella, aun cuando las partes litigantes convengan loH l.ribunales de la Capital Federal, al respecto hoy no caben dudas acerca de su
c•11 In prorrogación" ("Cabezudo, Arteagay Cía.", Fallos, 1:175). 1ud.uralmw federal); "C. Bertolinoy Cía.", Fallos, 119:161; "Lagos", Fallos, 126:301;
" Y:nvnlln, Clodomiro, Derecho Federal, :l" ed., t. I, pág. :325. Bn similar
1 "llt•mzzas", Pallas, 134:82; "Maritorena", Fallos, 137:269; "Caviglia", Fallos,
1r,:.l::!14; "Oherti", Fallos, 248:781.
~wnt.ido, l•:lunokdjiun, Mi¡..¡uol Án¡..¡ol, Tratado de Derecho Constitucional~ t. IV, p~g. 1

·1117. l•:n conl.rn, llidnrl. CnmpoH, Uorm1ín ,J., oh. cit.., prí¡..¡R. :177 y :·l78, quwn uclnnto ~ "Ilanws, 'Raúl Alberto c/Batalla, Eduardo!.", Fallos, 278:62.
111
runhmc HliJHWHLoH, Hi hilln t:on limit.ucionw<. 'l'nl dificultad ya había sido puesta de resalto en el ya recordado informe
dt• In ComiHión HoviHoru do 18GO (vor nota 9). Vor también Segovia, .Juan
:liHI DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL LA COMPETENCIA ORIGINARIA DE LA CSJN 297

N ncional ni de los tratados con las naciones extranjeras, cuyo Sin duda, los códigos mencionados en forma expresa en el
t'ill'lider federal es innegable 17 • Sin embargo, no sucede lo mismo primer párrafo del art. 75, inc. 12, integran el "derecho común" 21 ;
l'OII las normas emanadas del Congreso Nacional. Nuestra Corte pero ¿qué otras normas lo conforman? La Corte Suprema, en la
N11 pnHna ha sostenido que "el carácter federal, local o común de las causa "Rossi y Roca", ha expresado: "todas las leyes que estatuyen
rlis¡)()siciones legales emanadas del Congreso depende de cuál haya sobre las relaciones privadas de los habitantes de la República,
sirio la potestad que ese órgano ejerció al sancionarlas" 18 pero, siendo del dominio de la legislación civil o comercial, están com-
como resulta obvio, esta definición no soluciona el problema, que- prendidas entre las facultades de dictar los códigos fundamentales
d,índose en una mera tautología, ya que no es la voluntad del que la Constitución atribuye exclusivamente al Congreso" 22 • De
( ~ongreso, sino la naturaleza de la norma, la que le otorga uno u ello puede seguirse que la legislación complementaria a los códi-
otro carácter. gos, aun cuando no integre los mismos, queda comprendida dentro
Conforme a reiterada jurisprudencia, la regla es que la nor- del concepto de "derecho común", afirmación que ha sido puesta de
lllll dictada por el Congreso sea federal, siendo el derecho común resalto por nuestro máximo tribunal, al decir: "conforme a reitera-
In excepción 19 • Ello ha llevado a la doctrina, en su gran mayoría, da jurisprudencia, las leyes comunes de la Nación son aquellas que
u cldinir las "leyes federales" por exclusión. Así, serían "leyes sanciona el Congreso con arreglo a las previsiones del art. 67, inc.
f(Hinrnles" aquellas que, resultando su dictado atribución del Con- 11 [hoy art. 75, inc. 12] de la Constitución Nacional. Entre ellas
groHo conforme a ia Constitución, no puedan calificarse como figuran, pues, los códigos allí mencionados -que legislan de manera
"doroeho común" ni como "derecho local" 20 • Esta alternativa, sin general y estable con relación a todo el territorio de la República-
Pmbnrgo, requiere que previamente pueda definirse con precisión y las leyes que se declaran incorporadas a esos códigos, así como
d concepto de "ley o derecho común", tarea nada sencilla. las que, no mediando tal declaración, los integran, modifican o
amplían" 23 • Aclarar este último tema ha sido, precisamente, el
objetivo del reformador de 1994, al incluir en el texto del art. 75,
l•'t•l'llUIHio, "Lus facultades legislativas respecto de códigos, leyes generales y leyes
inc. 12, la posibilidad de que los códigos sean dictados "en cuerpos
t~Hpt•einlos", en la obra colectiva Atribuciones del Congreso Argentino, Depalma, unificados o separados".
1DHii, pl't¡.¡. 190. Las dificultades señaladas han determinado que gran parte de los Debemos destacar que el concepto de "norma complementa-
uut.oroH, Hin perjuicio de procurar delimitar los ámbitos de los diferentes tipos ria" a los códigos, que define el carácter de la norma de derecho
ll'fJ,ÍI~lut.ivm.¡, hayan optado por enumeraciones casuistas siguiendo lajurispruden- común, es un concepto objetivo, no siendo suficiente para su
du tlt• lu (:orlo Suprema. En tal sentido, remitimos a la comprensiva lista expuesta
por lmm:, l•]stcban, y Rey, Ricardo, en la recordada obra El Recurso Extraordinario,
existencia la mera voluntad del legislador. Por ello, no compar-
:1" t•d., i\holndo-Perrot, 2000, págs. 88 y ss. timos la posición de Ekmekdjian, para quien tanto el Código
11 Hin embargo, la jurisprudencia tradicional de la Corte había establecido Aeronáutico (ley 17.285) como la Ley de Navegación (ley 20.094)
quo uquolluH cuestiones entre particulares donde la materia del tratado constituye serían normas de derecho común, por considerarlas complemen-
clt•rl'l'lm conHín no suscitan la jurisdicción federal ("Quebrachales Fusionados", tarias del Código de Comercio, y sin perjuicio de que dichas
Ft~/lo,•l, lliO:H4; "Masuco", Fallos, 266:151, entre otros). Esta jurisprudencia fue
liu•11,o dtdwln de lado por nuestro superior tribunal en la causa "Méndez Valles", cuestiones estén sujetas a jurisdicción federal 24 • Precisamente,
/l'a/lo11, :IIH::.!G:39, al sostener que "la naturaleza federal del tratado alcanza
tmubi(m u su contenido. Es irrelevante que la materia del tratado sea de las
21
l'lllifkudnH como de derecho común, aun cuando se incorporen las normas del Tales códigos son: el Código Civil, el de Comercio, el Penal, el de Minería
l.l'lll.ndo u una ley nacional común. Nada de ello puede enervar la sustancia federal (todos estos incorporados en la redacción original de 1853) y el de Trabajo y
1(111' poiW<'Il nn virtud de su fuente internacional". Seguridad Social (incorporado en la reforma de 1957). La reforma de 1949 había
111 "1\lnr.ri", Fallos, 24·5:455. incluido los códigos Aeronáutico, Sanitario y de Derecho Social, pero esta modi-
111 "Nrtzfl.rio Casas", Fallos, 41:260; "González Segura", Fallos, 96:3(16; "S.A. ficación desapareció al abrogarse dicho texto constitucional.
( ·,.,,¡/n•", Fallos, Hl:3:llfi, entre otroH. n Fallos, 147:29. Ídem, ".Juan F. Shary", Fallos, 103:373; "Etcheverry el
111 J•:lwlt'kdjitut, Mi¡.¡twl Ángel, ob. eit.; Bidogain, CarloH Mnrín, oh. cit. SugÜÓR, l'rouincia rle Mendoza", Fallos, 133:161, entre otros.
~1111 c•rtl.rnr on mayon•H (H'ociHiorteH, HORl.il•Jw quo lnH normn:; dü enn'tdor fedeml ~" "Oiwrt.i", Fallos, 248:781; "Riveros de Pacheco", Fallos, 294:430.
rc•ficq·coll "nln oHI.ntdllnl tlo lort Ól'f.{llllOH dc,JI{ohionw y tmuhión do ciL•rLHH uuttoriuH ~·1 l•Jktndtc~jian, Miguel Ángel, oh. cit., t. IV, pág. 492. En forma conteste con
dottdl' Jll'I'Vnlucu p( illl.tii'(•H fntlt•rnl" (Hu¡.:O(•H, N(•HI.or !'., R/r•mr•n/o11 rle /)¡•n•r·ho lllll•fd.ru JH1Hic:i6n HO ha expresado Bidart Campos, Germán J., Tratado ... cit., t. Il,
L'rllllllilllc·icmul, :¿" t•tl., i\tll.l'l'll, I!J!l!J, p1'11{. IIH). príg. 101.
!WR DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL LA COMPETENCIA ORIGINARIA DE LA CSJN 299

td hocho de que dichas cuestiones se encuentren incluidas dentro posición de jurisdicciones. En el último caso, y en lo que se refiere
dP la jurisdicción federal ratione materiae, tal como surge del art. a la ciudad de Buenos Aires luego de la reforma de 1994, la
1W de la Constitución Nacional, demuestra el carácter federal situación es diferente, ya que el territorio adquirido o utilizado
do dichas normas 25 • Una interpretación más amplia del concepto para fines federales continúa siendo territorio provincial (o, como
do eomplementariedad llevaría a sostener que la totalidad de la sucede con la ciudad de Buenos Aires, tiene un status jurídico
lngislación, salvo en lo que se refiere a relaciones exteriores, político especial).
r-ovnstiría el carácter de derecho común, invirtiéndose así el Respecto de los territorios nacionales, y más allá de que tras
principio ya comentado en virtud del cual la regla es el carácter la provincialización del Territorio Nacional de Tierra del Fuego,
J(~deral de la norma, siendo el derecho común la excepción. Antártida e Islas del Atlántico Sur en 1984 no queden en nuestro
Como ya hemos dicho, nuestro Congreso, además de las nor- país territorios nacionales, no caben dudas de que el Congreso
mnR comunes y federales, dicta también las llamadas "leyes loca- actúa siempre con carácter de legislatura local, sin perjuicio de
loH", con fundamento en el art. 75, incs. 15 y 30 (anteriormente art. que pueda delegar parte de sus atribuciones en órganos locales 28 •
()7, incs. 14 y 27), de la Constitución 26 • El origen de esta facultad En razón de ello, sus atribuciones al respecto no son sino aquellas
HO encuentra en la Sección 8, párrafo 17, de la Constitución de los que, en las provincias, quedan reservadas a los poderes legislati-
I•;Htndos Unidos, y encuentra su justificación principal en que las vos locales. La aplicación de estas normas corresponde a la justicia
provincias no tienen potestades legislativas sobre territorios fede- federal en razón de la inexistencia de otro poder en el territorio,
m(m.¡ ~ 7 • y en virtud de no hallarse excluidas de dicha jurisdicción por el
Dentro de este tipo de normas, cabe efectuar una triple dis- art. 116 de la Constitución.
tinción entre las normas dictadas por el Congreso: I) para regir en n) Más compleja es la situación de la ciudad de Buenos
loH territorios nacionales (art. 75, inc. 15); u) aquellas con vigencia Aires. Desde su federalización en 1880 y hasta la reforma de 1994
on ol territorio de la Capital Federal y, por último, m) las destina- su situación era similar a la de los territorios nacionales, y si bien
daR n regir en los lugares adquiridos por compra de la Nación o parte de las atribuciones del Congreso sobre la misma -en par-
eoHión a ésta por las provincias. ticular, aquellas correspondientes al régimen municipal- habían
I) En el primero de los supuestos, al igual que en el segundo sido delegadas al Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos
hnHta la reforma de 1994, la atribución nacional es exclusiva, en Aires 29 , el Congreso conservaba intacta su facultad legislativa en
Lnnto que ni dichos territorios nacionales, ni la capital de la atención al claro texto constitucional que le otorgaba la potestad
Nnción, integran provincia alguna, por lo que no se verifica super- para "ejercer una legislación exclusiva en el territorio de la capital
de la Nación".
Sin embargo, la reforma de 1994 dispuso que la Ciudad de
"' "Claridad", Fallos, 183:49; "Pérez de Neglia", Fallos, 294:236. Buenos Aires -que reviste el carácter particular de capital de la
~!fl Constitución Nacional, art. 75: "Corresponde al Congreso: ... 15 .... deter-
ruinur por una legislación especial la organización, administración y gobierno que
N ación 30- "tendrá un régimen de gobierno autónomo, con facul-
dPhl'n temor los territorios nacionales, que queden fuera de los límites que se tades propias de legislación y jurisdicción ... " 31 • A su vez, las dis-
mtignun u las provincias ... 30. Ejercer una legislación exclusiva en el territorio de
lu l"llpit.ul do la Nación y dictar la legislación necesaria para el cumplimiento de 28 Como de hecho sucedía en el Territorio de Tierra del Fuego a favor de la

lor• firwH eHpecíficos de los establecimientos de utilidad nacional en el territorio de legislatura territorial (dec. 2191/57, ADLA, XVII-A, pág. 310).
In Ht•ptíhlicn ... ". Ver "Saborido", Fallos, 124:61. 29 Ley Orgánica Municipal 19.987 (ADLA, XXXII-D, pág. 5222).
~~ Oonzúlez, Joaquín V.,Manual de la Constitución Argentina, Ángel Estrada :lO Constitución Nacional, art. 3; ley 1029 (ADLA, 1852-1880, pág. 1188). Es
v ( :111., 1H!J7, púg. 493, justifica la norma: "las provincias no pueden intervenir en peculiar qua se insista en sostener que los habitantes de la ciudad de Buenos Aires
Inri rll"l.oH Pjm:utados en tales lugares cedidos por ellas, o comprados por la Nación, viven en la "Capital Federal". El concepto "Capital Federal" es una condición, y
v Nllfl ltuhitunt.es dejan de ser vecinos de la provincia y de ejercer derechos civiles no un lugar, siendo este error fomentado inclusive por las autoridades (aun las
o poi íticoH h11io las leyes de las provincias ce dentes o vendedoras". Lajurispruden- dol Gobiorno de la Ciudad de Buenos Aires) que en sus múltiples documentos
l'iu primt•ro, .v In reforma do HJfJ4 luego, han moderado este punto, y hoy las incluyen el concepto de "Capital Federal" para distinguir a la Ciudad de Buenos
Jli'OVittduH eonHervun ciorbtA fiteulittdcH Hobro los ionitorios que, dentro de lnH A iros de la provlnc:ia homónima. Los "porteños" habitan en la Ciudad de Buenos
proviudnH, Ho onetwllil'lln Httjol.oH n juriHdieción fodoml (vor infra on oAto miHnHI Ait'OH .v no en In "Capital Federal".
Jllllll.oJ. :11 COJmtit.ución Nucionul, urt. 129.
:lOO DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL LA COMPETENCIA ORIGINARIA DE LA CSJN 301

posiciones transitorias séptima y decimoquinta, incorporadas por como capital federal y residencia de las autoridades nacionales.
d constituyente reformador, establecieron que "el Congreso ejer- Y tal es el sentido que debe otorgársele al art. 75, inc. 30, en
cerá en la ciudad de Buenos Aires, mientras sea capital de la cuanto mantiene al Congreso Nacional como legislatura exclusi-
Nación, las atribuciones legislativas que conserve con arreglo al va en el territorio de la capital de la N ación. La legislación "local"
arl. 129 (corresponde al art. 75, inc. 30)" y "hasta tanto se consti- dictada por el Congreso para la ciudad de Buenos Aires es,
tuyan los poderes que surjan del nuevo régimen de autonomía de entonces, exclusivamente aquella que guarda relación directa
la ciudad de Buenos Aires, el Congreso ejercerá una legislación con los intereses de la Nación en el territorio de la ciudad 35 •
~~xclusiua en su territorio, en los mismos términos que hasta la Nótese que la Constitución en este artículo ha utilizado las
sanción de la presente ... ", respectivamente. Sin embargo, y a pesar palabras "capital de la N ación" y no "ciudad de Buenos Aires"
de que debía haberlo hecho, el constituyente de 1994 no modificó para reflejar el alcance de las atribuciones del Congreso como
la redacción del art. 75, inc. 30. ¿Cómo, pues, armonizar dichas legislatura exclusiva en este tema. El Congreso mantiene el
dúusulas? carácter de legislatura exclusiva en la capital de la Nación, en
Más allá de las discusiones que han existido sobre este punto, todo lo que ataña a los fines propios del Estado nacional en dicho
tHltendemos qu~ la solución no resulta compleja. Como expresára- territorio, excluyendo la potestad de las autoridades de la ciudad
nlos un un trabajo anterior 32 , resulta necesario compatibilizar la a este respecto, y aun cuando aquélla pudiera interferir con otras
nttLonomía conferida por la Constitución Nacional a la Ciudad de facultades locales. De lo contrario, las cláusulas transitorias sép-
Buenos Aires con el hecho de que ella continúa siendo "capital de tima y decimoquinta antes transcriptas carecerían de sentido 36 •
In Nación" en los términos del art. 3 de la Constitución que dispone La aplicación de dichas normas, obviamente, corresponde al Poder
In "J(xleralización" del territorio que se declare capital. Judicial de la Nación.
Una interpretación armónica de las normas constitucionales m) Queda, por último, analizar el carácter de la legislación
nos lleva a coincidir con Bidart Campos cuando sostiene que "... por que dicta el Congreso para regir en los lugares sujetos a jurisdic-
nuís que la ciudad de Buenos Aires fuera territorio federal en ción federal. ¿Cuál es el alcance de la facultad del Congreso a este
ctwnto capital, parece que la jurisdicción federal estaría limitada respecto? ¿Cómo se resuelve la superposición de jurisdiccionés
11 los intereses del Estado federal... La ciudad de Buenos Aires entre la N ación y las provincias? Hasta la reforma de 1994, la
rt.dc¡uiere un status autonómico como ámbito geográfico no cuestión fue uno de los temas más conflictivos en materia de
fi•tlaalizado pero sometido a jurisdicción federal parcial en todo federalismo. Apoyados en la redacción del entonces art. 67, inc. 27,
ctwnlo su condición capitalina lo haga necesario para garantía de de la Constitución, por el cual la facultad del Congreso consistía
los intereses federales" 33 • Ésta es la única interpretación compati- en "ejercer una legislación exclusiva ... sobre los demás lugares
bll! eon el grado de autonomía conferido a la ciudad. adquiridos por compra o cesión en cualquiera de las provincias
Ln autonomía conferida por la Constitución Nacional a la para establecer fortalezas, arsenales, almacenes u otros estableci-
ciudad de Buenos Aires es una autonomía derivada. De allí que mientos de utilidad nacional", la doctrina entendía que dichos
34
Hllll In N ación quien conserva los poderes residuales • ¿Y en qué territorios quedaban de hecho federalizados y excluidos de toda
conHiHtcn esos poderes residuales? Precisamente en la capacidad jurisdicción provincial 37 •
do la Nación de imponer a la ciudad, más allá de la voluntad de
(H·d.n, aquellas normas razonables tendientes a asegurar los inte-
35
J'(!Hm; del Estado nacional en función de mantenerse la ciudad En sentido similar se ha expresado el diputado Argüello (Argüello, Jorge,
"Autonomía de la Ciudad de Buenos Aires", La Ley, 1995-A, pág. 805).
~JG Con~ Ekmekdjian, Miguel Ángel, ob. cit., t. V, Depalma, 1999, pág. 791.
"> Vítolo, Alfredo M., "El Poder Judicial de la Ciudad Autónoma de Buenos En igual sentido, Loiano, Adelina, "Nuevo régimen constitucional de la ciudad de
AirnH", Lrt Ley, 2000-B, pág. 1213. Buenos Aires", en la obra colectiva Comentarios a la reforma constitucional,
1
'" BidnrL Campos, Germán .J., ob. cit., t. 11, pág. 539. Asociación Argentina de Derecho Constitucional, 1995, pág. 96; Vanossi, Jorge R.,
11
'' 1,n Constitución de la Ciudad de Buenos Aires ha pretendido -en nuestro Uúgimi!n Político de la ciudad de Buenos Aires. La autonomía municipal y sus
l'l'il.l'l'io, 1!11 f(mnn inconst.it.ucionnl-· atribuirse olmngo de provincia al disponer limitaciones. Coftirovcrsias, Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas,
c>ll KU urt. 1: "La Ciudncl ojon:o todo ol poder no conferido por la Constitución Bm•noH Aires, 1995, pág. 15; Bidegain, Carlos María, ob. cit., t. IV, pág. 134.
Nllciollul ul gohionw l(;dol'lll". :
17
<Jouzülez, ,Joaquín V., ob. cit., png. tHJ3.
:1112 DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL LA COMPETENCIA ORIGINARIA DE LA CSJN 303

Sin embargo, frente a la pretensión provincial de ejercer funcio- Distinguidas, entonces, las normas de Derecho federal, co-
rH~H de policía y tributarias sobre dichos territorios que, en su criterio, mún y local, cabe concluir que conforme al art. 116, resultan de
continuaban siendo provinciales, se plantearon numerosos conflictos jurisdicción federal todas las causas que recaigan sobre cuestiones
qrtt~ motivaron que la jurisprudencia de la Corte Suprema fuera o materia federal, incluyendo aquí las normas "locales" dictadas
pmeisando los alcances de las facultades nacionales y provinciales en por el Congreso con el alcance antes reseñado.
uHLe tema. Así, sostuvo en reiterada jurisprudencia que "la legisla- La jurisprudencia ha dejado claro, sin embargo, que para que
l'irín exclusivamente propia del Congreso federal en los lugares adqui- se pueda invocar la jurisdicción federal por razón de la materia es
rido,<; en las provincias para establecimientos de utilidad nacional, es necesario que la norma federal constituya el objeto principal de la
la concerniente a la realización de la finalidad del establecimiento de controversia. De lo contrario, como, por ejemplo, si se discute la
r¡tte se trata, y las facultades legislativas y administrativas de la validez o invalidez constitucional de una norma de Derecho común
provincia en que la obra de utilidad nacional se establece con la o local, la causa queda radicada en la jurisdicción provincial, sin
adquisición del lugar indispensable no quedan excluidas de este perjuicio de que ella pueda llegar a la instancia de la Corte
tí./ timo, sino en tanto y en cuanto su ejercicio interfiera con la reali- Suprema de Justicia por la vía del recurso extraordinario 42 •
zación de la obra nacional y la obste directa o indirectamente" 38 , con En cuanto a las causas de "almirantazgo y jurisdicción ma-
bnHc en que la utilidad nacional del establecimiento no puede "resentir rítima", su inclusión se debe, tal como sostiene Gondra, a la ne-
los fimdamentos constitucionales de las autonomías provinciales [lo cesidad de "poner bajo control nacional al tráfico de cualquier
que sucedería] si la adquisición del dominio transmitiese al adqui- clase y objeto que se realice en aguas que se hallan abiertas a todas
n•nte, cuando es la Nación, la potestad política" 39 • las jurisdicciones" 43 •
Finalmente, la cuestión fue zanjada por la reforma de 1994, En todas estas causas, pues, interviene la justicia federal, sin
nl modificarse el ya mencionado inc. 27 del art. 67 (hoy inc. 30 del tener en cuenta las características particulares de las personas
nrt. 75), disponiendo, en forma conteste con la doctrina jurispru- alcanzadas por la controversia 44 •
doneial, que el Congreso sólo tendrá la facultad para "dictar la
ll'~islación necesaria para el cumplimiento de los fines específicos b) Jurisdicción del Poder JUdicial de la Nación por
di' los establecimientos de utilidad nacional en el territorio de la razón de las personas.
llt•ptí.blica", y dejando aclarado que "las autoridades provinciales
.V mnnicipales conservarán los poderes de policía e imposición Así como la primera parte del art. 116 define la jurisdicción
.'lohre estos establecimientos, en tanto no interfieran en el cumpli- federal por razón de la materia, la segunda parte le atribuye
11/ienl.o de aquellos fines" 40 •
Es preciso, por último, señalar que el carácter federal, común 42
"Banco de Londres", Fallos, 10:134; "Samuel Palacios y Cía.", Fallos, 28:78;
o loen!, no es necesario que se predique de la totalidad de una ley, "Carlos Tejedor", Fallos, 43:117; "Santiago del Estero c!Mercator", Fallos, 255:256;
HÍI•rulo posible que una misma norma sancionada por el Congreso "La Rioja el Banco de la Nación Argentina", Fallos, 258:116; "Universidad Católica
<'ontenga al mismo tiempo cláusulas de Derecho federal, común o de La Plata", Fallos, 306:1363. La única excepción a este principio vendría dada en
aquellos supuestos donde se demanda a una provincia acerca de la invalidez de algún
locnl, según su propia naturaleza 41 • acto provincial con fundamento "directo e inmediato" en la Constitución Nacional
("Camps",Fallos, 176:315; "Castro e 1Provincia de Salta", Fallos, 311:2154. Ver infra).
43
''" ''Marconneti, Boglione y Cía.", Fallos, 154:312; "Frigorífico Armour", Citado por Bidart Campos, Germán J., ob. cit., t. II, pág. 391.
44
/l'¡¡lfon, llíG:104; "Cardillo e/ S.A. Marconetti Ltda.", Fallos, 240:311. Ya en la causa "Mendoza y Hno. e 1Provincia de San Luis", Fallos, 1:485,
11
' ' "Cardillo" cit. la Corte había sostenido que cuando corresponde el fuero federal por razón de la
·JU Ver Manili, Pablo, ob. cit., pág. 82. materia, los ~ribunales federales son competentes cualquiera sea la calidad de la
11
El carácter a la vez federal y local de una norma fue reconocido entre otros persona de los litigantes. Adicionalmente, recordemos aquí que el Poder Judicial
''" los cnsos "Sahores de Frederking", Fallos, 185:288; "S.A. Fábrica Argentina de de la Nación sólo interviene si existe "causa", no pudiendo pronunciarse en
l'il{lllt•nlos", Fallos, 270:246; "S.A. El Condado", Fallos, 302:1:324. Por su parte, cuestiones abstractas ni formular declaraciones generales, siguiendo el precedente
In (:orto ha reconocido normnA que contienen disposiciones comunes y fcdernlc~ do lu Húpremu Corte de los Estados Unidos en la famosa Jefferson's question del
"'' loH enHos "/J{az el Dahoue", Fallo.~, 17H:l70; "Claridad", Fallos, 18:3:-19; "S.A. m1o 179:~ (vér, entre muehos otros, Fallos, 1:27, 2:253). Así lo establece asimismo
/l'rrhric·a AI'Rtmtina dt~ i'iumt•nl!m", /t'rrllon, 270:2-1G; "Em¡m~sa di' Navt'f.(ación y In loy 27, quo on su nrt. 2 dispone que !ajusticia nacional "... sólo ejerce jurisdicción
AHiillt•roN /Jmmio 1fnt~/l, ", /t'allcm, ~1!'7: 1!1!1, 1111Lro ol.roH. ('11 Jo¡.¡ <:UHOH eonteJu:ioBOH on los que os rcqum·idn n inst.nnein de parte".
J)t.;ni~CHO PROCESAL CONSTITUCIONAL LA COMPETENCIA ORIGINARIA DE LA CSJN 305

juriHdicción por razón de las personas involucradas en la contro- contesten a la demanda sin oponer la excepción de declinatoria, se
versia, cualquiera sea la materia involucrada: "Corresponde a la entenderá que dicha jurisdicción ha sido prorrogada, la causa se
Corte Suprema y a los tribunales inferiores de la Nación, el cono- sustanciará y decidirá por los tribunales provinciales; y no podrá ser
cirniento y decisión ... de las causas concernientes a embajadores, traída a la jurisdicción nacional por recurso alguno, salvo en los casos
ministros públicos y cónsules extranjeros;... de los asuntos en que especificados en el art. 14". Asimismo se ha admitido que las partes
la Nación sea parte; de las causas que se susciten entre dos o más aforadas puedan pactar voluntariamente la jurisdicción provincial. A
provincias; entre una provincia y los vecinos de otra; entre los contrario sensu, la jurisprudencia ha establecido que "a nadie le está
uecinos de diferentes provincias; y entre una provincia o sus veci- permitido declinar los jueces de su propio fuero" 47 •
nos, contra un Estado o ciudadano extranjero". Del mismo modo, para que proceda la jurisdicción federal se
Las razones de esta atribución son señaladas por la doctrina: requiere que el titular originario de la pretensión sea la persona
por un lado, se pretende evitar presuntos favoritismos en la reso- aforada. En este sentido, el art. 8 de la ley 48 establece: "en las
lución de los casos (tal como podría ocurrir si una provincia o sus causas entre una provincia y vecinos de otra, o entre una provincia
vecinos fueran llevados a litigar a otra jurisdicción provincial); por y un súbdito extranjero, o entre vecinos de diversas provincias,
otra parte, se busca que el Estado Nacional no sea llevado a litigar para surtir el fuero federal, es preciso que el derecho que se disputa
unte la jurisdicción provincial, dado su carácter de órgano sobera- pertenezca originariamente, y no por cesión o mandato, a ciudada-
no; por último, la jurisdicción federal respecto de las causas que nos extranjeros o vecinos de otras provincias respectivamente".
involucran a Estados extranjeros, sus representantes o sus nacio- Como señala Haro, la norma pretende que, dado el carácter res-
nnles, encuentra su sentido en que es el gobierno federal el encar- trictivo de la jurisdicción federal, el mismo no sea burlado medían-
gado del manejo de las relaciones exteriores, por lo que resulta te la creación de falsas condiciones que prorroguen fraudulenta-
16gico que aquellas cuestiones que puedan afectarlas se sometan mente la competencia federal 48 •
a la jurisdicción de sus tribunales 45 • Por último, en aquellos casos donde exista pluralidad de
El art. 117 de la Constitución atribuye algunas de estas litigantes, se exige que todos los que litigan por un mismo derecho
causas a la competencia originaria y exclusiva de la Corte Supre- se encuentren aforados 49 •
ma, lo que será motivo de análisis en el punto siguiente. Estudia-
n~mos aquí, someramente, las restantes causas. 1) Las causas en las que la Nación es parte.
Hemos ya mencionado que las partes beneficiadas con este Como ya lo hemos expuesto, la razón de ser de que la resolu-
privilegio pueden prorrogar la jurisdicción a favor de las justicias ción de estas causas sea atribuida a la jurisdicción federal se debe
provinciales, con excepción de aquellas causas cuyo juzgamiento a que, siendo la N ación una entidad soberana, no resulta lógico que
corresponde exclusivamente a la Corte 46 • Así lo expresa con claridad ella se vea obligada a litigar ante los tribunales provinciales 50 . La
d art. 12 de la ley 48: "La jurisdicción de los tribunales nacionales
1'1/. todas las causas especificadas en los arts. 1, 2 y 3, será privativa,
47 "De Elía", Fallos, 134:370. En similar sentido ya se había pronunciado la
l'xcluyendo a los juzgados de provincia, con las excepciones siguien- Corte en las causas "Seelstrom", Fallos, 55:135, y "Castagnone e 1Páez", Fallos,
!l's: ... 4) Siempre que en pleito civil un extranjero demande a una 90:55, entre otras.
¡m111Íncia, o a un ciudadano, o bien el vecino de una provincia 48 "Bronwells y Cía.", Fallos, 23:726.
49 Ley 48, art. 10: "En las sociedades colectivas, y en general en todos los casos
dt•mande al vecino de otra ante un juez o tribunal de provincia, o
1'/IO ndo siendo demandados el extranjero o el vecino de otra provincia,
en que dos o más personas asignables pretendan ejercer una acción solidaria, o
sean demandadas por una obligación solidaria, para que caigan bajo la jurisdicción
nacional. se atenderá a la nacionalidad o vecindad de todos los miembros de la
sociedad o comunidad, de tal modo que será preciso que cada uno de ellos
·l~ Ver, entre otros: Haro, Ricardo, ob. cit.; Bidart Campos, Germán J., ob. cit., individualmente tenga el derecho de demandar o pueda ser demandado ante los
L JI, pi'igH . ."J!)l y :;s.; Ekmckcljian, Miguel A, oh. cit., t. IV, p:íg. 437; Bidegain, tribunales nacionales ... ".
CnrloH M., ob. cit., t. IV, púg. :~54. r.o "El gobierno central deja de existir cuando pierde el poder de protegerse a sí
111
' Sin mnburgo, y como vnwmo1:1 posteriormente, In Corto Suprema do miHmo en el éjercicio de sus facultades constitucionales". "Novillo Corvalán", Fallos,
.1111-ll.ieiu ha ndmitido en innunJomhloM emw~:~ In prórroga do compdonein, aun t•n l!l7: 1G1; "l'atitucci", Fallos, 210:()48; "Colón Quiroga", Fallos, 214:349; "La Marthita
loH cnMOH do eontpot.I'IJCÍll ori¡.:·iuurin d(• lu C01·to. 8.1\. ", ]''al/o.~. 277:'1lG; "lNabfll Pernfa", Fallos, 286:153, ontre muchos otros.
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Dmmcuo PRocEsAL CoNSTITUCIONAL
LA COMPETENCIA ORIGINARIA DE LA CSJN 307

{::~~;:Li~:~~~s~~
eh eh . ll
~~nf~~~::faq~eacwnl~_non~~ constitucional se aplica
ac .ua como actora o deman-
Tanto la legislación como la jurisprudencia han matizado los
requisitos para que proceda el fuero federal por razón de distinta
t<:ri~~ ~ ~e~;~t:r~=s)n1 ~~se~~=spartt~cipa~ sus reparticiones (minis- vecindad. Así, el art. 2, inc. 2, de la ley 48 exige que la cuestión
. d d ' au arqmcos, empresas del Estad
Hocw a es con participación estatal etc 51 L , . . , o, en debate constituya una "causa civil". Dichas causas fueron iden-
nHte punto está dada 11 ' . . . a umca excepcwn a tificadas por la jurisprudencia como "aquellas nacidas de estipu-
~~~Htado Nacional la portque as c~estwnes ~ntre reparticiones del laciones o contratos o, en general, las regidas por el derecho co-
rnsuoltas por el ~r;c~~:;;rn~es;~~~:~ ~~~:h~~~ró~~~~l Ydeben ser mún" 56, quedando claramente excluidas aquellas cuestiones regi-
das por el derecho local (leyes, decretos o actos administrativos de
2) Cuestiones de distinta vecindad. una provincia), aunque se haya puesto en cuestión dicha norma
como repugnante a la Constitución Nacional 57 , al igual que las
~~it~~;~: ~~F~~~~~~~=~i~l~;.~~·jfuJ;~c~:?a~~~:~~:O¡~~ ~= causas de contenido criminal. La razón para tal exclusión fue
expuesta por la Corte Suprema: "si, so capa de un derecho lesio-
ioca~~~~araepnalra ed, ~r?;urando alejar todo riesgo de favoritismo nado o no suficientemente tutelado o garantido, la Corte pudiera
, ' eciswn, y a pesar de 1 . d d .
oi>Horvar los integrantes de los divers~ m jen ~nci.a .que deben traer a juicio ante sus estrados a todos los actos administrativos,
cuanto:: la competencia federal por razó~ ~~ e~~:~uJ·e~í~af:s s~. En legislativos o judiciales de las provincias, sería el régimen unitario
no es smo, como señala Ekmekd'ian . ' mi~::Ua el imperante y no el federal que menciona el art. 1 de la Ley
nlberdiana de fomento a la inm· J . , ' un refleJo de la pohtiCa Fundamental" 5 8 •
ul extranjero que sus cuestio~!~acwr:, que preltendía garantizar No obstante reconocer que la ley 48 contó en su redacción con
garantías ue las , sena:z: re.s~e tas con mayores varios de los convencionales constituyentes, coincidimos (al menos
q
j,a 1os razones que pod1a ofrecer la justicia provincial 54 p
una e t ·, t . · or
!'u oro federal' dado ~~se I~n ey re 7:X:tranJeros no brinda acceso al

donde se radica el pleito" 55 •


dz
ol.ros son igzlalmente extr:nño~s ez~s entr~ ~xtranjeros, unos y
or en polttlCo de la localidad
56 "Antonio Santamaría", Fallos, 95:369; "Cía. Ítalo Argentina de Electrici-

dad", Fallos, 253:263; "Santiago del Estero c/Mercator", Fallos, 255:256.


57
"Banco de Londres", Fallos, 10:134. Este principio reconoce, sin embargo,
algunas excepciones: "Cuando dentro de una causa en la que una provincia es parte
se impugna una norma provincial de alcances generales con base en que violaría
nJ "1'~o mero d e Rojo · Sánchez" Fallos 252·7 . " la Constitución Nacional y, además, en dicha alegación se funda directa y
, exclusivamente la demanda entablada, lo medular de la disputa remite necesa-
Mt•fldo.m", Fallos, 265:298. A artir de l' .. ~· 'LVflfa y Energza e1Provincia de
lu dtkudn de 1990 se prod · p . t a pnvaüzacwn de empresas estatales en riamente a desentrañar el sentido y los alcances de uno o más preceptos de la ley
' UJO un m eresante debat · · d · fundamental, cuya adecuada hermenéutica resultará esencial para la justa
''"' t'IIIJH'OHHS privatizadas con b e JUnspru enc1al acerca de si
lunnt•nl.o en aquellos casos en ;~;~a a~~ ~o ~l ~re?ho al fuero federal, particu- solución de la controversia" ("Castro el Provincia de Salta", Fallos, 311:2154;
"Cadopi", Fallos, 317:581; "Palópoli e 1Provincia de Buenos Aires", Fallos, 318:2503;
1llll'l.ít:i puei6n en el capital social (ve~~~r e~ a ~ ,~on~l mant~nía algún tipo de
.'11 f);:¿,'J'l, rechazando el fuero feder~l) S J;mp o, artma, Julw c!YPF',Fallos, "Cappa", Fallos, 319:241; "[rizar", Fallos, 319:1934). La doctrina judicial sobre el
Hílvíll, "Acl.unlidad en la juris d ·. o re este tema, ver Palacio de Caeiro, punto fue sintetizada por la Corte en la causa "Camps" (Fallos, 176:315) y
Nut:ión. Competencia originari~;~o enci~ de .1~ ~orte ,Suprema de Justicia de la reiterada en muchos fallos posteriores: "contra las leyes y decretos provinciales
'~ Vor· Bidart Campos Germá~je enbcla.te terlall 'J._a Ley, 1998-C, pág. 1364. que se califican de ilegítimos, caben tres procedimientos y jurisdicciones según la
':' "A , , ., o . Cl . . . pag 392 calidad del vicio imputado: a) si son violatorios de la Constitución Nacional,
· uegno , Fallos 14·425· "El ob 'et d ' · ·' · · ·
II!JIIrd loK lcnsos] en que 'tien.e lug. ~ o , e dla JUrisdicción nacional... en todos tratados con las naciones extranjeras, o leyes federales, debe irse directamente
ar por razon e las pers a la justicia nacional; b) si se arguye que una ley es contraria a la Constitución
qun Hn hullün en el caso de edirla un. . .· . . onas, es asegurar a los
pun:illl idnd· Y evitar coinpli'caci? , Ea JUSticia hbre de toda sospecha de provincial o un decreto es contrario a la ley del mismo orden, debe ocurrirse a la
. . ' · wnes con • stados ext · justicia pr;ovincial; y e) si se sostiene que la ley, el decreto, etc., son violatorios de
provtnt:tnH, que pondrían en peli . .' r_an~eros, y querel 1as entre
1
"1/rollrut•/l" Fallos 2'3·726· "w; grt o aE~laz y .el orden publico". En similar sentido las instituciones provinciales y nacionales debe irse primeramente ante los
, . ' · · '' • · , es ern 1 ectnc y Cfa " p ll r:. " , ' estrados de la justicia provincial, y en su caso, llegar a esta Corte por el recurso
( 11/IU/¡.tlll/./.nrius" Fallo~ 19o·r:.¡]7· "! ;, ·,,; zt' ' • , (! os, 16 o:14; Centro de
h·l 1•'1 ~- · ·: ·• · , .ugo , ra .os, .'307:182a extraordinario del art. 14 de la ley 48. En esas condiciones se guardan los legítimos
, ouek(~¡um, Miguel A oh eit t V ¡ 44'1 . fueros de las entidades que integran el gobierno federal, dentro de su normal
M "Oonzález Alrmrez ('( ·•,. ·,; · ., " , ',.P' g... ' · .
".!.//. l'au/ l'ott.'' Fallou .{.17' lill~· "A'} a,.llo~, 1/~),1:27,1; Adolfo 8clwlin", I''all<w, 1: 171· jemrquía; puos carece de objeto llevar a la justicia nacional una ley o un decreto
' ' ' • • 11 onw tOIIIIt.J'", /l'allou, 1:Jii:2/3H. ' quo, on sus efectos, pudieron sor rectificados por la magistratura local".
nH "DominRo An)./1'/lini S.A.", Pallo,q, :H!J;]:¿92.
308 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL LA COMPETENCIA ORIGINARIA DE LA CSJN 309

parci~lmen~e, tal como se verá infra) con Bidart Campos en su extranjeros" 61 : En tal sentido, sostiene Raro, "cualquiera sea _la
c~l-estwnam~e:r:to a esta limitación 59 : por una parte, la Constitu- índole de las cuestiones litigiosas que esta vasta gama de relaciO-
eum no ha limitado ratione materiae la jurisdicción federal ratione nes [internacionales] pueda suscitar, siempre estará por encima
¡wrsonae, sino que trata ambos conceptos como supuestos distin- de las particularidades la prioridad federal_ de resguardar n~ sólo
to~, por_ Joque no cabe hacer distinciones. Por otra parte, la el prestigio nacional que pudiese ser detenorado por actuacwr:es
nftrmacwn de nuestro superior tribunal al brindar la justificación lesivas del mismo o por cualquier suspicacia o sospecha de parcia-
r~~sulta, cuanto m~nos, exagerada: no son "todos" los actos provin- lidad de los jueces provinciales en favor de sus instituciones o
ctales los que suscitarían la jurisdicción federal, sino sólo aquellos vecinos sino también de coadyuvar al logro de los más altos
e,n los que las personas involucradas gozan de dicho privilegio. propósitos de la paz pública, evitando reclamacione~ y conflictos
<,on la postura de la Corte, al obligar al extranjero o al vecino de internacionales afianzando el crédito público y pnvado de las
otra _rrovincia a litigar ante los tribunales provinciales, se logra relaciones de c~mercio con otros países, empresas o ciudadanos
pn>.c~s_am~nte desproteger a quienes la norma constitucional pre- extranjeros" 62 • • .•
t,,mdw brmdar protección. Atento el carácter soberano de los Estados, la posrbrhdad de
En lo inherente al concepto de "vecindad" a los fines de llevar a juicio en nuestro país a un Estado extranjero contra su
Hllseitar la jurisdicción federal, ha sido definido por la ley 48 en su voluntad se encuentra fuertemente restringida, siendo la regla la
n_rt; 11, conforme al cual "la vecindad de una provincia se adqui- inmunidad de jurisdicción del mismo 63 • En este sentido, el inc. 1
l'lr:t, pura los efectos del fuero, por la residencia continua de dos del art. 24 de la ley 48 (texto según ley 21. 708) estipula que "no
mios, o por tener en ella propiedades raíces o un establecimiento se dará curso a la demanda contra un Estado extranjero sin
de industria o de comercio, o por hallarse establecido de modo que requerir previamente de su representante diplomático, por inte~­
upnrezca el ánimo depermanecer" 60 , principio completado, respec- medio del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, la conform~­
to ~le_ las personas JUrí_dicas, por el art. 9: "Las corporaciones dad de aquel país para ser sometido a juicio", princi¡¡lio é~te que
unomnws creadas y hacwndo sus negocios en una provincia serán podrá ser limitado por decisión fundada del Poder EJecutivo.
rC'putadas, para los efectos del fuero, como ciudadanos vecinos de Sorprende, sin embargo -y no se comprende-:-, que nuestra
la P.rouin.cia en que se hallen establecidas, cualquiera que sea la Constitución haya previsto que las causas concermentes a e~ba­
nac1.onahdad de sus socios actuales". Por su parte, el art. 24 del jadores y funcionarios diplomáticos extranjeros d~ban tramitar
de.c.~ley .1285/58 considera vecinos (a los fines de la competencia ante la instancia originaria de la Corte Suprema, mrentras que las
ongmnna de la Corte) también a los extranjeros domiciliados en causas que tienen por partes a los Estados extranjeros no gocen
PI país (y por ende en una provincia) desde dos o más años antes de tal privilegio 64 •
dn In iniciación de la demanda.

:3) Causas en las que un Estado extranjero es parte.


61 Ver nota 53.
. . L.n .¡ustificación para que estas causas se radiquen en la 62 Haro, Ricardo, oh. cit., pág. 214.
63 "Baima y Bessolino", Fallos, 123:58; "Rodolfo. Manes Caz~n"~ F'_all.~s,
.Jlll'tHdtceJón federal es que estando en juego las relaciones interna- 125:40. Ley 24.488, art. 1: "Los Estados extranjeros son mmunes a laJunsdlCClOn
~·ionnleH, materia ésta claramente federal, toda cuestión que
tle los tribunales argentinos".
lllvoluero a un Estado extranjero debe tramitar ante el Poder M Sin embargo, Goldschmidt, citado por Bustos Lambert (Bustos ~ambert,

.lttdicinl de la Nación. Como dijo la Corte, el objeto en estos casos Itodolfo, "La Corte Suprema, los Estados y los embaj::dores ex~;~n;tJeros [Su
d1• In jurisdicción federal es "evitar complicaciones con Estados eompeten&ia originaria]", La Ley, 1986-A, pág. 899), senala que l.1!1gando u_n
l·:~ündo extranjero voluntariamente ante los tribunales de la Nac10n.' .debena
hacerlo en primera y única instancia ante la Corte Suprema de Jusü~1a de la
"u llidnrt Campos, Germ!'tn .T., ob. cit., t;, H, púg. 431. Nm:ión. Como Estados extranjeros, al litigar ante tribunales ar~~n~mos son
11
• " l.n Corto Suprema ha e.Htablor.iclo quo, Hin perJuicio do los :;upiHJHloA ropí·o~:~ent.acloH por los respectivos jefes de legación, y como p~ra ~~tlg10s ~n los
pn.'VIMI.oM por In norma, lo ronlmonto dnt.onnin11nt.cJ para lijar In "vot:indnd" oA l•l t:unloH óstoH Atm partes es competente la Corte (art. 101, Consütuc10n Nac10nal),
flllllllll do pomHII wcnr on ol lugnr ("/'u !JI)()", Va/IoN, JI H::¿:JG; "St'I'Pruulo Campana", 1'1111 dl•ho eonAidernrHo iguulmenlo competente si los jefes de legación comparecen
l•'uflm,, :¿,¡ :.!::J:.m; "/ Jomi11¡:o ( ,'/¡(i.p,•/', !<'t~llo.~. :.l!lli:!.!f}f)). 1'111110 l't'Jli'!IHl'll!.llJlf.t•H do KUH [lllÍHüf!".
:JI O DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 311
LA COMPETENCIA ORIGINARIA DE LA CSJN

:l. La competencia originaria de la Corte Suprema de particulares, proporcionándoles para sus reclamaciones, jueces al
Justicia. abrigo de toda influencia y de toda p~rcialida~" 67 • , • •
La redacción del art. 117 no exhibe la meJor tecmca legisla-
. fli el a~t. ~16 deslinda la jurisdicción federal de las jurisdic- tiva. Sin perjuicio de ello, no es difícil desentrañar su contenido.
~~JOn.c~~ provmcmles, el art. 117 distribuye la competencia de la Por una parte, al señalar el artículo que en !as. ca~s~~ del art. 116
JIIHttel:~ federal entre la Corte Suprema y los restantes tribunales la Corte Suprema ejercerá (como regla) su JUnsdiCciOn por apela-
qtw la mtegran. Así, expresa: "En estos casos [se refiere a los casos ción está diciendo simplemente que tales causas corresponden en
d~l} nrL. ~16] la Corte Suprema ejercerá su jurisdicción por apela- pri~era instancia a los tribunales inferiores a la Corte que el
t'llin segun las reglas y excepciones que prescriba el Congreso; pero Congreso establezca 68 • Pero al ~ismo ti~mpo, ~1 constituyente
t'/1 Indos los a~untos concernientes a embajadores, ministros y autorizó a aquéllos a regular (e mcluso a Impedir) el acceso a la
t·unsule_s ex_tr?-nJe:os, y en lo.s que alguna provincia fuese parte, la Corte Suprema de Justicia, dado que la comp~tencia apelada.de
t:wrcl'ra ongmana y excluswamente". la Corte se ejerce «conforme las reglas y excepcwnes que prescnba
~Jna vez más, la fuente del artículo es la Constitución norte- el Congreso"69. Es en razón de ello, y con la intención ~e prese:r¡ar
llllWI'lcana que, con una redacción similar a nuestro texto en su a la Corte Suprema como tribunal supremo de garantias. co_nsbtu-
nrL. III, Sección 2, párrafo 2, dice: "In all cases affecting cionales, que el legislador ha regulado supuest?~ restnctivos. ~e
ttmlwssadors, other public ministers and consuls and those in acceso a la Corte Suprema por vía de apelacwn: la apelacwn
lt'llich a State shall be a part, the Supreme Co~rt shall have ordinaria, limitada a ciertos supuestos muy específicos, y el llama-
original jurisdiction. In all other cases befare mentioned the do "recurso extraordinario", regulado esencialmente por el art. 14
Supn•flw Court shall have appellate jurisdiction both as t~ law de la ley 48. El primero de estos temas se encuentra _fu~ra del
tllllÍ f'act, with such exceptions and under such r:gulations as the alcance de esta obra mientras que el segundo, fuente prmcipal de
( .'ongress shall make". Sin embargo, la evolución jurisprudencia! actuación de nuestr~ superior tribunal, será tratado en el siguien-
do nmbos países acerca de este tema ha sido sustancialmente te capítulo.
div~w:-m, tal como señala Bianchi: mientras que en los Estados Si la regla es la competencia apelada de la Corte Suprem~, la
~ J nH!oH las c:;tusas de competencia originaria son prácticamente excepción la constituye su competencia originaria. En tal sentido,
llloxtHLcmtes 6 \ en la República Argentina son una importante la segunda parte del art. 117 es clara al sostener que "en todos los
l'llllnto de\ labor judicial 66 • asuntos concernientes a embajadores, ministros y cónsules ex-
. LnH razones que justifican el artículo en nuestro país fueron tranjeros, y en los que alguna provincia fuese part~, [la Corte
hnndndns P?r la Corte en la ya citada causa ''Avegno", afirmando Suprema ejercerá su jurisdicción] originaria y exclusiVamente".
CJIII' c>l constituyente argentino, conocedor de la Enmienda XI a la El punto central del debate ha sido, esencialmente, la inclu-
< :onHti Lución norteamericana, no la adoptó adrede: "los autores de sión en el texto constitucional de la palabra "exclusivamente",
11.1111 ~ oLra Consti~u~ión no eran guiados en este punto por propó- ausente en su modelo norteamericano 70 • La mayoría de la doctri-
HJt.o:J 1g11almente hmitados. Nuestros constituyentes quisieron dar na, y también la jurisprudencia, han sostenido que ~lla determina
,Y du\.t'On al Poder .Judicial atribuciones más extensas que los la improrrogabilidad absoluta de esta: competencia, la cual no
11111nnennos ... El obJeto no pudo ser otro que dar garantías a los
Fallos 14:425.
G7
"" y~, !lnrnilton, en El Federalista, n• 81, había expuesto que tales causas Recué~dese que el constituyente delegó el.establecimi~nt~ ~e los t;J.bunales
Gs
111'1'11111 llillllllliiH. inferiores a le Corte Suprema en el Congreso Nacwnal (Constltucwn Nacwnal, art.
"" llin11ehi, A.lberto B., ob. cit., pág. 123. Ello se ha debido esencialmente a IOH~ .
d"n C'IIIIHIIH: ~HI ynrner lugar, la enmienda XI a la Constitución de los Estado¡¡ m Cabe señalar que, contra la creencia general, si bien todo el mundo. t~e~e
111111lon h11 ldtmuuulo de la eompetenein Ítldoral norteamericana laR eauHus inieia- d<'rm:ho a que su caso sea oído ante un juez -garantía de la defensa en JUl~lO,
cliin c"OIIi.l'll eunlquiorn do los eHtndoH por ciudadanos do otros eRindos o por súbdit.oR
1,xpt.wÁt.u cm el art. 18 de nuestra Constitución-, no existe un de~e~ho constitu-
11 oi.t'IIH p<•rHOII/IH oxtnu~jomH; por otra parto, al no Hcr ln juriHdic:ción originnl'in eionnl u quo uuu causa pueda llegar a la Corte Suprema de Jusüc1a.
"I•XI'IIIHÍvu" on.los 1•~ 1•:: lll J:• <d ( ~ong•·oso hn podido v!'didnnwnt.o mHll'i ngir lw:t 'c:auMnH ·;n H!li\ula Oondrn, citado por Hnro, Ricardo, oh. cit., pág. 228, que la palabra
dt• t'IIIIIJIIII.Pil<:lll 01'11-(llllll'l/1 (V! 11', poi' l'j., "lltWI u. l'l't'llton", 111 IJ.H. 2fi). ''oxeliu;ivu" provimw do loH toxLos do lnH conHtitucionoH do 1819 Y 1826.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
LA COMPETENCIA ORIGINARIA DE LA CSJN 313
podría ser modificada (ampliada o disminuida) ni siquiera por ley
71
del Congreso , como tampoco podría sometérsela al cumplimiento de competencia del Poder Judicial en general, mencionando los
d? recaudos no r:revistos constitucionalmente (tales como, por tribunales a los que corresponde hacerlo. Si ésta es la interpreta_-
(~.wmplo, la necesidad de agotamiento de vías administrativas o ción correcta el resto de la norma constitucional carece de sentL-
reclamos en sede provincial) 72 • do ... Las pal~bras afirmativas son, a menudo en su operatividad,
En los Estados Unidos, la improrrogabilidad importa sola- negatorias de otros objetos que los prescriptos, y en este caso debe
mente -en ausencia del carácter exclusivo presente en nuestra asignárseles ese sentido, so pena de privarlas de sentido en abso-
Con~titu~i~n-_la imposibilidad de crear nuevas causas de compe- luto".
t~mcw originaria. Su fundamento fue expuesto por el chief ofjus- A pesar de lo expuesto, cabe señalar que en nues~ro p_aí.s la
üce Marshall en la célebre causa "Marbury u. Madison" de 1803 73: Corte Suprema ha admitido la renuncia a la competencia Ori%ul:a-
"se ha sostenido ante el tribunal que, como el otorgamiento cons- ria si ello ha sido consentido por la parte con derecho a tal JUriS-
lilttcional de jurisdicción a la Corte Suprema y a los tribunales dicción, lo que ha generado un interesante debate ~oc~rinal sob~e
ordinarios es general, y la cláusula que asigna las causas de su validez constitucional 74 • Tradicionalmente, la JUrisprudencia
jurisdicción originaria a la Corte Suprema no contiene expresiones aceptaba dicha renuncia sólo a favor de tribunales provinc~a.les 75 ,
lll'¡.fativas o restrictivas, el Poder Legislativo mantiene la facultad pero a partir del año 1992 la Corte varió su postura, a?mit~endo
de atribuir competencia originaria a la Corte en otros casos ... también la renuncia a favor de tribunales federales mferiores,
lomando en cuenta que tales casos pertenecen al Poder Judicial de sosteniendo que la situación actual tornaba hipotéticos los riesgos
los Estados Unidos. Si se hubiera querido dejar librada a la que motivaron la interpretación anterior 76 •
discreción del Poder Legislativo la posibilidad de distribuir el Como señala Bianchi la jurisprudencia ha dejado en claro
f>oder Judicial entre la Corte Suprema y los tribunales inferiores, que la competencia origina~ia de la Corte Suprema es excepcional
habría sido ciertamente inútil hacer otra cosa que definir el ámbito y de interpretación restrictiva 77 , pudiendo por tanto declar~rse la
incompetencia en cualquier momento del proceso hasta el dictado
de la sentencia definitiva sea a pedido de parte o de oficio 78 , dado
71 ' ante la Corte Suprema nunca constt-'
que ((la radicación del juicio
. Bidart Campos, Germán J., ob. cit., t. II, pág. 430. En uno de los primeros
1111 tucodcntes, "Eliseo Acevedo", Fallos, 28:406, la Corte Suprema, con la disidencia tuye una etapa precluida y siempre puede volverse atrás y decla-
de.J Dr. Frías, había admitido la posibilidad de que la ley estableciese supuestos rarse la incompetencia" 79 •
dc• c:orupetencia originaria. En su disidencia, Frías sostuvo que "crear ... por ley un
n,tll•vo. cn~o de jurisdicción originaria en la Corte Suprema, es reformar la
( ·OIIHtrt..ucr~n I?or el Congreso, sin los requisitos y no con la autoridad que ella
74
Ekmekdjian (ídem); Bidart Campos (ob. cit., t. II, pág. 377) y Bianchi (ob.
d,t•tt•r·nlln~: S m embargo, al. poco tiempo, en la causa "Sojo", Fallos, 32:120, la cit., pág. 155) se manifiestan contrario.s a tal posibilida~, m~e~tr~,s que Raro (ob.
( .orf.e• rcvw su postura antenor, para sostener que "la Constitución argentina y cit., pág. 230), en una postura que él mrsmo define como eclechca y sobre la base
In de• Estados Unidos concuerdan en las disposiciones que fundan la jurisdicción de una interpretación finalista, la admite sin mayores restricciones.
dPin Corte, y los fallos de la de los Estados Unidos, así como las opiniones de sus 75 Ekmekdjian, Miguel A., ob. cit., t. V, pág. 494. "Nicolás Calvo", Fallos,
tlllht roputados expositores, están contestes en que no puede darse caso, ni por ley 31:148· "Rodríguez del Busto", Fallos, 90:97; "Mioti y Alemand", Fallos, 104:323;
ello! ( ~ongrc:·w, que altere lajurisdicción originaria de la Corte extendiéndola a otros "Hécto;. Quesada", Fallos, 120:74; "Dirección Nacional de Vialidad", Fallos,
e·r~rro.Y n !m; que la Constitución imperativamente la ha limitado, de modo que la 280:62.
76
lcoy .Y. t•! nuto que en transgresión se dictase, no sería de efecto alguno". Este "Flores el Provincia de Buenos Aires", Fallos, 315:2157. Ver la reseña al
Jll'llle·r pro ha sido seguido luego en forma invariable por la jurisprudencia posterior respecto efectuada por Palacio de Caeiro, Silvia, "Actualida_d en _la)ur~sprudencia
1"ll11ion t!t• Fabricantes de Tejidos de Yute", Fallos, 143:191; "Garay Vivas" Fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Competencia ongmana y compe-
~~:1·1:'/!1 1; "Provincia de La Pampa", Fallos, 278:103; "Yaiiiz", Fallos, '284:20: tencia fede¡al", La Ley, 1998-C, pág. 1364.
77
"\Vr•fl¡¡,,.,.,.(', Fallos, 302:63; "Partido Obrero", Fallos, 305:1067· "Provincia de "Rodolfo Taylor",Fallos, 286:237; "Romero, Esther Elena",Fallos, 318:1738.
78
1 '111nc•nlt•N", }!'altos, 326:2448, entre muchos otros). ' Código Procesal Civil y Comercial, art. 252; "Doroteo García", Fallos,
1/ "Miguel Argüello", l<'allos, !)5:284; "Gartncr", Fallos, l1:3:144; "Agua y 14:280; "J?rcuicisco Viiias", Fallos, 142:406; "Córdoba e 1Morichetti", Fallos, 151:324;
l•.'nc•Jt:lrtc· 1l'rovin.cia de Tucunuin", Fallos, 258:28; "Andrés 8iddi", Fallos, 270:7H; "Isaac Orinstcin", Fallos, 174:146; "S.A. de Acumulación de Ahorro La Metropo-
"llullt'o 1/ipo!r•cru·io Nacional", Fallos, 271: 1.4 5; "(Jur~braclwles Fusionadcm", Ji'a" litann", Fallos, 207:1 :39; "Frigorífico Anglo", Fallos, 209:514; "Consulado General
1/o,.,, 2HO: 17G; "lm¡1n•sit .Sidr•c.·o", /litllcm, :!0,1: 112!1; "Valiente", a 12:,12/i. dc• Mcb:ico", Ji'alloN, 210:H02; "Papelera. Pedotti", Fallos, 210:838; "Ignacio Fe1Ter",
·¡:1 1 Cm11t:lJ, 1:17. Fu/lo.~. 270:,11 O; "S.A. Halc•nfhlt'', Fallo.~, 297::HiR.
·m lliunehi, i\lhor"l.o ll., oh. eit.., püg-. 1•1:1.
ill4 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL LA COMPETENCIA ORIGINARIA DE LA CSJN 315

. l?e~ an~lisis del artículo surge que los supuestos de competen- tivamente funciones diplomáticas 82 y quienes sólo prestan servi-
cm ongmana de la Corte Suprema son dos: a) las causas concer- cios de tipo consular 83 • Así, la ley 48, en su art. 1, incs. 3 y 4, señala
llientes a embajadores, ministros y cónsules extranjeros, y b) las que la Corte entenderá en instancia ori~D;aria: "3: De l~s. causas
causas en las que alguna provincia sea parte. Ello ha llevado a concernientes a embajadores u otros m1mstros d1plomaticos ex-
HOHtener que la competencia originaria de la Corte Suprema de tranjeros, a las personas que compongan la legación, a los indivi-
,Justicia se ejerce únicamente ratione personae, y en ningún caso duos de su familia, o sirvientes domésticos, del modo que una
mlione materiae 80 • Coincidimos parcialmente con dicha afirma- Corte de Justicia puede proceder con arreglo al derecho de gentes;
cir~n; ya ~ue en nuestro criterio, a fin de determinar la competencia 4. De las causas en que versen los privilegios y exenciones de los
cónsules y vicecónsules extranjeros en su. carácte~ público" • A. ~u
84
ongmana de la Corte, se debe realizar un procedimiento lógico de
doH pasos: 1) ¿es el caso de jurisdicción federal conforme al art. 116 vez, el art. 2, inc. 3, sujeta a la competencia de los jueces de secc10n
de la Constitución? Aquí sí corresponde realizar la distinción -y por lo tanto excluye de la competencia originaria de la ~orte
mtione materiae o ratione personae. Si la causa es de jurisdicción Suprema- aquellas causas que "versen sobre negocios part~cula­
lilderal, debemos realizar la segunda pregunta: 2) ¿involucra la res de un cónsul o vicecónsul extranjero".
enuHa a alguna de las personas aforadas con el privilegio de la El art. 24, inc. 1, d, del dec.-ley 1285/58 dice, por su parte, que
competencia originaria? Dicho mecanismo, entendemos, se ajusta "son causas concernientes a embajadores o ministros plenipoten-
adecuadamente a proteger los fines que tuvieron los constituyen- ciarios extranjeros, las que les afecten directamente por debatirse
tos ni crear el instituto, y obviamente al texto constitucional. en ellas derechos que les asisten o porque comprometen su respon-
Debemos señalar, no obstante lo dicho, que tanto la ley 48 sabilidad así como las que en la misma forma afecten a las
como el dec.-ley 1285/58 y la jurisprudencia de nuestro tribunal personas de su familia, o al personal de la embaja_da o legaciór;- que
Hupremo han excluido ciertas causas de la competencia originaria tenga carácter diplomático ... Son causas concermentes a !os consu-
por razón de la materia, tal como veremos a continuación. les extranjeros las seguidas por hechos o actos cumphdos er: el
ejercicio de sus funciones propias, siempre que en ellas se cuestwne
a) Las causas concernientes a embajadores, ministros su responsabilidad civil o criminal" 85 • . •
y cónsules extranjeros. La razón de la extensión del privilegio a favor de la fam1ha
del diplomático y demás personal de embajada se extrae de que el
.A primera yis~a: la cláusula constitucional parece clara y artículo de la Constitución no necesariamente exige que la causa
pro~~Hm: como.prmc1p10, la totalidad de los diplomáticos y funcio- tenga al embajador o ministro extranjero como parte, sino que
'.llll'loH.extranJe!os en la República están protegidos, no sólo por el basta que la misma sea "concerniente" a ellos. A~í, ha soste:~·n?o
hu• ro federal, smo que gozan del privilegio de litigar ante la Corte que "son también asuntos concernientes a los emba)a~ores Y mm~s­
~11pmma de Justicia de la Nación, en razón de que es el gobierno lros extranjeros, aquellos que, aunque no les afanen en modo
ll!doral el encargado del manejo de las relaciones exteriores de la
Nnci6n y de que son dichos individuos los que representan al s2 Al respecto deberá tenerse en cuenta la Convención de Viena sobre
I•:HLn.do .extranjero ante la República 81 • Sin embargo, la legislación ltelnciones Diplomáticas del aüo 1961, aprobada en nuestro país por dec.-ley 7272/
.v III.Jllf'lsprudencia se han encargado de limitar estos alcances al ():3.
diHting11ir, en primer lugar entre aquel personal que presta efec- ~:1 Conforme a la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares del aüo
1!Hi:J, aprobada por ley 17.081. .
»4 El mismo principio se reitera en el art. 24, me. 1, del dec.-ley 1285/58.

"" llidurt Campos, Germán J., ob. cit., t. JI, pág. 431. Haro, Ricardo, ob. cit., Hr. "L¡¡go Carballo", Fallos, 250:7~4: "Lajuris~ic~ión ori~nari~ ~e esta Corte,
pilf{. ::.:IH. <'ll lnH causas concernientes a embaJadores y mm1stros d1plornaticos, procede
111
llll!'o, lticnrdo, ob. cit., p<Í.g. 307. Seüala este autor que, conforme a nuestra Holnnwnte en los juicios en que ellos son parte, es decir, en las causas civiles en
Jllri~<.pnld<•IH:in, :·e.~ta competencia originaria respm:to de üUÜJl~jadoreR y miniRh'OA q11n 11d1ínn como actores o demandados y e~ l~s c:'lu~as pen~les ~n que se los
p11blu:oH <'XI.run.Jt'I'OH, ha Rido OHtubleeida con nrroglo ul derecho de gentes, por prociiHII í> intervienen como parte querellante . En Similar sentido, Juan Jacobo
fli'IIV<•H rn:t.on~JH d.u ordon inl.onllteionnl, on guruntín dol nah1 elicm: cumplimiento Na¡J¡>", /t'a:lloH, l!Jtl:41 li; "Blanca JJuz Brun",Fallos, 203:307; "González Sanmarco",
d11 luN 11ll.w; lunctouoH d<• nqw'dloH y por m:r.ón do In imporlnncin y doliendmw do /t'alloH, :.!7:.!:H7; ''Mort1mmm Sowa,qh", Fallos, 286:49; "Ulug Cercel",Fallos, 298:240;
lm1 nd11CIOIII'H y clol t.l'lll.o con luH potondnH oxl.ruldCJI'IIH". "i\1/wr/o 81'1/U'I'ia", Fa/lo¡¡, :lO:l: 17Gii; "/Cri/1 Erasmie", Fallos, :n5:157.
:n6 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL LA COMPETENCIA ORIGINARIA DE LA CSJN 317

~lirecto~ pueden sin embargo llegar a comprometer los privilegios o En todos los casos, "no se dará curso a las acciones... sin
t.m'!L.~mdades que _les son reconocidos en su carácter de jefes de requerirse previamente del respectivo em?ajador o ministro pleni-
m_lswn, p?r debaürse derechos o afectar situaciones del personal potenciario, la conformidad de su gob¿erno para someterlas a
fÜplomatlco que actúa bajo su dependencia para el mejor servicio juicio" 92, habiendo interpretado la Corte q.ue n~ corresponde re-
de su embajada o lega~ión" 86 • También ha extendido el privilegio querir la conformidad del Estado ex~ranJero SI la causa v~rsa
a aquellas causas que mvolucran a jefes de Estado o de gobierno, sobre la actividad profesional o comercial del representante diplo-
eon base en que tales situaciones "interesan y pueden afectar en mático fuera de sus funciones oficiales 93 • En aquellos casos en los
grado sumo al buen gobierno de las relaciones exteriores del país... cuales se requiere el consentimiento, la Corte ha manifestado 9-ue
1por lo. cu~l] .se. dan razones bastantes para justificar que en el el silencio prolongado ante el requerimiento constituye negativa,
orden ]Unsd¿ccwnal actúe la Corte Suprema de Justicia como debiendo rechazarse la causa 94 •
l'aheza de un poder del Estado y tribunal superior de la justicia Al tratarse de una competencia atribuida en razón de la per-
nacional" 87 • sona la doctrina entiende que ella resulta renunciable por el indi-
La jurisprudencia sobre este tema ha sido algo errática. Sin vidu~ aforado, con la conformidad de la respectiv~ embajada 95 • E?-
t!lllbargo, pueden extraerse de ella algunas líneas directrices gene- tal sentido, destaca Bianchi que, si el Estado brmda el consenti-
m les. Así, marcando los límites interpretativos del artículo la Corte miento, la negativa del funcionario es irrelevante a efectos de
ha dicho que el privilegio no alcanza a las personas de la fa'milia del permitir el juzgamiento 96 .
flt~rsonal de la embajada ni a aquel personal que no reviste carácter Cabe señalar que la jurisprudencia constante de la Corte
diplomático o al servicio doméstico, a menos que se demuestre que señala que, al no poderse ampliar la competencia ori~inar~a, los
}¡,• causa afecte o hubiera int~rferido en la función de la legación ss. privilegios diplomáticos que pudieran tener los funcwna~I?S ~e
1ampoco alcanza a la embaJada como tal 89 ni a la denuncia de organismos internacionales no importan concederles el pnvllegw
lwchos cri~inales, aun cometidos en perjuici~ del personal aforado, de litigar en la instancia originaria 97 • Esta regla encuentra su
nn la medida en que el resultado de la causa no lo afecte go. excepción en aquellos casos en los que el agente _es represen,ta:r:te
Con relación a los cónsules extranJ· eros la Corte ha dicho de un sujeto de_ derecho ~nterna~ional, c_on qmen la Rep~bhca
. '
<:1~11 l orme a los textos legales antes citados, que para que surta
'
Argentina mantiene relaciOnes dip~omat~c~s y que, ademas de
,,(,~do la competencia originaria debe tratarse de actos o hechos g ozar de inmunidad tiene rango diplomatico, como sucede, por
~irtc~dndo~ a sus funciones, de donde los actos privados de estos '
ejemplo, con los representantes de ~a Comun~"d a dE uropea .
98

ltrrH'JOnnrws quedan excluidos del privilegio n. Existen, por último, dos situaciOnes particulares ~espec~o. de
la competencia originaria de embajadores y personal d7plomatico,
ambas concernientes a las causas penales que los tuvieran como
11 1
:
111
;;Murtínez e 1Ramos", Fallos, 284:28, y sus citas.
parte involucrada.
Albalo Rubén Coronel", Fallos, 301:312.
1111
• wuil'u·,
"S' " raD llos, 199 :147; "Antón Moreseu" Fallos 238:196· "Al"redo
1''t'l'llllllr1r•z " , l'•a llos, 241:43; "Antonio Ghikas", Fallos, ' '
241:262· ' l'
"Solwlowski"
/t'rtl/rm, :.W.!::¿o; "Solórzano Vidal",Fallos, 244:124· "Loza" Fallos 264:31· "Favitsk/ 92 Dec.-ley 1285/58, art. 24, inc. 1, d, Convención de Viena sobre Relaciones
(,''11/lou, :.!G!I:4:l6; "Enrique Martínez",Fallos, 284:2S; "EyiNkomo~", Fallo~, 304: 1893~ Diplomáticas, art. 31, inc. l. . . .
( 111/tr'tn·z Ardaya", Fallos, 306:323. 93 "Martínez e 1Ramos", Fallos, 284:28, siguiendo la pauta en similar sentido
"" "1\rlministraeión Gral. de Ttes. de Buenos Aires" Fallos 244:448· "Emba- fijada por la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas en su art. 31,
¡wlll tf,. la Nr•¡Hibliea Oriental del Uruguay", Fallos 286;119· "Marehioné Fallos
inc. l. 51 "A .
:111:!.::1,11; "l'aruolo", Fallos, 313:213; "Valdez Goye:wehe" F~llos 313:397. ' 94 "Eyaaguirre" Fallos 215:27; "Wagennar", Fallos, 247: ; , ntonw
'"' "/''"">aJar
{ . i.a c.e l l E.~cua.ci or", rallos,
D
207:115· "Mortenson
'
Sowash"
'
Fallos Bustamante", Fallos,' 257:32S; "Kermadek", Fallos, 26~:305; "Napoleón A~va;ez",
:uu¡ ·ID; 111
"Cons1.dado d(! Espaiia", Fallos, 326:1750: ' ' Fallos, 278:164; "Varela", Fallos, 296:624; "Abdelkaber , Fallos, 307:1245; Gomez
"8rdvador /3otta", Palios, 2G3:367; "Muiioz Durá.n", Fallos, 265:346· Comas", Fallos, 306:475; "Contreras", Fallos, 310:2863.
",~'ttldtl'r;,r",, Fallos:. 2GG: 17'2; "8mbnJada de Chile", Fallos, 305:1872; "Emsmü~ ur. Haro, Hicnrdo, ob. cit., pág. 310.
1•11111/rl/' , l•allo.~• ..llli: lli7. Hmlala !Juro que on o.'lte CIIRO Ho ha producido una I>B Bianchi; Alberto B., ob. cit., pág. 340.
llllll.nt:iún por HIIRtrnceión, HÍII JH•t:juieio ch1 eonHidomr lc\¡.¡-icn lu diHtineión (oh. eiL., u·¡ "Jlmnlmu, Marcdo gduardo", Fallos, 306:586.
JlfiH. :IJIJ. IIH "San ,Jom~ fi't•má/11/l'z", Fallo.q, 318:1823.
:IJH
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
LA COMPETENCIA ORIGINARIA DE LA CSJN 319

·' .. La e~tructura funcional de la Corte -preparada ara aten-


dm esencialmente cuestiones de puro derecho-la h p cional los párrafos del art. 6 de la ya mencionada ley 24.550 en
para tratar cuestiones penales como tribunal de úni~~e po~o a~ta cuanto disponen que en aquellas causas en las cuales se hubiera
<.'.<:nde se requi~r.e la realización de múltiples diligencia~r;r~U:~~~ designado un miembro instructor, "la Corte Suprema, en pleno,
cumplirá las funciones de la Cámara de Apelaciones y del tribunal
;,~:~~~:~d~~ 9a~IVId~~esdpar a las cuales ~1 tribunal no se encuentra
. 11
. . ~ ~azo.r;t e e o, era comun que, cuando la caus d
del juicio" y que "el miembro de la Corte Suprema que hubiere
<¡<>flpetenci~ ongmana ocurría en el interior del país la ea te actuado como juez de instrucción, se reemplazará [por un conjuez]",
<e egara la mstrucción sumarial-alegando razones de'econo:-: ya que el reemplazo del juez instructor en la Corte no hace sino
~:~ ~~;~~{~e;~~;~ r;:ej~r;jercicio, tant? de la actividad instructor~a
1
desmembrar aquélla al solo efecto del juzgamiento, lo que implica
la violación de la referida garantía del juez natural.
. e e ensa- en el Juzgado federal localwo Del
::::{':no .~odo, por acordad~s 4/87 y 28/93, la Corte facultó la El segundo aspecto se verifica a partir de la entrada en
. ,;gaci?~ d~ Cier~as tareas mstructorias a un secretario de jerar- vigencia para la República Argentina de la Convención Interame-
{n
:}~l<ll~o :yo:: a Juez ~e primera instancia 101, y por acordada 26/ ricana de Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica),
aprobada en 1984 por ley 23.051 y a la cual, a partir de la reforma
• , ;~~ e ego a mstrucci?n del sumario en la causa de la Embajada
<1e srae1 en un secretano ad hoc 102. A su vez la ley 24 050 d. de 1994, se le otorgó "jerarquía constitucional". Conforme a dicho
on su art 6 " z ·
(' ·f.• S · ' que ... en ?S casos d_e competencia originaria de la
Ispuso, Pacto, "durante el proceso [penal], toda persona tiene derecho en
/ '.. e uprema, las fu~w.wnes del juez de instrucción serán ejerci- plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas: ... h) derecho
t <18 por uno de sus mzntstros miembros" de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior" 105 • Dicha cláu-
t'Es ta situación ha generado basta~te debate doctrinal en sula es manifiestamente incompatible con el principio de compe-
1
:;1 1 ;.'11~~~é:rd:tj~~ ~~a~~~:iosc:~~:::~o~aresultan da~ustados 'a la
11

1
tencia originaria de la Corte Suprema de Justicia, lo que debió
motivar la reserva de la República Argentina al tiempo de ratificar
j u:;;gu 1 . . ' cua na Ie puede ser
•J , d olpor comiSIOnes especiales ni sacado de los jueces designa- el tratado. Al no haberse formulado tal reserva, en el ámbito
<OH por ey antes del hecho de la causa 103 E t · ·, internacional adquiere plena vigencia lo dispuesto por el art. 27 de
lll<~ennismos antes mencionados no afecta~ e~ ~~eJo ra~ opmw~, los la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados, aprobada
gnmntfns, siendo plenamente válidos constitucional~~~ d~~has por ley 19.865, conforme al cual "una parte no podrá invocar las
pro que no importen sustraer a la Corte Su ' Ie.rn- disposiciones de su Derecho interno como justificación del incum-
ju:;;gnmiento de la causa 104 En camb' , ptrema .el efec~IVo plimiento de un tratado". De allí que la inexistencia de una instan-
· 10, SI repu amos mconstrtu-
cia de apelación de las sentencias penales dictadas por la Corte
"" .Sugüés, Néstor p "Dele ación d f . Suprema de Justicia actuando como instancia originaria genere la
.ltHlf.ic:iu de Ju Nación en c~u dg e ?nCI?n.es ~e la Corte Suprema de
1!l!l'l- 1•': 12RO. sas e competencia ongmana de dicho tribunal", LL, responsabilidad de la República Argentina en el ámbito interna-
wu "San Pelayo" Fall 170·128· "n · cional.
Follo~ '!0()·120', 't ots, . 'rarrelrasHorta",Fallos,268:117·"Moyano" Con un gran esfuerzo dialéctico, la Corte Suprema trató de
• , • · d) en re o ros. ' ,
' :a
:,·:~ l Los, 301:10 Y 316:1093, respectivamente.
1f(l 1..1os, 320:1121.
realizar una interpretación armonizante del artículo, pero la mis-
ma no convence. En la causa "La Tablada" 106 , el tribunal sostuvo:
''11 "::;:~~~:;;:una síntesis de tales posturas en el trabajo deSagües, Néstor P., citado "Lo que el art. 8, inc. 2, ap. h [del Pacto], establece, es el derecho
.
111·1 '1' 1 '
• 11 como sostiene D'Albora: "Toda la t' 'd d. . . del imputado «de recurrir del fallo ante un juez o tribunal supe-
111Vfltd.lguci6rt carece de esencia J. . d' . lac IVI a mstructona de pesqlusa o rior», lo que no implica descalificar genéricamente la instancia
. · uns Iccwna
1lVII y u IJIIOHe ciüe a verificaciones en cierta pues tiene natural d · · t
d' . . eza a mmis ra- única si!UJ asegurar que la condena definitiva no provenga de un
tlllrnnl.o IoM netos do la denomin~da 'urisdf~.;das\mrlar~salasq';esecumplen
'ntdrittHl' 11 t:onRtituir integrar o acord~ fi cc.wn vo untana. ~dviertase que se tribunal inferior en la escala jerárquica sino de la instancia más
1''' ttlti IJIIl' conl(n·iJ· c;l cum limionto d; e Icacia ~un el~tado ~ sltt??ciónjurídica ... alta, con lo que el ju.zgamiento directo por ésta -que no se com-
ttl'livid~td do fnclolo jurisdic~ionnl n 1t .la pesqmsn o mvesttgnc¡on -excepto la prende en qué medida pudiera ser distinto por ser pronunciado
f ruf.i~ll ojudicinl o bion ~u c:;J·mplimi~n~~IO~~~:n~:- ucotnd:l-:--- u l_u p~lic~a adminis-
'':'lllif,Jf.uyt• un prohlomn dtl pol!t.ien logi~llll.iv~','~:l)~J~I~llHti~~JO ~.ul~hco, tn,n s?Io
111
1 rot·••mr/!'t'IW! dt• la NrU"itln, Aht•lt•rlo·Pnl'l·of,, :lOO:ll. IOJn, Innusco J., Códtgo ~ l'nc:t.o dt, Hnn .loMó do CoAtn Hicu, urt. 8, inc. h.
100
"/t'r•lic11lli ,Y otmN", /l'ullo11, :J:l:l:4 1:JO.
320
DERECHO Pncu:1•:HAL CoNSTITUCIONAL
LA COMPETENCIA ORIGINARIA DE LA CSJN 321

directamente que si lo lwhil'ra sido por vía de recurso contra una


~o te~~~~~:::::ned~~~~ellos
decisicín antl'riot· 1'11 modo alguno afecta garantías de los dere- d n el conflicto entre nuestra Cons-
. con jerarquía constitucional,
clws dt' los fli'Ut't'NIIdos. Una interpretación distinta pondría en htucwn Y ' t't . , en razón de que los tratados se
pug11a lu dliusula del Pacto con el art. 117 de la Constitución, debe prevalecer. la Cons 1 ucwn, la Constitución y de que ésta
según el cual la Corte Suprema tiene competencia originaria y aprueban y ratifican con~or~: ~onformidad con los principios de
exclusiva en ciertas causas aun penales, pues ambas tienen sin dispone qu~ e~los deb~~ e~dar en ella ws. Pero el cumplimiento de
lugar a dudas igual valor por imperio de lo establecido en el art. Derecho Pubhco esta et~1t o~ l coloca a la República Argentina
t a normativa cons 1 ucwna . l
75, inc. 22, ya que la segunda no pertenece a la primera parte de
la Constitución. Semejante conflicto carecería de clara solución".
nu~s r
en mcump l'1m1en
. t o de sus obligaciones internacwna es.
Coincidimos con Morello en que tal argumentación de la
Corte Suprema "desinterpreta el requisito de la doble instancia b) Las causas en las que es parte una provincia.
107
penal" , especialmente teniendo en cuenta que poco tiempo antes
~ ong1~ar~a
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en el Informe , ltimo analizar aquellas cuestiones que,. c?nfo;-
Queda, Pr d l ' t 117 suscitan la competencia
55/1997, ''Abella, Juan C.", había precisado los alcances del artí-
culo con un sentido contrario al sostenido por nuestro tribunal: "la
me la
de a la parteSuprema
Corte ma e dar e J. us t.'lCia,
. en razón de que una provmc1a
Convención Americana... consagra ampliamente el derecho de es parte en la causa. ., d rt 6 109podemos apreciar
apelación. La Comisión considera que este recurso, establecido en S. t mos la enumeracwn e1 a · 11 ' t
1 oma , . ci io de tres tipos: a) las causas en re
j'avor del inculpado, le permite proteger sus derechos mediante una que tales causas senan en prm P. . y vecinos de otra· e) una pro-
nueva oportunidad para ejercer su defensa. El recurso contra la d , ·ncias· b) una provmc1a ' t
os o mas prov1 ' d . d dano extranjero. La Corte, pre o- .
sentencia definitiva tiene como objeto otorgar la posibilidad a la vincia contra un Estda oto cm a s como veremos seguidamente.
persona afectada por un fallo desfavorable de impugnar la senten- rianamente, ha crea o o. ras causa '
cia y lograr un nuevo examen de la cuestión. Esta revisión en sí 1) Causas entre dos o más provincias. . .
tiene como objeto el control del fallo como resultado racional de un
juicio justo, conforme a la ley y a los preceptos de garantía, y de la ., entre dos o más provmc1as, la
aplicación correcta de la ley penal... El derecho del inculpado de
Con
t relaci_OI_l
. ongmanaa !assurge no so'l o del ya referido art. 117'l sino
causas
delito de recurrir del fallo a una instancia superior es fundamental compe encia d. . "Ninguna provincia puede dec arar,
también del art. 127' que Ice_. . S s quejas deben ser sometidas
ni hacer la guerra a oraJrot'!cw.di~midas por ella ... ". La única
para f[arantizar el derecho de defensa. La oportunidad de recurrir
11 una scf[unda instancia en el proceso penal refuerza la protección
a la Corte Suprema . e . u~ LCL?- y dada por el art. 75, inc. 15,
t'll 1·ontra del error judicial ... De lo expuesto surge que el derecho l. 't . , a este prmc1p10 vwne . . l
1m1 acwn fi' . , d los límites interprovmcia es es
cual la ldJaCIY~
Jli'I'Uisto en el art. 8.2, h, requiere la disponibilidad de un recurso
conformeque
materia al correspon e a onegreso ' dado el carácter político de
1/llt' al menos permita la revisión legal, por un tribunal superior,
110
dt•lj'állo y de todos los autos procesales importantes. Dicha revisión tal atribución -
n•sulta especialmente relevante respecto de las resoluciones que
Jlllt•tlan causar indefensión o daño irreparable por la sentencia
rl1'/'in itiva, incluyendo la legalidad de la prueba. El recurso debería Jos
d
.
ConstituciónNacwnal, art. ·
t ioridad
°
2 7 S bre el tema de supremacía y de relaciones
a 1a .re
fi de 1994 ver Vítolo Alfredo M.,
r·unsti/.uir igualmente un medio relativamente sencillo para que el entre ley y trata o con pos er 't , ,orma ,
en la obra colectiva '
Estudws . so bre
"I uces y sombras en la nueva Consti ucwn ,
tri hlllur.l de revisión pueda examinar la validez de la sentencia l ' Depalma ' 1995. · la continuación , . d el art · 116
. log:¡ca
la_, reforma constl't ucwna .
l'l'l'tll·rida en general, e igualmente controlar el respeto a los dere- 109 Recocdemos que el art. 117 no es sm G
0
, J ob cit t II pág. 436).
.. , ( . B'dart Campos erman ., · ., · , . "
l'hos finularnentales del imputado, en especial los de defensa y el y que nquélrenute a cs~e vei
1
· . [l ' t inc. 15] de la Constltucwn
d1·hit!o proceso". 110 "Con arreglo al me. 14 de. l]'ur~.
67
d lloy ap:¿vin~ias
75
porque en esa fijación,
1 1(
cotn~HpoliC o a '-~m¡.p'. c.•Ho' IIJ'nr ..
los lmites e as , . .
. .• dos no solmnentc las provmcms co m a~ e~,
l' d t
1 1
do cndt<:l;(íl' polftH·o, .~:Ht.an mt.m CH~ ... nto del justo equilibrio que debe existir
" Morello, Auglll-lt.o M., "IC! ca,qo "Nt•;<imit:/t.to La Tablada,, la Corte Suprema
1' lau ).larrt~ttfr¡s)llri.wlit:r·ionalt•s", ,JA, :.lOOI-1, p:\~r. 505. Hin o t.umhi(m In NneiOII y ollul~ll~tonu~~~~' ·ntivo que las rige" ("Provincia de Santa
1•11 t.ronqut.Jim• 1111 Ulll'llllt.fnd:; H~H ~Hnn 1:~~~ 1í)
/t'¡• t•/ f'I'IJI!iiii'ÍII dt• ntltdohtt , /111/tm, 1 2 · >'
:122 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
LA COMPETENCIA ORIGINARIA DE LA CSJN 323

. Esta úl~ima materia es la que ha generado alguna controver-


estas causas -muy limitadas, por cierto 114- corresponde la juris-
Hta, en p_arbc~la~ cuando la cuestión limítrofe es incidental a la
dicción federal ratione materiae (por ser normas federales y no
!>n~.te~s1~? prmc1pal. Así, se ha establecido que la Corte tiene
provinciales las que están en juego, conforme lo dispuesto por la
Jlll"IRdJ~cwn para entender en tales cuestiones, "siempre que la
primera parte del art. 116), dada la jurisdicción federal, corres-
re.~·oltu:¡,_ón que haya de dictarse no implique forzosamente la deter-
ponde la competencia originaria de la Corte Suprema ratione
1111/utczon de los límites referidos, o la modificación de los determi-
nados por el Congreso" 1 11. personae, por ser en la causa parte una provincia m.
Dentro de esta categoría, debemos detenernos por un instan-
te en aquellas causas en las que se cuestiona que involucran los
2) Provin?ia con vecinos de otra. Estados o ciudadanos
extrarveros. actos del interventor federal de una provincia. Sabido es que,
conforme al art. 6 de nuestra Constitución, "el gobierno federal
Como ya ?emos analizado al tratar la jurisdicción federal en interviene en el territorio de las provincias para garantir la forma
g·o.ner~ll, la legislación y la jurisprudencia han limitado en nuestro republicana de gobierno, o repeler invasiones exteriores ... ". En
enteno erróneamente, la competencia originaria de 1~ Corte Su- razón de ello, no cabe duda de que el interventor es un funcionario
J>I'mna en estas causas, al exigir que se trate de "causas civiles" federal, designado por el presidente de la Nación para poner en
t~Hto es, excluyendo aquellas cuestiones que versan sobre punto~ ejecución la intervención dispuesta por el Congreso Nacional.
locales o de D~recho Público provincial 112 • Se ha creado así un Ahora bien, sus actos, ¿son normas locales o federales? De ser
Hupue~t~ :special de competencia ratione materiae que, en nues- normas locales, su cuestionamiento por parte de vecinos de la
tn.l Opl~IOn, carece de sustento constitucional. A fin de evitar provincia sería una cuestión sujeta a la jurisdicción provincial,
rmteracwnes, remitimos al lector a nuestro tratamiento del tema conforme a la regla general. En caso contrario, y de acuerdo con
on el punto 1, b, 1, supra. el principio expuesto en el párrafo anterior, la competencia origi-
naria de la Corte Suprema se impone.
3) Provincia y sus propios vecinos. Bianchi, fundándose en una temprana jurisprudencia de la
Corte 116 , sostiene que "la provincia intervenida es un territorio
La reforma de 1860, tal como hemos manifestado a inicios de gobernado por autoridad federal y por ende está privado momen-
t•Hto capí~ulo, eliminó de entre las causas de competencia federal táneamente de su autonomía y derechos como tal" 117 • De allí que
lnH cuestwnes entre una provincia y sus propios vecinos. Sin para este autor la situación sería análoga a la que ocurre cuando
~~m!m~go? _la Corte Suprema ha entendido que ello no obsta a la litiga la Nación, correspondiendo la jurisdicción federal pero no la
.JIII'JH<hccwn federal y a la competencia originaria de la Corte competencia originaria de la Corte Suprema.
~'llan~lo "s~ cuestione en el pleito directa y fundamentalmente la Sin embargo, la jurisprudencia de la Corte no ha seguido
u:lt·l~.u_enc~~ y apl~caci~'; de principios, derechos y garantías de la dicha postura. Más allá de la naturaleza federal del acto de nom-
Cnn~lltucwn Nacwnal 113 • La razón de ello viene dada porque en bramiento del funcionario, sus actos tendrán naturaleza local o
federal según su propio contenido: "los actos de naturaleza local
111
"A /1.(l r~s
' Go~·c 1lS , , ra
D llos, 98:107. Ver la reseña que sobre el tema realiza
emanados de los interventores federales no pierden ese carácter por
, •
JluuiC'Iu (ob. ctt., pags. 311 y ss.).
11
, l l•:n la.~a~sa "S.A. Importadora y Exportadora de la Patagonia e 1Provincia
11
tlr• /,¡¡¡ Nt•¡,:ro , ballos, 325:3070, la Corte sefialó que "no basta que una provincia ' La Corte ha limitado -en nuestra opinión, acertadamente- el acceso
''"" P:lltl', para que proc?da .1? com~etencia originaria de la Corte asignada por directo a ell¡J. (y a la jurisdicción federal) de aquellas causas donde se debatan
lon.mL~. 1_17 dela Consti.tucwn Nacwnal y 24, inc. 1, del dec.-ley 1285/58, pues conjuntamente cuestiones federales y cuestiones provinciales o locales, sin perjui-
1
Jlll 11 Pilo ll'.H~t!Lu nece.sano,. además, que la materia sobre la que versa el pleito cio do la posibilidad de acceder a la misma por la vía del recurso extraordinario
'"'" do _IIHIIldw~to euracter fcdornl, o de naturaleza civil, en cuyo caso es esencial ("Lauro Castro", Fallos, 94:421; "S.A. de Construcciones Urbanas y Rurales",
lu dtH!.IItl.u veeu~dnd do la contraria, do tal forma que están cxe!uid:m aquollas Fallo11, 122:240).
l'llltrHI~ qtw Ht\ vmculnn eou ol Doreelto Público local". 1111 I•:n contra, Bidurt Campos, Germán J., oh. cit., t. 11, pág. 436.
11 1
' "No llJ.III• • : 177 ; "('rcmzc'l·¡ t'Z /Jit~z", ft'allm1, 18:!: HIO.
' 1.s " , 1'1 a llON, 1)7 1111
''Sa.rmit'nlo", Jr'alloH, 134:550.
11'1 lli111H:hi, Alhurl.o 11., oh. cit., póg. :105.
!124 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL LA COMPETENCIA ORIGINARIA DE LA CSJN 325

razón del origen de su investidura" 118 • En razón de ello, en aque- to de estas cuestiones 123 • La jurisprudencia de la Corte Suprema,
llas causas donde se cuestionen dichos actos, deberá intervenir la en forma invariable, ha sostenido que estos casos corresponden, sin
justicia provincial, y no la federal 119 , a menos que, por aplicación duda alguna, a la competencia originaria de la Corte Suprema: "la
de la doctrina de la Corte indicada al comienzo de este punto, si única manera de conciliar las prerrogativas [del Estado Nacional]
la cuestión involucra a la provincia a través de los actos del al fuero federal y del estado provincial a la competencia prevista en
interventor, y su fundamento directo e inmediato es el Derecho el art. 117 de la Constitución Nacional es sustanciando la acción
f(:deral 120 , la causa estará sujeta a la jurisdicción federal y a la principal ante la instancia originaria" 124 •
competencia originaria de la Corte Suprema de Justicia 121 • Coincidimos con la postura de la Corte. Sin embargo, no es
una razón de "conciliación" la que determina la competencia ori-
4) Provincia y Nación.
ginaria de la Corte, sino el claro mandato constitucional. Por
Estas cuestiones han dado también lugar a un intenso debate aplicación de la regla propuesta, estas acciones corresponden a la
doctrinal. Bidart Campos, sobre la base de que la competencia jurisdicción federal por ser parte la Nación (art. 116) y, al ser parte
originaria sólo corresponde respecto de aquellos casos que involu- una provincia, deben tramitar ante la instancia originaria de la
cran a provincias y se encuentran expresamente enumeradas en el Corte Suprema, de conformidad con el art. 117.
nrt. 116, sostiene que en estos casos ella no procede, correspondien-
do simplemente la jurisdicción federal por ser parte la Nación 12:!. e) La Ciudad de Buenos Aires como parte.
llnro, por su parte, discrepa con tal postura, expresando que las
rnwnes de imparcialidad requeridas, sumadas a la gravedad insti- Hasta la reforma de 1994, no cabían dudas de que la ciudad
tucional de tales causas, justifican la competencia originaria respec- de Buenos Aires era un órgano absolutamente federal. La Cons-
titución dejaba claro que su territorio estaba federalizado (art. 3),
que el presidente de la Nación era su jefe inmediato y local (art.
11 H "Martín y Cía.", Fallos, 208:497; "Tissembaum", Fallos, 263:539; "Arieu", 86, inc. 3) y que el Congreso dictaba una legislación exclusiva
/<'u/los, :300:615; "Girotti", Fallos, 238:403, entre muchos otros. Ver la completa sobre su territorio (art. 67, inc. 27).
rt!IHll'lll que sobre el punto realiza Caeiro, Silvia Palacio de, "La intervención federal En razón de ello, en aquellas cuestiones de jurisdicción y
y t•l t'ont.rol de constitucionalidad de las facultades y actos del interventor federal",
/,u /,¡•y, Suplemento Constitucional, noviembre de 2004, pág. 45.
competencia en causas que tenían a la ciudad como parte, la
1111
"Anvaria", Fallos, 127:91; "Girotti", Fallos, 238:403; "Cía. Química", Fa· jurisprudencia había aplicado las mismas reglas que aplicaba
/lo~. 2ii7:229; "Ponessa de González Ruzo", Fallos, 315:81; "Graboski", Fallos, cuando la parte era la N ación, correspondiéndole siempre la juris-
:12:1:'711. dicción federal 125 ; por su parte, si alguna de las personas con las
1
'~° Como resultaría si, por ej., se cuestionase la extralimitación de las que litigaba tenía derecho a la competencia originaria de la Corte
liwultmles del interventor federal. Ver trabajo citado en la nota anterior.
111
En la reciente causa "Zavalía", fallada el21 de septiembre de 2004, la Corte
Suprema, ella era el tribunal interviniente 126 •
Suprema llevó la interpretación a un extremo, al aceptar entender originariamen-
123 Haro, Ricardo, ob. cit., pág. 250.
1'' 1•11 d cuestionamiento a la convocatoria a elecciones para reformar la Consti- 124
lueión provincial de Santiago del Estero realizada por el interventor federal, al "Centurión de Vedoya", Fallos, 305:441; "Torcivia", Fallos, 308:2054;
t<ot-ll.mwr que "... toda vez que se pretende resguardar las garantías previstas en "l~cosud", Fallos, 312:389, "Provincia de Corrientes", Fallos, 326:2448, entre
loH nrts. 5 y 122 de la Constitución Nacional, se debe concluir que esta causa muchos otros.
125 ''Passo", Fallos, 27:170; "Demarchi", Fallos, 29:363; "Díaz de Bedoya",
t•orn•Hponde en razón de la materia a la competencia originaria exclusiva y
I'Xt·luyt•nt.e prevista en el art. 117 citado, ya que ... la declaración de necesidad de Fallos, 33:344; "Antonio Oro", Fallos, 46:149; "Florentino Barrios", Fallos, 77:73;
n•lill'lll!l de una Constitución provincial (por un interventor federal) es un acto de "F,•m.ández Sosa", Fallos, 154:33. Recordemos, asimismo, que en el territorio de
llnl.undezn federal y no local...". Coincidimos con Midón, Mario, "¿El interventor lll Ciudad de ~u enos Aires la totalidad de los jueces son "federales" en el sentido
I'Pdt•nd tiene potestades preconstituyentes?", La Ley, 20 de octubre de 2004, en mnHtitucional (ver el dictamen del entonces procurador general de la Nación
qtll' l.nnnmplia interpretación lleva a que "la definición del fuero federal depend[a] SPbaHtiún Soler, en la causa "Roberto Vcrgara Fernández", Fallos, 236:12).
dtd Lnlnnl.t1 dd quejoso, quien con esa sola invocación (de afectación de los uris. "
11
~miaJa I3ianchi (ob. cit., pág. 207) que "siendo este grupo de causas [se
l1 y 12~) estaría en condiciones de abrir In competencia excepcionaHsimn do In n•liPro:~ In At¡tw t.it~nen como parte a la ciudad de Buenos Aires) propio de !ajusticia
( ~orLt• on fHIJllll'Htos no contomplndoA por el nrt. 117". IC•dt•rul, In eompetonein originaria debe surgir necesariamente por aplicación de
111
llidru'f. CnmpoH, Clornu'111 ,J., ob. cit., t. 11, púg·H. 401) y 4:!7. l11 corljr11H:itín ent.ro los urt.H. 100 y 101 y con totnl independencia del derecho que
11"11 11plicnhlt•".
326 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
LA COMPETENCIA ORIGINARIA DE LA CSJN 327
La reforma constitucional de 1994 innova en cuanto al status
jurídico de la ciudad de Buenos Aires y, en el nuevo art. 129 le En razón de ello, en nuestra opinión, aquellas cuestiones que
reconoce "un régimen de gobierno autónomo, con facultades pro- tengan a la ciudad de Buenos Aires como parte y a la Nación, a un
pias de ... jurisdicción". No llega a ser una provincia, pero tampoco vecino de una provincia o a un ciudadano o Estado extranjero
es, a estos efectos, un territorio federalizado 127• como contraparte, deben ser siempre causas de competencia ori-
A partir de entonces, no cabe duda de que los casos que ginaria de la Corte Suprema de Justicia, equiparando -a estos
tengan como causa el Derecho local corresponden a la justicia exclusivos efectos- a la ciudad de Buenos Aires con una provin-
128
local • También, en nuestro criterio, corresponde la interven- cia. No compartimos, por tanto, la postura de la Corte Suprema de
ción de la justicia local en las causas concernientes al Derecho Justicia de la Nación, que en la causa "Cincunegui" hace suyo el
común, si bien éste es un punto que ha generado alguna contro- dictamen de la procuradora general María Graciela Reiriz, quien,
versia y, hasta que se produzca la transferencia de los fueros al con el simple argumento de que en tanto la ciudad no es una
Poder .Judicial local continúa a cargo de la "justicia nacional" 129• provincia y de que la competencia originaria no puede ampliarse,
Al haber desaparecido la jurisdicción federal sobre los órga- dispuso que las causas que tienen a la ciudad de Buenos Aires
nos de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, deberá determinar- como parte no pueden tramitar ante la competencia originaria de
se si a los efectos del fuero federal (y de la eventual competencia la Corte Suprema 131 , sin analizar las circunstancias ni los fines
originaria de la Corte Suprema) la ciudad de Buenos Aires es que motivaron el establecimiento de dicha competencia.
equiparable a una provincia. Entendemos que sí. Tal como lo
sostiene Bianchi (escribiendo antes de la reforma de 1994, pero
con criterios que no se han visto modificados tras la misma),
"existen en el país dos grandes esferas de gobierno, la federal y la
provincial. No existen terceras o cuartas categorías que puedan
desprenderse autónomamente de éstas, de modo que la Capital
Federal bien está dentro de una u otra categoría" 130 • Al haber
dejado de estar, a estos fines, dentro de la órbita federal, clara-
mente corresponde entender que cae dentro de la órbita provin-
cial. Por otra parte, es la interpretación que más se adecua a los
fines que tuvo la Constitución al establecer la jurisdicción federal
por razón de persona y que hemos expuesto en puntos anteriores,
los cuales, de otro modo; se verían violados. Si bien es cierto que
la competencia originaria no puede ser expandida a supuestos no
queridos por el constituyente, no es menos cierto que la Constitu-
eión debe ser interpretada a la luz de las circunstancias y teniendo
on cuenta los objetivos tenidos en miras por los constituyentes que
no pudieron prever la circunstancia de este status particular de la
ciudad.


m .Sobre la naturaleza jurídica de la ciudud de Buenos Aires tras la reforma
d11 l!l!ltl, ver Vílolo, Alfredo M., "El Poder ,Judieinl de la Ciudad Autónoma de
lhwrHJH Aires", La Ley, 2000-B, pl\g. 121 a.
1 11
~ "Nidia", Ji'allrm, :J2:~::12Htl.
1
" ' Vor ol tmht\io <·itudo nn lu notn 127.
l:lll lliunehi, AllH•r·t.o ll., oh. dt.., ru\¡:. :.wo.
CAPÍTULO XII
EL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL
por
MARÍA XIMENA FERNÁNDEZ BARONE
y CARLA VANINA IORIO

l. Introducción: jurisdicción y competencia de la Corte


Suprema de Justicia de la Nación.

El Poder Judicial de la N ación es un órgano del gobierno


federal y ejerce una función del poder del Estado, la denominada
"administración de justicia", "jurisdicción" o "función jurisdiccio-
nal", en forma propia y exclusiva. Es también un órgano de control,
pues asegura la supremacía de la Constitución a través de la
declaración de inconstitucionalidad de normas o actos de gobierno,
y modera el desenvolvimiento político de los otros poderes -Ejecu-
tivo y Legislativo- evitando que éstos se excedan en el ejercicio de
sus competencias.
Este poder está compuesto por tribunales federales de prime-
ra instancia Guzgados) y de segunda instancia (cámaras de ape-
laciones) creados por ley, y por la Corte Suprema de Justicia de la
Nación, único órgano creado por la Constitución (art. 108) como
titular o cabeza del Poder Judicial. En este sentido, es importante
destacar que la norma referida deriva justamente al Congreso la
potestad de determinar la creación de esos tribunales inferiores,
la organización en fueros, niveles jerárquicos, número de inte-
..
grantes, cantidad de integrantes del Máximo Tribunal, la sanción
de normas procesales federales, y la atribución y distribución de
competencias judiciales. Sin embargo, le está vedado modificar la
competencia expresamente atribuida a este órgano por los arts.
116 y 117 de la CN.
El Poder ,Judidal federal ejerce la llamada "jurisdicción fede-
ral", la cual ha Aido definida como la facultad de administrar
330
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
EL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL 331
justicia en los casos, sobre las personas y en los lugares especial-
. ue dicta al efecto 4; n) se _juzgue
tribunal a través de_ r~solucwnef ~ados por países extranJeros, y
mente determinados por la Constitución 1 •
El art. 116 CN establece en forma genérica cuáles son los la extradición de cnmn~.ales recn~bar os marítimos en.tiempos de
asuntos en los cuales corresponde conocer y decidir a la Corte m) relativas a apresamiento.f.te r y s~bre nacionalidad del buque,
Suprema y tribunales inferiores de la Nación, pues dispone la
feb~tim'idad re~ú:
uerra sobre salvamento mi I a 1 ridad de sus papeles.
competencia federal en función del lugar, del monto y de las
personas. de su patente o como tercera instancia" y ?1
En estos casos la Corte ac . definitivas en sentido mas
Por su parte, el art. 117 prevé que la Corte ejercerá su recurso procede sólo contra sent:~~~a:so extraordinario de~ a~t. 14
competencia en grado de apelación según las reglas y excepciones estricto que para el supuesto d~\ de aplicación el procedm1Iento
que fije el Congreso, salvo los asuntos concernientes a embajado- de la ley 48 G. Asimismo, resu ~80 2o párrafo, CPCCN ..
res, ministros y cónsules extranjeros, o aquellos en que una pro- previsto en los arts. _254, 25? y Úa que la extraordinana, por-
vincia sea parte, pues en estos supuestos ejercerá su competencia Esta competencia es mas amp_ de hecho y de derecho
originaria y exclusiva. Es decir, la Constitución otorga al Poder d .sar cuestwnes 1 .
que la Corte pue e revi puede invocar cua qmer_ mo-
Legislativo la facultad de regular los supuestos en los cuales la (jurisdicción plena). En esto~ c:so~~e debe provenir de las cama-
Corte entenderá en grado de apelación de aquellas causas que
lleguen a su conocimiento de un tribunal inferior donde han sido
f
tivo para revocar el fall\ape o~rovinciales. Además, pre':'alece
ras federales y no de tn un~ es . or ue lo absorbe, es decir que
juzgadas (generalmente en más de una instancia, sean provincia- respecto del recurso extraordmano p s~s se desestima el extraor-
les, administrativos o militares) y en las cuales entiende por vía si el recurrente interp?ne ~mbos recuJido '7 en virtud de la mayor
ordinaria o extraordinaria. dinario cuando el ~rd~n~~w es :onc~a s '
Podemos sintetizar la competencia de nuestro Máximo Tribu- amplitud de la junsdiCCI~n or~I~:Jerai no conceda el recurso de
nal de la siguiente manera: a) originaria y exclusiva (art. 117); b) En caso de que la camar d interponer recurso de
ordinaria por apelación (art. 116), según la reglamentación que al apelación ordinaria, el recu¡rent~ )~e C~JN (art. 285 CPCCN),
efecto dicte el Congreso (art. 117); e) extraordinaria por apelación queja por apelación denega a an ~sitos que para la denegatona
(arts. 116 y 117 CN; 14, 15 y 16, ley 48), y d) otras competencias. debiendo CUJ?Pli~ los mis~o~ re~~~e ción de que no debe deposi-
del extraordmano, con la unlca p
a) La primera de ellas ha sido desarrollada en el capítulo
procedente, al cual nos remitimos. tarse monto alguno. d' . federal (en adelante REF), que
) El recurso extraor .m~no
h) La jurisdicción "por apelación ordinaria" ha sido regla- e l t'tulo
1 Siguiente.
mentada por el art. 24, inc. 6, del dec.-ley 1285/58 2, el cual analizaremos en e petencias del Máxi-
oHtabloce que la Corte ejercerá esta facultad en aquellas causas en t t destacar otras com
d) Resulta impor an e d aclaratoria contra sus pro-
quo: I) la Nación sea parte directa o indirectamente (se incluye a mo Tribuna~, a saber: los recu~~~ev~sión previstos en ~os ar~s. 2
loH organismos descentralizados) y el valor disputado en último pias resolucwnes; los recur~o;ec -ley 1285/58, art. 2~, me. 3, }os

e~ m~.
f.(lrnlino, o sea, aquel por el cual se pretende modificar el fallo (sin 4 de la ley 4055 y en e .d ·usticia en que mcurran _as
HIIH accesorios), sea superior a $ 726.523,32 a la fecha de interpo- :ecursos de queja por retardo ldec.-ley 1285/58, art. 24,
3
rwr la apelación • Este mínimo legal es requisito formal de admi- cámaras nacionales de apelaci?n tre jueces y tribunales del pais
Hibilidud del recurso y -debe ser demostrado por quien apele la 5); las cuestiones de competencia en
H«•ntencia ante la Corte. Este monto es determinado por el propio
• . t .
or el art 24, Inc. 6 ' ap. a, del dec.-ley 1285/58,
.J Monto según lo dispuess o f360/91 (CSJN).
1 modillcndo por ley 2,1.708 y re .
Fallos, :32~:2~7. 319·2122 318:1228 y 317:363.
llid:ut Campos, Germán J., Manual de la Constitución Reformada, t. UI,
lluPnoH AircH, Ediur, l 997, píig. 456. . 5
~ B.O. 7/2/fi8. n Fallos, 326:3271, . , . 7·74 817 Y 206:401. 1 .
1
7 p l.l.os :324:2105, 322:3241, 23 . "Ay . ' .de la interrelación entre os
b'rrllo,q, :J!.W::l22fi, 2770:2fi42, :124: 14BH, :II 1:22:1-1 y :1 17: WH:!, ot.l'mc.
H Puede verHCJ J n JUlO,. ,¡ ~· • ~. ' .
' !llltl'!' •'a .. ' "·¡ ·- C1·Ios R cezca " ¡ 2004·- E·1'31i4
. .· .Y (.•xt.rnorduuuw an t.e·: In Cortll Huprmnn ' L '•
l'lWIII'IIOH 01 .( 111111110 .
332
DrmEcHo PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL 333

que no tengan un órgano 'erá . ,


(dec.-ley 1285/58 art 24 ~ ~q~ucfio comun que deba resolverlas cional y no la sumisión a la Corte de cualquier causa en que pueda
materia de supe;inte~de~~~~- ( 'lt
z~e); l~ atribución apelada en
~le la Magistratura, art. 114 .a~ es e la mstalación del Consejo
existir agravio o injusticia a juicio del recurrente 12 • Por eso, ha
sostenido que "no se trata de una tercera instancia ordinaria que
unplícitos" de la Corte S ' me. 4 • ~N) Y ~os llamados "poderes acuerda el art. 3 de la ley 4055 en los casos expresados en el mismo
uprema, segun su JUrisprudencia 9. y en la que el tribunal puede conocer de todo lo contenido en el
expediente, sino del recurso extraordinario para mantener la su-
2. La competencia por apelación extraordinaria. premacía de la Constitución, leyes del Congreso y tratados ... " 13 • En
consecuencia, el REF será admisible únicamente cuando se cum-
La Constitución no menciona ex plan determinados requisitos de forma y fondo. Así, por regla, sólo
competencia deriva del art 116 CN presame~te el REF, pero esta se discuten cuestiones de Derecho federal, y por excepción, en
Suprema y a los tribunal. . f¡ . 'cuando dispone que a la Corte casos especiales, puede entender en cuestiones de hecho y de
miento y la decisión de to~s 17
enores les corresponde el conoci- derecho no federales; éste sería el supuesto de arbitrariedad de
~·pg~dos en la Constitución~sd~s causas que versen sobre puntos sentencia, que se estudia en el capítulo siguiente .
a~t. 31, que establece el orden
.JOrarquico del Derecho na .'
que otorga superioridad ~lOina to
1 tre el local; del art. 75, inc. 22,
n~conocejerarquía constituci~~ ra ados respe:to de l~s leyes y
Si bien la Corte ha admitido que se trata de un recuso de
apelación, pues "debe versar sobre un pronuncianúento concreto
para que la Corte Suprema pueda confirmarlo o revocarlo después
derechos humanos alli' . al da los tratados mternacwnales de del debate judicial respectivo" 1\ no se trata de una apelación
r . mencwna os (y los q · común, puesto que "el recurso extraordinario, por su fin y su
COJl!onmdad con el meca . 1 l ue se mcorporen de
d~d art. 117, cuando es~~~~e ega que fija el mismo ar_tículo), y naturaleza, traducidos en su nombre, es un remedio excepcional,
cl!Hponer los casos en los 1 que es el Congreso qmen va a cuya aplicación debe hacerse restrictivamente ... para no desnatu-
jurisdicción por apelación cua es el supremo tribunal ejercerá la ralizar su función y convertirlo en una nueva instancia ordinaria
Si bien la reglament~ción d 1 de todos los pleitos que se tramitan ante todos los tribunales del
pot'Ra, pues no hay una ú . e r~curso extraordinario es dis- país" 15 .
lllndre es la no 4810 (arts n;_~a ~rma mtegral Y sistemática, la ley Hay otras normas que complementan y modifican la ley 48:
c•Jd.r·aordinaria de la Co t. ' Y 16 ), que regula la competencia el art. 6 de la ley 4055 16 (que crea cuatro cámaras federales de
A re. apelación, extendiendo así la posibilidad de impugnar los pronun-
través de este recurso ejercerá 1 e
a orte_ ~n ultima mstancia
> • •

. ;Y 1'11 HU carácter de intér rete fi ciamientos emitidos por ellas o los tribunales superiores milita-
I'IOII NneionaJI!_ el e t P d nal Y defimtivo de la Constitu- res), y los arts. 256 a 258, 280 y 281, y 285 a 287 del CPCCN, que
on ro 1 e const t · l'd regulan el procedimiento ante la Corte. A ellos debemos adicionar
udoH estatales contrarios 1 1 1 ucwna 1 ad de normas y
S t a a ey suprema los requisitos creados por la Corte en forma pretoriana (los cuales
' u nn ccedente inmediato es 1 ., ·
do 17RH (ley orgánica del Pod :;t ~eccwn 25 de la Judiciary Act desarrollaremos más adelante) y que resultan trascendentes para
proveí In posibilidad de ocurr·e.r J~dTab de los Estados Unidos) que su procedencia, tales como los denominados "formales" y los "co-
npnlm:icín, de los fallos pron u ~nd e a orte Su~rema, en grado de munes" a todos los recursos.
lnH Hllperiores de la Naci'o' utnci:;t ods por cualqmera de los tribuna- Si bien la denominación "recurso extraordinario" no aparece
· n, emen o el Máxim T 'b
¡u• l.c•rww para modificar cu 1 . o n una1 1a com- ni en la Constitución Nacional ni en las leyes 48 y 4055, la Corte
c•Htndllldes cuando aquéllaa (u~er sentlencia emanada de las cortes ha dicho que "una inveterada jurisprudencia y la doctrina perti-
f1'J HFF . l .s, eswnen e Derecho federal nentes sin~ excepciones lo emplean para denominar al que se acuer-
, , es una ape acwn de cará t . .
IJIII• tic•rw por objeto el mant . . te edr excepciOnal y restrictivo,
emmien o e la supremacía constitu-
12 Fallos, 324:3823, 320:141 y 194:200.
11
l•'allrm, .'l20:285l. la Fallos, :314:34(-i, 305:706, 193:496 y 102:219.
111
Sn11c' ¡ 1' - · ~<~ Fallo,q, l58:1H:J.
11 l•'c•/1 ~•onlt~~~~(lo ~5/8/lBWI .Y promulgue! u l'l 14/H/18(·¡',•>. Ir• Falle m, :i2/i:2H4, ;{20:2f)25, 15] :48 Y 97:285.
' IIN, •• '1 .Y ,¡ W:2D4D. )
w Huneionucl11 <•1 H/111 !l02 y prornulgndn el llll/Hl02.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
EL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL 335
de ante esta Corte para asegurar la . , .
determinar la inteligencia d l t. prunacw de la Constztución y el hecho del proceso. Respecto de los tribunales arbitrales, es
comisiones ejercidas en no ~ osd r~tados, lr:s leyes federales y las decir, aquellos órganos a los cuales se someten los particulares
término fue adoptado por fnre ~ a au.to_ndad nacwnal" 17. Este en forma voluntaria a fin de dirimir sus controversias, renun-
ley 1285/58 y en el art. 2~6 ~;~cC~~ositiVo en el art. 24 del dec.- ciando a la jurisdicción del Poder Judicial, y que se expiden a
. Como se trata de un recurso de a elació d , traves de "laudos", no son susceptibles de recurso extraordinario.
ewnal, se requiere el cu r . P n .e caracter excep- Sin embargo, sí se admite el remedio federal cuando la competen-
para su procedencia los ~p Ifuento del determmados requisitos cia arbitral es regulada por la ley y el órgano creado actúa en
eonsideramos conven'iente ua es -y a os fines de su estudio- ejercicio de la función judicial o se cuestiona su validez, y las
Hificación tripartita desarroalglrdupar colnforme a la tradicional da- partes no hubieran aceptado su sometimiento voluntario. Por su
a a por maz y Rey 1s •.
parte, las resoluciones de los tribunales de disciplina -quienes
:J. Requis"t actúan en el ámbito de su competencia- no son susceptibles del
I os comunes del recurso extraordinario federal. remedio federal. Asimismo, respecto de los tribunales de enjui-
ciamiento, en principio la Corte entendía que, por tratarse de
Se refiere a las notas exigid . . .. funciones de tipo político atinentes a su responsabilidad, no
quier recurso procesal; éstos son~s para 1a admisibilidad de cual- constituían tribunales de justicia en los términos del art. 14 de
la ley 48 a los efectos de revisar las decisiones que aquéllos
a) Intervención de un tribunal de JUS
. t.lela.
. dictasen. Sin embargo, en la causa "Graffigna Latino" sentó la
doctrina mediante la cual admitió la posibilidad de recurrir ante
De conformidad con lo dis t ella por la vía extraordinaria cuando las decisiones adoptadas en
y por el art. 6 de la ley 4055 s:~es. o por el art. 14 de la ley 48
el marco del enjuiciamiento de magistrados o juicio político en la
permanentes que integran el' Pode~~e~~e. pt~ tales a !~s órganos esfera provincial y por órganos ajenos a los poderes judiciales
o nacional), el provincial los u. ICia ~la Nacwn (federal
Así, la apelación prevista
eontra los pronunciamientos de t ·.b
lar
el :~p~~I~re; ~nbuna~es militares.
~.a ey ~8 s?l? procederá
locales, violan el debido proceso constitucional generando cues-
tión judicial o justiciable 21 • Este criterio fue reiterado por el
máximo tribunal en el caso "Nellar" 22• En la causa "Nicosia" 23 ,
que es propio de los que integran :Il ~7 es de .J~sbcia, carácter la Corte había ampliado este concepto a las decisiones emanadas
0
Y do las provincias 19 y b er Judicial de la Nación
udministrativos con f~cult~~:s e~ ~ ~::cte.nder a los organismos del Senado de la Nación en el marco de la destitución de un
vi:;tns, cuyas resoluciones no J~Is Iccwnales legalmente pre- magistrado de la judicatura nacional, pero adoptando un criterio
cio recurso 2o Con 1 . , 1 pue en reverse por vía de acción o de revisión más restrictivo que en los otros casos: "sólo patentes
. , . re acwn a concepto de "tr'b ld . . uiolaciones a aspectos esenciales del derecho de defensa podrían
o:; tmportante aclarar que l ~ una e JUsticia",
tionc que tratarse de sent~:n_ e ~a~o ~~los tnbunales militares, tener acogida ante estrados, siempre y cuando sea acreditado por
!.oH que causen gravamen ir~~as e ~fi~~~-as o de pronu.nciamien-
d recurrente no sólo ello, sino también que la reparación del
v,uorra- por el consejo su . p~a e Ictados -en tiempos de perjuicio es conducente para variar la suerte del proceso" (consi-
t•onsejos de guerra· en ta:t:nor t~ las fuerzas armadas y por los derando 10). Reparemos en que, en este último caso, la Corte
consideró que mediaba cuestión federal al encontrarse en juego
dn lilltas esencialm~nte milit~r:~ rmpos de.paz y si no se ~rata
un !.e! la cümara federal de 1 ! as redsolucwnes son recurnbles la interpretación o el alcance de los arts. 18, 45 y 51 de la
ape acwnes el lugar donde se produjo Constitución Nacional en los términos del art. 14, inc. 3, de la ley
48, y que 1ie trataba de una cuestión jurídica controvertida.
n l~'allos, 2lil:él17.
ltl J111117., ERLeban YRey Hic-u·do 1 El R ,
1\ín•tl, Norva l•;dici<lll':~ <fe. ·rJ' •J ~~·.; ". ecurso kxtraordina.rio, 2" cd Buenos
~., ercc 10 y •,cono m, 196'' , " .,
111 Fa/hm, :J:lH::lOGG Y 'l1Ci·''7('(). . ILI, • .c., pugs. 6.3 Y .'ls. Y 7a Y Hs. 11
'll 1' 11 . ' ..c. ) • • Ji'allos, :J08:9fil.
• 'a os, :112: l GH:l. ~·; b'allo11, :l19:70fí (ver cspccinlmcnte el voto en disidencia del Dr. Fayt).
11
: Falltm, :¡ Hi::l!J4H.
Drmr•;crro J»llo(~J•:HAL CoNH1TrucroNAL
EL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL 337
b) Que esa intervención sea en un juicio.
e) La subsistencia de estos requisitos al momento en
Este requisito surge de la aplicación de los arts. 116 y 117 CN que la Corte dicte sentencia.
y se refiere a la existencia de una causa caso asunto pleito
'
controversia o contienda entre partes 24, resultando '
' la legitimación' Esta exigencia es de suma importancia para que el tribunal
procesal un presupuesto ne~esario para su existencia y para que pueda ejercer su jurisdicción apelada, pues su desaparición impli-
sea resuelto por la Corte 25 • Esta debe ventilarse ante los tribuna- ca también la imposibilidad de juzgar al estar en presencia de una
les a través de alguno de los procedimientos legislados en los cuestión abstracta 30 (moot case). En efecto, las sentencias de la
códigos de forma, para que aquéllos ejerzan su función de admi- Corte deben atender a circunstancias existentes al momento de la
nistrar justicia.
decisión,
31
aunque ellas sean sobrevinientes al recurso ~xtraordina­
rio . Por eso, con fundamento en la falta de agravw actual, la
e) Que en el juicio se decida una cuestión justiciable o Corte declara inadmisible el recurso extraordinario 32 • Asimismo,
judiciable. entiende que la ausencia de requisitos no puede ser suplida por
acuerdo entre las partes 33 y puede ser declarada de oficio 34 , aun
Son aquellas cuestiones que, en el orden normal de las ins- cuando en algún caso la Corte obvió este requisito 35 •
tituciones, corresponde decidir a los jueces en el ejercicio de su
específica función judicial 26 • Tiene que tratarse de una cuestión
real y concreta, y no para supuestos hipotéticos o para fijar reglas 4. Requisitos propios del recurso extraordinario federal.
en casos no sucedidos. Por lo tanto, no compete a los jueces hacer
declaraciones generales o abstractas 27 , toda vez que la esencia de a) La existencia en la causa de una "cuestión o caso
este poder es decidir colisiones efectivas de derechos. Asimismo, constitucional o federal".
resultan ajenas al Poder Judicial las llamadas "cuestiones políti-
G!lS no justiciables" (political questions) por tratarse de cuestiones Éste es el recaudo que define el carácter excepcional de este
privativas de los otros poderes (Ejecutivo y Legislativo) y ajenas tipo de recurso de apelación ante la Corte, toda vez que su viabi-
n él (indulto, conmutación de penas, amnistía, declaración del lidad radica en la existencia de este tipo de cuestiones (art. 14, ley
m;tado de sitio, intervención federal, cuestiones atinentes a la 48). Se trata de una cuestión de derecho en la cual está compro-
iucorporación de ciudadanos en el seno de alguna de las cámaras metida la Constitución Nacional en forma directa o indirecta, sea
dd Congreso en los términos de los arts. 64 y 66 CN 28 , etcétera). en su interpretación o en su supremacía.
Ésta puede ser, según la ley 48, una cuestión federal simple
d) Que exista gravamen que justifique la apelación (de interpretación) o una cuestión federal compleja (cuando hay
extraordinaria. una incompatibilidad, confrontación o contradicción entre normas
o actos nacionales, federales o locales con la Constitución Nacio-
l!;s decir que la sentencia que haya recaído en el caso produz- nal), la cual a su vez se clasifica en directa o indirecta, según se
c·u un perjuicio o lesión al derecho del recurrente. Este daño tiene
q 11n ~;er cierto, atendible, actual y subsistente al tiempo en que se ao Fallos, 324:2275 y 1440; 323:3158 y 3896.
t•xpida la Corte 29 .
:u Fallos, 326:1088 y 3975; 325:2637, 2748 y 3314; 307:2483, 306:1160 Y
:124:1345, entre otros.
2
:¡ González, Joaquín V., Manual de la Constitución Argentina (1853-1860),
"'
1
Fallos, 317:1548. ltctualizado ~or Humberto Quiroga Lavié con ref~rencia a la f?onstituc.ión de 1994,
~~; Fallos, 326:1007 y 3639. lluunos Aires La Ley, 2001, pág. 587. En sentido contrano se expide Morello,
32~:33.58, Aug-usto M., e~1 "Necesidad de que la Corte Suprema retenga su jurisdicción p~~e
1
:·: ; ¡,:altos, 320:84/í, :n¡ ::JH7, .101:759, 248:61 y 516.
~~ hd!os,
'',al/os, ~26:1007, !124: 1H'l 1, :¿ 10'7 y 2H!lií; :l20:845, 2375 y 2925, y 236:G7:3.
•. H .!22:19/:lD.
a que el pronunciamiento devino en abstracto", en JA, 2001-II:704. Ver tamb1en
fi'a/los, :32G:22:3 y 265.
'~ Fallos, :J25:2~l7fl, :11 !H'IJI y :J 1:.!:D:IO
11
a:¡ Ji'allos, :324:1878 y 3219, y 193:524 .
ao1 Fallos, :325:2982 y 2D79, y 315:466.
11
' ; fl'allos, ;¡ 1G:tl·79.
DERF:CHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL 339

la afecte en forma inmediata o mediata. A continuación se anali- 6. Otras normas o actos federales: reglamentos de las cáma-
zan las tres cuestiones: ras del Congreso, resoluciones ministeriales o de universidades
nacionales, de la AFIP, del Banco Central, etcétera 44 •
I) Estamos en presencia de una cuestión federal simple cuan-
do el caso versa sobre la interpretación inmediata de normas 7. También puede producirse respecto de los fallos dictados
l'mlerales. Con relación a: por la propia Corte. Este supuesto se da cuando se cuestiona o se
l. La Constitución Nacional: se plantea cuando se invoca un encuentra en tela de juicio la interpretación o el alcance que
corresponde otorgarle a una decisión que el máximo tribunal haya
derecho que se pretende acordado por ella 36 •
dictado en una misma causa y la resolución impugnada se aparta
2. Los tratados internacionales :17 : es importante recordar inequívocamente o restringe el alcance del derecho dispuesto por
que, al principio, la Corte no hacía lugar a la interposición del la propia Corte 45 •
rneurso extraordinario cuando los preceptos versaban sobre cues- En todos estos casos no hay colisión entre normas; sólo está
tiones de Derecho común. Tal postura se modificó en el fallo en juego la interpretación de una norma federal. Es requisito de
''Mendes Valles" 38 , de 1995, en el cual se dispuso que siempre que admisibilidad que la resolución que se haya dictado en la causa
Hl1 trate de la interpretación directa e inmediata de un tratado, el sea contraria al derecho o facultad invocado.
rPeurso resulta procedente.
n) Habrá cuestión federal compleja directa cuando la colisión
3. Las leyes federales únicamente 39 , ya que, en principio, la
o conflicto se plantea inmediatamente entre cualquier norma o
illterpretación del derecho local y común no da lugar al recurso
PXLraordinario 40 • En efecto, la excepción puede darse en el su- acto nacional, federal o local, y la Constitución Nacional. Por
ejemplo:
puesto de que la decisión afecte derechos adquiridos bajo el
r(1gimen de una ley anterior o cuando exhibe falta de fundamen- l. Tratado versus CN 46 •
tación y razonabilidad afectando garantías constitucionales de 2. Ley federal versus CN. La norma inferior no debe ser
defensa enjuicio o de derecho de propiedad (éstos serían algunos declarada inconstitucional cuando, mediante una interpretación
d<·l Jos supuestos en los cuales nos encontramos frente a senten- razonable de ella, se puede armonizar con la Carta Magna 47 . En
ciaH arbitrarias 4 \ por lo cual la causa será declarada admisible efecto, si partimos del principio según el cual la declaración de
por la Corte, pero no por aplicación de este inciso, sino por la inconstitucionalidad es la ultima ratio del orden jurídico, por
dodrina de la arbitrariedad, que se estudia en el capítulo si- tratarse de un acto de suma gravedad institucional al que se debe
j.{ll i<mte). acudir cuando no existe otro modo de salvaguardar algún derecho
1. Los decretos reglamentarios de leyes federales, dictados o garantía constitucional 48 , el juez debe tratar de adecuar la
por el Poder Ejecutivo en uso de la facultad conferida por el art. norma inferior a la superior, en caso de ser posible.
D!J, inc. 2, CN 42 • 3. Norma de derecho nacional común o local versus CN. Aquí
5. Los decretos o reglamentos autónomos, de necesidad y no corresponde que la Corte reinterprete dicho derecho, sino que
urgencia, los delegados sobre materias federales (facultades con- debe resolver si la forma en que ha sido interpretado por los
fi.~ridas al presidente en los arts. 99, incs. 1 y 3, y 76 CN) 43 y los tribunales inferiores (de conformidad con los arts. 75, inc. 12, y
de promulgación parcial de leyes federales. 122 CN) es o no compatible con el derecho constitucional violado,
toda vez que por esta vía no se examina el derecho común 49 •
1
Fallos, 326:3899, 2491 y 1778; 325:2583 y 312:1114, entre otros.
'"
'
17
Fallos, 326:1090 y 948; 325:1056, 3255 y 2567, y 312:2324.

:tH Fallos, 318:2639. 11
'' Fallos, :.326:1367 y 2342, y 325:669, 1194, 2751 y 3351.
111
' Fallos, 326:708, 1:339, 1389, 1549 y 2514. 4
" Fallos, :32():145, 2347 y 2874; 325::3389, 581 y 3411.
·W Fallos, :326:17:31, 2521), 2575, 37:34 y :m:w, <Jntre otros. 411
Fítllos, :125:1297.
11
' Fallos, :32fi:21HO, 2201) y 22ll, entre otros. 17
/l'allns, :l:l4:2l/i:3, :314: 1a76, 24 7:387 y 200:180.
H Fnllos, :l2G: 1:JR!J. 1
'" /t'a/los, :!Hi:262tl.
'11 Fa/loH, :!2(1:20:17 y 2/i 1~, 111
Ftt.l!lm, :122::no 1, :!20:1-171) y 117:7.
:i40 DrmEcno PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL 341

4. Otras normas de autoridad nacional (emitidas por el PEN, no federal y una ordenanza municipal. En todos estos casos se
el jefe de Gabinete, los ministros, etc.) versus CN 50 • estarían afectando los arts. 75, incs. 12 y 31, y 108 CN.
5. Norma provincial (cualquiera sea su nivel jerárquico: 3. Entre normas o actos de una misma autoridad: en prin-
Constitución provincial, leyes o reglamentos locales u ordenanzas cipio no hay cuestión federal, toda vez que el·órgano facultado para
municipales) versus CN 51 • crear la norma puede derogarla y rige la máxima según la cual la
6. Acto de autoridad provincial (aquellos que no son norma- norma posterior deroga a la anterior 5 7 ; sin embargo, se ha decidido
tivos y que pueden provenir de cualquiera de los poderes locales que si la ley posterior es local para la Capital Federal, ella no
o municipales) versus CN 52 • puede derogar el Código Civil, pues se rompería la unidad de la
En estos casos, el procedimiento es el siguiente: primero la legislación sustantiva para toda la N ación 58 .
Corte interpreta la norma constitucional invocada; luego analiza 4. Entre normas o actos de autoridades provinciales: este
la norma o acto impugnado y lo compara con aquélla. Si se trata caso tampoco da lugar a la cuestión federal 5 9 , salvo cuando, como
de una norma o acto federal, toma en cuenta la interpretación que consecuencia de dicha incompatibilidad, se produce una violación
(dla misma haga al respecto; si es una norma de derecho no federal a la Constitución Nacional 60 .
(común o local), tendrá en cuenta la interpretación que hizo el El procedimiento a seguir en estos casos es el siguiente: en
superior tribunal de la causa, pues su decisión acerca de la incom- primer término la Corte debe interpretar la norma de inferior y la
patib.ilidad de aquélla no puede ser revisada por la Corte 53 . Por de superior jerarquía en el ordenamiento jurídico, y las compara,
t'tltimo, resuelve acerca de la compatibilidad de las normas impug- a fin de establecer su compatibilidad o no. Luego determina cuál
nadas con la norma constitucional invocada 54 • es la norma o acto preeminente según el art. 31 y eones. CN y
m) Habrá cuestión federal compleja indirecta cuando se pre- según la prioridad que se establezca entre las normas del ordena-
senta un conflicto, colisión o incompatibilidad entre dos normas o miento que resultaron opuestas. Si hay conflicto entre la norma
netos infraconstitucionales, emanados de diferentes autoridades inferior y la superior, se pronuncia acerca de la declaración de
nncionales, o entre normas o actos nacionales con otras normas o inconstitucionalidad de la primera por vulnerar indirectamente la
netos locales que, de acuerdo con la Constitución, tienen inferior Constitución Nacional, al infringir la norma infraconstitucional
jerarquía (art. 31 CN). Así, se verifica incompatibilidad: preeminente. Por su parte, si se trata de una norma o acto federal,
la Corte puede interpretarla a efectos de comprobar la incompa-
l. Entre normas o actos de diferentes autoridades naciona- tibilidad alegada; en cambio, de ser normas o actos no federales,
leR: puede darse cuando el presidente se excede en el ejercicio de debe estarse a la interpretación hecha en la sentencia apelada por
HU poder reglamentario respecto de una ley federal (art. 99, inc. 2,
el tribunal superior de la causa, como se explicó más arriba.
CN).
2. Entre normas o actos nacionales con normas o actos loca- b) Esta cuestión o caso constitucional o federal debe
1m;: se puede dar entre una norma de un código (derecho nacional guardar "relación directa con la solución del juicio".
no Cederal) y la Constitución provincial, o entre una norma de
durecho nacional no federal y una ley provincial 55 , o entre una ley Este requisito se conecta íntimamente con el anterior, pues
f(lderal y un decreto o ley provincial 5 6 , o entre un derecho nacional significa que el juicio no puede ser sentenciado válidamente si se
desprecia y no se resuelve la cuestión constitucional. Es decir, la
solución de la causa depende de la interpretación que el juez
r.!J Fallos, 305:2150, 281:410 y 182:85.
r" l<'allos, 325:2968, 428 y 207; 311:2001, 304:782 y 1443. formule de"l derecho federal o de la forma como resuelve la incom-
1
''~
Fallos, 204:456 y 150:78.
1
/l'allos, 189:182.
'•"
n·l Hu¡.rüés, Né:-;tor Pedro, Rr!cw·so Extraordinario, t. 2, Buenos Aires, Ast.roa, "
7
Ji'allos, 187:624.
~002, p(tg. 7. r.H Fallós, 176::3:39.
nr. /l'a!loH, :121í: 107 y :12 1::11 OH. nn Fallos, 28R:20l y 271:276.
hu /l'aflrm, :1211:•10•18. 110
/l'alloll, 178::J!if) y 2!>1 :24/i.
DIWECIIO PitoCESAL CONSTITUCIONAL EL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL 343

pat.ibilidad del derecho inferior con la Constitución o del vicio que ponen fin al proceso o impiden su continuación, o de las
rndicado en la sentencia, según sea el supuesto. dictadas durante el proceso.
A estos pronunciamientos se los suele dividir en:
e) Que la cuestión federal haya sido resuelta en forma
1) Resoluciones anteriores a la sentencia definitiva: I) juicio
contraria o no favorable al derecho federal invocado.
de apremio y ejecutivo: en principio, las decisiones que se dicten en
Ésta es una condición de fondo que debe reunir la sentencia este tipo de causas no reúnen las características de sentencia
definitiva emanada del tribunal superior de la causa 61 • definitiva en los términos del art. 14 de la ley 48 y por lo tanto no
se considera que puedan ser susceptibles de recurso extraordina-
d) Que se trate de una "sentencia definitiva". rio 64 , máxime cuando en el caso del juicio ejecutivo pueden las
partes plantear nuevamente el tema. Sin embargo, se le asigna tal
Éste es un requisito que surge del art. 14, párrafo 1°, de la ley carácter cuando la cuestión no puede ser planteada en una instan-
tlH y del art. 6 de la ley 4055. Se trata de resoluciones emanadas cia ulterior o causan un gravamen de imposible o difícil reparación
cid superior tribunal de la causa y que tienen por objeto dirimir ulterior 65 , o cuando importa un grave menoscabo a las garantías
las controversias, poniendo fin al pleito o haciendo imposible su constitucionales 66 • El derecho cuestionado debe ser amparado en
continuación, es decir que privan al interesado de otros medios oportunidad procesal en que se lo invoca; u) cuestiones de compe-
l<~gnles para obtener la tutela de sus derechos impidiendo el tencia: tampoco constituyen sentencia definitiva. Pero si media
n~planteo de la cuestión en otro juicio posterior 62 • Una caracterís- denegatoria del fuero federal o cuando lo resuelto no puede ser
tica ele este tipo de resoluciones es que, después de ser dictadas, susceptible de reparación ulterior 67 , dichos interlocutorios se pue-
<d derecho discutido no puede volver a ser ejercido en juicio. den equiparar a pronunciamientos definitivos.
Las podemos clasificar de la siguiente manera: I) la que 2) Resoluciones posteriores a la sentencia definitiva: son
resuelve un juicio ordinario después de agotada su tramitación, aquellas resoluciones que recaen durante el trámite de la ejecu-
dirimiendo la controversia; n) la dictada en juicio ejecutivo o de ción de sentencia, tendientes al cumplimiento del fallo, o las que
apremio, cuando la ley o jurisprudencia le atribuyen carácter de interpretan o determinan el alcance de lo decidido con posteriori-
l'OHH juzgada; nr) la dictada con fuerza de cosa juzgada en juicios dad a su dictado; no son susceptibles de habilitar el recurso ex-
nHJ)(~cinles; IV) la que hace lugar a la cosa juzgada; v) la que admite traordinario federal 68 . Pero, por excepción, se consideran equipa-
In prescripción. rables a "sentencia definitiva" cuando lo resuelto con posteriori-
En tanto, no son "sentencias no definitivas" las que, aun dad a aquélla y de acuerdo con la naturaleza de la pretensión,
poniendo fin al proceso o haciendo imposible su continuación, no ocasiona perjuicios de insuficiente reparación ulterior 69 o cuando
cuusan estado ni privan al recurrente de los medios legales para la solución produce un agravio irreparable que vulnera las garan-
obLPner la tutela de su derecho, porque autorizan a plantear tías constitucionales previstas en los arts. 17 y 18 CN 70 •
Jllwvnmente la cuestión discutida en otro juicio (ejemplo: la sen- En este punto, es importante tener en cuenta que la Corte ha
Lcmein dictada enjuicio ejecutivo o de apremio, cuyas conclusiones entendido que ella no puede declarar definitiva una sentencia
Hon, por lo general, revisables en el respectivo juicio ordinario). emanada del superior tribunal de la causa, porque es este último
Sin embargo, la Corte equiparó otros pronunciamientos judi- a quien le corresponde calificarla como tal. En cambio, sí puede
<'inl<~s a "sentencia definitiva", siempre que el apelante demuestre
CJilP lo decidido le causa un agravio de imposible o de dificultosa
n•parnción ulterior 0a. Se trata de las resoluciones interlocutorias •
eH Fallos, 325:3386, 3019 y 2839.
nr. Fallos, 325::3386, 3030, 2839, 931 y 101, y 324:4263.
Fa/los, :124:22H'1 y 2H~J:!, y :~ 1!):21 H, :.lOH y 7G!).
11
0
° Fallos, :32/'i:l008 y 324:2801.
'
m Fal!oH, :12_[i::Wfi0 y [)81.
"" Fallos, :wi:2(i2:!, :124 ::l!Wi, :10:1:4 2!!, 2!JH: 1 1:1, 2!"i7: 1H7, 2fí4:282 y 241i:20-1, fiH fc'allcis, J:l20:2lli:l y 2701; l87:G28, 147::379 y 138:138.
t~ill.n• otr·oH. 11
" FalloH, :121i:27(i(i.
"" l•'al/on, :1211::1:1:Mí, :IIHO y 211IH, y :12/'i::I-17Ci, t•nt.ro otroA. ·;u /•'~t./hiN, :J~lli::.l/10:1 y :1~ 11 ::lliHG.
344 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL 345

hacerlo cuando el tribunal guardó silencio al respecto pero conce- dependerá del tipo de proceso que se ventile. En este sentido, si
dió el recurso extraordinario. tenemos en cuenta que el superior tribunal de la causa es aql!el
Sintetizando, para que el recurso extraordinario sea admisi- órgano judicial cuya decisión -segú~ lo establece. el respectivo
ble, es necesario que la decisión recurrida tenga tal entidad que ordenamiento de forma- es insuscephble de ser revisada por otro
impida su replanteo idóneo y efectivo en una instancia ordinaria órgano de mayor jerarquía, un juzgad~ de pri~er~ instancia po-
posterior. Por lo tanto, corresponde equiparar a sentencia defini- dría constituirse en superior tribunal si su dec1sono no puede ser
' • 72
tiva aquellas que originan agravios tales que, en la oportunidad recurrido ante otro organo supenor . ., .
procesal en que se los invoca, exhiben prima facie entidad bastan- En la mayoría de los procesos las cámaras de apelacwn revis-
te para conducir a un resultado diverso del juicio, por lo que, de ten el carácter de tribunal superior, sea porque actúan como
ser mantenidas, generarían consecuencias de insuficiente o impo- órgano de instancia única, porque ~ctúan e~ c~e~tiones de super-
sible reparación 71 • intendencia, porque actúan como organos JUd1c1ale~ de s~gunda
instancia respecto de sentencias de tribunales de pnmera l~sta~­
e) Que la sentencia apelada por este tipo de recurso cia (pudiendo actuar por apelación ordinaria ~ extraordmana
provenga del "superior tribunal de la causa" (arts. según lo establezca el ordenamiento procesal pertmente), op~rque
14, párrafo r, ley 48, y art. 6, ley 4055). actúan como órganos de apelación respecto de entes admmistra-
tivos, etcétera. ,
Se trata de aquel órgano cuya resolución sobre la cuestión Por su parte, es importante recordar que an~e la Camara
f(~deral debatida en juicio es insusceptible de ser revisada por otro Nacional de Casación Penal sólo se discuten cuestwnes referen-
dtmtro de la pertinente organización local. Es quien tiene a su tes a errores in iudicando y a errores in procedendo, es decir, por
enrgo decidir en última instancia, dentro de la respectiva organi- inobservancia o errónea aplicación de la ley sustantiva o por
zación procesal; es el más alto tribunal local del cual puede obte- inobservancia de las normas que el CPPN establece bajo pena de
nerse la decisión sobre la cuestión federal, aunque no sea el más inadmisibilidad, caducidad o nulidad; frente a casos de nulidades
alto tribunal de apelación del estado provincial. La cuestión reside absolutas es necesario que el recurrente haya reclamado oportu-
un establecer en cada caso cuál es el máximo tribunal que, según namente la subsanación del defecto, si era posible, o hecho reser-
73
lo:-; respectivos ordenamientos procesales, intervendrá como últi- va de recurrir en casación. Sin embargo, con e1 f a ll o "G'[ro ld'"
z.
mo intérprete antes de la Corte. quedó medianamente zanjada la discusión acerca ?e
si -justa-
Nuestro máximo tribunal elaboró interpretaciones no siem- mente-la cámara de casación podía ser o no considerada como
prn coincidentes con respecto a este concepto, por lo que resulta tribunal superior de la causa en los procesos penale~ tra_mitados
lli'CnHnrio definir la doctrina que debe aplicarse en pos del afian- ante la justicia nacional y federal. En este pronunciamiento, la
,,nmionto del valor justicia y de la seguridad jurídica. Tanto la ley Corte declaró inconstitucional el tope del monto de pena estable-
'l H como la ley 4055 subordinaban la admisibilidad del recurso cido en el art. 459, inc. 2, del CPPN por el cual se vedaba la
1•xt.mordinario a que la sentencia definitiva cuestionada hubiese posibilidad de acudir ante la cámara de casación. con el objeto de
:-;ido dictada por las cámaras federales de apelación, por las cáma- impugnar la sentencia pronunciada por un tnbunal. oral. ~n
l'llH de apelación de la Capital Federal o por los superiores tribu- efecto a fin de efectivizar el principio de la doble mstanc1a
nnii~S de provincia o tribunales militares. Por su parte, el art. 257 recon~cido por el Pacto de San José de Costa Rica, entendió que
CI'CCN amplió el número de órganos, al establecer la posibilidad se debía asegurar al condenado el derecho de recurrir ante la
d1• plantear este tipo de recurso contra las resoluciones de carácter casación l*enal.
ddi11itivo dictadas por un juez o un tribunal inferior. Sin embargo, Posteriormente en el fallo "Rizzo", la Corte restringió la
110 siempre "superior tribunal de la causa" es el tribunal superior doctrina sentada e~ "Giroldi" al entender que era la Cámara
o mrl.o suprema provincial o cámara (federal o local), pues todo Nacional en lo Criminal y Correccional, y no la Cámara Nacional

'll Biunehi, J\lhorl.o B., [,a. Sc•nll•nc•üt /Jc'{inilivu ante el Recur.~o 8xtrlt.ordina- 7t Fallos, :326:240!1 y 1471; :32l::H99 y 316:1471.
rio, llnc•noH Ai rmt, ÁhiH:o, 1!HJH, ¡u\1{. :IH. '/:1 /l'n.f/o11, :lliHil:t
:146 DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL 347
EL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL

de Casación Penal, el superior tribunal de aquella causa. En este para decidir sobre la materia que suscita l~ cuestión federal, u
cns~, el_ requisi~o de ~a doble instancia estaba cumplido, pues origina esta última, mediante ~na sent~ncia que, den~ro de la
l~a?I~n mtervemdo _el Juzgado de primera instancia y la Cámara organización procesal ritual, _es I?susceJ?hble de ser revisada J?Or
Cnnu?a~ Y Corr~ccwna!. C?n este pronunciamiento se concluye otro tribunal o inclusive por el mismo, sm que pueda ser e:c?lmda
que, SI bien son mconstitucwnales los obstáculos que, con funda- localmente instancia útil alguna, como requisito para habilitar la
lllOI~to en el monto de la pena, impiden actuar a la Cámara competencia extraordinaria de la Corte ?uprema. . .
NaciOnal d~ Casació? Penal, si esa doble instancia es respetada, En c.onsecuencia, será superior tnbunal el que din_me el
rH~ necesanamente tiene que actuar dicha cámara como superior litigio, una vez agotados los recursos ordin~~ios que autonzan a
tnbunal antes que la CSJN; siempre dependerá de si existe un pronunciarse en dicha materia, y, por exc_ep:wn, cuando l~s cortes
n~curso judicial habilitante.
supremas 0 superiores tribunales provmciale~ la. consideran Y
. No pod_emos dejar de señalar que, con posterioridad a los resuelven al entender en los recursos extraordma_nos locales ~e­
fallos enunciados anteriormente, la Corte ha tendido a considerar ducidos ante ellos su sentencia pasa a ser la del tnbunal supenor
que las resoluciones comprendidas en el art. 457 CPPN dictadas a los fines del art'. 14 de la ley 48. La norma provincial pro~esal
por las cámaras nacionales o federales de apelación deben ser resulta inconstitucional si impide a los jueces aplicar la to_tah?_ad
tratadas por la casación penal como superior tribunal de la causa del orden jurídico, en cuya cúspide se encuen~~a la Constit~ciO~ .
.Y luego, cor:tra lo decidido por ella, se podrá articular un REF. Con la doctrina sentada en este caso se deJO de lado el entena
1)pbm~1o~ diferenciar las resoluciones en las que se produce un por el cual, si los tribunales superior~s de provincia act~aban
ng-raviO Irreparable y se presenta cuestión federal (por ejemplo, los como tribunales de casación local, en dichos supuestos el organo
m~to~ _que rechazan una excarcelación o los que rechazan la pres- máximo local no era el tribunal superior de la causa para conocer
cnpc~on penal, etc.): _cuando éstas son pronunciadas por las cáma- en el recurso extraordinario.
r·ns fe.derales o naciOnales de apelación, aquellas decisiones se En este fallo, la Corte estableció que, antes de lleg~r a _su
t.rnnsfo~·man en sentencias equiparables a definitivas y los órga- seno se deben agotar las instancias ordinarias o extraordmanas
rws emisores constituirán el superior tribunal a los efectos del local~s, y que éstas no pueden omitir~e. bajo el pretexto de que una
r·<~ct~r;s~> cxtraordinari?. Es importante destacar que nuestro Máxi- corte suprema provincial no está habilitada para co?-o~er en asu~­
r.llo 1nbunal ha considerado que la casación penal se encuentra tos constitucionales o de Derecho federal por ley o JUrisprudencia
flu~u!Lnda para conocer previamente en todas las cuestiones de de esa provincia. Así, considera necesario, a _los fin~s del recurso
nn tu raleza federal que intenten someterse a su decisión final. extraordinario, el agotamiento de todas las mst~ncia~ locales.
. Por su parte, hasta el fallo "Strada" 74 (1986) la jurispruden- Sin embargo, esta doctrina sufrió leves modir:c~cwnes.con el
crn <h~ la Corte no fue pacífica respecto de la interpretación de cuál dictado del fallo "Di Mascio" 75 , pues nuestro Ma:nmo Tnbunal
<!1'11, <Hl cad~ caso, e~ superior tribunal en las causas provinciales. sostuvo que, de no existir recurso loc~l ante los t_n~unales. su~e­
Asf, expreso que tnbunal superior de provincia, en los términos riores de provincia, dicha circunstancia se tornana mconsbtucw-
dul n rt. 14 de la ley 48, es el órgano judicial erigido como supremo nal y que dichos tribunales nunca podrían excus~rs~ de con~cer en
por In Co?stitución ?e
la provincia, salvo que sea incompetente en la cuestión federal. El superior tribunal de provmcm es ~l organo
<'1 cm;o, Circunstancia que no podrá extraerse del carácter consti- judicial que -justamente-la Constitución local deter_mma como
tucional federal de la materia que aquél suscite. En los supuestos supremo y las cuestiones federales deben ser entendidas por la
~'ll ~(1~<~, por razon~s ~e esta última naturaleza, el máximo órgano Corte cuando no han prosperado ante el órgano máximo de la
.1 ud H~wl ele la provmcia carezca de competencia, aquella calidad la judicatur¡t local. En este sentido, las cuestiones que son ap~as para
l.<•rulr;í d tr~bunal inferior habilitado para resolver el litigio por ser resueltas por la Corte federa~ n? pueden ~er exclmdas del
111111 S<~JJ.tencra que, de?tro del régimen procesal respectivo, no sea previo juzgamiento por el órgano JUdi~ml supenor local. En con-
Hli:H:<~pLrlJle de ser revisada por otro o incluso por él mismo. Ade- <:reto, la Corte dispuso que en todo pleito donde se debatan cues-
runs, sostuvo que Auperior tribunal es el que RO halla habilitado tionel:l federales (constitucionales) el asunto debe poder llegar al
11
l•'ollrm, :IOH:ri!IO.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL 349

tribunal supremo provincial. Así, en el considerando 14 de dicho Este requisito sólo rige, en principio, respecto de las cuestio-
l:dlo, sostuvo que la legislatura local y la jurisprudencia de sus nes federales previstas en los tres incisos del art. 14 de la ley 48,
tribunales no pueden vedar el acceso a aquel órgano en tales las cuales deben ser resueltas previamente por los jueces de la
Hu puestos; por ejemplo, por el monto de la condena, por la materia, causa para así llegar a la Corte como su último intérprete 80 • En
de. De existir tales condiciones, éstas resultarían contrarias a la efecto, puede suceder que la cuestión federal surja en forma
( :onstitución Nacional. sorpresiva en el decisorio del superior tribunal de la causa. N os
En este punto, destacamos que constituye la excepción a los encontramos frente al supuesto de las sentencias arbitrarias, en
preceptos mencionados la creación pretoriana por parte de la las cuales no estamos en presencia de una cuestión federal a
( :orte de un instituto denominado per saltum, que será analizado decidir, sino de un defecto que nace con el dictado del acto
infi·a en el capítulo pertinente. Otra excepción está dada en algu- inválido 81 • En este caso, se obvia la exigencia de su introducción
nos casos en los que se aceptó el REF contra decisiones de tribu- oportuna y se habilita la apertura del recurso extraordinario.
nales administrativos 76 • Puede darse que la cuestión federal sea introducida por los jue-
ces tanto de primera como de segunda instancia. Esto ocurre cuan-
do, por ejemplo, el juez a quo declara de oficio la inconstitucionali-
1>. Requisitos formales del recurso extraordinario federal.
dad de una norma. En tal caso, la cuestión federal debe plantearse
en la primera oportunidad procesal siguiente a su conocimiento (po-
Los podemos dividir en:
dría ser, por ejemplo, ante el tribunal de alzada mediante el recurso
de apelación). Asimismo, la cuestión federal puede ser introducida
a) Kequisitos que deben cumplirse de modo previo a la por el tribunal de alzada o por el superior tribunal de la causa.
interposición del recurso extraordinario.
n) Que se haya planteado en forma inequívoca: si bien la
Estos requisitos no están legislados sino que fueron creados Corte sostiene que no se requieren fórmulas sacramentales, su
c~n forma pretoriana por la Corte: planteo debe ser expreso y categórico. Esto significa que quien la
plantee debe determinar con precisión el Derecho federal cuestio-
r) Introducción oportuna de la "cuestión federal": es decir que
nado; no basta que efectúe referencias generales ni que invoque
:-w haya planteado en la primera oportunidad procesal de modo que
que fue introducida tácitamente.
pPrmita a los jueces pronunciarse sobre ella al momento de trabarse
la litis (demanda, contestación o reconvención) o en la primera m) La cuestión federal debe ser mantenida en forma inequí-
oportunidad posible 77 • La Corte entiende que quien no hizo el voca en todas las instancias del litigio: no se tiene por cumplido
planteo en forma oportuna ha consentido o renunciado a la mismá este requisito si, al contestar los agravios, se remite a lo expresado
cm el juicio y, en consecuencia, el recurso extraordinario es inadmi- en la demanda o en la contestación, o, si no lo articuló oportuna-
Hiblu por defecto formal 78 • No es lo mismo plantear la cuestión mente o no lo sustentó entre los puntos sometidos al tribunal de
lcHlernl durante el proceso y en tiempo oportuno que interponer el alzada, se equipara a abandono o desistimiento de la acción 82 .
wcurso extraordinario luego de la sentencia definitiva 79 •
b) Requisitos que deben cumplirse al momento de la
11
'' Ver Linares, Juan F., "El Recurso Extraordinario contra Decisiones interposición del recurso extraordinario (art. 257,
AdrniniHtrativas", en La Ley, 21/11/68 (t. 132). párrafo r, CPCCN).
·;·¡ /l'allos, il26:17, 269 y 407; 325:3255.
111
Fallos, 32G::j939, 3515, 3058 y 2653; 319:640, 30.3:718 y 294::324, entre
..
I)Planteo por escrito y fundado (art. 15, ley 48), con firma
ol.ruH.
de letrado y con domicilio constituido en la Capital Federal. Asi-
''" Palios, 2:34:767. Consideramos que es discutible la previsión del surgimien-
1o dt• la eueRtión I(Hlernl; nH\R at:ín, podría sostenerse que podría ser introducida
"11 cd nwmmll.o do HU upurieión sin Rcr noeeRnrin In reserva del cnAo l<•dcrnl. 1~1 Ho Fallos, 326:2698 y 1741.
nhnnclnmionl.o do In euot;l.i6n oxptwHI.n oHenpu 11 !oH lirwH do üHI.tt ohm pt>l'o HJ Fallos, 82():3874 y 1227, entre otros.
plnr il.t•lllllOH lu inquiol.ud.
~~~ Fallos, :l2G:l7, 2G9, 892, 107 y 783, entre otros.
:uw DEREcno PRocEsAL CoNSTITUCIONAL
EL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL 351
111ismo, debe contener: 1) una enunciación concreta de los hechos
de la causa, la cuestión federal en debate y el vínculo entre ésta y plantee las cuestiones que considere conducentes para la correc-
.Y aquéllos; 2) la afirmación del carácter definitivo de la sentencia ta solución del litigio, a fin de garantizar el debido proceso. Eva-
.Y que ésta ha sido dictada por el superior tribunal de la causa· 3) cuado el traslado o vencido el plazo dispuesto a tal fin, el tribunal
In invocación de la cuestión federal oportunamente planteada; su decide si lo concede o lo deniega y la resolución debe ser notificada
relación directa e inmediata entre el decisorio impugnado y los a las partes. Es decir que tiene a su cargo efectuar el primer juicio
dnrechos y garantías constitucionales que se pretenden violados; sobre la admisibilidad o no del recurso. Si lo concede, el tribunal
<kbo tratarse de una crítica concreta y razonada de todos los tiene cinco días hábiles (si está ubicado en la Capital) para remi-
:u·gumentos en que se basa la sentencia que se impugna. Es tirlo a la Corte. En caso de denegatoria, el recurrente puede
rrnportante destacar que el recurso debe fundarse en el escrito de interponer recurso de hecho o queja directamente ante el Máximo
into~posición y debe ser autónomo y autosuficiente, es decir que Tribunal en los términos del art. 285 CPCCN, tema que tratare-
lll~~dwnte su sola lectura surja la procedencia o improcedencia del mos más adelante.
rntsmo. Debe tratarse de un relato claro y preciso de los hechos Por su parte, una vez concedido el recurso, el apelante pue~e
n~levantes de la causa y de una exposición concreta de los argu- desistir del mismo, corriendo a su cargo las costas de la contrana.
nwntos en que se fundan; quien lee el recurso debe comprender
P.e.rfectamente lo acontecido en la causa. El escrito de interposi- b) Efectos de la concesión del recurso.
cwn debe acompañarse con copias para traslado.
En principio, la concesión del REF tiene efecto suspensi~o.
n) Lugar: el recurso se presenta en la sede del tribunal Sin embargo, si la sentencia definitiva dictada por el supenor
superior de la causa (cámara nacional o federal suprema corte tribunal de la causa es confirmatoria de la emanada por la ante-
¡~rov~ncial o juzg~do de primera instancia en l~s casos en que rior instancia, la parte puede solicitar su ejecución de conformidad
Juncwna como tnbunal de alzada), que es de quien proviene la con lo dispuesto por el art. 258 CPCCN. Esta petición la ef~ctúa
sentencia impugnada, que motiva la interposición del recurso directamente ante el superior tribunal (cámara federal o naciOnal
<n.: trnordinario.
o corte suprema provincial, según el caso), para Jo cual deberá
lll) Plazo: debe ser interpuesto dentro de los 10 días hábiles otorgar fianza de responder de lo que percibiese en caso de que el
contados desde que las partes fueron notificadas de la resolución. fallo fuera revocado por la Corte. Es al tribunal superior a quien
J•;J término es independiente para cada uno de los litigantes y es le compete calificar la caución que deberá otorgar el peticionante.
¡wrcmtorio. No se interrumpe ni suspende por la interposición de En estos casos, corno el expediente principal-en el cual se inter-
otros recursos declarados improcedentes por los tribunales de la puso el recurso extraordinario- debe ser remitido a la <?orte J?ar.a
en LIBa H:J. su tratamiento, se ordena la formación del correspondiente mcl-
dente en los términos del art. 258 CPCCN a fin de poder ejecutar
la sentencia ante la primera instancia.
H. Trámite del recurso extraordinario (art. 257 CPCCN).
e) Radicación en la Corte: el "certiorari" del art. 280
a) Concesión del recurso. CPCCN.

Como paso previo y necesario para la apertura de la jurisdic- La recepción de la causa por parte de la Corte Suprema
<'i6n p~1r apelación extraordinaria ante la Corte Suprema, una vez implica el.,llamamiento de autos a resolver (art. 280 CPCCN). Sin
dnducuJo el recurso ante el tribunal superior de la causa por la embargo, en este punto, es importante que nos detengamos a
pnrLn que se considere agraviada, éste debe ordenar el traslado a nnnliznr la reforma introducida por la ley 23.774 8\ que modificó
In contml'ia por el plazo de diez dfas, para que ejerza sus defensas pnn:inlmonte el procedimiento del remedio federal ante la Corte

/l'alloH, :1:.!~ ::IH 1!1. 1


111
"· f•:H In mi!lnHl loy quo amplió el número do ministros do !u Corte de cinco
11 llliOVO.
:Hi2 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL 353

Suprema dispuesto en el art. 280 CPCCN al permitirle la porque la Corte no actúa como una tercera instancia. Más allá de
dmwstimación del recuso en forma discrecional (por eso se ha considerar beneficiosa o no la incorporación del instituto, conside-
llamado certiorari negativo). En efecto, la norma la habilita para ramos que ello siempre debe ser realizado bajo la lupa de la
que, según su sana discreción y con la sola invocación del mencio- razonabilidad y de la prudencia.
nado artículo, pueda rechazar el recurso extraordinario sustenta- La polémica se instaura cuando pensamos cuál es el freno que
do en la falta de agravio federal suficiente o argumentando que las tiene el Alto Tribunal para no rechazar indiscriminadamente las
cuestiones planteadas resultan insustanciales o carentes de tras- causas; legalmente no encontramos muchos mecanismos que po-
eendencia. damos utilizar como inhibitorios de los rechazos en cadena.
Esta facultad también la puede utilizar en caso de recurso de Guastavino 89 señala que, en caso de abuso, podrían plantearse
quoja por denegatoria del extraordinario (art. 285 CPCCN). Sin como correctivos: el juicio político a los miembros del Máximo
(~mbargo, no resulta de aplicación en el caso de que ejerza la Tribunal, la jurisdicción transnacional y recurrir a la opinión
jurisdicción por apelación ordinaria (art. 280, 2° párrafo). Esta pública. Dejamos planteada la cuestión, dado que el tema excede
herramienta legal ha sido y es utilizada por la Corte frecuente- el fin del presente capítulo.
mente HG; incluso ante los planteos de inconstitucionalidad de la La Corte también puede expedirse sobre la inadmisibilidad
norma en análisis, se ha pronunciado a favor de su validez 86 • del recurso haciendo expresa mención de las razones que conducen
En síntesis, el Máximo Tribunal -con fundamento en su a ese resultado (falta de requisitos), a pesar de haber sido anali-
Han a discreción- se encuentra habilitado para rechazar el recurso zado tal requisito por el tribunal superior de la causa.
extraordinario o de queja por denegación, invocando el art. 280
CPCCN en los siguientes supuestos: d) Forma de la sentencia de la Corte Suprema.
• Cuando falta agravio federal suficiente.
• Cuando las cuestiones planteadas son insustanciales. Las sentencias se redactan en forma "impersonal" (art. 281
• Cuando esas cuestiones carecen de trascendencia. CPCCN) y se resuelven por mayoría de votos (art. 23, dec.-ley
Se trata de una variante del writ of certiorari norteamericano 1285/58). Los ministros que voten en forma concordante emiten su
(poHitivo) que sirve como vía de acceso para la competencia de la opinión con distintos fundamentos (según su voto). Por su parte,
Suprema Corte, mientras que en nuestro caso el mentado artículo los jueces disidentes emiten su opinión por separado.
I!H uLilir.aclo para que la Corte pueda rechazar in limine 87 los
n!CllrHoH presentados ante sus estrados. e) Efectos de la sentencia (art. 16, ley 48).
r,a doctrina se ha dividido respecto de la bondad o no de la La Corte debe limitar su pronunciamiento a las cuestiones
i 11corporación del art. 280. Hay quienes sostienen que el art. 280
CJlCCN se enfrenta con el art. 18 CN, violentando el derecho de planteadas por el recurrente en el escrito de apelación extraordi-
dnfi!IIHa, y que, más aún, con el Pacto de San José de Costa Rica, naria. Si la Corte confirma la sentencia dictada por el tribunal
i11t.ngra ol denominado bloque de constitucionalidad 88 • Quienes superior acerca de las cuestiones federales sometidas a su pronun-
nc<!pf.an dicho instituto alegan que esta capacidad de selección de ciamiento, aquélla adquiere carácter firme en su integridad. Por
en U Has por parte de nuestro Máximo Tribunal debe ser aceptada su parte, puede revocar o anular total o parcialmente la sentencia.
En este caso pueden darse dos supuestos: I) que se expida sobre
d punto planteado y remita el expediente para que el órgano
inferior se pronuncie sobre tales cuestiones (sea juzgado nueva-
110
l'nede verRo Logarre, Santiago, "Una Puesta al Día en Materia de Certio- ltHmte), o 10 que se expida sobre el fondo del asunto (se pronuncia
rnri", 011 /,a /,ey, 2004-A:l267. Kobre todas las cuestiones) sustituyendo al tribunal apelado y
1111
FaltoH, ·:12:1:8:3 y :J22::.l217.
11 1
' fl'afüm, :l20:1GJ2.
pudiendo disponer, incluso, su ejecución parcial (art. 16, 2a parte,
1111
Vur Mnnili, l'nhlo L., /1:/ /Uoqtw cll' ConNiitucimw.lidwi: La llecl'¡wüín dd
/)¡•f't'l'lw lnlr•mrl!'ional r{,. lo.~ /Jt•n•r·ltos lluii/111/IIN t'/1. d IJI'!'t'r'lw Conslitu!'ional •m C:unHt.nviuo, l•~ifuH P., Recurso Extraordinario de lncon.stitucionalidad, t.
t\r¡.:t•ntino, ll11t•no11 1\in•M, Ln LPy, :wo:l, p1ig11. 1'/ 11 y NH. 1, lluonoH 1\it·oH, Ln f{oet:u, HHJ:.!, pt\¡~H. 497 y 49R.
DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL 355

l<~y 48). Este último supuesto se da cuando la Cort~ entiend~ que 8. Sinopsis del capítulo.
median causas excepcionales, razones de urgencia o segun la
naturaleza de las cuestiones debatidas y con el fin de evitar un a) Requisitos comunes.
mayor perjuicio al recurrente 90 •
• Intervención de un tribunal de justicia.
• Que esa intervención sea en un juicio.
7. El recurso de queja.
• Que en el juicio se decida una cuestión justiciable o
judiciable.
Tal como lo enunciamos en párrafos anteriores, es aquel que
• Que exista gravamen que justifique la apelación extraor-
so plantea directamente ante la Corte Suprema cuando el tribunal dinaria.
superior deniega el recurso extra?rdinario. Elylazo presenta- ?e • La subsistencia de estos requisitos al momento en que la
ción -que también es perentono- es de cmco d1as desde la Corte dicte sentencia.
notificación de la denegatoria del recurso 91 (según el caso) por
pnrte del tribunal correspondien~e para ser ~ratado por la Corte Y
dosde que aquél denegó el remedio procesal mtentado por el recu- b) Requisitos propios.
rrente. • La existencia en la causa de una cuestión o caso constitu-
Es requisito para su procedencia que el apel~nte cumpla con cional o federal (ésta puede ser: "cuestión federal simple" o "cues-
In carga de depositar judicialmente la suma de mil pesos($ 1.000) tión federal compleja", la cual a su vez se clasifica en "directa" o
nntc el Banco de la Nación Argentina a la orden de la Corte, Y "indirecta" según afecte en forma inmediata o mediata a la Cons-
uereditarlo cuando presenta la queja (art. 286 CPCCN). Sin em- titución Nacional).
burgo, aquella obligación cede respecto de quienes se encuentren • La cuestión o caso constitucional o federal debe guardar
exentos de pagar sellados o tasas judiciales, conforme .a los casos "relación directa con la solución del juicio".
comprendidos en el art. 13 de la ley 23.898 o a leyes naciOnales que • Que la cuestión federal haya sido resuelta en forma con-
con templan excepciones a tales tributos 92 • • •
traria o no favorable al derecho federal invocado.
El destino del depósito varía según se admita o no la queJa. • Que se trate de una "sentencia definitiva": resolución que
J•~n el primer supuesto, se reintegra al recurrente; en el segundo
pone fin al pleito o impide su continuación, o resolución equipara-
(o Hi RO declara la caducidad de instancia), se pierde. En este
ble a definitiva por representar un gravamen irreparable.
t'dt.imo caso, la suma se destina a las bibliotecas de los tribunales • Que la sentencia apelada por este tipo de recurso proven-
nucionnlcs (art. 287 CPCCN). ga del "superior tribunal de la causa".
Lns providencias que se dicten en el recurso de qu~ja, por las
quo se requiere el cumplimiento de los recaudos especificas de la
e) Requisitos formales.
mil-una, se notifican de conformidad con lo dispuesto por el art. 133
CPCCN, salvo las excepciones dispuestas expresamente por el art. Son los requisitos que deben cumplirse de modo previo a la
1:u; del mismo cuerpo legal. interposición del recurso extraordinario y aquellos que deben cum-
La queja no tiene efecto suspensivo salvo que la Corte haga plirse al momento de la interposición del mentado recurso. Es
lugar n la misma (art. 285 CPCCN). decir, los relativos a las partes, a la introducción del caso federal,
a la fundamentación autónoma, etcétera .

d) Procedimiento.

° Fallos,
11
:325::1000. • · Plazo: 10 días hábiles desde la notificación para presentar
lli FalloH, a:.W:210ú y 241:1, tlnl.ro oLroH. ni recurso fundadnmente y por escrito ante el tribunal que dictó
II'A Fal/ 011 , :120::14!)/í y :1111 H, y :12ú::J04:J, on!.ro o!.roH. In Rot1tenein dl~íinitivn en crisis.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL 357

• Traslado a las partes por 10 días hábiles y por su orden. La CSJN actúa como intérprete final y definitivo de la Ley
• Auto de dicho tribunal que concede o deniega el recurso. Fundamental, ejerciendo así el control de constitucionalidad de
• Plazo de 5 días para elevarlo a la CSJN en caso de con- normas y actos estatales contrarios a la Ley Suprema en grado de
coderse. apelación y a pedido de parte. '
• La CSJN dicta el decreto de autos y luego la sentencia. . . ~1 REF es de carácter excepcional y restrictivo; por ello,
ms1stimos en que la Corte Suprema no actúa como una tercera
e) Queja o recurso de hecho. instancia, pues esto implicaría desnaturalizar la esencia del ins-
tituto, dado que, como ha señalado nuestro Máximo Tribunal la
• Denegado el recurso por el tribunal superior, se puede vía del art. 14 no tiene por objeto abrir una nueva instancia p~ra
interponer queja ante la CSJN en el plazo de 5 días hábiles c?rregir d~cisiones equivocadas o que se estimen tales según las
contados desde la notificación más un día cada 200 km o fracción divergencias del apelante. El empleo indiscriminado de un insti-
mayor de 100 km, depositando en el Banco de la Ciudad a nombre tuto lo desvirtúa, pero el mismo efecto se produce cuando no se
do la biblioteca de la Corte la suma de mil pesos. permite su empleo por razones infundadas.
• La CSJN puede pedir copia del expediente. En síntesis, el recurso extraordinario federal es una herra-
• Decreto de autos y sentencia. mienta útil a la conservación del valor justicia; por tanto, su
Recordemos que mediante el art. 280 CPCCN la Corte, según empleo debe ser consciente, moderado y justo.
HU sana discreción, puede rechazar el REF por falta de agravio
((~doral suficiente, o cuando las cuestiones planteadas resultaran
immficientes o carentes de trascendencia, bastando la invocación
del mencionado artículo.

H. Conclusiones.

El recurso extraordinario federal ha nacido con el objeto de


Hllt'fllltizar la supremacía de la Constitución Nacional; no podemos
dojnr do mencionar que tiene una función casatoria federal y
J{!ltuH'nl como recurso tendiente a afianzar el valor justicia y la
oquidad. Dicho recurso no es mencionado expresamente por nues-
tra Cnrta Magna, pero la competencia por apelación extraordina-
r·in do la CSJN deriva de los arts. 116, 31 y 75, inc. 22, de la CN
.Y dol art. 117 cuando establece que es el Congreso quien va a
diHponer los casos en los cuales el supremo tribunal ejercerá la
juriHdicción por apelación.
La ley base, por la cual se creó el REF, es la ley 48 (arts. 14,
1fí .Y 16), que regula la competencia extraordinaria de la Corte,
poro no podemos dejar de mencionar que el ámbito de actuación
d!\1 n~curso extraordinario se ha ampliado, fundamentalmente por •
nl aporto de la jurisprudencia de nuestro Máximo Tribunal. Por
nwdio del recurso extraordinario se puede llegar a la Corte Supre-
mn, Ron invocando algunos de los tres incisos del art. 14 de la ley
I!H, o bien cuando estemos en presencia de una sentencia arbitra-
rin o de un cnHo quo roviHt.u gravodnd institucional.
CAPíTULO XIII

RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL


Y ARBITRARIEDAD DE SENTENCIA
por
ALBERTO ANTONIO SPOTA (h.) 1

l. Introducción.

El constituyente ha previsto dos vías de acceso para llevar


una causa ante el conocimiento de la Corte Suprema. La primera
de ellas, con el propósito de promover su competencia originaria
acordada en el art. 117 de la Constitución Nacional. Allí, el tribu-
nal entiende en instancia única sólo en aquellos casos taxativa-
mente enumerados por dicha norma 2 • La restante vía de acceso
permite ocurrir ante sus estrados en grado de apelación. Es aquí
donde la Corte actúa en calidad de tribunal de alzada. Este canal
de acceso se subdivide entre la apelación ordinaria, reglamentada
en el inc. 6 del art. 24 del dec.-ley 1285/58 y en el art. 19 de la ley
24.463, y la apelación extraordinaria, acordada en los arts. 14, 15
y 16 de la ley 48 y en el art. 6 de la ley 4055.
Sabemos, y bien, que para que se promueva la competencia
de la Corte Suprema en los términos de la apelación reglada en el
art. 14 de la ley 48 se exige, indefectiblemente, que medie agravio
federal 3 • La Corte se ha atribuido la potestad de determinar

1
Profesor de Derecho Constitucional en la UBA, en la UCES y en la
Universidad de Concepción del Uruguay.
2
Fallo.5, 32:125 y 52:272.
a Va de suyo que éste no es el único requisito de procedencia que la norma
positiva y la jurisprudencia exigen satisfacer para instar con éxito la competencia
extraordinaria de la Corte Suprema, toda vez que deben darse de consuno los
recnudns de sentencia definitiva, o asimilable a tal, superior tribunal de la causa,
plnnteumicnto oportuno y debido mantenimiento de la cuestión federal, entre otros
mllc:IJOA. HequisitoH que pueden ser obviados o flexibilizados a discreción de la
Corto nnt.o lu pn•Honein do intoróA itmtitucional.
DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y ARBITRARIEDAD DE SENTENCIA 361

nuíndo se hace presente tal circunstancia. A nadie más que a ella y se rigieron asimismo conforme a su libre parecer, sin tolerar ni
le corresponde ser el intérprete final y definitivo de los casos en aceptar, de manera alguna, injerencia de ninguna otra autoridad
los que haya derecho federal comprometido y conculcado 4 • Esta extraña. Nótese que rigieron sus relaciones mediante pactos que en
función de estricta naturaleza política, es ejercida con absoluto los hechos no eran más que verdaderos tratados de Derecho Inter-
arbitrio' y discreción. Es de considerar que ha imperado un criterio nacional, y que no guardaron mayores vínculos que los de delegar,
dinámico, político y discrecional en ocasión de precisar las circuns- y sólo ante puntuales supuestos, el arreglo de los negocios exterio-
tancias ante las cuales se hace presente el agravio federal. res en el gobernador de la provincia de Buenos Aires. Habían
Por ello pretenderé demostrar cuál ha sido la noción que también creado un pseudo órgano judicial competente para conocer
tradicionalmente la Corte Suprema cristalizó del agravio federal en todo pleito donde se ventilase la comisión de crímenes contra la
y una vez satisfechos tales extremos, dar cuenta de la suerte y causa federal, como lo fueron, por ejemplo, las causas seguidas
·n~anera en la que ella ha venido mutando hasta nuestros días, contra el general Paz, los hermanos Reinafé o el agente uruguayo
habiendo dado lugar a la doctrina de la arbitrariedad. Lecoq; pero, como fuere, los lazos de unión que existían entre las
provincias eran débiles y extremadamente frágiles.
Fueron ellas la suma autoridad política para decidir en todo
2. El agravio federal en los términos históricos del art. 14 cuanto a sus respectivos intereses concerniera. Es allí donde se
de la ley 48. manifestó su soberanía política. N o son para nada caprichosas las
previsiones consagradas en los arts. 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 126 y 127
Se torna imprescindible, a efectos de brindar el concepto de la Constitución Nacional. Y menos aún lo es el primer propósito
histórico o tradicional de agravio federal, mencionar, aunque más enunciado en el Preámbulo de constituir la unión nacional. Por
no sea brevemente, las características distintivas y notas de color más irrisorias o anacrónicas que al presente resulten, tales pres-
de la conformación del Estado federal argentino. Ello, a los fines cripciones encuentran su razón de ser en el contexto que va seña-
de explicar cuál ha sido el agravio federal por antonomasia que el lado, cuestión que lleva a coincidir con la jurisprudencia de Fallos,
Congreso federal pretendió conjurar mediante la instrumentación 178:9, 22 y 23 5 , y a sostener que "el valor mayor de la Constitución
dol recurso reglado en los arts. 14, 15 y 16 de la ley 48. no está en los textos escritos que adoptó y que antes de ella habían
No es dable desconocer el concierto político-jurídico que im- adoptado los ensayos constitucionales que se sucedieron en el país
peró en el actual territorio de la República Argentina en el período durante cuarenta años, sin lograr realidad, sino en la obra prác-
comprendido entre la "anarquía del año '20" y la sanción de la tica, realista, que significó encontrar la fórmula que armonizaba
ConHiitución de 1853. Interregno que, iniciado incluso años antes intereses, tradiciones, pasiones contradictorias y belicosas. Su in-
do la batalla de Cepeda, recién puede darse por culminado, a terpretación auténtica no puede olvidar los antecedentes que hicie-
monos a mi entender, a partir del año 1880 a instancias de la ron de ella una creación viva, impregnada de realidad argentina,
sunción de la Ley Avellaneda y de la consiguiente resolución de la a fin de que dentro de su elasticidad y generalidad que le impide
cuestión capital. Debe recordarse que con la disolución de los envejecer con el cambio de ideas, crecimiento o redistribución de
poderes centrales, allá por junio de 1820, las 14 provincias que por intereses, siga siendo el instrumento de la ordenación política y
aquel entonces existían asumieron su soberanía. Consecuente- moral de la Nación".
mente, nuestra Nación, durante esos años, estuvo integrada por Fue por medio de la sanción de la Constitución Nacional que
una serie de verdaderos estados soberanos e independientes. A las se pasó de aquel estado de desintegración y atomización política
provincias me refiero. de corte confedera! al actual conglomerado de unidad y cohesión
No casualmente acuñaron moneda, levantaron ejércitos, se territoria1 6 • Esto equivale a señalar que la Constitución Nacional,
hieinron la guerra las unas a las otras, establecieron aduanas,
Pxpidieron leyes de navegación, se dieron sus propias instituciones 5 "Bressani, Carlos H. y otros e 1Provincia de Mendoza s 1inconstitucionali-

dad de leyes y devolución de dinero".


4 "Rl MiniRtaio fi'iBcal r,on JJon llm~jam(n Calvt!te, por atentados contra la 6 Spota, Alberto Antonio, Confederación y Estado Federal, Buenos Aires,

Í1111111nidml tlt• 1/.11 8t•¡wc/or", /l'allo11, l ::liJO .Y :!·1H. Cooperudorn do Doroeho y Ciencias Sociales, 1976, pág. 119.
362 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y ARBITRARIEDAD DE SENTENCIA 363

desde la óptica que va explicitada, es el instrumento jurídico de Pero, por sobre todo, y en relación a este breve trabajo, no
indiscutible raigambre política -superador del Pacto Federal si se debe perderse de vista que los textos de 1853 y de 1860 llevaron
quiere- en virtud del cual las provincias, en su antigua condición el propósito incuestionable de garantizar, vía el sistema federal,
de verdaderos estados soberanos, acordaron transferir a favor del la integridad territorial del país. A ese efecto dotaron a los poderes
Estado central -ente que constituyeron en ese mismo acto- una públicos centrales de singulares competencias. Tal como lo recordó
cuota del poder político que por hasta aquel entonces les resultaba Julio Oyhanarte 9 , la Constitución Nacional, en el período inme-
propia, renunciando a su soberanía y deviniendo --de manera diato posterior a su sanción, "no era más que un postulado utópico,
instantánea y necesaria- en entes autónomos. De tal manera una oferta aún no aceptada, un pedazo de papel. Había que darle
transfirieron, por intermedio de dicho texto, una porción de su aptitud rectora y operatividad", razón por la que se encomendó a
antigua soberanía política, con la condición de reservarse la facul- los poderes federales materializar el programa constitucional de
tad exclusiva y excluyente de decidir, a su entera discreción y sin gobierno, y en cuanto al tema en análisis concierne, evitar el
injerencia alguna del poder central, en todo cuanto comprometiese recupero, por parte de las provincias, de las facultades delegadas,
a la temática residual. toda vez que ello comprometería, sin margen de duda, la integri-
Vale recalcar que las provincias delegaron en el Estado fede- dad territorial del país. Sirve, de modo ejemplificativo, recordar la
ral la facultad de celebrar tratados de orden político, de conducir jurisprudencia de "Don Domingo Mendoza y hermano, contra la
las relaciones exteriores, de reglar el comercio interprovincial, de Provincia de San Luis, sobre derechos de esportacion" [sic] 10 , don-
expedir la legislación de fondo y de navegación, de establecer de se invalidó una ley de la provincia de San Luis que en los hechos
nduanas, de acuñar moneda y de levantar ejércitos, entre otras importaba instituir una aduana interprovincial y, si se quiere, una
muchas atribuciones. El art. 126 de la Constitución Nacional es reasunción de la soberanía transferida 11 •
muestra elocuente de ello. Paralelamente, se reservaron la potes- Así las cosas, al Poder Ejecutivo se lo designó representante
tad de decidir, según su exclusivo criterio político, sobre todos de la Nación, comandante en jefe de las fuerzas armadas y respon-
aquellos asuntos que no fueron transferidos al Estado central. sable de la administración general del país.
Conjuntamente, se les garantizó su integridad territorial (art. 13 Al Congreso de la Nación se lo invistió de la capacidad jurí-
do la Constitución Nacional) y su autonomía política (arts. 5, 6 y dica de dictar, dentro del ámbito de lo delegado, normativa de
1:¿2 de la Constitución Nacional). cumplimiento obligatorio en todo el territorio del país. Esto signi-
l•~n el mismo acto, la Constitución Nacional distribuyó el fica que la legislación impartida por el Congreso no requiere, para
dunulo o caudal de poder político delegado por parte de las pro-
vineinH en pro del Estado central, conforme a la tónica republicana
do corte presidencial de división de poderes. se inspira en una ideología que, con el fin de proteger a los hombres en su libertad
AHí quedaron constitucionalmente consignadas dos de las y derechos, establece una estructura de contención a través de un sistema de revisión
y control recíproco de esos poderes, en pos de evitar que la excesiva concentración
t.r·oH divisiones de poderes que nuestra norma base consagra 7 • La y la ausencia de control degeneren en arbitrariedad, despotismo y tiranía. Care-
nxiHt<mte entre las provincias y el Estado central, a efectos de cería de sentido que un pedido fiscal desincriminatorio no fundado en derecho
plnHnwr la unión político-territorial del país. Y la habida entre los obligara al tribunal a absolver, imposibilitándose/e el ejercicio de un debido control
Ln~H poderes constituidos, con el afán de evitar el despotismo y sus de legalidad y razonabilidad".
9
conKecuentes afrentas a los derechos constitucionales 8 • Oyhanarte, Julio, "Historia del Poder Judicial", Todo es Historia, no 61,
1972.
1
° Fallos, 3:131. Ver también Fallos, 10:380.
11
'1 l .a tercera división de poderes es la dada entre poder constituido y poder La .corte Suprema, a lo largo de sus primeros cuarenta años de vida,
I'OIIKt.it.uyente. Ver Spota, Alberto Antonio, "El principio de supremacía de la procuró afianzar la autoridad del gobierno federal sobre los de provincia. Nótese,
''OIIIil.it.ueión y los medios establecidos para garantizarla en la Argentina, en el por ejemplo, que en Fallos, 10:59, 14:425 y 57:337, trazó el principio de que las
fuuhil.o del Poder ,Judicial federal", LL, 1993-C:766. provincias son factibles de ser demandadas ante la Corte Suprema en competencia
" Viene al em;o rememorar el considerando 14 do! voto del doctor Carlos originaria; on Fallos, 68:234, convalidó una ley federal dictada en los términos de
NnuLingo l•'nyt en nut.oH '"l'ttriji!i!D, Fmn.cisco", CS.JN, 2R/12/Ii9, cuando, al explicar la clúwmla dol progreso que eximía a un particular de oblar impuestos provincia-
In m¡r,ón do Hot' do lu f(ll'lllll n•pnhlicana do gobierno, Honionció quo "... no se lel4, y on Fallos, 1D::344, desconoció imperio a la autoridad provincial para gravar
t'll't'IIIIIWJ'iht! al t•.ú¡.¡ido¡mr la r!twltiurr. t•lti.Hil'lf. tlt• m•¡mm.cián. dt• ¡wdt•rt·.~. 11hw f/llt' un <'14!.uhlecimionto de utilidad nacional.
364 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y ARBITRARIEDAD DE SENTENCIA 365

entrar en vigencia en las provincias, la previa aprobación o rati- poderes locales la soberanía de la que, por medio de aquel texto,
ficación por parte de éstas, quienes, en tal inteligencia, se han se habían desprendido.
impedido de ejercer todo derecho de nulificación. También les Dijo la Corte en "Bacci, José e 1C.H.A.D.E. s 1devolución de
fueron dados al Congreso Nacional los instrumentos de la inter- una suma de dinero" (Fallos, 179:5, 10): "El recurso extraordinario
vención federal y del estado de sitio, resortes por de más idóneos se propuso en Estados Unidos (Judiciary Act, 1789) en cuya legis-
para neutralizar intentos secesionistas. lación se inspiró la ley argentina, asegurar el predominio de la
Al Poder Judicial federal se le otorgó la función de atender autoridad de la N ación sobre los estados provinciales. De modo que
toda causa donde se ventilase la aplicación de normativa federal; en la concesión del recurso extraordinario debe buscarse, como
cuestión lógica y coherente, ya que no sólo le corresponden la antecedente esencial, la colisión de una ley, decreto, acto, etc., de
tutela y el resguardo de la intereses nacionales debatidos en las autoridades locales y la Constitución, leyes o actos nacionales".
pleito 12 , sino que, de haberse sometido el conocimiento de tales Por ello, bien vale considerar que el recurso extraordinario
asertos a la magistratura de provincia, se hubiese subsumido a fue concebido como un reaseguro del sistema federal apto para
In voluntad de la autoridad local el vigor del Derecho federal. Y revisar, y en su caso invalidar, sentencias dictadas por la justicia
en referencia a la Corte Suprema, el Congreso federal regló su de provincia impugnadas de inconstitucionalidad por conferir
eompetencia extraordinaria siguiendo el ejemplo estadounidense validez e imperio a disposiciones locales en detrimento de la
con el dictado del art. 14 de la ley 48. Esto no fue para nada distribución de competencias y así atentar contra la unidad del
casual, puesto que los Estados Unidos de América pretendieron país. Tal fue la principal función que a la Corte le correspondió en
atacar, con dicho recurso, el mismo inconveniente que más tar- cuanto respecta, en los términos del art. 14 de la ley 48 14, a tutelar
díamente se suscitó en la República Argentina una vez entrada la supremacía del Derecho federal 15 •
en vigencia la Constitución 13 • Me refiero expresamente a la Asimismo, la Corte Suprema cuidó y mucho que los tres altos
afectación que provocó a la unidad nacional el uso, por parte de magisterios que componen e integran el gobierno federal se man-
las provincias, de atribuciones delegadas. tuviesen dentro de sus cauces privativos, exclusivos y excluyentes
Tal como se dijo, y ahora se reitera, el legislador dispuso que de competencia. O sea, también se abocó a garantizar la plena
os te recurso sólo procediera contra sentencias que encuadraran en vigencia y validez de la división republicana de poderes. La Corte
ugrnvio federal. Y precisó que comportarán agravio federal sólo Suprema no ahorró esfuerzos en invalidar el ejercicio, por parte de
uquollos decisorios pronunciados por la justicia de provincia que los poderes constituidos federales, de facultades que, lejos de
hubiesen resuelto una contienda entre una disposición de natura- haberles sido conferidas por el constituyente, resultasen ajenas a
lmm ((~deral y un precepto de orden local, en favor de la validez de su competencia en el entendimiento de que "siendo un principio
(H·ILo y en detrimento de la de aquélla. No es para nada casual que fundamental de nuestro sistema político la división de poderes en
t•l rocurso extraordinario sólo proviniese, originariamente, contra tres grandes departamentos, el Legislativo, el Ejecutivo y el Judi-
HnnLoncias dictadas por la justicia de provincia, ya que, como se cial, independientes y soberanos en su esfera, se sigue forzosamente
voní, llevó el propósito de resguardar la validez del Derecho fede- que las atribuciones de cada uno le son peculiares y exclusivas,
1'111 nn las órbitas locales. pues el uso concurrente o común de ellas haría necesariamente
El legislador confirió a la Corte Suprema la tarea de invalidar
AtmLcncias de grado que convalidasen disposiciones locales
14
violatorias de la Constitución Nacional, pero, más particularmen- Digo en los términos del art. 14 de la ley 48 habida cuenta de que la Corte
Suprema desempeñó también dicho cometido, conforme se advierte en Fallos,
tP, de la distribución de competencias allí consagrada, a los fines :3:131, en c¡usas que tramitaron ante sus estrados en competencia originaria.
dP ovitar que las provincias reasumieran por intermedio de sus 16 El principio de supremacía constitucional importa un respeto inclaudicable

al reparto federal de competencias. La supremacía del derecho federal lo es,


indudnblcmente, en el ámbito de lo expresamente delegado o tácitamente adju-
1
diendo a Jos poderes nacionales y no sobre aquellas materias reservadas. Marginar
~ Fallos, 210:G4a, s:·lO; 22G:Iili y ao8:11iGO, entro otros. u los poderes nacionales de la temática reservada no significa coartar sus funciones
r:r Spot.n, Al burLo Antonio, "1 ,JI (:orto Hupwmn d<l Justicin do In Nación como ni ntontnr contra lns políticas nacionales. Al contrario, importa comprender la
pur't.o dol podPr' polftic;o <h•l J•:NLudo", /,[,, 1!HIO-I\-!>7H. <'Ht•ru:in ele In dinúmicu operativa de mwstro federnliRmo.
366 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL y ARBITRARIEDAD DE SENTENCIA 367

desaparecer la línea de separación entre los tres altos poderes Suprema Corte de mantener á las diversos poderes tanto naciona-
políticos, y destruiría la base de nuestra forma de gobierno" 16• Así les como de provincia en la esfera de las facultades trazadas por
se pronunció en "Causa número V, criminal, contra Ramón Ríos la Constitución, la obliga á ella misma á absoluta estrictez para no
(alias Corro), Francisco Gómez y Saturnino Ríos, por salteamiento, extralimitarse la suya, como la mayor garantía que puede ofrecer
robo y homicidio, perpetrado a bordo del buque nacional <<Unión» á_ ~os derechos individuales". Sirva esta cita para mostrar la fun-
en el Río Paraná" 17 , cuando enervó un decreto emitido por el cw~ que la Corte Suprema desempeñó de guardiana de las distri-
presidente Urquiza que, ante la ausencia de tribunales federales, bucw~es federal de Estado y republicana de gobierno, así como
confirió jurisdicción al capitán del puerto de Rosario. A su vez, en tamb1en su prudente doctrina de autorrestricción.
"Tomkinson" 18 , invalidó, por inconstitucional, una multa impues- Volviendo al punto de análisis, es de reconocer que, en térmi-
ta por autoridad administrativa. En la misma línea revista el nos históricos, sólo comportó para la Corte Suprema agravio fede-
precedente de ((Alem" 19 , sentencia en la que se sentó el principio ral en los extremos del art. 14 de la ley 48 el desconocimiento, por
de que el presidente no puede detener a un legislador bajo la parte de ~ajusticia de provincia, de preceptos de autoridad federal;
vigencia del estado de sitio. Asimismo, y en referencia al Poder ell?, en VIsta a garantizar la distribución federal de competencias,
Legislativo, permítaseme recordar que en "D. Elíseo Acevedo, so- evitar el recupero por parte de las provincias de la soberanía
bre recurso de hábeas corpus" 20 la Corte Suprema dispuso la delegada y resguardar, en definitiva, la unidad territorial del país.
inconstitucionalidad de una sanción por desacato aplicada por la Es por ello que no debe resultar llamativo que la Corte haya
Cámara de Diputados de la Nación a un particular, al decir que dicho que "lo atinente a la declaración de inconstitucionalidad de
no le es dado a ese cuerpo ejercer funciones judiciales. Con respec- leyes locales no constituye cuestión federal que sustente el recurso
to al Poder Judicial, valga mentar que primó en los estrados de la extraordinario, ya que no existe resolución f'avorable a la validez
Corte Suprema una postura de autorrestricción, habiéndose con- de la norma local cuestionada" 22•
dicionado la promoción de su instancia a la previa cumplimentación De manera complementaria, la Corte sentenció, reiterada-
de un amplio espectro de reglas, ápices y óbices procesales de mente, que no son admisibles recursos extraordinarios deducidos
enrácter mayoritariamente pretoriano. Esta política de autorres- en pleitos r~gidos por leyes no federales, ni aunque se aleguen
tricción se manifestó, con nitidez, en la deliberada actitud de argumentaciOnes de índole constitucional 23 . Esto no significa que
r·ohusar pronunciarse en pleitos donde se controvirtiese la inter- la Corte se abstuviera de conocer en causas que hubieran trami-
protnción y aplicación que los demás poderes públicos hiciesen de tado ante la justicia de provincia por versar sobre Derecho común,
HIIH facultades privativas 21 • local o procesal. Muy por el contrario. El tribunal cimero conoció
J1~n "D. Eduardo Soja, por recurso de hábeas corpus, contra en tales pleitos -de manera excepcional, va de suyo- a efectos
una resolución de la H. Cámara de Diputados de la Nación" ~le resguardar la supremacía del Derecho federal, siempre que
(/t'allos, 32:120, 126), afirmó que "la misión que incumbe á la Juzgó que la justicia de provincia desconoció en la causa la validez
de una norma o precepto federal que regía directa e inmediata-
111
mente una cuestión en disputa.
Fallos, 1:36 Muestra de ello es la sentencia recaída en autos "El Procura-
17 Fallos, 1:36.
IH Pallas, 1:62. La denominación de la causa es "Contra D. Tomas Tomlúnson
dor Fiscal de la Provincia de San Juan contra el Prior del Conven-
y (.'a. Hobre diferencia de aforo entre mantas mezcla é imitación pampas". to de Santo Domingo, por el precio de una finca de dicho convento;
111
"Contra el Dr. Leandro N. Alem y el Dr. D. Mariano N. Candioti; por sobre inconstitucionalidad de una ley" (Fallos, 10:380), pleito en el
n•ht•l ián contra el Gobierno Nacional; sobre excarcelación bajo fianza, é inmunidad que se invalidó una ley de la provincia de San Juan que suprimió
,¡,. lrm miembros del Congreso", Fallos, 54:432.
~~~ /t'allos, 28:406. Esta jurisprudencia, en virtud de los pronunciamientos de
una orden llleligiosa dado que afectaba la competencia de la N ación
l•'nlloH, :n8:19G7 y 319:1222, está vigente al presente. para atender las relaciones con la Iglesia.
~ 1 Ver "Don ,José Caffarcna contra el Banco Argentino de Rosario de Santa
/<',•, ¡wr contmrsüín de billetes", Fallos, 54:453, y "El Doctor don .Joaqufn M. Cullen, ~z Fallos, 295:797. Ver también: 271:140,280:142,287:124,295:797,300:474,
Jllll' r•l Gobierno prouilwrio dr• la prouincia ele Santa Fé, contra el Doctor don :101 :4 7H, :302:1192, y "Magistrados y funcionarios del Poder Judicial de Jujuy"
llttlrlomt•m Uat'IW.; mlfm• inr·on111Üul'imw.lidad dt! la lt!y nat~ional de intervención CH,JN, 24/2104. '
,¡,. la l'mvhu·ia dt• Nanta f<'rl, ,Y uulirlail dt! loR ttdo.~ tll'! lnit•nwntor". ~" b'nllrm, 2H:l:4HH y 2!)/'i:a:Hi.
368 DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y ARBITRARIEDAD DE SENTENCIA 369

Asimismo, en "La sucesión de Doña Tomasa Vélez Sarsfield que resulta inadmisible el recurso extraordinario, por falta de
contra el consejo de educación de la provincia de Buenos Aires, relación directa, si se lo ha fundado en la violación de leyes
sobre inconstitucionalidad de impuesto" (Fallos, 23:647), invalidó comunes o locales e indirectamente en la Constitución Nacional 29 •
una sentencia dictada por autoridad local que, a criterio de la Este principio no cedió ni incluso ante invocaciones de arbitrarie-
Corte, había desconocido el monopolio que ostenta el Congreso de dad 30 o de gravedad institucional. El razonamiento era claro: la
la N ación para dictar la legislación civil, pues confirió validez a Corte carecía de jurisdicción en tanto que las provincias habían
una ley de la provincia de Buenos Aires que avanzaba sobre el reservado para sí la facultad de resolver toda controversia que se
régimen sucesorio en agravio del antiguo inc. 11 del art. 67. s~stanciase sobre materia no federal. Asertos que, a criterio del
A su vez, en Fallos, 35:302 24 , también concedió la apelación tnbunal, deberían encontrar solución jurídica o política en el
articulada en los términos del art. 14 de la ley 48 contra una exclusivo ámbito provincial sin mediar participación ni injerencia
sentencia de índole provincial que puso en cuestión el dominio de alguna de la justicia nacional. Tales decisorios, por más que
un campo transferido a título de venta ordenada por un juez fuera?- impugnados por inconstitucionales, no eran idóneos como
nacional. para mstar con éxito la competencia del tribunal pues, con apego
Posteriormente, en "Candioti de lriondo" (Fallos, 76:351) 25 , a la jurisprudencia histórica o tradicional arraigada en el art. 15
concedió nuevamente el recurso de marras contra un pronuncia- de la ley 48, .lejos estaban de constituir alguno de los supuestos
miento de la judicatura de provincia que había desconocido la de procedencia contemplados en cualquiera de los tres incisos del
supremacía constitucional, pues omitió la facultad exclusiva del art. 14 de dicha ley.
Congreso federal de legislar en materia de moneda al convalidar Esta postura era coherente por de más. La reforma constitu-
una ley local que permitía el pago de la deuda en bonos del Tesoro. cional de 1860 acentuó el rasgo federal del hasta entonces texto
Como se ha visto, la Corte Suprema revocó sentencias pro- vigente. En su consonancia, los gobernadores de provincia dejaron
nunciadas por la magistratura local siempre que encontró que de ser sujetos de juicio político ante el Congreso Nacional· se
desconocían, en el caso concreto, la validez de normas o preceptos suprimió la competencia congresal de aprobar las constitucidnes
federales que regían, de manera directa e inmediata, puntos en provinciales antes de su entrada en vigor, y, entre otras tantas
disputa. Sólo allí advirtió la existencia de agravio federal. Fuera modificaciones practicadas, se incluyó la reserva del por entonces
dn tales supuestos, nada vino a comportar, a criterio del tribunal, inc. 11 del art. 67, actual inc. 12 del art. 75 de la Constitución
llMrnvio federal. Por tal razón, cerró su instancia apelada al Nacional.
conocimiento y decisión de causas donde se ventilase la interpre- Al haberse traspasado de la órbita federal al ámbito local la
l.llción y aplicación que la justicia de provincia hiciese del Dere- ~pli?~ión del dere~ho común, se reservó con exclusividad para la
cho común 26 o local 27 o procesal 28 ; salvo que, como bien se dijo, JUS~ICia local -por mtermedio del antiguo inc. 11 del art. 67 y del
Hn enervase la aplicación de normativa federal que regule de antiguo art. 110- la capacidad de conocer en todo aserto donde
mnncra inmediata la cuestión. Mantuvo, de manera constante, exis~iese dicho tipo normativo. El antiguo art. 67, inc. 11 (hoy art.
75, me. 12), y sobre todo el anterior art. 100, según el texto
reformado en 1860 (actual art. 116 de la Constitución Nacional)
~• "La sucesión de Don Cipriano de Urquiza, contra la sucesión del General establecieron en forma taxativa que la interpretación de la le~
/J. ,Justo .J. de Urquiza, por reivindicación; sobre procedencia del recurso del común no da lugar, bajo ningún aspecto, al recurso extraordinario.
ar/f('ltlo 14 de la ley de jurisdicción de los Tribunales Federales".
~n La carátula correcta de autos es "Doña Petrona Candioti de lriondo con
,.¡ gobierno de Entre Rios, por pago de una indemnización; sobre recurso á la
29
Su¡m•m.a Corte de sentencia del Superior Tribunal de .Justicia de Entre Ríos". Fallo"s, 295:797.
~~~ Fallos, 36:307, 55:253, 108:100, 112:126, 113:427, 114:136, 444; 115:11, , . ··myer "D on D ~m~ 'lV.. y Carreas;, reclamando de un decreto espedido por el
1:'.:l: 1:1:1, 125:158, 132:36, 139:309, 143:356, 149:175, 152:169, 188:12, 401. (,obwmo de la Provzncza de Mendoza (Fallos, 7:59, de 1869), donde se sentenció
~ 7 Fallos, 1:87, 2:34, 7:59, 373; 97:184, 102:219, 155:134, 255:256, 259:321, qtw "los t~·ilmnales n~cio.nales son incompetentes para conocer de los abusos que
:.!Ot1::J'71i, 266:235, 267:1'76, 282:42a, 2oo; 28::1:429, :no:295, 1074; 311:489, 14'70, lrt.8 autondades proumcwle.s puedan cometer en el ejercicio de sus funciones,
1fiHH; :¡ 111 :!ltJ, Ci20; :l lli:4tJ H. •·ua.ndo esos abusos atmien sólo a los individuos ó á los intereses locales". Ver
ztl /l'alloll, .17tJ:21i2. lmnhión Fallo.~, 21 fí: 157.
:no DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y ARBITRARIEDAD DE SENTENCIA 371

En forma concordante con lo expuesto precedentemente, la <<materia» sobre la que versa este pleito, conviene recordar que la
loy 48 en su art. 15 reiteró que el recurso extraordinario no redacción del texto vigente del art. 67, inc. 11, de la Constitución
procederá contra sentencias pronunciadas en Derecho común. Nacional, data de la reforma de 1860. A partir de entonces, el
Dijo la Corte en "Don Manuel Rosas Villanueva con Don juzgamiento en materia de Derecho común por los jueces y tribu-
Toribio Barrionuevo, por redención de una capellanía", en recurso nales de provincias se incorpora al conjunto de facultades <<reser-
(!ontra sentencia del Tribunal Superior de Mendoza (Fallos, 26:140, vadas» a que alude el art. 104 de la Constitución. Y esta Corte, por
146), que "con arreglo al artículo quince de la ley sobre jurisdicción su parte, ha reconocido desde antiguo la amplitud en el ejercicio de
y competencia de los Tribunales Nacionales, no hay lugar al recur- esas facultades reservadas. Así, ya en el año 1869, estableció el
so que acuerda el artículo catorce, cuando los Tribunales de Pro- principio fundamental de que las provincias conservan su autono-
vincia interpretan ó aplican los Códigos, civil, penal, comercial y mía en todo lo relativo a los poderes no delegados a la Nación (art.
de minería, según lo dispuesto por el inciso once del artículo 104 de la Constitución Nacional) -Fallos, 7:373- para afirmar,
sesenta y siete de la Constitución". en 1922, que esas facultades reservadas <<... son idénticas en esencia
Sostuvo en "Don Antonio Juliá Tolrá contra la Municipali- y alcances a las mismas facultades del Gobierno central» (Fallos,
dad de Santa Fe, por cobro de pesos; incidente sobre oposición al 137:212)".
etnbargo de rentas municipales" (Fallos, 136:131) que "examinan- En cuanto a la aplicación del derecho local, se arribó a una
do los arts. 14 y 15 de la ley 48, y arts. 67, inc. 11, 101 y 108 de misma conclusión. Es obvio que por motivos diferentes. En tanto
la Constitución, lajurisprudencia de esta Corte Suprema ha esta- la Argentina es un Estado federal, y las provincias son entes
Mecido que la interpretación y aplicación del Código Civil hecha autónomos, ellas mismas resultan competentes para darse, según
por los respectivos tribunales, no puede ser revisada en el presente su sana discreción, sus propias instituciones y regímenes de go-
recurso extraordinario (Fallos, t. 26, pág. 140; t. 36, pág. 307; t. 55, bierno sin intervención del Estado federal 32 . Esta competencia
pá~. 253, entre otros), pues en mérito de lo que dispone el art. 67, pro_vincial os~enta, cuanto menos, dos fases anexas y complemen-
inc. 11, de la Constitución, la sanción de los Códigos comunes por tanas. La pnmera de ellas pasa por dictar y ejecutar sus propias
el Congreso no altera las jurisdicciones locales, ni restringe la leyes y estatutos locales 33 • La restante, por preservar con exclu-
autonomía de los tribunales del mismo carácter, en la interpreta- sividad para el Poder Judicial de provincia el conocimiento y
ciún y aplicación de dichos códigos, porque no obstante ser leyes del decisión de todo pleito donde se ventile la aplicación del derecho
Co11greso (Fallos, t. 95, pág. 24; t. 96, pág. 347), se consideran como local. Sentenció la Corte Suprema en Fallos, 2:34 3 4, que "la inter-
ll'yl's locales del punto de vista que se examine (Fallos, t. 112, pág. pretación de una ley provincial, que no tiene conexión con las
.'12, mnsiderandos 7, 9 y 13, págs. 58 y 66). instituciones nacionales, no es de la competencia de la Suprema
"(Jue la propia Constitución en su art. 100 consigna esos Corte" y reiteró en Fallos, 9:277 35 , que "el Poder Judicial de la
wincipios en términos explícitos al determinar las atribuciones del Nación, debiendo ser coextensivo con el Poder Legislativo, no puede
/'()(/er Judicial de la Nación, atribuyéndole el conocimiento de las juzgar sino de las materias sobre las que puede legislar el Congre-
causas que en él se enumeran «con la reserva hecha en el inc. 11 so". De aquí la incompetencia de la Corte Suprema para conocer
r/1•/ art. 67»; y de esta disposición concordada con el art. 101 de la en grado de apelación en tales asuntos.
1/Úsnw Constitución y el art. 15 de la ley 48, resulta con toda
r•uidencia que la jurisdicción apelada de esta Corte no comprende 32
la de revisar las decisiones de los tribunales provinciales fundadas Fallos, 154:192, 283:143, 243; 325:3514. A mayor abundamiento ver Spota
Alberto Antonio, "El control de constitucionalidad sobre las constituciones d~
r·n disposiciones del Derecho común". provincia", LL, 2004-C, 1190, y Revista de la Asociación Argentina de Derecho
En "Elvezio Domingo Berga e 1S.A. de Seguros La Rural" :JJ, C:onstitucio~al, n• 191, pág. 86.
1
n~itcmí: "7'~ Que, sentado lo que antecede, y establecido el carácter ' " Fallos, 7:150, 7:373, 9:277, 147:239, 174:105, 289:238, 323:1374, entre

r'11111tí.n de las disposiciones que rigen la relación sustancial, o la otros muchos.


14
' "Bartolomé Sifredi y Pablo Briato, apelación de hecho de una resolución
dd Supr!rior Tribunal de Justicia de Buenos Aires, sobre información para pedir
la propÍI!dad de un terreno".
1
" /t'alloN, :.l'/1 :211. :lh "/)orolr!o Garcia ron la Provincia de Santa-Fe, sobre competencia".
372 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y ARBITRARIEDAD DE SENTENCIA 373
La autonomía provincial se constituyó, a los ojos del tribunal,
como una valla insalvable ante la cual cedían la competencia y la se permitió conocer y revocar determinadas sentencias, extraordi-
jurisdicción de los poderes federales, ya que fue considerada como narias por cierto, dictadas por la justicia ordinaria en aplicación
un resabio de la antigua soberanía delegada 36 . De la misma del derecho común y, más tardíamente, local, que resultasen ape-
manera que el Congreso de la Nación estaba incapacitado para ladas ante sus estrados en los términos del art. 14 de la ley 48.
legislar sobre aspectos reservados 37 , la Corte Suprema de Justicia Vale considerar que históricamente, y conforme se expuso, tales
de la Nación resultaba incompetente -incluso ante circunstan- pronunciamientos, a criterio de la Corte Suprema, resultaban
cias de arbitrariedad- para conocer en pleitos de instancia pro- ajenos -por más arbitrarios que fuesen- a su instancia extraor-
vincial donde se hubiesen llevado a consideración cuestiones de dinaria, por corresponder su dilucidación a la magistratura local
derecho local, común o procesal, ya que las provincias, por inter- en tanto las provincias se habían reservado la capacidad de deci-
medio de los antiguos arts. 104 y concordantes y de la reserva del dir, con entera prescindencia del Estado central, sobre las causas
in c. 11 del art. 67 de la Constitución Nacional, respectivamente, regidas por derecho no federal. A lo expuesto más arriba corres-
habían reservado con exclusividad, para su propio Poder Judicial, ponde remitirse. La Corte Suprema, de manera pretoriana, dejó
In facultad de atenderlos. La decisión por ellas adoptada, en tales atrás dicha jurisprudencia inhibitoria, habiendo dado vida, con la
<~xtremos, era insusceptible de ser revisada en grado de la apela- doctrina de la arbitrariedad de sentencias, a la más importante
eión prevista en el art. 14 de la ley 48 por la Corte Suprema. Este innovación en materia pretoriana que ha realizado el tribunal 40 •
criterio, rotundo por cierto, no cedió ni incluso ante invocaciones La Corte Suprema vino a encontrar agravio federal allí donde
de arbitrariedad, toda vez que la arbitrariedad, per se, no hacía antes, a su legal entender, no lo había. Se permitió conocer en
mérito como para promover con éxito la instancia extraordinaria, sentencias que, prima facie, eran del resorte exclusivo de la jus-
pues no calificaba dentro de ninguno de los tres supuestos del art. ticia provincial. Ello, en el entendimiento de que la sentencia que
1A de la ley 48. del caso fuere, y con prescindencia del tipo de derecho sobre el que
verse, de no ser derivación razonada del derecho vigente, en par-
ticular consideración a las pruebas y constancias debidamente
:J. La doctrina de la arbitrariedad de sentencias. arrimadas en autos deviene arbitraria, ergo inconstitucional, y
hace cuestión federal al violentar la supremacía constitucional en
A mediados de los años '50 comenzó a tomar cuerpo en los los términos de los arts. 18 4 1, 28 y 14 42 , 33 43 y 17 44 de la norma
oHtrados de la Corte Suprema una incipiente jurisprudencia que
haHÜl aquel entonces sólo se había manifestado de manera espo- 40
La inmensa mayoría de los recursos que ante la Corte Suprema se deducen
n'tdica y excepcional en precedentes aislados 38 y mayoritariamen- lo son por esta causal pretoriana.
to vía obiter dictum 39 • A mérito de esta doctrina, la Corte Suprema 41
Todo proceso, a la luz de lo prescripto en el art. 18 de la Constitución
Nacional, está protegido por la garantía del debido proceso y la defensa enjuicio.
42
"
11
Adviértase que en Fallos, 3:373, se dijo que las provincias "... conservan su Los arts. 28 y 14 de la Constitución Nacional señalan que ninguna
uolw ra.nfa ubsol uta en todo lo relativo á los poderes no delegados á la N ación, como normativa de aplicación -la sentencia, en la especie- debe desnaturalizar o
lo n•conoce el artículo ciento cuatro ... " (el destacado me pertenece). contradecir, irrazonablemente, disposiciones y garantías constitucionales.
43
:17 Fallos, 61:19, 113:158, 119:117, 121:250, 171:431, 172:11, 176:230, 182:498, Las garantías constitucionales de razonabilidad y coherencia que se
1!JH:Illi8, 275:254, 311:1795, 318:2660, 321:3508, 322:1050. asientan en los parámetros señalados en el art. 33 de la Constitución Nacional,
La jurisprudencia de Fallos, 68:227, en la que la Corte Suprema convalida siguiendo el lineamiento de la enmienda novena de la Constitución de los Estados
111111 ll\y li.•dcral que cercena la autonomía local, en tanto exime a un particular de Unidos de América, determinan que los derechos no enumerados cuentan con
Jlllf(O do tributos locales, es una excepción a lo expuesto, fundada, pura y innegable vjgencia. Del principio de que la soberanía reside en el pueblo y con
c•xd mlÍvnmcnte, en una interpretación amplia de la cláusula del progreso, de plena Hustento en la forma republicana de gobierno se infiere que las garantías de
iw1pirneión n1berdiana, que, en resumidas cuentas, sintetizó el proyecto de país mzonabilidad y coherencia deben ser indefectiblemente cumplidas por los poderes
CJIH' por nqucl entonces estuvo en boga. eonstituidos -el Poder Judicial, en la especie- en su quehacer.
44
"" "Victoria Storani cü~ Boidanich e hi;io e 1Ansaldi, Jmperiale y Bovio", Fallos, El art. 17 de la Constitución Nacional impone una limitación a los poderes
IH·1: 1:17. püblicos. Sienta el principio de que la propiedad es inviolable. Prescribe sólo tres
:lll "()on Celestino M. Ut•y mm/m Al{rl'do y don Rrlumdo Rocha, por falsiflc·a." oxcopcioncs. Por un Indo sostiene, con estribo en los arts. 14 y 28 de la norma base,
c•ir'JI/ dt• mt•rctult•r((l,q J' dt! 1/itl./'l'llth• fiihrit·a", /l'alltm, 112::1811, t:ll::l87 y 1:1:1:2!JH. quu el ojorc:icio del dorocho do propiedad puede ser reglamentado siempre quo se
lo hugn dtl llllliWI'Il mzonndu y ruzonnhlo. Brgo, quo no Hü lo dmmnturulic:o AO
374 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y ARBITRARIEDAD DE SENTENCIA 375

base 45 • Es por la violación de la normativa constitucional menta- plausible 51 , o aplicaron preceptos derogados o no vigentes 52 , o dan
da, y no en virtud de consideraciones propias de Derecho común, como fundamento pautas de excesiva latitud 53 •
que la sentencia arbitraria hace cuestión federal y así habilita la n) Por prescindir de prueba decisiva 54, o invocar prueba
instancia apelada de la Corte Suprema. Es doctrina pacífica que inexistente 55 , o contradecir constancias de autos 56 •
"por medio de la doctrina de la arbitrariedad se tiende a resguar- m) Por realizar afirmaciones dogmáticas que sólo constitu-
dar la garantía de la defensa en juicio y el debido proceso exigiendo yen un fundamento aparente 57 , o incurren en un excesivo rigorismo
que las sentencias sean fundadas y constituyan una derivación formal 58 , o resultan autocontradictorias 59 •
razonada del Derecho vigente con aplicación a las circunstancias
comprobadas de la causa" 46• e) A los efectos de la decisión: por pretender dejar sin efecto
Tanto la doctrina cuanto la jurisprudencia de la Corte Supre- decisiones firmes 60 •
ma se han encargado de ofrecer una clasificación de las diversas N o se debe obviar que del tomo 300 de la colección de Fallos
n incontables causales de arbitrariedad. Es habitual que dichas de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (en adelante, el
afectaciones se den de manera concurrente en una misma senten- tribunal) ofrece la siguiente categorización de los diversos supues-
eJa. Siguiendo a Carrió 47 , los criterios de arbitrariedad remiten: tos de arbitrariedad por él considerados:
a) Al objeto del tema en disputa: a) Falta de fundamentación suficiente: se refiere a aquellos
pronunciamientos dogmáticos que sólo encuentran sustento en la
I) Porque omiten ponderar y resolver cuestiones debida- voluntad del juzgador; como el que ordenó, sin existencia de norma
mente propuestas y conducentes a la decisión 48 • legal que lo habilite, que se le pague al actor el sueldo correspon-
n) Porque resuelven cuestiones no planteadas 49 • diente a tareas no desempeñadas 6 1, o la que declaró la inconsti-
b) A los fundamentos de la decisión: tucionalidad de la ley de consolidación 5812 de la provincia de
Mendoza y dispuso el pago en efectivo del crédito de la actora, si
I) Por haber sido dictadas por jueces que se arrogaron potes-
para ello efectuó consideraciones genéricas sobre la situación de la
tades legislativas 50 , o prescindieron del texto legal sin dar razón
provincia, sin examinar a cuánto ascendió el pasivo público y los
medios con que contaba el estado para hacer frente a sus compro-
protcxto de regularlo. Asimismo, y por intermedio del instituto de la expropiación, misos 62 •
lu ( ~onstitución Nacional permite también la afectación de la propiedad privada
Hil'lllJll'O que haya razones de utilidad pública, exista calificación legal y medie
b) Defectos de fundamentación: se ve en aquellas sentencias
pwvia indemnización. Y la restante excepción al principio de inviolabilidad de la desprovistas de base legal, como la que se apartó inequívocamente
propiedad privada, que es la que realmente importa y atañe a la cuestión, pasa de la solución normativa prevista por el legislador pues, sin dar
por permitir su afectación ante la existencia de sentencia fundada en ley. La razón plausible, prescindió del tope de tres salarios mínimos vi-
tH •n tettciu a la que se refiere el art. 17 debe ser un acto jurisdiccional válido. Acorde
11 clen~cho. Debe cumplimentar, como requisito básico e ineludible, los extremos
inclicndos de los arts. 14, 18, 28 y 33. En caso contrario, es inconstitucional. Una 51
Fallos, 261:223, 303:1650, 316:3219.
lt•d.um integral del articulado constitucional llama a sostener que la única 52
Fallos, 247:291, 304:400, 306:718.
llt'lttoneiu que ostenta entidad constitucional suficiente para afectar la propiedad 5
a Fallos, 308:941, 319:2507.
privada es aquella que cumplimente las garantías consagradas en los artículos ya 54
dt•t.nllndos. Hazón por la cual la sentencia arbitraria es descalificable como acto Fallos, 250:36, 285:55, 289:400, 290:252, 292:524, 307:724, 319:2298,
326:3573.
juriHdiccional válido, pues afecta, inconstitucionalmente, el derecho de propiedad.
sr, Fallos, 310:1589.
'1 ~ Fallos, 261:209, 274:60, 291:202, 295:535. 56
•lfl fi'allos, 316:2464, 2718.
Faltos, 260:111, 316:2447, 322:437.
57
47
En relación a los distintos criterios de clasificación de las sentencias Fallos, 296:63, 301:268, 303:874, 279:355, 311:609, 316:2368 y 2004;
nrbitmrius, es cita obligada la lectura do la formidable obra de Gcnaro R. CmTió :126:3050.
y Alt•jandro D. Carrió, El recurso extraordinario por sentencia arbitraria en. la "" Fallos, 238:550, 319:2300, 322:179, 324:3612, 325:2751.
nu Fallo,q, 316:2718, :319:2211.
)tttiNprudencia de la Corte Suprema, Abeledo-Porrot, Buenos AireA, 198:3. 1111
4
H /+'alloil, 279::-!:i, :101:1:11 :.!, (il10; :111 :H4H, :12:.!::300.
/t'allo-9, 184:137, 2::!8:279.
111
·lll /t'allrm, :.!110:0111, :.!7(1:111, :¿!JO::.!Otl, :101:1011 y :llli:2217.
/i'allcm, :J26::.!:147.
11
~ /i'alloN, :121:1111 l. ·
~" /t'rd/o¡¡, :.!:111::110, :I:W::.!:Wt.
376 DJmi<:CHO PROCESAL CONSTITUCIONAL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y ARBITRARIEDAD DE SENTENCIA 377

gente a la fecha del despido previsto en el art. 245 de la Ley de la moto como envestida, pues se trata de una presunción que debe
Contrato de Trabajo 63 • valorarse conforme a las circunstancias de cada caso 68 , o la que
e) Defectos en la consideración de extremos conducentes: denegó el beneficio de jubilación por invalidez por haberse ceñido
atiende a aquellos pronunciamientos que omiten ponderar cues- al primer dictamen emitido por el Cuerpo Médico Forense sin
tiones básicas y elementales para resolver la controversia, como ponderar la totalidad de las pruebas y certificaciones acompaña-
la que desconoció que del documento sometido a homologación no das, el tipo de tareas realizadas y la repercusión de las afecciones
surgía que la recurrente hubiera retractado la revocación dis- padecidas 69 •
puesta mediante el acta de directorio, sino que, por el contrario, {) Excesos u omisiones en el pronunciamiento: aparece cuan-
ambos litigantes partían de la premisa de que el contrato había do la sentencia omite expedirse sobre cuestiones planteadas o lo
quedado revocado por imperio de aquella decisión 64, o la que hace sobre asuntos no debatidos, como la que declaró la inhabili-
rechazó el beneficio de jubilación por invalidez sin ponderar el dad del título y rechazó en su totalidad la acción ejecutiva inten-
grado de incapacidad asignado por el Cuerpo Médico Forense ni tada, si omitió considerar que, con respecto a uno de los dos
hacerse cargo de la profesión, edad y posibilidades del actor de períodos reclamados, la ejecutada no se había opuesto 70 , o la que
reinsertarse en el mercado laboral 65 , o la que atribuyó el 70% de invalidó la sentencia que extendió la ineficacia de la venta de un
responsabilidad a la víctima por haber cruzado incorrectamente inmueble a la hipoteca que sobre el bien había constituido el
HÍ se atiende a los argumentos del peritaje técnico que dab~ adquirente a favor de terceros, ya que dicha pretensión no había
cuenta de la excesiva velocidad a la que era conducido el colectivo sido objeto de la demanda 71 •
y el tiempo que había tenido el demandado para evitar la produc-
dón del accidente 66 • g) Exceso ritual manifiesto: se da cuando la sentencia tradu-
ce un excesivo apego a la ley de forma que oculta la verdad
d) Apartamiento de las constancias de la causa: se da ante objetiva, como la que desconoció la eficacia del nuevo domic~lio
In existencia en la causa de constancias que resultan inconciliables constituido por el demandado con apoyo en que no había sido
con los términos de la sentencia, como la sentencia que extendió dictada la providencia judicial aprobatoria 72 , o la que rechazó la
In condena a los restantes codemandados y a su aseguradora por demanda por rescisión de contrato de obra pública, si exigió el
un accidente de tránsito al prescindir de las conclusiones del juez cuestionamiento en la instancia administrativa de un decreto
ponnl para quien la conducta del conductor no había sido ni municipal que, al no haber sido notificado en esa sede, sólo fue
doRnpronsiva ni imprudente, por lo que en sede civil no pudo, sin conocido en la etapa probatoria de la litis 73 •
nuovoH elementos que avalaran la decisión, establecer lo contra-
do~~'', o la que rechazó una ejecución hipotecaria sin considerar
h) Contradicción: cuando la sentencia ostenta conclusiones
tll nntilisis de un convenio que establecía la caducidad de los
encontradas, inconciliables y excluyentes, como la que por un lado
plnzos de la hipoteca en el supuesto de que el deudor enajenara predicó la validez del acto societario y por otro la existencia de una
o1 bien sin acreditar previamente la solvencia de terceros ad- simulación, que encubría la donación con el objeto de modificar la
quirentes. situación de las mayorías de la sociedad, máxime si tal afirmación
sobre la existencia de un acto simulado generaba la necesidad de
e) Valoración de circunstancias de hecho y prueba: acontece demostrar tal simulación o fraude en el contrato social 74 •
f'ronte a la sentencia que aprecia de manera inválida las constan-
einH hnbidas en la causa, como la que atribuyó responsabilidad al En estas circunstancias, un pleito del resorte de la justicia
conductor de una motocicleta por el mero hecho de que apareciera ordinaria deviene, por su arbitrariedad, en agravio federal, cum-

nH Fallos, 326:3089.
Wl Fallos, 326::3050. nu Fallo8, 324:915.
111
11 1
' Frdlos, 322:963. ' J''allos,
326:3024.
7
nn Fallos, :324:12<ifi. ' Palios, 324::357.
1111
Fallo.~, 321 :70fl. n /t'allos, :122:179.
wt /l'allo11, :!2<l:2fi:l7. 7: 1 Pallcm, :121:1107.
H /l'a/lrm, :12li::l7:1tl.
378 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y ARBITRARIEDAD DE SENTENCIA 379

ple con los patrones de procedencia exigidos por el art. 14 de la o locales e, indirectamente, de preceptos constitucionales. La ar-
ley 48 y justifica el conocimiento de la Corte Suprema, toda vez bitrariedad suscitada en causa regida por derecho no federal no
que trasciende el ámbito de lo meramente opinable dentro del hacía mérito suficiente para instar exitosamente el recurso con-
Derecho común, local o procesal 75 • Es jurisprudencia pacífica la templado en el art. 14 de la ley 48. No comportaba agravio federal.
de Fallos, 325:314, que sostiene: "4a) Que si bien los agravios Era del resorte privativo de la justicia de provincia. Ello, pues se
planteados al examen de cuestiones de hecho, prueba y derecho entendió que, al no estar la controversia en disputa regida por
cmnún, ajenas -como regla y por naturaleza- al remedio del disposiciones federales, se incumplía, en la especie, el requisito de
a.rt. 14 de la ley 48, tal circunstancia no resulta óbice para que relación directa e inmediata. Hoy en día, y a mérito de la doctrina
esta Corte pueda conocer en un planteo de esa naturaleza cuando, de la arbitrariedad, la Corte ha modificado radicalmente su juris-
como en el caso, el pronunciamiento apelado no constituye deri- prudencia. De tal suerte, ha expuesto que una sentencia arbitra-
vación razonada del Derecho vigente y en él se efectúa una inter- ria, dictada en aplicación del derecho no federal, frustra garantías
pretación que desvirtúa las normas en juego" 76 • La facultad de la constitucionales, en tanto ello guarda relación directa e inmediata
justicia ordinaria de interpretar con exclusividad la legislación con el derecho federal invocado. Esto significa que el vicio de
eomún, local o procesal cede cuando violenta y transgrede dere- arbitrariedad transforma una sentencia en agravio federal y la
ehos y garantías federales. Por lo tanto, cabe reinsistir en que la torna susceptible de ser revisada por la Corte Suprema como
inconstitucionalidad que atañe a la arbitrariedad de sentencia tribunal de alzada en los términos del art. 14 de la ley 48, toda vez
no emana de ley alguna sino que surge de la sentencia misma. que, al marginar garantías constitucionales, desconoce la supre-
O, en última instancia, de la interpretación que en la sentencia macía del texto supremo.
el magistrado del caso haga del derecho y de las constancias Sin embargo, de no ser la sentencia arbitraria, y por ende,
vertidas en la causa. estar desprovista de agravio federal, no será susceptible de ser
La doctrina de la arbitrariedad de sentencias representó una revisada por la Corte Suprema, más allá del acierto o error que
muy sensible modificación del alcance del concepto de relación haya evidenciado 78 : "La jurisdicción extraordinaria no tiene por
directa e inmediata. Tal exigencia, surgida del art. 15 de la ley 48, objeto sustituir a los jueces en la resolución de cuestiones que les
manda que sea estrecha la vinculación habida entre el pronuncia- son privativas. No habilita una tercera instancia para debatir
miento en crisis y el precepto federal que se dice por aquél violen- temas no federales" 79 • Ni tampoco procede ante discrepancia en la
Ludo. Es por de más sabida la jurisprudencia que reconoce que no apreciación de la prueba y en la interpretación del derecho: "La
huy ni existe derecho que en definitiva carezca de raíz o funda- tacha de arbitrariedad reviste carácter estrictamente excepcional y
uwnto en la Constitución Nacional 77 • Empero, de no exigirse que no tiene por objeto corregir en tercera instancia decisiones equivo-
ol punto en disputa esté atendido, directamente, por normativa de cadas o que se reputen tales, sino que atiende a supuestos de
uquolla índole, la instancia apelada de la Corte Suprema sería f{ravedad extrema en los que media un apartamiento inequívoco de
itT«~Htricta e ilimitada. Tradicionalmente, y a lo expuesto me remi- la solución normativa prevista para el caso o una absoluta caren-
to, In Corte fue del entendimiento de que el hecho de que una cia de fundamentación" 80• De ninguna manera el recurso extraor-
t·wntencia no fuera consecuencia razonada del derecho vigente en dinario procede respecto de cuestiones opinables 81 • Las discrepan-
particular correspondencia con las constancias de autos no com- cias del apelante con respecto a la valoración de la prueba y a la
portaba agravio federal en la medida en la que versase sobre interpretación del derecho por los jueces de la causa no comportan
dorecho común, local o procesal, toda vez que no resultaron admi- impugnación atendible de arbitrariedad 82 • Una sentencia equívo-
Hibles recursos deducidos en materias regidas por derecho no
fi•doral. Era improcedente el recurso extraordinario siempre que

(¡ 11 biose sido fundado directamente en violación de leyes comunes 7
H Ver "Carlozzi c/Tortonese Ballesteros", Fallos, 207:72 y 234:157; 237:74,

2:1!1:154, 242:252, 244:384, 256:39, 269:413, entre otros muchos.


711
Fallos, :l08:1118 y 312:747.
7
~ Palios, :i:.l2:H7. HU ]i'al/tM, :JCJ7:7!J.
711 fi'nllo.~. :11 H: 1O12. 111
/l'alloH, :10:1:20!ll.
'1'1 /t'a!foH, 2:1H:4HH. "~ Fallon, :.W:l: 140.
RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y ARBITRARIEDAD DE SENTENCIA 381
:180 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL

la capacidad que legítimamente reviste la Corte Suprema en los


ca sólo será arbitraria "si es tan grosera que aparece como algo términos del art. 280 del Código de forma.
inconcebible dentro de una racional administración dejusticia" 83 • La doctrina de la arbitrariedad de sentencias ha venido a
1AJS tribunales no están obligados a seguir todas las cuestiones constituir pretorianamente un nuevo supuesto ante el cual se
propuestas, sino aquellas conducentes a la resolución de la causa 84 • sustancia agravio federal. Y así, ha llevado a extender sensible-
El cambio de jurisprudencia 85 o el apartamiento por parte del a mente la competencia del tribunal. Ha quedado demostrado el
c¡tw de sus propios 86 precedentes no generan arbitrariedad. La criterio dinámico del concepto de agravio federal. El nacimiento
doctrina de la arbitrariedad de sentencias lejos está de transfor- de la doctrina de la arbitrariedad es elocuente testimonio de ello.
mar a la Corte Suprema en una suerte de alzada ordinaria. El La Corte, en empleo de dicha potestad política, ha autohabilitado
n~curso extraordinario jamás ha dejado de ser un remedio de su instancia al conocimiento y a la decisión de casos que fueron
excepción cuya aplicación debe hacerse restrictivamente, como lo antaño considerados, a su legal entender, ajenos a su propia
ha sentado la Corte en numerosos pronunciamientos 87 , para no competencia, por corresponder su dilucidación a los respectivos
desnaturalizar su función ni convertir al tribunal en una nueva poderes judiciales de provincia. Creo oportuno hacer notar que,
instancia ordinaria de todos los pleitos que se tramiten ante los por intermedio de la tacha de arbitrariedad y en respeto al
tribunales del país 88 • Todo ello queda corroborado ante las excep- debido proceso, la Corte Suprema se ha permitido conocer, inclu-
cionales circunstancias ante las cuales la Corte se sirve revocar so, en juicios políticos federales 92 y en conflictos entre poderes
Hentencias apeladas impugnadas de arbitrarias. públicos provinciales 93 ; asertos que, históricamente, resultaban
Para ser preciso, es pertinente resaltar que, en la actualidad, totalmente ajenos a su competencia, por corresponder su
no basta ni es suficiente con que una sentencia adolezca de arbi- dilucidación a los otros poderes públicos federales o a las auto-
trariedad como para instar con éxito.la instancia extraordinaria ridades de provincia 94 •
de la Corte Suprema. Se exige, en primer lugar, que no se esté ante La doctrina de la arbitrariedad ha venido a erigir, elíptica y
una cuestión insustancial. Asimismo, que el vicio atacado sea de pretorianamente, un nuevo canal de acceso ante los estrados de la
entidad suficiente como para, en el caso de ser conjurado, modifi- Corte Suprema, que ha llevado a abarrotar, sensiblemente, el
cnr la solución tomada por el a quo 89 : "Para que proceda la funcionamiento del tribunal. Y digo de manera elíptica dado que
procedencia de la tacha de arbitrariedad no basta la mera discon- una lectura literal de la normativa de aplicación permite aseverar
j(mnidad del apelante con el pronunciamiento en recurso. Ella no la inapelabilidad ante la Corte Suprema de sentencias arbitrarias
lit!ne por objeto la corrección de sentencias equivocadas o que se dictadas en aplicación del derecho común, local o procesal 95 •
c•,.;limen tales, sino que atiende sólo a supuestos de omisiones y Cabe aquí hacer un alto y preguntarse si la Corte, cuando
dt'lutciertos de gravedad extrema en que, a causa de ellos, las conoce en el caso ante un supuesto de arbitrariedad, no actúa cual
Ht•nlencias queden descalificadas como acto jurisdiccional" 90 • Y, tribunal de equidad que brinda justicia al caso particular, más allá
por l'!obre todo, es favorable para la procedencia exitosa del recurso y más acá de las competencias que estrictamente el ordenamiento
quo In causa a estudio revista trascendencia o importancia insti- positivo le confiere. Creo que la respuesta es afirmativa. Sin
tucional fJJ. Todo ello, so riesgo de ser desestimada con estribo en embargo, ello en nada permite aseverar que la Corte Suprema ha
perdido su entidad de verdadero poder político del Estado. Nada
1 más alejado de la realidad. Lo que a mi entender acontece es que,
"' Fallos, 247:713.
1
<-~
Fallos, 248:385, 272:225, 294:261, 297:333, 362; 300:1193, 307:951. a la función de poder político con la que ha sido investida por el
6
" Fallos, 302:785.
Htl Fallos,
1
262:101, 300:1170. •
"' Fallos, 97:285, 151:48, 190:466, 155:248, 172:149, 177:390, 186:497 y 11
~Fallos, 316:2940.
1!)1:220. !la Ver Fallos, 308:525,961, 2609; 310:2031,311:811, 2320; 312:253,313:114,
"" Fallos, 237:69, 244::384, 297:173, 302:1.574. :llli:7()2, 781.
11
" Fallos, 189:185, :lll:l65G, 2fi74; :32.1:1240. IH Fallos, 1:87, z:;l4, 97:184, 264:375, 266:235, 267:176, 282:423, 282:200,
1111
Fallos, 250:34H. ~H:l:tl2!1, :no:2H5, 1074; :111:489, 1470, 1588; 314:94, 620; 315:448.
111
Hpota, Albmto Ant.ouio, Ut•t·ttrno ¡•xtmordinario. Estado .Y mmlucüín rtrtrutl 11
~ Vor diHidoneia d<•l doetor CnRtlrüR en Fallos, 211:958.
ti!' la juriNprurlt•llt'irt, Arhilrrrl'i••tfwl. L't•rtiom.ri, 1,n 1.o y, 2001, p1ig. lOO.
DERECHo PuocEsAL CoNSTITUCIONAL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y ARBITRARIEDAD DE SENTENCIA 383

constituyente, ella misma le ha añadido una competencia nueva De tal suerte, la justicia local resulta competente para aplicar
-si se me permite- de tribunal de equidad. a su libre arbitrio el derecho común o local en la medida en que
no obre con arbitrariedad. Así las cosas, y en defensa de principios,
derechos y garantías constitucionales, la Corte Suprema de Jus-
4. Conclusiones. ticia de la Nación ha restringido, con sustento en la doctrina de la
nrbitrariedad de sentencia, la capacidad decisoria de la magistra-
La Corte Suprema, con apego a la doctrina de la arbitrarie- tura de provincia.
dad, vino a limitar la capacidad de la justicia de provincia de Por ello, cabe concluir que la doctrina de la arbitrariedad vino
resolver, con exclusividad, contiendas que tradicionalmente resul- a erigirse como punto de equilibrio entre la capacidad de !ajusticia
taron propias de la incumbencia de ésta. Por ello, tal jurispruden- de provincia de aplicar el derecho común o local y el pleno y real
cia bien puede ser visualizada desde dos ángulos completa y n~speto de los derechos y garantías constitucionales.
absolutamente enfrentados. Con apego a una postura pro autono-
mista, cabe sostener que las provincias no cedieron al poder fede-
ral, bajo ningún aspecto ni condición, competencia ni jurisdicción
alguna para juzgar aquellas causas de índole local o común que
hubieran tramitado ante sus tribunales. O sea que tales litigios no
sólo deben comenzar, sino que también deben fenecer, ante la
instancia provincial, sin que en nada importe que estén viciados
de arbitrariedad. Rememorando la vieja jurisprudencia: las pro-
vincias en el ejercicio de sus facultades reservadas son, para con
el Estado federal, asimilables a un Estado extranjero. Por ello, la
doctrina de la arbitrariedad de sentencias puede ser tenida como
una indebida injerencia o inconstitucional intromisión de un poder
foderal -a la Corte Suprema me refiero- en cuestiones ajenas a
HU jurisdicción.
A su vez, y desde un ángulo más proclive a tutelar los prin-
cipioH consagrados en la parte dogmática, es procedente sostener
qtu~ In Constitución Nacional confiere a todos los habitantes de la
Nuci6n una amplia gama de derechos y garantías, y que, de no
invnlidarse las sentencias arbitrarias, se estaría dejando a merced
do la justicia local la real vigencia de los derechos constitucionales.
La Corte Suprema ha conciliado, con buen tino y suma pru-
dnncia, ambas posiciones, al sostener que la justicia de provincia
nH la suma y máxima autoridad para aplicar a su entera discreción
ni derecho comó.n o local en la medida en que no obre con arbitra-
rit~dnd. Ante la presencia de dicho vicio descalificable, bien puede
nbrirHo la instancia extraordinaria. Como contrapartida, de no
dnv<~llir arbitraria, y más allá del acierto o error que lleve la •
HnnL<~neia que del caso fuere, resultará insusceptible de ser revi-
Nndn por la Corte Suprema, ya que no le es dado a poder federal
alguno modificar, alterar ni sustituir los criterios de apreciación
y nrbitrio escogidos por In juAticia do provincia on empleo razona-
do y razonable do HUS fucult.ades roHorvadnH.
CAPíTULO XIV

RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL


Y GRAVEDAD INSTITUCIONAL
por
MARÍA SOFÍA SAGÜÉS 1

1. Irrupción de la gravedad institucional en el control de


constitucionalidad argentino.

El recurso extraordinario federal, y con éste el desempeño de


la Corte Suprema de Justicia de la Nación como guardiana de la
Constitución, recibe una relectura al introducirse en juego la óp-
tica de la gravedad institucional. La figura impacta en los para-
digmas clásicos institucionales y procesales del accionar del tribu-
nal, adaptando y llegando a la quiebra de su estructura.
La gravedad institucional ha sido calificada de "válvula" 2 ,
"llave" o "ganzúa" 3 que le permite a la Corte Suprema abrir cauce
al recurso extraordinario en aquellos casos en que el remedio
federal no hubiera procedido de haberse exigido la totalidad de los
presupuestos de admisión. La misma Corte generó pretqriana-
mente la noción de que ((en los supuestos de gravedad institucional
se prescinde de algunos de los requisitos corrientes de la apelación
federal en salvaguarda de los derechos fundamentales de la comu-
nidad, por encima del interés individual" 4 • De esta manera, la
1
Master of Laws (Georgetown University). Profesora de Derecho Consti-
tucional de la UCA y en posgrado en la UBA y en la UA.
2
Vano~i, Jorge R., Aspectos del control de constitucionalidad en la Repú-
hlica Argentina, Bogotá, 1977. Barrancos y Vedia, Fernando N., la considera una
vl'tlvulu de escape de tipo procesal y de creaciónjurisprudencial, tal como el recurso
c•xtrnordinario por sentencia arbitraria y el amparo, en Recurso extraordinario y
fll'liUedad institucional, 2" ed., Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1991, pág. 152.
:e Sngi.IQH, Néstor Pedro, Recurso Extraordinario, 4" ed., Astrea, Buenos
AirnH, 2002, t. 2, p1ig. 280.
4
"Va,qconcdlo, Roberto, y otras" (19HO), Fallrm, 313:1)11.
~~1'"1 /htrt'C'htJ l 1nWt'Nul (;tJttnlttrwit•mll.
:IH(J DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y GRAVEDAD INSTITUCIONAL 387

institución en estudio permite la exclusión de la sujeción estricta criterio realista, problemas de inmensa gravitación para la comu-
n ciertos recaudos para la admisibilidad del recurso extraordina- nidad" 10 •
rio r., llegando a quebrar los moldes procesales del mismo 6 . La institución en estudio presenta una primera pauta carac-
La razón de ser de la figura radica en la misma naturaleza terística de la que se desprende su complejidad metodológica. Al
de la Corte como guardiana de la norma suprema. Así lo ha ser una creación pretoriana de la Corte Suprema, cuyo momento
t~xplicado el tribunal al señalar que "[m]ediante el uso de la pauta de surgimiento histórico varía según los autores 11 , lo que carac-
ualorativa de la gravedad institucional como medio para admitir teriza al instituto es el ser "materia no legislada, que tiene la
d recurso extraordinario, la Corte Suprema actúa en cumplimien- fluidez de la creación judicial, y la maleabilidad de la interpre-
to de una alta tarea de política judicial, impuesta por la firme tación propia de su ámbito" 12 • Esta fluidez, por ejemplo, reper-
defensa del orden constitucional y afirmada de tal modo como su cute en la terminología con que el tribunal se ha referido a la
7
IIUÍ.s delicada e ineludible función jurisdiccional" • El criterio ha misma, llegando a revestir, conforme lo sostiene Sahab, una
Hido desarrollado en "Mozzatti", sobre la idea de que "la misma "verdadera metamorfosis nominal" 13 • Dicha ambigüedad tras-
Corte, en causa judicial llegada por la vía pertinente, inviste el ciende en la falta de un criterio unívoco en la conceptualización
poder supremo de resguardar la Constitución, y dicho poder no de la noción de gravedad institucional, así como en la sistema-
puede ser enervado por lo dispuesto en la ley ritual, si la aplicación tización de sus efectos. Esto es criticado por Morello, quien pun-
de ésta en las excepcionales circunstancias del caso va en desmedro tualiza que "mediante el concepto de interés o gravedad institu-
do la defensa en juicio y del debido proceso" 8 . cional la Corte ha asignado un papel central a un estándar
La noción de gravedad institucional se vincula intrínseca- peligrosamente vago, cuya falta de precisión permite que se lo use
mente con el accionar del Supremo Tribunal, puesto que éste ha para encubrir cualquier tipo de discrepancia valorativa (de na-
definido la función de control de constitucionalidad a través de turaleza social, política, moral, religiosa, económica, etc.) con el
In declaración de inconstitucionalidad de una ley como un acto contenido de una decisión sobre cuya validez el Alto Tribunal
que, en sí mismo, reviste suma gravedad institucional, dada la tiene al palabra definitiva" 14 •
presunción de legitimidad de toda disposición sancionada y pro- La afirmación y precisión de la figura puede ubicarse, histó-
mulgada de acuerdo con los mecanismos constitucionales" 9 • La ricamente, a partir de la década del '60 15 , siendo elleading case
figura, en consecuencia, modera y a su vez potencia a la Suprema el precedente "Jorge Antonio" 16 • En dicho pronunciamiento, la
Corte, al exigir, por un lado, suma cautela en la aplicación del Corte analiza con profundidad la base de justificación de la insti-
control de constitucionalidad, y, a su vez, quebrar los moldes tución, sosteniendo que "el recurso extraordinario ha sido instituí-
¡u·ocl~snles que estructuran el cauce de su acción. Así, a través de
In noción de gravedad institucional, el tribunal se ve revestido de 10
lm-1 herramientas necesarias y "opera como el «gran árbitro» en Morello, Augusto M., "La gravedad institucional en la nueva Corte", JA,
1984-IV, nota 10.
materias políticas, económicas y sociales en las cuales, más que 11
Sahab encuentra antecedentes a partir del año 1903 (Fallos, 98:309), en
c•tnnponedor de una causa ... resuelve de modo definitivo y con Sahab, Ricardo J., El Recurso Extraordinario por Gravedad Institucional, Ediar,
B ucnos Aires, 1978, pág. 34, mientras que Barrancos y Vedia refiere a su aparición
jurisprudencia! desde 1943 (op. cit., págs. 52 y ss.).
12
~ Barrancos y Vedia, op. cit., pág. 54. Bidart Campos, Germán, prólogo a Ricardo J. Sahab, op. cit., pág. 9.
11 "Mozzatti, Camilo y otro" (1978), Fallos, 300:1102 (el resaltado me perte- 13
Sahab, op. cit., pág. 36. Dicho autor señala que se han usado para referir
rweu), n la misma las fórmulas "razones institucionales", "razones de gravedad o interés
7 "Sociedad Aeronáutica San Fernando S.R.L. y otros"(2000),Fallos, 323:337. institucionali, "instituciones básicas de la Nación", "instituciones federales",
11 "Mozzatti, Camilo y otro" (1978), Fallos, 300:1102. "gravedad institucional". Sagüés, por su parte, refiere a las etiquetas de "trascen-
11 l~llo así, en cuanto las leyes dictadas de acuerdo con los mecanismos dencia constitucional", "grave trascendencia institucional", "notorio interés insti-
proviHtos en la Ley Fundamental gozan de una presunción de legitimidad que tucional", "cuestión institucional seria", "razones de interés general", "situación
opom plonumcnte y obligu u ejercer dicha atribución con sobriedad y prudonein, que se proyecta sobre la buena marcha de las instituciones" (op. cit., pág. 284).
como ultima ratio, únicmnontc cuando In repugnancia de la uormn con In cli.Íu:mln 1'1 Mor·eHo, Augusto M., "La gravedad ... " cit., pág. 526.

t•ouN1.itucionul Roa mnniliwo~t.n, clarn o indudnhlo. Ver Fallos, :H9:178, :111 ::l!)4, 1
~ Ver.· Barruncos y Vodia, op. cit.
:ll:l:l:.l:.l, :JI:.l:14:l7, :ll:.l:J(iHI, :114:407, :!14:42~·. :J16:2G24, :117:44, ont.ro ot.roH. w Fallos, 24H:1R9.
!IHH DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y GRAVEDAD INSTITUCIONAL 389
do como el instrumento genérico para el ejercicio de la fur:ción
jurisdiccional más alta de la Corte Suprema, la que se satLsfac~ quier problema de Derecho se lo podría entender de interés
·C'abalmente, cuando están en juego problemas de graveda. institucional, ya que lo resuelto en torno a la definición sobre la
institucional, con su decisión por ella, desde que su (allo es pr~cL- interpretación o contenido de una norma puede impactar en
otros pleitos posteriores" 18 •
1w mente el fin de la jurisdicción eminente que le ha SL~O confenda
Efectivamente, la Corte ha delimitado el concepto de grave-
1111 n cuando su ejercicio puede promoverse .en c~n~wn~as .entre
¡wrticulares. Lo mismo que la ausencia del mteres mstLtucL?nal, dad institucional en virtud de la articulación de dos estándares
· · denc;a básicos, que, utilizados en forma negativa y positiva, han contri-
r¡ue l a JUnspru • contempla con el nombre de <<cuestwnes
d l buido a demarcar el marco conceptual de la figura. El primer
fi•derales insustanciales», autorizC1: el recha_zo de. plano e a apJ-
estándar utilizado por el tribunal de manera negativa es el de la
Ia(·ión extraordinaria ... así tambLén la exL~tencw d~, aspecto~ e
~mvedad institucional puede justificar la mt~rvencwn del tnbu-
no trascendencia del mero interés de las partes. Así, un primer
nal superando los ápices procesales frustratorws ~e.l control ~ons­ escalón en la delimitación del concepto de gravedad institucional
litucional de esta Corte. Se trata, en efecto, d~ con_dww.nes pert~ne7- parte de excluir de su ámbito todas aquellas causas que no exce-
dan el mero interés de las partes, o tiendan solamente a remediar
lt•,<; para la eficiencia del control de constLtucwnahda~ Y e. , a la situación de los perdidosos en un pleito 19 •
msación federal que esta Corte debe cump~il:, cuya conslderacwn
ha Mlliado tradicionalmente la interpretacwn de la~ normas que Dentro de esta línea, Morello señala que "el parámetro
~ohiernan la jurisdicción que ha sido acordada al tnbunal P?r ley
diferenciador radica en que el interés supere al de las partes; que
fimnal del Congreso, a ,saber, el art. 14 de la que lleva el n.wn_e~o se proyecte sobre el general o público aa buena marcha de las
4H y 6 de la ley 4055. Estas que, a su vez, reposan en el prmClpW instituciones, la tutela del crédito fiscal, la subsistencia de regíme-
17 nes previsionales, etc.) o de envergadura social o económica. Que
1•111 ;, 1;agrado por el art. 31 de la Constitución" •
tengan resonancia, y no que el eco quede aprisionado entre las
paredes que amurallan un proceso particular" 20 • En el mismo
2. Aproximación conceptual a la gravedad institucional. sentido, explica Fayt que "la doctrina de la gravedad institucional
no requiere ni surge como consecuencia de una deficiencia de la
Sngüés parte de considerar que, den~ro de la~ ~uestiones de sentencia apelada, sino que su origen está en la trascendencia del
l{ruvednd institucional, habría dos verswnes utilizadas P?J la caso sometido a la decisión de la Corte" 2 1, es decir, "la gravedad
(!orto Suprema: "a) una de máxima la r~serva para casos ev1 en- institucional engloba la causa" 22 •
I.CIH do macropolítica, y b) otra de mímma, para sup~estos qu e Sin embargo, la mera trascendencia a la particularidad del
I'Xl'udon el mero interés de las partes. Según esta ultima, cua1- caso no parece suficiente para acreditar, de por sí, la existencia de
gravedad institucional. Superada la primera delimitación negati-
1'1 I•~n dicha causa la Corte, en miras a resolv~r el pro.blema de fon_do 18
n• lin·ido al alcance del art. 10 del dec.-ley 5148/55 relatlv~ a med1dast p~e;au~o~das Sagüés, op. cit., pág. 285. Finalmente concluye que la adopción de una u
· · · precisa
· d a a superarel "áp1ce frustra otra variable para habilitar o denegar un recurso extraordinario tiende a perfi-
"Hlhn• himll'H mterdlctos- se VIO 1 e' ono Fre1en d 1o
larse, en los hechos, como un asunto político, legítimo o no, según cómo se
" · 1
11 lu Jllll'Koneríu de la recurrente para Impugnar a reso u 1 .
1 c'ónde) a amara 1 .d erando
era,
instrumente.
lo e1 1w fue materia de pronunciamiento (no del todo preciso en e . cons1 e . ,
t.con ~oro. J•jn este precedente la Corte consideró qu~ la c?-~sa constituye cuestw~
19
Por ejemplo, "Baraldini, Luis Enrique y otros" (1993), Fallos, 316:2723, y
¡1111 t.it.ucionul "tanto por el carácter federal de sus d1spos1Cl?nes como por el ~;de "Abnada, Ricardo Epifanía y otros" (1994), Fallos, 317:439. En estas causas, la
deo vulor ót.ico a que corresponden y la naturaleza .de .l?s bienes a que se ap Ican. gravedad institucional que el recurrente invocaba se basaba en la naturaleza de
l•:ra cd'<'d.o, la triste gravedad y la repudiable des:vmcwn mo~alde los ~?cl~os q~e las conductas «tribuidas a los procesados y en las elevadas penas impuestas.
20
1110 t.ivn 11 Ju mencionada legislación concurren a 1m poner la. mtervencwn e. es ~ Morello, Augusto M., La nueva etapa del recurso extraordinario. El
( :ort.o 0 impiden la extensión interpretativa de las excepciOnes que el ~égm~e certiorari, Abeledo-Perrot, 1990, Buenos Aires, pág. 158.
~ Fayt, Carlos S., La Supremacía Constitucional y la Independencia de los
1

1c•jfll 1 IH 11111'to" (Fallos· • 248:189). Al respecto, , puede


,
consultarse Palacw, Lmo
T.!l ente~,
· Ah 0·¡ do Ponot ,Jueces, Depalma, Buenos Aires, 1994, pág. 89.
1,• 11' 1••1, 111 c, Rl RecUI".~o Rxtrnordinario Federal. '1 eor(a Y ° · ' 22
Lugones, Narciso Juan, "Las heterodoxias del recurso extraordinario.
' ., . .
:1" od. nmplindn, BuonoM Airo11, l!J!I:.!, púg. '272 ; .,u In>, op. Cl' t ., .Y 13!llTilllCOH• •Y
"' l \
v.. dill, op. c:it.. Arbitrariedad y gravedad institucional", Prudentia Iuris, vol. 30, 1992, Buenos
Airos, p1íg. lli.
300 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y GRAVEDAD INSTITUCIONAL 391

vn del concepto, esto es, la afirmación de que la gravedad institu- que establece la Constitución Nacional y el futuro de nuestra
cional no procede cuando el caso no trasciende el interés de las comunidad toda" 25 •
pnrtes, la Corte ha recurrido a diferentes estándares para calificar Si bien la fórmula adolece de vaguedad 26 , Barrancos y Vedia
la trascendencia requerida, indicando qué sector de causas que dice que "instituciones básicas o fundamentales" son aquellas que
trascienden el interés de las mismas sí reviste entidad suficiente constituyen el basamento sobre el que se asienta la sociedad, que
pura ser considerado con gravedad institucional. Así, ha procura- se ven afectadas o perturbadas en el caso sometido a decisión del
do especificar la noción de gravedad institucional remitiendo otras Alto Tribunal 27 • Sahab, por su parte, considera que "no pueden ser
pautas tales como el compromiso de las instituciones básicas de la otras que las instituciones fundamentales reguladas por el Dere-
Nación, o bien que la causa impacta a la comunidad toda, o bien cho Constitucional" 28 • La Corte ha procurado dar contenido al
especifica aún más los estándares mencionados individualizándola estándar, señalando que las instituciones cuya afectación genera
cuando se afecta un servicio público, la recaudación de la renta gravedad suficiente estarían dadas por las instituciones básicas
pública, la buena administración de justicia, o en virtud del con- del sistema republicano de gobierno 29 • Por último, no sólo la
tenido valorativo de la causa se impactan los principios básicos de configuración intrínseca sino también la normal relación entre las
orden social. Una clasificación tentativa de los estándares de mismas podrían considerarse como variables de la existencia de
existencia de gravedad institucional puede distribuirlos en tres gravedad institucional 30 •
grupos: aquellas causas que afectan instituciones básicas de la Dentro de este estándar marco, se pueden ubicar supues-
N ación; que atañen de modo directo al interés de la comunidad, o tos en que la Corte ha admitido la existencia de gravedad ins-
que afectan principios básicos de la Constitución Nacional e ins- titucional cuando se afecta el sistema de división de poderes, el
tituciones básicas del Derecho. accionar del Poder Judicial, el adecuado funcionamiento del
servicio de administración de justicia, las pautas delimitativas
a) Causas que comprometen o afectan la buena marcha del sistema federal, el sistema electoral, el sistema educativo,
de las instituciones básicas del Estado. o se compromete la responsabilidad internacional del Estado
Nacional.
En un primer término, el concepto de gravedad institucional
HO relaciona con aquellas causas que comprometen las institucio- 1) Conflicto de poderes.
rws LH1sicas de la N ación 23 , siendo necesaria la intervención de
In Corte para poner remedio a una situación cuyos alcances En ((Unión Obrera Metalúrgica", la Corte refiere a que "[l]a
oxcodon el interés de las partes para proyectarse sobre la buena invasión que un poder del Estado pudiera hacer respecto de la
rlllll'eha de ellas 24 • El criterio encuentra su fundamento en la idea zona de reserva de actuación de otro, import~ siempre, por sí
do qtw "la función jurisdiccional más alta de la Corte ... debe misma, una cuestión institucional de suma gravedad que, inde-
:wlis/(t.cerse cabalmente cuando están en juego problemas de gra- pendientemente de que trasunte un conflicto de competencia juris-
rwdml tal que han comprometido el devenir de las instituciones diccional o un conflicto de poderes en s~ntido estricto, debe ser
resuelta por la Corte sin que sea óbice para ello la inexistencia de

~: 1 Por ejemplo, "Massalin Particulares S.A." (1993), Fallos, 316:2922 (el caso 25 Disidencia parcial del Dr. Carlos S. Fayt en "Abella, Juan Carlos y otros
""fi,rfn u la delegación de potestades legislativas al Ejecutivo, en materia tributaria).
~ 4 "De Pablo, Hilario" (1987), Fallos, 300:417. A través de esta variable la
si artículo 80, incisos 2, 6 y 7, etc., del Código Penal ley 23.077".
26
(~orto Lanto da apertura al recurso extraordinario -"Ministerio de Defensa"
Pal!kio, op. cit.
27
Barrancos y Vedia, op. cit., pág. 174.
(:lOO 1), /l'allos, 324: 1225; "Firestone de la Argentina S.A.!. C." (1990), Fallos, 28
Sahab, op. cit., pág. 44.
:11:1:1 ti:.:!O; disidencia de los Dres. Cavagna Martínez y Barra en "Del Val, Ricardo 2v "Pensavalle S.A." (1989), Fallos, 312:2150. En el mismo sentido, voto de
./." ( 1H!ll ), Fallos, a14:1723, entre otras- como eierru el mismo -"Binstoll,
,Juan" (lHHH), Fallo,q, a11: 23UJ; "Clean S.R.L." (1981), Fallos, ::10:3:1034; "Cta.. loA Dres. Nazareno, Moliné O'Connor y López en "Baterías Sil-Dar S.R.L." (2001),
.'-lroi/1 dt• /,rt Plata S.A." ( 1!l77), !•'al/oH, 2!Jf)::JH8; "Collinao, Rufin.o .'Y otrosp (1 BH!l), FalloH, :l24:31R4 .
:w "Empri!,qa Nacional de Telecomunicaciones e 1Municipalidad de Córdoba"
/l'a/lo.~, ;¡ 12:2tl(i; vo(.o dnll lr. Cudo11 H. Fuyt 011 "Ct•nio, .Jua.n ,/ninw" ( WHtl ), FalloH,
( 1!JH7 l, Falhm, :l 10: 17G6.
:IOH: 1!)(), t>lll.n• ol.r'OII .
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y GRAVEDAD INSTITUCIONAL 393

vía:;;procesales específicas, pues es claro que problemas de tal susceptible de configurar gravedad institucional 36 , y la división de
naturaleza no pueden quedar sin solución" 31 • un tribunal en salas 37 •
En consecuencia, conforme a la jurisprudencia de la Corte, el Respecto de la integración de los órganos judiciales, las cues-
<:onf1icto de poderes reviste gravedad institucional si ((se cercena la tiones relativas a la recusación de los jueces no sonper se revisables
posibilidad de someter a decisión de la Corte el alegado quebran- por medio del recurso extraordinario, salvo que el caso revista
tamiento del principio de separación de los poderes" 32 • Dentro de gravedad institucional 38 • Un caso particular está dado por ((Provin-
PHLe marco, tanto la intromisión del Poder Judicial en el ámbito de cia de Mendoza en juicio: Alberto L. Staib y otros((, donde la Corte
la administración corno en el accionar del Poder Legislativo han sostuvo que la dilación en la integración del tribunal podía conce-
Hido considerados por la Corte corno supuestos de gravedad insti- birse corno un supuesto de gravedad institucional 39 . Asimismo, en
tucional33. "Festorazzi" 40 se ha considerado que existe gravedad institucional
cuando se analiza el desempeño corno magistrado judicial subrogante
2) Afectación al Poder Judicial. de un fiscal. Finalmente, los aspectos relativos a juicios políticos
N urnerosos ternas relativos al accionar del Poder Judicial han contra magistrados han sido considerados por el ministro Boffi
Hido catalogados por la Corte corno supuestos de gravedad institu- Boggero como supuestos de gravedad institucional 41 •
cional. Ellos atañen tanto a aspectos institucionales relacionados 3) Afectación del servicio de administración de justicia.
con el desempeño de los tribunales en el sistema de frenos y
eontrafrenos, corno a la integración y configuración institucional La afectación de modo generalizado de la administración de
do los mismos, a la suspensión o remoción de magistrados, así justicia constituye otra variable de gravedad institucional 42 • Así, en
como a criterios relativos al correcto funcionamiento de la adrni- ''Acción Chaqueña", la Corte ha considerado que en aquellos casos
niHtración de justicia. en que la notoriedad y difusión de un asunto conmueve a la opinión
Desde el punto de vista institucional, se presenta un supues- pública, de tal manera que se pone en duda la eficacia y objetividad
to de gravedad institucional si se encuentra en tela de juicio la de la administración de justicia, la causa reviste gravedad institu-
competencia originaria de la Corte prevista en los arts. 116 y 117 cional, ''pues uno de los requisitos del sistema representativo repu-
d<~ In Constitución Nacional 34, así corno el establecimiento del blicano de gobierno que las provincias han de garantizar es la fe en
fu oro federal respecto de las causas en que la N ación o sus enti- quienes tienen a su cargo esa función, eliminando en el ámbito de
dades autárquicas son partes y los supuestos en que se cuestiona su poder todo lo que la afecte o disminuya" 43 •
In <~xclusión de la justicia federal en beneficio de los tribunales
oxtrnnjeros 35 . Asimismo, la delimitación funcional del ámbito de 36 "Carrizo, Alejandro Héctor y otro" (1980), Fallos, 302:843.
nduación de los tribunales de alzada ha sido considerado corno 37 Fallos, 250:699.
38 "Fernández Alvariño" (1982), Fallos, 304:703, y "Penjerek, Norma Mirta"
'
11
(1996) Fallos, 319:371. En el mismo sentido, "Rodríguez, Jorge" (1997), (1963), Fallos, 257:134.
39 "Provincia de Mendoza enjuicio: Alberto L. Staib y otros" (1985), Fallos,
11'alloll, :320:2851; "Lona, Ricardo" (2004) y voto del Dr. Boggiano en "Haquim,
( :arhm Guillermo" (2001), Fallos, 324:2299. 307:2504. Los Dres. Martínez Vivot y Gnecco, en disidencia, han sostenido que un
' ~ "Corporación Argentina de Productores de Carnes C.A.P." (1975), Fallos,
1
ejemplo de esta hipótesis se encuentra en el caso en que la recusación se vincula
~!J:l::l29. con la mejor administración de justicia, cuyo ejercicio imparcial es elemento de
"" "Mauri, María Cristina" (1983), Fallos, 305:1582 (a contrario sensu), la defensa en juicio, en "Franco, Mario José" (1983), Fallos, 305:1745.
"l'art.ido ,Justicialista" (1965), Fallos, 263:267, entre otros. 4
° Fallos, 259:307.
41 Votd"del Dr. Boffi Boggero en "Luque, Jorge" (1965),Fallos, 261:73; "Felipe
11
' Del dictamen de la Procuración General, al que remitió la Corte Suprema
1'11 "Atwciación de Maestros y Prof (A.M.P.) el Minist. de Educ. de La Rioja" (2003). Lizondo", Fallos, 260:114, y "Roque González", Fallos, 253:406. Ver, en el mismo
l•:u ni mismo sentido, "Instituto Provincial de Seguros de Salta e 1Instituto sentido, Fallos, 262:144.
l'l'lwincial Autárquico del Seguro de Neuquén y 1o Provincia del Neuquén" (200:3), •~ "Márquez, Alfonso Carlos" (1980), Fallos, 302:795; en el mismo sentido,
fi'11/lo.~, :124:8:~3, y "Provincia del Chaco el Parra de Bosco, Ana M. y otros .9/ Fallos., :.300:417.
1 " Voto de !u mayoría, al que no adhirieron los Dres. Belluscio y Petracchi,
t'.llJI'!IJJiación, i!Xpte. (i211 1.9,') .~ lt:nhibitoria", 6/:liOl.
:In "Cfa. Ar~entina rJ¡• ScwuroH Oi!lll!m.les La Re¡níhlica, S.A. el Hn.nco de la un "Acción Chcu¡ue1ia" (1991), Fallos, 314:916. Un criterio similar puede encon-
Nal'itSn" ! l !l!l:.!), Pnllc111, :.!M:I'íOO. l.rurHu llll "l'e!~ierell, Norma Mirtrr. .~/rapto y homicidio" (1963), Fallos, 257:1:34.
394
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y GRAVEDAD INSTITUCIONAL 395
Dentro de este marco, se ha resuelto que revisten gravedad
institucional la existencia de jurisprudencia contradictoria 44, la en que la arbitrariedad de la sentencia rev~s~e ta~ m::g~itud que
conducta procesal atentatoria contra la dignidad de la administra- implica un atentado contra el adecuado sex:r1c1~ de ~ustlc1a y puede
45
ción de justicia y la participación procesal, en lo referido a la ser considerada un supuesto de gravedad mstltucwnal. EJemplos
exclusión del apelante como parte en una causa de amparo 46 • de tal razonamiento son l as causas "Gwcomone,
· Aldo J uan " 52 ,
Un grupo interesante de causas es el de aquellas en que se "Abel Antonio Bravo c/YPF' 53 y "Toculescu" 54, citadas preceden-
Bostuvo que la existencia de deficiencias en los pronunciamientos temente.
judiciales puede llegar a revestir magnitud suficiente como para Es necesario aclarar que la mera impugnación de normas
constituir gravedad institucional. Así, en el caso "Toculescu" se con- formales, sin que el planteo exceda el marco estrictamente p~o~esal,
cluyó que "cabe acudir a la Corte Suprema ... en procura de la revisión es considerada insuficiente para afectar la adecuada admmistra-
de una posible condena de un inocente, así como también de la ción de justicia y, en consecuencia, para revestir gra~edad institu-
absolución de los partícipes declarados de hechos notorios y graves, cional, puesto que su interpretación queda comprend1?a d~n~ro. de
en los supuestos en que la sentencia adolezca de deficiencias sus- lo que es propio de la decisión de los jueces de la causa 50 • As1, SI _b:en
ceptibles de afectar una irreprochable administración de justicia" 47 • en virtud de la existencia de gravedad institucional se ha admitido
En el mismo sentido, en "Abel Antonio Bravo c/YPF' se estimó que equiparar a sentencia definitiva los pronunciamientos di?tados en
''el desconocimiento de una sentencia de las constancias de un suma- juicio ejecutivo o de apremio, ello no comprende la m~ra.Imp~gna­
rio esencial para resolver en la causa constituye cuestión de notorio ción de la ley que regula el apremio, aun cuando hm1te Ciertas
interés institucional" 48 • Asimismo, se consideró incluido en esta excepciones a las formas extrínsecas del título 56 • A~ r~specto, la
variable el error manifiesto en lo decidido en un fallo plenario en el "alegación de inconvenientes para el .completo resc:rcLmLento en el
que se ven comprometidas normas sobre seguridad social 49• juicio ordinario posterior" no es considerada suficiente como para
. Sagüés ~xplica que dicha tesis importa una llamativa amplia- concebir la existencia de gravedad institucional 57 • Ahora ?ien? la
ctón del radw de operatividad de tal teoría. Así, dicho autor se violación de aspectos procesales puede conllevar gravedad mstltu-
pregunta si cabe conclúir, entonces, que "el exceso ritual es uno cional cuando implica una palmaria denegación del debido proceso
11uís. de los supuestos de gravedad institucional" 50 • Barrancos y adjetivo, como se verá más ad~la.nte 58 •• ~or últi~o, .e~ interés supe-
v(~dm contesta de manera afirmativa, recalcando el paralelismo rior en procurar una recta adm1mstracwn de la Justicia puede yerse
o!ür~ gravedad institucional y arbitrariedad en algunos pronun- afectado en aquellos supuestos en que no se preservan las func7ones
que "la ley encomienda al Ministerio J!ú~li.co, a fin ~e cus~odL~': ;l
GilllllHmtos de la Corte 51 • Evidentemente, se han reconocido casos
orden público y la defensa del orden JUndLco en su mtegndad . 5
41
' "Compañía de Ahorro y Préstamo Caja Hipotecaria Argentina S.A." (1965) 2
l•'allo8, 2G2:168. En el mismo sentido, "Barri, Roberto Juan" (1978) Fallos' 5 Fallos, 248:612.
:100:!12 1. ' ' 53 Fallos, 253:406, Ver, en el mismo sentido, Fallos, 262:144.
'111~ "Galtieri, Hugo M. y otro" (1981), Fallos, 303:1828.
1
54 Fallos, 260:114.

55 Por ejemplo, puede citarse "Agosti, Orla_ndo Ramón" (1984), Fall~s, 30?;892;
4' 1 "Cámara de Bodegueros Trasladistas" (1965), Fallos, 262:155.
' "Toculescu, Esteban y otro" (1964), Fallos, 260:114. Ver asimismo "Fiscal en el mismo sentido, el voto de los Dres. Ortlz Basualdo y Chute_ en Nacz~n e 1
,. 1111/imso
4
Carlos Márquez" (1984), Fallos, 306:1783. ' ' De Lena, RogelioE. A."(1970),Fallos, 278:240; "Westin_gho'!_seElect¡;zclnternatwnal
111 " Ji'allos, 253:406, Ver, en el mismo sentido, Fallos, 262:144. Co." (1969), Fallos, 273:103; "Video Cable Comunzcacwn S.A. (1993), Fallos,
' "Mac Kay Zernik, Sergio Luis Carlos" (1988), Fallos, 311:2242. En similar 316:766. l 3'
twul.ido, Dr·cs. Cavagna Martínez, Barra y Fayt en "Clínica Saint Emilien S.A." 56 "Municipalidad de Tandil e 1Club Hípico de Tandil" (1964), FaZ os, 258: 6,
(! !lH 1J, l''allos, 314:1745. Ver, asimismo, "Lagrasta, Domingo y otros" (1983),
l•allo8, :m5:1753.
y "Provin¡;ia de Córdoba el Compañía Sudamericana de Cemento Portland Juan
011
Minetti e Hijos Limitada S.A." (1964), Fallos, 258:126. , "·
t-iugüés, op. cit., pág. 289. G7 "Municipalidad de Aguilares c/Cía. Azucarera Juan M. Teran S.A.,

"' Dicho autor explica que "encontramos fallos del Alto Tribunal on los qtw "Munü:ipalidad de Córdoba e 1Transportes Unid?s d~l f?ur S.R.L." (~981~; Fallos,
l11 pnul.n vulorutivn do lu «gruvednd o interés institucionah fuo uLi!izuda ... on :J0:3:22l, y "Banco Nacional de Desarrollo c/Jose Egzdzo Marcelo Sotana (1983),
c·o~H~un~on~:in c:on l.u doctrinu do In nrbitmriodad. I<;n osl.os supueHtos, In «gmv<•dnd Fallos, :305:2015.
o llll.<•rNI IIIHI.li.1H:toJHll» clo lu CIWHI.ión proHontndu 11nl.cJ In Corto, r·c•s1dl.nhu dt>l ~H "Brtuülo, l,eonardo Raimundo" (1971), Fallos, 280:314. . .
llllllll.i•nimic•nl.o do lu IHIIll.tiiH~Íu npcdttdu" (llnnuncoH y Vodin, op. c:i!..l. nu "1-ctm.¡mrll!r, Ernesto .luan" (]992), fi'allos, :n 5.:2255. En el ~msmo.suniJ~lo,
cliHidPneiu dol Dr. llollHHc:io 011 "11ant·o Nncitín llr}{l'lllt./la NI sumarw arwrt.f(tuwt.án.
:w6 DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y GRAVEDAD INSTITUCIONAL 397

4) Afectación de las pautas de delimitación del sistema federal. 5) Afectación del sistema electoral.

. Ante l~ existencia de un conflicto de jurisdicciones en el orden Otra institución básica cuya afectación conlleva la gravedad
~~~der~~ el :nterés institucional que habilita la intervención de la institucional se encuentra dada por el sistema electoral 66 • Así lo
Cort~ reside en que el respeto de la autonomía de las provincias explica la Corte, sosteniendo que "la negativa a oficializar las
r:~~qmere ~~e _se reserven a sus jueces las causas que en lo sustan- candidaturas de un partido político reviste suma trascendencia
cl~~ de! htig:o. v_ersen sobre_ aspectos propios de la jurisdicción institucional en tanto lleva a excluir de participar en el acto
I~Kal,.~m perJUICIO, claro esta, de que las cuestiones federales que eleccionario a una agrupación política reconocida que, según el art.
tamb1en puedan comprender esos pleitos sean susceptibles de 2 de la ley 23.298, es una institución fundamental del sistema
adecu::d~ tutela por vía del recurso extraordinario 61. democrático, configurando un instrumento necesario para la for-
SI bi~n. !a Corte, en "Gauna", parece ser amplia al indicar mulación y realización de la política nacional y a la cual le incum-
q ~e la cohswn de normas emanadas de un poder local con las be la nominación de candidatos para cargos públicos electivos" 67 •
(!lcta~?s ~n e~ or~en nacional importa siempre, por sí misma, una Ahora bien, dicha afectación no se verifica cuando la causa se
cucsbon msbtucwnal de suma gravedad que autoriza la apertu- refiere meramente a determinar si un ciudadano puede, o no, ser
r:n de la vía ex~raordinaria 62 , aclara posteriormente que deben candidato a gobernador por cierto sector político 68 •
u1c?ntrarse en Juego las pautas de delimitación institucional del
~ob.Ier?o .~ederal 63 • Así, por ejemplo, "lo atinente al alcance de la 6) Afectación del sistema educativo.
Jltrtsdlccwn nacional en los lugares adquiridos a las provincias La Corte ha afirmado que "queda huérfana de sustento la
en los supZ1:e~tos del art. 67, inc. 27, de la Constitución Nacional gravedad institucional invocada, si no se ha demostrado que la
Y .la _PO~lbllldad ~~ su concurrencia con atribuciones de arde~ solución dada al caso comprometa el interés general o afecte el
{1,UJUll~~wl o m_umclpal, es cuestión de gravedad institucional"64. adecuado funcionamiento de la educación nacional" 69 o el normal
la~nb~~n. ta!, CI~cunst~~cia ocurre "cuando se debate en la causa desempeño de la actividad educativa del Estado 70 • Ahora bien, no
ln .Jllrtsdu:_cwn tmposltwa respecto de territorios que se dice suje- toda causa cercana a la actividad educativa estatal reviste el
tos excluswamente a la nacional y el apremio versa sobre tributos carácter de gravedad institucional. Por ejemplo, el tribunal ha
y multas" 65 • considerado que "lo decidido en relación a la reincorporación de un
profesor universitario y a la indemnización por el daño moral
concedido se vincula con el estudio de temas de hecho, prueba y de
derecho común, materia ajena al remedio extraordinario" 71 •

dt•/huulación", 10/4/03; "Cacciatore, OsvaldoAndrés" Fallos 311·593 A t · 66 Así se ha admitido contra resoluciones que disponen la nulidad del comicio
n1•111111 "'-) t
• ', a.n os,
M'tguel Angel Y otro" (1978), Fallos, ' 300:1301·
' voto
· .de con
l D
rano
en "Novello, Rafael V. Apoderado del Partido Unión Cívica Radical" (1991), Fallos,
~ovo ro Caballero Y Fayt en "Municipalidad de San Martín de los Andes;;Ro~:~ 314:1784. Ver, asimismo, "Acción Chaqueña" (1991), Fallos, 314:916.
/ 11·.rtt> 11lu,c;" (1984), Fallos, 306:480; "Síndico del Personal Civil de la Nación 67 "Apoderados Partido Liberal, Todos por la Alianza, Pacto Autonomista
l11'1{111//.a.. mendoza" (1966) Fallos 264·415
1111 A. . ' ' · · Liberal- Partido Demócrata Progresista" (1999), Fallos, 322:2424. Ver, asimismo,
• , . se l~a considerado que ~uscita aspectos de interés institucional suficien-
81
, "Electores y Apoderados de los Partidos Justicialista, UCR y Partido Demócrata"
11 .1 <.uesbón ~mculada con el gobierno y la administración de la Ciudad de B
11
(1991), Fallos, 314:1757, y voto del Dr. Luis María Boffi Boggero en "Fiscal de
~ 11 ' 0 H ~:u relación con la actividad de una entidad del Estado Nacional: "E~:~~~ Estado de la provincia de Rio Negro" (1963), Fallos, 255:86.
·~·'!·(/~.! ~!(918908)1,)Fa.f,lolls, 302:742. En el mismo sentido, "Productos Internacionales GB "Martínez, Lucía; Galíndez, Alejandro, y Carrizo, Osear del Valle" (2003).
• .11. •· • . , ra os, 303:1041.
111 "lJ' R l . Ver, asimiS'!no, disidencia de los Dres. Fayt, Belluscio y Bossert en "Bousquet,
wgo oc ríguez Eltzalde", Fallos, 310:295 del dictamen del procurador ,Jorge L. y García Turión, Jorge E." (1996), Fallos, 319:1123, y disidencia del Dr.
¡J,nrwntl, ni que remite lu Corte. '
1 Bolluscio en "Partido Justicialista Santiago del Estero" (1993), Fallos, 316:1673;
" "Oarma, Juan Octavio" (1997) Fallo" 320·87
u:J HM . ,
~;~, t • • cJi¡liclencia del Dr. Petracchi en "Escobar, .Jorge Alberto", 23/9/93, Fallos, 316:2035.
111 ''':-,'
eza(.,.Arau,¡o,
l
Marra .Justin.a"' 7/7/0'i n" 10"> 7°2
o . mi "Fir]JO, Amaldo Roberto" (1989), Fallos, 312:1484.
un ,,' oc.. -~ll/1.• •Ceded. /Jt'{ram~o .Y Cfa." (19()5), Pallo.~. 26:1:222.
1 ' ' '

7o "Municipalidad de Laprida e 1Universidad de Buenos Aires" (1986), Fallos,


, Mwucr¡)(!.lrr/ml rlt• Sanlrr. /1'¡• el Man·otwtti /,tda. Inri y (' 0111 " ('I'J("I) :HIH:G47; ,Ji\, 1!>87-IV, píig. 1089.
/tullo.~. 21í/i:4 L · · ' · • 1 ' •
'11 "Colomlw, /~dJ.frtr Ou.allwrto" ( lH/i(i), Fallos, :l08:179fí.
398 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y GRAVEDAD INSTITUCIONAL 399

7) Responsabilidad internacional del Estado nacional. sociedad toda o afectación al orden social 76 • En otros supuestos, el
impacto comunitario resulta de más simple mensura, atento que
La Corte Suprema ha considerado de gravedad institucional
se ha decidido que revisten tal entidad los casos que repercuten en
la decisión que compromete el cumplimiento por el Estado nacio-
la prestación de servicios públicos o afectan la recaudación de la
nal de sus obligaciones internacionales 72 • Así, se ha referido en
renta pública.
el supuesto a trabas en la tramitación de rogatorias internacio-
nales 73 • 1) Causas que afectan el bien común.
Ahora bien, esta postura reviste gran impacto si se tiene en
cuenta que el tribunal ha admitido conferir el carácter de grave- La Corte ha considerado como relacionadas con el interés de
dad institucional a aquellos casos en que se discute la incompati- la comunidad aquellas actividades que atañen al bien común. Este
bilidad de normativa interna con normas de la Convención Ame- estándar ha permitido la aplicación de la figura al verse compro-
ricana sobre Derechos Humanos y del Pacto de Derechos Econó- metidos los "legítimos intereses de la economía nacional" 77 , el
micos, Sociales y Culturales, lo cual genera la posibilidad de que progreso y bienestar general 78 , el normal funcionamiento del
He origine la responsabilidad del Estado por el incumplimiento de mercado 79 , y aspectos nucleares del sistema previsional 80 • Por otra
Bus obligaciones internacionales 74 . El impacto de este criterio parte, la Corte ha entendido que no resulta gravedad institucional
resulta sumamente notorio, puesto que cada vez que se invocase la oposición de la sentencia al régimen cambiario vigente, si ha
In vulneración de alguno de los derechos consagrados en los sido resuelta en las instancias respectivas de acuerdo con las
instrumentos internacionales mencionados podría concluirse que normas vigentes para la época de los ilícitos cometidos 81 •
Ae ventila la posibilidad de generar la responsabilidad internacio-
nal del Estado, lo que obligaría a flexibilizar las pautas de conce- 2) Causas que afectan la conciencia de la comunidad.
sión del recurso extraordinario y de funcionamiento de la Corte La conciencia de la comunidad aparece como un criterio de-
Suprema de Justicia de la Nación en una cantidad innumerable terminante de la gravedad institucional de una causa, teniendo en
do causas. cuenta el derecho vulnerado o los valores en juego. Nótese que ésta
fue una pauta preeminente en la causa "Jorge Antonio", al esta-
b) Causas que atañen de modo directo al interés de la blecerse que "la triste gravedad y la repudiable desviación moral
comunidad. de los hechos que motivan la mencionada legislación concurren a
imponer la intervención de esta Corte" 82 •
1~~1 interés de la comunidad ha operado como pauta de espe- La aplicación del estándar en análisis encuentra amplia re-
dficnción de la trascendencia institucional de algunas causas 75 • El percusión en casos penales. Así, frente a un proceso penal de
problema se plantea al delimitar aquellos supuestos que revisten duración de un cuarto de siglo, el tribunal ha considerado que
nntidnd suficiente para considerarse en esta categoría. El tribu- "excede el interés personal y afecta, además de la defensa enjuicio,
nal, on numerosos casos, ha recurrido a estándares excesivamente la conciencia de la comunidad" 83 • Por su parte, un precedente de
nmplios, tales como bien común, conciencia social, conmoción de la

·n "Riopar S.R.L." (1996), Fallos, 319:2411. 76 "Tavares, Flavio Arístides", Fallos, 315:1699.
7:1 "Priebke, Erich s 1solicitud de extradición" (1995), Fallos, 318:373. 77
Fallos, 279:291.
H l•~n el caso se discutía la compatibilidad de la ley 24.521 referente a 78 "Silva, Andrés" (1961), Fallos, 249:119.

1111lmwmíu universitaria con dicha convención internacional: "Monges, Analía M. 79


"Jali,e, Elías", Fallos, 316:3077.
~' 1 1lilA" ( HW6), Fallos, 319:3148. En el mismo sentido, "Estado Nacional (Minis· 8° "ln.stltuto Nacional de Previsión Social e 1Monlwto S.A." (1992), Fallos,
lt•rio de Cultura y Educación de la Nación -formula observación estatutos UNC-- :n5:46; "C.A. V. f.C. e 1Osvaldo Maurin Navarro", Fallos, 298:732 (1977); "Caja de
tu·f. :J.f Ü•y 24.52.1" (1999), Fallos, 322:875, y voto del Dr. Boggiano en "Nicolaides, Previsión Social de Médicos, Bioquímicos, Odontólogos, Farmacéuticos, Veterina·
( .'riNiino y otro" (2000), li'allos, 32:3:2036. ríos .Y Obstetras de Córdoba" (1960), Fallos, 247:601.
'In "Ft'f'l'agut .lunes Aummc" (1DGG), Fallos, 2G3:168; "Eclwverrfa, F'erm.{n Hl "Papazian Kricor, Martín y otro" (1979), Fallos, 301:996.
/t,'/it•t•d~t~" ( 1D7H), Fn11oR, :JOO:(it1D; "8oto Acebal, Enriqzw" (197!)), Fallo.~, :101:104/í; H~ Jt'allo8, 24H: 189.
r•utl'o ol.J'OH: l•'allriN, ao:I:!Hl2, ,10t1:fltlfl, :JO/í::WG7, :J01i:2U>I1, :107:770, :IOH:201l0, R:t "Mou:atti, Cam.ilo y otro" (1978), Fallos, :300:1102.
400 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y GRAVEDAD INSTITUCIONAL 401

particular importancia se encuentra dado por la causa "Penjerek",


El tema reviste vital importancia en virtud de la posibilidad de
donde la Corte refiere que la causa penal impactó en la comunidad
articulación de procesos colectivos, en particular respecto de la
atento la resonancia alcanzada y que "ella conmueve a la comuni-
tutela de los denominados "derechos homogéneos", donde la
dad entera en sus valores más sustanciales y profundos" 84 • Otro plurisubjetividad intrínseca de las relaciones jurídicas demandaría,
pronunciamiento que remite a pautas valorativas propias de la
necesariamente, ponderar un amplio impacto comunitario de las
justicia fue declarado por el tribunal al afirmar que existe grave-
decisiones que recaigan sobre los mismos. ¿Podría, dentro de este
dad institucional "cuando el progreso de la acción hipotecaria
marco, concluirse que aquellas causas que versen sobre procesos
beneficiaría a los autores de la rendición de cuentas declarada
fi·audulenta por los tribunales del crimen" 85 • colectivos o procesos en general en tutela de derechos homogéneos
siempre resistirían per se el carácter de gravedad institucional a los
3) Repercusión de la causa en virtud de aspectos cuantitativos: fines de la ponderación del accionar de la Corte Suprema? En
número de sujetos afectados, impacto en casos futuros, principio estimo que cabe responder de manera afirmativa.
monto de la causa e incidencia mediática. Del análisis jurisprudencia! de la Corte pareciera concluirse
que si bien el número de sujetos afectados, de por sí, no es una
En principio, la Corte se muestra reacia a considerar que el pauta suficiente para determinar la existencia de gravedad insti-
impacto comunitario de la causa se pueda desprender del núme- tucional, sí lo es la trascendencia de la decisión frente a presentes
ro de sujetos afectados por la decisión. En la causa "Hernández, o futuros casos. Dicho criterio puede desprenderse de la causa
,José" 86 , se pronuncia en el sentido de que "[r]esultan insuficien- "Trevinarus", donde se funda tal calificación en la trascendencia
tes los fundamentos expresados para acreditar la existencia de de la causa, es decir, "las proyecciones que para el futuro pueda
gravedad institucional... ni el número de sujetos afectados por los tener la decisión que en definitiva recaiga" 90 • Sagüés califica a este
actos que motivan la demanda deducida ... basta para acreditar supuesto como "trascendencia social futura", puesto que "la Corte
un serio interés comunitario en juego" 87 • En la causa "Cabrera", reputó entonces que allí había gravedad institucional, no porque la
si bien pareciera adoptar un criterio distinto, indicando que el causa conmovía a la sociedad, sino porque el fallo a dictarse
número de sujetos afectados por la litis podría acreditar "un serio repercutiría en otras situaciones" 91 • Finalmente, en la causa "Ro-
interés comunitario en juego", igualmente concluye por no detec- dríguez, Adolfo" 92 se rechaza la gravedad institucional intentada,
tar aquella situación en dicho expediente 88 • en virtud de que "no puede colegirse ninguna ulterior trascenden-
Ahora bien, en "El Fénix Sudamericano" 89 , parece sostenerse cia con relación a futuros conflictos análogos". Un criterio similar
que la existencia de casos semejantes respecto de los cuales reper- se verifica en la causa "Bramajo" 93 , donde la gravedad institucio-
eutn la decisión de la Corte puede contribuir a configurar la nal se desprende del hecho de que la sentencia afecta la forma de
gravedad institucional. La Corte expresa que "lo debatido en ella aplicación de la ley procesal penal.
tiene gravedad institucional y puede alcanzar también proporcio- Respecto de la relevancia del monto económico en juego a la
IWS económicas, dado el número de casos de que la Corte Suprema hora de considerar que una causa reviste el carácter de gravedad
tiene noticia y en que pueden darse circunstancias similares a las institucional, la Corte ha sostenido que "la entidad de los valores
de autos y dado, también, el monto de las regulaciones en ellos económicos en disputa entre particulares no constituye razón bas-
Jlrrtcticadas". tante para configurar el extremo de gravedad institucional" 94 • En

90
11 1
' "Penjerek, Norma Mirta slrapto y homicidio" (1963), Fallos, 257:134, Dictamen del asesor de Menores en autos "Trevinarus, Mónica s 1adop·
doudo so analiza el impacto de la recusación de magistrados. ción", al sual adhiere la Corte Suprema, Fallos, 285:279.
91 Sagüés, Néstor P., op. cit., pag. 291.
~~ "Atlántida S.R.L. el Naveira, ,José Antonio" (1972), Fallos, 283:66.
92
~~~ "llernández, José y otros" (1984), Fallos, 306:250. "Rodríguez, Adolfo Carlos" (1982), Fallos, 304:1048.
~ l•]n el mismo sentido, ver "Olivares, Jorge Abelardo" (1988), Fallos,
7 u:¡ "Bramajo, Hernán Javier" (1996), Fallos, 319:1840.
114
:111: 14!JO. "De/fino, Carlos Marfa y otros" (1975), Fallos, 293:615; en el mismo sentido
1111
Fallo.~, :lOG:2ú0. Vür Rngilós, op. eit., pág. 291. "Municipalidad de Avellaneda el Bycla S.A." (1965), Fallos, 264:13; "Albertengo y
1111
"/~'/ }l{lnix ,'-,'udtwwrir·ano, Cia. dt• Rt•allt'l{uro.~ S.A."(] Uú 1), Fallo11, 221 :IJ/i l. of.m11, ,Juan ,José" (1965), Fallos, 263:135. Fayt se ha manifestado de manera disidente
on tomo u oHLo punto on "SaRétru 8.A.C.I.F.J.A. .Y E." (1984), Fallos, 306:1472.
402 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y GRAVEDAD INSTITUCIONAL 403

aquellos casos en que sí se prestó atención al monto económico del


.~l!o conlleva necesariamente al análisis de si el impacto
pleito, contribuyó a delimitar la existencia de gravedad institucio-
mediabc? de una causa, es decir, su publicidad, puede repercutir
nal la conjugación conjunta de otros aspectos, tales como que el
en su calificación de gravedad institucional. Sagüés se postula de
interés económico en juego importe el desapoderamiento total del
manera crítica al respecto 102 • En el caso "Lombardo", la Corte ha
ejecutado sin forma bastante de juicio 95 , o bien la sentencia que
analizado cómo, incluso cuando la materia afecta valores consti-
hace lugar al cobro por vía de apremio de un recargo del 150%
tucio:r;ale~, igualmente el supuesto queda excluido de la gravedad
sobre el valor FOB de la mercadería importada, rechazando la
consbtucwnal 103 • Algunos votos, incluso, han llamado la atención
excepción de pago respecto de una suma cuantiosa 96 •
expresamente de manera negativa a tal hipótesis, señalándose
En cuanto a la calificación subjetiva de las partes en torno a
que la gravedad institucional no puede ser confundida con la
la configuración de gravedad institucional, la Corte ha indicado
repercusión periodística dada al caso en que un delito es imputado
que "la sola circunstancia de que la actora sea una embajada a una persona de notoriedad pública 104 •
<~xtranjera no alcanza para configurar un supuesto de gravedad
institucional" 97 • Sin embargo, sí se la consideró al estar en juego 4) Afectación de la renta pública.
intereses que exceden a los de las partes, como son los que impor-
tan a los hijos menores de éstas, pasibles de una protección espe- La Corte ha admitido como atentatoria contra los intereses de
cial (Convención sobre los Derechos del Niño) con una probabili- la comunidad la afectación del sistema de recaudación de la renta
dad cierta de ser afectados si el juicio se extendiera más de lo pública, dado el impacto que ello implica en el retardo de la
inevitablemente necesario 98 • :polí~ica. económica del Estado. Así, los supuestos de gravedad
Finalmente, la gravedad de las penas o de los delitos a que mshtucwnal, conforme lo ha sostenido el tribunal no sólo se
refieran no es un punto automáticamente determinante a la hora verifican ante el atentado de la configuración arquitedtónica de los
de ponderar la gravedad institucional de una causa 99 • Ahora bien, diversos organismos y el sistema de división de funciones del
en la causa "Gorriarán Merlo", se analiza un nuevo aspecto de este Estado, .sino tamb.ién cuando se ven afectados aquellos requisitos
punto, ya que tanto el procurador como la Corte consideran que que el Sistema ex1ge para su funcionamiento.
oxiste gravedad institucional en virtud de la trascendencia de los . En ~u origei?- la concepción se veía limitada, ya que no cual-
huchos delictivos objeto de la causa, que exponen una particular qmer pleito relativo a rentas fiscales era considerado como embe-
rnpnrcusión en el accionar del Poder Judicial 100 • Es decir, en este bido de gravedad institucional. En la causa "Municipalidad de
pr·ncNiente la magnitud de los actos delictivos, en combinación con f?an: Antonio de Areco" 105 , la Corte adopta una visión restringida,
In trascendencia pública de los hechos, repercute en la visión ~ndi?an?o que sólo P?,dría verificarse la existencia de gravedad
Hocial del correcto desempeño de la administración de justicia, lo mshtu?Io?al cuando sea de tal importancia que no quepa otro
euul sí constituiría gravedad institucional 101 • procedimiento para la defensa del derecho del litigante afectado"·
ello, en cuanto. existe la posibilidad de repetición de· las suma~
abonadas mediante el juicio ordinario 106 • Explica Sahab 101 que el
lm "Caja Nacional de Previsión para el Personal de la Industria e 1S.R.L.
Vililt•x" (1962), Fallos, 253:52.
1111
"C. R.!. B.A. S.A. e 1Lío de Gigena, Celia"; "Administración Nacional de ta fina!~dad ~ers~gui?a por sus autores, intereses públicos de magnitud y la
!lduw1as e 1Romagnoli y Cía. S.R.L." (1966), Fallos, 266:81. afectacwn de mstitucwnes fundamentales de la Nación.
102
117
"Embajada de la República de Polonia" (2000), Fallos, 323:3103. Sagüés, op. cit., pág. 291.
103
IIH "llaag, Holly Marie el Kaufer, Robert Anthony" (2001), Fallos, 324:1672. "Lombardo, Juan José" (1984), Fallos, 306:224· en el mismo sentido
110
"Baraldini, Luis Enrique" (1993), Fallos, 316:2723. "Risso, Carl~s" (2002), Fallos, 325:2534. ' '
104
11111
"Gorriarán Merlo, Enrique y otros slinc. comp. en causa 499/96 investi- Disidencia de los Dres. Levene (h.) y Molin5 O'Connor en "Veira, Héctor
Htlf'i(/n el<~ los hechos acaecidos el23 y 24 de enero de 1989 en el Reg. de In{. n" 3 Rodolfo" (1992), Fallos, 315:2056.
10
¡{,, Tablada".
/,n ~ "Municipalidad de San Antonio de Areco e 1S.R.L. José Antonio Guevara
m Jll'OC:UI'UdOr general SOflticmo que existe \ll1 interés institucional, ya que
1111 s 1cobro de pesos", Fallos, 240:86 (1958).
1011
dc•ho t.onorAo Pn cuent.1 la tmHc:ondoncia pt'•blicu que adquirieron loA hcchoH • So sigue en este punto a Sahab, Ricardo J., El Recurso Extraordinario ...
<:lt., ptiga. 121 y SS.
invfiNI.igncloM y rw Hingulur gruvt•clnd, quo eompronwt.o l·wrinmcnLu, nnt"ln pn1Hun- 1117 lMdem.
404 DERECHO PRocESAL CoNSTITUCIONAL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y GRAVEDAD INSTITUCIONAL 405

criterio se ha flexibilizado, de tal manera que se admitió la exis- 118


sanitarias , telecomunicaciones 119 , instituciones bancarias 120,
tencia de gravedad institucional si en la causa se debatía un 121
aduanas , el sistema de registros públicos 122 y televisión 123.
problema de jurisdicción impositiva 108 • Sahab y Sagüés señalan Ello se dispuso, por ejemplo, incluso para aquellos supuestos
que la doctrina de la Corte ha evolucionado admitiendo que hay en que la empresa recurrente era particular, ya que se trataba de
interés institucional bastante que se configura ante la alegada ~na empres~ concesionaria del servicio de transporte interprovin-
deformación del sistema legal tendiente a la expedita y segura Cial de pasaJeros que se veía condenada al pago de numerosas
percepción de la renta pública 109. Ello, ya que tal menoscabo a:malidades del impuesto a las actividades lucrativas de la provin-
revela prima facie un retardo en la política económica del Estado, Cia de Santa Fe, del 9-ue afirma estar exenta en virtud de la ley
con menoscabo en los intereses de la comunidad entera 110 . Resta 12.346 y del art. 67, me. 12, de la Constitución Nacional 124.
citar, finalmente, otros supuestos en que se han considerado de
gravedad institucional aquellos casos en que los tributos resulta-
e) Causas que afectan principios básicos de la Consti-
ban exorbitantes, anómalos o manifiestamente equitativos m.
tución Nacional e instituciones básicas del Derecho.
5) Afectación de los servicios públicos.
Los principios básicos de la Constitución Nacional constitu-
Más allá de las argumentaciones doctrinales en torno al con- yen otro estándar al cual remite la Corte para determinar el
cepto de "servicio público" 112 , la previsión de impacto de la resolu- ámbito de aplicación de la gravedad institucional 125 el cual
ción jurisdiccional en la prestación de los mismos ha sido también resulta relacionado al concerniente a "las institucione; básicas
considerada por la Corte como una variable de gravedad insti- del Derecho" 126 . Explica Sagüés que el enunciado en la causa
tucional113. Dentro de esta categoría la Corte Suprema ha abarca- "Penjerek", "por cierto amplísimo, parecería hacer ingresar den-
do el transporte público de pasajeros 114, ferrocarriles 115 , servicios tro del perímetro de la gravedad institucional la tutela de todos
de agua y electricidad 116, Yacimientos Petrolíferos Fiscales 117 , obras los principios, declaraciones, derechos y garantías insertados en
la le~ suprema" 127 • Más allá de la mayoría de los supuestos
108
En el caso, la potestad impositiva provincial en establecimientos de menciOnados precedentemente, que, al atentar contra institucio-
utilidad nacional: "Municipalidad de Santa Fe e 1Marconetti Ltda." (1964), Fallos, nes básicas de la Nación, repercuten en la afectación de princi-
259:413, aunque el presente supuesto podría considerarse conflicto de poderes.
100
pios básicos de la Constitución, tales como el sistema republica-
"S.A. Garovaglio y Zorraquín" (1963), Fallos, 256:62. no, resulta interesante puntualizar cómo la Corte ha considerado
110
"Massalin Particulares S.A." (1991), Fallos, 314:258; "Fisco Nacional
(/HU.) e/ Maderas Industrializadas Delta S.A.C.l.F." (1991), Fallos, 314:1714; que algunos casos de frustración de un derecho federal redunda-
"1'rebas S.A.", Fallos, 312:1010; "Crisolmet S.A.I.C. si apelación" (1993), Fallos, rían en la existencia de gravedad instituciona112s_
:!16:2142; "Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires e 1Estudio Jurídico Cosme Así, el tribunal ha sostenido que "si bien las cuestiones que
lh~ccar Vare la" (1993), Fa?los, 316:2764; "Fisco Nacional e 1Luzzi, Luis Nazareno a~añe_n a la actualización del valor de la moneda son, en princi-
H 11:jecución fiscal" (1993),Fallos, 316:3019; "Grimaldi, Eduardo A." (1993),Fallos,
:1 Hi:8025; "Fisco Nacional - Dirección General Impositiva - e 1Cas. T. V. S.A. s 1
piO, aJenas al recurso extraordinario, cabe asignar a tales planteos
llÍI'NJ.ción fiscal" (1995), Fallos, 318:2333; "Cámara de Comercio e Industria de gravedad institucional suficiente para hacer viable el recurso del
h'antiago del Estero e 1Administración Federal de Ingresos Públicos" (2002), Fallos,
118
:J21i:669; "Fisco Nacional e 1Pemihual S.R.L. s 1ejecución fiscal" (2003); "Nación e 1 Por ejemplo, Fallos, 240:242 y 268:126.
119
Torres, Ivo Osear" (1977), Fallos, 297:227. Por ejemplo, Fallos, 249:119 y 293:417.
111 120
"Nación Argentina e 1BraniffAirways Incorporate" (1961), Fallos, 249:535; Por ejemplo, Fallos, 247:512 (1960).
121
"Municipalidad de Tandil c/Club Hípico de Tandil" (1944), Fallos, 258:36, y Por ejemplo, Fallos, 251:218 (1961) y 266:81 (1966).
122
"Nación Argentina e 1Sodimex S.R.L." (1966), Fallos, 264:202. Faflos, 293:504.
11
~ Sahab, op. cit. 123
Fallos, 302:785.
11 1 124
: Fallos, 311:1725, 323:337, 295:95, 293:417, 300:88, 246:376, 250:278, Fallos, 259:43.
~47:512, 256:517, 256:526, 268:126, 283:20, 321:441. 126
"Penjereh, Norma Mirta" (1963), Fallos, 257:132.
114
,~ "Tavare,s, J?lavio Arfstides" (1992), Fallos, 315:1699; "Valot, Eduardo y
1 0
Por ejemplo, Fallos, .111:1725 y 323:337.
11
~ Por ojomplo, FalloH, 1R2:2H:i y 2M:517. otm.~ (1988), !tallos, :311:1960; "Decker Bemal, Carlos" (1980), Ji'allos, 302:495.
1111
l'or ojomplo, FalloH, 2'lll::l7<i, 21i0:27R. m HngUós, op. cit., pág. 287.
11 1
' l'or 11jomplo, FalloN, 21):1:4011, 1
~H Hng-H(IH, op. di.., piÍg. 2!l:l.
406 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y GRAVEDAD INSTITUCIONAL 407

art. 14 de la ley 48 cuando resulta afectada la garantía de la beneficiarios, encomiendan expresamente al Estado el otorga-
propiedad, al disminuir, en circunstancias no imp~tables al miento de tales beneficios, lo que comporta un mandato constitu-
acreedor, la real significación económica del beneficiO que se cional dirigido primordialmente al legislador, pero cuyo cumpli-
cuestiona" 129 • También en la causa "Mercante de la Greca" se ha miento atañe asimismo a los restantes poderes públicos 135 • El
Heñalado la existencia de interés institucional "porque está en punto delimitante para determinar la existencia de gravedad ins-
juego la garantía de la propiedad y lo decidido en la causa sobre titucional en un caso relativo al sistema provisional parece ser,
la entrega de las acciones de un diario intervenido afecta la liber- conforme a la diversa jurisprudencia de la Corte, la capacidad de
tad de prensa" 130 • Los aspectos relativos al matrimonio y a la impacto institucional del supuesto 136 • Sin embargo, el carácter
familia son asimismo ponderados expresamente por la Corte co- alimentario del crédito previsional, así como la necesidad del
mo partede aquellas instituciones básicas del Derecho a cuyo respeto del principio de movilidad de las prestaciones del art. 14
respecto se verifican los supuestos de gravedad institucional 131 • bis de la Constitución Nacional han sido considerados también
Finalmente, numerosos casos que consideran que existe gra- válidos para la configuración de un caso de gravedad institucional
vedad institucional al verse afectado el normal servicio de admi- que afecta la garantía de propiedad 137 •
nistración de justicia refieren a violaciones al debido proceso
m~jetivo 132 • Como se ha señalado, este extremo tiene relación con
d) Magnitud de la gravedad.
nquellos casos en que la violación del derecho de manera relevante
oH considerada como idónea para vislumbrar un supuesto de afec-
A los fines de delimitar la conceptualización de la gravedad
tación al adecuado sistema de administración de justicia 133 • institucional, resta indicar que en algunas oportunidades la Corte
En ciertos casos relativos a seguridad social la Corte se ha cuantifica el concepto de gravedad institucional "en el sentido de
mantenido reacia a abrir los cauces del recurso extraordinario 134 • ser algo pasible de medida" 138 • Por ejemplo, se ha hablado de
Sin embargo, en "Niglio" ha sostenido que en algunos casos en que "razones institucionales suficientes" (Fallos, 228:539), "cuestión
He hallan implicadas normas de seguridad social contenidas en el institucional de suficiente importancia" (Fallos, 300:1110)" 139 •
urt. 14 bis de la Constitución Nacional existe un interés institu- Explica Morello que "especificar cuál debe ser la dosis, cuantía o
cional de solución por la Corte de la cuestión en debate, dada su medida de la importancia institucional comprometida es cuestión
vinculación con la materia constitucional, y atento a las normas opinable reservada a la sana discreción de la Corte, que al efecto
cit.ndns, al propio tiempo que consagran derechos para los posibles ha de conjugar una serie de factores gravitantes y razones diferen-
tes pero de peso, que desbordan los patrones estrictamente técnicos,
1 11
~ "l'ietranera, Horacio" (1977), Fallos, 297:309. En el mismo sentido, "Gon- habilitando su admisión. Precisar los parámetros referenciales que
;1)/¡•z l'ulido, Manuel Jorge" (1977),Fallos, 298:112, y "Francisco Roberto Vaccaro" permitan ceñir con una mayor razonabilidad la determinación de
( I!JH7), Fallos, 310:302.
1:111 "Mercante de la Greca" (1960), Fallos, 248:651. En el mismo sentido, voto cuándo existe o no en el caso gravedad institucional, ha sido
ded 1Jr. Bo!1i Boggero en "El Día S.A. y A.P.A. S.A." (1960), Fallos, 248:664, y votos siempre un punto ríspido, verificable igualmente en el Derecho
ele• IoM IJres. Fayt, Belluscio y Barra en "Servini de Cubría", Fallos, 315:1943. norteamericano de peticiones de certiorari. Obviamente ha resal-
1 11
: "Mambrini de Fernández, Aída Gertrudis" (1976), Fallos, 295:376. tado para dibujar el concepto de importancia el interés general, lo
1
: ~ "Potosí S.A." (1963), Fallos, 256:263.
1

1 11
público, y no el de las partes legitimadas en el proceso" 140 •
: : ''Mozzatti, Camilo y otro" (1978), Fallos, 300:1102; también se ha abierto
PI rm:un;o extraordinario cuando estaba en estudio la determinación de la persona
que• dnhe representar a una sociedad anónima a efectos de prestar declaración 1 5
3 "Niglio, Domingo" (1980), Fallos, 302:363.
indugutoria, atento la existencia de violación al debido proceso, en "Frigorífico l:Jo"Ni{!lio, Domingo" (1980), Fallos, 302:363.
Armo11.r de La Plata S.A." (1963), Fallos, 256:491. m "Borremans Alvarez, Francisco R." (1976), Fallos, 296:228. En el mismo
1 11
: • En "Instituto de Servicios Sociales para el Personal de Seguros, Reaseguros,
Rentido, "Campos, Estela María" (1984), Fallos, 306:247, y disidencia del Dr.
Ctt¡IÍ!ttlización y Ahorro y Préstamo para la Vivienda" (1979), Fallos, 301:147. gn Curios S. Fayt en "Soaje, Pedro y otros" (1984), Fallos, 306:1074.
col miMmo sentido reRtrictivo, "rluárez Brin de Blundi, Ada Mirey'' (1978), Fallos, 1 8
a Sagüés, op. cit., pág. 284.
:10o::.m 1; "Jlo.~mule, Marta f_,uírm" (1981.), Ji'allos, 303: 136; "Rodrfguez, Gríselda Jau lbfdtm~.
l•,'nilwr" ( 1DH l ), FalloH, :JO:I:7fíH; "Dd10li, ,frwn" ( 19Rl ), PalloN, ::10:3: 1Oafí; "Girtt•t·hino 140
Morí'Jio, Augusto M., "La Gravedad ... " cit., pág. 527. Ver, asimismo,
t/¡o 1\;{uirn•, l~llfh¡•r" ( l!lH:IJ, /l'allo11, :lOfí: 1:WH. llmmnco11 y Vodin, op. cit., p!1g. 142.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y GRAVEDAD INSTITUCIONAL 409

:J. Niveles de aplicación de la doctrina de la gravedad pecto a una resolución que excluía al apelante como parte 149 , o
institucional. bien la decisión que resuelve el rechazo de la nulidad de notifica-
ción de la demanda 150 , entre otros. Así, es viable el recurso ex-
Existe consenso doctrinal y jurisprudencia! en cuanto al traordinario respecto de resoluciones que admiten medidas de
impacto de flexibilización,de los recaudos procesales para acceder prueba 15 1, y también se aplica respecto de resoluciones relativas
a la Corte Suprema que genera la existencia de gravedad institu- a la negativa de cumplimiento de rogatorias de jueces extranje-
eionnl, de lo que se desprende su tónica procesalista 141 • La reper- ros 152 . En la causa «Penjerek" 153 , en miras a que no subsista la
~~11Hi6n ele la gravedad constitucional en los requsitos procesales menor duda de que tanto la acusación y la defensa han contado
dol remedio federal se ha verificado de diversas maneras, que y contarán con amplias garantías para hacer valer sus pretensio-
vormnos a continuación. nes, a fin de contribuir con la confianza que el pueblo deposita
en el Poder Judicial, se habilita el recurso extraordinario contra
a) Omisión del requisito de sentencia definitiva. resoluciones que resuelven recusaciones, puesto que «no es dudo-
so que las cuestiones de recusación se vinculan con la mejor
l) Procesos ejecutivos o apremios. administración de justicia, cuyo ejercicio imparcial es uno de los
Uno de los requisitos cuya flexibilización se ·ha admitido de elementos de la defensa en juicio" 154 .
lllHIHH'amás generosa por la Corte es la exigencia de sentencia Asimismo, puede abrirse la instancia del art. 14 de la ley 48
dofiniLiva, particularmente en los juicios ejecutivos y apremios 142 , respecto de resoluciones que ordenan, modifican o levantan medi-
on general fundamentada en la afectación de renta pública 143, das cautelares cuando se configura un supuesto de gravedad ins-
Horvieios públicos 14\ frustración de un derecho federal 145 o bien titucional155. Tal carácter se ha reconocido a aquellas medidas
C0111Úl1 l<lH. cautelares que han constituido un factor de retardo y perturbación
en el desarrollo de la política económica del Estado, con menosca-
2) A.utos interlocutorios en general. bo de los intereses de la comunidad 156 , o bien si están en juego la
garantía de la propiedad y el derecho a la libertad de prensa 157 .
N u me rosos recursos extraordinarios contra decisiones En el caso «Alonso, Jorge F.", algunos votos sostuvieron que
int.ol'locuLorias han sido abiertos en virtud de conjugarse su la denegatoria de la excarcelación de los imputados puede ser
l{rnvndnd institucional. El primer ejemplo respecto de este su- considerada un supuesto de gravedad institucional 158. Un criterio
JHIIIHI.o oH elleading case "Jorge Antonio", donde se impugnó el
nut.o do In Cámara Federal que ordenó la entrega de los automo-
t.oroH on depósito, aunque no equivalía a la sentencia definitiva 149
"Cámara de Bodegueros Trasladistas" (1965), Fallos, 262:155.
do In cnuHu tH. Asimismo, a modo de ejemplo puede mencionarse 150
"Haag, Holly Marie" (2001), Fallos, 324:1672. En la causa se tuvo en cuenta
cc'11no HO consideró la existencia de. gravedad en la postergación que se encontraban en juego intereses de los hijos menores.
151
uínt• clil' do la intervención judicial de un diario, en detrimento de "Priebke, Erich" (1995), Fallos, 318:373.
152
In lilwrtnd de prensa y del derecho de propiedad, con respecto a la "Riopar S.R.L." (1996), Fallos, 319:2411.
153
"Penjerek, Norma Mirta si rapto y homicidio" (1963), Fallos, 257:134.
twnt.oncia que había dispuesto la convocatoria a asamblea extraor- 154
Fayt, op. cit., pág. 91.
dinaria de accionistas 148 . También se omitió el requisito con res- 155
"Rosmar S.A." (2002), Fallos, 325:461.
156
Voto de la mayoría al que no adhirieron los Dres. Belluscio y Petracchi en
111
HugiíóR, op. cit., pág. 284. "Video Cable Comunicación S.A." (1993), Fallos, 316:766.
11
1'; 7 "Me1fPante de la Greca" (1960), Fallos, 248:651.
b'allos, ai6:2539. En el mismo sentido, Fallos, 288:177,247:413, 247:512,
''
158
Pllt.r'l• ol.roH. Votos de los Dres. Nazareno, Moliné O'Connor, Boggiano, López y Vázquez
1 1
'" /l'allos, :n4:1714, 315:68:3, 31(:):2764, 290:266, 297:227, entre otros.
en "Alonso, Jorge F. y otros" (1995), Fallos, 318:2611. En el caso, el delito imputado,
IH "Mu!licipalidad de Urmario el Empresa Ablo S.ll.L." (1976), Fallos, 2!)5:!Jfi. "contrabando de estupefacientes, etc.", formaba parte de la "Operación Langosti-
110
" !•'al/o.~, 2!)6:74 7, 2!JH:41iH, :30:!: 111 G, entre otros. no", y en la causa se analiza el concepto de "plazo razonable" estatuido en el art.
1411 Fu/lo.~. 2HH:7:l2, 2'1 7:()0 1, ontro ot. roA. 7 de In Convención Americana sobre Derechos Humanos. V ázquez específicamente
1'1'1 /l'alloH, 211H: 1HU. nnuli:r.u 1¡uo hechos como los investigados en autos no sólo afectan a nuestra
1111 "/C/ IH11 N.A. y A.I'.A . .'-l. A." ( 1fl()()), Jl'a/loH, 24H:(}(i'i. 1-wcit•dnd Hino a In comunidad intornacionnl.
410 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y GRAVEDAD INSTITUCIONAL 411

Himilar sigue la Corte al sostener que ((la resolución que concedió d) Omisión de la exigencia de pronunciamiento del su-
la excarcelación aplicando el art. 1 de la ley 24.390 es equiparable perior tribunal de la causa.
a sentencia definitiva ya que reviste gravedad institucional, en
tanto el criterio adoptado compromete la administración de justi- En la causa "Dromi" 166 , el tribunal hace uso del concepto de
cia al afectar la forma de aplicación de la ley procesal penal" 159 • gravedad institucional como punto de anclaje de la aceptación del
per saltum. Así, superó el recaudo de la exigencia de superior
b) Omisión de la existencia de resolución contraria al tribunal de la causa en la articulación del recurso extraordinario.
Derecho federal. Asimismo, en "Acción Chaqueña" 161 , la Corte Suprema, mediante
la referencia a la existencia de gravedad institucional, declaró
En algunos supuestos la gravedad institucional ha sido utili- procedente un recurso interpuesto ante el tribunal electoral local,
:t.nda para omitir la exigencia que se desprende del art. 14, inc. 2, sin que haya habido pronunciamiento de la Corte Suprema de la
de la ley 48 de resolución contraria al Derecho federal. Por ejemplo, provincia del Chaco, pero ordenando remitir los autos a dicho
on el caso ((Unión Obrera Metalúrgica" 160 no mediaba pronuncia- tribunal para que resuelva la "delicada cuestión de gravedad
miento favorable a la norma local, sino su invalidación 161 • institucional" 168 •
e) Omisión de exigencias formales en el planteamiento e) Omisión de la exigencia de existencia de cuestión
de la cuestión federal y del remedio excepcional. federal.
Requisitos tales como la demostración de la prescindencia de Un tema conflictivo es considerar si la existencia de gravedad
oHcritos que debieron agregarse a la causa y el planteamiento institucional justifica la apertura de la instancia extraordinaria
oportuno de algunos de los agravios en los que el recurso se funda, incluso ante la inexistencia de cuestión federal. Deben excluirse
han sido considerados como salvables por la existencia de grave- de este marco aquellos supuestos donde se considera que la exis-
dad institucional 162 • Otro aspecto procesal que puede ser dejado de tencia de sentencia arbitraria reviste tal magnitud que se encuen-
ludo son las exigencias formales del escrito pertinente, respecto de tra afectado el servicio de justicia, ya que en estos casos la grave-
In intorposición de la cuestión federal 163 , así como el no haber dad institucional no suple la existencia de cuestión federal, puesto
nwdindo su mantenimiento durante el curso del proceso 164 • Otro que la misma se encuentra configurada por la arbitrariedad del
tlf(ldo so encuentra dado por la amplitud en el marco de los sujetos pronunciamiento.
lt•~tiiimudos para interponer el recurso extraordinario. Así, se ha Evidentemente, como se ha desarrollado con anterioridad, la
t'OJII·ddomdo que el principio según el cual el recurso extraordina- Corte ha abierto el recurso extraordinario a fin de revisar cues-
rio t•on miras a la obtención de una condena no debe ser concedido tiones de Derecho Procesal planteadas en procedimientos ordina-
11 IoM querellantes o particulares damnificados, admite excepción
rios 169 tales como cuestiones de hecho o de derecho común 170 , las
1111 loH Hllpuestos en que media gravedad institucional 165 • '
cuales no implican de por sí cuestión federal. En consecuencia,
.
la gravedad institucional en tales casos ha actuado como un
lfill "/Jmmajo, Hernán Javier", Fallos, 319:1840; disidencia de los Dres. canal independiente de acceso al superior tribunal 171 • En mérito
( :IIVIlflllll Martínez, Barra y Fayt en "Clínica Saint Emilien S.A." (1991), Fallos,
:11 ·1: 17-1 li. a lo expuesto, cabe concluir con Palacio que "algunos pronun-
11111
"{ fnión Obrera Metalúrgica de la República Argentina" (1996), Fallos,
:11 !1: :171 .
1111
Morollo, Augusto M., "La Gravedad ... " cit., pág. 527.
l66 "Dromi, José Roberto" (1990), Fallos, 313:630.
167 "Act!ión Chaqueiía" (1991), Fallos, 314:916.
101
' "Uiacomone, Aldo Juan" (1960), Fallos, 248:612.
111 1 l68 Ibídem. El tema del recurso extraordinario per saltum recibe completo
' "JJd Cioppo, Vfctor José" (1965), Fallos, 262:41.
1 14 tratamiento en el capítulo siguiente, de autoría del Dr. Pablo Manili, al que me
' "lluiz Vargas, Carlos Francisco y otros" (1986), Fallos, 308:1.347.
lnfi J•:n In cnusn, lu gruvodnd institucional radien on la impugnación do los
remito en el presente punto.
16
~l Ver Barrancos y Vedia, op. cit., págs. 89 y ss.
iudull.ml otorgndos 11 tmv(IR dol doc:. 1002/89 cm miras a lu pucHicnci6n nnóonnl. 17° Ver Barrancos y Vcdia, op. cit., págs. 101 y ss.
"/{if!t'/'011, 8a11lia.¡¡o Omnr.Y otroH" (voto doloR Dros. Pol.mcr.hi y Oyhnnm'lo) ( 1!)!)0),
111 Sngüés, op. cit., púg. 282, con cita de Fallos, 294:430, 300:251.
/l'rr.llon, :11:1: I:I!J:.!.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y GRAVEDAD INSTITUCIONAL 413
cinmientos de la Corte Suprema erigieron el estándar de la gra-
vodnd institucional en una vía autónoma de acceso a la instancia Morello pone especial atención en los riesgos que plantea tal
dt~ nxcepción, de manera que mediando aquélla, a juicio del tribu- utilización de la figura, ya que, "desdibujándose las fronteras del
nnl, a los fines de la admisibilidad del recurso extraordinario recurso extraordinario que quedan indefinidas, tal avance puede
. , 179 . s·m embar-
traer muchos más dolores de cabeza que bene filCIOS
li~deral resultaba indiferente la existencia en la causa de una
PHpecifica cuestión federal" 172 • Conforme a dicho autor, "tal crite- go, dicho autor, ponderando la jurisprudencia dic~ada en el año
rio He exteriorizó en una sentencia dictada por el tribunal en su 1994, concluye que "no descartamos que, aun_ ~ratan:dose d~ cu_es-
integración durante el período 1966/1973 y en diversos pronuncia- tiones de derecho común y en defecto de una mtlda, clerta ~ hqwda
mientos correspondientes a la composición de aquél durante el cuestión federal, bien que por la importa.ncia o _rel:van~la de los
poríodo 1976/1983" 173 • Ahora bien, a partir de la reinstitucionali- intereses comprometidos también co_n dlrecta l'!'czdencw en las
wción producida en 1983 esta tendencia se ha retrotraído 174 • garantías constitucionales y la ne~esldad de arbltrar en la tutela
11:videntemente, ello parece desprenderse de copiosa jurispruden- última de los que por su peso propw no deben frustrarse, la Corte,
cia, donde la Corte ha sostenido que la invocación de gravedad en supuestos muy excepcionales y definidos, pueda a su sana Y
inHtitucional no puede sustituir la inexistencia de cuestión federal razonable discreción, prescindir de ápices procesa~es y aun de la
quo exige el art. 100 de la Constitución Nacional 175 • existencia cabal de la cuestión federal, a fin de abnr su competen-
Más allá de esta manifestación categórica, se comparte el cia excepcional" 180 •
criterio de Sagüés en torno a que si bien la Corte ha realizado tales
nfirmaciones, también ha declarado admisible el recurso extraor- f) Potestad de suspensión de la ejecución del proceso.
dinario, pese a debatirse en la especie reglas procesales de Dere- Sostiene Sagüés que en algunas oportunidades la injerencia
diO federal, cuando lo decidido compromete instituciones básicas de la existencia de gravedad institucional en el proceso ~e ve
do la Nación, lo cual sucede si median cuestiones de gravedad verificada por la suspensión de la ejecución de las sentencias, o
inHtitucional 176 • De esta manera se ha sostenido que la gravedad bien de medidas cautelares dictadas e impugnadas. Así, la Corte
inHt.it.ucional puede llevar a revestir una "condición análoga" a la ha resuelto que "si surge de un modo claro y manifiesto q'!': las
ctwHtión federal, y, en consecuencia, servir como presupuesto pro- consecuencias de la resolución apelada, dictada en una accwn de
eoHitla la apertura de la vía extraordinaria 177 , por constituir una amparo, pueden traducir agravios .de impos~ble o_ tardía reparc:-
1111ovn causal de recurso extraordinario 178 .
ción ulterior, si el objeto del proceso es de mequwo_ca ~ustc:ncw
~'ederal y si por su trascendencia, exhibe gravedad mstltucwnal,
1 1
,. '
corresponde que la Corte declare l a suspensw'!
. ' d e su_s e,ec
1-'. t
os "181 .
'~ l'nlncio, op. cit., pág. 283.
1 1
'" l'ulucio, op. cit., pág. 283. En sentido contrario, Barrancos y Ved1a sostiene que en
1 1
' ~ Hn¡,rüés, op. cit., pág. 281. realidad estas pautas valorativas, si bien tienen pun~os_ de conta~­
m El artículo citado sería el 116 actual. Fallos, 311:120, 311:1762, 312:246, to con la gravedad institucional, cumpl~n u~ papel d1stmto, desti-
:IO!i: II>:Hi, :324:1225, 312:640, 325:2534; voto de los Dres. Fayt y Maqueda en nado en su caso, a decidir acerca de s1 se JUStifica suspender el
"Oardn lJadaracco, Carlos Eduardo" (1993), LL, 24/2/04, n° 106.924; disidencia
d11l 1)r. Bolluscio en "Núñez, Fermín Ángel" (1989), Fallos, 312:891; voto del Dr.
curs~ del proceso en las instancias inferiores 182 •
Nuwnmo en "Seco, Luis Armando y otros" (1994), Fallos, 317:1162; disidencia del
llr. l•'uyt. on "Reiriz, María G. y Casal, Eduardo E." (1994), Fallos, 317:1690; 179 Morello, Augusto M., "La Gravedad ... " cit., pág. 526, con ci~a ~e Carrió,
di11idoneiu del Dr. Fayt en "Alonso, Jorge F." (1995), Fallos, 318:2611; voto del Dr. Genaro R., op. cit., págs. 222 y ss. Debe recalcarse cómo e~te ?lt1~o autor
l•'nvt. 1'11 "/1oico, Roberto José" (2000), Fallos, 323:4008, y "Magnin Lavisse, Alberto" desarrolló una profunda crítica a la doctrina de la graveda~ mstüuc:onal que
( :1.00;1), /,L, 26/5/03, no 105.549. repercut:rl'í en la jurisprudencia del trib~nal .~urante _los pnm~ros anos de la
1
'"' HngüéA, op. cit., pág. 283. Ver los ejemplos tratados en los puntos anteriores recomposición democrática, hasta la modificacwn del numero de mtegrantes con
dtd prl'Hf!IILB artículo. la sanción de la ley 23.77 4.
l'l'l Hulwb, op. cit., plig. 147; Carrió, "Nuevas fronteras del recurso extraordi- tso Morello, Augusto M., "La Gravedad ... " cit., pág. 528. . .
nurio", 1111 'Ibnrzs de Casación y RI!CUr.~cm Extraordinarios. En honor al doctor 1s1 "Dromi José Roberto" (1990), Fallos, 313:630; en el mismo sentido,
1\uJ{rlltlo M. Morello, ptll{. :.! 1H; BmTuueoH y Veclin, op. eit., púgs. 20!) y 81'1. "Müller, Gustdvo Adolfo" (1993), Fallos, 316:363, y "Reiriz, María G." (1994),
' Huhnh, op. ~~it.., ptlj.{. 147.
1 111
Fallos, 317:1690.
IH~ Bm·mncoR y Vodin, op. cit., pág. 18.
·114 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y GRAVEDAD INSTITUCIONAL 415

Efectivamente, en miras a determinar si esta decisión de la negativo -según lo entendió inicialmente la doctrina 187- sino
<:orte constituye o no una consecuencia de la declaración de gra- también, según ocurre en el marco de la gravedad institucional,
vndad institucional de la causa, debe partirse de analizar si no como una vía apta para habilitar la competencia extraordinaria
nxistiendo tal circunstancia el tribunal se encontraría habilitado del tribunal pese a la circunstancia de no hallarse reunidos
pnra suspender los procedimientos de ejecución cuando se ha alguno de los recaudos procesales que condicionan dicha compe-
otorgado el recurso extraordinario. Al respecto, debe tenerse en tencia"188. Algunos votos se han pronunciado sosteniendo que "el
e1Hmta que Imaz y Rey concluían, conforme el art. 7 de la ley 4055, art. 280 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación no
Mimilar en este sentido al art. 258 del CPCCN, que la Corte no se debe ser entendido como un medio que sólo consienta la
<•neontraba habilitada para suspender tal ejecución 183 • Al contra- desestimación de los recursos que no superen sus estándares ... El
rio, en su jurisprudencia, la Corte ha asumido una potestad excep- art. 280 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación cons-
eional de suspender el curso del proceso, sólo frente a "claras tituye una herramienta de selección dirigida a que la Corte posea
m<igencias de índole institucional" 184 • un marco adjetivo que le haga posible un acabado y concentrado
De lo expuesto se desprendería que, efectivamente, uno de los desarrollo de su papel institucional. Esa disposición también
impactos de la declaración de gravedad institucional en una causa habilita a considerar admisibles las apelaciones que entrañen
M!\ encuentra constituido por la facultad de la Corte Suprema de claramente cuestiones de trascendencia" 189 • Sin embargo, explica
MliHpender la ejecución del proceso. Como señala Lugones, "sí pudo Palacio que esta tesis es una tesis solitaria en la actual compo-
la f.fravedad institucional funcionar como fundamento del fondo de sición de la Corte Suprema 190 • Dicho autor sostiene que "al mar-
la decisión, cuando ésa se refiere a la suspensión del trámite de la gen de tales variantes importa subrayar el hecho de que, hasta
r·ausa en las instancias inferiores, ante la deducción de recurso de ahora, y conforme resulta del contenido de los votos cuya sumatoria
r¡w(ja" 1s5. refleja la opinión prevaleciente en el tribunal, el concepto de «tras-
cendencia» no difiere en lo esencial del enunciado tradicionalmen-
g) Especificación de las pautas del art. 280 CPCCN. te, con la conocida latitud, respecto del de <<gravedad institucional»,
aunque no cabe desestimar la posibilidad de que el primero, en
U no de los aportes más útiles a la hora de ponderar el accio- razón de su aparente mayor amplitud, absorba eventualmente al
11111' dn la Corte se verifica en el análisis transversal de la institu- segundo. Tal circunstancia deja, sin embargo, abierto el interrogante
<~i(HI de la gravedad institucional: la "trascendencia" a la que relativo a si debe considerarse subsistente la carga de demostrar,
rPtinm el nrt. 280 del CPCCN 186 • No puede negarse la relación del en cada caso, como se requiere frente a la alegación de gravedad
<'oncnpt.o de trascendencia con el de gravedad institucional. Así, institucional, la concurrencia del requisito a que alude el art. 280
l.odn cnusa que revista gravedad institucional participaper se del del CPCCN" 191 • Al respecto se comparte la opinión señalada por
l'<•quiHito de trascendencia. Sin embargo, la trascendencia no se Guastavino, en torno a la conveniencia de argumentar acerca de
11¡.1;otn en la gravedad institucional, sino que la excede, ampliando la relevancia del caso a fin de mejorar las posibilidades de proce-
ni <~nmpo de acción del tribunal. dencia del recurso 192 •
r~s decir, "la potestad concedida por las normas mencionadas
no srílo ha sido interpretada como un medio de exteriorizar el
r:it•rcir:io, por la Corte Suprema, de una jurisdicción de carácter 187
Guastavino, Tratado de la Jurisdicción Administrativa y su Revisión
Judicial, Buenos Aires, 1987, pág. 488; Lugones, Recurso Extraordinario Buenos
1
"" 1muz y Rey, El recurso extraordinario, pág. 260. Aires, 1992, p.,¡ig. 395. '
188
1114
Fallos, 245:425, 247:460, 248:24. Palacio, op. cit., pág. 288.
189
'''h 1,¡tgones, op. cit., pág. 13, con cita de Fallos, 236:670. J?isidencia de los Dres. Petracchi y Moliné O'Connor en "Ekmekdjian,
11111
Al n•::;pecto debe recordarse que In norma citada no establece que la Miguel Angel el Sofovich, Gerardo" (1992), Fallos, 315:1492. En el mismo sentido,
,I'IHI!'!•tulonciu do la causa sea un supuesto do admisibilidad o de procedencia del voto del Dr. Boggiano en "Favilla, Humberto José" (1993), Fallos, 316:1213.
!!Jo Palacio, op. cit., pág. 288.
'IWtii'HO oxtmordinurio federal, sino r¡uo ¡:¡j unn npclnción extraordinaria involucra 191
111 tomn iutnu1eondont<l, In Corto Hupronw podr1~, pues, conocer o no on clln
Palacio, op. cit., pág. 290.
102
HnHIIóN, op, eit., pñg. <'IIJ:Il. Guastavino, op. cit., pág. 48.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y GRAVEDAD INSTITUCIONAL 417

Sobre la base de la ponderación de la jurisprudencia comen- tre de manera indudable la concurrencia de tal circunstancia 196 .
tuda en el presente artículo, se estima adecuado compartir el Asimismo, no sólo debe alegarse su existencia, sino que debe
criterio sostenido por Morello al señalar que "el concepto de tras- fundamentarse el carácter y la magnitud de la misma en relación
l'l'ndencia involucra al de gravedad e interés institucional, pero es a los hechos de la causa 197 • En consecuencia, es inadmisible el
11uís amplio: abarca también temas con implicancias jurídicas, recurso fundado en la gravedad institucional, si el planteo no es
IWI'ÜJ.les, económicas, éticas, etc." 193 • Es decir, "las cuestiones de objeto de un serio y concreto razonamiento que demuestre de
gravedad o interés institucional son trascendentes y obligan a la manera indudable la concurrencia de ese extremo 198 • Al formular-
Corte a su tratamiento, pero existen otras cuestiones federales se tal fundamentación, la referencia en términos genéricos resul-
i¡.fualmente trascendentes que, sin revestir el carácter de gravedad ta insuficiente 199 , así como también la falencia en rebatir los
o interés institucional, podrán o deberán ser admitidas para el argumentos en que se basa la sentencia para no tratar aquel
tratamiento de la apelación federal. Sería angostar en demasía la planteo 200 . Por último, tales omisiones no pueden verse subsa-
procedibilidad del recurso extraordinario, en el horizonte de la nadas por vía de la ulterior presentación directa 201 •
trascendencia, a nada más que las cuestiones de gravedad institu- Ahora bien, debe recalcarse que, en circunstancias extraordi-
cional... La noción legal de «trascendencia» se independiza, para narias, la Corte parece haber diluido este requisito, al sostener en
cobrar un juego autónomo, a los fines que estamos examinando. la causa "Mozzatti" que "aunque el escrito de apelación no haya
Como decisiva causa excluyente de admisibilidad del recurso ex- suscitado claramente la cuestión que la Corte estima necesario
lraordinario" 194 • resolver con carácter de excepción, corresponde que por la materia
Finalmente, otro punto de contacto puede encontrarse en que institucional involucrada el tribunal asuma la responsabilidad de
In insustancialidad de una cuestión, en cuanto fue resuelta reite- volver las cosas a su quicio por imperio de la Constitución" 202 •
mdamente por la Corte Suprema, tiene impacto en la determina-
ción de la existencia de gravedad institucional, toda vez que resul- b) Oportunidad.
tnrín ineficaz para habilitar la vía extraordinaria el agravio refe-
rido a que la interpretación de una norma si la cuestión federal En principio, la invocación de gravedad institucional debe
propuesta reviste carácter insustancial, en el caso de que el tribu- realizarse al deducir el recurso ante el tribunal ordinario, más allá
nnl so haya pronunciado en forma reiterada sobre el alcance de la de aplicar los principios generales en torno a la introducción y
di14posición legal referida, sin que se advierta que la sentencia mantenimiento de la cuestión federal. Ello parece concluirse del
upolndn haya prescindido de aplicar su doctrina ni que el recu- criterio de la Corte en cuanto "resulta extemporáneo el agravio
l't'nnto nporte nuevos argumentos que justifique revisar los crite- referido a que, en el caso, media gravedad institucional por la
rios nccptados sobre el tema 195 • cantidad de reclamos que, en otros procesos, también han plantea-
do los dependientes de la ex concesionaria municipal, dado que no
ha sido planteado en ocasión de deducirse el recurso ante el tribu-
4. Recaudos procesales propios.

a) Planteamiento y fundamentación. 196 "Soto, José Julián", Fallos, 301:318 (1988).


197
Ídem.
A los fines de su consideración por la Corte, la gravedad 198 Fallos, 315:2410, 302:518, 303:1419,303:414,304:180,303:221, 303:1923,

inHtitucional debe ser alegada oportunamente por la parte de 304:1243, 304:1893, 306:538, 304:209, 300:1040; disidencia del Dr. Fayt en
rnmwrn seria y concreta, a partir de un razonamiento que demues- "Minera Aguilar S.A." (1986), Fallos, 308:1662.
1 ~ 9 "Sup~rintendencia de Seguros de la N ación e 11nca S.A. Cía. de Seguros s 1
recurso extraordinario" (2002), Fallos, 325:1905; ''Arin Boeri, Nydia Noemí"
(1H83), Fallos, 305:953.
lila Morollo, Augusto M., La nueva etapa del recurso extraordinario. El ~ 1111 "Casanova, Feliciano Francisco e 1Municipalidad de la Ciudad de Buenos
1G4 U 260.
t't'f'ÚII/'(I.I'Í, }lll¡.(H. Aires" (1980), Fallos, 302:502.
11
"'Mor·ollo, /,a mwurt ... cit., pág. IGa. 2111 "FenÍández, Mateo Heracleo'' (1981), Fallos, 303:1624.
11
m "i'anÍIII{IIa, lmw l." ( l!lH4 ), /t'n.llo11, :JOG: 1fí:Hi. 2112
"Mozzalti, Camilo y otro" (1978), Fallos, 300:1102.

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418 DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y GRAVEDAD INSTITUCIONAL 419

na! ordinario y los agravios expuestos en esa oportunidad son los erigir en carga del recurrente la de fundamentar en cada caso
que limitan la competencia de este tribunal" 203 • concreto, y en los términos del art. 15 de la ley 48, la concurrencia
de gravedad institucional, no cabe descartar la posibilidad de que
e) Prueba. la Corte Suprema habilite la instancia extraordinaria con prescin-
dencia del cumplimiento de aquélla, como lo hizo reiterada e
Además del planteamiento fundado y oportuno de la exis- implícitamente con anterioridad a esa línea jurisprudencia!, y
tencia de gravedad institucional, la Corte ha sostenido que "que- explícitam.ente en algún caso" 209 •
da huérfana de sustento la gravedad institucional invocada, si no Es posible concebir, entonces, que en determinados supuestos
se ha demostrado que la solución dada al caso comprometa el el tribunal pondere que la existencia de gravedad institucional es
interés general o afecte el adecuado funcionamiento de la edu- manifiesta. Ello parecería desprenderse de lo fallado en el sentido
cación nacional" 204 • Ello así, especialmente, cuando el auto dene- de que "resulta manifiesta la gravedad institucional en el caso en
gatorio del recurso extraordinario así lo establece y el quejoso no que se rechazó la solicitud de suspensión del procedimiento de
se hace cargo de tal omisión 205 • De esta manera, los planteos ejecución de sentencia formulada con fundamento en la ley 11.192
conjeturales, carentes de apoyo probatorio, deben ser rechaza- de la provincia de Buenos Aires, ya que el diferimiento de los plazos
dos 2o6.
de atención de la deuda pública impuesto por la ley local de
En "González, Antonio Erman", la Corte también exige que se consolidación ha tenido por objeto asegurar la continuidad en la
acredite que el recurso extraordinario constituye el único medio
prestación de los servicios que están a cargo de la provincia" 210 •
eficaz para la protección del Derecho federal comprometido 207 •
Ello, por otra parte, sería acorde con la flexibilización de las
Asimismo, en algunos precedentes, el tribunal ha reiterado que no
exigencias de planteamiento y fundamentación que el tribunal
sólo debe acreditarse la incidencia en la prestación del servicio
formuló en la causa "Mozzatti" 211 •
público, sino también la existencia del impedimento para que las
cuestiones planteadas sean debatidas en un juicio ordinario pos-
terior 208 • 5. Evaluación.

d) Gravedad institucional manifiesta. La gravedad institucional es en la actualidad uno de los


principales protagonistas del escenario del control de constitucio-
Ahora bien, la Corte Suprema puede flexibilizar, en algunos nalidad en la Argentina. La estructura formal del remedio del art.
Hupuestos, la exigencia de acreditación de la gravedad institucio-
14 de la ley 48 se subordina plenamente ante la declaración de su
nnl invocada. Señala Palacio que "si bien tal doctrina implica
presencia por la Corte Suprema. Ahora bien, sus múltiples impac-
tos exceden la mera superación de los ápices formales frustra torios
~ 11 ' 1 "Mónaco, Nicolás y otros e 1Cañogal S.R.L. y otro" (1985), Fallos, 307:958. del recurso extraordinario y su conmoción repercute más allá de
~ 111 "FinJo, Arnaldo Roberto e 1Estado Nacional (Ministerio de Educación) s 1 sus efectos clásicos. Así, no sólo ha contribuido a delimitar el
onli11ario (F. Pública)" (1989), Fallos, 312:1484; "Ruiz Vargas, Carlos Francisco concepto de trascendencia al que remite el art. 280 del CPCCN, y
v otros e 1Provincia de Tucumán" (1986), Fallos, 308:134 7; "Bianco de Torres,
.MHrfrt Carmen y otro e 1Murray de Maguire, Catalina suc." (1957), Fallos, 239:359;
calificar a la existencia de agravio federal, otorgándole mayor
"J•:m¡1re8a Nacional de Telecomunicaciones e 1Municipalidad de Córdoba", Fallos, consistencia al sistema, sino que, principalmente, potenció de
a 1o: 176G (1987l.
~ • "Municipalidad de Rosario e 1Sociedad Rural de Rosario" (1980), Fallos,
11 1

:IO:l:()fiG. 2 •
(~J
Palacio, op. cit., pág. 287.
11
'" Fallos, 32a:G29, 303:7fi9, 303:926,321:3394,303:1988,305:2067,:305:2195, 210
"Martínez y De La Fuente S.A. e 1Dirección de la Energía de la Provincia
:HHi: 107 !J., ::!00: 1245, :305:RG8. rle Buenos Aires" (1993), Fallos, 316:3146. En el mismo sentido, "Lavandera de
~ 07 "Oonzález, Antonio Erm.an y otros s 1su presentación en autos: Bco. del lnt. Uizzi, Silllia el Instituto Provincial de la Vivienda", 1713198, Fallos, 321:441. En
v n.~. A.~. (ll/ !lA) Nobi'IJ nll'rlida cautelar" (1990), Fallo.s, :n:l: 1242. la en mm "!Jrlgt:do, Leonardo Raimundo" (1971), Fallos, 280:314, también la Corte
· ~oH "/)iref'f'ián Ut'llt•ntllm¡w.~ilil!a el Rdtur.rdo Sánchez Granel" (Hl8Gl, Fallo.~. rdinre a tu oxistcncia do "manifiesta gravedad institucional".
:!OH: 1:l:IO. m "Moz:wlti, Camilo y otro" (1978), Fallos, :300:1102.
420 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL Y GRAVEDAD INSTITUCIONAL 421

manera notoria el desarrollo de la función dirimente del tribunal ponderarse la necesidad de seguridad jurídica que reclama todo
en torno a la composición de los conflictos de poderes. Estad.o de Derecho 213 • En la Corte Suprema recae el pleno señorío
Ahora bien, los marcos conceptuales de la institución se en- en la mstrumentación de la figura, y, justamente, de tal accionar
cuentran bajo un fenómeno de notoria expansión, existiendo un se desprenderá el juicio que eventualmente se efectúe sobre la
cúmulo de puntos controvertidos que confluyen en la evaluación legitimidad de la institución.
de la institución. Sin duda, un aspecto que no ha generado cohe-
Hión en la doctrina y en la jurisprudencia, despertando numerosas
críticas, es el que se la haya instituido en algunas oportunidades,
más allá de afirmaciones categóricas en contrario, como una vía
autónoma de acceso al superior tribunal, ante la inexistencia de
cuestión federal.
Asimismo, algunas cuestiones pueden repercutir cuantitati-
vamente de manera marcada en el uso de la figura, acentuando su
impacto en el proceso constitucional argentino. En este sentido,
por ejemplo, debe tenerse en cuenta la incógnita sobre la expan-
Hión de la jurisprudencia, en la que se ha sostenido que aquellas
causas donde se ventile la posible violación de instrumentos inter-
nacionales tuitivos de derechos humanos que puedan comprome-
ter la responsabilidad internacional del Estado revisten gravedad
institucional, desdibujando la arquitectura procesal del remedio
extraordinario. Ello podría conllevar un amplio flujo de graveda-
des institucionales, frente a causas donde se ventile una violación
a los derechos humanos. Finalmente, la litigiosidad en torno a los
derechos colectivos homogéneos aumenta aún más el cúmulo de
controversias que pueden considerarse de impacto comunitario,
teniendo en cuenta la cantidad de sujetos posiblemente afectados
o de casos en que podría repercutir la decisión. Dentro de este
marco, la gravedad institucional podría poblar de manera cada vez
m:ís notoria los estrados de la Corte Suprema.
Sin duda, el impacto no se traduce en un mero efecto cuan-
titativo sino cualitativp, desdibujando los márgenes de actuación
del superior tribunal. De esta manera, la institución ha fortalecido
d accionar de la Corte Suprema de Justicia, que asume de manera
mñs potestativa su propio rol de guardiana de la Constitución. Si
hinn, citando a Lugones, se considera que "las «heterodoxias» del
n·curso han nacido para dar respuesta a situaciones en las que
nu.ones de equidad o de seguridad para las instituciones imponían •
sol> repasar los límites «clásicos», en tanto éstos no eran ya adecua-
dos cmno criterio de selección para determinar qué causas deben
lll'gar a conocimiento de la Corte Suprem,a" ~ 12 , no debe dejar de~

m Conf., on oRt.o Aentido, !nA críticnl'l y ndvert.oncins formnlndnA por M01·ollo


~I'A J •llf.(OIWH, "J.mt iHJ(.tli'IHioximt ... " dL,, Jll\1{. 1/í, (vnr not.H 17f)),
CAPíTULO XV

EL PER SALTUM
por
PABLO LUIS MANILI 1

1. Introducción.

Habiendo analizado ya la doctrina de arbitrariedad de sen-


tencia y la de gravedad institucional, como vías de acceso a la
Corte que no están legisladas por el Congreso, corresponde ahora
estudiar el llamado per saltum, que --afortunadamente- parece
haberse desvanecido como mecanismo de acceso a ese tribunal.
En este capítulo analizaremos la jurisprudencia de la Corte
sobre el per saltum para dilucidar: si es una variante del recurso
extraordinario o una vía autónoma; si es correcto o no aplicarlo sin
ley que lo reglamente; si es asimilable al amparo nacido en la
década de 1950 con los fallos "Siri" y "Kot''; si es necesaria una
sentencia previa o puede ser ejercido antes de que ningún juez
haya sentenciado, etc. Por último, trataremos de responder la
siguiente pregunta: ¿es un instituto procesal, o simplemente un
atajo con el que algunos ministros de la Corte se adjudicaron el
conocimiento de ciertas causas políticamente relevantes? ...
También analizaremos la efímera norma que, en su momen-
to, legisló el per saltum y su aplicación jurisprudencia!.

2. Un precedente en disidencia .

El primer precedente en el que la Corte ejerció su competen-
cia sin que se hubieran agotado las instancias previas necesarias

Doctor on Derecho (UBA). Profesor de Derecho Constitucional y Derechm~


1

llum11110H t'll grudo, JlOH~rndo y doctorado cl1.• In Fncultnd do l>oreeho do In UBA.


424 DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL PER SALTUM 425

fue la disidencia del Dr. Petracchi en el caso "Margarita Belén" 2 3. El caso "Dromi, Roberto (Aerolíneas Argentinas)".
de 1987, en el cual se planteó un conflicto negativo de competen-
cia 3 • El voto mayoritario de la Corte resolvió solamente la cuestión Con una nueva integración y con nueve miembros 7 , la Corte
de competencia, estableciendo cuál era el tribunal que debía en- se adjudicó el conocimiento de una causa en la que se habían
tender en la causa. Pero el referido ministro resolvió adjudicar el agotado las instancias, en el caso "Dromi" 8 • Sucintamente referi-
conocimiento de la causa a la propia Corte, por entender que "no remos los pasos procesales de este curioso caso 9 :
obstante la situación procesal en que se encuentra la causa ... la a) En julio de 1990, un diputado nacional interpuso, "por sí
I'Xistencia de aspectos de gravedad institucional puede justificar su y en representación del pueblo argentino", una acción de amparo
intervención superando los ápices procesales frustratorios del con- a efectos de obtener el dictado de una medida que ordenara al
trol constitucional", ya que "debe ser desechada toda interpreta- gobierno adecuar el tipo societario de la adjudicataria de la priva-
ción que, so color del aparente respeto a las formas procedimenta- tización de Aerolíneas Argentinas, una vez producida ésta. El
les, termine produciendo la impotencia del propio órgano jurisdic- pedido se basaba en un dictamen de la Inspección General de
cional al que aquéllas deben servir" 4 • Es decir que -sin pedido de Justicia 10 que establecía que una sociedad anónima con participa-
pnrte- y sin que haya existido ninguna sentencia de un tribunal ción estatal minoritaria no se ajustaba a ninguno de los tipos
inferior, el Dr. Petracchi decidió abrir la competencia de la Corte establecidos por dicha ley y que, por lo tanto, era una sociedad
con fundamento en la doctrina de la gravedad institucional, la cual irregular 11 • Queda claro que el objeto del amparo no era evitar la
se venía aplicando desde 1958, según se analizó más arriba, para privatización, sino simplemente impedir que el Estado argentino
obviar el cumplimiento de algunos de los requisitos del recurso fuera parte en una sociedad irregular no tipificada en la ley. No
nxtraordinario, en casos que excedían el mero interés de las partes obstante, hubo quienes interpretaron que el amparo era "contra la
(tales como "Jorge Antonio" 5 y "Penjerek" 6 ), pero siempre dentro venta" de la empresa 12 .
del marco del recurso extraordinario, y a pedido de parte.
Lamentablemente, este precedente, inspirado en la intención
de .impartir rápida justicia en la matanza de veintidós personas
7 En 1990 se aumentó a nueve el número de los miembros de la Corte
llevada a cabo por las fuerzas armadas durante la última dictadu-
Suprema, con motivo de lo cual renunciaron dos de los jueces que habían sido
r·n militar, obligó al ministro -para mantener la coherencia- a nombrados en 1983 (los Dres. José S. Caballero y Jorge A. Bacqué), con lo cual,
f'11llnr en forma análoga tres años más tarde, en un caso donde lo a las cuatro nuevas vacantes se sumaron otras dos. En esos seis cargos fueron
quo buscaba el solicitante no era exactamente hacer justicia, como nombrados jueces de filiación política afín al gobiemo de tumo, e integraron lo
yu veremos. que se conoció como la "mayoría automática" del gobierno en la Corte.
8 Fallos, 313:867.
9 Para ver la transcripción de los escritos presentados en el expediente,

puede consultarse Carrió, Alejandro, y Garay, Alberto, La Jurisdicción "Per


z Rl Derecho, 130:637, con nota al pie de Germán Bidart Campos, "Una Saltum" de la Corte Suprema, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1990, passim.
10 La existencia de este dictamen es silenciada por quienes pretenden
lntl•rusunt.e Disidencia en la Corte Suprema Acoge la Avocación Por Salto".
:l Se trata del supuesto en el cual varios jueces declinan el ejercicio de la
justificar el fallo bajo análisis con el argumento de que el pedido formulado era
t•ompot.oncia y se plantea la posibilidad de que ello signifique una privación de improcedente (cfr. Creo Bay, Horacio, Recurso Extraordinario por Salto de
juHt.icin, en cuyo caso, por aplicación del art. 24, inc. 7, in fine, del dec.-ley 1285/ Instancia, Buenos Aires, Astrea, 1990, pág. 38).
r,H, la Corte debe decidir qué juez es competente. u La existencia de este dictamen es muy trascendente a los efectos de la
4 Resulta llamativa la expresión utilizada en cuanto a que las formas decisión final de la causa, ya que el mismo revela que no existía un conflicto entre
pnwt>tl imentales "deben servir" al órgano jurisdiccional, con la cual disentimos, ya poderes, como arguyeron Dromi y la mayoría de la Corte, sino de un conflicto
t¡llt' (•st.as esiún instituidas en beneficio de la administración de justicia y de los
intrapode;; es decir, no se trata de un problema entre el Ejecutivo y el Judicial,
jiiHt.ieiables, y no del órgano judicial; lns normas rituales reglamentan el ejercicio sino que simplemente se le solicitó al Judicial que declare la existencia de un
tiPI tiPreeho ul dobído proc:eRo ele los particulares, amparado por el art. lR de lu conflicto entre la ley y la voluntad del Ministerio de Obras y Servicios Públicos
(:N, y Hon de orden público, oH decir, indiHponibles tnnto para los pmt.iculm·e¡.¡ eomo de lu Nación (en adelante MOSP), lo cual ya había sido declarado por otro
p11n1 loH órgunoH juriHdieeionnl<•H. ministerio, a través del órgano competente (la Inspección General de Justicia).
12 Conf. Basso Dustugue, Jorge, "Ley de Per Saltum: Su Necesidad", en El
~ Fallo.~. 21H:1HD.
" Falto.~. 2ri7: 1:!:l. IJ1•redw, 1:w::329.
426 DERECHo PRocESAL CoNSTITUCIONAL EL PER SALTUM 427

b) En dicha acción de amparo, el juzgado de primera instan- era un recurso extraordinario, ni cumplía con los requisitos forma-
cia solicitó el informe previsto por el art. 8 de la ley 16.986 al les de éste, ya que no contenía la relación de los hechos de la causa
M OSP. El traslado fue contestado el 12 de julio, y ese mismo día, y de los agravios federales concretos (además, se titulaba "Apela");
d ministro de la cartera, Dr. Dromi, presentó un escrito ante la b) la sentencía contra la que se dedujo apelación no había emana-
Corte Suprema 13 solicitando su "avocación" 14 en dicha causa. do del superior tribunal de la causa, sino de uno de primera
e) Ese mismo día, y con la firma de un solo ministro de la instancia; e) si esa apelación quería ser considerada como un
<~orte, se solicitó al juzgado de primera instancia la remisión del recurso extraordinario, para habilitar la competencia de la Corte,
uxpediente. Nótese que aún no se había dictado sentencia en la debió ser interpuesto ante el mismo juez que dictó la sentencia y
causa, con lo cual el pedido de remisión implicó el ejercicio de la no ante la Corte; d) no se cumplió con el traslado de ese escrito de
<:ompetencia originaria de la Corte, ya que no existía sentencia, apelación, violándose así el derecho de defensa del amparista.
ni siquiera de primera instancia. Dicha competencia se considera, A ello agregamos nosotros las siguientes irregularidades: e)
cJ¡~sde 1887 (en que la Corte dictó el fallo "Sojo" 15 ), como excepcio- el escrito de apelación fue presentado a las cuatro de la tarde sin
nal e improrrogable, limitada a los casos establecidos en el art. 117 que hubiera mediado habilitación de días y horas; f) no existen
d(l la Constitución Nacional. constancias de cómo se notificó al MOSP la sentencia de primera
d) El juez de primera instancia, ese mismo 13 de julio, antes instancia, la cual había sido dictada en horas de la mañana y fue
dn remitir el expediente, dictó sentencia haciendo lugar a la de- apelada a las cuatro de la tarde (¿cómo se enteró el ministro de la
IIIHlHia, y en horas del mediodía remitió el expediente a la Corte. sentencia y de su contenido?); g) la apelación fue fundada en el
mismo escrito en que se la interpuso, es decir, antes de que se
e) A las cuatro de la tarde del mismo día, el Dr. Dromi volvió
concediera el recurso (¿cómo sabía el ministro que le concederían
11 presentarse ante la Corte, esta vez con un escrito titulado
el recurso para anticiparse a fundarlo?); h) las sentencias dictadas
"/\pela".
en un juicio de amparo no causan estado y su apelación debe
/) También ese mismo día la Corte dictó una sentencia en la concederse en ambos efectos, por lo cual la mera interposición de
quo suspendió los efectos de la dictada por el juez de primera una apelación (ordinaria) habría suspendido los efectos de la sen-
inHLandn tH, y con ello permitió que la privatización continuara tencia, con lo cual se lograba el mismo resultado sin violar norma
Jl('HU a la irregularidad señalada por la Inspección General de procedimental alguna .
•IIIHLicia, por varios diputados nacionales y por el juez de primera La sentencia 18 sobre el fondo del asunto fue dictada el 6 de
ÍllHLUllein. septiembre del mismo año 19 ; en ella, la mayoría se formó por dos
1,u:-~ irn~gularidades procedimentales observadas hasta esta votos distintos: uno suscripto por cuatro jueces que hicieron lugar
nll.ttnt on el expediente de marras han sido sistematizadas por al per saltum (Dres. Cavagna Martínez, Barra, Petracchi y
(:,,,.,.¡ó y Garay 17 del siguiente modo: a) el escrito de apelación no Boggiano) y otro por dos jueces que justificaron su intervención en
la supuesta existencia de un conflicto de poderes (Dres. Nazareno
1
" I•:H interesante destacar que dicho escrito fue presentado ante la Oficina
y Moliné O'Connor). El Dr. Fayt votó en disidencia, y los Dres.
dt• Suporintendencia de la Corte, como si se tratara, no de una causa judicial, sino Belluscio y Oyhanarte se abstuvieron. Afortunadamente, por lo
dt• 1111 problema interno del Poder Judicial. No obstante, sin que exista actuación tanto, el per saltum no nació como doctrina o como instituto
nl¡:unn 011 d medio, al escrito se le colocó otro cargo, dos horas más tarde dándole procesal nominado ni autónomo, ya que cuatro sobre nueve no
ingn•Ho a la Mesa de Entradas de la Corte. '
11
' Vale aclarar que la avocación es un instituto del Derecho Administrativo
forman mayoría (más abajo volveremos sobre este tema).
(nrl. :1, lt•y 1~l.549) por el cual un órgano superior sustituye a uno inferior en la Los argumentos del primero de los votos referidos se basan
1rnrnil.111:ión de un asunto. Pero dicho instituto no existe en Derecho Procesul

en la doctrina de la gravedad institucional, ya utilizada en la
li·dlll'lll. disidencia del Dr. Petracchi referida más arriba. En cuanto a ella,
" l~'alloN, :!:.!:120, Rimilar -en cRte punto--- al cólebre fallo de 180:3 de la Sn-
1

1'~'~'11111 <:orto do hlfl Estados Unidos en autos "Marbury us. Madison" (1 Crnneh 1:J7).
10
ta IJt•n!t)lw, l :lH:GHH, con not.n do Con111'1n Bidurt CumpclR: "1•~1 «l'or w El Derecho, 139:332.
Hnll.11111""· 111Pnmdójieanwnte, ora ol día on quo RO cnmpliun sesenta m1os del primer
J'l ( )]¡, t:Íi.., JIIÍf{H. :!~.Y :1:1. golpP dt• (•;f-ILado t•n In Arf{oni.Íilll (¡ptr~ualidnd'?!.
-128 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
EL PER SALTUM 429

(~arrió y Garay critican, con justicia, dos extremos: que dicha Cabe una reflexión más: ¿tanta celeridad, tanto actiuismo
doctrina había nacido dentro del marco del recurso extraordinario judicial y tanto desconocimiento de las normas se ejercieron para
PI eual no se interpuso en estos autos y, además, que su aplicación' salvaguardar derechos o garantías constitucionales? ... No. Recor-
lw bía servido para suplir alguno de los recaudos formales de dicho demos que el constitucionalismo nace por la necesidad del ser
t·<~curso, pero nunca todos al mismo tiempo 20 • Pero este voto
humano de limitar el poder, en aras del ejercicio más amplio
introdujo una novedad en dicha doctrina, a la que denominare- posible de sus potencialidades. Ello fue lo que inspiró a la Corte
mos, en lo sucesivo, la "grave-gravedad institucional", ya que de la segunda mitad de la década de 1950 a crear el amparo: ante
Hostuvo: "Sólo [en] causas de la competencia federal, en las que con la ausencia de ley reglamentaria, se operativizaron normas
manifiesta evidencia sea demostrado 21 por el recurrente que constitucionales protectoras de derechos. Estamos muy lejos de
C'nlraiian cuestiones de gravedad institucional-entendida ésta en ello en este caso, en el que, frente a la existencia de ley, se la ignoró
1'/ sentido más fuerte que le han reconocido los antecedentes de la para acelerar la materialización de la voluntad política del Poder
Corte-... " puede prescindirse del requisito del superior tribunal. Ejecutivo en un asunto que no se relacionaba con derechos y
Como vemos, la Corte intervino a pesar de la inexistencia de garantías individuales.
un recurso extraordinario, con lo cual se sustrajo a las leyes que El otro voto que conforma la mayoría es más realista en el
n~g-lamentan el ejercicio de su competencia apelada, apartándose sentido de admitir que la Corte no interviene en el marco de un
de la letra expresa del art. 117 de la Constitución, que establece recurso extraordinario, sino fuera de toda vía procesal y al solo
qun la Corte "ejercerá su jurisdicción por apelación según las efecto de evitar que el Poder Judicial se extralimite en sus
rc¡.;las y excepciones que prescriba el Congreso". Sobre esta cues- funciones e interfiera en el ámbito reservado a otro poder. No se
tión llama la atención la disidencia del Dr. Fayt2 2 , y, según Bidart menciona el per saltum como la vía procesal aplicada, pero el
Campos, al ser la propia Constitución la que obliga a que la resultado es el mismo: se sustrae la causa del conocimiento de
jurisdicción apelada se ejerza del modo que la ley prevea, no cabe sus jueces naturales para autoasignársela la propia Corte. No
<d c;jercicio de la misma por fuera de lo que la ley prevé 23 • obstante esa diferencia, el voto adolece de los mismos defectos
Consideramos que, para justificar su intervención sin la exis- que el anterior.
t.oncia de un recurso extraordinario, la Corte acudió a la doctrina La disidencia del Dr. Fayt rechaza punto por punto toda la
dnl lwcho consumado, al afirmar que, como el expediente fue argumentación tejida por la mayoría y demuestra su flaqueza
olovudo n In Corte inmediatamente después de dictada la senten- argumental.
l'in do primera instancia, el plazo para interponer el recurso trans-
<'lllTÍ<Í cuando el expediente se hallaba en la propia Corte 24 . Lo que
oulit.<~ decir es que faltaba aún transitar por la segunda instancia, 4. La Corte se resiste a repetir el per saltum.
.Y que el expediente se hallaba en la Corte no por casualidad sino
porque uno de sus miembros lo había requerido al juez de primera En el ínterin entre las dos sentencias del caso anterior, en
inHtancia. Y en varios párrafos del mismo voto se hace alusión al agosto de 1990, la Corte fue nuevamente requerida para entender
t'<'CLtr'HO extraordinario, con lo cual colegimos que la Corte fingió en una causa salteando instancias. El caso, caratulado "Erman
qt1<~ había un recurso donde no lo había. González, Antonio (Banco del Interior y Buenos Aires)", fue final-
mente fallado el 27 de noviembre de ese aüo 25 • Se trataba de un
'
11
Oh. cit., ptÍg. 52. pleito entre la entidad bancaria de referencia y el Banco Central,
.,, l•:xiHt.en ciertas contradicciones lógicas en este párrafo, puesto que Ai In en el cual el juez interviniente había hecho lugar a ciertas medidas
fJ,I'IIVndnd iuHLiLucional surge con manifiesta evidencia, no ncc:esita ser demoHI.I'Udn cautelares contra este último, que fueron apeladas. Pendiente aún
por ni roeun'PJlte.
n ( :ouHidcrando G".
dicho recurso, el ministro de Economía y las autoridades del Banco
"' llidnrt Canq>OH, Gonn1'111, "Ln Importante Hontonciu do lu Corto un oll't•r
Central se presentaron ante la Corte con un doble propósito:
,'-,'allul/t. por la Licitac:i6n do AurolfnoaH ArgentinaH", on Rl /JI'/'echo, J:I!J::li!J, c•Hp. impugnar la competencia y las decisiones adoptadas por el juez de
pl'tl{. a:w.
¡¡ CoiJHÍdlll'lllldo 11".
430 DERECHo PROCESAL CoNsTITUCIONAL EL PER SALTUM 431

primera instancia 26 • La Corte requirió el expediente y llamó a cripto es exactamente la misma que adoptó la Corte en el caso
cuatro audiencias de conciliación antes de fallar. Esa actividad es "Dromi". Es decir: la Corte dijo que no volvería a hacer lo que ya
totalmente inusual en el tribunal, a la vez que criticable, puesto había hecho, pero sin aclarar cuál es el criterio que distingue a
que implicó el ejercicio de la competencia originaria en una causa este caso del anterior, ya que -supuestamente- en ambos esta-
no prevista en el art. 101 de la Constitución (hoy art. 117). En ban en peligro los intereses de la Nación: en el primero para llevar
efecto, no existiendo sentencia definitiva del juez de primera ins- adelante una privatización en forma inmediata, y en el segundo
tancia, sino simplemente una medida cautelar que aún no estaba . para salvaguardar los intereses del Banco Central frente a ciertas
firme, la actividad de la Corte estaba vedada. Asimismo, la deci- medidas cautelares adoptadas en su contra; en el primero, la
sión de convocar audiencias de conciliación y oficiar como media- petición la hizo el MOSP, y en éste, el ministro de Economía; en
dora es totalmente ajena a su función. Fracasadas dichas audien- ambos casos se argum~ntó la existencia de un conflicto de poderes.
cias, la Corte dictó sentencia. Entonces: ¿dónde está la diferencia? ... ¿Por qué se aceptó el per
La mayoría estuvo formada por tres votos separados: uno saltum para agilizar una privatización y no para resguardar al
suscripto por los Dres. Levene, Cavagna Martínez y Petracchi, Banco Central de medidas cautelares que supuestamente lo
otro por el Dr. Belluscio y otro por el Dr. Cotter. Todos ellos perjudicaban y que habían sido adoptadas por un juez incompe-
entendieron que la pretensión. del ministro era la de unper saltum tente? ... Lamentablemente las respuestas a esas preguntas no
y la rechazaron. Dicho rechazo mereció la aprobación de la doctri- surgen del fallo. No estamos propiciando la aplicación del per
na, habiéndose sostenido que "es saludable esta reacción del tribu- saltum a cualquier caso, sino simplemente señalando la falta de
nal... Ha logrado mayoría de cinco votos ... para desestimar la coherencia entre este fallo y el anterior.
presentación" 27 • Si tenemos en cuenta que en el caso "Dromi" no El párrafo siguiente confunde más las cosas, ya que afirma
existió una mayoría que acogiera el per saltum, sino que sólo que "el fundamento concreto y preciso [del per saltum] es el de
cuatro jueces se refirieron a él, lo antedicho cobra mayor relevan·· proveer a una custodia expeditiva de los derechos federales". Nos
cin. Por su parte, los votos que integraron la minoría interpretaron preguntamos: entonces, ¿por qué no lo aplicó en este caso? ... Ade-
que el planteo era el de una cuestión de competencia y resolvieron más, aumenta la confusión el hecho de que este voto fue firmado
remitir las actuaciones a la Cámara de Apelaciones con competen- por dos de los ministros que habían suscripto el voto que en
da en el lugar. Por lo tanto, nos ocuparemos solamente de aquellos "Dromi" admitía expresamente el per saltum (Dres. Cavagna
votos que hacen referencia al per saltum. Martínez y Petracchi).
Es interesante analizar de qué manera el primero de los votos Por lo demás, el voto reitera la fórmula del fallo antes citado:
roforidos aludió al precedente "Dromi": comenzó por aclarar que la la "grave-gravedad institucional" más la urgencia posibilitan el
doctrina de ese fallo "no ha tenido ... el propósito de arbitrar cami- per saltum (léase: el apartamiento de lo que las leyes procesales
nos procesales transitables por todo litigante que pretenda, sin ordenan), solamente cuando el recurso extraordinario se exhibe
más, obtener una rápida definición de su litigio ... Tampoco ha sido como el único instrumento eficaz.
su ol~jeto elaborar un medio adjetivo para superar las dificultades, El voto del Dr. Belluscio, quien se había abstenido en el caso
(tflgu.stias o trastornos, aun serios, que puedan producirse en el "Dromi", desecha la petición con una fundamentación contunden-
('tlrso de un proceso hasta su definitivo juzgamiento, incluso cuan- te, sosteniendo que el planteo no es de los contemplados en los
do en ello esté interesada ... la Nación" 28 • Creemos que si bien es arts. 100 y 101 de la CN (hoy 116 y 117) y que el remedio procesal
Hnludnble que la Corte haya establecido un límite a la aplicación es la apelación, que se hallaba pendiente. El Dr. Cotter, en un
dn In referida doctrina, la conducta descripta en el párrafo trans- meduloso voto, destaca que el caso traído a conocimiento de la
Corte no•'es de su competencia originaria (art. 101 CN) ni es una
apelación ordinaria (art. 24, inc. 7, dec.-ley 1285/58), por lo que
~~~ (•;nt:endemos que la primera de ambas pretensiones excluye a la se¡,•1mdn,
fHil'Hlo quo Hi el juez enroco de compottmciu, sus resolucion<JS no son vtí.liclns.
desestima la petición por improcedente, no sin antes alertar que
~·, Bidart CampoH, GormiÍII, ''Jo;ntro un «Por Su Hum» Frustrado y unu Cuos- la misma, de ser acogida, violentaría el Estado de Derecho.
Uúu do Computoncin", on h'l /Je¡w:lw, 141::117. Hesumiendo: el fallo bajo análisis dio la oportunidad para que
~H ConHidt•l'UIHio 0". In Corte aclarara los alcances de la doctrina "Drom.i", pero lamen-
DERECHo PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL PER SALTUM 433

Lablemente se aumentaron las dudas, ya que a nuestro entender Pero queda en pie una pregunta: ¿si la Corte lo aplicó para
d voto mayoritario no especificó dónde está el criterio distintivo defender los intereses de un ministro en una privatización, no
ele este caso respecto del anterior, ni por qué en un caso aceptó el debería ser más permeable a utilizarlo cuando se trate de defender
per saltum y en el otro no. los derechos humanos? ...
Solamente extraemos como enseñanza la siguiente: mientras
que, al crear el amparo, la Corte dio un primer paso en "Sir~" y un
Hegundo paso en "Kot" reafirmando y ampliando el antenor, en 6. Un per saltum a favor de la vindicta pública.
~~ste caso rehusó expresamente reconocer al fallo "Dromi" el carác-
ter de creador de una vía procesal autónoma. En otras palabras: En diciembre del mismo año, en una notoria causa penal por
"Erman González" no fue a "Dromi" lo que "Kot" fue a "Siri". tráfico de estupefacientes, caratulada "Reiriz, Graciela y otro s 1
Menos mal. recurso extraordinario" (Operación Langostino) 30 , los procurado-
res fiscales de la Corte se presentaron ante ésta mediante un
escrito al que titularon "recurso extraordinario", interpuesto con-
u. Un intento de per saltum yuna cuestión de competencia. tra una resolución de un juez de primera instancia que había
dispuesto la excarcelación de los procesados, solicitando que se
Una nueva oportunidad de expedirse sobre el per saltum se suspendieran los efectos de la misma. La Corte, en apenas cinco
lo presentó a la Corte en el caso "Salgado, Héctor y otros s 1 días, emitió su decisión 31 , quedando integrada la mayoría por
¡•stafas reiteradas", fallado en septiembre de 1994 29 • Los defen- cuatro votos distintos.
Hores del imputado, estando la causa en etapa de sumario ante El de los Dres. Moliné O'Connor, Boggiano y López decretó la
un juzgado de primera instancia, acudieron directamente a la suspensión de los efectos de la medida recurrida, fundándose,
Corte argumentando que el a quo había denegado diversas me- básicamente, en: a) la imposibilidad de reparar las consecuencias
didas probatorias ofrecidas por ellos, sumado a lo cual la causa de las medidas dispuestas en primera instancia (excarcelación de
presentaba una inactividad procesal prolongada. El planteo era los detenidos) y la consecuente probabilidad de que la sentencia a
un híbrido entre un reclamo de avocaciónper saltum fundado en dictar en la causa fuera de cumplimiento imposible; b) la necesi-
unn supuesta denegación de justicia y un pedido de intervención dad de un estudio detenido del tema (invocando la doctrina de
1'11 d marco de un conflicto negativo de competencia, regulado "Dromi") para "salvaguardar el correcto ejercicio de la función
por ol art. 24, inc. 7, del dec.-ley 1285/58. La Corte sostuvo que, jurisdiccional"; e) los poderes implícitos de la Corte para hacer uso
ul oHtnr la causa sometida a sus jueces naturales y al no haber de esa "excepcionalísima facultad"; d) un supuesto principio de
oxiHt.ido sucesivas declinatorias de competencia, no existía fun- "eficacia de la actividad jurisdiccional", para el cual se invoca
dunwnto para aplicar dicha norma. No obstante, no ofreció nin- como apoyo la norma del art. 232 del CPCC.
J~l-111 argumento para rechazar el pedido de avocaciónper saltum, Las dos primeras razones esgrimidas son meramente fácti-
lo cual nos hubiera ayudado a delinear la doctrina. En realidad, cas; la tercera contiene un argumento a contrario sensu de la
ol planteo de la defensa era endeble, puesto que, como la causa doctrina de los fallos "Siri" y "Kot", en el sentido de afirmar que
HO hallaba en etapa de sumario, todas las medidas que el juez de los poderes implícitos no sólo pueden ser usados en salvaguarda
inHtrucción denegó podían ser ofrecidas nuevamente en la etapa de los derechos de los particulares sino también para efectivizar
dul plenario, de lo que se deduce que no había agravio, más allá la vindicta pública 32 • La cuarta es vaga y ambigua.
dd temporal. En otras palabras: nada de lo que ocurría en ese El voto del Dr. Nazareno, con algunos matices, resulta aná-
I'XlHHI ientc era insusceptible de remedio por sus jueces natura- logo al analizado; mientras que el del Dr. Levene se basa en el
lm;. Por eso, no era éste un caso propicio para aplicar el per
.w ti lt /. !/1. •
:lo Conocida públicamente como"Operación Langostino".
El Derecho, 161:331.
:n
~~~ ¡.;¡ /)en•¡:/w, 1(11 :221, eon notn do Bidnrt Cumpoll, Gc,rmún ,f., ";,Un t'Olll()(lo a~ La Corte podría haber invocado el Preámbulo, que obliga a los poderes del
de• l'c•r HuiLum'?". J;;Htmlo u "afianzar la justicia".

:m /!,.,...,.¡,. l'to•·••mli OoiiNiilllcirmul.


434 DERECHO PRoCESAL CoNSTITUCIONAL EL PER SALTUM 435

rechazo de "toda interpretación que, con base en el estricto apego definitivas, ni equiparables, susceptibles de recurso extraordina-
a las formas procedimentales, termine produciendo la impotencia rio. El tercero de los jueces citados señaló que la doctrina de la
del propio órgano judicial a cuya mejor y más justa labor aquéllas gravedad institucional no alcanza por sí sola para habilitar la
deben servir". Reiteramos nuestra opinión contraria a este aserto, instancia extraordinaria cuando no se encuentra involucrada una
puesto que las normas procesales no se sancionan para "servir" al cuestión federal, aun cuando haya sido utilizada en ciertas opor-
círgano judicial, sino para materializar el derecho al debido proce- tunidades para superar el escollo de la ausencia de sentencia
so consagrado por el art. 18 de la CN y por los instrumentos definitiva.
internacionales de derechos humanos.
Renglón aparte merece el voto del Dr. Petracchi, fundado
íntegramente en la doctrina del fallo "Dromi" 33·afirmando que allí 7. Un per saltum a favor de un sindicato.
Jn Corte había resuelto que "era formalmente admisible un recurso
extraordinario interpuesto ante ella contra la decisión de un juez En abril de 1996 llega a la Corte un planteo de los ministros
de primera instancia". Disentimos con tal afirmación por dos de Trabajo y de Justicia de la N ación enderezado a revocar lo
motivos: porque en ese fallo no fue la mayoría de la Corte, sino resuelto por un juez de primera instancia del Trabajo en el marco
Holamente cuatro de los nueve miembros los que votaron en ese de un amparo 35 incoado por la UOM contra una empresa automo-
Hentido, y porque lo que interpuso Dromi no era un recurso ex- triz (autos "Unión Obrera Metalúrgica" 36 ). Dicha resolución había
traordinario sino un pedido de avocación, seguido de una apela- ordenado la aplicación al caso de un convenio colectivo de trabajo
ción atípica, tal como explicamos más arriba. Pero curiosamente del año 1975, en lugar del que pretendía aplicar el Ministerio de
on el último considerando de su voto vuelve sobre el referido fallo Trabajo, que era de 1996. La petición de los ministros argumen-
y lo eleva a la categoría de una nueva doctrina en materia de taba que existía un conflicto de poderes porque una jueza laboral
gravedad institucional, al sostener que la situación que se produ- se había arrogado facultades propias del Ministerio de Trabajo, las
ciría con la libertad de los procesados "configura un caso de gra- que sólo eran susceptibles de ser sometidas a la justicia por vía de
uedad institucional, conforme a la doctrina del caso «Dromi» y los apelación de la decisión ministerial ante la Cámara de Apelacio-
precedentes en él citados". Tampoco coincidimos con que ese caso nes del Trabajo.
hnyn generado "doctrina" y, por otra parte, el caso de marras El voto de la mayoría 37 merece el siguiente análisis:
enrnee de "precedentes". a) Comienza encuadrando el per saltum como una especie
Por último, destacamos que la suspensión decidida por la del recurso extraordinario y como si fuera una manera legalmente
mnyorfa de la Corte operó sin perjuicio de la secuela normal de los reglamentada de acceder a la Corte, aun cuando luego afirmó que
roeurHos en trámite; es decir: es una decisión del Máximo Tribunal no era ésa la vía por la cual ejercía su competencia. En realidad,
HttjüLn a condición resolutoria, ya que duraría mientras se sustan- la presentación no cumplía con ninguno de los requisitos para ser
ciaran esos recursos. ¿Es eso lo que el constituyente planeó al considerada un recurso extraordinario, y no contenía agravios de
insl.itttir la Corte Suprema? ... ¿Un tribunal que adopte medidas materia federal, sino que se trataba de un asunto laboral.
prouisorias sujetas a la actividad de otro tribunal?... ¿O un tribu- b) En el considerando 3°, se encuadra el caso como un "exceso
nal que tenga la última palabra en causas federales? ... 34 • de la competencia de un magistrado", frente al cual "no resulta
Los ministros Belluscio, Bossert y Fayt votaron en disidencia, necesario analizar si concurren los requisitos propios del recurso
nrgunwntando que las resoluciones recurridas no son sentencias

35 Al tratarse de una acción de amparo, caben las mismas críticas formuladas
"'' B.ecordemos que el Dr. Petrncchi venía sustentando la doctrina del per en el caso "Dromi" en atención al carácter no definitivo de las resoluciones
:utflrlln desde 1!)87 en el lh!lo "Margarita Belén". adoptadas en ese tipo de proceso, y al efecto de las apelaciones que se interpongan
' 1'1 Dulwmos nclurnr quo en modo alguno nucHtJ'H c.ríticu n los votoa do In en el mismo.
111nyodn dobo Hor int(li'Jll'<'tndn como uun dllfonHa do lu oxcurcolución di:;puoHtn ('ll " Fallo.~, 316:371.
11

pri;1wm imttunciu, Hino Hilnplomunto eonw un nnñliHiH, doHdo el punto do viH!.u 7


" Suscripto por los Drcs. Nuzureno, Moliné O'Connor, Boggiano, Lópoz y
cowd.itueionnl, clt•l proePdiruic•nt.o utili..:udo poi' lu Corlü. Vázque..:.
436 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
EL PER SALTUM 437

r•xtraordinario". No alcanzamos a entender el porqué de esta afir- 8. El caso "Yoma, Zulema (Menem, Carlos, h.)":3s.
mación dogmática y sin fundamentos.
e) Asimismo, el voto encuentra una cuestión federal sufi- En la causa por el fallecimiento del hijo del entonces presi-
eiente en el apartamiento de su competencia por parte de una dente de la N ación, la madre solicitó el avocamiento de la Corte
j ueza, lo cual -afirma- altera el equilibrio de los poderes. Cree- por la vía del per saltum, en virtud de que el juez de instrucción
mos que eso es justamente lo que hizo la Corte: apartarse de su había denegado ciertas medidas probatorias propuestas por ella.
competencia y alterar el equilibrio de los poderes. La peticionante actuaba como querellante, afirmando que el hecho
d) Invoca nuevamente (como hizo en "Reiriz") la doctrina de no fue un accidente sino un homicidio; por lo tanto, guardaba
los poderes implícitos, merced a los cuales se considera competen- analogía con la causa "Salgado", ya analizada, en el sentido de que
le para "señalar los límites precisos de la actuación de los poderes una parte en el proceso se quejaba ante la Corte de las medidas
del Estado, y -con abstracción del modo... en que el punto le fuera adoptadas por un juez de primera instancia.
propuesto- establecer si la materia ... está fuera de toda potestad El procurador general dictaminó en contra de dicho pedido,
judicial". Aquí reitera el mismo argumento referido en el punto b. fundándose en que lo decidido por la Corte en "Dromi" "no ha
e) Si lo dicho en el punto anterior fuera correcto, su inter- tenid~ ~l propósito de arbitrar caminos procesales transitables por
vención estaría justificada sin más argumentación; no obstante, todo htt~c:n_t~, ~:;e pr~te.nda, sin_ más, obtener una rápida definición
on el considerando 8°, ensaya otra forma de encuadrar el planteo: de su htlgw . Asimismo reiteró el argumento de que sólo en
considera que existe una cuestión de competencia regida por el causas de materia federal, de "grave-gravedad institucional" y en
art. 24, inc. 7, del dec.-ley 1285/58, por entender que "se ha las <J?e el recurso extraordinario es el único camino para la pro-
sometido al Estado nacional a la decisión de un magistrado que teccwn del Derecho federal comprometido, puede obviarse la ínter-
resulta por ley carente de jurisdicción". Discrepamos en absoluto venció? del s':lp.erior tribunal de la causa. La Corte, en apenas
t:on esta afirmación, por cuanto no se trataba de un conflicto de ocho d1as, expidió su fallo 40 • La mayoría se remitió a los argumen-
competencia sino de una supuesta extralimitación de una jueza, tos del procurador, mientras que el Dr. Fayt adoptó la misma
y, ndcmás, el Estado nacional no era parte en el amparo interpues- decisión final, pero sin remitirse a éstos.
to por el sindicato contra la empresa. Téngase en cuenta, asimis- El Dr. Petracchi, por los mismos motivos expresados por el
mo, que nadie había planteado esa supuesta cuestión de compe- procurador, decidió que en este caso no estaban dados los requi-
toncin, con lo cual se pronunció ultra petitum. sitos para la procedencia del per saltum. Con respecto a ello nos
preguntamos: ¿cuáles requisitos? ... ¿Los de "Margarita Belén"
/) Aclara luego que no está ejerciendo competencia origina- "Dromi" y "Reiriz"? ... Pareciera ser que se está refiriendo a ello, y~
r·iu ui 11dmitiendo un salto de instancia, sino que está ejerciendo que .en esos c~sos este ministro votó a favor; pero esos tres casos
"tilla actividad que no es jurisdiccional en el sentido estricto, en
~o tienen ca~1 nad~ en común. De todos modos, el fallo que ana-
ltwlo le es impuesta al juzgador... por la ley a modo de una
lizaremos mas abaJo nos ayudará a comprender integralmente la
j(rcultad administrativa o de superintendencia, aunque vinculada postura del Dr. Petracchi.
luto scmsu al imperativo constitucional de afianzar la justicia".
R:iteramos aquí lo expresado respecto del fallo "Salgado" en
1.umontablemente, no aclara cuál es la norma que la obliga a
el sentido de que la Corte rechazó un pedido de per saltum inten-
qjlll'eer esa facultad. Frente a ello, nos preguntamos: ¿puede la
tado en defensa del debido proceso y de los derechos de los parti-
( .'orll' r~jercer funciones no jurisdiccionales en un expediente judi- culares.
r·iul ... ?
¡.;) Por todo ello, la Corte considera que la jueza actuó "con

uust•ncia de jurisdicción"; desestima el recurso por salto de instan-
l'Íll pero deja sin efecto su resolución.

1 1~1 Dr. Fayt votó en disidencia, remitiéndose a lo sostenido on :m La Ley, 1998-D:295.


lll l'nllo "Dronú", miontrnH quü los domns jueces no votnron. :m Cita tomada del fallo "Erman González" ya referido.
411
l~ochudo ol 7 de agosto de 1997.
DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL
EL PER SALTUM 439

H. Un nuevo per saltum a favor de una privatización. párrafo del art. 99, inc. 3, de la CN 45 , y solamente se hallan
sometidos al contralor del Poder Legislativo. Esta afirmación es
En diciembre del mismo año 1997, la Corte volvió a hacer realmente revolucionaria ya que tira por la borda doscientos años
lugar a un per saltum, en el caso "Rodríguez, Jorge (Aeropuer- de constitucionalismo: desde 1803, en que la Suprema Corte de los
los)" 41 , cuyos hechos relevantes eran similares a los del caso Estados Unidos falló en "Marbury vs. Madison" (acogido en la
"Dromi": el gobierno nacional pretendía privatizar los aeropuer- juri~pruden_cia de ~uestra Corte en el ya referido caso "Sojo"),
tos mediante un decreto de necesidad y urgencia 42 , y un grupo de nadie cuestwnó y nmgún tribunal abdicó del ejercicio del control
diputados nacionales formularon una presentación judicial, ob- judi~ial de constitucionalidad sobre los actos de los demás poderes.
teniendo el dictado de una medida cautelar de no innovar 43 • Lo diCho por la mayoría de la Corte en este caso implica afirmar
Frente a dicha medida cautelar, el jefe de Gabinete formuló una que el Poder Judicial no puede controlar la constitucionalidad de
presentación directa ante la Corte Suprema solicitando que se la los decretos de necesidad y urgencia, aunque sí podría hacerlo
dejara sin efecto, a la cual la mayoría 44 de la Corte hizo lugar con respecto de las leyes y de los demás decretos. Ello subvierte todo
los siguientes argumentos: el orden constitucional, puesto que deja de lado el principio básico
a) El juez se había extralimitado en su competencia, ejer- de "a mayor poder, mayor control" 46 • Es decir, es justamente
ciéndola fuera de una causa de carácter contencioso (argumento cuando el presidente se arroga funciones legislativas cuando mayor
n rt. 2, ley 27) y provocando un conflicto de poderes, agregando: "La debe ser la precaución y más debe afinarse el control de esos actos.
misión más delicada de la justicia de la Nación es la de saber {) "Es inadmisible que el Poder Judicial intervenga en una
mantenerse dentro de la órbita de su jurisdicción". Creemos que contienda suscitada entre el Poder Ejecutivo y algunos miembros
(•Ha es justamente la premisa que la Corte no respetó. de la Cámara de Diputados". Esta afirmación contradice lo expre-
b) La representación que los diputados ejercen del pueblo de sado más arriba: ¿acaso no había dicho la Corte que en el supuesto
Ja Nación sólo puede ser cumplida en el ámbito del Congreso. de autos no existía "caso o controversia judicial"? ... Aquí dice que
Creemos que el carácter de jefe de Gabinete tampoco otorga sí existe.
p<~rsoneríajudicial para representar al ~stado ?rgentino, _a cual !o. g) La decisión adoptada no implica ni el ejercicio de compe-
In Corte contesta diciendo que la funcwn de este en el JUICIO de tencia originaria ni la admisión de un salto de instancia "sino el
nwrrns fue la de denunciar a la Corte la falta de jurisdicción del cumplimiento de una actividad institucional en su ca;ácter de
(,rwmo que motivó el (supuesto) conflicto de poderes. guardián e intérprete final de la Constitución". Discrepamos in
e) La invasión de un poder en la órbita de otro implica un totum con este párrafo: en primer lugar porque, conforme lo expre-
t'UHO de gravedad institucional que justifica la intervención de la ~amos J?ás arriba, desde el momento en que el juez de primera
(:o rte. mstanc1a no había adoptado una decisión definitiva en la causa
d) La Corte tiene prerrogativas implícitas para impedir ese el conocimiento que de la misma se atribuyó la Corte implica ei
tipo de invasiones. ejercicio de competencia originaria, salteando dos instancias en
vez de una. Y en segundo lugar, porque se contradice lo dicho más
1') Los decretos de necesidad y urgencia no requieren, para
arriba en el sentido de que la atribución de juzgar no puede ser
llt~r operativos, la sanción de la iey a que se refiere el último
ejercida por los jueces fuera de una controversia, mientras que
11
' Fallos, 320:2879, y La Ley, 1997-F:884. 45
1
·" Dec. 842/97. · Referido a la creación de la Comisión Bicameral Permanente y al sistema
de control "tle dichos decretos.
' ' ({eeordemos a tal efecto que el art. 75, inc. 5, de la Carta Magna cstablueo
11
4
H Principio rector del Derecho Constitucional desde tiempos inmemoriales
'1'"' p( órgano competente para disponer "la enajenación ~e li~rras de propiedatl.
nw·i111wl" es el Congreso, norma que generalmente ha Fado mtcrprot.ndt.l c:omo Y que, incluso, ha sido acogido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
nplimhlo a todo ol patrimonio del BHtndo, es decir que el decreto un cuuHltón Mn l'uedc verse a tal fin Manili, Pablo, "El Hábeas Corpus Bajo Suspensión de
i 1H'OIIHI.it.ueiona], Umnntíns", comentario a la Opinión Consultiva no 8 en la obra colectiva coordi-
11 ln!.ogmdn por Jo¡.¡ l>r'!IH. Nmwrono, Molinó O'Connor, Bogginno, Lt'ipmo: Y undn por Bidart Campos, G., et al.: Derechos Hum~nos. Corte Interamericana.
V(t>~qta<'..:.
O¡>iniones Consultivas. Textos Completos y Comentarios Mendoza Ediciones
.JmfdicnH Cuyo, 2000, t. I, págs. 521 y ss. ' '
440 DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL PER SALTUM 441

aquí alude a una "actividad institucional" que evidentemente es e) El Dr. Petracchi emitió en este caso uno de los votos
ejercida fuera de toda regla procesal y en una causa en la que ella más enfáticos de que tengamos conocimiento en la historia de
misma decía que no existía como tal. la Corte 49 • En cuanto al fondo del asunto, el voto se funda en que
Los Dres. Belluscio, Bossert, Fayt y Petracchi votaron en el caso no es de los normados por el art. 24, inc. 7, del dec.-ley 1285/
disidencia: 58, y en cuanto al voto de la mayoría dijo: "Bajo el ropaje de una
a) Los dos primeros sostuvieron que la mayoría estaba su-
creación pretoriana denominada «facultad administrativa o de
primiendo dos instancias procesales establecidas por la ley; que superintendencia vinculada lato sensu al imperativo constitucio-
los decretos de necesidad y urgencia no están excluidos del control nal de afianzar la justicia» ... se agita la singular facultad de
judicial de constitucionalidad, ya que sería "absurdo ... que una ley interferir en el ejercicio regular de la jurisdicción por parte de los
pueda ser invalidada por el Poder Judicial por atentar contra la tribunales nacionales. Ello equivale a la destrucción del control
Constitución, lo mismo que un decreto u otro acto administrativo difuso de constitucionalidad que caracteriza nuestro sistema, para
del Poder Ejecutivo, pero no el de necesidad y urgencia". Asimismo sustituirlo por uno en el cual la mayoría de la Corte, cada vez que
afirmaron que es la propia Corte la que rompe el equilibrio de los el ejercicio de aquel control no le satisface, saltea las instancias
poderes al renunciar a ejercer el control de constitucionalidad regulares para negar la competencia del órgano que la ejerció". Desde
para ese tipo de actos. este punto de vista, coincidimos con Petracchi en que el presente caso
puede ser asimilado al fallo "UOM", por cuanto la Corte invocó
b) El Dr. Fayt sostuvo que el caso no está regido por el art. facultades de superintendencia para sacar la causa de sus jueces
24, inc. 7, del dec.-ley 1285/58 47 , y que los jueces tienen el deber naturales, argumentando la falta de competencia de éstos.
fundamental de examinar la constitucionalidad de los actos de los
demás poderes, a la vez que califica de "insólito anacronismo" la En síntesis, como sostuvo el maestro Bidart Campos al co-
pretensión de disfrazar como una cuestión de incompetencia de los mentar este fallo: "El estupor y el dolor de cuantos cultivamos con
jueces la atribución que tienen para revisar las leyes y demás objetividad e imparcialidad el Derecho Constitucional no puede
disimularse" 50 •
actos. Pero llaman poderosamente nuestra atención los siguientes
argumentos esgrimidos por el ministro Fayt: 1) la presentación del
jefe de Gabinete no autoriza la intervención per saltum del tribu- 10. El efímero per saltum legislado.
nal, pues la situación no encuadra en ninguno de los supuestos
que autorizan dicha intervención, para lo cual se refiere a la En el marco de la crisis vivida en nuestro país a fines del año
doctrina de la grave-gravedad institucional; 11) el per saltum no 2001 y principios de 2002, la ley 25.561 (art. 18) introdujo el art.
permite arbitrar caminos procesales transitables por todo litigan- 195 bis en el Código Procesal Civil y Comercial de la N ación, en
te que pretenda obtener una rápida definición de su litigio. A?lb~s un desesperado intento del gobierno por defender a las entidades
párrafos son casi idénticos a los contenidos en el voto mayoritario financieras y frenar el flujo de fondos que se estaban extrayendo
del fallo "Erman González" 48 • Llaman nuestra atención estas pa- de los bancos por medio de acciones de amparo que tramitaban
labras del ministro Fayt, ya que él mismo se opuso en todos los ante el fuero contencioso-administrativo federal. La norma esta-
casos a la aplicación del per saltum, pero sin siquiera nombrarlo blecía:
y fundándose siempre en que las resoluciones atacadas no eran "Cuando se dicten medidas cautelares que en forma directa
definitivas y en que no estaban dados los supuestos de los arts. 116 o indirecta afecten, obstaculicen, comprometan o perturben el des-
y 117 de la CN. En cambio, una interpretación a contrario sensu
de su voto en este fallo deja lugar a que -cuando la situación •
encuadrara en alguno de los supuestos- el ministro haría lugar 49
Atribuimos ese énfasis a que quien fue el precursor de la doctrina en 1987
a un per saltum. Por ello nuestra alarma. vio cómo, en este caso, se la desvirtuaba para consagrar la supremacía del Poder
Ejecutivo por sobre los demás poderes.
60
Bidart Campos, Germán J., "Los Decretos de Necesidad y Urgencia y el
47
Ver nota 3. Control Constitucional", nota a fallo, La Ley, Suplemento de Derecho Constitu-
4
H Swwripto por loA nrcm. J.ovono, Cnvngnn MnrtítHlZ y Potrncchi; VOl' H//fJ/'(1, cionnl, 27 de marzo de 1998, págs. 4 y ss.
442 DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL PER SALTUM 443

t•nvolvimiento de actividades esenciales del Estado nacional, las 11. Comienza a desvanecerse elper saltum.
¡H·ovincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las municipali-
dades, de sus reparticiones centralizadas o descentralizadas, o de En el caso "Ministerio de Economía s 1per saltum en autos
t•ntidades afectadas a alguna actividad de interés estatal, podrá Diglio, Betina" 53 una ahorrista promovió acción de amparo para
interponerse recurso de apelación directamente ante la Corte obtener la desafectación de fondos del "corralito" bancario. El juez
Suprema de Justicia de la Nación. La presentación del recurso de primera instancia, en lo que aquí importa, concedió la medida
lt!ndrá por sí sola efecto suspensivo de la resolución dictada. La cautelar peticionada por la amparista. Es de destacar que ello fue
Corte Suprema de Justicia de la Nación requerirá la remisión del con posterioridad a la derogación del art. 195 bis del CPCC.
t•.xpediente. Recibido éste, conferirá traslado con calidad de autos Contra esa resolución, el Estado nacional interpuso "recurso ex-
a la parte que peticionó la medida por el plazo de cinco (5) días. traordinario per saltum". La mayoría de la Corte 54 rechazó el
Contestado el traslado o vencido el plazo para hacerlo, previa vista intento en dos líneas, diciendo que no era una acción o recurso
al procurador general de la Nación dictará sentencia confirmando previsto en los arts. 116 y 117 CN y sus leyes reglamentarias.
o revocando la medida" (énfasis agregado). El Dr. Boggiano, en cambio, volvió a utilizar el per saltum
La norma cambia, en forma evidente, una arraigadajurispru- para fallar una causa en la que no se había dictado aún sentencia
doncia en materia de medidas cautelares. En primer lugar, porque definitiva, ni siquiera en primera instancia. En su voto disidente,
lw; medidas cautelares no causan estado y son modificables o el magistrado decide "la suspensión de los efectos de la sentencia
nwocables en cualquier momento, por lo cual habilitar una apela- apelada" con un mínimo intento de fundamentación: "las conse-
ción per saltum a la Corte, complicando así su ya ocupada agenda, cuencias de la resolución apelada pueden traducir agravios de
no tenía sentido. Y, en segundo lugar, porque las apelaciones imposible o tardía reparación ulterior. Súmase a esto que, en
contra medidas cautelares siempre tuvieron efecto devolutivo (art. definitiva, el objeto del proceso es de inequívoca sustancia federal
1BS CPCC). Queda claro entonces que el propósito era simplemen- y por su trascendencia exhibe gravedad institucional".
l.cl obstruir el cumpli:ri:liento de las medidas cautelares dictadas
contra el llamado "corralito", confiriéndole efecto suspensivo a la
upolnción y dándole competencia a la Corte para frenarlas. 12. Síntesis.
l•~n el primer fallo dictado con aplicación de esa norma,
enmt.ulndo "Banco de Galicia y Buenos Aires s 1solicita interven- a) En primer lugar, apuntaremos un dato estadístico: todos
t'Ítín urgente en Smith, Carlos A. e 1PEN s 1sumarísimo" 51 (en los casos en los que se solicitó la intervención de la Corte salteando
udolnnt.e "Smith"), la Corte decidió lo contrario de lo que el gobier- una o más instancias, motivaron fallos muy divididos, con varios
no oHpornba. En efecto: la norma fue diseñada para que la Corte votos distintos integrando la mayoría y la disidencia, lo cual revela
l'onvnlidara el "corralito" iniciado con el dec. 1570/01; pero, afor- que el tema no es pacífico.
l.lllllldmnente, la mayoría del tribunal decidió que la norma era b) Los casos en los que la Corte salteó instancias fueron
iueom~titucional por desconocer derechos adquiridos y coartar la motivados por presentaciones de funcionarios públicos: ministros
liH~nltnd de libre disposición de fondos. Frente a esa decisión de la del Poder Ejecutivo o procuradores fiscales, pero nunca hizo lugar
(~orto, el gobierno derogó la norma procesal, que no le servía, a planteas en el mismo sentido formulados por particulares. Asi-
Jllndiante ley 25.587, llamada comúnmente "ley tapón" o "ley mismo, siempre se trató de causas de sustancia federal, salvo el
nnt.igotco", donde implementó otros mecanismos para impedir el caso "UOM', que era laboral.
nccw;o a la jurisdicción y el dictado de medidas cautelares, cuyo e) Efl. cuanto a los objetivos para los cuales la Corte falló en
lrntamicnto excede el marco del presente trabajo "2 • forma rápida, salteando instancias, encontramos:

hl /t'all1m, :l:lfi:28.
•1 Puede vorHo nuoAt.r'o t.rnht\i<> "Emorgont:in, Constitueión y ModidnA Cnu- fia La Ley, 200:3-B:254, con nota de Manili, Pablo L., "Se Desvanece el Per
ltdlln•A" en 1\¡w/I'N dt~ Lr•¡:iHirll'ión AI'Rt~nlina, Boh.Un [nfhrmnLivo n" LL, mio LXH, Hnltum".
1o d•• 111/I,Yo el o 200:1., pl'tf{. nr.. M 1nt.o¡.¡mdu por los Dros. Moliné O'Connor, Fnyt, Belluscio, López y Vázquoz.
444 DERECHO PRoCESAL CoNSTITUCIONAL EL PER SALTUM 445

I) Acelerar dos privatizaciones (Aerolíneas y aeropuertos). 13. Conclusiones.


n) Asegurar el cumplimiento de una eventual condena penal
por tráfico de estupefacientes (caso ({Reiriz"). De todas esas observaciones concluimos y sostenemos lo si-
guiente:
m) Asegurar la aplicación de un convenio colectivo derogado,
en lugar de uno posterior, a un conflicto colectivo de trabajo (caso a) No pueden obviarse instancias establecidas legalmente
({UOM"). P?r el mero arbitrio de la Corte. Es decir, no procede elper saltum
sm ley que lo reglamente. El art. 117 de la Carta Magna es claro
d) Nunca se lo utilizó para la defensa de los derechos huma-
al _respecto. Contra~iamente,_ debemos reconocer que una ley po-
nos fundamentales. dna establecer algun mecamsmo para asignar competencia a la
e) Sólo en cuatro casos se hizo lugar a la intervención de la Corte salteando instancias, ya que esa misma norma delega en el
Corte sin que existiera sentencia definitiva del superior tribunal Congreso el establecimiento de las "reglas y excepciones" que rijan
de la causa, como manda el art. 14 de la ley 48: ({Dromi", "Reiriz", la competencia del Máximo Tribunal. Sin perjuicio de ello, consi-
"UOM" y "Rodríguez". der:amos que la introducción del art. 195 bis del CPCC constituyó
I) En el primero de ellos; cuatro ministros de la Corte apli- ~m mte~to d~ cercenar derechos fundamentales, al impedir que los
caron el per saltum, con lo cual no forman mayoría. Pero de esos JUeces mfenores adoptaran medidas rápidas y eficaces para su
cuatro sólo quedan en la Corte dos: Petracchi y Boggiano. De esos defensa, mediante la creación de un salto de instancias con efecto
dos, Boggiano nunca volvió a referirse al per saltum, y las veces suspensivo.
que de hecho falló saltando instancias, invocó facultades de super- b) N o existe una doctrina de la Corte que permita afirmar
intendencia. qu_e el per saltu m es una vía procesal apta para acceder a ella. En
n) En el segundo caso ("Reiriz"), solamente el Dr. Petracchi pnme~ lugar, porque esa postura nunca tuvo mayoría en el Máxi-
aplicó elper saltum como instituto procesal nominado de creación mo Tnb_unal, y en segundo término, porque en aquellas escasas
pretoriana, mientras que los demás jueces acudieron a la doctrina oportumdades en que se admitió un pedido de salto de instancia
ele las facultades implícitas y a la efectividad en la administración se arguyó que se trataba del ejercicio de otro tipo de funciones de
do justicia, sin referirse al per saltum. la Corte y no de funciones judiciales. Por lo tanto, no estamos en
111) En el tercero y el cuarto ("UOM" y "Rodríguez"), nadie presencia de un instituto procesal ni de un mecanismo alternativo
invocó el per saltum, sino que se recurrió al ejercicio de una de acceso a la Corte creado pretorianamente.
11upuosta facultad de superintendencia para evitar que los jueces e) Consecuentemente, es imposible trazar un paralelismo
adt'wn en causas donde carecen de jurisdicción. con el amparo, que es una vía procesal nacida por creación judicial
/) En dos casos se rechazó expresamente la aplicación del con el objeto de garantizar adecuada y efectivamente los derecho~
per saltum: a) en "Erman González", con la firma de los ministros humanos, posteriormente elevada al rango de ley y luego cons-
ti tucionalizada.
Levone, Cavagna Martínez y Petracchi, y b) en "UOM", con la
lirma de Nazareno, Moliné O'Connor, Boggiano, López y Vázquez. d) Analizando los casos en que la Corte salteó instancias
Mientras que en los demás se rechazó implícitamente su aplica· advertimos que en ninguno de ellos se interpuso, estrictamente'
dón: "Salgado", "Yoma" y "Diglio", resolviendo la cuestión como un re~urso extraordinario, ya que las peticiones jamás cumpliera~
un problema de competencia, sin reconocerle alper saltum ningu· con nmguno de los requisitos para ser consideradas como tales
na entidad procesal. aun cuando algunas de ellas fueron tituladas de ese modo. E~
~) De todos los ministros que desfilaron por la Corte entro
determinadas oportunidades, esas presentaciones adoptaron la
1!>DO y fines de 2004, sólo quedan dos que alguna vez se refirieron forma de una apelación sui generis, de un pedido de avocación de
nl¡wr saltum: los Dres. Petrncchi y Boggiano; pero por lo que surge una presentación directa a la Corte, etc. Por lo tanto, entende~os
dol íilllo analizado en tí! timo término, sólo este último se mantiene que no es una variante del recurso extraordinario.
ml osa post u rn.
CAPÍTULO XVI
EL PROCEDIMIENTO ANTE LA COMISIÓN
· INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
por
ADELINA LOIANNO 1

l. Introducción.

a) El trámite ante la CIDH como parte del Derecho


Procesal Constitucional.

El respeto de los derechos humanos ha sido el principal


objetivo del Derecho Constitucional desde su origen, en tanto el
nacimiento mismo del "constitucionalismo" se caracterizó precisa-
mente por formalizar en textos de jerarquía superior a las leyes
(constituciones) un sistema de protección de derechos a los que se
denominó "fundamentales", estableciendo al mismo tiempo ciertas
garantías para su efectivo goce y ejercicio.
La incorporación de tales derechos y garantías en las sucesi-
vas constituciones fue la característica esencial del desarrollo del
constitucionalismo en el mundo, el que se fue ampliando con la
recepción de nuevos derechos fundamentales y con el aumento de
garantías mínimas para su protección.
La etapa inicial denominada del constitucionalismo liberal,
fue completada a mediados del siglo XX con los llamados derechos
sociales y más recientemente con el reconocimiento de los derechos
difusos o de incidencia colectiva. Del mismo modo, las primitivas
garantías destinadas a sostener la efectiva vigencia de los dere-
chos civiles y políticos se complementaron con mecanismos proce-
sales específicos para la protección de determinados derechos
1
Profesora de Derecho Constitucional y de Derechos Humanos en grado y
posgmdo on lu l•'acultud de Derecho de la liBA.
DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA CoMISIÓN OOERAMERICANA 449

(eomo el amparo y el hábeas data) o bien se fueron agr.egando otros No pretendemos definir la disciplina, pero sí entendemos, en
requisitos mínimos a las garantías procesales ya existentes. líneas generales, que el Derecho Procesal Constitucional implica
Pero, desafortunadamente, el reconocimiento de los de~echos la existencia de una jurisdicción constitucional que atienda la
humanos y la ampliación de las garantías no resultan suficientes materia constitucional, es decir, un proceso de la constitución
p:tra asegurar su efectiva vigencia, en tanto los Estados conservan tanto por la forma como por el contenido; no caben dudas respecto
In facultad de modificar los estándares de protección receptados en de que los procedimientos y procesos establecidos en los tratados
HtiH respectivas constituciones, sea por razones de índole política internacionales sobre derechos humanos integran y participan del
o ele orden práctico. Derecho Procesal Constitucional 5 •
El fracaso de los sistemas de protección de los derechos funda-
mentales registrados en los ordenamientos jurídicos internos hizo b) El sistema de la Convención Americana de Derechos
que, n partir de la Segunda Guerra Mundial, se desarrol.l~an otros Humanos. Algunas precisiones terminológicas.
mecanismos procesales y garantías a través de su reconocimiento por
inHt.rumentos internacionales denominados de derechos humanos. En la primera etapa en la evolución del Derecho Internacio-
En particular debe destacarse que con la expresión "de:echos nal de los Derechos Humanos, fueron las declaraciones y tratados
humanos" no siempre se alude a "todos" los derec~o~ _que tie.ne la los instrumentos normativos que con diferente alcance enunciaron
pnrsona humana. Bidart Campos acepta ~sta defimcwn o~n~com­ los derechos protegidos, estableciendo su contenido, límites y res-
prnnsiva 2, pero otros la reservan para ciertos derechos basicos o tricciones durante los estados de emergencia.
111ínlmos que tienen como referencia la dignidad humana 3 • • En una segunda etapa se crearon los sistemas de protección,
Los sistemas normativos implementados en los tratados m- mecanismos y órganos cuya finalidad es controlar el cumplimiento
tnrnncionales sobre derechos humanos enuncian determinados de las obligaciones asumidas por los Estados al ratificar los tra-
clorcehos, sus restricciones, las garantías que aseguran su cumpli- tados sobre derechos humanos.
mionto y, en algunos casos, establecen mecanismos de protección En la Convención Americana sobre Derechos Humanos se
11 través de órganos y procedimientos especiales. incorporan ambos aspectos. La primera parte define los "Deberes
;,Forman parte estos procedimientos del Derecho Procesal de los Estados y derechos protegidos", en tanto la segunda se
( :onsl.itucional? refiere a los "Medios de protección", cuyo objetivo es la promoción
Para responder esta pregunta es necesario tener presente y protección de los derechos humanos. Se describe aquí la organi-
qtw cuando el art. 75, inc. 22, de la Constitución Nacional o~orga zación y funciones de la Comisión Interamericana de Derechos
11 lo.'l tratados internacionales sobre derechos humanos la misma Humanos 6 y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos .
.i<'l'urquía que a la propia Constitución, provoca un enriquecimien- Las atribuciones que se otorgaron a la Comisión, antes de ser
to del sistema de protecc~ón de los derechos fundamentales ya incorporada a la Convención Americana sobre Derechos Huma-
cont.onidos en el texto constitucional, "complementando" el esque- nos, fueron las de estimular la conciencia de los derechos huma-
11111 histórico con otras garantías que aporta la evolución del dere- nos, formular recomendaciones a los Estados a favor del desarrollo
l'lw internacional de los derechos humanos 4 • y fomento de tales derechos y servir de cuerpo consultivo de la
OEA en la materia (art. 9 del primer Estatuto). Pero desde que
~ Bidart Campos, Germán, Teoría General de los Derechos Humanos,
liNAM, HJ89, Sección 1, págs. 13 y ss. 5
" l•'aúnclez Leclesma, Héctor, El Sistema Interamericano de Protección de los Ver Gozaíni, Osvaldo A., Introducción al Nuevo Derecho Procesal, Ediar,
IJN<'t'ltos Humanos, Instituto Interamericano ele Derechos Humanos, 3" ed., púg Buenos Air8s, 1988, págs. 101 y 237 y ss.
6 Es importante recordar que la Comisión Interamericana de Derechos
:1 l'mu Susnnn Albunese, hay un "núcleo irreductible de los. dereci:ws hu~11an~s"
ílll.l'¡:nulo por aquellos que no pueden suspenderse con prescmden~Ia ~e sJtunc~o­ Humanos nació de la Resolución VIII de la V Reunión de Consulta de Ministros
lll't' por las quo puedan atrnvcsnr los l~stndos (Promoción .Y protecczón mlt!rrutcto· de Helaciones Exteriores (OEA), celebrada en Chile en 1959, a la que se encomendó
'"" .¡,. los t/¡•rr!t'lto.~ luwtwws, La Hocen, Buenos Aires, 1992, ptíg. 29). la promoción de los derechos humanos en el continente. Recién en 1967 el Protocolo
'1 Vor Muuili, Pnhlo L., l~l/Uoqne tl1• Con.sli.tucionalidad. La RecqJCión d1•l do Buenos Aires de Enmiendas a la Carta de la OEA elevó el status de la Comisión
!lt•n•r·ho Jnil'l'llm·iorwl d1• hm /Jt•r¡•choR l!ttnwno,q ¡•n 1•l Derecho ConRtitul'ional ni modil'ienr el art. 51 de la Carta incluyendo a este organismo como parte de la
ill'l[l'lllino, l.n L<•y, Bw•uoM Ain•M, :.!00:1, pt'1¡¡;M. 1!J y ss. O rgnni ~:ación.
450 DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL
EL PROCEDIMIENTO ANTE LA COMISIÓN INTERAMERICANA 451

comenzó a funcionar fue evidente la insuficiencia de atribuciones En conclusión, en el sistema interamericano pueden identifi-
para el cúmulo de situaciones que debían ser analizadas, de modo carse tres formas de control del cumplimiento de los compromisos
que a través de una interpretación muy amplia de las competen- internacionales en materia de derechos humanos 8 :
cias que su Estatuto le concedía elaboró procedimientos novedosos.
Uno de ellos fue la recepción de "comunicaciones individua- a) El sistem.a de informes periódicos, que evalúa el nivel de
les", las cuales, si bien no le permitían adoptar decisiones respecto acatamiento por los órganos y el Derecho interno de cada Estado.
del caso planteado, actuaban como vehículo para efectuar reco- b) El sistema de peticiones interestatales e individuales, que
mendaciones al Estado en el que se hubiera producido la violación. permite el análisis en particular de una violación determinada.
El otro mecanismo, elaborado a través de una interpretación abierta e) Un sistema de control jurisdiccional a cargo de la Corte
del Estatuto fue el de las "observaciones in loco", que consisten en IDH, posterior al trámite cumplido ante la Comisión IDH.
enviar misio~es observadoras a un Estado cuando se han efectua- El compromiso de los Estados partes en la Convención IDH,
do denuncias de violaciones sistemáticas. Este procedimiento per- asumido en el art. 1, de "respetar los derechos y libertades recono-
mitió a la Comisión conocer personalmente la situación y efectuar cidos en ella y ... garantizar su libre y pleno ejercicio", hace que aun
recomendaciones al Estado. cuando el Derecho interno presente algún tipo de obstáculo a la
Cabe destacar que ambos procedimientos, emanados como se plena operatividad del tratado, los órganos estatales tengan la
dijo de una libre interpretación del primitivo Estatuto, tienen obligación de aplicarlo 9 •
actualmente recepción explícita 7 • Ello es así porque el art. 2 indica el procedimiento a seguir
A esta altura cabe recordar que la Comisión IDH tiene un en esos casos, en los siguientes términos: " ... Si el ejercicio de los
doble rol dentro del sistema interamericano: derechos y libertades mencionados en el art. 1 estuvieren ya garan-
a) Como órgano de la OEA, puede examinar la situación de tizados por disposiciones legislativas o de otro carácter, los Esta-
los derechos humanos en relación con todos los Estados miembros dos partes se comprometen a adoptar, con arreglo a su procedi-
de la Organización, sean o no parte de la Convención Americana mientos constitucionales y a las disposiciones de esta Convención,
Robre Derechos Humanos. Esta labor la realiza a través de infor- las medidas legislativas o de otro carácter que fueren necesarias
mes sobre países, en los que describe y analiza las violaciones para hacer efectivos tales derechos y libertades".
desde la perspectiva de la Declaración Americana de los Derechos El compromiso de los Estados Partes de respetar y garantizar
y Deberes del Hombre. los derechos humanos contenidos en la Convención Americana
b) Como órgano de protección de la Convención Americana implica también el deber de hacerlo "sin discriminación alguna
Hobre Derechos Humanos, puede además recibir peticiones inter- por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políti-
cstatales y denuncias individuales, sólo en relación con los Esta- cas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición
doH que sean parte de dicha Convención y por aplicación de la económica, nacimiento o cualquier otra condición social" (art. 1.1
misma. CADH). Se introduce de este modo el principio de "no discrimina-
ción", esencial a la dignidad humana.
Los mecanismos mencionados están regulados en el Estatuto Finalmente, es necesario hacer alguna referencia a la aplica-
y en el Reglamento de la Comisión IDH, pero la distinción entre ción del sistema de responsabilidad internacional en materia de
los que corresponden a Estados miembros de la OEA y Estados derechos humanos cuando se trata de un Estado federal. El tema
partes en la Convención es mínima. Sin embargo, cuando .las es importante, precisamente por ser ésta la forma de Estado de la
poticiones se refieren a Estados que no son parte en la Convención, República Argentina.
td Heglamento establece algunas pautas específicas en los arts. 49 •
.Y 50. 8
La clasificación es de Mónica Pinto, en Temas de Derechos Humanos,
Editores del Puerto, Buenos Aires, 1997, Capítulo VII, pág. 125.
!l En relación con el derecho argentino, ver Loianno, Adelina, "Incidencia de
'1 1,u¡.¡ eomunieucionoA individunloH l'uorou rocopcionadnsluogo por clnrl;. 44 In Jurisprudencia de la Corte Interamericana y de las Recomendaciones de la
dt~ In Convond<ín Amnrieuuu Hobn1 l>or·oehoH HumnnoH y lnH obHorvucionoH lnloro Comisión en el Derecho Interno", en Derechos Humanos, obra coordinada por
1111 t~l urt.. 1HH dnl l1:11t.11t.ut.o do In ComiHión IIHI. Agustín Gordillo, 4" ed., Fundación de Derecho Administrativo, Cap. III, púg. 17.
452 DERECHO PRoCESAL CoNSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA COMISIÓN INTERAMERICANA 453

El art. 28 de la Convención IDH pone en cabeza de la fede- solución del conflicto planteado corresponderá al Derecho interno
ración la responsabilidad sobre " ... todas las disposiciones de la de cada Estado.
presente Convención, relacionadas con las materias sobre las que Por aplicación de este principio, sólo los Estados pueden ser
ejerce jurisdicción legislativa y judicial ...". Respecto de las dispo- denunciados por violaciones de los derechos consagrados en la
siciones relativas a las materias de jurisdicción de las entidades Convención, no estando prevista la intervención de los órganos de
componentes de la federación, el mismo artículo manda al Estado protección cuando el agravio hubiera sido provocado por otra
central "tomar las medidas pertinentes, conforme a su Constitu- persona, situación ésta que debe ser resuelta por el Derecho inter-
ción y sus leyes" para que éstas puedan adoptar las disposiciones no de cada Estado.
necesarias para cumplir la Convención. Este principio ha sido denominado efecto vertical, por mani-
Para algunos autores, el art. 28 restringe las obligaciones de festarse de esta manera la relación que existe entre el individuo
un Estado federal al hacerlo responsable hasta el límite de las Y el Estado. De este modo, el Derecho Internacional de los Dere-
competencias que en esta forma de Estado se delegan en el poder chos Humanos pone a disposición del individuo una vía procesal
central, debiendo los componentes (en nuestro caso, las provin- supranacional de garantía colectiva de sus derechos. .
cias) asumir las que se relacionan con las competencias que han La consecuencia más importante de su aplicación es la de con-
retenido. Pero desde otra lectura puede entenderse que las rela- sagrar un esquema de responsabilidad directa del Estado hacia la
ciones entre la confederación y las entidades que la componen, al víctima de la violación, por haber incumplido las obligaciones asu-
estar reguladas por la Constitución, corresponden al Derecho in- midas al ratificar un tratado concerniente a los derechos humanos.
terno, lo que hace responsable al Estado central en todos los casos En cuanto a las relaciones entre unos individuos y otros
de incumplimiento de las obligaciones convencionales, sin perjui- (efecto horizontal), si bien no constituyen el objetivo esencial del
cio de los reclamos que mutuamente puedan hacerse en virtud de ~erec~10 internacional de los derechos humanos, no dejan de tener
RUS normas constitucionales 10 . mteres a la hora de considerar si el Estado ha cumplido con su
obligación de " ... respetar los derechos y las libertades reconocidos
e) Principios que rigen el sistema interamericano de en e_lla :¡ ... garan_tiz?'r ~u _l~bre)' pleno ejercicio a toda persona que
protección de los derechos humanos. este SUJeta a su ]Unsdtccwn ... 12 • De este modo, la impunidad la
falta de investigación, las deficiencias en el debido proceso, per~i­
Para poner en funcionamiento los procedimientos estableci- ten a los órganos supranacionales de protección de los derechos
do¡.¡ on la Convención Americana sobre Derechos Humanos desti- humanos ejercitar su función de control respecto de violaciones
nndoH a supervisar el cumplimiento por parte de los Estados que, en principio, fueron o debieron ser materia de juzgamiento en
Hignatnrios de las obligaciones asumidas al ratificar el tratado, es el derecho interno de los Estados 13.
noemmrio tener en cuenta algunos principios que definen el fun- Desde esta perspectiva, las violaciones a los derechos huma-
cionamiento del sistema. nos provocadas por la delincuencia común, las organizaciones
multinacionales 1\ el terrorismo, etc., se encuentran excluidas de
11
1) Efecto vertical •
12
Art. 1.1, Convención Americana sobre Derechos Humanos.
La función del derecho de los derechos humanos no es prote-
En e~, caso "Barrios Altos _e 1Per~" (sen~encia de la Corte IDH, 14/3/01), se
13

gllr a la persona de otros individuos, sino de los abusos de poder d1spuso que ... el Estado del Peru debe mvestlgar los hechos para determinar las
cid Estado hacia ella. personas responsables de las violaciones de los derechos humanos a los que se ha
f•~n tal sentido, cuando exista alguna lesión de derechos deri- h~cho refe~ncia en esta sentencia". Este criterio, sostenido en otros pronuncia-
vada de la acción u omisión de una persona respecto de otra, In nuentos de la Corte Interamericana, permite observar una tendencia del tribunal
~e exigir el cumplimiento del deber de investigar nuevamente, aun cuando para
~ng;es.ar.a la etapa supranacional debieron necesariamente agotarse los recursos
111
l~Rin !!1-l ln doetrina qun oxpreAÓ In Corte I DH en el caso "Garrido .Y JJai¡.;orrirt .JUri:':l~l~cwnales mternos, lo que permite suponer que el Estado "ya investigó" sin
f'l /(¡•¡¡¡íbfim Argnntina·lic•¡wl'lli'ÜIIU'H", H(li1Lonein del 27/8/DB. pct:JUlCIO de haberlo hecho en forma insuficiente.
11 Cfr. l•'tu'mdo;-; Llldt•ftlliH, llrdot·, R/ h'iHic•nw. lnlerct./1/l'l'icano d1• Jlroleccicln 11
' Ver Munili, Pablo L., Las empresas multinacionales y los derechos huma-
,¡,, /cm /J¡•f'r'l'/1011 111111/rtllll.'l eil., pt'Íf{. H. no,q, on .Iurisprudencia Argentina, 12/2/03, fascículo 7.
454 DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL
EL PROCEDIMIENTO ANTE LA COMISIÓN OOERAMERICANA 455

la protección internacional, en tanto sus órganos no son tribunales Más allá de los cuestionamientos que pueda merecer esta
penales ni pueden imponer penas a los responsables. Pero el condición, si se consideran los obstáculos que el propio Estado
I~stado sí debe responder por los actos u omisiones de sus agentes,
puede oponer al progreso de los reclamos de las víctimas o el
actúen o no dentro de su competencia o cuando a través de ellos tiempo que demore el trámite de los recursos internos, lo cierto es
se produzcan violaciones al derecho interno 15 • que su finalidad es reforzar la eficacia del sistema jurídico del
2) Subsidiariedad.
Estado, más cercano a la víctima en su posibilidad de restablecer
sin demoras un derecho conculcado.
Una nota común a los sistemas internacionales de protección La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a partir
es que sólo pueden intervenir en un caso individual cuando el del análisis de numerosas denuncias, ha ido elaborando lo que ha
Estado nacional ha tenido previamente la posibilidad de resolver- dado en llamarse la fórmula de la cuarta instancia, habiendo
lo aplicando su derecho interno y a través de sus propios órganos afirmado que " ... la premisa básica de esa fórmula es que la Comi-
nacionales. sión no puede revisar las sentencias dictadas por los tribunales
Este principio se inscribe en el derecho de cada Estado de nacionales que actúen en la esfera de su competencia y aplicando
poner en funcionamiento su propio sistema constitucional, desple- las debidas garantías judiciales, a menos que considere la posibi-
gando las garantías contenidas en su Constitución para superar lidad de que se haya cometido una violación de la Convención" 17 •
la situación que provocó la violación de un derecho humano. En
nsta etapa, la sintonía entre el derecho interno y el derecho inter- 3) Desarrollo progresivo.
nacional se rige por la Convención de Viena sobre Derecho de los El derecho internacional de los derechos humanos surgió con
Tratados, según la cual un Estado no puede dejar de cumplir _sus posterioridad a la Segunda Guerra Mundial y tuvo como objetivo
compromisos internacionales con el pretexto de tener que aplicar diseñar un sistema de carácter universal a través de la consagra-
ante todo su derecho interno 16 • ción de un catálogo de derechos comunes a un esquema de valores
Pero una vez asumida la función reparadora del Estado a compartidos, de su promoción y protección, y de la creación de
través de su propio derecho y de sus instituciones, de resultar órganos internacionales destinados a hacer respetar esos derechos
imntficiente u omisiva su intervención, comienzan a desplegarse y garantías.
loH mecanismos regulados en los instrumentos internacionales. Sucesivas convenciones y tratados fueron ampliando las áreas
J~:Ht.oH colocan a la persona humana como objetivo central de pro- de protección de los derechos humanos, y a través de protocolos se
l.<•cdón y determinan procedimientos especiales de supervisión formaron diversos órganos encargados de velar por el cumplimien-
nnt.e el incumplimiento del Estado de su obligación de garantizar to de las obligaciones asumidas por los Estados 18 •
loH derechos humanos. Esta evolución ha sido denominada desarrollo progresivo de
El agotamiento de los recursos internos tiene su origen en el los derechos humanos, materializándose en la incorporación de
clm·ccho internacional y ha sido receptado en el art. 46.1 de la nuevos derechos y garantías en normas de derecho interno o de
( ~onvención Americana s6bre Derechos Humanos como el primer derecho internacional. Las convenciones, una vez adoptadas, esti-
requisito de admisibilidad para que una comunicación o petición mulan el desarrollo progresivo de los derechos humanos 19 •
ptwda ser atendida por la Comisión Interamericana de Derechos Como consecuencia de ese crecimiento normativo, se fue de-
llumanos. lineando un nuevo principio del derecho de los derechos humanos,
11
• Dijo la Corte IDH en "Castillo Petruzzi y otros" (sentencia del 30/5/9fl),
pfliTafo fJO: "La Corte advierte que tiene atribuciones para establecer la respon- 17

Comisión IDH, Informe 39/95, caso 11.643.
tHihilidnd internacional de los Estados con motivo de la violación de los derechos 18
hun111110H pero no para invostignr y :mncionnr la co~1ductu de los agentes del Estado Albanese, Susana, "Los Protocolos adicionales y facultativos y las Opinio-
qut• huhieHcn purticipuclo 011 I'HHH violucionoH. l~si.u os lu curuct.erísticu do 1111 nes Consultivas en la Evolución del Derecho Internacional de los Derechos
Humanos, en El Derecho, 7/12/93.
l.rihunnl do dorochos IHillliiiiOH, quo no oH un tribunal ponnl".
H1 Opinión Consultiva OC-16/99 del 1/10/99, "El Derecho a la Información
111
AHí so dliHJH'I•lHio d1d eonl.onido do loH nrtH. :w y '27 do In Convonei6n do
Vil'llll Hohl'l' 1d lhll'l•l'llo do lor-1 'l'l'lll.ndol'l. sobre la Asistencia Consular en el Marco de las GaranUas del Debido Proceso
/,e¡.:a/", vot.o t:OilC:IliTOnto dol juoz Antonio Cnn~ndo Trindade, párTS. :32 y aa.
456 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA COMISIÓN OOERAMERICANA 457

según el cual cuando se adquiere un determinado status de pro- En lo que atañe a los derechos económicos, sociales y cultu-
tección debe el Estado mantenerlo o bien superarlo, a fin de rales, la Declaración Americana es explícita, pues los incluye en
respetar el desarrollo progresivo de los derechos humanos. Este los capítulos VII, VIII y IX. La Convención Americana, por el
principio ha sido receptado por la Corte Interamericana en varios contrario, es más parca, en tanto su art. 26 se remite a los dere-
pronunciamientos 20 , habiendo llegado incluso a establecer la res- chos "derivados de las normas económicas, sociales y sobre educa-
ponsabilidad del Estado cuando por acción u omisión hubiera ción, ciencia y cultura contenidas en la Carta de la OEA" y com-
retrocedido en los márgenes de protección vigentes en un determi- promete a los Estados a "lograr progresivamente la plena efectivi-
nado momento. dad ... en la medida de los recursos disponibles".
A fin de dar mayor relevancia a estos derechos, tan resentidos
d) Derechos garantizados por el sistema interamericano en la realidad continental, la OEA adoptó en 1998 el Protocolo
de derechos humanos. Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en
Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Protocolo
Los dos documentos básicos que regulan en general el siste- de San Salvador) 22 • A pesar de ello, subsisten problemas
ma de derechos humanos garantizados por el sistema interameri- interpretativos y prácticos en lo que concierne a la judiciabilidad
enno son la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del de estos derechos 23 •
Hombre y la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En cuanto al modo de resolver posibles conflictos normativos
Ambas tienen jerarquía constitucional en virtud del art. 75, inc. entre la Convención Americana sobre Derechos Humanos y el
22, de la Constitución Nacional. Derecho interno de un Estado Parte, el art. 29 CADH establece
La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del cuáles deben ser las pautas de interpretación. Sin perjuicio del
Hombre (1948) es el documento que receptó en forma primaria el principio general que prevén los arts. 26 y 27 de la Convención de
eatálogo de derechos que se comprometieron a respetar los Esta- Viena sobre el Derecho de los Tratados, el citado artículo indica en
dos vinculados a través de la Carta de la Organización de Estados forma negativa cómo "no puede" ser interpretada una disposición
Americanos. Actualmente, la Comisión IDH vigila su cumplimien- de la Convención. El sentido del art. 29 CADH podría reformularse
to respecto de los países que siendo miembros de la OEA no han de la siguiente manera:
ratificado la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Un Estado parte es responsable internacionalmente si:
En cuanto al listado de derechos incluidos en la Convención a) Suprime o limita en mayor medida de lo previsto en la
Americana sobre Derechos Humanos (1969), es el más abarcativo Convención el goce o ejercicio de los derechos y libertades recono-
do todos los que integran el sistema normativo internacional de cidos en ella. De este modo, la Convención consolida el status
protección de los derechos humanos. Probablemente por su ma- mínimo de protección.
yor actualidad, y por haber tomado como modelo los dos pactos
b) Limita el goce o ejercicio de un derecho o libertad recono-
internacionales (Derechos Civiles y Políticos, y Derechos Econó-
micos, Sociales y Culturales) y el Convenio Europeo para la cido en su derecho interno o en otro tratado, invocando para ello
1>l'Otección de los Derechos Fundamentales y las Libertades una disposición de la Convención Americana. El inciso alude a la
Pt'tblicas. En tal sentido, incorpora el concepto de plazo razona- situación en que el derecho interno tenga un mayor status de
ble, las condiciones de juez o tribunal competente, independiente protección, caso en el cual éste prevalece sobre la Convención.
t' imparcial, el derecho de asilo, el derecho a réplica 21, la repara-
ción del error judicial, el derecho al nombre y la prohibición de 22 P<totocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos

t'.'lclcwitud y servidumbre. en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Protocolo de San


Salvador), suscripto en San Salvador, El Salvador, el 17 de noviembre de 1998,
en el 18" período ordinario de sesiones de la Asamblea General de la OEA.
~o J•;n pmticulnr o! voto eoncurrontc de Antonio Cun<;ndo Trindude, on ol cnHo 23 Sobre el tema ver Can~ado Trindade, Antonio A., "La Justiciabilidad de los

"(,'untillo Pi!lruzzi el Perú" (Corto JDH, sontencin do! :10/5/99). Derechos Económicos, Sociales y Culturales en el plano internacional", en Leccio-
~ 1 Medinn, Cocilin, /Jw·cclw lnlt•rn.admwl dt• lrm Dt•/'i!c/to,q Hnmano.q, Mantutl ne.qy Rnsrtyos, 1998, púgs. 54 y ss.; Instituto IDH, Los derechos económicos, sociales
dt• !Cnm•¡l.an.za, oditndo poi' In nut.om, 1fJ!IO, JHÍf.{. lotl. y cult.urnlr•s: f!n desa(fo impostergablr., 1" ocl., Snn .José de Costn Rico, l!l9H.
·lfíH DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA COMISIÓN OOERAMERICANA 459

e) Omite respetar otros derechos y garantías no contenidos Los miembros de la Comisión IDH son propuestos por los
11i en la Convención ni en su Derecho interno, pero "inherentes al gobiernos de los Estados Miembros y elegidos por la Asamblea
sa humano" o propios de la "forma republicana de gobierno". Se General. Cada país puede proponer hasta tres candidatos, pero en
rd'iere a los llamados "derechos no enumerados". este caso (infrecuente) al menos uno de los propuestos debe ser de
d) Excluye o limita el efecto de la Declaración Americana y nacionalidad distinta al Estado que sugiere su nombre (art. 36
dt~ otros documentos internacionales de igual naturaleza, invocan- CADH). Tampoco puede haber más de un comisionado de la mis-
do para ello una disposición de la Convención. Si bien tradicional- ma nacionalidad (art. 37.2 CADH).
nwnte una "declaración" no es un tratado, en la Opinión Consul- Se compone con siete miembros (art. 34 CADH) y las condi-
tiva OC-10/89 24 la Corte IDH estableció que la Declaración America- ciones para ser integrante de la Comisión IDH son de orden
IIH es fuente de obligaciones internacionales, definiendo así su subjetivo: "alta autoridad moral y reconocida uersación en materia
status jurídico. de derechos humanos" (art. 36.1 CADH) 26 • Duran cuatro años en
el cargo y pueden ser renovados por un período más (art. 37
CADH).
2. Órganos de protección en la CADH. La necesaria independencia en el ejercicio de la función se
garantiza con un régimen de incompatibilidades establecido en el
Como vimos, la Parte II de la Convención Americana sobre art. 71 CADH y se produce cuando ejerzan "otras actividades que
1>nrechos Humanos establece dos órganos "competentes para cono- pudieren afectar su independencia o imparcialidad". El art. 8 del
¡·¡•r de los asuntos relacionados con el cumplimiento de los compro- Estatuto y el art. 4 del Reglamento agregan "o la dignidad o el
miso,c.; contraídos con los Estados Partes ... a) la Comisión Intera- prestigio de su cargo".
nu•ricana de Derechos Humanos ... y b) la Corte Interamericana de Tampoco pueden intervenir en la discusión o decisión de un
lkreclws Humanos ... ". Ambos órganos tienen como finalidad esen- asunto que involucre al Estado al que pertenecen o si hubieran
t•inl promover y proteger los derechos humanos. intervenido previamente en el caso por cualquier título (art. 17 del
Reglamento), ni participar de una observación in loco en el Estado
a) La Comisión. en el que reside o es nacional (art. 52 del Reglamento).
La sede de la Comisión IDH se encuentra en la ciudad de
<:omo se dijo, la Comisión Interamericana de Derechos Hu- Washington, sin perjuicio de lo cual puede reunirse en cualquier
IIIIIJIOH o:-~
un órgano de la OEA, de modo que tiene competencias Estado Miembro de la OEA (art. 16 del Estatuto).
(Hi hi1~n diferenciadas) para proteger y promover los derechos El Reglamento impone al menos dos reuniones ordinarias al
hnuuuwH respecto de todos los países integrantes del sistema, año (art. 14) y las extraordinarias que considere necesarias.
Ht'llll o no Hignatarios de la Convención Americana sobre Derechos El quorum es la mayoría absoluta de sus miembros -cua-
llumnnoH. El art. 35 CADH indica expresamente que la Comisión tro- (art. 16 del Reglamento). Cuando se trata de cuestiones que
11 >11 "representa a todos los Miembros" de la OEA, lo que significa involucran a Estados Partes y no lo imponga expresamente la
q11o no lo hace respecto de su propio país en particular. Convención o el Estatuto, bastará la mayoría de presentes para
Si bien el marco legal que rige el funcionamiento de la Comi- tomar una resolución. Por el contrario, en asuntos relativos a
HÍ6n 1-1(1 encuentra en los arts. 33 a 51 de la Convención Americana
rmhro 1>erechos Humanos, conforme al art. 39 CADH, ella mismn
prnparn Ru Estatuto y su Reglamento. El primero debe ser apro-
Reglament~ fue aprobado por la Comisión en diciembre de 2000, modificado en
ht~do por la Asamblea General (art. 39) 2". octubre de 2002 y en octubre de 2003.
26
Según Faúndez Ledesma, Héctor (ob. cit., pág. 143); en la práctica las
'-' <:ort.l' fj)ff, lnll!lj)l'l!trwión dt! la /)cclaración. Anwricmut dt! loN lJI'n!choH :v
1
negociaciones recíprocas para imponer al propio candidato hacen que no se brinde
!1.•/Jr•rt'N rlt'/ 1/mn/u·t• t•n td 11111/'I'O d1•l art. (J'4 dt• la C:onuclll'ián Anu•rica/Ut .~obrt• la debida atención a los dos requisitos esenciales que debe reunir quien resulte
IJ,.,.,.,.holl lltiiiWIIo.~. Opinión CortHtdUvn OC-10/R!J, dol ltl/7/H!l, Hul'io A, n" 10. miembro de la Comisión IDH . El mismo autor hace referencia a la distorsión que
''" 1•:1 I•:Mt.nl.ut.o viw•nt.nu In li'l'hu do puhlient:itín d1• nHL!I t.miH\jo f'liPII(JI'ohndo Ro produce cuando alguno de los miembros carece de la independencia necesaria
por In Atwmhlou !lntll•t•td dn In OJ•:A por HI•Holw~i6n 11117 dn odnhn• d1• 1!1'7!1. 1•:1 para cumplir su labor.
4()0 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA COMISIÓN INTERAMERICANA 461

~~atados miembros siempre se requiere mayoría de miembros (art. ricana de los Derechos y Deberes del Hombre, y en el segundo caso
18 del Reglamento). se referirá a derechos reconocidos en la Convención Americana
Para su funcionamiento permanente, la Comisión tiene una (art. 44 CADH).
St~cretaría Ejecutiva (art. 21 del Estatuto). En cuanto a las llamadas comunicaciones que pueden efec-
Las competencias de la Comisión están atribuidas por el art. tuar los Estados según el art. 45 CADH, sólo están habilitados
~ 1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y con- para hacerlo los Estados Partes en la Convención Americana y
Histen en: a) estimular la conciencia de los derechos humanos en cuando previamente hayan aceptado la competencia para recibir
los pueblos de América; b) formular recomendaciones a los gobier- y analizar comunicaciones de otros Estados. Es decir que para
IJOH de los Estados, bajo ciertas condiciones; e) preparar estudios poder efectuar una comunicación contra otro Estado deben cum-
~~informes y solicitarlos de los Estados; d) atender consultas de los plirse las siguientes condiciones:
J•:HLados Miembros de la OEA relativas a los derechos humanos y
1) Ser un Estado Parte de la Convención.
prnstarles el asesoramiento que éstos requieran; e) rendir un
in{(¡rme anual a la Asamblea General, y f> actuar en las peticiones 2) Haber aceptado la competencia de la Comisión para reci-
individuales y en las comunicaciones que reciba por violaciones a bir y examinar comunicaciones.
la Convención por un Estado Parte. 3) Que el Estado al que se denuncia también haya aceptado
esa competencia (reciprocidad).
b) La Corte. Ya se dijo que el Estado debe responder por los actos u
omisiones de sus agentes, hayan o no actuado dentro del marco de
El procedimiento ante la Corte Interamericana será analiza- sus funciones, de modo que la denuncia no es contra el autor
do en el capítulo siguiente, al cual nos remitimos. material del acto u omisión sino contra el Estado al que pertenece.
El denunciante puede ser cualquier persona, grupo de per-
a. Competencia de la Comisión. sonas, entidad no gubernamental (art. 44 CADH) o un Estado (en
el caso de las comunicaciones).
Para determinar si la Comisión IDH puede tomar interven- En lo inherente a las denuncias individuales, la legitimación
c·ión on un caso de violación de los derechos garantizados por la es muy amplia, ya que al poder hacerlo "cualquier persona" ni
( :onvonción Americana sobre Derechos Humanos, es necesario siquiera debe ser la víctima de la violación ni su representante
llllltli..:nr Ri tiene competencia respecto de las personas involucradas legal.
1111 ol IIHunto, si la materia corresponde a derechos humanos y si
En cuanto a las entidades no gubernamentales, el art. 44
t.iono f"ncultades en relación con el lugar donde se ha producido la CADH requiere que estén "legalmente reconocidas en uno o
violueión. más Estados Miembros de la Organización", por lo que podría
suponerse que la ausencia de reconocimiento fuera un impedimen-
to para acceder al sistema de protección ante la Comisión. Sin
a) Competencia "ratione personae".
embargo no es así, en primer lugar porque el artículo dice "en uno
En todo caso o comunicación sobre violaciones a los derechos o más Estados Miembros", por lo que puede ser reconocida por
h11manos en el sistema de la Convención, intervienen tres perso- cualquiera de los Estados que integran la OEA, y en segundo lu-
ttnH: el Estado en el cual se ha producido la violación, la víctima gar porque, atento la amplitud de la primera parte (cualquier
.Y ,.J denunciante. persona~ grupo de personas), el requisito del reconocimiento legal
El denunciado debe ser siempre un Estado americano, pero queda desdibujado.
nH di lin·ente el tipo de intervención que tendrá la Comisión fDH si La víctima es la persona que ha sufrido la violación de sus
nHo I•~Htnclo os sólo miembro do la OEA o también parte en la derechos y, como se dijo, no es necesario que sea ella misma quien
( :onvorH:ión Anwdennn. En Id primor caso, la violación donuncin- efectúe la denuncia, pudiendo hacerlo cualquiera, aun sin su con-
du dobu rofnrir·sn n un doroeho eontonido on In Dm:lnrnción Amo- sentimiento.
DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA COMISIÓN OOERAMERICANA 463

Pero debe recordarse que sólo se considerará víctima a una Convención lnteramericana sobre Desaparición Forzada de Perso-
¡H•rsona física, pues, conforme lo dispone el art. 1.2 CADH, "para nas y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y
los ef"ectos de esta Convención, persona es todo ser humano". Es por Erradicar la Violencia contra la Mujer conf"orme a sus respectivas
l'llo que las personas jurídicas no son consideradas víctimas para dispf!.siciones, el Estatuto de la Comisión y el presente Reglamen-
t•l sistema de protección de la Convención Americana y, en conse- to". Estos son los "otros instrumentos" a que se refiere el art. 27
t'IHmcia, no se encuentran legitimadas para efectuar denuncias 27 • del Reglamento.
4) En cuarto lugar, cuando un Estado ha efectuado alguna
b) Competencia "ratione materiae". reserva en relación con uno o más derechos, la Comisión IDH no
podrá conocer en peticiones o comunicaciones relativas a ése o esos
Las peticiones o comunicaciones que se presentan ante la derechos 28 •
<:omisión IDH deben referirse a violaciones a los derechos huma-
noH provocadas por un Estado Miembro de la OEA. Así se expresa
e) Competencia "ratione temporis".
ni nrt. 44 CADH, pero la aplicación de esta norma requiere algu-
IIIIH precisiones: Para que una petición o comunicación pueda ser admitida por
1) En primer lugar, la Comisión sólo atiende denuncias con- la Comisión IDH, es necesario que la violación que se denuncia se
t.rn los Estados que pertenecen a la Organización de Estados origine en hechos producidos con posterioridad a la fecha en que
A moricanos. la Convención Americana ha entrado en vigor en el Estado denun-
2) En segundo lugar, es necesario distinguir entre estados ciado.
mhm1bros de la OEA y estados partes en la Convención America- Ello es así por aplicación de las normas que regulan la apli-
na, porque a los primeros sólo se los podrá denunciar ante la cación de los tratados en el derecho interno (arts. 6 y ss. de la
Comisión por violaciones a derechos contenidos en la Declaración Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados).
Anwrieana de los Derechos y Deberes del Hombre en razón de no Sin embargo, cuando se denuncia una violación provocada
l111l>or ratificado la Declaración Americana, la cual, por tal motivo, por un hecho anterior a la firma del tratado, pero que subsiste en
110 lnH será aplicada en ningún sentido.
el tiempo cuando éste sí se encuentra en vigencia, la Comisión
IDH podrá entender en el caso. Este concepto de "violación conti-
:l) En tercer lugar, el art. 23 del Reglamento amplía el marco
nuada" implica admitir la actuación de la Comisión IDH en casos
llormnt.ivo establecido en el art. 44 CADH, porque éste alude a donde, si bien los hechos son previos a la entrada en vigor de la
"rJ/olaciones de esta Convención", en tanto el Reglamento permite Convención, sus consecuencias se proyectan en el tiempo (v.gr.,
dmnmdas de violaciones también de "la Declaración Americana violación del plazo razonable de juzgamiento, consecuencias de la
dt• IJerec/ws y Deberes del Hombre, ... el Protocolo Adicional a la tortura o de una detención arbitraria, etcétera) 29 •
( .'mwt•nciún Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Así como un tratado inicia su vigencia con la ratificación
1Jat•clws Económicos, Sociales y Culturales «Protocolo de San también el Estado puede ponerle término a través de su denuncia:
Saluador», el Protocolo a la Convención Americana sobre Derechos
11 fiiiWIWS Relativo a la Abolición de la Pena de Muerte, la Conven-
28
l'hín lnteramericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, la La República Argentina firmó una reserva respecto del art. 21 CADH en
los siguientes términos: "El gobierno argentino establece que no quedarán sujetas
a revisión de un tribunal internacional cuestiones inherentes a la política
n AHí lo resolvió la Comisión en "Tabacalera Boquerón S.A. e 1Paraguay", económica del gobierno. Tampoco considerará revisable lo que los tribunales
lnf'oruH• 117/!)7 dell6/10/97, y en "Mcuopal S.A. el Argentina", Informe 39/99 del nacionales determinen como causa de <<utilidad pública>> e <<interés social», y no lo
11/:1/!l!l. Cont.rnrinmcnte, en "Cantos c/Argentina slexccpciones preliminares", que éstos entiendan por <<indemnización justa»".
29
t1PIII~>IIl'in do la Corte IDH del 7/U/01, el t.ribunul admitió la legitimación del Sr. Al analizar la posibilidad de aplicar la Convención contra la Tortura en
1 :nulon 111111 cuando hnhía invocado po1juicios a HUH empresas, ni interpretar quo el caso "Martín Del Campo Dodd e 1México" (sentencia de la Corte IDH 3/9/04)
tü hiPil lnH Jll'I'HonnH jurídicnll no Ho oHcuoJ!I.ran umpnrnduH por In Convención, lnH se dijo que la tortura es un "delito instantáneo" pero que sus secuel~s, si s~
Jllli'IIIIIIIIH fíHi<:nH quo luH inl.fll{l'llll puodon Hllfrir violm:ioneH on HUH don1choH c:omo proyectan en el tiempo, permiten la intervención de la Corte porque constituyen
t'OlllltWlW/H:in d11 1.nlnM dul\oH,wlmit.inndoNII lt•git.irnnción pltl'll tof't•dunr dontlllt:ÍIIH. una nueva violación de derechos humanos.
464 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA COMISIÓN INTERAMERICANA 465

El art. 78 CADH dispone que la Convención Americana sólo puede namental". Recordemos también que sólo pueden hacerlo personas
denunciarse "después de la expiración de un plazo de cinco años a físicas, según lo indica el art. 1.2 CADH.
partir de la fecha de entrada en vigor de la misma". Además se En el caso de Estados que no han ratificado la Convención
debe efectuar un preaviso de un año, el que debe informarse al Americana, respecto de los cuales la Comisión IDH interviene en
secretario general de la OEA. virtud de la Declaración Americana de Derechos y Deberes del
Un tema especial es el de las denuncias de violaciones a la Hombre, la legitimación de la persona humana surge precisamen-
convención por aplicación de las leyes de autoamnistía, pues aun- te de su propia denominación.
que los hechos cuyo juzgamiento ha quedado suspendido por apli- También se encuentran legitimados los estados partes, en las
cación de tales leyes se hubieran producido antes de la vigencia de condiciones expresadas en el art. 45 CADH, para efectuar "comu-
la Convención Americana, si las violaciones denunciadas lo son nicaciones". En el caso de comunicaciones de un Estado respecto
como consecuencia de la aplicación de esas leyes, la Comisión es de otro, conforme al art. 45 deben cumplirse las condiciones indi-
competente 30 • cadas en el punto 3, a.
En cuanto a la legitimación pasiva, conforme también se dijo,
d) Competencia "ratione loci". corresponde al Estado que presuntamente ha violado los derechos
contenidos en la Convención Americana o en los otros documentos
La regla de la competencia en razón del lugar se define en indicados en el art. 23 del Reglamento.
función del ámbito en que se ejerce la jurisdicción del Estado Sin perjuicio de las legitimaciones indicadas en los arts. 44 y
denunciado. 45, la Comisión IDH se encuentra también facultada para iniciar
Esto se deduce por aplicación del art. 1 CADH, en tanto de motu proprio la tramitación de una denuncia aun cuando no
obliga a los Estados a respetar y garantizar los derechos y liber- cumpliera con los requisitos impuestos por la Convención. Así se
tades reconocidos en la Convención Americana a "toda persona desprende de los términos del art. 24 del Reglamento, el cual le
que esté sujeta a su jurisdicción", de modo que alcanza a quienes permite dar curso al procedimiento, incluso cuando tomara cono-
He encuentran en su territorio, sean o no sus nacionales, y a estos cimiento per se de una presunta violación.
últimos cuando se encuentren en el extranjero bajo jurisdicción
nacional. b) Agotamiento de la jurisdicción interna.
El requisito más importante y complejo exigido para dar
4. Requisitos de admisibilidad.
curso a una denuncia o comunicación está indicado en el art. 46,
inc. 1, a, CADH: "Que se hayan interpuesto y agotado los recursos
Para que una petición individual o una comunicac10n sea de jurisdicción interna conforme a los principios del Derecho Inter-
admitida para su trámite ante la Comisión IDH, deben cumplirse nacional generalmente reconocidos".
eiortos requisitos de índole formal y material. Esta exigencia se fundamenta en el principio de subsidiarie-
dad ya visto, que permite al Estado poner en funcionamiento sus
a) Legitimación. procedimientos jurisdiccionales internos para superar la situación
de violación de un derechos humano. De este modo el sistema
. Ya vimos cómo el art. 44 define quiénes se encuentran legi- supranacional sólo interviene cuando tales mecanismos internos
tmJndos para presentar una denuncia individual ante la Comisión han frac.¡:tsado o bien cuando no han sido eficaces. Se trata de una
1DI!: "Cualquier persona, grupo de personas o entidad no guber- regla que opera a favor del Estado, por lo que en caso de no
haberse cumplido, corresponde a éste invocarla y probarla.
Sin duda, se trata del requisito que más dificultades plantea
:lfl 1:-lobrc las llamadas "leym1 del per·clón", ver Loianno, Adclinn, "LcytlH cltll
J'c,rdón .Y del Olvido. Verdad VR. Impunidad", trabajo publicndo tlll e!Hupl¡mwnto a la hora de estimar si una denuncia se encuentra en condiciones
de• la Ut•vista La Ley en honHliH~jll ni })fu del i\ho¡.¡11do, ni)o LXVIII, n" ICia, dol 'J.7 de Her tramitada. La eficacia de los procesos desplegados por los
tin ll~(tllltO do 2()04, y IHIH IJOI.IIH. 6rg111ws juriHdicdonnleH internos, el tiempo que ellos duren, los
!1() /J¡J¡·¡<¡·/¡, /'1111'1'#11/ ( '11/IN/1/111'/111111/
466 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA COMISIÓN OOERAMERICANA 467

obstáculos procesales innecesarios, etc., constituyen los elementos Se presume que el Estado cuenta con recursos adecuados y
a tener en cuenta a la hora de establecer si efectivamente han sido efectivos, pero si el denunciante manifiesta lo contrario, la carga
o no agotados. de probar se invierte y es éste quien debe acreditar tales extre-
Básicamente implica que la víctima debió utilizar todos los mos 35 • Pero si el peticionario alega la imposibilidad de hacerlo,
remedios judiciales de que dispone el Estado para intentar repa- será al Estado a quien corresponda demostrarlo (art. 31.3 del
rar la violación y que sólo cuando ellos hayan sido ineficaces podrá Reglamento).
dar intervención a la Comisión. En un funcionamiento correcto del La inexistencia o insuficiencia de los mecanismos procesales
sistema de protección de los derechos humanos en el derecho internos constituye en sí misma una violación de los derechos
interno se evita que lleguen a las instancias supranacionales humanos.
cuestiones que pueden resolverse por los órganos y mecanismos
del propio Estado en el que se ha cometido la violación. e) Excepciones al requisito de agotamiento de la juris-
Siendo un beneficio para el Estado denunciado, la Comisión dicción interna.
ha ido elaborando un criterio para definir qué tipo de recursos son
los que deben haberse cumplido. En muchos casos, el Estado ha Si bien la regla general es que deben agotarse los recursos
esgrimido como defensa el no agotamiento de los recursos inter- jurisdiccionales internos antes de provocar la intervención de la
nos, a lo cual la Comisión ha respondido que sólo pueden enten- Comisión IDH, esta exigencia tiene varias excepciones previstas
derse como tales los que cumplan dos condiciones: a) ser procesos en la Convención Americana (art. 46, inc. 2, a, by e).
judiciales, descartando los procedimientos administrativos 31 , y b) Según el art. 46.2, no será necesario agotar los recursos de la
ser efectivos a los fines de reparar la violación 32 • jurisdicción interna cuando:
En particular, la eficacia del recurso es esencial a fin de 1) No exista en el Estado el debido proceso legal para la
sostener la excepción planteada; ello, con el objeto de evitar que protección de los derechos que han sido violados (arts. 8 y 25
eualquier recurso del derecho interno pueda ser invocado como no CADH).
ngotado y así retardar innecesariamente la intervención de la
2) Existiendo tales recursos, no se haya permitido al presun-
Comisión en el asunto.
Ya en su primera sentencia la Corte IDH había dicho que esos to lesionado acceder a ellos.
r·ncursos deben ser "idóneos para proteger la situación jurídica 3) Se haya permitido al presunto lesionado acceder a los
infringida ... Si en un caso específico el recurso no es adecuado, es recursos internos pero se le haya impedido agotarlos.
obvio que no hay que agotarlo" 33 • 4) Habiendo accedido a los recursos de la jurisdicción inter-
La efectividad de los recursos que se deben agotar íntegra- na, haya retardo injustificado en resolverlos.
monte es una característica que la propia Corte IDH ha reiterado En 1984, la Corte Interamericana de Derechos Humanos en
dosde sus primeros pronunciamientos 34 • su Opinión Consultiva OC-11/84 36 explicitó en un sentido más
amplio el significado de la palabra "impedimentos" contenida en
:u Caso "Gallardo e 1México" (Informe 43/96, caso 11.430, del 15110196).
el apartado 2, b. Interpretando con gran amplitud el término, dijo
Caso "Bulacio el Argentina" (Corte IDH, 1819103). Los hechos se habían
:12 que "si por razones de indigencia o por tenor generalizado de los
pt'oduddo en 1991, y once años después aún no se había concluido el proceso abogados para representarlo legalmente, un reclamante ante la
¡u•nul contra los presuntos responsables ni se había podido avanzar en la acción Comisión se ha visto impedido de utilizar los recursos internos...
civil de resarcimiento con fundamento en que no había concluido la acción no puede exigírsele su agotamiento". En cuanto al retardo injusti-
fH11liiJ.
:J:J Caso "Velázquez Rodríguez el Honduras" (Corte IDH, 2916/88), consid. 64.
:J< Cuso "Godínez Cruz el Honduras" (Corte .IDH, 2011189), consid. 69; cnHn 35
Pinto, Mónica, Temas de Derechos Humanos, Editores del Puerto, Buenos
"l~'nirén Garbi y SoUs Corrales e 1Honduras" (151:3189), consids. 91 y 92. M1i11 Aires, 1997, Capítulo VII, pág. 135.
nwil'nt.omcnte y en el mismo sontido, "Tribunal Constitucional (Agrúrre Roca, Ht•y :JB Opinión Consultiva OC-11184, Excepciones al Agotamiento de los Recursos
'1\'I'I:Y y Reuoredo Marsa no el Pl~rú)" (:Hil/01 ), comlid. 9:J, y ",luan H. Scíndwz el Internos (Arts. 46.1, 46.2.a y 46.2.b, Convención Americana sobre Derechos
1/rmdara,q" (716/03), couRid. 121. Humanos), Corte IDH, consid. 42.
468 DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA COMISIÓN OOERAMERICANA 469

Jicado, la Comisión no ha establecido cuándo una demora carece El objetivo de esta disposición es evitar la duplicación de
de justificación, por lo que ello debe determinarse en cada caso procedimientos, y se justifica en el principio de economía procesal
individualmente. Esta causal de excepción al agotamiento de re- y en la necesidad de evitar pronunciamientos contradictorios o
cursos en trámite ante el Estado se relaciona con el requisito del conflictos de competencia.
"plazo razonable" que establece el art. 8 CADH en relación con el Sin embargo, la Comisión podrá entender cuando el trámite
debido proceso legal. Se configura cuando la víctima ha podido ante otro organismo tenga por objeto examinar la situación gene-
acceder al proceso pero su definición se prolonga injustificadamen- ral de los derechos humanos en un determinado Estado, cuando no
te en el tiempo, de modo que por ese solo hecho se configura una haya decisión sobre los hechos que se denuncian o cuando el
nueva violación, independiente de la que pudo haber originado la peticionario ante la Comisión sea la propia víctima y quien lo
denuncia. Sin perjuicio de su invocación corno violación autónoma hubiera hecho ante otro organismo fuera un tercero Cines. a y b del
durante los procedimientos ante la Comisión IDH, este retraso sin art. 33.2 del Reglamento).
justificación constituye una situación que permite promover una
denuncia ante este órgano sin haber agotado los procedimientos f) Requisitos formales.
jurisdiccionales internos 37 •
En cuanto a la forma en que debe presentarse la petición o
d) Plazo de presentación. comunicación, la Convención dice que debe contener "el nombre, la
nacionalidad, la profesión, el domicilio y la firma de quien presen-
Según el art. 46.1, b, para que una petición o comunicación ta la petición" (art. 46.1, d). El Reglamento es más detallista al
pueda ser admitida por la Comisión IDH debe ser presentada describir el contenido formal de la petición (art. 28), pero debemos
dentro de los seis meses a partir de la fecha en que la persona hacer algunas consideraciones al respecto.
presuntamente lesionada haya sido notificada de la decisión defi- En primer lugar, el cumplimiento de los requisitos formales
nitiva emitida por los órganos jurisdiccionales del Estado, que no es estricto, ya que se han receptado incluso denuncias verbales
agota los recursos internos. Por supuesto, en caso de retardo (si bien en forma excepcional) o careciendo de algunas de las
Íl\justificado opera la excepción ya referida (art. 46.2, e). formas previstas en las normas citadas.
El art. 32 del Reglamento aclara que en los casos en que En segundo lugar, la Comisión IDH ha elaborado un "formu-
l"!lHulten aplicables las excepciones al requisito del agotamiento lario de denuncia" a disposición incluso en su página web. En su
pn~vio, "la petición deberá presentarse dentro de un plazo razona- última versión dice expresamente que la presentación puede ha-
hit•, a criterio de la Comisión". Es decir que aun cuando la petición cerse vía rnail o fax, indicando la dirección a la que debe remitirse.
ptwdn hacerse sin haber agotado los recursos internos, si bien el De este modo estaría admitiendo que la petición carezca de firma
pinzo de seis meses no es aplicable, será la Comisión la que (no pide firma digital), aun cuando la Convención y su Reglamento
do!.ormine si la presentación se ha efectuado dentro de un plazo digan lo contrario.
mzonable. En líneas generales, la Comisión ha tratado de desformalizar
la presentación de una petición o comunicación, en consonancia
e) Duplicación de procedimientos. con su fin mayor, que es atender del modo más eficiente posible las
violaciones a los derechos humanos que le sean denunciadas.
Así denomina el Reglamento en su art. 33 a las situaciones
l'lllaH cuales el caso que se pretende someter a la Comisión ha
Hido ya denunciado ante otro organismo internacional, en cuyo
5. Ad¡nisibilidad de la petición.
l'nHo no se le dará trámite. Se relaciona con el art. 46.1, e, CADH
.v ptH·de asimilarse a lo que procesalmcnte se denomina litispen- El art. 4 7 CADH dice que la Comisión "declarará inadmisi-
t!t•ncia. ble" toda petición o comunicación que:
a) .Carezca de alguno de los requisitos formales, o
b) No exponga hechos que configuren una violación de dere-
'1'1 !In lr•arli111{ m.8t' 011 nMt.t• HHpod.o I'M 1•l emm "/Julm•io", yu eit.udo.
ehos humanos, o
·170 DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA COMISIÓN OOERAMERICANA 471

e) Resulte infundada, o También declarará la inadmisibilidad en virtud de informa-


d) Reproduzca otro asunto ya tratado por la Comisión. ciones o pruebas posteriores al momento en que se presentó la
De los términos de esta norma podría suponerse que la Co- petición o comunicación.
misión tiene también la obligación de "declarar expresamente" la De no haberse producido ninguna de estas dos variantes, la
admisibilidad. En los hechos no siempre se ha declarado formal- Comisión se pronunciará sobre la admisibilidad del asunto, pro-
mente la admisibilidad de un caso sino hasta haber analizado la cediendo a registrar la petición como caso e iniciando el procedi-
euestión de fondo. N o obstante, el Reglamento alude a los "infor- miento sobre el fondo.
mes de admisibilidad e inadmisibilidad" en el art. 37. Con la apertura del caso la Comisión fijará un plazo de dos
Cabe recordar que el peticionario puede desistir de su denun- meses para que los peticionarios hagan presentaciones adiciona-
cia en cualquier momento, si bien la Comisión IDH se reserva el les, cuyas partes pertinentes serán comunicadas al Estado para
derecho de seguir entendiendo en el caso si así lo considera (art. que también en el plazo de dos meses presente sus observaciones
:IG del Reglamento). (art. 38 del Reglamento).
Los hechos alegados en la petición que no sean controverti-
dos por la otra parte dentro del plazo fijado por la Comisión, se
O. Trámite ante la Comisión. presumirán verdaderos (art. 39 del Reglamento). Esta disposi-
ción establece una presunción a favor de la víctima que sólo
a) Apertura del caso. puede desvirtuarse mediante prueba fehaciente aportada por el
Estado.
El procedimiento a seguir ante la Comisión IDH una vez En esta etapa la Comisión procederá a examinar el asunto.
admitida la petición es regulado a partir del art. 48 CADH y en A su criterio, "si fuere necesario y conveniente", podrá realizar una
o! Capítulo JI del Reglamento. investigación para lo cual "solicitará" la colaboración de los Esta-
La Comisión (a través de su Secretaría Ejecutiva) verificará el dos interesados. Si bien el inciso habla de solicitud, la frase "pro-
cumplimiento de los requisitos contenidos en el art. 28 del Regla- porcionarán todas las facilidades necesarias" parece imponer una
mento (nombre, nacionalidad, firma, datos relativos al hecho que se obligación a los Estados de colaborar en dicha investigación (art.
d<'nuncia, identificación de la víctima y del Estado presuntamente 48.1, d, CADH). También podrá recibir exposiciones verbales o
t'oHponAable) y en el art. 48, incs. 1, a (gestiones realizadas para escritas que presenten los interesados.
ngotnr los recursos de la jurisdicción interna), 1, b (plazo) y 1, e
( lit.iHpondencia), y una vez cumplido transmitirá al Estado denun- b) Audiencias ante la Comisión.
<'indo las partes pertinentes de la petición, solicitándole informa-
d6n. El procedimiento es el mismo si se trata de una comunicación. La forma en que se desarrollarán las ~udiencias está contem-
La identidad del peticionario sólo puede ser revelada si éste plada en el Capítulo VI del Reglamento. Estas podrán celebrarse
lo autoriza expresamente. a iniciativa de la Comisión o a pedido de las partes.
El plazo para que el Estado presente el informe no está La solicitud de audiencias debe presentarse por escrito con
pnutndo en la Convención, que sólo exige que lo sea en "un plazo una anticipación de cuarenta días al inicio del período de sesiones
nu:onable, fijado por la Comisión" considerando las circunstancias de la Comisión, y debe indicar expresamente el objeto de la misma
d1d caso. Según esos términos, se podría suponer que la determi- y la identidad de los participantes. Sin perjuicio de esta exigencia,
nnciún queda a criterio de la Comisión, pero el Reglamento actunl se adoptarán medidas para preservar la identidad de peritos y
fijn un plazo de dos meses contados desde la fecha en que so testigos si la Comisión estima que requieren esa protección.
l.nm:,;mite la petición o comunicación al Estado, pudiendo prorro- Ambas partes serán convocadas a la audiencia, pero se cele-
~:n n-H~ hasta un máximo de tres meses (en total, noventa días). brará con la que comparezca, en tanto se encuentren debidamente
Heciba o no la información requerida, la Comisión verifienr11 notificadas las dos.
Hi HUbRiste In violación dfmunciadn. De haberse superado la situn· Las partes pueden presentar en la audiencia todo tipo de
ci6n o de no existir, procodcm1 a su archivo. prueba (documental, testimonial, pericial u otras). De la documen-
472 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 473
EL PROCEDIMIENTO ANTE LA COMISIÓN INTERAMERICANA

tación que se acompañe se otorgará a la otra parte un plazo El objetivo de esta forma de poner fin al diferendo es permitir
prudencial para presentar observaciones. al Estado solucionar el conflicto a través de recíprocas concesio-
Las formas a cumplir en la recepción de la prueba testimonial nes, evitando un pronunciamiento del órgano supranacional, más
y pericial siguen las reglas generales del Derecho Procesal 38 . delicado desde la perspectiva de la responsabilidad política 39 •
También están previstas audiencias para informar sobre la Un acuerdo de este tipo debe fundarse obviamente en el
situación de los derechos humanos en uno o más Estados o sobre respeto a los derechos humanos reconocidos en la Convención
asuntos de interés general. Como no se trata de audiencias refe- Americana, la Declaración Americana y otros instrumentos apli-
ridas a un caso específico, deben ser requeridas a la Secretaría cables.
Ejecutiva con la debida antelación al período de sesiones en que Puede celebrarse en cualquier etapa del procedimiento, siem-
deban producirse.
pre que las partes consientan en aplicar este modo de resolver el
Los gastos serán soportados por quien proponga la produc- asunto. Dicho consentimiento es condición sine qua non para la
ción de una determinada prueba.
celebración del acuerdo.
Celebrada una audiencia, se labrará un acta resumida en la Lograda la solución amistosa, la Comisión redactará y apro-
que constarán la fecha y hora de celebración, los nombres de los
bará un informe con una breve relación de los hechos y de la
participantes, las decisiones adoptadas y los compromisos asumi-
dos por las partes. solución lograda, el que será transmitido a las partes y luego
publicado.
Procedimiento en casos graves y urgentes. Visita "in loco". Si por el contrario no fuera posible arribar al acuerdo, se
proseguirá con el trámite.
Si bien el procedimiento a seguir cuando la Comisión recibe
una petición o comunicación debe cumplir una serie de requisitos d) Decisión sobre el fondo.
formales y sustanciales, en casos graves y urgentes que involucren
n un Estado Parte en la Convención, la Comisión puede realizar Las decisiones a que arribe la Comisión se llevarán a cabo a
11na investigación sólo con el cumplimiento de los recaudos forma- través de informes. La Convención se refiere a varios tipos de
I«'H. Si para dicha investigación la Comisión considera necesario informes, según su contenido:
l111eerlo en el territorio del Estado denunciado, se requerirá el
t'OtiHentimiento expreso del Estado en el cual presuntamente se 1) Cuando no hubo violación: si luego de la deliberación se
hu producido la violación (arts. 48.2 CADH y 40 del Reglamento). establece que no hubo violación alguna, la Comisión emitirá un
Este proceder se denomina "investigación in loco" y puede informe sobre el fondo del asunto, el que será transmitido a las
implnmentarse con la presentación de una petición o comunica- partes y publicado (art. 43.1 del Reglamento).
l'ión que reúna "todos los requisitos formales de admisibilidad". 2) Cuando hay solución amistosa: si se hubiera logrado una
l•~llo on razón de que la suficiencia material de la denuncia será solución amistosa, el informe será remitido a las partes y luego
comprobada in situ por la propia Comisión. publicado (arts. 49 CADH y 41 del Reglamento).
e) Solución amistosa.
39
En el caso "Verbitsky, Horacio e 1Argentina - Solución amistosa", el
El inc. 1, f, del art. 48 CADH indica que la Comisión "se denunciante había sido condenado por el delito de desacato al injuriar supuesta-
¡wndrá a disposición de las partes interesadas a fin de llegar a una mente a1t·ministro de la Corte Suprema Augusto C. Belluscio a través de la
:>o/u(·ión anústosa". Se regula en los arts. 49 CADH y 41 del publicación de un artículo periodístico. Las partes llegaron a una solución amistosa
H.1~g-Jamento. según la cual el Estado argentino se comprometía a obtener la derogación del art.
244 del Código Penal (desacato) y la aplicación d~ la ley derogatoria al p.eticionante
a fin de revocar la sentencia que lo afectaba. Este, a su vez, renunciaba a toda
indemnización en concepto de daiio moral. La figura de desacato fue derogada por
:IH Ver Gozníni, Oiwnlclo A., Rl Prot~e.~o 1'ranMl.acimwl. Parlü:ularidrult~.~ loy 24.198 y la sentencia en contra del Sr. Verbitsky fue revocada en febrero de
fl/'llt't'H(llt!,qrlf• la Cor~t· 1/Jll, r•;dim·, l!>!J:.!, ptígH. 7H y HH. HJH4 (Informo 22/94 del 20/9/94, caso 11.012, Comisión IDH).
·17-1 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA COMISIÓN OOERAMERICANA 475

3) Informe preliminar sobre el fondo 40 : concluido el procedi- contraposición al informe preliminar del art. 50 CADH que es
111i1mto sin haber arribado a una solución amistosa, la Comisión obligatorio.
l'<~dnctará un informe en el que examinará lo actuado, exponiendo En cuanto al contenido de este informe que podría denomi-
loH hechos, la prueba producida y su conclusión (art. 50 CADH). narse definitivo, dice la Convención que "hará las recomendacio-
El Reglamento agrega que podrá tener en cuenta "otra infor- nes pertinentes y fijará un plazo" dentro del cual el Estado debe
11/ación de público conocimiento", sugiriendo la incorporación a tomar las medidas necesarias para remediar la situación. En este
PHLe informe de elementos que no deriven de actuaciones ante la punto la Convención es confusa, porque desde el informe prelimi-
propia Comisión (art. 42 del Reglamento). nar (art. 50 CADH) según el art. 51 debe transcurrir un plazo de
Este informe podrá contener las "proposiciones y recomenda- tres meses para emitir el informe definitivo. Y este último también
ciones que juzgue adecuados" (art. 50.3 CADH). puede indicar un nuevo plazo (art. 51.2 CADH) para dar cumpli-
Podríamos decir que las recomendaciones indican una deter- miento a las recomendaciones 4a.
lllinada conducta a seguir por el Estado al que se dirigen, en tanto Al notificar este informe al peticionario, la Comisión le hará
lm; proposiciones no sólo recomiendan alguna modificación en la saber que tiene el plazo de un mes para manifestar su posición
Hit.uación que provoca la lesión a los derechos, sino que sugieren respecto de someter el caso a la Corte (obviamente si el Estado
~~oncretamente el modo en que debería proceder el Estado 41 • involucrado es un Estado Parte).
m del art. 50 es un informe preliminar, en tanto fijará un Finalmente, transcurrido el período fijado y siempre que la
plnw dentro del cual el Estado deberá informar sobre las medidas Comisión considere que no se han cumplido las recomendaciones,
udoptadas para cumplir con las recomendaciones y proposiciones. el caso será sometido a la Corte IDH, salvo por decisión fundada
1,a Comisión debe emitirlo obligatoriamente y no puede ser publi- de la. mayoría absoluta de sus miembros (art. 44 del Reglamento).
cado ni comunicado al peticionario. A pesar de esta limitación, no Recordemos que el Estado puede decidir per se someter el
<~H dH!cil acceder al contenido del mismo, situación que ha sido caso a la Corte IDH. Por el contrario, el peticionante no está
plant.eada con preocupación por los Estados en varias oportunida- legitimado para acceder a la Corte, pero será consultado sobre si
dtlH. Una interpretación amplia del art. 50 indica que la omisión tiene o no interés en hacerlo (art. 43.3 del Reglamento).
1111 eomunicar este informe al peticionario afecta el principio pro 5) Otros informes: en relación con las funciones encomenda-
homine nl desequilibrar la situación procesal de las partes 42 • das a la Comisión IDH por el art. 41 de la Convención, deberá
11) lnfbrme definitivo: si la Comisión considera que el Estado rendir un informe anual a la Asamblea General de la OEA. Ade-
no hu eumplido con sus recomendaciones expresadas en el informe más, podrá preparar los "estudios e informes" que considere con-
proliminar (del art. 50 CADH), "podrá ... emitir un nuevo informe, venientes para el desempeño de sus competencias (Reglamento,
c·onlc•niendo su opinión y conclusiones sobre la cuestión". El térmi- art. 56).
110 "podrá" implica que es facultativo para la Comisión hacerlo, por

e) Obligatoriedad de las recomendaciones.


111
' Antes de entrar en el análisis de los informes de los arts. 50 y 51 CADH, Un tema de gran importancia es el nivel de acatamiento que
I'H IH•1~o11ario decir que no resulta clara la diferencia entre los dos. El Reglamonlo deben tener las recomendaciones y proposiciones contenidas en los
lmnpoco eontribuye a despejar algunas dudas, cuestiones ambas que han dndo
lilv,nr 11 diversos y contradictorios pronunciamientos de la Comisión. En cuanto 11 informes de la Comisión.
l11 (:orto 1DH, según la OC-13/93, siendo el informe del art. 50 "preliminar", ol dol 1) La Convención nada dice sobre este aspecto; no obstante,
1111.. r, 1 f'ue calificado como "definitivo". Pero en la OC-15/97 dijo que las expresion11M
a partir @le la interpretación del art. 33 CADH que indica la
"!111'/IIIIÍIIar .Y definitivo son términos puramente descriptivos que no estab!t•c·c•n
t•uf,•¡.¡orictN jurfdicas de informes" (OC-15/97, Informes de la Comisión lntc~m/1/cl­ competencia de la Comisión para " ... conocer de los asuntos rela-
ttt'lllllt. tlt• /Jtm~chos Humanos. Arl. 51 CAD!{, Corte IIJH, 14/11/97). cionados con el cumplimiento de los compromisos contraídos por
'11 I.oinnno, Adelinn, "lnt:idonciu ... " eit., Cnp. 1 IT, ptig. 2:! .
.,; Hnlvioli, Ji'nbitin, "DomclwA, AcceHo y Hol do !aH VídimnH", <111 J<:l /l'utum
41
dt•l Sill!t•ma t/1' l'rot.c~ccián rlc• !cm /)J)flll, lnstil.uto IIHI, Han ,JoHtl do Ccmtn ltlun, ' Ver las consideraciones sobre estas dificultades en Faúndez Ledesma,
1O!IH, 1u'lf{. :12ó. JJ(,d.or, oh. cit., p1\gs. 472 y ss.
•17!) DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA COMISIÓN OOERAMERICANA 477

los Estados Partes en esta Convención", se sugiere que estos el parecer de la Comisión contenido en un informe se constituye
,·,¡Limos están obligados a respetar las indicaCiones contenidas en en "jurisprudencia" o "guía de interpretación", no caben dudas
un informe. respecto de la eficacia de las recomendaciones contenidas en ese
2) La Corte IDH: a través de sus pronunciamientos pueden documento.
identificarse dos períodos. En el primero, las recomendaciones Un retroceso se advierte en la causa "Acosta" 46 , donde, ante
carecerían de obligatoriedad, en tanto este término debe interpre- el pedido de aplicación de las recomendaciones contenidas en el
t.nrse "conforme su sentido corriente". Así lo expresó en dos senten- informe 55/97 de la Comisión IDH, la Corte Suprema de Justicia
<'ias: "Caballero Delgado y Santana e 1Colombia" (24/12/92) y "Genie de la N ación estimó que si bien el Estado argentino debe realizar
/,a cayo e 1Nicaragua" (27/1/97). En ambos casos la Corte aplicó la los mejores esfuerzos para dar respuesta favorable a las recomen-
rugla de interpretación contenida en el art. 31.1 de la Convención daciones de la Comisión, en modo alguno implica "consagrar como
dn Viena sobre el Derecho de los Tratados. deber de los jueces el de dar cumplimiento a su contenido". En
En el segundo período y con fundamento en la misma norma consecuencia, si el Estado no tiene el deber de cumplir una reco-
do la Convención de Viena, pero atendiendo al principio de la mendación, sus efectos jurídicos quedarían a criterio del propio
hrwna fe, dijo la Corte que si un Estado suscribe y ratifica un Estado, lo cual se contradice con la propia jurisprudencia del
tratado internacional, especialmente si es de derechos humanos, tribunal en el ya mencionado caso "Bramajo".
tiene la obligación de realizar sus mejores esfuerzos para aplicar
In:-; recomendaciones. Expuso este criterio en "Loayzay Tamayo el f) Mecanismos de seguimiento.
l'erú" (17/9/97, considerandos 78 a 82).
A partir del vencimiento del plazo otorgado en el informe
3) La Corte Suprema de Justicia de la Nación: desde la definitivo, el rol de la Comisión en la supervisión del cumplimiento
reforma constitucional de 1994, que jerarquizó ciertos tratados de las recomendaciones deviene más activo. El art. 51.3 CADH
internacionales sobre derechos humanos en el art. 75, inc. 22, se dice que ({... la Comisión decidirá ... si el Estado ha tomado o no las
ol>Herva una interpretación progresista, si bien con algunas varia- medidas adecuadas ... ", pero el art. 45 del Reglamento es más
dones que demuestran cierta dependencia de intereses ajenos a preciso cuando indica que " ...evaluará el cumplimiento ... con base
!oH objetivos del sistema de protección de los derechos humanos en la información disponible ... ", resultando del juego de ambas
qtu~ emana de los tratados. normas que la Comisión ha tenido que desarrollar algún tipo de
En "Giroldi" 4 4, dijo que "a esta Corte ... le corresponde ... en la seguimiento.
nrNlida de su jurisdicción, aplicar los tratados internacionales... A su vez, el art. 46 del Reglamento es más preciso aún al
ya que lo contrario podría implicar responsabilidad de la Nación analizar medidas específicas de seguimiento: a) solicitar informa-
fi·l'nte a la comunidad internacional". . , ción a las partes; b) celebrar audiencias; e) cualquier otra que
Previamente había definido que en razón de la Jerarqma considere oportuna. Además se autoriza a la Comisión a informar
con:-;titucional de la Convención Americana, la interpretación que " ... de la manera que considere pertinente sobre los avances en el
dt~ ella hicieran los tribunales internacionales debía "servir de cumplimiento ... ". Debe observarseque el art. 46 del Reglamento
l{llfa" para la misma tarea en los tribunales nacionales. obliga a la Comisión a supervisar el cumplimiento de sus reco-
Pero fue en la causa "Bramajo" 45 donde concedió efectos mendaciones, sin perjuicio de la facultad que en el mismo sentido
j uríd ieos concretos a las recomendaciones contenidas en los infor- le otorgan el art. 41, d, CADH y los arts. 52 y 111 de la Carta de
.IIWH de la Comisión. Dijo al respecto que "la opinión de la Comi- la OEA.
..:ití/1 ... debe servir de guía o jurisprudencia para nuestros tribuna-
!t'li t'/1. lo que atañe a la interpretación de los preceptos del Pac~o d~
81111 ,Jos(! de Costa Rica". Según los términos de esta sentencia, Sl

•14 "Uiroldi, Hora.cio g .'Y otro", CS.JN, 7/4/95, consid. 12, Fallos, 818:511.
4
4h "/Jmnurjo, llt•rnr'in ,/, ", CH,J N, 12/!)/!J(), eonHid. 15, FalloN, ;¡ HJ: 1H40. G "Acosta, Claudia", CSJN, 22112/98, Fallos, 321:3555.
178 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA COMISIÓN INTERAMERICANA 479

7. Medidas cautelares y medidas provisionales. Diferencias y semejanzas.

Las medidas cautelares derivan de normas reglamentarias. Existen diferencias y semejanzas entre medidas cautelares y
Efectivamente, es el Reglamento de la Comisión IDH el que la medidas provisionales.
faculta para disponer medidas cautelares (art. 25). Ya vimos que Las cautelares corresponden a facultades de la Comisión y
en casos de gravedad y urgencia la Comisión puede investigar e son por ello aplicables a todo tipo de peticiones o comunicaciones
incluso realizar una visita in loco aun frente a una petición incom- de modo que pueden disponerse en relación con todos los estado~
pleta o deficiente desde el punto de vista formal (ver punto 6). miembros de la OEA.
Pero el art. 25 del Reglamento introduce la posibilidad de Las medidas provisionales, en cambio, sólo resultan proce-
"adoptar medidas cautelares para evitar daños irreparables a las dentes respecto de estados partes en la Convención Americana
personas". Se trata de medidas extraordinarias de protección re- sobre Derechos Humanos que a su vez hayan reconocido la com-
queridas por la urgencia y gravedad de una situación de la que la petencia de la Corte Interamericana. Ello es así por dos razones:
Comisión tome conocimiento por sí o a petición de parte. Incluso, 1~ por9l~e está~ previstas en el texto de la Convención, cuyas
do no estar reunida la Comisión, su presidente está facultado para disposiCIOnes solo pueden aplicarse a los Estados que la han
tomar la decisión de otorgarlas. ~atlficado!, y 2) porq~~ no podría la Corte tener ningún tipo de
El Reglamento no especifica cuáles son esas medidas, siendo mtervencwn en relacwn con un Estado que no hubiera aceptado
tm este sentido una facultad muy amplia. Pero como su objetivo es su competencia.
In protección de las personas, en general se han implementado a Otra diferencia es el momento en que pueden implementarse,
través de pedidos de custodia, suspensión de la ejecución de una pues las cautelares son procedentes en cualquier circunstancia en
Hentencia de muerte, etcétera 47 • que 1~ Comisión lo considere necesario, en tanto las provisionales
Son meras recomendaciones, pero la Comisión tiene faculta- son dispuestas p.or la Corte en relación con los asuntos en que se
des para solicitar información a las partes interesadas sobre el encuentra conociendo y sólo excepcionalmente (si se lo solicita la
mmnto y el cumplimiento de las medidas ordenadas. Comisión) en los casos que aún no le han sido sometidos a estudio.
Contrariamente a las medidas cautelares, que resultan de Otra diferencia es su obligatoriedad, pues mientras las cau-
decisiones asumidas por la Comisión por su propia iniciativa o telares son meras recomendaciones, las provisionales dispuestas
eomo consecuencia de la petición de parte, la adopción de medidas por la Corte son obligatorias para el Estado.
prouisionales corresponde exclusivamente a la Corte, pudiendo Son similares, en cambio, en ~o que concierne a su propósito,
hneerlo a su iniciativa o a petición de parte cuando se trate de un que es proteger a las personas evitando que se consumen daños
IIMtmto en que la Corte se encuentra interviniendo. que no puedan luego ser reparados. Además ambas deben ser
Pero como la Comisión también puede solicitar a la Corte la transitorias. '
adopción de dichas medidas en relación con casos que aún no se
In hayan elevado y que estén siendo conocidos por la propia Comi- 8. Elevación del caso a la Corte.
Hión, entendemos que el análisis de ciertas particularidades resul-
t.n apropiado en este capítulo.
Ya vimos que transcurrido el plazo indicado por la Comisión
para que se ejecuten las recomendaciones contenidas en su informe
sin que se les haya dado cumplimiento, el órgano decidirá si remite
o no el 06\So a la Corte. El art. 44 del Reglamento, en consonancia
17 Muy interesante es el caso de "Digna Ochoa", en el que la Corte había con el ?rt. 51.~ CADH, ha establecido que para decidir que un caso
diHptwsto medidas provisionales en protección de la víctima, defensora de los no sera sometido a la Corte es necesario un pronunciamiento expre-
dt~l'l'ehos humanos en México y de otras personas, que habían sido amenazadas sado por la mayoría absoluta de los miembros.
do mlwrt.o por sus actividades. Se dispuso una custodia que dur6 varios meses.
LuM modidus fueron elicnees mientras duraron, siendo lovunLudns en ugost.o dc1 El ReglaJ?~;'lto estable~e.~lgunas pautas a las que debe suje-
:?.00 l. l~n oct.u\m1 dtl :l001 Dignu Oehon fu u USl'Rinndn. tarse esta deciswn: a) la posiciOn del peticionario; b) la naturaleza
,,'.·.·
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i
·IHO DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA COMISIÓN OOERAMERICANA 481
~~
y gravedad de la violación; e) la necesidad de desarrollar o aclarar CUADRO N° 2
·la jurisprudencia del sistema; d) el eventual efecto de la decisión
(~n los ordenamientos jurídicos de los Estados miembros, y e) la DENUNCIA DECLARADA ADMISIBLE
calidad de la prueba disponible. A pesar de estos indicativos, es
dil'ícil identificar cuáles son los criterios empleados por la Comi- Examen del asunto: exposiciones
Hiún al momento de decidir si un caso será o no elevado a la Corte. verbales o escritas. Informes
l•~ntendemos que ésta es una deficiencia del sistema que puede ser
Hllpcrada a través de la propia jurisprudencia de la Corte IDH.
Recordemos que también el Estado puede decidir per se some-
Lm el caso a la Corte IDH. En este punto, la Convención no es clara
n~Rpecto de si debe ser el o los Estados involucrados en el asunto
o cualquier otro. De todos modos, hasta la fecha ningún Estado ha
:·10licitado la elevación de un caso a la Corte.
En cuanto al peticionante, ya vimos que no está legitimado Informe preliminar (art. 50 CADH)
para acceder a la Corte, pero será consultado sobre si tiene o no Recomendaciones y proposiciones
interés en hacerlo, según el art. 43.3 del Reglamento.

PROCEDIMIENTO ANTE LA CoMISióN

CUADRO N° 3
ÜPCIONES CUANDO NO HUBO SOLUCIÓN AMISTOSA

1Si el asunto no ha sido solucionado .. ·l

1
1 l
Someter el asunto a la Corte Emitir su opinión y
Puede hacerlo: conclusiones.
• b) lael Comisión,
a)
interesado
o Hacer recomendaciones .
Fijar un plazo

•<••<
Declara
:tdmiHihilidacl
J
-~·-~-r~,..,.--·----~---~
1
Vencido el plazo: 1
Informe definitivo (art. 51 CADH)

:11 • Der!'c:lw l'rtJC'<'Nrtl Constitucional.


·1H2 DE RECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL

INJ•'ORMES DE LA CoMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

'/'ralada Reglamento Tipo de informe

Art. 41 Art. 57
¡
Informe gral. s/hemisferio americano
Informe especial por países
Informe anual Informes individuales
Estado de seguimiento
Estado de las ratificaciones
CAPÍTULO

EL PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE


INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
XVII

Art. 49 Art. 41 Informe definitivo por solución amistosa (se publica)

Art. 50 Art. 43 Informe preliminar (transitorio)~ Recomendaciones por


J ',.Proposiciones
3 meses (confidencial) ANDREA GUALDE 1
J
Art. 51 Art. 45 Informe definitivo [ Opinión
Conclusiones
Recomendaciones
l. Introducción.

Art. 46 Seguimiento--~ Publicidad Es el propósito del presente trabajo describir el funciona-


miento de los procesos que tramitan ante la Corte Interamericana
de Derechos Humanos.
Para ello, es menester ubicar tales procesos en el contexto del
sistema interamericano de protección.
En ese sentido, se abordará en primer término el tratamien-
to de los órganos de protección creados por la Convención Ame-
ricana sobre Derechos Humanos, en particular las competencias
consultiva y contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos.
Luego de describir el procedimiento ante ese tribunal según
está previsto en su Reglamento, se dejarán planteadas algunas
cuestiones que -si bien se relacionan con el procedimiento con-
tencioso- se considera, por su entidad, necesario tratarlas sepa-
radamente. Nos referiremos en especial al régimen de la prueba,
al alcance de las reparaciones, a las características de los fallos de
la Corte Interamericana y a las particularidades que reviste el
procedimiento de solución amistosa cuando un caso se encuentra
..
en la jurisdicción de la Corte .

1
Máster en Derecho Administrativo (UA). Se desempeñó como abogada a
cargo del área internacional de la Procuración del Tesoro de la N ación. En ejercicio
do eRe cargo representó a la República Argentina ante la Corte Interamericana
do Derechos Humanos. ·
184 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
EL PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE INTERAMERICANA
11¡
Una vez más, esta labor no tiene otra ambición que sistema-
tizar ciertos aspectos centrales del procedimiento ante la Corte o queja de violación de la Convención cometida por un Esta"
Parte 2 • ~~
Interamericana, en el marco del sistema de protección de derechos
humanos, así como la doctrina y las palabras de la propia Corte. La Comisión estudia la admisibilidad de la presentacióñ
conformidad con los requerimientos que a esos fines enunc¡aijl
art. 46 de la Convención. 1[

2. La Convención Americana sobre Derechos Humanos. En el caso de que la Comisión reconozca la admisibilidaQ
la petición, se da vista al gobierno del Estado responsable Q¡ijl
La Convención Americana sobre Derechos Humanos fue sus- violación alegada con el objeto de que informe sobre ello dentr Ja
eripta en San José de Costa Rica el 22 de noviembre de 1969 y un plazo razonable 3• 11

ontró en vigor el 18 de julio de 1978. Recibida la respuesta, la Comisión examina el caso, iny~ .
El sistema interamericano de protección de los derechos ga, pide asistencia al estado parte y se pone a disposición d~11 ·
humanos está compuesto por dos órganos, de acuerdo con lo esta- partes para lograr una solución amistosa 4• a1

l>lc~cido en la Parte II de la Convención: la Comisión Interameri- Si se arriba a una solución, la Comisión redacta un infor
eana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Dere- que se transmite a las partes y al secretario general de la O~~~
chos Humanos. Si no se acuerda una solución, la Comisión emitirá un¡ñt
La República Argentina manifestó su consentimiento en obli- me con los hechos y las recomendaciones para el caso. El infor 11•
gnrse por la Convención Americana sobre Derechos Humanos el será transmitido al Estado, quien no se encuentra facultadop~l
14 de agosto de 1984, compromiso que devino efectivo el 5 de
publicarlo 6 • a

HupLiembre de 1984 con el depósito del instrumento de ratificación Por último, si en un período de tres meses no hay solucióñ.
se decidió someter el caso a la Corte por parte de la Comisión ij~
1\11 la Secretaría General de la Organización de Estados America-
rws (OEA). Estado, la Comisión puede presentar su opinión y las recome~QI[
0
Asimismo, en ese instrumento la República Argentina reco- dones que considere pertinentes fijando un plazo para su cu~~r
noció la competencia de la Comisión Interamericana de Derechos miento. .1·

llrrmanos y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos por Transcurrido este período, si el Estado no cumple las t~
t.it•mpo indefinido y bajo condición de estricta reciprocidad, sobre mendaciones, la Comisión decidirá si hace público su informe;1:
loH euHoR relativos a la interpretación y aplicación de la citada eleva el caso a la Corte ~nteramericana de Derechos Human ;1
( :orlVI~neión.
Ello , de conformidad con el art. 45 de la Convención, que
La Corte Interamencana de Derechos Humanos, tal co~01 ·
establece su Estatuto, es una institución judicial autónoma c11 1
1•HLnhlocu que es necesario que todo Estado Parte declare que objetivo es la interpretación y aplicación de la Convención~~4
roconoce la competencia de la Comisión para recibir y examinar ricana sobre Derechos Humanos. 1'

lnH comunicaciones sobre violaciones a la Convención, y con el art. Esa honorable Corte ejerce una función jurisdiccional oc
m:l, que insta a los Estados Partes a reconocer como obligatoria de tenciosa regida por las disposiciones de los arts. 61, 62 y 63 ct 11' '
11lmw derecho y sin convención especial la competencia de la Convención, y una función consultiva de conformidad con el 1a la
( ~ortn. 64 de la Convención. t

La Convención Americana sobre Derechos Humanos fue in-


I'OI"JHH'ada expresamente a la Constitución Nacional argentina a
pnrl.i r de la reforma de 1994 con jerarquía constitucional.
1)e acuerdo con la Convención, el procedimiento interameri- 2
Ver art. 44 de la Convención.
l'llllo de protección de los derechos humanos se inicia con la 3
Ver art. 48.a-e de la Convención.
pdidón ante la Comisión de cualquier persona o grupo de per- 4
Ver art. 48.f de la Convención.
6
HOilllH o entidad no gubernamental legalmente reconocida en uno 6
Ver art. 49 de la Convención.
dn loH EHt.ndoH Miembros do la OEA que contenga una denunc.ia Ver art. 50 de la Convención.
7
Ver urt. 51 de la Convención.
DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE OOERAMERICANA 485

Una vez más, esta labor no tiene otra ambición que sistema- o queja de violación de la Convención cometida por un Estado
t.i:wr ciertos aspectos centrales del procedimiento ante la Corte Parte 2 •
In ter americana, en el marco del sistema de protección de derechos La Comisión estudia la admisibilidad de la presentación de
!rumanos, así como la doctrina y las palabras de la propia Corte. conformidad con los requerimientos que a esos fines enuncia el
art. 46 de la Convención.
En el caso de que la Comisión reconozca la admisibilidad de
2. La Convención Americana sobre Derechos Humanos. la petición, se da vista al gobierno del Estado responsable de la
violación alegada con el objeto de que informe sobre ello dentro de
La Convención Americana sobre Derechos Humanos fue sus- un plazo razonable 3 •
cripta en San José de Costa Rica el 22 de noviembre de 1969 y Recibida la respuesta, la Comisión examina el caso, investi-
t•ntró en vigor el 18 de julio de 1978. ga, pide asistencia al estado parte y se pone a disposición de las
El sistema interamericano de protección de los derechos partes para lograr una solución amistosa 4 •
hu manos está compuesto por dos órganos, de acuerdo con lo esta- Si se arriba a una solución, la Comisión redacta un informe
bb:ido en la Parte II de la Convención: la Comisión Interameri- que se transmite a las partes y al secretario general de la OEA 5 .
('Hna de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Dere- Si no se acuerda una solución, la Comisión emitirá un infor-
dws Humanos. me con los hechos y las recomendaciones para el caso. El informe
La República Argentina manifestó su consentimiento en obli- será transmitido al Estado, quien no se encuentra facultado para
glli'HC por la Convención Americana sobre Derechos Humanos el publicarlo 6 •
1ti de agosto de 1984, compromiso que devino efectivo el 5 de Por último, si en un período de tres meses no hay solución ni
Mnptiembre de 1984 con el depósito del instrumento de ratifica~ión se decidió someter el caso a la Corte por parte de la Comisión o del
t•n la Secretaría General de la Organización de Estados Amenca- Estado, la Comisión puede presentar su opinión y las recomenda-
no~:~ (OEA). ciones que considere pertinentes fljando un plazo para su cumpli-
AHimismo, en ese instrumento la República Argentina reco- miento.
nocití la competencia de la Comisión Interamericana de Derechos Transcurrido este período, si el Estado no cumple las reco-
llumanos y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos por mendaciones, la Comisión decidirá si hace público su informe y si
t.it•mpo indefinido y bajo condición de estricta reciprocidad, ~obre eleva el caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos 7 •
IoM cuHoH relativos a la interpretación y aplicación de la citada La Corte Interamericana de Derechos Humanos, tal como lo
( :miVt~nción. establece su Estatuto, es una institución judicial autónoma cuyo
l•:llo de conformidad con el art. 45 de la Convención, que objetivo es la interpretación y aplicación de la Convención Ame-
IIHI.ubloct; que es necesario que todo Estado Parte declare que ricana sobre Derechos Humanos.
rt•corwet~ la competencia de la Comisión para recibir y examinar Esa honorable Corte ejerce una función jurisdiccional o con-
lnH wmunicaciones sobre violaciones a la Convención, y con el art. tenciosa regida por las disposiciones de los arts. 61, 62 y 63 de la
o~. quo insta a los Estados Partes a reconocer como obligatoria de Convención, y una función consultiva de conformidad con el art.
pltHJO derecho y sin convención especial la competencia de la 64 de la Convención.
( :ort.n.
1,a Convención Americana sobre Derechos Humanos fue in-
¡·urporada expresamente a la Constitución Nacional argentina a
pmt.i r ek la reforma de 1994 con jerarquía constitucional. •
1><~acuerdo con la Convención, el procedimiento interameri- 2
Ver art. 44 de la Convención.
3
t·nrro d<~ protección de los derechos humanos se inicia con la 4
Ver art. 48.a-e de la Convención.
pot.ici6n ante la Comisión de cualquier persona o grupo de pcr- Ver art. 48.f de la Convención.
6
Ver art. 49 de la Convención.
notlltH o mlLidnd no g·ubernamcnt.nllegnlmcntc reconocHin en uno n Ver art. 50 de la Convención.
do loH r·:~-d.udoH Mit•nlhroH do lu ()Ji:/\ quo contenga unn dnnuncin 1
' Vor urt. 51 de In Convención.
486 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE OOERAMERICANA 487

a) La regla del agotamiento previo de los recursos tarlos, y haya retardo injustificado en la decisión sobre los mencio-
internos y el sistema interamericano de protección. nados recursos" 10 •
En palabras de la Corte, la regla del previo agotamiento de
"Es una regla bien establecida del Derecho Internacional que, los recursos internos en la esfera del derecho internacional de los
antes de iniciar procedimientos internacionales, los remedios loca- derechos humanos, tiene ciertas implicancias que están presentes
les previstos por los Estados deben haberse agotado. Esto es para, en la Convención. En efecto, según ella, los estados partes se
¡){)r un lado, permitir al Estado tener la oportunidad de revisar los obligan a suministrar recursos judiciales efectivos a las víctimas
ac:tos ilegítimos dentro de su sistema legal y, por el otro, reducir el de violación de los derechos humanos (art. 25), recursos que deben
número de reclamos internacionales que pueden ser iniciados. Si ser sustanciados de conformidad con las reglas del debido proceso
los reclamos pudieran ser iniciados por individuos o compañías legal (art. 8.1), todo ello dentro de la obligación general a cargo de
después de la alegada violación y antes de que el Estado respon- los mismos Estados, de garantizar el libre y pleno ejercicio de los
sable tenga la oportunidad de rectificarlos, recargaría el sistema derechos reconocidos por la Convención a toda persona que se
internacional y a la vez resultaría vejatorio. Otro elemento, por encuentre bajo su jurisdicción (art. 1). Por eso, cuando se invocan
supuesto, es el respeto acordado a la soberanía y la jurisdicción de ciertas excepciones a la regla de no agotamiento de los recursos
los Estados extranjeros de no precluir la operación de sus sistemas internos, como son la inefectividad de tales recursos o la inexisten-
legales" 8• cia del debido proceso legal, no sólo se está alegando que el agra-
La lectura de la cita que precede permite advertir que la ratio viado no está obligado a interponer tales recursos, sino que indi-
do la regla del agotamiento de los remedios internos reside en la rectamente se está imputando al Estado involucrado una nueva
necesidad de articular eficientemente el sistema del Derecho In- violación a las obligaciones.
ternacional y del Derecho local de los Estados. La inexistencia de recursos internos efectivos coloca a la
Es del caso poner de manifiesto que la Comisión podrá admi- víctima en estado de indefensión y explica la protección interna-
tir una petición siempre que "se hayan interpuesto y agotado los cional. En esos casos no solamente es aplicable el art. 37.3 del
recursos de jurisdicción interna, conforme a los principios del Reglamento de la Comisión, a propósito de la carga de la prueba,
/Jaecho Internacional generalmente reconocidos; sea presentada sino que la oportunidad para decidir sobre los recursos internos
rll'nlro del plazo de seis meses, a partir de la fecha en que el debe adecuarse a los fines del régimen de protección internacio-
fil"t'iHtnto lesionado en sus derechos haya sido notificado de la nal11.
dt•cisión definitiva; la materia de la petición o comunicación no No obstante lo dicho, el mantenimiento de este principio en
t•slt' pendiente de otro procedimiento de arreglo internacional, y la Convención permite inferir que, a diferencia de otras admisiones
que en el caso del art. 44 la petición contenga el nombre, la de jurisdicción internacional, "la apertura de jurisdicción admi-
llfiC"Íonalidad, la profesión, el domicilio y la firma de la persona o tida por la República Argentina en el marco de la Convención
Jll'rsonas o del representante legal de la entidad que somete la Americana sobre Derechos Humanos no inhibe la posibilidad del
¡w l ic: ión" 9 • control previo de constitucionalidad por parte de los tribunales
El principio del previo agotamiento de los recursos internos nacionales" 12 •
110 se aplicará cuando "no exista en la legislación interna del
/t,'slado de que se trata el debido proceso legal para la protección del
r!t•rcclw o derechos que se alega han sido violados; no se haya 10 Ver art. 46.2 de la Convención.
11
¡u•mJ.itido al presunto lesionado en sus derechos el acceso a los Cardona Llorens, Jorge, "La Función Contenciosa de la Corte Interame-
ricana de Derechos Humanos. Consideraciones sobre la naturaleza jurídica de la
n't"JI/"sos de la jurisdicción interna, o haya sido impedido de ago- función contenciosa de la Corte a la luz de su jurisprudencia", en El Sistema
Interamericano de Protección de los Derechos Humanos en el Umbral del Siglo XXI,
Memoria del Seminario, noviembre de 1999, t. I, Corte Interamericana de
Derechos Humanos, 2001, San José de Costa Rica, pág. 321.
H Shnw, Mnlcolm N., lnlemational Law, l9~J7, Cambridge Univct·Aity Pl"llHI<I, 12 Hosatti, Horacio Daniel, "Los tratados bilaterales de inversión, el arbitraje
I"'R· G!i7. inlcmncional obligatorio y el sistema constitucional argentino", La Ley, 15 de
11
Vor url.. !J<i.l do In ConvPm:i6n. octubro do 200:1, púg. 4.
EL PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE INTERAMERICANA 4Hll
-188 DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL

De igual modo que la exigencia del requisito de agotamiento dose en ese texto, y actuando de conformida~d con lo_ que es la
de los recursos internos como condicionamiento para la admisibi- práctica usual de las entidades de protección mternacwnal de. los
1iclad de las denuncias o peticiones formuladas contra los Estados derechos humanos, la Corte ha interpretado de maner~ ampl~a Y
!\Videncia "el carácter subsidiario del sistema de protección ameri- extensiva su competencia consultiva, de modo que la mLsm~ sLrva
cano respecto de la obligación primaria de los Estados de respetar para asegurar de la manera más eficiente los fi_nes del sLstema
y garantizar los derechos humanos" 13 • regional de protección, particularmente la garantw Y e! r~sp:to.~e
los derechos humanos de las personas sometidas a la JU.ns_dLccwn
b) La competencia consultiva y la competencia con- de los Estados mnericanos y el apoyo a éstos en el cumphmLento de
. l . "16
tenciosa de la Corte Interamericana de Derechos sus obligaciones internacwnales en ~ mc:t~na · .,
Por su parte, se ha dicho que el eJerciCIO de la funcw:r: co?s':l-
Humanos.
tiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos es JUriSdic-
1) La competencia consultiva. cional de conformidad con lo dispuesto en el art. 64 de la Conven-
17
ción y' en el art. 1 del Estatuto de la Corte • • •
La Convención Americana atribuye a la Corte, además de la La propia Corte ha señalado que la competencia co:r:sul.b~a
eompetencia primordial de resolver los casos contenciosos que se "crea un sistema paralelo al del art. 62 y ofrece un método ]UdLcwl
presenten ante ella y que virtualmente implican la potestad de alterno de carácter consultivo, destinado a ayudar C: los Estados Y
omitir sentencias de condena por violaciones a la misma Conven- órganos a cumplir y a aplicar tr~tados en rr:atena de .der~chos
ción, la facultad de responder consultas que le sean formuladas humanos sin someterlos al formahsmo y al sLstema de sancwnes
1l<mtro del marco del art. 64 14 • que caracteriza el proceso contencioso. 8_e,ría, por lo tar:to, ~or:tra­
En relación con la materia que puede someterse a consulta dictorio con el objeto y fin de la Convencwn y ~~n las dLsposLCL~nes
unte la Corte, el propio tribunal estableció que "no existe ninguna pertinentes de ésta, adoptar una interpretacwn que sometena el
razón para excluir, previa y abstractamente, que pueda solicitarse art. 64 a los requisitos exigidos por el art. 62 en_ cuanto a la
di' la Corte, y ésta emitir, una consulta sobre un tratado aplicable competencia, restándole así la utilidad que se ~e qwso dar, por ~l
a un Estado americano en materia concerniente a la protección de solo hecho de que pueda existir una controversw sobre la dLsposL-
lns daechos humanos, por el solo hecho de que sean también partes ción implicada en la consulta" 18•
dt• dicho tratado, Estados que no pertenecen al sistema interame- Por su parte, la Corte, tanto en su Reglam~n~o ~~mo en sus
I'Í('(fiiO, o de que no haya sido adoptado dentro del marco o bajo los sentencias y opiniones consultivas, ha he~ho la d1st~ncwn entre su
ttlls¡Jicios de éste" 15• competencia contenciosa y su con:petencw cons;tlbva. En_ ambos
En este sentido, la doctrina afirma que "la Corte lnterameri- supuestos, interpreta la Convencwn y afirma como debe ser, rec-
mwt, ha sido dotada de una muy amplia función jurisdiccional tamente aplicada, como órgano. competente ~~ra hac~;lo, segun la
t•onsultiva por el art. 64 del Pacto de San José. Más aún, apoyán- Convención. En tal sentido, dice lo que es derecho , o en otros
términos, ejerce la juris dictio 19•

11
: Conforti, Benedetto, Derecho Internacional, Zavalía, Buenos Aires, 1995,
pilg. 2:17.
11
' Art. 64: l. Los Estados Miembros de la Organización podrán consultar a
lu ! ~orto acerca de la interpretación de esta Convención o de otros tratados
c·o¡u:oruientes a la protección de los derechos humanos en los Estados Americanos. ts.,Nikken, Pedro, "La Función Consultiva de la Corte ~~teramericana de
ÁllillliKmo, podrán consultarla, en lo que les compete, los órganos enumerados en Derech~s Humanos" en El Sistema Interamericano de Proteccwn de los Derechos
n 1 «'11 pf tu lo X de la Carta de la Organización de los Estados Americanos, reformada Humanos en el Umbral del Siglo XXI cit., t. I, pág. 171.
11 Aprobado mediante Resolución 448 adoptada po~ la Asam~lea General de
por cd Protocolo de Buenos Aires.
1.a <:orto, a solicitud de un Estado Miembro de la Organización, podrá darlo la Organización de Estados Americanos en su noveno penodo de seswnes celebrado
opinionoRucerca de la compatibilidad entre cualquiera de sus leyes internas y loA en La Paz, Bolivia, en octubre de 1989. .
uu•neionndoR instrumentm; intornncionnles. JH Opini6n Consultiva OC-3/83 del 8 de septiembre de 1983.

In Opini6n ConRtlil.ivn OC-IIH2 do! 2tJ do Hoptiombro do 19R2. 111 Nil<lten, Pedro, op. cit., pág. 173.
490 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE OOERAMERICANA 491

2) La competencia contenciosa. penalmente al Estado demandado. "La Corte no es un tribunal


penal en el sentido de que en su seno pueda discutirse la respon-
. ~-a competenc~a contenciosa de la Corte no tiene por objeto la sabilidad penal de los individuos" 23 •
r?v1s~on de las legislaciones nacionales en abstracto, sino que es
u.Jercida para.resolver casos concretos en que se alegue que un acto
del Estado, eJecutado contra personas determinadas es contrario 3. La competencia contenciosa de la Corte.
a la Convención 20 • '

El estándar para medir la responsabilidad internacional de a) Los principios generales del Derecho Internacional
los Est~dos fue ,?onsagrado por la propia Corte desde antiguo, en de los Derechos Humanos aplicables al procedimiento
d lcadmg case Velázquez Rodríguez" 2 1 • ante la Corte.
. E:r: efecto, y en los términos de la Corte, lo decisivo es dilu-
crd:~r SI una determinada violación a los derechos humanos reco- Antes de iniciar el estudio del procedimiento ante la Corte, es
rwcidos por la Convención ha tenido lugar con el apoyo o la menester formular algunas consideraciones liminares sobre los
tolerancia del poder público o si éste ha actuado de manera que la principios rectores del sistema de protección de derechos humanos
~.ransgresión se haya cumplido en defecto de toda prevención o en la inteligencia de que informan todo el tránsito de un caso
tmpunemente. En definitiva, se trata de determinar si la violación llevado a conocimiento de la Corte Interamericana.
11 loH, derechos humanos resulta de la inobservancia por parte de Ni el Derecho del que surge y que aplica la Corte tiene las
un bstado de s~s deberes de respetar y de garantizar dichos mismas características que el Derecho Internacional tradicional,
dm·echos, que le Impone el art. 1.1 de la Convención. ni la función tradicional de la Corte es asimilable a la función
El Es~ado está obligado a investigar toda situación en la que contenciosa de un tribunal internacional clásico y, mucho menos,
H~l- hay~n vwlado los derechos humanos protegidos por la Conven- como se ha dicho, a la función de un tribunal penal.
eron. S~ el aparato del Estado actúa de modo que tal violación Es por ello que la Corte Interamericana afirma que "la evo-
que~le Impune y D:o se restablezca, en cuanto sea posible, a la lución del <<Derecho americano» en la materia es una expresión
~ídunn ?n la plemtud de sus derechos, puede afirmarse que ha regional de la experimentada por el Derecho Internacional contem-
tlleum pltdo ~1 deber de garantizar su libre y pleno ejercicio a las poráneo y en especial por el de los Derechos Humanos, que presenta
JHH'Honus SUJetas a su jurisdicción. hoy algunos elementos diferenciales de alta significación con el
"Hn ciertas circunstancias puede resultar difícil la investiga- Derecho Internacional clásico" 24 •
l,'itín d~· lwclws que atenten contra derechos de la persona. La de
tiiiii'Nftgar ~s, como la de prevenir, una obligación de medio o
t,"r 1 111fW('Ütll.t~ento que no es incumplida por el solo hecho de que la 23 Caso "Velázquez Rodríguez", sentencia del 29 de julio de 1998, Serie C, no

11/twslJ~acwn no produzca un resultado satisfactorio" 22 • 4 134· Caso "Suárez Rasero", sentencia de 12 de noviembre de 1997, Serie C, no
Frnalmente, debe distinguirse la función contenciosa de la 3S, párr. 37; caso "Paniagua Morales y otros", párr. 71; caso "Cesti Hurtad~",
sentencia del 29 de septiembre de 1999, Serie C, no 56, párr. 108; Llorens, op. cit.
<~orto lnteramericana de la de un tribunal penal que pueda juzgar 24 Interpretación de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
". lnH personas que realizaron materialmente las presuntas viola- Hombre en el marco del art. 64 de la Convención Americana sobre Derechos
l'tOtii'H de los derechos humanos de la víctima. La Corte no juzgn Humanos, Opinión Consultiva OC-10/89 del14 de julio de 1989, solicitada por el
gobierno de la República de Colombia, Serie A, no 10, párr 38. Entre las
manifestaciones de esa diferencia la Corte señala expresamente: "Es así como, por
"" ('·I~Ho. "Gr~/Ue
. L acayo, Excepciones Preliminares", sentencia del27 de otwro ejemplo, la obligación de respetar ciertos derechos humano~ esen~iales es consi-
d., 1!l!Hí_.S!!rw C:, n". 21, párr. 50. Ver tu rubión Responsabilidad internacional por derada-I1oy como una obligación erga omnes (Barcelona Tractwn, L1ght and Power
,. 'l"'t!H'IOny apl!cactón de leyes violatorias de la Convencil!n (arts. Jy 2, Convención Company, Limited, Second Phase, Judgement, ICJ Reports, 1970, pág. 3). En la
i\nlt'l'll'lllln sobre Derechos Humanos), Opinion ComHJitivn OC-1 0/~)4 dol !J d 11 miHma linea de pensamiento ver también Legal Consequences for S~ates of ~he
du·wrnlwo (lo HHltl, flel'io A, n" ltl fliÍIT. IJH· LloronH <l!J ('l.t eont.inued Presence of SouthAfrica in Namibia (South WestAfrica)notw1thstandmg
~J
:•. "Vt·lr~Z!{III'Z Uotlrl¡.t,tll•z", HOJll.onciu dol 2f) do julio do IDDH, ~orio e n" 4.
' ' , . ' • ' •
Howril.y eonncil Hcsolution 276 (1970) ICJ Reports, 1971, pág. 16, ad 57; cfr.
.~ "Vt•lazt¡rwz llodrfRIII'.l" <'it..; cnHo "Surl.rt•:t UoNt•m", Honi.!IIICiu do' 12 d11 U ni Lod Htutos lliplomatic nncl Consular Staffin Teheran, Judgement, ICJ Reports,
IICIVilllllhl'l• do 1!)!)7, H<•l'io e, n" :1/í, Jll~l'l'. :17. I!JHO, pi\¡.¡. :1, ud. 42". Llorons, op. cit.
,
192 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
EL PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE lNTERAMERICANA 493

A diferencia del derecho internacional público, el derecho Y para que el caso pueda ser sometido a la Co~t~,- es necesario
internacional de los derechos humanos no rige las relaciones entre que sean agotados los procedimientos ante la Comiswn Interame-
iguales; opera precisamente en defensa de los ostensiblemente ricana, previstos en los arts. 48 a 50.
más débiles y vulnerables: las víctimas de violaciones a los dere-
chos humanos. En las relaciones entre desiguales, se· posiciona en 1) Algunas cuestiones generales.
defensa de los más necesitados de protección. No busca obtener un
equilibrio abstracto entre las partes, sino más bien remediar los El Reglamento 28 dispone que la Corte cele?ra ~es_iones ?rdi-
~~rectos del desequilibrio y de las disparidades en la medida en que narias en las fechas que decida en su sesión ordn:ana mmediat~­
afectan los derechos humanos. No se nutre de las concesiones de mente anterior y que, bajo circunstancias excepciOnales, el presi-
la reeiprocidad, sino que se inspira más bien en las consideracio- dente, en consulta con la Corte, podrá modificar las fechas 29 •
nes de ordre public en defensa de intereses comunes superiores. Las audiencias son públicas y tendrán lugar ~n la sede de }a
Es un verdadero derecho de protección, marcado por una lógica Corte, aunque también bajo circunstancias excepciOnales p~dran
propia, y dirigido a la salvaguardia de los derechos de los seres celebrarse audiencias privadas o fuera de su sede, decidie?do
humanos y no de los Estados 25 . quiénes podrán asistir a el~as. La deliberación se :ealiza en pnva-
En otros términos, "desde el punto de vista, y considerando do y tiene carácter secreto ·30 • El Reglamento preve que el tnbunal
IJIIe fue diseñada para proteger los derechos fundamentales del se integre con un juez ad hoc elegido por el Estado demandado 31 •
hombre independientemente de su nacionalidad, frente a su propio En cuanto a la representación ante la Corte, los Estados son
11,'stado o a cualquier otro, la Convención no puede ser vista sino co- representados por un agente que puede ser. a~istido por las_per_s_o-
l/lo lo que ella es en realidad: un instrumento o marco jurídico mul- nas que éste elija. El Reglamento prevé asimismo la acredlt~cwn
1i lateral que capacita a los Estados para comprometerse a no violar de un agente alterno para que asista al agente en sus funcwnes
los derechos humanos de los individuos bajo su jurisdicción" 26• . t empora1es 32 .
y lo sup l a en ausencias
Destacada doctrina ha incluso calificado las derivaciones de Por su parte, la Comisión será representada por los delegados
tules principios rectores como cláusulas pétreas de la protección que al efecto designe y asistida por cualquier persona de su elec-
•' 33
internacional del ser humano: a saber, el acceso directo de los CIOn' . • .,
individuos a la justicia a nivel internacional y la intangibilidad de · Respecto de la representación, cabe señalar una mr:ovacwn
lu jul'iHdicción obligatoria de los tribunales internacionales de que trajo la modificación efectuada al Regl~n:ento en el ano 1996,
d11rncho¡,¡ humanos 27 • cual es la participación de las presuntas v1ctlmas. Como se desa-
rrollará más adelante, ésta es la cristalización de uno de los
lJ) Descripción del procedimiento dispuesto en el Re- principios rectores del derecho internacional de los d_e~~ch.os ~~­
glamento de la Corte. manos, esto es, el reconocimiento del derecho de petlcwn mdivi-
dual.
De conformidad con el art. 61.1 de la Convención, sólo la En efecto de conformidad con el art. 23 del Reglamento,
ComiHión y los Estados Partes pueden someter un caso a decisión después de admitida la demanda, _las presuntas _víctimas, s';s
do la Corte. familiares o sus representantes debidamente acreditados podran

~~1 ClDH, caso "Blalle", sentencia del 24 de enero de 1998, págs. 5 y ss.
2s Aprobado por la Corte en su XLIX período ordinario de sesiones celebrado
~' ltl e/(~cto de las reservas sobre la entrada en vigencia de la Convención
1\n~e•rimna sobre Derechos Humanos (arts. 74 y 75), Opinión Consultiva OC-2/82 del l6eal 25 de noviembre de 2000 y reformado parcialmente por la Co~t~ en su
dPI :l·1 do HopLiembre de 1982, Serie A, n• 2, párr. 33. Llorens, op. cit. LXI período ordinario de sesiones celebrado del 20 de noviembre al4 de d1crembre
~·, Cnnr;ndo Trindade, Antonio Augusto, "Las cláusulas pétreas de lu protoc- ele 2004.
~,, Ver art. 11 del neglamento.
l'i(IIJ intornncional del ser humano: el acceso directo de los individuos ulnjuRiiein
n nivol int.ornnc:ional y la intan¡.:ibilidnd do lu juriHdieción obligatoria do l011 :en Vor nrt. 14 del Heglnmento.
:11 Vm· arl. 1H d!!l H.!•glament.o.
l.rihiiiiiiiiJH intornucionuloH eJe doroehos hlllllUllOR", Oll fi:/ 8t:stenw fnll•tanwricano
a~ V!•l' nrt 21 dol Ht<glunwuto.
clt• l'mt,•r·ciún d1• lrm !>t·n~dw.•r llrl/lr(L//0/1 mr. l'l llmhml dt•l 8i¡.(/o XXI ciL, L. l.
:c:c Vt•l' "''L 22 dt•l Ht•glurut•nLo.
-194 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE lNTERAMERICANA 495

presentar sus solicitudes, argumentos y pruebas en forma autóno- con la demanda se acompañará un informe si es la Comisión la
ma durante todo el proceso. que la introduce 35 •
El art. 36 del Reglamento posibilita que la presunta víctima,
2) Medidas provisionales. sus familiares o sus representantes debidamente acreditados,
cuenten con un plazo improrrogable de dos meses para presentar
El art. 25 del Reglamento posibilita que en cualquier estado autónomamente a la Corte sus solicitudes, argumentos y pruebas.
del procedimiento, siempre que se trate de casos de extrema El procedimiento prevé que el Estado oponga excepciones
gravedad y urgencia, y cuando sea necesario para evitar daños preliminares (v.gr., a la competencia de la Corte ratione temporis
irreparables a las personas, la Corte, de oficio o a instancia de o ratione personae), las que deberán presentarse con el escrito de
parte, podrá ordenar las medidas provisionales que considere contestación de la demanda 36 • Esta presentación no suspende el
Jl<)rtinentes, en los términos del art. 63.2 de la Convención. procedimiento en cuanto al fondo ni los plazos. La Corte puede
Por su parte, si se tratara de asuntos aún no sometidos a su fijar una audiencia especial para las excepciones, así como resol-
conocimiento, la Corte podrá actuar a solicitud de la Comisión. ver en una sola sentencia tanto las excepciones, preliminares
En los casos contenciosos que ya se encuentren en conoci- como el fondo del caso.
miento de la Corte, las víctimas o las presuntas víctimas, sus El término impuesto para la contestación de la demanda es
fiuniliares o sus representantes debidamente acreditados, podrán de cuatro meses siguientes a su notificación 37 •
prosentar directamente a ésta una solicitud de medidas provisio- Respecto de las pruebas, serán admitidas si se ofrecen en la
lulles en relación con los referidos casos. demanda, en su contestación o en el escrito de excepciones preli-
La solicitud de medidas provisionales es notificada al Estado minares y en su contestación. En momentos distintos de los men-
que presentará su informe, y los beneficiarios y la Comisión pre- cionados, la Corte puede admitir una prueba presentada si alguna
Hentarán asimismo las observaciones que amerite el informe del de las partes alega fuerza mayor o impedimento grave 38 •
1 4~stado. La Corte, o su presidente si ésta no estuviera reunida,
podrá convocar a las partes a una audiencia pública sobre las 4) Procedimiento oral.
medidas provisionales.
Finalizada la etapa escrita, el presidente de la Corte señalará
La Corte incluirá en su Informe Anual a la Asamblea General
la fecha de apertura del procedimiento oral y fijará las audiencias
tllln relación de las medidas provisionales que haya ordenado en
que sean necesarias, las que, como ya se manifestó, serán públi-
ol porfodo del informe y, cuando dichas medidas no hayan sido cas, por principio general 39 •
d<1hidumcnte ejecutadas, formulará las recomendaciones que esti- En la audiencia, es quien dirige el debate, determinando el
mo pertinentes.
orden en que harán uso de la palabra las partes, pudiendo en todo
:l) Procedimiento escrito. momento cualquiera de los jueces formular las preguntas que
estimen pertinentes a toda persona que comparezca.
El procedimiento escrito se m1c1a con una demanda, que Los testigos y peritos citados podrán ser interrogados por las
dobe expresar las pretensiones (incluidas las referidas a las partes y por el tribunal, quedando a discreción del presidente la
rPpnrnciones y costas); las partes en el caso; la exposición de los resolución de incidencias durante los interrogatorios 40 •
lu·dws; las resoluciones de apertura del procedimiento y de admi-
tlihilidad de la denuncia por la Comisión; las pruebas ofrecidas con 35
Cabe señalar que, de conformidad con el Reglamento, el secretario de la
indiendón de los hechos sobre los cuales versarán; la individuali- Corte informa sobre la presentación de la demanda a los otros Estados Partes, al
1.nci6n de los testigos y peritos y el objeto de sus declaraciones; los Consejo Permanente de la OEA a través de su presidente, y al secretario general
de la OEA.
f'111Hiamentos de derecho y las conclusiones pertinentes a4• Junto as Ver art. 37 del Reglamento.
7
'l Ver art. 38 del Reglamento.
~H Ver. art. 44 del Reglamento.
11
' ' Ver nrt. 44 del Reglamento.
11
'' Vor nrt. aa do! Hoglumonto. 4
1l Ver nrts. 41 y 42 del Reglamento.
··- ---------
·-----~----··---~-~-----·~

496 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL


EL PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE OOERAMERICANA 497
5) Terminación del proceso. 4. Cuestiones especiales.
El proceso puede terminar anticipadamente si la parte de-
mandante notifica su desistimiento, o si el demandado comunica a) La prueba.
a la Corte su allanamiento a las pretensiones de la parte deman-
dante. En este supuesto, la Corte procederá a determinar, cuando 1) Ofrecimiento. Remisión.
fuera el caso, las reparaciones y costas correspondientes 41 . Sobre este aspecto remitimos a lo descripto en el capítulo
Asimismo, las partes pueden comunicar a la Corte la existen- anterior sobre la oportunidad para ofrecer la prueba dispuesta en
cia de una solución amistosa, circunstancia ésta que, bajo deter- el art. 44 del Reglamento.
minadas condiciones que se analizarán en detalle más adelante,
habilita a que la Corte declare terminado el asunto 42 • 2) Carga.
En cualquiera de estos supuestos, es de destacar que la Corte,
teniendo en cuenta las responsabilidades que le incumben de En los casos "Velázquez Rodríg'4tez" 46 , "Godínez Cruz" 47 y
proteger los derechos humanos, podrá decidir que prosiga el exa- "Neira Alegría" 48 , entre otros, la CortE:~ Interamericana, al acoger
men del caso 43 • la doctrina de la Corte Internacional de Justicia, sostuvo que "es
el Estado quien tiene el control de los medios para aclarar hechos
6) Sentencia. ocurridos dentro de su territorio. La Comisión aunque tiene facul-
tad para realizar investigaciones, en la práctica depende para
La Corte dictará la sentencia sobre el fondo del caso, la que poder efectuarlas dentro de su jurisdicción de la cooperación y de
podrá incluir el voto razonado, concurrente o disidente de todo los medios que le proporcione el gobierno" 49 •
juez que haya participado de su examen.
Cuando en la sentencia de fondo no se decida específicamente 3) Principios.
Hobre reparaciones, la Corte fijará la oportunidad para su poste-
rior decisión y determinará el procedimiento 44 • La Corte Interamericana ha receptado los principios básicos
de la doctrina procesal sobre prueba, que atañen a la propia
7) Recursos. admisibilidad probatoria y a la pertinencia 50 •
Respecto de la admisibilidad, la propia Corte ha actuado con
El único recurso previsto en el procedimiento es la demanda un criterio amplio, y por lo tanto con mayor flexibilidad de la que
dn Ílltc~rpretación, indicándose en ella las cuestiones relativas al se aplica generalmente en el proceso interno, si bien en los arts.
Hnllt.ido o alcance de la sentencia cuya interpretación se pida. El 48 y 49 del Reglamento vigente del tribunal se establecen reglas
~wcr·dario comunicará la demanda de interpretación a las partes en relación con la facultad de las partes de objetar a los testigos,
c•11 ni cnHo y las invitará a presentar las alegaciones escritas que de recusar a los peritos. Pero en la mayor parte de los casos la
c•HLinwn pertinentes dentro del plazo fijado por el presidente~ 5 •
46
Corte IDH, caso "Velázquez Rodríguez", interpretación de la sentencia de
indemnización compensatoria, sentencia del 17 de agosto de 1990.
47
Corte IDH, caso "Godínez Cruz e 1Honduras", sentencia del 20 de enero de
1989.
48
Corte IDH, caso "Neira Alegría y otros el Perú", sentencia del19 de enero
de 1995.
49
Abreu Burelli, Alirio, "La prueba en los procesos ante la Corte Interame-
11
Vur !i:l del Rüglnmcnto.
11rt.
ricana de Derechos Humanos", en El Sistema Interamericano de Protección de los
1
Vt~r 111'!..
lí1 del Hoglunwnto.
Derechos Humanos en el Umbral del Siglo XXI cit., t. 1, pág. 116.
·"
1
'" Ver :trL li!i dPI lü•glanwnto.
6
° Fix-Zamudio, Héctor, "Orden y valoración de las pruebas en la función
·l·l Vt•r nri.H. fí(j .Y m dPI Rc•glunwnto. contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos", en El Sistema
·ló Vc•r 111'1.. /i!) dc.J Hnr~lunwnto. Interamericano de Protección de los Derechos Humanos en el Umbral del Siglo XXI
cit., t. 1, pli¡.:. 205.
498 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA CoRTE INTERAMERICANA 499

Corte Interamericana ha preferido rechazar dichas objeciones con d) Principio de adquisición de la prueba: las pruebas, una
apoyo en lo dispuesto en los incs. 2 y 3 del citado art. 48 del vez producidas, despliegan su entera eficacia a favor o en contra
Reglamento en vigor: le otorga la facultad de oír, si lo estima útil, de ambas partes sin importar cuál de ellas las ha producido. El
y a título informativo, a una persona que estaría impedida para juez puede y debe utilizar el material probatorio prescindiendo de
declarar como testigo en la inteligencia de que el valor de las su procedencia. El principio también es conocido como de comuni-
declaraciones y el de las objeciones de las partes sobre las mismas dad de la prueba. Las pruebas no sirven exclusivamente al interés
debe ser apreciado por la propia Corte 51 • de quien las promueve y gestiona su evacuación, sino que, fun-
Sobre la pertinencia, la Corte dispone de amplios poderes damentalmente, pertenecen al proceso. Este principio de comuni-
para valorar la relación de los medios de prueba ofrecidos con los dad en ocasiones se extiende no sólo a la prueba producida sino
hechos alegados. En este sentido, es del caso enunciar los princi- también a la prueba ofrecida.
pios que regulan esta materia: e) Principio de razonabilidad: existe un amplio margen de
a) Principio de libertad: consagrado en el art. 44 del Regla- discrecionalidad en las decisiones de la Corte Interamericana para
mento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que admitir una prueba si alguna de las partes alegara fuerza mayor,
dispone que en cualquier estado de la causa podrá la Corte procu- un impedimento grave o hechos sobrevinientes en momentos dis-
rar de oficio toda prueba que considere útil, sin que existan res- tintos de los antes señalados, siempre que se garantice a la parte
tricciones a los medios de prueba (presentación de videos, la contraria el derecho de defensa; igualmente, en el caso de recusa-
declaración de perito-testigo, el affidavit, la declaración de la ción del perito, la Corte hará la designación de quien habrá de
víctima, entre otros medios no contemplados en el Reglamento). sustituirlo, si hubiera urgencia en evacuar la prueba 54 •
b) Principio de igualdad: en el art. 43 del Reglamento se
4) Valoración de la prueba.
dispone que las pruebas promovidas por las partes sólo serán
admitidas si son señaladas en la demanda y su contestación, y, en En el caso "Cayara, excepciones preliminares" 55 , así como en
HU caso, en el escrito de excepciones preliminares y en su contes- el caso "Paniagua Morales y otros", la Corte expresó que el sistema
tación y, por su parte, que la Corte podrá admitir una prueba si procesal es un medio para realizar la justicia y ésta no puede ser
alguna de las partes alegara fuerza mayor. sacrificada en aras de meras formalidades. Dentro de ciertos lími-
Si bien este principio tiene plena aplicación en los procesos tes de formalidad y razonabilidad, ciertas omisiones o retrasos en
nntc la Corte Internacional de Justicia, por tratarse de conflictos la observancia de los procedimientos pueden ser dispensados si se
ontre Estados Partes, no es así -dogmáticamente- en los proce- conserva un adecuado equilibrio entre la justicia y la seguridad
HOI:l unte la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Ante jurídica. También en el caso "Paniagua Morales" 56 y, en cierto
(lstu acude la víctima, en un plano de frecuente desigualdad frente sentido, en "Castillo Petruzzi y otros" 57 , la Corte consideró que en
ni gstado. La Corte Interamericana en numerosas sentencias se un tribunal internacional cuyo fin es la protección de los derechos
hu referido a esta realidad, especialmente al tratar sobre la carga humanos, el procedimiento reviste particularidades propias que lo
do la prueba y sobre las investigaciones o visitas in loco de los diferencian de un proceso de Derecho interno. Aquél es menos
J~Htados aludidos en las denuncias 52 • formal y más flexible que éste, sin por ello dejar de cuidar la
e) Principio de inmediación: se recibirán las declaraciones seguridad jurídica y el equilibrio procesal de las partes; y en los
do los testigos, peritos y demás personas que hayan comparecido, casos "Loayza Tamayo" 58 , "Castillo Páez" 59 y "Blake" 60 , entre
IIHÍ como las preguntas que se formulen y sus respuestas, y se
4
transcribirá el texto de las preguntas de los jueces y las respuestas " Ver art. 49.4 del Reglamento.
55 CIDH, caso "Cayara, excepciones preliminares", sentencia del 3 de febrero
n•Hpectivas. Con frecuencia los jueces hacen preguntas a los tes- de 1993.
tigo¡;¡ y peritos para aclarar algunos aspectos de su declaración 11:1. 56 CIDH, caso "Paniagua Morales y otros", sentencia deiS de marzo de 1998.
57 CJDH, caso "Castillo Petruzzi y otros", sentencia del 30 de mayo de 1999.

~1 Pix-Zamudio, op. cit., png. 207. ~R CIDH, caso "Loayza Tamayo", sentencia del 17 de septiembre de 1997.
~~ Burúlli, op. cit., pt\g. 11 H. MI ClDH, cuRo "Ca.~tillo Páez", sontonc:in dol 3 do noviembre de 1997.
~' 1 Hun•lli, op. dt .. , pl\g. 1:.!0. m• CII>H, emw "lila~~~!", Hnntom:iu dol :.!4 do <mot·u do l!lDH.
1)00 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE INTERAMERICANA 501

otros, la Corte advirtió que debe aplicar mayor flexibilidad en la Dicha indemnización tiene como objetivo primordial reparar
valoración de la prueba rendida ante ella sobre los hechos perti- los daños reales -tanto materiales como morales- sufridos por
nentes, de acuerdo con las reglas de la lógica y con base en la las partes lesionadas 65 • El cálculo de los daños y perjuicios sufri-
<~xperiencia. dos debe necesariamente ser proporcional a la gravedad de las
Por último, como lo hizo en el caso "Paniagua Morales" ya violaciones y del perjuicio resultante 66 • Asimismo, las repara~io­
eitado, la Corte expresó que todo tribunal interno o internacional nes tienen el objetivo adicional y no menos fundamental de evitar
debe estar consciente de que una adecuada valoración de la prue- y refrenar futuras violaciones.
ba según la regla de la sana crítica permitirá a los jueces llegar
u la convicción sobre la verdad de los hechos alegados 61 . 2) Beneficiarios de las reparaciones.
Al respecto, la Corte reconoció que las tragedias sobrellevadas
b) Las reparaciones en la jurisprudencia de la Corte por los familiares de las víctimas de violaciones a los derechos huma-
lnteramericana de Derechos Humanos. 67
nos son perjudiciales para la salud y también deben ser repar:=tdas •
1) Obligación de reparar. Asimismo, expresó que la omisión de las autoridades púbhcas de
investigar violaciones serias a los derechos humanos, puede causar
La Convención Americana señala en el art. 63.1 que "la Corte sufrimiento y angustia a los familiares de la víctima, además de un
dispondrá que se garantice al lesionado en el goce de su derecho o sentimiento de inseguridad, frustración e impotencia 68 •
libertad conculcados. Dispondrá asimismo, si ello fuera proceden-
le, que se reparen las consecuencias de la medida o situación que 3) Medidas de reparación.
ha. configurado la vulneración de esos derechos y el pago de una r) Medidas de reparación no pecuniarias.
justa indemnización a la parte lesionada".
Las medidas de reparación contempladas en la Convención Investigación y sanción de los responsables.
Americana están destinadas a proporcionar un recurso efectivo a La Corte ha señalado en diversas ocasiones que el Estado
In víctima y a sus familiares; el objetivo esencial es proporcionar Parte de la Convención Americana tiene el deber de investigar las
"In restitución total de la situación lesionada" 62 • Cuando no es violaciones de los derechos humanos y sancionar a los autores Y
J>OHible aplicar la regla de restitutio in integrum debido a la natu- a quienes encubran dichas violaciones. Y toda persona que se
r·ulmm irreversible de los daños sufridos, se debe fijar el pago de considere víctima de éstas o bien sus familiares tienen derecho de
unu ind<~mnización justa en términos "suficientemente amplios" acceder a la justicia para conseguir que se cumpla, en su beneficio
t•omo pura reparar el perjuicio "en la medida de lo posible" 63 • y en el del conjunto de la sociedad, ese deber del Estado.
Ln Corte Interamericana reconoce en su jurisprudencia esas
diforontos modalidades de reparación afirmando lo siguiente: la - Adecuación de la normativa interna de la Convención
r·t~purnción es el término genérico que comprende las diferentes Americana.
lill'lnns como un Estado puede hacer frente a la responsabilidad De conformidad con el art. 2 de la Convención Americana, los
intomncional en que ha incurrido (restitutio in integrum, indem- Estados Partes se encuentran en la obligación de adoptar, con
nización, satisfacción, garantías de no repetición, entre otros) 64 • arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las disposiciones
111
Burclli, op. cit., págs. 124 y 125. 65 Corte IDH, caso "Aloeboetoe y otros", reparaciones, sentencia del 10 de
"~ Corte IDH, caso "Velázquez Rodríguez", interpretación de la sentencia de septiern4;>re de 1993, Serie C, no 15, párrafos 43, 47 y 49. . . .
lndt•mni)'.ación compensatoria, sentencia del 17 de agosto de 1990, Serie C, n" 9, 66 Basic Principles and Guidelines on the Right to Reparatwn for V~ctuns of
JliÍIT. '27. Gross Violations of Human Rights and Humanitarian Law, C/CN 4/Sub 2/1996/
": Corte IDH, caso "Velázquez Rodríguez", interpretación de la sentencia de
1
17, párr. 7. .
lndtlllllli)'.U<:ión compensatoria, sentencia del 17 de agosto de 1990, Serie e, n" 9, 67 Corte IDH, caso "Loayza Tamayo", reparaciones, sentencia del 27 de
piÍI'I'. '27. noviembre de 1998, Serie C, n" 43, pág. 129.
'"' Corto lDH, cnRO "Caxtillo Pácz", sontoncin sobro ropnrucionos dol 27 do nH Corto IDH, cuRo "Bámaca Velázquez", sentencia sobre fondo del 25 de
1\0Vii'Jilhro dtl 1f)!l8, Sol'io e, n" 4!1, piÍI{. 48. IHJVit•mbm do :woo, Serio e, n" 70, pág. 160.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE INTERAMERICANA 503

dP esta Convención, las medidas legislativas o de otro carácter que inmediata y directamente de los hechos, es decir, el daño que es
f'ueran necesarias para hacer efectivos los derechos y libertades consecuencia directa de la violación de derechos humanos.
protegidos por la misma Convención. d) Daño patrimonial familiar: en el reciente caso "Bulacio e 1
u)Reparaciones por daños materiales e inmateriales. Argentina", la Corte observó que "los familiares de la víctima
perdieron sus trabajos o la posibilidad de realizar sus actividades
El derecho a obtener reparación abarca todos los daños y cotidianas debido al cambio de sus circunstancias personales como
Jwrjuicios sufridos por la víctima, y comprende, "por una parte, consecuencia de los hechos a los que se refiere el presente caso.
11w;iidas individuales de reparación relativas al derecho de resti- Además, incurrieron en gastos médicos para atender los diferentes
luciún, indemnización y rehabilitación y, por otra, medidas de padecimientos ocasionados por esos hechos" 72 •
u/canee general, como medidas de satisfacción y garantías sobre la
69
110 repetición" • - Reparación por daño inmaterial.
- Reparación por daños materiales. La indemnización por daños y perjuicios no patrimoniales
está prevista en el derecho internacional y ha sido previamente
a) Pérdida de ingresos: el lucro cesante es la pérdida de calculada por la Corte Interamericana sobre la base de principios
ingresos económicos como consecuencia de la interrupción novo- de equidad 73 • Asimismo, la Corte ha indicado que en la determi-
luntaria de la vida laboral de la víctima, que es posible cuantificar nación de los daños no patrimoniales se deben tomar en cuenta las
11 partir de ciertos indicadores objetivos. circunstancias del caso, particularmente la gravedad de las viola-
En el cálculo de los daños materiales en casos que tienen ciones y el sufrimiento emocional producido por éstas 74 •
relación con la violación del derecho a la vida, la Corte Interame- Según explicó la Corte, el daño inmaterial puede comprender
ricnna, generalmente, ha hecho referencia a los ingresos que las tanto los sufrimientos y las aflicciones causadas a las víctimas direc-
víctimas hubieran obtenido durante su vida laboral si no hubiesen tas y a sus allegados, como el menoscabo de valores muy significati-
lidlecido 70 • Dicho tribunal ha realizado sus cálculos sobre la si- vos para las personas, así como las alteraciones, de carácter no pecu-
l{tlionte base: 1) la edad de la víctima a la fecha del deceso; 2) el niario, en las condiciones de existencia de la víctima o su familia 75 •
número de años que faltaban hasta llegar a la esperanza de vida También ha dicho la Corte, en cuanto al daño moral, que "los
nwdia en el país en cuestión, y 3) una estimación de los ingresos tribunales internacionales han señalado en reiteradas ocasiones
qut• He pagan por el tipo de trabajo realizado por la víctima. que la sentencia de condena constituye per se una forma de repa-
h) Pérdida de la chance: así lo ha entendido la Corte Intera- ración" 76 •
lllnrienna, al establecer en el caso "Castillo Páez" que la pretensión
dn conceder una reparación integral a partir de la "chance cierta" 72
Corte IDH, caso "Bulacio", sentencia del 18 de septiembre de 2003, Serie
do 111ojora en los futuros ingresos de la víctima debe estimarse a e, n" 100, párr. 88.
73
71
p11 rLir de un perjuicio cierto" • Corte IDH, caso "Velázquez Rodríguez", cit. supra, párr. 27; "Aloeboetoe",
cit. supra, párrs. 86 y 87; véase también caso "El Amparo", párr. 37.
e) Daño emergente: la indemnización comprende el daño 74
Corte IDH, caso "El Amparo", párr. 37; caso "Neira Alegría", cit. supra,
t•nwrgente, que corresponde a la afectación patrimonial derivada párr. 58.
75
Corte IDH, caso "Molina Theissen", reparaciones (art. 63.1, Convención
Americana sobre Derechos Humanos), sentencia del 3 de julio de 2004, Serie C,
HU lnfbnne final sobre el Conjunto de Principios para la Protección y la n" 108, párr. 65.
l'mmoc·il)n de los Derechos Humanos para la Lucha contra la Impunidad, 76
Eur Court HR, "Ruiz Torrija v. Spain", judgment of 9 december 1994,
tdnhorndo por el Sr. Jornet en aplicación a la decisión 1996/119 de la Subcomisión Series.A, n" 303-A, para 33; Eur Court HR, "Boner v the United Kingdom",
tHibro la euestión de la impunidad de los autores de violaciones de los derechos judgment of 28 october 1994, Series A, n" 300-B, para 46; Eur Court HR, "Kroon
lillllllllto.~, del 2 de octubre de 1997, párr. 33 (Documento Naciones Unidas E/CN and others v. the Netherlands", judgment of 27 october 1994, Series A, n• 297 -C,
·1/1-luh :UI Df>7/Rev. 1). para 45; Eur Court HR, "Darby", judgment 23 october 1990, Series A, n" 187, para
·ru Dutos obtenidos del Instituto Naeionnl de Estadística y Censos (INDEC), 40; Eur Court HR, "Kohengbihame", judgment of25 october 1990, Series A, n" 185-
1!l!lf), B, para 34; Eur Court HR, "Wassink", judgment of 27 september 1990, Series A,
·¡¡ Cort.¡, IDH, caso "OaRti!lo Prkt", Horüoncin Hobro ropnrnciouos dol 27 do n" l8fí-A, pura 41, y Eur Court HR, "McCallum", judgment of 30 august 1990,
IIOVÍI•Illhr·o do HHJH, S(li'Í(l e, n" 4:1, JliÍJ,(. 74. SorioR A, n" 18~1, pura 37.
1104 DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE INTERAMERICANA 505

Sin embargo, y dependiendo de la entidad de la violación, la d) El procedimiento de solución amistosa en el marco


( ~orte ha dicho que "sólo puede, para los fines de la reparación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
integral a las víctimas, ser objeto de compensación, y ello de dos
111aneras. En primer lugar, mediante el pago de una cantidad de El procedimiento de solución amistosa está consagrado en el
dinero o la entrega de bienes o servicios apreciables en dinero, que art. 48.1 de la Convención, de acuerdo con el cual "la Comisión, al
l'l tribunal determine en aplicación razonable del arbitrio judicial recibir una petición o comunicación en la que se alegue la violación
y en términos de equidad. Y, en segundo lugar, mediante la reali- de cualquiera de los derechos que consagra esta Convención, pro-
;..:ación de actos u obras de alcance o repercusión públicos, tales cederá en los siguientes términos: ... f) se pondrá a disposición de
('onw la transmisión de un mensaje de reprobación oficial a las las partes interesadas, a fin de llegar a una solución amistosa del
uiolaciones de los derechos humanos de que se trata y de compro- asunto fundada en el respeto a los derechos humanos reconocidos
miso con los esfuerzos tendientes a que no vuelvan a ocurrir, que en esta Convención".
lt'llgan como efecto la recuperación de la memoria de las víctimas, Específicamente, el Reglamento de la Comisión establece en
t•l reconocimiento de su dignidad y el consuelo de sus deudos" 77• su art. 41: "J. La Comisión se pondrá a disposición de las partes
en cualquier etapa del examen de una petición o caso, por inicia-
e) Cumplimiento de las sentencias de la Corte por parte tiva propia o a solicitud de cualquiera de ellas, a fin de llegar a una
de los Estados. solución amistosa del asunto fundada en el respeto de los derechos
humanos establecidos en la Convención Americana sobre Derechos
El caso se da por concluido cuando se obtiene el cumplimiento Humanos, la Declaración Americana y otros instrumentos aplica-
íntegro de las resoluciones de la Corte. La referencia implícita a bles. 2. El procedimiento de solución amistosa se iniciará y conti-
In indemnización, derivada de la naturaleza de algunos deberes nuará con base en el consentimiento de las partes. 3. Cuando lo
tiHt.atnles, no implica la exclusión de facultades supervisoras sobre considere necesario, la Comisión podrá encomendar a uno o más
ot.rnH medidas de reparación. de sus miembros la tarea de facilitar la negociación entre las
A diferencia de lo que ocurre en el derecho interno, en que el partes. 4. La Comisión podrá dar por concluida su intervención en
juzgador puede requerir directamente el apoyo de la fuerza públi- el procedimiento de solución amistosa si advierte que el asunto no
~~~~ pum hacer cumplir con sus determinaciones, en el orden inter- es susceptible de resolverse por esta vía, o alguna de las partes no
nacional la falta de cumplimiento de las resoluciones judiciales consiente en su aplicación, decide no continuar en él, o no muestra
t.iono eonHecuencias de carácter político. la voluntad de llegar a una solución amistosa fundada en el
l.os estados partes en la Convención, que han reconocido la respeto de los derechos humanos. 5. Si se logra una solución
compoümcia contenciosa de la Corte, están obligados a cumplir los amistosa, la Comisión aprobará un informe con una breve exposi-
fitlloH de ésta. ción de los hechos y de la solución lograda, lo transmitirá a las
Lus resoluciones de la Corte son inmediatamente ejecutables. partes y lo publicará. Antes de aprobar dicho informe, la Comisión
J•:n enHo do incumplimiento de algún fallo, la Corte tienen la verificará si la víctima de la presunta violación o, en su caso, sus
obl ignción de hacerlo saber en su Informe Anual a la Asamblea derechohabientes, han dado su consentimiento en el acuerdo de
( lc,Jwrnl do In Organización de Estados Americanos 78 • solución amistosa. En todos los casos, la solución amistosa deberá
fundarse en el respeto de los derechos humanos reconocidos en la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, la Declaración
Americana y otros instrumentos aplicables. 6. De no llegarse a una
11 ( 'ot t" 1llll, ''ltHo "Molina '1'/wissmt", repuraeiones (urt. G:n Convenci6n solw!ión amistosa, la Cmnisión proseguirá con el trámite de la
Altl11ilt'HIIII llllhn• 1,, .. o!('ltOH 111111111110H), Aentonciu dt'l a do julio tic 200t1 1 fl¡~rio e, petición o caso".
11" 1011, pl\11 tlll, I'IHto "Manf.at ( lrmtia", Hl!lltouc:in dol 27 do noviembre d(l ~.WO:J, El valor otorgado a este procedimiento fue reconocido y difun-
HlltitJ ( :, 11" 10:1, piltT. 1111; cmw "Miran Mal"ll Chwt¡.(', Hontoncin de 2/i do noviomhru
1lt1 :wo:t, y
.'1111 h1 1:, 11" 1O1, pt'IIT. :lólí, ea Mo" /lulado ", 1-1c•n l.(HH:in dol 1HcÜl Hopliomb1·o
dido por la propia Comisión: "La Comisión Interamericana de
d11 :moa,H11rlu 1:, 11" 1oo, pt\rr·. !lO. Derechos Humanos ha dado un impulso especial a los procedi-
m V111' 1111. 11/, do In ( :onVI!lWÍ~II. mientos de floluci6n cunistosa, que permite la conclusión de los
506
'
DERECHO PROCESAL CoNSTITUCIONAL EL PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE lNTERAMERICANA 5Ó7

c:asos individuales en forma no contenciosa, y ha logrado igual- na la función de propiciar la solución amistosa de los casos que le
rnente acuerdos de cumplimiento de sus recomendaciones. Cabe sean sometidos. Sin embargo, a pesar de haber ya presentado un
destacar en tal sentido los esfuerzos desplegados en varios casos caso, la Comisión puede continuar su intervención a ese respecto,
por los representantes de los Estados Miembros y por los peticio- o las partes mismas pueden entablar independientemente negocia-
Jtarios, víctimas y familiares, que permiten avances y resultados ciones" 82•
mncretos. La CIDH espera ampliar las conversaciones a otros Sin embargo, y en ejercicio de su competencia contenciosa,
c-asos y peticiones, por lo que insta a los respectivos Estados Miem- "... para el caso de que se produjere una solución amistosa, un
bros y peticionarios a tomar las iniciativas con miras a dicho avenimiento u otro hecho idóneo para la solución del litigio, el art.
ol~jetivo, dentro de un marco de respeto de los derechos humanos 54 del Reglamento de la Corte dispone que ésta, después de haber
Marantizados por los instrumentos del sistema interamericano" 79 • oído a los representantes de la víctima o sus familiares, sobreseerá
Una vez descripto el procedimiento de solución amistosa, y declarará terminado el asunto y aun entonces, de acuerdo con el
resulta importante destacar que en la práctica de los Estados se art. 55 del Reglamento, podrá decidir que prosiga el examen del
vislumbra una preferencia en el sentido de que este procedimiento caso, tomando en cuenta las responsabilidades que le incumben de
Hn realice en el ámbito de la Comisión más que en el de la Corte. proteger los derechos humanos. Aunque no lo dice el Reglamento,
Ello por cuanto, en palabras del juez Hernán Salgado Pesantes, esto ocurrirá cuando la solución no repare la violación de los
"... se trata de un órgano extrajudicial, cuya actividad no es propia- derechos humanos" 83•
mente contenciosa y por eso está en mejores condiciones de realizar Sobre las características centrales del procedimiento de solu-
una conciliación ... Si fuera del caso propiciar el arreglo amistoso, ción amistosa y su conveniencia de desarrollarlo en el ámbito de
t'/1. mi criterio, sería preferible que los Estados busquen llegar a la Comisión Interamericana se ha dicho que "tanto en el sistema
dicha solución en el mismo seno de la Comisión Interamericana, europeo como en el americano la solución amistosa se atribuyó, de
donde existe un mayor margen de operatividad para alcanzar su manera expresa, a la Comisión. La razón puede encontrarse en que
concreción" 80• se trata de un órgano extrajudicial, cuya actividad no es propia-
Sin embargo, sobre la base del Reglamento ya citado, " ... si la mente contenciosa y por ello está en mejores condiciones de realizar
8olución amistosa se intentare en las primeras etapas, el papel de una conciliación.
la Comisión necesariamente deberá limitarse al acercamiento de "Sin embargo, de lo dicho, no habría fundamento jurídico
las partes y que sean éstas quienes busquen la solución, o sea lo que sólido para impedir que la solución amistosa se dé en el seno de la
t'll /Jcrecho Internacional se denomina buenos oficios. En cambio, Corte, si bien hay que tener presentes los límites que imponen los
Ni t•l procedimiento ha avanzado y se han presentado suficientes derechos humanos cuando se trata de llegar a este tipo de solucio-
alt•¡.(acümcs y pruebas, la Comisión puede tener un papel más nes, pues es sabido que en materia de derechos humanos los dere-
rtr"liuo, actuando como mediador o conciliador, conduciendo las chos no son transigibles. En todo caso, un tribunal de derechos
1/t'¡.(twiaciones, recibiendo y obteniendo pruebas y presentando pro- humanos debe cuidar que su actividad, en determinadas situacio-
¡)()siciones a la consideración de las partes. La Comisión no es nes, no se limite a una mera homologación" 84•
lrihunal que debe abstenerse de emitir opinión alguna antes de su En relación con este punto, el autor consultado manifiesta
l"l'lwlución final ... " B1• que "si fuera del caso propiciar el arreglo amistoso, en mi criterio,
1 1~n cuanto a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, sería preferible que los Estados busquen llegar a dicha solución en
"... ninguna disposición de su Estatuto o de su Reglamento le asig- el seno mismo de la Comisión lnteramericana, donde existe un
mayor margen de operatividad para alcanzar su concreción" 85•
'm Vor Comunicado de Prensa 7/03 en www.cidh.org •
"" Ver Salgado Posantes, Hernán, "La Solución Amistosa y la Corte Interu-
IIIIII'ÍI:unn de Derechos Humanos", en El Sistema Interamericano de Protección dt!
fw¡ fJt•rechos Humanos en el Umbral del Siglo XXI cit., pt1g. 9a. 82 Montiel Argüello, Alejandro, op. cit., pág. 221.
111
Montiol Argüollo, Alejandro, "La Soluc:ión AmiHtmm", on El Síslt~nw 83 Monticl Argüello, Alejandro, op. cit., pág. 221.
fnlt•ramt•ricano dt: Prolt•ccitln de !tm Dt:n•cho.~ Htwwtw.~ mt, l'l Umbral dd BiRlo XXI 84 Salgado Posantes, Hernán, op. cit., pág. 94.
l'iL, p1'lf{. !l20. H~ Snlgndo Posantes, Hcmán, op. cit., pág. 103.
508 DERECHo PROCESAL CoNSTITUCIONAL

De modo que, de existir acuerdo de voluntades para avanzar


cm el procedimiento de solución amistosa, el ámbito de la Comisión
lnteramericana de Derechos Humanos aparece como el más apro-
piado y flexible para desarrollar tal tarea.

G. Conclusiones.

Como se dijo al inicio, se ha intentado a lo largo del presente


análisis la sistematización de algunas cuestiones nucleares del
procedimiento ante la Corte Interamericana de Derechos Huma-
nos. Mucho queda seguramente por abordar, pues el derecho
internacional de los derechos humanos está en permanente evolu-
ei6n. De lo analizado hasta aquí podría concluirse que la decisión
de los Estados soberanos de participar en un sistema protectorio
Se terminó de imprimir en el mes de marzo de 2005,
eomo es el de derechos humanos impacta en su derecho interno, en los Talleres Gráficos EDIGRAF S.A,
oxigiendo la progresiva adaptación de éste a los estándares a los Delgado 834, Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
que internacionalmente se han obligado.
Una cuestión que merece una reflexión a futuro en este Tirada: 1000 ejemplares.
H<mtido es la necesidad de regular en el ámbito del derecho domés-
tieo un procedimiento para la ejecución de las sentencias de la
(:orto Interamericana de Derechos Humanos.


DE NUESTRO SELLO EDITORIAL

COLAUTTI, CARLOS E.
DERECHOS HUMANOS
La igualdad y la no discriminación.
Jerarquía de los tratados. Concepto de persona y
derecho a la vida. Prohibición de la tortura.
Garantías carcelarias. Garantías del debido
proceso. Libertad religiosa y de enseñanza; de
~ expresión, de reunión y de asociación; de tránsito.
1¡ Derechos de propiedad; políticos; sociales.
Protección del matrimonio y de la familia.
1 Protección judicial. Comercio y regulaciones

FuciTo, FELIPE
SOCIOLOGÍA DEL DERECHO
El orden jurídico y
sus condicionantes sociales
Concepción sociológica del derecho. Precursores
y fundadores. Escuelas de los siglos XIX y XX.
Sociología jurídica crítica. Desviación y
criminalidad. Organizaciones formales

DE SANTO, VíCTOR (DIRECCIÓN)


DICCIONARIO DE CIENCIAS
JURÍDICAS, SOCIALES, POLÍTICAS
Y DE ECONOMÍA

!)
PETIT, EUGENE
TRATADO ELEMENTAL DE
1 DERECHO ROMANO
' Introducción de RUDOLF VON IHERING

DE LEO, W ALTER
DERECHO DE LOS NEGOCIOS
EN EL COMERCIO
El comercio y las finanzas internacionales.
Contratos y obligaciones comerciales. Comercio de
mercaderías y servicios. Comercio e inversiones.
Comercio y medio ambiente. Comercio e insolvencia

NEUMAN, ELÍAS
EL ESTADO PENAL
Y LA PRISIÓN-MUERTE
La deuda externa. Delitos de cuello blanco.
Los delitos callejeros y urbanos. La muerte en
las calles. La cárcel como gueto. Estado penal
y control sociaL Morir en prisión. El SIDA

CEsARlo, RoBERTO
HÁBEASDATA
Régimen de los bancos de datos. Datos
informáticos sobre la persona. Derecho de los
titulares. Acción protectoria

EDITORIAL UNIVEHSIDAI>
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Cl083AAC Clud&ld dl1 Uu11nu• Alra1
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