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(Nardote)
Primer estadio: La primera intervención es la connotación positiva del sacrificio, donde hay
una restructuración positiva del papel del trastorno de la joven en el seno de la familia. El
terapeuta plantea que la paciente se sacrifica por los demás y que tiene que seguir
haciéndolo ya que gracias a ella todos están bien. Esto genera un desbloqueo inmediato de
su sintomatología, ya que ella no puede seguir la prescripción.
Segundo y tercer estadio: En caso de que la connotación positiva del sacrificio haya sido
suficiente para desbloquear el síntoma, después de algunas indicaciones a la familia se
puede concluir la terapia. En la mayoría de los casos, se encuentra una estructura abstinente
detrás de la sacrificante, y tienen grandes dificultades para reanudar las relaciones
interpersonales y sociales, en este caso, se procede con el tratamiento para la anorexia
abstinente. Además es importante establecer una relación afectiva intensa con la paciente y
se emplean las técnicas del epistolario nocturno, del expediente estético, del masaje con
crema, etc. y posteriormente se trabaja directamente sobre la relación con la comida.
Cuarto estadio: Se consolida definitivamente la autonomía personal de la paciente con una
explicación detallada del proceso terapéutico desarrollado. Esto tiene como objetivo poner
de manifiesto que el cambio que se ha producido se ha dado gracias a una intervención
científica y al esfuerzo de la propia paciente.
Primer estadio: La paciente sostiene que no necesita la terapia, por tanto requiere una
captura sugestiva de la paciente, donde el terapeuta debe poner en práctica maniobras y
técnicas de comunicación verbal y no verbal con la paciente y así establecer una relación de
exclusividad con ella. El terapeuta recalca las modalidades perceptivas y expresivas de la
joven ampliando con énfasis su visión de la realidad.
Se evita persuadir para que coma demostrando respeto por su elección. Se debe evitar el
empleo de fórmulas negativas que aumenten la resistencia de la persona. Así también es
importante establecer una relación de complicidad con los familiares para que éstos
colaboren. El terapeuta debe aplicar las técnicas:
1. El epistolario nocturno: Consiste en escribir todas las noches una carta al terapeuta
que empiece con ‘Querido Doctor…’, sirve para crear una relación de alta
intensidad entre el terapeuta y la joven. En la siguiente sesión se le pide que exprese
estas emociones escritas en las cartas
2. Prescripción de la fantasía del milagro: La persona debe pensar todas las mañanas
en una fantasía concreta y mágica, donde ya no exista su problema. Debe visualizar
cómo afecta esto en su vida, qué problemas debería enfrentar, etc.
3. Restructuración y bloqueo de las soluciones ensayadas familiares: El terapeuta,
luego de elogiar a los padres por su disponibilidad para ayudar a la hija, ordena a los
familiares que eviten intervenir o hablar del problema.
Si esta prescripción es respetada, se interrumpe el círculo vicioso de retroacciones
entre la familia y la joven que alimenta la persistencia del trastorno.
Segundo estadio: Se lleva a cabo bajo dos frentes, la paciente y la familia:
1. Intervenciones para la recuperación de la feminidad: Se hace jugar a la paciente a
ser seductora; al vestirse, al hablar, al peinarse, etc. Esto da a la paciente
sensaciones agradables y placenteras, de manera que empieza a sentir y experimenta
el deseo de sentir. Los cambios exigidos deben darse de a poco.
Se prescribe el expediente estético frente al espejo, donde todos los días, desnuda
frente al espejo, debe escribir su expediente estético desde la punta de los pies hasta
la punta del cabello con calificaciones del 0 al 10 y con la motivación escrita al
lado. Luego se le pide que masajee con crema su cuerpo ya que así se siente mejor.
Estos ejercicios sirven para establecer el contacto con el cuerpo y la seducción, que
ocupa una parte importante en la relación entre el paciente y el terapeuta.
Paralelamente, la persona debe hacerse la pregunta “Vivo como si los demás me
encontraran deseable, ¿qué haría hoy de distinto a lo que hago normalmente?”. El
como si, la llevará gradualmente a sentirse deseada y cortejada.
2. Prescripciones familiares: Se pide a la familia que exaspere el problema de la hija
recordándole que se cuide de no comer mucho porque podría engordar, o le podría
hacer daño. De este modo, se anulan por completo todas las soluciones
disfuncionales ensayadas por la familia. Para que la familia haya aceptado esto, es
necesario tenerlos como coterapeutas ya desde la primera sesión
Tercer estadio: El objetivo es el de la adquisición de repertorios de percepción y reacción
frente a la realidad de la paciente. Esta fase requiere más tiempo que las otras. Se trabaja
directamente con la relación con la comida, ayudándola a tener una percepción más
correcta. Una vez desbloqueadas, estas pacientes llegan a querer comer y aumentar de peso
sin conseguirlo. El terapeuta debe subrayar la importancia de tener una buena organización
alimentaria y decide, junto a la paciente cuál es el alimento justo y equilibrado. También
introduce la idea de que un equilibrio alimentario sano se basa en un pequeño desorden que
mantiene el orden, ya que para ser ordenados se necesita un poco de desorden.
Cuarto estadio: Se hace lo mismo que en el caso de las pacientes anoréxicas sacrificantes.
4. Enuncia las diferencias del abordaje terapéutico en cada uno de los tipos de
anorexia.
En el abordaje de tipo sistémico mixto, se puede observar que en las pacientes sacrificantes
existe más facilidad al dirigir la terapia; estas personas son más fáciles de tratar ya que,
mediante algunas maniobras, con mucha frecuencia se obtienen desbloqueos de la
sintomatología y a veces se da incluso en las primeras sesiones.
Dado que cuando las jóvenes adelgazan emiten algunas neurotoxinas, las cuales determinan
un efecto droga similar al que provocan las anfetaminas y la cocaína, se puede comprobar
el efecto similar en cuanto a la extrema excitación y energía inagotable.
El hecho de que tanto las toxicomanías como los casos de anorexia tengan mucho en
común ayuda a dirigir la terapia, de manera similar.
Generalmente en estos tipos de pacientes existe una extrema dificultad en cuanto al manejo
de emociones fuertes, suele pasar que tanto en anoréxicas como en toxicómanos las
emociones son representadas mediante el cuerpo. Es por esto, que el manejo de emociones
y la expresión adecuada de los mismos es un elemento fundamental en la terapia.
Otro punto importante es el poder conversar por lo menos una vez con todos los miembros
de la familia, ya que estos problemas no son vistos sólo desde una perspectiva, donde tanto
el toxicómano como la anoréxica usualmente son personas que recibe extremo cuidado en
sus hogares, lo que no permite avanzar satisfactoriamente la terapia.
El primer encuentro con el paciente es crucial , ya que si éste no se realiza bien, la terapia
será abandonada, ya que son personas que se encuentran con mucha inquietud, y
desesperación de escuchar respuestas a sus problemas., y es importante tomar en cuenta que
tanto pacientes con anorexia como toxico dependientes, generalmente no acuden a terapia
por ellos mismos, lo que dificulta el trabajo, y es por esto que la primera sesión es
extremadamente importante, donde se tiene que establecer un lazo de confianza con el
terapeuta, ya que si esto no sucede, el poder trabajar sólo con la familia no ayudará del
todo, y se pueden omitir opiniones, sentimientos y/o conductas relevantes que pueden
conducir para entender mejor la situación y el tratamiento que se llevará a cabo.
En los dos casos la terapia va dirigida a los miembros de la familia, y a la persona con la
sintomatología, en la que es muy importante poderles brindar los instrumentos necesarios
para acomodarse a su medio, con un manejo de emociones y sobre todo la expresión de los
mismos adecuadamente.
Universidad Católica Boliviana
“San Pablo”
PSICOLOGÍA
Seminario de Clínica
Alumnas:
María René Barreal Zapata.
Paola Subieta Chinchilla.
27/05/08