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El problema de los bueyes Amigo, si eres sabio en repartir, calcula con cuidado a qu nmero se eleva la cantidad de bueyes que

una vez pacan en las llanuras de la Siciliana isla Tricarnia, repartidos en cuatro manadas de colores distintos; una blanca como leche, otra de negro reluciente, una tercera oscura y la cuarta manchada. En cada manada haba un nmero considerable de toros repartidos de la siguiente manera: imagina, amigo mo, que los blancos eran en igual nmero que la mitad ms un tercio de los negros ms todos los oscuros, mientras que los negros eran un nmero igual a la cuarta ms la quinta parte de los manchados ms todos los oscuros. Considera, por otra parte, que los manchados restantes eran un nmero igual a la sexta ms la sptima parte de los blancos ms todos los oscuros. Las vacas estaban repartidas de la siguiente manera: las blancas eran un nmero precisamente igual a la tercera ms la cuarta parte de toda la manada negra, mientras que las negras eran nuevamente un nmero igual a la cuarta ms la quinta parte de las manchadas que haban venido a pacer junto con los toros; por su parte, las manchadas eran un nmero igual a la quinta ms la sexta parte de toda la manada oscura, mientras que las oscuras, mientras que las oscuras eran un nmero igual a la mitad de la tercera parte ms la sptima parte de la manada blanca.

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