Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
“Conocer es comunicar,
comunicar es aprender”.
Mario Kaplún
Todo el mundo habla del cambio educativo. De subirse al tren del cambio. Porque si nos
deja el tren, estaremos desactualizados. Este reto exige mirar alternativas, romper el
cerco de la rutina, abrir brechas o “hacer caminos, al andar”, como diría Antonio
Machado. Un camino que se está construyendo, o mejor, reconstruyendo para llevar el
cambio al aula, es asumir el conocimiento como algo esencialmente compartido. Este se
reconoce como tal, cuando al menos dos lo confrontan, lo viven, lo comparten. Es decir,
cuando es comunicado.
Dos autores básicos inspiran el modelo, quines sustentan esta acción dialógica. Uno es
Mario Kaplún (1999) de quien destacamos estas palabras: “educarse es involucrarse y
participar en un proceso de múltiples interacciones comunicativas” .
El otro es Louis Not (1992), ya citado, del cual recogemos los siguientes principios:
“El que aprende construye su saber, pero recurre al que enseña, para que éste
le aporte lo que él no puede encontrar por sí mismo”.
“La acción es recíproca, porque la actividad de uno provoca la del otro, pero
sobre todo porque cada uno actúa sobre el otro y reacciona ante el otro”.
Pero, además, el modelo pretende superar el dialogismo: propone asumir con todas sus
implicaciones la interacción múltiple, en donde participan más sujetos en una
comunicación rica y valiosa, que va y viene de muchas direcciones. Pues, vemos que en
el aula, además de los sujetos del ámbito institucional en que está inmersa, entran por
alguna mediación o virtualmente, otras personas y grupos, autores, ideólogos,
comunicadores, productores, etc. Van y vienen mensajes que impactan a los
interlocutores de la comunicación dialógica central de alumno maestro. El valor de los
textos y de los medios audiovisuales no está en éstos en sí, sino en la interacción que
por su conducto ejecutan muchas personas. Por todo, el maestro y el alumno tendrán
que tomar conciencia de la necesidad de afrontar comprensiva y críticamente estas
mediaciones.
Entonces, ¿qué consecuencias trae este modelo propuesto? ¿Qué cambios es necesario
suscitar en docentes, alumnos y demás sujetos educativos, para que respondan a un
proceso pedagógico renovado, como el que se sugiere? Es necesario construir las
respuestas, entre todos, en las prácticas educativas, como la misma validez del modelo.
Salta a la vista, sin embargo, que lo más urgente es el cambio de actitud y de roles en los
sujetos educativos. Entre las muchas tareas por emprender, se requiere la capacitación
para el dominio de la competencia comunicativa, que incluye otras competencias: la
competencia lingüística, la textual, la pragmática, la de manejo de lenguajes no
verbales, etc. La idea de competencias en educación, que bien entendida podría jalonar
el cambio, está ampliamente esclarecida por Tobón (2004).
En fin, en la era de las comunicaciones, tal vez estemos entrando a una era educativa,
en la que a nosotros los docentes nos incumbe el papel importantísimo de ser ante todo
comunicadores, en un sentido integralmente humano.
REFERENCIAS