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EL HUEVO DE YEGUA Un gringo recin llegado a Valparaso iba subiendo por el cerro de la Cordillera a tiempo que bajaba Pedro

Urdemales con un enorme zapallo en brazos. El gringo detuvo a Urdemales y le dijo: Qu cosa ser sa, amiguito? Es un huevo de yegua, seor, le contest Urdemales. Y cunto valer? Dos pesos no ms, seor. Y ust tomar estas dos pesos y darme a m la hueva de yegua. Y as se hizo. Sigui subiendo el gringo, y por mal de sus pecados dio un tropezn que lo oblig a soltar el zapallo, que se fue rodando cerro abajo. Se levant el gringo y apurado sigui corriendo tras el zapallo; pero ste, que iba ya muy lejos, se dio contra un rbol que se levantaba al lado de una cueva, y del golpe se parti. Al ruido sali de la cueva una zorra toda asustada, arrancando como un diablo. El gringo, que alcanz a divisar que del lado del zapallo, que haba quedado abierto, sala un animalito, sigui corriendo de atrs y gritaba: Atajen la potrilla, atajen la potrillita! Crey l que el animalito que hua era el potrillo que deba haber dentro del huevo de yegua, el cual haba salido vivo al romperse el huevo.

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