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Primera parte
El martes 15 de julio de 1997, en lanchas por el río Guaviare y camiones y
camperos por la trocha ganadera, llegaron unos 200 paramilitares a Mapiripán,
Meta, provenientes de Urabá, departamento de Antioquia, cuyo gobernador era
Álvaro Uribe Vélez. Incomunicaron y sitiaron al pueblo y sus alrededores.
Al día siguiente, miércoles 16, recorrieron casa por casa y en las horas de la noche
comenzaron a llevar gente al matadero, en donde la asesinaron luego de someterla
a abominables torturas.
"Auxilio, auxilio, Agustín, no me dejes matar así", recuerda los gritos, Leonardo
Cortés, juez promiscuo en ese momento de Mapiripán, quien aterrorizado observó
por una rendija de su casa durante varias noches, cómo fueron llevadas al
matadero 49 personas.
Con las manos amarradas a la espalda las torturaron, las apuñalaron en el vientre
de abajo hacia arriba, les dieron un machetazo en el cuello y por último
descuartizaron a la mayoría y arrojaron sus cuerpos al río Guaviare.
Según declaraciones a la justicia de paramilitares y militares, entre estos,
Salvatore Mancuso, máximo jefe de la Auc y el ex general Jaime Humberto
Uscátegui, ex comandante de la Séptima Brigada del ejército, para cometer la
demencial orgía de sangre, los paramilitares contaron con la complicidad del
ejército, la policía, algunos habitantes, funcionarios públicos y asesores
estadounidenses.
El 15 de septiembre de 2005 la Corte Interamericana de Derechos Humanos
condenó al Estado colombiano por la colaboración de miembros de su ejército con
Victimas de Pororio – Meta, saludan y manifiestan su crítica situación a la Caravana
La Caravana cruza el río Guaviare
Recibimiento
a la
Caravana y
homenaje a
las víctimas
de la masacre
de Mapiripan
sobre el Río
Guaviare
Movilización en San José del Guaviare
Acto conmemorativo en el Coliseo de
San José del Guaviare
POR LA MEMORIA DE LAS 49 VÍCTIMAS DE
LA MASACRE DE MAPIRIPAN