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FACULTAD DE CIENCIAS Y ARTES

ESCUELA DE EDUCACIÓN
PROFESIONALIZACIÓN EN SERVICIO
PENSAMIENTO VENEZOLANO (FASE VIII)
PROF. DAVID RUIZ CHATAING

PRIMERA PARTE

Elaborado por:
Lola M. Rincón de Morales

1º parte: 12 de mayo de 2007


1.- ÍNDICE

1.- ÍNDICE 2

2.- INTRODUCCIÓN 3

3.- EL SOCIALCRISTIANISMO EN EL MUNDO 5

3.1.- ANTECEDENTES 5
3.2.- LA ENCÍCLICA RERUM NOVARUM 5
3.3.- EL SOCIALCRISTIANISMO DEL SIGLO XX 6
3.4.- CAUSAS DE SU APARICIÓN EN EUROPA 7
3.5.- PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DEL PENSAMIENTO SOCIALCRISTIANO 7

4.- EL SOCIALCRISTIANISMO EN AMÉRICA LATINA 10

4.1.- EVOLUCIÓN DEL SOCIALCRISTIANISMO LATINOAMERICANO 11

5.- CONCLUSIÓN PRELIMINAR 13

6.- BIBLIOGRAFÍA 14
2.- INTRODUCCIÓN

En las postrimerías del siglo pasado la Iglesia Católica toma la delantera, de la mano
de dirigentes vinculados a la lucha social, reaccionando tajantemente por una parte, frente a
los desmanes del capitalismo industrial y las tendencias totalitarias; y por la otra, en contra
del ateísmo de los marxistas.
Es cuando postula un modelo social basado en el HUMANISMO CRISTIANO. Esta
posición se plasma en documentos tan importantes como la encíclica Rerum Novarum,
publicada en 1891 por el Papa León XIII, que se convierte en piedra angular sobre la que se
levanta el socialcristianismo, al decir de algunos politólogos, un planteamiento de Tercera
Vía, esto es, una alternativa “central”, que intenta corregir los abusos tanto del capitalismo
liberal, como del comunismo clásico marxista.
Hoy en día, el socialcristianismo trata de ajustarse a los cambios que se han producido
en el planeta con motivo del derrumbe del comunismo clásico y la redefinición de los estados
democráticos socialistas. Luego de las complejas redes económicas y financieras que se han
formado en el mundo a raíz del auge de la globalización, la vertiginosa carrera tecnológica, el
imperio de la informática, podría decirse que, a pesar de todos estos notables avances
científicos, legados del Positivismo, sigue imperando la desigualdad social bajo el yugo de
estructuras de poder –capitalista en algunos casos, socialista en otros-, que han convertido al
Estado en una herramienta al servicio de partidos, olvidando que el Estado somos todos.
El planteamiento socialcristiano representa un esfuerzo por moderar los desafueros
del capitalismo y restituirle al Estado su papel como agente clave en la redistribución del
ingreso y la búsqueda de los equilibrios sociales.
En esta monografía, se podrá obtener una idea general de lo que fue la génesis del
movimiento socialcristiano a nivel mundial, su evolución, sus principales características y
principios, sus formas de expresión, principalmente en partidos políticos, movimientos de
acción católica, y sus principales dirigentes. Posteriormente, se tratará de su nacimiento y
evolución en América Latina, destacando los países de mayor influencia en el ámbito político
regional (Chile, Venezuela, Panamá...) en donde el socialcristianismo ha tenido presencia
política y social importante.
Este trabajo conforma pues, la primera parte de un estudio sobre el socialcristianismo,
que en su segundo capítulo desarrollará las principales características de este movimiento en
Venezuela, tomando como ejemplo de acción al dirigente venezolano de mayor
trascendencia en el ambiente nacional e internacional, el Doctor Rafael Caldera.
Sirva este modesto análisis, para despertar el interés por los planteamientos que han
surgido desde el seno de la Iglesia Católica como reacción a la desigualdad social, que han
trascendido el ambiente religioso y se han convertido en vigorosos movimientos de acción
social, cuyo fin debe seguir siendo el mejoramiento de la calidad de vida de la persona
humana (como eje del humanismo) en su contexto social (fundamento del socialismo).
3.- EL SOCIALCRISTIANISMO EN EL MUNDO

El socialcristianismo es una corriente nacida a finales del siglo XIX, integrada por
numerosos autores y activistas sociales guiados e inspirados por la ética y el mensaje del
cristianismo. En sus orígenes destacan importantes aportes sociales y económicos,
definitivamente contrarios al liberalismo y a las filosofías individualistas, que reaccionan como
oposición a las ideas materialistas, de gran influencia a lo largo de un siglo, que
escandalizaba por el creciente desmejoramiento de las clases trabajadoras.

3.1.- ANTECEDENTES

Justamente la lectura crítica al liberalismo, sobre todo en su vertiente económica, tiene


numerosos antecedentes que contribuirían finalmente al surgimiento de la primera Encíclica
Social, la Rerum Novarum, obra del Papa León XIII en el año 1891. Destacan en tal sentido,
las obras de Philippe Buchez, Federico Ozanám, Lamenais, Frederic Le Play, Mons. Ketteler,
entre otros.
No obstante, éstos no pueden verse aisladamente, ni como si hubiesen surgido de la
nada, ya que más atrás, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, puede sentirse
un matiz social incuestionable del cristianismo, que prosiguen diversas fuentes a partir del
cristianismo primitivo (San Crisóstomo, Basilio, Ambrosio, etc.) y luego durante toda la Edad
Media y el Renacimiento.
Otros autores señalan las raíces del socialcristianismo en el Humanismo Griego y
posteriormente lo vinculan con el pensamiento de San Agustín, -relacionándolo con Platón- y
de Santo Tomás -relacionándolo con Aristóteles-, los dos grandes pensadores de la
Antigüedad.

3.2.- LA ENCÍCLICA RERUM NOVARUM

Estos y otros antecedentes culminarían como ya se dijo, en la promulgación de la


Encíclica Rerum Novarum (“El mundo en mutación”), el documento quizás más significativo
dentro del movimiento que estamos analizando, ya que es en el año 1891 cuando se marca
el inicio de lo que se conoce como Doctrina o Enseñanza Social de la Iglesia, esto es, la
reflexión más propiamente social que se hace desde la teología moral, por parte de la Iglesia.
Pero veamos qué dice el mencionado documento. El Papa León XIII denuncia la
situación en la que “un número sumamente reducido de opulentos y adinerados ha impuesto
poco menos que el yugo de la esclavitud a una muchedumbre infinita de proletarios”. Así
entonces defiende los derechos asociativos de los trabajadores y considera una “violencia”
que los salarios estén librados a la oferta y demanda del mercado, razón por la cual conmina
al Estado a actuar velando “por los derechos de los débiles y los pobres” . (subrayado mio)

Este llamado del Papa a reflexionar y actuar en medio de la “cuestión social”, daría un
gran espaldarazo a las vertientes progresistas de la Iglesia, que desde entonces tendrían
mayor relevancia en el plano no solo eclesial, sino además político, popular y cultural.

3.3.- EL SOCIALCRISTIANISMO DEL SIGLO XX

Situándonos ya en el siglo XX en Francia, para Buchez, discípulo de Saint Simon, el


cristianismo vendría a inaugurar una etapa histórica destinada a desarrollar los valores de la
igualdad, fraternidad y caridad. Su obra tiene dos grandes vertientes: por un lado, puede ser
considerado el “padre del cooperativismo francés”, ya que contribuiría al nacimiento de las
primeras cooperativas de producción en tierras galas, así como a la elaboración de ciertos
principios autogestionarios. No podría dejar de nombrarse al pensador Jacques Maritain, que
aportó muchísimas ideas y contribuyó a constituir la doctrina socialcristiana. Verbigracia el
pensador Emmanuel Mounier, muy importante en tiempos de la Post Segunda Guerra
Mundial.
En Alemania, mientras tanto, asoma como particularmente importante la figura de
Monseñor Ketteler, quien escribiría ya en 1848 que “la falsa teoría del derecho absoluto de
propiedad es un crimen perpetuo contra la naturaleza, porque Dios la ha destinado al
alimento o vestido de los hombres”. Años después, entrado el nuevo siglo, publica “La
cuestión social y el cristianismo”, donde postula la primacía del trabajo sobre el capital, así
como la sindicalización para hacer frente a los dramas sociales de la época. Vemos así,
como va definiéndose el pensamiento social-cristiano, como una fusión de la cuestión social
desde la perspectiva del cristianismo.
El pensamiento socialcristiano tendría entonces un gran desarrollo a lo largo del Siglo
XX, y serviría de plataforma entre otras cosas para la constitución de partidos políticos
inspirados en estas doctrinas (las Democracias Cristianas), así como para el surgimiento de
corrientes sindicales también inspiradas en las lecturas sociales realizadas desde matrices
cristianas.
En este contexto, se gestan los primeros movimientos de corte socialcristiano en
Europa Oriental y Occidental, así como en América Latina.

3.4.- CAUSAS DE SU APARICIÓN EN EUROPA

a) Fracaso de las ideas revolucionarias


La primera causa es el fracaso de las ideas revolucionarias nacidas en la
Revolución Francesa. Se le llama por ello la Revolución de los pobres. La
Revolución propuso la justicia y el bienestar, oponiéndose al liberalismo. Los Social
Cristianos protestan desde la perspectiva de la caridad y dicha protesta alimenta la
salida de las ideas social cristianas.

b) Surgimiento del proletariado y la cuestión social

Surge el proletariado como un terrible subproducto del Liberalismo. El campesino y


el artesano emigran a la ciudad. Hay un desplazamiento por el maquinismo. La
situación del proletariado no era superior a la de la gleba en etapas anteriores. La
concentración de proletarios permite crear los posibles nuevos cambios.

c) Aparición de otras respuestas distintas

Aparecen otras corrientes frente a la respuesta socialcristiana. Surge el marxismo


nacido en el campo cultural. Se desarrollan otras ideas como:
 Socialismo utópico
 Socialismo democrático

3.5.- PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DEL PENSAMIENTO SOCIALCRISTIANO

De manera muy resumida, se presentan a continuación los planteamientos más


importantes en los que se sustenta el pensamiento socialcristiano original, aquel que nació
como respuesta opuesta al liberalismo:
a) Valores permanentes del humanismo

 Fraternidad
 Igualdad
 Libertad
 Justicia

b) La libertad y la justicia están planteadas como superación a las contradicciones de


las otras posturas, como el liberalismo o el marxismo:
 Libertad sin justicia (liberalismo)
 Justicia sin libertad (marxismo)

c) El social cristianismo plantea justicia con libertad.

La diferencia que plantea el socialcristianismo se ve como una nueva fórmula,


donde los tres elementos que defiende la Revolución Francesa están presentes, pero con
otro orden de importancia, tal como se ve en el gráfico siguiente:

Libertad
Fraternidad
REVOLUCIÓN Igualdad SOCIALCRISTIANISMO
Igualdad
FRANCESA
Fraternidad
Libertad

3.5.- LA EVOLUCIÓN DEL PENSAMIENTO SOCIALCRISTIANO EN EL MUNDO

Si bien la historia de un movimiento tan importante a nivel mundial, ha estado repleta


de sucesos que vale la pena resaltar, hemos realizado una síntesis con los cambios más
significativos que ha sufrido el mismo, a lo largo del tiempo:

a) Se desarrolla a lo largo del siglo XX.

b) De ser una postura crítica pasa a la acción política y social.


c) Se acentúa como una actividad laical.

d) La acción social va orientada hacia: sindicalismo, cooperativismo, movimientos


mutuales.

e) En 1870, los católicos italianos participan en la unificación italiana. El Papa Pío IX


prohíbe la participación de los católicos en política. Se contrae la evolución del
Social Cristianismo.

f) Después de la I Guerra Mundial y de la Revolución Rusa surge la Democracia


Cristiana como instrumento político del Social Cristianismo.

g) Fundación del Partido Popular Italiano – con el líder Don Luigi Sturzo.

h) Después de la II Guerra Mundial aparecen los Partidos Demócratas Cristianos.


Algunos de los más grandes son: en Italia, el D.C.; en Alemania, C.D.U.; en
Francia, el PDC que colabora en la reconstrucción el degaullismo oculto.
4.- EL SOCIALCRISTIANISMO EN AMÉRICA LATINA

El pensamiento social cristiano en Latinoamérica tendría un gran desarrollo a lo largo


del Siglo XX, y serviría de plataforma entre otras cosas para la constitución de partidos
políticos inspirados en estas doctrinas (las Democracias Cristianas), así como para el
surgimiento de corrientes sindicales también inspiradas en las lecturas sociales realizadas
desde matrices cristianas.
El acervo doctrinario incluye fuentes eclesiales y no eclesiales. Entre las primeras
destacan varias Encíclicas Sociales, además de una activa labor de los diferentes Consejos
Episcopales del continente.
Hay material social de mucho interés en las Conferencias de Medellín (1968), Puebla
(1979) y Santo Domingo (1992), además del documento final del Sínodo de las Américas
(1999), donde Juan Pablo II condena frontalmente al neoliberalismo. Dice el Papa: “Cada vez
más, en muchos países americanos impera un sistema conocido como neoliberalismo;
sistema que haciendo referencia a una concepción economicista del hombre, considera las
ganancias y las leyes del mercado como parámetros absolutos en detrimento de la dignidad
y del respeto de las personas y los pueblos. Dicho sistema se ha convertido, a veces, en una
justificación ideológica de algunas actitudes y modos de obrar en el campo social y político,
que causan la marginación de los más débiles. De hecho, los pobres son cada vez más
numerosos, víctimas de determinadas políticas y de estructuras fuertemente injustas”
(Subrayado mio).
En el caso latinoamericano, también adquiere relevancia la irrupción en la década del
sesenta de la teología de la liberación, como uno de los aportes significativos en la búsqueda
de causas estructurales de los problemas socioeconómicos en estas tierras.
Entre las fuentes no eclesiales, se destaca la labor de numerosos intelectuales con
influencia en el campo político, social o académico, que contribuyeron a consolidar el
pensamiento humanista cristiano. Ha sido el caso, entre otros, de Arístides Calvani y Rafael
Caldera en Venezuela; Ricardo Arias, en Panamá; Eduardo Frei, en Chile; entre otros.
En todos los casos, el socialcristianismo o humanismo cristiano termina convertido en
una de las corrientes claves para comprender la historia de las ideas en los últimos cien
años, así como de los principales partidos políticos.
Partidos, que al decir del Dr. Rafael Caldera, son “de gran acervo doctrinario,
inspirados en una concepción democrática, valorativa, orgánica y pluralista de la sociedad y
en una visión del mundo basada en una actitud espiritualista y orientada a la construcción de
un orden social conforme con el espíritu cristiano”.
Debemos preguntarnos ahora, dice Caldera, “por qué existen, qué son, qué realizan,
qué mensajes ofrecen a los pueblos los partidos demócrata-cristianos”. Para responderse
luego: “En este sentido, los partidos demócrata-cristianos no surgen como una manifestación
caprichosa ni como un simple afán de concurrencia en la controversia política, sino como la
sustentación de una fórmula distinta: distinta de los esquemas apegados al conservatismo,
empeñados en mantener el orden social, los cuales aceptan apenas algunas formas
superficiales de cambio; y distinta también de las perspectivas de cambio inspiradas en la
filosofía marxista”.
Una máxima extraída de su libro “Especificidad de la Democracia Cristiana” (última
edición, 2002), expone con muchísima convicción este punto, al decir: “es acertado afirmar
que los movimientos demócrata-cristianos han surgido para tratar de realizar, a través de una
acción política de naturaleza democrática, las ideas social-cristianas, es decir, un programa
social de inspiración cristiana, que revalorice el hombre, exalte el trabajo, ponga la propiedad
a cumplir su función social y la someta a normas exigidas por la comunidad, trate de realizar
la justicia social y la solidaridad humana, tanto en escala nacional como en escala
internacional”. (op cit, pág 72).

4.1.- EVOLUCIÓN DEL SOCIALCRISTIANISMO LATINOAMERICANO

El origen histórico del socialcristianismo latinoamericano se ubica en los años treinta,


cuando la corriente mayoritaria dentro de la Iglesia promovía el sistema corporativo y
simpatizaba con Franco en la guerra civil española. Hasta los líderes de la avanzada
Democracia Cristiana de Chile eran en aquella época "falangistas". En años posteriores, sin
embargo, los representantes latinoamericanos del socialcristianismo siguieron la misma
evolución que esa tendencia política sufrió a nivel mundial. La identificación de los cristianos
progresistas con la causa antifascista durante la segunda guerra mundial repercutió sobre la
conciencia de los socialcristianos latinoamericanos, a la vez que aumentó la proporción de
trabajadores y otros sectores sociales de bajo ingreso en la militancia de los partidos de esa
corriente.
Muchos de los conductores iniciales de los partidos que en América Latina
desarrollaron sus primeras actividades en grupos de Acción Católica o en organizaciones
similares de inspiración cristiana, de las cuales fueron dirigentes, entendieron que la Acción
Católica tenía un campo restringido y pensaron que había que transmitir un mensaje en el
campo político; se lanzaron entonces a la vida política a promover un orden cónsono con
aquellas ideas, pero de naturaleza específicamente política.
Algunos promotores de partidos demócrata-cristianos comenzaron por tratar de
realizar su concepción del orden político y social a través de partidos ya existentes. Trataron
de transformar estas maquinarias ya establecidas, existentes y poderosas, y ponerlas al
servicio de la idea de un orden cristiano justo. Por ejemplo, en Chile, donde los fundadores
de la Democracia Cristiana salidos ya del campo específico de la Acción Católica.
comenzaron por hacer sus primeras armas políticas dentro del Partido Conservador, en la
esperanza de llevar a un partido que se decía cristiano, una inspiración social y política
genuinamente cristiana, y transformar sus estructuras en un instrumento de servicio de una
idea nueva, una idea de cambio y renovación social.
En general, podría decirse que en América Latina hay una gama de partidos que no
son idénticos, con diferencias entre unos y otros que derivan de una serie de circunstancias,
según la determinante histórica de los distintos países y momentos; pero entre todos
representan un conjunto de ideas y aspiraciones comunes derivadas de los elementos
doctrinarios ya mencionados.
Hoy por hoy, en América Latina se tiene un movimiento de vigoroso nacionalismo,
dispuesto a asegurar el control soberano de los renglones esenciales de la economía, la
potestad de decisión en los asuntos que conciernen a la región y el fortalecimiento de una
cultura propia y de un liderazgo propio en el campo de la ciencia y la tecnología.
Actualmente, los partidos demócrata cristianos de toda América Latina cuentan entre los
defensores mas decididos de la democracia representativa y de la "sociedad abierta", a la
cual consideran como el único marco político apropiado para realizar su "revolución en
libertad". En palabras de Caldera, “profesamos un nacionalismo democrático, recio en la
afirmación de nuestra liberación nacional, ferviente en el culto a los valores patrióticos y a los
fundadores de la nacionalidad, firme creyente en los principios del orden democrático, en lo
nacional y en lo internacional”. (op cit. Pág 87).
5.- CONCLUSIÓN PRELIMINAR

La doctrina socialcristiana y sus modelos de acción social, siguen estando


notablemente vigentes hoy, en pleno siglo XXI. El hombre actual, pese a los avances
tecnológicos y teleinformáticos, sigue viviendo en un planeta plagado de injusticia social y
mientras haya abuso de poder y explotación de las clases trabajadoras (llámese el régimen
capitalista o socialista), la finalidad del socialcristianismo seguirá en pie, pues su objeto, que
es el destino del hombre y sus circunstancias, le seguirá preocupando y hacia eso debe
seguir apuntando en esencia: a mejorar sus condiciones de vida, con absoluta prescindencia
de lo filosófico o religioso.
La evolución del pensamiento socialcristiano mundial demuestra la inquietud del ser
humano por rescatar y aplicar los principios de fraternidad, igualdad y libertad, en un
ambiente de justicia y paz, más allá de cualquier inclinación religiosa. Tal vez, se ha fallado
en la instrumentación. Tal vez la han ejercido muchos hombres que, disfrazados de
dirigentes socialcristianos, sólo han codiciado el poder. Muchos incluso critican que la Iglesia
católica, con su estructura rígida e impenetrable, no ha sido el mejor ejemplo de
desprendimiento en la historia de la humanidad y aun destacan los actos inhumanos de la
inquisición medieval.
De cara al futuro, la lucha continúa. Muchos países del planeta siguen sufriendo
niveles críticos de pobreza y explotación de la clase trabajadora. En reacción a esta
desigualdad es que justificamos al socialcristianismo y mientras siga habiendo motivos de
lucha, el pensamiento socialcristiano seguirá teniendo razón de ser.

Cien años después de la Encíclica RERUM NOVARUM, reconocida como el más


significativo antecedente del socialcristianismo, Juan Pablo II lanzaba esta reflexión:

“Ojalá que estas palabras, (las del Rerum Novarum, argegado mio) escritas cuando
avanzaba el llamado capitalismo salvaje, no deban repetirse hoy día con la misma
severidad. Por desgracia, hoy todavía se dan casos de contratos entre patronos y
obreros, en los que se ignora la más elemental justicia en materia de trabajo...” (Juan
Pablo II, Centesimus Annus, 1991).
6.- BIBLIOGRAFÍA

- DE LA WEB:
 www.tripod.com/paabloguerra/ccinco.htm
 www.atinachile.cl/node/6779
 acmoti.org/ARISTIDES%CALVANI.%20jose%30gomez%20cerda.htm
 www.analitica.com/vas/1999.01.2/contenido/nacional/nacional2.htm

- TEXTOS:
 Caldera, Rafael. “Especificidad de la Democracia Cristiana”. Manual de
Formación. Caracas, 2002.
 Fundación Polar. “Historia de Venezuela en Imágenes”.

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