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Los cinco ritmos: muestra potica

Flujo: fragmento de Muerte sin fin, de Gorostiza


Lleno de m, sitiado en mi epidermis por un dios inasible que me ahoga, mentido acaso por su radiante atmsfera de luces que oculta mi conciencia derramada, mis alas rotas en esquirlas de aire, mi torpe andar a tientas por el lodo; lleno de m ahto me descubro en la imagen atnita del agua, que tan slo es un tumbo inmarcesible, un desplome de ngeles cados a la delicia intacta de su peso, que nada tiene sino la cara en blanco hundida a medias, ya, como una risa agnica, en las tenues holandas de la nube y en los funestos cnticos del mar ms resabio de sal o albor de cmulo que sola prisa de acosada espuma. No obstante oh parado a constre!ida por el rigor del "aso que la aclara, el agua toma forma.

Staccato: Arqueros, de F. Garca Lorca

Los arqueros oscuros a Sevilla se acercan. Guadalquivir abierto. Anchos sombreros grises, largas capas lentas. Ay, Guadalquivir! Vienen de los remotos pases de la pena. Guadalquivir abierto. van a un laberinto. Amor, cristal y piedra.

Ay, Guadalquivir!
Caos: fragmento de Anaflor, de Kurt Schwitters

!h amada de mis veintisiete sentidos, yo te amo! " t#, te, ti, contigo, yo te, t# me. "$%osotros& esto 'de paso( no queda bien aqu. $)ui*n eres t#, mu+er innumerable& ,# eres "$eres& "eras, dicen", de+a que digan, ni siquiera saben sobre qu* pie descansa el campanario. Sombrero en los pies, caminas con las manos. Volando sobre las manos. -ola, redobles blancos recortan tu ropa ro+a ro+o te amo Ana.lor, en ro+o te me amo! "t# tuyo te a ti, yo te, t# me "$nosotros& /sto 'de paso( se avienta a la brasa .ra. 0o+a.lor, ro+a Ana.lor, $qu* murmuran por ah& Adivina1 2( la loca divina Ana tiene un ave. 3( Ana.lor es ro+a. 4( $ el ave& $)ui*n sabe&
Quietud: s.t. Haik de Ko a!ashi "ssa

5n mundo que su.re ba+o un manto de .lores Lrico: fragmento de La Primavera, de Juan Melndez Valds La blanda primavera derramando aparece sus tesoros y galas por prados y vergeles. 6espe+ado ya el cielo de nubes inclementes, con lu3 c7ndida y pura re a la tierra alegre. /l alba de a3ucenas y de rosa las sienes se presenta ce8idas,

sin que el cier3o las hiele. 6e esplendores m7s rico descuella por oriente en triun.o el sol y a darle la vida al mundo vuelve. 9edrosos de sus rayos los vientos enmudecen, y el vago ce.irillo bullendo les sucede, el c*.iro, de aromas empapado, que mueven en la nari3 y el seno mil llamas y deleites.

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