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Frohe Weihnachten- Merry Christmas

En el medio de una guerra, la Primera Guerra Mundial, dicha ser la más violenta y
sanguinaria de todos los tiempos. Aun así, en el medio de tal conflicto, y por un
brevísimo período de tiempo, lo que se conoce como una tregua no oficial ocurrió
en el frente occidental.

Tanto alemanes, ingleses como franceses abandonaron las armas por un breve
instante. Aquel 24 de Diciembre de 1914 ocurrió un encuentro que recuerda a
quienes creen en la acción militar, que las guerras son conflictos de las cúpulas de
poder, diseñadas por las cúpulas, pero luchadas por aquellos ajenos a ellas. A
pesar de no compartir un idioma, un territorio, quizás hasta una misma fe- si
aceptamos que los anglicanos, católicos y luteranos son distintas fes- , todos los
soldados se unieron en tregua, para felicitarse, saludarse e incluso alegrarse y
confortarse mutuamente. Ese día no existió la Padre Patria alemana, ni la Madre
Patria inglesa, ni la República de Francia. Existió paz, armonía y unión.

Entre tanta celebración ocurrió un encuentro de fútbol, informal como ha de


esperarse, que goza de la dicha de ser el único enfrentamiento pacífico entre
ingleses y alemanes- eternos rivales en todo- que hubo durante la guerra.

Fue un encuentro emotivo, alegre y entretenido. La pelota iba y venía al son de las
patadas que determinaban su rumbo. Entre la lucha por el balón, alguna que otra
falta fue cometida, y rápidamente solventada, dándole algo a qué apuntar a los
estándares de fair play actuales de la FIFA. El resultado fue un claro 4-2 para los
alemanes.

Si bien se trató de algo sin importancia estadística para el deporte, representó lo


que puede ser el comienzo de una rivalidad sin iguales en el mundo del fútbol. No
definió ningún torneo, ni declaró a un campeón o algo por el estilo. Simplemente
fue un enfrentamiento en aras de la unión entre hombres. Hombres, que
probablemente tenían más en común entre sí- a pesar de ser ciudadanos de
naciones en guerra- que con sus superiores, la alta cúpula del poder. De un 4-2 no
se oiría nuevamente entre dichas selecciones hasta la final más controversial,
entretenida y debatida del mundo: una que ocurrió 52 años después en Wembley,
Londres. Una que la ganó esta vez Inglaterra.

Quizás los soldados presentes en la tregua de 1914, que seguían vivos para el
momento de dicho encuentro, podrían descansar al fin en paz sabiendo que, no
sólo ganaron la guerra, sino que saldaron una deuda emotiva con sus iguales
alemanes.

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