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El Enigma de la Vida – pág.

El Enigma de la Vida
por Nils A. Amnéus

Traducción al Español © 2004 por Theosophical University Press. Todos los derechos
incluyendo el derecho de reproducción en todo, en parte, o en cualquier forma están
reservados a través de tratados Internacionales y Panamericanos.

First Edition copyright © 1954 Thomas Amneus. Published by Theosophical


University Press 1998 (print version also available). Electronic version ISBN 1-55700-182-0.
The selection from John Masefield's Collected Poems, © 1940, The Macmillan Company, is
reproduced by permission. This edition may be downloaded for off-line viewing without
charge. No part of this publication may be reproduced or transmitted for commercial or other
use in any form or by any means, electronic, mechanical, photocopying, recording, or
otherwise, without the prior permission of Theosophical University Press.

Lleno de explicaciones y ejemplos de la aplicabilidad de la Sabiduría Antigua a la vida


de todos los días, El Enigma de la Vida es una presentación cálida y familiar de principios
eternos. El autor, quien considera al Universo como una escuela de la experiencia, extrae
conceptos de muchas disciplinas, para ayudarnos a discernir las leyes eternas que son la razón
fundamental de Madre Naturaleza y de la naturaleza humana.

Ensayos cortos y estimulantes estudian los dilemas de la vida, y vierten luz sobre el
Karma, la muerte, la reencarnación y nuestros diversos estados de consciencia. Extrayendo
extensamente de la Naturaleza, del mundo mitológico y de las escrituras religiosas, Amnéus
describe las relaciones comprensivas entre los Egos, el Personal y el Superior, hasta que
ambos se convierten en Uno mediante evolución eterna y optimismo. "Si observamos a una
persona que duerme, notamos que el cuerpo yace allí tranquilamente, llevando a cabo ciertas
funciones automáticas . . . A partir de esto, vemos que el cuerpo no es el hombre por él
mismo, sino que, al igual que la mente, es una herramienta que usa el Ego para su evolución
aquí, en la Tierra."

ÍNDICE DE MATERIAS

Capítulo I: La Sabiduría Antigua

La Vida Única
El Universo, Un Organismo Vivo
Dualidad de Espíritu y Materia
Involución y Evolución

Capítulo II: El Universo: Una Escuela de Experiencia

La Escuela de la Naturaleza
La Ley de Causa y Efecto
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El Tomar Cuerpo Nuevamente


Ciclos
El Salón de Clases del Hombre
El Propósito

Capítulo III: Lo Oculto de la Naturaleza

Planos Supersensoriales de Existencia


La Limitación de Nuestros Sentidos
El Mundo Mental
Percepción Extrasensorial
Los Perfiles de Conciencia

Capítulo IV: La Naturaleza Compleja del Hombre

Lo Difícil del Autoánalisis


Un Solo Rayo — Numerosas Consideraciones
El Ego Humano
El Dios Interno del Hombre
La Mente
Disposición de Ánimo, Sentimientos, Emociones
El Cuerpo Modelo
El Cuerpo Físico
Armonizando Principios
El Carácter
La Construcción del Carácter
El Destino del Hombre Se Construye por Esfuerzos Propios Esfuerzos

Capítulo V: Estados De Conciencia

Método Indirecto de Estudio


La Conciencia en el Estado de Vigilia
El Soñar Despierto
Preparándonos Para Ir a Dormir
El Dormir — El Soñar
El Despertar
Estados Anormales de Conciencia
Deducciones Respecto a los Estados de Conciencia

Capítulo VI: Muerte — El Dormir — El Nacer

El Temor a Lo Que No Entendemos


El Dormir y la Muerte
El Rayo de Conciencia se Retira
La Asociación se Disuelve
El Proceso De Separación
El Rayo Absorbe Su Proyección
Período de Descanso entre Vidas Terrenales
Las Simientes del Carácter
El Rayo Reingresa a la Materia
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El Cuerpo Físico Es Útil Solamente para la Existencia Física


Nuestro Regreso Indica Pre-Existencia
Nuestra Salida Indica Continuidad de Existencia
El Cambio de Escenario No Cambia al Peregrino
Confiemos en la Naturaleza
La Vejez

Capítulo VII: Reencarnación

Abandono y Readopción del Cuerpo Humano


La Existencia del Ego Es Continua; Esa Noción de Existencia para el Ego Es
Intermitente
Dualidad - Individualidad - Personalidad
Reencarnación y Pérdida de Memoria
Períodos Desproporcionados de Tiempo
¿Por Qué el Dios Interior Desciende a los Planos Inferiores del Ser?
El Simbolismo de la Crucifixión
Casos Especiales
Transmigración: Incomprendida, pero Fiel
Reencarnación a Través de las Edades

Capítulo VIII: Karma: La Ley de las Consecuencias

Leyes Intrínsecas de la Naturaleza


La Ley en la Naturaleza
Las Leyes de la Naturaleza Deben Ser Universales
Efectos Retardados
"La Muesca en el Tipo de Imprenta"
Medios Usados Por El Karma
Sucesos al Azar
Comentarios sobre los Sucesos al Azar Basados sobre la Enseñanza Antigua
El Karma y la Falta de Atención
Nosotros Creamos Nuestro Propio Destino
"Así Como Es Arriba, Así Es Abajo"
Todo Esfuerzo Cuenta
Un Factor Nuevo Ingresa
Todo Lo Que Necesitamos Saber
Neutralizando o Preequilibrando Karma
Posponiendo el Karma
Karma de Grupo
El Karma y el Problema del Libre Albedrío
Deseos Conflictivos
El Carácter Toma Partido, Pero No Decide
El Poder de Elección Es Inherente en el Ego
Ninguna Predestinación o Fatalismo
Teorías del Fatalismo
Una Solución no Fatalista
La Libertad De Escoger, Varía
Libre Albedrío, un Factor en la Evolución
Efectos Demorados y Libre Albedrío
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El Aspecto Doble del Libre Albedrío


Bondad y Maldad
El Sufrimiento y la Adversidad como Enseñanzas
Karma "Bueno" y Karma "Malo"
Karma y Venganza
"Interfiriendo con el Karma"
Karma y el Perdón de los Pecados
El Karma y la Curación Mental
"Sufrimiento Inmerecido"
¿Es Injusto Sufrir por Hechos Olvidados?
¿Son los Efectos Demorados Conducentes a la Maldad?
Karma-Némesis y el Karma Amigo
El Karma y Sus Doctrinas Compañeras
El Karma y la Teoría de una Sola Vida sobre la Tierra
El Karma y la Prueba Científica
La Prueba Más Fuerte para el Karma
El Karma y las Religiones Grandiosas

Capítulo IX: Fraternidad

Fraternidad — Una Realidad En La Naturaleza


Indicaciones Externas de Unidad
Evidencia Indirecta de Unidad
La Piedra de Tropiezo Es el Egoísmo
¿Nos "Beneficiamos" del Egoísmo?
Un Llamado al Egoísta
Egoísmo Revertido
La Ética Basada sobre las Leyes de la Naturaleza
La Unidad Es la Causa — La Fraternidad Es el Efecto
Las Ideas Gobiernan el Mundo
Respuestas a Algunos de los Enigmas de la Vida
La Edad de Oro de la Fraternidad
________________________________________

Nils A. Amnéus nació en 1878, en Gothenburg, Suecia. Estudió Ingeniería Mecánica


en la Escuela Técnica Borås, obteniendo su grado en 1899. Emigró a los E. U. ese mismo año
y, dos años después, se convirtió en miembro de la Sociedad Teosófica. Se casó con Harriet
Anchersen en Massachusetts, en 1906 y, en 1920, se trasladó con su familia a la sede
teosófica en Point Loma, California, en donde enseñó en la Escuela Raja-Yoga y en la
Universidad Teosófica. En 1925, reasumió su carrera de ingeniero y, durante la 2ª Guerra
Mundial, trabajó en el Laboratorio de Radiación de la Universidad Berkely, de California. Fue
un trabajador incansable para la Sociedad Teosófica, organizó logias, dió conferencias, y fue
escritor. El manuscrito de El Enigma de la Vida lo completó, pero no fue publicado antes de
su muerte, en 1952. Su primer libro, Does Chance or Justice Rule Our Lives?, ha sido
traducido al alemán, finlandés, sueco, holandés y al oriya (un idioma sánscrito de la India).
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Capítulo I

La Sabiduría Antigua
La Vida Única
El Universo, Un Organismo Vivo
Dualidad de Espíritu y Materia
Involución y Evolución

El Enigma de la Vida es un recinto de muchos problemas, tales como los siguientes:


¿Por qué hay tanto sufrimiento en el mundo?
¿Por qué existe tanta injusticia?
¿Cuál es el propósito de la vida?
¿Existe vida después de la muerte?
¿Tenemos libre albedrío o somos marionetas del destino?
¿Somos responsables de nuestros actos, recogeremos lo que sembramos?
¿Es este un Universo fortuito, gobernado por fuerzas ciegas, o existe un plan detrás de él?

La Sabiduría Antigua

El autor de este libro ha encontrado respuestas a esas y muchas otras preguntas


relativas a la vida, en un sistema de enseñanzas antiguas que han existido desde tiempo
inmemorial. Estas enseñanzas, conocidas por "Sabiduría Antigua" o la "Religión de la
Sabiduría," han existido en todos los tiempos y en todos los países, pero han sido escondidas
al mundo frecuentemente y por largos períodos de tiempo. A pesar de todo, siempre han sido
mantenidas en buen estado, y a intervalos se han vuelto a emitir para iluminar y guiar a la
humanidad en su viaje ascensional.

Después de cada nueva presentación, estas enseñanzas permanecen puras por un


período, pero gradualmente se pervierten por dogmas y opiniones artificiales, y sus
significados verdaderos y secretos se pierden. Así, esas enseñanzas deben ser dadas otra vez
en un lenguaje apropiado al nuevo tiempo en el cual son emitidas. La más reciente
reafirmación de las enseñanzas antiguas fue empezada por Helena Petrovna Blavatsky, quien
fundó la Sociedad Teosófica con ese propósito en 1875. La Sabiduría Antigua, revestida en
lenguaje moderno, es conocida ahora por el nombre de Teosofía.

En lo que sigue, presentaremos algo de las Enseñanzas Antiguas que proporciona


solución a muchos de los problemas de la vida, y demuestra que el Hombre no es un peón
desamparado, gobernado por fuerzas ciegas, sino que tiene el poder de escoger, que tiene el
poder de actuar, y por lo tanto, es responsable de sus actos, para que, a su debido tiempo,
recoja todo lo que ha sembrado. También demuestran que existe un propósito en la vida, y
que el Hombre está orientado hacia un destino glorioso.

Un esquema corto de algo de las Enseñanzas Antiguas será presentado primero; y a


medida que entremos en ellas, ampliaremos más esos conceptos.
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La Vida Única

La primera proposición de las Enseñanzas Antiguas es la más difícil de presentar,


porque se ocupa de lo infinito, y por lo tanto, no es de fácil comprensión para nuestra mente
finita; y todavía más, es muy difícil de ser puesto en palabras para entenderlo. Como quiera
que sea, la enseñanza general es que, detrás del Universo material y visible que conocemos,
existe un Principio Omnipresente, Eterno, Ilimitado e Invariable: la Esencia Divina de la
Vida, que es causa invisible del universo visible y todo lo que tiene vida en ese universo (H.
P. Blavatsky, La Doctrina Secreta, Vol. 1:14-17).

Esta Esencia Divina Universal es eterna e invariable. Pero cuando un Universo


Material se manifiesta, entonces esta Vida Universal emana o diferencia unidades
individualizadas de su propia esencia, y cada unidad de vida, o "Mónada" como es conocida,
entra en el Peregrinaje de Evolución en ese nuevo universo que está justamente para
comenzar como un nuevo ser.

Así, la Esencia Divina Universal viene a ser la fuente y origen de toda vida. Cada
Mónada en evolución tiene en su núcleo más íntimo un rayo de esta Divina Esencia, tal y
como un rayo de sol tiene su origen en el sol y acarrea con él, algo de la esencia del sol. Las
escrituras hindúes antiguas expresan esta idea:

Así como el Sol ilumina todo su sistema planetario,


Así mismo el Espíritu Universal ilumina a todo cuerpo.
— Bhagavad Gita, Capítulo 13

El Universo, Un Organismo Vivo

Las Enseñanzas Antiguas establecen que el Universo, como un todo, es un organismo


viviente, y que cada vida individual dentro de ese Universo está ligada a la Vida Universal, la
cual, en realidad, es una parte inseparable de esa vida.

Las formas variadas de vida que vemos en la Naturaleza parecen estar desligadas y
completamente independientes unas de las otras, pero la Sabiduría Antigua nos dice que esta
independencia solo existe en la forma, vehículo o cuerpo exterior y material en el cual la
Mónada está encarnada por ese tiempo. Detrás de esta forma externa existen diferentes
manifestaciones, diferentes expresiones de la misma Vida Universal, las cuales no son
independientes entre sí, sino que internamente están unidas unas a las otras en los planos
invisibles de la Naturaleza.

Así como un grupo de islas parecen existir independientemente, cuando en realidad


son afloraciones de la misma Madre Tierra conectadas por debajo del agua en una forma
aparentemente escondida, así mismo sucede con los dedos de las manos, los cuales
aparentemente están libres hasta cierto punto, cuando en realidad están unidos en la misma
mano; así sucede también con las hojas de un árbol, quienes viven existencias individuales,
pero que también forman parte de una unidad mayor, en este caso, el árbol. Esto es lo que
sucede con cada vida individual, la cual forma parte de la Vida Universal Única. El vínculo
que ata la vida individual a la Vida Universal, como también a las otras vidas individuales, "el
tallo de la hoja," es el rayo de Divinidad en el núcleo de cada ser.
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Esta doctrina de que todos los seres somos emanaciones de la Vida Universal Única se
encuentra en todas partes del mundo, y es reconocida en expresiones como: "Dios está en
todas partes," "Dios está en todas las cosas." Él es "el Único en todo," la Vida Única
expresándose por ella misma mediante la vasta variedad de formas que vemos en el Universo.

Así como la Divina Esencia Universal se extiende completamente a través del espacio
infinito, y ese todo debe abarcar todas sus partes, así es igualmente cierto que somos "Todo en
Uno," o como el Apóstol Pablo se lo dice a los atenienses:

Porque en Él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios


poetas también han dicho: Porque linaje Suyo somos. — Hechos 17:28

El Apóstol Pablo, entre paréntesis, admite que la doctrina ya era conocida por los
griegos. El hecho de que todas las unidades de vida han emanado de la misma Fuente
Universal, es la base para que la Doctrina Antigua diga: "La Hermandad es una realidad en la
Naturaleza."

Para resumir: Todo en el Universo está vivo y "Todos somos . . . partes de un todo
estupendo, cuyo cuerpo es la Naturaleza; y Dios, su Alma" (Alexander Pope).

Dualidad de Espíritu y Materia

Cuando un período para que se manifieste un Universo exterior y visible se acerca, la


Esencia Única de Vida se muestra bajo dos aspectos contradictorios: Espíritu o Conciencia,
por una parte; y Materia o vehículo, por la otra. Como quiera, Espíritu y Materia no son
realidades independientes, sino que son los dos polos opuestos de Una Sola Realidad; así que,
aún sólo materia no existe sin vida y conciencia en un nivel inferior; así también, la
Conciencia debe tener un vehículo material, ya sea denso o etéreo, a fin de autoexpresarse
como una Conciencia individual. En las entidades más evolucionadas, el Espíritu domina,
mientras que la Materia domina en las menos evolucionadas. Pero en cada caso, como las
escrituras hindúes lo dicen:

No existe materia sin espíritu, así también no hay espíritu sin materia.

Así como una lente es necesaria para concentrar luz solar difusa y volverla un centro
brillante y activo, así también se necesita un cuerpo o un vehículo material para concentrar un
rayo de la Mente Universal y convertirlo en Conciencia individual. Una lente más grande y
perfectamente transparente producirá una concentración de luz mucho más potente que una
lente pequeña de transparencia ondulada o de superficie áspera. Así también, un instrumento
o un cuerpo altamente evolucionado admitirá una manifestación más perfecta de la
Conciencia que habita internamente, que un instrumento menos perfecto.

A través de todo el Universo manifestado podemos ver esta dualidad de Espíritu y


Materia. El Espíritu o Conciencia no puede actuar directamente en materia bruta, y la
Doctrina Antigua nos dice que existen muchas fuerzas y energías intermedias que forman las
conexiones y enlaces entre ellos, para habilitar al Espíritu a que controle el cuerpo en el cual
funciona. Este tema lo discutiremos más ampliamente en próximos capítulos.
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Involución y Evolución

Las doctrinas referentes a Evolución e Involución pueden ser mejor entendidas si


rastreamos el origen de estas dos palabras. Las dos provienen del verbo latino volvere que
significa "hacer girar, enrollar." El prefijo "e" significa "hacia fuera o lejos de," mientras que
el prefijo "in" significa "hacia adentro." Evolución, entonces, significa desenrollar o
desenvolver algo que está envuelto o enrollado, mientras Involución significa envolver o
enrollar algo que ha estado desenrollado. Veamos el siguiente ejemplo:

En tiempos antiguos, los libros no fueron impresos en páginas de papel y


encuadernados en volúmenes como se hacen ahora. La información fue inscrita en rollos de
pergamino llamados Manuscritos de pergamino y cuando eran leídos, tenían que ser
desenrollados para exponer lo escrito. A medida que la lectura se efectuaba, el final inferior
del manuscrito se desenrollaba, o evolucionaba, exponiendo la escritura dentro del manuscrito
(en esos momentos, oculta), mientras que, al mismo tiempo, el final superior del manuscrito
se enrollaba, se envolvía (involución), escondiendo u ocultando lo que ya había sido leído.

Cuando la Vida Única se manifiesta como una porción de ella misma, convirtiéndose
en un Universo visible, al hacerlo, sus dos aspectos de Materia y Espíritu evolucionan
alternativamente. En el comienzo de un ciclo de manifestación, la Materia está evolucionada,
lo que implica que debe haber sub-estrato o fundación provisto para que una mayor evolución
se desarrolle. Esto es un ejemplo que ocurrió en las etapas tempranas de la existencia del
planeta cuando la Materia dominaba la escena y no se vislumbraba rasgos de vida superior.
Así, la Doctrina Antigua nos dice que, aún en la roca, existe una forma de vida — de un orden
muy inferior, no esa clase de vida como la que ordinariamente tenemos concepto de ella, pero
que sí existe alguna clase de vida en ella. En este caso, la Materia domina y el Espíritu está
casi completamente dormido o envuelto. A esto se le llama Evolución de la Materia e
Involución del Espíritu.

A medida que el proceso se desarrolla y la Vida y el Espíritu han tenido tiempo para
ejercer su influencia sobre la Materia, ésta última pierde algo de su densidad, volviéndose más
compleja, volviéndose materia para los cuerpos de las plantas, animales y humanos,
volviéndose materia más refinada que la de las rocas. En los reinos Animal y Humano, la
Vida y el Espíritu gradualmente ganan ascendencia, y la materia pierde algo de su influencia
retardatriz sobre el Espíritu. Esto es Evolución del Espíritu, e Involución o recesión del
aspecto denso de la Materia.

Así, la Evolución del Espíritu es siempre acompañada por la Involución simultánea de


la Materia. De la misma forma, la Evolución de la Materia es acompañada por la Involución
del Espíritu, justamente como se desenrolla el extremo de un manuscrito al enrollar
simultáneamente el extremo opuesto. El propósito de la vida es alcanzar la plenitud, el
desarrollo, la expansión de la Conciencia, el crecer de estados inferiores a estados superiores
del ser, y este avance solo se consigue a través del proceso de Evolución.

El centro o el núcleo más íntimo de toda unidad de vida, o Mónada, es un Rayo o


emanación de la Vida Universal Única. Es este Rayo que origina y vitaliza toda forma en la
Naturaleza. Mediante su conexión interna con la Vida Universal, el Rayo tiene dentro de sí
posibilidades latentes de crecimiento y desarrollo infinitos. De este Rayo proviene el impulso
ascendente, la fuerza impulsora y propulsora que es la causa secreta de toda evolución.
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Toda Mónada individual debe, en el transcurso de su peregrinaje evolutivo, habitar


todas las formas variadas de la Naturaleza, comenzando desde la más inferior, y después,
gradualmente avanza a través de eternidades y en los varios reinos, hasta alcanzar la morada
en formas superiores. En cada personificación, la Mónada gana experiencia y aprende las
lecciones que esa personificación particular le ofrece. Cuando las lecciones de esa
personificación han sido asimiladas y ya no hay más necesidad de experiencias en ese tipo de
cuerpo, el impulso ascendente dentro de la Mónada le produce buscar formas superiores a fin
de continuar su evolución. En su nueva personificación con su nuevo medioambiente
modificado, la Mónada tiene experiencias diferentes y desarrolla facultades distintas, hasta
hacerlas que funcionen en una perfección relativa. Así, otro peldaño hacia arriba es realizado;
y después, otro, y otro, hasta el infinito.

Las formas variadas de la Naturaleza que la Mónada personifica pueden compararse a


los peldaños de una escalera, hacia arriba de la cual la Mónada en evolución está subiendo.
Simbólicamente, el peldaño más alto de una escalera lleva, al que sube, a una plataforma
imaginaria, a un objetivo temporal, donde él puede descansar y recuperarse de su esfuerzo.
Pero el impulso interior no le permite más respiro, y él pronto descubre que su plataforma
soporta otra "escalera evolutiva," la cual ahora comienza a subir para alcanzar alturas mayores
que él débilmente percibe arriba de su cabeza.

Vemos debajo de nosotros, en la Escalera de la Vida, Mónadas en una siempre


ascendente escala de Evolución, pasando desde el átomo y los minerales, hasta el Hombre.
Todas esas Mónadas están siendo dirigidas hacia la etapa Humana en una marcha ascendente
que abarca períodos de tiempo de duración incomprensible. La Doctrina Antigua nos dice que
arriba del Hombre existen otras Escaleras que guían hacia alturas inconcebibles, las cuales
algún día, en edades por venir, el Hombre comenzará a subir. Las posibilidades para alcanzar
plenitud son infinitas, y el destino del Hombre es, hasta cierto punto, tan grandioso de lo que
él se pueda imaginar.

Así, la Evolución no tiene fin, pero también no es una ascensión continua o


ininterrumpida. Existen paradas temporales, comienzos y finales relativos, pero nunca ha
habido un primer comienzo y nunca habrá un punto final.

Debe notarse que el concepto de Evolución presentado por la Sabiduría Antigua


difiere de la Teoría de Darwin. De acuerdo a esta última, son las formas de la Naturaleza las
que cambian, mediante un proceso de "selección natural" y de "la supervivencia del más
capacitado," de acuerdo a grados imperceptibles de una forma a otra. La Sabiduría Antigua,
por su parte, establece que las formas de la Naturaleza son relativamente estables, aunque
ellas experimentan algunos cambios de superación retardados. Pero el verdadero actor del
drama de la Evolución es la Mónada residente, y debe hacerse distinción entre esa Mónada y
el vehículo o cuerpo que ella habita.

La Mónada "emigra" a través de los tiempos, desde las formas inferiores hacia las
superiores, ascendiendo en los Reinos de la Naturaleza, hasta que después de eternidades
alcanza el Reino Humano.

Para resumir: La Sabiduría Antigua considera la Evolución como un proceso de


desenvolvimiento o de desdoblamiento mediante el cual, posibilidades latentes e inherentes en
la Mónada, gradualmente logran expresiones. A medida que la Mónada avanza y habita
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formas superiores, un despliegue más grandioso de sus facultades latentes se vuelven


realizables.

Capítulo II

El Universo: Una Escuela de Experiencia


La Escuela de la Naturaleza
La Ley de Causa y Efecto
El Tomar Cuerpo Nuevamente
Ciclos
El Salón de Clases del Hombre
El Propósito

El Universo, incluyendo el visible y el invisible . . . existe por el amor a la experiencia


y emancipación del alma. — Patañjali (Filósofo Hindú de la Antigüedad)

La Escuela de la Naturaleza

El Universo es una enorme escuela de experiencia para el despliegue de una


Conciencia mayor en todas las unidades de vida que componen ese Universo. La Naturaleza
Materializada es una de las escuelas en la que ciertos cursos de instrucción son ofrecidos.
Todas las Mónadas que ganan su experiencia en la escuela mayor de la Naturaleza, empiezan
su evolución para este ciclo en determinados momentos del pasado lejano, lo cual hace que
muestren diferencias enormes en su desarrollo. Pero no todas ellas pueden beneficiarse por
tener las mismas experiencias en este tiempo, y la Naturaleza provee para esta mayor
diversidad de desarrollo, el ofrecimiento de oportunidades para personificarse en una vasta
variedad de formas diferentes: en los Reinos Mineral, Vegetal, Animal, y Humano; y en un
casi infinito número de subgrados o subdivisiones dentro de ellos.

Las Mónadas menos evolucionadas aceptan un cuerpo en el Reino Mineral; aquellas


que han avanzado un poco más en su evolución aceptan un cuerpo en el Reino Vegetal; y las
más avanzadas, en el Reino Animal. Las Mónadas que han asimilado todo lo que se puede
obtener en la existencia en el Reino Animal avanzan aún más y comienzan su evolución en el
Reino Humano.

Debido a que las Mónadas, ahora en cuerpos de forma humana, empezaron su viaje
evolutivo en tiempos diferentes en el pasado lejano, y por lo tanto, "arribaron" en la etapa
Humana en tiempos diferentes, no es sino natural que los seres humanos muestren enormes
discrepancias en sus desarrollos. Aquellas que arribaron en la etapa Humana hace muchas
edades, y que consiguientemente tuvieron más oportunidades de reencarnar, han avanzado
mucho más en su evolución humana, y se personifican en una de las razas más altamente
civilizadas de la humanidad. Por otro lado, todas las Mónadas que arribaron a la etapa
Humana más recientemente, toman cuerpos en una de las razas más primitivas para empezar
su evolución humana. A medida que su desarrollo se desenvuelve, ellas adoptan cuerpos en
razas más altamente desarrolladas. Dentro de la raza, las Mónadas son atraídas a reencarnar
en una nación y en una familia que correspondan lo más acertadamente posible a su propio
desarrollo.

Así, un vasto ejército está pasando a través de la Naturaleza, el cual es un inmenso


conjunto de Mónadas habitando sucesivamente en diversas formas en los reinos inferiores,
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para luego emigrar a formas mucho más altas, aprendiendo y avanzando por las experiencias
que ofrecen las diversas formas de adopción de cuerpos.

Una escuela corriente tiene clases y cursos de instrucción para niños de kindergarten
hasta la edad de graduación. Cada año, un nuevo grupo comienza kindergarten; y cada año,
los niños en un grado completan sus cursos y avanzan al grado próximo mayor. Después de
cada semestre, hay un período de vacaciones antes que el nuevo ciclo comience; y cada año,
una clase se gradúa del nivel más alto y deja esa escuela por otros campos de actividad; o tal
vez, para ingresar al grado más bajo en la escuela superior siguiente. Así, tenemos una
corriente continua de niños ganando instrucción en esa escuela al trabajar a través de sus
diversos grados, "emigrando," tal y como ocurre, de clase en clase, después de haber obtenido
la capacitación indicada en el grado anterior.

Las clases y los cursos de instrucción en la escuela permanecen invariables, así como
los Reinos de la Naturaleza; pero los niños, como las Mónadas, constituyen una corriente
constante de entidades nuevas que están en ascenso. Los períodos de tiempo consumidos en
estas migraciones de las Mónadas a través de los Reinos de la Naturaleza, son de duración tan
inmensa como para asombrar a la imaginación, y exceden en muchísimo lo que parecería ser
aceptable ahora.

La Ley de Causa y Efecto

Se ha dicho que el Universo es una escuela de experiencia. Con el objeto de aprender


por experiencia, es necesario repetir una acción una y otra vez. También es necesario que la
Naturaleza sea consistente en sus reacciones. Si chocamos una pelota contra el piso, rebotará
en una dirección que depende enteramente de la forma en que se lanzó. Esto es así porque las
fuerzas de la Naturaleza obedecen leyes definidas e invariables, de las cuales el lanzador de la
pelota puede beneficiarse por experiencia y obtener determinados resultados deseados. Si las
fuerzas de la Naturaleza no fueran constantes, la pelota podría reaccionar diferentemente cada
vez, y sería imposible predecir qué podría ocurrir. En estas condiciones no habría base para
obtener experiencia, y todo progreso sería imposible de lograr.

La Doctrina Antigua afirma que todo en el Universo está sometido a una absoluta e
infalible Ley de Causa y Efecto que brinda a toda acción, una reacción igual y opuesta. Esta
ley gobierna todas las acciones, desde los átomos hasta los universos, y todo lo que se
encuentre en ellos, visibles e invisibles, físicos, psíquicos, mentales y espirituales.

En una escuela corriente, el profesor es un individuo. En la "Escuela de la


Experiencia," el profesor no es un individuo, sino que es la Ley de Causa y Efecto, la cual es
inherente a la Naturaleza. Esta ley es conocida en la Doctrina Antigua por el nombre de
Karma, y será discutida ampliamente bajo ese encabezado.

El Tomar Cuerpo Nuevamente

Ningún alumno puede aprender en un solo día todo lo que su escuela puede enseñarle.
Ese día sería demasiado corto y el trabajo demasiado agotador. Así que él regresa día tras día
a sus estudios. El alumno no puede permanecer en la escuela las 24 horas del día, mes tras
mes, sin interrupción. Si él quiere conservar su salud y capacidad de aprendizaje, sus períodos
de estudio deben ser alternados con períodos de juego, recreos y descansos; y es así como
nuestros sistemas escolares están diseñados de acuerdo a estos requisitos. Una Mónada
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tampoco puede asimilar todo lo que puede ser experimentado en cierta forma de cuerpo
durante una sola adopción de ese cuerpo, o durante una sola vida de ese cuerpo; como
tampoco ningún alumno puede asimilar en un solo día todo lo que su escuela le ofrece para
aprender.

La evolución de la Mónada sería imposible si ella estuviera limitada a una sola vida en
cualesquiera de las formas de los cuerpos. Con el fin de llevar a cabo el propósito de la
Evolución, la Mónada debe tener más y más tiempo. Y la Naturaleza provee el tiempo
necesario para darle a la Mónada nuevas oportunidades para que repetidamente se
corporifique en una forma particular, y por un buen largo tiempo para que vuelva a tomar
cuerpos nuevos, tantos como sean necesarios.

La Sabiduría Antigua dice que la doctrina de volver a tomar cuerpos nuevos aplica a
toda unidad de vida individual en el Universo. Todas asumen cuerpos o vehículos de diversos
tipos, o se corporifican; todas tienen sus períodos de actividad de diversa duración; todas
desechan sus ropajes desgastados y entran en sus períodos de asimilación y descanso; y todas
vuelven a tomar cuerpos nuevos, para continuar su evolución.

Cuando toman cuerpos de carne, ese proceso se conoce como Reencarnación, formada
por tres palabras latinas: re, "otra vez"; en, "en"; y carnis, "carne," las cuales dan la palabra
que significa "otra vez en carne." Todas las unidades de vida vuelven a tomar cuerpos nuevos.
Solamente aquellos cuerpos que son de carne, reencarnan. Por lo tanto, Reencarnación es "un
caso especial" de volver a tomar cuerpo.

Ciclos

De acuerdo a la Doctrina Antigua, toda actividad en la Naturaleza es cíclica. Esto es,


que es repetitiva, y consiste de períodos de actividad alternados con períodos de descanso. En
una escala pequeña de tiempo, vemos esta Ley de Periodicidad, o Ley de Ciclos, operando en
fenómenos como el retorno de las estaciones, mareas altas y bajas, días y noches, dormir y
estar despierto, etc. En una escala mayor de tiempo, el mismo principio aplica mediante
repetidas adopciones de cuerpos nuevos, períodos de vida separados por muerte, seguidos por
períodos de descanso en otros estados de ser, seguidos en su turno, por otras adopciones
nuevas de cuerpos en el mundo material.

El Salón de Clases del Hombre

En el Reino Humano, nuestra evolución alcanza progreso mediante experiencias


externas e internas. Exteriormente, aprendemos nuestras lecciones en el contacto con la
Naturaleza y con nuestros prójimos. Algunas veces aprendemos placenteramente; pero otras
veces, mediante el sufrir y el luchar. "Nos pulimos con ese ajetreo que nos ofrece la vida," nos
encontramos en diversas circunstancias en las cuales mostramos nuestra ingenuidad, ponemos
a trabajar nuestras facultades y talentos latentes, y desarrollamos ánimo, entereza y paciencia.

Interiormente, el Hombre se encuentra atrapado consigo mismo en una red de fuerzas


y energías conflictivas que actúan dentro de su propia naturaleza. Por una parte, sus deseos y
sus "sentidos y órganos tumultuosos lo impulsan a actuar en cualquier dirección," si
utilizamos una expresión del Bhagavad Gita. Estos sentidos son estimulados, son activados
por las necesidades, tentaciones y fascinaciones presentadas por el mundo material. Por la
otra parte, existe la naturaleza divina del Hombre, de donde se recibe los impulsos para hacer
El Enigma de la Vida – pág. 13

acciones no egoístas y altruistas, para servir, para dar, para construir un mundo mejor. Para
fortalecerlo en sus esfuerzos, el hombre también tiene las doctrinas éticas de la religión que lo
impulsan a amar a su prójimo, a "buscar el Reino de los Cielos," y a hacer lo bueno a los
demás como si lo hiciese para él mismo.

El hombre promedio oscila entre estos aspectos de su naturaleza, algunas veces


obedeciéndole a una parte, y otras veces, a la opuesta. Él se encuentra como si estuviera en
medio de dos polos opuestos que atraen su ser, pero el Hombre no es un peón inútil al servicio
de ningún lado. Él tiene libre albedrío y puede seguir sus impulsos superiores, o ceder a sus
inferiores, tanto como él lo decida. Por sus hechos y pensamientos repetidos, el Hombre tiene
poder en sí mismo para modificar su carácter y, por lo tanto, determinar su propio destino.

Cuando nos damos cuenta que la Ley de Causa y Efecto controla todas nuestras
acciones, y que eso nos brinda una reacción de dolor por cada dolor que le ocasionemos a
otros, así también podemos realizar que podemos beneficiarnos por cada acción benéfica que
hagamos, y esto es lo que nos permite que veamos la sabiduría de comportarse bien con los
demás, y la locura que implica hacerles daño. Así, al darnos cuenta de que queremos
experimentar felicidad y armonía, primero debemos sembrar esas semillas de felicidad y
armonía.

Si a pesar de este conocimiento persistimos en actuar mal y brindar infelicidad y


penurias a los demás, como una consecuencia, eso es lo que nos acarreará una reacción de
sufrimiento sobre nosotros mismos. Como quiera que sea, este sufrimiento también tiene su
compensación, porque nos enseña que no tuvimos voluntad para aprender ninguna otra forma.
Ello cambia nuestra atención hacia resultados importantes de la vida, que de otra manera
pudieron haber sido pasados por alto. Nos brinda compasión, solidaridad y entendimiento de
las penas de los demás. Si no repetimos nuestra maldad, el sufrimiento gradualmente se
disipará, y si le escuchamos a la voz de nuestra Naturaleza Más Alta y vivimos de acuerdo a
sus dictados, la vida fluirá tranquila y armoniosamente.

Así, aprendemos de la experiencia de la vida, y poco a poco nos volvemos más sabios
y más apacibles y mejor capacitados para vivir en armonía con los demás.

El Propósito

La Teosofía considera a la Humanidad como una emanación de la Divinidad en su


sendero de regreso a ella. — H. P. Blavatsky

La Sabiduría Antigua nos dice que el propósito de la existencia del Hombre en la


Tierra es volverse divino, y expresar activa y completamente en su vida diaria las cualidades
divinas, las cuales son innatas, pero permanecen en estado latente. Es la personalidad limitada
y egocéntrica del Hombre la que previene que esas cualidades divinas puedan expresarse. Por
lo tanto, el propósito de la evolución del Hombre es ensanchar, refinar y elevar su
personalidad hasta convertirla en un instrumento apropiado para expresar esas cualidades
divinas que existen dentro de él.

Todos los Maestros grandiosos, como Cristo y Buda, fueron en un tiempo seres
humanos normales. La compasión por el sufrimiento de sus prójimos aumentó en sus
corazones un deseo de brindar consuelo y establecer una relación más feliz y más armoniosa
entre los hombres. Para llevar a cabo ésto, ellos tuvieron que acelerar su evolución mediante
El Enigma de la Vida – pág. 14

un esfuerzo autodirigido y continuo durante muchas vidas. Así, ellos avanzaron


constantemente y adelante de sus prójimos, avanzando en perfección hasta que alcanzaron
comunión con su dios interior. La obtención de esta unión los convirtió en los caracteres más
altamente evolucionados y sobresalientes, con un entendimiento muy profundo de las Leyes
de la Naturaleza, si los comparamos con los demás hombres; y por éso, obtuvieron un control
muy grandioso sobre fuerzas conocidas y desconocidas en el Universo.

Cristo y Buda siempre enseñaron que su realización puede ser lograda por todos. Jesús
mostró su fe en el perfeccionamiento del Hombre cuando Él amonestó a sus oyentes: "Sed,
pues, perfectos, como vuestro Padre que está en los Cielos es perfecto." (Mateo 5:48). La
Sabiduría Antigua dice que "El Padre en los Cielos" es la Divinidad innata en cada hombre.
Jesús también dijo, en Juan 10:30: "Yo y El Padre Uno Somos," indicando con ésto que su yo
humano había sido refinado y levantado a una unión completa y consciente con su dios
interno.

El propósito de la existencia del Hombre — aquí en la Tierra — habrá sido llevado a


cabo; y el propósito de la evolución será obtenido cuando, en un futuro, la raza humana, como
una sola entidad, todos y cada uno de sus miembros se conviertan en imitadores de Cristo. De
esta manera, el hombre divino caminará la Tierra, la armonía reinará, y el Reino de los Cielos
será una realidad sobre la Tierra.

Capítulo III

Lo Oculto de la Naturaleza
Planos Supersensoriales de Existencia
La Limitación de Nuestros Sentidos
El Mundo Mental
Percepción Extrasensorial
Los Perfiles de Conciencia

Planos Supersensoriales de Existencia

En los capítulos anteriores fueron presentadas breves nociones generales de algunas de


las enseñanzas de la Sabiduría Antigua referente a la Evolución y al Universo como "la
escuela de la experiencia," a fin de mostrar la posición del hombre en un esquema general.
Numerosas preguntas se presentan naturalmente por sí solas en esa conexión.

¿Cómo puede ser el Universo un organismo viviente? ¿Dónde están los vínculos que
conectan las vidas individuales con la Vida Única?

¿Cómo están conectados los efectos con sus causas cuando no hay conexión visible en
el mundo exterior?

El centro de conciencia de cada entidad, o Mónada, que mora durante su vida terrenal
en el cuerpo físico, ¿Cómo puede sobrevivir después de la muerte de ese cuerpo, y cuál es la
naturaleza de su existencia en el intervalo entre dos encarnaciones físicas?
El Enigma de la Vida – pág. 15

Las respuestas a estas preguntas, de acuerdo a la Sabiduría Antigua, es que el mundo


físico en el cual vivimos, es solamente uno de los muchos y diferentes "planos" o niveles, o
secciones representativas de la conciencia que existen en la Naturaleza. Todos esos otros
planos o mundos coexisten y están interpenetrados unos con otros y con nuestro mundo físico,
así como el agua penetra una esponja, o como un gas puede filtrarse y ser absorbido por un
liquido. Existen otros estados de conciencia diferentes al plano físico al que estamos
familiarizados, que corresponden a esos planos ocultos e invisibles.

Así como el hombre tiene un equipo de sentidos físicos para contactar el plano físico,
así también el hombre tiene otros sentidos ocultos para hacer contacto con los planos ocultos
e invisibles de la Naturaleza. Como quiera, en la mayoría de los hombres, esos sentidos
ocultos están todavía dormidos o inactivos.

En esos planos ocultos e invisibles es que las Mónadas existen cuando no están
encarnadas en el plano físico, y es en ese mundo oculto e invisible que debemos buscar las
fuerzas, energías y "mecanismos" que nos son necesarios para explicarnos lo que tanto sucede
en el mundo externo y visible.

Esos mundos ocultos son los de las causas, mientras que el mundo exterior es el de los
efectos.

La idea de los mundos invisibles no es familiar en el Occidente, y aquellos que


sostienen que no existe nada que no pueda ser examinado por nuestros cinco sentidos,
rechazarán de inmediato la idea, y la clasificarán como superstición o una creencia en lo
"Supernatural."

La Sabiduría Antigua no admite "milagros" y nada "supernatural," sino que afirma lo


contrario, que todo en la Naturaleza, ya sea visible o invisible, está sujeto a leyes naturales
definidas. Pero también afirma que en el lado oculto de la Naturaleza existen otros mundos o
planos de existencia que todavía son desconocidos para el hombre. Debido a que la materia de
tales mundos está compuesta de una materia más etérea que la materia densa ordinaria, y
debido a que vibra a diferentes niveles de frecuencias que la materia que conocemos, es por lo
que no podemos sintonizarnos con ellos de una manera natural con nuestros sentidos, así
como también no pueden "recoger" la señal, tal y como sucede cuando no podemos captar una
estación de radio que está más allá del alcance de nuestro aparato receptor.

Por lo tanto, no podemos demostrar ni refutar la existencia de tales planos sobre la


base de la evidencia que nos proveen nuestros sentidos. Un intento de hacer esto sería como
tratar de demostrar la presencia o la ausencia de un gas por pasar un colador a través del gas.
Estos mundos, que están mucho más allá del alcance de los sentidos corrientes del hombre,
pueden ser llamados "extra-sensoriales" o "supersensoriales," pero de ninguna manera,
supernaturales.

La idea de Mundos Ocultos nos sería menos extraña cuando nos detengamos a pensar
y nos demos cuenta que existen cosas invisibles en nuestra propia naturaleza, y que cada día
de nuestras vidas utilizamos y tratamos con facultades y fuerzas que nos son invisibles e
intangibles, pero que de ninguna manera son irreales.

El centro de la conciencia en nosotros, el cual se autoidentifica como "yo soy yo y


nadie más," esa entidad aprendiz y evolutiva, es invisible. Esa entidad está asociada con el
El Enigma de la Vida – pág. 16

cuerpo durante su vida física, se autoexpresa a través del cuerpo, pero ese centro de
conciencia está oculto por sí mismo.

¿Cuánto podemos decir acerca del carácter, inteligencia y habilidades de un hombre si


solamente observamos su apariencia externa? En la mayoría de los casos, casi nada; y si
juzgamos a un hombre solamente por éso, con seguridad que cometeríamos errores muy
serios. Si fuera posible determinar el carácter de un hombre por su apariencia exterior,
estaríamos aptos de señalar a un criminal aún antes de que cometiera un crimen. Como quiera,
ésto no puede ser cierto, porque el carácter pertenece a la parte oculta del hombre.

Los pensamientos y las ideas son realidades, porque afectan a los individuos y a toda
la humanidad; sin embargo, nadie ha visto nunca un pensamiento. Entendimiento, solidaridad,
amor, odio, todos ellos son energías poderosas que hacen actuar al hombre, ya sea para su
bienestar o aflicción; sin embargo, son invisibles.

No vemos la vida que anima a un árbol, pero sabemos que la tiene, porque notamos la
diferencia cuando el árbol se ha muerto. No vemos el proceso por el cual una planta toma
material del suelo y lo cambia en el tejido delicado de una bella flor, pero vemos el resultado
de este proceso cuando se abre ante nuestros ojos, No podemos ver el aire, y muchos otros
gases también nos son invisibles. Las fuerzas de gravedad, magnetismo y electricidad no han
sido nunca vistas, sino que son conocidas solamente a través de sus efectos.

La Limitación de Nuestros Sentidos

También y muy a menudo dejamos pasar por alto la realidad de que nuestros sentidos
solamente tienen un rango limitado que nos da un cuadro incompleto aún del mismo mundo
físico alrededor nuestro. Esto es ilustrado de una manera sorprendente al examinar el espectro
electromagnético.

Cuando se hace pasar la luz solar a través de un prisma, obtenemos siete diferentes
colores, cada uno causado por radiaciones de diferentes longitudes de onda. En un extremo
del espectro o de la banda de colores, se encuentra la luz violeta, con longitudes de onda
relativamente cortas; al otro extremo, se encuentra la luz roja con longitudes de onda de casi
el doble de las de la luz violeta; y en medio de esos dos extremos están los otros colores, cada
uno con su propia longitud de onda intermedia. Todas esas radiaciones pueden ser vistas por
el ojo humano.

Pero el espectro electromagnético se extiende mucho más allá del espectro de la luz
visible, a los dos extremos de las longitudes de ondas cortas y largas. Se sabe que las
radiaciones varían en todo el trayecto, desde esas que tienen longitudes de onda apenas tan
largas para que sean vistas por el ojo humano, hasta aquellas que son muchos millones de
veces más largas. Igualmente se sabe de las radiaciones con longitudes de onda tan cortas que
se requiere millones de ellas para igualar la más corta que es visible para el ojo humano. A
medida que el conocimiento científico aumenta, el espectro electromagnético se extiende
mucho más y más. Hasta lo que ahora sabemos, se puede extender infinitamente en las dos
direcciones opuestas, y entre esta variedad infinita de radiaciones, el pequeño grupo que
puede ser visto por el ojo humano forma solamente una pequeña parte infinitesimal.

Algunas radiaciones que no se pueden detectar por el ojo, se pueden percibir por
nuestro sentido del tacto, mediante el calor que generan. Si fuéramos absolutamente ciegos,
El Enigma de la Vida – pág. 17

aún así estaríamos conscientes de esas radiaciones de calor, pero no podríamos sentir la luz
con la que podríamos estar saturados. Si nuestros ojos fueran normales, pero careciéramos del
tacto, reconoceríamos la luz, pero no estaríamos conscientes de la existencia de las
radiaciones de calor que podrían estar cayéndonos encima.

Las placas fotográficas comunes son sensibles a la luz corriente, pero las placas han
sido hechas de químicos que son sensibles al calor invisible y radiante. Una audiencia sentada
en un cuarto con las luces apagadas, fue fotografiada por medio de estos rayos invisibles,
algunas veces llamados "luz negra." La audiencia no vio ni sintió nada, tampoco fue capaz de
detectar la presencia o ausencia de esos rayos, pero la fotografía resultante, que tuvo todas las
apariencias de una foto corriente, demostró la presencia de ellos.

Los rayos X tienen la habilidad de penetrar cuerpos materiales. Objetos de acero


sólido de un grosor de 10 cms ya han sido fotografiados a través de ellos. Pero quizá esto no
sea tan sorprendente como cuando se nos dice por nuestros científicos que no existe algo que
sea "materia sólida," porque lo que nos parece tan sólido no es más que espacio vacío, y que
los átomos en la materia están relativamente tan lejos unos de otros como las estrellas lo están
en el espacio. Aún más, sabemos que los mismos átomos no son sólidos, sino que consisten
de varias cargas de energía que se mueven unas alrededor de las otras a velocidades
increíbles. Así, la materia que ante nuestro tacto y vista parecen ser sólidos, en realidad no
son mayormente más que espacio vacío, y que la pequeña "substancia" que está en la materia
es solamente de naturaleza eléctrica. Esto es algo de lo que nuestros sentidos, por sí solos, han
fallado de informarnos.

Ciertas rocas, las cuales en la luz del día no parecen ser diferentes de esas que se
encuentran en cualquier terreno, o en una cantera, son sensibles a las radiaciones ultravioletas.
Si estas rocas se colocan en un cuarto obscuro y se exponen a rayos ultravioletas, que son
también invisibles, las rocas, aunque no se calientan, parecen brillar y volverse transparentes,
aparentemente exponiendo el interior de ellas, y de esta manera, parecieran estar iluminadas
de diferentes y de los más bellos de los colores. Esas radiaciones parecen capaces de penetrar
el interior de la roca sólida, y al pasar a través de ellas, producen un cambio en las rocas; esas
radiaciones se autotransforman en visibles dentro del rango de la visión humana. Iluminadas
por esta luz invisible, esas rocas aparentemente monótonas, despliegan un aspecto de belleza
insospechada.

Uno no puede dejar de especular en que tierra de ensueño y belleza este mundo podría
convertirse, si nuestros ojos fueran capaces de ver mediante radiaciones ultravioletas en lugar
de luz solar normal.

El gato y la lechuza tienen ojos con un rango de visión diferente al del hombre. Ellos
"ven en la obscuridad." En otras palabras, los ojos de ellos son sensibles a algunas de las
radiaciones que son invisibles para nosotros. Así que, lo que es obscuridad para nosotros, es
luz para ellos. Esto demuestra como aún ojos de materia física están construidos de tal manera
que abarcan rangos diferentes de visibilidad.

Los rayos X, los cósmicos y los ultravioletas pueden penetrar y pasar a través de
materia sólida. Podrían haber ojos construidos que sean capaces de seguir esos rayos, y de
esta manera, poder ver a través de la substancia física como si fuera espacio vacío, tal y como
nuestros ojos pueden ver a través del aire y el agua.
El Enigma de la Vida – pág. 18

Señales de mensajes telefónicos se pueden enviar sobre la misma línea, al mismo


tiempo, sin que se interfieran unas con otras, sencillamente por usar diferentes longitudes de
onda al transmitirlas. Cuando hablamos, no somos conscientes de otras conversaciones
mezclándose con la nuestra; sin embargo, al final, ellas están todas separadas y alcanzan su
destino como si las otras no existieran.

El aire está constantemente lleno de ondas de radio de diversas longitudes; sin


embargo, estamos completamente inconscientes de sus presencias hasta que hacemos que
funcione nuestro aparato de radio. A medida que cambiamos estaciones alrededor del dial,
oímos los programas más diversos que se emiten al mismo tiempo, pero que no se interfieren
unos con otros, si el aparato está ajustado debidamente.

Las vibraciones de éter de muchas longitudes de onda diferentes, pueden


interpenetrarse unas con otras, y coexistir en el mismo espacio sin interferirse mutuamente, y
sin hacer ninguna impresión en los sentidos humanos.

Las vibraciones en el aire las percibimos como ondas de sonido, pero nuestros oídos,
así como nuestros ojos, están limitados en su capacidad para registrarlas. Hay sondas sonoras
de tono demasiado bajo, y otras, de tono demasiado alto, para que el oído humano las pueda
registrar.

Nuestros sentidos del tacto, del gusto y del olfato relativamente parecen menos
evolucionados que los de la vista y el oído, y nos dicen muy poco del mundo en el que
vivimos.

Nuestros sentidos, en los cuales dependemos en nuestro contacto con el mundo físico,
son como ventanas a través de las cuales podemos mirar hacia fuera y observar el mundo
alrededor nuestro, pero son muy pequeñas, de espacio estrecho, pequeños "periscopios" que
nos permiten solamente ver una pequeña parte del mundo fenomenal en el que vivimos.
Mediante diversos dispositivos mecánicos y eléctricos, hemos sido capaces de extender
considerablemente nuestro campo de visión. Como sea, y aún con estas ayudas, el cuadro que
nuestros sentidos nos dan es muy incompleto. Lo que yace más allá del alcance de esos
mecanismos es un territorio desconocido para nosotros.

Sin embargo, nuestro conocimiento actual es suficiente para demostrar que existe un
lado oculto de la Naturaleza. Está oculto debido a las limitaciones de nuestros sentidos, no
porque no existe.

El Mundo Mental

Existe un mundo invisible del cual estamos conscientes cada momento del día, pero
está tan cercano a nosotros que no notamos su existencia. Estamos aquí y ahora, llevando una
existencia doble, la física y externa, y la oculta e invisible, la de pensamientos y sentimientos.
La vida externa y visible la compartimos con nuestros prójimos, pero nuestra vida mental
interior está cubierta detrás de una cortina, y es solamente conocida por la persona que la
vive.

Sabemos que muchos de nuestros pensamientos son estimulados por sucesos del
mundo exterior que atraen nuestra atención, pero también sabemos que los pensamientos a
El Enigma de la Vida – pág. 19

menudo "nos llegan" sin ningún estímulo externo. Lo mismo es cierto acerca de las
disposiciones de ánimo y de los sentimientos.

¿De dónde provienen? Sabemos que la atmósfera de aire en que vivimos es también
una atmósfera de pensamientos y sentimientos; ¿Y cómo podríamos estar conscientes de
ellos? Seguramente porque tenemos un "equipo receptor" oculto que responde a este tipo de
vibración. ¿Y cómo es que sabemos que, aún nuestros propios pensamientos, sin nosotros
darnos cuenta, están siendo difundidos dentro de esa misma atmósfera para que sean
recogidos por otro individuo, a quien ellos puedan atraer?

Es de esta manera en la que podemos enviar y recibir pensamientos, pero ello es


efectuado inconscientemente. Todavía no hemos aprendido como comunicarnos directamente
desde nuestra propia esfera mental hacia la de otra persona. Si queremos intercambiar ideas
con otros, debemos hacer uso del cuerpo físico para ese propósito, y autoexpresarnos por vía
oral o por escrito.

Debemos admitir que, aunque todos estamos activos en este mundo mental, todavía
entendemos muy poquito acerca de él, aunque la proposición funciona bien con nuestro
conocimiento de otros aspectos de la Naturaleza. Las energías físicas existen, las cuales tienen
un mundo material en las que trabajan. Las energías mentales existen; ¿Por qué no habría de
haber un mundo mental, con su correspondiente substancia mental, para que puedan
funcionar?

Todo en la Naturaleza es energía en alguna forma. Las energías físicas tienen su


"espectro" o escala de vibración dentro de la cual pueden ser registradas. ¿No puede haber
otro espectro que abarque energías de una naturaleza más refinada, con porcentajes de
vibración completamente diferentes del que ya conocemos, talvez en otra "dimensión," o a
través de algún otro medio? ¿No puede ser posible que algún día se encuentre un lugar donde
ese "espectro" de energía mental funcione?

Los científicos ya descubrieron que los órganos del cuerpo humano, especialmente el
corazón y el cerebro, emiten radiaciones que pueden ser registradas por medio de aparatos
diseñados para ello. Se conoce que las radiaciones emitidas por el cerebro varían con el sueño,
con la conciencia, con la actividad mental, etc. Estos descubrimientos pueden ser los
precursores de otros que puedan revelar la existencia de aún más refinadas energías mentales
dentro del organismo humano. Pero la probabilidad es que las energías mentales son
demasiado sutiles para que sean detectadas por cualquier aparato que pueda construirse.
Puede ser que tengamos que esperar por una prueba final hasta que por nosotros mismos
desarrollemos nuestros sentidos ocultos y aprendamos como saber usarlos.

Se sabe que el hombre, aún el de tipo intelectual, usa solo una insignificante fracción
de la capacidad de su cerebro. Por lo tanto, bien cabría la posibilidad de que el hombre pueda
tener sentidos ocultos, los cuales podrían tener su equivalente o su sede en la parte que no se
usa de su cerebro.

Nos parece que tenemos reconocimiento subconsciente de que usamos tales sentidos,
porque cuando se nos explica una idea, y al principio no la entendemos, decimos: "No te
entiendo," como si estuviéramos buscando en la obscuridad, tratando de sentir el contacto de
alguien o de algo. Cuando finalmente entendemos, decimos: "Lo veo," como si estuviéramos
usando un ojo oculto para ese propósito.
El Enigma de la Vida – pág. 20

Percepción Extrasensorial

El fenómeno de lectura de la mente y la telepatía, o la transferencia de pensamientos a


distancia sin ningún medio físico no se puede explicar satisfactoriamente, a menos que
reconozcamos que el hombre está dotado con un equipo de sentidos u órganos ocultos que
son, hasta cierto grado, controlados por la voluntad del hombre, y que pueden dirigirse para
enviar y recibir pensamientos. El poder de utilizar conscientemente estas facultades y a
voluntad no es propiedad del hombre común, por eso existe la tendencia natural de negar su
existencia. Ya no se considera una señal de inteligencia ridiculizar una creencia de lectura
mental y telepatía, porque estos fenómenos están demasiado bien documentados para que
sean rechazados o "no tomarlos seriamente," quien quiera informarse por sí solo puede
fácilmente averiguarlo.

Los individuos que poseen estas facultades se les considera dotados de "percepción
extrasensorial," debido a que sus impresiones son recibidas sin la ayuda de los sentidos u
órganos físicos. Como sea, pensamos instintivamente que ellos deben usar sentidos de algún
tipo, porque a menudo los llamamos "sensibles." Debido a que estas facultades no son
posesión de los individuos promedio, a ellos se les llama extraordinarios o supernormales,
pero ellos no son supernaturales.

Un ejemplo impresionante de transferencia de pensamientos de mucho éxito a través


de largas distancias se presenta con el experimento realizado entre Sir Hubert Wilkins, el
explorador ártico, como transmisor, y su amigo, el señor Harold Sherman, como receptor. El
primero estaba comprometido en una expedición hacia el área noroeste de Canadá y Alaska,
mientras que el último estaba localizado en la ciudad de Nueva York, los dos lugares
separados por más o menos 4 mil kms. La mayoría de las impresiones de Sherman de las
actividades de Wilkins en el Ártico, fueron recibidas y registradas en el mismo día que
sucedieron, y semanas antes de que Wilkins pudiera ser localizado para verificación. Los
experimentos fueron conducidos tres veces a la semana durante un período de seis meses en el
invierno de 1937-38. Los registros fueron guardados de tal forma que se excluye toda
posibilidad de fraude, y fueron más tarde arregladas en columnas paralelas para comparar
detalle por detalle las experiencias de Wilkins con las impresiones registradas por Sherman.
Aunque el resultado no es 100% perfecto, sí demuestra un porcentaje verdadero y
extraordinario de lecturas correctas. En un caso, el señor Sherman registra ver un incendio en
una comunidad de Alaska en el preciso momento que sucedió. En otro ejemplo, él "ve" que
una de las hélices del avión de Wilkins ha tenido un accidente, y que la hélice nueva que se
ordenó, no tiene el paso correcto en las hojas. Muchos otros ejemplos similares están
registrados. El experimento, que está completamente documentado, se describe en el libro
Pensamiento a través del Espacio (Creative Age Press, Inc., 11 East 44th St., New York City),
el cual debería ser leído por quien tenga la más pequeña duda tocante a la realidad de la
transferencia de pensamientos.

Otras experiencias en transferencia de pensamientos han sido dirigidas por el Dr. J. B.


Rhine en la Universidad Duke, bajo condiciones estrictamente supervisadas, y se realizaron
por un período de muchos años. El resultado varió con los sujetos individualmente
examinados, pero como resultado de muchos miles de pruebas, el número promedio de
aciertos para todos los sujetos, buenos o pobres, fue 6.5 cuando la posibilidad cierta como
resultado habría sido 5. Con más sujetos talentosos, el marcador resultó repetidamente tan alto
como 8, 9, 10, 11 cuando 5 habría sido una posibilidad como resultado, y 25, un marcador
ideal.
El Enigma de la Vida – pág. 21

Alguien logró un marcador ideal de 25 aciertos en 25 intentos. Esas pruebas, descritas


por el Dr. Rhine en el libro Nuevas Fronteras de la Mente, debería leerlo quien se inclina a
dudar de la realidad de la transferencia de pensamientos.

El éxito o fracaso en los experimentos de percepción extrasensorial depende del grado


en el que los sentidos ocultos del individuo en quien se operan, estén desarrollados. Aún en
los más notables, ellos apenas comienzan a funcionar, y es realmente sorprendente la cantidad
de experimentos que han demostrado éxito. También se espera que muchos errores se
cometan. Una criatura no aprende a caminar al primer intento.

¿Cómo podríamos explicar la telepatía, y cómo podríamos explicar el hecho de que


"pensamientos nos vienen" aparentemente de la atmósfera, a menos que tengamos alguna
clase de "equipo receptor" con alguna clase de antena, algún órgano interno oculto para
recogerlos y dirigirlos hacia nuestra conciencia?

¿Usa el lector de mentes, sin saberlo él, un equipo de "ojos" ocultos u otros órganos,
que no son hechos de substancia física ordinaria, sino de materia apropiada para el campo en
que opera?

Los cinco sentidos corrientes no funcionan sin sus correspondientes órganos físicos.
¿No sería razonable, entonces, asumir que nuestras facultades ocultas deben tener también
alguna clase de órganos ocultos a fin de funcionar? Y si tenemos órganos ocultos, ¿No
deberían ser parte de un cuerpo oculto?

¿Es nuestra relación con nuestro cuerpo oculto la misma que la de una criatura con su
pequeño cuerpo? Él yace en su cuna y mueve sus brazos y pies, y utiliza sus ojos para ver sus
alrededores. Él es demasiado inmaduro para reflexionar sobre su situación. Él tiene un cuerpo
y lo está utilizando hasta cierto punto, pero él todavía no es consciente del hecho de que tiene
y utiliza su cuerpo.

¿Estamos ejerciendo nuestras facultades ocultas, así mismo haciendo uso de un cuerpo
y de un aparato de sentidos ocultos antes de estar conscientes de su existencia? No sabemos lo
que puede existir en las profundidades inexploradas de la Naturaleza. Casi todo yace dentro
del rango de la posibilidad. En vista de los descubrimientos científicos ya efectuados, no
parece sabio limitar las posibilidades del futuro. Lo que es conocimiento común hoy día,
habría parecido especulación salvaje para nuestros antepasados.

No hay nada en nuestro conocimiento presente que entre en conflicto con la idea de lo
oculto de la Naturaleza. Por todo lo que sabemos en lo contrario, puede muy bien existir
mundos o planos completos de diferentes proporciones de vibración al nuestro, en los cuales
pueden existir, vivir y moverse otros grupos de seres, a quienes no podríamos conocer, y
quienes pueden estar no conscientes de nuestra existencia.

Una negación de la existencia posible de planos invisibles porque no los podemos ver,
no tiene mejor base que la negación de la luz por un ciego, o la negación del sonido por un
sordo.
El Enigma de la Vida – pág. 22

Los Perfiles de Conciencia

Los Maestros de la Sabiduría Antigua, hombres cuya evolución se ha desarrollado más


allá de las de los humanos corrientes, nos dicen que nuestro plano de conciencia es como un
"corte" sencillo en el medio de un leño imaginario de longitud infinita; o como una octava en
el medio de una escala infinita de conciencia, justamente como la octava de radiaciones que
nos semeja la luz, y que constituye una pequeña fracción infinitesimal del espectro
electromagnético.

También nos dicen que a ambos lados de nuestro "corte" existen otros cortes de
conciencia, mayores e inferiores que la nuestra, y que es posible para quienes han
desarrollado sus facultades ocultas cruzar las fronteras de esos otros planos. Para ellos, esos
mundos ocultos son más reales que el mundo físico externo que conocemos. Ellos llaman
"ilusión" a este mundo externo, en el sentido de que no es lo que aparenta ser. Para ellos, es
un "mundo de sombras" con su materia que aparenta ser sólido, pero es tan poroso al grado
que aparenta decir que casi no existe.

Los Maestros también nos dicen que es en estos mundos ocultos e invisibles en los que
la conciencia del Hombre actúa, observa y experimenta, aunque en lo que a nuestro
entendimiento se refiere, en estos mundos él está inconsciente por estar dormido, o muerto.

El hecho de que algunos puedan usar sus facultades ocultas hasta cierto grado, como
se hace en el caso de la transferencia de pensamientos, nos indica que esas facultades están
empezando a despertar de su estado latente, en el caso de pocos individuos. Cuando esas
facultades estén completamente desarrolladas en nosotros, veremos los pensamientos en una
forma tan clara como ahora vemos los objetos físicos.

La fase presente de la evolución del hombre requiere su existencia principalmente en


los planos físico y mental, y su primera lección es aprender a como vivir en armonía con sus
prójimos. Cuando notamos codicia, envidia y egoísmo que provocan a los individuos a que
peleen unos con otros, se vuelve evidente que el hombre está muy lejos de haber aprendido la
lección que su existencia presente le habría enseñado. Cuando vemos como los nuevos
inventos, destinados para el beneficio de la humanidad, tales como el submarino, el avión, la
energía atómica, etc., se han cambiado para propósitos destructivos, se vuelve claro para
nosotros de que lo que el hombre necesita realmente no son nuevas fuerzas, ni nuevas
facultades, sino la habilidad para utilizar las facultades que ya posee para su propio beneficio
y el de sus prójimos.

El desarrollo prematuro de las facultades ocultas para unos pocos individuos, les daría
una ventaja sobre sus prójimos. Con nuestro conocimiento de que el egoísmo de la naturaleza
inferior del hombre es inherente, es seguro predecir que esas facultades, tarde o temprano, se
usarían para propósitos egoístas para el propio beneficio de unos pocos en perjuicio de la
mayoría de los demás.

También existen otros peligros muy reales conectados al desarrollo prematuro y


artificial de las facultades psíquicas del hombre, incluyendo locura y un desequilibrio serio de
la naturaleza psíquica y moral.
El Enigma de la Vida – pág. 23

Es por esta razón que los Maestros Espirituales siempre han insistido en que el hombre
debería cultivar primero sus facultades espirituales, tales como perdón, compasión, amor, etc.,
y aplicarlas en su vida diaria.

Cuando el hombre haya aprendido a vivir en armonía con sus prójimos y practique
Hermandad en su diario vivir, sus facultades psíquicas ocultas se desarrollarán sin peligro y
de una manera normal, tal y como nuestras facultades físicas y mentales lo hacen actualmente.

Capítulo IV

La Naturaleza Compleja del Hombre


Lo Difícil del Autoánalisis
Un Solo Rayo — Numerosas Consideraciones
El Ego Humano
El Dios Interno del Hombre
La Mente
Disposición de Ánimo, Sentimientos, Emociones
El Cuerpo Modelo
El Cuerpo Físico
Armonizando Principios
El Carácter
La Construcción del Carácter
El Destino del Hombre Se Construye por Esfuerzos Propios Esfuerzos

Lo Difícil del Autoanálisis

Para comprender qué le sucede al Hombre mientras duerme y después que muere, es
necesario, primero, conocer su constitución.

Un tema de esta naturaleza no se puede considerar como a las matemáticas o a la


química, donde las ideas se expresan en fórmulas y las palabras significan cosas concretas.
Cuando consideramos que no se pueden describir las apariencias y funciones de los órganos
de nuestro cuerpo a partir de nuestras propias observaciones, no deberíamos sorprendernos
por la dificultad que atravesamos cuando tratamos de comprender cosas tan sutiles como la
mente y la conciencia, y que no debemos suponer una exposición nítida que es tan fácil de
lograr como cuando tratamos con objetos concretos.

Lo difícil es que no somos suficientemente capaces de apreciar debidamente la


constitución del Hombre cuando intentamos comprenderla, porque ella, ciertamente, forma
parte nuestra. En otras palabras, ella es un instrumento nuestro, y sus funciones varían de
acuerdo al punto de vista en que son consideradas en cierto momento. Otra dificultad es que
los diferentes elementos o principios de la constitución del Hombre se traslapan, se
entremezclan y se funden unos con otros, y algunos de ellos están completamente fuera del
alcance de la mente humana en esta etapa actual de desarrollo. Por lo tanto, para estudiar este
tema, debemos utilizar nuestra intuición y nuestra mente.
El Enigma de la Vida – pág. 24

Un Solo Rayo — Numerosas Consideraciones

El hombre no es una unidad homogénea indivisible y sencilla, es una entidad


compuesta de elementos y principios muy diferentes, que ejecutan conjuntamente un trabajo
armonioso en condiciones normales durante el paso del Hombre sobre la Tierra. Además de
su cuerpo físico visible, él está dotado con una constitución interna, invisible, compleja, parte
de la cual es inferior a su Conciencia mental normal, y la otra parte es completamente superior
a esa Conciencia.

La parte esencial del Hombre es un Rayo o una corriente de conciencia que proviene
de la Conciencia Universal, la Fuente Divina de toda vida. Este Rayo es inseparable de la
Vida Universal Única, exactamente como un rayo de luz es inseparable del sol, pero mientras
está personificado parece ser una unidad separada.

Este Rayo constituye el núcleo alrededor del cual, la naturaleza compuesta del
Hombre está construida. Los numerosos principios de su constitución son aspectos o
manifestaciones, todos distintos, de ese Rayo; y todos están vitalmente activados por su
presencia.

A medida que este Rayo desciende a través de los diferentes planos o niveles de la
Naturaleza, él enfoca su esencia en centros activos en cada uno de esos niveles, y se construye
vehículos adecuados para su debida existencia. En cada caso, el vehículo se construye de
materiales y energías del plano en el cual opera, y cada vehículo pone en condiciones al Rayo
para que evolucione y avance por experiencia en uno u otro de esos planos.

La idea de que una corriente de conciencia use vehículos diferentes, o que tenga
diversos aspectos, sería mejor presentada al comparar esa corriente de conciencia a un rayo de
luz solar. Este parece ser un rayo sencillo, pero en realidad el rayo combina diferentes
radiaciones, y se puede lograr que se descomponga en diversos aspectos, como en el caso de
los siete colores prismáticos.

El descenso del Rayo de Conciencia a través de los planos de la Naturaleza se podría


comparar al paso de un rayo de sol a través de diversas capas de vidrio. Hay variedades de
vidrios que permiten el paso de ciertas radiaciones solares, mientras excluye otras.
Imaginemos un rayo de sol que pasa a través de siete diferentes clases de vidrios, de las cuales
sólo el primero permite que pasen todas las radiaciones; el siguiente es impenetrable para una
longitud de onda y su color, pero deja que los otros seis pasen, y así sucesivamente, a través
de los diferentes estratos o capas de vidrio, hasta que finalmente, en el último paso, solamente
un color es capaz de penetrar e iluminar lo que se encuentre bajo el vidrio más bajo. Aún
cuando la luz, la que penetra hasta el nivel inferior, es tenue y da una idea inadecuada de la
brillantez de su fuente, todavía es parte del rayo original, y acarrea una pálida luz tenue desde
el más alto hasta el nivel más bajo.

De la misma forma, el Rayo de conciencia, que constituye el núcleo de la naturaleza


del Hombre, encuentra su expresión completa en los planos superiores del ser, mientras que
solamente una diminuta parte es capaz de manifestarse en los planos inferiores.

Así, el Rayo de Conciencia se autoexpresa a través de varios vehículos, cada cual


actuando en su propio plano, y todos, aparentemente, actuando en una forma independiente
unos con respecto a los demás; pero porque todos los vehículos son vitalizados por el mismo
El Enigma de la Vida – pág. 25

Rayo, en realidad, ellos solo son diferentes aspectos del mismo Rayo, exactamente como los
siete colores prismáticos son aspectos diferentes de un mismo rayo solar.

Considerando que un solo Rayo de Conciencia vitaliza todos los principios que forman
la constitución del Hombre, ese Rayo puede centralizar su actividad preponderante solamente
en uno de ellos en una función específica, y mientras está activo en ese principio, los demás
permanecen inactivos.

Pero en todo caso, la conciencia de un plano recibe su vitalidad desde un plano


próximo superior; y en su oportunidad, vitaliza la conciencia de su plano próximo inferior.
Cuando la corriente vital de un plano se retira a su fuente en el plano próximo superior, el
vehículo del plano inferior se torna inactivo.

El vehículo produce un efecto limitativo en el Rayo de Conciencia, lo que causa que el


vehículo abarcado por esa porción de Rayo, se funda el uno con el otro, dándole a esa fracción
de Rayo una sensación de existencia separada e independiente.

Cuando el Rayo vitaliza a su vehículo, él convierte algo de su conciencia al último; y


ésto, unido al efecto limitativo del vehículo, le da a la combinación de Rayo y vehículo, una
sensación de existencia consciente y separada o personalidad, que le pertenece a ese plano en
el cual el Rayo está funcionando por ese tiempo.

Por consiguiente, en el Hombre solamente existe un Rayo o corriente de Conciencia,


pero hay más de un yo. Como quiera, solamente uno de los más recientes está activo en una
oportunidad cualquiera.

La relación entre el Rayo de Conciencia y sus vehículos se puede comparar a la


relación entre un individuo y sus diferentes actividades diarias de la vida.

Un hombre que trabaja en el sótano de su casa, en ropa de trabajo, paleando carbón


dentro del horno, limpiando la ceniza, aseando y remendando chapuceramente en su taller del
sótano, no se parece al mismo hombre, quien luciendo su traje de negocios, ocupado en su
trabajo diario, se reúne y conversa con sus clientes, aconsejándolos, o se reúne con sus socios
para la cena. Y en otra ocasión, sería muy difícil para nosotros reconocerlo, si lo visitáramos
en domingo al mediodía en su hogar, cuando con su familia disfruta de escuchar música, o
radio, o tal vez se relaja cerca de la chimenea o en su cuarto de recreo.

Se podría decir que este individuo se expresa y funciona a través de tres "egos"
diferentes, el ego del sótano, el ego de negocios y el ego familiar. Mientras funcione como
uno de esos egos, él se identifica con ese ego, y los otros "egos" están inactivos. Él tiene,
como sea, una "escala móvil de egos" a través de la cual se expresa, y su conciencia se mueve
de arriba para abajo en esa escala a medida las condiciones lo requieran.

En esta ilustración que se ha usado, la diferencia entre los varios "egos" no es tan
grandiosa, sino que el individuo conoce perfectamente bien su identidad a través de todos
ellos, porque todas sus experiencias ocurren en el mismo plano, y él no pierde su conciencia
al cambiar de un "ego" a otro.
El Enigma de la Vida – pág. 26

Por otra parte, los diferentes egos en la constitución del Hombre, están separados por
un abismo más grande, y normalmente una pérdida de conciencia interviene al cambiar de un
vehículo a otro, por lo que la continuidad de identidad no es tan aparente en este caso.

El Ego Humano

Cuando comencemos a estudiar la constitución del Hombre con mayores detalles, será
conveniente "comenzar por el medio" o con la parte que nos es más familiar. Por lo tanto,
empezaremos por determinar lo que nuestra conciencia común de cada día es, y veamos
donde ella cabe dentro de la escala de la naturaleza compleja del Hombre.

Todo individuo se da cuenta de que tiene un centro de conciencia por dentro, a la cual
reconoce como "él mismo." Esta conciencia individualizada siente su independencia de las
demás entidades y piensa de sí como "Yo soy Yo" y nadie más. Este "Yo soy Yo," o ego,
tiene la facultad de dirigir su mente hacia cualquier objeto que escoja. Esa mente actúa, en tal
caso, como un espejo que refleja la luz de la conciencia sobre el objeto, y así, habilita a la
personalidad a saber del objeto.

Cuando el ego utiliza el espejo de la mente para reflejar la luz de la conciencia, se


apoya en ella misma. El ego se entera de su propia existencia. Eso es lo que llamamos
"existencia autoconsciente." Existe y sabe que sí existe. Esta facultad pertenece a la etapa
evolutiva del Hombre, pero no se da en los animales. Los animales son conscientes, pero no
pueden ser autoconscientes.

¿Qué es este "Yo soy Yo," el centro de la existencia autoconsciente como tal, este
"Tú" o "Yo," esta entidad o ego, que rige sobre nuestra naturaleza durante las horas hábiles
del día?

Es una porción del núcleo central del ser del hombre, centrado o individualizado al
trabajar mediante su vehículo físico-mental. Es el Rayo de Conciencia automanifestándose a
través de la Constitución Humana, la que podría ser referida como el "Ego Humano."

Cuando dormimos, el Rayo retira su proyección del cuerpo físico, al que posee durante
el estado en que uno está despierto.

El Ego Humano, entonces, pierde su conciencia del cuerpo físico, porque abandona
ese cuerpo, su único medio de contacto con este plano. Entonces, se reintegra dentro de su
fuente en el plano del ser próximo superior. Esta fuente es el ego o el centro del Rayo en el
plano próximo, arriba del plano mental normal. Este centro superior de conciencia es el
principio real y permanente en el hombre. Funciona mediante un vehículo superior, mental-
espiritual, independiente del cuerpo físico, y nos referiremos a él en lo que sigue, como el
"Ego Superior" o el "Ego Reencarnante."

Entonces, cuando duerme, el Ego Humano deja atrás el plano físico, y traslada su
existencia al plano mental-espiritual del "Ego Superior"; pero como aquí no tiene su vehículo
usual, no puede retener su autoconsciencia en este plano superior, y por lo tanto, pasa a una
existencia inactiva o como de sueño.

Cuando amanece, el cuerpo ya descansado y fresco, ya está nuevamente listo para


recibir a su ocupante y dueño. Así, el Ego Superior envía otra vez su proyección al Ego
El Enigma de la Vida – pág. 27

Humano, dentro de su vehículo de servicio, el cuerpo físico, y un nuevo día de aprendizaje y


experiencia comienza para esa conciencia observadora.

Existen planos intermedios entre los planos físico y el mental-espiritual donde el Ego
Superior existe; y ellos deben ser recorridos por el Ego Humano antes que pueda regresar a su
fuente. Frecuentemente sucede que el Ego Humano tarda en marcharse de uno de ellos en el
transcurso de su viaje. Algunos recuerdos de ellos pueden quedar retenidos como sueños, y en
raras ocasiones, puede tener algún recuerdo de existencia en el plano del Ego Superior.

Exactamente como el follaje de una flor "perenne" tiene su origen en su raíz


permanente, lo mismo sucede con el Ego Humano, la cual tiene su origen en su Ego Superior,
la parte imperecedera del hombre. Y así como la parte visible de la planta se marchita y muere
en el verano, cuando su vitalidad es reabsorbida dentro de la raíz, así mismo el Ego Humano
es reabsorbido dentro de su raíz, el Ego Superior, ya sea al dormir o al morir. Al dormir, el
regreso es incompleto, algo así como cuando los pétalos de algunas flores se cierran durante
la noche. Con la muerte, "el follaje," el cuerpo con su cerebro y su mente inferior, muere; y el
regreso del Ego Humano al "Padre," el Ego Superior, es completo.

El Ego Humano, por sí mismo, no es una "cantidad fija," porque ella tiene sus octavas
de conciencia cubriendo todo el camino, desde nuestras aspiraciones más altas en el extremo
superior, atravesando estados intermedios, hasta los asuntos puramente personales de
bienestar y placer, en el extremo inferior. La octava de nivel más bajo de la conciencia
humana, la cual únicamente se interesa en su bienestar personal, puede ser señalada como el
"Ego Personal."

En vista de esta escala variable de conciencia, que intermezcla y traslapa todos los
niveles, desde el superior hasta el inferior, no será siempre posible especificar con exactitud
que significado adecuado puede ser aplicado al término "Ego Personal."

Porque parece más fácil visualizar la idea de un "Ego" que esa de un Rayo o Corriente
de Conciencia, y porque cualquier Ego es en realidad siempre un producto del Rayo, se
considera que el término Ego puede ser aplicado con más seguridad en un sentido general, y
algunas veces intercambiado con el término Rayo, confiando que la intuición del lector le
guiará para interpretar el significado correcto.

El Ego Humano podría considerarse a ser el punto medio de la naturaleza compleja del
hombre. Como quiera, él es un espectador, un observador del drama de la vida. Él percibe los
impulsos de los órganos del cuerpo. Nota los sucesos que ocurren en el mundo externo
alrededor de él. Presta atención al flujo de pensamientos que atraviesan la mente, como un
espectador en el teatro mira una película. Experimenta el flujo de emociones y sensaciones
que algunas veces le lleva sobre las alas de la esperanza, y otras veces decae en la
profundidad de la desesperación. Él puede autoidentificarse con las experiencias que sufre, o
puede ignorarlas, viéndolas como se ve un panorama desde un observatorio. En el primer
caso, él está girando alrededor del "borde de la rueda de la vida." En el último caso, su puesto
de observación está en el "centro," calmado e inamovible. Él sopesa y considera las
experiencias de la vida, y las juzga, aprobándolas o desaprobándolas, de acuerdo al caso. Él
saca conclusiones de las experiencias para aplicarlas posteriormente. Las escoge, ya buenas o
malas, modifica y remoldea el carácter de esas experiencias, usando la voluntad como su
instrumento de control.
El Enigma de la Vida – pág. 28

Ese es el Ego Humano, el Yo soy Yo, el Tú o Yo de cada día de la vida. Ese es el


Rayo de Conciencia que se transporta de aquí para allá, cada veinticuatro horas, entre
actividades en los planos físico y el interior del ser.

Desde su primera memoria consciente en su niñez más temprana, atravesando


juventud y madurez, hasta su vejez, el Ego Humano pasa a través de muchas y variadas
experiencias. Él cambia sus conceptos de la vida muchas veces, pero al final de la vida sabe
por sí mismo que es la misma e idéntica entidad que despertó como conciencia desde su
temprana infancia.

El Dios Interno del Hombre

Arriba del Ego Humano en la constitución del Hombre, se encuentra el Ego Superior o
Reencarnante, al que previamente citamos. Sin embargo, ese Ego no es la cumbre, porque el
núcleo del hombre, el Rayo de Conciencia, tiene su origen en la Esencia Divina Universal —
La Vida Única — y existen otros puntos centrales superiores entre ese Ego Superior y su
fuente final. Esos puntos centrales más altos, a los cuales se les puede agrupar, y nos podemos
referir a ellos colectivamente como "el Dios Interno del Hombre," todavía están inactivos en
el individuo común.

La Sabiduría Antigua nos dice que la única forma en la cual el hombre puede
instruirse sobre su Dios Interno, sólo se logra al desarrollar gradualmente las facultades
indispensables para una existencia consciente en los planos donde este Dios funciona, y esto
significa para el Ego Humano, ascender de acuerdo con el Rayo de Conciencia, y convertirse
en Uno con su Dios Interno.

Porque el concepto de un Dios Interno está más allá de la comprensión de la mente


humana, y porque ella es propensa a negar la existencia de todo lo que no puede entender, no
es ninguna sorpresa que el concepto parezca extraño e inaceptable para muchos. Esa
incapacidad de la mente humana de entender algo, como quiera que sea, no es una razón
valedera para negar la existencia de ese algo. La compasión y el amor que se autosacrifica,
nunca pueden ser explicados por la mente, porque ellos pertenecen a planos superiores de
conciencia; sin embargo, sabemos que son realidades que ejercen una influencia poderosa en
el mundo.

Todas las religiones grandiosas nos enseñan de que existe una divinidad dentro del
Hombre. La Biblia nos dice que el Hombre fue creado a la imagen de Dios (Génesis 1:26-27),
y se refiere a esa divinidad innata en 1Corintios 3:16, donde el Apóstol Pablo afirma: ¿No
sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?

Las Escrituras Antiguas Hindúes se refieren al Hombre como una "reflexión en la


materia" de su Dios Interno, y en esa literatura abundan referencias a este tema. El Bhagavad
Gita, en su totalidad, para citar ejemplos, es un diálogo entre el Dios Interno del Hombre,
"Krishna," y el Ego Humano, ahí llamado "Arjuna." En la siguiente cita, Krishna, al hablarle a
Arjuna, dice:

Es solamente una porción de mi propio ser la que asume vida en este mundo de
existencia condicionada, la que reúne los cinco sentidos y la mente para que obtenga un
cuerpo y lo deseche más tarde. Y a medida que esa porción de mi ser toma o deja un cuerpo,
así se lleva con ella esa mente y los sentidos, así como la brisa se lleva la fragancia de las
El Enigma de la Vida – pág. 29

flores. Gobernando sobre la vista, el oído, el tacto, el sabor y el poder del olfato, así como
también sobre la mente, esa porción experimenta los objetos de sensación — Capítulo XV

Y en el Capítulo XVIII, Krishna dice:

En el corazón de toda criatura mora El Señor, — Ishwara — [el Rayo individualizado


del Espíritu Cósmico en todo ser humano], quien por su mágico poder causa que todas las
cosas y criaturas giren subidos sobre la rueda universal del tiempo. Refúgiate en Él y solo en
Él . . .

A pesar de que nuestro conocimiento de la Divinidad dentro de nosotros es impreciso


e incompleto, no está faltando del todo. ¿De dónde provienen los impulsos del Hombre hacia
los actos nobles y generosos, el autosacrificio, la benevolencia y la compasión? ¿Qué es lo
hace que una madre sacrifique su propio interés por el bienestar de sus hijos? ¿Qué mantiene
al hombre más humilde lleno de fe cuando ejecuta sus obligaciones sencillas? ¿Quién es el
que le habla al Hombre a través de la voz de la conciencia? ¿De dónde provienen las
inspiraciones de los genios, la música y el arte? ¿Por qué describe el poeta a la mente del
hombre acerca del Milenio, ese estado ideal donde el amor, la belleza y la armonía reinan en
"algún lugar" — en lejanas tierras prohibidas para los pies mortales? ¿Y por qué el hombre
responde en su corazón a estas ideas, y en su oportunidad sueña y espera por ese estado ideal?
¿Qué es lo que hace al hombre que esté siempre desasosegado e insatisfecho con sus logros
terrenales, siempre buscando algo más, y no sabe qué? ¿Será el recuerdo de algún estado
superior ya olvidado, una época de oro, "un paraíso," que de alguna forma se perdió, y que
ahora lo obsesiona y trata de atraer su atención?

Para contestar a todas esas preguntas, la Sabiduría Antigua nos dice que este deseo de
subir, esos impulsos hacia cosas superiores, vienen al hombre desde la Fuente Divina dentro
de su propia naturaleza, su Dios Interior, el Rayo en el Hombre desde el Único Sol Espiritual.
Es en esta parte de su naturaleza que el hombre siente su identificación con la vida. Los
dictados que vienen a él desde ese lado de la naturaleza, son siempre dirigidos hacia la
armonía y la buena voluntad, siempre tienden hacia la unidad y la fraternidad.

En esta etapa presente de desarrollo, el hombre a menudo falla al responder a esos


impulsos de arriba, y así, el hombre exterior, la "Imagen," la "Reflexión del Dios Interno" se
deforma y se distorsiona, pero cuando responde en alguna medida, él crece aún más cerca de
su ideal interno. A medida que la evolución se desarrolla, el Dios Interno del Hombre se
manifiesta más y más en su vida material.

Antes de continuar con nuestro estudio respecto a los principios de la constitución del
Hombre bajo el Yo Humano, recapitularemos lo que ya hemos estudiado hasta ahora.
Empezando esta vez desde "la parte superior," y ubicando cada elemento en su orden
adecuado, primero tenemos el Rayo desde la Conciencia Universal, el cual se automanifiesta
mediante varios vehículos en los diferentes planos de la Naturaleza, de los cuales el más alto
es el Dios Interior del Hombre. El siguiente en la escala es el Ego con sus diferentes aspectos,
ya sea como el Más Alto, o el Yo que reencarna; luego, el Ego Humano, o la conciencia
común de sí mismo, con sus aspectos superior e inferior, el primero siendo el verdadero Ego
Humano; y el último, siendo el Ego Personal.

Ahora estudiaremos los principios o vehículos utilizados por el Ego en su contacto con
los planos mental, intermedio y físico, de la existencia.
El Enigma de la Vida – pág. 30

La Mente

Cuando el Ego está activo en el plano mental, es como alguien que observa una
película de imágenes de pensamientos formando una camándula ante su visión interna. Esta
actividad mental comienza cuando el Ego regresa al cuerpo después de su ausencia cuando
duerme, y continúa hasta que el Ego vuelve a dejar el cuerpo durante la noche.

Mucha gente no hace ninguna distinción entre las imágenes de pensamientos, a las
cuales observa, y el Ego. El espectador está tan interesado en las imágenes que ve, que se
autoidentifica con ellas. Cuando estamos tan envueltos con esas imágenes y fallamos en hacer
la distinción entre ellas y nosotros mismos, nos convertimos en esclavos de la mente.
Nuestros pensamientos van de acá para allá, uno dándole origen al siguiente, y así somos
arrastrados tras ellos dondequiera que quieran llevarnos. No somos conscientes de esta
esclavitud en ese momento, como quiera, porque nos hemos autoidentificado erróneamente
con esos nuestros pensamientos.

Otras veces hacemos efectivo nuestro poder para controlar la mente, porque podemos
remover un asunto y colocarlo en otro lugar. La mente, como quiera, puede ser obstinada, y
puede revertirlo a donde estaba primero. Pareciera que camina sobre surcos y que tiene
voluntad propia, lo cual es, a menudo, opuesto a nuestra voluntad; pero sabemos que si
usamos suficiente poder de voluntad, podemos superar la terquedad de la mente y hacerla que
obedezca nuestra voluntad.

Esto produce dos importantes realidades: Primero, no somos idénticos a nuestras


mentes, sino distintos y separados de ellas. Por esta razón es que somos capaces de abstraer
nuestra mente de algo que juzgamos indeseable y colocarla en algo constructivo. Segundo, el
hecho de que podamos controlar la mente, a veces demuestra que no necesitamos ser esclavos
de esa mente, sino que podemos extender ese control al practicar y perseverar hasta obtener
completa maestría sobre ella.

La relación entre el hombre y su mente es similar a la que existe entre el jinete y su


caballo. El caballo tiene deseos y voluntad propios, y si se le permite seguir sus inclinaciones,
vagaría sin ninguna dirección de un lugar a otro, tal vez trayendo dificultades a su amo. Pero
un jinete que conoce su oficio, controlará al caballo, y lo dirigirá hacia su propósito útil, lo
que al final beneficiará a ambos, caballo y jinete. El caballo es un buen servidor, pero es
también un director sumamente pobre.

La mente, como el caballo, es un maestro pobre, pero puede ser un servidor


maravilloso cuando se le entrena y se le sujeta bajo control. Sabemos que con suficiente poder
de voluntad, podemos concentrar la mente sobre un punto sencillo, y así resolver problemas
que podrían nunca haber sido resueltos al haberle permitido a la mente vagar ociosamente y
sin control. Entonces, la mente es un instrumento que el Ego puede usar, y el cerebro es, a su
vez, la herramienta de la mente. En las Escrituras Antiguas Hindúes, la mente es conocida
como "el órgano del pensamiento."

La mente es dual por naturaleza. La parte superior está en contacto con nuestra
naturaleza espiritual, mientras la inferior es dependiente del cerebro y sus sentidos físicos, y
gira alrededor del lado material de nuestra naturaleza.
El Enigma de la Vida – pág. 31

Cuando el Ego centra su atención en la Mente Superior, se da cuenta de su identidad


con toda clase de vida. Así, piensa y siente al unísono con sus prójimos. Busca expresión de
sus pensamientos y actos de altruismo y compasión. Reconoce el lado bueno de los demás, y
por su confianza y fe, ayuda a fortalecer ese lado bueno.

La mente inferior es el resultado del Rayo de Conciencia al trabajar a través de la


constitución humana, y está asociada muy cercanamente con el cerebro y los deseos del
cuerpo, al autoidentificarse con ellos. La mente recibe impulsos de los órganos del cuerpo, los
cuales demandan satisfacción de sus deseos variados. Esto tiene que ver con comodidades y
placeres personales y con los pequeños problemas de cada día de la vida. La mente se da
cuenta que su propio vehículo es distinto y separado de los otros vehículos. Por lo tanto,
siente que sus intereses riñen con los de los demás. Así, se vuelve interesada en ella misma y
excluye a los demás, y a menudo planea y esquematiza para obtener ventajas sobre sus
prójimos, porque no reconoce su identidad con ellos. Cuando no está ocupada en una tarea
especifica, flota sin rumbo, de un pensamiento a otro, o es estimulada a entrar en actividad
por sucesos exteriores.

No existe una línea de diferenciación entre las Mentes Superior e Inferior; una se
mezcla imperceptiblemente con la otra. El Ego puede centrar su atención solamente en una
parte de la mente a la vez, y sólo esa parte se activa por esa vez.

Por usar constantemente la Mente Superior en pensamientos altruistas y constructivos


y en un idealismo grandioso, el lado espiritual de nuestra naturaleza crece más fuerte.
Después de muchas encarnaciones, y al haber transferido nuestra conciencia a esta parte de
nuestra constitución, pasaremos con una conciencia completa, atravesando la puerta de la
muerte, a la condición que sólo los seres espirituales alcanzan.

Disposición de Ánimo, Sentimientos, Emociones

Otro lado de nuestra naturaleza incluye atributos como disposiciones de ánimo,


sentimientos y emociones. En diversas oportunidades nos sentimos serenos o irritados,
pesimistas o entusiastas, felices o deprimidos. A veces somos compadecidos con nuestros
prójimos; y otras veces, indiferentes. A veces oscilamos entre odio y venganza, y después,
entre amor, generosidad y buena voluntad. A menudo, no experimentamos estos sentimientos
tan extremados, pero somos conscientes de sus influencias sobre nosotros. Como sucede con
nuestros pensamientos, también podemos apartarnos y ver el flujo y reflujo de nuestras
emociones. Aprobamos ciertos sentimientos, pero a otros los juzgamos indeseables.

Al describir nuestras disposiciones de ánimo, a veces usamos la expresión de que


estamos en cierto "estado de ánimo." Esto aparenta ser una descripción acertada, porque el
Ego ve todo desde un solo ángulo fijo, con la exclusión de otros puntos de vista. Si estamos
felices, todo nos parece prometedor; no podemos entender cómo pudimos haber sido tan
miserables antes. Si nos sentimos pesimistas, todo nos parece lúgubre y dudamos que nunca
más volveremos a sentir felicidad otra vez.

Nuestros sentimientos y disposiciones de ánimo pueden tener un dominio fuerte sobre


nosotros. Sabemos por experiencia que las disposiciones de ánimo no son permanentes, sino
variables. El cambio puede venir lentamente y una disposición de ánimo se termina como
resultado de las obligaciones rutinarias de cada día. O podemos ser sacudidos bruscamente de
nuestro estado de ánimo por algún suceso exterior, como cuando suena el teléfono, o cuando
El Enigma de la Vida – pág. 32

un amigo nos da una noticia importante que demanda acción inmediata de nuestra parte.
Como sea, no necesitamos esperar por circunstancias externas para sacudirnos de un estado de
ánimo indeseable. Podemos obtener el mismo resultado si resueltamente abordamos un
trabajo útil o constructivo que requiera nuestra atención total. También sabemos que podemos
cambiar nuestras disposiciones de ánimo con el uso de fuerza de voluntad pura, y el método
consiste en substituir deliberadamente una disposición de ánimo indeseable por la opuesta.
Podemos rechazar ser miserables y abatidos, y en su lugar, cultivar una posición de buen
humor. Podemos rechazar darle oportunidad a las actitudes irritantes y críticas, al substituirlas
por tranquilidad y amistad. (Un artículo muy útil sobre esta materia es "Impresiones Cíclicas
y de Retorno y Nuestra Evolución," de W. Q. Judge, disponible de la Logia Unida de
Teósofos, 245 W. 33rd St., Los Angeles, CA, 90007)

Como sucede con los pensamientos, nuestras emociones también parecen tener
voluntad propia, y a menudo es difícil controlarlas. Pero a medida obtenemos control sobre
ellas, sabemos cómo lograrlo, y nuestra capacidad sobre ellas se incrementará con la práctica.

Por lo tanto, sabemos que es posible separarnos y observar el flujo y reflujo de


nuestras emociones y juzgarlas, y porque tenemos el poder de dirigir sus corrientes por medio
de nuestra voluntad, es evidente que no somos idénticos con nuestras disposiciones de ánimo
y sentimientos, tal y como sucede con nuestras formas de pensar.

El Cuerpo Modelo

La ciencia médica ha acumulado un conocimiento enorme con respecto al cuerpo


humano, incluyendo la relativa al cerebro, el sistema nervioso, los músculos y sus numerosos
órganos. También puede explicar como la luz, cuando alcanza los ojos, y las ondas de sonido,
cuando llegan al oído, son transmitidas a través de varios mecanismos intermedios hasta
alcanzar el cerebro mediante los nervios.

Como quiera, todavía existe un vacío en nuestro conocimiento de cómo un


pensamiento se vuelve una acción; de cómo un impulso mental, un acto de voluntad, pueden
ser transmitidos desde la conciencia al cerebro, y así, finalmente pueda causar que la materia
en un músculo obedezca una orden emitida desde la voluntad. Así mismo existe un vacío en
nuestro conocimiento de cómo las impresiones sensoriales desde el mundo físico exterior,
tales como el sonido y la luz, después de que alcanzan el cerebro como impulsos nerviosos,
son transmitidas del cerebro a la conciencia.

La Sabiduría Antigua nos dice que la Conciencia y la Mente no pueden actuar


directamente sobre la materia física bruta, sino que existe en la Naturaleza materia más etérea
y refinada que la materia bruta que conocemos. Existen otras formas de energías,
intermediarias entre nuestras energías mentales y esa materia etérea antes mencionada. Es por
medio de esas energías, todavía desconocidas, que los impulsos mentales "bajan" o se
transforman hasta que alcanzan el cerebro. Desde allí, los impulsos son retransmitidos como
impulsos nerviosos que finalmente afectan a los músculos y dan, como resultado final,
acciones sobre el plano físico.

La Sabiduría Antigua va más allá, al decirnos que el hombre tiene un cuerpo interno e
invisible, construido con esta materia etérea e invisible, y que nuestro cuerpo físico bruto es
un duplicado exacto en materia física de este cuerpo etéreo. En realidad, nuestro cuerpo físico
toma su forma, está hecho en forma coherente y retiene su relativamente apariencia estable
El Enigma de la Vida – pág. 33

por estar construido, "ladrillo por ladrillo," célula por célula, de acuerdo a esta estructura o
cuerpo modelo. El cuerpo modelo, hecho de una substancia más etérea, es sensible a los
impulsos mentales, y los traduce en actos físicos. Así, el Yo es capaz de imponer su voluntad
sobre el cuerpo físico mediante las energías intermediarias del cuerpo modelo y la mente.

El Cuerpo Físico

En nuestra enumeración de las diversas partes que componen la constitución del


hombre, ahora venimos finalmente a la parte más material, el cuerpo físico. Esta es la única
parte del hombre que es visible, todas las demás están ocultas.

El cuerpo humano es un instrumento verdaderamente maravilloso, con todos sus


órganos y facultades cooperando para hacerlo una unidad viviente — el lado animal del
hombre. Por medio de este cuerpo y sus cinco sentidos y su cerebro físico, el Ego es capaz de
contactar el mundo material, aprender y evolucionar por experiencia.

El cuerpo es la "fachada" de la naturaleza compleja del hombre, la parte que "sale a la


calle," la parte que "se muestra afuera," por así decirlo. Detrás de esa fachada, el hombre vive
una vida interna en sus otros principios invisibles. El cuerpo es "la alcaldía" en esa pequeña
comunidad de varios elementos que componen la constitución humana. Es el centro común
donde todos los elementos se reúnen; en donde todos y cada uno de esos elementos
confrontan sus deseos y demandas diversas, aspiraciones y anhelos. Si la "reunión del
pueblo," la cual es celebrada por esos intereses conflictivos, es dirigida por un Ego que está
inspirado y gobernado por el Rayo de Divinidad en su núcleo, todos los elementos
cooperarán, y el resultado será una vida armoniosa y útil. Si el Ego se entrega a los elementos
indisciplinados inferiores, el resultado será desarmonía y sufrimiento; aunque este
sufrimiento, a su debido tiempo, causará que el Ego escoja un camino más sabio
posteriormente.

Mucha gente se autoidentifica sólo con sus cuerpos, y creen que el cuerpo es la parte
principal de ellos. Un pequeño análisis demostrará que esto no es cierto.

Si observamos a alguien que duerme, notaremos que el cuerpo yace allí


tranquilamente, ejecutando ciertas funciones automáticas. El corazón palpita, la sangre
circula, los pulmones respiran, etc. Los ojos están cerrados, pero los oídos reciben sonidos de
afuera; sin embargo, no responden a esos sonidos. Si hubiera un centenar de cuerpos
durmiendo enfrente de nosotros, todos ellos actuarían más o menos igual. El cuerpo que
vemos delante de nosotros, no es el amigo a quien conocemos tan bien. Las cualidades en él,
que nos gustan y que lo hacen único, se han separado por ellas mismas del cuerpo que
duerme, y abandonaron el lugar por ese tiempo que transcurre, a lo mejor para retirarse dentro
de la parte más etérea de la constitución interna. Somos incapaces de contactar la parte real de
nuestro amigo a través de su cuerpo que duerme, pero sabemos que él está vinculado en
alguna forma con ese cuerpo. Él no puede contactarnos, a menos que regrese a ese cuerpo y
tome control sobre él. A partir de esto vemos que el cuerpo no es ese hombre por sí mismo,
sino que, al igual que la mente, es una herramienta utilizada por el Ego para su evolución aquí
en la Tierra.

La parte que se ausenta durante el sueño es más esencial que el cuerpo que duerme
enfrente de nosotros. Si llamamos "alma" a esta parte ausente y esencial por ese tiempo que
El Enigma de la Vida – pág. 34

transcurre, nos damos cuenta que seria más apropiado decir que ese hombre es un alma y que
tiene un cuerpo, en lugar de decir que el hombre es un cuerpo y que tiene un alma.

El cuerpo se vuelve más débil después de la madurez, pero la mejor parte del Yo
Humano, la parte que ha centrado su conciencia en los principios superiores de su naturaleza,
no es afectada por la declinación del cuerpo. El verdadero Yo Humano sabe que él no es el
cuerpo, y se siente "joven en espíritu," a pesar de su cuerpo decadente. Es solamente la parte
más inferior del Yo Personal, la parte que se ha identificado con el cuerpo, la que siente que
se está volviendo vieja.

Armonizando Principios

Los numerosos elementos de la naturaleza del hombre — que acaban de ser


enumerados — no están separados en diferentes "compartimientos," sino que forman un
conjunto armonioso y se interpenetran unos con los otros para que cada principio tome parte,
hasta cierto punto, de la naturaleza de todos los demás. Justamente como los colores
prismáticos se mezclan y se combinan, y cuando todos están presentes producen la luz blanca,
así también los principios del hombre se armonizan y combinan, y cuando todos están
presentes producen un hombre completo.

Durante nuestra vida en la tierra, todos ellos están, directa o indirectamente, asociados
con el cuerpo físico. El Ego puede cambiar su atención de una porción de su naturaleza a otra
un ciento de veces al día, pero la transición de una a otra es tan suave y gradual que, a
menudo, no notamos que un cambio ha ocurrido.

Será interesante en este momento, dar otro extracto de los Upanishads, a fin de
demostrar como los Maestros de ese período ilustraron la naturaleza compuesta del hombre:

Sabemos que el alma (el Ego) está sentada en un carro de guerra, y que el cuerpo es
ese carro. Sabemos que la mente es el auriga (conductor), y que la voluntad constituye las
riendas.
Ellos dicen que los sentidos son los caballos, y que las cosas de sensación constituyen
el camino. El sabio declara que el alma migratoria es el Yo artificiosamente presente en el
cuerpo, en los sentidos y en el asiento común de sensación.
Pero si el auriga, la mente, es inexperta, y las riendas están siempre flojas, sus sentidos
estarán siempre ingobernables, como caballos que no obedecen al auriga.
Pero si el auriga es experto, y en toda ocasión sostiene firmemente las riendas, sus
sentidos estarán siempre dóciles, como caballos que obedecen al auriga.

Los sentidos y los órganos del hombre están constantemente buscando gratificar sus
ansias, y son, por lo tanto, "los caballos" que proveen la fuerza motriz de la actividad del
hombre. "Las cosas de sensación" son los objetos del mundo material que pueden gratificar
los sentidos; de aquí que ellos hagan "el camino" en el cual "los caballos" viajan. El alma, el
Ego, es el pasajero del carro. El conductor, el auriga, es la Mente, y si es experta, y obedece
las órdenes de su Maestro, el Ego, y por medio de la voluntad mantiene a los sentidos bajo
control, todo saldrá bien. Pero si la Mente distrae su atención, los sentidos pueden volverse
desenfrenados y pueden poner en peligro la seguridad del Ego.

Hay una expresión moderna que muestra que el hombre práctico de hoy acepta un
punto de vista no tan diferente de esa mostrada en la ilustración precedente, la cual fue
El Enigma de la Vida – pág. 35

tomada prestada de los antiguos. La versión moderna no entra en mucho detalle,


sencillamente establece: "Es experiencia lo que obtenemos, mientras buscamos por algo más."
El "algo más" es normalmente dinero, lo que representa sencillamente nuestra habilidad para
satisfacer nuestros deseos. Son nuestros deseos lo que nos envía en búsqueda de "las cosas de
sensación" y nos hace intentar esa aventura o lo que fuere, a fin de obtener nuestros
propósitos. Al final del camino, y muy frecuentemente, no conseguimos lo que anhelamos.
Pero obtuvimos una cosecha de experiencia, la cual no la habríamos conseguido si no
hubiéramos hecho el esfuerzo; y es experiencia lo que debemos obtener si vamos a
evolucionar. De esta manera, un motivo egoísta se autoderrota, y las experiencias
desilusionantes nos pueden conducir a cierto desarrollo.

El Carácter

Como la constitución humana, con sus diversos principios o "herramientas"


enumeradas anteriormente, es igual para todos los hombres, sería natural esperar que los
hombres fueran parecidos en toda forma. Como quiera, esto no es cierto. Vemos por todas
partes grandes diferencias en características entre los hombres, diferencias en disposición,
temperamento, conceptos de vida, etc. También notamos enormes diferencias en dones,
talentos y aptitudes naturales. Esas diferencias no solamente existen entre adultos, sino que
aparentemente también se dan entre niños. Madres de familias grandes nos dirán que tales
diferencias existen desde el mero principio, y se vuelven aparentes tan pronto como el niño
desarrolla sus facultades necesarias para autoexpresarse. Esas cualidades aparentes se
muestran antes que la educación o el medioambiente puedan haber tenido cualquier
influencia. Ellas se desenvuelven desde dentro y no son el resultado de implantaciones
externas.

De esta manera, uno de los hijos de los mismos padres puede tener una disposición
alegre y feliz; otro, una más seria, o quizá una malhumorada. Uno de ellos puede ser pulcro y
ordenado; mientras otro es descuidado; uno de ellos puede ser generoso; y otro, egoísta; uno
de ellos puede ser temerario e informal; mientras otro es cauteloso y digno de confianza.

A menudo existen diferencias impresionantes, aún entre niños de la misma familia, ya


sea en sus talentos, aptitudes o dones "innatos" naturales. La simple expresión "innatos"
demuestra un reconocimiento del hecho de que tales cualidades no se adquieren, sino que
deben haber existido aún antes del nacimiento. De esta manera observamos que algunos niños
encuentran las matemáticas así de fáciles, mientras los idiomas les parecen difíciles. A
algunos les gusta la música y el arte, mientras que otros son inclinados hacia la mecánica,
algunos parecen estar dotados en muchas formas, mientras otros no tienen aptitudes
particulares.

Cuando tales diferencias aparecen entre niños de familias distintas, una discrepancia
en herencia es normalmente responsabilizada como la causa, pero cuando diferencias
igualmente grandiosas ocurren entre niños de la misma familia, donde la herencia es idéntica,
debemos buscar la causa en alguna otra forma.

Las tendencias de un niño hacia la música se autorevelan muy temprano en la vida, y a


menudo, antes de que ningún entrenamiento o enseñanza musical haya ocurrido. La historia
de las vidas de casi todos nuestros músicos grandiosos, dan fe de que el talento del genio
musical se automanifiesta a un grado extraordinario en una niñez temprana, y frecuentemente,
en medio de familias donde no ha habido herencia que garantice su aparición.
El Enigma de la Vida – pág. 36

Es una realidad de que las cualidades innatas pueden ser modificadas mediante
entrenamiento, educación y por el medioambiente. La enseñanza sacará lo que ya está por
dentro; pero si el talento no se encuentra allí para comenzar, el resultado será pobre. Esto es
evidente cuando observamos el efecto enorme y diferente cuando se da exactamente el mismo
entrenamiento a varios estudiantes en el mismo grupo.

Las cualidades enumeradas anteriormente, como el temperamento, disposición,


talentos y aptitudes, cuando se toman colectivamente, distinguen a un individuo de otro, y
constituyen su carácter. Ese carácter puede ser modificado mediante educación,
entrenamiento y por el medioambiente, pero porque se manifiesta antes de que cualquiera de
esos factores haya tenido tiempo de operar, el carácter debe ser innato en lugar de ser
adquirido. Y debido a que frecuentemente difiere del de sus padres, no puede ser explicado
como un efecto hereditario. Entonces, ¿Cómo explicamos la existencia del carácter? La
Sabiduría Antigua nos muestra que es un patrimonio que el Ego acarrea con él desde una
existencia anterior.

La Construcción del Carácter

La palabra carácter proviene del griego, y significa "imprimir, grabar o inscribir."


Antes de la época del papel, existió la costumbre de grabar letras en piedras, o estamparlas
sobre lápidas de arcilla. Cada letra tuvo una marca, identificándola, que la distinguía de las
demás. Aún hoy, cuando hablamos de las letras del alfabeto, nos referimos a ellas como los
"caracteres" del alfabeto, teniendo en mente que todas ellas se distinguen unas de las otras por
su marca característica.

Por lo tanto, el carácter de un hombre lo constituye las peculiaridades colectivas o


cualidades que lo distinguen de los demás.

Construimos nuestro carácter al repetir pensamientos, al repetir emociones y


sentimientos, y por lo hechos que resultan de ellos. Piensa en algo muy a menudo y con
suficiente tiempo, y ese pensamiento tendrá expresión, tanto así como la palabra o la acción.
Repite un hecho muy a menudo, frecuentemente, y se convertirá en un hábito. Un
pensamiento es pronto rechazado, un hecho es prontamente olvidado, pero dejan una marca en
el carácter, aunque sea ligero. Cuando se vuelven costumbre, ellos se autograban
profundamente en la parte invisible de la naturaleza del hombre.

También construimos esa parte de nuestro carácter que incorpora nuestros dones,
talentos y aptitudes innatas. Construimos esa parte al repetir esfuerzos durante entrenamientos
de esas líneas diversas, para que esos "dones" no se conviertan en favores no merecidos, sino
para afirmar que son parte nuestra y que funcionan para nuestro beneficio. Ellos son recuerdos
de habilidades pasadas, obtenidas mediante esfuerzos en vidas precedentes y preservadas por
nosotros en la parte invisible de nuestra naturaleza.

De esta manera, el carácter no es un principio separado o un segmento independiente


de la constitución del hombre, sino que el carácter es la colección de hábitos y tendencias
consecuentes que hemos construido en todas las partes de nuestra constitución. Es la
acumulación de hábitos del cuerpo, de las emociones y sentimientos, de los hábitos de la
manera de pensar y de la moral, hábitos de obedecer a la voz de la conciencia, o de ceder a la
tentación, como también, hábitos de entreno en todos los campos del esfuerzo. Es lo que
hemos construido en nosotros mismos.
El Enigma de la Vida – pág. 37

El efecto acumulado de todos esos hábitos nos dan una tendencia, un "rumbo" en
cierta dirección, una predisposición, una "predilección" que hace fácil y natural para nosotros
a que actuemos dentro de esos surcos que el hábito ha marcado.

Es nuestro carácter o nuestros hábitos colectivos lo que determina como


reaccionaremos a los impactos repentinos de las circunstancias externas, y lo que nos vuelve
"prontos para actuar" en esta o en esa dirección. Es también nuestro carácter lo que determina
lo que nuestra manera de pensar hará cuando nuestros pensamientos no están dirigidos por
nuestra voluntad. También es lo que determina que será de nuestras emociones y sentimientos
cuando ellos no están bajo control, y se les ha permitido que encuentren su propio nivel. Lo
que hace que este nivel sea alto o bajo, bueno o malo, depende de la dirección e impulso que
hayamos permitido.

El carácter es el ropaje interno e invisible que el Ego teje alrededor de sí mediante sus
pensamientos y acciones, hebra por hebra, fibra por fibra, justamente como la larva construye
su capullo en el cual debe vivir más tarde. Durante la vida mejoramos este carácter, o lo
degradamos y lo echamos a perder. Al final de la vida, el carácter todavía permanece como
una acumulación de fuerzas y energías, y como tal, no puede ser aniquilado ni destruido.
¿Qué le sucede al carácter después de la muerte?

Las Enseñanzas Antiguas afirman que permanece inalterado y latente en planos


internos de la Naturaleza, hasta que en edades distantes el Ego regresa a tomar cuerpo físico;
y así, ese Ego reencuentra su patrimonio, ese carácter, el cual ha estado esperando por su
dueño. Es como un cheque de viajero, enviado con anticipación, esperando en su destino a
que llegue el viajero. Es la "Voluntad y Testamento" que nuestro actual ser hace para su
futura existencia, cuando ese Ego regrese a la Tierra como un niño recién nacido — el cual
ahora empieza a automanifestarse nuevamente — es el "capital" con el que comienza su
nueva reencarnación. La entidad recién nacida, por lo tanto, es virtualmente una reproducción
de la entidad que ya existió previamente.

Porque el carácter — ese "ropaje" en el cual estamos ahora envueltos, nuestro yo de


cada día — es el efecto acumulado de nuestras maneras de pensar y de nuestros hechos
pasados, bien podemos decir que son nuestros propios trabajos manuales, nuestro propio
Karma. Con esto en mente, es fácil entender la afirmación de Pitágoras, que dice: "Somos
nuestros propios hijos." Cuando consideramos que nuestras disposiciones y tendencias,
nuestras habilidades y talentos son todos "recuerdos" de hábitos adquiridos en existencias
pasadas; y que por lo tanto, nuestro carácter es nuestra memoria colectiva de todas nuestras
vidas pasadas, es que podemos entender el significado de la expresión de Platón: " . . . toda
investigación, todo conocimiento, es simplemente un recuerdo."

Podemos tener cosas almacenadas en los "áticos y en los roperos" de nuestro carácter
y no estar conscientes de ello. Mucha gente se conmociona al recibir impulsos de maldad
súbitos y no provocados. Otras veces los impulsos pueden ser de naturaleza beneficiosa. Esos
impulsos son inyecciones en la conciencia que provienen de maneras de pensar aparentemente
olvidadas, y que han estado depositadas por un largo periodo de tiempo en el pasado. En el
transcurso del tiempo, todos los depósitos escondidos en nuestro carácter resurgirán a la
superficie; los de maldad, para ser remediados o para desecharlos; los de bondad, para
desarrollarlos nuevamente y reforzarlos.
El Enigma de la Vida – pág. 38

Muchos son internamente conscientes de tener talentos no desarrollados, los que no se


han autoexpresado por falta de oportunidad. En su debido tiempo, esos dones encontrarán
expresión, y de esta manera, serán cultivados y mejorados.

El carácter de un hombre está profundamente arraigado y no cambia de un día para


otro, o de hora en hora, como lo hacen nuestra manera de pensar y nuestros sentimientos. No
podemos sacudirnos nuestro carácter como lo hacemos con nuestra disposición de ánimo,
pero podemos cambiarlo y remodelarlo con el mismo método que utilizamos al construirlo. Si
un edificio no es lo que debería de ser, y queremos remodelarlo o reconstruirlo, eso sólo
puede lograrse al reemplazar partes defectuosas por unas nuevas y mejor diseñadas, y esto
debe hacerse poco a poco. No puede lograrse con un impulso sencillo, sino mediante un
proceso lento y laborioso. Esta es la razón por la cual deberíamos ser muy cuidadosos con
nuestra manera de pensar y con nuestros hechos cuando ocurren por primera vez. Debemos
hacerlo de tal forma que no haya oportunidad de que sean reemplazados en un futuro.

No existen atajos para remodelar el carácter. Esa es la razón por la cual las
resoluciones de Año Nuevo, aunque beneficiosas, son tan a menudo inefectivas. En nuestra
euforia pasamos por alto la realidad de que lo que esperamos que cambie con un mínimo
esfuerzo, fue construido por pensamientos y hechos, repetidos una y otra vez, durante largos
periodos en el pasado. A fin de que funcione, el esfuerzo debe ser constantemente renovado y
resueltamente continuado a lo largo del año, mes a mes, día a día.

Sin embargo, si una resolución no es completamente realizada, aún así es mejor a que
no haya ninguna; porque ningún esfuerzo se pierde, y es al menos, un ladrillo reemplazado. Si
entendemos la magnitud de la tarea que estamos llevando a cabo al cambiar hábitos viejos y
establecidos, nos mantendrá alejados de perder el ánimo, aunque el avance nos parezca más
lento de lo que esperamos, y nos ayudará a mantener siempre fresco el esfuerzo.

El Destino del Hombre Se Construye por Esfuerzos Propios

Se ha dicho que nuestro carácter es lo que hemos hecho por nuestros propios
esfuerzos, como un resultado de todos nuestros pensamientos y hechos, y sus hábitos
consecuentes. Nuestro carácter nos da un "rumbo" o una inclinación en cierta dirección, y si
se mantiene sin alteración, ese carácter determinará nuestro destino final.

Hay una porción de Sabiduría Oriental que dice:

Si siembro un pensamiento, cosecharé una acción;


Si siembro una acción, cosecharé un hábito;
Si siembro un hábito, cosecharé un carácter;
Si siembro un carácter, cosecharé un destino.

Si vivimos utilizando lo máximo que tenemos, nuestro carácter mejorará


constantemente y nos pondrá en el camino hacia un destino brillante y fructífero. Si nos
parece que vamos en una dirección equivocada, ello puede ser cambiado, pero para hacerlo,
debemos cambiar primero nuestro carácter. Para hacer eso, debemos cambiar nuestros
hábitos, nuestras acciones y nuestros pensamientos, lo cual, por supuesto, toma tiempo y
requiere esfuerzo continuo.
El Enigma de la Vida – pág. 39

La siguiente cita, tomada de Dhammapada, una Escritura Budista, nos muestra que los
Antiguos enseñaron hace miles de años que nuestro carácter está construido por nuestros
pensamientos:

Todo lo que somos es la consecuencia de lo que hemos pensado. Está basado sobre
nuestros pensamientos; está derivado de nuestros pensamientos. Si un hombre habla o actúa
con un pensamiento de maldad, el sufrimiento lo perseguirá, exactamente como la rueda sigue
a los pies de los bueyes que halan la carreta.
Todo lo que somos es la consecuencia de lo que hemos pensado. Está basado sobre
nuestros pensamientos; está derivado de nuestros pensamientos. Si un hombre habla o actúa
con un pensamiento inocente y puro, la felicidad lo seguirá, exactamente como una sombra
que nunca lo dejará.
"Me trató severamente; me golpeó; me venció; me robó" — todos los que cultivan
tales sentimientos tendrán odio sin cesar.
"Me trató severamente; me golpeó; me venció; me robó" —todos los que no cultivan
tales sentimientos verán morir el odio.
Porque el odio nunca es superado por odio en ninguna oportunidad. El odio muere
mediante el amor. Esta es la regla sabia.

Así, nuestro destino es finalmente determinado por nuestros propios pensamientos y


acciones. No estamos "predestinados" a nada ni por nadie. A medida que cambiemos nuestro
carácter, ya sea por uno bueno o por uno malo, así también autodeterminaremos, por esa
sencilla razón, nuestro propio destino.

Capítulo V

Estados De Conciencia
Método Indirecto de Estudio
La Conciencia en el Estado de Vigilia
El Soñar Despierto
Preparándonos Para Ir a Dormir
El Dormir — El Soñar
El Despertar
Estados Anormales de Conciencia
Deducciones Respecto a los Estados de Conciencia

Método Indirecto de Estudio

Durante el sueño y después de la muerte, cuando el Rayo de Conciencia se ha retirado


del mundo material, él se activa en los planos internos e invisibles de la Naturaleza, o en
niveles de conciencia diferentes de nuestro estado de vigilia. El Ego Humano del individuo
común en esta etapa presente de evolución, no puede seguir al Rayo de Conciencia cuando se
retira a planos superiores, porque la retirada del Rayo de su vehículo humano es lo que causa
exactamente que el Ego Humano se torne inactivo, y pase dentro de una condición latente.

Existen contadísimos individuos en el mundo, quienes han evolucionado a tal grado


que su Ego Humano se ha vuelto Uno con su Ego Superior; y de esa manera, ahora pueden
cruzar el umbral del sueño y de la muerte en posesión completa de sus conciencias. Ellos son
los Maestros de Sabiduría, Compasión y Paz, y son los guardianes de la Religión Antigua de
El Enigma de la Vida – pág. 40

Sabiduría, y son quienes le han proporcionado estas enseñanzas a la humanidad. Ellos


también fueron humanos comunes y corrientes; y es el destino de todos los hombres alcanzar
finalmente este estado máximo; para que de esta forma, los planos superiores de conciencia
nos sean tan familiares como lo es el mundo material que ahora conocemos.

Ya que no podemos estudiar estos planos o estados de conciencia por observación


directa, nuestro enfoque será el de estudiar nuestro estado de vigilia, así como también echar
mano de lo poco que sabemos del estado de sueño y ciertos estados anormales para obtener,
por lo menos, información que nos conduzca a investigar lo relativo al tema.

La Conciencia en el Estado de Vigilia

En nuestro estado común de vigilia es el Ego Humano, incluyendo en este término a


sus aspectos superior, intermedio e inferior, el centro activo de conciencia; y su campo de
actividad es el mundo físico y el mundo interno e invisible de los pensamientos y sensaciones.

La característica que distingue al estado de vigilia de los demás estados, parece ser que
consiste en estar consciente simultáneamente de los planos físico y mental. El Ego observa el
mundo externo mediante los cinco sentidos; y al mundo interno, por vigilar la sucesión de
pensamientos y sensaciones que desfilan en la "pantalla de la mente." Nuestra actividad puede
ser principalmente física, pero aún así, existe un flujo callado de pensamientos que corre a
través de la mente; o nuestra labor puede ser principalmente mental, pero aún así, siempre
estamos conscientes de nuestro medioambiente físico. Como quiera, sabemos que si
estuviéramos haciendo nuestro esfuerzo máximo en cualquiera de los dos campos, la
actividad en la otra dirección se torna mínima. Por ejemplo, un atleta no podría correr en una
competencia y al mismo tiempo concentrarse en un problema mental. La menor actividad
mental que él pueda tener, la debe aplicar para sostener a su esfuerzo físico. Por el otro lado,
si debemos darle nuestra atención completa a un problema mental, la mejor forma de hacerlo
es empezar por reducir al mínimo las actividades físicas.

Las funciones automáticas del cuerpo, tales como la circulación de la sangre, la


respiración, la digestión de los alimentos, etc., por supuesto que se hacen de continuo, porque
ello logra que el grupo electrógeno provea la energía para el cerebro. No obstante, esas
funciones no juegan una parte directa en el trabajo mental, como tampoco son un estorbo, a
menos que hayan sido sobre-estimuladas. Por ejemplo, sabemos lo difícil que es concentrarse
en un problema metafísico profundo después de haber tenido una comida sobreabundante.

Un cuerpo físico que se sobrestimula con comida, o con ejercicio físico, se vuelve un
obstáculo para la actividad mental. Un cuerpo tan pasivo que podría olvidar su existencia,
seria el menor de los obstáculos para ejecutar trabajo mental.

De esta manera, existen tres compañeros necesarios para dirigir el estado consciente
de permanecer alerta: el Ego Humano-aspecto del Rayo, la mente y el cuerpo físico, este
último incluye también al cuerpo modelo, etc. De todos ellos, es el Rayo el que vitaliza a la
mente y al cuerpo; y la mente es el vínculo entre ellos; y el cuerpo es el substrato para la
actividad de todos. Si cualquiera de los compañeros está ausente, el Rayo se vuelve
inconsciente de ese plano. Todos los compañeros deben estar presentes y cooperando
armoniosamente como una unidad, a fin de que el Rayo pueda experimentar el estado de
conciencia común de permanecer alerta.
El Enigma de la Vida – pág. 41

El Soñar Despierto

Una desconexión parcial del Ego de su aparato sensorial puede ocurrir durante el
estado de vigilia.

Después de vivir por algún tiempo en una calle bulliciosa, acabamos por
acostumbrarnos al ruido. Los sonidos llegan a nuestros oídos tan fuertemente como antes,
pero subconscientemente hemos aprendido a prevenir que esos ruidos alcancen nuestra
conciencia. Hemos tenido éxito en "desconectar el embrague" entre el Ego y el aparato
sensorial, en este caso particular.

También podemos estar en un cuarto profundamente interesados en leer un libro, o en


resolver un problema abstracto, y no ponerle atención al tictac del reloj, o no darnos cuenta
que alguien está pasando por el cuarto. La persona pasa dentro del alcance de nuestra vista, el
sonido del tictac del reloj alcanza nuestros oídos; los ojos y los oídos están funcionando
normalmente, pero las impresiones transmitidas por ellos hacia el cerebro no se registran en
nuestra conciencia porque el Ego está absorto en el plano mental. Esta vez, "el embrague está
conectado completamente" en el plano mental, y el resultado es que el Ego cesó de estar
consciente de lo que sucede en el plano físico.

Decimos que la persona en esa condición está "absorta en meditación," que "está
soñando despierta," reconociendo que esa persona está en una condición similar a la de
cuando se duerme. También podemos decir: "él está distraído," "que él no está allí."

Si lo queremos despertar, le decimos en broma: "Bájate de esa nube," dándole, tal vez,
una palmadita en la espalda. Así, el Ego retira su atención del plano mental y la vuelve a su
medioambiente físico.

Cuando el Ego regresa después de tal "viaje" en el plano mental, puede parecer
aturdido, y al principio no reconoce su ambiente, porque mentalmente "él ha estado en algún
otro lugar," y ahora lo confunde con su contorno físico actual. Pero la situación se aclara casi
de inmediato, y el Ego ocupa otra vez su "puesto de observación," y nuevamente está
totalmente en uso de su mente y de su aparato sensorial. Él cambió de la condición netamente
mental al estado común de permanecer despierto. Él "ha bajado a la materia." Él "ha puesto el
embrague en posición neutra," donde él opera la combinación usual de las actividades físicas
y mentales.

Así fue posible para el Ego retirarse del plano físico y dejar de existir allí, y luego
manifestarse en el plano mental y activarse en él. Esto demuestra que es posible para el Ego,
el que pueda retener completa conciencia mental sin contar con la noción del plano físico.

Durante este período, el plano físico podría también no existir, esto es, cuando el Ego
está activado en el plano mental, porque no toma parte útil en esa actividad mental del Ego.

Durante su ausencia del plano físico y mientras existe en el plano mental, el Ego
todavía retiene su identidad y se autoreconoce como el mismo Yo soy Yo que es en la
condición común del estado de vigilia.

La Sabiduría Antigua nos dice que existen otros planos superiores arriba del mental, y
que así como el Rayo de Conciencia puede retirarse del plano físico y volverse activo en el
El Enigma de la Vida – pág. 42

mental, así también puede retirarse del plano mental y volverse activo en cualquiera de esos
planos superiores. Como su vehículo en el plano mental es el cerebro-mente ordinario, así
también, en el plano siguiente superior, es una Mente Superior, la cual es parte de un vehículo
superior, los que existen independientemente del cuerpo y el cerebro físicos. El porqué no
somos conscientes de esas experiencias en nuestro estado de vigilia, es debido a que ellas no
ocurren en la mente común, y por lo tanto, no pueden registrarse como recuerdos en el
cerebro.

Para nosotros, cuyas experiencias comunes no van más allá del plano mental, podría
ser difícil imaginar cualquier actividad arriba de ese plano mental y describir la naturaleza del
plano en el cual tal actividad pueda ocurrir. Por lo tanto, podríamos concluir que tal actividad
y tales planos no existen. Pero, ¿Es ésta una posición justificada? Por comparación, veamos
como nuestra actividad mental le parecería a una entidad cuya mayor actividad se centra en el
plano físico, por ejemplo, un perro. Supongamos que su dueño está sentado en su butaca
completamente absorto en la lectura de un libro, mientras el perro está echado sobre la
alfombra mirando a su amo. El perro lo ve inamovible, como si fuera una estatua mirando
fijamente un libro, Para el perro, esto es una actividad completamente inútil y un desperdicio
total de tiempo. Él es incapaz de entender que su amo está intensamente activo en el plano
mental.

Los períodos de sueño y las condiciones después de la muerte del Ego, aparentemente
se muestran como tiempos de inactividad; aunque no tenemos manera de formarnos una
opinión acerca de cómo podrían ser esas actividades. Así que, ¿No podrían esos períodos y
condiciones mencionados estar completamente llenos de actividad intensa?

Preparándonos Para Ir a Dormir

La presencia del Rayo vitaliza la mente y el cuerpo para la actividad del día, lo cual es
un drenaje de los recursos del cuerpo, lo que se convierte en agotamiento al llegar la noche.
En esta condición, el cuerpo y el cerebro ya no son herramientas útiles para el Rayo; y así, él
se retira de sus vehículos en el plano físico. Durante el período consiguiente de inactividad,
las energías del cuerpo son restauradas por los procesos naturales de reconstrucción y
curación.

Nuestro programa de prepararse para dormir consiste en reducir la actividad del


cuerpo a un mínimo. Buscamos un lugar tranquilo y una cama cómoda, de tal forma que el
ruido y la incomodidad no aten la conciencia al cuerpo. Apagamos la luz, y nos
autodesconectamos de nuestro aparato sensorial tanto como se requiera. Ponemos "el
embrague fuera de uso" en el plano físico. Tomando una cita del antiguo Upanishads,
podemos decir: "cerramos las avenidas de los sentidos."

Sin Embargo, el Rayo de Conciencia continúa vitalizando el cerebro, cuyo propósito


es mantener consciente de su existencia al Ego Humano. Mientras el sueño viene, él puede
pensar acerca de lo que pasó durante el día, o puede hacer planes para el día siguiente.
Gradualmente esas imágenes mentales se vuelven imprecisas y vagas, y cada vez se torna más
difícil para la conciencia concentrarse en ellas. Si algo importante ocurre, entonces el Ego
puede imponer su autoridad y obligar a la mente a regresar al trabajo, algunas veces tan
repentinamente que pareciera que, aún hasta el último momento antes de retirarse, el Ego
permanece sin alterarse. Todavía su función es la de mandar y observar. Pero todo tiene su
límite, aún para el criado incondicional, así que hay un punto en el cual el cerebro se resiste a
El Enigma de la Vida – pág. 43

seguir trabajando, y el Rayo es finalmente obligado a autodesconectarse de sus compañeros


ya agotados. Ahora "él se ha desembragado completamente" de su aparato sensorial y su
mente inferior. Entonces pierde la conciencia del plano físico porque ha abandonado sus
únicos vehículos que lo conectan a ese plano.

El compañerismo que hizo posible la noción de este plano ha dejado de funcionar


como unidad, y por esta vez, sus partes componentes se han desarmado. Una de esas partes, el
cuerpo, yace ahora en cama, inerte y pasivo. La mente inferior y su cerebro están
desvitalizados. El Rayo de Conciencia se ha retirado, y el Ego Humano duerme.

Esas partes componentes no han dejado de existir, aunque su condición de ser es ahora
completamente diferente de la que forma una unidad completa. El caso podría compararse a lo
que le ocurre al agua cuando sus elementos se separan. Cuando esto sucede, el agua deja de
ser y ya no está más en su estado líquido. Como quiera, el agua potencialmente todavía existe,
pero sus elementos están separados, y ahora su condición es la de dos gases invisibles,
enteramente diferente de esa que existe cuando, combinando esos gases, forman el agua.

El Dormir — El Soñar

Cuando El Rayo de Conciencia se retira del plano físico-mental, él va hacia el plano


mental superior. Aquí, él funciona mediante su vehículo, la Mente Superior, como el Ego que
Reencarna, o el Ego Superior; y ahora ese Ego entra en lo que es su existencia real. Mientras
se duerme, nuestra vida exterior le parece al Ego Superior como un sueño irreal; lo mismo
que al Ego Humano, durante el sueño, la actividad del Ego Superior le parece como una
inconsciencia en blanco, o a veces, un sueño confuso.

La razón por la cual no recordamos en nuestro estado de vigilia ninguna de las


experiencias reales del Ego Superior durante el sueño, es que esas experiencias no ocurren en
la mente inferior, y no son, por lo tanto registradas en el cerebro, sino que ocurren en la
Mente Superior; y el Ego, en su regreso al plano físico, solo ocasionalmente acarrea con él
unos pocos fragmentos, los cuales pueden ser así transmitidos al cerebro. Al pasar a través del
cerebro y la mente inferior, esos fragmentos son generalmente distorsionados, para que no
podamos formarnos en nuestro estado de vigilia ninguna concepción cierta de las actividades
del Ego Superior durante el sueño. Sin embargo, nuestros sueños nos dan indicios de que allí
existen maneras de existencia, diferentes de las del estado de vigilia.

Cuando regresamos por la mañana a nuestro estado de vigilia, podemos tener un


recuerdo claro de algún sueño en el que sabemos que tuvimos una parte activa. Otras veces
tenemos una sensación de que tuvimos un sueño, pero somos incapaces de recordar qué
soñamos. Algunas veces despertamos de repente y logramos atrapar la cola de un sueño, el
cual rápidamente se nos escapa de la mente, algo así como las últimas escenas de una película
que está precisamente terminando en la pantalla. Es como si nuestro Ego Superior hubiera
estado mirando una película en otra pantalla de una porción de la Mente que no nos es
familiar.

Posiblemente lo que más frecuentemente suceda es que la noche sea un bloqueo


temporal de toda la conciencia, y cuando la mañana arriba, no tenemos recuerdos de ninguna
experiencia en los sueños. Pero esta ausencia de recuerdos no es necesariamente una prueba
de que no tuvimos ningún sueño. Después de una noche aparentemente sin sueños, sucede
algunas veces que más tarde, durante el día, tenemos repentinamente en la mente, destellos de
El Enigma de la Vida – pág. 44

los recuerdos de un sueño, del cual, hasta ese momento, estábamos totalmente ignorantes de
él, y que ahora se nos presenta con detalles completamente claros y distintos. Ahora el Ego
recuerda y se autoreconoce como el actor y participante de ciertas experiencias que ocurrieron
en el sueño, demostrando que, después de todo, el Ego, o alguna parte de él, ha estado
consciente y activo cuando dormía, a pesar de que el Ego, que permanece despierto, al
principio lo haya negado. Esto demuestra que aún lo que conocemos como una noche sin
sueños, puede no serlo, sino que aquí también hemos tenido alguna forma de conciencia,
aunque en este caso, la memoria nos falla.

Existen sueños en los cuales nos damos cuenta que hay más de un Ego en nosotros.
Mientras una porción de nuestra conciencia está tomando parte activa en un sueño, otra
porción parece que se aparta y observa el suceso, de lo cual podemos pensar: "Sé que esto es
solamente un sueño."

No importa qué soñemos, lo que sí verdaderamente cuenta es que, o nosotros o alguna


porción de nosotros, es la que toma la parte principal del sueño. No soñamos que alguien más
es el actor principal, sino que reconocemos la identidad del actor del sueño como el Yo soy
Yo de la vida mientras estamos alertas. Este sentimiento de identificación entre el Ego
despierto y el Ego del sueño, se debe al hecho de que ambos Egos no son más que diferentes
manifestaciones del mismo Rayo de Conciencia.

Cuando nos vamos a dormir tan pronto como cuando nos hemos dado el lujo de tener
una comida sobreabundante, o cualquier otra clase de exceso imprudente, muchas veces
sucede que la actividad intensificada del cuerpo retrasa a la conciencia, de tal manera que ella
es incapaz de autoliberarse de su compañero que ahora se ha vuelto repugnante. "El embrague
se soba," y el resultado es un estupor, en el cual el Ego está todavía parcialmente consciente
en el plano físico-mental. El sueño consiguiente es intranquilo, a menudo acompañado por
visiones caóticas y vagas, no es un sueño verdadero, y no da el descanso beneficioso que
seguiría si la actividad del cuerpo estuviera reducida a sus funciones automáticas solamente.

Los sueños experimentados en esta condición tienen su sitio en la mente inferior, la


cual está en estado de estupor, y no tienen relación con las experiencias verdaderas del Ego
Superior que ocurren durante el sueño profundo.

Una persona que duerme placentera y profundamente, está totalmente desconectada de


lo que sucede a su alrededor. No percibe impresiones del mundo externo a través de sus
sentidos, aunque éstos están en un buen estado de funcionamiento. La persona no sabe dónde
está, si está sola o acompañada, si es de día o de noche, si hace calor o frío. Su mente ha
dejado de funcionar. No se puede comunicar con sus amigos, y ellos tampoco con él. Con la
excepción de las funciones automáticas del cuerpo, él ha dejado de ser en el plano exterior.
Mientras duerme, no podría ser menos activo aquí, ni mucho menos accesible a sus amigos, es
como si su cuerpo estuviera realmente muerto. Cada vez que dormimos, la conciencia
experimenta un proceso de separación del cuerpo físico. Se autolibera de las trabas del cuerpo
material. "Muere a diario."

El Despertar

Durante la noche, los procesos beneficiosos de Madre Naturaleza reconstruyen los


tejidos desgastados, y cuando la mañana asoma, el cuerpo y el cerebro están recuperados y
refrescados. Ahora el Ego regresa de su andanza nocturna en terrenos desconocidos, y al
El Enigma de la Vida – pág. 45

atravesar la neblina del olvido que separa los dos estados de conciencia, reingresa y revitaliza
su vehículo inactivo en el plano físico.

A pesar de que el Ego ha estado ausente en algún otro plano, aún así, sabemos que esa
ausencia no equivale a la inexistencia, porque podemos despertarnos a medianoche, y el Ego
está inmediatamente a mano para atender la llamada, después de la cual, él regresa otra vez a
su estado de sueño, cuando su atención ya no es más requerida aquí.

Parece intencional que las experiencias del Ego en los planos internos deben
mantenerse separadas de las del plano físico, porque al pasar de un plano a otro, la existencia
a la que se entra obscurece completamente a la que se acaba de dejar. Nuestro paso de un
plano a otro es tan gradual y suave que somos incapaces de observar el proceso, pareciera
como si pasáramos a través de "una puerta giratoria de seguridad" que se cierra en un plano
cuando el otro se abre.

Cuando el Ego reingresa al plano físico, a veces parece que duda en el umbral. Nos
despertamos a medias, y luego nos dormimos otra vez, y puede suceder que, antes de que el
Ego ingrese completamente en el estado de vigilia, él vaya de aquí para allá en repetidas
veces, entre el plano físico y el del dormir. "El embrague se soba," y el Ego flota como si
estuviera entre los dos planos, hasta que finalmente traspasa el umbral y "engrana
correctamente el embrague" en el estado de vigilia.

Cuando él regresa al estado de vigilia, después de haberse deslizado dentro de la


neblina del dormir, el Ego sigue un proceso inverso de cómo cuando él se va a dormir.

Al nomás entrar en su vehículo físico, algunas veces el Ego parece aturdido y


desconcertado, como si él se encontrara en un ambiente no familiar, algo así como se siente
un viajero cuando despierta en un hotel extraño; y le puede tomar unos segundos antes de que
se dé cuenta que ha reingresado a su vehículo de ayer.

Finalmente el proceso se completa. El Rayo de Conciencia regresa y revitaliza el


cerebro, y la mente inferior comienza a funcionar, y otra vez el Rayo está consciente y activo
en el plano físico como el Ego Humano. El Observador, de regreso en su puesto de
observación, recoge las madejas de pensamientos de los depósitos de la memoria, y otra vez,
comienza a observar las imágenes en la pantalla de la mente. Una vez más, siente los
impulsos de los órganos corporales, y recibe las impresiones del mundo externo mediante sus
cinco sentidos. La vida en común de ayer es restablecida, y otra vez, está actuando como una
unidad de trabajo, y el ser humano reasume su ronda diaria de actividades en el plano físico-
mental.

Exactamente como el hidrógeno y el oxígeno se unen al surgir de sus estados gaseosos


invisibles, y aparecen en su estado líquido visible como agua, así mismo lo hacen los
compañeros de la constitución humana, cuando se vuelven a unir, surgiendo de sus variados
estados inactivos e invisibles, para aparecer como una combinación que conforma una entidad
humana activa en el plano físico.

Así, mediante el proceso de despertar, el Ego regresa de su estado superior


desconocido de existencia a su vehículo material. Ha descendido o "ha caído dentro de la
materia." Él está "re-in-carnis," otra vez en carne. Él ha experimentado su proceso diario de
renacer.
El Enigma de la Vida – pág. 46

Estados Anormales de Conciencia

Con ciertas fiebres y otras enfermedades, el paciente pierde la conciencia del mundo a
su alrededor, y se vuelve delirante. Pareciera que está consciente "en algún otro lugar." Ve y
observa entidades y sucesos, y atraviesa experiencias que no ocurren en el mundo físico. Sin
embargo, esos sucesos le parecen tan reales al paciente, que le producen una impresión muy
profunda. Su cuerpo transpira, y también puede dar muestras de estar horrorizado por su
experiencia. Él puede hablar como si estuviera lejos, e incoherentemente describe lo que ve,
pero no escucha lo que se le habla, y no está consciente del plano físico.

Después que la enfermedad es superada, él no puede recordar ninguna de sus


experiencias, y puede estar dispuesto a negar que alguna vez tuvo una. Sin embargo, quienes
lo vieron al estar a su lado en el lecho de enfermo, saben que debido a su estado de agitación,
él realmente tuvo algún tipo de experiencia, y por lo tanto, alguna clase de existencia en
alguno de los planos de la Naturaleza, diferente del plano físico-mental que conocemos.

Un caso similar es aquel en el cual el paciente cae en un estado de coma o de


inconsciencia prolongada, la que, en algunos casos, puede durar por meses. Durante ese
período, el paciente no registra impresiones recibidas a través de los sentidos, aún cuando
ellos funcionen normalmente; como tampoco él está mentalmente activo. No tenemos ninguna
indicación, en este caso, en donde pueda estar la conciencia, pero al recobrar la salud, el
paciente puede estar completamente ignorante de las experiencias por las cuales pasó. Él
puede aún estar dispuesto a negar que padeció un periodo prolongado de inconsciencia,
pensando que él recién acaba de despertarse después de unas cuantas horas de sueño.

Alguien que esté bajo influencia hipnótica no está consciente del ambiente a su
alrededor. Sus sentidos físicos están normales, pero las impresiones sensoriales no llegan a su
conciencia, porque el mecanismo delicado de la constitución interna del Hombre ha sido
manoseado. Otra entidad con mayor voluntad se ha impuesto entre el Rayo de Conciencia y
sus vehículos en el plano físico. El Ego Humano se ha dividido, y a la porción superior se le
obligó a salir de donde ahora ya no tiene más control de su dominio legítimo. La porción
inferior que permanece, ahora está sin la guía y ayuda que proviene de la presencia del Rayo.
Ese pobre residuo del Hombre es por ahora, la víctima desamparada del hipnotizador, a la
voluntad del cual, ahora obedece.

En esa condición debilitada y desorganizada, la mente inferior equivoca ideas


mantenidas en la mente controladora del hipnotizador para los objetos físicos, demostrando
así que, para los "ojos de la mente," los pensamientos son objetos visibles.

El sujeto, mientras está bajo la influencia hipnótica, puede estar activo, tanto en el
plano físico como también con alguna porción de la mente inferior; sin embargo, cuando es
liberado por el hipnotizador, él no puede recordar lo que ocurrió, y puede, en contra del
testimonio de testigos, asegurar que él estuvo inactivo durante ese período aludido.

Un sonámbulo está inconsciente de las impresiones que recibe a través de sus sentidos
físicos, aún cuando camina con sus ojos abiertos y su capacidad auditiva funciona en estado
normal. Cuando él experimenta esta condición, él puede estar físicamente muy activo, puede
subir a lo alto de un edificio, caminar sobre lugares en los cuales se expone a los peligros más
grandes, donde un paso en falso le puede acarrear la muerte. Al final, él regresa a su cama, y
cuando despierta, puede estar completamente ignorante de cuanto hizo.
El Enigma de la Vida – pág. 47

Ha sido demostrado que bajo ciertas condiciones anormales, la conciencia puede


separarse del cuerpo; y así, el cuerpo es reducido a un estado inactivo conocido como
"animación suspendida." Existen casos registrados de faquires hindúes, quienes han
permanecido "enterrados vivos" por muchas semanas en esa condición, y a veces, hasta por
meses. En este caso, el cuerpo ha sido especialmente preparado para que suspenda todas sus
actividades físicas, así como también para estar protegido de lesiones externas. Cuando deben
despertar, y los amigos del faquir le dan a ese cuerpo el tratamiento resucitador, la conciencia
regresa y reasume su actividad normal.

Ejemplos extraños del fracaso de nuestra memoria para registrar nuestras experiencias,
aún en el plano físico, son muy a menudo reportados por la prensa. En esta condición
anormal, conocida como "amnesia o pérdida de la memoria," un individuo puede
repentinamente, y por alguna razón todavía desconocida, perder la noción de su identidad, su
nombre y todo lo relacionado con su vida pasada. A él se le puede encontrar vagabundeando
en una ciudad extraña, y en algunos casos, parece aceptar esas circunstancias alteradas; y
desde allí, puede empezar una nueva vida bajo otro nombre, gradualmente pensando de sí
mismo como otra persona.

Existen casos registrados en los cuales esa condición ha permanecido veinte años, y
después, por alguna razón apenas entendida, la memoria del período anterior de su vida,
regresa con todos sus detalles; excluyendo así, la memoria del segundo período, de una
manera tan completa como ese segundo período había excluido el primero.

Aquí hay muchos misterios que no entendemos, pero dos realidades importantes se
vuelven evidentes: 1. Nuestra memoria puede volverse un testigo de muy poca confianza, aún
cuando se debe probar que el suceso ha ocurrido en el plano físico o no. 2. La conciencia en el
primer período no fue aniquilada o excluida durante el segundo período, o no pudo regresar
en el tercer período.

Deducciones Respecto a los Estados de Conciencia

Las Enseñanzas Antiguas nos dicen que el Ego durante duerme, y después de la
muerte, existe en un cuerpo etéreo-espiritual, independiente del cuerpo físico, el cual está
activo en planos internos e invisibles para nosotros.

Examinemos ahora, la pequeña provisión de conocimiento que tenemos respecto a los


diferentes estados de conciencia, y veamos como se compara a las Enseñanzas Antiguas.

Nuestra conciencia en el estado de vigilia consiste en experimentar consciente y


simultáneamente los planos físico y mental. El prerrequisito necesario para nuestra existencia
en esos planos — el vehículo mediante el cual experimentamos esos planos — es el cuerpo
físico, el cerebro y la mente inferior.

En los sueños y en algún estado anormal de conciencia, tenemos experiencias que no


ocurrieron en los planos comunes, ya sea el físico o el mental. El hecho de que tengamos esas
experiencias demuestra que tenemos cierta existencia, la cual debe ocurrir en algún plano
interno, aún desconocido para nosotros.
El Enigma de la Vida – pág. 48

Si el Ego pudiera observar el desarrollo de los sucesos, tal y como lo hizo en esos
planos internos, el Ego debe haber tenido un vehículo o instrumento, un juego de sentidos
internos, a fin de realizar esas observaciones.

Así como el cuerpo físico y el cerebro son prerrequisitos para la existencia en los
planos físico y mental, lo mismo aplica para un cuerpo en un plano interno, donde ese cuerpo
debe contar con un aparato sensorial adecuado y adaptado a ese plano en el cual las
experiencias se presentan, como prerrequisito también necesario, para la existencia en esos
planos internos.

En nuestro estado de alerta, sabemos que si queremos obtener un rendimiento máximo,


ya sea en el plano mental o en el físico, uno de ellos debe ser reducido a un mínimo, a fin de
darle al otro un alcance mayor. Mediante esa separación, la cual debe ser la mayor posible,
resultados óptimos pueden ser obtenidos. El mismo principio puede aplicarse respecto a la
separación entre todos los planos de conciencia, y quizá ésta sea la razón por la cual hacemos
posible el excluir un plano cuando pasamos a otro diferente. Por ejemplo, cuando nos
disponemos a ir a dormir, atravesamos una neblina de olvido, un período de inconsciencia,
justamente antes de dormirnos. Cuando despertamos, nos parece que salimos de esa neblina, y
en cada caso, perdemos la memoria del plano que dejamos atrás, de una manera más o menos
completa.

Lo mismo aplica para los estados anormales de conciencia. Mientras se activa en uno
de ellos, el Yo evidentemente está completamente ignorante del plano físico, y cuando regresa
a su estado normal, el Ego usualmente ha olvidado las experiencias en esos planos anormales,
porque uno excluye al otro.

Cuando el Ego se retira del plano físico al de dormir, o hacia uno cualquiera de los
anormales, tal retiro no registra ningún cambio en el plano físico que queda atrás. Sin
embargo, la pérdida de la memoria es tan completa que, tan pronto como el Ego se encuentre
en su nuevo ambiente, el plano físico no es tan solo olvidado, sino que pareciera no haber
tenido existencia anteriormente. De una manera parecida, en su estado de alerta, el plano de
dormir al Ego le parece tan irreal que normalmente lo olvida por completo, y por lo tanto, por
esa vez, ese plano deja de ser, en cuanto al Ego se refiere.

Desde ese punto de vista, no es extraño que el Ego, dentro de un estado de conciencia,
esté dispuesto a negar la realidad de otros estados. Como quiera, sabemos que tal negación es
injusta, porque la experiencia nos demuestra que lo que parece inactividad, o aún más, lo que
parece ser inexistente cuando lo vemos desde otro plano distinto, puede ser que allí ocurra un
estado de actividad intensa de una naturaleza diferente, si lo vemos desde el plano donde la
experiencia se presenta. La experiencia también nos demuestra que otros planos de conciencia
pueden existir, de lo cual, al permanecer en el estado de alerta normal, somos completamente
ignorantes de ellos, y así, nos parecen inexistentes.

Por lo tanto, lo que nos parece ser un período de inconsciencia o de inexistencia, ya


sea al dormir o después de la muerte, muy bien podrían ser planos llenos de intensa actividad,
de cuya existencia somos completamente ignorantes en nuestro estado normal de alerta.

Así como el plano físico deja de ser para el Ego cuando se retira a otros planos, así
mismo le pasa al Ego al desaparecer y dejar de ser para quienes continúan conscientes en el
El Enigma de la Vida – pág. 49

plano físico. El regreso del Ego, lo cual ocurre en su debida oportunidad, nos demuestra que
esa ausencia, como quiera, no significa extinción.

Cierto sentido de identidad, o noción del hilo de la continuidad de su existencia, es


percibido por el Ego en las diversas condiciones de la conciencia. Por ejemplo, al soñar
despiertos sabemos que el Ego es el mismo que el de la condición de alerta. En sueños
comunes y en estados anormales, cuando se recuerdan, también nos autoreconocemos, o
tenemos tal vez una reflexión vaga de nosotros mismos, como el actor principal. Sentimos el
vínculo que ata los diversos aspectos del Ego a su fuente, el Rayo de Conciencia; y que es el
mismo Yo soy Yo, o una porción de él, el que se convierte en el observador, espectador o el
que experimenta los hechos, los cuales varían de acuerdo al escenario en el cual ocurren.

Ahora veamos qué papel desempeña el cuerpo físico en las diversas actividades no
físicas del Ego.

Las funciones automáticas normales del cuerpo no afectan directamente las


condiciones de conciencia del Ego.

La actividad intensa del cuerpo reduce la capacidad para desarrollar trabajo mental.

La mejor condición para trabajar mentalmente es conseguir un estado pasivo del


cuerpo.

Al soñar despiertos, el cuerpo se desactiva.

El dormir es causado por el fracaso del cuerpo, mediante fatiga, para suministrar la
energía para el funcionamiento adecuado del cerebro.

Actividad física inevitable impide el sueño.

El dormir es el abandono del cuerpo de parte del Ego.

Sobrestimulación provocada por una comida sobreabundante impide un sueño


restaurador, y ata al Ego a su cuerpo.

La mejor condición para disponerse a dormir es desatar las cadenas del cuerpo y
volverlo pasivo, logrando que el Yo se libere para que despegue con rumbo a otros planos de
conciencia.

El cuerpo no participa en las experiencias del Ego cuando se está en estado de coma, o
en una condición de delirio debido a una fiebre.

El cuerpo se vuelve completamente inactivo, y sus funciones automáticas se reducen


casi a cero, en casos de animación suspendida e inducida artificialmente.

¿Pueden estos hechos indicarnos que el cuerpo no es útil para el Ego, y que en un
momento dado puede ser un estorbo para actividades que no son físicas?

Las funciones del cuerpo son similares a las de una caldera que provee el vapor para el
funcionamiento de una máquina. La máquina se activa mediante la caldera, pero cuando el
El Enigma de la Vida – pág. 50

ingeniero detiene la producción de vapor para marcharse a su casa, la máquina también se


detiene, y la caldera deja de ser útil y se vuelve inactiva.

De igual manera, cuando el Ego mentalmente se activa, el cuerpo debe proveer la


energía que el cerebro necesita, mas cuando el Ego se retira a dormir, la mente inferior se
desactiva, y el cuerpo deja de ser útil para el Ego.

En cuanto el ingeniero esté fuera de actividades laborales, la caldera también está


fuera de funcionamiento, pero cuando el ingeniero regresa a sus obligaciones al día siguiente,
se necesita haber dejado esa caldera en buenas condiciones y con un fuego mínimo para que,
al reanudar el trabajo, sea fácil producir vapor. El cuerpo, con sus funciones automáticas, se
mantiene en estado de preparación para las actividades del día siguiente, pero durante el sueño
no es de utilidad para el Ego, igual que la caldera, la cual no es útil para el ingeniero cuando
la máquina no trabaja.

De esta manera, si el cuerpo juega un papel subordinado en la actividad mental, la cual


es la de mayor importancia para el Ego en la condición de alerta; y aún más, si el cuerpo es
todavía menos importante para las actividades normales del Ego durante el dormir, y si aún se
puede volver un estorbo para esas actividades, entonces, ¿Para qué puede servir el cuerpo al
Ego en su existencia y actividades después de la muerte?

Capítulo VI

Muerte — El Dormir — El Nacer


El Temor a Lo Que No Entendemos
El Dormir y la Muerte
El Rayo de Conciencia se Retira
La Asociación se Disuelve
El Proceso De Separación
El Rayo Absorbe Su Proyección
Período de Descanso entre Vidas Terrenales
Las Simientes del Carácter
El Rayo Reingresa a la Materia
El Cuerpo Físico Es Útil Solamente para la Existencia Física
Nuestro Regreso Indica Pre-Existencia
Nuestra Salida Indica Continuidad de Existencia
El Cambio de Escenario No Cambia al Peregrino
Confiemos en la Naturaleza
La Vejez

El Temor a Lo Que No Entendemos

A través de todas las edades, el hombre ha meditado sobre el problema de la muerte, y


se ha preguntado: "¿Es la muerte el final de nuestra existencia, o existe vida después de la
muerte?"

No queremos perder el contacto con la gente a quienes amamos. Tenemos intereses


que nos gustaría continuar; sueños y esperanzas que nos gustaría alcanzar; y todos hemos
El Enigma de la Vida – pág. 51

cometido errores que nos gustaría rectificar. En muchas ocasiones, nomás acabamos de
aprender algo, y entonces la edad y la muerte se nos vienen encima. Por lo tanto, no es
extraño que busquemos una respuesta a la pregunta anterior. Pero al mismo tiempo, estamos
poco dispuestos a enfrentarla, porque nos acarrea miedo y pesimismo. Y así, dejamos de
considerarla hasta una próxima vez, y esto nos deja un remanente de sombras obscuras en el
fondo de la mente.

El hombre le teme a lo que no entiende. Si él pudiera correr, al menos un poco, el velo


del misterio que rodea al problema de la muerte, el tema perdería mucho de terror.

El Dormir y la Muerte

Las Enseñanzas Antiguas tienen mucha luz y esperanza que mostrarnos en esta
materia, y la idea clave se puede encontrar en un proverbio griego que dice: "El Dormir y la
Muerte son Hermanos." La misma sucesión de acontecimientos que ocurren en la muerte,
también se da al dormir. Al dormir, el Rayo de Conciencia se retira del mundo exterior hacia
planos internos e invisibles de existencia. Al morir, el Rayo también se retira hacia planos
internos, pero esta vez la retirada es completa y de duración larga.

Cuando nos disponemos a dormir, frecuentemente sucede que el Ego se torna


inconsciente, para volverse consciente otra vez, un proceso que se puede repetir muchas veces
antes que definitivamente nos durmamos. El morir sigue este patrón. El Ego tiene períodos de
conciencia en este plano material, con períodos alternos de conciencia en algún otro plano.
Normalmente, estos últimos períodos pasan en silencio, pero algunas veces, la persona puede
hablar consigo misma de esas experiencias en tonos apenas perceptibles.

El dormir comienza con un período de inconsciencia, el cual más tarde, es seguido de


sueños. La muerte también comienza con un estado de inconsciencia, seguido por una
condición de sueño más profundo y más real que el dormir solamente. Después de dormir,
regresamos al mismo cuerpo. Después de un período de descanso que sigue a la muerte,
regresamos a la tierra en el cuerpo de un niño, el cual entonces, lo construimos para una nueva
vida en el plano material. El dormir es un ensayo miniatura de lo que sucede con la muerte.
Cada vez que nos acostamos a dormir, "experimentamos una muerte incompleta." Cada vez
que despertamos, experimentamos un renacimiento dentro del mundo material.

No hay diferencia con lo que le sucede a la conciencia, con cierto grado de excepción,
pero existe una diferencia en lo que le sucede al vehículo, al cuerpo físico. Al dormir, el
cuerpo yace dormido e inactivo, pero retiene su capacidad de recuperación. En la muerte, el
cuerpo se rompe y se desintegra.

La razón por la cual nos hemos acostumbrado a ver la muerte con horror, es que
hemos fijado nuestra atención en la destrucción rápida del cuerpo físico, lo cual ocurre
después de la muerte, y esto, aparejado con la suposición errónea de que el hombre es lo
mismo que su cuerpo físico, nos ha desviado a pensar que la destrucción del cuerpo significa
la destrucción de la conciencia que allí mora.

El error enorme que se ha cometido al estudiar esta materia en el Occidente, es que se


le ha puesto demasiada atención al cuerpo físico, o al vehículo material del hombre, y no
mucha atención al hombre real, a esa conciencia que mora dentro de ese cuerpo.
El Enigma de la Vida – pág. 52

El hombre es una entidad compuesta, y la muerte del cuerpo es solamente el descartar


el ropaje exterior que la conciencia usa en el mundo material. El descarte de ese vehículo
provoca un cambio en la condición de nuestra conciencia, porque el Rayo de Conciencia
transfiere, ahora, su centro de actividad hacia vehículos superiores de su constitución interna,
pero nuestro ser esencial no es aniquilado ni destruido por ese cambio.

Cuando nos demos cuenta de que cada vez que nos vamos a dormir, lo que tenemos es
un anticipo de lo que nos sucederá al morir, el pensar en la muerte perderá su terror. Y cuando
reflexionemos en la sensación de alivio con el que dejamos los cuidados de cada día, y le
demos la bienvenida a la paz y al descanso de la noche, podremos visualizar el sentido aún
más grande de liberación que tendremos cuando abandonemos completamente el cuerpo
desgastado.

El poeta sufí Jalal-ud-din describe la relación entre la conciencia y el cuerpo físico


cuando duerme, en el bello poema siguiente:

Noche tras noche, a las almas de los hombres se les permite volar
Desde sus redes en donde yacen cautivas.
Noche tras noche, desde sus jaulas, cada alma vuela
Hacia el infinito; ya no se es más esclavo o rey.
Aún por un instante, cada noche el corcel del Espíritu
Es de los arreos del cuerpo liberado:
"El Dormir es Hermano de la Muerte": ven, este enigma lee.
Pero para que al amanecer no se rezaguen,
Cada alma Él la une con largas ataduras,
Que desde estas arboledas y llanuras Él puede revocar
A esos espíritus errantes de su yugo cotidiano.

La misma vida que se disfruta poco a poco y en trocitos durante el dormir, es la que se
disfruta ininterrumpidamente después de la muerte.

El Rayo de Conciencia se Retira

Los principios superiores de la constitución del hombre ejercen una atracción


ascendente sobre el Ego Humano durante toda su vida. Como quiera, en la juventud y en la
madurez, esas atracciones son dejadas en segundo plano debido a los intereses y demandas
provenientes de la existencia física. Pero cuando la vejez se acerca, las atracciones mundanas
pierden su vigor, y las atracciones espirituales comienzan a dominar.

Cuando esas atracciones se vuelven aún más fuertes, el Rayo de Conciencia comienza
a retirarse de la constitución complicada del hombre, lo cual se manifiesta en el plano externo
por una condición cada vez más debilitada del cuerpo físico. Esto se mantiene aumentando
hasta que finalmente el corazón se detiene como un reloj en decadencia. La causa primaria de
muerte es la retirada del Rayo de Conciencia, pero la decadencia resultante del cuerpo físico
tiene como consecuencia el efecto secundario de acelerar la retirada del Rayo.

En el caso de una vejez normal, después de una vida bien acomodada, la muerte viene
como un descanso anhelado y de un alivio bien acogido. En el caso de enfermedad, el colapso
del vehículo puede obligar la salida de la conciencia antes de su tiempo regular. Lo mismo se
aplica para la muerte causada por accidente, violencia o suicidio.*
El Enigma de la Vida – pág. 53

*Para una ilustración iluminada de estos casos especiales, como también del tema
completo de la muerte, el lector es referido a los capítulos XXVII y XXVII de The Esoteric
Tradition (la Tradición Esotérica) de G. de Purucker, como también otras referencias de su
trabajo, que son la fuente de la información aquí dada.

En todos estos casos, la marcha de los sucesos que siguen después de la muerte, difiere
en las primeras etapas de la muerte proveniente por vejez, pero aún en esos casos, el Ego, en
una etapa posterior, cogerá el hilo de los sucesos y tendrá las mismas experiencias tal y como
si hubiera tenido una muerte normal.

La Asociación se Disuelve

Ahora, revisemos lo que ha sido expuesto con respecto a la constitución del hombre:
su núcleo central es un Rayo de Conciencia, una chispa proveniente de la Vida Universal. Los
centros superiores más altos del Rayo, a los cuales les hemos llamado colectivamente "el Dios
Interno del Hombre," no están directamente activos en el estado de alerta del ser humano
corriente, sino más bien iluminan su conciencia como una luz que brilla por encima de su
cabeza. Aunque no están directamente activos hasta ahora, no debemos perder de vista estos
principios más altos, porque sin ellos, los principios inferiores no existirían.

Los socios activos que juntos producen el estado de alerta de la conciencia, son: el Ego
Humano-aspecto del Rayo, o el Yo soy Yo; la mente inferior con su vehículo, el cerebro; y el
cuerpo físico. Durante el estado de alerta, esos principios se fusionan y armonizan como una
sociedad activa.

Tanto la muerte como el dormir consisten en la disolución de esa sociedad. Durante el


dormir, la disolución es incompleta y temporal; en la muerte, es completa y permanente. Los
socios, al separase, no son aniquilados en el proceso, pero sus modos de existencia son
completamente diferentes a los de la sociedad cuando funciona como una unidad,
exactamente como los elementos de un compuesto químico difieren en apariencia y
características del producto que se forma al combinar tales elementos químicos.

¿Qué les sucede a los diferentes principios del ser humano cuando se separan después
de la muerte?

Los principios supremos regresan instantáneamente a su hogar espiritual, "el Padre en


los Cielos." La parte inferior-- compuesta por el cuerpo físico con sus energías inferiores y el
cuerpo modelo -- ya no es más vitalizado por la conciencia controladora, y comienza a
desintegrarse.* En la muerte, como al dormir, la mente inferior deja de funcionar, cuando el
Rayo de Conciencia retira su fuerza vital del cerebro.

*La cremación puede acelerar este proceso, proporcionándole al Ego Humano una
ayuda enorme para que se libere de sus socios inferiores.

Esto explica lo que le sucede a los principios superiores e inferiores de la constitución


del hombre, pero queda todavía la parte intermedia, el Ego Humano con sus distintos
aspectos, para que se tomen en cuenta.

La retirada del Rayo de Conciencia del cerebro no es instantánea, y tiempo después


del último latido del corazón y del último aliento, cuando toda la apariencia del cuerpo es la
El Enigma de la Vida – pág. 54

de estar muerto, el proceso de morir continúa en los planos internos. Durante este primer
periodo post mortem — el cual puede durar muchas horas, tal vez más — el cerebro
automáticamente desaloja de sus senos más profundos, toda memoria que estuviere
almacenada en él durante esa vida que acaba de finalizar.

Entonces, el Ego ve pasar la revisión ante su visión interna, de todo detalle de su vida
pasada, comenzando con su primera experiencia consciente en su niñez más temprana, y
terminando con su último momento de autoconsciencia antes de morir. La memoria de estas
experiencias es almacenada como un registro permanente en la parte imperecedera de la
naturaleza interna del hombre. Mediante esta visión panorámica, el Ego es capacitado a ver la
justicia de todo lo que le ha sucedido, y para que se dé cuenta de cómo será el efecto de esta
vida en sus futuras encarnaciones.

Es común, en casos de casi-ahogamiento, en el que la víctima es rescatada en el último


momento, que la persona relate haber tenido justamente esa visión panorámica de su vida
pasada. El autor tiene testimonio personal de lo sucedido a un su viejo amigo, quien casi se
ahogaba cuando niño, y quien contó como el recuerdo de cada suceso de su vida, cada
pequeña cosa mala que había hecho (y probablemente también las buenas), regresaron a él
con el detalle más minucioso y con una vivacidad y lucidez extremas.

Este repaso post-mortuorio de la vida que acaba de terminar, puede ser comparada a la
vista retrospectiva que el Ego hace justamente antes de perder la conciencia al dormir, cuando
él revisa los sucesos del día que recién termina y se da cuenta de los efectos que tales
acontecimientos tendrán en el futuro.

Como quiera, existe una diferencia importante, la cual es que la experiencia de antes
de dormirse ocurre en la mente inferior, mientras que la visión panorámica se da en mente
superior. Este uso de la mente superior es posible porque el Ego Humano, al morir, es
temporalmente ascendido a unirse con el Ego Superior; y así, capacitado a condensar las
experiencias de toda esa vida en un periodo de tiempo relativamente corto.

Refiriéndose al período que sigue a la muerte aparente del cuerpo físico, uno de los
Maestros que contribuyó materialmente a formar la Sociedad Teosofía, escribe:

Susurren, ustedes que asisten en el lecho de muerte, y dense cuenta que se encuentran
en la presencia solemne de la Muerte. . . . Susurren, les digo, para que no interrumpan las
tranquilas ondas del pensamiento, y dificulten el trabajo activo del Pasado que derrama su
imagen sobre el Velo del Futuro. — Las Cartas de los Mahatmas, p. 171

Después de la visión panorámica, el Ego Humano se da cuenta de que es incapaz de


mantener su unión con el Ego Superior, a menos que durante su vida terrenal él ya estuviera
acostumbrado a vivir en esta parte de su naturaleza. El cambio de centro de atención de la
Conciencia, en este caso, de una mente- cerebro tan familiar, al de una mente superior
desconocida, es demasiado brusco y demasiado enorme para el Ego Humano para poder
permanecer en esta condición superior; y así, él recurre al principio de la condición de
inconsciencia.

Una experiencia similar ocurre cuando en nuestra vida cotidiana no podemos, en


ninguna forma, mantenernos mentalmente en los niveles superiores que ocasionalmente
conseguimos, y en donde nos gustaría permanecer siempre.
El Enigma de la Vida – pág. 55

El Proceso De Separación

El Ego Humano que se sumerge dentro del estado latente o inconsciente al final de la
visión panorámica, es una combinación de aspiraciones e ideales superiores — que se
originan en el Ego Superior — y de intereses mundanos y deseos terrenales — que se originan
en la mente inferior. La mejor parte del Ego Humano, la parte verdaderamente humana, debe
ahora autoliberarse de toda la escoria, a la cual el Ego está sujeto, antes de que pueda alzarse
en unión con el Ego Superior. Para ello, él tiene que enfrentarse, no a su creador, sino a su
propia creación, esa acumulación de efectos que ha construido durante su vida mediante sus
pensamientos y acciones, sentimientos y apetitos desenfrenados.

Lo fácil o difícil que se vuelve para el Ego el autodesenredarse de las cualidades


inferiores de su naturaleza, depende de la clase de vida que él haya tenido durante su
personificación; y por lo tanto, difiere para cada individuo. El hombre decente promedio
atraviesa el proceso de deshacerse de esas cualidades inferiores con una facilidad relativa, y es
como un sueño, o casi una condición consciente. Un hombre muy espiritual difícilmente
advierte que está atravesando esa purificación, y atraviesa esa condición muy rápidamente.

Un hombre que ha vivido una vida enormemente material, que ha estado habituado a
gratificarse con pasiones, egoísmos y maldades está, por la otra parte, profundamente
enmarañado en las redes de su naturaleza inferior, y por supuesto, requerirá un periodo de
liberación mucho mayor, antes de que pueda autoliberarse de todos los elementos de base de
esa naturaleza. Esto es un concepto serio y juicioso, para que nos demos cuenta que, cuando
nos llegue el día de dejar este plano material, sepamos que tendremos que encararnos a esa
ardua labor de autoliberarnos de esos vínculos que tan irreflexiva y quizá tan
imprudentemente, nos autofraguamos mientras estuvimos personificados.

Nadie está completamente libre de manchas, y nadie es tan perverso, sino que siempre
existe algo bueno en la persona, para que sea liberada. De esta manera, todos debemos
experimentar este proceso de separación. Las condiciones reunidas en este estado de después
de la muerte, varían tanto como las experiencias encontradas durante la vida material. El
tiempo que se emplea para ello, también difiere grandemente, y está completamente de
acuerdo al tipo de vida que se tuvo en la tierra, pero ya sea largo o corto, difícil o fácil, existe
un final para el período de separación. En todo caso, siempre existe un tiempo en el cual,
todos los materiales básicos son desechados, y la parte superior del Ego Humano se libera
para reunirse con su "Padre Celestial." Esta manera final de deshacerse de sus últimos
impedimentos de parte del Ego Humano, es a lo que los Ancianos le llamaron "Muerte
Segunda."

El Rayo Absorbe Su Proyección

Durante la condición de alerta, el Rayo de Conciencia está activo mediante su


proyección, el Ego Humano.

Cuando dormimos, el Rayo de Conciencia retira su proyección, y de esta manera,


absorbe temporalmente al Ego Humano de regreso dentro de él mismo. Así, el Rayo de
Conciencia empieza a actuar en el plano próximo superior mediante la Mente Superior, como
el Ego Superior o Reencarnante. El Ego Humano es incapaz, en esta condición, de ascender a
este nivel superior de existencia; y así, se encuentra desplazado de su habitación diaria — la
El Enigma de la Vida – pág. 56

combinación mente-cerebro — pierde la conciencia y no se da cuenta que ha sido reabsorbido


por el Ego Superior.

A veces sucede que, debido a la condición del cuerpo físico, el Rayo es incapaz de
retirar su proyección completamente del cerebro, con la consecuencia de que alguna pequeña
porción de la conciencia permanece todavía activa allí. Entonces, este remanente fraccionario
del Rayo revuelve todo entre los diversos depósitos de memoria en el cerebro, y produce
sueños confusos e incoherentes que todos ya conocemos. En este caso, la retirada del Rayo
fue incompleta, y el Ego Humano no fue completamente absorbido dentro del Ego Superior,
con el resultado de que el sueño fue intranquilo y nada beneficioso, como hubiera sido si la
absorción hubiera sido completa.

Por otra parte, si la retirada es completa, el Ego Humano es totalmente absorbido


dentro del Ego Superior, y un sueño reposado y beneficioso es el resultado, y no se recuerda
ningún sueño. De esta manera, una retirada completa sirve de prerrequisito para obtener el
más beneficioso de los sueños.

Después de la muerte, la misma retirada del Rayo ocurre, pero en sus etapas iniciales,
también la retirada es incompleta. Y esto es así porque, aunque la parte superior del Rayo de
Conciencia se autolibera inmediatamente, su proyección — el Ego Humano — todavía está
enmarañada en sus cualidades inferiores.

Mientras el Ego Humano lucha por autoliberarse de esta situación, él está en una
condición confusa y caótica de sueño, la que se puede comparar a una noche común y confusa
de sueño. Pero después de la muerte segunda, cuando el Ego Humano se ha autoliberado
completamente de sus cualidades inferiores, ese Ego Humano es reabsorbido dentro del Ego
Superior, y gradualmente despierta a una conciencia parcial en la Mente Superior. Es la parte
superior y verdaderamente humana del Ego Humano la que tiene este despertar; la parte
personal inferior desechable, permanece latente.

Así, el caso es similar al de dormir, con la excepción de que al dormir, el Ego está
todavía gravado con sus cualidades inferiores, y de este modo, no es suficientemente puro
para experimentar un despertar en la Mente Superior. Además, el periodo es demasiado corto
para permitir tiempo para la separación necesaria. Por estas razones, el periodo de absorción
durante el dormir parece ser de inconsciencia, y no es recordado por el Ego Humano después
de despertar.

Período de Descanso entre Vidas Terrenales

Después de la muerte segunda, cuando el Ego gradualmente despierta a la conciencia


en la Mente Superior; allí comienza para él, una nueva condición de conciencia. Esto parece
un estado de sueño, en el cual el Ego vive otra vez todas sus experiencias felices de su vida
terrenal, sin mezcla de ningún recuerdo triste o discorde. El cuerpo físico y todas las
cualidades inferiores, se han desechado; y el efecto limitativo y retardatriz de las aspiraciones
espirituales y de sentimientos nobles en el hombre, es eliminado. El Ego ahora es libre, y en
su conciencia acarrea para su ejecución, todas las resoluciones buenas de su vida terrestre
anterior; conduce para su realización, los planes sublimes que imaginariamente había
construido durante su personificación, pero que entonces no pudo llevar a cabo.
El Enigma de la Vida – pág. 57

La función del Ego durante esta fase de su existencia, no es la de producir nuevas


causas, sino que es más bien, un periodo de paz durante el cual, el Ego asimila e incorpora
permanentemente dentro de su propia naturaleza, todo lo que fue bueno durante su vida
terrenal pasada. Él entreteje dentro de su carácter todas esas experiencias, lo cual de esa
manera, es ennoblecido; y cuando el Ego, ahora vigorizado y refrescado después de su largo
descanso, regresa otra vez a la tierra, el mejor aspecto de su carácter ha sido consolidado y
cuajado dentro de un molde nuevo y mejorado para la vida que está a punto de comenzar.

La duración del período de descanso entre encarnaciones, varía grandemente para los
diferentes individuos, y depende de la naturaleza y dirección de sus intereses y anhelos
durante su vida terrenal.

Aquellos cuyas vidas han sido llenas de anhelos espirituales y esfuerzos idealistas,
tienen mucho material para la contemplación y la asimilación, y sus periodos de paz son de
larga duración. Aquellos cuyos intereses han sido principalmente dirigidos hacia asuntos
materiales, con pocos conceptos de renuncia a sí mismo, amor, o ansias por un carácter
sublime, tienen una pequeña cosecha de naturaleza espiritual que ocupe su atención. Aquellos
que han tenido una vida básica e innoble, obtienen una cosecha muy pobre, y su estadía en el
período de descanso es relativamente corto, y la mayor parte de ella es consumida en una casi
completa inconsciencia.

El tiempo asignado entre encarnaciones para la raza humana en general, se dice que es
de aproximadamente 1500 años mortales. Las experiencias del Ego en su contemplación
bienaventurada son tan vívidas, que él no se da cuenta de que el tiempo pasa, el cual, en este
estado, no está dividido en horas, días meses y años, tal y como lo está en la tierra. Siglos, y
aún millares de años pueden pasar sin que el Ego advierta el tránsito del tiempo. Sucede lo
mismo como cuando dormimos: si despertamos cuando está obscuro, no somos capaces de
decir si hemos dormido unos cuantos minutos o muchas horas.

Las Simientes del Carácter

Lo precedente explica lo que le sucede a la parte superior del Ego Humano después de
que se ha autoseparado de sus cualidades inferiores en la muerte segunda. Pero, ¿Qué le
sucede, mientras tanto, a los elementos inferiores, los que han sido desechados por el Ego
durante el periodo de separación?

Cada uno de esos vehículos o vestiduras se desintegran en el plano al cual pertenecen,


pero en cada caso, dejan detrás un residuo, cierta clase de "simiente," que retiene en un estado
latente, la naturaleza y características del elemento o vestidura descartados.

Esas "simientes" yacen inactivas en sus respectivos planos internos de la Naturaleza, y


así, preservan en un estado germinal, las características de la parte perecedera de la entidad
anterior. Los principios superiores de la entidad, incluyendo la parte superior del Ego
Humano, no se desintegran. Estos principios superiores, juntamente con las "simientes" de los
elementos inferiores, son los depósitos del carácter completo del ser humano, para que en
futuras edades, cuando el Ego regresa a la vida terrenal, él se vista nuevamente con el mismo
carácter básico que tuvo al final de su vida previa, pero ahora hecho mejor por los esfuerzos
anteriores debido a su autosuperación.
El Enigma de la Vida – pág. 58

El Rayo Reingresa a la Materia

Después de épocas utilizadas por el Ego Humano en su bienaventurado descanso que


sigue a la muerte segunda, al fin viene el momento en el cual el Ego ha alcanzado hasta su
realización final, toda aspiración hasta ahora incumplida, y lo vuelve parte de su carácter. El
material para sus sueños se ha agotado gradualmente, y el Ego comienza a anhelar por una
existencia más activa. Recuerdos imprecisos de vidas terrenales anteriores, empiezan ahora a
aparecer constantemente en la imaginación. El Ego ansía revestir viejas escenas familiares y
poner a prueba su vigor en las actividades de la vida terrenal. Así como antes de la muerte sus
aspiraciones ejercieron su atracción "ascendente," así también ahora, sus deseos vehementes
de vida terrenal crecen aún más fuertes, hasta que finalmente el Ego comienza su viaje hacia
la tierra.

Durante su descenso hacia el plano material, el Ego sigue el mismo sendero que usó
para el ascenso, pero ahora viaja en la dirección opuesta. Gradualmente pierde la conciencia
del plano de las aspiraciones espirituales y, poco a poco, pasa a un estado de inconsciencia
total. A medida que desciende a través de los planos intermedio e inferior de la Naturaleza, él
recoge en cada uno de esos planos, las "simientes" que dejó atrás cuando ascendía. Esas
"simientes" ahora perciben el efecto estimulante y vital de la presencia de su Dueño, y así
como las limaduras de hierro son atraídas por un imán, así también esas "simientes" se
autoadhieren al Ego que regresa, y en su oportunidad, reconstruirán los ropajes que
anteriormente cubrían completamente al Ego. De esta forma, cuando el Ego está listo para
reingresar al plano material, él está equipado con todo lo esencial que se requiere para
reconstruir los vehículos anteriores, tal y como ellos fueron previamente.

Se dice que, justamente antes de que el Ego reingrese a la vida terrenal, él tiene un
breve periodo de conciencia vívida, en el cual él ve la misma visión panorámica de su vida
terrenal precedente, y que él ya vio al final de esa vida, comenzando como antes, con el
recuerdo más temprano en su niñez, siguiendo con todos los detalles de esa vida, hasta
terminar con su último momento consciente antes de morir.

El Ego reconoce la responsabilidad por todos sus actos, y aprecia las consecuencias
que deben derivarse de esos actos. De esta forma, se nos dice, él percibe una vista anticipada
de la nueva vida terrenal que está a punto de comenzar, y aprecia la justicia de todas las
experiencias que le ocurrirán a él.

Ahora el Ego es atraído "psico-magnéticamente" por esos padres que pueden proveer
la herencia y circunstancias de la vida que más cercanamente corresponden a sus méritos. El
amor es el vínculo más fuerte que conduce a reunir a padres e hijos, pero el odio puede
también ser un factor en esos casos desafortunados en los cuales, los problemas de aversión y
discordia fueron dejados sin resolver en el pasado. Tales Egos son reunidos nuevamente,
hasta que aprendan a entenderse unos a los otros, y se den cuenta que "el odio no cesa con
más odio; que el odio sólo se acaba mediante el amor," tal y como los Grandes Maestros
religiosos nos lo han enseñado.

Así como el Ego en el pasado lejano dejó este plano material al atravesar la puerta de
la Muerte, así también, él ahora reingresa a este plano material, atravesando la puerta del
Nacimiento. El pequeño cuerpo infantil es, por supuesto, un instrumento muy débil e
imperfecto, y por ahora, debe ser fortalecido y construido. Esta tarea, Madre Naturaleza la
aborda con vigor, y así, el infante gasta casi todo su tiempo comiendo y durmiendo, el primer
El Enigma de la Vida – pág. 59

prerrequisito para crecer. Solo por periodos ocasionales y cortos es que podemos ver a la
conciencia que empieza a afirmarse por sí sola. Parece venir e irse. Trata de usar su pequeño
instrumento, pero todavía es muy débil, inconsistente y subdesarrollado. La escena del mundo
que él obtiene mediante las "ventanas de los sentidos" es borrosa y nebulosa. La conciencia
deja de esforzarse y regresa temporalmente a su plano familiar de dormir, sólo para que
después lo intente una y otra vez.

A medida que las semanas y meses pasan y el cuerpo se desarrolla, la conciencia


puede permanecer por periodos mayores y más largos, antes de que el pequeño cuerpo sea
dañado por esfuerzo excesivo por su presencia, y el dormir, con la insensibilidad de este
plano, se vuelve nuevamente necesario.

Es un "despertar" lento del Ego a la conciencia en este plano material, un proceso que
se extiende sobre meses y años, antes de que el Ego desarrolle conocimiento de su propia
existencia. El Ego repite en una escala mayor de tiempo, lo que sucede cuando se despierta a
medias por la mañana, sólo para volverse a dormir, una acción que puede repetirse muchas
veces antes de que el Ego finalmente se torne completamente consciente en este plano.

Durante sus periodos de alerta, el Ego parece que se da cuenta que él debe ahora
ponerse al tanto del nuevo mundo al cual acaba de ingresar, porque notamos que cuando la
conciencia se activa en este plano, ella está observando y estudiando sus alrededores. El bebé
mira que sus dedos se mueven, siente la ropa de cama, maneja juguetes pequeños y se los
introduce en la boca. Él observa la luz en el cielo raso y trata de alcanzarla, solamente para
encontrar, para su sorpresa, de que la distancia o el espacio es una de las características de
este mundo nuevo y extraño.

Los padres frecuentemente se quejan de que el nene prontamente "se aburre con sus
juguetes nuevos," y que siempre quiere algo más, pero que rápidamente se cansa de ello
también. Cuando el nene coge un objeto nuevo, lo mira, lo siente, y termina introduciéndoselo
en la boca. Para el nene, ese juguete no es un objeto con el cual puede disipar momentos
libres. Es un objeto de investigación seria, una pizca del mundo nuevo que debe conocerse.
Pero después que el nene lo ha manejado suficientes veces y ya conoce sus características, el
objeto ha servido su propósito, y ya no tiene más interés para él; el nene quiere un objeto
nuevo para seguir estudiando.

Observamos que siempre que la conciencia está presente, su actividad se vuelve


observadora, de aprendizaje, de experimentación, en el pequeño mundo limitado en el cual
existe.

Pero los años pasan, y gradualmente el suelo se torna adecuado para la germinación de
las simientes del carácter que había estado yaciendo inactivo desde el final de la vida terrenal
anterior, y lentamente el carácter del nuevo Ego empieza a automanifestarse. Este es el
"patrimonio" que el Ego dispuso para él mediante sus propios pensamientos y acciones
durante su existencia anterior, y que ahora está mostrándose por sí mismo, ya sea en
disposición, temperamento, talentos y aptitudes, o en la ausencia de ellos. A medida que el
Ego Personal saca de las existencias de sus recuerdos diarios almacenados en el cerebro, así
también la parte superior del Ego Humano saca de sus recuerdos más profundos y más
duraderos, acumulados en el depósito permanente del carácter.
El Enigma de la Vida – pág. 60

Finalmente, y con el correr de los años, el individuo atraviesa su adolescencia y


alcanza su madurez. El Ego Superior otra vez ha proyectado su Rayo dentro de la constitución
humana, donde él ahora funciona como el Ego Humano trabajando mediante el Ego Personal.
La coparticipación de la vida anterior está otra vez ensamblada, el cuerpo físico está
completamente adulto y funcionando. El cerebro y la mente inferior están revitalizados y
activos, y el Ego Humano está otra vez en su puesto de observación. El Rayo de Conciencia
nuevamente "ha caído dentro de la materia," y está listo para continuar su evolución, y usa su
vehículo reconstruido, el cual es virtualmente un duplicado del que usó en su existencia
anterior en la tierra.

De esta forma, así como el Ego por la noche se va a dormir, y después de un periodo
de descanso despierta en el mismo cuerpo, lo mismo hace el Ego cuando, después de la
muerte, tiene su periodo de paz, después del cual, lentamente "despierta" en un nuevo — y si
se lo ha merecido — un mejor cuerpo. A medida que el individuo está descansado y fresco
después de una noche de sueño, y está listo para abordar las obligaciones de un nuevo día, así
también lo hace el Ego, ahora vigorizado y lleno de entusiasmo juvenil, listo e impaciente de
abordar las obligaciones de una vida nueva.

El Cuerpo Físico Es Útil Solamente para la Existencia Física

El dormir es un proceso de abandonar el cuerpo, después de lo cual el Ego pierde la


noción de este plano, y va más allá del alcance de quienes permanecen conscientes en el
mundo material. La Muerte es también un proceso de abandonamiento del cuerpo, seguido
por la misma secuencia de sucesos.

Entonces, los dos acontecimientos son idénticos, excepto que en el caso de dormir, el
abandonar el cuerpo es temporal, mientras que en la muerte, es permanente. Tomando en
cuenta que la conciencia se autolibera del cuerpo físico en los dos casos, el valor relativo, o la
utilidad del cuerpo físico para la conciencia, es también la misma en ambos casos. Por lo
tanto, como el cuerpo no es útil al dormir, y aún más, puede ser un estorbo, sería razonable
concluir que el cuerpo es igualmente innecesario para la existencia del Ego después de la
muerte. Y porque es posible para la conciencia el existir y el estar activa durante el dormir sin
el uso del cuerpo, también debiera ser posible para ella, existir y mantenerse activa después de
la muerte sin el uso del cuerpo, y la destrucción de ese cuerpo no significa que la conciencia
que lo habita, también será destruida.

Nuestro Regreso Indica Pre-Existencia

Cuando la conciencia se retira del cuerpo durante el dormir y al morir, quienes


permanecen conscientes en el mundo material son incapaces de saber que es lo que continúa
después de esto. En este momento, el hilo de la historia se pierde en una niebla impenetrable,
y una investigación aclaratoria en esta dirección está vedada.

Siendo que somos incapaces de saber que le sucede a la conciencia cuando se va del
plano material, la mejor opción que podemos obtener es la de estudiar nuestra entrada a este
plano, porque el entender esto, nos puede dar luz en beneficio de nuestro futuro.

Tomando una vista cronológica del pasado de la vida a partir de este momento —
regresando a la juventud y después a la niñez, y aún mejor, hasta el primer suceso que seamos
capaces de recordar — sabremos que fuimos siempre el mismo Ego que ha atravesado todas
El Enigma de la Vida – pág. 61

esas experiencias de la vida, y de que tenemos noción positiva de nuestra existencia hasta
donde podamos recordar, el cual bien puede ser ese primer momento consciente en nuestra
niñez más temprana, si es que no podemos recordar algo más; entonces, ¿Significa que el Ego
no existió antes de ese primer recuerdo?

Regresemos imaginariamente hasta el día en nuestra niñez en el cual algo inusual


sucedió, lo cual logró hacernos una impresión muy profunda, y que más tarde se convirtió en
nuestro primer recuerdo. Pensemos en cómo éramos entonces. Sabemos que en ese día
recordaríamos lo que nos sucedió el día anterior. Probablemente podríamos recordar mucho
más atrás que eso, digamos un mes atrás, a lo mejor varios meses atrás. En cada caso,
regresemos imaginariamente hasta el día más temprano que podríamos recordar, y
continuemos el proceso de rememorar nuestra existencia consciente tan lejos en el pasado
como sea posible. Finalmente alcanzaríamos un punto en el cual, la imagen mental sería
demasiado confusa, pero en todos y en cada caso, a medida fuimos hacia el pasado, aún el
más lejano en nuestro viaje imaginario hacia la infancia, nos reconoceríamos en cada uno de
esos días como el mismo Ego, el mismo Yo soy Yo, así como también en el "ayer" antes de
ese día. Por esto sabemos que el Ego no entró en la existencia desde su primer recuerdo
consciente, sino que ya existía, estuvo activo, observando sucesos mucho más tempranos que
esos, y de que el Ego tuvo recuerdos de otros todavía más lejanos en el pasado, los cuales más
tarde olvidó. Podemos confirmar todo esto, porque se nos vuelve evidente que, si miramos a
un niño de dos o tres años de edad, en el cual el Ego esté presente, activo y observando, aún
periodos más tempranos serán posiblemente recordados más tarde en la vida por el bebé.

Nuestros intereses y nuestros campos de experiencia varían grandemente a través de


los diferentes periodos de nuestra vida. En la madurez se pueden extender sobre un rango muy
amplio; mientras que en la infancia, ellos están limitados a las cuatro paredes del cuarto de los
niños. Pero no importa si el campo es grande o pequeño, la función natural y esencial del Ego
es observar y aprender de la vida, y precisamente ésta es la característica del niño, como
también para el adulto. Justamente desde el principio, y después a través de la vida, la
ocupación del Ego es observar y experimentar en la vida.

Cuando hicimos nuestro viaje hacia el pasado, tratando de determinar si el Ego


comenzó su existencia desde su recuerdo más temprano, alcanzamos un punto desde el cual el
Ego fue incapaz de recordar ningún suceso más de su tierna infancia, porque la imagen mental
fue demasiado confusa. ¿Significa esto que el Ego no tuvo existencia antes de esos recuerdos
apenas perceptibles?

Si observamos a un bebé en los meses cuando está tierno, incluso poco después de
nacer, notaremos que durante sus periodos relativamente cortos de estar despierto, en parte de
ese tiempo existe una conciencia que observa, porque podemos ver los ojos del niño
siguiendo a su madre cuando ella se mueve alrededor del cuarto. Pero en otra vez, los ojos
parecen agotados, mirando vagamente en el espacio, y aunque el cuerpo no duerme, la
conciencia se ha ausentado, así como cuando un adulto está "soñando despierto." Después de
un rato, el sueño regresa y la conciencia se ausenta por completo. Este aparecer y desaparecer
de la conciencia se mantiene repitiéndose con una reducción gradual de periodos de dormir y
con periodos de alargamiento de existencia consciente. En esto podemos ver un duplicado de
lo que a veces le sucede a un adulto cuando él se despierta, para volverse a dormir
nuevamente, y vemos "una repetición en reverso" de lo que también a veces ocurre con la
muerte, cuando la conciencia se retira, sólo para regresar nuevamente, tal vez varias veces,
antes de que se dé la retirada final.
El Enigma de la Vida – pág. 62

¿Qué le sucede a la conciencia del bebé durante esos periodos de ausencia?


Aparentemente se dan dos alternativas posibles: 1) La conciencia se traslada del plano
material a algún otro plano de conciencia, en donde habita hasta que retorna al plano material,
o 2) la conciencia es aniquilada cada vez que se va, y una nueva conciencia viene en
existencia cada vez que el bebé se despierta. Si la segunda alternativa fuera cierta, tendríamos
una nueva conciencia que entraría en existencia con cada ciclo de despertar y dormir. Eso nos
daría una hilera bastante apreciable de diferentes conciencias entrando en existencia, sólo para
extinguirse de inmediato, y cada vez que el bebé se despierte, habría una conciencia más para
agregarla a la lista. La idea no parece razonable.

La primera alternativa es apoyada por el hecho de que, tan pronto como la memoria
empieza a funcionar, tenemos prueba que es la misma conciencia la que se va y regresa,
porque el nene, en un periodo consciente, recordará sucesos desde el periodo anterior, aunque
ellos estén separados por intervalos de inconsciencia. El hecho de que la memoria no
estuviese funcionando en las primeras etapas, no debería producir cambios en la condición de
esa conciencia. Y si es la misma unidad de conciencia la que se va y regresa después de que la
memoria se ha desarrollado, sería razonable concluir que es la misma unidad de conciencia, el
mismo Ego, la que ha estado presente, aún desde el nacimiento.

Entonces, si durante su ausencia de este plano, la conciencia se retira a algún otro


plano, debe haber tenido algún tipo de vehículo para existir en ese otro plano, el cual es
invisible para nosotros. Si puede existir en ese vehículo y en ese otro plano interno durante los
periodos de su ausencia del cuerpo y del plano material, también puede existir en ese mismo
vehículo en ese mismo plano interno, antes de su primera visita al cuerpo, o antes de que el
cuerpo existiera. De esta manera, parece que no hay nada en nuestro conocimiento, respecto a
la primera aparición de la conciencia en el cuerpo, que contradiga la enseñanza antigua de que
esa conciencia existió antes del nacimiento del cuerpo físico.

Una circunstancia que también señala hacia la existencia de la conciencia antes de su


entrada al cuerpo, es la aparición temprana de dones categóricos, aptitudes y talentos en los
niños. Estas cualidades gradualmente resaltan sin ser, en ninguna forma, inspirados o
inculcados por los padres. Por ejemplo, pueden haber dos hijos en la misma familia, uno de
los cuales tiene habilidad artística inconfundible, la cual le falta al otro por completo. El
primero producirá, con unas pocas líneas garabateadas en un papel, la imagen de una cara
natural y bien parecida, mientras que el otro hijo, aún con ayuda e instrucción, sólo podrá
producir una caricatura tosca — "una cara de duende."

El hijo artista no adquirió su habilidad en esta vida; como tampoco los prodigios en la
música, matemáticas y en otras disciplinas, aprendieron esas materias en esta vida. Entonces,
¿Cuándo y dónde esas artes pudieron haber sido dominadas con maestría, excepto en
existencias anteriores?

El crecimiento desde la infancia a través de la niñez y la juventud, ¿No señala a una


nueva alma que, al cubrirlo con su sombra, vitaliza y gradualmente toma posesión de un
cuerpo material proveído por la Naturaleza? Es el alma que dejó un cuerpo moribundo en el
pasado lejano, y que ahora está "despertando" en un cuerpo nuevo, lentamente exponiendo la
herencia que acarrea consigo.
El Enigma de la Vida – pág. 63

Nuestra Salida Indica Continuidad de Existencia

Se podría decir que la casa en la que habita un hombre es, en cierto sentido, parte de él
mismo, porque es un accesorio necesario para su vida. Cada vez que sale por la puerta, él se
encuentra en un espacio abierto, en donde las condiciones son enormemente diferentes de las
de adentro de su casa. A lo mejor su trabajo lo mantiene afuera durante el día, pero al finalizar
sus labores, él regresa a su hogar, donde vuelve a encontrar a su acostumbrado
medioambiente familiar. Pero con el paso del tiempo, la casa necesitará reparaciones, a lo
mejor la fundación se ha hundido; y una tarde, al regresar, encuentra atorada la puerta y se
queda afuera.

Cuando el hombre pasa de adentro para afuera, ese acto no lo cambia en absoluto, sino
que su panorama simplemente se amplía, dándole tal vez un esquema mental diferente. Pero
en este caso, por quedarse afuera debido al atoramiento de la puerta, en ninguna forma altera
su condición de ser.

La conciencia de un hombre vive en su cuerpo, el cual es una "casa" de carne. Cada 24


horas pasa de esa casa, a través de la puerta de la inconsciencia, hacia el dormir; y de esta
forma, la conciencia encuentra que "está fuera de su casa," en condiciones de existencia muy
diferentes de las adentro de su "casa." Cuando amanece, esa misma conciencia, el mismo Yo
soy Yo, regresa a su cuerpo físico, no importa que condiciones haya tenido durante el dormir,
lo cual en ninguna forma cambia su identidad o interfiere con la continuidad de su existencia.

Antes de la muerte, la conciencia también sale de su "casa", a través de la puerta de la


inconsciencia, y puede permanecer ausente por periodos largos de tiempo, sólo para regresar a
repetir este ir y venir por muchas veces, antes de retirarse por completo. Durante cada uno de
estos intervalos de ausencia, la conciencia tiene algún tipo de existencia en alguna conciencia
"al aire libre," que por todo lo que sabemos, es lo mismo, o similar, a lo que se experimenta al
dormir.

Cada vez que la conciencia regresa de una de esas ausencias antes de morir, esa
conciencia es el mismo Ego, el mismo Yo soy Yo de antes; y así, la existencia "fuera del
cuerpo" no cambia la identidad del Ego, y no interfiere con la continuidad de su existencia.

Supongamos ahora, y haciendo uso de la ilustración, que el Ego entra en inconsciencia


seis veces, y seis veces regresa a la conciencia, pero la próxima vez el Ego pierde la
conciencia y no regresa. ¿Tiene el número de veces que retorna algo que ver con la existencia
fuera del cuerpo del Ego? Supongamos que regresó una séptima vez; ¿No sería siempre el
mismo Ego que regresó en la sexta, quinta, cuarta vez? Supongamos que regresó muchas
veces más, ¿No sería siempre el mismo Ego de antes? ¿Nos indica esto que el Ego tuvo una
existencia continua, ya sea adentro o afuera del cuerpo? ¿Y no sería posible que, aún cuando
el Ego fracasó al regresar, él haya tratado de reingresar esta vez también, pero que lo encontró
demasiado desintegrado? El Ego se quedó afuera, al igual que el hombre que no pudo
reingresar a su casa porque la puerta se atoró; pero el Ego no deja de existir, así como
tampoco el hombre que no pudo entrar a su casa deja de existir por el atoramiento de la
puerta.

Cuando la conciencia fracasó en regresar después de su última retirada, ¿Por qué


deberíamos pensar que su condición "fuera de la casa," al otro lado de la muerte, fue de
El Enigma de la Vida – pág. 64

alguna forma diferente de la que habría sido si la puerta no se hubiera atorado, y la conciencia
hubiera regresado también esta vez?

La conciencia, en una forma lenta, gradual e intermitente, toma posesión del cuerpo
físico después del nacimiento; y así mismo, esa misma conciencia, despacio y alternadamente,
y solamente interrumpida por visitas cada vez más cortas, se retira del cuerpo que muere. Sin
embargo, ¿Es que no existe una similitud extraordinaria entre ambos procesos, aunque uno
sea el reverso del otro?

De esta forma, la Muerte es lo opuesto del Nacer, no es lo opuesto de la Vida. La Vida


es continua. La conciencia entra al mundo material a través de la puerta del nacimiento desde
algún lugar de conciencia "fuera de casa." Luego reside en este plano por cierto tiempo, para
abandonarlo a través de la puerta de la muerte, para reingresar a ese lugar de conciencia
"fuera de casa," desde donde vino.

El Cambio de Escenario No Cambia al Peregrino

Pero, ¿Qué le sucede a la conciencia después de que ha abandonado este plano


material y entra en ese grandioso lugar "fuera de casa," en el otro lado del portal de la muerte?

Tanto al morir como al dormir, la conciencia humana normal no es capaz de proseguir.


Los amigos que están al lado de un moribundo, son como aquellos que se reúnen en el puerto
para despedir a un amigo que se va, y luego ven el barco desaparecer lentamente en el mar. Al
principio, el barco está al alcance de la voz, pero gradualmente desaparece al acercarse más y
más al horizonte. Finalmente, el barco parece que pasa la línea donde se pierde de vista más
allá del horizonte; y para aquellos que se quedaron en el puerto, les parece que un cambio
rápido y completo ocurrió. Pero para el amigo en el barco no ha ocurrido ningún cambio
repentino, sino que todo vino gradual y naturalmente. Él está fuera del alcance de la vista de
sus amigos en el puerto; para ese viajero, otros horizontes, nuevos panoramas, nuevas
experiencias en otros estados de conciencia, otras mansiones de vida se han abierto.

Pero el viajero no permanece fijo en ningún otro lugar. Él continúa su viaje más y más
lejos, como un barco que se mantiene navegando siempre en la misma dirección, digamos,
hacia el Poniente. Después de meses o años, cuando el barco finalmente regresa a su punto de
salida, él no viene del Poniente, de donde desapareció, sino del Oriente, de donde parece salir
de la nada. Mientras estuvo fuera de la vista para quienes permanecieron en casa, él siempre
existió cuando estuvo ocupado en circunnavegar el globo.

Esto puede ser considerado una representación figurada de lo que sucede después de la
muerte, porque durante la larga ausencia de la conciencia entre vidas terrenales, cuando está
completamente fuera del alcance de este mundo material, ella viaja a través de muchas
mansiones en el hogar de la vida, y cuando regresa a la vida terrenal, ella hace su ingreso por
el lado opuesto del escenario de donde partió. Reingresa por medio del nacimiento.

Confiemos en la Naturaleza

Cuando dormimos, confiamos en que despertaremos a la mañana siguiente. Sabemos


que nos tornaremos inconscientes, pero no nos asustamos en lo mínimo, porque sabemos que
en la mañana nuestra conciencia regresará a su lugar de costumbre, reanudará los hilos que
ayer dejó sueltos, y continuará la vida desde donde la dejó.
El Enigma de la Vida – pág. 65

Conocemos muy bien el ciclo completo de actividad y descanso, el cual


experimentamos cada 24 horas, y por eso no pensamos en él. Sentimos tan agradable
acostarnos al estar tan cansados después de un día duro de trabajo porque así, nos
despreocupamos de todo, especialmente cuando sabemos que la Naturaleza, durante la noche,
renovará los tejidos desgastados, y en la mañana despertaremos descansados y frescos. Así, el
dormir de punta a punta es tanto una experiencia agradable como beneficiosa.

La Sabiduría Antigua dice que deberíamos sentir lo mismo respecto al dormir más
extenso, es decir, la muerte; porque el dormir y morir son períodos de descanso para la
conciencia Humana. Y así como al dormir le sigue un despertar para el mismo cuerpo, así es
con la muerte, en su debido proceder, a la cual le sigue un despertar en el cuerpo de un recién
nacido.

Será un sentimiento de alivio el momento en el cual podamos desechar el instrumento


viejo y desgastado, confiados en la seguridad de que empezaremos otra vida con un
instrumento nuevo que debiera ser — si es que hemos vivido correctamente — más fuerte y
mucho mejor que el viejo.

Aún cuando envejecemos, no deberíamos centrar nuestra atención en la muerte,


porque solamente el cuerpo físico muere. Ello representa solamente un paso en el proceso
universal de repetición que vemos en todos los aspectos de Madre Naturaleza. Es el
desaparecer de la conciencia desde un plano, para aparecer en otro. Es el final de un ciclo y el
comienzo de uno nuevo. Y si aún no entendemos los detalles del proceso, deberíamos confiar
en que Madre Naturaleza tiene la misma habilidad para sacarnos gentilmente de esta
existencia, como la que tiene al traernos a esta vida.

La Vejez

La vejez no necesita, ni debiera ser un período de retrogradación o disminución de las


facultades espirituales e intelectuales. En este período de la vida, la vitalidad del cuerpo físico
sí es reducida para darle una libertad enorme a las expresiones de las facultades espirituales e
intelectuales del hombre. Estas facultades pueden y debieran estar activas y expandiéndose
aún hasta el mismo momento de morir.

Por supuesto, el cuerpo físico se vuelve endeble con la vejez, pero es común oír a los
viejos, quienes no han vivido principalmente en el lado material de sus naturalezas, decir: "No
me siento un poquito más viejo que cuando tenia veinte años. Podría decir que, en más de una
forma, me siento aún mucho más joven."

Todavía habrá mucho que hacer y mucho más que aprender, tomando siempre en
cuenta que ningún esfuerzo se desperdicia, y que si aún en esta vida no podemos usar nuestras
últimas experiencias, será una enorme ganancia para nuestra próxima encarnación.

Deberíamos dirigir nuestra visión interna hacia delante, no hacia atrás, aún hasta el
final, recordando con Víctor Hugo que "la Muerte no es una aliada ciega; ella es una vía
pública. Se cierra al anochecer; se abre al Amanecer."
El Enigma de la Vida – pág. 66

Capítulo VII

Reencarnación
Abandono y Readopción del Cuerpo Humano
La Existencia del Ego Es Continua; Esa Noción de Existencia para el Ego Es
Intermitente
Dualidad - Individualidad - Personalidad
Reencarnación y Pérdida de Memoria
Períodos Desproporcionados de Tiempo
¿Por Qué el Dios Interior Desciende a los Planos Inferiores del Ser?
El Simbolismo de la Crucifixión
Casos Especiales
Transmigración: Incomprendida, pero Fiel
Reencarnación a Través de las Edades

Abandono y Readopción del Cuerpo Humano

Se estableció en los capítulos precedentes que la evolución de toda Mónada o unidad


de vida, se lleva a cabo mediante las experiencias obtenidas a través de las adopciones
repetidas de cuerpo físico en las diferentes formas de la Naturaleza.

Para comprender la doctrina de la Reencarnación, como se le llama a la readopción de


cuerpos humanos del Hombre, se necesita entender muy claro cuál es la naturaleza compleja
del hombre, así como también se necesita saber qué le sucede a esas partes que componen esa
naturaleza cuando ellas se separan después de la muerte. Así que vamos a revisar brevemente
lo que hasta ahora hemos dicho referente a este tema.

Recordaremos que el núcleo del ser humano y el origen de su existencia, es un Rayo


de Divinidad, el cual es parte de la Conciencia Universal. Los diferentes principios de la
naturaleza del hombre no son sino aspectos distintos de ese Rayo, los cuales actúan mediante
diferentes vehículos en los numerosos planos de la Naturaleza.

Cuando el Rayo está activo en el plano material, él funciona mediante un vehículo


físico, mental y humano, llamado cuerpo humano, con su cerebro y su mente.

Ese vehículo actúa como una "lente" que se centra sobre una cierta porción o aspecto
del Rayo, y a esa combinación de vehículo y Rayo, la cual produce una imagen de
identificación o conciencia personal, la hemos llamado el Ego Humano.

Cuando el cuerpo muere, el Ego Humano pierde la noción del plano físico-mental,
porque la "lente" que la centraba a ese plano, se rompe. Así, el Ego Humano entra en una
serie de experiencias que ya fueron descritas en el Capítulo VI - "Muerte - El Dormir - El
Nacer." No obstante, le añadiremos los siguientes detalles:

Después de la segunda muerte, el Ego Humano depende de su vehículo mental-


espiritual, o cuerpo espiritual, debido a su existencia consciente en el plano mental-espiritual.
Sin este vehículo, no habría lente para centrar la conciencia en ese plano, lo cual daría como
resultado que el Ego Humano permanecería inconsciente. Cuando está todavía dentro de un
cuerpo humano en el plano material, o físico-mental, el Ego vive en su cuerpo espiritual, y lo
El Enigma de la Vida – pág. 67

usa durante sus períodos de aspiración, así también como cuando está atareado en su trabajo
abnegado, altruista y despojado de egoísmo. De esta manera, el Ego ya es conocedor, en
alguna forma, de este vehículo, y su nueva vida en el plano espiritual se convierte en una
continuación de todo lo que fue grande y noble en su vida anterior. De esta manera, el
vehículo mental-espiritual que el Ego usó antes de la muerte, es el mismo que usa después de
la muerte, lo que le permite retener su identidad y de concebirse a sí mismo como ese Yo soy
Yo durante su existencia terrenal. El estado de éxtasis dentro del cual la parte superior del Ego
Humano entra después de la segunda muerte, parece un "ensueño," o se asemeja a lo que se
siente al "soñar despierto," pero es mucho más vívido y absorbente que la experiencia común
de la misma clase en el plano material.

En este proceso, el Ego vive nuevamente todas las experiencias felices de su vida
anterior, y finaliza todas las aspiraciones nobles que durante su vida terrenal quedaron
inconclusas.

Después de muchas eras, cuando el depósito de las energías espirituales que se


acumularon durante la vida terrenal anterior del Ego ha sido agotado, y el último recuerdo
feliz se ha disipado, ya no hay más material que tenga que ver con el Ego Humano anterior
para que sea procesado, y en el cual el Rayo pueda centrar su atención. Entonces, el Rayo
traslada su centralización al plano próximo superior, y el Ego Humano pierde la noción del
plano mental-espiritual, en la misma forma como lo hizo anteriormente en el plano físico-
mental, cuando el Rayo se retiró del cuerpo físico.

Cuando el Ego Humano pierde la noción del plano mental-espiritual, su esencia pasa
dentro de un estado latente y permanece inactivo dentro del Rayo, como la vida germinal de
una semilla, a medida que se repliega dentro de los planos superiores.

Todas las experiencias y lecciones aprendidas durante la vida pasada del Ego Humano,
han sido compartidas con el Rayo, y ellas son ahora añadidas a las otras experiencias ganadas
en existencias anteriores. Esa es la esencia sublimada de esa vida humana, la cual ahora
constituye la cosecha permanente obtenida por el Rayo mediante su vehículo humano.

Ahora el ser humano completo existe como "proyecto" en los numerosos planos de la
Naturaleza, a los cuales cada principio pertenece. Su aspecto superior es una proyección del
Rayo y está preservado en el Rayo mismo, al cual ha regresado. Las partes intermedia e
inferior existen como "proyectos" en forma de "simientes," cada una en su propio plano. Cada
simiente, con su vida germinal, contiene potencialmente todas las tendencias y
particularidades del carácter, ya sean buenas o malas, impreso en ese carácter, por la entidad
durante su existencia previa.

Durante el período entre encarnaciones, la porción superior del Rayo está activa en su
propio plano, pero cuando finaliza allí su ciclo de actividades, se apresta a continuar su
evolución en el plano material. De esta manera, el Ego comienza su viaje de regreso a la
tierra, a través de los diferentes planos intermedios, en donde las "simientes" latentes están a
la espera del regreso del Rayo que las volverá a vigorizar y a reunir. Este viaje ya fue
delineado en el Capítulo VI bajo el subtítulo: "El Rayo Reingresa a la Materia."

Ahora el Rayo debe construir su vehículo físico-mental nuevo, antes de que pueda
restablecer contacto con el plano material. Por lo tanto, el Rayo proyecta la vida germinal
durmiente del Ego Humano anterior, el cual es una porción del Rayo mismo, dentro de la
El Enigma de la Vida – pág. 68

existencia material, y esta vida germinal, animada por el Rayo, es la fuerza vital del embrión
humano que se empieza a formar de acuerdo al "proyecto" diseñado, siguiendo los
lineamientos de su vida anterior.

Ahora, la entidad que comienza a formarse es, por lo tanto, nada más que una porción
o proyección del Rayo mismo, y esa proyección del Rayo es la parte permanente del Ego
Humano. Es la misma proyección que produjo el Ego Humano durante nuestra última vida y
de todas nuestras vidas anteriores. Será también la misma en nuestra próxima vida y en todas
las demás por venir, pero a medida las épocas pasen, será una proyección mayor del Rayo la
que se manifestará mediante una nueva constitución humana gradualmente perfeccionada.

El vehículo físico-mental, con su conciencia puramente personal, la "lente" en otras


palabras, es nuevo, pero porque ha sido producido por el mismo Rayo, y construido sobre el
mismo carácter, de acuerdo al "proyecto" diseñado básicamente en su última encarnación, es
virtualmente una copia fiel de su yo anterior.

Por lo tanto, una entidad humana es, en su parte superior, una continuación; y en su
parte inferior, una reproducción; y para construir la continuación y la reproducción, se usa de
base al yo anterior.

La Existencia del Ego Es Continua. Esa Noción de Existencia para el


Ego Es Intermitente

El Ego Superior, o Reencarnante, existe continuamente, y está "consciente"


continuamente en su propio plano, el mental-espiritual.

La parte superior del Ego Humano, la cual es una proyección del Ego Reencarnante,
existe continuamente, pero no tiene noción de esa continuidad. Él tiene conocimiento de sí
mismo en el plano físico, donde él funciona mediante su vehículo físico-mental. Cuando
duerme, él se vuelve inconsciente del plano físico, y en el plano mental-espiritual puede estar,
ya sea parcial o completamente inconsciente.

Después de morir, al principio está completamente inconsciente. Después de la


segunda muerte, gradualmente despierta a un conocimiento parcial del plano mental-
espiritual, en donde experimenta el estado de felicidad y sueño "post-mortem," ya explicado
anteriormente. En el caso de una naturaleza muy material y densa el Ego Humano puede
permanecer completamente inconsciente entre encarnaciones.

Durante el período de sus bienaventurados sueños post-mortem, el Ego Humano


todavía se autoidentifica con la entidad humana de su última encarnación. Al final de este
período de sueño, él pasa dentro de una inconsciencia total, y pierde toda noción de su
identidad anterior. Cuando el Ego Humano pierde la noción del plano mental-espiritual, se
vuelve completamente inactivo, y permanece en estado latente hasta que, ya proveído con un
cuerpo físico nuevo, él se vuelve otra vez consciente en el plano material.

El aspecto inferior del Ego Humano, o el Ego Personal, el cual se autoidentifica con el
cuerpo físico durante su existencia material, pierde la conciencia y se desvanece cuando su
vehículo, el cuerpo físico, se desintegra.
El Enigma de la Vida – pág. 69

De esta manera, el aspecto superior del Ego Humano existe continuamente, parte del
tiempo teniendo conocimiento y estando activo en el plano físico mediante su vehículo
humano; mientras que en la otra parte del tiempo, se vuelve latente, ya sea inconsciente o
parcialmente consciente en los planos internos.

Entre dos encarnaciones ha habido una ruptura en la continuidad del vehículo, y por lo
tanto, también una interrupción en la continuidad del conocimiento de su existencia para el
Ego, pero no ha habido ningún intervalo en la continuidad de su existencia, El Ego salva la
abertura entre dos encarnaciones al retirarse a los planos internos, así como la vida del follaje
de las plantas perennes se aloja dentro de la raíz entre dos temporadas de cultivo activo.

Al dormir, también existe una ruptura en la continuidad de las lentes, una parálisis
temporal del cuerpo, una "muerte pequeña," y por lo tanto, una interrupción en la continuidad
del conocimiento de su existencia por parte del Ego.

Cuando dormimos, tenemos una prueba definitiva de que la interrupción en la


continuidad de nuestra conciencia, no significa que sea una ruptura en la continuidad de
nuestra existencia, porque al despertar nuestra conciencia se restablece justo a como era antes
de disponernos a dormir. El Ego reconoce su identidad con su yo anterior, porque el cerebro
retiene el depósito de recuerdos de sus experiencias anteriores.

Tanto al dormir como al morir, el Ego salva la abertura entre los dos períodos de
conciencia, al retirarse a los planos internos e invisibles. Ningún humano común entiende
claramente que ocurre cuando dormimos, aún cuando él pasa a través de esta experiencia cada
veinticuatro horas.

En el caso cuando dormimos, cuando el cuerpo todavía está presente e intacto, si no


somos capaces de retener con nosotros un panorama completo de nuestras experiencias
durante nuestra ausencia del plano físico, no debería sorprendernos de que también somos
incapaces de recordar nuestras experiencias en el período entre encarnaciones, cuando no
tenemos ningún vehículo físico que nos ayude a recobrar conocimiento en el plano físico y
podamos restablecer nuestra identidad con nuestro yo anterior.

El hombre común no puede cruzar los umbrales del sueño y de la muerte y retener la
noción de su existencia, porque todavía no ha aprendido a vivir en su vehículo mental-
espiritual, el cual es necesario para ese fin. Como sea, hay excepciones para esa regla general,
porque siempre ha habido y todavía existen en la tierra, seres humanos cuya evolución se ha
desarrollado más allá de la del hombre común. Esos seres son los "Hermanos Mayores" de la
raza humana, los Maestros de Sabiduría, conocidos también como "Adeptos" o "Mahatmas,"
un término sánscrito que significa "Alma Grandiosa."

Los Adeptos viven, aún cuando están incorporados en un cuerpo humano, en sus
vehículos mental-espiritual, el cual existe en forma independiente del cuerpo físico, y son, por
lo tanto, capaces de retener conocimiento completo de sus existencias, aún cuando el cuerpo
físico está paralizado cuando duerme, o cuando ese cuerpo físico se haya desintegrado
después de la muerte. Es esta habilidad la que los hace capaces de penetrar en los planos
invisibles de la existencia, y a su regreso, traer a sus hermanos menos evolucionados, las
descripciones de las experiencias por las que el Ego Humano atraviesa en esos estados de
conciencia todavía desconocidos para nosotros.
El Enigma de la Vida – pág. 70

El poder que poseen los Adeptos es el resultado de esfuerzos dirigidos por ellos
mismos, y continuados a través de muchas vidas. Aún cuando estén integrados en un cuerpo
humano, ellos han vivido cada vez más en su vehículo mental-espiritual, para que en sus
casos, el Ego Humano haya sido realmente levantado hasta convertirse en Uno con el Ego
Superior. Ellos comenzaron como humanos comunes, pero gracias a sus esfuerzos continuos,
han acelerado su evolución y han llevado a cabo en relativamente pocas vidas, lo que tomaría
al hombre promedio, muchísimas edades para lograrlo.

Por lo tanto, el Adepto puede cruzar de un plano a otro sin estorbos, y regresar
reteniendo noción completa de su existencia; y así, reconocer totalmente la continuidad de su
existencia y la identidad de su Ego, a través de todos esos cambios. Por ser totalmente
consciente en la parte permanente de su naturaleza, allí donde todas sus vidas están
registradas, el Adepto es capaz de recordar no solamente su ultima reencarnación, sino
también todas sus existencias anteriores.

Es necesario que por nuestros propios esfuerzos levantemos a nuestro Ego Humano
para convertirlo en Uno con el Ego Superior; de lo contrario, continuaremos siendo incapaces
de retener nuestra noción de nosotros mismos al cruzar los umbrales del sueño y de la muerte,
y por lo tanto, también seremos incapaces de recordar nuestras vidas pasadas.

Todo miembro de la raza humana, quien no escoja deliberadamente la maldad, está


destinado, en su tiempo, a evolucionar al nivel en el cual él también se convertirá en Uno con
su Ego Superior; y así, será capaz de reconocer la continuidad de su existencia a través de
todas las fases de la vida.

Así como tenemos prueba definitiva de que la interrupción de la noción de nosotros


mismos al dormir, no es una ruptura en la continuidad de nuestra existencia, cuya prueba es
proveída por nuestra conciencia humana cuando ella se autorestablece en su cuerpo físico que
espera; así también los Adeptos tienen prueba definitiva de que la muerte del cuerpo físico no
causa ruptura en la continuidad de sus existencias, porque ellos están continuamente
establecidos en su vehículo mental-espiritual, el cual no es afectado por la muerte.

Si la habilidad para recordar nuestras vidas pasadas en nuestra etapa presente de


desarrollo fuese una ayuda o un estorbo en nuestra evolución, es un tópico que será discutido
en conexión con "La Reencarnación y la Pérdida de Memoria."

Dualidad - Individualidad - Personalidad

Atracciones Opuestas

Al observar y examinar la variabilidad de los pensamientos, sentimientos e intereses


dentro de nosotros, tal y como los conocemos por la experiencia diaria, podemos diferenciar
entre los que pertenecen, en nuestra naturaleza, al lado permanente y a los perecederos. Tal
análisis demuestra una dualidad de intereses y tendencias dentro de nosotros, y por lo tanto, es
conveniente colocarlos dentro de dos grupos, para que consideremos esa dualidad de la
naturaleza del hombre.

Existe un lado de nuestra naturaleza que reconoce su conexión con algo mayor que
ella misma. Sabe por sí misma que es miembro de una familia, una comunidad, una nación; y
siente una fuerte unión a esos conjuntos mayores de vida. Es la unidad de toda vida la que
El Enigma de la Vida – pág. 71

produce este sentimiento dentro de nosotros, y que forma el vínculo invisible e inquebrantable
entre nuestros prójimos y nosotros. Es mediante este lado de nuestra naturaleza por la que nos
entendemos y nos comprendemos con los otros miembros de la raza humana, y es esto lo que
nos impulsa a actuar cuando los prójimos están en desgracia.

Pero también existe otro lado en nuestra naturaleza que manifiesta su egoísmo con
respecto a los demás. Se cierra por sí solo dentro de su propio caparazón, y después se ciega
por él mismo con respecto al sufrimiento y necesidad de los demás.

Intuitivamente sentimos que la vida debería ser armoniosa y feliz. Tenemos visiones
de un mundo mejor, libre de sufrimientos, y queremos y sentimos un impulso de intentar
hacerlo así. Pero tenemos otro lado en nosotros que no considera como los demás la están
pasando, toda vez que nos sintamos felices en una manera egoísta.

Existe algo por dentro que nos habla como la Voz de la Conciencia, algo que anhela
felicidad al llevar a cabo las obligaciones, aún cuando ellas no sean placenteras y monótonas.
Es el vínculo que nos ata a los demás y que nos hace ver nuestro compromiso para con ellos.
Pero también existe una parte en nosotros que quiere evadir sus obligaciones cuando ellas son
desagradables y fastidiosas.

Existe un lado en nuestra naturaleza con intereses mucho más allá de su esfera
inmediata - algo que quiere analizar las bellezas de la Naturaleza y las maravillas de las
estrellas, que medita sobre los problemas de la vida y el propósito de la existencia. Y allí está
también el otro lado, que nos identifica con el cuerpo físico, y está principalmente preocupado
con sus placeres y comodidades.

Cuando buscamos identificar cuál es la característica de esas dos corrientes


divergentes dentro de nosotros, nos damos cuenta que una de ellas está dirigida hacia nuestras
relaciones con nuestros prójimos, con la Naturaleza y el Universo; mientras que la otra, está
dirigida hacia nuestro egoísmo y su minúscula esfera de intereses.

El Ego Humano está situado entre esos dos polos de su ser, y es constantemente
afectado por sus atracciones opuestas, cediendo inconscientemente a un polo, o escogiendo
conscientemente a uno u otro polo.

La Individualidad - Una Fuente Superior Dentro de Nosotros

Cuando contemplamos las estrellas y nuestra mente se satura con la grandeza del
Universo, y luego pensamos en nuestra propia y diminuta Personalidad, nos damos cuenta de
la insignificancia e intermitencia de esa Personalidad, y podemos apreciar su papel nada
importante que juega dentro del Universo.

Esa parte de nuestra naturaleza, la cual de esa manera es capaz de hacerse a un lado y
darse cuenta de lo intermitente de su vehículo, no es parte de ese vehículo. Esa parte
pertenece al lado permanente de nuestra naturaleza.

Tenemos noción de nuestra propia existencia como Yo soy Yo, o Ego Humano, cuya
identidad ha permanecido invariable durante toda nuestra vida. Sabemos que, aún en nuestro
estado de alerta, ese Ego es diferente del cuerpo físico, de la mente-cerebro, memoria y
sentimientos, porque puede separarse, observar, dirigir y dominar a todos esos otros aspectos.
El Enigma de la Vida – pág. 72

Por lo tanto, puede aún tener una existencia independiente de todas esas corrientes cambiantes
internas, y si lo hace mientras está corporificado, también puede tener esa misma existencia
independiente después que los aspectos variables han desaparecido con la muerte.

Cuando advertimos los vínculos que nos unen a nuestros prójimos, es porque existe
algo de ellos dentro de nosotros.

Cuando nos fascinamos con las maravillas del Universo y nos proyectamos hacia el
Infinito, no importa cuán débilmente sea, tratando de formarnos algún concepto de él, es
sencillamente porque existe algo del Universo y del Infinito dentro de nosotros.

Los pensamientos no pueden alcanzar un nivel más alto que su fuente, lo mismo que el
agua no puede subir a un nivel más alto que el de la fuente de donde fluye. Los pensamientos
e intuiciones que se relacionan con intereses mucho más allá de nuestro Ego Personal, no
pueden tener su origen en ese Ego. Ellos deben proceder de una fuente desde dentro de
nosotros, la cual es similar con los asuntos con los que se relaciona, y esa fuente es el Rayo de
Conciencia Universal, el que actúa en la Mente Superior o Espiritual. Este lado superior de
nuestra naturaleza con todos sus vehículos, existe en planos superiores del plano físico-
mental, y es independiente del cuerpo físico.

Esa fuente superior ya existe dentro de nosotros, y no necesita ser "desarrollada." Es el


Ego Humano el que tiene que evolucionar a un nivel más alto de conciencia, para que pueda
alcanzar una unión consciente con su fuente superior.

Este levantamiento y refinamiento del Ego Humano se lleva a cabo al poner por
hechos y palabras, aquí y ahora, mientras se tenga cuerpo físico, esos impulsos superiores que
nos llegan desde dentro de nosotros. Sencillamente, así como nos acostumbramos y
aprendemos a usar nuestro cuerpo físico al vivir dentro de él, y a ejercer sus variadas
funciones, así debemos de llegar a conocer y a aprender a usar nuestro vehículo mental-
espiritual, al concebir esa clase de pensamientos y al practicar esos hechos que le son tan
familiares a nuestra Naturaleza Superior, y que solamente se dan en el plano en la cual ella
existe.

En el plano espiritual, nuestros prójimos son en realidad, otros aspectos de la misma


Vida Universal, de la cual todos somos parte. Por lo tanto, las acciones que pertenecen a este
plano siempre afectan los intereses y el bienestar de los demás. Cuando sacrificamos un
interés personal o ventaja, a fin de prestar servicio a la causa común, cuando damos en lugar
de tomar; cuando tratamos de esparcir felicidad e irradiar luz en lugar de buscar comodidad
egoístamente, en esa forma, nosotros -- la parte humana nuestra -- estamos viviendo y
haciendo uso de la parte más universal nuestra, la cual es ese vehículo mental-espiritual
nuestro. De esta forma, nos convertimos en una realidad para nuestros "otros egos," para
nuestros prójimos - somos la verdad para todo, somos altruismo. Al hacer uso consciente de
nuestro vehículo mental-espiritual, entramos en el sendero que conduce a la Unión consciente
con nuestro Ego Superior.

Como este es el vehículo en el cual nuestra conciencia tiene que vivir después de la
muerte, es necesario que entendamos la importancia que tiene el acostumbrarnos a vivir en
ese vehículo, mientras todavía estemos en el cuerpo físico. Esto también nos habilita a ver el
por qué las enseñanzas éticas han sido siempre tan fuertemente enfatizadas por todos los
grandes profesores religiosos. Esas enseñanzas tienen más de un propósito. Ellas no
El Enigma de la Vida – pág. 73

solamente nos ayudan a vivir en armonía con nuestros prójimos, sino que también conducen
al individuo dentro de una Unión más cercana con su Ego Superior, y gradualmente prepara a
la persona a vivir conscientemente en su vehículo mental-espiritual.

Esa parte del Ego Humano que responde a la mayor de las dos corrientes interiores, y
toma interés por el bienestar de los demás, y en asuntos más grandiosos que en él mismo, es
en realidad, un aspecto del Ego Superior. Esto, juntamente con los centros de atención
superiores del Rayo de Divinidad, existe en planos superiores que el físico-mental; y por lo
tanto, no es afectado por la muerte del cuerpo físico. Ellos constituyen el polo altruista de
nuestra naturaleza, y como ellos no están divididos por la muerte, se les puede identificar
colectivamente como la Individualidad del Hombre.

Separatividad Procrea Egoísmo

Tanto como hay gente que vive en su parte superior de su naturaleza e irradia amistad
y buena voluntad con quienes se relacionan, así también hay otras que casi nunca miran más
allá de sus intereses personales y no les importa, o no tienen interés en el bienestar de los
demás. Ellos tienen noción de sus existencias como su Ego Personal solamente, y viven y
actúan dentro de esa única capacidad. También existe en ellos el polo altruista de sus
naturalezas, pero casi nunca toman parte de él. Para ellos, sólo su Ego Personal cuenta como
la cúspide de toda constitución humana. Ese Ego se torna tan absorto en sus propias
consideraciones que se aleja de su polo superior, al grado de desconocer la existencia de ese
lado de su naturaleza. El Ego Personal, de esta forma, comete el error de considerarse como el
único Ego, la máxima expresión del Ego; cuando en realidad es solamente una parte menor,
una proyección del Ego Superior, la cual está cautiva de su aparato personal.

Por supuesto, el vehículo físico-mental de un individuo está separado del de los


demás, y cuando la conciencia persistentemente se vuelve en la dirección de ese vehículo, el
Ego Personal también adopta una posición de separatividad; volviéndose así, en el elemento
dominante de la entidad humana. De esta manera, se da una inversión de polaridad, y la
proyección del Rayo de Conciencia se desvía de su verdadera dirección, ocasionada por lo
denso de la constitución material del enfoque de sus lentes. Esa proyección ha sido despedida
en la dirección opuesta de su polo altruista - con su constante conciencia expansible - por una
conciencia limitada por su egoísmo.

En tanto como la conciencia se centre en el vehículo físico-mental, este sentido de


separatividad persistirá, y el Ego Personal fallará en reconocer su unidad con su Ego Superior,
y como consecuencia, con la unidad de sus prójimos.

Cuando promovemos nuestros propios intereses en perjuicio de los demás, cuando


buscamos ventajas a costa de los demás, es evidente que no nos damos cuenta del vinculo que
nos une a ellos.

Cuando somos duros o críticos con los demás, cuando somos arrogantes y soberbios y
solamente buscamos establecer nuestra superioridad sobre los demás, evidentemente no
realizamos la unidad que nos ata a ellos. Si esto ocurre, nos aprovechamos de ellos; no
compartimos con ellos cualquier ventaja nuestra.
El Enigma de la Vida – pág. 74

Cuando somos indiferentes a los apuros y sufrimientos de los demás, cuando estamos
satisfechos en tanto nos sentimos cómodos, es sencillamente porque existe una separación con
los demás, y hemos fallado mentalmente en ubicarnos en el lugar en que ellos se encuentran.

Si no tenemos intereses más allá de nosotros mismos, es porque nos hemos encerrado
dentro de la concha dura de nuestra personalidad inferior, el cual es nuestro vehículo físico-
mental.

El egoísmo, en todas sus formas, puede ser identificado directamente como ese sentido
de separatividad que existe en la conciencia del Ego Personal. Es ese sentido de separatividad
lo que vuelca muchas veces los esfuerzos de la vida en una dirección equivocada, al buscar la
promoción de los intereses del yo personal. Quien hace eso, pierde la oportunidad de sentirse
en su hogar, en su Naturaleza Superior.

Es como si viviéramos en una caverna que se extiende hacia la luz, pero que se hace
mucho más estrecha hacia su interior. Cuando nuestra atención se centra solamente en
nuestros propios intereses, estamos yendo hacia el interior de la caverna, y le volvemos la
espalda a la luz. Nos sostenemos solamente con nuestra propia luz, y vemos solamente la
diminuta fracción de luz que logra filtrarse hacia el interior de la caverna. Si giramos en la
dirección opuesta, arrostraríamos la entrada, con su luz expandiéndose más y más, a medida
que avanzamos hacia ella.

La Personalidad - Un Vehículo Provisional

El polo egocéntrico de nuestro ser incluye al cuerpo físico, al cuerpo modelo, a


nuestros deseos, emociones y pensamientos egocéntricos, así como también al Ego Personal,
con su mente-cerebro y sus recuerdos diarios de todos los sucesos corrientes almacenados en
el cerebro. Este grupo de cualidades, tomadas colectivamente, constituye el polo egocéntrico
de nuestra naturaleza, y será reconocido como la Personalidad, de ahora en adelante.

La Personalidad entra en su existencia activa cuando se nace, o más tarde. Permanece


como unidad durante la vida, pero los elementos que lo componen, se rompen al morir.

El material para el cuerpo proviene de la Naturaleza, y regresa a ella. La ciencia


medica nos dice que, a diario, millones de células dejan nuestro cuerpo, y que a su vez,
millones de células nuevas ocupan su lugar. Este cambio es constante, de tal manera que
después de un cierto numero de años - generalmente establecido cada siete - obtenemos
completamente un nuevo cuerpo. Una persona que llega a los setenta años, ha usado y
abandonado diez cuerpos físicos diferentes en ese tiempo de vida.

Esta realidad le da base a la metáfora hindú que dice: "El hombre se mantiene sobre
una corriente continua de materia." En este caso, el "hombre" es sinónimo de Individualidad,
la parte permanente, la que nunca cambia, a pesar del cambio constante que ocurre dentro de
su cuerpo.

La causa para que el cuerpo mantenga su apariencia exterior relativamente sin cambio,
con la excepción de las modificaciones que naturalmente ocurren con el paso de los años, es
que el cuerpo modelo, en cuya estructura las células físicas se organizan por sí solas; y así,
ese cuerpo se mantiene relativamente sin cambio por sí mismo. El cuerpo modelo cambia
El Enigma de la Vida – pág. 75

solamente cuando el carácter gradualmente cambia. Después de la muerte, el cuerpo modelo


se desintegra, justamente como lo hace el cuerpo físico.

Tomando en cuenta la naturaleza provisional de la Personalidad, se vuelve evidente


que sería muy imprudente concentrar los mejores esfuerzos de alguien en satisfacer intereses
y asuntos puramente personales. El fruto de todos esos esfuerzos, con la muerte, será dejado
en abandono; mientras que los esfuerzos altruistas nos ayudarán a obtener y preservar
conciencia en nuestro vehículo mental-espiritual, el cual no es afectado por la muerte.

El uso del término "Personalidad" para designar el vehículo de la naturaleza del


hombre, es muy apropiado si consideramos el origen de esa palabra. Viene del latín
"persona," que significa "máscara." Persona, a su vez, está compuesta por dos palabras: per,
que significa "a través"; y sona, que significa, "sonar, hablar." Fue costumbre en actuaciones
dramáticas de los tiempos antiguos, que los actores usaran máscaras durante sus ejecuciones,
y copias de esas máscaras fueron comúnmente usadas como motivos de decoraciones en
teatros, hasta períodos completamente recientes, cuando fueron reemplazadas por
decoraciones modernas. Las máscaras tenían aberturas para los ojos y la boca, a través de las
cuales el actor podía ver y hablar; y así, constituía una clase de herramienta o boquilla por la
cual, el actor real, en una forma velada, jugaba su papel y se hacía oír. Es en este sentido que
la Personalidad es, a su vez, un instrumento que usa la Individualidad para hacer contacto con
el plano material, y una máscara detrás de la cual, la Individualidad se esconde.

La Individualidad es un Soporte Constante. La Personalidad es una Manifestación


Periódica

Si consideramos el tema de la Reencarnación sin referirnos a los detalles, es la


Individualidad lo que es real, la parte inmortal del hombre, y es lo que se encarna, vida tras
vida. La Individualidad es la "causa," la Personalidad es el "efecto." No habría Personalidad si
no hubiera Individualidad que la produjera. Para cada encarnación, la Individualidad se
construye una nueva Personalidad, lo que viene a ser el instrumento mediante el cual la
Individualidad hace su trabajo en el plano material.

El carácter, los efectos acumulados de todos nuestros pensamientos, hechos y


experiencias pasados, es el factor gobernante para formar, equipar y dotar a la nueva
Personalidad. Podemos modificar nuestro carácter mientras vivamos en el cuerpo físico, pero
como ese carácter permanece sin cambios entre encarnaciones, la Personalidad nueva será, en
toda su esencia, una reproducción de la Personalidad, tal y como fue al final de nuestra ultima
encarnación.

La Personalidad es el "reflejo en la materia" de la Individualidad; es "el hombre hecho


a la semejanza de Dios." Pero esta imagen, este yo personal, vive a su manera durante el
estado de alerta. Tiene libre albedrío y puede escoger entre los dictados de su Ser Superior y
los impulsos de su ser inferior o animal. Cuando escoge este último, la "imagen" se torna
desfigurada, como el reflejo del sol sobre la superficie agitada de una laguna.

La Sarta de Egos. En la filosofía oriental, la Individualidad es conocida como "La


Sarta de Egos," en la cual las diferentes Personalidades están ensartadas, similar a las perlas
enhebradas en un collar. Las Personalidades son distintas, pero la sarta que las soporta, esto es
la Individualidad, es la misma a través de una vida tras otra.
El Enigma de la Vida – pág. 76

El Actor y Sus Actuaciones. Existe otra ilustración que es muy usada para describir la
relación entre la Individualidad y la Personalidad. Un actor desempeña diferentes papeles en
el escenario durante su vida. Una tarde, él puede ser Hamlet; otra vez, el Rey Lear; y otra vez,
Otelo. La audiencia ve esos caracteres en el escenario, pero a lo mejor ni conocen el nombre
del actor cuando está fuera del escenario. Las actuaciones en el escenario son temporales y no
reales. El Rey Lear no sabe de Hamlet, quien actuó la noche anterior, ni tampoco sabe de
Otelo, quien actuará mañana, pero el verdadero actor sabe esas actuaciones y aún muchas
más.

Las distintas actuaciones en el escenario son "máscaras," representadas por un día y


después, desechadas; mientras que el actor es la entidad verdadera detrás de la máscara,
exactamente como la Personalidad, la cual no dura sino una vida, es la máscara mediante la
cual la Individualidad se expresa por ella misma.

Así como el actor continúa su vida normal después que ha removido sus vestiduras de
escenario y ha desaparecido del teatro, lo mismo hace la Individualidad, la cual continúa su
existencia después de despojarse de su "máscara," esto es, su Personalidad, y desaparece de
este plano, como lo hace al dormir y al morir.

Y así como el actor, después de abandonar el teatro, continúa con su vida normal fuera
del escenario; así también la Individualidad, después de liberarse de las limitaciones
impeditivas de la Personalidad, se retira hacia los planos de conciencia internos y superiores,
en donde entra a su existencia verdadera.

Reencarnación y Pérdida de Memoria

Reencarnación - Parte del Plan de la Naturaleza

Como puede ser visto de lo anterior, la doctrina de la Reencarnación, en su amplio


contorno, no es difícil de entender. Pero naturalmente hay muchas interrogantes que se
presentarán en la mente de un investigador para quien el tema es nuevo. Como esas preguntas
ya se dieron en otras personas en el pasado, podemos anticipar y discutir las más comunes.

Al buscar las respuestas, debemos mantener en mente:

1. Que hay un propósito en la vida, el cual es el avance del alma hacia


estados mayores del ser.
2. Que la Naturaleza tiene un plan para llevar a cabo ese propósito, el cual
es evolución mediante experiencias repetidas en el plano material.
3. Que el tiempo que se requiere para esas experiencias está provisto por
una cadena casi interminable de toma de cuerpos en forma humana.
4. Que el Hombre es parte de la Naturaleza, y por lo tanto, sujeto a las
mismas leyes que gobiernan al resto de la Naturaleza. Al experimentar repetidas
adopciones corporales, el Hombre sencillamente está siguiendo la ley de periodicidad
o de actividad cíclica, la cual vemos que funciona en todos los niveles de la
Naturaleza.

Así, la Reencarnación no es solamente una teoría, sino una explicación de cómo uno
de los procesos más fundamentales de la Naturaleza opera cuando es aplicado al Hombre. No
El Enigma de la Vida – pág. 77

debiera ser estudiado como un suceso aislado, sino que debería ser visto en relación con las
demás doctrinas del plan universal.

Si hemos vivido anteriormente,¿Por qué no lo recordamos?

La pregunta supone que porque no recordamos, podríamos no haber vivido antes; en


otras palabras, está basada en el supuesto de que lo que no podemos recordar, pueda ser que
no lo hayamos experimentado.

Una pequeña consideración demostrará que este supuesto no tiene fundamento, porque
sabemos de muchas experiencias por las que hemos atravesado, las cuales a veces no
podemos recordarlas.

Por ejemplo, los primeros años de nuestra vida están completamente olvidados.
Muchos, tal vez la mayoría de los sucesos de mayor ocurrencia, están olvidados. En la vejez,
la memoria frecuentemente le falla completamente a una persona. Víctimas de amnesia
pueden tener borrados años enteros de sus vidas en sus memorias, como ya lo vimos en la
sección: "Estados Anormales de Conciencia."

En todos esos casos, el hecho de no tener memoria de los sucesos, o aún de años
enteros de nuestra vida, no prueba que no vivimos durante esos períodos olvidados. Si un ser
humano, mientras vive en el mismo cuerpo físico y mientras usa el mismo cerebro físico,
puede olvidar años completos de su vida, no sería sorprendente que una vida anterior, vivida
en otro cuerpo y haciendo uso de otro cerebro, esté olvidado. Y esto nos conduce a otra
pregunta:

Una existencia y experiencia que se han olvidado, ¿Sirven de algún valor al


Individuo?

Hemos olvidado las caídas que tuvimos y los moretones que conseguimos cuando
empezamos a dar nuestros primeros pasos, pero no hemos olvidado como caminar. Hemos
olvidado cuando aprendimos el alfabeto, pero no hemos olvidado como leer. Quienes usan
matemáticas en su vida diaria, al hacer su trabajo, normalmente han olvidado los pasos
detallados que tuvieron que tomar a fin de adquirir ese conocimiento. Pero si más tarde en su
vida ellos tienen que enseñar matemáticas a otros, se darán cuenta que tendrán que regresar
sobre mucho material ahora olvidado, y repetir los pasos que anteriormente tomaron. Los
pasos habrán sido olvidados, pero el fruto de esos pasos es utilizado inconscientemente en
aplicaciones prácticas de ese conocimiento. Entonces, ¿No sería normal que esas
experiencias, aunque olvidadas, puedan habernos enseñado lecciones valiosas y permanentes?

Existe Más de Una Clase de Memoria

La memoria tiene dos funciones: Almacenar y recordar. La incapacidad de recordar no


significa que necesariamente la memoria no funciona. A menudo, y para nuestra turbación,
hemos sido incapaces de recordar el nombre de alguien a quien nos lo encontramos en la
calle, aunque estemos seguros de que su nombre nos es conocido.

Un suceso en nuestra juventud puede estar completamente olvidado. Una experiencia


similar en años posteriores puede recordarnos ese otro acontecimiento, y aún con detalles muy
El Enigma de la Vida – pág. 78

vívidos. La memoria funcionó todo el tiempo, y grabó; pero no estuvimos completamente


conscientes de ello.

Cuando hablamos de la memoria en general, normalmente tenemos en mente una


grabación de sucesos y detalles del diario vivir. Este registro es almacenado en el cerebro, y
ninguna parte de él se puede alargar más allá de sus primeros años de la infancia, como
tampoco puede durar más allá de la vida del cerebro. Pero esta no es la única clase de
memoria que tenemos. Cada suceso que hayamos experimentado, cada acción que hayamos
ejecutado, todo pensamiento que hayamos abrigado, incluyendo el más pequeño detalle, es
registrado permanentemente en la estructura interior del Ego Superior o Reencarnante. Es un
recuerdo almacenado en la Mente Superior o Superconsciente. Este registro no está accesible
al Ego Humano durante condiciones normales en su vida terrestre.

Nuestra memoria es como el sistema de archivos de un negocio. Los recuerdos


almacenados en el cerebro son como los registros de activo mantenido en los archivos de
oficina, donde están a mano para referencias rápidas. Pero las copias de todos los registros
son simultáneamente almacenados en un sótano de bóvedas, donde se mantienen bajo llave.
Existe una bóveda para cada encarnación, pero el Ego Humano ha perdido las llaves de todas
ellas, con la excepción del archivo de la oficina.

Sucede que algunas veces, bajo condiciones anormales, la puerta de una bóveda de
memoria puede abrirse de golpe, y el conocimiento allí almacenado, desconocido para la
persona en su estado normal, ahora se vuelve accesible para ella.

Un ejemplo de esa naturaleza que ha despertado mucha atención en los círculos


médicos de California, es el de Pat Marquis, un muchacho de Los Angeles, de doce años de
edad en esa época. (El caso fue examinado en el Theosophical Forum de Octubre de 1936)
Cuando el muchacho entra en medio trance, revela un conocimiento extraordinario de temas
completamente ajenos a él durante su estado normal.

Sus poderes supranormales se demostraron una vez delante de 150 médicos en el


Hospital de Hollywood; y en otra vez, delante de 200 médicos en una reunión de la
Asociación Médica del Condado. También se ha presentado delante de profesores del
Instituto Tecnológico de California, en Pasadena, etc.

Cuando el muchacho entra en el estado de medio trance, él parece convertirse en una


personalidad diferente - la de un médico persa que se autoidentifica como "Napeji," un parsi
que vivió en los Himalayas en el siglo 11 D.C. Aunque normalmente él no sabe ni una palabra
en persa, él escribe en ese idioma al contestar a las preguntas de uno de los científicos
investigadores, el Dr. Ameen Fareed, un médico persa. Pat Marquis, en el carácter de
"Napeji," también escribe en persa cuando el Dr. Fareed no está presente. Algunas veces, él
usa una forma arcaica de ese lenguaje. Él describe correctamente costumbres persas, y sus
hábitos son los de una persona muy solemne, no como los de un joven de apenas doce años.
Cuando se le preguntaron cuestiones técnicas, como la de la ubicación del centro de la
conciencia en el cerebro, "Napeji" contestó con el lenguaje de un experto anatomista. El Dr.
C. Reynolds, F.R.C.S., quien presentó a Pat Marquis al Comité de Médicos de Hollywood,
dijo: "Cómo él pudo saber términos médicos modernos de Anatomía, está fuera de mi alcance.
El muchacho, en su estado normal, ciertamente no sabe nada de ello."
El Enigma de la Vida – pág. 79

En otra ocasión, después de vendársele completamente los ojos, y en el trance


requerido, el muchacho, ya en la personalidad de "Napeji," tomó el florete en un encuentro de
esgrima con el señor F. Cavens, un esgrimista experto. Pat Marquis no sabe de esgrima, pero
aparentemente "Napeji" es un maestro de ese arte, porque el Sr. Cavens dijo: "No conozco
ningún maestro de esgrima en el mundo que sea capaz de hacer eso. El hecho de que él pueda
advertir mi ataque a la cara y retroceder el cuerpo para esquivarlo, sin sentirse defraudado en
su defensa porque el ataque lo amenaza, y hacer la retirada correcta, es extraordinario.
Desafío a cualquier gran experto a que lo haga. Para mí, sería completamente imposible."
Sesenta segundos después del combate de esgrima, "Napeji" había desaparecido, y el
muchacho, sonriente y saludable, había reasumido su personalidad normal.

Otros ejemplos que tratan el almacenamiento-memoria de conocimiento escondido,


podrían ser citados. Uno de los más notables es el de Edgar Cayce, cuya biografía se
encuentra en el libro There Is a River, de Thomas Sugrue (Henry Holt Co., NY, 1943) Cayce
fue completamente ignorante de medicina y anatomía en su estado normal. Pero bajo trance
autoimpuesto, él fue capaz de diagnosticar correctamente muchas enfermedades, y de
prescribir los remedios acertados. Existen cientos de reportes completos de casos que
contienen declaración jurada de pacientes, lo mismo que reportes médicos.

Como es imposible hacer justicia en un resumen breve a la vasta cantidad de material


que ese libro contiene, es necesario referir al lector interesado a que lo haga por él mismo, en
cuanto a más detalles se refiere.

Los hechos mencionados anteriormente muestran que existe un "depósito" de


memoria, al cual no podemos acceder normalmente, pero que puede, bajo ciertas condiciones,
ser "utilizado clandestinamente"; y así, revelarnos un almacén de conocimiento insospechado.

Pero aún más, existe otra clase de memoria, una especie de memoria general o
colectiva, la cual se encuentra resumida en nuestro carácter. Es una noción intuitiva de
memorias guardadas por el Ego Reencarnante, pero con todos los detalles omitidos. Es la
cosecha de valores permanentes que la hemos retenido de numerosísimas experiencias y
lecciones hace mucho tiempo olvidadas, tales como la habilidad de caminar, o la de leer como
fruto de lecciones de un pasado ya olvidado.

Aunque arraigado en el pasado y desprovisto de detalles en cuanto a como fue


adquirido, este memoria-carácter es tan vital y dinámico que afecta profundamente nuestra
vida, nuestros pensamientos y acciones, ahora y siempre.

Todas las lecciones y experiencias del pasado, aunque no estén registradas en nuestro
cerebro actual como recuerdos, sí nos influencian cada día de nuestras vidas.

Si hemos vivido anteriormente, ¿Por qué no somos capaces de reconocernos con


individuos específicos de existencias anteriores?

Porque en cada encarnación tenemos un cerebro nuevo que no tuvo parte en las
experiencias de nuestras vidas anteriores; y por lo tanto, existe un espacio en blanco respecto
a ello. El Rayo de Conciencia proyectado dentro de esta vida y la Individualidad, son los
mismos como lo fueron en nuestras existencias anteriores; pero como el vehículo es nuevo, la
conciencia de ese ego que resulta de esta nueva sociedad, naturalmente que se autoidentifica
con su vehículo nuevo; y como no existe ninguna conexión concreta entre los vehículos, el
El Enigma de la Vida – pág. 80

nuevo y el viejo, el Ego Humano es incapaz de identificar su yo actual con el de su


encarnación anterior. Por lo tanto, él se estima a sí mismo como una "creación" nueva, cuando
en realidad es solamente una reproducción de su yo anterior.

En una vida futura, en la cual seremos incapaces de identificarnos con nuestro yo


actual, ¿Es esa vida futura digna de aceptarla como inmortalidad personal?

La doctrina de la Reencarnación no enseña inmortalidad personal o continuidad de


conciencia personal de una encarnación a la próxima. Enseña continuidad de la Individualidad
y una reproducción periódica de la Personalidad. Esa Personalidad reproducida es, en todos
los particulares, la Personalidad de la encarnación anterior con un nombre nuevo. ¿Por qué no
debiera satisfacer esta enseñanza la esperanza del Hombre por una inmortalidad o una
continuidad de existencia? Regresemos imaginariamente a nuestra última existencia aquí en la
tierra; y porque somos ahora lo que fuimos entonces en ese tiempo debimos haber formulado
teorías acerca de la vida y sobre "nuestra existencia futura." Supongamos que se nos dijo
entonces que, después de un período largo de descanso, regresaríamos otra vez a esta tierra, y
que, "en ese tiempo futuro," esto es, ahora seríamos la misma Personalidad que fuimos en la
encarnación anterior, pero que deberíamos olvidar los detalles de esa vida y nuestro nombre
anterior. Supongamos un poco más, supongamos que hubiéramos sabido entonces lo que
sabemos ahora acerca de nuestra existencia actual - supongamos que hubiéramos sabido que
el Yo soy Yo o el Ego Humano con el cual ahora nos identificamos, estaría aquí otra vez,
continuando su existencia en el punto en el cual fue suspendida antes, y que ese ciclo se
repetiría una y otra vez, hasta alcanzar cierto grado superior de ser - supongamos que
hubiéramos sabido todo eso entonces, ¿No habría eso satisfecho nuestra esperanza por
inmortalidad, dándonos certeza de la continuidad de nuestra existencia? Y si eso hubiera
satisfecho nuestra esperanza entonces, ¿No debe ese mismo conocimiento ahora darnos la
certeza y esperanza para el futuro?

Supongamos que sí pudimos recordar

Supongamos que no pudimos borrar los recuerdos de nuestras vidas pasadas. Entonces
recordaríamos los detalles de no solamente nuestra última vida, sino también los
innumerables de las otras existencias, y que recordaríamos todas esa vidas con todos sus
detalles, exactamente como recordamos los de esta vida.

¿Será que no nos basta con solo controlar los pensamientos y recuerdos de esta vida?
¿Cómo podríamos hacerlo si tuviéramos los recuerdos de cientos de encarnaciones fluyendo
sobre nosotros? En lugar de una sola estación de radio, sería como si las sintonizáramos todas
a la vez. Tal torrente de recuerdos, muchos quizá de naturaleza triste o aterradora, ¿No nos
dominarían y nos impedirían cumplir con nuestras obligaciones de la vida y todo lo que es
importante en el momento presente? ¿Acaso no desperdiciamos suficiente tiempo "ahora" en
cosas inútiles que tienen detalles sin importancia en esta vida?

Con seguridad, no todos los recuerdos serían tristes. Habría muchos recuerdos felices,
y nos regocijaríamos al recordarlos; pero no debemos olvidar que, si nuestros recuerdos
felices regresaron hacia nosotros, los tristes también lo harían, ¿Y cómo sabríamos si los
buenos recuerdos pesarían más que los tristes?

A medida que evocamos la historia, vemos cómo las civilizaciones se levantaron,


alcanzaron un máximo y entonces cayeron, a menudo, arrasadas por hordas de bárbaros; y
El Enigma de la Vida – pág. 81

después, han seguido períodos de ignorancia y de obscuridad espiritual e intelectual. Hemos


vivido durante todos esos períodos y hemos tomado parte en todos esos sucesos. Si
consideramos algunas de las razas más primitivas de la humanidad de ahora, y si notamos sus
formas de vivir, entonces nos daríamos cuenta que, nosotros también, en algún pasado
distante, fuimos miembros de esas razas, y que vivimos y actuamos como ellos lo hacen
ahora. De esta manera, debemos concebir que nuestro propio registro debe contener muchos
episodios vergonzosos, que también debimos haber tomado parte en muchos sucesos trágicos,
debimos haber tenido muchas experiencias horrorosas. ¿Acaso no es una realidad que la gente
que ha experimentado sucesos trágicos, a menudo reciben tal impresión que sufren una
conmoción duradera, la cual ellos han sido incapaces de sacudírsela por el resto de sus vidas,
y que el recuerdo de la tragedia, en lo sucesivo ejerce un efecto paralizante en todas sus
actividades? ¿Cómo podríamos satisfacer nuestras obligaciones de cada día si fuésemos
perseguidos no solamente por uno, sino por muchos de tales recuerdos de las numerosas
encarnaciones del pasado?

Confiemos que todas esas cuentas estén equilibradas durante tantas encarnaciones
intermedias. Pero supongamos que todavía permanezca alguna cuenta sin saldar, y que nos
fuera enviado el cobro, tal vez en la forma de un accidente. La anticipación de ese suceso,
¿No tendría el efecto psicológico deprimente para que nuestras actividades físicas y mentales
fueran seriamente retardadas por esa razón?

Entonces, ¿No es que todo pareciera, en un sentido más profundo, que existe un
arreglo misericordioso para que los recuerdos del pasado estén fuera del alcance de nuestra
perspectiva, que se nos brinde un cerebro nuevo, el cual esté libre de "fantasmas" del pasado,
para que se pueda comenzar esta vida con una cuenta limpia?

Supongamos que podamos identificar nuestras personalidades anteriores

Visto desde otro ángulo, la noción de que debiéramos recordar nuestras vidas pasadas,
toma un aspecto que linda con lo ridículo.

Si recordáramos nuestras vidas pasadas, al hacerlo, deberíamos ser capaces de


identificarnos con nuestras Personalidades anteriores. También recordaríamos a nuestros
amigos y enemigos de esos días. Y ellos nos recordarían. Esto sería cierto no solamente para
nuestra última vida, sino para todas las incontables anteriores. De seguro tendríamos muchos
amigos para reunirnos, pero también tendríamos muchos enemigos, y muchas cuentas viejas
que saldar. Cada vez que encontráramos a una persona nos preguntaríamos: "¿Cuánto le debo
a este hombre? ¿Qué va a hacer para que le pague?" Se nos terminarían las calles laterales
tratando de evadir acreedores, solamente para toparnos con otros, porque todos nuestros
negocios e infracciones, por supuesto, serían traídos a la memoria para recordárnoslos.

Si retenemos imaginariamente el panorama un poco más lejos, veríamos que si todos


nuestros recuerdos nos fuesen preservados, este sería un mundo muy incomodo para vivir en
él.

¿Acaso no la pasamos muy bien hasta ahora sin ese conocimiento? ¿Acaso no es la
vida mucho más fácil con su ausencia? Porque sin ese conocimiento, ¿No somos libres de
considerar a cada persona que encontráramos como un viejo amigo, o un amigo potencial? Si
es un viejo amigo, pronto lo deduciríamos recíprocamente, porque "los amigos que busco,
también me buscan," como dijo Walt Whitman.
El Enigma de la Vida – pág. 82

Si por el otro lado sucediera que es un viejo enemigo, lo más pronto que lo
pudiéramos convertir en un amigo, lo mejor para los dos; y lo menos que abordáramos
antiguos desacuerdos, lo más fácil que la transformación pudiera hacerse.

¿Qué ganaríamos al saber quienes fuimos en las encarnaciones pasadas?

Si sucediera que fuimos uno de los más grandiosos personajes de la historia, por
supuesto que sería agradable para nuestra vanidad; y aquellos que afirman recordar sus
pasadas encarnaciones, generalmente reclaman haber sido un gran soberano, o un dirigente
militar, una princesa, o cualquier famoso individuo del pasado. Difícilmente existe un
manicomio que no tenga, al menos, un Napoleón, o tal vez varios; o algunas Juanas de Arco
flotando alrededor. Ocasionalmente, alguien modestamente anuncia que es una reencarnación
de Jesús.

La única dificultad con estos reclamos es que ningún ser humano común puede
recordar sus vidas con detalles, sino hasta que la persona haya alcanzado Unidad con su Ego
Superior; y si así fuera, esa persona ya no es más un ser humano cualquiera. Se nos dice que
los Maestros de Sabiduría, quienes sí han logrado esa Unidad, son capaces de recordar sus
vidas anteriores, pero cuando lo hacen, nunca presentan una reivindicación pública de ese
poder. Quienes presenten tal reclamo, están sujetos a engañarse a ellos mismos, lo cual
honestamente puede ser divertido, pero aún así, eso no es más que un engaño, una ilusión.

¿Ganaríamos algo por saber quienes fuimos en una encarnación anterior, algo que
pesara más que las desventajas de tener ese conocimiento?

Nuestra vida presente, ¿Tomaría un rumbo diferente si lo hubiéramos sabido? Todavía


habríamos tenido el mismo carácter, la misma memoria colectiva de todas nuestras vidas
anteriores; y si tuvimos el mismo carácter, ¿No hubiéramos finalmente terminado
aproximadamente en el mismo lugar, ya sea que hayamos reconocido nuestras personalidades
pasadas o no?

Evolución y Pérdida de Memoria

El propósito de la vida es avanzar hacia estados superiores del ser, y el método para
lograrlo es ganar experiencia a través de existencias repetidas. Para obtener el mayor de los
beneficios en nuestra existencia actual, se necesita que toda nuestra naturaleza esté libre y sea
ilimitada, para que concentre su atención total en sus obligaciones diarias, lo cual sería
imposible si nuestras mentes estuvieran llenas de toda clase de escombros de memorias
provenientes de las existencias pasadas. La única forma de tomar ventaja total de las
oportunidades ofrecidas por una vida nueva, es comenzar con una mente limpia de esa basura
mental, lo cual es justamente lo que la Naturaleza nos provee al darnos un cuerpo y un
cerebro nuevos.

Por ahora la Personalidad es nuestro vehículo, pero cuando ha cumplido con su


propósito, es desechado como un cascarón vacío. El núcleo está en el carácter y en la parte
permanente del Ego Humano.

Los antiguos griegos, quienes retuvieron algo de la Enseñanza de la Sabiduría, se


dieron cuenta que, antes de que el alma regresara a la tierra para otra encarnación, todas sus
memorias de las existencias anteriores tenían que ser borradas. La idea fue presentada
El Enigma de la Vida – pág. 83

simbólicamente al enseñar que el Alma, en su descenso desde las esferas superiores, y antes
de ingresar al mundo material, tenía que cruzar "el río del olvido" y beber de sus aguas. Eso
borraba las memorias de no solamente las encarnaciones pasadas, sino también las del estado
de ensueños bienaventurados entre encarnaciones y el conocimiento del Alma de su origen
divino. A menos que el olvido se interpusiera, los recuerdos detallados de vidas anteriores
retardarían nuestro progreso, y un ansia vehemente de paz y éxtasis que se experimenta en los
estados superiores del ser, nos convertiría en soñadores despiertos imprácticos, en lugar de
individuos activos comprometidos en brindar esa paz y éxtasis dentro de una vida material,
aquí en la tierra.

El Registro se Guarda en el Ego Superior

Mientras que los recuerdos detallados son borrados de la conciencia del Ego Humano,
un registro perfecto de ellos es conservado en la parte permanente del Ego Superior. Por mirar
dentro de este registro, es lo que vuelve capaz al Ego Humano de obtener la "visión
panorámica" de sus vidas pasadas y futuras, bajo condiciones especiales que prevalecen en la
muerte y justamente antes de nacer.

Es por causa de este registro que el Ego Superior ve que el futuro no es sino el
resultado del pasado, y reconoce la justicia de todo lo que le sobrevendrá a su agente, el Ego
Humano, en su próxima encarnación; y porque el Ego Humano intuitivamente reconoce este
entendimiento superconsciente, es que el ser humano promedio acepta la situación humilde y
frecuente en la vida que le ha sido asignada, la cual parece ser un "Destino Ciego."

¿Por qué no es un hecho extraordinario que la enorme mayoría de los hombres toman
la carga de la vida y la acarrean pacientemente hasta el final, a pesar de la injusticia aparente
que sufre la mayoría de ellos?

Una Prueba Rigurosa Solemne

En el futuro, cuando el Ego Humano se haya convertido en Uno con su Ego Superior,
el registro completo de todas sus vidas pasadas será desenrollado delante de su visión interna.
Los Maestros de Sabiduría, quienes ya pasaron a través de esta experiencia, nos dicen que en
casi todos los casos, esta revisión retrospectiva es tomada con un sentimiento de tristeza y
pesar extremos. Un ser humano común no soportaría la conmoción - le podría ocasionar
locura o muerte, pero es un paso necesario en nuestra evolución, y tarde o temprano, debe ser
tomada por todos.

Nadie que haya pasado a través de este sufrimiento solemne hablaría ligeramente
acerca de recordar encarnaciones pasadas, pero una vez la visión haya sido vista, sería
agradable cerrar la puerta del pasado, y a su vez, abrir la del futuro.

Así, el hecho de que no recordemos nuestras vidas pasadas, no es prueba de que no


hayamos vivido esas vidas; y constituye el arreglo más misericordioso y más conveniente
para que nuestro crecimiento y evolución ocurran libres de estorbos e impedimentos.

¿Por qué Varía la Población de la Tierra?

¿Cómo puede ser explicada la variación en la población de la Tierra, si la Sabiduría


Antigua enseña que es la misma cantidad de almas las que encarnan una y otra vez, y que
El Enigma de la Vida – pág. 84

ninguna alma nueva es "creada," y que ninguna de las viejas es aniquilada? En estas
condiciones, ¿La población de la Tierra no debiera permanecer constante?

El número de almas humanas que ha hecho de esta Tierra su "hogar," es constante;


pero de este enorme número, sólo una pequeña fracción está encarnada en cuerpos físicos, en
cualquier tiempo. La porción más grande existe en los planos internos y espirituales del ser.

Ilustremos la idea: Asumamos que una ciudad con sus límites fijos, tiene una sala
enorme en el centro para sus negocios. La población dentro de los límites de la ciudad está
fija y constante, pero el número de visitantes en la sala varía de tiempo en tiempo; un número
mayor en la sala significa un número menor afuera, y viceversa. De una manera similar, un
aumento o disminución en la población de la Tierra, significa un aumento o disminución
correspondiente en el número de entidades desencarnadas, y la suma total de las entidades
pertenecientes a la Tierra permanece constante.

¿Por qué el Ego debe retornar a esta Tierra? ¿Por qué no va a otro planeta?

Porque el Universo es una "Escuela de Experiencia," y esta Tierra es el "Salón de


Clases" que corresponde más apropiadamente a nuestra etapa de desarrollo. Por lo tanto, es el
lugar más conveniente para nosotros, y es el lugar donde aprenderemos más pronta y
fácilmente.

Debemos pasar a través de todas las experiencias, aprender todas las lecciones en
nuestro sendero hacia la perfección, aquí, en nuestra escuela terrenal; y si aún pudiéramos
escapar a otro planeta o estado de conciencia, tal vez bajo circunstancias menos favorables,
todavía tendríamos que aprender las lecciones en las que fracasamos aquí.

A un muchacho, al regresar de su primer día de escuela, se le preguntó que cómo le


había ido, a lo que respondió: "No muy bien. Tengo que regresar mañana otra vez." Antes de
darnos cuenta de la magnitud de la tarea frente a nosotros, podríamos pensar en la posibilidad
de graduarnos en un solo día, pero así como la madre toma a su hijo para que regrese a la
escuela el día siguiente, donde él está empezando a ponerse al tanto, lo mismo hace Madre
Naturaleza al tomarnos de regreso a la escuela en la cual estamos más al corriente, hasta el
tiempo en que nos graduemos.

Pero todavía existe una razón más por la que nosotros deberíamos regresar
exactamente a esta Tierra, en lugar de ir a otro lugar. Esta Tierra es en donde sembramos
nuestras simientes de pensamientos y hechos en las vidas pasadas; y así como un agricultor
recoge su cosecha en donde él la plantó, también nosotros debemos regresar acá y recoger
nuestra cosecha, en donde la hemos plantado.

¿Cómo encontraremos a nuestros amigos y amados en nuestra próxima vida?

En la misma forma que los encontramos esta vez. Entramos en un círculo familiar que
nos proporcionó padres, y quizá, hermanos y hermanas amorosos; y en nuestra próxima vida,
otra vez estaremos asociados con ellos, tal vez no con la misma relación, sino tan
cercanamente como nuestra atracción mutua lo produzca.

A nuestros amigos, fuera del círculo familiar, los encontraremos en diversas formas,
justamente como lo hemos hecho hasta ahora. A veces oímos, después de encontrar a un
El Enigma de la Vida – pág. 85

extraño, que alguien dice: "Me parece como si hubiera conocido a esa persona toda mi vida."
El extraño puede haberse convertido en alguien con quien tenemos muchos intereses en
común, y tal vez con quien formemos una amistad de por vida. Es un viejo amigo con quien
hemos renovado ese vínculo.

Encontraremos a otros a quienes les seremos antagónicos, y un sentimiento similar


brotará dentro de nosotros para con ellos. Es un viejo contrincante a quien nos encararemos
nuevamente, alguien a quien quizá lo hubimos agraviado, o que nos pudo haber agraviado.
Todas las cuentas deben ser liquidadas; el buen sentido y la armonía deben ser restaurados, no
importa donde hayan sido perturbados, dice la Sabiduría Antigua. Las malas intenciones
deben ser reemplazadas por buena voluntad, porque "el odio no se acaba con más odio, el
odio sólo deja de existir por amor." Debemos tratar de entender a esa persona, y admirar lo
bueno en ella, porque sin duda alguna, lo bueno existe en ella. Y será mejor que iniciemos lo
más pronto posible la tarea, porque ella se nos atravesará en el camino una y otra vez, hasta
que se obtenga comprensión recíproca.

El ciclo alternado de actividad y descanso promueve la evolución del Hombre

Si nuestra evolución requiere tanto tiempo, ¿No sería mejor que permaneciéramos
vivos continuamente, en lugar de morir y renacer?

Ocupamos una tercera parte de cada veinticuatro horas en dormir, y no lo


consideramos un desperdicio de tiempo, porque reconocemos los beneficios que nos provee
esta interrupción en nuestras actividades físicas. Lo que nos parece una tarea insuperable
cuando estamos agotados después de un día de trabajo, puede fácilmente ser llevado a cabo
después de una noche de sueño reparador. Un problema que no pudimos resolver con un
cerebro cansado y sin fuerzas, puede fácilmente ceder a un nuevo ataque en la mañana
siguiente. Si intentamos mantenernos activos las veinticuatro horas, día tras día, gradualmente
ejecutaríamos menos y menos trabajo, hasta obtener finalmente un colapso físico y nervioso.

En una escala mucho mayor sucede lo mismo, el cuerpo sufre desgaste y la conciencia
se fatiga. Se debe descansar y refrescarse por uno mismo, tal y como lo hace la Naturaleza
con su disposición sabia de días y noches, lo que prácticamente nos obliga, para nuestro
beneficio y protección, a tomar un descanso diario. Así también y por la misma razón, la
Naturaleza nos impone a tomar un descanso mayor de muerte, durante el cual se renueva la
vitalidad al permanecer en planos internos y espirituales.

Y existen otros beneficios que se vuelven posibles mediante esas interrupciones y


reanudaciones cíclicas en nuestra existencia física.

No podemos usar el mismo traje desde la infancia hasta la vejez: o se desgasta o ya no


se ajustaría a nuestro crecimiento físico. El traje que se ajusta a un niño, no le asentaría bien a
un adulto y le estorbaría, limitándole en sus acciones. El adulto debe tener un traje adecuado
que se ajuste a su talla y que esté diseñado de acuerdo a sus actividades.

Además, un individuo puede crecer más que su medioambiente, y el método de la


Naturaleza de "darle un nuevo traje," o de ubicarlo en una serie nueva de circunstancias, es la
reencarnación.
El Enigma de la Vida – pág. 86

Una existencia continua, con pequeños cambios graduales, no daría la misma


oportunidad para el perfeccionamiento, como lo hace un cambio completo. Cuando una casa
se vuelve anticuada, las reparaciones de aquí y allá no producirán una vivienda moderna. Se
requiere la demolición de la estructura vieja, y al usar algo del material viejo y algunos
nuevos, se puede reconstruirla como nueva y con mejor diseño.

La Naturaleza constantemente repite sus procesos. Los árboles y las plantas tienen su
actividad de temporada en la primavera y el verano, y su período de descanso en el otoño y el
invierno. Esta ruptura de continuidad es un beneficio, no solamente para los árboles y plantas,
sino también para el agricultor, quien puede haber descuidado el control de la maleza en sus
campos. Cuando la helada del invierno viene, la maleza es eliminada. Al seguir la primavera,
el agricultor tiene la nueva oportunidad de cuidar por sus cosechas, y de desarraigar la maleza,
cuando ella está tierna y blanda.

Los seres humanos somos parte de la Naturaleza y estamos sujetos a sus leyes.
También sabemos lo difícil que es desarraigar o superar un hábito, o un defecto al que se le ha
permitido crecer a lo largo de una vida. También sabemos la ventaja que representa si el
trabajo de formar buenos hábitos y moldear caracteres nobles, se comienza en la niñez o en el
inicio de la juventud.

La Naturaleza nos ofrece esta oportunidad de tener un nuevo comienzo con cada
nuevo nacimiento en la existencia física.

Períodos Desproporcionados de Tiempo

¿Por qué es el período entre encarnaciones tan largo si se compara al período de la


existencia encarnada?

Los seres humanos formamos parte de algo mucho más grandioso del que seamos
humanos solamente. El Ego Humano, durante el intervalo entre vidas terrestres, o
experimenta sus sueños post-mortem bienaventurados, o está descansando en forma
inconsciente esperando por su próxima encarnación, mientras que la parte superior de nuestra
naturaleza está procediendo de acuerdo a su propia evolución, en esferas mucho más altas de
donde el Ego Humano mora. Los períodos de tiempo que se requieren para esas experiencias,
son proporcionalmente mucho más largos que los de la existencia encarnada; así como
también, los principios superiores dentro de nosotros son más grandiosos que nuestra
conciencia humana.

Por lo tanto, el tiempo de nuestra existencia encarnada, es solamente una fracción de


un ciclo grandioso, un intermedio periódico entre dos períodos mucho más largos, en los
cuales el Rayo está activo en los planos espirituales.

Así como "el tiempo de día para el cuerpo es tiempo de noche para el alma," así
mismo el Dios Interno está privado de su libertad de acción durante la existencia encarnada.
Pero la muerte rompe el vínculo con la parte inferior de la constitución humana, y esto libera
los principios superiores para regresar a sus planos respectivos de origen. Y así como "el
tiempo de noche para el cuerpo es tiempo de día para el alma," así mismo los principios
superiores se vuelven completamente activos en sus propios planos, y comienza para ellos su
existencia verdadera. Estas actividades son las que requieren tales períodos inmensos de
El Enigma de la Vida – pág. 87

tiempo, lo que hace que la duración de las actividades de la existencia encarnada parezca tan
insignificante, si se comparan entre sí.

¿Por Qué el Dios Interior Desciende a los Planos Inferiores del Ser?

Si el Dios interior del hombre tiene su existencia verdadera en los planos espirituales,
¿Por qué tiene conexión con el plano material?

Porque la Naturaleza, la visible y la invisible, es un organismo enorme con entidades


interdependientes, en el cual todas las unidades de vida se ayudan mutuamente en su
evolución. Las más altamente evolucionadas ayudan a las menos evolucionadas, lo cual al
mismo tiempo, promueve sus propias evoluciones. De esta manera, el Dios Interno del
hombre, su Padre en los Cielos, está constantemente buscando ayudar y alzar a su "hijo," el
ser humano, al irradiar su influencia espiritual dentro de la conciencia del hombre.

Durante la vida encarnada, el Dios Interno voluntariamente limita su propia libertad, y


"reduce" su grado de participación en el plano en el cual el Ego Humano funciona. Es como
una acción retardada en el medio de una película en la que todas las acciones se desarrollan
rápidamente. El menos evolucionado entre los Egos Humanos es capaz de utilizar esa pizca de
acción retardada. Es durante ese tiempo en el cual todo Ego Humano tiene la oportunidad de
avanzar.

Pero en ese mismo tiempo en el cual el Ego Humano se beneficia, el Dios Interno
también gana experiencia, la que no podría obtener en otra forma. Es como la relación entre
padres e hijos. El hijo se beneficia de la ayuda que recibe, pero, desconocido para él, también
les da lecciones a sus padres, las cuales ellos no podrían obtener en otra forma. Ellos tienen
que ceder mucha de su libertad, y en cierta forma, se autosacrifican por la protección y el
bienestar de sus hijos. Esto, a su vez, brinda solidaridad, comprensión, piedad, lo cual
promueve la evolución del lado espiritual de su naturaleza.

Platino (205-270 D.C.), el filósofo grandioso de la escuela neoplatónica, en una


descripción maravillosa, nos da la razón por la cual el alma desciende dentro de la materia, y
los beneficios que de allí recibe, y demuestra que el alma debe experimentar vida material,
para apreciar verdaderamente su existencia espiritual.

La exposición de Platino está citada a continuación. La interpretación del autor, para


ciertos términos usados en la descripción, está escrita dentro de paréntesis.

El alma, aunque de origen divino, y procedente de la región de lo alto, se vuelve


mezcla dentro del receptáculo obscuro del cuerpo físico, y siendo de manera natural un dios
posterior [un dios en formación], desciende al mundo material mediante cierta inclinación
voluntaria, en consideración a la capacidad y a los asuntos ornamentales inferiores [para
agregar significado y dignidad a la vida material] Al hacer esto, el alma recibe el
conocimiento de sus poderes latentes, para poder manifestar una variedad de operaciones,
característica de su naturaleza, lo cual por morar perpetuamente en un hábito no corpóreo [un
estado sin cuerpo físico], y que nunca se había desarrollado hacia el interior de la energía [uso
activo de poderes latentes], habría sido otorgado en vano. . . . Mediante una abundancia de
deseo, el alma se sumerge profundamente en la materia, y totalmente ya no mora más con el
alma universal. Sin embargo, nuestras almas son capaces, por turno, de levantarse desde aquí,
acarreando con ellas una experiencia de lo que han aprendido y sufrido en sus estados caídos
El Enigma de la Vida – pág. 88

[mientras corporificadas]; y por lo cual ellas descubrirán cuán bendito es continuar en el


mundo inteligente [espiritual], y que por comparación de contrarios, sencillamente percibirán
la excelencia de un estado superior. Porque la experiencia de la maldad produce un
conocimiento más claro de la bondad. Esto se lleva a cabo en nuestras almas de acuerdo al
correr del tiempo [encarnaciones cíclicas], en el cual una conversión ocurre desde una
naturaleza menos importante hacia las más exaltadas [el humano evoluciona para volverse
divino].

El Simbolismo de la Crucifixión

El período de encarnación, mientras el Dios Interno está vinculado e ilumina a las


partes intermedia e inferior del ser humano, es en cierto sentido, la "crucifixión" del Dios
Interno en la "cruz de la materia," y esto es lo que ha dado base a la historia de la crucifixión
de Cristo.

Es esa historia, la cual debe tomarse simbólicamente y no en forma literal, el cuerpo


humano y el Ego Personal es "la cruz de la materia," la "carga" que voluntariamente el Dios
Interno ha tomado para acarreársela sobre sí, y a la cual está "clavado" durante el período de
la encarnación.

Dentro de ese simbolismo, de los dos ladrones crucificados con Cristo, el arrepentido,
a quien Cristo se le cita diciéndole: ". . . hoy estarás conmigo en el Paraíso," (Lucas 23:43),
representa la parte del Ego Humano que durante la vida ha aspirado subir. Es el aspecto
superior del Ego Humano, el cual, después de la segunda muerte, ingresa en el estado de
ensueño post-mortem bienaventurado. Las tendencias empedernidas de la naturaleza inferior
del Hombre están representadas por el otro ladrón.

Casos Especiales

Un Recuerdo Verdadero de una Vida Anterior

Un individuo común no puede, en condiciones normales, recordar sus vidas pasadas


por razones que ya fueron explicadas. Son muy pocas las excepciones auténticas a esta regla,
pero de vez en cuando oímos de alguien que recuerda detalles de una vida pasada, los cuales
están sujetos a revisión.

Uno de tales casos fue reportado en la sección "American Weekly," del Examiner de
San Francisco, diciembre 01, 1937. El reporte, que está documentado con fotografías y cubre
más de dos páginas tamaño periódico, fue suministrado por un comité de tres prominentes
ciudadanos de Delhi, India, quienes investigaron el caso. El jefe del comité fue el director
administrativo del periódico principal de Delhi. Con él, sirvió un dirigente del Partido
Congreso Nacional de la India, y socio cercano de Mohandas Gandi, también uno de los
abogados principales de Delhi.

El comité tomó todo el cuidado necesario para revisar toda la guía de datos que fue
suministrada. De ese reporte, el cual es muy completo con nombres, direcciones y fechas, nos
enteramos que una niña de Delhi, de once años de edad al tiempo del reporte, empezó a hablar
a sus padres, a la edad de cuatro años, acerca de cosas que ella recordaba de su vida anterior,
la cual ella decía, fue vivida en Muttra, una ciudad a 144 Km de Delhi.
El Enigma de la Vida – pág. 89

Ella dijo que cuando se volvió mayor de edad, había estado casada en Muttra, dio el
nombre de su esposo, y que él fue un tendero de ropa. Ella dijo que su cuerpo anterior había
muerto a los veintitrés años de edad, un año antes que ella, la niña de once años entonces,
naciera. En su vida anterior, ella tuvo una hija y un hijo. Ella dio la dirección de la tienda
anterior, describió detalles de la casa, como también de un templo en el vecindario, y las
calles y avenidas que conducían a su hogar anterior. Ella dijo que había un pozo en una
esquina del patio, y que en un cuarto ella había escondido dinero bajo el piso.

El esposo anterior fue localizado por correspondencia y verificó la información dada


como substancialmente correcta. Más tarde, el esposo con el hijo - el hijo de la mujer
fallecida, cuya alma estaba, en ese tiempo, corporificado en la niña de once años de edad -
viajaron a Delhi para reunirse con la niña, quien inmediatamente reconoció a su esposo
anterior. Preguntas que sólo la esposa anterior podría haber contestado, le fueron hechas por
el esposo, y fueron contestadas correctamente. El hombre se tornó completamente convencido
de que fue la misma alma, como la de su primera esposa, con quien él había hablado.

Un hombre, a quien ella no había visto antes, vino a visitarla y a preguntarle si ella lo
conocía. Ella contestó correctamente que él era el primo menor de su esposo anterior.

Entonces, el comité condujo a la niña por tren a la ciudad de Muttra, su ciudad natal
anterior.

Bajando del tren, ella reconoció inmediatamente a un hermano mayor de su esposo


anterior, en un pequeño gentío en la plataforma de la estación.

Al dejar la estación del tren, ella fue ubicada en el asiento delantero de un carruaje, y
se le pidió que dirigiera al conductor hasta su casa vieja. Ella le mostró la vía sin ninguna
dificultad, y comentó que anteriormente la calle no había estado alquitranada, reconoció
edificios a lo largo de la ruta y contestó correctamente a las preguntas relativas a ellos, señaló
edificios nuevos, y finalmente pidió parar el carruaje en un callejón en donde la casa vieja
estaba ubicada. La casa había sido pintada con colores diferentes, pero ella la localizó sin
mucha dificultad. Ella señaló el cuarto donde ella vivió y demostró que le eran muy conocidos
cada rincón y esquina de la casa.

Ella pidió que se le llevara a su otra casa (ella había vivido en dos lugares) Ella dirigió
al grupo hasta allá, y más tarde, reconoció su segunda casa, también sin ninguna dificultad.
Era allí donde ella había escondido el dinero y en donde el pozo estaba supuesto a estar
localizado.

Este es el lugar, dijo, donde había vivido la mayor parte de su vida anterior, y entró en
la casa como si todavía fuera su dueña.

Se le pidió que señalara el pozo del cual acostumbraba contar en Delhi, e


inmediatamente corrió al pequeño patio de la casa y se perturbó mucho al no encontrar el
pozo allí, pero señalando hacia una esquina, dijo con certeza: "El pozo estaba allí." El
remover una lápida mostró el pozo, que había sido sellado algunos años antes.

Cuando se le preguntó de su tan conocido tesoro, ella llevó al grupo a su cuarto


anterior, y señalando hacia un sitio en una esquina, dijo que el dinero estaba escondido debajo
de ese sitio. El piso fue abierto, y un receptáculo para guardar valores bajo tierra fue
El Enigma de la Vida – pág. 90

localizado, pero no había dinero. La niña insistió que el dinero debía estar allí, pero no se le
pudo encontrar. Después fue averiguado que el dinero había sido sacado por su marido
anterior, después de su muerte.

Mientras estuvo en Delhi, ella tuvo muy pocos recuerdos de sus padres en su vida
previa, pero cuando se le condujo a la casa de sus "padres" en una calle vecina en Muttra, ella
no solamente reconoció la casa, sino también pudo reconocer a sus viejos "padre" y "madre,"
en un grupo de más de cincuenta personas.

Su hijo de su vida previa, cuyo nacimiento fue la causa indirecta de su muerte, era
entonces de doce años de edad, un año mayor que ella; aún así, ella expresó amor maternal
por él. Ella sintió vínculos de relación más fuertes con su hijo y su marido anterior que con
los miembros de su nueva familia, y se le partió el corazón cuando tuvo que dejar el lugar
para regresar a Delhi.

El reporte finaliza con una declaración jurada por el primo del marido anterior. El
reporte tiene grabado una serie de preguntas hechas por el primo y las respuestas de ella.
Como resultado de esta entrevista, el primo se convenció de que la niña era de su propia
parentela, "ahora personificada en otro cuerpo físico."

En este caso entonces, el cual está bien autenticado como cualquier investigador serio
pudiera esperar, se habla de un alma, un Ego, que recuerda su vida pasada dando prueba de
ello. El caso es anormal, porque la reencarnación ocurrió casi inmediatamente después de la
muerte. Si hubiera sido normal, habría habido un intervalo de cientos o millares de años entre
las encarnaciones, y nunca habríamos oído de ello, porque recuerdos no detallados podrían
haber salvado la brecha. Es debido a su anormalidad que este caso puede servir como una
demostración visible externa, de que la reencarnación es una realidad.

¿Qué causó esta anormalidad?

El por qué le sucedió dicha anormalidad justamente a esta alma, puede ser mejor
entendido después de estudiar el Capítulo VIII, "Karma."

Cómo sucedió, es difícil de explicar. Posiblemente un fuerte apego insólito a sus


amados, unido al hecho de que su vida fue rota prematuramente, fue suficiente para superar la
tendencia natural para deslizarse dentro del estado normal post-mortem, y reencarnar
nuevamente. Podría haber material para explicar el traspaso de memoria, por el hecho que el
cuerpo modelo y las energías psicológicas de naturaleza personal, no tuvieron tiempo para
esparcirse completamente. Sólo se puede especular. Se requiere la intuición y sabiduría de un
Maestro para conseguir una explicación satisfactoria.

Es un caso triste y muy desafortunado para el alma que debe experimentarlo, porque
esa alma se encontraría a sí misma ubicada entre intereses y responsabilidades conflictivas,
las cuales ejercerían sus tensiones en direcciones diferentes. Ello demuestra las
complicaciones que pueden surgir, a la vez que nos deja perplejos si todos nosotros fuésemos
capaces de recordar nuestras vidas pasadas, así como también nos muestra cuán afortunados
somos por no ser capaces de lo último.

Los Adeptos saben por experiencia


El Enigma de la Vida – pág. 91

Para aquellos quienes han tenido éxito en levantar su Ego Humano dentro de una
Unión consciente con su Ego Superior, la reencarnación no es solamente una hipótesis cierta,
sino también un hecho demostrado, porque ellos han atravesado esa experiencia en posesión
total de sus conciencias ya sublimadas.

La Señora H. P. Blavatsky y sus sucesores en sus enseñanzas de este tema, nos han
dejado disponible varias obras teosóficas para poder ahondar profundamente en ello.

El investigador que desee profundizar su estudio en este tema, puede hacerlo al


consultar los Capítulos "Reimbodiment as Taught through the Ages" y "How Man is Born and
Reborn," del libro The Esoteric Tradition, por G. de Purucker.

Transmigración Incomprendida, pero Fiel

Mala Información Popular sobre el Tema

Una razón por la cual la doctrina de la reencarnación ha encontrado tanta oposición, es


el hecho de que la mala información dice que la reencarnación significa el renacimiento de un
alma humana dentro del cuerpo físico de un animal.

Este concepto erróneo popular, el cual ha existido por edades, es muy general, y tiene
como resultado mucha crítica injustificada y mucha ridiculez dirigida en contra de la
enseñanza auténtica. De esta forma, es común, cuando se menciona la palabra reencarnación,
oír que alguien estalla en un estruendo de carcajadas y exclamar: "No quiero regresar a la vida
para ser un gato." La broma, que parece ser tan divertida, se basa en la ignorancia de la crítica
y no tiene aplicación a las enseñanzas de la Sabiduría Antigua sobre este tema. Esas
enseñanzas, definitivamente afirman que, una vez la Mónada ha evolucionado hasta la etapa
humana, no puede corporificarse en algo que sea subhumano. Lo menor no puede contener a
lo mayor, y un cerebro animal con su mentalidad, es incapaz de acomodar a una conciencia
humana, así como una botella es incapaz de alojar un galón de líquido. Además, la marcha de
la evolución es hacia adelante y hacia arriba, y no habría estímulo para la Mónada bajar a un
nivel inferior, aún si pudiera hacerlo.

Otro factor que ha contribuido al concepto erróneo de este tema, es la confusión que
existe respecto a los términos que se usan para darle significado al renacer de un alma
humana.

El Dr. G. de Purucker dice, en su The Esoteric Tradition (página 594), que hay
diferentes aspectos de la doctrina general de la Adopción de Cuerpos Nuevos, designada por
los siguientes términos:

Preexistencia
Renacimiento
Palingenesia
Transmigración
Metempsicosis
Reencarnación
Metensomatosis
El Enigma de la Vida – pág. 92

Cada una de ellas tiene un significado específico, pero las enciclopedias y diccionarios
las tratan, más o menos, como sinónimos, y generalmente las asocian a todas, con la idea de
renacer dentro de cuerpos físicos de animales.

De esos términos, reencarnación es relativamente nuevo, y ha sido grandemente


popularizado a través de las obras de la Señora H. P. Blavatsky y sus seguidores en el siglo
diecinueve. Los términos comunes en la literatura primitiva son preexistencia, metempsicosis
y transmigración.

Como ya se explicó, el término reencarnación se refiere a la toma de cuerpo en


vehículos de carne. Por lo tanto, el término se aplica correctamente a la adopción de cuerpo
nuevo del Ego Humano en cuerpos físicos humanos, pero nunca debe interpretarse que
signifique el renacer de Egos Humanos en cuerpos de animales.

Enseñanzas Exotéricas y Esotéricas

Hasta este punto, la pregunta surge naturalmente: ¿Cómo pudo presentarse esa idea
errónea y volverse tan difundida, si es lo contrario a la enseñanza de la Sabiduría Antigua en
ese tema?

Existen muchos factores que se han combinado para producir ese resultado. Quizá el
más importante sea el método doble de enseñar, usado por los antiguos, el cual es esbozado
como sigue:

La Sabiduría Antigua contiene muchas enseñanzas respecto a las fuerzas ocultas de la


Naturaleza, las cuales, si se usan con un propósito egoísta, podrían ocasionar un daño
incalculable. Por esta razón, habría sido peligroso dar todas las enseñanzas abiertamente y a
cualquiera. Las enseñanzas ocultas y más profundas fueron dadas solamente a aquellos,
quienes después de años de entrenamiento y muchas pruebas severas, habían sido encontrados
honrados, y quienes tenían la educación necesaria para entenderla. Aquellos que recibían esas
enseñanzas tenían que comprometerse por ellos mismos a guardar el secreto; y es, por lo
tanto, un pequeño milagro que solamente fragmentos de esas enseñanzas haya sobrevivido
hasta ahora.

Pero las masas, quienes eran incapaces o estaban indispuestos a pasar las pruebas
requeridas, o quienes eran incompetentes de comprender las enseñanzas más profundas,
también necesitaban ilustración y algo para guiar sus pasos. Para su beneficio, las enseñanzas
ocultas fueron insinuadas en fábulas o parábolas, o presentadas en una forma velada como
ejecuciones dramáticas, en las cuales las ideas fueron representadas por personas, y las
cualidades de naturaleza humana, simbolizadas por varios animales.

Este método doble de enseñanza fue general entre los antiguos. Fue usado en los
Templos y Escuelas de Misterio, por Pitágoras, Platón y todos los grandes maestros. Que
Jesús lo usó, lo sabemos por su cita cuando les dijo a Sus discípulos: ". . . a vosotros os he
dado a conocer los misterios del Reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que
viendo no vean, y oyendo no entiendan" (Lucas 8.10).

La Qabbalah o Cábala es la doctrina secreta de los judíos. En su libro principal, el


Zohar, encontramos una declaración estableciendo que "el hombre que entienda la Biblia
hebrea en su significado literal, es un tonto" (citado en The Esoteric Tradition, página 62).
El Enigma de la Vida – pág. 93

Maimónides, uno de los más grandes rabíes judíos de la Edad Media, escribió: "Nunca
debemos tomar literalmente lo que está escrito en el libro de la creación . . . Si se toma
literalmente, esa obra contiene las ideas más absurdas y remotas de lo Divino" (citado en The
Esoteric Tradition, página 62).

Orígenes, el sabio alejandrino y padre de la iglesia, quien vivió durante los siglos II y
III D.C., escribió:

En Egipto, los filósofos tienen una Sabiduría de lo más noble y secreto acerca de la
naturaleza de lo Divino, y esa Sabiduría es revelada a la gente sólo bajo la cubierta de
alegorías y fábulas . . . Todas las naciones del Oriente - los persas, los hindúes, los sirios -
esconden misterios secretos bajo la cubierta de fábulas y alegorías religiosas; el sabio
verdadero (el iniciado) de todas las naciones entiende el significado de ellas; pero las
multitudes no instruidas ven solamente los símbolos y las cubiertas." - Contra Celsum, Bk. I
Cap. XII, citado en The Esoteric Tradition, páginas 61-2

Fabre d'Olivet (1768-1825), el sabio francés y autor de Examinations of the Golden


Verses of Pythagoras, escribe (página 275):

Es bien sabido que todos los hombres eminentes, tanto los antiguos como los actuales,
todos los eruditos recomendables por sus obras o enseñanzas, están de acuerdo con respecto a
que los preceptos de Pitágoras son simbólicos, esto es, que su contenido es figurado, que
tienen un significado muy diferente del que parecen ofrecer literalmente. Fue la costumbre de
los sacerdotes egipcios, de quienes él se había empapado, esconder sus doctrinas debajo de
una cubierta exterior de parábolas y alegorías.

El señor d'Olivet da muchas referencias para establecer esa afirmación.

Este método doble de enseñanza, unido al hecho de que el significado interno


escondido ha sido extraviado, mientras la cubierta exterior, los símbolos y fábulas han
permanecido, es lo que le ha dado origen a los conceptos erróneos tan popularmente
difundidos de la transmigración, metempsicosis y la reencarnación.

Las Más Altas Autoridades Rechazan la Transmigración en Animales

Sin embargo, tenemos evidencia de que aquellos que conocieron las enseñanzas
verdaderas, rechazaron el concepto erróneo de que el alma humana alguna vez haya emigrado
a través de los reinos inferiores de la Naturaleza, como lo veremos en las siguientes citas
tomadas de obras de algunos de los más grandes guías del pensamiento de la antigüedad.

Uno de ellos fue Pitágoras. Él viajó a Egipto, Caldea, Persia e India, y fue Iniciado en
los Templos y Escuelas de Misterios de esos países. Fue reformador del Orfeísmo, un culto
griego primitivo.

Pitágoras fundó una Escuela en Cretona, Italia, donde ofreció sus enseñanzas secretas
a candidatos especialmente entrenados y abnegados. Platón fue estudiante de esta escuela, y le
da crédito a Pitágoras por lo mejor de sus doctrinas. Los sistemas de enseñanzas, Gnóstico,
Estoico y Neoplatónico, fueron todos influenciados por las enseñanzas de Pitágoras y su
seguidor, Platón.
El Enigma de la Vida – pág. 94

Los neoplatónicos, de acuerdo a G. De Purucker en sus Fundamentals of the Esoteric


Philosophy, página 56, enseñaron, más o menos, abiertamente lo que habían sido las
enseñanzas secretas de Pitágoras y Platón. Uno de los neoplatónicos, Heráclides del Ponto
(410-476 D.C.), quien poseyó una tan alta reputación por su carácter y aprendizaje, a tal grado
que fue reconocido como un segundo Platón, es el autor de un Comentario sobre "The Golden
Verses of Pythagoras," el cual ha sido preservado hasta nuestros días.

En sus observaciones finales de ese Comentario, Heráclides del Ponto, escribe: "Este
es el Comentario que pensamos que corresponde exactamente a los Versos de Oro; y que
puede llamársele Resumen de la Doctrina de Pitágoras, no es muy extenso ni tampoco muy
breve (citado de The Commentaries of Hierocles on the Golden Verses of Pythagoras in
Dacier's Life of Pythagoras, with his Symbols and Golden Verses, together with the Life of
Hierocles and his Commentaries upon the Verses, London, 1707, p. 388).

Ese Comentario es la fuente de la mayoría de nuestro conocimiento sobre la filosofía


pitagórica.

Al comentar los versos LII y LIII, y refiriéndose a las experiencias del alma después
de la muerte, e incluyendo la idea de transmigración en animales, Heráclides escribe:

Si mediante vergonzosa ignorancia de la inmortalidad perteneciente a nuestra alma, un


hombre pudiera convencerse por sí mismo de que su alma muere con el cuerpo, él espera . . .
lo que nunca puede suceder; de la misma manera, quien espera que después de su muerte será
puesto en el cuerpo de una bestia, y convertirse en un animal sin raciocinio por causa de sus
vicios; o en una planta por causa de su torpeza y estupidez - tal hombre, lo digo yo, actúa
completamente al contrario de quienes transforman la esencia del hombre en un ser de calidad
superior; y que se precipita dentro de un ser de substancia inferior, está infinitamente
engañado, y absolutamente ignorante de la forma esencial de nuestra alma, la cual no puede
cambiar, porque es un hombre y continuará siéndolo; es solamente un dicho el convertirse en
Dios o en bestia, por virtud o por vicios, porque por su naturaleza no puede ser ni lo uno ni lo
otro, sino sólo por su semejanza podría ser lo uno o lo otro. - Ibid., páginas 334f

¿No dice esto, primero, que el alma sobrevive a la muerte, y después, que la
transmigración en animales sería un cambio completo de la corriente de la evolución, al
mandar hacia atrás al alma dentro de algo inferior, en lugar de enviarla a lo superior, lo cual
es contrario a la enseñanza verdadera? ¿No dice que, cuando el hombre es llamado "dios" o
"bestia," es en sentido figurado, lo cual sólo el ignorante lo tomaría en sentido literal?

Si nos volvemos a las enseñanzas del Antiguo Egipto, encontraremos que también
ellos rechazaron el concepto erróneo popular de la transmigración en animales.

En el Capítulo X de The Pymander, uno de los libros herméticos, Hermes le informa a


sus discípulos del castigo que le acontecerá a las almas impías después de la muerte.
Hablando de las quejas y lamentaciones del alma en su sufrimiento, Hermes dice: "Estas son
las voces del alma al ser castigada, no como muchos suponen . . . de que un alma que sale del
cuerpo se convierte en una bestia salvaje, lo cual es un error grandísimo (citado de The
Theological and Philosophical works of Hermes Trismegistus, Part I, Poemandres
(Pymander), X.20, by John David Chambers, of Oriel College, Oxford, Edinburgh, 1882,
página 65).
El Enigma de la Vida – pág. 95

En otro párrafo del mismo capítulo, Hermes le dice a su discípulo que:

. . . el alma impía en su esencia propia y característica, se impone un autocastigo


mediante sus esfuerzos para poder entrar en otro cuerpo terrestre, en un ser humano. Porque
ninguna otra clase de cuerpo puede ser la morada de un alma humana, la que nunca puede
descender dentro del esqueleto de un animal irracional. Las leyes divinas preservan al alma
humana de tal injusticia. — Louis Ménard, Hèrmes Trismégiste I.x, citado en Walker's
Reincarnation, página 333 (La misma cita se encuentra en The Pymander by J. D. Chambers,
página 63)

En la India, como en cualquier otro lugar, encontramos el mismo concepto erróneo


popular respecto a la transmigración, como en cualquier otro lugar. Que no es aceptado
literalmente por quienes conocen, es visto a través de la afirmación de un Brahmán a E. D.
Walker, autor de Reincarnation, a Study of Forgotten Truth. El Brahmán dice (página 270):

Todo el problema de los renacimientos yace en el entendimiento correcto de lo que


nace nuevamente . . . La característica esencial de la humanidad, en ninguna manera puede
existir en forma animal, porque si así fuera, no pudiese ser esencial para la humanidad . . . Se
debe insistir que el ego humano verdadero, en ningún sentido, emigra de un cuerpo humano a
un cuerpo animal, aunque los principios que yacen bajo el plano de la autoconciencia puedan
hacerlo. Y es en este único principio que la transmigración es aceptada por la Ciencia
Esotérica.

Orígenes, el grandioso Padre Cristiano del tercer siglo, aceptó la doctrina de la


reencarnación, pero rechazó la transmigración en animales. En su obra On First Principles,
Bk. I, Capítulo VIII, Sec. 4, él escribe:

De ningún modo pensamos que esas opiniones tengan que ser admitidas, aunque
algunas, innecesariamente, suelen avanzar y mantenerse; por ejemplo, que las almas
desciendan a tal extremo de degradación que olviden su naturaleza racional y dignidad, y se
hundan en la condición de animales irracionales, grandes o pequeños . . . Todas esas
declaraciones no solamente no las recibimos, sino que son contrarias a nuestra fe, y las
refutamos y rechazamos. - Citado de The Esoteric Tradition, II, página 629

Así, tenemos declaraciones de las más altas autoridades, todas ellas rechazando la idea
de que el alma humana emigre hacia los Reinos inferiores de la Naturaleza.

Otros Factores Erróneos

Además del método doble de enseñanza, otros factores pueden haber contribuido al
concepto erróneo respecto a la transmigración. Uno de ellos es el hecho de que el cuerpo
humano es un cuerpo animal - más altamente evolucionado que los demás cuerpos animales,
pero animal, a pesar de todo. En este sentido, sí es cierto que cuando renacemos, tomamos un
cuerpo animal. Pero sería mejor decir que tomamos un cuerpo animal humano, pero si el
adjetivo humano es omitido, es fácil ver como alguien, quien esté sólo superficialmente
informado sobre la materia, podría interpretar mal el renacimiento de un hombre en un cuerpo
animal humano, como el renacimiento de ese hombre en el cuerpo de algún animal inferior.
Agreguémosle a esto, el hecho de que cuando un hombre lleva una vida sensual, y cede a la
glotonería o a otros apetitos viles, puede ser ciertamente dicho que él vive en la parte animal
de su naturaleza; así sí él se convierte en animal, su propio animal, y encontramos que hay
El Enigma de la Vida – pág. 96

material extenso para mal entender la enseñanza verdadera. Esto es a lo que Heráclides se
refiere en la última parte de la cita que se mencionó anteriormente.

El Simbolismo de la Esfinge

Los registros de la enseñanza egipcia antigua que nos ha sido transmitida, parecen
indicar que los egipcios creyeron en la transmigración del alma en animales (vea la cita de
Herodoto en H. P. Blavatsky"s Theosophical Glossary, s.v. "Pre-Existence") Sin embargo,
esos mismos egipcios, evidentemente anticipándose al concepto erróneo que podría alzarse
sobre este aspecto en el futuro, nos dejaron un registro, escrito en piedra, de lo que
exactamente ellos sí querían decir por "transmigración animal." Sus iniciado y filósofos,
artistas y escultores dejaron para la posteridad la Esfinge, una estatua inmensa con una cabeza
humana soportada por el cuerpo de un león yaciente. En su cara existe la expresión más
maravillosa de serenidad y calma, y sus ojos parecen estar dirigidos hacia alguna escena
distante, como si su propietario estuviese enfrascado en contemplación de algo mucho más
allá de esta tierra.

¿Podría existir una manera más elocuente de ilustrar la idea de que el hombre es un ser
compuesto - conciencia e inteligencia temporalmente alojados en un cuerpo animal, el cual,
por esa vez, es el vehículo de la conciencia durante su permanencia en el mundo material?

Una estatua con una cabeza humana en un cuerpo humano no habría dejado ninguna
lección, pero una cabeza humana en el cuerpo de un león reclamó la atención de la dualidad
de la naturaleza del hombre, y por mostrar el cuerpo en reposo, ellos simbolizaron que,
cuando el cuerpo del hombre, con sus sensaciones y apetitos, está bajo control y en reposo, la
conciencia, aún cuando está en este mundo, es libre para alzarse en contemplación hacia otros
planos superiores del ser.

La idea de ilustrar la dualidad de la naturaleza del hombre mediante el símbolo de una


cabeza humana sobrepuesta en un cuerpo animal, no fue única para Egipto. Los asirios
antiguos usaron exactamente el mismo método de enseñanza, pero utilizaron el cuerpo de un
toro en lugar de la de un león. Los asirios agregaron un rasgo extra, al hacer con alas al toro,
para acentuar todavía más allá que la conciencia humana no está orientada terrenalmente, sino
que puede alzarse hacia planos superiores de conciencia, aún cuando esté corporificada.

Los antiguos no necesitaron protegerse de sus contemporáneos equivocando el


simbolismo, porque ellos fueron lo suficientemente inteligentes para saber que ninguna
criatura, como la Esfinge o el toro con alas, existía. Además, ¿No se debería suponer que
cuando los antiguos hablan de hombres como encarnando en cuerpos de animales, ellos
quieren decir encarnación de cuerpos humanos con propensiones animales?

La Enseñanza Pre-Escolar es para Mentes de Párvulos

Otro factor que puede haber contribuido al mal entendimiento general en este tema, es
que debido a la mentalidad no desarrollada de las masas, fue imposible explicarles el
funcionamiento intrincado de la Ley de Causa y Efecto, en donde las causas sembradas en una
vida, producen sus efectos en una futura encarnación. Sin embargo, esas masas necesitaron
alguna enseñanza que infundiera respeto por la virtud y promoviera autocontrol. Además, fue
necesario despertar solidaridad y piedad hacia las formas inferiores de vida. La enseñanza de
que el alma humana, después de una vida de maldad pudiera habitar el cuerpo de algún
El Enigma de la Vida – pág. 97

animal, fue una simplificación conveniente que pudo ser usada para ese propósito. Y eso lo
hace entendible, porque quienes sabían, usaron mejor eso como una amenaza, para mantener
"detrás de la línea" a los otros que no pudieron ser alcanzados mediante las facultades
superiores no desarrolladas de sus naturalezas inmaduras. Fue usada como "una enseñanza
pre-escolar" para "mentes de párvulos."

¿Es que no se usa un método similar cuando se trata de enseñar el peligro de jugar con
cerillos a los niños de tres y cuatro años de edad? Es imposible de explicarle al niño, mediante
hablarles, acerca del peligro que el niño todavía no ha experimentado; y así, le hacemos
pensar en alguna imagen aterradora, y tal vez decirle que "los duendes te cazarán," o algo
similar que pueda hacer impresión en la mente del niño. Es un recurso temporal que se usa
para proteger al niño, pero debiera seguirse con una explicación verdadera tan pronto como el
niño sea capaz de entender. Es una verdad enseñada en forma de fábula. El peligro es real,
pero su descripción es simbólica.

La doctrina del Cielo y el Infierno, ¿No es un caso similar? Esto fue aceptado
literalmente una vez, y quizá todavía por partes, pero su concepto está gradualmente siendo
reemplazado por el entendido de que es una presentación simbólica de hechos reales, es decir,
que una vida limpia y virtuosa acarreará salud y felicidad, y que lo contrario traerá
sufrimiento e infelicidad. Es una abreviación práctica con todos los detalles omitidos.

El peligro de usar esos métodos de enseñanza yace en la realidad de que, cuando la


mente se ha desarrollado suficientemente para entender que la interpretación literal no existe,
podría no reconocerse la verdad detrás de la simbología, y así concluir que no existe base para
tal enseñanza.

Es en este momento crítico que una enseñanza adicional debe ser dada para explicar la
verdad oculta, y para proveer esta información que hasta ahora falta, es que la Sabiduría
Antigua ha vuelto a exponerse para el beneficio de la humanidad.

Nosotros También Usamos Expresiones Simbólicas

Antes de que ridiculicemos a los antiguos por sus exposiciones simbólicas, las que nos
parecen tan tontas porque las tomamos literalmente, sería bueno recordar que nosotros
también usamos exposiciones simbólicas, las que están sujetas a mala interpretación por
futuras generaciones.

Nuestra Biblia Cristiana está llena de expresiones figuradas. Allí encontramos


hombres comparados a ovejas y machos cabríos, y Jesús, el Hijo de Dios y Salvador, es
referido como un cordero. Jesús también habla de él mismo como siendo una vid, y sus
discípulos, como las ramas de esa vid. La simbología de esto es bien entendida hoy día, pero
supongamos que nuestra civilización sea destruida, y que después de algunos 10 000 años,
solamente unos pocos registros incompletos, tales como los mencionados anteriormente,
permanezcan, y que alguien tratara de reconstruir nuestras ideas sobre religión a partir de esos
fragmentos incompletos. ¿Sería justificada la persona al deducir la conclusión de que los
"hombres" del siglo veinte, verdaderamente ocuparon cuerpos de ovejas y machos cabríos, y
de que el mundo realmente fue salvado por una vid?

Si pudiéramos hablar a lo largo del intervalo de un ciento de siglos, ¿No nos


dirigiríamos a nuestro descendiente del siglo ciento veinte, en una forma muy cortés, para
El Enigma de la Vida – pág. 98

preguntarle que como fue posible que tomara literalmente algo que tan claramente es una
presentación simbólica, que lo que pretendió fue llevar una idea para hacerla entendible al
hombre de la calle? ¿Y no le diríamos que, aún el individuo de mente más sencilla de nuestro
tiempo, el siglo veinte, entendería que tales expresiones son simbólicas?

Y supongamos que los antiguos, aquellos que aceptaron la Reencarnación, pudieran


ver el concepto erróneo que se ha producido respecto a ello en el siglo veinte, ¿No es probable
que ellos, a su vez, expresaran sorpresa a nuestro fracaso de entender su simbología?

Transmigraciones Pre-Humanas

Como se explicó en el Capítulo I (Involución y Evolución), y en el Capítulo II (La


Escuela de la Naturaleza), la unidad de vida o Mónada en proceso de evolución, comienza su
jornada evolutiva al tomar cuerpos en las formas más inferiores de la Naturaleza, después de
lo cual, gradualmente y tras el paso de inmensos períodos de tiempo, toma sucesivamente más
cuerpos en los Reinos superiores de la Naturaleza. Toda esta evolución ocurre antes de que la
Mónada haya alcanzado la etapa humana, y es ordenadamente una marcha hacia arriba, no un
proceso atropellador y de acá para allá.

Este proceso puede ser comparado a una "migración de Monadas" a través de varios
Reinos de la Naturaleza, "un traslado de un lugar a otro a través de fronteras imaginarias"; y
por lo tanto, muy apropiadamente se le puede identificar como "Transmigración."

Todos y cada uno de nosotros hemos pasado a través de tales transmigraciones, antes
de que pudiéramos alcanzar nuestra etapa presente como seres con conciencia propia de
humanos. Durante las transmigraciones sólo tuvimos conciencia de minerales, plantas y
animales.

Las fases pre-humanas de la evolución de la Mónada son referidas en un aforismo que


se encuentra en la Cábala judía, la cual dice que: "una piedra se convierte en planta; una
planta, en bestia; una bestia, en hombre; y un hombre, en dios." Esto no significa que los
cuerpos de un reino cambian dentro de los cuerpos de otro reino, sino que se refiere a las
transmigraciones de la Mónada de un tipo de cuerpo a otro.

El poeta sufí Jalal-ud-din se refiere al mismo tema en el siguiente poema:

Dejé de ser mineral, y me convertí en una planta;


Dejé de existir como planta, y reaparecí como un animal;
Dejé de respirar como un animal, y he aquí me volví un hombre;
Entonces, ¿Por qué debería temer?
¿Cuándo me volví inferior por morir?
La próxima vez moriré siendo un hombre
A quien le pueden salir alas como a un ángel.
Como un ángel, todavía debo continuar avanzando.

Las experiencias de la muerte y las de post-mortem del Ego Humano, incluyen el


pasar de la conciencia del plano material a los planos invisibles ocultos, y finalmente, regresar
otra vez al material. Si el término "Transmigración" se usa en toda conexión con las
experiencias post-mortem del Ego Humano, debería restringirse a tales movimientos de la
El Enigma de la Vida – pág. 99

conciencia humana, de un plano o condición hacia otro plano o condición, dentro de su


característica esfera propia de actividad humana.

Los poetas y escritores no siempre han distinguido entre las transmigraciones pre-
humanas de las Mónadas subhumanas y las transmigraciones post-mortem del Ego Humano o
Alma, sino que fusionaron las dos ideas en una, y esto ha contribuido a la noción errónea de
que el Ego Humano transmigra dentro de los Reinos inferiores de la Naturaleza.

Transmigración Verdadera

Los átomos que constituyen el cuerpo físico del hombre, se dispersan después de la
muerte. Lo mismo le sucede a todo lo que se desecha en la segunda muerte, y eso incluye a
las partículas más etéreas del cuerpo modelo, así como también a ciertas otras energías
intermedias entre el Ego Humano y el cuerpo modelo. Todas esas partes de la constitución
humana anterior, ahora regresan a la Naturaleza, cada una a su propio plano característico.
Aquí, ellas son libres de formar bloques de construcción de los vehículos de otras entidades, a
las cuales ellas son atraídas.

En su asociación con la entidad humana, cuyo vehículo ellas ayudaron a construir,


esas partes recibieron ciertas impresiones, altas o bajas, como el caso pueda haber sido. Esas
impresiones son las que ahora determinan la dirección de sus viajes. Ellas pueden constituir el
Reino Vegetal, o ser depositadas en los cuerpos de varios animales, o tal vez ingresar en los
cuerpos de otros humanos.

Los átomos de toda la parte inferior de la constitución humana, de este modo, están
emigrando a través de la Naturaleza, y transmigrando de un Reino a otro, y así, tal vez,
regresen otra vez.

Es a este hecho al que los antiguos se refirieron cuando ellos dijeron que el Hombre
transmigra a través de las formas inferiores de la Naturaleza, lo cual es correcto, si por
"Hombre" se señalan a los elementos de la constitución abajo del Ego Humano, pero es
incorrecto si se aplica al Ego Humano, o a los principios superiores arriba de este Ego
Humano.

Para una aclaración más completa en este tema, el lector es referido a The Esoteric
Tradition, de G. de Purucker, Capítulos sobre "Reimbodiment" y "How Man is Born and
Reborn."

Reencarnación a Través de las Edades

Una Doctrina Antigua muy Difundida

Un estudio de las religiones y filosofías de la humanidad, desde la más remota


antigüedad hasta atravesar todas las edades, demostrará que la reencarnación es una de las
doctrinas más antiguas y más ampliamente distribuidas en el mundo.

Referencias con anticipación a la reencarnación carecen de los detalles que se


encuentran en la literatura teosófica, porque esa información no fue publicada en el pasado.
El Enigma de la Vida – pág. 100

En algunos casos, solamente porciones de la doctrina han sido presentadas, mientras


otras han sido omitidas. Así, por ejemplo, algunos escritores explican casi exclusivamente en
la preexistencia, sin abordar las fases post-mortem de la enseñanza. La doctrina no siempre
puede aparecer en su forma verdadera, pero bajo una u otra forma, ella ha sido conocida
alrededor del mundo, y será encontrada en muchos lugares, aún hoy en día.

Reencarnación en la Religiones Hindúes

El Brahmanismo y el Budismo, con cientos de millones de partidarios en Asia,


enseñan el renacimiento del alma humana.

En uno de los Upanishads, conocido como los Bhagavad Gita, el cual es el libro de
devoción más ampliamente leído y más amado, encontramos el Dios Interno del hombre,
representado por la divinidad Krishna, hablándole al Alma Humana con estas palabras:

Nunca he dejado de existir, ni tú, ni todos los príncipes de la tierra; ni en el futuro


dejaremos de ser. A medida el señor de esta estructura mortal experimenta interiormente
infancia, juventud y vejez, así mismo lo volverá a experimentar en futuras encarnaciones.
Aquel que es confirmado en esta fe, no es perturbado por nada que pueda acontecer.
***
Estos cuerpos finitos que envuelven a las almas que los habitan, se dice que le
pertenecen a Él, el eterno, el indestructible, el espíritu improbable, quien reside en el cuerpo
. . . Este espíritu no puede matar ni ser matado . . . No muere, aún si su estructura mortal es
destruida.
***
Así como el hombre se deshace de las viejas vestimentas y se pone nuevas, así mismo
el morador del cuerpo, habiendo abandonado sus estructuras mortales viejas, ingresa dentro
de otras que son nuevas . . . La muerte es segura para todo lo que nace; y el renacer, para todo
lo mortal.
***
Yo y tú hemos atravesado muchos nacimientos . . . Los Míos son conocidos para Mí,
mas tú desconoces los tuyos.
El hombre cuya devoción ha sido rota por la muerte, va a la región de los justos (la
condición de ensueños bienaventurados entre encarnaciones), donde él mora por una
inmensidad de años . . . Y entonces, vuelve a nacer en la tierra, en medio de una familia pura
y afortunada.
***
Es un infinitésimo Mío el que, habiendo asumido vida en este mundo de existencia
condicionada, reúne consigo los cinco sentidos y la mente, a fin de que pueda obtener un
cuerpo, y pueda abandonarlo otra vez. Y ellos son acarreados por el Señor soberano, no
importa donde el cuerpo ingrese o salga; es igual que la brisa, la cual acarrea la fragancia de
las flores.

Reencarnación en la Biblia

La reencarnación no es presentada en la Biblia como una enseñanza especifica, pero se


puede encontrar un número de declaraciones, las cuales pertenecen a la preexistencia y
renacimientos de individuos, que demuestra que sus autores aceptaron la doctrina. Algunas de
ellos siguen: En Proverbios 8:23-21, Salomón dice que él existió aún antes de la creación de
la Tierra, y que sus deleites fueron con los hijos de los hombres, y en las partes habitables de
El Enigma de la Vida – pág. 101

la Tierra. En otras palabras, él debió haber nacido como un ser humano en un período
primitivo, y él ahora, al tiempo de escribir sus Proverbios y hablando como Salomón, está en
forma humana nuevamente. Eso es reencarnación. No señala futuros y repetidos nacimientos,
pero no excluye la idea.

En Jeremías 1:5, El Señor, hablándole al profeta, dice: "Antes de formarte en el


vientre, ya te conocía, y antes de que nacieras, te santifiqué y te ordené profeta para las
naciones."

Eso implica la preexistencia de Jeremías.

En Jeremías 30.9; Ezequiel 34:23 y 37:24, existen declaraciones de que David será
"levantado" y nuevamente se convertirá en rey o pastor de su pueblo. David había muerto
hacía mucho tiempo: ser "levantado" evidentemente significa que la misma alma volvería a
nacer otra vez, exactamente como había nacido dentro del cuerpo llamado "David," en la
encarnación previa.

En Malaquías 4.5, se encuentra lo siguiente: "He aquí, Yo les enviaré a Elías, el


profeta, antes que venga el día del Señor, grande y terrible."

Esta es una referencia evidente a la preexistencia y el renacer. Elías, un conocido


profeta que vivió en el pasado, retornará en el futuro. No se dice nada respecto a regresos
repetidos, sino que es evidente que, si Elías vivió en el pasado y renació aquí en la tierra, él
vivió su vida, y en su turno, murió. No existe ninguna razón por la cual él no pueda regresar
nuevamente de su nueva condición post-mortem, y repetir el proceso indefinidamente.

En Juan 9:1-2 encontramos las siguientes referencias a la preexistencia: "Al pasar


Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y sus discípulos le preguntaron, diciendo:
Maestro, ¿Quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?"

La forma de la pregunta demuestra que la preexistencia se da por sentada por los


discípulos, y Jesús muestra, al no rechazar la idea en su respuesta, que era aceptable para Él.

Jesús le preguntó a Sus discípulos: "¿Quién dice la gente que Yo Soy?" Ellos,
contestándole, dijeron: "Juan el Bautista; pero algunos dicen Elías; y otros, que uno de los
profetas de los antiguos ha resucitado." - Lucas 9:18-19

Un individuo que ahora existe, aquí se dice que es una encarnación de alguien
conocido que había existido en el pasado. La respuesta a la pregunta conlleva con ella, de que
se acepta la preexistencia, seguida por reencarnación, y ya que no conmueve ni sorprende a
Jesús, la idea le debe haber parecido aceptable a él, porque la manera informal en que la idea
es tratada, muestra que debió haber parecido axiomática, tanto para Jesús, como para Sus
discípulos.

De paso, la cita muestra que "resucitar" o "ser levantado nuevamente," expresiones


muy usadas en otras partes de la Biblia en casos similares, significa la reencarnación del
individuo.
El Enigma de la Vida – pág. 102

Existió una creencia en medio de los judíos, basada en una profecía antigua, de que la
aparición de su Mesías tenía que ser precedida por el regreso del profeta Elías, ¿Y que
significa "regreso," sino el renacer dentro de un cuerpo humano?

Refiriéndose a las profecías antiguas, y hablando de Juan el Bautista, Jesús dice:

Porque éste es de quien está escrito: He aquí, Yo envío a Mi mensajero delante de tu


faz, el cual preparará tu camino delante de tí.
De cierto les digo: Entre los que nacen de mujer, no se ha levantado otro mayor que
Juan el Bautista . . .
Y si lo quieren recibir, él es aquel Elías que había de venir. - Mateo 11:10-11, 14

¿Y cómo "vino" Elías? Vino por renacer.

Después de que Juan el Bautista fuese decapitado, y cuando los discípulos habían
fracasado en reconocerlo como Elías, quien precedería la venida de Cristo, ellos le
preguntaron a Jesús:

¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?
Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las
cosas.
Pero les digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo
que quisieron . . .
Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista. -
Mateo 17:10-13

En esta cita y en la anterior, Jesús afirma, en términos inequívocos, que el alma de


Juan el Bautista fue la misma que la de Elías. Esta afirmación está, en un todo, de acuerdo con
la doctrina de la reencarnación. Jesús llama la atención a un suceso que nunca pudo haber
ocurrido, a menos que la reencarnación fuese un hecho. Él no enseña la doctrina
completamente, porque ese no es el propósito; Él solamente demuestra cómo se aplica en un
caso específico.

El hecho de que en la Biblia la reencarnación se dé por sentada, en lugar de ser


enseñada como una doctrina específica, no debería sorprender, cuando es tenido presente que
por edades antes de la vida de Cristo, esa enseñanza fue bien conocida, y generalmente
aceptada por la gente alrededor del Mediterráneo.

Varias sectas religiosas y escuelas de filosofía en esos países, se basaron o fueron


influenciadas por las Escuelas de Misterios. Estas, a su vez, se basaron en las enseñanzas
órficas y pitagóricas, las que incluyeron la doctrina de la reencarnación.

Dentro de la secta judía más grande e influyente, la farisaica, se creyó en la


reencarnación. El judío General Flavio Josefo (37-98 D.C.), además de oficial sacerdotal e
historiador de su gente, fue también un fariseo. En una de sus obras, The Antiquities of the
Jews, Bk. XVIII, Chap. I, par. 3 & 4, él escribe:

Ellos [los fariseos] creen que las almas tienen un poder inmortal en ellos, y que habrá
bajo la tierra, recompensas o castigos, de acuerdo a si los hombres vivieron virtuosa o
viciosamente en esta vida. Las últimas serán detenidas en prisión perpetua, pero las primeras
El Enigma de la Vida – pág. 103

tendrán poder para volver a vivir. Por estas doctrinas, ellos tienen una influencia muy
grandiosa entre la gente, y lo que éstos hagan, ya sea en adoración divina, en oraciones o
sacrificios, la gente lo ejecuta de acuerdo a la guía farisaica. Tan grande testimonio hace que
las ciudades los tomen en cuenta en sus prácticas constantes de virtud, tanto en las acciones
de sus vidas, como en sus conversaciones.

En otra de sus obras, The Jewish War, Bk. III, Ch. VIII, par. 5, él escribe:

Tú no sabes que quienes se marchan de esta vida, de acuerdo a la ley de la naturaleza


. . . gozan fama eterna; . . . sus almas son puras y obedientes, y obtienen un lugar de lo más
sagrado en el cielo, de donde, en la vuelta de las edades, son enviadas nuevamente dentro de
cuerpos puros . . .

Otra secta judía, los Esenios, también creyó en la reencarnación.

No entraremos en explicaciones detalladas de algo que es bien conocido, o


considerado evidente, como la rotación de la tierra, la que produce días y noches. Si este tema
es mencionado, y cuando una doctrina es tan bien conocida y tan generalmente aceptada,
como lo fue el renacer en tiempos de Jesús, no deberíamos esperar que Él entre en detalles
respecto a ella. La manera informal y prosaica en el cual el tema es tratado, implica que fue
dado por sentado, en lugar de que se tuviese dudas al respecto.

Reencarnación en la Era Cristiana Primitiva

Durante los primeros siglos de la era cristiana, hubo una pequeña organización de
iglesia establecida, pero las enseñanzas fueron conservadas y elaboradas por los seguidores de
los apóstoles. Los dirigentes entre ellos, los más eruditos y más altamente respetados, fueron
los llamados "Padres de la Iglesia." Entre los más conocidos de ellos están Clemente de
Alejandría, Orígenes y Sinesio. De acuerdo a The Secret Doctrine, de H. P. Blavatsky (Vol. I,
página xliv), todos esos hombres habían sido iniciados en los Misterios, y por lo tanto, deben
haber estado muy interesados en las doctrinas de la preexistencia y de la reencarnación, un
hecho aparente mostrado por sus obras.

Clemente (alrededor de 150-220 D.C.), quien fue canonizado debidamente como santo
de la Iglesia Cristiana, muestra que él creyó en la preexistencia cuando él escribe en el
Capítulo I de su Exhortation to the Heathen: "Pero antes de la fundación del mundo fuimos
nosotros, quienes, por estar destinados a permanecer en Él, preexistíamos en el ojo de Dios
. . ."

Orígenes (186-254 D.C.), discípulo de San Clemente y de Amonio Sacas, el fundador


de la Escuela Neoplatónica, es considerado uno de los más grandiosos eruditos y pensadores
cristianos. Una cita de sus obras, mostrando que rechazó la idea de transmigración en
animales, ya fue dada. Otras citas, mostrando que aceptó las doctrinas de la preexistencia y la
reencarnación, siguen:

Aquellos que mantienen que todo en el mundo está bajo la administración de la divina
providencia (como también es nuestra fe), pueden, según me parece, dado que no hay otra
respuesta, a fin de demostrar que no hay sombra de injusticia que se pose sobre la
administración divina, sostener que hubo ciertas causas previas de existencia, en consecuencia
de lo cual las almas, antes de su nacimiento en el cuerpo, contrajeron cierta cantidad de
El Enigma de la Vida – pág. 104

culpabilidad en su naturaleza sensorial o en sus actividades, a cuenta de lo cual ellas han sido
juzgadas dignas por la Divina Providencia, de ser ubicadas en esta condición. - On First
Principles, Bk. III, Ch. III, Sec. 5

En esta cita, Orígenes trata con el problema antiquísimo de la injusticia, y señala que
la doctrina de la preexistencia es la única explicación que puede remover el estigma de
injusticia del gobierno divino.

En Bk. IV, Ch. I, Sec. 23, de la misma obra, Orígenes escribe:

Así pues, cada uno de los que descienden a la tierra es, de acuerdo a su merecido, o de
acuerdo a la posición que ocupó allí, ordenado a nacer en este mundo, en un país diferente, o
en medio de una nación diferente, o en un modo diferente de vida, o rodeado de debilidades
de diferente clase, o descender de padres religiosos, o padres no religiosos, para que pueda
suceder, ocasionalmente, que un israelita descienda entre los scytianos, y un pobre egipcio sea
traído a Judea.

Aunque estas declaraciones enfatizan preexistencia, es fácil ver que incluyen


reencarnación, aún cuando no se especifica eso. Si un "egipcio nace en Judea," significa que
el egipcio murió, y que su alma, más tarde, encarnó en el cuerpo de un judío. ¿Y cómo el
egipcio se volvió un ser? ¿No fue una encarnación de algún individuo anterior, tal vez un
miembro de otra nación? ¿Y no fue este individuo la encarnación previa de alguien todavía
más prematuro, y así por el estilo? Y si esta cadena se extiende hacia más atrás
indefinidamente, ¿No implica que también debería extenderse indefinidamente hacia el
futuro? ¿Por qué se debería asumir que el "judío" fue el final de la cadena? Cuando él muera,
¿No debería esta alma buscar tomar otro cuerpo nuevamente?

Sinesio, el obispo cristiano que vivió en los siglos cuarto y quinto, fue un miembro del
neoplatonismo, quienes enseñaron reencarnación.

E. D. Walker, en su Reencarnation (página 214), dice que es conocido de Sinesio "que


cuando los habitantes de Ptolemais lo invitaron a sus obispados, él declinó esa dignidad
porque él abrigó ciertas opiniones que los vecinos no pudieron aprobar, a partir de lo cual,
después de una reflexión profunda, y como consecuencia, ellos consiguieron herir raíces
profundas en su mente. Él había mencionado antes la doctrina de la preexistencia ante ellos."

Así encontramos que hasta el siglo quinto D.C., las doctrinas de preexistencia y
reencarnación fueron conocidas, aceptadas y enseñadas abiertamente por las más altas
autoridades de la iglesia, y si esos dirigentes de la iglesia aceptaron esas doctrinas, debe
asumirse que sus seguidores también lo hicieron.

La Reencarnación Condenada como Herejía

La pregunta surge ahora: Si esas doctrinas fueron tan generalmente aceptadas en los
primeros siglos de la era cristiana, ¿Qué es lo causó que desaparecieran después?

Es posible que los dirigentes de la iglesia encontraron la doctrina de la reencarnación


demasiado difícil de explicarla a la multitud. También es posible que el concepto erróneo
popular de la transmigración en animales, que fue tan generalmente asociada con la
reencarnación, hizo su parte para desacreditar a la doctrina verdadera. Por esas razones, los
El Enigma de la Vida – pág. 105

dirigentes posteriores de la iglesia, introdujeron la doctrina de que un alma nueva es creada


para cada individuo, cuando esa persona nace.

A medida esta idea se volvió generalmente más aceptada, la enseñanza más vieja fue
gradualmente empujada hasta el fondo, y fue enseñada más y más secretamente, si
efectivamente lo fue.

Aún cuando había sido abandonada como doctrina oficial de la iglesia, como quiera
que sea, la vieja idea todavía tardó en marcharse, y retuvo un número grande de partidarios.
Por un período largo, las dos doctrinas existieron simultáneamente, pero debido a que eran
mutuamente contradictorias, algo tenía que haberse hecho para desarraigar la enseñanza más
vieja, la cual entonces fue vista como herética.

Un concilio de dirigentes de la iglesia fue consecuentemente convocado para juzgar la


doctrina, tal y como fue enseñada por Orígenes, junto con algunas de sus otras enseñanzas, las
cuales fueron también consideradas heréticas. Ese concilio, o Sínodo Casero, tal y como fue
conocido, fue reunido en Constantinopla, alrededor del año 538, bajo el patriarcado de
Mennas. Quince enseñanzas especificas de Orígenes fueron escogidas para la discusión, y
todas fueron, después de muchos debates acalorados, formalmente condenadas y maldecidas.
Las que se refieren a la preexistencia están listadas así:

Las enseñanzas de Orígenes fueron para el efecto de: (de un resumen de G. de


Purucker en The Esoteric Tradition, pàginas 42-3):

1) Que el alma preexiste antes de su vida terrestre presente; y es, al final, restaurada a
sus naturalezas y condiciones originales y espirituales.
4) Que el hombre, al presente, tiene un cuerpo material o físico, como un resultado, ya
sea de castigo o punitivo, debido a la maldad. El cuerpo es adoptado cuando el alma se
sumerge en la materia.
5) Que aún cuando estos seres espirituales anteriormente cayeron dentro de la materia,
así es posible que ellas, al final, se levanten otra vez a su condición espiritual anterior.
13) Que el alma de Cristo preexistió al igual que las almas de todos los hombres; y que
Cristo es semejante en género, en poder y substancia, a todos los hombres.

Después de la condena de las doctrinas de Orígenes por las autoridades de la iglesia, la


preexistencia y la reencarnación no pudieron ya más ser enseñadas o toleradas como parte de
las enseñanzas de la iglesia. Siendo este el caso, ¿No parece razonable que la literatura de la
iglesia fuese sujeta a una reexaminación, y cualquier referencia a ella fuera erradicada? ¿No
sería posible, por ello, que las escrituras primitivas, tales como los Evangelios, puedan haber
tenido más referencias directas a la preexistencia y la reencarnación, que las que ahora tienen?

El original en griego de la obra grandiosa On First Principles de Orígenes, en las que


se encuentran la mayoría de sus referencias tocante a la reencarnación, ya no está más a la
disposición, pero una traducción en latín todavía existe. En el Prólogo a esa traducción, hecha
por el teólogo latino Tirano Rufino (345-410), el traductor se refiere a los traductores
anteriores de las obras de Orígenes y sus prácticas de hacer cambios del griego original, en las
cuales, los primeros traductores no estuvieron de acuerdo con las entonces prevalecientes
creencias cristianas. Así, Rufino explica que él adoptó el mismo método, de acuerdo al cual,
el traductor, si encontraba algo así llamado "piedras de tropiezo," lo suavizaba y lo corregía
El Enigma de la Vida – pág. 106

en su traducción, para que el lector latino no encontrara nada discordante con nuestra fe
cristiana (citado en The Esoteric Tradition II, 624f).

Teniendo en mente que en los tiempos de Rufino, las autoridades de la Iglesia


comenzaban a desaprobar las doctrinas de preexistencia y reencarnación, ¿No es probable que
esas doctrinas hubiesen sido escogidas como "piedras de tropiezo," tal como Rufino lo refiere,
y que ellas, de esa manera, fueron sujetas al método de Rufino de "suavizarlas y corregirlas?"

Aún tal y como es la traducción latina, no deja duda acerca de la creencia de Orígenes
en el renacer, pero la confesión propia de Rufino despierta la sospecha de que, si el griego
original estuviera disponible, podríamos encontrar en él, todavía más referencias explícitas y
más fuertes al tema.

Con referencia a los anatemas del Sínodo Casero, ¿No es el total procedimiento de un
grupo de estudiantes, supuestamente seguidores de Jesús, tomándose sobre ellos mismos la
condena de una doctrina, la cual fue definitivamente afirmada por él, abierto a preguntas y
críticas?

En Mateo 11:10-14 y 17:10-13, referidos anteriormente, Jesús, por él mismo, hace uso
de las doctrinas de preexistencia y renacimiento para explicar a Sus discípulos, la identidad de
Juan el Bautista con Elías. Jesús muestra que él conoce esas doctrinas, en lugar de
condenarlas como erróneas; él demuestra, al usarlas, que las aprueba.

Además, tenemos el testimonio de los Padres de la Iglesia primitiva, que demuestra


que esas doctrinas fueron, todavía entonces, retenidas por la Iglesia, en los primeros siglos de
nuestra era.

Así, 500 años después de la muerte de su Maestro, encontramos a un grupo de sus


supuestos seguidores, condenando doctrinas que el Maestro había ratificado.

Aquí existe un conflicto directo de ideas. Si Jesús estaba en lo cierto, el Sínodo Casero
no lo estuvo, y viceversa. ¿Quién estuvo en la mejor posición de saber, Jesús o las autoridades
de la Iglesia 500 años después de él?

Si las palabras de Jesús son aceptadas por Sus seguidores como provenientes del Hijo
de Dios, ¿Cómo ahora esos mismos seguidores eligen una de esas palabras para condenarla
como errónea? ¿No es éste un caso de alumnos corrigiendo a su Maestro?

Las autoridades de la Iglesia pudieron haber protestado contra la noción falsa de la


transmigración en animales, la cual estaba entonces tan difundida entre los no educados,
porque esa fue una doctrina que Jesús nunca ratificó, y una que no aparece en la Biblia. Si
este es el caso, ellos debieron haber altamente recomendado remover un concepto erróneo
popular enorme. Pero cuando ellos fueron tan lejos, como para rechazar una doctrina
verdadera por una falsa, sencillamente lo que hicieron fue desechar el fruto con todo y
simiente.

¿Se justifica el aceptar parte de las enseñanzas de Jesús, mientras se rechazan otras? Y
si se aceptan todas, debemos aceptar también la reencarnación, porque ella es parte de esas
enseñanzas.
El Enigma de la Vida – pág. 107

Otros Creyentes en la Reencarnación

Entre otras religiones, filosofías, sectas y grupos raciales, que han enseñado
reencarnación, o la han aceptado en una u otra forma, tenemos:

Taoísmo en China
Los Misterios enseñados en los Templos de Egipto
La Filosofía de Hermes
La religión de Zoroastro o religión mazdeana
La religión del Orfeísmo
La Filosofía de Pitágoras
Las Escuelas de Misterios de Grecia y Asia Menor
El platonismo
La Cábala judía
El Talmud
Los fariseos y los esenios
La Iglesia Cristiana Primitiva
El neoplatonismo
Los indios americanos y los esquimales
Los nativos del África del Oeste
Los aborígenes de Australia

Además de los fundadores y cabecillas de los grupos ya referidos, quienes creyeron,


por supuesto, en la reencarnación, hay un número de individuos, quienes mostraron mediante
sus obras, la aprobación de la idea. Entre ellos, encontramos los siguientes nombres:

Patañjali Carlyle
Ovidio Longfellow
Lucrecio Andre Pezzani
Flavio Josefo Víctor Hugo
Heráclides Prof. Francis Bowen
Dr. Henry More James R. Lowell
Lessing Walt Whitman
Fitche William R. Alger
Kapila Thomas Bailey Aldrich
Cicerón Jack London
Virgilio Rudyard Kipling
Filo Judas John Masefield
Platino Wordsworth
Rabí Manaseas Jean Reynaud
David Hume Bulwer Lytton
Herder Emerson
Napoleón Rosetti
Goethe Richard Wagner
Shelley James Freeman Clarke
Honoré de Balzac Prof. Frederick H. Hedge
Schopenhauer Tennyson
Jean B. F. Obry Whittier
Sir Edwin Arnold Sir H. Rider Haggard
William Sharp George Russell (AE)
El Enigma de la Vida – pág. 108

Prof. William Knight Henry Ford


Ella Wheeler Wilcox Sir Humphrey Davy

Más nombres podrían ser agregados a la lista, pero con los nombrados debería ser
suficiente para mostrar la antigüedad y el uso difundido de la doctrina, como también su
interés para filósofos, escritores y poetas hasta este tiempo.

El hecho de que un grupo o un número de personas aceptan una doctrina, no es por sí


solo una prueba de que la doctrina es verdadera. Tampoco el hecho de que un grupo u otros
individuos rechacen la misma doctrina, demuestre que es falsa. Pero si en uno de esos grupos
encontramos algunos de los más grandes filósofos y maestros de religión que el mundo haya
conocido, como también, en número tal vez menor, pero sí bien reconocidos pensadores, ¿No
debiera eso indicarnos que existe un tema que no se debería pasar por alto? Si aceptamos sus
ideas en otros asuntos, por los cuales ellos son famosos, ¿Por qué deberíamos ignorar sus
opiniones sobre la reencarnación?

Citas que dan las opiniones sobre la reencarnación, sostenidas por los grupos e
individuos ya listados, existen disponibles. Para presentar todas esas opiniones, un libro
pequeño sería necesario. Por lo tanto, solamente unas pocas citas serán dadas por ahora.
Muchas de ellas han sido tomadas de Reincarnation de E. D. Walker, Edición 1923.

El rabí Manaseas Ben Israel (1604-1657), teólogo judío y cabalista, rabí en jefe de la
sinagoga en Amsterdam, escribe en Nismath Hayem:

La creencia o la doctrina de la transmigración (es decir, reencarnación), es un dogma


firme e infalible, aceptada en completa armonía por toda nuestra iglesia, así que no hay nadie
quien se atrevería a negarla . . . Ciertamente, existe un número enorme de sabios en Israel,
quienes se apoyan firmemente en esta doctrina para tenerla como dogma, como punto
fundamental de nuestra religión. Por lo tanto, estamos obligados a obedecer y a aceptar este
dogma con aclamación . . . como la verdad que ha sido incontestablemente demostrada por el
Zohar y todos los libros de los Cabalistas.

El filósofo alemán Schopenhauer (1788-1860), escribe en su The World as Will and


Idea:

Lo que el sueño es para el individuo, es muerte para la voluntad (Ego) No soportaría


continuar las mismas acciones y sufrimientos durante toda una eternidad, sin verdadera
ganancia, si la memoria y la individualidad permanecieran. Si se les quita de encima, se
obtiene Leteo (el río del olvido); y mediante este sueño de muerte, se reaparece refresco y
provisto con otro intelecto, como un nuevo ser . . .
***
Entonces, esos nacimientos, constantes y nuevos, constituyen la sucesión de los sueños
de la vida de una voluntad (Ego), la cual, en ella misma, es indestructible . . .

Hablando por él mismo, y citando a J. B. F. Obry, una autoridad francesa en


hinduismo, Schopenhauer, dice:

La fuerte convicción de la indestructibilidad de nuestra naturaleza a través de la


muerte, lo cual cada cual acarrea en el fondo de su corazón, depende totalmente de la
conciencia de la naturaleza original y eterna de nuestro ser.
El Enigma de la Vida – pág. 109

Encontramos la doctrina de Metempsicosis (reencarnación), surgiendo desde las


edades más primitivas y más nobles de la raza humana, siempre extendida por doquier en la
tierra como la creencia de la inmensa mayoría de la humanidad; mejor dicho, realmente como
la enseñanza de todas las religiones, con la excepción de la de los judíos, y de las dos de las
cuales ha salido en la forma más sutil, como quiera que sea; y mediante ella, casi se llega a la
verdad en el budismo.
Con referencia a la universalidad de la creencia en Metempsicosis, Obry dice
correctamente en su excelente libro, Du Nirvana Indien, página 13: "Esta vieja fe ha sido
mantenida en todo el mundo, y fue difundida en la remota antigüedad a tal grado que, un
sabio clérigo ingles la declaró sin padre, sin madre, y sin genealogía. Metempsicosis fue ya
enseñada en los "Vedas," como también en todos los libros sagrados de la India, y es muy
bien sabido que es simiente del Brahmanismo y el Budismo. Así, pues, predomina al presente
tiempo, en toda Asia no mahometana, y de este modo, en medio de más de la mitad de toda la
raza humana, como la más firme convicción, y con una increíble y fuerte influencia práctica.
También fue una creencia en medio de los egipcios, de quienes fue recibida con entusiasmo
por Orfeo, Pitágoras y Platón. Como sea, los pitagóricos la retuvieron especialmente. Que fue
también enseñada en los misterios de los griegos, indudablemente se deduce del noveno libro
de Platón, Laws. También Edda, especialmente en Voluspa, enseña Metempsicosis. También
está en la fundación de la religión de los druidas. Aún más, una secta mahometana en
Hindustán, los bohrahs, de quienes Colebrook da cuenta completa en Asiatic Researches,
creen en Metempsicosis, y de acuerdo a ella, se abstienen de toda clase de comida de
animales. También entre los indios americanos y las tribus de los negros, aún más, entre los
nativos de Australia, se encuentran muestras de esta fe . . .

Ralph Waldo Emerson (1803-1882), el filósofo y ensayista americano, escribe en


Representative Men:

El alma, habiendo sido nacida a menudo, o como los hindúes lo dicen: "viajando el
sendero de la existencia a través de millares de nacimientos," habiendo contemplado las cosas
que están aquí, esas que están en el cielo, y las que están debajo del cielo, no queda nada de lo
cual ella no haya ganado conocimiento; no es maravilla de que ella es capaz de recordar, . . .
que previamente sabía . . . porque investigar y aprender, todo es recordar.

En su ensayo, The Oversoul, él dice: "El niño nace completamente crecido, si se


asume un desarrollo en el pasado mediante existencias previas," y en Experience, él dice:
"Despertamos y nos damos cuenta que estamos en una escalera. Existen escaleras debajo de
nosotros, que nos parece que las hemos ascendido; existen escaleras arriba de nosotros, todas
formando una sola, las cuales van hacia arriba, y no son visibles."

Emerson también dice en Inmortality: "Debemos deducir nuestro destino desde su


preparación. Somos impulsados por instintos a tener innumerables experiencias, las cuales no
son de valor visible, y es posible dar vueltas a través de muchas vidas, antes de que las
asimilemos o las agotemos."

En el diario de Charles Emerson se encuentra lo siguiente de su hermano Ralph


Waldo:

La razón por la cual Homero es para mí como una mañana llena de rocío, es porque yo
viví mucho mientras Troya existía, y mientras navegaba en el barco falso de los griegos . . .
El Enigma de la Vida – pág. 110

mi alma animó la figura de algún anónimo Argos . . . Olvidamos que hemos sido narcotizados
por el tazón soporífero del presente.

En Ways of the Spirit, and other Essays, por el pastor unitario y autor Frederick Henry
Hedge (1805-1890), el capítulo duodécimo sobre "The Human Soul" argumenta fuertemente
por la reencarnación:

Nos remontamos con nuestro recuerdo y no encontramos el principio de la existencia.


¿Quién de nosotros sabe algo, excepto por el reporte de los primeros dos años de vida
terrestre? Nadie recuerda la primera vez que dijo: "Yo," o pensó: "Yo." Empezamos a existir
por otros, antes de empezar a existir por nosotros mismos. Nuestra experiencia no es co-
extensa con nuestro ser, y la memoria no lo entiende. No sostenemos a la raíz, sino ella a
nosotros.
Pero, ¿Qué es la raíz? Le decimos alma. Le llamamos nuestra alma. Hablando con
propiedad, no es nuestra, somos de ella. No es una parte nuestra, sino nosotros somos parte de
ella. No es un artículo en el inventario que forma nuestra individualidad, sino que es la raíz de
esa individualidad. Es mucho más grande de lo que nosotros somos, es algo más de lo que
nosotros somos, es decir, es algo más que nuestra propia conciencia. El ser consciente no
empieza, sino hasta algún tiempo después del nacimiento del individuo. El ser no es lo que
origina, sino que es un producto, es decir, el "florecer" de una individualidad. Es posible
suponer incontables almas que nunca tiene ese producto, que nunca florecen en sí mismas. Y
el alma que así no florece, aun así, existe antes de que el florecer se desarrolle.
¿Cuánto tiempo antes? Es imposible decirlo. Por ejemplo: que sea el nacimiento el
comienzo del alma de un ser humano por venir; que sea proveída un alma nueva para cada
cuerpo nuevo; o que sea el cuerpo que se da a un alma preexistente; todo ello es una pregunta
en lo que la teología no nos da luz, y a lo que la psicología vagamente ilustra. Y lo que esa
ilustración vagamente logra alcanzar, favorece a la suposición de la preexistencia. Esa
suposición parece ser la más adecuada para armonizar la supuesta existencia continuada del
alma en el futuro. Lo que tuvo un comienzo alguna vez, pareciera que debe tener un fin
alguna vez. El destino eterno que la fe le atribuye al alma, presupone un origen eterno. Por
otra parte, si la preexistencia del alma estuviese asegurada, eso acarrearía el seguro de la
inmortalidad.
***
El nacimiento del alma en el presente, fue la muerte del pasado - "un sueño y un
olvido." El alma se durmió en un cuerpo, despierta en uno nuevo. El sueño es un abismo de
olvido en medio de los dos.
***
Comúnmente se concede que hay diferencias innatas de carácter en los hombres -
propensiones y disposiciones diferentes, que no son completamente explicadas por las
diferencias de las circunstancias, o de educación. Se muestran por sí solas, donde las
circunstancias y la educación han sido iguales; parecen ser innatas. Algunas veces son
atribuidas a la organización. Pero la organización no es el final. Otra vez, eso requiere ser
explicado. De acuerdo a lo que pienso, es el alma la que se organiza, en ninguna forma es lo
contrario. La suposición de una existencia previa, explicaría en la mejor forma esas
diferencias, como algo que se acarrea vida tras vida - la cosecha de semillas que se sembró en
otras condiciones y cuyo fruto permanece, aunque ya no se recuerde cuando la siembra fue
efectuada.

En el Princeton Review, de mayo de 1881, el filósofo y profesor americano Francis


Bowen (de la Universidad de Harvard) (1811-1890), publicó un artículo muy interesante
El Enigma de la Vida – pág. 111

sobre "Metempsicosis Cristiana," en el cual recomienda encarecidamente la aprobación


cristiana de la reencarnación.

Nuestra vida en la tierra está correctamente considerada a ser una disciplina y una
preparación para una vida superior y eterna en el futuro. Pero si se le limita a la duración de
solamente un cuerpo mortal, ello sería seguramente tan corto e insuficiente como para lograr
tan grande propósito. Setenta años seguramente debe ser un tiempo demasiado limitado para
conseguir una preparación adecuada para la eternidad. Pero, ¿Qué garantía tenemos para que
la libertad condicional se nos dé tan limitada y estrechamente? ¿Por qué no es posible que sea
continua, o repetitiva, a través de una serie larga de sucesivas generaciones, y que la misma
personalidad (individualidad) anime, una tras otra, un número indefinido de habitaciones
carnales, y que acarree dentro de cada una de ellas, el entrenamiento que ha recibido, el
carácter que ha formado, las condiciones y disposiciones con que se ha complacido, en la
etapa inmediatamente anterior?
***
¿Por qué debiera parecer increíble que la misma alma pudiera habitar en sucesión un
número indefinido de cuerpos mortales, y así prolongar su experiencia y su libertad
condicional, hasta que se vuelva madura, en todo sentido, para el cielo, o para el juicio final?
Aún durante esta vida, nuestros cuerpos están continuamente cambiando, por medio de un
proceso de decadencia y restauración, el cual es tan gradual, que se nos escapa advertir. No
existe duda alguna, todo ser humano mora sucesivamente en muchos cuerpos, aún durante
esta corta vida.
***
Si cada nacimiento fuese un acto de absoluta creación, la introducción a la vida de una
criatura completamente nueva, podríamos razonablemente preguntar a qué se debe que las
diferentes almas sean, de esa manera, diversamente constituidas al principio. No todos
empezamos iguales en la carrera expuesta ante nosotros, y por lo tanto, no se puede esperar
que todos, al cierre de un corto peregrinaje mortal, alcancemos el mismo objetivo, y que
estemos igualmente bien ajustados para las bendiciones o las penalidades de una condición
establecida para el futuro. La observación más común nos asegura que un niño nace con
capacidades limitadas, y quizá con una disposición variable, con pasiones fuertes y con un
genio malhumorado; que tenga tendencias a la maldad, las cuales son casi seguras a que sean
desarrolladas pronto. Otro, al contrario, parece felizmente dotado desde el principio; él no es
solamente amigable, tratable y amable, sino también ingenioso y precoz, un niño de muchas
esperanzas. Uno parece un duende perverso, mientras el otro tiene la promesa tempranera de
llegar a ser un Cowley o un Pascal. Las diferencias de condición externa también son tan
vastas y obvias, que ellos parecen desvirtuar mucho el mérito de una vida bien invertida, o el
de la culpabilidad del vicio y el crimen. Uno es felizmente educado en un hogar cristiano, y
bajo muchas influencias protectoras, que el sendero de virtud yace derecho y abierto ante él -
tan evidente, ciertamente, que aún el ciego podría, con seguridad, caminar en ese sendero,
mientras el otro parece haber nacido con una herencia de miseria y crimen, y a la intemperie.
El lugar de nacimiento de uno de ellos es el África Central; y el del otro, el corazón de
Europa, civilizada y cristiana. Entonces, ¿Dónde queda la justicia eterna? ¿Cómo pueden estar
hechas esas desigualdades tan horribles para que parezcan consistentes con la sabiduría y la
misericordia infinitas de Dios?
Si la metempsicosis (reencarnación) está incluida en el esquema del gobierno divino
del mundo, esta dificultad desaparece del todo. Considerada desde este punto de vista, cada
uno nace en una condición, la cual justamente ha sido ganada mediante una propia historia
previa. La persona acarrea consigo, de una etapa de existencia a otra, los hábitos o tendencias
El Enigma de la Vida – pág. 112

que ha formado, las disposiciones con las que se ha complacido, las pasiones que lo han
dominado, y que voluntariamente la persona ha permitido que la guíen al vicio y al crimen.
***
Como quiera que sea, nada nos previene de creer que la libertad condicional de
cualquiera de las almas, se extiende continuamente a través de una serie larga de existencias
sucesivas sobre la tierra, que cada acción sucesiva en la historia completa de la vida, sea
castigada por sus efectos. Porque esta es la ley universal del ser, ya sea materia o mente; todo
cambia, nada muere, en el sentido de ser aniquilado. A lo que llamamos muerte, es solamente
la separación de un cuerpo complejo en sus partes integrantes, nada de lo que es
verdaderamente uno e indivisible ser, se pierde o se destruye en el proceso . . . El alma
humana, como lo sabemos conscientemente, es absolutamente una e indivisible, solamente
pasa, después de la disolución de lo que una vez fue su hogar, a animar a otro cuerpo . . .
Podemos fácilmente imaginar y creer que cada persona ahora en vida, es una representación
de alguien que vivió, tal vez, hace siglos bajo otro nombre, en otro país, que posiblemente no
tenga la misma línea de ascendencia; y sin embargo, ambos forman una y la misma persona
dentro de su más íntimo ser y carácter esencial. Sus contornos han cambiado; la casa vieja de
carne ha sido rota y reconstruida; pero el morador es todavía el mismo. Él ha venido de una
generación anterior, acarreando con él lo que podría ser de ayuda o de estorbo, es decir, el
carácter y las tendencias, los cuales aquí formó y nutrió. Y en esto hay retribución; él ha
entrado en una nueva etapa de libertad condicional, y en ella él tiene ahora que aprender hacia
donde conduce en forma natural ese carácter, el cual él allí formó. Ahora ese carácter está
siendo probado sobre un teatro nuevo, y tal vez, más amplio. Y si esto no es así, dime ¿Por
qué los hombres nacen con caracteres tan desiguales y con tendencias tan perversas? . . . No
acarrean con ellos ningún recuerdo de los incidentes de sus vidas anteriores, porque esos
recuerdos les impediría ajustarse para la parte nueva que tienen que jugar. Pero ellos todavía
son lo mismo en sus principios y modos de conducta, en las fuentes de acción más íntimas, lo
que ha sido desarrollado y fortalecido por los incidentes olvidados de sus vidas anteriores.
Ellos son lo mismo en todos los puntos esenciales que anteriormente hicieron de ellos una
bendición o una maldición para todos aquellos con quienes tomaron contacto. Y mediante
esos mismos puntos esenciales, otra vez, ellos serán fuentes de bienestar o de aflicción para
sus medioambientes. Por supuesto, estas tendencias innatas pueden ser exageradas o
castigadas por las lecciones de una nueva experiencia, por el ejercicio del reproche, por
tenerlas en cuenta habitualmente, o por desatender las reprensiones de la conciencia. Pero
ellas todavía existen como tendencias originales, y como tales, ellas deben hacer el ascenso o
el descenso en el sendero, de una manera más fácil, más natural y más razonable, para
alcanzar la meta tan remota que, de otra manera, sería inalcanzable. . . .
Una eternidad, ya sea de recompensa o de castigo, parecería inadecuadamente ganada
por un breve período de libertad condicional. Es mucho más razonable creer que la vida
futura, la cual se nos ha enseñado a esperar, será similar a esta vida presente, y la pasaremos
en este mundo, aunque acarrearemos con ella, las cargas o las bendiciones impuestas sobre
nosotros por nuestra carrera pasada. Además del significado espiritual de la doctrina de la
regeneración, además del nuevo nacimiento, el cual es de "agua y del Espíritu," puede haber
un significado literal en las palabras solemnes del Salvador: "el que no naciere de nuevo, no
puede ver el reino de Dios."

El reverendo William R. Alger (1822-1905), un ministro unitario y autor, dedicó la


mitad de su vida a la producción de un gran volumen sobre la inmortalidad titulado A Critical
History of the Doctrine of a Future Life, un libro considerado una autoridad modelo sobre ese
tópico. En la primera edición, publicada en 1860, el escritor caracteriza a la reencarnación
como una ilusión que casi convence, pero indigna de fe. Por quince años más, él continuó
El Enigma de la Vida – pág. 113

estudiando el tema, y la última edición (1878) dio el resultado final de sus investigaciones
más maduras, en las cuales ratificó sinceramente a la doctrina de la reencarnación y se volvió
partidario de la misma:

De todas las formas serias y refinadas de la fe en una vida futura, ninguna ha tenido un
dominio tan extenso y prolongado como la reencarnación. Tiene el voto de la mayoría,
generación tras generación, y ha sido apoyada por la mitad de la raza humana con una
intensidad de convicción casi sin paralelo. A primera vista, el hecho más impresionante de la
doctrina de las encarnaciones repetidas del alma, su forma y experiencia en cada toma
sucesiva de cuerpo, determinada por sus méritos en las corporificaciones precedentes, es la
constante reaparición de la fe en todas partes del mundo, y su permanente sostén por las
grandes naciones . . .
***
Los conceptos que forman la reencarnación son tan maravillosos, su método es tan
racional, la región de contemplación, dentro de la cual ella levanta a la mente, es tan grande,
las esperanzas que abre son de tal alcance universal y significado, que su estudio nos brinda
una solidaridad completa con el alcance sublime de la idea de la inmortalidad, y de una
justificación cosmopolita de la Providencia descubierta para todo ojo. Nos saca de la
pequeñez de temas penosos y asuntos egoístas, y hace más fácil para nosotros el creer en las
más vastas esperanzas que la humanidad alguna vez conoció.

El industrial y fabricante de automóviles, Henry Ford, en una entrevista con Geo.


Sylvester Viereck (The San Francisco Examiner, Agosto 26, 1928), nos ofrece sus opiniones
sobre la reencarnación:

Adopté la teoría de la reencarnación a la edad de veintiséis años . . .


La religión no ofrece nada, al menos, sobre el tema. Fui incapaz de descubrirla. Aún el
trabajo no pudo brindarme satisfacción completa. El trabajo es infructuoso si la experiencia
que recogemos en una vida no la podemos utilizar en la próxima.
Cuando descubrí la reencarnación, fue como si había encontrado un plan universal. Me
dí cuenta de la oportunidad de desarrollar mis ideas. El tiempo ya no me fue limitado. Ya no
fui más esclavo de las manecillas del reloj. Tuve suficiente tiempo para elaborar mis planes y
para crear.
El descubrimiento de la reencarnación volvió tranquila a mi mente. Me volví calmado.
Sentí que el orden y el progreso estaban presentes en el misterio de la vida. Ya no busqué más
por la solución al misterio de la vida en ninguna otra parte.
Si conservas un registro de esta conversación, escríbela para brindarle tranquilidad a la
mente de los hombres. Me gustaría comunicarle a otros la calma que el gran panorama de la
vida nos da.
Como quiera que sea, todos retenemos vagamente recuerdos de vidas pasadas.
Sentimos frecuentemente que hemos sido testigos de una escena, o de que hemos vivido a
través de un momento en alguna existencia previa. Pero eso no es lo esencial; lo que es
valioso y que permanece con nosotros, es la esencia, el quid, los resultados de la experiencia.

John Masefield (1875-1967), dramaturgo y poeta laureado de Inglaterra, expresa sus


opiniones sobre Reencarnación en un bello poema llamado "Credo":

Creo que cuando una persona muere


Su alma regresa otra vez a la tierra;
Ataviado en algún nuevo disfraz carnal
El Enigma de la Vida – pág. 114

Otra madre le da nacimiento.


Con miembros más robustos y cerebro más brillante
Nuevamente la vieja alma emprende el camino.
Esa es mi propia fe y confianza;
Esta mano, esta mano que sostiene la pluma,
Ha sacudido el polvo muchos cientos de veces
Y otra vez empolvada, se lo vuelve a sacudir;
Estos mis ojos han parpadeado y brillado
En Tebas, en Troya, en Babilonia.
Todo lo que correctamente pienso o actúo,
O elaboro, o estropeo, o bendigo, o arruino,
Es maldición o bendición justamente merecidas
Por indolencia o esfuerzo en el pasado.
Mi vida es un informe de la suma
De vicio complacido, o superado.
Sé que en mis vidas por venir
Mi arrepentido corazón me dolerá y arderá,
Y adorará, desaprovechadamente,
A la mujer a quien acostumbré desdeñar,
Y me sacudiré para ver que otra tenga
El amor que rechacé, el amor que ella me ofreció.
Y sabré, en palabras airadas,
En mofas, y ridículos, y muchos desgarres,
Una inmunda bandada de palomas,
Las mofas y desprecios que proferí aquí.
La valiente palabra que fallé en decir
Me marcará miserable en la mejilla.
Y al vagar por los caminos
Seré ayudado y curado y bendecido;
Preciosas palabras me animarán y servirán de estímulo
Para incitarme hacia las alturas jamás imaginadas
Mi camino será el camino que hice;
Todo lo que dí, será reembolsado.
Así pelearé, así caminaré,
En esta gran batalla bajo las estrellas,
Así, la gloria ceñirá mi cabeza,
Así desmayaré y mostraré las cicatrices,
Hasta que este estuche, este moho que me atasca,
Sea convertido todo en oro regio.

Capítulo VIII

Karma: La Ley de las Consecuencias


Leyes Intrínsecas de la Naturaleza
La Ley en la Naturaleza
Las Leyes de la Naturaleza Deben Ser Universales
Efectos Retardados
"La Muesca en el Tipo de Imprenta"
Medios Usados Por El Karma
Sucesos al Azar
El Enigma de la Vida – pág. 115

Comentarios sobre los Sucesos al Azar Basados sobre la Enseñanza Antigua


El Karma y la Falta de Atención
Nosotros Creamos Nuestro Propio Destino
"Así Como Es Arriba, Así Es Abajo"
Todo Esfuerzo Cuenta
Un Factor Nuevo Ingresa
Todo Lo Que Necesitamos Saber
Neutralizando o Preequilibrando Karma
Posponiendo el Karma
Karma de Grupo
El Karma y el Problema del Libre Albedrío
Deseos Conflictivos
El Carácter Toma Partido, Pero No Decide
El Poder de Elección Es Inherente en el Ego
Ninguna Predestinación o Fatalismo
Teorías del Fatalismo
Una Solución no Fatalista
La Libertad De Escoger, Varía
Libre Albedrío, un Factor en la Evolución
Efectos Demorados y Libre Albedrío
El Aspecto Doble del Libre Albedrío
Bondad y Maldad
El Sufrimiento y la Adversidad como Enseñanzas
Karma "Bueno" y Karma "Malo"
Karma y Venganza
"Interfiriendo con el Karma"
Karma y el Perdón de los Pecados
El Karma y la Curación Mental
"Sufrimiento Inmerecido"
¿Es Injusto Sufrir por Hechos Olvidados?
¿Son los Efectos Demorados Conducentes a la Maldad?
Karma-Némesis y el Karma Amigo
El Karma y Sus Doctrinas Compañeras
El Karma y la Teoría de una Sola Vida sobre la Tierra
El Karma y la Prueba Científica
La Prueba Más Fuerte para el Karma
El Karma y las Religiones Grandiosas

Leyes Intrínsecas de la Naturaleza

Existe una tendencia esencial en la Naturaleza a restaurar el equilibrio y la armonía


donde quiera que ellos hayan sido desordenados.

Si la rama de un árbol es agobiada de su posición, ella reacciona con una fuerza igual
y opuesta, que regresará a la rama a su posición original cuando se le libere. Si una piedra es
lanzada hacia arriba, ella regresará a la tierra con una velocidad igual a esa con que fue
arrojada. Si un peso es suspendido por una cuerda, producirá una tensión en la cuerda igual al
peso, pero tirando en la dirección opuesta.
El Enigma de la Vida – pág. 116

Estos son ejemplos en el plano material de una tendencia inherente en la Naturaleza,


que en Mecánica es expresada por la fórmula: "A toda acción se opone una reacción igual y
de sentido opuesto." Vemos otros ejemplos de la Naturaleza tendientes a restablecer el
equilibrio en fenómenos tan comunes como el del agua, que vuelve a su nivel después de que
ha sido perturbada; el aire atmosférico se mueve de áreas de alta presión hacia las de presión
inferior, o el de un péndulo oscilante que finalmente regresa a su posición de reposo.

Las enseñanzas antiguas nos dicen que la misma tendencia opera en todo el Universo,
y en todos sus planos, visibles e invisibles. Los seres humanos somos también gobernados por
la misma ley, porque también somos parte de la Naturaleza. En nuestra esencia más íntima,
somos Uno con la Vida Universal. Mediante esta fuente eterna, todos estamos unidos unos a
otros, así como las hojas de un árbol, o como las células y órganos en el cuerpo humano. La
relación natural entre los seres humanos es, por lo tanto, de armonía y cooperación por el bien
común. Si esta relación armoniosa se rompe, Madre Naturaleza responde con crear reacciones
de la misma clase, iguales, pero de sentido opuesto, para restablecer el equilibrio. Así que, si
nuestros motivos, sentimientos, pensamientos y acciones son de una naturaleza perjudicial, lo
mismo nos retornará, y si ellos son de una naturaleza benéfica, la reacción será provechosa.
De ese modo, la vida nos devuelve lo que le damos.

La tendencia en la Naturaleza para responder a los impulsos externos al producir


reacciones equivalentes, es descrita por "La Ley de Causa y Efecto," "La Ley de
Consecuencias," etc. En la filosofía hindú es referida por el término sánscrito "Karma." Y
porque no existe un término adecuado en los idiomas occidentales para expresar esa idea, y a
fin de evitar expresiones incómodas, el término sánscrito ha sido adoptado en la literatura
teosófica para ese propósito.

Traducido literalmente, Karma significa: "acción," pero para un hindú, esta palabra
tiene un significado más extenso que el que tiene para un occidental. Para el hindú, el efecto
es intrínseco en la causa. Él considera que un acto inicial es solamente la mitad de una
operación que no se completa hasta que ocurre la reacción. Así, el término Karma, incluye
causa y efecto al mismo tiempo. Muchas veces es referido como una "Ley," pero esto no debe
entenderse en el sentido jurídico, como un edicto pronunciado por una autoridad externa, sino
en el sentido científico, como una cualidad intrínseca en la Naturaleza.

Karma es la ley fundamental que gobierna todas las acciones. Es lo que mantiene el
equilibrio, lo que restaura el equilibrio perturbado. No castiga ni recompensa, meramente
ajusta.

En The Secret Doctrine, Vol. I, pp. 643-4, H. P. Blavatsky escribe:

El único decreto del Karma — el eterno e inmutable decreto — es Armonía absoluta


en el mundo de la materia como en el mundo del espíritu. Por lo tanto, Karma no es lo que
recompensa o castiga, sino que somos nosotros quienes nos recompensamos o nos
castigamos, de acuerdo a si trabajamos con la Naturaleza, por ella, y según las vías de ella,
ateniéndonos a las leyes en las que depende la armonía, o — si las rompemos.
***
No existe ni un solo accidente en nuestras vidas, ni un solo día deforme, o una sola
desgracia, que no puedan ser remontados a nuestras propias conductas, en esta o en otra vida.
Si uno rompe las leyes de la Armonía . . . uno debe estar preparado para caer dentro del caos
que uno mismo ha producido.
El Enigma de la Vida – pág. 117

***
Karma-Némesis no es más que el efecto dinámico (espiritual) de las causas mostradas
y de las fuerzas puestas en actividad por nuestras propias acciones.

El libro Book of the Golden Precepts,* dice del Karma:

Entérate de que ningún esfuerzo, aún ni el más mínimo — correcto o equivocado —


puede desvanecerse del mundo de las causas. Tú puedes crear este "día" (esta vida), tus
posibilidades para tu "día siguiente" (vidas futuras). En el "Gran Viaje" (ciclo de existencias),
las causas sembradas cada hora, acarrean cada una su cosecha de efectos, porque una Justicia
rígida gobierna el mundo. Con una barrida poderosa de acción impecable, ella le brinda a los
mortales, vidas de bienestar o de infortunio, la prole kármica de todos nuestros pensamientos
y acciones anteriores.

*Vea La Voz del Silencio por H. P. Blavastsky, cuya obra es una traducción de estos preceptos.

La Ley en la Naturaleza

Si estudiamos la Naturaleza, encontraremos que sus fuerzas obedecen sus leyes sin
lugar a dudas, dondequiera que seamos capaces de someter esas fuerzas a pruebas rígidas.

Así, por ejemplo, las leyes que gobiernan las fuerzas de gravedad han sido
establecidas desde hace mucho tiempo. Muchas leyes que gobiernan la electricidad, el
magnetismo, las reacciones químicas, el calor, la luz, el sonido y el fenómeno de la radiación,
son también conocidas. Los movimientos de los soles y los planetas siguen las leyes de la
física. Más ejemplos se pueden citar. En todos estos ejemplos, se sabe que las reacciones de la
Naturaleza son consistentes, y que los experimentos dirigidos bajo las mismas condiciones,
siempre producirán los mismos efectos.

Todos los esfuerzos científicos están orientados hacia el descubrimiento de nuevos


fenómenos en la Naturaleza y hacia las fuerzas que los producen, como también hacia las
leyes que gobiernan esas fuerzas. Todo el esfuerzo se basa en la firme convicción de que los
fenómenos naturales deben apoyarse en leyes inmutables, los cuales, aunque hasta ahora
desconocidos, solamente están esperando a que se les descubra. Todo investigador científico,
por su labor, demuestra su fe en que todos los fenómenos en la Naturaleza deben gobernarse
por leyes.

En el mundo de las ideas también podemos ver cómo los efectos surgen tras las
causas. Esto es demostrado de forma sorprendente en matemáticas, en donde cada paso
sucesivo, desde la aritmética elemental, hasta las ramas más complicadas de esta ciencia, está
fundamentado en realidades previamente establecidas. Una proposición, en geometría, es
demostrada por una cadena rígida de deducciones, una realidad que resulta de otras realidades
previamente demostradas. A las matemáticas se le puede identificar como "la vara de medir,"
porque el conocimiento que se obtiene en las demás áreas puede "medirse" por medio de las
matemáticas, porque uno de los pasos comunes al interpretar datos experimentales es
determinar si ellos pueden reducirse a fórmulas matemáticas.

Las Leyes de la Naturaleza Deben Ser Universales


El Enigma de la Vida – pág. 118

¿Pero qué podemos decir del número enorme de fenómenos en la Naturaleza que,
hasta ahora, hemos sido incapaces de someterlos a pruebas rígidas? ¿Y qué acerca de las
experiencias de la vida humana, que tan vitalmente afectan a cada uno de nosotros, los seres
humanos, en nuestras vidas individuales, en nuestras relaciones con la Naturaleza, y con
nuestros prójimos?

¿Asumiremos que esos fenómenos pertenecen a una clase diferente de los que
conocemos, los cuales sabemos que son gobernados por las leyes de la Naturaleza?
¿Asumiremos que ellos son sucesos fortuitos de ocasión — o reconoceremos que esos
fenómenos también deben someterse a leyes determinadas, aún cuando hasta ahora, no hemos
descubierto esas leyes? El obstáculo mayor para aceptar la ley en estos casos, yace en la
realidad de que somos incapaces de rastrear el funcionamiento de esas leyes. Pero, ¿Es
nuestro fracaso para lograrlo una razón suficiente para concluir que esos fenómenos son el
resultado del azar?

Existen fenómenos que fueron desconocidos o inexplicados para nuestros antepasados,


pero que ahora los conocemos y los entendemos.

Existen fenómenos que son desconocidos e inexplicados para grandes sectores de la


raza humana hasta ahora, pero esos mismos fenómenos son conocidos y entendidos por otros,
la gente más educada.

Si nuestros antepasados y la gente menos educada de ahora, quienes son incapaces de


explicar esos fenómenos, hubieran concluido que ellos fueron el resultado del azar, sabemos
que tal conclusión sería un error de discernimiento, porque nuestros científicos han
demostrado que esos fenómenos son gobernados por las leyes de la Naturaleza.

Si los fenómenos que no fueron entendidos en el pasado produjeron investigación


científica y ahora son entendidos, ¿No es razonable suponer que otros fenómenos, que todavía
no entendemos, de una misma manera producirán investigaciones futuras, y que se
determinará que siguen leyes definidas? ¿Habría alguna duda de que las leyes de la
Naturaleza son universales, y que si algunos de sus fenómenos de los cuales se sabe que son
gobernados por sus leyes, todos los demás también debiesen serlo?

¿Sería cierto que los fenómenos inexplicados para nosotros sean entendidos por otros,
quienes son más evolucionados que nosotros? Ciertamente, ese es el caso, de acuerdo a los
Maestros de Sabiduría, quienes han evolucionado más allá de la fase humana. Ellos son
capaces de trasladar sus conciencias a los planos invisibles de la Naturaleza, y ellos nos dicen,
desde esa posición ventajosa, que todo fenómeno en la Naturaleza es el resultado de la
operación de alguna ley de la Naturaleza, y que en esos casos, en donde la cadena de
causalidad no puede ser seguida en el plano físico externo, esa cadena sí existe y puede ser
rastreada en los planos invisibles de la Naturaleza.

Las fuerzas de la Naturaleza actúan automáticamente y con precisión, ya sea que se


vean y se entiendan, o no. Es como una persona que opera una computadora. El mecanismo
está escondido dentro de la computadora, y es posible que el operador no entienda el principio
sobre el cual ella trabaja, pero cada vez que la usa, obtiene resultados precisos. El operador
sabe que las operaciones son hechas correctamente y con precisión.
El Enigma de la Vida – pág. 119

Lo mismo sucede con el Hombre en sus relaciones con la Naturaleza y con sus
prójimos. El dominio del Karma es completo, y es inútil para nosotros el tratar de escapar a
las consecuencias de nuestras acciones, porque acarreamos las semillas de ellas con nosotros,
en nuestra naturaleza interior, dondequiera que vayamos. En su debido tiempo, recogeremos
lo que hayamos sembrado. Si fue maldad, la cosecha será maldad, pero ninguna maldad nos
vendrá si no la hemos sembrado; solamente recogeremos lo que es justamente merecido, ni
más, ni menos. Y si la semilla fue buena, la cosecha también será buena. No puede
retenérsele; nos vendrá, lo queramos o no. No tenemos que "pelear por nuestros derechos." El
Karma lo hará por nosotros. Pero no podemos recibir ningún beneficio que no hayamos
ganado. Si buscamos ese beneficio, en su oportunidad se le regresará a quien justamente le
corresponda.

Efectos Retardados

Si se lanza una piedra hacia arriba, caerá al suelo en unos pocos segundos. El impulso
que la mano le da al lanzarla, le imparte energía a la piedra. Mientras la piedra se mueve a
través del aire, esa energía permanece sin disiparse. Cuando la piedra cae en el suelo, su
energía inherente se consume al producir cierto efecto donde ella golpea el suelo.

Así, vemos que existen tres pasos envueltos en la acción:

1) El impulso generador ("el lanzamiento de la piedra"),


2) El lapso entre la causa y el efecto ("la piedra en el aire") y
3) El efecto producido cuando la energía en la piedra se consume por sí sola, ("la
piedra golpea el suelo")
1) Es "Karma en formación":
2) Es Karma sin balance, "suspendido" o "almacenado," que espera la oportunidad de
ser equilibrado.
3) Es Karma en el proceso de producir equilibrio.

Es posible evitar confusión al notar que el término Karma, algunas veces es usado en
un sentido especial, como en la expresión: "Alguien está deshaciéndose de una cantidad de
Karma desagradable." En ese caso, el término no se refiere al proceso completo de los tres
pasos esbozados anteriormente, sino solamente a la energía acumulada y latente del paso 2, la
cual se está transmutando en energía activa del paso 3.

Cuando se lanzó la piedra al aire y se le permitió caer sin ninguna interferencia, el


intervalo entre causa y efecto duró solamente unos pocos segundos. Pero supongamos que en
la cumbre de su viaje, la piedra hubiera aterrizado en el techo de un edificio. Entonces hubiera
sido impedida de continuar su viaje, y su energía, almacenada en esa forma, permanecería
latente. Es posible que la piedra permanezca en ese techo por años, posiblemente aún siglos,
antes de que alguien, por accidente, la empuje sobre el borde, y cuando eso suceda, la piedra
reanudará su caída, y cuando golpee el suelo, el efecto sería el mismo como si hubiere caído
inmediatamente. La longitud del período no tuvo influencia sobre el efecto final. El mismo
principio se aplica a un resorte comprimido. La cantidad exacta de energía usada al
comprimirlo, será liberada cuando se suelte al resorte, sin tomar en cuenta el tiempo en que
estuvo bajo compresión.
El Enigma de la Vida – pág. 120

En los asuntos humanos también hay un lapso entre acción y reacción, el que podría
variar de cero a muchos años, a veces toda una vida, o aún mucho más. Es esta demora lo que
causa tanto el pensar en la posibilidad de que el efecto nunca vendrá, exactamente como el
hombre que lanzó la piedra que aterrizó en el techo, quien puede alejarse y olvidar el
incidente, sin darse cuenta que algún día, en el futuro, el efecto de su acción deberá cumplirse.

Cada vez que el Hombre piensa, siente o actúa, un cambio se origina en la parte
invisible de su naturaleza; una fuerza psico-magnética es generada, que en lo sucesivo,
irresistiblemente ubicará al hombre en esas circunstancias donde el equilibrio de la acción
puede ocurrir o, sin lugar a dudas, ocurrirá. Así, el Hombre por sí mismo, es el vínculo entre
su acción y el efecto que debe producirse. El Hombre es un almacén de fuerzas y energías de
su propia elaboración, siendo cada una el resultado de una acción anterior, y cada una
esperando su oportunidad para que sea equilibrada. Así como el imán recoge las limaduras del
hierro y no recoge la arena, así mismo, cada una de esas fuerzas desequilibradas atraerá a su
equivalente propia.

"La Muesca en el Tipo de Imprenta"

En esta conexión, el autor recuerda un método de selección empleado por una


máquina, la cual él vio en una imprenta hace algunos años, en donde la impresión era hecha
con una clase de tipo individual, suelto, independiente para cada letra que se imprimiera.
Después de la impresión, todo el tipo tenía que ser clasificado, y cada uno colocado en su
propio hueco para usarlo al día siguiente. Esta clasificación era hecha por una "máquina
distribuidora," a través de la cual, todo el tipo tenía que pasar. Cada tipo tenía una muesca o
corte de cierta configuración en su borde y localizado a cierta altura, todas distintas para las
diferentes letras. A medida que el tipo atravesaba el sistema intrincado de pasajes de la
máquina distribuidora, todos ellos, más temprano o más tarde, pasaban por una ranura, la cual
tenía una proyección correspondiente a la muesca en el tipo, y esta muesca conducía al tipo a
su destino exacto.

Cuando el Hombre piensa o actúa, hace una "muesca" en la parte invisible de su


naturaleza, la cual acarrea con él en lo sucesivo. A medida que él atraviesa la vida, enfrentará
muchas experiencias, pero él será profundamente afectado solamente por las que
corresponden a la "muesca en el tipo" de su propia naturaleza interna.

El hecho de que la "muesca en el tipo" es invisible, no debería ser sorprendente,


porque el pensamiento o el sentimiento que dirigió la acción, también es invisible. Para
aquellos que han desarrollado sus facultades internas, los pensamientos y los sentimientos son
visibles, porque ellos tienen forma y substancia de sus propios planos, de acuerdo a lo que la
Sabiduría Antigua nos dice.

Medios Usados Por El Karma

Herencia y Medioambiente

El Karma usa muchos y diferentes medios para la ejecución de sus propósitos. Dos de
ellos son: la herencia y el medioambiente.

Cuando un alma o Ego está listo para ingresar a la vida encarnada, todos los lazos que
lo vinculaban a otros Egos en el pasado, empiezan a autoimponerse, y el más fuerte de ellos
El Enigma de la Vida – pág. 121

atraerá al Ego a ese círculo familiar con el cual él tiene lo máximo en común. Por lo tanto, el
Ego entrante será atraído a esos padres que son, más o menos, similares a él, al menos en
algunos respectos. La consecuencia de esta semejanza interna, a menudo lo autorefleja en una
semejanza de apariencia externa. Pero porque el parecido interno no es completo en todos sus
detalles, también existen diferencias en la apariencia externa.

Las características del Ego entrante se deben a sus propios pensamientos y hechos
anteriores, es decir, su Karma. Por lo tanto, es Karma lo que determina nuestras conexiones
familiares y con nuestra herencia. Por lo tanto, la secuencia no es que los hijos sean como sus
padres porque nacen juntos, sino que ellos vienen a sus padres porque son semejantes a ellos
en carácter. Es el caso de "Dios los cría y ellos se juntan." Ellos se reúnen porque son
intrínsecamente parecidos; ellos no se vuelven semejantes por reunirse.

Mientras que el amor, la semejanza de carácter y los intereses comunes son los
factores que usualmente atraen al Ego a su futura familia, también pueden haber otras fuerzas
trabajando. Es posible que las almas sean atraídas recíprocamente a fin de desarrollar algún
problema no resuelto, o liquidar alguna vieja cuenta kármica. Es posible que a un alma
rebelde se le dé una oportunidad para que se autoredima al ser atraída a una buena familia, al
mismo tiempo que su presencia allí, actúe como una espuela para el desarrollo de paciencia y
caridad de parte del resto de la familia. De una manera parecida, es posible que un alma
relativamente avanzada, escoja encarnarse en una familia retrasada para su propia disciplina,
y al mismo tiempo, los otros miembros de esta familia puedan beneficiarse por la presencia de
una influencia útil entre ellos.

Si la semejanza entre padres e hijos se debiera solamente a la herencia, debería ser


uniforme y consistente, pero esto no es cierto. Es posible que los hijos sean como sus padres
en algunos respectos, y diferir extensamente de ellos en otras formas. Los hijos en la misma
familia también muestran grandes diferencias en características, aunque tengan ascendencia
idéntica. Es conocido un caso de gemelos idénticos, en donde uno de ellos fue albino, con piel
blanca lechosa, y pelo y ojos rojizos, mientras el otro tenía pelo negro y ojos obscuros, como
los de ambos padres.

Algunas veces, los genios nacen en familias con desarrollo intelectual común, e idiotas
les han nacido a padres altamente intelectuales.

Napoleón mostró una habilidad y genio que les faltaban completamente a sus padres y
a sus numerosos hermanos y hermanas. La habilidad musical de Bach se desvaneció
gradualmente de su línea familiar.

Quienes reclaman que nuestras características innatas se deben a nuestra herencia,


señalan las semejanzas, pero ignoran las diferencias. Una teoría satisfactoria debiera explicar
ambas. Y porque la herencia fracasa en hacerlo, es evidente que la causa de nuestras
características intrínsecas yace más profunda que el traslado sencillo de cualidades genéticas
de padres a hijos.

También la teoría común de la herencia introduce los problemas de injusticia y


responsabilidad, y fracasa en resolverlos. ¿Por qué debería ser inválido un hijo por una
herencia desfavorable, mientras otro es ayudado por una favorable? ¿Cómo puede alguien ser
responsable por sus acciones, si sus características son determinadas por sus padres y no por
él mismo? Los padres, a su vez, pueden descargar la responsabilidad a los abuelos, y así
El Enigma de la Vida – pág. 122

sucesivamente. A la larga, nadie sería responsable por ninguna acción. Así, el criminal podría
excusar su crimen al echarle la culpa a su herencia. Ninguna sociedad organizada podría
mantenerse, si este análisis de herencia fuera aplicado en las cortes legales.

Lo difícil con la teoría común de la herencia es que procura explicar las características
innatas del Hombre sobre la base de una sola vida en la tierra. Los problemas de la herencia
no se pueden resolver, a menos que reconozcamos la doctrina de la Reencarnación. Visto a la
luz de repetidas existencias, todas las dificultades se desvanecen. El Alma, el Ego, ha vivido
antes, y sus características actuales son los resultados de sus acciones anteriores. Por lo tanto,
la herencia es un efecto, no una causa. Es uno de los medios que el Karma usa para producirle
al Hombre los efectos de las causas que él sembró en sus vidas pasadas. No existe injusticia
en el proceso, y cada cual es responsable por sí mismo, por lo que es y lo que hace.

Nuestro medioambiente, como nuestra herencia, es el efecto de nuestros pensamientos


y hechos pasados. Al nacer, somos atraídos a circunstancias y sus alrededores, tal y como lo
hicimos para nosotros mismos en nuestras vidas anteriores, o hacia un medioambiente en
donde el Karma desequilibrado puede volverse equilibrado. El medioambiente, como la
herencia, es uno de los más efectivos instrumentos de trabajo del Karma.

El medioambiente es otra espina de injusticia, si lo apreciamos desde el punto de vista


de una sola vida sobre la tierra, pero se reconoce como un equilibrio justo de efectos, si lo
vemos a la luz de la Reencarnación.

Sucesos al Azar

Cuando decimos que un suceso "ocurrió al azar," queremos decir que ocurrió, ya sea
sin causa, o que la causa no fue aparente. Usado en el sentido anterior, la expresión se
contradice por sí sola, porque un suceso no puede ocurrir por una "causa," que por definición,
no es causa. No existe el azar, si por azar queremos decir que los sucesos ocurren sin causa.
Todo suceso en la vida humana, desde el más frecuente, hasta el más extraño e inusual, está
gobernado por la ley del Karma.

Pero si usamos la palabra "azar" en su segundo sentido, se convierte en un término


práctico para describir sucesos, cuyas causas están ocultas para nosotros.

En muchas situaciones, la demora entre la causa y el efecto es corta. Por lo tanto,


podemos ver la conexión entre los dos, y es fácil reconocer la operación del Karma.

En el caso de otros acontecimientos, incluyendo los referidos como accidentes, golpes


de suerte, o desgracias, azar, etc., es posible que haya un período largo entre causa y efecto.
En ellos, el efecto es visto, pero no la causa. La Sabiduría Antigua nos dice que todos esos
sucesos son los efectos retardados de causas sembradas más temprano en esta vida, o tal vez
en una encarnación previa, y desde entonces, olvidadas. Cuando el tiempo es debido para el
equilibrio de esas causas, "la muesca en el tipo" de la propia naturaleza interna del individuo,
lo guía hacia un problema, o lo salva de él. Las circunstancias extrañas y externas, son los
medios que el Karma utiliza para ejecutar sus fines.

Ilustraciones de esos sucesos se dan enseguida. Todos ellos son casos reales que
fueron reportados en periódicos y revistas.
El Enigma de la Vida – pág. 123

Peligro en la Seguridad — El hogar debería ser un lugar fuera de peligro, pero el


Consejo Nacional de Seguridad reporta que por un año, de 88 000 accidentes fatales en E. U.,
28 000, o aproximadamente el 32%, ocurrieron en el hogar.

Un hombre estaba sentado en la entrada del frente de su hogar. Un carro veloz recogió
un guijarro de cierta grava sobre la calle, y lo lanzó a 24 m., con la velocidad de una bala,
golpeó al hombre en la frente, y lo mató.

Otro hombre tuvo dificultad en meter su pie dentro de un zapato. Dio un tirón
exasperado, perdió el equilibrio y cayó. La fractura resultante en el cráneo, lo mató.

Un hombre, quien había dejado su carro por tener una llanta pinchada, empezó a
caminar hacia el pueblo más próximo. A fin de mantenerse a salvo de ser atropellado por los
carros que pasaban, él caminó sobre el lado de afuera de una hilera de árboles plantados a lo
largo de la carretera. Un carro que trató de pasarle a un camión, perdió el control, pasó en
medio de dos árboles, y golpeó al peatón, mandándolo al hospital.

Seguridad en el Peligro — Un hombre se lanzó sin peligro desde lo alto de las


Cataratas del Niágara en un barril, pero se rompió la nuca al deslizarse en una cáscara de
naranja.

Un profesional en saltos de paracaídas, quien había realizado 2 226 saltos desde


aviones y globos sin lesiones, fue hospitalizado después de una caída desde la parte trasera de
un camión aparcado.

Una señora aviadora, una vez cayó desde 9 000 m en su avión y escapó ilesa, pero se
fracturó la nariz y sacó más lesiones, cuando su cama se hundió en un hotel.

Escapes Milagrosos — En una explosión en una escuela de Texas, en donde 413 niños
perdieron la vida, una joven se inclinó debajo de su escritorio para recoger un pedazo de
papel, exactamente al momento de la explosión. El escritorio la protegió de los escombros que
caían.

Exactamente cuando un hombre manejaba su automóvil sobre un cruce de una vía


férrea de tres carriles, logró ver un tren que avanzaba sobre él. Creyendo que el tren venía en
el carril más lejano de los tres, él aplicó los frenos bruscamente. Pero su pie se deslizó, golpeó
el acelerador, y el carro saltó hacia el carril de afuera. Al pasar, la locomotora rozó la parte
trasera del carro, ya que el tren, en realidad, venía en el carril central, sobre el cual el
motorista intentó parar el carro.

Rescates Raros — Un mecánico de carros fue vencido por el gas monóxido de


carbono cuando reparaba el calentador en un carro cerrado. Él se desplomó hacia delante, en
tal forma que su mentón golpeó el botón de la bocina. Sus amigos vinieron a rescatarlo.

Un submarino inglés yacía en el fondo del océano por dos días, y la tripulación ya no
tenía esperanzas de sobrevivir. El capitán los dirigió para que cantaran el himno
"Permanezcan Conmigo." Tabletas para dormir fueron entonces distribuidas para calmar los
nervios de los marinos. Uno de ellos se desmayó poco después, y cayó contra un aparato que
puso el mecanismo del aire en movimiento, con lo cual el submarino emergió a la superficie,
y después se dirigió a la playa. Todos fueron rescatados.
El Enigma de la Vida – pág. 124

Guardado del Peligro — Un muchacho de escuela secundaria, por mantenerse


ocupado ayudándole a su padre en la tienda de comestibles, perdió el autobús escolar
justamente cuando pasaba por allí. Él trató de gritarle, pero fue dejado por el autobús. El
autobús se estrelló contra un tren de carga. Veintidós de sus compañeros, juntamente con el
motorista, perecieron en el choque.

Un hombre, viajando con su esposa y su bebé en el desierto de Arizona, paró


brevemente para repararle algo al carro. Un poco más tarde, él llegó al lecho, usualmente
seco, del cruce de un río, para darse cuenta de que otros tres carros, que venían justamente
adelante del suyo, habían sido arrastrados por una crecida del río que fue causada por un
aguacero, la cual se produjo sin previo aviso.

Una madre acostumbraba tomar a su niña de cuatro años de edad, para mecerla en la
hamaca del patio, todos los días después de la cena, pero cierto día, la madre estaba muy
ocupada, y le dijo a la niña que fuera sola. Como sea, la niña prefirió esperar adentro hasta
que la madre estuviera lista para salir. Unos minutos más tarde, un estruendo se oyó, y cuando
la madre miró hacia fuera, al patio, se dio cuenta que un molino de viento y tanque de agua,
ubicado en el patio vecino, y que pesaba muchas toneladas, se había derrumbado, y la hamaca
donde la madre y la niña acostumbraban a mecerse, estaba enterrada bajo madera pesada de
construcción y escombros.

Bendiciones Disfrazadas — Una niña se dañó su columna al caer escaleras abajo, y


como consecuencia, perdió el uso de ambas piernas. Los doctores dieron muy poca esperanza
para que se recuperara. Cinco años más tarde, un camión atropelló el coche en el cual ella
estaba siendo empujada al teatro. Después de la conmoción, su condición empezó a mejorar, y
unos meses más tarde, ella fue capaz de caminar sin ayuda.

Una mujer, que se volvió sorda a causa de una infección en el oído, recuperó su
audición tres meses más tarde, por la conmoción que recibió cuando su casa fue alcanzada por
un rayo.

Un muchacho de quince años de edad, sufrió una infección en su pierna después de


una lesión durante un juego de balompié, y no pudo caminar sin muletas. Un año más tarde, él
fue pateado por un caballo, y eso trajo a la superficie una astilla de hueso que los rayos X
habían fracasado en revelar. La astilla fue removida, la pierna se curó, y las muletas fueron
desechadas.

Hasta aquí — pero no más — Un hombre estaba trabajando cerca de una sierra para
hielo, su overol quedó enredado, lo que arrastró su pierna dentro de la maquina. La sierra le
cortó la pierna, le retorció el overol formando un torniquete muy poderoso, y luego se atascó.
El hombre quedó postrado impotente por una hora. La ropa retorcida paró el flujo de sangre y
le salvó la vida.

Un hombre fue "ahorcado" por un crimen que no cometió, pero la cuerda se deslizó, y
él no murió. Después, el verdadero asesino confesó, y el hombre inocente fue liberado de la
culpa.

Un profesor, quien había estado ciego por dieciocho años, gradualmente y sin ninguna
causa aparente, recuperó la vista.
El Enigma de la Vida – pág. 125

Cita con la muerte — Durante el bombardeo de una ciudad, un comerciante tomó su


dinero y se marchó apresuradamente hacia el campo en su automóvil, porque una casa cerca
de él, había sido bombardeada. Lejísimos de allí, él fue reducido a pedazos por una bomba.

En un terremoto, una oficinista tuvo que atravesar el cuarto de máquinas de una


lavandería para alcanzar la calle. El edificio se derrumbó, y la mujer murió. Si ella hubiera
permanecido en la oficina, ella habría escapado ilesa, porque ese edificio no sufrió daños.

El Karma te Golpea o te Guarda — Una explosión de gas debajo de la calle de una


ciudad, mandó la tapa pesada de hierro forjado de un pozo de visita, a la altura de cinco pisos
en el aire, y al estrellarse contra el tragaluz de un elevador, cayó hacia abajo a través de la
estructura soportadora, entró en el elevador, mató a un pasajero, pero tres pasajeros más,
escaparon ilesos.

En la erupción del Monte Pelée, en Martinica, en mayo 08, 1902, la ciudad St. Pierre
fue destruida, y todos sus habitantes murieron, menos uno. Un prisionero, mantenido en la
cárcel de la ciudad, fue el único superviviente.

Inmune a la Enfermedad — Alguna gente que constantemente se expone al contagio,


no se enferma, mientras que otros que no se exponen, y que posiblemente usan diversos
medios para autoprotegerse, pueden contraer la enfermedad.

Individuos Propensos a los Accidentes — Los accidentes no son uniformemente


distribuidos entre la población. Las estadísticas sobre este tema, muestran que los accidentes
en cualquier grupo de individuos, ocurren principalmente en un número muy pequeño de
personas propensas a los accidentes. Esta propensión a los accidentes es una cualidad
individual relativamente estable.

Las Circunstancias no dan Explicaciones — Evidentemente, es imposible explicar


esos sucesos como efectos de circunstancias externas bajo las cuales suceden, porque el
resultado es frecuentemente lo opuesto a lo que debería esperarse bajo dichas circunstancias.
El hogar debería ser un lugar seguro, pero es posible que no lo sea. Deslizarse sobre una
cáscara de naranja, debería ser menos peligroso que caer desde lo alto de las Cataratas del
Niágara dentro de un barril. Una caída de un metro de altura desde un camión aparcado,
debería ser menos probable que cause daño, que millares de saltos en paracaídas, pero no lo
fue.

La Causa debe estar en el Individuo — ¿Por qué es que bajo las mismas
circunstancias, diferentes individuos pagan un precio distinto? En la explosión de la escuela
de Texas, donde cientos murieron, alguien que estaba en el medio, escapó. Lo mismo sucedió
en la erupción del Monte Pelée, donde muchos millares perecieron; y uno que estaba en el
centro de la ciudad que fue destruida, se salvó.

Al agregar a esta realidad los hechos suministrados por las estadísticas de accidentes,
de que ciertos individuos son mucho más propensos a los accidentes que el promedio, ¿No se
vuelve aparente que la causa verdadera para que suceda, debe ser innata en el individuo de por
sí, en lugar de culpar a las circunstancias?
El Enigma de la Vida – pág. 126

Comentarios sobre los Sucesos al Azar, Basados sobre la Enseñanza


Antigua

Ningún lugar es seguro si es nuestro Karma el que dispone hacer los ajustes
necesarios, como se demostró en los accidentes en el hogar.

El buscar seguridad nos puede conducir al peligro, como en el caso del hombre que
interpuso una hilera de árboles entre él y la carretera; o la mujer que buscó salvarse del
terremoto, o del hombre que huyó del bombardeo.

Ningún peligro nos dañará, si no merecemos que seamos perjudicados, como se


demostró en el caso de la niña escolar en la explosión de gas, o el del prisionero en la
erupción del Monte Pelée.

El Karma golpea a su debido tiempo, no antes. El paracaidista y el hombre que se


lanzó desde lo alto de las Cataratas del Niágara, ambos tuvieron más tiempo debido y
escaparon de un peligro muy grande, sólo para ser alcanzados por uno menor, cuando el
tiempo para ellos estuvo cumplido.

Es posible que se nos traiga al borde del desastre, y la muerte puede parecer inevitable,
pero el Karma proveerá una salida, si se espera que seamos salvos, como en el caso de la
tripulación del submarino, o el del hombre que se desmayó y que con su mentón hizo
funcionar la bocina del carro, o el del hombre que fue "ahorcado."

Cuando nuestro propio esfuerzo para salvarnos por nosotros mismos nos habría
ocasionado muerte, como en el caso del hombre que cruzaba las tres pistas de la vía férrea, el
Karma interviene, si es que somos perdonados, causándonos que hagamos lo que se puede
pensar que es un paso en falso, pero que nos salva la vida.

Es posible que seamos guardados del peligro en circunstancias que les ponemos reparo
en ese momento, pero que después admitimos que fueron los medios para salvar nuestras
vidas, como le sucedió al muchacho que perdió el autobús de la escuela, o el del motorista
que fue demorado y escapó de la crecida del río, o el de la madre y su hija, que no tomaron su
acostumbrada mecida en la hamaca.

Cuando hemos agotado la medida de sufrimiento que debemos, el Karma encuentra


formas y medios para aliviarnos, medios que pueden parecer severos, pero traen los resultados
deseados, como en el caso de la niña inválida, cuyo coche colisionó con un camión; o el de la
mujer, cuya audición fue restablecida por el golpe de un rayo; y el del muchacho, cuya
infección fue curada por el resultado indirecto de ser pateado por un caballo. O el Karma
puede usar medios que son menos espectaculares, como en el caso del profesor de escuela,
cuya vista regresó después de 18 años de ceguera.

Desgracias serias nos pueden suceder, pero que no acarrean con ellas la pérdida de la
vida, y el Karma nos trae lo uno, pero no lo otro, como sucedió con el hombre que perdió su
pierna en la sierra para el hielo, pero que fue salvado de sangrar hasta morir. Y si merecemos
que perdamos la vida, la muerte nos puede alcanzar de la manera más inesperada, como lo fue
para el hombre en el elevador, que fue muerto por la tapa voladora del pozo.
El Enigma de la Vida – pág. 127

Es posible que tengamos en nuestro sistema gérmenes de muchas enfermedades


peligrosas, pero que son impotentes para dañarnos, a menos que sea nuestro Karma el que
intervenga para que contraigamos la enfermedad.

Lo que nos espera, nos vendrá, ya sea bueno, ya sea malo. Lo que no nos espera,
pasará de largo. Los "accidentes" y "los sucesos al azar" de la vida, tanto como la herencia y
el medioambiente, son herramientas que el Karma usa, para equilibrar causas viejas y
olvidadas.

Los Árabes ilustran lo infructuoso de tratar de escapar del destino con esta historia:

A Omar, el mercader, se le había predicho que moriría cierto día, a las siete de la
noche. Cuando el día vino, él montó su caballo más veloz y cabalgó todo el día en el desierto
para encontrar un lugar oculto y seguro. Exactamente antes de las siete de la noche, él llegó a
un oasis, y agotado, se echó en el suelo, felicitándose de haber encontrado un refugio seguro.
Mirando alrededor, vio a alguien más, acostado bajo unos árboles cercanos, y se levantó para
investigar. El extraño le preguntó: "¿Eres Omar, el mercader?" Al recibir una respuesta
afirmativa, el extraño continuó: "Se me dijo que te encontrara aquí a las siete de la noche.
Estaba comenzando a pensar que vendrías tarde, pero veo que eres puntual. Soy la Muerte;
ahora, marchémonos."

Las causas verdaderas de los accidentes y los otros "sucesos al azar," no se pueden
explicar a la luz de una sola vida terrestre, pero son fácilmente reconocidas cuando las vidas
repetidas del hombre sobre la tierra, se toman en cuenta.

El Karma y la Falta de Atención

Si no podemos escapar del destino, ¿Representa alguna ventaja ejercer prudencia en


nuestras acciones?

La Naturaleza siempre puede estar confiada en su capacidad de equilibrar el Karma en


la forma más misericordiosa y consistente con la Justicia. Cuando somos descuidados o
imprudentes, es posible que estemos interfiriendo con el plan de la Naturaleza. De esa
manera, estamos desafiando a nuestro Karma, y es posible, al hacerlo así, que nos echemos
sobre nosotros mismos, un torrente de efectos que no estaba programado para que se nos
vinieran encima, sino hasta más tarde en la vida. Si se lo hubiéramos permitido a la
Naturaleza, ella nos pudo haber dado más tiempo, y nosotros pudimos haber estado mejor
preparados para enfrentarnos a esas experiencias cuando tenían que venir. Deberíamos tomar
esas precauciones como el sentido común lo establece, sabiendo que si no estamos
kármicamente conectados con un suceso inminente, esas precauciones serán eficaces.
Precauciones excesivas no nos salvarán de nuestro destino, y pueden, en cambio, guiarnos
dentro de una situación donde ese destino puede ser satisfecho, como se demostró con los
ejemplos citados.

Si nuestro descuido afecta a los demás, es posible acelerar el Karma de ellos, y


forzarlos a que lo enfrenten cuando ellos no están preparados. El hecho de que hayamos
dañado a los demás por nuestro descuido, nos hace kármicamente responsables del daño que
pueda ocasionar el descuido de ellos. Hemos sembrado una semilla dañina, la cual, al final,
tendremos que recoger.
El Enigma de la Vida – pág. 128

Si en lugar de ser descuidados, nos volvemos solícitos por el bienestar de los demás,
generamos una fuerza útil que nos protege, para que el Karma de ellos pueda ser equilibrado
de acuerdo al plan de la Naturaleza, en lugar de ser precipitado fuera de tiempo.

Nosotros Creamos Nuestro Propio Destino

Por nuestros propios pensamientos, sentimientos y acciones en vidas anteriores,


nosotros determinamos lo que nuestro destino tendría que ser, y en esto yace la clase de
nuestro destino futuro. No podemos cambiar nuestras acciones pasadas, y debemos recoger
los efectos de ellas, pero podemos hacer un futuro más brillante y más feliz, por medio de
nuestros pensamientos y acciones actuales.

El hombre es una persona independiente y puede poner nuevas causas en marcha. Los
motivos para sus acciones pueden estar inspirados por sus principios superiores, o por sus
deseos personales. Como se explicó anteriormente, el Ego Humano se coloca entre esos dos
polos opuestos de su naturaleza, y tiene el poder de escoger uno o el otro. Los impulsos desde
el lado superior de la naturaleza del hombre provienen de su fuente espiritual, la cual es la
fuente de toda vida, y esos impulsos son, de esa manera, siempre de una naturaleza altruista.
Estos impulsos deberían ser los motivos de todas nuestras acciones, y si perseveramos, nunca
podríamos equivocarnos. Así, nuestras acciones serán útiles a los demás, y nunca dañinas para
nosotros mismos.

La unidad y origen espirituales de todos los hombres, es la base para las enseñanzas
éticas que le han sido entregadas al hombre por todos los Maestros grandiosos del pasado.
Ellas están incorporadas en el Sermón de la Montaña, y personificadas en la Regla de Oro.
Cuando le hacemos a los otros lo que no nos gustaría que ellos nos hicieran, no se necesita
pensar en las consecuencias que vendrán después. El Karma cuidará de ello, y nuestras futuras
vidas no serán afectadas por tragedias y desgracias.

Pero desdichadamente no todos somos capaces de vivir a la altura de los ideales de la


Regla de Oro. En nuestras existencias pasadas, hemos cedido a los impulsos egoístas de
nuestra naturaleza inferior, con el resultado de que ellos ahora son más fuertes y están
cargados de motivos mayores. Y cuando obedecemos a los impulsos inferiores, fricciones y
riñas son el resultado, conduciendo en muchos casos a accidentes y desastres en
encarnaciones futuras. De esta manera construimos nuestro propio destino, y atraemos sobre
nosotros las tragedias de las que tan amargamente nos quejamos después.

"Así Como Es Arriba, Así Es Abajo"

Somos incapaces de seguir las operaciones del Karma en los planos internos e
invisibles, pero se pueden observar en el plano material. De esa forma, podemos aplicar esas
observaciones a otros planos, si hacemos uso del principio antiguo conocido como el axioma
hermético: "Así como es arriba, así es abajo." De acuerdo a ello, lo pequeño refleja lo grande;
lo inferior refleja lo superior, y lo que sucede en los planos superiores tiene su equivalente en
los planos inferiores, haciendo debida concesión para las diferentes características de los
diferentes planos. Vemos una aplicación de este principio, en la semejanza que existe entre las
estructuras del sistema solar y la del átomo.
El Enigma de la Vida – pág. 129

El axioma hermético, a su vez, se basa en la unidad de toda vida. Desde que la misma
Vida Única se manifiesta en todos los planos de la Naturaleza, pero bajo diferentes aspectos,
no es sino natural que las mismas leyes debieran gobernar en todos esos planos.

Unos pocos ejemplos que muestran cómo la Ley de Causas y Efectos trabaja en el
mundo material deberían, así mismo, ilustrar cómo esta Ley opera en los otros planos de la
Naturaleza.

En cuestiones de dinero, es posible liquidar una cuenta antes de lo que se espera, y se


considera justo y apropiado pagarla, ya sea en una sola entrega, o a "plazos" — poco a poco.
Pero podemos endeudarnos con otros en muchas otras formas, además de tomar dinero
prestado de ellos. Si el caso es comparable a una deuda de dinero, como quiera, parece justo
asumir que puede ser pagada por adelantado, y puede hacerse en un solo pago, o a plazos.

Aprendemos de la física que dos fuerzas iguales y opuestas se anulan, y su efecto


combinado es cero. Si una de ellas es mayor, el efecto será igual a la diferencia entre las dos,
y actuará en la dirección de la fuerza mayor. En la misma forma, en el mundo de las
relaciones humanas, si identificamos a esas acciones como fuentes de felicidad, paz y
bienestar para los demás, y "meritorias" para nosotros; y esas que acarrean infelicidad, riñas y
sufrimientos a los demás, y "demeritorias" para nosotros, y comparamos esas dos actividades
a la acción de las fuerzas físicas, se vuelve aparente que tales acciones podrían equivaler unas
a las otras, y dejar un resultado neto de cero, o un saldo de mérito o demérito, cualquiera que
sea la que predomine.

O si somos comerciantes y cobramos más por nuestra mercadería o servicios de lo que


valen, estamos cometiendo una injusticia a nuestros prójimos. Ponemos una carga adicional
sobre ellos, por cualquiera que sea la cantidad que les hemos sobrecargado; y en su debido
tiempo, el Karma lo equilibrará al hacernos pagar la injusticia que cometimos. Por lo tanto,
tenemos que reintegrar lo que hemos ganado indebidamente.

No sabemos cuanto de esto, o de cualquier otra forma semejante, hemos podido haber
hecho en el pasado, pero lo que sea, lo tendremos que compensar. No podemos alcanzar a
cada una de nuestras víctimas para hacerles restitución individualmente, porque no sabemos
quienes son, o donde están. Si queremos remediar el daño que hemos hecho, debemos
empezar una sucesión de acciones en una naturaleza opuesta; y en forma general, actuar a fin
de servir a nuestros prójimos sin buscar ganancia egoísta a cambio. Al hacer esto,
preequilibramos nuestro Karma, en lugar de esperar hasta que el Karma recuerde la deuda que
debemos.

La ilustración se tomó de la esfera de actividades del comercio, pero el principio se


aplica a todas las actividades humanas. Es posible que seamos descuidados en nuestra postura
mental con los demás; es posible que seamos resentidos y caprichosos, cuando deberíamos ser
amables y apacibles. Es posible que seamos criticones y cínicos, cuando deberíamos ser
bondadosos y agradecidos. Es posible que nos hayamos equivocado en cientos de formas
diferentes en nuestras relaciones con nuestros prójimos, pero cualquiera que pueda ser la
naturaleza de nuestras acciones demeritorias, deberíamos empezar las acciones meritorias de
naturaleza opuesta, para equilibrar las anteriores.

Como otro ejemplo, sabemos que en el plano material, somos afectados por las fuerzas
de la Naturaleza, pero que no somos gobernados, o no estamos esclavizados por ellas. No
El Enigma de la Vida – pág. 130

podemos interferir con esas fuerzas, en el sentido de volverlas inefectivas, pero podemos
superar sus efectos al interponerles otras fuerzas equivalentes más fuertes.

La fuerza de la gravedad, por ejemplo, nos mantiene sobre el suelo, pero si queremos
subir del primero al segundo piso de un edificio, tenemos que vencer esa fuerza. Hacemos
eso, al interponer una fuerza muscular que es más fuerte que la gravedad.

Si no hubiera escaleras, pocos serían capaces de ascender, pero no hay nada que nos
detenga de construir una escalera y subir paso a paso — "poco a poco."

Si queremos regresar al primer piso, podemos hacerlo saltando, pero podemos


conseguir una lesión seria, o podemos usar la escalera y, de ese modo, vencer el efecto de la
fuerza gravitacional, por medio de un número de pequeños esfuerzos de resistencia muscular.
Completamente en todo el proceso, hemos estado bajo la influencia de la fuerza de la
gravedad, pero no nos impidió de llevar a cabo nuestro propósito.

De la misma manera, si podemos superar una fuerza en el plano material, así también
sería posible vencer fuerzas kármicas no utilizadas en cualquier área, al interponer otras
fuerzas opuestas en esa área.

Todo Esfuerzo Cuenta

Una piedra colocada en la cazuela de la balanza, puede mantenerla abajo por largo
tiempo, pero una cantidad pequeña de arena continuamente vertiéndose en la otra cazuela, con
el tiempo equilibrará, y después, pesará más que la piedra. Al principio, pareció como si la
arena no tenía ningún efecto porque la piedra permaneció inmóvil, y después, de repente, fue
levantada. Y lo mismo sucede con nuestras propias acciones. No sabemos cuán enorme
nuestra "piedra," nuestra acumulación de deméritos pueda ser, y es posible que tengamos que
esperar un largo tiempo antes de que los resultados de nuestros esfuerzos se vuelvan
aparentes. Pero así como cada grano de arena hizo su parte para pesar más que la piedra, así
mismo, cada esfuerzo en autosuperación cuenta, aún el más pequeño, y si es continuo, el
tiempo vendrá en el cual todo demérito será equilibrado, y después, superado.

Un Factor Nuevo Ingresa

En todo campo de culpabilidad kármica, la acción meritoria introducirá una fuerza


nueva y benéfica que afectará el resultado de una manera positiva.

La acción puede ser comparada a una pelota lanzada al aire. Si no hay viento, la
distancia que la pelota viajará es gobernada por dos factores: el impulso inicial dado por la
mano, y la fuerza de gravedad.

Si sopla el viento, existe un nuevo factor que cambiará el resultado. Si la pelota se


mueve contra el viento, su viaje se acortará; si se mueve a favor del viento, su viaje se
alargará.

En cada caso, el impulso original dado a la pelota por el lanzador, tuvo su efecto
completo. En el caso de viento adverso, sin embargo, parte del impulso fue absorbido al
vencer la resistencia del viento, con el resultado neto de que el viaje de la pelota se acortó.
El Enigma de la Vida – pág. 131

En el caso donde la pelota viaja con el viento a su favor, nada del impulso original se
disipa, y el efecto del viento es aumentar el viaje de la pelota.

Si aplicamos este principio a las acciones humanas, y con el propósito de ilustrar,


consideremos que la dirección en la que la pelota es lanzada representa acción demeritoria,
entonces el viento adverso representaría acción meritoria.

A medida que el viento adverso reduce el viaje de la pelota, así la acción meritoria
contrarrestaría, al menos, una parte del demérito, y haría el efecto neto menos desfavorable
que habría sido si ningún esfuerzo de neutralización hubiera sido hecho. Es concebible que un
huracán podría aún revertir la dirección del viaje de la pelota.

Todo Lo Que Necesitamos Saber

El Karma es un tema tan vasto e intrincado, que se requeriría una inteligencia


superhumana para entender cómo trabaja en todas sus variadas aplicaciones. Pero tan
detallado conocimiento no es necesario a fin de entender su aplicación en la vida diaria. Todo
lo que necesitamos saber es que recogeremos lo que hemos sembrado, todo lo que hemos
sembrado y nada de lo que no sembramos.

Con esta idea firmemente en la mente, es fácil de ver la locura de toda maldad, de toda
acción que trae sufrimiento y daño a otros. También es sencillo ver que si aplicamos la Regla
de Oro a nuestras acciones, la cosecha será provechosa para otros y para nosotros, y no habrá
desequilibrio desfavorable que tengamos que compensar después. De allí en adelante, la vida
tomará un aspecto más brillante y más dichoso.

Neutralizando o Preequilibrando Karma

Si un individuo mediante pensamientos y acciones anteriores ha construido cualidades


indeseables en su carácter, no necesita aceptar esa condición con una postura negativa y
fatalista. En lugar de permitir que permanezcan esas tendencias en su naturaleza, él debe
adoptar una posición positiva y, con la debida neutralización, hacer lo necesario para
modificar su carácter beneficiosamente.

Algunas de las Enseñanzas Antiguas que tratan este tema, se dan a continuación:

Las medidas tomadas por un Ego para reprimir tendencias, eliminar defectos y el
contrarrestar efectos al establecer diferentes causas, alterarán el vaivén de la tendencia
kármica, y acortará su influencia de acuerdo con la firmeza o la debilidad de los esfuerzos
dedicados, al poner por obra esas medidas adoptadas.
Los efectos del Karma pueden ser neutralizados o mitigados por los pensamientos y
acciones de uno mismo o de otro, y así, los efectos resultantes representan la combinación e
interacción del número completo de causas envueltas en producir los efectos. — "Aphorisms
on Karma" Originalmente publicado en la revista The Path, Marzo 1893
Lo que podría ser llamada la doctrina de la anulación del Karma, es una aplicación en
este departamento de la muy conocida ley de física, la cual causa un equilibrio cuando dos
fuerzas se oponen entre sí. Un hombre puede tener en su cuenta kármica, una causa muy
desagradable, y al mismo tiempo, una causa de carácter opuesto. Si las dos se juntan para
formar una expresión al mismo tiempo, ellas así se pueden neutralizar mutuamente,
anulándose, y equilibrio es el resultado de las dos. En esta forma, es fácil de entender el
El Enigma de la Vida – pág. 132

versículo bíblico: "La Caridad cubre multitud de pecados," como refiriéndose al efecto
paliativo de hechos caritativos opuestos a los hechos de iniquidad, y dándole sentido a que el
caballero medieval haya dedicado algunos años de su vida a dar limosnas. — De Echoes from
the Orient por W. Q. Judge, p. 48
Las causas kármicas pueden interferirse recíprocamente y producir un resultado en
nuestras vidas, el cual, mientras semejante a una o la otra causa, será la resultante apropiada
de ambas. Esto también puede agotarse por medio de dos causas kármicas opuestas, al
juntarse una a la otra, y así, se destruye el efecto de cada una. — De un discurso de W. Q.
Judge dado en la Convención de la Sociedad Teosófica en Chicago e impreso en The
Theosophical Forum, Diciembre 1943, p. 551.
La naturaleza de cada encarnación depende del equilibrio tomado como acuñamiento
de méritos y deméritos de una vida o de vidas anteriores — en la forma en la cual el hombre
ha vivido y pensado; y esta ley es inflexible y completamente justa. — De An Epitome of
Theosophy, por W. Q. Judge, p. 24.
Cada porción diminuta de Karma no se necesita sentirse con el mismo detalle como
cuando se produjo, porque diversos tipos de Karma pueden acudir a un punto, todos juntos a
un mismo momento de la vida, y por su efecto combinado, producir un resultado, que como
un todo, correctamente representa a todos los elementos que lo componen, pero todavía es un
Karma diferente de cada componente individual. Esto puede ser conocido como la anulación
del efecto postulado por esas clases envueltas de Karma. — Idéntico, pp. 25f

Posponiendo el Karma

Podemos confiar en la Naturaleza para que nos administre el Karma en la forma más
misericordiosa y consistente con la Justicia, y para cuando estemos más capaces de recibirlo.
Por lo tanto, haríamos bien en enfrentarlo cuando venga y terminar con él, porque lo más que
soportemos ahora, lo menos que soportaremos en el futuro.

Si buscamos evadirlo, y tenemos éxito transitorio al hacerlo, regresará más tarde,


cuando pueda coincidir con algún otro Karma, para así agregar sus cargas al mismo tiempo.

Un individuo puede ser suficientemente fuerte para animarse bajo un golpe pesado que
destrozaría a un carácter más débil. Pero así como "Dios le modera el viento al cordero
desprovisto," así mismo el segundo individuo puede recibir su Karma mediante una serie de
pequeñas pruebas, una detrás de otra. Así, el Karma puede ser distribuido sobre un período
más largo o más corto, pero la suma total de Karma de castigo debe equilibrar la acción
inicial.

Karma de Grupo

Los accidentes mayores, como los choques y descarrilamientos de trenes, naufragios,


aviones estrellados, incendios, inundaciones, terremotos, etc., son casos en donde grandes
números de individuos son reunidos, porque ellos tienen Karma similar que pagar. Cada
participante, por sus acciones anteriores, ha creado tal Karma que resultará en un accidente
serio, o aún más, la pérdida de la vida. La "muesca en el tipo de imprenta" de todos esos
individuos es semejante, y ese parecido psicomagnéticamente los juntará a ese lugar y a esas
circunstancias, en donde sus acciones pasadas pueden ser equilibradas.
El Enigma de la Vida – pág. 133

El Karma de grupo no es, por lo tanto, diferente del Karma individual. Si los
individuos implicados no habían encontrado sus destinos en un grupo, ellos lo encontrarán,
más tarde o más temprano, en accidentes separados.

Epidemias que aniquilan vastos números de la población, y hambre general y grave


que puede afectar grandes porciones de la raza humana, son también casos de Karma
individual, soportada colectivamente.

Tanto las naciones como los individuos, tienen sus ciclos de vida. Al principio, ellos
son fuertes y vigorosos, luego sigue un período de madurez, y finalmente, desintegración y
desmoronamiento. Ellos también tienen sus Karmas que dependen en cómo ellos actuaron
como naciones en el pasado. Si ellos han sido agresivos y por fuerza bruta subyugaron a sus
vecinos más débiles, ellos, a su vez, encontrarán la misma suerte. Los Egos que formaron esa
nación, encarnan juntos otra vez, tal vez en la misma nación, que después de esto, se volvió
vieja y decrépita, o tal vez en otra nación, bajo un nombre nuevo. Esta nación, ahora, vendrá a
ser la víctima de su vecino más fuerte, y de esa manera, recogerá lo que había sembrado en el
pasado.

Cada individuo es atraído a la nación a la cual apropiadamente pertenece, ya sea por


semejanza de características, o por asociación en el pasado. El Karma nacional, tanto como
todos los otros grupos de Karma, está basado, al final, sobre el Karma de sus miembros
individuales.

El Karma y el Problema del Libre Albedrío*


*Los escritores de este tema mencionan que la expresión "libre albedrío" no es descriptiva del problema
real. Generalmente coinciden en que el hombre es libre de usar su voluntad o no, en un esfuerzo por satisfacer
algún deseo, pero él no tiene libertad de escoger cual será ese deseo. Esto está predeterminado por el carácter con
el cual él ha sido dotado. Pero desde que los deseos gobiernan nuestra voluntad, el problema se plantea así:
"¿Está el hombre en libertad de escoger sus deseos?," en lugar de: "¿tiene él libertad de usar albedrío?". La
expresión "libre albedrío" ha sido usada aquí de acuerdo a que el problema es popularmente referido por ese
término.

"Detrás de la voluntad está el deseo," dijeron los Herméticos Antiguos, y detrás o


arriba del deseo está el Ego, la entidad consciente que experimenta el deseo.

La voluntad es una fuerza universal, impersonal e incolora, desprovista de cualidades


morales. Es el deseo lo que motiva a la voluntad, el que determina su naturaleza o su cualidad
moral.

La voluntad es un poder impulsor que usa el Ego para controlar y dirigir sus energías,
para ejecutar un propósito deseado. La voluntad existe en todos los planos, y a medida el
plano es superior, más poderosa es la voluntad. Todas las entidades poseen voluntad, en un
mayor o menor grado.

"Yo quiero" no es lo mismo que "Yo quiero por mi fuerza de voluntad." "Yo quiero"
es lo mismo que "Yo deseo." "Yo quiero por mi fuerza de voluntad" sucede solamente cuando
realizo un esfuerzo para obtener el propósito de mi deseo.

A menudo oímos que se dice de un individuo ambicioso o agresivo, quien se abre paso
con dificultad sobre toda resistencia a fin de lograr un objetivo deseado, que ese individuo
El Enigma de la Vida – pág. 134

tiene "una voluntad fuerte," pero desde que el "quantum" (esa cantidad mínima de energía que
puede emitirse) de voluntad que se usa, depende de la intensidad del deseo detrás de la
voluntad, sería más apropiado decir que ese individuo tiene "deseos fuertes."

Tomando una Segunda Opinión

"Piénsalo dos veces antes de hablar" (o actuar) es una norma antigua.

Cuando pensamos "una sola vez," es nuestro deseo el que está usando la mente inferior
para llevar a cabo su propósito, sin darle la oportunidad al Ego de que ejerza su influencia.
Así, el Ego es dominado por el deseo.

Si nos detenemos "para tomar una segunda opinión," el Ego tiene tiempo para llamar a
la mente superior a que actúe. Así, ella puede examinar el deseo y decidir que hacer. Si decide
favorablemente, el Ego hace uso de la voluntad y la dirige para ejecutar el objetivo deseado.
En este caso, el Ego fue el factor determinante, no el deseo.

Deseos Conflictivos*
*Mucho de lo se dice aquí fue explicado en el capítulo IV, especialmente en las secciones que tratan
con el Ego Humano, la Mente, Emociones, y Construcción del Carácter.

Los deseos que motivan la voluntad del hombre provienen de varias fuentes de su
naturaleza compleja, y son de numerosas y diferentes clases. Algunos vienen de los órganos
del cuerpo; otros, de la naturaleza emocional, o de la mente. Ellos están, más o menos,
conectados con las comodidades y los placeres de la Personalidad. Aún más, otros vienen al
hombre desde su Naturaleza Superior. Estos tienen que ver con sus responsabilidades y
obligaciones hacia los demás, y son de tipo más extenso y más altruistas. Estos dos tipos de
deseos naturalmente están en pugna recíprocamente.

La entidad activa que los experimenta, el Ego Humano, está situado a medio camino
entre los principios superior e inferior de la constitución humana, y siente los impulsos
opuestos de acción de estos dos lados de su naturaleza. El mismo individuo experimenta, en
una vez, cierto deseo, y en otra vez, otro de naturaleza opuesta. Algunas veces, él experimenta
los dos simultáneamente.

Cuando el Ego repetidamente cede al impulso inferior, éste crece aún más fuerte, y
finalmente se vuelve habitual. Debido a la falta de autoanálisis, el Ego se autoidentifica con el
impulso y transitoriamente entrega su poder de control. Cuando esta situación se alcanza, el
Ego automáticamente cede al deseo cuanta vez el deseo se presente. Así, el deseo usa a la
voluntad para ejecutar su propósito, y el Ego se somete a lo negativo.

Cuando el Ego se da cuenta de que él no es lo mismo que sus pensamientos y deseos,


ya no cederá automáticamente a todo pensamiento o deseo que se presente. Cuando se
confronta con deseos opuestos, en lugar de ceder, él los examinará, los sopesará, y los juzgará
antes de escoger a uno de los dos.
El Enigma de la Vida – pág. 135

El Carácter Toma Partido, Pero No Decide

Sabemos que individuos diferentes reaccionan de modo distinto cuando son


confrontados por impulsos divergentes, porque cada uno se inclina en una cierta dirección por
las cualidades inherentes de su carácter.

Como ilustración, asumamos el siguiente caso: A tres individuos, cuyas obligaciones


diarias son de una naturaleza monótona y poco interesante, se les ofrece inesperadamente la
oportunidad de participar en un extenso viaje de placer, o algún entretenimiento que los
alejaría de sus obligaciones, lo cual podría comprometer la pérdida de sus posiciones e
ingresos económicos.

El primer individuo podría actuar con el aguijón del momento y aceptar la oportunidad
sin considerar las consecuencias. El deseo de su naturaleza personal por el placer es tan fuerte,
que no hace caso de la llamada de la obligación, y el Ego, acostumbrado a identificarse con su
deseo, se rinde y no usa su poder de escoger.

El segundo individuo siente el mismo deseo por el placer como el primero,


experimenta la misma llamada de la obligación, pero después de un momento de deliberación,
declina la oportunidad por el placer y se adhiere a su obligación en lugar de optar por el
placer. En su caso, el sentido de responsabilidad es mucho más fuerte que el deseo por el
placer lo que naturalmente anula al primero, y se necesita un esfuerzo pequeño para elegir por
parte del Ego.

El tercer individuo también está consciente de los mismos impulsos opuestos, tal y
como fueron experimentados por los otros dos. Él sintió ambos, pero no fue dominado por
ninguno de los dos. Él analizó desde el momento presente, hasta el efecto final de su acción.
Se tomó su tiempo para escuchar la voz de la conciencia que le susurraba de sus
responsabilidades para con su familia y sus prójimos. Sopesó y comparó los pros y los contras
antes de decidir qué hacer. Vaciló, apoyándose, ahora, en un lado; luego, en el otro. Él arribó
al punto decisivo. No puede proceder, a menos que decida. No puede tomar los dos caminos.
Debe escoger uno u otro. Y finalmente, hace la decisión.

El Poder de Elección Es Inherente en el Ego

Supongamos que las dos atracciones opuestas son exactamente iguales, porque ese
debe ser el caso, desde que ninguna de ellas puede ser más fuerte que la otra. Entonces, si las
dos atracciones son igualmente fuertes, y porque una elección tiene que ser tomada, y se
toma, el poder de seleccionar debe ser inherente en el Ego, y no en las atracciones. Y si el Ego
tiene el poder de escoger cuando las atracciones son iguales, también tiene el poder de elegir
cuando ellas no son iguales. Un cambio en las atracciones no puede quitarle al Ego su poder
de escoger, porque ese poder es inherente en el Ego, y no en las atracciones.

Cuando las atracciones son desiguales y el deseo por el placer es más fuerte que el
sentido de responsabilidad, como en el caso del primer individuo, él cede al deseo porque
tiene mentalidad negativa y tiene su conciencia centrada en su Personalidad. El individuo
también tiene el poder de selección, pero no lo usa.

Si hubiera sido positivo y tenido su conciencia centrada en su Naturaleza Superior, él


podría haber rechazado someterse al impulso inferior, podría haber usado su poder de escoger
El Enigma de la Vida – pág. 136

y haber resistido al impulso inferior, aunque éste fuese más fuerte que el superior. Esto
requiere esfuerzo, porque el Ego tiene que proveer la voluntad que sea necesaria para anular
al deseo más fuerte. El Ego no está obligado a hacer ese esfuerzo, porque la atracción
ascensional no obliga por sí sola al Ego. Meramente se advierte como un recurso, como un
llamado para optar por el lado mejor del Ego.

En este caso, el llamado superior por sí mismo, habría sido inefectivo y habría sido
anulado por el deseo más fuerte, a menos que el Ego hubiera escogido unirse por sí mismo
con el llamado, y así, hubiera agregado esa fuerza a este lado de su naturaleza. Si un hombre
se resiste a un deseo por algo que le gusta hacer, y que además es fácil de hacer, y en su lugar
hace algo que es un trabajo penoso y que requiere esfuerzo de su parte, tal acción debe ser el
resultado de una elección consciente y deliberada, y de una voluntad resueltamente aplicada.

Podemos deslizarnos cuesta abajo sin esfuerzo. Lo hacemos desde completa inacción,
pero no podemos detener el resbalón cuesta abajo sin tomar la determinación de hacerlo, y no
podemos ir cuesta arriba sin esfuerzo. Esa determinación y ese esfuerzo no son forzados sobre
nosotros, sino que son el resultado de la elección y de una voluntad fuerte.

Ninguna Predestinación o Fatalismo

La manera diferente en la que los tres individuos reaccionaron a los mismos impulsos,
se debe a las diferencias en sus caracteres. Ya ha sido explicado como el hombre construye su
propio carácter mediante sus maneras de pensar, sus acciones y hábitos. Una parte de ese
trabajo ha sido hecho en su vida presente, pero la mayor parte del trabajo de formación del
carácter que él acarrea consigo, procede de sus existencias pasadas.

Su carácter le da inclinación en cierta dirección, pero no está obligado a seguirla.


Tiene el poder de escoger, como ya lo vimos, y esa oportunidad de elegir le es concedida por
su naturaleza doble. Esa oportunidad siempre ha sido suya, porque la naturaleza del hombre
ha sido doble desde que él existe. Por su elección y las acciones que le siguen, él crea causas
que el Karma, más tarde, le regresa como efectos. Y porque el hombre es el hacedor de su
propio carácter, solamente él es responsable de sus deseos, preferencias y reacciones
consecuentes.

El hombre es libre de escoger, pero debe recoger las consecuencias de su elección. Es


un destino del cual él no puede escapar, sino que ese destino es el producto de sus propias
obras, y porque no es impuesto sobre él por alguien más, no es "predestinación." Tampoco es
"fatalismo," porque no es el resultado de fuerzas mecánicas ciegas.

Al iniciar una acción por su propia elección, el hombre llama a las fuerzas de la
Naturaleza a que entren en acción. Él invoca a la Ley de Causas y Efectos, la cual de allí en
adelante, se encarga de la operación y ajusta el efecto a la causa. Por lo tanto, el concepto de
libre albedrío está completamente de acuerdo con la Ley de Causas y Efectos. No se invalidan
mutuamente, y ambos son factores necesarios para la evolución del hombre.

Teorías del Fatalismo

Desde la más remota antigüedad hasta nuestros días, el problema del libre albedrío ha
sido un tema de debates acalorados y de mucha controversia. Muchos filósofos han llegado a
la conclusión de que el hombre no es libre de determinar como actuará, pero que su elección
El Enigma de la Vida – pág. 137

es predeterminada por sus características inherentes, sus deseos, sus predilecciones y


aversiones.

El teólogo y el materialista asumen que el hombre se convierte en un ser al nacer, y


por lo tanto, se debe concluir que él no tuvo parte en la formación de su carácter. Esto debe
haber sido hecho para él por el poder que lo convirtió en un ser, ya sea el poder de Dios, como
cree el teólogo, o fuerzas ciegas que operan en la Naturaleza, como mantiene el materialista.

Bajo determinado carácter, un hombre debe actuar en cierta forma. Si tiene un carácter
noble, sus acciones deben ser buenas; ellas no pueden ser de otra forma. Si su carácter es
perverso, sus acciones deben ser también malvadas. Él no tiene elección en ninguno de los
dos casos. Él piensa que es libre de actuar porque tiene libertad de seguir sus deseos, pero
porque sus deseos fueron implantados en él, ese sentido de libertad es solamente imaginario.
Verdaderamente él no tiene libertad de escoger o libre albedrío, como popularmente se le
conoce. Esas son algunas de las teorías del fatalismo. Si ellas fueran ciertas, el hombre sería
un autómata sin iniciativa, un robot obligado a moverse en un predeterminado surco.

Bajo esas condiciones, el hombre no puede sostenerse moralmente responsable por sus
actos. Esa responsabilidad debe colocarse sobre el poder que lo trajo a su existencia.

Una Solución no Fatalista

El fatalismo da por sentado que el hombre vive solamente una vida sobre la tierra, y es
esta suposición la que guía a todas las dificultades que le siguen. La Sabiduría Antigua, por
otro lado, enseña que el hombre ha vivido en la tierra antes. El carácter, que ahora lo inclina
hacia cierta línea de acción, no fue hecho para él; él lo hizo por sí mismo en vidas anteriores.
En esta vida, él recoge los efectos de sus acciones pasadas por medio de este carácter.

El fatalista también asume que el hombre es un ser solo, unitario e idéntico con sus
deseos, porque él no hace distinción entre el hombre por él mismo, el Ego, y los deseos que
experimenta. Si este supuesto fuera cierto, entonces no habría nada para ofrecer resistencia a
esos deseos, y ellos dominarían completamente la vida del hombre. En ese caso, el fatalismo
se convierte en la conclusión ineludible. Pero no pueden haber deseos que se sientan, a menos
que haya una entidad, un centro de conciencia que experimente esos deseos. Esa entidad, nos
dice la Sabiduría Antigua, es el Ego Humano, y los deseos son solamente parte del
polifacético vehículo usado por el Ego.

Ellos son idénticos con el Ego igual que el capullo es idéntico con la larva que devana
alrededor de él mismo.

La teoría de una vida única sobre la tierra es totalmente inadecuada para resolver el
problema del libre albedrío, pero con un entendimiento de la naturaleza compleja del hombre,
y la aceptación de la doctrina de la Reencarnación, este problema se resuelve de acuerdo con
la Justicia y la Ley de Causas y Efectos.

La Libertad De Escoger, Varía

Los grados de libertad para escoger varían en proporción con el grado de desarrollo
obtenido por el individuo.
El Enigma de la Vida – pág. 138

Niños pequeños, cuyas mentes son inmaduras, tienen muy poca libertad de selección,
y actúan casi completamente por impulso. Por lo tanto, ellos no son kármicamente
responsables hasta el mismo alcance como los adultos. Pero a medida que los años pasan, la
mente y el conocimiento de su propia existencia se desarrollan. Con ellos arriba el poder de
seleccionar lo correcto de lo equivocado, la selección del hombre se vuelve deliberada, y él
es, de ahora en adelante, moralmente responsable por sus actos.

El hombre menos evolucionado siente las mismas atracciones opuestas como lo hace
su hermano más desarrollado, y tiene la misma oportunidad de escoger, pero es menos
probable que haga uso de esa oportunidad. Por completa inacción, él se permite a cambio, ser
influenciado por sus impulsos. En este sentido, algunos seres humanos no están muy por
encima de los animales, quienes obedecen a cualquier impulso que se les venga encima.

Es la clase de carácter que nos hemos hecho para nosotros mismos, el que determina el
grado de libertad de nuestra voluntad.

En los Reinos de la Naturaleza debajo del Humano, la libertad de escoger es muy


limitada, pero aún en ellos existe una cierta libertad dentro de ese alcance limitado de las
actividades de cada uno.

Libre Albedrío, un Factor en la Evolución

Las enseñanzas de la Sabiduría Antigua con respecto a la evolución, son extensamente


tratadas en las obras The Esoteric Tradition y Man in Evolution de G. de Purucker. Aquí
solamente serán consideradas en su relación al Karma y el libre albedrío.

El Universo existe para la evolución del Alma, y el método utilizado para lograr ese
objetivo, el "esquema de la Evolución," es para ubicar al hombre en una serie de
circunstancias, en donde él tiene que escoger entre intereses opuestos y aprender por las
experiencias que completan su selección. La libertad para escoger es un factor indispensable
en la operación de este plan.

Aún el más insignificante acto nuestro es el resultado de la selección, ya sea que haya
sido hecho conscientemente o por la fuerza del hábito, y que ese hábito haya sido el resultado
de innumerables preferencias en el pasado.

En los asuntos de negocios en la vida de cada día, nos enfrentamos constantemente


con situaciones que requieren selección de nuestra parte. En muchos casos, no podemos
prever las consecuencias de nuestra decisión, pero tenemos que escoger, más o menos, de una
manera ciega. Es posible que nos equivoquemos al escoger, pero si no hubiéramos
seleccionado, nunca habríamos encontrado nuestro error. Aprendemos por un proceso de
tanteo, en el cual los errores son lecciones valiosas.

A menudo el hombre se da el lujo de permitirse, aún en contra de su mejor


discernimiento, ser gobernado por su naturaleza inferior, en lugar de atender los dictados de la
naturaleza superior, porque piensa que es más fácil y mejor para su ventaja. Él es corto de
vista, y toma el premio inmediato, la experiencia agradable cercana a mano, lo que esta
selección parezca ofrecer. Si él hubiera tenido la vista de largo alcance, habría visto que la
ventaja fácil que ganó, tendría que ser completada más tarde por una labor de contrapeso u
El Enigma de la Vida – pág. 139

otra compensación, y habría visto que el placer egoísta que alcanzó, es posible que acarree
sufrimiento o alguna otra desgracia consigo.

Si tal experiencia no es suficiente para enseñarle la lección, el individuo repetirá su


error, y el Karma reproducirá el mismo efecto. Después de una serie de tales acciones, la
memoria de la experiencia se asociará automáticamente con el impulso egoísta, y cuando esto
vuelva a suceder, el Ego, aún si ha olvidado los detalles de su experiencia,
subconscientemente será prevenido y rechazará someterse otra vez al impulso. Si escogemos
lo que sabemos que es beneficioso para otros y para nosotros mismos, todo saldrá bien. Si
escogemos imprudente o egoístamente, nada puede detenernos de hacerlo, pero tenemos que
contar con las consecuencias de nuestra selección.

De esta manera, vemos que los métodos de la Naturaleza son benéficos, porque el
sufrimiento que ella nos acarrea nos ayuda a romper con los impulsos egoístas antes de que se
vuelvan permanentes. Nos ayuda a obtener un asidero sobre nosotros mismos, y a tomar un
nuevo comienzo en la dirección correcta.

A menudo ha sido preguntado: "¿Por qué no han sido creados todos los hombres para
que escogieran siempre lo que es bueno para ellos y para los demás?"

Si el hombre fuera "capaz de escoger solamente lo bueno," él no estaría escogiéndolo


todo; él actuaría bajo compulsión. Sería un autómata y no tendría la oportunidad de
desarrollar libre albedrío, y esta es una facultad que le pertenece al hombre completamente
desarrollado. Si él está para evolucionar, el hombre debe ser libre para escoger la maldad,
como también lo bueno, lo correcto como lo equivocado. Él no puede desarrollar fuerza de
carácter, excepto por repetidas victorias sobre su naturaleza inferior. Si el hombre no tuviera
libertad de escoger lo equivocado, no habría mérito si escoge sólo lo correcto.

Un niño que aprende a caminar, nunca podría llevar a cabo esta proeza si tuviera que
lograrlo en su primer intento. Él debe ser libre de tomar sus caídas, obtener moretones y
gradualmente ganar control sobre sí mismo. De la misma forma, el hombre debe ser libre de
cometer errores, a fin de aprender de ellos; y la naturaleza del hombre está hecha de tendencia
doble, a fin de darle la oportunidad.

La lucha es una fase transitoria de evolución, nos dice la Sabiduría Antigua. Y una vez
que el hombre haya ganado su batalla sobre su naturaleza inferior, y se haya asociado
automática y permanentemente con su Naturaleza Superior, su lucha terminará. Desde
entonces, su evolución, dirigida por su Naturaleza Superior, continuará suavemente, y sus
facultades superiores se desenvolverán, así como un capullo se desenvuelve en una flor.

Efectos Demorados y Libre Albedrío

El efecto de una acción no es siempre seguido inmediatamente después que la causa lo


ocasionó; a veces, existe una demora larga entre los dos. Si vamos a aprender por experiencia,
podría preguntarse: "¿No acarrearía la lección más peso si el efecto surgiera inmediatamente
sobre la causa, porque entonces, veríamos la conexión entre los dos?"

Si el efecto surgiera inmediatamente sobre la causa, como el trueno sigue al relámpago


del rayo, un individuo con tendencias egoístas nunca se atrevería a dejarlas salir por miedo al
castigo justo inmediato. Seríamos prevenidos de darle una salida a esas tendencias, y ellas
El Enigma de la Vida – pág. 140

serían reprimidas, pero no eliminadas. Entonces, ellas se forzarían por sí mismas hacia la
superficie en algún tiempo más tardío.

En la esperanza de que el efecto pueda ser demorado largamente, o guiado por


ignorancia a creer que ningún efecto surgirá, el individuo tomará una oportunidad y ensayará
sus formas perversas. En el tiempo debido, el efecto vendrá, y la experiencia se tornará en
lección. La tendencia inherente es así "desahogada," en lugar de ser meramente reprimida.

Pero no es necesario que el hombre debiera desahogar sus tendencias malvadas a fin
de evolucionar. Ellas pueden ser enfrentadas y conquistadas en el plano mental, y no habría
que dirigirlas a los resultados físicos. Solamente cuando rechazamos hacer nuestras batallas
en el plano mental, es cuando tenemos que enfrentarnos a ellas en el plano exterior.

El Aspecto Doble del Libre Albedrío

El libre albedrío es una herramienta que el hombre debe aprender a utilizar. Es una
herramienta valiosa, pero como muchas otras, su uso está acompañado por ciertos riesgos.
Para un usuario experto es de gran utilidad, mientras que en las manos del inexperto puede
causar daño, tanto a él, como a los demás.

El hombre cuya conciencia está centrada en su naturaleza personal, siente su


separatividad de sus prójimos más fuertemente que su unidad con ellos. Por lo tanto, sus
motivos son, a menudo, egoístas, y actúa sin la debida consideración por el bienestar y los
derechos de los demás. Por sus acciones, él invade esos derechos, exactamente como los otros
de mente parecida invaden los derechos de él.

Cuando las multitudes de los seres humanos actúan en esa manera, los resultados son
riñas y conflictos, que son tan predominantes en el mundo de hoy.

Los niños de pocos años de edad, sin mucha oposición, usualmente están
voluntariamente deseosos de seguir el consejo y la guía de sus padres. Después de unos pocos
años más, como sea, ellos entran en un período en el cual quieren hacer todo a su propia
manera. Así, consiguen meterse en muchas y variadas formas de dificultades, y se ocasionan
problemas para con ellos, y para sus padres. Cuando han pasado más años, empiezan a
desarrollar sentido de responsabilidad, y se vuelven miembros más útiles para sus respectivas
familias; y más tarde, se convierten en hombres y mujeres completamente responsables.

Habría sido un estancamiento para ellos si siempre fueran guiados y dirigidos por sus
mayores. La madurez requiere una vida independiente y el desarrollo de iniciativa. Por la falta
de experiencia, el niño tiene que aprender sus lecciones al costo de mucha contienda y
tirantez. Es un período de prueba para los hijos y para los padres, pero es una fase necesaria
en la evolución del hijo. El proceso se vuelve más fácil hasta la etapa en la que el hijo,
voluntariamente, acepta el consejo útil de sus mayores.

Así como el niño, toda la raza humana está pasando ahora a través de su "edad de
prueba," a medida que se comienza a obtener verdadero libre albedrío. Todavía no se ha
aprendido a hacer esto sabiamente. Mediante debilidad o ignorancia, la raza humana escoge
seguir impulsos egoístas, y esto, cuando se hace a gran escala, le ha ocasionado un estado de
trastorno a todo el mundo.
El Enigma de la Vida – pág. 141

La "edad de prueba" de la humanidad sería más corta si los hombres adoptaran la


Regla de Oro y otras enseñanzas éticas dadas a ellos por Jesús, Buda y otros grandes
Maestros. La humanidad siempre ha tenido a sus "Mayores," quienes han tratado de guiar al
hombre a través de este período de prueba con el menor sufrimiento y deformación posibles.

Pero para la humanidad, como para el niño, este período es solamente un peldaño en la
escalera de la Evolución, la cual debe ser superada antes de que un progreso grandioso se
pueda obtener. Después de que esta fase haya pasado, y el hombre haya alcanzado el punto en
su evolución en el cual él se una por sí mismo con su Naturaleza Superior, él se dará cuenta
de su Unidad con sus prójimos, y su responsabilidad para con ellos. Él habrá aprendido a
utilizar su libre albedrío más sabiamente. Escogerá trabajar en armonía con sus prójimos y por
el bienestar común.

Existen signos en el mundo de una comprensión creciente, en el sentido de que todos


somos mutuamente dependientes unos a otros, que este es "Un Solo Mundo," en el cual no
puede haber prosperidad y felicidad duraderas en una parte, si hay miseria e infelicidad en la
otra.

Bondad y Maldad

La presencia de la maldad en el mundo presenta un problema que no puede ser


resuelto en el supuesto de que un benéfico, sabio en todo, y todopoderoso Dios, sea el creador
del hombre. El problema no podría ser mejor dicho que en las palabras del filósofo griego
Epicuro, escritas hará hace veintidós siglos:

Ya sea que Dios desee suprimir la maldad de este mundo, y no puede, o que puede y
no lo hará, o que tampoco puede ni voluntariamente lo desee, o, para concluir, que sí puede y
voluntariamente lo hará. Si Él voluntariamente desea y no puede, significa impotencia, lo cual
es contrario a la Naturaleza de Dios; si puede y voluntariamente no lo hará, es maldad, y eso
no es menos contrario a Su Naturaleza; si tampoco voluntariamente lo desea ni puede, es
crueldad e impotencia a la vez; si puede y lo desea voluntariamente (de las cuales únicamente
estas condiciones son apropiadas para Dios), ¿De dónde viene la maldad que existe en el
mundo?

A lo que llamamos "maldad" o discordia, disensión, codicia, opresión, tiranía, junto


con la miseria y el sufrimiento que resulta de tales condiciones, puede ser remontado
directamente a la creencia del hombre, en el sentido de que él es independiente de sus
prójimos y que puede actuar sin tomar en cuenta el bienestar de ellos. La creencia de que él
puede hacer eso sin tener que recoger las consecuencias de ello, le da rienda suelta a sus
impulsos egoístas, y así, él actúa de acuerdo a eso. Cuando esta posición de "cada cual que
vele por sí mismo," es adoptada por vastas multitudes de individuos, cuyos intereses están en
pugna, el resultado es la maldad, la cual es tan predominante en el mundo de hoy.

La dualidad de espíritu y materia que existe en el Universo y en el hombre, crea una


serie de situaciones, en las cuales, él tiene que escoger obedecer entre los dos impulsos de sus
naturalezas, ya sea la superior o la inferior. Más tarde, él experimenta los efectos de su
elección, y es por esas experiencias que la Naturaleza le enseña al hombre, si él está
rompiendo sus leyes, o viviendo en armonía con ellas. La Bondad y la Maldad son los
productos finales de las acciones inspiradas por las naturalezas del hombre, la superior o la
El Enigma de la Vida – pág. 142

inferior. Y es por comparar esos resultados opuestos por los que el hombre, gradualmente
aprende a reconocer que el sendero del altruismo es mejor que el del egoísmo.

Niveles de bondad y maldad no son conceptos fijos, sino que varían de acuerdo al
desarrollo de las entidades en evolución. Lo que es "bondad" para un grado de desarrollo, es
"maldad" para un grado mayor, y lo que es "maldad" para un grado inferior, es "bondad" para
uno todavía menos desarrollado.

La llama de una vela es un objeto brillante y luminoso cuando está ubicada en un


cuarto obscuro. Pero es un cuerpo obscuro si se le compara al sol, porque verdaderamente
proyecta una sombra al ubicarla en la brillante luz solar. La bondad y la maldad, como la luz y
la obscuridad, son conceptos igualmente relativos, pero para cada grado de desarrollo existe
un nivel de bondad y maldad. Cualquiera que actúa, o trata de actuar de acuerdo con lo mejor
de su conocimiento y creencia, está haciendo lo que es correcto o "bueno" para él; mientras
otro, que actúa contrario a esta creencia, está haciendo mal o "maldad." Una persona que
centra su conciencia en el lado material de su naturaleza, tiene todavía un pequeño control
sobre sus apetitos; mientras otro hombre, quien puede ser más evolucionado, centra su
conciencia en el lado espiritual de su naturaleza, y tiene sus apetitos bajo control. Más se
puede esperar del último, pero si actúa egoístamente, eso sería inexcusable; mientras que para
el primero, eso sería entendible, aún excusable.

Muchas cualidades y cantidades existen en "pares" en la Naturaleza, o como opuestos.


Por ejemplo, no habría montañas, si no hubiera tierras bajas o valles arriba de los cuales esas
montañas se levantan. La mano no podría sentir ni calor ni frío, si todos los objetos tuvieran la
misma temperatura de la mano. Cuando se le compara a un objeto caliente, la mano es fría,
mientras que para un objeto frío, ella es tibia.

No puede haber sombra si no existiera luz que la produjera. Si el sol brillara sobre
nosotros día y noche, año tras año, no lo miraríamos como luz, porque no tendríamos nada
para compararlo con él. Es solamente cuando la obscuridad de la noche reemplaza a la luz del
sol, lo que nos hace apreciar el valor del sol.

Los dos conceptos de bondad y maldad forman una dualidad en el plano moral,
justamente como los ejemplos citados son dualidades en el plano material. No se puede
concebir la bondad, excepto como un contraste, una reforma sobre algo que no es bueno, o
"maldad."

El hombre está aquí para progresar, y la verdadera idea de progreso implica un


movimiento hacia delante de algo que se volvió viejo, y por lo tanto, ya no es más "bueno,"
para algo mejor que se ve adelante; es el ascender desde algo inferior hacia algo superior. Si
no hubiera tales contrastes como hacia delante y hacia atrás, arriba y abajo, bondad y maldad,
no habría "escalera" para subir, ni resistencia que superar.

La bondad y la maldad son condiciones a través de las cuales las entidades pasan, a
medida progresan de la imperfección hacia la perfección. En la etapa presente de la evolución
del hombre, tales condiciones opuestas son necesarias para su progreso, porque ellas
involucran experiencias que el hombre debe tener, a fin de completar su carácter. Al
experimentar los efectos contrarios de la maldad, el hombre se fortifica a sí mismo contra
futuros fracasos. Pero escoger deliberadamente a la maldad con el propósito de
El Enigma de la Vida – pág. 143

experimentarla, es deslizarse cuesta abajo, y no es progreso, sencillamente es retroceso,


retrogradación.

Cuando el hombre haya aprendido la lección de la bondad y la maldad, él actuará


natural y automáticamente desde motivos altruistas, y lo insensible de la maldad que
predomina en el mundo de hoy, será cosa del pasado. La dualidad de la bondad y la maldad,
como la conocemos, entonces habrá servido su propósito, y será desechada como una pieza de
un aparato de entrenamiento en el gimnasio, que ya no se necesita. La humanidad, entonces
habrá alcanzado un grado superior en la escuela de la experiencia de la Naturaleza. Este grado
superior no estará libre de todos los problemas y dificultades, porque la naturaleza del hombre
siempre será una dualidad de espíritu y materia con sus contrastes consecuentes. Pero las
dificultades que puedan presentarse, no conducirán a lo grueso de la maldad que inunda al
mundo de hoy, sino que tomará una forma apropiada para el plano superior en el cual existirá
la humanidad de entonces.

Será visto de lo que precede, que la presencia de la maldad en el mundo se debe a las
acciones de los seres humanos imperfectos y no evolucionados, quienes rompen las leyes de
la armonía de la Naturaleza, y no a ninguna fuerza externa del hombre, como tampoco de
Dios o de una oportunidad ciega. El hombre ha hecho la maldad en el mundo, pero está a su
alcance restaurar la armonía.

En las palabras de H. P. Blavatsky: "Ni la bondad ni la maldad existirían si no fuera


por la luz que mutuamente se lanzan una a la otra" (Lucifer, Vol. I, No. 2, Octubre 1887).

"Si queremos discernir la bondad de la maldad, la luz de las tinieblas, y apreciar la


primera, solamente podemos hacerlo a través del contraste entre las dos" (ibid.).

O en las palabras de Platino: "La experiencia que nos da la maldad produce un


conocimiento más claro de la bondad."

El Sufrimiento y la Adversidad como Enseñanzas

El Sufrimiento

Aquellos que creen que nuestra existencia aquí está limitada a una sola vida sobre la
tierra, y que no ven el propósito de la vida, excepto la búsqueda del placer, en forma natural
están buscando enfermedades y sufrimientos, y se engañan al creer que éstas son
consecuencias de la mala suerte, sin causa específica y sin ningún propósito útil. Para ellos,
tales infortunios no son más que intrusos malvados que deberían ser eliminados tan pronto
como sea posible, porque interfieren con el goce completo de la vida.

De acuerdo a la Sabiduría Antigua, el propósito de la vida no es la consecución del


placer, sino la evolución del alma; el fortalecimiento del carácter y las desgracias que nos
acontecen en la vida no son accidentales, sino retribuciones kármicas por nuestras acciones
pasadas. Mientras esas retribuciones kármicas son dolorosas para soportarlas, ellas se
compensan porque aceleran nuestra evolución, porque nos enseñan lecciones que no
aprenderíamos cuando la vida corre suavemente y sin dificultades.

¿No es frecuente el caso que, cuando la vida es todo un placer, nos establecemos para
gozarla, y desatendemos la búsqueda de algo más allá de nuestra propia comodidad? Nos
El Enigma de la Vida – pág. 144

volvemos más egocéntricos y la vida se convierte en un estancamiento, en cuanto a la


evolución de nuestras facultades superiores se refiere. Pero la Naturaleza no tolerará ya más
que esa condición persista. Una satisfacción continua es una invitación a las enfermedades, y
cuando llegan, la búsqueda del placer tiene que detenerse, y la conciencia se dirige a temas
más serios. La condición deteriorada de la naturaleza física reduce el poder de los principios
inferiores para dominar al Ego, y le da a los principios superiores de la naturaleza del hombre
la oportunidad de ejercer su influencia enriquecedora.

El rompimiento de la rutina diaria causada por la enfermedad, el reposo forzado, el


tiempo para reflexionar, ayuda a darle un nuevo panorama a la vida. Lo que anteriormente
pareció tan importante es posible que ahora se reconozca como completamente insignificante,
y las cosas verdaderamente importantes en la vida pueden verse en su valor real.

Por volver incómoda la naturaleza física, el sufrimiento obliga al hombre a dirigir sus
intereses y atención hacia su Naturaleza Superior, lo libera de las ataduras de la naturaleza
inferior, y lo envía a buscar un refugio en la paz de su Naturaleza Superior. Nunca más,
después de recuperar su salud, necesita que las ataduras con la naturaleza inferior sean tan
fuertes como lo fueron antes, si el hombre toma ventaja de la oportunidad para un nuevo
comienzo que el sufrimiento le ha abierto.

El sufrimiento tiene otra función importante. Despierta la piedad en nuestros


corazones. Nos capacita a entender el sufrimiento y penas que otros están atravesando, y así,
nos tornamos listos para desarrollar nuestra solidaridad para con ellos, y ofrecerles ayuda y
consuelo como seamos capaces de manifestar a través de nuestra capacidad de dar.

Si somos fríos e indiferentes al dolor y sufrimiento de los demás, es un signo de que


no hemos experimentado por nosotros mismos lo que ellos ahora están atravesando. Si somos
insensibles y duros, ¿Cómo puede ser despertada la solidaridad en nosotros, sino mediante el
sufrimiento? También debemos sufrir a fin de entender.

Paciencia, capacidad de aguante y entereza son otras facultades que el sufrimiento


ayuda a desarrollar.

Además del efecto provechoso que el sufrimiento tiene en mejorar el carácter del
hombre, es también una ayuda para él en el plano físico, porque la enfermedad es un proceso
purificador por la cual la discordia, que el hombre creó mediante maldad previa, es eliminada,
y el equilibrio y la armonía son restaurados.

Pobreza

Pobreza y prosperidad son otras experiencias necesarias para obtener un carácter


completo.

Si un individuo próspero vive en lujo y comodidad, sin hacer un esfuerzo para mitigar
la pobreza y la miseria por la que él pueda estar cercado, o las cuales él sabe que existen, es
evidente que todavía no ha tenido la experiencia de ser pobre. Desde que la escena de la
miseria de otros no es suficiente para estimular su piedad, él debe atravesar esta experiencia
por él mismo, a fin de que entienda. Es uno de los "grados en la escuela de experiencia" que
no puede ser omitido, y la pobreza existirá tanto tiempo como haya individuos que no han
aprendido esta lección. Después de que ha tenido la experiencia y sabe las penas que acarrea,
El Enigma de la Vida – pág. 145

él ya no será indiferente a la miseria de otros, pero con un entendimiento solidario por la


situación de ellos, hará algo para mejorar esa condición. Una naturaleza amplia, generosa y
solidaria, es característica de alguien que ha aprendido la lección de la pobreza y se ha
beneficiado de ella.

La pobreza arriba a los individuos como el resultado de sus Karmas, pero no hay
excusa para el más afortunado de negar ayuda, si él está en la posición de darla.

La pobreza enseña lecciones al rico y al pobre. Para el próspero, es un desafío para que
demuestre piedad, para que practique generosidad. El próspero de hoy puede haber sido el
pobre en la ultima encarnación. Esta es la oportunidad para ellos para que demuestren si han
aprendido la lección. Para el pobre, la experiencia es una oportunidad para aprender a evaluar
las pequeñas cosas, para limitar el despilfarro, para practicar economía, para reducir su
escasez.

Aquellos que han tenido que pedir caridad, reportan que sus peticiones son mucho más
frecuentemente contestadas en los distritos de los pobres que entre la gente pudiente, aunque
las cantidades recibidas en el primer caso fueron más pequeñas, demostrando la efectividad de
la pobreza como maestra.

Adversidad

La experiencia del éxito y la adversidad son necesidades para el entrenamiento del


hombre, exactamente como la luz del sol y la lluvia son necesarias para el crecimiento de las
plantas. La avena crece fuerte por resistir al viento, y el hombre crece fuerte por superar los
obstáculos a los cuales se enfrenta. Las utilidades pueden extraerse aún de situaciones
desfavorables. Toda dificultad que encontremos puede usarse como un escalón. Un navío
puede navegar contra el viento desfavorable por el uso habilidoso de vela y timón. Períodos
de éxito, facilidad y comodidad, no son períodos de crecimiento, sino intervalos para
descansar entre adversidades.

Meng-Tse, el filósofo chino (tercero y cuarto siglo A.C.), escribe: "Cuando el Cielo
está por ser clemente con cualquier hombre, primero ejercita su mente con sufrimiento; y sus
tendones y huesos, con fatiga. Expone su cuerpo al hambre, lo sujeta a pobreza extrema, y
confunde sus tareas. En todas esas formas, el Cielo estimula su mete, fortalece su naturaleza y
aprovisiona sus incompetencias."

Y Buda dice: "Aquel que ha aprendido a sufrir con paciencia, será purificado, y será el
instrumento escogido para la mitiga del sufrimiento."

Y Sócrates, hablando del placer y el dolor, dice: "Que singular es esa cosa llamada
placer, y como está curiosamente relacionada al dolor, lo cual podría pensarse que es lo
opuesto; porque ellos nunca vienen juntos al hombre, y sin embargo, quien persigue a uno de
ellos, es generalmente obligado a tomar el otro. Ellos son dos, pero con todo, crecen del
mismo tronco — y esta es la razón por la que, cuando uno surge, el otro le sigue."

El Entender Aligera las Cargas

El sufrimiento es duro de soportar bajo toda circunstancia, pero un entendimiento de


su causa y propósito hace las cargas más fáciles de llevar.
El Enigma de la Vida – pág. 146

Ese conocimiento es kármico, no el resultado de una oportunidad ciega; lo que nos


hemos acarreado sobre nosotros, remueve el sentido de injusticia, que de otra manera, se
agregaría a nuestra carga.

Lo que nos hemos construido para nosotros, debe venir a nosotros — no podemos
escapar de ello — pero por otra parte, nada más nos vendrá que no sea nuestro.

El sufrimiento kármico del que ahora nos estamos aliviando, nunca regresará, y
tendremos mucho menos al cual enfrentarnos en el futuro.

Cuando experimentamos un sufrimiento y dolor prolongados, somos aptos para pensar


que la condición será permanente, pero no es cierto. Cuando ese "depósito particular de
Karma" sea agotado, el sufrimiento cesará, esa cuenta se saldará, y permanecerá cerrada si no
la abrimos más al sembrar nuevas semillas de discordia.

Esto nos ayudará a soportar el sufrimiento, si nos damos cuenta que ello no es un
accidente sin sentido y sin propósito, sino que es un proceso de purificación y ayuda para
restaurar la armonía y la salud.

Es difícil de reconocer el valor del sufrimiento mientras lo experimentamos, pero


después que la prueba rigurosa se acaba, muchos que la acarrearon, victoriosamente han
dicho: "Fue duro, pero no me habría perdido esa experiencia por ningún precio."

El sufrimiento, en tanto que es transitorio, también nos ayuda a darnos cuenta que la
ganancia que obtenemos de él, al favorecernos a desarrollar nuestro carácter, es eterna.

¿Es el Sufrimiento Necesario para la Evolución?

La Sabiduría Antigua nos dice que en los planos superiores de existencia, en los más
espirituales, en esos planos más cercanos a la Fuente Universal de Vida, la evolución procede
tan normal y sin ningún dolor, como cuando un capullo se convierte en una flor.

La evolución del hombre también podría proceder sin sufrimiento, si sus acciones
fueran siempre gobernadas por su Naturaleza Superior, porque ella nunca incita al hombre a
actuar contra las leyes de la armonía de la Naturaleza.

El hombre siempre ha tenido Maestros que, mediante las diferentes religiones del
mundo, le han enseñado a cómo vivir; y él ha tenido su conciencia para amonestarle cuando
ha estado en peligro de cometer equivocaciones. Pero en el pasado, como ahora, el hombre ha
ignorado las enseñanzas éticas que le han sido dadas, y la consecuencia es el sufrimiento tan
ampliamente difundido que ahora vemos en el mundo.

El hombre ha sido destinado para que pelee sus batallas en el plano mental, y si él
obtiene sus victorias sobre su naturaleza inferior allí, él no tendría que sostener sus luchas en
el plano físico. Si él se convirtiera en Uno con su Naturaleza Superior, él evitaría
consecuencias dolorosas; de lo contrario, él está invitando a la desgracia. Él, por su propia
iniciativa, llama al sufrimiento a que actúe sobre él, y así, indudablemente tiene que aprender
la lección.
El Enigma de la Vida – pág. 147

Karma "Bueno" y Karma "Malo"

La enorme variedad de circunstancias bajo las cuales vive la gente, como la riqueza,
posición social, pobreza, enfermedades o salud, etc., se deben todas al Karma de los
individuos que las experimentan. Y dependiendo de cómo el individuo reacciona al impacto
de esas circunstancias, ya sea que ellas demuestren ser de una utilidad o un perjuicio para él,
su reacción presente determinará su Karma futuro.

Circunstancias de riqueza, posición y poder, si se usan sabiamente, pueden ser los


medios de hacer mucha utilidad en el mundo. Ellas capacitan a su poseedor el aliviar el
sufrimiento, difundir felicidad y promover empresas que son de provecho general. Si se usan
en esa manera, esas circunstancias proporcionan una oportunidad a la Naturaleza Superior del
hombre a que se autoexprese. En esa forma, ellas tienden hacia el avance de la evolución del
hombre, y por lo tanto, pueden llamársele Karma "bueno."

Pero esas circunstancias favorables no son siempre usadas en esa forma. Ellas pueden
ser una tentación para conducir a una vida de ociosidad y suficiente comodidad. Ellas ofrecen
oportunidades para una caza irrestricta de placeres, lo que puede conducir a libertinaje.
Cuando se reacciona en esta forma, ellas están aptas para aumentar el egoísmo del individuo,
y de ese modo, retardan su evolución. Bajo estas condiciones, las que parecían ser
circunstancias favorables, realmente se tornan en Karma "malo."

Pobreza, penas, mala salud, de la misma manera, pueden ser Karma "bueno" o "malo,"
de acuerdo a la reacción que producen en el individuo que las experimenta. La adversidad es
el maestro más efectivo que el éxito, y puede, si se desarrolla entereza, paciencia y resistencia,
consolidar el carácter de un hombre. Si se reacciona de esta manera, la adversidad promueve
la evolución del hombre, y aunque no es placentero el experimentarla, es verdaderamente
Karma "bueno."

Ya sea que el Karma sea "bueno" o "malo," no depende tanto de las circunstancias en
las que nos encontremos, sino en la manera en la que reaccionamos ante ellas.

Por lo tanto, lo que es Karma placentero, no es necesariamente "buen" Karma, y lo que


Karma desagradable, no es necesariamente "mal" Karma.

Karma y Venganza

Cuando el efecto de una acción pasada se nos viene encima, podemos reaccionar en
diferentes formas. Supongamos que sea una observación poco amistosa la que se nos regresa.
Si la podemos aceptar sin represalias, si "absorbemos el golpe" sin tratar de tomar revancha,
entonces aquí hemos equilibrado el efecto y hemos cerrado la cuenta. Pero si la reacción que
tenemos es de ofendernos, si "tiramos la pelota de regreso" a nuestro adversario, ponemos una
causa nueva en movimiento, la cual en su debido tiempo, se nos retornará, y el proceso se
repetirá una y otra vez, hasta que aprendamos a no tomar represalias. "Porque el odio nunca es
vencido por el odio mismo en ningún tiempo. El odio muere sólo mediante el amor. Esta es la
regla antigua," dice la vieja escritura budista, The Dhammapada.

El deseo de tomar venganza se presenta cuando tenemos el sentimiento de que hemos


sufrido alguna injusticia, lo cual pensamos que debería retornarse a fin de restaurar el
equilibrio. Pero si nos damos cuenta que cada suceso está gobernado por el Karma,
El Enigma de la Vida – pág. 148

reconoceremos que el sufrimiento nos tocaba a nosotros, y que no hubo verdadera injusticia
envuelta. También vemos que quien nos causó daño, al hacer eso, ha establecido la plataforma
para que un daño igual le acontezca, porque el Karma, inevitablemente, se lo traerá a él sin
ninguna acción de parte nuestra.

"Mía es la venganza y la retribución," dice El Señor, de acuerdo a Moisés.


(Deuteronomio 32:35) En otras palabras, no es para el hombre el tomar venganza por él
mismo, sino dejárselo a la Naturaleza y a la Ley de Causas y Efectos. Si el hombre insiste en
tomar venganza, por ello, está sembrando la semilla para que se le regrese el mismo daño en
el futuro. La única forma que funciona, es retornar bondad por maldad, como se enseña en el
Dhammapada y también por Jesús.

En el Sermón de la Montaña, Jesús dice: "Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, diente
por diente. Pero Yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la
mejilla derecha, vuélvele también la otra" (Mateo 5:38-9). Y en los versículos que siguen, hay
muchos más preceptos, todos basados en el principio de retornar bien por mal.

El dicho referido por Jesús, se encuentra en Éxodo 21:23-5. Allí, al referirse al castigo
que seguirá sobre el hacer maldad, afirma que: ". . . entonces pagarás vida por vida, ojo por
ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por
herida, golpe por golpe."

Así, notaremos que esta es una declaración concisa de la Ley de Causas y Efectos, o
Karma, porque ella afirma que por cada maldad hecha, un castigo igual seguirá. Pero como
Jesús dice, esa máxima mosaica no debe tomarse como guía para nuestras acciones. Ellas
deberían gobernarse por el principio de retornar bien por mal.

"Interfiriendo con el Karma"

Si el sufrimiento de un individuo se debe a su Karma, ¿Es acertado interferir con el


proceso al tratar de mitigar el sufrimiento?

La primera regla para todas nuestras acciones debería ser la Ley de la Misericordia: es
nuestro deber seguir el impulso natural con base en la solidaridad humana y prestar toda la
ayuda posible al que sufre.

Además, no estamos en la posición de juzgar lo que es, o lo que no es, Karma de


alguien más. ¿Cómo podríamos saber, sino que es Karma del que sufre lo que debemos
mitigar, y el fracaso de nuestra parte de prestar ayuda puede ser una interferencia con el
Karma, más bien que ejecutar la acción de prestar tal ayuda? "Inacción en un hecho de
misericordia se convierte en una acción de pecado mortal," dice una escritura hindú antigua
(El libro de los Preceptos de Oro. Vea La voz del Silencio, de H. P. Blavatsky).

Cuando hemos prestado tal ayuda, si estuvo a nuestro alcance, nuestro deber está
cumplido. Entonces, todo dependerá en cuanto a qué exactamente es el Karma del que sufre.
Si es para ser mitigado, nuestra ayuda es efectiva; de lo contrario, fracasará en su propósito.

No es posible interferir con el Karma de alguien, en el sentido de removerlo como


causa, porque el Karma debe ser experimentado, pero puede volverse más tolerable por el
amor piadoso de algún amigo solidario. Esto genera una fuerza benéfica que toca y que el que
El Enigma de la Vida – pág. 149

sufre advierte, y le ayuda a reanimarse bajo su sufrimiento. Se "mezcla" con el dolor y lo


vuelve más fácil de soportar.

Karma y el Perdón de los Pecados

Existe una creencia mantenida por muchos, de que por orarle a un cierto poder
superior, o por adoptar cierta fórmula de salvación, se puede conseguir el ser aliviado de
experimentar los efectos de las acciones perversas. Las ideas que sostenemos influencian
nuestras acciones, y una creencia de que podemos escapar de las consecuencias de nuestros
actos, nos conduce a pensar que no nos es vitalmente importante estar conscientes en cómo
actuamos, porque el efecto de la maldad puede ser siempre eliminada al orar pidiendo perdón.
Aquellos que sostienen esta creencia actúan sin prevención seria de las consecuencias, y de
ese modo, pueden acarrear desgracias, tanto a ellos como a los demás.

Porque una creencia en el perdón de los pecados tiene este efecto perjudicial, se
vuelve importante determinar si esto es una suposición razonable en la cual se base el futuro o
el destino de alguien.

Debe notarse que la doctrina del perdón de los pecados se contradice con la del
Karma. Por lo tanto, las dos doctrinas no pueden ser ciertas al mismo tiempo.

El efecto de las acciones de maldad nunca podría ser eliminado, a menos que fuera
posible suspender la Ley de Causas y Efectos, y dado que ésta es una ley de la Naturaleza y
no una sentencia artificial hecha por el hombre, ella no puede ser suspendida. Sabemos que
esto no sucede en el mundo material, y tal creencia no le daría base a nuestras acciones en los
asuntos prácticos de la vida diaria.

Sin embargo, este es el efecto que esperamos que la Naturaleza haga, cuando oramos
pidiendo que seamos liberados de las consecuencias de nuestra maldad. Entonces le pedimos
a la Naturaleza que rompa sus propias leyes, y que haga excepciones en los casos donde nos
gustaría estar exentos de las consecuencias. Pero en los casos en los cuales hemos hecho algo
estimable, queremos que la misma ley se vuelva muy operante para recibir el fruto de nuestra
labor.

Si tuviéramos éxito una vez al evadir las consecuencias de nuestros actos, lo


trataríamos una y otra vez, y los demás harían lo mismo. Así, las leyes de la Naturaleza se
podrían poner a un lado, y el hombre no aprendería la lección que provocó mediante una
acción imprudente. Un Universo en el que esto podría pasar, sería un Universo sin ley, en el
cual toda evolución sería imposible.

Cuando un hombre se enfrenta con la necesidad siempre recurrente de seleccionar, lo


cual es una confrontación de a diario, el Karma le da la información que necesita para hacer
una decisión sabia, y le advierte lo que sucederá si no lo hace. Después de ello, está en el
hombre por él mismo, el que use su libre albedrío, para que así obtenga su experiencia.

Un errante que llega a la bifurcación de un camino, encuentra allí un rótulo de tráfico


que le dice que uno de los caminos a tomar, el del egoísmo, conduce a un pantano de
desgracias; mientras que el otro camino, el del altruismo, conduce a la tierra firme de una vida
feliz y armoniosa, que se puede salvar por él mismo sin necesidad de sufrimiento, lo cual
haría más fácil su evolución, si él hace caso a la advertencia que le proporciona el rótulo.
El Enigma de la Vida – pág. 150

Si él no hace caso porque espera obtener una ventaja provisional, y deliberadamente


escoge el camino que al final conduce a la infelicidad y la desgracia, él sólo se tiene a sí
mismo para inculparse por el resultado, porque él fue prevenido, y fue libre de tomar el otro
camino.

Cuando el efecto de su acción imprudente lo alcanza, él sufre, y este sufrimiento, si se


medita a la luz del Karma, le ayudará a hacer una decisión más sabia la próxima vez que se le
presente una oportunidad similar. Paradójicamente, él se da cuenta que el tiempo para
"ocurrencias tardías" es antes de que la decisión se tome.

La doctrina del perdón de los pecados es también una señal en la bifurcación del
camino. Por supuesto que le dice al viajero que tome el camino hacia la tierra firme, pero
añade que, si él toma el camino al pantano y empieza a hundirse, él puede salir de su
problema al pedirle a alguien más a que venga y tome su lugar. Esa señal puede ser una
lectura confortante, pero ¿Estará satisfecha la Naturaleza con ese arreglo? ¿Recibirá ella un
impulso desde cierta dirección y tornarla en una dirección diferente? ¿Cambiará ella sus leyes
porque cierta señal lo pide? ¿Adónde se ve una evidencia como ésta en el mundo material?
¿No arriesgaríamos nuestro bienestar material sobre tal creencia? ¿No es todavía más
importante no arriesgar nuestro bienestar moral por ello?

El Karma y la Curación Mental

Las enfermedades son el resultado de nuestras maneras malas de pensar, y los


sentimientos y actuaciones consecuentes que se originan de nuestra parte, ya sea en esta vida
o en las pasadas. De esta forma, los trastornos que se producen en nuestra naturaleza interior,
gradualmente trabajan su medio desde el plano mental, a través de etapas intermedias, hasta el
plano físico, en donde se manifiestan como enfermedades. En lugar de buscar a la enfermedad
como algo que se debe evitar, deberíamos mirarla como un proceso de purificación benéfico
que pretende restaurar la armonía interior y la salud. Es la última etapa del esfuerzo de la
Naturaleza de deshacerse del sistema de los efectos de maldades anteriores.

Cuando los trastornos se manifiestan en el cuerpo físico como enfermedades, le


podemos ayudar a la Naturaleza en su trabajo, al usar esos medicamentos que se conocen que
ayudan a eliminar la enfermedad del cuerpo, sin dañarlo permanentemente. Un estado de
ánimo alegre y optimista, también puede ser de gran ayuda para ese propósito.

Para "curar" una enfermedad por medio del pensamiento, o ese proceso conocido
como Curación Mental, que usualmente toma la forma de denegación de la enfermedad y una
afirmación de salud, puede prevenir a la enfermedad para que se manifieste a través del
cuerpo físico. Pero esto no remueve la causa. Se ha invertido el proceso natural y se ha
retornado el efecto al plano mental, en donde es reimplantado como causa. Aquí yace en
espera de otra oportunidad para manifestarse, y puede ser reforzada por una nueva cosecha de
causas parecidas, que podría ser el resultado de más maldad y sus bien conocidas
consecuencias. Así, al crecer su fuerza, el tiempo vendrá cuando rompa todas las barreras, y
se manifieste finalmente como una enfermedad, la cual puede ser aún más desastrosa que la
que se evitó originalmente.
El Enigma de la Vida – pág. 151

"Sufrimiento Inmerecido"

Cuando somos incapaces de reconocer su causa, es difícil para nosotros el reconocer la


justicia del sufrimiento que es posible que tengamos que soportar. Este es especialmente el
caso cuando vemos que un individuo, quien ha vivido una vida sin manchas, de repente es
afligido con una enfermedad dolorosa o fatal. Para un Ego Humano, que se autoidentifica con
su Personalidad, y por lo tanto, ve solamente lo que le ha sucedido durante su existencia
presente, tal sufrimiento, por supuesto, parece ser inmerecido. Pero para el Ego Superior o
Reencarnante, el cual es el mismo a través de una serie de reencarnaciones, se conoce que es
justicia kármica. Fue el Ego Reencarnante que, juntamente con su Personalidad previa,
sembró la semilla del sufrimiento en el pasado, y es el mismo Ego Reencarnante que,
juntamente con su nueva Personalidad, sufre el efecto en la encarnación presente.

Pero porque el sentimiento de injusticia que experimenta el Ego Humano durante la


vida, aunque no se base en hechos, todavía le parece muy verdadero al Ego Humano si se
toma en cuenta su visión limitada; por lo tanto, a ese Ego se le da el derecho a tener una
compensación por esta injusticia aparente, y eso lo recibe en su condición post-mortem de
sueños bienaventurados.

Ajustes Continuos

El Karma está continuamente haciendo ajustes entre causas y efectos. Estos ajustes no
siempre, y en una sola operación, restauran el equilibrio, pero se acercan al blanco, un poquito
arriba o abajo del objetivo. Esto es especialmente cierto en el caso de "Karma de Grupo,"
donde es solamente razonable suponer que debe haber diferencias en grado entre la
culpabilidad kármica de los miembros del grupo. El Karma es justamente para el promedio
del grupo, pero puede ser demasiado severo para algunos, mientras es menos severo para con
otros. Así, tales residuos desequilibrados serán tomados en cuenta en futuros sucesos, tanto
favorable como desfavorablemente, dependiendo del caso.

El Karma es como el medidor del gas; si se nos sobrecarga en un mes, eso se


compensará en el mes siguiente, pero cuando la lectura final se tome, no habrá residuos.
Como el péndulo, que se detiene exactamente en la posición media, así mismo el Karma se
detendrá cuando la causa y el efecto se equilibren exactamente.

Juzgando a Otros por sus Karmas

En el caso de que nos inclinemos a juzgar a nuestros prójimos por sus Karmas, sería
muy recomendable recordar que alguien que esté experimentando sufrimiento y dolor, puede
haber sembrado las semillas para ello hace muchas encarnaciones, y desde ese tiempo, puede
haber cambiado su carácter para su beneficio. Además, al hacer un juicio cruel para con los
demás, sembramos la semilla del criticismo para que sea dirigida en contra nuestra, cuando
sea posible que tengamos que experimentar algún sufrimiento kármico.

Acelerando el Karma

Existe otra razón por la cual las experiencias externas no deben ser de crítica para que
se juzgue el carácter de una persona. Alguien que haga un esfuerzo serio de autodominio y de
autosuperación, por esa acción está invitando a su viejo Karma a que emerja. En cuanto más
desinteresadamente esto se haga, lo más acelerado será el Karma para traer sobre la persona la
El Enigma de la Vida – pág. 152

acumulación de efectos, lo cual, bajo condiciones normales, podría haber sido distribuido
sobre un período largo de tiempo. El caso puede compararse al de un estudiante que toma un
programa serio de entrenamiento que requiere mucho trabajo duro. Su vida puede parecer
nada prometedora y austera, cuando se la compara con la de otro estudiante que está viviendo
todo el tiempo sin propósito, cómodamente y sin esfuerzos. Al juzgar superficialmente,
podemos concluir que la vida del vago es para preferirse, cuando en verdad es un
estancamiento. Visto en su luz verdadera, una vida de sufrimiento puede indicarnos que un
Alma está acelerando su evolución, y autoajustándose para un trabajo grandioso que va a ser
llevado a cabo en el futuro.

Casos Anormales

Algunas veces nuestro Karma nos llega a través de procesos impersonales de la


Naturaleza, y otras veces, a través de las acciones de nuestros prójimos. La Naturaleza no se
equivoca, y nos regresa todo lo que nos es debido y ninguna otra cosa más. En todos los casos
normales, cuando el Karma nos alcanza por medio de nuestros prójimos, los efectos también
están de total acuerdo con lo que nos es debido.

Pero es posible que haya casos anormales. Se concibe que un ser humano pervertido
podría deliberadamente y con intento maligno, hacerle daño a otros, lo cual, en algunos casos,
sus Karmas no tendrían que haberlo soportado.

Si esto pudiera suceder, el Karma hará ajustes mediante una compensación adecuada a
la víctima. El hechor del acto, por otro lado, por su acto de maldad, ha sembrado la semilla de
una experiencia similar, la cual, en su debido tiempo, él tiene que recoger.

¿Es Injusto Sufrir por Hechos Olvidados?

La protesta siguiente es frecuentemente hecha al Karma: "Es injusto que debamos


sufrir por hechos que desde hace mucho tiempo han sido olvidados."

Si nos oponemos al Karma sobre el fundamento de que, algunas veces, hemos


olvidado la causa de nuestro sufrimiento, nos deberíamos preguntar a nosotros mismos si
también nos oponemos cuando el Karma nos trae provecho, el cual ganamos por un hecho
largamente olvidado. Si no nos oponemos a las utilidades, ¿Es justo oponernos a la desgracia?

Si actuamos al contrario de nuestro sentido de lo justo y de nuestro mejor juicio, y si el


efecto sigue rápidamente, vemos la conexión entre nuestro acto y el sufrimiento que sigue, y
reconocemos la justicia de lo que nos sucede. Pero supongamos que el efecto se demora, aún
más allá de la muerte, ¿Altera eso la justicia intrínseca del sufrimiento que finalmente debe
seguir?

¿No es un caso frecuente que los individuos que hacen lo que saben es incorrecto, si el
efecto se demora, quieren olvidar, y en verdad, pronto olvidan sus delitos, confiados en la
creencia de que ningún efecto desfavorable seguirá? Tiempo después que el hecho es
olvidado, tal vez más tarde en esta vida, tal vez en una encarnación siguiente, el efecto sí se
materializa en la forma de sufrimiento o en alguna desgracia. Entonces, la "víctima" de este
sufrimiento, indignada pregunta: "¿Qué he hecho para que esto me suceda?" Él no lo sabe,
pero él sabía que estaba equivocado en el momento que cometió el hecho. Las desgracias que
nos vienen ahora, y que parecen no merecidas, son los resultados de nuestros delitos pasados,
El Enigma de la Vida – pág. 153

y nuestros delitos de ahora nos serán devueltos como sorpresas similares y desagradables en
el futuro.

Si por el mero olvido de un acto se anulara su efecto y nos aliviara de responsabilidad


por él; entonces, una memoria pobre sería una ventaja valiosa.

Como sea, bien sabemos, y lo comprobamos por nuestras acciones en los asuntos
comunes de negocios, que si alguien ha tomado prestado algún dinero de nosotros, y cuando
debe pagarse de regreso, alega que ha "olvidado todo acerca de ello," y que es injusto que él
debiera tener que pagar, nosotros definitivamente no aceptamos esto como una excusa válida
para no efectuar el pago. Entonces, ¿Cómo podemos esperar que nuestro olvido interfiera con
la operación de la Ley de Causas y Efectos?

Si no aceptamos las doctrinas del Karma y la Reencarnación, entonces, ¿Cómo nos


explicaríamos el sufrimiento que no tiene causa visible?

Si aceptáramos a la herencia como una causa, sufriríamos por los pecados de nuestros
antepasados, los cuales no podríamos incluso olvidar, porque nunca supimos algo acerca de
ellos. Esto le da a la herencia una explicación más injusta que al Karma.

Si aceptamos la teoría de los teólogos, de que Dios creó al hombre al nacer, entonces
no tenemos parte en producir el sufrimiento que ahora soportamos, sino que Dios es el
responsable por ello.

Si tomamos el análisis que los materialistas sostienen, de que el hombre es el producto


de fuerzas naturales ciegas, entonces nuestro sufrimiento se debe al trabajo imperfecto de esas
fuerzas, sobre las cuales no tenemos control.

La explicación ofrecida por la herencia, por los teólogos y por los materialistas, no le
permiten parte al hombre para causar el sufrimiento que debe soportar. ¿No son esas
explicaciones más injustas que las del Karma, el cual enseña que el hombre, por él mismo, es
la causa de su propio sufrimiento y de su propia buena suerte, aunque él haya olvidado los
actos que les dieron origen a esos efectos?

¿Son los Efectos Demorados Conducentes a la Maldad?

Debido a que el efecto de los hechos de maldad puede ser demorado por mucho
tiempo, muchas protestas se le han imputado al Karma, debido a la tentación de hacer caso
omiso del castigo justo futuro, lo cual dejaría sólo la posibilidad de aceptar la ventaja
presente, y ésta sería demasiado fuerte, y daría como resultado el hacer más maldad
libremente.

Esta objeción, ¿No aplica todavía más fuertemente a la doctrina del perdón de
pecados, o a una creencia en la suerte? Si una de estas dos teorías fuera correcta, los efectos
de la maldad podrían ser evitados enteramente.

El Karma enseña lo que todo observador debe saber para que se dé un hecho, es decir,
que el efecto no siempre sigue inmediatamente después de su causa. Pero el Karma no
asegura que el efecto será demorado. Puede ocurrir inmediatamente, pero si se demora o no,
como quiera que sea, es ineludible. Cualquiera que todavía se incline a jugar con el destino,
El Enigma de la Vida – pág. 154

debería revisar sus experiencias pasadas, y ver si él no se ha encontrado con accidentes o


desgracias a las cuales no pudo asignarles causa. Esas experiencias son los castigos justos
demorados por delitos pasados que ahora lo alcanzan. En algún pasado largamente olvidado,
él razonó, como lo hace ahora, que el castigo justo probablemente sería demorado por
tantísimo tiempo, que él podría ignorarlo. Pero ahora, cuando el efecto de su delito le
acontece, lo resiente y le parece que ha sido escogido por el destino para sufrir injustamente.
El "futuro," que pareció tan lejano cuando cometió el hecho, ha arribado: es el tiempo
presente, y el efecto no fue menos doloroso porque se demoró. El razonamiento autoengañoso
del pasado, no ayudó a evitar su desgracia de ahora. Entonces, ¿Se debería aplicar
nuevamente en el futuro?

Con nuestra experiencia presente ante nosotros, y dándonos cuenta que podemos tener
muchas más desgracias esperándonos, tal vez "exactamente al doblar la esquina," cualquier
tentación de maldad, basada en la esperanza de que el efecto podría ser pospuesto, debería
perder todo su atractivo.

Karma-Némesis y el Karma Amigo

Aquellos que consideran al Karma una doctrina severa y fría, porque enseña que
debemos enfrentarnos a las consecuencias de nuestros actos, piensan solamente en el aspecto
punitivo del Karma.

En la Mitología Griega, este aspecto del Karma fue simbolizado por Némesis, la diosa
de la justicia de castigo, quien fue representada como cazadora implacable del culpable, hasta
conseguir que fuera debidamente castigado. Pero esto es solamente la mitad de la doctrina, y
el Karma puede ser visto como un ángel guardián, exactamente como a la deidad vengadora
que protege al inocente del daño, como con seguridad ella castiga al culpable. El Karma es
nuestro amigo tanto como nuestro maestro severo, porque él recompensa nuestras acciones
buenas, así como con seguridad castiga nuestros delitos. El aspecto amistoso y más feliz del
Karma es, por supuesto, exactamente tan importante como el aspecto de Némesis, y debiera
ser enfatizado tan fuertemente como su equivalente negativo. La única razón por la que tanto
se ha dicho acerca de Karma-Némesis y tan poco de Karma, el amigo, es el hecho de que casi
todos aceptan lo último como una explicación necesaria, mientras se rechaza lo primero como
injusto.

El Karma y Sus Doctrinas Compañeras

La doctrina del Karma es solamente una de las que colectivamente forman la


Sabiduría Antigua. Ninguna de esas enseñanzas es completa por sí sola; todas mutuamente
dan luz sobre sus doctrinas compañeras. Cada una de ellas, por lo tanto, debería ser estudiada
en su relación con las otras, a fin de apreciarlas debidamente.

Por ejemplo, el Karma, si se ve como una doctrina sola, puede parecer fría y mecánica.
Pero cuando se comprende que el propósito de la vida es la evolución del Alma, entonces se
puede ver que el Karma es de valor inestimable para el hombre, porque es una afirmación de
la ley que gobierna su evolución. Señala el camino correcto, y le advierte de los peligros.

La unidad fundamental de toda vida es otra doctrina muy cercanamente relacionada al


Karma. El hecho de que todos los hombres interiormente están unidos, y que todos tienen el
mismo objetivo final, vuelve armoniosa la condición natural de las relaciones entre los
El Enigma de la Vida – pág. 155

hombres. El Karma promueve esa armonía, al enseñar que nuestros propios hechos nos serán
retornados, y por esa razón, provee la sabiduría de la acción altruista.

La evolución, la unidad de toda vida y la Reencarnación, son todas vínculos en la


misma cadena de ideas, y todas son necesarias a fin de presentar al Karma en su luz
verdadera.

En el Karma yace la esperanza de construir un mundo mejor, porque enseña que todo
esfuerzo cuenta, y que dará fruto. Podemos convertir al Karma en nuestro amigo, y no hay
necesidad de que sea severo, a menos que lo obliguemos a que se comporte en esa forma.

El Karma y la Teoría de una Sola Vida sobre la Tierra

Cualquier individuo serio que observa la vida alrededor de él, debe haber sido
golpeado por las desigualdades, injusticias y desgracias de toda clase que afligen a muchos
seres humanos. Él se da cuenta de casos en donde el inocente sufre, mientras el culpable está
libre, donde el honesto fracasa, mientras el deshonesto prospera. Él observa que algunos
hombres son dotados y talentosos, mientras otros tienen capacidades muy limitadas; que
algunos tienen una salud robusta, mientras otros son inválidos de por vida. Él ve esas y toda
una variedad de otras desigualdades, y se pregunta: "¿Por qué toda esta injusticia? ¿Por qué
no somos todos saludables, talentosos y prósperos?"

Buscando una respuesta a estas preguntas, él examina teorías actuales respecto al


hombre y el mundo en que vive. Encuentra dos líneas principales de pensamiento, una
presentada por la religión ortodoxa, y la otra sostenida por los materialistas. Esos dos grupos
tienen criterios extensamente divergentes en algunas consideraciones, el teólogo cree que el
hombre es creado por Dios, el materialista sostiene que él es el producto de energías
materiales que operan en la Naturaleza. En otros puntos de vista, ellos sostienen criterios
similares. Ambos pueden ser llamados "Creacionistas," porque ambos asumen que el hombre
es creado al nacer. Ellos también están de acuerdo en dar por sentado que el hombre está
limitado a una sola vida sobre la tierra.

Si estas últimas suposiciones son ciertas, el hombre no es responsable por lo que él es,
o lo que él hace, o por las circunstancias de la vida en las que él mismo se encuentra. Todo
esto fue predeterminado para él por el poder que lo trajo en existencia, ya sea que ese poder
sea Dios, o las fuerzas de la Naturaleza.

Las desgracias que le acontecen al hombre son, bajo esas condiciones, injusticias
verdaderas, infligidas sobre él por agentes extraños, y él sufre efectos que él no causó; él
cosecha lo que no sembró. En otras palabras, el supuesto de que el hombre es creado al nacer,
y que está limitado a una sola vida sobre la tierra, lo conduce a la conclusión ineludible de
que la vida del hombre no está gobernada por la Ley de Causas y Efectos. Y viceversa: Si la
Ley de Causas y Efectos gobierna la vida del hombre, entonces la suposición precedente debe
estar equivocada.

La creencia en el creacionismo y en una sola vida sobre la tierra es incompatible con


una creencia en la Justicia y en la Ley de Causas y Efectos, como principios gobernantes en la
vida humana. Las dos proposiciones son la antítesis, una de la otra.
El Enigma de la Vida – pág. 156

Ninguna desgracia le puede acontecer a un hombre, a menos que la haya traído con él,
y desde que algunas desgracias empiezan con el nacimiento, ¿Cómo las pudo el hombre haber
acarreado con él, a menos que hubiera existido antes de nacer?

Además, hay muchas causas puestas en movimiento por el hombre que no se cumplen
antes de la muerte. ¿Cómo esas causas pueden ser equilibradas equitativamente, si la muerte
del cuerpo significa la muerte del Alma?

Una explicación de las desigualdades de la vida de acuerdo con la Justicia, vuelve


requisitos imperativos la existencia del Alma, antes de nacer y después de la muerte.

La doctrina de la Reencarnación satisface esos requisitos. Explica las injusticias


aparentes que por ahora el hombre sufre, como los efectos de sus propios hechos anteriores; y
que finalmente, él recogerá todo lo que él ha sembrado.

Entonces, advertimos que la doctrina de la Reencarnación es una consecuencia de la


Ley de Causas y Efectos. Si la última opera en la vida humana, la Reencarnación debe ser un
hecho.

No hay desacuerdo entre Creacionistas y Reencarnacionistas en cuanto a nuestra


actual vida sobre la tierra. El desacuerdo tiene que ver con lo que precede al nacimiento, y lo
que sigue después de la muerte.

Los Maestros de Sabiduría, quienes han alcanzado una etapa superior en evolución, y
pueden ingresar en los planos internos de existencia en una posesión total de sus conciencias,
nos dicen que la Reencarnación es un hecho, pero hasta que el individuo común haya
alcanzado esta etapa, él tiene que ser satisfecho con teorizar con lo que ocurre en esos planos.
Si la Reencarnación para él es solamente una teoría, debiese ser recordado que las creencias
del Creacionista y el materialista también son solamente teorías, sin el apoyo de la
observación directa.

El valor comparativo de esas teorías tendrá que ser determinado por sus habilidades de
explicar la vida, y sus acuerdos o desacuerdos con tales hechos de la Naturaleza, como son
conocidos.

El supuesto de que el Alma del hombre fue creada, o entró en existencia al nacer, no
está de acuerdo con el conocimiento que tenemos del plano material. En este plano ha sido
establecido que la materia y la energía son indestructibles, una realidad referida como la Ley
de la Conservación de la Energía. La materia y la energía pueden experimentar muchas
transformaciones, pero nunca fueron creadas, y nunca pueden ser aniquiladas o destruidas.

El Alma del hombre o conciencia, es energía de alguna clase, y pertenece a los planos
mentales-espirituales internos e invisibles de la Naturaleza. Esos planos internos e invisibles
son, exactamente, una parte de la Naturaleza, y sujetos a sus leyes, como lo es el plano
material externo. La Ley de la Conservación de la Energía, por lo tanto, debe tener su
equivalente en el lado oculto de la Naturaleza, y las energías mentales-espirituales deben ser,
así mismo, indestructibles en sus respectivos planos, como lo son sus homólogas en el plano
material. Y si ellas son indestructibles, ellas no pudieron haber sido creadas, sino que deben
haber existido siempre. Lo que no tiene fin no puede haber tenido comienzo. Lo que es de
duración infinita en el futuro, debe haber sido de duración infinita en el pasado.
El Enigma de la Vida – pág. 157

Las teorías de una sola vida sobre la tierra y la Reencarnación, ahora pueden ser
comparadas; y así, la conclusión a la cual conducen puede ser obtenida.

La creencia de que el hombre comienza su existencia al nacer no puede ser


reconciliada con una creencia en la Justicia, o que el hombre recoge lo que siembra; y por lo
tanto, es contraria a la Ley de Causas y Efectos.

Una creencia de que el Alma existió antes de nacer, armoniza con una fe en la Justicia,
porque explica cuando y donde el hombre sembró las semillas que resultaron en las
desigualdades e "injusticias" de nacimiento; y por lo tanto, está en armonía con la Ley de
Causas y Efectos.

La creencia de que el hombre es creado al nacer, está en pugna con la Ley de la


Conservación de la Energía, la cual declara que la energía no puede ser creada ni aniquilada.

Una creencia en la preexistencia e indestructibilidad del Alma está de acuerdo con la


Ley de la Conservación de la Energía.

Una creencia en repetidas vidas sobre la tierra explica que las causas sembradas por el
hombre, las cuales todavía no han sido equilibradas, traerán su efecto en alguna vida futura
del hombre sobre la tierra.

Entonces, es aparente que la doctrina de la Reencarnación se conforma a las leyes


conocidas de la Naturaleza, mientras que las teorías de los Creacionistas son contrarias a esas
leyes.

Es difícil de entender cómo una creencia que es tan ilógica, como la teoría de una sola
vida sobre la tierra, puede haber subsistido, y a la vez sostenido tanta influencia sobre las
mentes de los hombres, especialmente en el Occidente. La única explicación admisible para
ésto, es el hecho de que no hubo otra teoría disponible.

Después de la condena de la doctrina de la Reencarnación por las autoridades de la


iglesia del siglo sexto, ninguna referencia fue hecha a ella en las enseñanzas de la iglesia. Esto
dejó a la teoría de una sola vida sobre la tierra sin ningún competidor, y de allí en adelante,
fue aceptada, generación tras generación, sin desafío como para discutir su validez. Pero
desde que las enseñanzas de la Sabiduría Antigua nuevamente han sido traídas a la atención
del Occidente, la teoría de una sola vida sobre la tierra ya no es la única en el terreno. Ahora
debe enfrentarse a una comparación con la doctrina de la Reencarnación.

Una creencia de que estamos aquí por tan sola una vez no tiene base para su existencia
más que el hecho de que lo hemos heredado de nuestros antepasados, y de que ciertas
indicaciones exteriores parecen estar a su favor. La mayor entre ellas, es el hecho de que no
recordamos nuestras vidas pasadas; como tampoco podemos mirar dentro del futuro, y ver
que está en depósito para nosotros. De lo que sí estamos seguros es de nuestra vida presente
sobre la tierra, y sin investigar más allá, hemos dado por sentado que ésta es la única vida que
hemos tenido, o que tendremos aquí.

Pero las indicaciones exteriores pueden ser de apariencia engañosa. Hemos sido
engañados antes por ideas que, al principio, fueron generalmente aceptadas y consideradas
irrebatibles, pero después se comprobó que estaban completamente equivocadas.
El Enigma de la Vida – pág. 158

Por ejemplo, durante cierto tiempo, se aceptó como evidente y fuera de todo
argumento, la creencia de que la tierra era plana, y que además, era el centro del Universo.
Pitágoras, quien enseñó que el sol era el centro del Universo, y que la tierra era una esfera, fue
atacado vigorosamente y ridiculizado por el Padre de la Iglesia, Lactancio (260-330 D.C.),
por sostener tales criterios.

Al rechazar las ideas de Pitágoras, Lactancio escribió lo siguiente:

¡La locura de este viejo amigo debe ser ridiculizada!


¿Cómo puede la gente creer que existen antípodas bajo nuestros pies? ¿Dice eso algo
que merezca la atención? ¿Hay alguien tan estúpido como para creer que existen hombres
viviendo en el envés de la tierra, cuyos pies, en esa forma, están más altos que sus cabezas?
¿O que las cosas que con nosotros crecen para arriba, con ellos cuelgan sus cabezas hacia
abajo? ¿Que las cosechas y los árboles crecen hacia abajo? ¿Que las lluvias, la nieve y el
granizo, caen hacia arriba de la superficie de la tierra?. . . Esa gente pensó que la tierra es
redonda como una pelota . . . y que tiene montañas, extiende praderas, y contiene mares a
nivel, allí bajo nuestros pies, en el lado opuesto de la tierra: y si es así, sigue que por todas
partes, esa tierra estaría habitada por hombres y bestias. ¡Así, la rotundidad de la tierra
conduce a la idea estúpida de esos antípodas colgando hacia abajo! . . . No sé absolutamente
qué decir acerca de esa gente, quienes, después de haberse equivocado en algo,
consistentemente perseveran en su locura ridícula, y defienden una noción vana y falsa, por
otra . . . — De The Divine Institutes, por Lactancio, Bk III Capítulo XXIV, citado en The
Esoteric Tradition por G. de Purucker.

Ahora sabemos que la idea que Lactancio tan efectivamente ridiculizó, estaba correcta,
y que la teoría de la tierra plana que él aceptaba, estaba equivocada. Faltándole evidencia para
lo contrario, él basó su opinión completamente en apariencias exteriores, y fue guiado a una
conclusión errónea.

La teoría de una sola vida en la tierra, es otra creencia generalmente aceptada en el


Occidente ahora. Domina nuestra manera de pensar en su propio terreno, tan completamente
como lo hizo la idea de la tierra plana hace algunos siglos.

Pero la teoría de una sola vida en la tierra conduce a conclusiones que son imposibles
de reconciliar con la Justicia y con un Universo ordenadamente gobernado por leyes. Es
incapaz de resolver el problema del libre albedrío, y de demostrar que el hombre es
moralmente responsable por sus acciones. Fracasa en explicar la herencia, el medioambiente y
los accidentes, en armonía con la Justicia. Es el gran obstáculo que confunde nuestra manera
de pensar, y nos previene de ver que somos nosotros quienes creamos nuestras propias
desgracias.

Puesto que la teoría de una sola vida en la tierra ha causado tantos estragos en nuestra
forma de pensar, y que ha producido tantos resultados desastrosos al privar al hombre de su fe
en la ley y la Justicia, ¿No es tiempo para que esta teoría debiera ser desafiada, y que se haga
un esfuerzo para determinar que justificación hay para que exista?

Todo lo que puede decirse a su favor es que ha sido aceptada por generaciones
pasadas, y de que no hay evidencia exterior para contradecirla, y así, en la ausencia de
alternativas, se le ha dejado incontestada para que continúe vigente.
El Enigma de la Vida – pág. 159

La doctrina de la Reencarnación, por otra parte, resuelve todos los problemas que la
teoría de una sola vida en la tierra deja sin resolver, y lo hace en armonía con la Justicia y las
leyes del Universo.

A la luz de existencias repetidas, la secuencia de causa y efecto puede fácilmente ser


entendida. El hombre, por sí mismo, es responsable por su herencia, su medioambiente, la
buena o mala suerte que le puede acontecer, y él es moralmente responsable por todos sus
actos.

Un Fragmento de una Larga Historia — Tratar de entender la vida sobre la base de la


teoría de una sola vida sobre la tierra, es como tratar de entender un libro por leer una página
en el medio de él. Los sucesos que son narrados en esa página, son los efectos de causas
descritas en páginas anteriores, y no pueden ser entendidas, a menos que esas páginas sean
leídas. Los efectos de actividades nuevas descritas en esta sola página, aparecerán en alguna
página siguiente, o en un capítulo más tarde. El significado total de lo que la sola página
relata, puede ser entendida solamente cuando el libro sea leído desde el comienzo hasta el
final. Una sola vida no es más que "una página" en la historia interminable de un Alma en su
peregrinaje hacia la perfección. Si pudiéramos leer el registro de nuestras vidas pasadas,
tendríamos la explicación de todo lo que nos sucede en esta vida. Si pudiéramos mirar dentro
del futuro, y ver lo que ocurrirá allí, veríamos el resultado de nuestras acciones presentes.

¿Puede haber una duda razonable en la mente de alguien que haga una comparación
justa de las dos teorías, de que la doctrina de la Reencarnación resuelve los problemas de la
vida con un mayor acuerdo con la Justicia y la ley, la lógica y el razonamiento, que como lo
hace la teoría de una sola vida sobre la tierra?

La teoría de una sola vida sobre la tierra puede estar sólidamente atrincherada en las
mentes del hombre de ahora, pero no olvidemos lo que le sucedió a la teoría geocéntrica. La
historia puede repetirse por ella sola, y el día puede estar no tan lejano, cuando la teoría de
una sola vida sobre la tierra se reunirá con la teoría geocéntrica en algún "museo" de ideas
obsoletas, las cuales ya no obscurecerán felizmente nuestro horizonte mental.

La Reencarnación es la "Cuerda Perdida" en el pensamiento moderno que debe ser


restaurada, para que la fe del hombre en la Justicia pueda ser restablecida.

El Karma es la ley que gobierna la vida del hombre. La Reencarnación es una doctrina
compañera del Karma, y que explica cómo el Karma funciona.

El Karma y la Prueba Científica

El éxito grandioso alcanzado por la investigación científica en el lado material de la


Naturaleza le ha dado origen a la creencia popular de que las teorías científicas son infalibles,
y de que han sido comprobadas más allá de la posibilidad de la duda.

El método científico de prueba consiste en reunir todos los hechos conocidos respecto
a algún fenómeno en la Naturaleza, y entonces, asumir alguna teoría que satisfaga esos
hechos, y así, explicar el fenómeno. Si no se descubren nuevas realidades que contradigan esa
teoría, entonces se considera comprobada.
El Enigma de la Vida – pág. 160

Ningún científico responsable reclamará que tal prueba es la última, porque es


reconocido que siempre existe una posibilidad que nuevos hechos puedan ser descubiertos, y
que llamen por un cambio en la teoría, o tal vez, su completo abandono por una nueva y
mejor.

El autor del libro de texto sobre Física usado en una de nuestras universidades más
grandes, refiriéndose a una de las más importantes y generalmente aceptadas leyes de la
Física, se expresó así: "Como todas las leyes físicas fundamentales, la ley de la conservación
de la energía no es capaz de prueba directa, sino que es una suposición consistente con todos
los hechos conocidos, y será aceptada hasta que algún fenómeno sea descubierto con el cual
esa ley no sea consistente.

Entonces, el conocimiento científico no puede ser calificado como infalible por sí solo,
sino que tales teorías, por estar fundamentadas sobre hechos reales, al ser correctamente
interpretadas son probabilidades fuertes y con el acercamiento más cercano posible a la
verdad, basadas en la información disponible.

Si fuéramos a aplicar el método científico de prueba al Karma, en cómo nos afecta a


los seres humanos, deberíamos tomar nota de todas las experiencias que encontramos durante
la vida. Ellas son los "hechos y fenómenos" que tenemos que explicar conforme a la Ley de
Causas y Efectos. Puesto que toda experiencia que encontramos puede ser explicada por la
Reencarnación y el Karma como el efecto de nuestros propios actos, es aparente que la
doctrina del Karma, con su compañera, la doctrina de la Reencarnación, "satisfacen los
hechos" y por lo tanto, deberían ser aceptadas hasta que algunos nuevos hechos sean
descubiertos con los cuales no sean consistentes. Por lo tanto, el Karma puede ser considerado
demostrado por el mismo método que los científicos usan para demostrar sus teorías.

La Prueba Más Fuerte para el Karma

Los instintos morales del hombre, su sentido de "la capacidad de las cosas," su
experiencia, la analogía, el razonamiento y la lógica, le dicen que este Universo está
gobernado por la Ley de Causas y Efectos.

Como sea, la prueba más fuerte para el Karma yace en la realidad de que no hay
alternativas. Lógicamente es imposible imaginar un suceso que ocurra sin una causa.

El Karma y las Religiones Grandiosas

En la Biblia hay muchas afirmaciones para el efecto de que el hombre "recogerá lo que
siembre," de que él "recibirá de acuerdo a su obra," y eso es precisamente el fundamento de la
doctrina del Karma.

No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso
también segará. — Gálatas 6:7
Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde
pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. — Mateo 5:18
No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis
juzgados, y con la medida que medís, os será medido. — Mateo 7:1-2
. . . porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. — Mateo 26:52
El Enigma de la Vida – pág. 161

Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás. — Eclesiastés
11:1
Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que
siembra generosamente, generosamente también segará. — Segunda Corintios 9:6
Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia . . . Habéis
arado impiedad, y segasteis iniquidad; . . . — Oseas 10:12-13
Si alguno lleva en cautividad, va en cautividad; si alguno mata a espada, a espada debe
ser muerto. — Apocalipsis 13:10
Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los
abrojos? — Mateo 7:16
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. —Mateo
5:7

Declaraciones similares pueden ser también encontradas en: Mateo12:36; Mateo


16:27; Job 34:11; Salmos 62:12; Proverbios 24:12; Jeremías 17:10; Jeremías 32:19;
Romanos 2:16; Mateo 16:27; 2 Corintios 5:10; Colosenses 3:25; Apocalipsis 2:23;
Apocalipsis 22:12

En el Anugîtâ, Cap. III, uno de los Upanishads, encontramos lo siguiente:

Cualquiera que sea la acción que el hombre ejecute, ya sea buena o mala, todo lo que
sea hecho en un cuerpo anterior, debe necesariamente ser gozado o sufrido.

En el bello poema The Light of Asia, Sir Edwin Arnold habla de la historia de la vida
de Gotama, el Buda, y también nos da algunas de sus enseñanzas. Refiriéndose al Karma,
escribe:

KARMA - todo lo que totaliza un alma


Lo cual son las cosas que hizo, los pensamientos que tuvo,
El "yo" que tejió con la trama del tiempo sin perspectiva
Cruzado sobre la urdimbre invisible de los actos.
***
Sin comienzo y sin final,
Como espacio eterno y como seguramente cierto.
Está sujeto a un poder divino que mueve a lo bueno,
Solamente sus leyes perduran.
***
No conoce ira ni perdón; verdad absoluta
Mide limites, su impecable balanza pesa;
Los tiempos son como nada, mañana juzgará,
O después de muchos días.
Por esto, el cuchillo del asesino lo apuñaló a él mismo;
El juez injusto ha perdido su propia defensa;
La lengua falsa condena su mentira; el ladrón cauteloso
Y despojador, roba, para luego devolver lo robado.
Tal es la ley que mueve a la justicia,
De la cual nadie, al final, puede apartarse o detener;
Su corazón es amor, su final
Es paz y consumación dulce. ¡Obedece!
***
El Enigma de la Vida – pág. 162

¡Los libros lo dicen bien, mis hermanos! La vida de cada hombre


Es el resultado de su vivir anterior;
Los errores pasados traen penas y aflicciones,
El pasado justo alimenta bienaventuranza.
Eso que cosechéis, segaréis. ¡Ve a lo lejos los campos!
El sésamo fue sésamo, el maíz
Fue maíz. ¡El silencio y las tinieblas lo sabían!
Así nace el destino del hombre.
Él es segador de lo que sembró,
Sésamo, maíz, tanto molde en nacimiento pasado;
Y tanta mala hierba y ponzoña, la cual lo estropea
A él y a la tierra dolorida.
Si él trabaja correctamente, arraigando éstas,
Y plantando saludables plántulas donde crecen,
Fructífera y bella y limpia será la tierra,
Y rica la cosecha que se espera.

Capítulo IX

Fraternidad
Fraternidad — Una Realidad En La Naturaleza
Indicaciones Externas de Unidad
Evidencia Indirecta de Unidad
La Piedra de Tropiezo Es el Egoísmo
¿Nos "Beneficiamos" del Egoísmo?
Un Llamado al Egoísta
Egoísmo Revertido
La Ética Basada sobre las Leyes de la Naturaleza
La Unidad Es la Causa — La Fraternidad Es el Efecto
Las Ideas Gobiernan el Mundo
Respuestas a Algunos de los Enigmas de la Vida
La Edad de Oro de la Fraternidad

Cuando los hombres no tienen criterio de lo correcto o lo equivocado, lo cual ellos


pueden verificar al examinar si su posición se apoya sobre leyes naturales, siempre existe
inmoralidad muy difundida, no solamente inmoralidad sexual, sino también inmoralidades
política y social, inmoralidades éticas en un sentido general. En tal caso, los hombres no
tienen guía en la vida, y la consecuencia será corrupción, engaño, egoísmo, guerras, y todas
esas otras cosas de maldad que siempre forman esa comitiva.
Nuestras doctrinas Teosóficas le dan al hombre no solamente una esperanza grandiosa
y sublime, sino también principios éticos por los cuales él vivirá, y una grandiosa filosofía, la
cual, adecuadamente explica esos principios. Por lo tanto, cuando el mundo esté finalmente
inmerso en Teosofía, las guerras automáticamente cesarán; la corrupción en los lugares altos,
intermedios y bajos, se convertirá en un recuerdo malísimo del pasado. Esta regeneración,
entre otras cosas, es por la cual estamos trabajando. Esta . . . es una de las razones
fundamentales para la fundación de la Sociedad Teosófica. — G. de Purucker, The
Theosophical Forum, febrero de 1932
El Enigma de la Vida – pág. 163

Fraternidad — Una Realidad En La Naturaleza

La Fraternidad es una realidad en la Naturaleza, declara la Sabiduría Antigua. Esta


afirmación está basada sobre la unidad espiritual interna de toda vida. Toda unidad de vida, o
Mónada, es una emanación de la Vida Única Universal, la cual es la causa oculta más allá del
universo visible.

Nosotros, los seres humanos, constituimos un grupo de Mónadas, unidas unas a las
otras mediante un origen común y un destino también común — peregrinos compañeros con
un propósito común. Por lo tanto, la base para la armonía y la cooperación ya existe, y una
fraternidad in actu, es la relación natural y normal entre los hombres.

Indicaciones Externas de Unidad

El alcance al cual nuestra unidad espiritual es reconocida, depende de nuestro


desarrollo, y difiere enormemente con los diferentes individuos.

La indiferencia hacia el sufrimiento y las penas de los demás demuestra una falta de
desarrollo espiritual. Un sentido de unidad, piedad, sentimiento de compañerismo y
solidaridad por el que sufre, demuestra una comprensión de la unidad interna. Un testigo de
un accidente, aunque no sea físicamente afectado, puede sentirse enfermo, y aún desmayarse,
como resultado de este sentimiento de unidad interna con la víctima.

Cuando vemos u oímos de algún hecho heroico, o algún acto de abnegación, de alguna
responsabilidad hecha al enfrentarse a una dificultad o peligro, experimentamos un afecto de
corazón, y una fe renovada de que existe algo noble o divino en nuestros prójimos. Existe una
cuerda en nuestra naturaleza que responde cuando una nota verdadera es tocada por alguien
más, ¿Y por qué debería esta cuerda vibrar al unísono con la nota tocada, a menos que exista
algo de divinidad en todos los corazones humanos?

La separatividad que sentimos externamente, no es tan completa como puede parecer


en la superficie. Cuando abordamos un autobús o un tren, por ejemplo, nuestra custodia está
en las manos de quienes manejan esos vehículos. Nuestra vida puede depender en el mecánico
que reparó nuestro carro, y cuando estamos viajando en él, nuestra vida está casi tan
dependiente del cuidado de otros motoristas, como lo está en el nuestro. Cuando cruzamos un
puente, o usamos un elevador, estamos confiando nuestras vidas en quienes los diseñaron y
los construyeron. Lo que hacemos, afecta a los demás, y lo que ellos hacen, nos afecta a
nosotros. Somos "el Guarda de nuestro Hermano", y él es nuestro "Guarda," y somos
responsables, recíprocamente, por nuestros actos.

Encontramos en la Naturaleza que ciertos animales, como las abejas y las hormigas,
han desarrollado cierto tipo de conciencia de grupo, porque forman grandes colonias en las
cuales ellos cooperan por el bien común. Como resultado, la colonia prospera, y las unidades
individuales son capaces de sobrevivir, lo cual no se podría lograr si trabajaran cada una por
su cuenta.

Nosotros, los seres humanos, nos encontramos ubicados por la Naturaleza como parte
de varias combinaciones, tales como familias, pueblos, naciones, etc. Como miembros de esos
grupos, hacemos mucho de nuestro trabajo colectivamente. Reconocemos que somos parte de
El Enigma de la Vida – pág. 164

algo más grandioso que nosotros mismos, y que hay algo para ser ganado, tanto por el
individuo, como por el grupo, por tal cooperación.

El cuerpo humano es un ejemplo maravilloso de cooperación entre varias células y


órganos, todos trabajando conjuntamente por el beneficio del cuerpo como un todo.
Inconscientemente, el hombre copia el método de cooperación de la Naturaleza, como cuando
un trabajo público grande tiene que hacerse, y él encuentra que se beneficia de ese modo. Así,
él se une a otros para formar lo que él llama una "organización," con alguien como su
"cerebro," y varios comités y subordinados para llevar a cabo los detalles, de la misma forma
como los órganos del cuerpo ejecutan sus funciones variadas. Cuando nos referimos a nuestra
comunidad, o estado, como un todo, y le llamamos "el cuerpo social" o "el cuerpo político,"
subconscientemente reconocemos una realidad interna.

Cualquiera que sea el objetivo, ya sea religioso, político, científico, comercial o de


otra índole, y ya sea que el motivo sea egoísta o altruista, los hombres ponen por obra lo que
más pueden llevar a cabo, al actuar colectivamente que haciéndolo individualmente.

No podemos esperar mucha evidencia de unidad en el plano exterior, donde nuestra


separatividad es más pronunciada. Sin embargo, como ya lo hemos visto, las indicaciones de
que estamos unidos en alguna forma unos con otros, no están faltando completamente. Como
quiera que sea, la unidad verdadera de toda vida se encuentra en los planos espirituales de la
Naturaleza, y porque el hombre común hasta ahora no se ha vuelto consciente en esos planos,
es incapaz de demostrar esa unidad para que pueda ser observada directamente.

Evidencia Indirecta de Unidad

Las indicaciones externas y directas de unidad pueden que no sean suficientes, pero
existe abundancia de evidencia indirecta de que no estamos separados, porque vemos el
resultado desastroso que sigue cuando los hombres actúan egoístamente y contra las leyes de
la armonía.

Esas leyes no pueden romperse impunemente, porque se hacen respetar por ellas
mismas. Si vamos a construir una bóveda de piedra, las piedras deben ser labradas y
colocadas de acuerdo a las leyes de la mecánica. No existe autoridad externa que nos obligue
a obedecer esas leyes, pero si fallamos al hacerlo, la bóveda se nos viene abajo. Tampoco la
Naturaleza nos exige a vivir en armonía con nuestros prójimos, pero dejar de hacerlo resulta
en el colapso de una sociedad bien organizada, tanto como dejar de obedecer las leyes de la
mecánica da como resultado el colapso de la bóveda.

Vemos ejemplos de esto en toda situación, tanto en las pequeñas como en las grandes,
en la familia y en la comunidad, nacional e internacionalmente. Egoísmo e indiferencia por
los derechos de otros, practicado por algunos individuos, acarrea sufrimiento e infelicidad, e
incrementa las cargas sobre otros. Cada año que pasa nuestra unidad se vuelve más y más
aparente. Los inventos modernos nos han traído a todos a juntarnos, porque los actos de
egoísmo y agresión que anteriormente fueron localizados, y que pasaron inadvertidos afuera
en un pequeño círculo, ahora le afecta a toda la raza humana. Si una nación agresora ataca a
un vecino más débil en alguna parte remota del mundo, podemos pensar que no tiene que ver
con nosotros, pero antes de que la cadena de sucesos que ha sido puesta en acción se detenga,
podemos haber sido arrastrados dentro del conflicto, y nos damos cuenta que sí tuvo que ver
con nosotros también.
El Enigma de la Vida – pág. 165

La Piedra de Tropiezo Es el Egoísmo

El ideal de la Fraternidad siempre ha atraído la imaginación del hombre. En sus


mejores momentos, él sueña con el Milenio, y algo por dentro le dice que no es una Utopía
imposible, sino que algún día se convertirá en una realidad viviente.

Las enseñanzas éticas de las religiones grandiosas también enseñan Fraternidad. En el


Sermón de la Montaña, Jesús incita a los hombres a practicar altruismo, perdón, generosidad,
a amar al prójimo como a uno mismo, a aplicar la Regla de Oro en la vida de cada día, y así,
hacer de la Fraternidad una realidad viviente. Otros Maestros espirituales han enseñado las
mismas éticas.

Generalmente es convenido que las enseñanzas sencillas del Sermón de la Montaña, si


se tomaran seriamente y se pusieran en práctica, serían suficiente para establecer Fraternidad,
y el fracaso del hombre para hacerlo no se ha debido a la falta de enseñanzas éticas sobre el
tema.

El altruista y el humanitario sí toman esas enseñanzas seriamente y buscan beneficiar a


sus prójimos sin motivos egoístas. Muchos intentos sinceros han sido hechos por religiosos y
otros grupos para practicar Fraternidad, y si no fuera por los esfuerzos de esa gente de buena
voluntad, este mundo estaría en una condición más pésima que la que ya tiene. Pero aquellos
que tratan de practicar Fraternidad se encuentran con muchas dificultades. Ellos tienen que
tratar con otros que, por su egoísmo, impiden que esos esfuerzos se materialicen en
Fraternidad, al volver inefectivos tales esfuerzos.

Es el egoísta quien causa la disensión y la discordia en el mundo. A él también se le


han presentado las enseñanzas éticas de la religión, pero las ha ignorado durante las edades
pasadas, y está haciendo lo mismo ahora. A menos que él pueda ser inducido a cambiar su
posición egoísta, la Fraternidad no se convertirá en una realidad. Evidentemente, las
enseñanzas éticas, tan maravillosas como lo son, no son suficientes para llevar a cabo esto si
permanecen solas, volviéndose inefectivas allí donde ellas más se necesitan.

El egoísta siente que el egoísmo ofrece ventajas inmediatas y concretas, mientras que
los beneficios que resultan del altruismo son inciertos y que nunca podrían materializarse. Él
ve que otros practican egoísmo con resultados aparentemente favorables, y por ello, concluye
que el egoísmo "paga" mejor que el altruismo, y que esa es la razón por la que actúa
egoístamente.

El egoísmo y el crimen no pueden ser eliminados en tanto el hombre crea que le son
lucrativos. A menos que se demuestre que ellos son infructuosos y nocivos para el bienestar
del hombre, el egoísmo, la corrupción y el crimen continuarán, se volverán más agravantes, y
finalmente destruirán nuestra civilización, como lo han hecho con muchas otras en el pasado.

La eliminación del egoísmo, entonces, depende de eliminar el motivo de lucro


escondido detrás de él, y la solución del problema del egoísmo depende de la respuesta a la
pregunta: ¿Acaso el egoísmo paga?
El Enigma de la Vida – pág. 166

¿Nos "Beneficiamos" del Egoísmo?

Si vamos a beneficiarnos del egoísmo, debemos obtener de los demás más de lo que
damos a cambio, o mejor dicho: "obtenemos algo a cambio de nada." Debemos ser capaces de
cosechar utilidades que no las hemos ganado, y debemos ser capaces de escapar de las
consecuencias de nuestros hechos de maldad.

Debemos notar que todos los éxitos obtenidos mediante el egoísmo están basados en la
suposición de que podemos recoger utilidades sin sembrarlas antes, y de sembrar maldad sin
recoger sus consecuencias, en otras palabras, todo depende de nuestra habilidad para burlar la
Ley de Causas y Efectos. Si podemos burlar esa Ley, somos capaces de beneficiarnos del
egoísmo. De lo contrario, no puede haber ganancia del egoísmo.

Demostrar que las acciones humanas están gobernadas por la Ley de Causas y Efectos,
es demostrar que no existe ganancia del egoísmo, y de aquí, que no existe razón para practicar
egoísmo.

Todo aquel que acepta la Ley de Causas y Efectos, debe rechazar el egoísmo como
método de obtener ganancias.

Todo aquel que actúa egoístamente, esperando ganar de ese modo, demuestra con su
acción que él no cree en la Ley de Causas y Efectos. Él puede alabarla, pero por su acto, él
realmente dice: "Estoy seguro que no tendré que sufrir del efecto malvado de mi acción.
Puede que realmente no haya ningún efecto, y si lo hay, lo puedo evitar." Un acto de maldad
solamente puede basarse en la creencia de que el malhechor puede evitar las consecuencias de
su acto, en otras palabras, en su habilidad para desafiar la Ley de Causas y Efectos.

Un Llamado al Egoísta

El egoísta vive en un plano inferior al del altruista. Su conciencia está centrada en su


Personalidad; y por lo tanto, está más conocedor de su separatividad física de sus prójimos,
que de la unidad espiritual con ellos. El llamado ético de la religión se vuelca sobre su cabeza.
Si esperamos cambiar su posición egoísta, debemos tratar de hacerlo en el plano donde él
funciona; debemos estimular su interés propio.

La Ley de Causas y Efectos, además de gustarle al altruista, también tiene un atractivo


efectivo para el egoísta.

Cuando el egoísta se convenza de que recogerá lo que sembró, él se dará cuenta que
cualquier acto que ejecute para el beneficio de alguien más, inevitablemente resultará en un
beneficio similar que regresa a él, y que beneficiando a los demás, así también se beneficiará
por él mismo.

De igual manera, él se dará cuenta de que cualquier sufrimiento que pueda haber
causado, cualquier daño que le pueda haber hecho a otro, también le será devuelto, y de que,
por dañar a otro, él también se causa daño a sí mismo. Bajo estas condiciones, es solamente
sentido común el practicar Fraternidad, y de evitar dañar a los demás. Hacer lo contrario, es
actuar en contra de nuestro propio interés. El conocimiento de que recogeremos lo que
sembramos tiene un efecto doble: refrena al egoísmo, y promueve la Fraternidad.
El Enigma de la Vida – pág. 167

La noción ilógica de que estamos aquí por una sola vida es lo que engaña al hombre
para que crea que puede obtener ventajas mediante el egoísmo. Visto a la luz del Karma y la
Reencarnación, es aparente que tales ganancias son solamente transitorias e imaginarias. En
lugar de ser verdaderas, ellas no son más ventajosas que incurrir en deudas, las que finalmente
tienen que ser liquidadas.

La importancia de las doctrinas del Karma y de la Reencarnación en sus efectos sobre


la conducta humana, no puede ser sobrestimada, porque sostienen la solución al problema del
egoísmo, el más grande de los obstáculos para el progreso humano.

Egoísmo Revertido

Cuando el egoísta se dé cuenta que el altruismo es ventajoso para él, empezará a


practicarlo. No podemos esperar que altere todo su carácter de una sola vez, porque sus viejos
hábitos y su forma de pensar, son difíciles de cambiar. Su primer intento será hecho con vista
hacia los beneficios que espera se deriven desde allí. Su motivo todavía es egoísta, pero la
dirección del egoísmo está revertido; ya no daña a otros, los beneficia. Él ha hecho un
comienzo en la dirección correcta, lo cual es mejor que no haya empezado, y él no ha
almacenado problemas futuros para sí.

Los resultados beneficiosos pueden ser desilusionantes, pero él ha abierto una nueva
puerta al mejor lado de su naturaleza. Él tiene la experiencia nueva de hacer felices a otros, y
esto le acarrea felicidad a él también.

A medida que avanza gradualmente en su evolución, la experiencia feliz de beneficiar


a otros, o de hacer desaparecer todo pensamiento de recompensa o de castigo, será su propia
recompensa. Entonces, el altruismo se convertirá en la forma natural de su vida.

La Ética Basada sobre las Leyes de la Naturaleza

En su esfuerzo para determinar la validez o la verdad de una doctrina, el hombre tiene


tres métodos por los cuales él puede investigar el tema. Ellos son: la religión, la filosofía y la
ciencia, y cada una de ellas revela una fase diferente del tema en consideración. Si la doctrina
es cierta, debe tener una explicación que sea satisfactoria desde todos estos tres puntos de
vista.

En su aspecto religioso, la doctrina debe satisfacer las intuiciones morales del hombre,
sus aspiraciones y anhelos por una vida superior y más noble; debe enseñarle cómo ajustar su
vida en armonía con sus prójimos. Pero sólo la religión, sin la filosofía y la ciencia, puede
conducir al dogmatismo y a la superstición.

En su aspecto filosófico, la doctrina debe satisfacer el razonamiento y la lógica del


hombre. Pero la filosofía, sin religión y ciencia, puede conducir a un intelectualismo frío,
estéril y lejano del entendimiento y solidaridad humanos.

En su aspecto científico, la doctrina debe armonizar con hechos y leyes establecidas de


la Naturaleza, pero a menos que también satisfaga las aspiraciones religiosas del hombre, su
razonamiento y lógica, su presentación es incompleta, y puede conducir al materialismo
irresponsable.
El Enigma de la Vida – pág. 168

"No hay religión superior que la Verdad," dice la Sabiduría Antigua. Y agrega que no
puede haber conflicto entre religión verdadera, filosofía cierta y ciencia verídica. Una doctrina
que fracase en satisfacer todos los tres métodos de investigación, es errónea o incompleta en
su presentación.

Cuando buscamos determinar el por qué las enseñanzas éticas no han tenido una
influencia más grande sobre la conducta del hombre de la que tienen, encontramos que ellas
han sido presentadas desde el punto de vista religioso solamente. Lo que está faltando es una
filosofía que demuestre el por qué el hombre debiera practicar ética, y una ciencia para
demostrar que esa filosofía se basa en hechos de la Naturaleza.

Las doctrinas del Karma y la Reencarnación dan la base filosófica en la cual la ética se
apoya. Esas doctrinas, a su vez, están basadas sobre la Naturaleza, porque la ciencia ha
demostrado que el lado material de la Naturaleza está gobernado por la ley; y el razonamiento
y la lógica nos dicen que esta ley debe aplicarse en todas partes del universo.

Si examinamos las enseñanzas éticas, encontramos que si ellas no se refieren a la Ley


de Causas y Efectos, ellas se basan en ella. En el Sermón de la Montaña, Jesús les enseña a
los hombres que "primero busquen el Reino de Dios y Su Justicia," y entonces, las
necesidades del cuerpo serán proveídas. ¿Y qué es "el Reino de Dios y Su Justicia," sino
practicar altruismo, generosidad, en breve, vivir de acuerdo a la Regla de Oro? Tales acciones
deben tener sus efectos, porque la Naturaleza reaccionará en la misma forma a nuestras
acciones, y los efectos son dirigidos de regreso a nosotros. Por lo tanto. Jesús dice
efectivamente: Da, y el logro proveerá por él mismo, una declaración que tiene base en la Ley
de Causas y Efectos.

Existen muchos viejos aforismos o reglas que pertenecen a la conducta humana, los
cuales han sido pasados de generación en generación, porque el hombre siente intuitivamente
que son ciertos. Cuando son analizados, se encuentra que ellos también tienen base en el
Karma.

"Cuánto más das, cuánto más tienes, esa es la ley del amor," es uno de tales dichos. Lo
más que damos, lo más que lo hacemos altruistamente y sin buscar recompensa, lo más
Karma bueno que "almacenamos" para nosotros mismos, para ser recogido en el futuro.

"La honestidad es el mejor de los principios". Honestidad y deshonestidad acarrearán


sus efectos apropiados, de acuerdo con la Ley de Causas y Efectos. La primera, naturalmente
será favorable, mientras que la última será desfavorable; de aquí que la honestidad sea el
mejor principio.

Otro aforismo nos dice que: "Es solamente lo que has dado lo que tendrás en tu mano
fría cuando mueras." Lo que hemos dado sin recibir recompensa, el Karma se encarga de
regresárnoslo en su debido tiempo.

La intuición le dice al hombre que hay verdad en esos viejos dichos, pero su mente
razonadora también debe estar convencida de ello, antes de ponerlo por obra.

Resumiendo:

La Religión enseña ética.


El Enigma de la Vida – pág. 169

La Filosofía demuestra el por qué el hombre debe practicar ética.

La Ciencia demuestra que la ética está basada en las leyes de la Naturaleza.

Tomadas como un todo, ellas nos dan el conocimiento y el entendimiento que se


necesitan para hacer de la Fraternidad, una realidad.

La Unidad Es la Causa — La Fraternidad Es el Efecto

Como fue indicado previamente, la base de la Fraternidad es la unidad de toda vida.


Cuando esta unidad esté completamente comprendida, la Fraternidad seguirá por impulso
propio. Vendrá como la manifestación exterior de una condición que ya existe en los planos
internos y espirituales de la Naturaleza.

Es el fracaso del hombre en reconocer esta unidad lo que conduce a toda disensión y
discordia en el mundo. En su Naturaleza Superior interna, el hombre siente un vínculo de
unión con sus prójimos, y cuando él está bajo la influencia de este sentimiento, él actúa en
armonía con ellos. Una gran calamidad de la Naturaleza saca este lado bueno del hombre, y él
reconoce de inmediato su obligación de ayudar a aquellos en desgracia.

Pero él todavía no ha evolucionado hasta el punto en donde él pueda reconocer esta


unidad, en donde las penas y el sufrimiento toman una forma menos espectacular. Así, él se
aísla por sí mismo, al retirarse dentro de la cubierta de la personalidad inferior, y toma refugio
en la separatividad que existe allí. Él no se da cuenta que la separatividad en la cual él trata de
protegerse a sí mismo, es un engaño causado por el hecho de que su visión está limitada al
plano material de la Naturaleza solamente, y fracasa en informarse de la unidad que existe en
los planos internos.

Si él tuviera visión interna, él vería que su aislamiento no fue más verdadero que ese
de un inquilino de una casa grande de apartamientos, que se acomoda pensando que un
incendio en el apartamento de alguien más no es una amenaza para su propia seguridad.

Debemos darnos cuenta que vivimos en "la gran casa de apartamentos de la


Naturaleza," y "un incendio en cualquier apartamento, si no es controlado, al final nos
afectará a todos los inquilinos. Como naciones, estamos comenzando a aprender que nuestra
paz, libertad y prosperidad, dependen de otras naciones que también gozan de esos
privilegios; que un ataque sobre una de nuestras naciones hermanas, es un ataque sobre todas,
que "el incendio en el apartamento de nuestro vecino, también es nuestro."

A medida que el hombre evoluciona y se torna completamente más conocedor de los


vínculos que lo atan a sus prójimos, él ya no puede sentirse indiferente hacia ellos. Su
entendimiento de los problemas y penas de ellos, se vuelven tan vivificados, tan intensos, que
le parecen como propios de él. No tendría tranquilidad de ánimo, hasta que haya hecho todo
lo que esté a su alcance para traer alivio a aquellos que lo necesitan.

Cuando hayamos alcanzado este punto, el "Cuerpo Social" ya no será una mera figura,
será una realidad viviente. En tal sociedad, condiciones de barrios bajos y falta de oportunidad
para el desamparado y otras injusticias sociales, serían tenidas como enfermedades del
Cuerpo Social, y todo lo posible sería hecho para su eliminación, exactamente como un
individuo buscaría limpiar y curar una llaga ulcerada, para que no enferme al resto del cuerpo.
El Enigma de la Vida – pág. 170

Miembros de tal sociedad no competirían entre ellos por ventajas egoístas, sino más
bien cooperarían en un esfuerzo para contribuir para el bienestar común. A cambio de la ley
de la jungla, "cada cual que rece por su santo," la consigna sería: "cada cual ayude a aquellos
menos avanzados que él," y no habría nadie que se quede atrás en la marcha del progreso.
Aún el menos importante tiene algo para dar, y el holgazán de hoy podrá, después de vidas de
esfuerzos, ser el líder del futuro, y entonces, devolver la ayuda que se le prestó.

La Fraternidad no vendrá como el resultado de cualquier arreglo artificial y sintético


impuesto desde fuera, sino que vendrá cuando los hombres lleven a cabo su unidad con sus
prójimos. Entonces, ellos actuarán y vivirán como hermanos, lo cual ellos realmente son.
Cuando esto ocurra, el Reino de los Cielos ya no será un sueño utópico, sino una realidad
viviente "en la tierra como en el Cielo", o en los planos espirituales.

Las Ideas Gobiernan el Mundo

La idea de que el egoísmo es provechoso ha dado como resultado el predominio del


egoísmo, pero es evidente que nunca será provechoso, al contrario, siempre será perjudicial.
Esta consecuencia eliminará al egoísmo. Pero esta eliminación no vendrá totalmente de una
sola vez. La Ley del Karma, en la cual la idea está basada, tendría que ser entendida y
asimilada primero. En asuntos como estos, deberíamos de "pensar en siglos," para citar a un
Maestro Teosófico, más bien que en años y décadas.

Imaginariamente, adelantémonos un siglo y asumamos que durante esos años, la


doctrina del Karma ha sido entendida y asimilada, primero, por los de mentalidad seria y
reflexiva, y desde ellos, impartida gradualmente a los demás, hasta que finalmente haya
saturado todos los estratos sociales. Entonces será aceptada como un hecho evidente,
exactamente como aceptamos ahora la ley de la gravedad, y será enseñada en nuestras iglesias
y escuelas.

Los niños que crezcan en tal sociedad, enseñados por sus padres y por todos sus
mayores, se empaparían desde sus primeros años de la idea de que ellos son responsables por
todos sus actos, y de que ellos, inevitablemente sufrirán por cualquier daño que le puedan
causar a los demás.

¿Puede haber alguna duda de que estas ideas producirían una generación de individuos
con sus tendencias egoístas grandemente bajo control? ¡Pensemos en la ventaja del efecto
controlable que tendría sobre el aspecto negativo del Karma! ¡Pensemos en el sufrimiento y la
miseria que la humanidad suprimiría a partir de ello!

Una vez el egoísmo esté dominado, las facultades superiores de la naturaleza humana
serían liberadas y empezarían a expresarse por ellas mismas. Agreguémosle a esto la certeza
positiva que el Karma nos brinda, al saber que los beneficios que sembremos nos serán
retornados como tales. Entonces, ¿Habrá alguna duda de que el resultado será la armonía y la
buena voluntad entre los hombres, lo cual constituye el primer paso hacia la Fraternidad?

Respuestas a Algunos de los Enigmas de la Vida

Ahora podemos regresar a las preguntas planteadas al principio de este libro, las cuales
forman parte del "Enigma de la Vida," y veamos como son contestadas por las enseñanzas de
la Sabiduría Antigua.
El Enigma de la Vida – pág. 171

Un resumen de esas preguntas está dado a continuación:

¿Por qué hay tanto sufrimiento en el mundo?

Es el resultado de la manera equivocada de pensar del hombre, de su vivir erróneo y


de su actuar injusto en el pasado. Es la reacción de la Naturaleza a nuestra falta de
autodominio, nuestro egoísmo y al sufrimiento que le hemos causado a los demás. No es
impuesto sobre nosotros por ningún poder extraño, o por casualidad; sencillamente lo hemos
acarreado sobre nosotros mismos.

Si perseveráramos en una manera correcta de pensar y en un actuar justo, el


sufrimiento gradualmente dejará de ser.

¿Por qué hay tanta injusticia?

La injusticia no existe. Las circunstancias en las que nos encontramos, las experiencias
a las que nos enfrentamos, las hemos hecho por y para nosotros mismos. Es solamente nuestra
creencia en la teoría de una sola vida en la tierra la que nos previene de reconocer la justicia
de todo lo que nos pasa.

¿Tenemos libre albedrío o somos títeres del destino?

El hombre tiene libre albedrío o libertad de elección. Su carácter, el cual


aparentemente guía su preferencia, ha sido hecho por él mismo. Al cambiar su carácter, él
puede cambiar su destino. Su destino es obra de sus propios esfuerzos, el cual no está
predestinado por algo que provenga desde fuera de él mismo.

¿Somos responsables por nuestros actos? — ¿Recogeremos lo que hemos sembrado?

El hombre puede actuar libremente con un sentido de derecho o de error. Él puede


actuar como él escoja, pero no puede escapar de las consecuencias de su acto. Recogerá lo
que ha sembrado, no más, no menos; ni mejor, ni peor.

¿Hay vida después de la muerte?

Sí. La Muerte no es más que un sueño — el Hombre Verdadero todavía vive. Todo lo
que fue lo mejor y más amable, es eterno. La edad no es sino una condición del cuerpo — el
Alma nunca envejece. La vida del Ego es continua, y existe después de la muerte, así como
también él vivió antes de nacer.

El nacer y la muerte son portales a través de los cuales el Ego pasa, a medida que
cambia de un estado de conciencia a otro. En la muerte, el Ego se retira de un estado activo de
conocer su propia existencia, a un estado pasivo de sueño. Después de un período largo de
descanso, el Ego regresa al estado activo de conocer su propia existencia, a través del portal
del nacimiento.

La Reencarnación es la llave maestra que resuelve la mayoría de los problemas


fastidiosos de la vida.

¿Cuál es el propósito de la vida?


El Enigma de la Vida – pág. 172

Evolución, crecimiento, extensión de facultades latentes. Un levantamiento de la


imperfección hacia la perfección, un avance gradual hacia la unión con el Dios Interno del
hombre, con posibilidades infinitas de crecimiento cuando esa unión ha sido consumada —
una aproximación siempre más cercana hacia un ideal siempre de avance.

La vida es una escuela en la cual nunca es demasiado tarde para aprender. Lo que es
dominado con maestría en una vida, retornará en una forma mucho más fácil en la siguiente
reencarnación.

¿Es éste un Universo fortuito, gobernado por fuerzas ciegas,


o existe un plan detrás de él?

El Universo visible es una personificación de una porción de la Conciencia Universal,


la que en este plano se expresa por ella misma mediante una infinita variedad de unidades de
vida, o Mónadas, en diferentes etapas de desarrollo. Todas esas Mónadas están, al presente,
avanzando en su evolución en los varios Reinos de la Naturaleza. Ellas están lentamente
levantándose de estados inferiores de existencia, hacia los superiores; los que están abajo del
Hombre, avanzan hacia la etapa humana, y el Hombre está ascendiendo en su evolución hacia
la etapa Crística.

En este plan, y de acuerdo a la Sabiduría Antigua:


La Perfección es el objetivo.
La Evolución es el método
La Dualidad provee las herramientas de trabajo.
El Karma es el maestro, y
La Reencarnación provee el tiempo.

La llama divina natural o Rayo de Divinidad, que en el principio emanó de la Vida


Universal, tiene que atravesar todas las formas de vida, y después de ganar conocimiento de
su propia existencia en el reino humano, se levantará más alto a lo largo del Rayo de
Divinidad hasta que se reincorpore a su fuente divina original, donde, todavía reteniendo su
identidad como un ser consciente de sí mismo, su conciencia se vuelva universal.

Esto marcará el final de nuestro período evolutivo, pero no el final de la evolución.


Las Mónadas que hayan completado exitosamente esta etapa de evolución, entonces
ingresarán en un largo período de descanso, después del cual comenzarán un nuevo período
de evolución, en un plano todavía mayor, y así continuarán sus ascensos a estados de
conciencia más altos y mayores ad infinitum.

Un tema tan vasto como éste, del cual hemos tratado brevemente en este libro, no
puede ser cubierto adecuadamente en un espacio tan pequeño. Solamente está presentado aquí
como una idea general, con la esperanza de que guiará al investigador a estudiar algunas de
las grandes obras sobre Teosofía, tales como The Secret Doctrine de H. P. Blavatsky, The
Esoteric Tradition, Man in Evolution ambas de G. de Purucker, y otras obras por los mismos
autores. Ellas contienen la información que el hombre necesita para entender la vida, y la
parte que él tiene que desempeñar en ella.
El Enigma de la Vida – pág. 173

Las siguientes citas son de la pluma de H. P. Blavatsky, la fundadora del Movimiento


Teosófico moderno:

El punto principal es desarraigar la fuente más fértil de todos los crímenes y de la


inmoralidad — la creencia de que es posible para los hombres escapar de las consecuencias de
sus propias acciones. Todo junto lo enseñan las más grandes de todas las leyes, Karma y
Reencarnación, y además se siente dentro de ellas, la verdadera dignidad de la naturaleza
humana. Ellas disuadirán de la maldad y la evitarán por más que un peligro físico lo quiera
imponer. — The Key to Theosophy, páginas 243-4

La Edad de Oro de la Fraternidad

Si la Teosofía prevaleciera en la lucha, su filosofía universal impresionará raíces


profundas en las mentes y corazones de los hombres; si sus doctrinas de la Reencarnación y el
Karma (en otras palabras, de Esperanza y Responsabilidad) encontraran hogar en las vidas de
las nuevas generaciones, entonces, ciertamente amanecerá el día de gozo y alegría para todos
los que ahora sufren y están marginados. Porque la verdadera Teosofía ES ALTRUISMO, y
no podemos repetirlo muy frecuentemente. Es amor fraternal, ayuda mutua, devoción
inquebrantable a la Verdad. Si todos los hombres, tan sola una vez, se dieran cuenta que
únicamente en esto puede encontrarse el verdadero gozo, y nunca en la riqueza, posesiones, o
en cualquier otra gratificación egoísta, entonces, las tinieblas desaparecerán, y una nueva
humanidad nacerá sobre la tierra. Entonces, la Edad de Oro estará allí, ciertamente.

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