que preparaban nuestras abuelas, la que se hace en el campo y en las islas, la que cocinaban nuestros antepasados” dice el chef Quersen Vásquez.
José Miguel De Toro, dueño de Casino Express,
y Quersen Vásquez hojean la revista Cuerpo Diplomático.
El problema que existe -según plantea al chef- es la complejidad para definir
dentro de los platos típicos, cuál es realmente chileno. El charquicán es el único plato que está inscrito en el diccionario mundial de la gastronomía. “¿Por qué tenemos sólo un plato?, ¿porqué no tenemos mil quinientos, como los tiene Perú? Tenemos uno, porque todavía estamos discutiendo de quién es la empanada”, dice. Según Vásquez esto forma parte de nuestra idiosincrasia, el redescubrir o identificar un producto que a través del tiempo y la historia se ha asumido como chileno. “Discutir si las empanadas de horno, campestres y jugosas son o no son chilenas, ocurre en Chile no más -dice-, porque si comparamos a nuestros hermanos peruanos, que tienen mucha influencia de la comida asiática oriental, africana, francesa y su comida regional indígena, ninguna se cuestiona”. Según un estudio publicado por la revista canadiense Journal of Botany, más del 99 por ciento de las variedades de papas provienen de nuestra especie chilota, Estudiosos canadienses lograron extraer el ADN de 49 variedades de papas y tras analizarlas encontraron un marcador genético que distinguió las cepas procedentes del sur de Chile y no del norte de Argentina, Venezuela o Perú, como se creía en un principio. Entonces, queda abierto el llamado a sentir orgullo del patrimonio agrícola y culinario chileno, a sentir chilenas las jugosas empanadas y el exquisito pastel de choclo.