Helga Krebs S. Sonorense-Chilena-Alemana Por Enrique Rodríguez Z.
La pintura de Helga Krebs reúne una serie de
recursos que más que pinturas en el sentido tradicional del término, son creaciones visuales realizadas con los más diversos materiales, desde la madera de aglomerado, el papel amate (amatl), el pastel, el tejido, encaje, cartón, radiografías, hilos, objetos diversos, óleo, acrílico, tijeras y pegamento. Su trabajo, esmeradamente organizado, hace referencia a realidades humanas que socialmente tratan de ocultarse. Helga utiliza elementos simbólicos e imaginativos que generalmente son relacionados con lo “onírico”, lo “lúdico” y lo “misterioso”; elementos y conceptos que por su carácter connotativo, son invocados por ciertos intelectuales cuando no logran explicarse algo o prefieren ignorar sus contenidos. Para la artista Helga Krebs, el mundo irracional que disfraza la realidad a través de significantes e imágenes de la fantasía, ha terminado por ser desenmascarado por ella; así, Helga crea personajes mitad-humanos, mitad-animales, muestra de esta manera la dualidad tangible del ego, como parte inseparable de la condición humana, que no logra ocultarse, ni con recursos económicos, ni con fingidas buenas maneras. La instrumentación de las imágenes de Helga son realizadas con toda premeditación y alevosía, con plena conciencia del contenido crítico que encierran, nada más alejado de su obra que los “surrealismos” y trances metafísicos creativos con los que a veces es definido su trabajo; la obra de Helga Krebs es conceptual y plástica, se mueve más por los problemas formales y el mundo de las ideas que por el entorno geográfico; por eso no puede definírsele como alemana, chilena
o sonorense, sino como un ser vital y terrenal, con
una gran necesidad expresiva que trata de resolver en la medida justa de su oficio y el dominio de sus medios, dominio que ha desarrollado en la práctica artística durante varias décadas. Sus temas recurrentes revelan su interés por el amor, por la ecología, por la historia y el futuro del mundo, por la crítica a los autócratas y sus aduladores, por la muerte y la fragilidad y belleza de la vida que simboliza a través de libélulas y mariposas; insectos delicados, volátiles y efímeros .
Enrique Rodríguez Zazueta
Pintor y Escultor Lic. en Arte y Especialista en Políticas Culturales (UAM) Autor del libro “Cien Años de la Plástica Sonorense”