Xantolo

Se respiraba un aire fri en aquel campo santo, entre las sombras se movan pequeas luces como lucirnagas iluminando los altares adornados con flor de Cempaschil y granos como maz, frijol y arroz, a un nio devorando una hogaza del llamado pan de muerto fabricado con trigo y escarchado con azcar relamindose en cada bocado, se observaba destellar ante aquellas luces tintineantes de las veladoras algunos objetos postrados como ofrendas en la cima de las baldaquines fnebres que se haban construido con amor y fervor para recibir a los que hace tiempo haban partido. Al recorrer el cementerio se le poda ver algunos interpretando canciones entre una combinacin de una melancola pasiva y una peculiar felicidad, esperando que el viento fuese lo suficientemente bondadoso para llevar esas melodas a los que ahora yacan en la otra vida, padres que soaban con que su pequeo podra volver en esos momentos al menos por unos instantes y entre risitas tomar ese carrito con el que sola jugar hace tiempo, el esposo que posaba una rosa sobre ese sepulcro de su amada aorando que est sonriendo la rozaba y tan encantadora como en vida acudiera a l para concluir aquel beso que haba hecho pausa desde la ltima ocasin. Este era el dos de noviembre, el da de muertos, la noche de las nimas, celebracin inmemorial que entre lo que sera una profunda tristeza de perder a quien ha muerto, aqu en tierra Mexicana se les conmemoraba con gozo, con anhelo, con felicidad, entre canticos, luces, altares, alfeiques, calaveritas de azcar, mariachis y esperanza se les recuerda por todo lo en vida haban sido, por lo que en vida han dejado en nuestro interior.