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SABER Y MEMORIA
2
Consejo de Gobierno de la
Confederación del Pueblo Kayambi
2005 - 2007
ARTURO GUASGUA
Coordinador
SEGUNDO LANCHIMBA
Subcoordinador
GONZALO QUILUMBAQUIN
Fortalecimiento Organizativo
ROSA CABASCANGO
Salud, Género y Generación
FERNANDO FARINANGO
Educación, Cultura y Deportes
Auspicio:
IBIS
3
Dedicatoria:
Agradecimiento:
4
INDICE GENERAL
INTRODUCCION
BIBLIOGRAFÍA
5
INDICE DE FOTOGRAFIAS
INDICE DE GRAFICOS
6
Gráfico N° 5. Espiral de las Eras Cósmicas
Gráfico N° 6. Fases Lunares
Gráfico N° 7. Técnica de control del movimiento de una figura celeste en un
observatorio de horizonte
Gráfico N° 8. Recorrido anual de la Tierra alrededor del Sol
Gráfico N° 9. Estructura del Calendario Cayambi
Gráfico N° 10. Representación de diseño geométrico que implican ejes de orientación
astronómica
Gráfico N° 11. Representación de la Estrella de ocho puntas
Gráfico N° 12. Esquema de orientación andina
INDICE DE MAPAS
7
INTRODUCCION.
Los estudios realizados sobre los pueblos del altiplano andino, asentados alrededor de
la lìnea ecuatorial adolecen de aspectos relativos a su singular posición
geoastronómica, lo cual ha impedido que se pongan de manifiesto los conocimientos
astronómicos que podían tener, por encontrarse en una zona muy propicia para
realizar y definir con extraordinaria precisión el paso del sol por la línea ecuatorial
(equinoccios), y los puntos máximos de su recorrido anual (solsticios), así como, la
salida y ocultamiento de las estrellas que acompañan estos hechos singulares, el
registro del ciclo lunar, entre otros importantes acontecimientos estelares. Si esta
posición era reconocida por dichos pobladores, y de la misma manera lo aprovecharon
para desarrollar diversos conocimientos, es la gran interrogante a dilucidar; en este
sentido, para el caso del pueblo Cayambi, surgen algunas preguntas que representan
serios obstáculos que debemos superar, para indagar sobre dichos conocimientos:
¿Conocieron que estaban asentados en la línea divisoria del recorrido anual del sol?
¿Cuáles fueron las técnicas nativas para realizar los registros del movimiento del sol y
otras figuras celestes?
¿Cuáles son las pruebas fehacientes, huellas e indicios irrefutables que certifican los
conocimientos nativos?
¿Cómo se trasmitían los conocimientos a los miembros de las comunidades?
8
prácticamente imposible, como demuestran, diversos estudios, que de forma cicatera,
loan gestas de dudosa credibilidad, y en base a falsas suposiciones de la gloriosa
valentía local (resistencia andina), arrojan mantos de confusión que impiden visualizar
los conocimientos ancestrales de los pueblos que habitaron y habitan la zona
ecuatorial, actitud que no ha hecho más que esclerotizar el conocimiento de la
sabiduría ancestral.
9
Los datos consignados en las mismas crónicas, permiten proponer que los Inkakuna
vinieron a certificar sus conocimientos astronómicos en la mitad del mundo, unificando
con sus conocimientos y ritos festivos, las naciones andinas, esta revolución cultural
fue interpretada desde otro punto de vista totalmente ajeno, sin embargo, en la
información de sitios y lugares, donde se efectúan las “batallas”, se puede advertir el
rol fundamental de cerros, lagunas y pucarakuna, que indudablemente están ligados a
los acontecimientos astronómicos, como tendremos ocasión de analizar en los
respectivos apartados.
Con estas consideraciones, el presente estudio, persigue una doble finalidad, primero,
sugerir nuevos caminos para la investigación de la sabiduría y conocimientos
ancestrales, lo cual requiere despojarse de ideas mal fundadas que han sido
inculcadas por la historiografía oficial; y segundo, introducir un esquema interpretativo
innovador, desarrollado en seis partes, a saber: I. De los Pueblos que habitan en la
Mitad del Mundo, que da cuenta de su evolución cultural, características fisiográficas y
sociopolíticas. II. Del Conocimiento y Sabiduría Ancestral, que hace referencia a los
conocimientos desarrollados, en los campos de la Astronomía, Ordenación del
Territorio, Arte y Simbología. III. Del Mundo de los Antepasados, que habla de los mitos
de origen y leyendas, así como el culto a los antepasados. IV. De los Mundos que
conforman la Totalidad, habla de las dimensiones espacio – temporales, terrestres y
celestes: Suyu / Saya, presentes en la ordenación territorial de todas las naciones
indígenas. V. De los Mundos Superpuestos, desarrolla los resultados de la imposición
de un nuevo orden político administrativo y cultural; y VI. De la Recuperación de la
Memoria Ancestral y Renacimiento del Pueblo Kayambi, aunque es una asignatura
todavía pendiente, hace alusión al proceso de revalorización de los conocimientos y
técnicas nativas, las festividades rituales y los esfuerzos de reconstitución politico
territorial emprendida por la actual Confederación del pueblo Kayambi.
10
…….“el hombre americano, no es producto de la inmigración
extracontinental, por lo menos en lo que atañe a la presente época
geológica, sino que es un producto originario de esta misma tierra
americana, donde generó su cultura, su arte y su ciencia”. A.
Posnansky4.
4
Se ha comprobado que el hombre americano existía ya cuando poblaba estas tierras una fauna muy
extinguida, y que la cultura del hombre prehistórico llegó a un nivel de progreso tal que muy poco, o casi
nada debía envidiar a la cultura que los europeos trajeron a este continente en el siglo XVI. A. Posnansky
1940.
11
La falta de estudios intertidisciplinares que permitan entender el proceso de evolución
socio cultural, ocurrido en el altiplano ecuatorial, desde una propia matriz
interpretativa, que no sólo, tenga en consideración las evidencias de objetos
cerámicos, fechados mediante análisis de carbono 14; sino que además, incorpore
otros aspectos relacionados con las ciencias del territorio (astronomía, geodesia,
simbólica del espacio, etc.), conllevan una serie de contradicciones con el actual
esquema de la cronología arqueológica, propuesto para interpretar la evolución
cultural de los pueblos asentados en la región ecuatorial; es más, los estudios que se
apartan del enfoque tradicional propuesto para entender la evolución cultural de los
pueblos del “nuevo mundo”, a decir, de los afamados especialistas 5, guardianes de la
verdad científica, carecen de fundamento científico, y por lo tanto no tienen validez.
“Decìan los indios que asistìan en el templo de Mama Ocllo unos cuentos y
fabulas notables, que desde la creación del mundo hasta este tiempo habìan
pasado cuatro soles sin este que al presente nos alumbra. El primero se perdiò
por agua, el segundo cayendo el cielo sobre la tierra y que entonces mato a los
gigantes que habìa y que los huesos que los españoles han hallado cavando
en diferentes partes son dellos por cuya medida y proporción parecen haber
sido aquellos hombres de estatura de màs de veinte palmos. El tercer sol dicen
que faltò por fuego. El cuarto que por aire. Deste quinto sol tenìan gran cuenta
y lo tenìan pintado y señalado en el templo de Curicancha y puesto en sus
quipos hasta el año de 1554”. (Martín de Murùa. Pag. 100 – 101. Historia
General del Peru. Cap. XXVII. Madrid 1986.
El relato hace clara referencia a los cuatro mundos que antecedieron al presente, que
al parecer abarcaría un período mayor a los 10000 años, o en el mejor de los casos,
se amoldaría con los períodos de la cronología arqueológica (Banco Central del
Ecuador), coincidiendo con sus fases culturales, a saber: Precerámica o Paleoindia
(10000 – 3800 A.C)., Formativa (3800 – 400 A.C), Desarrollo Regional (400 A.C. – 400
D.C.), Integración e Inka (400 – 1532 D.C.). Sin embargo, como la realidad es
5
Algunos, entronizados en instituciones cuya razón de ser, es aclarar y resolver problemas relacionados
con el conocimiento del legado ancestral
6
La historia geológica de la tierra, en su última fase o Era Cuaternaria, con una duración de poco más de
un millón y medio de años, determina que durante esta Era se produjeron grandes cambios climáticos
caracterizados por la sucesión alternada de períodos glaciares e interglaciares. Esta era se divide en dos
grandes períodos: el Pleistoceno, que comprende las glaciaciones y los interglaciares, y el Holoceno, que
abarca los tiempos posteriores a la última glaciación. Hay que destacar que en la era Cuaternaria, la fauna
era muy similar a la actual, e hizo su aparición el Homo sapiens.
12
compleja y ajena, más todavía si se trata de interpretar el legado ancestral, de culturas
que para muchos no alcanzaron un grado civilizatorio equiparable a las culturas del
“viejo mundo”, es urgente incorporar nuevas metodologías, y si es posible, conciliar
sus resultados, con los trabajos hasta ahora realizados, desde un enfoque integral e
interdisciplinar, para dar cuenta del singular proceso de evolución socio cultural de los
pueblos y naciones que han habitado el altiplano ecuatorial desde tiempos
inmemoriales.
Con este exordio, se hará un breve recuento de los estudios arqueológicos existentes
hasta la fecha, en el altiplano ecuatorial, a tenor del tradicional esquema arqueológico,
basado en las evidencias cerámicas u otros objetos que han sido fechados con
pruebas del carbono 14, encontrándose que los vestigios de mayor antigüedad, (El
Inga, cerca del volcán Ilaló, y San José, centro y norte de la Hoya de Quito,
respectivamente)7, se remontan aproximadamente a 10000 años A.C. en término
medio, lo cual se corresponde con la época denominada como Precerámica o
Paleoindia. A la estela de este horizonte temporal, habría de transcurrir, un largo
período (8000 - 4000 A.C.), de inactividad volcánica y justo antes del inicio de un
nuevo episodio eruptivo del volcán Cuicocha, (altiplano norandino, provincia de
Imbabura), cuando, aparecen la agricultura y producción de alimentos, como el maíz;
datos paleobotánicos recientes sugieren que grupos humanos que vivieron en el
período precerámico8, con un modo de vida recolector-productor, ya habían iniciado el
proceso de producción de alimentos, por medio de una agricultura de cereales, desde
hace unos 4200 años.
7
El Inga se encuentra a 2.500 m.s.n.m., de altura, en la base del cerro Ilaló por su lado oriental. Las
excavaciones de Robert Bell permitieron inferir que fue un campamento paleoindio donde se llevaban a
cabo diversas actividades, incluyendo la manufactura de artefactos (cuchillos, raspadores, buriles y puntas
de proyectil de diversas formas y tamaños). Los yacimientos paleoindios que le son más afines por sus
rasgos generales y su industria lítica se encuentran hacia la base oriental del cerro, por lo común bajo la
cota de 2.600 m.s.n.m., Al respecto vale citar Lazón, San Cayetano, San Juan, San José, este último
excavado por William Mayer Oakes y datado en 9.350 a.C., por el método de la hidratación de la
obsidiana. (Museo del Banco Central).
8
Todavía, no se sabe con certeza, si las poblaciones precerámicas, propietarias de los restos líticos,
evolucionaron culturalmente hacia formas socio organizativas que desembocarían en la cultura la
Chimba, o si por el contrario ésta podría considerarse como una nueva expresión cultural generada bajo
una fuerte influencia de la cultura proveniente del valle de Quito, conocida con el nombre de Cotocollao.
9
En la base de una columna de polen tomada de este sitio, a 615 cm. de profundidad, fue obtenida una
fecha de radiocarbono de 2250 a.C., asociada a polen y carbón de maíz y un medio climático seguramente
13
Imbakucha (San Pablo), a 2.760 m.s.n.m.; este cereal constituiría la base de la
agricultura, no sólo del altiplano ecuatorial, sino de toda la región nuclear andina
(Ecuador, Perú y Bolivia). Precisamente, en esta zona (parroquia Espejo, pocos
kilometros al suroeste de la ciudad de Otavalo), los estudios arqueológicos realizados
(Thomas P. Myers. 1976), determinan que en el período Formativo (3800 – 400 años
A.C.), existían poblados grandes, donde se construyeron templos y monumentos, las
labores agrícolas y técnicas de riego eran notables, mismas que tendrán un desarrollo
continuo, como lo certifican los vestigios arqueológicos (cerámica, artículos de piedra,
concha, hueso, etc.) encontrados en la Hacienda la Chimba, cerca de la parroquia
Olmedo (Pesillo), noreste del actual cantón Cayambe.
14
Durante la fase Media (400 - 0 A.C.), surge la presencia de una cerámica suntuosa con
representaciones antropomorfas, detectándose el fortalecimiento de una red
permanente de intercambio regional, la cual permitió la obtención de objetos exóticos,
de filiación Tumaco-Tolita Clásico. La fase Tardía (90 A. C. a 350 D. C), se caracteriza
por la pintura roja con diseños geométricos en el exterior de los recipientes. (Ver,
Fotografías N° 1 - 6).
15
Fotografía N° 4. Recipiente con decoración interior, fase Cotocollao
Fuente: Biblioteca Banco Central. Quito
16
presencia de poblaciones agrícolas, que al parecer tienen filiación con la Chimba, ha
sido documentada en Tababuela (Oeste, El Mosqueral)12; El Salado; Los Soles,
Socapamba y Santiaguillo. Esta secuencia cultural, corresponde alrededor de mil
años13 de desarrollo de grupos humanos que vivieron en el territorio que ocupa la
actual provincia de Imbabura. El área total de dispersión geográfica, como el origen de
las poblaciones creadoras de esta fase cultural aún siguen siendo tema de discusión 14;
se ha reportado un asentamiento poblacional en el valle del río Chota-Mira (40 Km., al
noroeste de la Chimba), lo cual indica que unidades domésticas de esta tradición
cultural explotaban los recursos de este valle cálido, obteniendo posiblemente sal,
coca y algodón.
Más al sur, recientes investigaciones sugieren que luego de la violenta explosión del
volcán Pululagua (situado al noroeste de la Hoya de Quito, a 2.940 m), sobre el valle
de Quito, hacia el 500 A.C., algunas poblaciones portadoras de la Cultura Cotocollao,
(situadas más abajo, en la misma dirección noroeste), podrían haber migrado hacia el
norte (más arriba del lugar del evento volcánico, ¿No es más lógico que se alejen del
lugar, hacia el sur?), y asentado en los límites de la Hoya de Quito, y en la Hoya del
Chota). Algunos aspectos físicos, nutricionales y patológicos, de los grupos que se
habrían instalado en sitios como: la Chimba, los Soles, San Antonio de Ibarra,
Tababuela y Socapamba podrían ser similares o muy parecidos, a los que presentan
las poblaciones portadoras de la cultura Cotocollao, (1500 - 500 A.C.).
12
El yacimiento Tababuela Oeste, disperso a lo largo de más de una hectárea, está localizado en una
terraza ubicada a 1.560 m.s.n.m., en la confluencia de los ríos Ambi y Chota, en el Valle del río Chota.
13
Las fechas de radiocarbono, cubren un rango cronológico entre 700 a.C. y 250 d.C.
14
Los investigadores: Marcelo Villalba, Alexandra Alvarado; José Berenguer, José Echeverría, y Santiago
Ontaneda, consideran que existen suficientes elementos decorativos y estilísticos entre la cerámica de
Cotocollao y la Chimba como para considerarlos pertenecientes a una misma tradición cultural conocida
como Cotocollao. Una posición contraria es la que sostiene, J. Stephen Athens, para quién existen más
diferencias que similitudes decorativas y estilísticas entre la cerámica de los dos sitios mencionados,
dejando entrever que se trata de una fase cultural diferente.
15
“El análisis de los datos arqueológicos, paleoecológicos, bioantropológicos y etnohistóricos de los
últimos 30 años, sugiere que en el altiplano norandino existieron sociedades tribales, con sus dos modos
de vida, el igualitario mixto y el jerárquico-cacical, durante al menos unos 2250 años. Entre 700 a.C. y
250 d.C. vivieron los grupos sedentarios organizados en aldeas permanentes, portadores de la tradición
cultural la Chimba, con sociedades de tipo tribal igualitario (700-400 a.C.) y jerárquico-cacical (400
a.C- 250 d.C.). Durante los siguientes 1850 años surgieron y se desarrollaron otro tipo de sociedades
jerárquico-cacicales, cuya expresión cultural conocemos arqueológicamente con los nombres de Capulí
(1 -1550 d.C.), Piartal (700- 250 d.C.) y Tuza (1250-1550 d.C.)”. Rodríguez, C.A..Universidad del Valle.
Santiago de Cali, Colombia. 2005.
17
intercambio de cerámica), y el oriente (Cultura Cosanga 600 a.C.-700 D.C., vertientes
orientales de la Cordillera, intercambio de cerámica).
Las evidencias materiales de la Cultura Capulí17, integran distintas fases y estilos, que
han sido encontradas en un territorio que ocupa aproximadamente unos 12.000 Km2,
desde el centro y norte de la provincia de Pichincha: los sitios de Malchingui, San José
16
Cochasqui: Estudios Arqueológicos 1981.
17
De acuerdo a la primera fecha absoluta, proveniente de un basurero en el sitio San José, los inicios de
esta fase cultural, podrían corresponder a comienzos de nuestra era. Otro grupo de once fechas, ubicadas
entre los siglos I y V d.C., corresponden a un periodo en el cual las comunidades Capulí parecen haber
sido las únicas que ocupaban el territorio estudiado. Seis fechas más correspondientes a los siglos V y
XIII d.C., pertenecerían a un lapso cronológico en el cual las comunidades Capulí habrían coexistido con
las poblaciones Piartal provenientes del sur y portadoras de una nueva tradición cultural. Y finalmente,
contamos con dos fechas tardías, correspondientes al siglo XV d.C., que dan cuenta de la coexistencia de
la sociedad Capulí con la sociedad Tuza.
18
Alto y Milán Alto, Chaupicruz, la Florida, Chilibulo y Chillogallo; en la provincia de
Imbabura la denominada Fase Urcuquí; en la provincia del Carchi: el Angel, y Huaca
(Estilo Cerámico Negativo del Carchi). Se debe mencionar además otros yacimientos
arqueológicos en, Monte Olivo, El Refugio, La Mesa, El Cebadal, El Inca/Cuambaquí,
Yuquin/bajo, Shanshipamba, Tababuela/El Remolino, Chalguayacú/Playas, Guaranqui
y Chugá, descubiertos por investigadores colombo - ecuatorianos durante
prospecciones sistemáticas (años 79-80), realizadas en el valle del Chota-Mira.
La producción alfarera parece haber sido una actividad económica muy importante, se
han encontrado gran cantidad de objetos (vasijas de uso doméstico y ritual, figuras de
hombres y mujeres, máscaras y ocarinas), con decoración geométrica y pintura
bicroma (negro sobre rojo), aplicada con la técnica del negativo. Un grupo importante
son los cuencos o compoteras con base anular, que tienen animales aplicados en la
parte superior del cuerpo, o seres humanos que están sosteniendo el cuerpo de la
vasija, a manera de Atlantes sosteniendo el mundo. Muchos de los diseños que
aparecen en la cerámica, están presentes también en los objetos de metal. Se trata de
representaciones geométricas, utilizadas algunas veces para figurar animales
estilizados, seres antropomorfos y zooantropomorfos, los cuales han sido realizados
utilizando el repujado, el ensamblaje y la aplicación18.
El trabajo de los metales fue otra de las actividades importantes, alcanzando un alto
grado de perfección; los metales trabajados fueron principalmente el oro de buena ley,
la plata y la tumbaga dorada, aleación de oro y cobre. Las técnicas utilizadas para
elaborar objetos que cumplieron diversas funciones, entre ellas la de adorno corporal,
(diademas en forma de H; narigueras lisas o con diseños de animales; pectorales con
formas geométricas; colgantes de orejera circulares o tinculpas, que presentan
diversas formas, discos simples, o circulares con decoración repujada central de
círculos concéntricos, con representaciones de rostros humanos y cabezas de felinos
en alto relieve; círculos calados y colgantes en forma de arco y con felinos y aves
como decoración; pezoneras, elaboradas de láminas de oro o de alambres en espiral;
cuentas de collar con formas tubulares, cilíndricas, esféricas y bicónicas; orejeras con
formas geométricas, de aves y micos), fueron la fundición, el martillado y la soldadura
18
Estudios iconográficos recientes sobre las representaciones artísticas de animales han revelado que los
orfebres y alfareros tenían un excelente conocimiento de las especies animales y su etología. Numerosas
asociaciones hombre-animal, como por ejemplo hombre-felino sugieren la gran importancia de un
verdadero arte chamánico.
19
(por fusión o granulación y de otros tipos). Por su parte, las técnicas decorativas más
comunes fueron el recortado, el repujado y el brillo o pulimento.
Tenían una economía mixta y complementaria (el control microvertical de los recursos
ubicados en diversos pisos ecológicos parece haber sido el modelo de subsistencia
que posibilito el desarrollo social), cuya base era la producción primaria de alimentos
(agricultura intensiva de maíz y tubérculos); complementada con actividades como la
caza, la pesca, la recolección, la producción alfarera, orfebre y textil. La presencia de
tejidos elaborados en pelo de llama, evidencia la importancia del pastoreo de
camélidos; tenían gran maestría en el arte de elaborar tejidos tanto de fibras vegetales
(corteza de palmas), como de algodón; los textiles eran utilizados tanto en la vida
cotidiana, para elaborar vestidos y otros objetos, como para engalanar a los muertos
principales.
20
Fotografía N° 7. Alcarraza, fase La Chimba.
21
Fotografía N° 9. Copa. Fase Cochasqui
Fuente: Museo Cochasqui.
22
Fotografía N° 12. Recipiente decorado con motivos felinos y geométricos
Fuente: Museo Caranqui.
Las evidencias materiales de la cultura Tuza, atribuida a la etnia de los Pastos (Estilo
Cuasmal), se ubican en la provincia de Imbabura, en el valle del río Chota-Mira (sitios:
Pusir Chico, Tumbatú, San Vicente de Pusir, Santiaguillo, San Vittorino, Caldera Baja,
Caldera /Loma Santa Ana, Caldera/Salache, Guitarrero, Loma Sixal, Salinas/Pueblo,
Salinas/Santa Rosa, Hacienda, El Refugio, Hacienda. La Mesa, Anbuquí/Pueblo,
19
La tumbaga se caracteriza por la mayor proporción de cobre que de oro, la cual era revestida con capas
de dorado superficial, obtenido por oxidación o por fusión.
23
Tababuela/El Remolino, Tababuela/El Mosqueral y Chalguayacu/Playas), que al
parecer funcionaba como una isla multiétnica, donde los Pastos explotaban recursos
como la sal y la coca. En la provincia del Carchi, (sitios: Huaca, Tuza, Cuasmal, Iglesia
Matriz y Morán 1); recientemente, en la vertiente occidental de la cordillera occidental,
sector de Morán, se han encontrado estructuras de viviendas, asociadas a campos de
cultivo y tumbas, ampliando el área de dispersión geográfica hacia nuevas zonas
ecológicas de selva húmeda tropical.
En cuánto a los asentamientos, en los altiplanos (sobre los 2.700 m.s.n.m), donde las
condiciones geomorfológicas lo permitían, los poblados, presentaron un patrón más o
menos nucleado, conformando seguramente centros político - administrativos
importantes. Otros asentamientos parecen haber sido dispersos de tipo lineal o circular
y/o elíptico. Era lineal cuando se ubicaba a lo largo de un cerro y circular o elíptico
cuando se emplazaba en terrenos planos, como el altiplano o pequeños valles. Los
poblados, de diversas dimensiones se encontraban relativamente cerca unos de otros
y podían estar compuestos hasta de cien viviendas de planta circular tipo bohío 20;
estaban conformadas por agrupaciones de familias ampliadas, que probablemente
pertenecían a diferentes parcialidades o ayllus.
La base económica fue mixta, en la cual ocupaba un papel fundamental la producción
primaria de alimentos (agricultura intensiva, de tubérculos y maíz); el conocimiento de
diversas tecnologías agrícolas (producción de semillas, riego, etc.), permitió asegurar
la alimentación de toda la población, el intercambio de excedentes y la realización de
cultos y ceremonias, alusivas a las tareas de siembra y cosecha. El intercambio de
bienes suntuosos fue realizado por los mindaláes, mientras las funciones político -
administrativas (uso de la tierra, trabajo comunal e intercambio), estaban a cargo de
los curacas, la del saber y conocimiento por los amautas y la ritual festiva, curativa y
espiritual, por los distintos tipos de chamanes.
24
horizontalmente y cuatro verticalmente; a su vez, esta composición, generalmente está
inmersa en un círculo. Los motivos complementarios que hacen parte de patrones
geométricos pueden incluir círculos concéntricos, rombos con puntos y círculos en su
interior, motivos mariposa, escalonados y espirales, estrellas, etc. También aparecen
animales estilizados alrededor de este motivo central. Los más representados son
aves, venados, felinos, camélidos. Igualmente, son comunes las representaciones de
seres humanos alrededor de este icono central, cogidos de las manos. Varios tipos de
instrumentos musicales fueron elaborados en cerámica, especialmente los Pututu,
para lo cual se copia la forma de los caracoles marinos, acompañados de diseños
geométricos de puntos, círculos, triángulos, motivos mariposa, escalones y espirales.
(Ver, Fotografías N° 13 - 16).
Fotografía N° 13. Recipiente decorado con motivo felinico. Cultura Capuli, Carchi.
Fuente: Biblioteca del Banco Central. Quito
25
Fotografías N° 14 y N° 15.. Cultura Capuli, Carchi. ¿¡?¡
Fuente: Biblioteca del Banco Central. Quito
26
Fotografía N° 17. Tincullpa de oro, con representación felínica.
Fuente: Museo Banco Central Ibarra.
27
Mapa N° 1. Sitios Arqueológicos en el Altiplano Ecuatorial
28
2. CARACTERISTICAS FISIOGRAFICAS Y GEOASTRONOMICAS
Entre las cordilleras oriental y occidental, en la parte norte hállase, como un peldaño,
el volcán extinguido del Mojanda (conformado por varios picachos como el Yana Urcu,
4.272 m.s.n.m.; el Fuya Fuya, 4.294 m.s.n.m.; y el Colongal 4.145 m.s.n.m., además
de una laguna grande y dos pequeñas), cuyas estratificaciones dividen los valles de
los actuales cantones de Cayambe (provincias de Pichincha), y Otavalo (provincia de
Imbabura, en dos ecosistemas distintos: se tienen así, dos altiplanicies en las que los
ríos formados por los deshielos de las cumbres van, á su vez, á subdividirlos; de esta
acción conjunta de volcanes y de ríos resulta la abrupta y dificil topografía que fue
asiento de los pueblos aborígenes de: Cayambis, Otavalos, Caranquis, entre otros.
El marco geográfico del valle de Cayambe, esta limitado al norte con la cadena
montañosa conformada por los volcanes extinguidos de Mojanda y Cusin (4.012
m.s.n.m.), unidos por la ensillada conocida con el nombre de Cajas (3.099 m.s.n.m.).
Esta cadena orográfica del Mojanda – Cajas, se eleva desde los cauces profundos del
río Guayllabamba y de su afluente el Pisque; en el sector suroriental las estribaciones
del Mojanda – Cajas, se junta a la orografía del volcán Cayambe (cuya figura a
manera de cono cortado, se levanta en la línea equinoccial o ecuatorial dividiendo a la
tierra en dos hemisferios, Norte y Sur) y el macizo de Pambamarca, rodeando el valle,
cuyas tierras están regadas por los ríos Gronobles, Cayambe y Cangahua, los que
juntos forman el Pisque, que corre de este a oeste, hasta desembocar en el río
Guayllabamba.
Toda esta zona comprendida entre los ríos Guayllabamba y Pisque, y el Nudo de
Mojanda – Cajas, ecológicamente comprende tres subzonas; la central que
comprende pequeñas mesetas con régimen seco, la oriental, más húmeda, donde
propiamente se asienta el valle, y finalmente aquellas áreas subandinas de la
29
cordillera occidental que se abren hacia el paso del Guayllabamba, en su curso rumbo
a las planicies del litoral.
Al norte de Guayllabamba (2.300 – 2.700 m.s.n.m.), las tierras secas de la hoya del río
Pisque, que se extiende hacia Cayambe, en ella desde antaño han estado asentadas
los pueblos de: Otón, Cayambe, Tabacundo, Cangahua, Guanguilqui, Cochasqui, y
Guanca. Al fondo del mismo cañon del Guayllabamba, en pequeás mesetas deserticas
(2.000 m.s.n.m.), se localizan los asentamientos de: Puellaro, Perucho y
Guayllabamba. En el valle de Cayambe, hacia el declive occidental de los
contrafuertes de las faldas del Mojanda están los pueblos de Malchinguí y Tocachi, y
entre estos dos, esta el complejo de piramides de Cochasquí, todos muy ricos en
vestigios cerámicos21; las faldas septentrionales del Mojanda configuran el valle de
Otavalo, donde existen pueblos que guardan mucho el legado de sus antepasados; en
cuanto á las relaciones etnográficas, se puede decir que el relieve del terreno no
parece marcar ninguna diferencia entre los habitantes de los valles de Cayambe y
Otavalo, sin embargo, en la Hoya del Chota (provincia de Imbabura), se pueden hallar
dos etnias bien distintas, como por ejemplo, los Caranquis y Otavalos.
21
En diferentes excavaciones, al abrir aljibes ó cimientos, fueron encontradas numerosas vasijas, piedras
hachas, algunas con restos humanos; estos objetos, por lo general coinciden en su formas y variedad, con
otros encontrados en Cayambe y el Quinche. En Conrogal, se encontró un idolillo, y cerámica, semejante
á los encontrados en Urcuquí.
30
dedicados a las vírgenes, y otras construcciones, como, cruces y apachetas, por citar
lo más conocido, denuncian claramente la espiritualidad indígena.
31
Mapa N° 2. HOYA DEL RÍO GUAYLLABAMBA o QUITO. Carácteristicas Fisiográficas del
Altiplano Ecuatorial.
32
3. PUEBLOS DEL ALTIPLANO ECUATORIAL, CONTEXTO SOCIO
POLITICO
En este marco territorial, que tenía como centro a Quitu, se localizaban hacia la parte
del norte, los Estados de: Poritaco, Collahuaso y Linguachi, que conformaban uno
sólo; Cayambi, que constaba de muchas tribus de una sola nación, como son los
propios Cayambis, Guachalaes,Tocachis, y algunos otros agregados a otras
provincias; Otavalo, de muchas tribus de la misma nación, como: Cochasquíes,
Cotacachis, Cusines, Hatuntaquis, Peguches, Tocachis, Urcuquies, y otras; Imbayá,
después llamado Caranqui, con los Cahuasquíes, Chotas, Cuchicaranquis, Miras,
Pimanes, Quilcas, Tumbabiros, Imbaburas, entre otros; Pimampiro, con las tribus de
Ambuquíes, Carpuelas, Piscos y Pusires; y finalmente, Huaca, Dehuaca, y Tusa.
Este sería el primer punto de partida, para dar cuenta de la existencia y antigüedad del
pueblo o nación Cayambe, que podría fecharse, según nuestros calculos hacia el año
2500 A.C., también se sabe que esta nación estaba emplazada en la parte norte de la
hoya de Guayllabamba o Quito, ocupando propiamente el centro (0°.0’), de la zona
ecuatorial. Posteriormente, siguiendo los datos que consigna la Historia antigua del
Reino de Quito (1996), el primigenio Reyno, fue conquistado hacia el año 1000 D.C.,
por la nación extranjera llamada Cara, que vino desde el noroeste, encabezada por
Caran Scyri. Esta segunda época, duraría alrededor de 500 años, hasta la llegada de
los Inkakuna, que dan inicio de la tercera época.
En la época de los Caras, se fabricaron las tolas y/o pirámides, en todas las provincias
que eran conquistadas, entre las que se encontraban los Cayambis, algunas tolas
servían para enterrar a los muertos, costumbre distinta de los quitus autóctonos
quienes cavaban la tierra y hacían sepulturas. Se cuenta que en la conquista de los
Cayambis, el Scyri, para recompensar los servicios de sus súbditos, facultó a cuatros
22
Si damos crédito a las fechas de la primera época, esta duraría alrededor de 3500 años, pues el
nacimiento de Cristo, se da aproximadamente 2950 años, después del diluvio, más 1000 años después de
Cristo, hasta que fue conquistado por Caran Scyri, igual a 3950 años, menos, algunos siglos después del
diluvio, calculamos 4 a 5.
33
de sus jefes llamados: Cayambe, Yango, Tugunango y Guayamburo, a explorar
nuevas tierras, que sirvieron para el establecimiento de sus pueblos. El primero,
escogió como morada el grande y hermoso valle del mismo nombre, y los otros tres
restantes fijaron su morada en el lado Oriental, en los sitios, denominados después
como: Orongo, Yango, y Chil.
Luego, las referencia históricas más destacadas de los Cayambis, las realizan los
cronistas españoles, (Cieza de León, 1984; P. Sarmiento de Gamboa, 1988; Martín de
Múrua, 1986; Fernando de Montesinos, 1957; entre otros), remontándose a la
presencia de los Inkakuna en la región ecuatorial, posiblemente recogieron las
versiones de informantes nativos, donde se destacan sus diversos “enfrentamientos
bélicos”, principalmente en la “fortaleza” de Cochasqui, donde la señora Quilago
comandaría las huestes locales, y luego en Carangue (fortaleza y laguna de
Yaguarcocha), donde el cacique Pinto (Puento), en unión de los Caranguis,
presentará dura resistencia. Posteriormente, durante la primera incursión de los
españoles (julio 1533), comandados por Sebastián de Belalcazar se hace mención de
los saqueos realizados en Quinche, y de la marcha hacia el pueblo de Cayambe, para
constatar si estaban ahí enterrados los tan mentados tesoros del Reino de Quito.
La etimología de Cayambe (Cayan bi), Cayampi (Cayan pi), Cayanqui (Cayan qui),
Cayangue (Cayan gui), como muchas de las palabras de los idiomas nativos, que se
han castellanizado, esta pervertida y ha sido interpretada con diversas acepciones, y
es en esta bruma de significados, que se deben seguir las pistas de su verdadera
significación; según algunos estudiosos (J. Verneau, P. Rivet, 1912; J. Jijón, 1920; y J.
Murra, 1946), la lengua Cayambe, pertenecería a la familia lingüística Chibcha, misma
que al parecer esta vinculada con el Chapalachi de los Cayapas o Chachis, y el
T’safiqui, de los T’satchilas o Colorados, ambos pertenecientes a la familia o nación
Cara (A. Costales, 2002)23.
23
Este mismo autor, propone que Caranqui, tiene filiación Cara, ya que son los actuales Tsáchilas o
Colorados, es decir que la confederación Cayambe - Caranqui, tiene una cimiente histórica en las etnias
Cayapa – Chachi y Cara – Tsáchila o Quitu – Cara.
34
Gráfico N° 1. TOPONIMOS DEL ALTIPLANO ECUATORIAL CON BASE
Y COMPLEMENTO QUI
24
Quil o Quela, en Tsáchila y Cara, se traduce como Jaguar o Puma; Quilco o Quilcas, hermanos del
jaguar o puma, el cual por otra parte, es el símbolo de la fertilidad.
25
La Real Audiencia de Quito. Claustro de los Andes. Quito 1978.
26
Otras palabras del vocabulario Cayapa que son útiles para los efectos de este trabajo son: Cay =
aguacate; tu = tierra; puca = unidad de cualquier cosa pequeña y redonda; shupuca = piedra; dapucaca =
35
Por otro lado, la palabra Cayambe, tiene diversas interpretaciones, realizadas por
estudiosos en la materia, que creemos vienen al caso, según, nuestro amigo Pablo
Guaña (1993), nativo Cayambe y estudioso de su idioma, Cayanqui o Cayangui, es el
nombre antiguo del centro poblado, traduciéndolo como, pueblo o caserío de sol; de
Cayan, sol; y qui o gui, pueblo o caserío; Cayamburo, es el nombre del nevado,
traduciéndolo como, montaña sagrada del sol; de Cayan, sol; y Buru, montaña
sagrada; y Cayambi, es el nombre antiguo del río Blanco, traduciéndolo como, río del
sol, de Cayan, sol, y bi, agua o río; en ellos se nota con claridad la presencia de la
base: Caya o Cayan, traducida como Sol; y del complemento qui, para pueblo; buru,
para monte o nevado; y bi o pi, para río. Otras acepciones, son: Cayanqui, sitio de
hielo; de Cayan, hielo; y qui, sitio o lugar. Cayamburu, cumbre grande de hielo; de
Cayan, hielo, y Buru, cumbre grande (Manuel Moreno Mora, 1960). Cayamgue, lugar
de invocaciones, de Cayam, invocación; y gue, lugar, (Carlos Emilio Grijalva, 1937).
36
Esta valiosa información sobre la naturaleza de los Cayambis, que eran “grandísimos
hechiceros”, certifica que aprovechando su singular posición geoastronómica, lograron
desarrollar diversos conocimientos, entre los que estarían, el registro del movimiento
de las principales figuras celestes, pronóstico del tiempo y estaciones, etc., que
indudablemente debieron ser reconocidos por los amautas que vinieron con Huayna
Capac, precisamente a constatar estos fenómenos, y por supuesto, debieron realizar
con ellos las verificaciones correspondientes, lo cual permite proponer que eran
grandes astrólogos, pues a partir del siglo XVI, en las colonias españolas, las
personas que practicaban estos conocimientos también eran catalogados como
hechiceros, término utilizado por los cronistas (especialmente clérigos), para describir,
a quienes, realizaban pronósticos de los sucesos del tiempo, juzgados como, “cosas
del demonio”, apartadas de la doctrina católica, y por cierto implacablemente
perseguidos por los extirpadores de idolatrías y santa inquisición.
Los Cayambis, al igual que sus vecinos (Otavalos, Carangues, etc.), eran conocedores
de técnicas y tecnologías que les permitían, no sólo registrar el control del tiempo y las
estaciones para los ciclos agrícolas, manejo de los recursos naturales en concordancia
a su cosmovisión; sino, también, técnicas para el ordenamiento territorial
(emplazamiento de pueblos en orden a principios astronómicos), construcción de
obras monumentales, como pucarakuna, tolas y/o piramides, montículos, obras
hidraúlicas (canales de riego), caminos y puentes colgantes con soga y lianas.
Además, fabricaban telares, para trabajar el algodón, la lana, la cabuya; utensillos de
cerámica domésticos y suntuarios; la escultura en piedra y hueso; la fundíción de
metales; el pulimento de piedras para fabricar espejos, para diversos usos,
principalmente astronómico; en todos estos objetos, utilizaron técnicas de
representación de sus símbolos ancestrales, para trasmitir sus conocimientos.
28
Zona de páramo sobre los 3.200 m.s.n.m utilizada en la producción de tubérculos, cacería, y
recolección de paja y leña.
b) Valle húmedo de suelos negro habilitado con camellones, dedicado a la producción de papas, maíz,
guacamullos
c) Valle franco arenoso ocupando la misma franja latitudinal del interior 2.800 a 3.200 m.s.n.m.
dedicado a la producción de maíz;
d) La cuenca estrecha del Pisque relacionada con la producción de frutas, carrizos, magüéis orientados
al consumo familiar, y
37
también para protegerse del sol), collares de chaquira de oro y plata, cuentas
coloradas de mullo y de hueso blanco, prendedores (tupos) y brazaletes de plata, lo
que demuestra el comercio en base al trueque con los pueblos de la costa
(intercambio plumas de colores, conchas, hojas de tabaco, maíz, sal, algodón), en
cuya actividad los mindalaes o mercaderes jugaron un papel importante, gozando de
un estatus especial.
38
Mapa N° 3. TERRITORIO Y AREA DE INFLUENCIA CAYAMBI
39
En el área geográfica, comprendida entre, el río Mira o Chota, al Norte, y el río
Guayllabamba al Sur, la zona subtropical de Intag, en las estribaciones de la cordillera
occidental, y por el oriente la cordillera central, que coincide con la antigua delimitación
territorial ocupada por los principales pueblos de: Cayambe, Otavalo, y Caranqui,
todavía se encuentran una variedad de construcciones, desde Pucarakuna (Fortalezas
en términos castellanos), Templos, Tolas y/o Piramides, montículos, camellones,
terrazas y canales de riego, que caracterizan el paisaje y entorno construído; Antonio
de Ulloa, en su visita a la región ecuatorial, admirado por estas construcciones
manifiesta:
Además de las noticias antiguas que se conservan de haver sido este edificio
uno de los templos de aquellos tiempos, lo acreditan las señales que se
reparan en su construcción, pues al ser aquella pieza circular y sin ninguna
separación en lo interior da a entender haver sido lugar público destinado para
concurrencia y no para servir de habitación; la puerta que es muy pequeña en
todas sus proporciones hace creer que, aunque los reyes ingas entraban a sus
palacios y andaban siempre en andas, como se verá adelante, allí lo hacian
por su pie pues la cortedad de ella no daba lugar a haverlo de ejecutar en otra
forma, circunstancias que solo practicaban en los templos por veneración; y
siendo por lo que ya dexo dicho en aquella inmediación donde tenían uno de
sus mayores o el principal adoratorio, parece que debemos concluir lo fuesse
este edificio”. (Antonio de Ulloa. Pág. 571 – 572. 1990).
40
¿Por qué eran lugares sagrados?; ¿Influyo su situación en la mitad del mundo?. Sin
duda estas interrogantes, constituyen un gran desafío para los investigadores, y para
nuestro entender, los vestigios de Pucarakuna, templos, tolas/yo pirámides, tanto en
su emplazamiento, orientación, como posibles funciones, no están suficientemente
expicitadas, siendo necesario efectuar mayores indagaciones, sobre todo en lo que se
refiere a la orientación y función de las construcciones mayores.
Los Pucarakuna, cuyo vocablo también es necesario precisar, pues ha sido traducido
como Fortaleza, e identificado por los cronistas e investigadores modernos, como el
escenario de las batallas (¿rituales?), entre los Inkakuna y los Cayambis. Si asumimos
que son construcciones anteriores a las tolas, probablemente Pucara, es una palabra
autoctona de la lengua de los quitus u otra antiquisima como el aymara, o quizás el
mismo cayapa. Con estos antecedentes, para su análisis etimológico se establecen, la
base Puca, que en lengua Cayapa se traduce como redondo, otra palabra parecida es
dapucaca, que se traduce como esfera; y el complemento Ara, que puede ser apocope
de Macara, traducida como estrella; Uara, o Mara, que en lengua aymara, la primera
se traduce como estrella, y la segunda como año. El posible significado literal sería,
año, estrella, en la esfera o redondo; (construcción redonda para señalar el año o
estrellas), traducción acorde con su emplazamiento y funciones, en las cumbres de los
cerros, para realizar observaciones astronómicas.
41
occidental aún quedan 80 casas rectangulares y rastros de cinco edificios con planta
circular, que aguardan mejor suerte o estudios convincentes sobre su real función y
significado.
En total se han documentado, hasta 37 Pukarakuna, que cubren las principales rutas
prehispánicas las mismas que bordean la parte oriental del volcán Taita Imbabura y
constituyen el trazado más directo desde Quito, hasta el territorio Cayambi; la ruta
Caranqui, Otavalo, Cochasqui, Puellaro, Cotocollao, Quito, pasa al oeste del volcán
Imbabura y cruza el macizo de Mojanda; la ruta Caranqui, Cayambii, El Quinche,
Quito, pasa al este del volcán Imbabura. En la zona Caranqui, destacan los
pucarakuna de: Aloburo (Laguna de Yahuarcocha), Pimampiro, Salinas, Tupigachi,
Lechero, Pucará de Velásquez, Pucará de Araqui (Araque), entre otros. (Ver,
Fotografías N° 19 – 22; y Mapa N° 4. Pucarakuna en el altiplano ecuatorial).
42
Fotografía N° 20. PUCARA DE QUITOLOMA
43
Fotografía N° 22. PUCARA DE PAMABAMARCA
En cuánto a los Templos dedicados al Sol, según las versiones recogidas, (J. Velasco.
Libro I. Parte I. 1946; y Tomo II. Parte II. 1996), en Cayanqui, al menos existieron dos,
el primero, en el primer descenso del volcan Cayambe, donde hasta el siglo XVIII, se
conservaba entero, además de vestigios de diversas “fortalezas indianas”, (J. Velasco,
1946), y el segundo, en Puntiatchil, quedaría por dilucidar, si los dos fueron
construídos por los inkakuna, quienes fabricaron muchos templos en todas las
provincias del Reyno, o si uno de ellos, fue fabricado por los Cayanquis; al respecto
revisemos lo que se dice sobre las edificaciones más modernas:
“Templos modernos hechos por los Incas en el Reyno de Quito, los templos
mayores o menores que fabricó, y dedicó al sol, en todas las provincias del
Reyno, fueron muchos y varios de ellos célebres por la riqueza o por la
estructura. Aun los que su padre Tupac Yupanqui había levantado en las
primeras provincias, los amplió y enriqueció mucho más. Los principales en las
cabezas de gobierno, fueron ocho, con adjuntos monasterios de vírgenes
consagradas a su servicio, esto es, en Caranqui, Quito, Latacunga, Riobamba,
Atún Cañar, Tomebamba, Huancabamba, y Tumbez. En las demás provincias
fabricó tal cual suntuoso y rico especialmente en Cayambe y en las otras
los templos menores, o a lo menos adoratorios con la imagen del sol que era
siempre de oro”. (J. Velasco. Pág. 143. Historia del Reino de Quito en la
América Meridional. Tomo II. Parte II. 1996).
44
…“Los templos de segundo orden no tenían sino una o dos fábricas adjuntas.
En la principal estaban los sobredichos objetos de adoración, colocados en
diversos nichos, con sus correspondientes adornos. Los de tercer orden eran
de una sola fábrica, en el modo dicho. El más famoso en el Reyno de Quito,
entre los de primer orden fue siempre el de Tomebamba, así por su inmensa
mole de arquitectura, y preciosos mármoles, como por su gran riqueza.
Después de ese, era el de Caranqui, uno de los más ricos, no sólo del Reyno,
sino también del imperio. Entre los de segundo orden, fue singularísimo el
de Cayambe, no tanto por la riqueza, pues a excepción de la imagen del
sol, que era de oro, fueron de pura plata todas las planchas de puertas y
paredes, sino por su singularísima estructura diferente de todas las
demás que celebraron mucho los académicos modernos al verla casi
entera”. (J. Velasco. Pág. 146. Historia del Reino de Quito en la América
Meridional. Tomo II. Parte II. 1996).
Este templo, que según informes dados por los campesinos durante la segunda mitad
del siglo XIX, estaría localizado en el sitio de Puntiatzil, y que dada su localización en
plena línea divisoria, en dirección al nevado, a manera de “Ushno”, tendría al función
de registrar la salida del Sol en los equinoccios de septiembre y marzo, salida que se
da precisamente por la cima del nevado, donde presumiblemente, alineado en línea
recta, se encontraría el templo “antiguo”, tal como se puede comprobar en el Mapa N°
8, donde se registran los movimientos aparentes del Sol, desde un punto fijo,
precisamente el templo de Puntiatchil. A propósito, el mismo nombre de Puntiatchil,
corrobora este supuesto, pues Punchao, es el Sol del día, en kichwa, y atchil, es
señor, en Tsafiqui, lo cual se traduciría como señor Sol del día. (lugar para ver el señor
Sol del día).
En cuánto, a las tolas y/o pirámides, si damos crédito a la versión que fueron
introducidas en la segunda época del Reyno de Quito (1000 D.C), por la nación Cara,
el origen de su nombre podría atribuirse a una de sus familias lingüísticas, el Tsafiqui,
o el Chapalachi, precisamente, en ambos la voz Tu o To, se traduce como tierra o
loma; la, es forma del plural. Dula, son las lomas naturales, y Tola, se emplea para
montículos u otros lugares construídos de forma artificial, y de diversas formas,
tamaños y funciones: esféricas, pirámides truncadas cuadrangulares o rectangulares
con plataformas, que son conocidas como tolas pirámides o pirámides truncadas. (Ver,
Gráfico N° 2. Tipología de Tolas; y Mapa N° 5.).
45
han quedado se pueden realizar diversos análisis que examinados a la luz de la
arqueoastronomía adquieren connotaciones insospechadas.
Entre los principales complejos de tolas y/o piramides truncadas, están: Cochasqui,
Zuleta, Pinsaqui, Atuntaqui, Angochagua, Iluman, Socapamba, Topoangla, y otras; en
el caso de Cochasqui, situadas en las faldas meridionales del Mojanda, que
descienden desde una altura aproximada de 4.000 m.s.n.m., hasta el lecho profundo
del río Guayllabamba, situado a 2.300 m.s.n.m., el lento descenso de Cochasqui al río
Guayllabamba esta interrumpido por la profunda quebrada del río Pisque, que corre
por las faldas del Mojanda en sentido este – oeste. En varios puntos de esta zona,
como Tocachi y Malchingui, se encontraron grupos de tolas, sin embargo en
Cochasqui, situado entre los 2.900 – 3.100 m.s.n.m., se encuentra un gran complejo
de tolas grandes y pequeñas, las tolas más grandes son rectangulares y provistas de
grandes rampas, hasta de 200 mts., de largo, orientadas al parecer en dirección del
eje de rotación de la tierra.
46
Gráfico N° 2. TIPOLOGIA DE TOLAS Y/O PIRAMIDES EN LA REGION ECUATORIAL
47
Fotografia N° 24. Tola Cochasqui excavada
Fuente: A. Lozano 1993.
48
Fotografia N° 26. Forma Tola de Socapamba
Fuente: J. Athens. 1980.
49
Fotografia N° 28. Tolas de Zuleta. Emplazamiento general
Fuente: J. Athens. 1980.
En cuánto, a las viviendas, por las versiones de los españoles (Sancho de Paz Ponce
de León, 1582), se distinguen aquellas del común de la población y las de los curacas
o principales, diferenciándose más por las dimensiones, que por su arquitectura,
donde prevalece el trazado sencillo de la planta y construcción, en el interior de una
casa común, el objeto principal era el fogón de piedras, equipado de los utensillos
básicos de cocina (ollas, cántaros o pondos de chicha, etc.), En el espacio para el
descanso estaban los penates de junquillo, donde se acostaban sobre un poco de
paja, cubiertos con una o dos mantas. En los huecos interiores de las paredes, a
50
manera de alacenas, guardaban sus lares o penates u otros objetos de utilidad
cotidiana. Pero veamos los datos recogidos por el mentado corregidor español:
…”Las formas de las casas donde vivían los indios del distrito de mi
corregimiento son unos buhíos redondos cubiertos de paja todos los más
pequeños y las paredes dellos son de palos gruesos entretegidos con otros y
embarrados con barro por de dentro y por de fuera. Las casas de los caciques
y principales son de la propia manera, eceto que son grandes y tienen una viga
grande en medio para sustentar la casa”. (Sancho de Paz Ponde de León.
Relación y Descripción de los pueblos del Partido de Otavalo. 1582. pág. 240.
Relaciones Geográficas de Indias. Tomo III. Madrid 1965).
29
Es preciso recordar que, desde el punto de vista tradicional, todo edificio, cualquiera que fuere, se
construía siempre según un modelo cósmico R. Guénon, 1988.
51
Gráfico N° 3. VIVIENDA DE CURACA SIMILAR A MALOCA
Fuente:
52
Mapa N° 5. TOLAS Y/O PIRÁMIDES EN EL AREA NORANDINA ECUATORIAL
Fuente: Ontaneda Santiago. 1998
53
II. DEL CONOCIMIENTO Y SABIDURIA ANCESTRAL
54
5. CONOCIMIENTO DE LA ASTRONOMIA; CONTROL DEL
TIEMPO Y LAS ESTACIONES
Hacer referencia a la forma como las culturas nativas del altiplano ecuatorial miraban
al cielo, simultáneamente significa hablar de sus conocimientos astronómicos, es decir
las concepciones que los sabios de la antigüedad (amautas) se fueron forjando sobre
el cielo, seguramente en base a las preguntas que se hicieron frente a los fenómenos
estelares y las respuestas que encontraron, en el contexto de sus formas de conocer y
actuar en el mundo. Pero como es posible rastrear esos conocimientos30, si
aparentemente no quedan rastros de aquellos, esto es un gran desafío porque implica
formular una propia metodología, que tiene como fuentes los documentos de las
crónicas de conquista; los vestigios arqueológicos, donde, mediante el uso de las
técnicas de la arqueoastronomía, se puede reconstruir las formas con que, en el
pasado, los constructores orientaron sus edificaciones, para observar el cielo; y
mediante una aproximación etnográfica, recurriendo a técnicas como entrevistas,
observación participante, etc., en las celebraciones rituales (Raymi) con motivo de los
acontecimientos astronómicos (Equinoccios y Solsticios), a través de esta secuencia,
mirado en su conjunto, se intentan entender las concepciones astronómicas que
tuvieron los pueblos y naciones que habitaron el altiplano ecuatorial, y más
concretamente los Cayambis31.
En tiempos de Inti Capac, que reino hacia los 2660 años después de la creación y
1000 años después del diluvio, entre las muchas cosas que hizo, como dividir las
ciudades en dos parcialidades (Anan y Urin), la organización del gobierno, las postas
30
Esta enorme área del conocimiento comprende cuestiones tan variadas como: "calendarios, observación
práctica, cultos y mitos, representación simbólica de eventos, conceptos y objetos astronómicos,
orientación astronómica de tumbas, templos, santuarios y centros poblados, cosmología tradicional y la
aplicación ceremonial de tradiciones astronómicas", todas ellas unificadas por un tratamiento que las
ubica dentro de su contexto cultural, social, económico e histórico.
31
El hecho de que los mismos fenómenos astronómicos y cielo estelar, que hoy observamos, hayan sido
contemplados por nuestros antepasados, y lo que es más importante hayan podido dar respuestas
diferentes, permite, reflexionar y aprender sobre estos saberes.
55
en los caminos, etc., y como en materia de control de tiempo estaban desactualizados,
se manifiesta que:
Si damos crédito a esta versión, parece claro, que por lo menos 2500 años antes de
Cristo, ya se había señalado en Quito la línea equinoccial, lo cual quiere decir que los
pueblos autóctonos, que habitaban el altiplano ecuatorial tuvieron conocimiento de
este importante suceso. También al hacer referencia al gran año del sol, Capac –
huata o Intip – huatán, que se sucede cada 1000 años, se podría entender como el
registro de una era cósmica, lo cual implica el conocimiento del movimiento de
Precesión32 de los equinoccios, debido a que el eje de giro de la Tierra, conocido
también como Eje Polar o Eje del Mundo33, se desplaza en el espacio, describiendo un
cono. Este desplazamiento se ejecuta de manera independiente a la rotación y
traslación del planeta. La inclinación de la Tierra, que en promedio es 23° 27', es la
apertura angular de ese cono, (Ver, Gráfico N° 4).
Este movimiento en realidad tiene forma de espiral y una rotación completa se efectúa
en casi 26 mil años (exactamente 25.780 años), siendo perceptible solo después de
varios siglos. La Precesión hace que el Punto Vernal se desplace, de forma tal que la
posición que tendrá el año próximo se “encuentre antes” que la de este año, de
manera que el nuevo Punto Vernal “precederá” al de este año. Por efecto de la
Precesión, es que el Punto Vernal, escogido como origen del sistema de coordenadas
celestes y que astronómicamente marca el Equinoccio de Primavera (21 de Marzo),
antes apuntaba hacia la constelación del Carnero (Aries), pero ahora lo hace hacia la
constelación de los Peces (Piscis), según la astronomia occidental.
El Punto Vernal o Punto Aries, es el punto en donde coinciden el Ecuador Celeste con
la Eclíptica. La deriva del Punto Vernal dentro de los límites de una constelación,
determina lo que algunos estudiosos denominan "Era cósmica". La "Era de Piscis", se
inició en el siglo I A.C y finalizo en el año 2000, cuando se inicio la "Era Acuario", en
orden a las doce constelaciones del vigente zodiaco de la Astronomía occidental. (Ver
Gráfico N° 5). Mientras que para los pueblos nativos, si equiparamos una era cósmica
a mil años (Pachacutik), estamos hablando del orden de 26 constelaciones, lo que
supondría la vigencia de un zodíaco lunar.
32
El movimiento de Precesión ocurre por dos factores: a). La figura de la Tierra, que no es totalmente
esférica, sino más bien un esferoide de revolución, conocido con el nombre de geoide. De esta manera,
las masas hacia el Ecuador del planeta son mayores que hacia los Polos. b) Las fuerzas combinadas de
atracción gravitatoria del Sol y la Luna, atentan contra la estabilidad del eje polar terrestre.
33
La proyección del Eje del mundo y su intersección con la Esfera Celeste, determina los polos celestes:
Polo Norte Celeste (PNC) y Polo Sur Celeste (PSC).
56
Gráfico N° 4. MOVIMIENTO DE PRECESIÓN DEL EJE DE GIRO DE LA TIERRA
57
nuestra era, la estrella más cercana al eje de giro será Gamma Cephei. Para el caso
de la astronomía indígena, el cambio del punto vernal tendría relación con las figuras
de las constelaciones, que probablemente configuraban el zodiaco lunar, cuya
reconstrucción es una asignatura pendiente de gran importancia para el conocimiento
de la sabiduría ancestral.
Durante la dinastìa de los amautas, (1670 años después del diluvio), se registran otros
importantes sucesos relativos a los conocimientos astronòmicos, que merecen ser
conocidos por las implicaciones que tienen para nuestro estudio; asì, durante el
gobierno de Manco Capac Amauta (cuarto de este nombre), muy sabio y grande
astrologo,
……“hizo junta de todos los hombres doctos en esta ciencia y confiriendo con
ellos dijo que el sol y la luna estaban en diferentes puestos. Ordenò que el
principio del año comùn se comenzase desde el verano que en nuestra
cuenta es equinoccio vernal, que es a 31 de marzo. Hallò este rey con los
demàs astrologos, notando la influencia de las estrellas, que habìa de haber
grandes novedades en este reino”. (Fernando de Montesinos. Pàg. 51 - 52.
1957).
Siguiendo con la revisión de los sucesos que dan cuenta de los conocimientos
astronómicos, se puede constatar como se producen cambios en la forma de registrar
o contar los años, pasando el inicio del mismo, bien al equinoccio vernal o al
equinoccio hiemal, sin embargo es curioso comprobar que el cambio del conteo de los
años se realiza cuando se cumplen ciertos períodos, que dan cuenta del cumplimiento
del gran año solar, así, cuando se cumplen alrededor de 2000 años después del
diluvio, en el gobierno de Ayay Manco, este rey hizo:
58
en ella se pusiesen los bisiestos que se llaman Allcacanquis; y los indios
llaman al mes desta semana el mes chiquito. Ordenó también que así como
había semanas de diez días, las hubiese de años, de modo que contaban
diez años comunes por uno, luego cada diez destas décadas por otro que
era un sol, y la mitad que era quinientos años mandó que se llamase
pachacuti por la razón que se ha dicho. Esta cuenta de años guardaron
siempre los indios deste reino hasta la venida de los españoles”. (Fernando de
Montesinos. Pàg. 56. 1957).
En el reinado de Toca Corca Apu Capac (2430 años después del diluvio),
cuadragèsimo rey peruano… “Fue este muy sabio y gran astrologo; hallò los
equinoccios que los indios llaman Illares (Iglales), y por su causa llaman al mes
de mayo Quilla Toca Corca, como si dijeramos, equinoccio vernal; y el de
setiembre Camay Tupac Corca, que es equinoccio autmnal. Asì mismo partiò el
año en cuatro partes y tiempos, conforme los cuatro puntos de los solsticios y
equinoccios”. (Ibedem, Obr.cit).
Indudablemente que para hacer las reformas del conteo del año, y el registro de los
puntos de los equinoccios, tenìan que venir a la linea divisoria del mundo (ecuador)
para constatar el cambio de la constelación que antecede a la salida del sol, en el
correspondiente evento, dado que para el control de los equinoccios y consecuente
festividad ritual, son fundamentales los puntos de salida (orto) y ocultamiento (ocaso),
de las constelaciones que anteceden la salida y puesta del sol. Incluso en los relatos,
se hace referencia, al nombre de Corca, corrupción de Torca, traducida como venado
en kichwa, que precisamente el nombre de una constelación.
Durante el gobierno del rey Yahuar Huquiz, quién fue gran astrológo, dio la buena
traza de cómo se habían de contar los días intercalares o bisiestos cada cuatro años;
es de notar también, el nombre del primer rey, Yahuar, la voz propia del jaguar o felino,
animal que juega un papel fundamental en los arquetipos mentales y simbolismo de
los pueblos americanos en general.
En este contexto, para el caso de los pueblos del altiplano ecuatorial, y en particular
los Cayambis, que como sabemos eran “grandísimos hechiceros” o astrologos,
muchas de las construcciones que singularizan su entorno, tendrían su explicación por
su singular posición geoastrónomica y las funciones que cumplen en el control de los
ciclos estacionales y quién sabe en el cambio del registro del punto vernal o
equinoccional. Además, la tradición establece que contaban el tiempo con las fases
lunares, costumbre que perduró hasta fines de la Colonia; es decir que posiblemente
existió un sistema de cómputo del tiempo, o calendario de tipo lunar, y bien vale la
pena aclarar que implicaciones tendría este conocimiento, en principio, conviene
manifestar que un calendario, constituye la base de la organización productiva, políti-
ca, religiosa, y filosófica, de un pueblo o nación, siendo el motor, más importantes del
funcionamiento de una sociedad, y el que conserva con vigor los carácteres básicos y
distintivos de la misma.
59
Al respecto, es preciso indagar en las fuentes tempranas sobre los indicios que
permiten establecer el conocimiento del calendario lunar en los pueblos indígenas,
encontrando varias e importantes referencias, toda vez que certifican que desde Quito
hasta Chile, por toda la serranía, que indudablemente incluye al pueblo Cayambe,
tenían orden de registrar los tiempos a través del calendario lunar, así por ejemplo, el
cronista anónimo manifiesta lo siguiente:
..."Al tiempo que señorearon los Yngas, otavo Ynga, llamado Viracocha Ynga,
començo a poner más orden, considerando que algunos años, siendo las
aguas más tardias o año de sequedad, suelen ser los tiempos variables y al-
cançar los yelos y rresultar de ello algunos años de esterilidad y hambre... Para
ello, aviendo ya experimentado algunos años, dieron orden de que los años
fuesen por quenta de la luna, dando por mes de una conjunción a otra, y
al año doze meses lunares; é repartieron á cada mes del año las ocupaciones
que se avían de tener, poniendo nombre a cada mes lunar.... ansí para el bene-
ficio de los mantenimientos como para otros exercicios, de suerte que desde
Quito a Chile, por toda la serranía, era tal el concierto, que jamás perdían
tiempo; y mandava cumplir esta horden en toda la tierra con mucho rrigor, é
ansí la guardavan y cumplían con mucha puntualidad". (Anónimo. En: Discurso
de sucesión y gobierno de los Incas, pp.; 150. 1940).
Una versión más explícita de las técnicas o instrumentos utilizados para realizar las
lecturas de los tiempos de sembrar y cosechar, los meses del año, el control de las es-
taciones, el registro del movimiento aparente del sol y el recorrido lunar, en definitiva,
los relojes para el control del tiempo, llamados Puchaunanchac, es la siguiente:
En relación al año lunar, el movimiento o turnus lunar, empieza con la luna nueva, en
el Oeste; de ahí sigue la luna llena, al Sur; luego aparece en su fase decreciente, por
el Este; y al final se pierde por el Norte; la medición de los meses estaría precedida de
la observación, de la salida y puesta de conspicuos grupos de estrellas, o constelacio-
nes situadas a lo largo de la trayectoria lunar; es decir, habrían sido marcados por la
aparición en el horizonte estelar, de determinadas constelaciones o estrellas principa-
les, coincidiendo con la conjunción de la luna. Las observaciones de las salidas de la
60
Luna (a diferencia de las observaciones de sus fases) no tienen un sentido calendárico
directo, aunque pueden ayudar durante el pronóstico de los eclipses.
En cualquier caso, las cuidadosas observaciones realizadas a este astro, para fijar los
meses, condujo a establecer sus fases correspondientes, las cuales, actualmente,
todavía se reconocen en las culturas del altiplano, a saber: Quilla wañuy, Novilunio,
conjunción de la luna con el sol (inicio del conteo del mes); Quillayuriy, nacimiento de
la luna nueva; Quilla wañuymit’a, período de la luna nueva (creciente); Quilla pura o
Quilla junt’a, luna llena; Quilla chinchay, luna menguante, (Ver, Gráfico N° 6).
En cuanto a los meses lunares que configuran el ciclo anual, existen datos que ayudan
a precisar la duración de cada mes, así por ejemplo, las leyes relacionadas con los
días de descanso laboral, que estableció Pachacuti Inka Yupanqui, permiten deducir el
respectivo período del mes lunar:
..."Y porque el continuo trabajo no les fatigase tanto que les oprimiese, estable-
ció ley que en cada mes (que era por lunas) hubiese tres dias de fiesta... Orde-
nó que en cada mes hubiese tres ferias, de nueve en nueve días, para que los
aldeanos y trabajadores del campo, habiendo cada cual gastado ocho días en
sus oficios,viniesen a la ciudad, al mercado, y entonces viesen y oyesen las co-
sas que el Inca o su consejo hubiesen ordenado, aunque después este mismo
rey quiso que los mercados fuesen cotidianos.... los cuales llaman Catutilo; y
las ferias ordeno que fuesen en día de fiesta porque fuesen famosas". (Garcila-
so de la Vega.Lib.VII, pp. ; 80. 1977).
Los datos consignados en este relato, certifican que se contaban meses de 27 días,
los cuales se corresponden con meses lunares periódicos, determinados por dos aline-
aciones sucesivas de la luna y la tierra con una estrella fija; este mes tiene una dura-
ción de 27,5 días, y se despreciamos la fracción, coincide con los 27 días de cada mes
lunar, que resulta de multiplicar las tres ferias, que se efectúan cada nueve días (ocho
dias de trabajo más un día de feria), que a su vez sería la duración de los “novilunios”.
61
Por otra parte, la Luna tiene varios componentes en su movimiento: eso explica su
comportamiento curioso con varias irregularidades. Vale la pena destacar que, de la
misma forma que el Sol llega a posiciones extremas en su recorrido sobre el horizonte.
En el movimiento visible de la Luna registra que sale y se pone en azimut distintos
cada día, cada mes; existiendo ocho puntos especiales (extremos) del horizonte: las
salidas y puestas de la Luna cuando las variaciones de su declinación alcanzan los
valores máximo y mínimo, lo cual ocurre una vez cada 18,6 años, que curiosamente
coincide con el período de la última presencia Inka, en el altiplano ecuatorial. Este
fenómeno sutil, sin duda, fue observado por los Inkakuna y Cayambis, ya que se
encuentran, hitos geográficos (cerros) con sus respectiva toponimia (Catequilla), o
monumentos antiguos (pucarakuna), que posiblemente destacan estos puntos
especiales, siendo una clara demostración de sus conocimientos astronómicos.
Las épocas del año, los Cayambis, las reconocían, por el croar de las ranas y la
floración de plantas silvestres, sin embargo los Inkakuna establecieron las formas del
registro de los años; según manifiesta, J. Velasco, “el año era de dos maneras: uno
solar, Inti huata; y el otro lunar o común, llamado Quilla huata. En marzo era el
principio y el fin del año solar. El año lunar, se componía de doce meses y medio, para
la correspondencia con el solar, y comenzaba siempre por el primer día de la luna
nueva; en Quito, el año lunar comenzaba igual que el año solar, en marzo”34.
Este interesante relato, permite apreciar la estructura del calendario lunar y solar, y se-
ñalización de los meses correspondientes, que al parecer, se inician con la conjunción
de la luna con el sol, es decir, cuando los dos astros tienen la misma longitud eclíptica
o ascención recta; cada mes tenía un nombre especial y le correspondían ciertos ritos
o festividades. En cuánto a los meses lunares, estaban conformados por tres
novilunios; el primero, Mushuc Quilla, o Luna nueva; el segundo, Junda Quilla, o Luna,
llena; y el tercero Yauyauc Quilla, Luna decreciente. El año estaría compuesto de
cuarenta y medio novilunios, o trece y medio meses lunares.
.."Contaron los meses por lunas de una luna nueva a otra y así llaman al mes
QUILLA, como a la luna; dieron su nombre a cada mes, contaron los medios
meses por la creciente y menguante de ella, contaron las semanas por cuar-
tos..... Tuvieron cuenta de los eclipses del sol y de la luna..... Al día llamaron
Punchau, y a la noche Tuta, al amanecer Pacari, tuvieron nombres para signifi-
car el alba y las demás partes del día y de la noche como medianoche y medio-
día". (Garcilaso de la Vega. Cap. XXII, pp.; 43. 1977).
34
Según, Polo de Ondegardo, en el Cusco, el año, empezaba a contarse desde Febrero, y dice lo siguien-
te:... "El año partieron en doze meses por lunas: y los demas días que sobran cada año los consumían
con las mismas lunas. Y á cada luna, ó mes tenían puesto su mojón ó pilar (Sayba) al derredor de Cuzco
donde llegava el Sol aquel mes. Y estos pilares eran adoratorios principales, á los quales ofrecían diver-
sos sacrificios y todo lo que sobrava de los sacrificios de las Huacas, se llevava a estos lugares que se
llamavan Sucanca, y el que es principio de Invierno, Pucuy sucanca, y el principio de verano, Chirao su-
canca". (J. Polo de Ondegardo. Cap. VII, pp.16. 1917).
62
Establecer un calendario lunar o solar de tipo observacional, es una tarea compleja
porque los fenómenos naturales son complejos y una observación siempre esta sujeta
a errores. Al respecto, los "observatorios de horizonte", equiparables a los pucarakuna,
se construyeron para realizar una observación continua de un astro determinado y con
ello determinar la duración de su ciclo de aparición. Estos observatorios, se conforman
con hitos geográficos, nevados, cerros, montes, o estructuras, que funcionan como
horizonte artificial, controlado desde una posición situada enfrente al evento,
normalmente indicada por un elemento constructivo como una estela, o algún
elemento arquitectónico. Así, el observador podrá registrar el día del equinoccio al
surgir el disco solar alineado al centro de la estructura. En el día del solsticio de
verano, el disco solar coincide con el extremo norte de la estructura o con algún
elemento arquitectónico llamativo. Al llegar el solsticio de invierno, el disco solar surge
del extremo sur de la estructura o del elemento simétrico al anterior. (Ver, Gráfico N° 7)
Las fechas calendáricas del registro de las estaciones, es decir el comienzo de los
Equinoccios (23 de Septiembre y 21 de Marzo), y los Solsticios (22 de Diciembre y 21
de Junio), son incambiables en el curso de los siglos por obedecer precisamente al
momento en que el sol, en su aparente recorrido anual, pasa por el punto de intersec-
ción de la Eclíptica con el Ecuador celeste, punto que sólo se mueve por causa de la
Precesión, e indica el comienzo de los ciclos equinocciales. El movimiento que realiza
la Tierra en torno al Sol (traslación), genera un plano al que se le ha dado el nombre
de Eclíptica. Como el eje de giro de la Tierra tiene una inclinación promedio de 23° 27',
entonces el Ecuador terrestre y la eclíptica forma entre si, este mismo ángulo. En su
viaje alrededor del Sol, la Tierra mantiene esta inclinación siempre en la misma
dirección, provocando las estaciones climáticas, debido a las diferentes incidencias del
haz de luz solar, sobre la superficie terrestre35, (Ver, Gráfico N° 8).
35
La incidencia perpendicular de los haces de luz solar, barren casi 47º (exactamente 46º 54´) sobre el
globo terráqueo. Cuando inciden a 23º 27´ Latitud Norte, alcanzan el denominado Trópico de Cáncer
(Solsticio, 21 de Junio). Cuando inciden a 23º 27´ Latitud Sur, el Trópico de Capricornio (Solsticio, 22 de
Diciembre). Estos son los puntos máximos y mínimos que alcanzará el Sol en su desplazamiento
imaginario por el cielo. De manera similar, existen dos puntos en donde se interceptan el Ecuador Celeste
y la Eclíptica. Estos son el punto Vernal ( ) ubicado en la constelación de Piscis y el punto Otoñal ( )
ubicado en la constelación de Virgo. El punto Vernal representa en las coordenadas celestes lo que el
Meridiano de Greenwich en las coordenadas terrestres, es decir el punto origen de las coordenadas
celestes. En estos dos puntos, que reciben el nombre de Equinoccios, los haces de luz solar inciden
perpendicularmente sobre el Ecuador de la Tierra, iluminando de manera uniforme a todo el planeta.
63
Gráfico N° 8. RECORRIDO ANUAL DE LA TIERRA ALREDEDOR DEL SOL
De todos los cuerpos celestes, el Sol tiene obviamente un lugar privilegiado por su
función de proveernos luz, calor y todo el simbolismo asociado. La inclinación de 23º
27' del eje terrestre relativo a la perpendicular a su desplazamiento alrededor del Sol
produce un cambio, día tras día, en el recorrido aparente del sol en el cielo. El día del
equinoccio (21 de marzo y 21 de septiembre), en cualquier punto de la Tierra, el Sol
sale y se pone respectivamente exactamente al Este y al Oeste. El día y la noche
tienen la misma duración. Avanzando hacia el solsticio de invierno, el Sol sale y se
pone en azimut cada vez más al sur. El 21 de diciembre, llega a un azimut extremo en
el cual se mantiene casi inmóvil (significado de "solsticio") durante varios días antes de
empezar lentamente a devolverse hacia el sur. Seis meses después, ocurre el solsticio
de verano, que marca el extremo norte de la salida y puesta del Sol en el horizonte. A
latitudes entre el Ecuador y los Trópicos, el Sol llega a pasar por el cenit (punto a la
vertical encima de nuestra cabeza) dos veces al año. Este momento tiene su peso de
simbología y fue observado por varias culturas antiguas, especialmente por los
Inkakuna y por supuesto los pueblos del altiplano ecuatorial.
En este sentido, los datos recogidos por el jesuita Bernabé Cobo, relativos al inicio del
año solar, son útiles para precisar, no sólo la fecha de los solsticios, o eventual inicio
del ciclo anual del movimiento aparente del sol, sino también la duración de los meses
lunares; los datos son los siguientes:
64
se le alejaba por ese otro lado del setentrion, salia y se ponia por encima de
aquellos pilares, que por aquella parte señalaban su mayor apartamiento; y
vuelto de alli al punto de donde partio del tropico de capicornio y señal de los
primeros pilares, concluia el año; al cual llamaban Huata en la lengua quichua y
Mara en la aymará. Componíanlo de doce pilares,y estos estaban por lunas, y
así llaman con un mismo nombre al mes y a la luna, que es en la lengua Qui-
chua o del Cuzco Quilla y en el aymará Pacsi.
....Así a la parte del Oriente como del Poniente, adonde tenían puestos los pa-
drones por donde salía y se ponía el sol cuando llegaba a los trópicos, entre el
uno y el otro mojón o padrón tenían puestos otros, cada uno en el paraje a que
llegaba el sol aquel mes; los cuales pilares todos juntos se decían sucanca y
eran adoratorios principales a quien ofrecían sacrificios al tiempo que a los de-
más. A los dos pilares que eran principio del Invierno,donde mediaba el año, lla-
maban PUCUY Sucanca y a los otros dos que señalaban el principio del verano
CHIRAO Sucanca. Todos los meses eran iguales en días, y cada uno tenía su
nombre propio: el primero que correspondía a parte de Diciembre, nombraban
Raymi; el segundo que comenzaba a valer en veinte de Enero se decía Ca-
may". (Cobo Bernabé. Cap. XXXVII; pp.;292-294. 1956).
65
La luna del mes de Junio llamavan HATUN CUSQUI, este mes yvan á arar, ha-
ciendo sus aylíes y sus rregocijos en las chácaras, muy vestidos y empluma-
dos... La luna del mes de Julio llamavan CHAUARUAY. Començavan á rregar
las chácaras y sembravan legumbres y el mayz en partes tardías....La luna del
mes de Agosto llamavan TARPUY QUILLA. este mes no entendían en otra co-
sa más de sembrar, generalmente, ansí el pobre como el rrico, ayudándose
unos con otros. Y este mes de Agosto entrava el Sol por medio de las dos torre-
cillas, de las quatro que por los Yngas estava señalado....
La luna del mes de Setiembre llamavan CITUA QUILLA. Este mes se juntavan
en el Cuzco todos los yndios de toda la comarca, y juntos todos en la plaça
principal, llamada Haocaypata, y allí hazían sus sacrificios al Sol con muchas
cerimonias,en un pilar de piedra que tenían en medio de la plaça, con su teatro
llamado OSNO.....Y á la opusición de la luna llena de este mes , tres noches,
juntos todos los yndios salían... con muchos hachos de paja con lumbre encen-
didos a manera de yluminarias, y andavan corriendo por todas las calles dando
grandes gritos y alaridos y muchas bozinas; y dezían que esto hera para echar
la pestilencia y enfermedades del pueblo....
La luna del mes de Otubre llamaban CHAUPI CUSQUI, y por otro nombre...
CANTARAY QUILLA. La luna del mes de Noviembre llamavan RAYMI QUILLA.
estos dos meses los celebravan de una manera, porque venían de toda la tie-
rra los más destos principales ...a luna llena de estos dos meses lunares los
Yngas acostumbravan armarse cavalleros, y se horadavan las orejas, y se po-
nían los nombres de sus antepasados con los blasones y hechos de ellos... y
estos dos meses todo hera ocuparse en estas fiestas y rregozijos, con infinitas
cirimonias que hacían al Sol y á las guacas....La luna del mes de Diziembre lla-
mavan CAMAY QUILLA. Este mes y luna se ocupavan en los ganados... Asi-
mismo la gente común, todos generalmente se ocupaban en deservar las chá-
carras y sementeras del mayz, y los mantenimientos demás y beneficios de
ellas.
El mes de Enero, la luna de él llamavan HATUM POCOY. Este mes y luna se
ocupaban en los barbechos de chácaras de papas é tierras que no alcançan
aguas,en tierras de temporales é serranias y en las punas del Collao. La luna
del mes de Febrero llamaban PACHAPOCOY. Este mes, por ser la fuerça del
ynvierno y de muchas aguas,descansaban en holguras en sus casas... hasta
que bolbia a entrar el mes de Março, del qual hizieron principio de año, porque
este mes de Março es el fin del ynvierno, y las aguas é rríos van ya bajos, y los
mantenimientos y frutas an saçonado y es principio del verano que entra. Y aún
hallaron que el Sol diferenciava que este mes hallaron que los otros se yban
haciéndose ya cada día muy cortos". (Anónimo. En: Discurso de sucesión y go-
bierno de los Incas, pp.;157-160. 1940).
En este relato se registran los nombres de trece meses, aunque se dice, que un mes
(Octubre), se conoce con dos nombres -curiosamente es el único caso, de duplicación
de nombres-; revisando los datos recogidos por: J. Betanzos, Polo de Ondegardo, Sar-
miento de Gamboa, C. Molina, Guamán Poma, M. Murúa, B. Cobo, etc., tambien estos
cronistas, consignan distintos nombres de los meses del año. Un análisis comparativo
de todos ellos, ponen de manifiesto ciertas coincidencias, y algunas incongruencias,
apareciendo en total, más de doce meses, al menos en cuanto a nombres se refiere, lo
que permite una vez más especular, en el sentido, que efectivamente son trece los me-
ses del calendario anual indígena.
66
como Astrología36 y/o Hechicería. Los amautas desde tiempos remotos aprendieron a
registrar el movimiento de los astros, principalmente del Sol, la Luna, y determinadas
constelaciones ligadas a especiales acontecimientos atmosféricos, lo cual les permitió
establecer sus ciclos de aparición o desaparición; además tuvieron la tarea de elaborar
ideografías legibles para expresar la relación macro – microcosmos, estas ideografías
o evocaciones simbólicas, tenían un sentido educativo, astronómico, teológico, pues
era muy importante que el pueblo llano, pueda asimilar los mensajes, y comunicarlos
de generación en generación, mediante diversas formas, como las festividades rituales
(música, danza), mitos, leyendas, y arte simbólico.
Finalmente, luego de este breve recorrido por los conocimientos relativos al registro
del tiempo y las estaciones, expresados en el calendario agrícola ritual, quedaría por
reconstruir el calendario de los pueblos del altiplano ecuatorial, asignatura pendiente
que requiere una exhaustiva investigación que implica por supuesto reconocer los
cuerpos celestes (estrellas y/o constelaciones), que a consecuencia de la traslación
terrestre37 se “deslizan” aproximadamente 1º por día en el cielo; este "deslizamiento"
permite apreciar distintas constelaciones a lo largo del año. También significa que cada
estrella tiene fechas claves cuando aparecen o desaparecen en el horizonte (orto u
ocaso), antes o después de la salida del Sol, cuando el cielo empieza a amanecer u
oscurecer. En cualquier caso, en aras de incentivar dicha investigación, aprovechando
ensayos precedentes e introduciendo nuevas aportaciones, se presenta de forma
tentativa la estructura del posible calendario vigente en la región ecuatorial. (Ver,
Gráfico N° 9.
36
Desde tiempos muy remotos se sabe que la ciencia principal era la Astrología.
37
La Tierra posee dos movimientos importantes: el de rotación y el de traslación. El movimiento de
rotación lo ejecuta en torno a su eje de giro y dura 23h 56m y 4,1s. El de traslación lo ejecuta en torno al
Sol y dura 365,24219 días. La rotación de la Tierra, en dirección Oeste – Este, produce el movimiento
aparente de la Esfera Celeste, en sentido Este – Oeste. Este movimiento lo podemos percibir de día, por el
desplazamiento del Sol en el cielo, y en las noches, por el desplazamiento de las estrellas. Ambos se
realizan en sentido Este – Oeste. La velocidad con que se desplaza la Esfera Celeste es de 15º/hora, que
cada 24 horas, produce un giro completo de 360º. Estos dos movimientos producen dos fenómenos
importantes, que afectan nuestras observaciones astronómicas: el de rotación produce el movimiento de la
Esfera Celeste y el de traslación, el cambio del cielo y las estrellas que podemos observar cada noche.
67
6. CREENCIAS, WACAS, Y GEOGRAFIA SAGRADA
68
Desde los albores del proceso civilizatorio, los grupos humanos eligieron ciertos
lugares naturales, como cerros, montañas, rocas, cuevas, lagunas, fuentes o
vertientes de agua, etc., que tenían alguna singularidad y poseían fuerza sobrenatural
(Mana38), capaz de alejar el mal o atraer la buenaventura. Los lugares de especial
irradiación energética, a los que se les atribuía propiedades “mágicas” 39, equivalentes
al concepto de “Mana”, que se refiere al poder o cualidad subyacente en ciertos
objetos y animales, adquieren un carácter sagrado. Así, las cascadas y vertientes de
agua, ciertas lagunas y cerros, y animales, como el puma, se les considera como
poseedores de “Mana”, con extraordinarios poderes sobre el bien y el mal, siendo esta
una de las razones para revestirlos de un carácter sagrado. Posteriormente, se
inventaron técnicas constructivas que sirvieron para levantar colinas artificiales, tolas
y/o pirámides40, centros sagrados, que junto a hitos geográficos o sitios naturales
referidos, son considerados wakakuna, y servian para adorar y ofrecer sacrificios a sus
divinidades; algunos wakakuna, representan formas simbólicas que establecen las
relaciones entre la comunidad, la Pachamama, los mitos de origen y prácticas rituales,
e informan de la manera de concebir y entender el mundo, por parte de sus creadores.
La palabra: waka, (en kichwa, lugar u objeto sagrado), designa de manera general las
divinidades principales, representantes de los seres celestes, telúricas, solares
acuáticas, zoomorfas, etc.; aunque también a las divinidades menores, cuyo ámbito de
influencia y culto es regional o local. Las achachilakuna, son los dioses lares menores,
es decir los abuelos o antepasados; la forma más frecuente de representarlos es por
medio de unos montoncitos de piedra en ciertos lugares, generalmente cercanos a los
caminos; por las indagaciones realizadas por los estirpadores de idolatrías, para saber
cuales eran las principales wacakuna, en cada pueblo han quedado varios testimonios,
en este caso se presenta la versión del jesuita A. Oliva, quien manifiesta lo siguiente:
38
Fuerza sobrenatural que emana efectos extraordinarios y poderes sobre el bien y el mal, esta cualidad es
independiente de entes sobrenaturales determinados.
39
La magia puede clasificarse en magia imitativa y de contacto; la primera consiste en atribuir
propiedades idénticas a objetos más o menos parecidos” La segunda de contacto funciona cuando ha
existido relación temporal o espacial entre algunas cosas, que conservan esta influencia mutua.
40
Teocallis, en Centroamérica y Tincullpas, en Sudamérica.
69
En cuanto a los animales sagrados, objeto de veneración, figura el felino (jaguar o
puma), considerado como padre de la humanidad, en la mitología andina-amazónica;
además de tótem41 y constelación estelar, en diversas culturas de la región andina,
hacen que aparezca de forma constante en el arte simbólico (petroglifos, cerámica,
metalurgia, textilería, escultura, arquitectura), toponimia, antroponimia, en diferentes
lugares y períodos culturales, de centro y sudamérica. Esta presencia universal y
significación cultural, explica su culto generalizado; los restos encontrados en la región
ecuatorial42, remontan su presencia al período cuaternario, comprobándose que sólo el
puma desafía todos los récords de latitud y altitud.
Es decir, el lugar o espacio sagrado, es el centro donde actúan las divinidades astrales,
apareciendo como una simbología unitaria, pues el símbolo visual, recrea la memoria
histórico cultural y alimenta la conciencia colectiva; en las culturas del altiplano
ecuatorial, existen lagunas, cerros, nevados, piedras, etc., que han sido sacralizados;
además a estos hitos geográfico, se han asociado leyendas que los han convertido en
lugares de celebración, de peregrinaje o de culto.
En este contexto, en los primitivos pueblos del altiplano ecuatorial, que conformarían
en lo posterior el Reyno de Quito, a tono con el proceso de configuración cultural que
habían padecido, existen referencias, donde se manifiesta que luego de 600 años de
ocurrido el diluvio (durante la primera dinastía de los reyes Pirua), se llenaron todas las
provincias de moradores desde la isla de Santa Elena y Portoviejo, hasta Chile. En
esta emigración procedente del oriente, llegaron los cuatro hermanos Ayar al Cusco,
quienes ya trajeron el culto al Illatici Huira Cocha el creador del mundo, y fundaron sus
41
Entidad natural, generalmente un animal, que es objeto de culto y se adopta como protector. La
adoración del puma dio origen a un título de nobleza:Kápak apo guayac poma, (F. Guamán Poma. 1987).
42
Todas las naciones autóctonas: Kitu-Cara, Puruguaykuna, Cañarikuna, Manta Wankavilka, entre otras,
tenían como tótem al puma, que a diferencia del tigre, tiene color uniforme sin vetas ni pintas; habitante de
la ceja andina, mora en los bordes de los grandes bosques, trepando a los árboles con mucha facilidad.
43
Lo sagrado conlleva siempre un sentido de obligación intrínseco: no sólo estimula la devoción, la exige,
no sólo induce a un asentimiento intelectual, sino que se interpone un compromiso emocional. (C.Geertz.
1973)
70
mayores ciudades. Los señores locales tenían como deidad al fuego y la madre tierra,
con sacrificios al pie del idolo de piedra que lo representaba, (F. de Montesinos. 1957).
¿Serán estos las “Piedras clava”, encontradas en algunas tolas y/o pirámides?, y que
se pueden apreciar en las Fotografías N° 1 y 2.
Por lo expuesto, parece claro que bajo los nombres citados se reúnen varias
manifestaciones sagradas, en este caso relacionadas entre sí, y que se les atribuía
poder sobre los fenómenos atmosféricos, (tempestades, lluvia, granizo, trueno, rayo y
relámpago); y por tanto, en su mano estaba beneficiar los campos y animales, o
perjudicar las cosechas con heladas y granizo. Algunos investigadores (A. Demarest,
1994. Kauffman Doig, 1988), identifican a Catuilla con el nombre de Libiac, Yaro y
Catequil o Catequilla, nombre bajo el que se adoraba el Rayo en la sierra central; por
otra parte, en el altiplano andino ecuatorial, los Cayambis y Caranquis, identificaron a
Apo Catequil, con el Trueno, Rayo y Relámpago, siendo una de las divinidades
mayores, dios benéfico y potente que precedía a la fecundidad. Finalmente, en el
Colla suyu se identifica a Tunapa con Illapa, ambos son dioses que dominan el rayo y
el fuego, y que están relacionados con el agua.
El agua, sea del mar, las lagunas, los ríos, las vertientes subterráneas, puquios o
manantiales, las lluvias, está considerada como yacumama o madre agua, es el
principio de vida, es fuerza vital, masculina y femenina; es masculina cuando proviene
de las montañas y de los ríos, transformada en el semen fertilizador de la tierra y
asociada entonces a la vida. Es femenina cuando se trata del agua del mar, de las
lagunas, ligada entonces a la muerte y asociada al mismo lugar de origen común de
los antepasados, o pacarinas. Las divinidades que controlan el agua son los Wamanis
o Apus locales, a quienes se les pide que no se sequen, especialmente donde tienen
falta de agua. Si hay que pasar por un río, se toma un poco de agua con la mano y
bebiendo se pide que le deje pasar y no le lleve la corriente, a esta ceremonia la
llaman Mayuchulla.
En relación a los lugares sagrados del pueblo Cayambi, algunos historiadores indican
que el nevado Cayambe, (Cayamburo o Guayamburo), era un monte sagrado, punto
44
En el Cuzco, tenía dos templos propios, llamados Totocache y Pucamarca, más varios adoratorios en los
diferentes ceques del Tawantin suyu.
71
cardinal del viento que reina en varias provincias, tumba de los dioses y objeto de
culto, en donde se realizaban peregrinaciones de los pueblos circundantes y aún
algunos alejados, que venían para rendirle adoración, junto con el Sol y celebrar
colectivamente los ritos religiosos. Al respecto se manifiesta:
..”Adoran los indios dos géneros de ydolos unos fijos como son cerros y
peñascos y cumbres altas de la sierra nevada, y al sol, luna y a las
estrellas las siete cabrillas y las tres Marías y al trueno y rayo y a la mar a
los manantiales, otros son móviles de las cuales unos tienen en sus chacaras
y labranzas en medio como abogados dellas que en su lengua llaman guaca y
otros en las estancias de sus ganados los quales más ordinariamente son de
figuras de carneros de la tierra que llaman caullamas y a los del maiz
zaramama o zara conupa que quiere decir dios maiz y tiene figura de un choclo
y otros de figura de persona y la vivienda de los hombres y los que tienen
ganado adoran las piedras bezares para el aumento del y finalmente para
todas sus cosas tienen ydolos particulares”. AHBC/Q. F.J.C. 1/3 1617. ff. 22r.
En efecto, el culto a las montañas, esta difundido en toda el área cultural andina, así
los aymaras designan al dios de la montaña como Acha – Chilla, que tiene
extraordinaria similitud, al dios de las montañas de los indios Cayapas y Caranquis, al
que designan como A – Chili; en lengua Chapalachi – Tsafiqui, Apa, sería padre; y
Chili, Sili, Shiri, señor, literalmente: Señor padre. También, se sabe que en las
montañas sagradas existían ídolos de piedra y madera, “al que consultaban todo
negocio grave”. Tienen sobre ello, muchas fábulas de conversaciones y metamorfosis
entre los cerros, y que fueron antes grandes guerreros, son hombres o mujeres que
tienen relaciones y familia, distinguidos entre los Shiris, después se convirtieron en
grandes piedras gigantes.
A partir de la “extirpación de idolatrías”, los santos fueron asociados con las montañas
sagradas, es el caso de San Pedro que está esperando con las llaves para abrir, no
las puertas del cielo, sino del mundo de los espíritus dentro de la montaña. Es curioso
comprobar, en el caso del pueblo Cayambi, que San Pedro su patrono, cuya fiesta es
el 29 de junio, sustituye a Apo Catequil o Chuquilla, Inti Illapa, la divinidad venerada
desde antaño, por los pueblos aymaras y quichuas, que personifica diversos
fenómenos atmosféricos, entre los que estan la lluvia, granizo, trueno, rayo y
relámpago. En otros lugares, esta antigua divinidad, se transmuto en el apóstol
Santiago, convertido en hijo del trueno, y grito de guerra para los conquistadores
cuando entraban en combate, su fiesta es el 25 de julio. El celo de los clérigos,
empeñados en la conquista espiritual, les llevó a que a través de numerosos Concilios
y Sínodos, establecieron las formas de destruir las creencias nativas, para lo cual se
impartieron las debidas instrucciones, así por ejemplo Cristóbal de Albornoz,
manifiesta:
… “todas las más guacas questan en los cerros y en llanos tienen alrededor de
ssy unas señales que se llaman seques o cachaves que son señales de los
ofrecimientos que a las tales guacas hazian y tienen sus nombres en nombre
cada señal de el que alli ofreció hijo o carnero de oro o plata o de mollo y
hallaran los ofrecimientos en los tales seques o cachavis es necesario
destruyrlos juntamente con las guacas y con todo cuidado”. (Albornoz, Cristóbal
de. Pág. 54. 1989).
72
los sitios o adoratorios, relacionados con ciertos fenómenos celestes, telúricos o at-
mosféricos. También es importante señalar que la reconstrucción del sistema ceque,
según un orden geométrico, (malla o red) permite ubicar los principales adoratorios, e
identificar importantes lugares del centro poblado (kanchas, templos, y edificios
administrativos), ayudando, a comprobar la implicación de los conocimientos geométri-
cos, matemáticos, y astronómicos, en el trazado de dichos poblados.
73
sequías; de hecho, la propia medición del tiempo fue una de las actividades básicas
para desarrollar otras más complejas. A medida que las llajtakuna formaban
asentamientos más grandes y organizados, pueblos o markakuna, eran numerosas las
actividades que justicaban medir el tiempo: celebraciones festivo rituales, predicciones
de eventos, etc.
Esta demostrado que desde muy antiguo, las culturas (pueblos o naciones)
emplazadas en la región andina ecuatorial, utilizaban calendarios muy elaborados, que
incluso fueron objeto de continuas correcciones, como la introducción de un día más
en los años bisiestos (Confer. cit. Pág. 59), seguramente para obtener mejor precisión,
de los ciclos de lluvias y sequías. Aunque también, utilizaban construcciones
orientadas a la salida o puesta solar en los principales eventos astronómicos
(solsticios o equinoccios), como señal para comenzar las tareas agrícolas y/o ritual
festivas, lo cual tiene profundas implicaciones con el ordenamiento territorial.
74
• Caranqui, Pueblo y Tambo Real
• Otavalo, Pueblo y Tambo Real
• Cochasque, Tambo Real
• Guaylla Pampa, Pueblo y Tambo Real
• Añaquito, Tambillo
• Quito, Ciudad y mezón Real.
La Ordenación Territorial Inkaika, que fue una práctica hereada de Estados anteriores,
permitió plasmar la concepción sagrada del espacio, mediante métodos que aunque
no fueron transmitidos explícitamente, han podido ser discernidos estableciendo con
exactitud los ejes de orientación astronómica en los antiguos lugares (centros
poblados), que permiten concluir que la elección del emplazamiento de los sitios,
elegidos fue realizada a partir de una concepción previa y empleando conocimientos
del movimiento aparente del sol durante el año y aplicando en su trazado y
representación, conocimientos de geometría básica y simbología.
Los relatos de las primeras crónicas de conquista son muy explicitos al nombrar los
pueblos y lugares por donde pasaban o pernoctaban los españoles, o cuando cuentan
los hechos de los antiguos gobernantes Inkakuna; así por ejemplo, en el gobierno del
VII° Inka, Huira Cocha, que en otro estudio47, se había demostrado que estuvo en la
región ecuatorial alrededor de los años 1150 - 1200, previamente visitó Chile y luego
se aprestó a conquistar la provincia de Quito, ingresando por el sur, conquistó a los
Paltas, Cañares, donde estuvo más de un año hasta que llegaron las gentes de Chile,
Chiriguanas y Cusco, partiendo hacia Quito, donde entro a la ciudad y determinó en
ella hacer su asiento. Fue por los pueblos de Calacali y Pululagua. También fue a la
provincia de Guayaquil y conquistó la isla Puna, y posteriormente a los indios de
Portoviejo, para finalmente, edificar en la isla de la Plata un suntuoso templo.
“Y es de notar que los reyes Incas y sus amautas, que eran los filosofos,
así como iban ganando las provincias, así iban experimentando,que cuan-
to más se acercaban a la línea equinoccial, tanto menos sombra hacia la
columna del mediodia; por lo cual fueron estimando más y más las colum-
47
“Ordenación del Territorio y Concepción Simbólicas del Espacio en la ciudad prehispana de Quito”.
CAE Pichincha. Quito 2006 (En prensa)
75
nas que estaban más cerca de la ciudad de Quito, y sobre todas las otras
estimaron las que pusieron sobre la misma ciudad y en su paraje, hasta la
costa de la mar, donde por estar el sol a plomo (como dicen los albañi-
les)no hacía señal de sombra alguna al mediodía. Por esta razón las tuvie-
ron en mayor veneración; porque decían que aquellas eran asiento más
agradable para el sol, porque en ellas se asentaba derechamente, y en las
otras de lado". (Garcilaso de la Vega. Cap.XXII, pp.; 97. 1963).
Es ansí que para tomar el punto del Sol entre los dos pilares de en medio
tenían otro pilar en medio de la plaza, pilar de piedra muy labrada de un estado
de alto en un paraje señalado a propósito que le nombravan uino (¿Usno?), y
desde allí tomaban el punto del Sol en medio de los dos pilares y estando
ajustado era el tiempo de sembrar en los valles del Cusco y su comarca”.
Ansí mismo tenía mandado como por horden rreal que en todas las
provincias y pueblos de la serrania tuviesen la misma horden los
governadores cada uno en su partido computando el Sol, conforme la
constelación y temples de los valles y lugares de las provincias adonde
governaba cada uno, ansí se cumplía esta horden muy puntualmente en
todo este reino”. Crónica Anónima de la conquista. Pág. 29 – 31. Julio
González Polar. Lima 1962.
76
lógica de los cronistas (Cieza de León, 1985; Martín de Murúa, 1986; P. Sarmiento de
Gamboa, 1988; Fernando de Montesinos, 1957; y otros), el motivo que se argumenta,
es que se supo, que la gente, de la otra banda del río Quispe (Guayllabamba), al
parecer, los propios Cayambis, comandados por una señora llamada Quilago, se
habían rebelado, Viniendo a estas tierras el Inka y sus tropas, estuvieron para resolver
este episodio, alrededor de 18 años, período de tiempo relacionado con el
acontecimiento lunar del perigeo, lo que certificaria una vez más la presencia de índole
cultural.
“Algunos de los señores que estaban a la mira del suceso, viendo que la
señora Quilago no salió con su intento se retiraron acaudillados del de
Cayambe, fortaleciéndose en una laguna llamada Yahuarcocha. Había en ella
ocho arboles de sauce muy gruesos, puestos en redondo, hicieron andamios
de uno a otro, altos y bajos con tal disposición, que cabían más de dos mil
personas en ellos. A algunos de los demas soldados repartió por las lomas y
cerros y lo restante del ejercito puso en una loma pequeña frontera del pueblo.
Hizo llamamiento de gente, y juntose sinnúmero de los Quillacingas, Atiris y
Pastos y otras provincias. No se descuidaba Huayna Capac en ir a buscar a
sus enemigos antes que se fortaleciesen…. Paso por las provincias de
Malchingui, Cochesqui y Cayambe, en donde hizo grandes castigos en todos
los que pudo haber; y llegó con su ejercito una legua del contrario,….. diole
batalla,.. hubo muchos muertos de ambas partes, en especial de la del Inga;
porque de los fuertes que estaban alrededor de la laguna, no sólo hacían daño
pero reforzaban al ejercito contrario y desanimábanse mucho los del Inga,…
Duró la batalla tres días; retirándose el de Cayambe a la fortaleza de la
laguna… Visto por Huayna Capac que era imposible pelear por no tener
balsas, dio orden que tuviesen cercada la laguna por la parte de la loma por
donde se retiraron sus enemigos. Dio también orden que los combatiesen por
todas partes a los demás que estaban alrededor de la laguna en los fuertes y
pucaraes; a los demas envio a la laguna de la provincia de Otavalo a traer
mucha enea o totora y las balsas que estuviesen hechas. Tardo muchos días
en esto Huayna Capac; venció a los que estaban en los fuertes de la otra
banda de la laguna, acometió con las balsas a los de dentro,… Cuando el Inga
peleaba con los de las canoas los que estaban en los andamios encima de los
arboles se ocupaban de grandes borracheras, cantando y bailando asidos de
las manos en menosprecio de Huayna Capac.
77
Sol su padre, y para si hizo un grandioso palacio”. (Murúa Martin de. Pàg. 121
– 123. 1986).
A tenor de este valioso relato, y otros similares, que contienen importante información
de sitios relevantes, un análisis de su localización, sugiere que eran puntos de
referencia temporal y espacial; observaciones realizadas en el teatro de los
acontecimientos (área Cochasqui - Caranqui), permitieron constatar la existencia de
posibles relaciones geométricas en la localización de algunos sitios que registran el
empleo de conocimientos astronómicos. La determinación exacta del punto de salida
del sol, en tal o cual ápoca, puede ser precisada utilizando las técnicas de la
arqueoastronomía48 (rama de la astronomía y de la arqueología) que permite el
estudio de la orientación espacial de antiguas construcciones o lugares sagrados, con
el fin de comprender mejor cuál fue el papel que tuvieron en relación a un determinado
fenómeno astronómico.
48
Su principal objeto de atención es la relación entre la alineación de centros poblados, monumentos y
construcciones ceremoniales con la bóveda celeste, es decir, con lo que podrían haber estado observando
en el cielo sus constructores, desde puestas y salidas de sol, solsticios, equinoccios, y lunasticios; pero
también investiga el saber astronómico antiguo a través de pinturas rupestres, grabados e inscripciones,
códices, estelas, megalitos, restos arquitectónicos y esculturas. En Mesoamericanas por ejemplo, los
astrónomos idearon la manera de rendir culto a las deidades que habitaban en el firmamento levantando
estructuras arquitectónicas orientadas hacia esas direcciones, para poner en armonía la obra humana en el
cosmos. La salida y la puesta de algún cuerpo celeste señalaría la llegada de importantes fechas, en las
que se realizaban ceremonias religiosas para obtener así el favor de los dioses en momentos cruciales
señalados por la misma naturaleza. Los principales sitios arqueológicos mesoamericanos tienen edificios
orientados de acuerdo a principios calendárico-astronómicos: Tajín, Teotihuacan, Tenochtitlan, Malinalco,
Xochicalco, Xochitécatl, Cuicuilco, Cholula, Monte Albán, Uxmal, Chichén Itzá, Cehtzuc, Edzná y
Uaxactún. Entre éstos, Monte Albán, Xochicalco y Chichén Itzá tienen observatorios astronómicos..
49
El movimiento aparente de los astros describe una rotación natural en dirección Este-Oeste.
78
Así, por ejemplo, en Cochasqui (Latitud Norte: 00°06´35´´. Longitud Oeste: 78°18´
23”), podemos advertir, en primer lugar, que la orientación del complejo de pirámides,
tomando los ejes de las principales construcciones, estas se encuentran orientadas en
un ángulo de 23° 27’, con respecto al eje de orientación equinoccial, que tomaron los
Inkakuna para la construcción del templo dedicado a Punchao (Puntiatchil), en
Cayambe y que está señalizado en la versión del cronista, relativa a los pueblos por
donde pasan las huestes comandadas por Huayna Capac (Malchingui, Cochasqui, y
Cayambe). Lo anterior quiere decir, que el complejo de pirámides, fueron construídas
en el período donde el eje equinoccial, coincidía con el eje este – oeste, de las
pirámides, señalando la correspondiente salida del sol. Este supuesto permite
proponer que, dicha orientación corresponde a una anterior alineación
geoastronómica, que se correspondería con la vigencia de la anterior era cósmica, o
dicho en términos de la cosmología indígena, un Pachacuti, es decir 1000 años antes
de la presencia inka (500 A.D. – 450 D.C), si estaría en vigencia un zodiaco lunar, (Ver,
Mapa N° 7).
Desde esta posición fija, se puede determinar que durante el año, el Sol nace por
distintos lugares; cuando se producen los equinoccios del 21 de marzo y 23 de
septiembre, el Sol nace en plena línea divisoria (ecuatorial), por la cima del nevado
Cayambe (Latitud Norte: 0° 01’ 72’’. Longitud Oeste: 77° 59’ 13’’), y se oculta en
dirección de Guarqui - Cochasqui; cuando se produce el solsticio del 21 de junio, el Sol
nace hacia la parte noreste del nevado Cayambe; exactamente en dirección de la
Loma La Dormida (4.237 m.s.n.m.), y se oculta en dirección del cerro Colangal (4.785
m.s.n.m.); cuando se produce el solsticio del 21 de diciembre, el Sol sale hacia el
sureste del nevado Cayambe, exactamente en dirección de la loma Yaguarcunga
(4.277 m.s.n.m.); y se oculta en dirección del monte Cananvalle (¿Cayan?) 3.077
m.s.n.m.); con lo cual, el nevado, se convierte en fechador de estos importantes
acontecimientos, razón por la cual fue objeto de culto y veneración. (Ver, Fotografías
N° 29 – 32)
79
80
Mapa N° 7. ORIENTACION PIRAMIDES DE COCHASQUI EN RELACION AL EJE
EQUINOCCIAL DEL NEVADO CAYAMBE
81
Fotografía N° 29. Equinoccio de Septiembre salida del sol por el nevado Cayambe
Fuente: A. Lozano 2007.
Fotografía N° 30. Equinoccio de Septiembre salida del sol por el nevado Cayambe
Fuente: A. Lozano 2007.
82
Fotografía N° 31. Solsticio de Diciembre ocaso del sol por el Cananvalle
Fuente: A. Lozano 2007.
83
El replanteo de las orientaciones de los sitios señalados sobre las cartas cartográficas
del I.G.M. (escala 1:50.000), y correspondiente alineación entre los puntos citados,
permitió elaborar el mapa respectivo. Luego, utilizando el programa Arcview (3.2) se
procedió al chequeo correspondiente, con lo cual también se pudo elaborar el registro
de otros sitios de orientación geoastronómica que tienen relación con las fechas de los
eventos astronómicos. Dicho registro, demuestra la ordenación territorial nativa,
marcada por el eje de la línea divisoria, que en dirección recta con el nevado Cayambe
señala, no sólo el recorrido del sol por este eje, sino también los ejes de los solsticios y
el eje del mundo en dirección norte - sur. (Ver, Mapas N° 8 y N° 9).
Por otra parte, la observación directa del conjunto de estrellas que antecedieron a la
aparición de grandes resplandores, durante los equinoccios de septiembre y marzo, a
las 00.00 horas, en los puntos del orto y ocaso, respectivamente, permitió identificar a
la constelación de Orión, que a las 00.00 horas del equinoccio de septiembre, hace su
aparición por el este, acompañada de grandes resplandores, y a las 00.00 del
equinoccio de marzo, se oculta por el oeste, así mismo con grandes resplandores. En
cambio, durante el solsiticio de junio a las 6.00 horas, hace su aparición por el este, y
a las 18.00 horas, del mismo día se oculta por el oeste. Los resplandores o
relámpagos, forman parte de la divinidad de Chuquilla (literalmente el felino
resplandeciente), Inti Illapa (Rayo, Trueno), Apo Catequil, para los Cayambis, que
durante el Inti Raymi, es objeto de adoración conjuntamente con el Hacedor de todas
las cosas, y el Sol, aspecto que nos ocuparemos más adelante.
50
Un espejo astronòmico es un refractor horizontal paralelo a la tierra, que podìa ser un espacio
delimitado, lleno con un lìquido, que refleja los movimientos de los objetos espaciales y los cambios
periòdicos observados desde un punto fijo.
84
altamente probable, la concentración de pucarakuna en la zona ecuatorial, para
aprovechar la singular posición geoastrómica para realizar observaciones estelares,
sin duda requiere otra explicación mediante estudios sistemáticos y de comprobación
de las suposiciones aquí planteadas.
51
Se sabe que en Caranqui, se honraban a tigres o pumas y serpientes; al respecto, Quilago, el nombre de
la señora que defendió la fortaleza de Cochasqui, se traduce como hija del tigre.
85
86
87
88
8. SIMBOLOGIA Y ARTE
El mundo simbólico de los pueblos y culturas del altiplano ecuatorial, esta plasmado en
sus manifestaciones artísticas, presentes en los objetos materiales (cerámica,
metalurgia, textiles, escultura y petroglifos52), que se encuentran por doquier en la
zona comprendida entre el río Guayllabamba, al sur, y río Chota, al norte; así como, en
ciertos textiles que en la actualidad son elaborados, principalmente en Otavalo. A
pesar de casi 500 años de aculturación, los diseños, han pervivido hasta el presente
en la memoria colectiva de los habitantes nativos, siendo utilizados en las labores
artístico-artesanales como símbolos de identidad andina regional; tal es el caso de los
textiles, u otros objetos, donde se representan diversos diseños, con un alto contenido
cosmogónico, como, la “cruz andina”, el “sol de los Pastos” o estrella de ocho puntas,
y otros de los que hablaremos más adelante.
52
Los grabados rupestres o petroglifos representan conceptos cosmogónicos, ideografías mágico
religiosas (antropozoomorfas o estelares), y de la fecundidad; en la mitad del mundo se han encontrado
Petroglifos en la Merced de Angochagua; en Valentín de Angochagua; en Socapamba, zona vecina a
Yaguarcocha; en Tumbabiro
53
En la cerámica peculiar del entorno Cayambe – Caranqui, destacan ánforas de pintura roja. También
hay bellos artefactos como, jarras adornadas con pintura negativa engalanadas con líneas rojas, las cuales
a menudo dividen los dibujos en la zonas; las bandas rojas de igual modo aparecen en un fondo blanco.
Vasijas, platos hemisféricos, ollas globulares de diversa silueta y factura; compoteras de pie alto cónico
ancho; vasos redondos de base casi anular, o forma de tronco de cono; botellitas de cuerpo globular con
golletes altos y angostos; y jarras con patas trípodes.
89
espirales, y estrellas de ocho puntas las cuales, al parecer, representan el sistema de
orientación terrestre y estelar, que certifican su conocimiento y relación con el cosmos.
Al respecto, …“las cerámicas hacían para los antiguos el papel que hoy hacen para
nosotros los libros, las inscripciones que ellas ostentan, tienen las más de las veces,
índole teogónica y cosmológica”. (A. Posnansky 1940).
90
Gráfico N° 11. REPRESENTACION DE ESTRELLA DE OCHO PUNTAS CON
IMPLICACIONES DEL SISTEMA DE ORIENTACION ASTRONOMICO
91
Las expresiones estéticas que aparecen representadas en los platos tanto Piartal,
como Tuza, sugieren un manejo concéntrico y sectorizado de los espacios
pictográficos, asociados posiblemente con diferentes planos de las realidades social y
cosmológica. Destacan los platos que presentan una simetría de punto, donde el
diseño se estructura alrededor de un círculo central, en cual puede presentar un
elemento abstracto, cuyo significado dentro del contexto general del diseño puede ser
muy significativo. Los diseños de seres humanos, animales u otros, aparecen dentro
de círculos y franjas concéntricas. Otros platos, presentan una simetría radial, que se
caracteriza porque los diseños se estructuran por líneas que parten de un centro y
forman espacios triangulares o cuadrangulares, donde aparecen diseños geométricos
o representaciones humanas y de animales.
Las formas contenidas por los objetos son diversas; presentando estilos propios de
cada pueblo o nación, lo cual permite su identificación, sitúandolas como parte de un
contexto y proceso histórico cultural propio. Esto no significa ninguna desligazón con el
contexto cultural de la región ecuatorial; por el contrario, los estilos son formas propias
de expresar los conceptos generales. Por otra parte, los elementos de la cultura
material cumplen una doble función e intencionalidad, independiente cada una de la
otra, aunque dentro de los cánones estéticos de la comunidad. Los objetos, son
utilizados para el uso cotidiano de acuerdo con sus costumbres y creencias
(alimentación, festividades, etc.); al mismo tiempo, de acuerdo con sus cánones
estéticos son expresiones simbólicas del contexto mítico de la comunidad.
92
III. DEL MUNDO DE LOS ANTEPASADOS
93
9. MITOLOGIA DE ORIGEN Y LEYENDAS
En referencia, al ciclo mítico de Chuquilla Inti Illapa, que integra al rayo, relámpago,
trueno y resplandor, entidades todas interrelacionadas, los Cayambis, reconocían
estas cualidades en Apo Catequil. Al respecto, F. Guaman Poma habla de cuatro
Illapa, y dice: “Tenían los yndios antiguos conocimiento de que abía un solo Dios, tres
personas: Al primero le llamaban yayan yilapa (su padre, el rayo); el segundo chaupi
churin yilapa (su hijo del medio, el rayo); el cuarto le llamaba sulica churin yilapa (su
hijo menor, el rayo). Questos dichos [...] ací le llamaban Yllapa”, aunque se olvida del
tercero. También manifiesta que: al rayo se lo conoce como Santiago “y que
antiguamente era llamado Illapa, y por otro nombre Curi y Cacha”.
En el caso de las culturas del altiplano ecuatorial, el mito más antiguo, que data de la
época del diluvio54 dice:
54
El diluvio, según la cronología de los amawtakuna esta fechado en el segundo sol después de la
creación, hacia el año 1660, es decir que cuando se cumplió el segundo sol (2000 años), habían
transcurrido 340 años después del diluvio. (Fernado de Montesinos).
94
Existen otros mitos o leyendas, recogidos por Luciano Andrade Marín, (diario Ultimas
Noticias 16-XII-1940); que involucran a lugares del entorno del pueblo Cayambe, el
primero, hace referencia a Cochasquí y Quito, situándolo al primero como un poblado
de mayor antigüedad, aunque también involucra al volcán Pichincha; este relato, le
hizo en Zámbiza, un indígena de apellido Loachamín, al sorprenderles en una
hacienda el paso de una estrella fugaz, al respecto dice:
.....“estas chascas van siempre para Quito, porque mis mayores decían que
Quito no fue antes allí, sino en Cochasquí. Mi abuelo decía, que los abuelos de
él le habían contado que otros abuelos habían dicho que hace años, años, y
años atrás, ¡cuánto sería¡, vivía en Cochasquí un rey... y una noche vio en el
cielo una de estas chascas..... que caía para donde ahora es Quito. Que como
era brujo entendió y dijo a todos: esto no es un chiqui (mal augurio) esto es
cushi (buen augurio) y tomando un huishi de azúa (vaso de chicha) se durmió.
Al despertarse dijo: tengo orden de sacar a todos de este pueblo y llevarlos a
otra parte mejor, tráiganme una piedra de esas que caen del cielo y voy a
tirarla con mi huaraca (honda) hasta donde avance.... parándose en un pucará
(promontorio) y viendo para el Pichincha tiró con toda su fuerza la piedra que
fue a caer lejos, al pie del cerro Pichincha, saliendo chispas del sitio donde
cayó... Salió con sus mujeres y sus familias a buscar la piedra y la encontró
enterrada como media vara en el sitio donde es Quito. El rey llevó toda la gente
de Cochasquí y asentó un pueblo”....
55
Recogida por Aquiles Pérez y que fuera publicada en la Monografía de Cangahua editada por César
Augusto Tamayo. R. Descalzi. L Real Audiencia de Quito. Claustro en los Andes. Pág. 22. Vol 1. Quito
1988.
56
En este nivel meso territorial, de los alineamientos más notables que hasta ahora se han detectado, dos
de ellos pasan por la cima del Yawirak (Panecillo); el otro alineamiento, en sentido norte-sur, es paralelo a
uno de estos ejes. En referencia al eje de alineación que tiene como puntos de referencia norte-sur: el
cerro Imburo- pirámides de Cochasqui, y el volcán Atacazo o Ninahuilca, respectivamente, forma un
ángulo de 36º, con respecto al norte de la cuadrícula del IGM; un ángulo de 24º, con respecto al eje de
orientación de las ciudades nativas, y un ángulo de 9º, con respecto al primer eje. El otro eje de alineación
que tiene como puntos de referencia norte-sur: el monte Jatunloma-Tabacundo, y el volcán Rumiñahui,
respectivamente, es paralelo al primer eje, y forma un ángulo de 26º, con respecto a la cuadrícula de la
cartografía del IGM, y un ángulo de 15º, con respecto al eje de alineación de las principales ciudades
indígenas.
95
Los ejes de alineación, citados, están atravesados perpendicularmente por otros ejes
de referencia, en dirección este-oeste, quizás los más importantes, porque están
orientados hacia los puntos que señalan los equinoccios y solsticios, configurándose
un perfecto sistema de alineaciones, razón por la cual, en esta oportunidad, serán
objeto de principal atención, para identificar posibles hitos geográficos de referencia,
antiguos centros poblados, pucarakuna, tolas y/o pirámides, u otros vestigios dignos
de resaltar. Efectivamente, teniendo como referencia principal del nevado Cayambe,
que como sabemos fue un adoratorio o sitio sagrado, se establece que alineados en
línea recta, en sentido este – oeste, se encuentrán los sitios de: Tabacundo,
Malchingui, Puellaro, entre otros (Ver Mapa Nº 9).
Las prácticas mortuorias, de los pueblos de la región ecuatorial, a juzgar por sus
monumentos funerarios hablan a favor del culto a los ancestros, desvelar el misterio
que encierran dichos monumentos, implica remontarse a los primitivos montículos y
Tolas más simples, e intentar comprender las creencias que les dieron origen, para
hilvanar y reconstruir la filogenia de dichas manifestaciones. A decir, de los
arqueologos, posiblemente sus orígenes, se remontan al período Formativo, cuando
aparecen las culturas agrícolas, y por consiguiente las primeras manifestaciones de
jerarquización de la población o división social del trabajo, en la hoya de Quito, por las
evidencias arqueológicas, estos hechos se han registrado en la fase Cotocollao.
96
Las construcciones funerarias en las culturas del altiplano norandino ecuatorial
(Capuli, Piartal y Tuza), presentan algunas tipologías, de acuerdo al difunto; desde
tumbas muy elaboradas con cámaras (2 o 3) pintadas y elementos simbólicos adjuntos
al suntuoso ajuar funerario (varias vasijas finas decoradas con policromía y diseños
geométricos, collares de conchas marinas y adornos de oro y tumbaga, pectorales,
orejeras, narigueras); otras con pozo cuadrado, rectangular u oblicuo, con una o varias
cámaras laterales comunicadas por puertas falsas, a notables profundidades, muchas
de ellas presentan una laja tapando la entrada a la cámara; hasta tumbas, con ajuares
sencillos (pocas vasijas), y pozos simples, sin cámara, a poca profundidad. En
general, la forma de los pozos y las profundidades de las tumbas varían de acuerdo a
la región, oscilando, entre: 1,50 y 10 metros, aunque, es evidente que en la
construcción de estas estructuras funerarias se invirtió una gran cantidad de mano de
obra.
Tanto la forma de la tumba, metáfora del seno materno, como la postura del muerto en
su tumba, manifiesta que se relacionaba el nacimiento con la muerte: se devolvía la
persona sin vida a la tierra, al Útero de la Gran Diosa Madre Tierra, de donde según
creencias universales, emerge la humanidad y donde halla su fin (nacemos de la tierra
y a ella volvemos). Así que no hay duda de que la tumba, con sus diferentes formas
evolucionadas a lo largo de los siglos, es símbolo del vientre embarazado /
representación del Útero Divino, metáfora perfecta entre la forma y lugar en el que se
engendra la nueva vida y la da a luz y el lugar en donde recoge a sus hijos, tras la
muerte para devolverlos a la vida / para darles resurrección.
En el mes de los difuntos (noviembre), cuando hay que recibir a las ánimas de los
familiares, ofrecerles un banquete, colmarlos con los potajes preferidos en vida, darles
calor con las velas y embriagarlos con bebidas, se desarrolla una expectativa de
espera y una gran fraternidad por el regreso de estas almas. Una vez finalizados estos
ritos, los muertos retornan a su mundo. Cuanto mejor haya sido la recepción, con más
fervor ayudarán éstos a que las semillas germinen, crezcan, se logren, y el próximo
año regresarán más dispuestos hacia sus deudos. Los espíritus de los muertos tienen
la obligación y responsabilidad de preocuparse del bienestar de su grupo de
descendencia en el mundo de los vivos y éstos a su vez tienen la obligación de
venerarlos, recordarlos y esperarlos cada año.
97
IV. DE LA COSMOVISON Y MUNDOS QUE CONFORMAN LA
TOTALIDAD
98
11. REGIONES TERRESTRES: ANTISUYU, CUNTISUYU,
COLLASUYU, Y CHINCHAYSUYU
El análisis interrelacional de los tres mundos que conforman la totalidad, y sus ejes de
orientación, admiten un sistema de orientación inscrito, en un todo septadimensional,
definiéndose siete direcciones, tres espaciales (Arriba, Centro, Abajo), y cuatro cardi-
nales (Este, Oeste, Norte, Sur), estas últimas relacionadas con ciertos colores, plan-
tas, animales y personajes mitológicos. En cuánto, al eje de orientación espacial, este
parece estar ligado a la temporalidad, adoptando en el plano el apelativo, Saya, que
marca dos posiciones: Hanan Saya, hacia arriba y Urin Saya, hacia abajo. El eje de
99
orientación cardinal, en cambio, parece estar ligado a la espacialidad, adoptando en el
plano el apelativo Suyu que señala cuatro direcciones: Anti Suyu, región comprendida
entre el sureste/noreste; Chinchay Suyu, región comprendida entre el noreste/noroes-
te; Colla Suyu, región comprendida entre el sureste/sur oeste y Cunti Suyu, región
comprendida entre el noroeste/suroeste.
Las regiones o partes que se dividen los mundos, contienen a su vez diversos
atributos, así el antisuyu, relacionado con en mundo yunga con sus propias
caracteristicas climáticas y fisiográficas, tiene como elemento distintivo, la luz, el calor,
el fuego, es el lugar donde nace el Sol; la región del cuntisuyu, donde se oculta el Sol,
destaca por el elemento agua, es el lugar del mundo yumbo, igualmente con propias
caracteristicas climáticas y fisiográficas; la región del collasuyu, en el altiplano tiene
como elemento: la tierra, (allpamama), su medio ecológico es favorable al desarrollo
de los auquenidos; y finalmente, la región del chinchaysuyu que tiene como elemento:
el aire, sede de los fenómenos atmosféricos: trueno, rayo, granizo, relámpago, lluvia,
tempestad.
La configuración simbólica del Zodíaco Andino (en aymará: Huayra Thari, Camino de
Vientos), al parecer se estableció observando todas sus estrellas y constelaciones (co-
nocidas y veneradas en las distintas fases de evolución cultural de los pueblos de esta
región), desde el Ecuador, como no podía ser de otra forma, por su singular posición
en la latitud cero. Las referencias sobre las constelaciones conocidas son abundantes,
y casi todas representan animales de la fauna americana, o floresta amazónica, donde
incluso todavía perviven. También se manifiesta una correspondencia entre los arqueti-
pos celestes (constelaciones del zodíaco) con los hechos mitológicos, que de alguna
manera tratan de explicarlos.
100
seres divinizados destaca, la constelación del "felino de oro o relampagueante"
(Chuquichinchay), la cual participa de casi todos los grandes fenomenos atmosféricos,
rayo, trueno, relámpago, granizo, y lluvia; en este sentido, es comprensible desde el
punto de vista de los pueblos míticos que el gran animal celeste, objeto de veneración
religiosa, que tiene el poder de anunciar cada año, por medio del sol -en el orto helíaco
de una constelación-, el comienzo de los beneficios que llevaba generalmente a los
habitantes, los cambios estacionales, fuese adorado como un Dios, a veces más pode-
roso que el mismo Sol. (Scholten María.1982).
En este contexto, la palabra Pacha, se refiere tanto al espacio como al tiempo, o al uni-
verso, así, el espacio / temporal, el mundo, se entiende como una totalidad. Desde
esta perspectiva, las dimensiones espacio – temporales comprenden: el Ñawpa
Pacha. Mundo antiguo, o de los antepasados. Allí moraba desde su eternidad el gran
Wiracocha, el creador; podría identificarse con el omnipresente “Señor de las varas
(Señor de las estrellas), con imágenes en Caral, Chavín, Paracas, Tiahuanaco, Wari, e
Incas, acompañadas de aves como el “Qiri Qinqi”, también llamado pájaro mago
compañero alado de Wiracocha, sabedor de la actualidad y el futuro, o animales, como
el Titi o puma, felino brillante o relampagueante que iluminaba la creación desde la
cima del mundo antes del Sol.
Hanan (Anak) Pacha. Mundo de arriba (morada de los dioses mayores y menores),
como: Inti, el Sol; Quilla (Pajsi), la luna; Illapa, el trueno; Pacha, la madre tierra;
Pachacamac, señor de los temblores; Wayra, dios del viento; Cocha, diosa del mar;
Kjunnu, dios de las nieves; Chuychu, el arco iris; Sara (conopa) constelación del maíz;
Kukka Manka, constelación de la coca; Chasca, estrella de la tarde (Venus);
Choquechinchay, Constelación del jaguar; Amaru, serpiente mitológica divina.
101
determinará las épocas de preparación del suelo, siembra, aporque, floración y
cosecha, los tiempos de caza y de pesca, el tiempo de abundancia y escasez, la
reproducción de animales, los tipos de plantas, productividad, manejo de recursos, las
tecnologías agrícolas y pecuarias; será el centro de saber económico.
El ciclo ritual, es parte esencial del corazón de las culturas, que se expresa, a través
de lo festivo, mítico y ritual; existen rituales sencillos en la vida diaria, iniciación de la
mujer o el hombre para ingresar en la vida de los adultos, los entierros, los cultivos de
las plantas, la sanación, etc., pues son indispensables para la correcta realización de
las actividades que preceden. También se dan rituales que afectan a la vida personal y
tienen gran importancia porque se relacionan con los aspectos más profundos del
hombre: puede ser el contacto con un ser superior, la recepción de poderes
extraordinarios, la curación o maleficio por parte de un yachac, etc.
En general los rituales que de alguna manera se refieren a las fuerzas naturales o
sobrenaturales se encuentran relacionados con las creencias. En tales casos el rito
suele ser el acto con el que se reactualizan los poderes primordiales explicitados en la
mitología y el modo de utilizar el poder sobre la naturaleza y el cosmos. Las
celebraciones rituales colectivas son un mecanismo comunitario de reproducción
social y de supervivencia cultural. Constituyen uno de los momentos más efectivos
para reforzar el sentimiento de identidad como pueblo. Se puede decir que tales
eventos son un símbolo vivo de esa unidad del grupo.
Por último, el Uku Pacha. Mundo de adentro, del centro de la tierra de las
profundidades donde emergen diversos espíritus como Wari, dios de la guerra;
Huallallo Carhuincho, dios maligno del fuego, o Supay, rey del mundo de los muertos.
102
V. DE LOS MUNDOS SUPERPUESTOS
103
13. INVASION, CONQUISTA Y COLONIZACION ESPAÑOLA
Conocidas las versiones de las grandes riquezas de las tierras del Quito, luego de la
ejecución de Atahualpa, el adelantado Diego de Almagro, encarga a Sebastián de
Belalcazar, el cuidado de la entrada meridional a dichas tierras, ubicàndolo en la
ciudad de San Miguel de Piura, màs las ambiciones desatadas por las riquezas
mentadas, hacen que Belalcazar, abandone San Miguel y se dirija a Quito en busca de
los tesoros, llegando a esta localidad hacia el mes de julio de 1534……
Esta es la primera noticia, que se tiene sobre la existencia del pueblo Cayambe, e
incursión sobre su territorio, mencionándose, no sólo la posible existencia de tesoros,
que presumiblemente estaban en sus templos y adoratorios, sino también, los dos
caminos, que evidencian su interconexión con Quito y otros lugares, a través del
Capac Ñan, camino principal donde estaban situados una serie de centros poblados.
Aunque no se menciona, el templo del Sol, sin duda que debió ser visitado por los
invasores, quienes por orden de Diego de Almagro, tuvieron que regresar
inmediatamente para hacer frente a la arremetida de Pedro de Alvarado, que venía
desde la costa noroccidental, a la conquista del “Quito”.
104
La administración española, sustento las bases de la colonización, en la fundación de
asientos, villas, ciudades, en los principales centros de población indígena, con ello se
posibilito el establecimiento de diversas instituciones políticas (ayuntamiento o
municipio, corregimiento, gobernación y Real Audiencia), religiosas (doctrinas, iglesias,
conventos, monasterios, seminarios), y culturales (colegios). La evangelización de la
población nativa, fue el gran pretexto para la reorganización territorial, pues todo
centro poblado (ciudad o pueblo de indios), comenzaba con la instalación de la iglesia,
a la que seguía posteriormente otras edificaciones para la administración civil y
religiosa. Fueron las ordenes religiosas, amparadas en la difusión de la fé católica,
quienes tuvieron un papel fundamental en el proceso de aculturación, que después
deriva en sincretismo religioso, pues la aceptación del cristianismo por parte de la
población nativa, se efectúa adoptando las nuevas creencias a las antiguas prácticas.
En cuánto a Cayambe, se convierte en doctrina, a cargo del clero secular, que tenían
como modalidad, bautizar a sus parroquias con el nombre de un apostol o de un santo
en boga de devoción; mientras el clero regular (ordenes mendicantes: Franciscanos,
Agustinos, Mercedarios, y Dominicos), infundía en sus doctrinas el afecto a su
105
respectivo fundador. Al parecer antes de proceder a las reducciones para formar
“pueblos de indios” (1573), el pueblo de Cayambe, ya tenía una iglesia, dedicada a
Nuestra Señora Pura y Limpia Inmaculada Concepción, lo que significa que fue
construida en el antiguo pueblo (principal comarca de su población. Confer. Cit. Ant.),
donde residía el cacique principal, según las disposiciones para el adoctrinamiento de
naturales; al respecto el primer pliego de Constituciones (Promulgado por el Arzobispo
de Lima Fray Jerónimo de Loaysa, en 1545, luego revisadas por La Gasca en 1549),
establecía las normas para la acción de los sacerdotes en el Obispado de Quito,
(eregido en 1543), entre otras cosas ordenaba:
Las disposiciones del virrey Francisco de Toledo (1573), que tenían como objetivos
mejorar el cobro de tributos a la población indígena, facilitar la explotación de la mano
de obra e intensificar su evangelización, mediante las reducciones o concentración de
la población indígena, en los “Pueblos de Indios”, aunque a la usanza española, fueron
acatadas en la Real Audiencia de Quito, por su propio presidente, D. Pedro Hinojosa, y
el corregidor Juan Zárate, quienes acompañados por doctrineros franciscanos y
mercedarios procedieron a realizar las reducciones, en el territorio de los pueblos del
altiplano norandino. Los resultados de este proceso están recogidos en la relación
geográfica realizada por el corregidor de Otavalo, D. Sancho Paz Ponce de León
106
(1582), quién describe como están conformados los pueblos de su jurisdicción,
algunos, producto de las reducciones ordenada años atrás, por el virrey Toledo.
Hacia fines del siglo XVI, en la zona ecuatorial, las ordenes religosas, habían
establecido las doctrinas de: Oyacachi, Guayllabamba, Cayambe, Pimampiro, Mira y
Zámbiza, regentadas por clérigos seculares; mientras los religiosos de San Francisco
se habían establecido en: Cotocollao, Pomasqui, Calacalí, San Antonio, Peruchi,
Malchingui, Otavalo, la Laguna, Cotacachi, Atuntaqui, Urcuqui, Caranqui, San Antonio
de Caranqui, y Salinas; los Mercedarios, tenían a su cargo los pueblos de: Caguasqui,
Tucar, Puntal, y Guayan.
En el siglo XVIII el dominante sistema de hacienda comprendía todas las tierras fértiles
y de mejor productividad, trabajadas por las dos terceras partes de la población
indígena, que compulsivamente tuvo que adaptarse a las nuevas técnicas de labranza,
así como a los obrajes y trabajo servil que perdurará hasta bien entrada la vida
republicana (mitad del siglo XX). El campo, como antaño, se convertira en el lugar de
la reproducción social y cultural de la población indígena, aunque ahora desenajenado
y en propiedad de quienes usufructuan su riqueza, por lo tanto, será también
escenario de los conflictos revueltas y levantamientos, contra hacendados
explotadores, los cobradores de tributos y el abuso de las autoridades civiles y
eclesiásticas, que sólo registra desenlaces favorables a la población indígena a partir
de la segunda mitad del siglo XX, con la expedición de reformas y leyes, al sistema
agrario.
107
108
14. REORDENAMIENTO TERRITORIAL Y TRANSFORMACION
DEL ENTORNO
57
En Jauja 17 Noviembre 1570.
109
caciques y principales e indios de repartimiento, representándoles y dándoles a
entender que se han de reducir a muchos menos pueblos de los que les
pareciere que se han de poblar, para que teniéndolo así entendido los caciques
e indios vengan con más facilidad a reducirse en los pueblos que os pareciere,
y tengan por pro y buena obra en que se reduzgan a más pueblos … usando
para ello de los mejores medios que se pudieren…
…Iten. Trazaréis la casa del cacique principal que sea con más anchura y
alguna más autoridad que las de los indios particulares, de manera que
en el principio della haya patio y aposento bastante en que se puedan
juntar con el cacique los españoles e indios del repartimiento cuando
hobiere de tratar de las cosas tocantes al bien público y gobierno del
repartimiento. Y demás del dicho patio y aposento trazaréis que haya una sala
donde el dicho cacique pueda vivir y estar entre día. E a una parte de la dicha
sala haya cámara y recámara, para que en la cámara duerma el cacique con
su mujer y en la recámara estén sus hijas e las demás mujeres del servicio de
la mujer del dicho cacique. E a la otra parte de la sala, otras dos piezas para
los indios varones del dicho cacique e para los demás indios de su servicio,
para las cuales no haya entrada ni salida al aposento del cacique. Y
procuraréis cómo en lo demás de los dichos aposentos haya servicio de
cocinas e corralones necesarios para el servicio de la casa.
110
algunos producto de las reducciones de población ordenada por el Virrey Toledo, sin
embargo, también es posible comprobar la vigencia del sistema de medidas nativo,
que de alguna manera permite certificar que pueblos conservan las coordenadas
antiguas. (Ver, Mapa N° 11).
Con los datos de la relación citada, es posible identificar sitios relevantes relacionados
con la reorganizacion territorial para establecer una relación entre su emplazamiento
con la aplicación de conocimientos de los movimientos aparentes del Sol y de
geometría básica, cuyas distancias corresponden a las antiguas medidas nativas
(legua Inka o Tupu). Hacia el último cuarto de siglo, los pueblos del altiplano ecuatorial,
estaban convertidos en Doctrinas, asi tenemos que Guayllabamba y Cayambe, eran
Doctrinas a cargo del Clero secular; las Doctrinas fueron el germen de las futuras
Parroquias
Durante el siglo XVII, se registran en el pueblo de Cayambe, varios ayllukuna con sus
respectivas autoridades, que sobrevivieron al proceso de reducción. Pasada la
segunda mitad de este siglo (1668), un censo de la corona, registra alrededor de 2.707
indígenas configurados en torno a los ayllukuna sobrevivientes, que dan cuenta de la
pervivencia de la organización comunal construída desde tiempos remotos.
Pasado el primer tercio del siglo XVIII (1739), el altiplano ecuatorial, estaba
administrado por tres Corregimientos58, situados en el centro y norte de la zona
ecuatorial, a saber: San Miguel de Ibarra, Otavalo y Quito, en estos últimos, estaba
repartido mayormente el pueblo Cayambe. El Corregimiento de San Miguel de Ibarra,
antes pertenecía al Corregimiento de Otavalo, que se dividió en dos, a raíz de la
fundación de la villa de Ibarra (1606), que se convirtió en cabeza del Corregimiento,
abarcando 8 pueblos principales o parroquias: Mira, Pimampiro, Caranque, San
Antonio de Caranque, Salinas, Tumbabiro, Quilca y Cahuasquí. Por su parte el
Corregimiento de Otavalo, cuya cabeza era el asiento de Otavalo, estaba conformado
también por 8 pueblos principales o parroquias incluído Otavalo, a saber: Cayambe,
Tabacundo, Otavalo, Atuntaqui, Cotacachi, San Pablo, Tocachi, y Urcuquí. En el
Corregimiento de Quito, había 25 pueblos principales, entre los que constaban
Guayllabamba y el Quinche.
Años más tarde J. Velasco (1763), relata que el puebo de Cayambe, es de puros
indianos, pues el asiento que empezaron a establecer los españoles fue muy pronto
abandonado por el frío de su altura, y vecindad con el nevado Cayambe. Se conservan
en su jurisdicción las ruinas y vestigios de varias fortalezas y plaza de armas y el
célebre templo del Sol. También en el pueblo de Tontaqui (antiguo Atúntaqui), se
conservan los vestigios y memorias de la mayor plaza de armas que tuvieron los reyes
de Quito, todavía se hallan en esa llanura innumerables tolas o sepulcros, en figura de
pequeñas montañas cónicas.
58
A la fecha, la Audiencia de Quito, se componía de cinco gobernaciones que eran: Quito, Cuenca,
¿¡¡?¡?y 9 Corregimientos que eran: San Miguel de Ibarra, Otavalo, Quito, Latacunga, Riobamba, Chimbo
o Guaranda, Guayaquil, Cuenca y Loja.
111
Posteriormente, en los albores de la vida republicana, Cayambe será parte de la
provincia de Imbabura. Luego en la Convención Nacional (1851), adquiere una nueva
figura política administrativa, rectificándose la creación del cantón, aunque pasará a
pertenecer a la provincia de Pichincha, la jurisdiccional cantonal comprendía las
parroquias de Cayambe (cabecera cantonal), Tabacundo, Cangahua, Tocachi, y su
anexo Malchinguí. La vida republicana registra la incoporación de la población
indígena al Estado nación, aunque sólo con la revolución liberal, se eliminarán algunas
cargas que pesaban sobre ellos, como el pago de tributos, y tuvieron acceso a
determinados servicios como la educación.
Hacia el año 1883, se cambia su nombre por el de Bolívar, y se suman dos nuevas
parroquias: Guayllabamba y Otón. Hacia 1897, el cantón Cayambe comprende las
parroquias de: el Quinche, Guayllabamba, Otón, Cangahua, Malchinguí, Tocachi,
Tabacundo y Olmedo (Pesillo). En 1912 las parroquias de Malchinguí, Tocachi, la
Esperanza, y Tabacundo, pasaran a formar el cantón Pedro Moncayo
En efecto, si bien la Reforma Agraria produjo un mejor acceso a la tierra para las
comunidades indígenas, esto no significo salir de la pobreza, pues los suelos más
degradados (82.87%), situados en altas pendientes, están ocupados por ellos;
mientras tanto los terratenientes y medianos propietarios ocupan las tierras fértiles,
con riego (75%). A partir de la expedición de la Ley de Comunas, la organización
comunal tomo impulso, multiplicándose a partir de los años 50, coincidiendo con un
crecimiento importante de la población, y por lo tanto una presión sobre la tierra, que a
lo largo de estos años ha ido cediendo a favor de la población indígena. Según el
censo agropecuario de 1949, el 91.4% de la tierra en Cayambe estaba en manos de
los hacendados, porcentaje que disminuye para 1987 ya que controlan el 56.6% de la
tierra y los campesinos (con unidades menores de 20 has.) controlan el 37.8%.
Si bien, las mejores zonas del valle, con acceso al mercado, siguen concentradas en
manos de los hacendados, quienes han incorporado tecnología para la agroindustria y
producción especializada destinada el mercado externo. Sin embargo, las
comunidades indígenas en sus tierras, lograron desarrollar una producción
diversificada (papa, cebolla, cebada, habas, chochos, etc.), que les ha proporcionado
cierta autonomía económica, pues estos productos tienen demanda en el mercado
generando utilidades. Además, existen iniciativas de tecnificación agrícola, uso de
distintas técnicas de riego (aspersión, goteo), siembras bajo invernadero, etc., que han
posibilitado su inserción en la demanda del mercado local (producción de leche para la
agroindustria), y externo (cebolla, etc.). El proceso de recuperación de la tierra ha
59
La reproducción económica de la hacienda se basa en el uso extensivo de los recursos naturales y en la
existencia de mano de obra abundante y barata. Los métodos de cultivo son de tipo extensivo indicadores
del bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas.
112
permitido la multiplicación significativa de comunas, y reagrupación de los Cayambis
como pueblo con una identidad propia, organización comunal y redes de parentesco,
afinidad y alianza, que han conducido a la reconstitución de su antiguo territorio,
proceso que continua en nuestros días.
113
frente a la tendencia de cierto fundamentalismo indígena que a veces da la impresión
de querer invertir la visión racista trasnochada de la sociedad, al presentar al mestizo
como el causante de todos los males, es preciso clarificar el debate para ejercer de
forma decidida el proceso de interculturalidad que demanda la actual formación social
ecuatoriana.
En el segundo caso, de sincretismo religioso, bajo formas del culto cristiano, han
permanecido latentes la veneración de las antiguas deidades, lo cual indica que las
creencias nativas, lograron sobrevivir en las prácticas religiosas cristianas, este
proceso se puede constatar desde el mismo momento que se inicio la evangelización,
cuando los primeros misioneros rebasados por su monumental tarea, optaron por la
sobreposición religiosa, además de arrasar y derribar los templos indígenas, los
bautizaron poniendo encima alguna expresión cristiana (un nuevo templo, una cruz);
de modo que las manifestaciones religiosas que ahí se realizaran en adelante ya no
estuviera dirigido a la divinidad indígena, sino al Dios cristiano. Esta metodología,
paradojicamente facilitó conservar los antiguos santuarios y símbolos religiosos
nativos, cubriéndolos de cristianismo. Al darse cuenta de ello, los principales indígenas
participaron activamente en la construcción de los templos cristianos pues tenian la
oportunidad de reflejar o enterrar en sus altares y muros las imágenes de sus propias
divinidades. El procedimiento implicó un encubrimiento de lo propio con adiciones
sobrepuestas venidas del cristianismo; dicho encubrimiento provino tanto del lado
eclesiástico, al querer una cristianización rápida de los indígenas, como del lado
indígena para mantener lo propio en el contexto de la “aceptación de la
evangelización”.
60
Este mecanismo de poner en vez del símbolo indígena, un símbolo cristiano equivalente o parecido, dio
como resultado un cristianismo, vivido en moldes indígenas, y una religión indígena cristianizada, esto es,
dentro de esquemas cristianos.
114
porque jamás aceptaron la argumentación misionera de que no era a Dios sino al
Diablo a quien veneraban sus antepasados. Para ellos era el mismo Dios sólo que en
formas y modalidades diferentes. Y la mejor manera de expresar esta convicción era el
método de la yuxtaposición de símbolos religiosos. Hasta nuestros días la vivencia de
su fe, mantiene tanto las formas religiosas cristianas como las reminicencias de la
época prehispánica. Ellos van a la Iglesia y rezan a Cristo y a los santos; pero con la
misma devoción van a los cerros, cuevas, manantiales o sitios sagrados propios para
implorar el auxilio del Dueño de la vida que está en cada uno de esos lugares.
En dichas fiestas del Inti Raymi: "El Inka, como supremo sacerdote y quienes lo
secundaban exclamaban: "¡Oh Hacedor, Sol y Trueno, sed siempre mozos, no
envejezcáis; todas las cosas estén en paz, multipliquen las gentes y haya comidas y
todas las demás cosas vayan siempre en aumento". Los ídolos, en mención, se
mantenían desde el principio hasta el final del Inti Raymi, en que se consumían en una
gran hoguera, alrededor de la cual la muchedumbre bailaba el cayo, una danza ritual
que luego se proseguía en otros varios sitios. Bernabé Cobo registra algunos datos
complementarios: "Despues de concluida toda la cantidad de sacrificios para empezar
el baile llamado cayo, se dividían todos los indios y la mitad quedaba allí bailando y
bebiendo; y la otra mitad iba a Chuquicancha y parte a Paucarcancha, en los cuales
61
Considerada más poderosa que el Sol porque aparecía igualmente tanto de noche como de día, su culto
esta relacionado con el período de lluvias y es transmitido y conservado hasta hoy.
115
cerros repartían otros seis aporucos (carneros viejos) que eran sacrificados con la
misma solemnidad". Un último sacrificio se efectuaba finalizando el cayo, en
Manturcalla… "En acabando de hacer el dicho baile del cayo enviaban las estatuas del
Sol dos carneros grandes, hechos de cierta confección y dos corderos, a este cerro de
Manturcalla. Llevábanlos con grande acompañamiento, puestos en andas y en
hombros de señores principales ricamente vestidos. Iban adelante las insignias reales
del sunturpaucar, y un carnero blanco vestido de una camiseta colorada y con zarcillos
de oro. Llegados al dicho cerro los ofrecían al Viracocha quemaban con muchas
ceremonías. Concluido lo sobredicho, se acababa esta fiesta que hacían al Sol cada
año por este tiempo”.
Sin duda que las fiestas actuales de San Pedro, al menos en lo que se refiere a la
música y baile, recuerdan mucho las antiguas festividades dedicadas al Hacedor, Sol y
Trueno, Relámpago, que como sabemos fueron venerados por los Cayambis. Es
curioso comprobar que el mismo nombre del baile, Cayo, tiene alguna similitud con
Cayambe, a lo mejor fue una danza ritual que sólo se realizaba en estos lugares.
116
Fotografías N° 34 y N° 35. Imágenes de San Pedro
117
VI. DE LA RECUPERACION DE LA MEMORIA ANCESTRAL Y
RENACIMIENTO DEL PUEBLO KAYAMBI
118
16. PERVIVENCIA DE FESTIVIDADES RITUALES Y ORGANIZACIÓN
COMUNITARIA
Desde antaño, las principales celebraciones, han tenido lugar durante los solsticios de
diciembre y junio, y los equinoccios de marzo y septiembre; celebraciones
relacionadas directamente con los ciclos del movimiento anual, aparente del sol. Los
rituales, al interior de estos ciclos, son propiciatorios para la obtención de mejores y
nuevas energías que permitan la reproducción de la vida natural y social de la
comunidad. Para ello son propicias las formas ancestrales de convivencia y ayuda
mutua como el Ayni y la Minga; en el Ayni, todo es siempre recíproco e igualitario, lo
que genera un compromiso permanente de dar y recibir, que permite una fuerte
cohesión entre los miembros de la comunidad; en cambio en la Minga, donde participa
toda la comunidad, se renuevan los compromisos colectivos.
Los actos rituales contemporáneos casi todos están influenciados por la simbología
cristiana, aparte de que utilizan símbolos católicos y se desarrollan en un contexto
relativo a muchos de los principios litúrgicos cristianos. Esta caracteristica, empezo en
la época colonial, donde las comunidades indígenas para perpetuar la intensidad de la
fiesta de la cosecha, a través de los curacas62, quienes eran los depositarios de sus
tradiciones y por otro lado se encargaban de alentar una síntesis religiosa, fijarón el
inicio de la cosecha haciendola coincidir con la Semana Santa. Los otros ritos y cultos
trataron de integrarlos durante la celebración de la fiesta católica de las cruces, del
Corpus Christi. La cosecha fue considerada una fiesta de mayor categoría en el
calendario indígena, mientras que la fiesta de Corpus fue igualmente la más
importante de las fiestas públicas de los españoles. Durante la época de cosecha todo
es alegría, al son de la música los hombres remueven la tierra, cortan los tallos, en
tanto que las mujeres arrancan y recogen los frutos maduros y repiten en coro los
cantos de las cosechas (harawi) que son loas dedicadas al acto de hacer parir la tierra.
Con cantos, danzas y risas, pero también con plegarias se honra a la Tierra, al Señor,
a los santos y espíritus protectores del lugar.
Actualmente, en Cayambe, la fiesta más connotada, es la del Inti Raymi, una semana
después del solsticio (29 de junio), coincidiendo con el onomástico del patrón de la
ciudad, San Pedro, que en la práctica, como hemos visto en puntos anteriores,
sustituyo a la antigua deidad del Trueno, Rayo, Relámpago, el Chuquilla o Inti Illapa.
Estos fenómenos meteorológicos divinizados se.. “Imaginaron que era un hombre que
estaba en el cielo formado de estrellas, con una maza en la mano izquierda y una
honda en la derecha, vestido de lucidas ropas, las cuales daban el resplandor del
relámpago cuando se revolvía para tirar la honda; y que el estallido della causaba los
truenos, los cuales daba cuando quería que cayese el agua. Decían que por medio del
62
Los curacas daban el ejemplo sufragando los gastos en la construcción de iglesias, encomendando
lienzos y pinturas murales sagradas, creando y fundando cofradías y haciendo respetar el ritmo anual de
la vida agropecuaria.
119
cielo atravesaba un río muy grande, el cual señalaban ser aquella cinta blanca que
vemos desde acá abajo, llamada Vía Lactea; sobre lo cual fingían un mundo de
disparates. Deste río, pues, tenían creído tomaba el agua que derramaba sobre la
tierra [...] atribuían al trueno la potestad de llover y granizar con todo lo demás que
toca a las nubes y región del aire”. (¡?¡?¡)
Resumiendo, podemos decir que este dios de las tempestades y, del trueno conocido
como Illapa e identificado con el apóstol Santiago, tan sólo queda alguna huella del
polimorfismo de Illapa si consideramos la función que se puede dar a la espada como
rayo, al ruido de los cascos como trueno; cuando lleva la serpiente ésta simboliza al
arco iris, y cuando el ganado lo acompaña se muestra como proveedor de bienestar
en el campo, incluida la conservación de los animales. El complejo proceso de
asimilación de la antigua divinidad a la iconografía cristiana, y su pervivencia a través
de los siglos, muestran la fuerza de un mito que dominó región andina durante muchos
siglos.
Los curas doctrineros se dieron cuenta que los Cayambis, hacían una gran fiesta por
esta época, que seguramente debía empezar el día del solsticio, cuando aparece el
Chuquilla, con grandes resplandores, en el este a las 6.00 horas de la mañana antes
que nazca el sol, en el noreste; a las 12.00 horas esta en el zenith, igual que el sol,
aunque en su propio meridiano, y se oculta a las 18.00 horas, con grandes
resplandores, en el oeste, igual que el sol en el noroeste. Esto explicaría por que se
cambio el primer nombre de Nuestra Señora de la Pura Inmaculada Concepción de
Cayambe, cuyo onomástico es el 8 de diciembre, por el de San Pedro, que si bien es
el 29 de junio, coincide con el acontecimiento astronómico citado. Este día que la
tradición identifica como el “Dia grande”, amanece más temprano y anochece más
63
Según las regiones se denomina también Libiac, Pariacaca, Chuquilla, Catequil (Kauffmann Doig,
1988). Hoy en día la divinidad del rayo se confunde con Santiago.
120
tarde por efecto de las descargas relampagueantes al este y oeste del pueblo
(información P. Guaña).
Cada cierto tiempo el cortejo se detiene en casa de algún acompañante o vecino para
brindar un refrescante mate de chicha, en retribución al brindis los cargadores de
gallos bailan en honor al oferente. Periódicamente se escuchan los estampidos de
voladores anunciando la proximidad de la rama de gallos a la plaza, la entrada a ella
es alegrada con vivas a San Pedrito, al prioste, a los acompañantes, luego de tres
vueltas a la plaza y haber bailado en cada esquina la prioste lanza al aire
innumerables naranjas, jadeantes y sudorosos llegan a la puerta de la iglesia, ya en el
interior de la iglesia se ofrece el gallo adornado a San Pedro en cabeza del señor cura;
los demás animales se entregan a las personas que por voluntad del prioste deben ser
los encargados de proveer de estas aves el próximo año; continúan en la plaza hasta
tarde, hora a la que retornan a la casa del prioste mayor a continuar con la
celebración. (Ver, Fotografias N° 36 – 38).
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Los personajes de la fiesta son las diversas comparsas, que se toman la plaza, junto a
jinetes que montan briosos caballos. Las comparsas, están integradas por el clásico
Aruchico, personaje que en la espalda lleva un cuero con muchas campanillas y se
cobija con una chalina, en el sombrero tiene cintas de colores y va tapado con una
careta de malla, viste zamarro, zapatillas y lleva la infaltable guitarra; un grupo de
cholas con vestimenta autóctona que van cantando coplas compuestas por los mismos
indígenas, un grupo de hombres que están acompañados por las Chinucas (hombres
con vestimenta de mujer y careta de malla, que van junto a los maridos para cuidarles
y protejerlos de que no sean conquistados por otras), y el Diablo Huma con doble
rostro, que va saltando alrededor del grupo y fueteando para protegerlos, dirigen a los
Aruchicos, obtienen comida para repartir entre sus amigos, y obligan a la gente a
tomar la chicha de la fiesta. Toda la comparsa va trotando todo el tiempo y cada cierta
distancia hacen alto y danzan y bailan al son de la guitarra y de las coplas que cantan
las cholas, y asi pasan todo el día y parte de la noche. (Ver, Fotografías N° 39 - 42).
Por otra parte, en el altiplano ecuatorial, las celebraciones rituales con motivo de los
acontecimientos astronómicos: solsticios de diciembre y junio; equinoccios de marzo y
septiembre, que coinciden con las festividades cristianas de la Natividad de Jesús,
Semana Santa, Corpus Cristo, y Virgen Inmaculada, representan una ocasión
inmejorable para apreciar las expresiones artísticas: música, danza, artesanías
(objetos cerámicos, textiles, etc.), así como, para degustar los productos alimentarios
de la tierra (vinos y comidas típicas, basados en el maíz, papa, quinua, etc.). Todas
estas expresiones reflejan, no sólo el espíritu comunitario de los pueblos nativos, sino
también una profunda vinculación con la naturaleza, que trasunta una espiritualidad y
conciencia cósmica.
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Fotografía N° 39. Personaje con máscara
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Fotografía N° 41. Rama de Gallos
Fuente: Willlian Silveira
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17. LA CONFEDERACIÓN DEL PUEBLO KAYAMBI
El territorio ocupado por las comunidades Kayambis, cuenta con tierras cultivables,
páramos, bosques nativos y exóticos, ríos, lagunas y minas, que están en peligro por
la destrucción de los suelos debido al mal manejo de los recursos naturales y la
contaminación. Fundamentalmente las actividades de la población se reparten entre la
ganadería, agricultura y producción de artesanías: en la primera destacan la crianza
de ovejas y ganado vacuno; en la segunda, la producción de maíz, trigo, cebada
papas, quinua, habas, fréjol, melloco, oca, lenteja, arveja, cebolla, calabazos, zapallo,
chochos, hortalizas y frutas; en la producción artesanal destacan los bordados y
tejidos.
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Dato de la Confederación del Pueblo Kayambi
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Hoy existen 12 OSGs que se distribuyen entre Imbabura y Pichincha, un grupo de 17 comunidades que
no adhirieron a ninguna OSG y las Comunidades de Oyacachi, localizada en la parte alta de la cordillera,
perteneciente a la Provincia del Napo.
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Cuenta con el reconocimiento del Consejo de Desarrollo de las Nacionalidades y Pueblos del Ecuador,
CODENPE, donde esta representando con un delegado oficial; además tiene representatividad y relación
formal con las organizaciones regionales y nacionales indígenas.
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puede ser cristiano o evangélico, sin dejar de ser indio, lo cual significa que no tienen
que dejar de lado sus raíces ancestrales, con las cuales se identifican plenamente.
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La identidad del pueblo Kayambi, se funda en sus profundas raíces que han
germinado en el territorio del altiplano ecuatorial, donde se ha designado con su
lengua propia los nombres de ríos, quebradas, montañas, nevados, animales, plantas,
el mismo antropónimo, topónimo, y gentilicio. Se establecieron formas sociales de
producción y relaciones sociales con énfasis en el respeto a la Pachamama y la
solidaridad comunitaria, complementado de una visión del mundo fusionada con las
creencias religiosas y prácticas rituales y festivas, que tuvieron su expresión en el arte
simbólico (cerámica, metalurgia, textiles, etc), mitos y leyendas trasmitidos de
generación en generación para mantener vigentes sus conocimientos y sabiduría.
En este sentido, los tipos de relaciones que se establecen vendrán dadas por
elementos dialécticos de oposición de complementariedad, de alternancia, de
mediación, pero en ningún momento de exclusión y negación del opuesto,
circunstancias que dan lugar al ejercicio de la interculturalidad. En la viviencia
comunitaria, la palabra “yanantin” expresa la relación de complementariedad entre los
pares, entre los opuestos. La complementariedad está definida por una influencia
mutua de crecimiento, en donde cada polo del par da al otro lo que necesita. Así,
también, la palabra “tinkuy”, se entiende como la competencia que marca las relaciones
sociales, expresa la competencia constante que se puede dar entre la relación de
pares. Otra aspecto a tener en cuenta, es la irrupción actual de la “espiritualidad
indígena”, entendida como un llamado de vida para todos los seres humanos que
buscan nuevas razones que den sentido a la existencia, especialmente los propios
pueblos indígenas que anhelan profundamente a través de sus mitos y utopías,
encontrar el buen vivir. En esta búsqueda y en lo que se puede denominar el ejercicio
de la interculturalidad, pueblos indígenas con potencialidades de inserción en el mundo
moderno, sin desindianizarse, y pueblos no indígenas, pueden unir esfuerzos y
energías espirituales, que vienen de muy antiguo, para volver a dinamizar la vida y
encontrar salidas humanas y solidarias, a la crisis que se abate sobre el país.
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CONFEDERACION DEL PUEBLO KAYAMBI
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