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PRLOGO II

te alejado del mundo, Muere en Tbingen Friedrich Holderlin dulcemente, sin haber sostenido una lucha especial con la muerte. Tras una etapa de olvido, en la que se perdieron muchos manuscritos y papeles suyos, a finales de siglo volvi a interesar su obra a los lectores, y ya en el nuestro ha pasado a ocupar el lugar que se merece: uno de los primeros no slo en la literatura alemana, sino tambin en la universal. Sin la existencia de su obra, en especial de Hiperin, seran inconcebibles obras como la de Nietzsche o la de Hermann Hesse, por citar slo dos nombres capitales en la historia del pensamiento y de la literatura.

Del autor de Hiperin dijo Luis Cernuda: Holderlin, con fidelidad admirable, no fue sino aquello a que su destino le llamaba: un poeta. Pero ah nadie le ha superado en su pas, ni en otro pas cualquiera. Hablaba Cernuda, al tiempo que del poeta alemn, de su propia experiencia, pus fo otro fue su destino. Por eso saba que ser poeta, ser autnticamente poeta, no ha querido decir nunca andar por las nubes, puro, alejado del mundo. La crcel, el exilio y la muerte haban hecho demasiada mella entre los poetas espaoles de su tiempo para que a uno de ellos, lejos de su tierra, se le ocurriera pensar en la pureza o la neutralidad del poeta. Era la fidelidad de ste, de Holderlin, a su destino -fidelidad que, en definitiva, le haba llevado a la locura, muerte del alma lo que admiraba Cernuda. Esa entrega incondicional del poeta a no se sabe qu fuerzas que hablan por su boca y dictan y ordenan las palabras de sus poemas. Porque Holderlin fue, sin

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