Ibagué, Colombia, 2009 Mi naturaleza celular Atendiendo mi naturaleza celular, de aquella que me conformó y de la que provengo. Tengo derecho a obtener mi alimento de la tierra que no posee dueño, el mismo derecho tengo al agua vital para mantener mi estructura, el mismo derecho al sol que me da energía y al oxígeno producido por los vegetales y algas.
Tengo derecho a vivir mi soledad y
amablemente compartir y subsistir en el mundo vivo y el inorgánico.
Mi naturaleza vegetal Atendiendo mi naturaleza vegetal, tengo derecho a mi autonomía, a mi identidad, a autoformarme y mantenerme por mi mismo. Tengo derecho a ocupar un espacio donde pueda proveerme mis propios alimentos, tener agua, oxigeno y sol.
Tengo derecho a crecer,
expandirme y colaborar con el desarrollo del sistema vivo.
Mi naturaleza animal Atendiendo mi naturaleza animal, tengo derecho a mi libertad de movimiento, tengo derecho a desplazarme y ubicarme en aquellos sitios donde mi vida esté asegurada. Tengo derecho a vivir mis emociones, tengo derecho a sentir y compartir con otros similares a mí.
Mi naturaleza humana Atendiendo mi naturaleza humana, tengo derecho a la libre expresión de mis pensamientos y sentimientos, tengo derecho a crear, a comunicar, a sentir en libertad.
Tengo derecho a tener relaciones,
a crear, conformar y pertenecer a organizaciones dignificantes y evolutivas.
Y como ser humano Y como ser humano tengo el deber de promover la vida en libertad, de reconocer a todos los seres humanos como iguales, de proteger a los vegetales por ser los dadores de vida, de proteger a los animales como ancestros y compañeros. Debo proteger las fuentes de alimento, agua, sol y oxigeno pues son el patrimonio de la vida.
Y tengo el deber de dignificar toda
forma de vida en reconocimiento a mí mismo y a la lucha persistente de la célula por más de cuatro mil millones de años.