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Nacimiento de

Venus
William-Adolphe
Bouguereau
Bañista

Según Hesíodo, el dios Cronos


cortó con una gran hoz el
miembro viril de su padre,
Urano, y lo arrojó al mar. Del
semen de Urano, confundido
con la espuma de las olas,
nació la diosa Afrodita
(Venus, según el nombre
latino). El antiguo pintor
griego Apeles pintó una
Venus anadiómena que
muchos artistas, desde
Botticelli hasta nuestros días,
han tratado de recrear.
Auguste Rodin
El nacimiento de
Venus (La
Aurora)
John Currin
Honeymoon Nude
Eva y la serpiente
En su versión tradicional, la Caída es una
escena simétrica, con Adán a un lado y Eva
al otro, separados por el árbol en torno al
cual se enrosca la serpiente. Pero en la
época moderna, los artistas se olvidarán de
Adán para concentrarse en la complicidad
entre la mujer y la serpiente, identificadas
en la Tentación.
Franz von
Stuck
Adán y
Eva
James White
Sin título
Henri Rousseau
Título:
La encantadora de serpientes
Esfinges y sirenas
La esfinge y la sirena son dos
monstruos mitológicos (terrestre y
acuático) que han llegado a encarnar la
figura de la mujer fatal. Ambas son
criaturas ambiguas: la terrible esfinge
encierra un secreto poder de seducción,
mientras que las adorables ninfas y
sirenas albergan la amenaza de la
muerte en el agua.
Marc Quinn
Título:
Esfinge (Venus)
Camille Corot
Título:
La fuente
Gustave Courbet
Mujer en las
olas
Tentaciones
de san
Antonio
Retirado en el desierto, el eremita Antonio es
asaltado por visiones diabólicas, a veces de
alto contenido erótico. En estas tentaciones
entra en escena el voyeur, el mirón, con su
ambigua actitud, entre la resistencia y la
complacencia, entre la distancia visual y el
acercamiento táctil.
Jan Wellens de Cock
Las tentaciones de
san Antonio
Paul Cézanne

La tentación de san Antonio


Pablo Picasso
Espectáculo para una pareja. El capitán Frans
Banning Cocq y las mujeres
El martirio
de san
Sebastián
Capitán de la guardia pretoriana y favorito
del emperador Diocleciano, Sebastián fue
condenado a ser asaeteado por sus propios
arqueros. La imagen del joven atado al árbol,
desnudo y atravesado por las flechas, con
una expresión entre la agonía y el éxtasis,
terminaría convirtiéndose en el icono gay por
excelencia.
Giovanni Lorenzo Bernini
Título:
San Sebastián
José de Ribera
Título:
San Sebastián
Gustave Moreau
Andrómeda encadenada
Para salvar a su país, Andrómeda fue
encadenada a una roca y entregada a un
monstruo marino. El héroe Perseo, que
volvía a su patria volando tras haber
decapitado a la Gorgona, la divisó desde el
aire y se enamoró en el acto, mató al
monstruo y la rescató. Andrómeda es el
equivalente femenino de san Sebastián en
un erotismo de la dominación y la
sumisión.
John Everett Millais
El caballero errante
Released,
de John de
Andrea.
Gustave Doré
Andrómeda
Salvador Dalí
Las rosas sangrantes
El beso
La culminación amorosa en la pareja
es un bondage o esclavitud mutua.
Los amantes luchan por superar sus
límites individuales para fundirse en
un solo ser; pero esa fusión no se
producirá sin violencia, sin la pasión
caníbal por devorar al otro o por
vampirizarlo.
Edvard Munch
El vampiro
René Magritte. "Los amantes",
Andy Warhol
El beso (Bela Lugosi)
Bill Viola
Transformar
se en luz
Apolo y Jacinto
En sus Metamorfosis, Ovidio narra el desenlace
trágico de los amores entre Apolo y el príncipe
espartano Jacinto, que murió accidentalmente al ser
golpeado por el disco lanzado por el dios. Tiepolo
representó el lamento de Apolo por su amante en
una escena teatral y distanciada; otros artistas darán
un tratamiento más íntimo a este episodio clásico del
Eros homosexual.
Giambattista Tiepolo
La muerte de Jacinto
Mérry-Joseph Blondel
La muerte de Jacinto
Endimión dormido
Endimión era un joven pastor (o cazador) que dormía una
noche en el monte Latmos, cuando la diosa de la Luna
(Selene o Diana, según las versiones) miró hacia la tierra
y se enamoró de él. Ella le pidió a Zeus que sumiera a
Endimión en un sueño eterno, para poder contemplarle
eternamente. Con Endimión, el cuerpo masculino aparece
vulnerable y rendido, convertido en pasivo objeto erótico.
Guercino (Giovanni Francesco Barbier
Endimión durmiente
Antonio Canova
Endimión
dormido
Sam Taylor-Wood
David Robert Joseph Beckham ("David
Bellas suicidas.
Cleopatra y Ofelia
La confusión entre la agonía y el orgasmo,
entre la aniquilación y el éxtasis, se
plasma en las figuras de dos bellas
suicidas: Cleopatra y Ofelia. Cada una de
ellas encontrará el final más adecuado a
su carácter: Cleopatra, la petrificación
marmórea, y Ofelia, la disolución en el
agua.
ean-André Rixens
La muerte de Cleopatra
Salvador Dalí
Sueño causado por el
vuelo de una abeja
alrededor de una
granada un segundo
antes del despertar
Paul Delvaux
Venus dormida
Tom Hunter
El camino a casa
Salvador Dalí. "Durmiente,
caballo, león invisibles"
Magdalena
penitente
Magdalena, la pecadora arrepentida por
antonomasia, se retira a hacer
penitencia: desnuda o vestida sólo con
su larga cabellera, llora y medita ante el
libro, la cruz y la calavera, alternando la
mortificación de la carne y la
indulgencia sensual.
Marina Abramovic
Balkan Erotic Epic-
Banging the Skull
Antonio Canova
Magdalena yacente
Jules- Joseph Lefebvre. "María Magdalena
en una gruta
Pierre Puvis de
Chavannes
Santa María
Magdalena en el
desierto
Cazadores de
cabezas
La última frontera en el drama de Eros y
Tánatos es un juego de las decapitaciones,
escenificado por tres parejas bíblicas –
Salomé y el Bautista, Judit y Holofernes y la
menos previsible de David y Goliat. La cabeza
cortada se convierte en trofeo de caza,
reliquia sagrada y fetiche sexual.
Lucien Lévy-Dhurmer
Salomé
Franz von Stuck
Judit y Holofernes
Cindy Sherman
Sin título, n. 228

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