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En la Edad de los Metales los cambios iniciados en el Neolítico se acentúan. Los instrumentos
de piedra son sustituidos por otros construidos en metal, mucho más resistentes. En un primer
momento se trabajó el metal en frío, golpeando la pepita pero posteriormente se consiguió
fundir los metales, es decir convertirlos en líquido, para poder trabajarlos con mayor facilidad.
Por esto en el último periodo de la Prehistoria se le llamada, genéricamente, Edad de los
Metales, ya que en él, los seres humanos descubrieron y utilizaron los metales. A su vez este
periodo se divide en tres etapas que reciben el nombre de los metales que la humanidad fue
utilizando progresivamente: Edad del Cobre, Edad del Bronce y Edad del Hierro.
Arquitectura
Los dólmenes de Antequera constituyen uno de los
conjuntos arqueológicos de época prehistórica de mayor
interés entre los de la provincia de Málaga. La etapa
cronológica de estos monumentos funerarios se ha datado
entre 2500 y 1800 años a.c. dentro del periodo calcolítico o
edad del Cobre. El conjunto dolménico está formado por
tres sepulcros: los dólmenes de Menga, Viera y El Romeral.
Edad del Bronce
Abarca el período de tiempo anterior a la introducción del hierro y donde gran parte de los
utensilios y armas se fabricaban de bronce. En la Edad de los Metales existe una distinción
entre Bronce y Hierro. La Edad de Bronce se caracteriza por el empleo de objetos de bronce a
amplia escala. La aparición de la metalurgia se manifiesta en la utilización de oro y cobre en un
primer momento para después pasar al empleo de una aleación entre estaño y cobre de la que
resulta el bronce.
El uso del bronce aparece ya en Egipto y Próximo Oriente hacia fines del IV milenio en Europa
central y el Mediterráneo no aparecen las primeras manifestaciones hasta el III milenio
prolongándose hasta el año 1000 a.C. En este período encontramos tumbas de inhumación de
carácter colectivo -los famosos megalitos- y el fenómeno del vaso campaniforme. La
agricultura alcanza un importante desarrollo al igual que la ganadería y los intercambios,
encontrando algunas poblaciones que viven del comercio en gran medida. También en esta época
apreciamos el establecimiento de organizaciones sociales.
Durante los dos milenios comprendidos entre el Neolítico final y el Bronce se levantan los
dólmenes, monumentos funerarios en los que se practicaban los enterramientos por inhumación.
En los dólmenes se han encontrado ajuares de puntas de flecha en sílex y bronce, hachas
pulimentadas, piezas en hueso, colgantes y fragmentos de cerámica.
Existen estaciones dolménicas en la franja litoral de España, valles y montañas de la vertiente
cantábrica, zona central de la divisoria de aguas, zona sur de España y área pirenaica.
El hierro era más económico que el bronce ya que los filones de donde se extraían eran más
abundantes. No necesitaba aleación y era admirable para la fabricación de hachas, clavos,
cierras. Excepto en China en ningún otro país se llegaba a la temperatura suficiente para
moldear. Se calentaba en un horno, se separaba el hierro de la escoria, se recalentaba el
hierro, convertido en un solo bloque y luego se trabajaba el metal y se le daba forma con el
martillo. El hierro fue adoptado para instrumentos de trabajo y armamento.
Fuente: www.rena.edu.ve