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ARGENTINA
HACIA EL ESTADO LIBERAL
A mediados del siglo XIX existía la convicción de que el mundo había cambiado, y el
orden burgués desplegado a escala mundial llegaba a nuestras costas.
En este período había dos grandes objetivos a realizar:
1
El Acuerdo de San Nicolás fue sumamente resistido por Buenos Aires ya que le otorgaba una serie de
facultades extraordinarias a Urquiza, que lo convertía a los ojos de los bonaerenses en un nuevo Rosas.
En 1853 el Congreso Constituyente redacta la definitiva Constitución Nacional, en base a
un sistema republicano y federal de tres poderes. La presidencia recaerá en Justo José
de Urquiza.
PRESIDENCIA DE URQUIZA (1854-1860) URQUIZA Y LA SECESIÓN DE BUENOS AIRES
Se realizan elecciones sin la Abr-1852: Protocolo de Palermo. Se dispone
participación de Buenos Aires, dar cumplimiento al Pacto Federal y organizar
Tucumán y Sgo. Del Estero. la nación.
Urquiza es elegido Presidente y May-1852: Acuerdo de San Nicolás: Se nombra
Salvador María del Carril como a Urquiza Director Provisorio de la
vicepresidente Confederación. Se cita a Congreso
Se ordenan las finanzas públicas Constituyente.
El problema es no poder controlar la Buenos Aires se opone al Acuerdo de San
aduana de Buenos Aires. Nicolás que despoja a la provincia de sus rentas
Ley de Derechos Diferenciales: aduaneras y de su ejército.
busca que los productos extranjeros Urquiza disuelve la Legislatura de Buenos
ingresen directamente al puerto de Aires.
Rosario sin hacerlo por Buenos Nov-1852: Revolución liberal en Buenos Aires
Aires. Fracasa. que desconoce a Urquiza y al Congreso.
Se crea el Banco Nación para emitir Buenos Aires se declara separada de la
dinero. Fracasa. Confederación.
Se ponen en marcha los proyectos de Abr-1853: Si dicta la Constitución Nacional: se
colonización agrícola en Santa Fe y establece la forma federal de gobierno, con un
Corrientes. poder ejecutivo en manos de un presidente por
Se inicia la construcción de la red 6 años no reelegible.
ferroviaria Se ubica provisoriamente la capital en Paraná
Se organiza el correo ante la imposibilidad de hacerlo en Buenos
Se envían campañas militares al Aires.
noroeste y Cuyo para sofocar
revueltas.
Dic-1854: Se firma un acuerdo de En 1854 Buenos Aires se daba su propia
paz entre la Confederación y Buenos Constitución, un verdadero símbolo de la
Aires. diferencia, pero también de la voluntad de
Ene-1855: se reestablecen relaciones, organización política.
se acuerda una bandera única y la
defensa integral del territorio Durante seis años la provincia de Buenos Aires
nacional. quedará formalmente separada del resto del país,
May-1857: Buenos Aires elige pero siempre con la intención de ambos sectores
Gobernador a Valentín Alsina, un de buscar la unidad, claro que con perspectivas
autonomista partidario de la
diferentes de cómo debería darse esa unidad.
separación.
Crece la tensión. Para apuntalar esta intención se da forma al
May-1859: Mitre queda a cargo del Partido de la Libertad, liderado por Bartolomé
ejército de Buenos Aires Mitre, que se encargaría de convencer a Buenos
Oct-1859: Urquiza derrota a Mitre en Aires que no podía aceptarse la división de la
la Batalla de Cepeda. Nación, que Buenos Aires debía formar parte del
Urquiza marcha sobre Buenos Aires.
Alsina renuncia.
proyecto nacional, y para ello se enfrentó con
Nov-1859: Pacto de San José de Valentín Alsina, líder del autonomismo
Flores. Buenos Aires se declara parte bonaerense.
de la Confederación. Se compromete Después de Caseros pareció ponerse en
a reingresar una vez que se reforme cuestionamiento la hegemonía de Buenos Aires,
la Constitución, ya que rechaza la
capitalización de la ciudad de Buenos
por eso la provincia no dudó en reorganizar sus
Aires y pretende mantener la fuerzas para volver a avanzar hacia la
soberanía provincial y el control recuperación de su poder.
aduanero. La estrategia fue primero tensar la confrontación
(hasta llegar incluso a la división) para luego
redefinir una nación unificada bajo el liderazgo
bonaerense.
Una vez declarada la autonomía de Buenos Aires la Confederación urquicista puso sitio a
la provincia con sus milicias pero sin afectar el normal funcionamiento de la ciudad, ya
que el puerto estaba abierto al comercio y con ello el poder económico de Buenos Aires
intacto.
La esterilidad del sitio ratificó dos elementos sustanciales de la política nacional:
1. Quien tuviese dominio sobre el puerto y su aduana tendría un predominio
económico indiscutible sobre el resto del país.
2. Buenos Aires solo aceptaría unificarse con el nuevo orden político nacional desde
una posición de poder.
Buenos Aires exigía como condición para unirse de nuevo al resto del país reformar la
Constitución en base a una serie de principios que respetaran sus decisiones y
sostuvieran su condición de poder.
PRESIDENCIA DE DERQUI (1860-61) Cuando Urquiza termina su mandato el
Derqui Presidente, Pedernera fracaso de la Confederación por lograr la
Vicepresidente. unidad era su deuda política, y su
Mitre, del Partido Liberal, asume como sucesor, Santiago Derqui, asumía con
Gobernador de Buenos Aires evidente debilidad, ya que por un lado no
San Juan es intervenida por un grave tenía el rigor político del caudillo
conflicto entre liberales y federales.
entrerriano y por otro el escenario
Rebelión en Córdoba y conflictos en el
nacional sin Buenos Aires se volvía
Noroeste
Jun-1861: Cesan las relaciones entre
insostenible, económicamente inviable.
Derqui y Mitre Fue precisamente la victoria económica
La Confederación declara a Buenos Aires de Buenos Aires la que sometió a la
“provincia sediciosa” Confederación a su designio, pues
Jul-1861: El ejército federal al mando de mientras Buenos Aires se sostenía
Urquiza y el ejército liberal al mando de económicamente y hasta crecía, la
Mitre se enfrentan en Pavón. Confederación sufría el estrangulamiento
Urquiza se retira sin dar batalla. comercial sin la posesión del puerto y su
Mitre avanza sobre Santa Fe aduana.
Acercamiento Mitre – Urquiza El campo de batalla no hará más que
Dic-1861: Derqui renuncia ratificar lo que el campo económico ya
Se encomienda a Mitre convocar al había determinado: el poder dominante de
Congreso Legislativo. Buenos Aires.
La victoria militar de Urquiza en Cepeda
en 1859 fue solo un paso hacia la unidad, ya que el triunfo bélico de la Confederación
posicionó a Mitre como el político más influyente de Buenos Aires por sobre Alsina ya que
el primero pugnaba por la unidad.
Cuando los ejércitos volvieron a encontrarse en 1861 en Pavón, el triunfo caería del lado
bonaerense al rehuir Urquiza el combate y esta victoria será definitiva.
El país volvía a ser uno bajo el liderazgo de Buenos Aires
PRESIDENCIAS DE LA TRANSICIÓN
MITRE
Con Mitre a la cabeza Buenos Aires se reintegraba a la unidad nacional, aunque no con el
nivel de poder que hubiera deseado, por lo cual será necesario discutir alianzas y buscar
acuerdos.
A la victoria militar de Mitre en Pavón le siguieron una reforma constitucional que
expresaba las posiciones bonaerenses y la renuncia del presidente Derqui. Más tarde la
elección de Bartolomé Mitre a la primera magistratura y la realización de un raid militar de
homogenización liberal que el general bonaerense dispuso por todo el país entre 1862 y
1864 con el nombre político de “guerra de policía”, con el propósito de disciplinar a las
provincias que se oponían a la política que Mitre desarrollaba como cabeza de la nación.
En general los antiguos federales de las elites gobernantes de las provincias viraron
rápidamente al liberalismo y se encolumnaron detrás de Mitre y como resultado de la
ofensiva militar mitrista se observarán los últimos estertores de las montoneras federales
simbolizada con la detención y decapitación de José Ángel Peñaloza, el Chacho, en
18632. Más tarde el mismo destino seguirá su lugarteniente, Felipe Varela en 1867.
El liberalismo triunfante a su vez quedaba dividido en dos facciones: una liderada por
Adolfo Alsina que sostenía una limitación del gobierno central a favor de reconocer
derechos soberanos en las provincias, un nuevo confederacionismo autonomista.
Por el otro lado una vertiente liderada por Mitre que consideraba que el ejecutivo Nacional
debía predominar soberanamente sobre las provincias.
PRESIDENCIA DE MITRE (1862-1868)
Mitre Presidente. Marcos Paz Vicepresidente.
Reconstituye la Corte Suprema de Justicia.
Se organizan los tribunales nacionales.
Se adopta el Código de Comercio de Buenos Aires
Se enmiendan las redacciones del Código Civil y Penal
Se organiza un ejército nacional regular
Mitre desarrolla una campaña militar (guerra de policía) en el interior del país para
acallar toda disidencia y encolumnar a las dirigencias provinciales detrás del proyecto
liberal.
Ley de Compromiso: Buenos Aires recibe a las autoridades nacionales en calidad de
“huéspedes” hasta se resuelve la cuestión capital.
Alsina crea el Partido Autonomista y se alza con la Gobernación porteña
Mitre declara a los ejércitos provinciales sublevados como “ejércitos irregulares”
Las fuerzas nacionales derrotan en La Rioja a uno de los últimos caudillos federales, el
Chacho Peñaloza.
Las fuerzas mitristas derrotan al caudillo federal Felipe Varela.
Mitre logra instalar en todas las gobernaciones a líderes liberales.
Argentina entra en alianza con Uruguay y Brasil y declara la Guerra al Paraguay.
Urquiza surge como candidato Federal a la presidencia. Los autonomistas proponen a
Alsina. Los nacionalistas de Mitre a Elizalde.
Ante la paridad de fuerzas surge la candidatura del entonces embajador argentino en
Estados Unidos, Domingo Sarmiento, apoyado por el ejército combatiente en el
Paraguay. Sarmiento de gran prestigio comienza a recibir adhesiones.
Alsina acuerda con Sarmiento.
Sarmiento es elegido Presidente
2
La historia recoge serias sospechas sobre la responsabilidad de Sarmiento, perseguidor de Peñaloza, en su
ejecución.
Lo que intentaba Alsina era defender la ciudad, y su puerto, para la provincia de Buenos
Aires; frente a la intención de Mitre de convertir a la ciudad de Buenos Aires en capital de
la Nación y por lo tanto federalizar su aduana.
La solución transitoria fue que la provincia “prestara” la ciudad de Buenos Aires por 5
años para que se asienten allí las autoridades nacionales, mientras se define una capital
definitiva.
Esta solución le permitía a Buenos Aires seguir beneficiándose de los ingresos de su
aduana.
El último toque a esta estrategia homogenizadora de tinte liberal impuesta por Mitre será
el ingreso argentino a la Guerra del Paraguay (Guerra de la Triple Alianza), ya que el
conflicto externo definió el silenciamiento de toda disidencia interna y acercó políticamente
al país a la poderosa Gran Bretaña. Tal como lo afirman los historiadores Halperin Donghi
y Mc Lynn, la Argentina entró en guerra porque de esta manera Mitre y la oligarquía
comercial porteña lograban centralizar su poder sobre un estado frágil.
Pero el esfuerzo de Mitre resultó en definitiva su debilidad.
La Guerra del Paraguay constituirá un desgaste político para Mitre que se verá incapaz de
imponer su propio sucesor a la presidencia y deberá someterse a la decisión de sus
enemigo político Alsina quien trenzará una alianza destinada a colocar en la presidencia a
Domingo F. Sarmiento con apoyo del ejército (nuevo actor político luego de su triunfo
guerrero en el Paraguay).
Sarmiento
El ejército nacional (que se había constituido en un factor de poder luego de su
participación en la Guerra del Paraguay) jugó un importante papel en la designación de
Sarmiento como candidato a la Presidencia, en acuerdo con Alsina, uno de los líderes de
Buenos Aires y enemigo político del Presidente Mitre, y un grupo de gobernadores de
provincias.
Uno de los temas centrales de su presidencia fue definir la cuestión Capital, cosa que no
logró hacer.
El Congreso sancionó dos leyes estableciendo la Capital de la Nación en Rosario una y
en Villa María otra, pero el presidente Sarmiento, desdiciéndose de su anterior opinión en
contra de la capitalización de Buenos Aires, vetó cada una de estas leyes.
En esta ocasión Sarmiento creía que Buenos Aires era la única ciudad que podía asumir
ser Capital de la Argentina. En Buenos Aires se encontraban los capitales, el comercio y
el crédito. Solo Buenos Aires representaba la confianza institucional que reclamaban los
mercados externos para invertir.
Y Buenos Aires se convirtió lentamente en una ciudad nueva, pero sufriendo también los
perjuicios del cambio de la Gran Aldea a la Urbe Cosmopolita, uno de ellos las carencias
sanitarias.
En 1871 se declaró una violenta epidemia de Fiebre Amarilla situada en el sur de la
ciudad, el sector habitado por la elite.
La epidemia matará a una décima parte de la población de Buenos Aires, y producirá una
rápida migración de los sectores
PRESIDENCIA DE SARMIENTO (1868-1874) acomodados que partían a
Sarmiento Presidente, Alsina Vicepresidente instalarse en el norte de la
Primer Censo Nacional 1869 (1.837.000 hab) ciudad, el sur quedará por
Se firma la paz con Paraguay siempre marcado por ser una
Se extiende la red ferroviaria zona de marginación destinada
“Necesitamos hacer de toda la República una escuela” a la ubicación de clases de
Fundación de escuelas normales para la formación de menores recursos.
docentes Para enfrentar el problema de la
Se triplica el alumnado primario.
salud pública el gobierno pondrá
Creación de bibliotecas populares
en marcha múltiples proyectos,
Creación de la Academia de Ciencias
uno de ellos la creación de un
Se reforma el ejército.
gran parque urbano, verdadero
Comienza los tendidos telegráficos.
Se fundan los diarios La Prensa y La Nación
pulmón de la ciudad, que se
Se crea el Colegio Militar y la Escuela Naval. establecerá en las viejas
En una emboscada cae asesinado Urquiza a manos del propiedades de Rosas, en
caudillo Ricardo López Jordán. Palermo, una especie de
El ejército nacional aplasta a López Jordán que huye a Versalles autóctono que para
Uruguay. mayor congoja de los rosistas
Malones indios se lanzan sobre el sur bonaerense. llevará como nombre la fecha de
La sucesión: Mitre se postula al igual que su rival la derrota del Restaurador: Tres
Alsina. Sarmiento levanta la candidatura de su de Febrero.
Ministro de Educación, Nicolás Avellaneda. Alsina También se procederá a mudar
termina apoyando a Avellaneda que es sostenido por hacia Ensenada los inmensos
los Gobernadores del interior. saladeros que se instalaban con
Avellaneda gana la elección y Mitre desconoce el su insalubre tarea de matanza
resultado y lanza una revolución, que fracasa.
de animales en las costas del
Riachuelo.
Como complemento se dispondrá la construcción de un sistema de cloacas, desagües y
provisión de agua.
Cabe mencionar que en 1855 la esperanza de vida al nacer en Argentina era de 32 años
y en 1869 había bajado a 26 años, producto de estas transformaciones sin la
infraestructura necesaria. Recién en 1887 la esperanza de vida subió a los 31 años y
comenzó a crecer para situarse en 1914 en los 50 años, a la altura de Nueva York; lo cual
demuestra el esfuerzo sanitario que iniciado en el período sarmientino se sostuvo en todo
el proceso de la creación del Estado Liberal.
Uno de los costados políticos más recordados de la gestión de Sarmiento fue su
aplicación para resolver el déficit educacional, siendo la educación el factor fundamental
para la construcción de una nación moderna según el pensamiento sarmientino.
El censo de 1869 arrojó que en todo el territorio nacional existían 1 millón de analfabetos
y entre la población adulta de la ciudad de Buenos Aires casi el 40% no sabía leer ni
escribir.
Estos números se agravaban en ciertos sectores, como entre los peones donde el
analfabetismo llegaba al 58%, o la campaña donde alcanzaba el 77%.
Sarmiento había notado que el primer impulso educacional lanzado en 1857 se había
agotado rápidamente y el número de alumnos primarios había descendido, y acusaba por
esto a las clases dominantes burguesas que con miras cortas privilegiaban la educación
superior en la que ellos mismos se beneficiaban, ya que durante la presidencia de Mitre
había prevalecido la atención sobre la educación media y superior destinadas a preparar
a los futuros funcionarios del Estado.
De todos modos detrás de la decisión de Sarmiento de impulsar fuertemente la educación
primaria no solo se encontraba un ánimo de mejoramiento individual, sino también la
ambición de que la educación sirviera como un efectivo disciplinador social. Para
Sarmiento era más efectivo para mantener el orden social apostar a la educación que a la
policía.
Sarmiento agitaba ante las clases altas los fantasmas de un pasado dominado por el
desorden social y la anarquía, levantando el combate a la ignorancia como el arma
fundamental para que ese pasado no retornara. De nuevo la idea de terminar con la
barbarie inyectando civilización, ahora mediante la educación.
Esto terminó de convencer a las elites de que educación superior (dirigida al sector más
privilegiado) y educación primaria (direccionada a los sectores más desprotegidos) no
eran tareas contradictorias sino complementarias con el mismo objetivo, dar forma a una
nación ordenada social y económicamente.
Una de las tareas pendientes que realizó Sarmiento fue enfrentar a los últimos vestigios
del viejo caudillismo pre-Caseros, en la figura de Ricardo López Jordán, caudillo
entrerriano enemistado con Urquiza, al punto que lo manda a asesinar en 1870 y se hace
nombrar Gobernador. Sarmiento intervino la provincia y envió al ejército que aplastó a
López Jordán.
Sarmiento intervino activamente en la designación de su sucesor, Avellaneda, dejando de
lado a Mitre que aspiraba a volver a ser Presidente.
La imposición de Avellaneda provino de una alianza entre, otra vez, el autonomismo
porteño de Alsina y la flamante Liga de Gobernadores de provincia, antecedente directo
del Partido Autonomista Nacional (PAN) que hegemonizará la política argentina desde
ese momento y por casi tres décadas.
El mitrismo quedaba así fuera del reparto.
Y como era habitual, para resolver el conflicto político vuelven a tomar las armas.
Avellaneda
Luego de su asunción en 1874 Avellaneda debió enfrentar durante su presidencia
situaciones centrales para el futuro político argentino:
Reducir al levantisco Mitre
Enfrentar la más grande crisis económica que hasta ese momento se tenía memoria.
Sufrir la muerte de su vicepresidente Alsina y acordar con Roca una nueva
estrategia para darle un corte definitivo a la cuestión del desierto.
Darle una definición a la Cuestión Capital.
El primer paso consistirá entonces en apagar los ímpetus revolucionarios de Mitre que
luego de su derrota en las elecciones se levantó en armas.
Avellaneda dispuso sofocar militarmente la revolución mitrista para luego establecer con
el líder nacionalista un acuerdo llamado “Política de la Conciliación”, por el cual los
mitristas lograban una amnistía a cambio de someterse al juego político que marca la ley.
En lo económico Avellaneda debió enfrentar la crisis económica de 1873/76.
La crisis obedeció a factores externos ya que se trató de un crack de carácter mundial que
significó la interrupción de los flujos de capitales hacia la Argentina, cosa que combinada
con una balanza comercial todavía deficitaria provocó el inmediato desplome de nuestra
economía poniendo en riesgo el cumplimiento del pago de la deuda externa.
El Presidente adoptó la decisión de pagar los intereses de la deuda, aún a costa “del
hambre y la sed de los argentinos”.
El alto costo que Avellaneda estaba dispuesto a pagar para cumplir con los compromisos
financieros de la deuda obedecía a no sentar un precedente de incumplimiento que
significara que al pasar la crisis los capitales no retornaran.
La muerte del vicepresidente, el poderoso bonaerense Adolfo Alsina, alentó al gobernador
de Buenos Aires, Carlos Tejedor a afirmar que el presidente Avellaneda debía
considerarse un “huésped” de la ciudad de Buenos Aires.
La respuesta del presidente Avellaneda fue trasladar la capital a Belgrano y hacer aprobar
en el Congreso la ley que estableció que la Capital de la Nación Argentina era la ciudad
de Buenos Aires.
La reacción militar del gobernador
PRESIDENCIA DE AVELLANEDA (1874-80) bonaerense a esta ley no se hizo
Avellaneda Presidente. Acosta Vicepresidente
esperar enfrentándose al ejército
Avellaneda lanza la Política de la Conciliación
nacional en diversos combates en
para acordar con Mitre.
En disidencia con la Política de la Conciliación,
Puente Alsina, San José de Flores y
Bernardo de Irigoyen y L. N. Alem fundan el Barracas, impulsando a la renuncia
Partido Republicano. a Tejedor y convirtiendo
Creación del Club Industrial definitivamente a Buenos Aires en
Se inaugura el Parque 3 de Febrero en Palermo territorio federal y dictando además
Crisis económica mundial de 1874 una ley que prohibiría a partir de
Alsina, Ministro de Guerra, se pone al frente de la ese momento la existencia de
Campaña al Desierto. ejércitos provinciales.
Muere Alsina. Este triunfo determinó la definitiva
El Gral. Julio A. Roca se hace cargo de la entrega de la ciudad de Buenos
Campaña al Desierto. Aires como Capital del estado
Muere Rosas en el exilio inglés. nacional en camino a su inserción
El Gobernador de Buenos Aires, Carlos Tejedor, en el nuevo orden capitalista
cuestiona la pretensión del Estado de hacer de internacional en base a la economía
Buenos Aires la capital de la nación. primaria exportadora, y lo que se
Se inaugura el Hospital de Niños y el Hospital
suponía un triunfo del interior sobre
Español
la provincia de Buenos Aires selló el
La sucesión: El ex Gobernador de Córdoba,
Juárez Celman, crea la Liga de Gobernadores, que destino de prosperidad de la ciudad
brindan su apoyo al Gral. Roca, mientras Buenos capital y todos los centros urbanos
Aires levanta la de su gobernador, Carlos relacionados con ella.
Tejedor. Finalmente Avellaneda encaró el
Tejedor rompe con el Estado central. gran desafío pendiente de la
El ejército nacional se enfrenta y derrota a organización nacional: integrar
Tejedor en Barracas. Tejedor renuncia. territorialmente el desierto.
Se dicta la Ley de Capitalización que convierte a
Buenos Aires en la Capital Federal de la
República.
La conquista militar del desierto
Ese desierto que en el siglo XVIII ya se describía como una especie de Libia o Tartaria
americana estaba ocupado, pero ese “algo” que lo ocupaba no era lo deseado por el
poder, era el indígena.
La ocupación indígena se extendía desde los Andes centrales hacia la actual provincia de
La Pampa en una imprecisa frontera que puede trazarse uniendo el Cabo Corrientes con
Tandil, Azul, 25 de Mayo, Junín, Melincué y San Carlos (ver mapa).
Por esos tiempos Calfucurá (Piedra Azul) era el jefe indio más prestigioso, que
proveniente de la Araucania chilena sometió a las diversas tribus “pampas” y con la
anuencia de Rosas se instaló en Carhué.
Con la caída de Rosas el cacique perdió su resguardo político con el hombre blanco, pero
como contrapartida se vio liberado para desatar nuevamente la acción de los malones.
Los malones eran “el campo en movimiento”, como lo llamó Zevallos, cronista de la
conquista del desierto, avanzaban sobre las fronteras generando una profunda sensación
de inseguridad en todos los campos, saqueando a su paso. Claro que debe entenderse el
malón como una estrategia de supervivencia indígena en medio de un escenario en
profunda mutación.
Ese escenario mutante era la nación toda que se insertaba en el mundo capitalista desde
una posición subordinada de proveedor de materias primas, en este caso agricultura y
ganadería, productos de la tierra.
Por eso los malones constituían una disputa intensa entre los indios y los estancieros por
el dominio de la tierra, nada menos que la riqueza en la que se asentaba el futuro
argentino.
Ante esta situación que
comprometía la necesidad
de asegurar el territorio
como una de las
herramientas vitales para
presentar una Nación
organizada al mundo e
insertarse en el nuevo
orden económico, en 1867
se promulga la Ley 215 de
la Conquista del Desierto y
la Ocupación del Río Negro.
Acabar con el desierto era
la consigna, porque
tomando palabras de
Manuel Oloscoaga en 1880
“la civilización y la barbarie
eran dos fuerzas que vivían
invadiéndose, no era
posible un límite”, es decir,
como es habitual en la
historia argentina, solo
había una solución que era
que un sector se impusiera
absolutamente sobre el
otro.
Con el fallecimiento de
Adolfo Alsina en 1876,
quien había tenido a su cargo durante el gobierno de Avellaneda la política contra el indio
manteniendo una estrategia de posiciones fijas mediante zanjas, la responsabilidad
recaerá sobre el nuevo Ministro de Guerra y Marina, el General Julio A. Roca.
A la táctica de “zanjas” como contención del indio que estableció Alsina, Roca le
contrapondrá drásticamente una estrategia militar ofensiva de exterminio al indio mediante
un avance sostenido e incansable, todo ello financiado por los propios sectores
interesados (la elite ganadera) mediante la Ley de Empréstito. Con las herramientas del
fusil Remington y el telégrafo someterán definitivamente al ocupante del desierto.
Solo seis meses le bastarán a Roca para aniquilar a más de 20.000 indios y definir las
nuevas fronteras de la nación.
En 1885 se rendirá el último de los caciques, Sayhueque.
Una vez establecida la nueva frontera será necesario determinar el destino de la inmensa
cantidad de nuevas tierras públicas en poder del Estado.
Y el destino fue la privatización de esas tierras mediante su puesta en venta a través de
diversas metodologías.
Las tierras fueron vendidas en su mayor parte al mejor postor, y fundamentalmente
quedaron en manos de las tradicionales familias terratenientes como los Anchorena, los
Alvear, los Tornsquist, y otros.
Las tierras patagónicas serán el espacio que ocuparán las ovejas, desplazadas al sur
para que las tierras de la pampa sean lugar de destino del ganado vacuno, la nueva joya
de la economía argentina.
En cuanto al indeseado ocupante indígena, aquellos que sobrevivieron al avance militar
vieron desaparecer su cultura al ser privados de la tierra mediante la apropiación privada
de tipo capitalista, y si algo faltaba para destruir sus sociedades de manera definitiva fue
la introducción del alcohol de manera indiscriminada.
Por ello la desintegración sistemática del orden social indígena significó su integración a
la sociedad “civilizada” de manera absolutamente marginal.
LA UNIDAD NACIONAL
Poblamiento, comunicaciones e inversiones
Poblamiento
La nueva elite política argentina venía a traer la modernidad al país, aquello que llamaban
civilización, y mientras su cuerpo sería construido con acero y hormigón y su sistema
circulatorio serían los ferrocarriles.
Para esta elite la clave para imponer el orden era organizar el espacio.
Y una de las bases de la organizar del espacio y la construcción del Estado Nacional será
el poblamiento de un vasto territorio escaso de habitantes.
Ya en la década de 1850 Pellegrini manifestaba la imperiosa necesidad de impulsar la
inmigración.
Y es a mediados de siglo cuando comienzan a darse los primeros ingresos de inmigrantes
que servirán de marco a la impresionante marea de migración a nivel mundial que
caracterizará todo el resto del siglo XIX.
Lejos estaban las primeras experiencias desarrolladas en el país con la llegada en
tiempos de Rivadavia de 220 inmigrantes escoceses para establecerse en Monte Grande,
ahora comenzará una gestión ordenada y dirigida para orientar el fenómeno migratorio.
En la segunda parte del siglo XIX se presentaron dos posibilidades migratorias:
a) Migración planificada
b) Migración espontánea
El más claro ejemplo de migración planificada serán las colonias agrarias que se
comienzan a instalar en el sur de Santa Fe a partir de 1856 y que tendrán su apogeo en la
década del 70 donde se fundarán más de 22 colonias en base a una premisa permanente
que une familia-propiedad-agricultura.
Las colonias agrarias de inmigrantes preferentemente italianos que se instalan en el Sur
de Santa Fe serán el más preciso modelo de ordenamiento de la migración masiva de fin
de siglo. Una experiencia exitosa que conforma pequeños y medianos propietarios
establecidos en pequeños y prósperos pueblos agrícolas.
Santa Fe se constituirá en el principal exportador de cereales triplicando en menos de una
década desde 1887 la extensión sembrada, y generando también una explosión
demográfica que llevará la población de la zona sur de Santa Fe de 40.000 habitantes en
1858 a casi 400.000 en 1895.
Otra historia se escribirá con los inmigrantes que optarán por la provincia de Buenos Aires
como destino, se tratará del predominio de la migración espontánea, ya que las grandes
propiedades los convertirán en trabajadores rurales asalariados o en arrendatarios de
medianas extensiones y no en colonos. La mayor parte de esta inmigración terminará
afincándose en la gran ciudad.
El poblamiento de la campaña bonaerense por parte de los inmigrantes no fue proyectado
como en Santa Fe sino absolutamente espontánea y libre.
Otra experiencia exitosa de la época fue el establecimiento en 1865 de una colonia galesa
en Rawson, actual Chubut, que significo un fenómeno de convivencia entre estos
europeos blancos y sus vecinos tehuelches.
Entre 1871 y 1895 arribarán al Río de la Plata 2 millones de inmigrantes, llegando a
representar en Buenos Aires y Santa Fe el 50% de la población.
El origen de estos primeros inmigrantes era mayoritariamente italiano y, en menor
medida, españoles, franceses e ingleses.
En todo este período la inmigración italiana fue creciente y predominante por sobre la
española, mucho más lenta y estable en su número.
Si bien la inyección de “sangre nueva” que promovía Alberdi, como necesaria para
construir la nueva Argentina, la deseaba proveniente de los países del noroeste europeo
(Gran Bretaña, Francia, Alemania, Holanda), el tiempo de la migración desde esta región
de Europa se agota en 1870, a partir de ese momento la mayoría de los inmigrantes
provendrá del sudeste europeo (España e Italia), países de menos prosperidad y
desarrollo que los primeros.
La diferencia es que los inmigrante del noroeste de Europa son obreros con algún grado
de instrucción general, en cambio los que llegan del sudeste por lo general son
campesinos pobres artesanos o jornaleros.
La Argentina fue el país del mundo que recibió en este proceso de migración global la
mayor proporción de extranjeros en relación a su población originaria.
Comunicación
Pero no solo la migración permitirá la organización del espacio, será necesario también
asegurar la comunicación entre las largas distancias, y ese objetivo lo cumplirá el
ferrocarril, el aparato circulatorio del cuerpo nacional.
Los caminos de hierro comenzarán a ser trazados en este período, primero con capitales
nacionales y luego mediante una avalancha de inversiones extranjeras,
predominantemente de Gran Bretaña.
El ferrocarril resultará vital para la organización económica en base al modelo primario
exportador, ya que esos capitales británicos que construirán los caminos de los trenes
tendrán como objetivo asegurar la fluidez del nuevo modelo económico.
Todos los trazados partirán del puerto hacia las zonas de producción agro-ganadera como
si Buenos Aires fuera el centro del sol y sus rayos los caminos del ferrocarril.
Este panorama dibujaba sobre el terreno la realidad argentina: un país macrocéfalo, con
una enorme cabeza llamada Buenos Aires.3
Pero además los ferrocarriles significaban un gran negocio inmobiliario, ya que su
construcción representaba para el inversor un enorme beneficio: obtenía una garantía de
ganancias de parte del Estado (7% anual sobre los costos de inversión), es decir que se
aseguraba que su negocio no tendría pérdidas, y además se le entregaba en propiedad
una legua4 de tierra a izquierda y derecha de la vía, una vía que atravesaba las más ricas
tierras de la pampa argentina.
Por ello las empresas ferrocarrileras desarrollarán también activos negocios inmobiliarios
vendiendo esas tierras entregadas por el Estado a la propiedad privada, con ello se
produce una fenomenal transferencias de tierras públicas que engrosarán la propiedad
privada de los grandes terratenientes pampeanos que conforman la oligarquía nacional,
detentadora del poder político y económico del período.
Los trenes no hacen más que reproducir las viejas rutas de carretas y mulas e incluso los
puntos de llegada y salida del ferrocarril serán las viejas estaciones de carretas de
Buenos Aires: Plaza Miserere para el Oeste, Retiro para el Norte y Constitución para el
destino al Sur.
Por ello a diferencia de la experiencia norteamericana, el ferrocarril no fue avanzada de
civilización, sino por el contrario avanzaba allí donde había garantías económicas y
terrenos dominados.
El ferrocarril no hizo más que consolidar las líneas de desarrollo que ya estaban
planificadas por el proyecto liberal de insertar al país en el mercado agroexportador
global.
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En 1869 la ciudad y campaña de Buenos Aires concentraba el 14% de la población del país, y en 1895 ya
esa concentración alcanzaba el 40%.
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Una legua es una medida equivalente aproximadamente a cinco kilómetros y medio.
Allí donde los ramales no eran rentables debió ser el Estado argentino el que pusiera los
capitales para introducir el ferrocarril, por ello esos ferrocarriles son de construcción más
económica con la trocha angosta como característica.
En la década del sesenta el tren solo vinculaba pueblos cercanos a Buenos Aires, pero en
1865 llegaba a Chascomús y ya en 1870 unía Rosario con Córdoba.
Pero el gran desarrollo ferrocarrilero se dará a partir de 1880.
Inversiones
Inmigración y ferrocarriles son el comienzo del camino hacia la inserción capitalista de la
Argentina como sistema primario exportador en base a las tierras fértiles del Litoral y las
tierras pampeanas al sur que deberán ser ganadas al ocupante indígena.
En 1850 los productos pecuarios (derivados del ganado) representaban 4/5 partes de las
exportaciones argentinas, mayoritariamente cueros, dado lo cual los vacunos que
poblaban la pampa tenían características no vinculadas a la explotación de carne, con
animales flacos, de cuernos largos y cuero resistente. Por otra parte la producción de
cereales estaba poco desarrollada, a tal punto que no alcanzaba a cubrir las necesidades
locales.
Cuando las exportaciones de cuero comienzan a decaer y la de tasajo (carne seca y
salada) se desploma al cerrarse la mayoría de los mercados externos relacionados con el
fin de la esclavitud (los esclavos eran destino final del tasajo como alimento) era
necesario elaborar una nueva salida para la constitución de un país productor de materias
primas.
El producto de exportación elegido para la inserción en el mercado a mediados de la
década de 1850 será la lana, dado lo cual el amplio ganado ovino radicado en el Litoral
desplazará al vacuno hacia el sur.
Para darnos una idea podemos mencionar que en 1850 existían 15 millones de ovejas y 3
millones de vacas, pero al finalizar el período en 1880 el número de lanares era de 58
millones y el de vacas no alcanzaba los 5 millones.
En 1880 los ovejeros iniciarán un recambio de calidad en virtud del requerimiento de la
demanda europea, se reemplazarán 40 millones de ovejas Merino por ovejas Lincoln.
Respecto al ganado vacuno, deberá producirse un profundo recambio del plantel de
animales mediante la inserción de razas traídas del exterior especialmente diseñadas
para la producción de carnes, y el impulso final de este relanzamiento se dará con la
llegada de la tecnología del congelamiento de la carne, pero este proceso recién
comenzará obtener resultados económicos a partir de 1890.
También se encaró un profundo recambio de calidad del ganado trayendo nuevas razas
desde Europa, con lo cual se comenzó a gestar la Estancia Mixta, que compartía cría de
ganado vacuno con cultivo de cereales y forrajes.
En materia de tareas en el campo existían tres protagonistas:
El propietario, que poseía el control de la tierra y el capital.
El arrendatario, que alquilaba parcelas a riesgo de verse sometido a los avatares de
una mala cosecha, con limitaciones para acceder al crédito.
El peón, que podía realizar tareas permanentes o temporarias en los campos a
cambio de un salario.
Pero no fue el modelo agroexportador el único que se instaló con éxito en el país ya que
hubo dos proyectos de amplio éxito que rompieron ese molde y que constituyó la creación
de dos economías regionales cuyo centro no era Buenos Aires y cuyo mercado será el
interno y no el externo, dos economía que no miran hacia fuera y que serán impulsadas
desde el Estado, los proyectos económicos de Cuyo y de Tucumán, con los viñedos y el
azúcar como motores respectivamente.
Las economías de Mendoza y Tucumán debieron abandonar sus viejas producciones
ganadera uno y comercial otro en virtud del debilitamiento de los viejos circuitos
comerciales que le daban sentido.
Pero de la crisis surgirán dos nuevos modelos: el vitivinícola en Mendoza y San Juan y el
azucarero en Tucumán que lograron adaptarse a las necesidades del mercado interno y
acoplarse a la economía agroexportadora.
La reconversión de la economía tucumana comenzó en 1870 y recibió un impulso
mayúsculo con la crisis mundial de 1875 que derivó capitales a las actividades internas
como la tucumana. El negocio del azúcar alcanzó su coronación con la llegada del
ferrocarril.
Por otra parte, el estado se ocupó de apuntalar esa incipiente economía regional
azucarera protegiendo la producción tucumana respecto a la importación de azúcar barata
de otros países, protegiendo el producto con un arancel del 25% para el azúcar extranjera
con lo cual su precio no podía competir con el tucumano.
Con respecto al caso mendocino con el auge de la ganadería pampeana su producción
se vio opacada, lo cual impulsó la búsqueda de alternativas y la encontró en una actividad
centenaria en la región solo necesitada de apoyo e inversión, la actividad vitivinícola.
El apoyo del Estado estuvo en la exención impositiva para los nuevos viñedos y la
promoción de la inmigración hacia los campos mendocinos5, así como el otorgamiento de
créditos beneficiosos desde la banca nacional.
De nuevo un factor central en la reconversión, así como sucedió en Tucumán, fue la
llegada del ferrocarril, que abrió el mercado interno a los vinos mendocinos,
fundamentalmente el poderoso mercado de Buenos Aires y el Litoral.
Por otra parte tanto Tucumán como Mendoza tenían una ubicación que les permitía
articular comercialmente no solamente con la gran cabeza de Buenos Aires sino también
con la región del Pacífico, vía Chile y Perú.
No debe perderse de vista que tanto Tucumán como Mendoza fueron gobernados por
políticos liberales que controlaban la provincia y tenían fuertes intereses económicos en
ellas; poderosos políticos del tronco oligárquico que participaron activamente en las
decisiones de peso a nivel nacional garantizando en el Congreso la legislación protectora
de sus economías.6
Ahora bien poblamiento y comunicaciones eran la base de la construcción del nuevo
modelo, pero requerían de un tercer elemento para su consolidación: la inversión de
capitales, capitales que llegarán desde el exterior.
Las inversiones extranjeras se dieron en base a dos opciones:
1. Empréstitos hacia los Estados
2. Inversión directa
En el caso de los empréstitos a los Estados fue el vehículo predilecto para acercar dinero
necesario para que el estado lo invirtiera en la construcción de ferrocarriles, por ejemplo,
ferrocarriles que después darían salida a las materias primas del eslabón del modelo
agroexportador para beneficio del país que dio el empréstito.
Como se ve todo el circuito financiero tenía el mismo objetivo que el circuito comercial:
apuntalar el modelo primario agroexportador que insertaba al país en el capitalismo
mundial liderado por Gran Bretaña.
De este modo con el empréstito al Estado el capital privado se convertía en capital
público, que luego invertido en ferrocarriles volvía a alimentar al capital privado. El capital
extranjero se transformaba en capital nacional para luego derivar nuevamente en capital
extranjero, pero con los beneficios lógicos del circuito comercial.
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En la década de 1880 llegaron a Mendoza más de 10.000 inmigrantes.
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Vale mencionar como ejemplo solamente que los presidentes Avellaneda y Roca eran tucumanos.
En este sistema el Estado oficiaba entonces como gestor empresarial del capital
privado, cuyo riesgo era mínimo.
La opción de la inversión directa consistió en la instalación de empresas extranjeras,
generalmente en el sector de los servicios para apuntalar el modelo agroexportador y el
crecimiento urbano.
La oligarquía
El concepto Oligarquía tiene una doble significación. Por un lado el gobierno de los que
tienen el poder económico, y por otro lado considerar a esa clase gobernante como
superior al resto de la sociedad, los notables, la elite.
En la Argentina se dan ambos fenómenos.
La burguesía argentina fue conformando en este período un esquema de poder
sumamente concentrado, que unía poder político con poder económico. La regla de oro
de esta burguesía era: cargos públicos igual a negocios privados.
Este esquema de poder es el que recibió el nombre de oligarquía, que no se reduce al
poder de la gran ciudad de Buenos Aires, sino que se extiende a las distintas burguesías
provinciales consolidados económicamente durante el período independiente.
En este marco Unidad Nacional es igual a unidad oligárquica.
El historiador británico David rock caracteriza a la oligarquía de la siguiente manera: