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A convocar a las Asambleas Generales Estudiantiles.

En el movimiento estudiantil, a lo largo de su historia, existe una


gran tradición de participación democrática y colectiva de toda la
comunidad. A su vez, el movimiento tiende a solidarizarse y ser
parte de las luchas populares y ponerse siempre del lado del pue-
blo en las grandes definiciones nacionales.

En la actualidad, el país vive condiciones sumamente difíciles. No


existe un solo rubro en que el gobierno pueda entregar buenas
cuentas a los ciudadanos. Salud, empleo, economía, educación,
cultura, derechos humanos, medio ambiente, desarrollo social,
combate a la pobreza, seguridad pública y un larguísimo etcétera
son los temas pendientes de la actual administración que no acier-
ta a resolver ninguna de las grandes necesidades sociales.
Más aún, el gobierno sostiene la política neoliberal que ha hundi-
do al país por más de tres décadas a pesar de su cada día más no-
torio fracaso.

Por otro lado ataca los derechos del pueblo trabajador y a las or-
ganizaciones más combativas de nuestro país como lo acabamos
de ver a partir del decreto de desaparición de Luz y Fuerza del
Centro, enviando a la calle a más de 44 000 trabajadores y más de
20 000 jubilados en un momento en que la falta de empleo y de
oportunidades es alarmante y sin lugar a dudas plantea un escena-
rio desolador para los afectados por el inconstitucional e inmoral
decreto.
Ante lo anterior, el SME y muchas organizaciones sociales han
construido lo que en la vía de los hechos es la mayor coordinado-
ra nacional de lucha de los último años y plantean llevar adelante
una serie de acciones colectivas y coordinadas para combatir la
política gubernamental. Ante ello, ¿cuál es el papel que debe-
mos jugar los estudiantes?

Los estudiantes tenemos la responsabilidad de analizar a profun-


didad, con todas las herramientas de que hemos sido dotados en
las aulas, la situación nacional y realizar propuestas alternativas
que tiendan a mejorar la situación para la mayoría de la pobla-
ción.

La inmensa mayoría de los estudiantes en México (sobre todo


quienes recibimos la educación en instituciones públicas) somos
hijos del pueblo trabajador y nuestro deber es estar a su lado, ser
parte de sus luchas y tomar un papel activo en la construcción de
nuestra sociedad.

En ese sentido, el trabajo que realice la comunidad, la consolida-


ción de un movimiento estudiantil representativo, sólo puede ser
producto de la participación de la mayoría de la comunidad. La
experiencia nos enseña que la forma de democracia más directa y
participativa es la realización de Asambleas Generales en las es-
cuelas en donde la comunidad discuta todas las problemáticas que
le atañen, tanto las particulares como las generales, sociales, y
tome una serie de acuerdos colectivos que permitan definir el
rumbo, discutir como habrá de insertarse el movimiento estudian-
til en las luchas generales.

Estas Asambleas a su vez, deben nombrar representantes ligados


a quienes los eligieron, cuya tarea sea llevar y defender los acuer-
dos de su asamblea en las instancias más generales del movimien-
to. En todo momento la vinculación se debe mantener y el manda-
to debe ser revocable ante cualquier incumplimiento del represen-
tante ante su base. Los representantes deben ser eso, representan-
tes, figura democrática muy superior a la de dirigentes, en donde
quien dirige es el movimiento y el representante sólo lleva la voz
del mismo.

Esta propuesta, la creación de Asambleas Generales en las escue-


las, surge como una necesidad práctica del movimiento y ha sido
acordada en la Primer Asamblea Nacional Representativa del Mo-
vimiento Estudiantil, llevada a cabo en el local del SME el día 30
de noviembre del presente año.

Estas Asambleas Generales deben ser hoy la nueva y permanente


forma de conducción del movimiento y su organización debe ser
la tarea prioritaria del mismo. Hoy no hay nada más importante
que incorporar a las masas a la lucha, a la conducción del movi-
miento y obtener la representatividad para las coordinaciones ge-
nerales.

En la Asamblea se debe discutir todo lo que a la comunidad inter-


ese, los temas particulares de la misma, aprender a conducir las
escuelas desde ellas y crear un poder paralelo al poder oficial. Se
debe analizar cada uno de los problemas de las instituciones edu-
cativas, pero se debe analizar también la vinculación de las mis-
mas con la sociedad, con la realidad social a la que pertenecen,
con el movimiento general.

Deben ser asambleas deliberativas, en donde se analicen los pro-


blemas, resolutivas, en donde se adopten las medidas a seguir pa-
ra dichos problemas y ejecutivas, desde donde se instrumenten las
medidas acordadas.

Hoy debemos llamar a toda la comunidad a ser parte de esas


asambleas y reconocer que quien no participe en ellas está dejan-
do en otras manos las decisiones de temas que son de su interés y
la conducción de los mismos. El autoexcluirse de un proceso es la
peor decisión que se puede tomar.

Las asambleas habrán de caminar porque son una necesidad histó-


rica, una necesidad política práctica y el embrión de la nueva for-
ma de democracia, superior por mucho a la democracia que al día
de hoy conocemos. Si no participamos en ellas los que perdemos
somos nosotros.

Por medio de este volante convocamos a la comunidad a partici-


par en la realización de las Asambleas Generales de sus escuelas,
a estar al pendiente de la convocatoria de las mismas o en caso de
no darse a convocar ustedes a realizarlas. Si alguno de ustedes
desea que nos coordinemos para llevarlas adelante, con gusto po-
demos apoyarnos. Los datos de la organización aparecen a conti-
nuación.

Por las Asambleas Generales del Movimiento Estudiantil.

Movimiento Revolucionario de Masas.


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