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PENSAMIENTO
Platón explica el mundo a través de dos mundos, el mundo de las ideas y el mundo de
las cosas. El mundo de las ideas constituye el centro de todo pensamiento platónico y a
partir del cual se va a articular toda su filosofía. Aparte de las cosas existen las ideas que
son la esencia y la causa de todas las cosas. Cada idea es única, eterna, inmutable e
inalterable, y solo es captable a través de la inteligencia y no por los sentidos.
Platón explica, en él dialogo Timeo, que estos dos mundos están relacionados por un
dios al que llama Demiurgo, y que es el moldeador y no el creador, del mundo de las
cosas. El Demiurgo moldea la materia tratando de hacer el mundo lo mejor que puede
moldeando un material preexistente y caótico en un espacio vació que acoge a esta
materia y permite su movimiento.
Platón cree que hay un dualismo en el ser humano, ya que este se divida en cuerpo y
alma. El cuerpo es la cárcel del alma, pertenece al mundo material y fuerza al alma a
tener posesiones del mundo sensible. El alma es el principio de todo conocimiento
racional, pertenece al mundo de las ideas, es inmaterial y superior al cuerpo tomando
todos sus conocimientos. Es también una preparación para la muerte. El alma, al morir
el cuerpo, queda libre y pasa de cuerpo a cuerpo hasta que quede purificada y pueda
volver al mundo de las ideas. Para platón la filosofía es la preparación para la muerte,
mientras que uno este vivo no podrá ser feliz solo lo será cuando el cuerpo muera y el
alma llegue al mundo de las ideas.
Platón considera que el alma inmortal antes de encarnarse en el cuerpo ha estado
contemplando las ideas en su mundo y como castigo por su falta de rigor moral, se
reencarna de nuevo, siendo este proceso de reencarnación causante del olvido. La
experiencia de las cosas, que son imitación de las ideas, despierta en el alma el
conocimiento dormido. Ahora bien, la reminiscencia o conocimiento como recuerdo, no
puede ser inmediato, sino que exige un lento proceso que recibe el nombre de
dialéctica, que se configura como una especie de escalera en la que él transito de una
cosa a su idea se realiza en cuatro etapas:
DOXA
1º Imaginación→ se trata de una situación de confusión perceptiva en la que tomamos
la realidad por su imagen.
2º Creencia→ además de tener una decepción confusa podemos tener una correcta
capaz de relacionar las percepciones, diferenciando la realidad de la imagen.
NOUS
3º razón discursiva→ su objeto son los entes matemáticos y su limitación reside en unos
presupuestos que no se pueden demostrar, depende de la aceptación o no de los axiomas
supuestos.
4º Inteligencia pura→ es el conocimiento directo e inmediato de las ideas. Esta
contemplación de las ideas alcanza su cima en la captación de la idea de “ser-bien-
belleza” que resume la totalidad de la realidad y por eso mismo constituye la cima de
todo conocimiento, ya que quien conoce esta idea conoce todo cuanto se puede conocer.
Esta idea es presidida por tres principios: el principio de identidad (ya que participan
con la idea de “ser-bien-belleza”, el principio de diferencia ya que cada idea es la que es
y no todas las demás y la relación de composibilidad ya que hay ideas que sor
recíprocamente compatibles y otras que no.
La doxa y el nous configuran la episteme o conocimiento que es necesario porque se
refiere a eso que no puede ser de otra manera, es decir la ciencia. El que alcanza el
episteme conoce la totalidad de lo real. El conocimiento científico es el necesario y
universal.
Los griegos adoptan la misma expresión para referirse al bien y a la belleza, ya que para
ellos es lo mismo. El ser y el bien coinciden y las cosas son lo que son en la medida en
que imitan a la idea de bondad, la excelencia de cada cosa estará determinada por el
grado de imitación de su idea correspondiente. El valor moral de este mundo se mide en
función de su aproximación al mundo de las ideas.
Existen diferentes clases de almas, siendo el cuerpo del filósofo él ultimo por el que
tiene que pasar el alma para volver al mundo de las ideas.