Los vea cada tarde, al llegar de la escuela; parecan dos ngeles escapados a tierra. Entonces supuse, que Dios los haba enviado para adornar su esfera tal vez de una manera diferente; ineistente en el pasado. !lgo mgico, e"tico, casi et#reo. $int" de rubio sus cabellos; les coloc" en el medio de sus o%os claros, unas pupilas de ensue&o. Los miraba mil veces, mientras hacan dibu%os medio acabados, con la pantalla encendida frente a ellos. 'laro, como todos, miraban en los destellos del divertido aparato, los mu&equitos peque&os, largo rato.
!s, son ellos. Los dos ngeles rubios. 'oman a plazos, para rendir el tiempo. (e rean por momentos, de sus propias travesuras; de sus %uegos quietos; de sus locuras con mezcla de atropellos. )a no los veo cada tarde. (e quedaron en su mundo. En su mundo le%ano, de ngeles rubios. $ero siempre estn ah; lo s#. Los siento. Los ver# otra vez, en cualquier momento. Los ver# regresar de la escuela en la tarde; seguramente estarn ms grandes; crecen rpido, en un segundo. 'uando vuelva, mecer# su aliento; regar# su vida de almbar; los llenar# de besos * les dir# que cuento el tiempo para estar con ellos. FANY CURE