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— Reproducido con permiso.

©1984 por Jack T. Chick

CONCLUSIÓN

¿Quiere decir esto que debemos luchar contra el pueblo católico romano que fue
traicionado por sus líderes? No. Nuestra lucha es contra la ramera del Apocalipsis, la
madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra. Dios nos ha ordenado que
ataquemos ese sistema. Nuestro trabajo es desenmascararla, permitiendo así que los
católicos romanos vean a qué están atados realmente -la esclavitud, y la realidad de que
todos van camino al lago de fuego. Ellos necesitan ser liberados. Tienen que
comprender que Cristo es la respuesta. No es María ni las demás enseñanzas antibíblicas
que Roma les lanza. Nuestra responsabilidad es ganarlos para Cristo.

No estamos aquí para complacer a los pastores, iglesias o denominaciones. Estamos


aquí para agradar a Cristo. Lo hemos dado todo. Esta guerra es de El. Es su batalla. El
nos ha bendecido. Por fe hemos ampliado nuestras instalaciones, porque sabemos que
Dios está levantando un ejército y ganaremos al precioso pueblo católico romano. Ese
es el objetivo. ¡GANAR a este pueblo! ¡No es tirarles piedras! No somos nazis. No
somos miembros del Ku Klux Klan. Nos preocupamos por esas personas. Sin embargo,
no lo hacemos con ese amor mundano y egoísta que tanto se enseña hoy, que preferiría
verlos ir al infierno que ofenderlos con la verdad. Estamos haciendo todo lo posible para
tratar de ganarlos para Cristo. Y, por la gracia de Dios, lo haremos.

Por todo el país muchos católicos están conociendo la salvación. En realidad, el número
está creciendo tanto que el Vaticano está preocupado. Alabado sea Dios porque vemos
que hay esperanza. Los católicos están siendo salvados. Escuchamos informes de que en
todo el país la gente está abriendo los ojos y diciendo: "Lo que Chick dice es verdad". Y
están comenzando a leer algunos libros como THE SECRET HISTORY OF THE
JESUITS (La Historia Secreta de los Jesuitas) y 50 YEARS IN THE 'CHURCH' OF
ROME (50 Años en la 'Iglesia' de Roma).

Vemos que sacerdotes y monjas están dejando el sistema romano para acercarse a
Cristo. Los falsos escalan a posiciones superiores, pero los verdaderos salen de ese
sistema. Se acerca un levantamiento que tomará fuerza. Es tiempo de que nos pongamos
de rodillas, que nos quebrantemos delante del Señor y que clamemos para que los
católicos romanos sean salvos, porque es el poder de Dios el que se moverá por medio
nuestro. Los campos están blancos para la cosecha y ahora es el tiempo para salir, llevar
el evangelio y ganar a esas preciosas almas para Cristo.

Que Dios le bendiga, y gracias por dedicar tiempo para leer este libro.

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