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El mundo andino, desde el que emerge el pensamiento andino, está muy lejos de
ser una realidad homogénea. Por el contrario, se encuentra habitado por una
diversidad de formas de vida, de modos de apropiación de la naturaleza, de
maneras de resolver su propia comprensión.
Esta aproximación a la diversidad del mundo andino como una concrescencia, como
un nudo de caminos que se cruzan, evitará caer en cualquier recurso a una
esencialidad de los aspectos históricos de lo andino y del pensamiento que lo
expresa.
Por estos motivos, la primera y básica entrada para pensar el mundo andino es
desde la interculturalidad, que nos permite dar cuenta de la diversidad de los
diálogos hacia dentro y hacia fuera, de las reapropiaciones de lo propio y de las
apropiaciones de lo otro.
2. Desde la interculturalidad:
En el primer caso, quizás ha sido Dussel quien mejor expresa una posición que
permite tanto señalar los límites de la modernidad como su contenido racional.
En términos de Dussel:
De tal manera que, en la concepción de Dussel, hay que distinguir con claridad
entre el contenido racional de la modernidad y su contenido irracional.
Y esta cita nos lleva al segundo aspecto, que es aquel de las contradicciones que el
capitalismo produce en su propio interior.
En el tercer proceso, si bien las ideas de los sectores dominantes son las que
predominan en una época, nunca una ideología dominante se impone de modo tan
completo que no deje brechas y fisuras que pueden ser habitadas y desarrolladas
por sectores antagónicos a las clases dominantes.
1
Dussel Enrique, Europa, modernidad y eurocentrismo, en: E. Lander, (comp.), La colonialidad del
saber: eurocentrismo y ciencias sociales, Clacso, Buenos Aires, 2000, p.48.
2
Ibid. p. 49.
3
Negri, Fin de siglo, Paidós, Buenos Aires, 1992.
esperanzas y deseos que solo se podrían cumplir en la realidad mediante
una transformación de sus condiciones materiales-.”4
Y más adelante:
Estos puntos han sido colocados aquí para mostrar que dentro de Occidente, en el
seno mismo del eurocentrismo, cabe la posibilidad de encontrar luchas y
pensamientos que escapan al control ideológico del capitalismo, el patriarcado y el
racismo.
Las profundas interrelaciones del pensamiento andino con Occidente expresan, sin
lugar a dudas, elementos de esta complejidad: también está penetrado por una
carga de modernidad y por elementos que no dejan de ser irracionales, y lo hacen
desde su propia perspectiva.
4
Eagleton T., Ideología, Paidós, Barcelona, 1997, p.16.
5
Ibid. p.17.
En primer lugar, están aquellas filosofías del desplazamiento de la razón occidental,
que piensan desde otro locus de enunciación. Dos ejemplos en este caso me
parecen paradigmáticos: Enrique Dussel y Raúl Fornet-Betancourt.6
Esta estructura simbólica del mundo adopta la forma de mito; sin embargo, para
comprender a cabalidad su significado hay que captar cómo desde el mundo andino
–y en general desde lo otro de Occidente- se puede reconceptualizar el mito.
“Earlier, I suggested that the substantive core of myth is its discourse of the
ego. Consequently, its distinct rationality is not to be found in its practices of
magic and witchcraft. Rather, much like the modern discourse of
psychoanalysis, it is to be found in its capacity to discursively intervene in
the production of a certain kind of subjectivity.”9
6
Especialmente, Dussel Enrique, Etica de la liberación en la edad de la Globalización y de la Exclusión,
Ed. Trotta, Valencia, 1998; y, Raúl Fornet-Betancourt, Transformación intercultural de la filosofía,
Desclée de Brouwer, Bilbao, 2001.
7
López Carlos, Los Popol Wuj y sus epistemologías, Ed. Abya-Yala, Quito, 1999.
8
Estermann Josef, Filosofía andina. Estudio intercultural de la sabiduría andina, Ed. Abya-Yala, Quito,
1998.
9
Ibid. p. 185.
“Personalmente, la definición que me parece menos imperfecta, por ser la
más amplia, es la siguiente: el mito cuenta una historia sagrada; relata un
acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo primordial, el tiempo
fabuloso de los comienzos.”10
A más de los mundos que Habermas establece, el mito se abre a otra realidad que
es indispensable para la emergencia del ego, que es aquel que corresponde “al
dominio del espíritu o naturaleza interior.”11
El mito antes que ser un espacio regulador del discurso intersubjetivo, como se
diría en la terminología habermasiana, funciona más bien como:
Tendríamos que preguntarnos en cada caso cuáles son los mitos fundantes de un
pueblo, de una etnia, de un grupo social, para responder a la pregunta por la
subjetividad y por el ego. Aquí está contenida toda una línea crítica no solo del
psicoanálisis y de las psicologías en su conjunto, que pretenden que hay algo así
como una universalidad de la estructura psíquica.
Esto es, que las relaciones entre real, imaginario y simbólico dependen de los mitos
fundantes que estructuran una consciencia colectiva.
10
Eliade Mircea, Aspectos del mito, Paidós, Barcelona, 2000, p.16.
11
Paget Henry, Caliban´s Reason, Routledge, New York, 2000, p.185.
12
Ibid. p.185.
Una de las características más importantes del pensamiento andino es la estructura
relacional del mundo; esto es, que hay una imbricación entre los diversos aspectos
de la realidad, que los elementos del mundo están interrelacionadas entre sí de un
modo preciso y particular. O dicho de otro modo: que cada elemento de la realidad
es coextensivo con todos los demás.
- el principio de relacionalidad:
- el principio de correspondencia:
- el principio de complementariedad:
- el principio de reciprocidad:
3.4. Proyecciones.
De este modo, no solo se acentuarán los aspectos críticos sino que se centrarán los
proyectos y las investigaciones en un principio constructivo que, como producto de
ese diálogo intercultural, vuelvan a imaginar un mundo que al mismo tiempo que
tienda a la unidad preserve la diversidad de pueblos y culturas en un mundo
globalizado.
13
Estermann Josef, op.cit., p. 10.