en ese sendero nos puso a caminar la vida... y nos encontramos t y yo, un da cualquiera en un lugar cualquiera, sembrado de suaves ptalos de aromticas flores, iluminado por dbiles rayos de sol cuando en el da retozbamos alegres y dichosos de disfrutar nuestro amor. Poco a poco fueron apareciendo espinas, lentamente ese camino suave se fue llenando de filosas piedras imposibles de esquivar... y cay la ms oscura de las noches sobre nuestras almas que ya se daban la espalda...