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TEMA 4. EL ESTADO LIBERAL EN EL PERIODO DE LA RESTAURACIÓN.

GRAFICA 3: LOS PARTIDOS TURNISTAS DUJRANTE LA REGENCIA


(1886-1901)

DESCRIPCIÓN E INTERPRETACIÓN

Se trata de una gráfica de barras múltiple de naturaleza política en la


que se exponen los resultados electorales que se realizan a lo largo
de los diecisiete años de la regencia de Maria Cristina. En total se
muestran las siete convocatorias electorales que se llevan a cabo
durante este periodo. En el eje horizontal se marcan los años en los
que se celebran estas convocatorias, sin mostrar ninguna regularidad
temporal entre ellas; en el eje vertical se muestra el número de
diputados que obtienen los dos partidos dinásticos protagonistas del
turnismo en intervalos de 50.

En la gráfica se observa como el Partido Liberal y el Partido


Conservador respetan escrupulosamente el pacto del turno al obtener
alternativamente cada uno de ellos la victoria electoral. En la misma
no se muestran los resultados obtenidos por otros grupos políticos
pues su presencia parlamentaria fue totalmente testimonial durante
este periodo.

El sistema de la Restauración, concebido por Cánovas del Castillo,


diseña un procedimiento de alternancia en el poder para los dos
partidos dinásticos (el conservador de Canovas y el liberal de
Sagasta). El denominado turnismo se refuerza con el Pacto del Pardo
de 1885, una vez fallecido el rey Alfonso XII, ante el temor de los
ideólogos del sistema de la Restauración de que ésta se truncase
ante la desaparición prematura del monarca.

El sistema que se plasma en el Pacto del Pardo, que cuenta con la


aprobación de la Regente María Cristina y la complicidad de los dos
partidos dinásticos esta basado en una alternancia en el poder
pacífica y pactada. Se dejaba a la Regente la decisión del cambio de
gobierno y ésta ejercía esa decisión cuando el partido en el poder
presentaba desgaste o era incapaz de hacer frente a una crisis. En
ese momento la Regente llama a formar gobierno al líder del partido
hasta entonces en la oposición quien, una vez en el gobierno,
convoca nuevas elecciones en las que se asegura un triunfo
aplastante como podemos observar en la gráfica. Este triunfo
garantiza al jefe de gobierno la mayoría parlamentaria suficiente para
sacar adelante su programa de gobierno.

El turnismo no podía ser llevado a cabo si no fuera por gracias a un


sistema electoral, el de la Restauración, intervenido y manipulado.
Los partidos dinásticos tenían asegurada su supremacía electoral
gracias a un sistema electoral corrupto en el que los resultados se
acomodaban a los intereses de estos partidos. Entre los métodos de
intervención electoral destacamos el encasillamiento (repartición de
los distritos electorales entre los distintos candidatos de estos
partidos) y el pucherazo (manipulación directa de los resultados en
urna.
Además de esta manipulación electoral, el sistema del turnismo
requería de la intervención de la figura del cacique local que, gracias
a su influencia y posición, era una pieza fundamental del sistema
encargada de asegurar resultados electorales favorables a una de las
dos opciones dinásticas en sus feudos locales mediante la compra de
votos a cambio de favores.

El resultado del turnismo nos ofrece periodos de gobierno liberal y


periodos conservadores, si bien en el computo global los liberales se
mantuvieron más años en el poder, probablemente debido al interés
de Cánovas del Castillo por contentar a su socio y rival Sagasta y de
esta forma garantizar la estabilidad del sistema de la Restauración.

Por periodos de gobierno, destacamos el primero, de mayoría liberal y


conocido también como el “gobierno largo” del que destacaremos el
giro librecambista que emprende en política económica el Partido
liberal y la aprobación del sufragio universal masculino de 1890. La
demanda de los grupos económicos de presión de un giro en la
política económica hacia el proteccionismo provoca el regreso de los
conservadores de Cánovas que se mantendrá hasta 1892 el aumento
de los conflictos sociales y la polémica con la iglesia fuerzan la vuelta
de Sagasti al poder que ganará las elecciones de 1893. En el 95, el
conflicto de Cuba hace que la Regente llame de nuevo a Cánovas a
gobernar hasta su asesinato en 1897 que obliga de nuevo a la
Regente a recurrir a Sagasta que deberá hacer frente a la derrota en
la guerra de Cuba de 1898. Tras ellas, en 1899, el nuevo líder
conservador, Francisco Silvela en un intento de regenerar el sistema
que fracasará y que conducirá a un nuevo regreso al poder (el último)
del liberal Sagasta en 1901.

A pesar de lo antidemocrático de la práctica del turno, su aplicación


logra mantener la estabilidad política durante el periodo más largo de
tiempo desde principios de siglo XIX. Además, el turnismo logra alejar
al ejército de toda intromisión en la vida política, al menos, mientras
este sistema del turno funcione.

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