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Hoy me siento tan cansado como ayer.

Las pestaas de Elena se haban encajado en mis ojos y


sus pechos ya no estaban conmigo. --No se puede dormir as--me dije. Quise despertarme pero
no haba manera, las pestaas seguan all. Haca varias noches que tena el mismo sueo. Sin
embargo, hoy me pareci que haba algo distinto, algo aadido. Esta vez no tena sed, ni
tampoco ganas de mirarle. Mova mis ojos intentando sacar sus pestaas de mis ojos. Ella me
dijo---Otra vez ests hablando slo y yo le respond, mejor le susurre, estoy hablando con mis
muertos. ---Habla ms bajito entonces ---me dijo--- porque si sigues hablando as vas a
despertar a los perros. --Elena que importa, si ellos siempre ladran ms alto que nosotros.
Esta noche haba algo distinto, lo se, algo como un ligero y fugaz presentimiento. La luna se
haba escondido detrs de una nube y los perros se mantenan en silencio. --Pens, ser que
me habr muerto. (De mi lbum Cuentos de cuentas pendientes.)

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