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INTRODUCCIÓN

El estudio realizado acerca de las estrategias de afrontamiento empleadas en


situaciones de crisis por las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a
la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular de Barrancabermeja en el
año 2004, tomó como referente el sistema familiar, en la medida en que la familia
se convierte en una unidad social, natural, con características propias tales como
el tipo de relaciones que se establecen entre sus miembros, las alianzas y
coaliciones, los roles ejercidos, el grado de cohesión, apoyo, autonomía,
afectividad y el establecimiento de normas que facilitan la convivencia,
características que le han permitido convertirse en núcleo socializador, educador y
formador de seres humanos que conforman un sistema más amplio y complejo
denominado sociedad.

Teniendo en cuenta estas características la familia como sistema social flexible


está sujeta a cambios significativos en su estructura interna propiciados por
factores externos como el desempleo y la violencia social que comprende el
desplazamiento, la desaparición forzosa, homicidios, extorsión, persecución
política, etc.; y factores internos como la violencia intrafamiliar, separaciones,
irresponsabilidad paterna y fracasos afectivos entre otros.

Así mismo, las problemáticas sociales mencionadas anteriormente han generado


cambios en la estructura interna y organización del sistema familiar, dando paso a
la formación de nuevas tipologías, por ende no sólo se encuentra la familia
tradicional conformada por el padre, la madre y los hijos sino también las familias
extensas y las uniparentales.

En las familias con mujer cabeza de hogar es la madre quien ejerce el rol paterno
y materno al mismo tiempo, asumiendo así las responsabilidades del hogar en
cuanto al cuidado de los hijos, educación, establecimiento de normas, satisfacción
de necesidades y de forma especial debe procurar la estabilidad del sistema
familiar dentro del núcleo social al que pertenece.

Cuando la mujer es quien asume la responsabilidad de su familia, se ve


enfrentada a una serie de cambios y problemas ante los cuales los integrantes del
núcleo familiar deben movilizar los recursos que poseen para enfrentarlos, de
manera que cuando sus miembros emplean estrategias que no dan respuesta a
dichas problemáticas se tiende a generar en el sistema cierto grado de
inestabilidad que puede agudizar la crisis.

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A nivel nacional y local las diferentes dificultades y cambios generados al interior
de la familia por estos conflictos son abordados por Organizaciones No
Gubernamentales ubicadas en distintas regiones del país y que propenden por el
bienestar de las poblaciones más vulnerables; en lo que respecta al contexto de
Barrancabermeja y dado el conflicto sociopolítico presente en la misma, se han
venido estableciendo diferentes organizaciones defensoras de los derechos
humanos, entre éstas se encuentra la Organización Femenina Popular (O.F.P.),
que busca la defensa y protección de los derechos de las mujeres víctimas del
conflicto armado y la violencia social.

En la actualidad esta organización acoge el mayor número de mujeres de las


diferentes comunas de la ciudad, entre éstas la población de mujeres cabeza de
hogar, a quienes les brinda atención en salud y educación generando así un
mayor desarrollo y bienestar para esta comunidad.

La presente investigación se basó en los fundamentos teóricos del enfoque


sistémico de la psicología, tomando como eje las teorías relacionadas con las
estrategias de afrontamiento empleadas por las familias para solucionar
situaciones de crisis o estrés familiar, las cuales se definen como una respuesta al
cambio que requiere creatividad y producción de nuevas conductas, que le
permitan a la familia obtener un grado de cohesión y adaptabilidad frente a las
diversas problemáticas y cambios que pueden presentarse a lo largo del ciclo vital
del sistema familiar.

Por tanto es importante que la familia logre identificar los recursos que emplea
para enfrentar situaciones estresantes y a partir de ello pueda mejorar las
estrategias ya existentes o adquirir unas nuevas que le permitan superar
satisfactoriamente todas las dificultades y eventos traumáticos que tengan lugar
dentro de la dinámica familiar.

Teniendo en cuenta lo anterior surge la pregunta problema de la presente


investigación: ¿Cuáles son las estrategias de afrontamiento utilizadas en
situaciones de crisis por las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a
la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular (O.F.P) de
Barrancabermeja, en el año 2004?.

En este sentido, se planteó como objetivo general describir las estrategias de


afrontamiento utilizadas en situaciones de crisis por las familias con mujer cabeza
de hogar, a partir de la aplicación del Mapa de Red Social y la Escala de
Evaluación Personal del Funcionamiento Familiar en Situaciones de Crisis, F-
COPES, con el fin de contribuir en el planteamiento de futuros programas de
intervención para esta población.

Para el desarrollo del objetivo general se hizo necesario inicialmente, establecer


las características sociodemográficas de las familias con mujer cabeza de hogar;

19
en segundo lugar, identificar las estrategias de afrontamiento utilizadas en
situaciones de crisis por los miembros del sistema familiar a nivel de los roles
ejercidos y luego a nivel global y finalmente, describir las redes sociales de éstas
familias.

Dicho estudio permite a la Organización Femenina Popular y a las demás


Organizaciones No Gubernamentales, fortalecer y direccionar los diversos
programas en el área de la salud mental dirigidos a la población de mujeres
cabeza de hogar de las diferentes comunas de la ciudad, contribuyendo así al
bienestar de las familias pertenecientes no sólo al contexto de Barrancabermeja,
sino también a las familias de Colombia en general.

Así mismo, esta investigación es de interés para la comunidad educativa de la


Facultad de Psicología de la Universidad Cooperativa de Colombia, ya que
permite profundizar sobre las estrategias de afrontamiento empleadas en
situaciones de crisis por los diferentes tipos de familias colombianas, permitiendo
enriquecer la línea de investigación “Familia y sociedad” que posee la Facultad,
siendo acorde también a la misión de la misma y a los parámetros epistemológicos
que posee la academia.

Por último, esta investigación permite fortalecer y enriquecer el proceso de


formación personal y profesional del grupo de investigadores de la misma, en la
medida en que amplía los conocimientos acerca de las estrategias de
afrontamiento empleadas por las familias en situaciones de crisis y proporciona
herramientas para realizar procesos de intervención psicológica a nivel individual y
familiar.

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1. MARCO REFERENCIAL

1.1. ANTECEDENTES

1.1.1 Reseña histórica. En este apartado se presentan las reseñas históricas de la


familia, de las estrategias de afrontamiento y de la Organización Femenina
Popular, con el fin de dar claridad al contexto en el que se desarrollará la presente
investigación.

•Reseña histórica de la familia. Según María Inés Sarmiento1 la estructura de la


familia se modifica a medida que cambia la sociedad de la que forma parte. En
épocas primitivas hombres y mujeres convivían conyugalmente sin restricciones,
situación denominada heterismo; luego con el transcurrir de los años, se fue
restringiendo el círculo en el que las relaciones sexuales eran permitidas. La
época llamada salvajismo se caracterizó por el uso de productos que la naturaleza
da, listos para el consumo, se dio el llamado matrimonio por grupos, donde un
grupo de hombres tenía en común un grupo de mujeres que no eran su propio
hermano o hermana, a este matrimonio corresponde la familia denominada
punalúa.

En la época del barbarismo, donde aparece y se incrementa la ganadería y la


agricultura, predomina la familia sindiásmica en la que se da una unión conyugal
entre una pareja, considerándose como derecho para el hombre la poligamia e
infidelidad ocasional, ya en la época de la civilización se encuentra la familia
patriarcal y monogámica.

En cuanto respecta a la historia precolombina de Latinoamérica la organización


familiar difería de aquella propia de la cultura del conquistador español. La
evolución de las estructuras familiares, paralelas a las de las organizaciones
políticas y religiosas se ha visto acelerada, particularmente en lo que va corrido del
presente siglo. Los acoplamientos conductuales que genera la familia son tan
variables que amplían los dominios de interacción llegando a un mismo fin, la
propagación y la supervivencia de la especie.

Estos acoplamientos conductuales dieron origen al fenómeno cultural, es decir, a


la transmisión generacional de estilos o formas de interacción (conducta cultural)
en la generación y crianza de los hijos, que al transmitirse permitieron una cierta
invarianza en la historia de este grupo; diferentes grupos humanos así

1
SARMIENTO D. María Inés. Psicoprofilaxis familiar. Bogotá: Universidad Santo Tomás, 1993. p.
36 - 48

21
configurados y separados geográficamente dieron origen a los diferentes tipos de
familia y a diferentes culturas.

Particularmente, la historia de la familia en Colombia se remonta a las primeras


tribus indígenas que habitaron este territorio. En ese entonces se encontraban
cinco tipos de matrimonio, entre los cuales están:

El matrimonio de prueba, donde el pretendiente que recibía una respuesta positiva


a su propuesta de matrimonio podía tener a la mujer por algunos días a su
disposición y si se placía en ese encuentro preliminar anunciaba su decisión de
tomarla definitivamente.

El sororado consistía en el matrimonio de un hombre con todo un grupo de


hermanas entre sí, o de parientes por afinidad (no por consanguinidad).

En el matrimonio por trueque un hombre pedía una mujer de otro clan para
casarse y a cambio ofrecía una mujer de su propio clan para que se casara con un
hombre del primero.

Fueron excepcionales las uniones incestuosas donde generalmente se presentaba


la endogamia.

En el matrimonio por herencia o levirato, cuando el marido sucumbía por muerte


natural las esposas eran heredadas por el hermano del difunto, quien sólo podía
rehusarlas cuando ellas eran causa del fallecimiento del cónyuge.

Posteriormente, en la época de la colonia los colonizadores asumían la dignidad


de una jefatura, surgiendo así la familia patriarcal donde la autoridad del patriarca
se destacaba a nivel religioso y civil del gobierno español; aunque se fomentaba la
familia legal también se dieron relaciones ilegítimas entre los españoles, nativos,
negros y mestizos, creándose la diversidad étnica ubicada en diferentes regiones
geográficas.

En cuanto a la función de la familia, esta se fragmenta en dos bloques: el


patriarcado donde el hombre tiene el poder, la autoridad y actúa como “jefe del
hogar” y cuando es la mujer quien goza de esas atribuciones se denomina
matriarcado.

En cuanto a la estructura familiar colombiana ésta es flexible según la época


histórica de la que forme parte y según su ubicación geográfica, presentándose
diversas formas de uniones entre las cuales se encuentran la familia legal y la
familia de hecho con sus clases diferentes: unión libre, madresolterismo,
concubinato, matrimonio de ensayo, etc.

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Respecto al tamaño de las familias, teniendo en cuenta el número de hijos, en la
familia tradicional y rural éste es mayor comparado con el de una familia industrial
y urbana.

•Reseña histórica de las Estrategias de Afrontamiento. El concepto de estrés se


remonta al siglo XIV donde era relacionado con términos de dureza, tensión,
adversidad y aflicción, ya en el siglo XVIII fue usado en el campo de la física
refiriéndose ésta a la fuerza generada en el interior de un cuerpo como
consecuencia de la acción ejercida por una presión externa que pudiera
distorsionarlo.

En el contexto de la medicina fue usado en los albores del siglo XIX como una
pérdida de la salud, según Hans Selye la incidencia de causas o situaciones
estresantes desencadenaba lo que denominó síndrome general de adaptación y
destacó la capacidad orgánica de respuesta al estrés mediante la movilización de
mecanismos fisiológicos capaces de responder al desafío generado por el
estresor2.

Sin embargo, hacia 1929 Cannon inició un trabajo experimental sobre psicología
de la emoción, donde encontró que estímulos asociados con la excitación
emocional producían cambios en procesos fisiológicos, alterando la homeostasis
del organismo, tales situaciones se denominaron “situaciones de estrés”3.

Posteriormente, Meyer demostró la relación existente entre eventos vitales


ordinarios y enfermedad, y explicó esta relación con base en los conceptos
establecidos por Cannon sobre homeostasis, en el sentido de que “el estrés
aparece ante la presencia de cambios excesivos que abrumen la capacidad física
de ajuste del organismo para mantener estable el estado del cuerpo”4.

Ya en la psicología individual, el estrés fue entendido bajo el concepto de ansiedad


utilizado por Freud y sus seguidores, describiéndolo como una “estructura
organizadora de la psicopatología”5.

Hacia los años setenta se ha venido aceptando que pese a que el estrés es un
factor inherente a la vida, la forma de enfrentarlo es determinante en el proceso de
adaptación, a raíz de esta premisa surgen diferentes investigaciones cuyos

2
Disponible en Internet: http://www.oftalmo.com/ergo/ergo1998/01cap01.htm
3
CANNON. Citado por HERNÁNDEZ, Ángela. Estructura, Marco de referencia, Patrones de
interacción y Psicoterapia de Familias Urbanas en Colombia. Santa fe de Bogotá, 1991, 132p.
Trabajo de grado (Psicóloga). Universidad Santo Tomás de Aquino. Facultad de Psicología.
4
Ibid., p. 1.
5
Ibid., p. 1.

23
objetivos eran demostrar el complejo proceso del afrontamiento de las tensiones y
los eventos vitales.

Ya hacia la década de los ochenta el afrontamiento como proceso se identifica con


el éxito del proceso de adaptación del individuo a la crisis, Lazarus y Folkman en
1984 definen el afrontamiento como “Aquellos esfuerzos cognitivos y conductuales
constantemente cambiantes, que se desarrollan para manejar las demandas
específicas externas y/o internas que son evaluadas como excedentes o
desbordante de los recursos del individuo”6.

Boss en 1988 define el estrés familiar como “una tensión o presión en tal sistema,
por una alteración del estado constante de la familia, inevitable en la medida en
que las personas cambian a través de su ciclo evolutivo”7.

Así mismo, la vulnerabilidad de la familia como sistema frente al estrés está


relacionada con su contexto interno y externo, el primero con aquellas
dimensiones que la familia puede manejar y el segundo por las que se encuentran
fuera de su control.

A partir de la teoría del estrés los investigadores se preocupan sobre la forma


como las familias utilizan respuestas de afrontamiento con el fin de cambiar las
circunstancias estresantes, reducir el nivel familiar de tensión y mantener la unidad
y el equilibrio al enfrentar las tensiones.

Reiss define el afrontamiento como un “proceso para lograr un equilibrio en el


sistema familiar que facilita la organización, la unidad y promueve el crecimiento y
desarrollo individual”8.

Fue así como posterior a las diferentes investigaciones surge el Inventario


F-COPES (Escala de Evaluación Personal del Funcionamiento Familiar en
Situaciones de Crisis) como un intento de los investigadores para evaluar las
estrategias familiares frente al estrés. Esta prueba fue diseñada para identificar
abordajes y conductas efectivas en la solución de problemas, usadas por las
familias en respuesta a las dificultades, así como para integrar recursos familiares
y los factores relativos al sentido dado a los estresores descritos en la teoría de
estrés familiar.

6
Ibíd., p. 2.
7
Ibíd., p. 10.
8
Ibíd., p. 43.

24
•Reseña histórica de la Organización Femenina Popular9. En Barrancabermeja,
Colombia, en la década de los sesenta, la mujer sometida a la pobreza, la
violencia, el maltrato de sus esposos y su papel protagónico en la lucha por la
recuperación de tierras para vivienda, mereció el interés de los sacerdotes Nel
Beltrán, Eduardo Díaz y Floresmiro López, impulsores de grupos católicos de base
en la iglesia del Señor de los Milagros en el barrio Versalles, desde donde se
promovieron clubes de amas de casa que dan origen a la O.F.P, como un
programa de Pastoral Social.

En la década de los ochenta, con exactitud en 1988, con una herencia de luchas
sociales, la O.F.P asume su autonomía frente a la Iglesia.

Desde hace más de 31 años con una postura de género promueve y defiende la
civilidad, la autonomía, la resistencia no violenta, los derechos de las mujeres y los
pueblos, lucha contra la guerra y la injusticia social y cree en la vida y en la
democracia.

Las diferentes casas que conforman la O.F.P en la actualidad, surgieron a partir de


la organización de mercados populares y ollas comunitarias en los barrios
aledaños a dichas casas, con el fin de ofrecer mejores condiciones de vivienda,
salud y propender por la defensa de los derechos de las mujeres y sus familias.

La O.F.P esta presente en la región del Magdalena Medio en los municipios de


San Pablo, Cantagallo, y Santa Rosa en el sur de Bolívar, Yondó en el nordeste de
Antioquia, Puerto Wilches, la India, Cimitarra, San Vicente y Barrancabermeja en
Santander. En los últimos tres años el trabajo se ha extendido hacia sectores
populares en las ciudades de Bogotá Neiva y Cartagena.

Unidas y organizadas, más de cinco mil mujeres que hacen parte de la


organización logran un impacto a nivel social y familiar en cerca de 130.000
personas entre desplazados, amas de casa, hijos, vecinos, etc., sin distinción de
raza, credo, nacionalidad o nivel educativo.

Buscan el desarrollo integral de las comunidades a través de la organización, la


economía solidaria, la educación, la salud y la cultura, dentro de un proceso de
formación que eleve la conciencia de clase y de género por la defensa de la vida
y la reivindicación de los derechos de la mujer.

Se promueve la reconstrucción del tejido social de las comunidades populares,


con el fin de lograr sociedades más justas y equilibradas social, económica,
cultural y políticamente.

9
Disponible en Internet: http://www.ofp.org.co/

25
En el siglo XXI la O.F.P cuenta con nueve áreas de trabajo: Administrativa y de
Organización, Economía Solidaria y Seguridad, Alimentaria, Vivienda Digna, Salud
Integral, Jurídica, Movimiento Juvenil, Comunicación, Investigación y Formación y
Desplazamiento Forzoso.

Desde 1996 se ha venido madurando una propuesta política de Mujeres Contra la


guerra a partir de la iniciativa de “Cadena de Mujeres Contra la Guerra y por la
Paz”, a través de la cual se ha impulsado y ejercido resistencia civil y autónoma
desde las mujeres y bajo el lema “Las mujeres no parimos ni forjamos hijos e hijas
para la guerra”.

La trayectoria recorrida por la O.F.P en la defensa de la vida, los derechos


económicos, sociales, culturales, civiles y políticos, así como los derechos
humanos, y la dedicación decidida e indeclinable tanto de la organización como de
sus líderes ha merecido importantes reconocimientos, entre ellos están: un
reconocimiento de la emisora la Voz del Petróleo, de la Organización de las
Naciones Unidas por el trabajo en defensa de los derechos Humanos; de la revista
Semana reconocimiento al Mérito, de la Alcaldía de Barrancabermeja
Condecoración con la Orden Yariguíes por su importante trabajo en la ciudad y
distinción como personaje del año a su directora Yolanda Becerra Vega por parte
del periódico Vanguardia Liberal, al mérito emprendedor del periódico regional
Comercio y Empleo.

La consolidación como organización ha sido posible por el esfuerzo y compromiso


de miles de hombres y mujeres que en la región, el país y el mundo han creído en
sus principios y comparten y respetan su postura de resistencia civil y autónoma
así como su inquebrantable convicción como defensoras de los derechos
humanos.

1.1.2 Ubicación contextual. Respecto a las estadísticas que se reportaron en el


país acerca de mujeres cabeza de familia y según la encuesta Nacional de
Demografía y salud realizada por PROFAMILIA en el año 2000 10, se determinó que
el 72% de los hogares tienen jefes hombres y el 28% restante de la población
tienen jefatura de hogar femenina, de manera que de cada tres hogares
colombianos uno tiene jefatura femenina; con relación a la encuesta nacional
realizada en 1995 se reportó un incremento del 4% en la jefatura asumida por la
mujer en el hogar, cifra que continúa incrementándose con el paso de los años.

La última encuesta realizada por el Departamento Nacional de Estadísticas


(DANE)11 en el primer semestre del 2003, reveló que los hogares donde la cabeza
10
Disponible en Internet:
http://www.profamilia.org.co/encuestas/01encuestas/2000resultados_generales.htm-24k-30
11
Disponible en Internet: http: www.dane.gov.co

26
de la familia es una mujer aumentaron en Colombia en un 40.6% en los últimos
siete años, al pasar de 2.4 millones en 1997 a unos 3.4 millones en el 2003. Lo
anterior determina que de cada cien hogares, cuarenta y uno poseen jefatura
femenina.

En un contexto de violencia política y desplazamiento forzado como el que vive


Colombia, la población femenina es la que tiene que asumir los procesos de
pérdida y duelo, y son ellas, en su gran mayoría, las que se convierten en jefes de
hogar por la viudez, enfermedad o la ruptura de las relaciones de pareja. Uno de
los impactos más fuertes que tienen que soportar las mujeres desplazadas es el
de tener que asumir la responsabilidad casi exclusiva del sostenimiento afectivo y
económico de la familia.

En el contexto nacional, desde el punto de vista de hogares, las cifras del Sistema
Único de Registro de la Red de Solidaridad Social12 indican que se han
desplazado y registrado un total de 56.494 familias, de las cuales el 49.7%, es
decir, 27.927 corresponde a hogares cuya cabeza de familia es mujer.

Durante el período de enero de 2000 a julio de 2001, los departamentos que


reciben el 75% de los hogares desplazados con jefaturas femeninas en el país son
Antioquia, Sucre, Atlántico, Bolívar, Magdalena, Santander, Valle del Cauca, César
Nariño, Bogotá y Caquetá (Cuadro 1).

La dinámica del desplazamiento por la violencia, en el ámbito regional, ha


generado que en el 75% de los departamentos los hogares con mujer cabeza de
familia prefieran reubicarse en las capitales de departamentos o en el segundo
municipio en importancia, sea por extensión o por creer que allí hay oportunidades
de desarrollo económico. La degradación del conflicto armado interno ha generado
que uno de los problemas sociales más graves que padezca Colombia sea el
desplazamiento forzado, y en él, las mujeres y los niños son los que reciben el
mayor impacto negativo.

Teniendo en cuenta las estadísticas mencionadas anteriormente y en las que se


manifiesta que la población más afectada por la violencia social corresponde a los
niños y las mujeres, entre ellas las mujeres cabeza de familia, surge la necesidad
de emprender investigaciones sobre este tipo de problemáticas, por tanto la
presente investigación tomó como población objeto de estudio a las familias con
mujer cabeza de hogar pertenecientes a la casa Sur – Sur de la O.F.P de la ciudad
de Barrancabermeja.

12
Disponible en Internet:
http://www.red.gov.co/Programas/Apoyo_Integral_Desplazados/Registro_SUR_Octu_31_2005/Regi
stro_SUR_Nov_04_web_general.htm

27
Cuadro 1. Departamentos receptores de hogares con cabeza de familia femenina
ENERO 2000 – JUNIO 2001
DEPARTAMENTO NÚMERO DE MUJERES PORCENTAJE
Antioquia 4.701 16,83%
Sucre 2.998 10,74%
Atlántico 2.223 7,96%
Bolívar 2.215 7,73%
Magdalena 1.884 6,75%
Santander 1.459 5,22%
Valle del Cauca 1.455 5,21%
Cesar 988 3,54%
Nariño 938 3,36%
Bogotá 921 3,30%
Caquetá 918 3,29%
Total 73,93%
Fuente: Estadísticas del Sistema Único de Registro de la Red de Solidaridad
Social

Esta organización es una propuesta popular de mujeres, de resistencia frente al


conflicto armado que vive la región y el país, regida por los principios de civilidad y
autonomía, encaminada a la construcción de vida digna en el Magdalena Medio, el
país y el fortalecimiento del movimiento social de mujeres.

En Barrancabermeja la O.F.P hace parte del espacio de trabajadoras y


trabajadores de Derechos Humanos y ha formalizado alianzas con la Iglesia
católica, el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, sindicatos y
grupos de mujeres de la región y desde la década de los noventa es acompañada
en Colombia por las Brigadas Internacionales de Paz que integra la Red Mundial
de Mujeres y Derechos Reproductivos, el Movimiento de Mujeres de Negro de
España, la Red de Mujeres Solidaridad con Colombia y la Red de Derechos
Humanos y Solidaridad con Colombia.

La Organización Femenina Popular en su proyección nacional tiene presencia en


cuatro regiones del país en desarrollo de la propuesta política de Mujeres Contra
la Guerra, el programa de seguridad alimentaria y el programa de salud integral;
dichas regiones son las del Magdalena Medio que cobija los municipios de
Barrancabermeja, San Pablo, Cantagallo, Puerto Wilches y Yondó, las regiones de
Bogotá, Huila y la Costa Atlántica.

Respecto al Municipio de Barrancabermeja la O.F.P se encuentra organizada en 6


casas ubicadas en diferentes comunas de la ciudad, dichas casas corresponden a:
casa de la mujer de Torcoroma, del suroriente, del nororiente, del sur – sur, del

28
norte y de la Victoria. En estas casas se agrupan mujeres de los estratos
socioeconómicos 1 y 2 de los diferentes barrios de la ciudad que son víctimas del
conflicto armado y la violencia social y a quienes se les brinda atención y
capacitación en diversas áreas; son en su mayoría mujeres que deben asumir la
responsabilidad económica de su familia ya sea porque no cuentan con una pareja
que pueda colaborarles, o porque la misma no posee un trabajo estable que le
permita solventar las necesidades económicas de su familia.

1.1.3 Investigaciones previas. A nivel Nacional han sido pocas las investigaciones
realizadas en el área de familia relacionadas con estrategias de afrontamiento en
situaciones de crisis. En el año de 1.991 Ángela Hernández Córdoba de la
Universidad Santo Tomás llevó a cabo un proyecto de investigación descriptivo
denominado “Estructura, Marco de referencia, Patrones de interacción y
Psicoterapia de Familias Urbanas en Colombia” y cuyos objetivos fueron identificar
y comparar las características de la estructura y la dinámica interaccional de los
diversos tipos de familia, descritos a partir de sus condiciones sociodemográficas y
de su estadio de desarrollo; proponer un marco conceptual que redefina los
criterios de ajuste individual y familiar, teniendo en cuenta el contexto
socioeconómico y cultural, y el desarrollo evolutivo de la familia y sus miembros y
por último proponer alternativas terapéuticas congruentes con la idiosincrasia, que
faciliten el desarrollo de los individuos y de sus familias.

Los instrumentos empleados para el desarrollo de esta investigación fueron el


Inventario Familiar de Eventos y Cambios Vitales, (FILE) y la Escala de Evaluación
Personal del Funcionamiento Familiar en Situaciones de Crisis, (F-COPES).

A grandes rasgos los resultados arrojados por la investigación fueron los


siguientes: las principales estrategias de afrontamiento utilizadas por las familias
colombianas corresponden, en primer lugar a la reestructuración, y luego en su
orden, la búsqueda de apoyo espiritual, de apoyo social, las actitudes de pasividad
y movilización para obtener ayuda especializada.

En el ámbito de Barrancabermeja se realizó una investigación descriptiva de corte


transversal sobre las estrategias de afrontamiento familiar por Zulma Fayad
Baldovino, Adriana María Otero Valverde y Jhorman Enrique Serpa Vélez de la
Universidad Cooperativa de Colombia; dicha investigación corresponde a un
proyecto de grado para optar al título de psicólogo, titulada “Estrategias de
afrontamiento utilizadas por las familias desplazadas de la vereda cuatro bocas,
ubicadas actualmente en la antigua normal de señoritas de Barrancabermeja
2003”.

El objetivo de esta investigación fue describir las diferentes estrategias de


afrontamiento que utilizan las familias desplazadas por la violencia de la vereda
Cuatro Bocas del departamento de Santander, ubicadas en la antigua Escuela

29
Normal de Señoritas de la ciudad de Barrancabermeja; los instrumentos
empelados en esta investigación fueron la entrevista, el genograma familiar y la
Escala de Evaluación Personal del Funcionamiento Familiar en Situaciones de
Crisis (F-COPES).

Los resultados arrojados por la investigación permitieron conocer la estructura y el


funcionamiento que presentaban cada una de las familias estudiadas antes y
después del desplazamiento forzoso, de igual forma, a través de esta
investigación se logró evidenciar que la violencia y la movilización familiar por la
cual atravesaron estas personas, conllevaron al fortalecimiento de los vínculos
entre los miembros del sistema familiar.

Así mismo, los resultados de este estudio muestran de forma precisa la utilización
de la “Movilización familiar para obtener y aceptar ayuda” como principal estrategia
de afrontamiento ante situaciones de crisis; esta estrategia tiene como fin aceptar
o recibir el apoyo y el beneficio que de una u otra manera puede brindarle la
población y los organismos encargados, para así suplir las necesidades
inmediatas a las cuales se enfrentan estas familias.

1.2 ASPECTOS LEGALES

En cuanto a los aspectos legales concernientes a las familias con mujer cabeza de
hogar se encuentra que en el artículo 43 de la Constitución Política de Colombia
de 1991 (Anexo A) se establece la igualdad de derechos y oportunidades entre el
hombre y la mujer, en el inciso 2 de este mismo artículo se agrega: “El Estado
apoyará de manera especial a la mujer cabeza de familia”.

De igual forma la ley 82 de 1993 (Anexo B) busca apoyar de manera especial a la


mujer cabeza de familia. Dentro de esta ley se desarrollan una serie de directrices
y mandatos encaminados a garantizar a la mujer cabeza de familia y a su familia,
la posibilidad de acceder de manera preferencial a la satisfacción de derechos y
servicios fundamentales para el armónico desarrollo de la persona, los cuales
pueden resumirse en lo siguiente:

Acceso al sistema de seguridad social, incluye la prestación gratuita de servicios.

Acceso a la vivienda, hace referencia a la promoción de planes de vivienda que


faciliten el acceso de las mujeres que sean cabeza de familia.

Acceso a la educación por medio de la admisión preferencial de los menores


dependientes de mujeres cabeza de familia a los centros educativos.

30
Apoyo empresarial, mediante la promoción de organizaciones de economía
solidaria.

Por su parte la Ley 750 de 2002 (Anexo C) reglamenta el apoyo especial para las
mujeres cabeza de familia en materia de prisión domiciliaria y trabajo comunitario.

En el ámbito internacional a lo largo de la historia se han venido presentando


variaciones en la legislación que propende por el bienestar y los derechos de la
mujer13; en 1975 se realiza la primera Conferencia Mundial de la Organización de
las Naciones Unidas (ONU) sobre la Mujer, en Ciudad de México, en 1980 se lleva
a cabo la segunda Conferencia Mundial en Copenhague, la tercera conferencia se
desarrolla en 1985 en Nairobi y posteriormente en 1995 se organiza en Beijing la
cuarta conferencia, donde las representantes de 189 gobiernos adoptaron la
Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, que está encaminada a eliminar los
obstáculos a la participación de la mujer en todas las esferas de la vida pública y
privada, define un conjunto de objetivos estratégicos y explica las medidas que
deben adoptar a más tardar para el año 2000 los gobiernos, la comunidad
internacional, las organizaciones no gubernamentales y el sector privado para
eliminar los obstáculos que entorpecen el adelanto de la mujer, enfocándose a
doce áreas de especial preocupación.

De igual forma, en 1981 la Convención para la Eliminación de Todas las formas de


Discriminación contra la Mujer (CEDAW, siglas en inglés), entra en vigor,
reafirmando los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
haciendo énfasis en la erradicación de todas las formas de discriminación contra
las mujeres.

En 1990, la Comisión de la Mujer (CIM por sus siglas en inglés) publica las
"Conclusiones y Recomendaciones de la Consulta Interamericana sobre la Mujer y
la Violencia".

En 1992 el Comité de la ONU para Erradicar la Discriminación contra la Mujer


(CEDAW), adopta la "Recomendación Número 19 sobre la Violencia contra la
Mujer". Esta recomendación declara que la violencia contra la mujer es una forma
de discriminación contra ella que refleja y perpetúa su subordinación y solicita que
los Estados eliminen la violencia de todas las esferas. Exige que todos los países
que ratificaron la CEDAW preparen informes para el Comité de la ONU cada
cuatro años y que incluyan información acerca de las leyes y la incidencia de la
violencia de género, así como las medidas tomadas para detenerla y eliminarla.

La primera y única región en el mundo en la que todos los países han ratificado la
CEDAW es Latinoamérica y el Caribe. Sin embargo, muchos países todavía no
han traducido la CEDAW y las Recomendaciones generales en legislaciones o

13
Disponible en: http://www.undp.org/rblac/gender/campaign-spanish/history.htm

31
implementado políticas, adoptado acciones positivas para eliminar de facto la
discriminación o cumplido sus obligaciones.

En la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos en Viena (1993), se


reconoce históricamente que la violencia contra las mujeres y las niñas constituye
una grave violación de los derechos humanos.

En este mismo año la Asamblea General de las Naciones Unidas, aprueba la


"Declaración de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer", la cual
compromete a todos los miembros de la ONU y debe ser reforzada
internacionalmente por medio de los comités de tratados relevantes, incluyendo a
la CEDAW.

Así mismo, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU nombra a la primera


Informadora Especial sobre violencia contra la mujer por un período de tres años,
lo cual le permite recibir denuncias e iniciar investigaciones sobre violencia contra
las mujeres en todos los países miembros de la ONU. Su primer informe es sobre
la situación general sobre violencia de género, mientras que el segundo se centra
en violencia doméstica y esclavitud sexual.

El 9 de junio de 1994, la Organización de los Estados Americanos (OEA) adopta a


nivel regional la Convención Interamericana para Prevenir Penalizar y Erradicar la
Violencia Hacia las Mujeres (llamada también Convención de Belem do Para),
este nuevo instrumento internacional reconoce que toda violencia de género es un
abuso de los derechos humanos; por ello es la pieza central de la legislación sobre
violencia de género en América Latina y el Caribe, ya que provee el derecho
individual de petición y el derecho a las organizaciones no gubernamentales de
presentar reclamos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La
Convención ha sido ratificada por 29 países entre ellos Colombia.

Además, la declaración de la Eliminación de la Violencia hacia las Mujeres


adoptada por todos los Estados representados en la Asamblea General de la ONU
estipula en el artículo 4 que: "Los Estados deberán ejercer debida diligencia para
prevenir, investigar y, de acuerdo con la legislación nacional, penalizar los actos
de violencia hacia las mujeres, sea que estos actos hayan sido perpetrados por el
Estado o por personas privadas". Bajo la Convención, la Comisión Internacional
de la Mujer (CIM) tiene la responsabilidad de tomar medidas positivas para el
avance de la implementación de Belem do Para, mientras que la Comisión
Interamericana de los Derechos Humanos (IACHR) tiene el poder de dar audiencia
a las denuncias contra los Estados que la han ratificado.

En el mismo año, la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo, reconoce


que los derechos reproductivos son derechos humanos y que la violencia de
género es un obstáculo para la salud reproductiva y sexual de las mujeres, la

32
educación y la participación en el desarrollo, y hace un llamado a los Estados para
implementar la Declaración de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres.

De igual forma, se aprueba el Programa Regional de Acción de las Mujeres para


América Latina y el Caribe, 1995-2001 durante la Conferencia Preparatoria de Mar
del Plata, (septiembre 25-29, 1994). En la sección V Derechos Humanos, Paz y
Violencia, se determinan tres objetivos: 1) Consolidar el pleno respeto a los
derechos humanos de todas las mujeres de la región con prioridad en la
eliminación de la violencia basada en sexo, y los derechos de las mujeres más
pobres y mujeres refugiadas, tomando en cuenta raza y etnia; 2) Promover
acciones que revelen toda forma de violencia hacia las mujeres, así como
acciones que conduzcan a la eliminación de la violencia; 3) Instruir a los medios
de comunicación sobre el impacto que tiene la divulgación de una cultura de
violencia con el fin de cambiar las imágenes negativas de las mujeres.

Hacia 1996, la Comisión sobre el Estado de la Mujer (CSW siglas en inglés)


considera la propuesta de crear un Protocolo Opcional (PO) para la Convención
de la Mujer. El PO es una enmienda a la Convención que solicita una ratificación
por parte de los Estados y es necesaria para crear un procedimiento de denuncias
individuales que permita a las mujeres desafiar las políticas y prácticas
discriminatorias.

La Comisión de la ONU sobre el Estado de la Mujer en 1998, revisa cuatro


secciones claves de los derechos humanos de la Declaración y la Plataforma de
Acción de Beijing: los Derechos Humanos de la Mujer, la Violencia contra la Mujer,
la Mujer y los Conflictos Armados y la Niña.

1.3 MARCO TEÓRICO

1.3.1 Aproximación al concepto de familia. A continuación se darán a conocer los


diferentes conceptos y abordajes acerca de la familia y sus funciones.

•Conceptos de familia. Ángela Hernández14 propone diversas definiciones para el


concepto de familia, entre estas se encuentran:

Familia como institución social. Las normas sociales se organizan en patrones


que son particulares para cada tipo de institución según el área de la vida a la cual
se ocupe; así a la familia le corresponde garantizar el adecuado funcionamiento
biológico de los individuos de la sociedad, la reproducción de sus miembros, su

14
HERNÁNDEZ CÓRDOBA, Ángela. Familia, ciclo vital y psicoterapia sistémica breve. Bogotá: El
búho, 1997. p. 14 – 16.

33
adecuada socialización, la provisión y distribución de los bienes y servicios, el
mantenimiento del orden dentro del grupo y en su relación con el resto del sistema
social, la definición del sentido de la vida y la motivación para preservar la
supervivencia individual y del grupo.

Familia como construcción cultural. La familia es un constructo cultural constituido


por valores sociales, tradicionales, religiosos y políticos establecidos por el medio
cultural donde se encuentra y al ser asumidos por cada uno de los miembros de la
familia definen la relación entre las personas que la componen, convirtiéndose a
través del tiempo en patrones de relación, rituales y celebraciones que determinan
su identidad como familia, permitiendo reducir el impacto negativo de los cambios
y de los eventos inesperados de la vida, constituyéndose por lo tanto en fortalezas
que favorecen la estabilidad familiar.

Familia como conjunto de relaciones emocionales. La familia permite satisfacer las


necesidades emocionales de los miembros a través de la interacción,
proporcionando un espacio dentro del cual los individuos viven procesos afectivos
y emocionales que determinarán su estilo de interacción en otros contextos; en la
medida en que la familia brinde un clima protector e íntimo tendrá éxito en su
función de satisfacer las necesidades emocionales de sus integrantes; se espera
que dentro del ámbito familiar se produzca el crecimiento espiritual y material de
los cónyuges, la crianza y socialización de los hijos y la transmisión de los valores
que van a formar la personalidad de los menores de la familia.

•Familia como sistema. De acuerdo a la teoría de Ludwig Von Bertanlanffy15 se


infiere que un sistema es un todo resultante de partes interdependientes; de
acuerdo a lo anterior la familia es un sistema social, natural, ya que está
constituida por una red de relaciones que dan respuesta a las necesidades
biológicas y psicológicas inherentes a la supervivencia humana.

Desde la propuesta de Ángela Hernández y Jairo Estupiñan16 acerca de la familia


se resalta que todo sistema familiar posee características propias tales como, la
lealtad entre sus miembros que hace referencia al grado de apego afectivo que se
genera entre éstos y que puede fluctuar convirtiéndose en alianzas o coaliciones.

El principio de no sumatividad de la familia plantea que el todo es mayor y


diferente que la suma de sus partes, de manera que el funcionamiento del sistema
familiar depende de los patrones de conexión e interacción y no sólo del
desempeño individual.
15
BERTANLANFFY Ludwig Von. Teoría general de los sistemas. Bogotá: Fondo de cultura
económica, 1994. p. 54 – 55
16
ESTUPIÑAN MOJICA, Jairo y HERNÁNDEZ CÓRDOBA, Ángela. Marco conceptual para el
estudio de la familia desde una perspectiva sistémica. En: Aportes a la psicología. Bogotá. Vol. 1,
No. 1 (ene. – jun. 1992); p. 14 – 16.

34
Los límites del sistema familiar constituyen su perímetro y tienen la función de
contener a sus integrantes, protegerlos de las presiones del exterior y controlar el
flujo de información que entra y sale en sus relaciones con el entorno, de forma tal
que cumplen funciones tanto protectoras como reguladoras, con el fin de
conservar a los miembros unidos y al sistema estable, en esa medida cuando la
permeabilidad de los límites es excesiva la familia puede perder su identidad e
integridad y cuando es escasa ésta tiende a cerrarse y aislarse.

Como sistema la familia responde al concepto de causalidad circular de modo que


un cambio en uno de los miembros afecta a los demás y al grupo total en una
cadena circular de influencia.

A partir de los roles y reglas implícitas y explícitas de funcionamiento, el sistema


organiza las responsabilidades y la interacción familiar para mantener la
estabilidad del grupo, para ello las reglas se delimitan y refuerzan regulando la
tensión y restaurando el equilibrio familiar.

Otra de las características importantes de la familia es su estructura de poder que


hace referencia a una jerarquía asociada con las diferencias de edad y sexo de
sus integrantes; la forma en que sean asumidas dentro de la dinámica familiar
depende en gran medida de los factores culturales e idiosincrásicos de cada
familia.

Desde el enfoque sistémico la definición de familia incluye tres perspectivas: una


estructural relacionada con los aspectos de composición, jerarquía, límites, roles,
etc.; otra funcional que incluye los patrones y fenómenos de interacción, y otra
evolutiva que considera a la familia como un sistema morfogenético gracias al cual
ejerce su flexibilidad para adaptarse a los cambios internos y externos a los que
está sujeta. Cada uno de estos elementos se encuentran en constante interacción
afectando positiva o negativamente las relaciones entre sus miembros, de esta
forma las problemáticas o dificultades individuales se definen como síntomas
derivados de una disfunción familiar.

•Funciones de la familia. La familia como sistema cumple con funciones


biosociales, económicas, culturales y espirituales17 siendo éstas el resultado de la
interacción de sus miembros, las cuales corresponden a:

- Satisfacción sexual de la pareja y gestación.


- Apoyo mutuo, cuando hay dificultades o problemas que amenazan a uno o a
varios de sus miembros.

17
SARMIENTO, Op. Cit., p. 31-42

35
- Crianza de los hijos suministrándoles elementos biológicos, clima emocional para
el desarrollo, establecimiento de límites y apertura de oportunidades según el
momento del ciclo de vida.
- Socialización, en la cual la familia transmite los valores, actitudes, ética, normas
de comportamiento y estrategias para sobrevivir.
- Afecto y ambiente para la expresión de emociones como ira, temores, alegrías,
tristezas, etc.

Tanto las funciones de los integrantes, como las del grupo como un todo, se
realizan en el contexto de la organización interna, es decir, de la estructura
familiar, por lo que cualquier cambio que se produzca en las características de sus
integrantes, en sus relaciones, provoca cambios en sus funciones.

Las funciones dentro del grupo familiar se pueden establecer de dos formas:
coordinada, cuando se dan en concordancia horizontal entre los miembros de la
familia (entre hermanos, esposos, etc.) o de forma subordinada, cuando la
concordancia de las funciones es vertical de unos miembros a otros (los hijos
menores se subordinan a los padres, etc.) y de los miembros a todo el grupo.

La subordinación de las funciones indica el lugar específico, particular, y la


significación desigual de cada miembro en la realización de las funciones
familiares.

Es importante que esta concordancia de las funciones entre los miembros del
sistema, se establezca de acuerdo a las capacidades y expectativas de cada cual,
de esta forma disminuirían los conflictos e insatisfacciones entre ellos, como a
veces sucede, por ejemplo, cuando entre esposos se da una relación de
subordinación y el cónyuge que ocupa la posición inferior está inconforme.

Es necesario tener en cuenta que, cada familia posee patrones de conducta o


“reglas de juego” que regulan el funcionamiento familiar, estos deben ser eficaces
y adaptarse a las circunstancias, pero además, debe poseer alternativas para su
funcionamiento que permitan ajustarse a los cambios.

Como en todo sistema social, en la familia la capacidad de cambio se da de forma


relativamente rápida, es necesario aclarar que, mantenerse estable no significa
mantenerse “igual a sí misma”, sino mantenerse organizada, por ejemplo, la
familia del niño tiene que ser diferente a la del joven.

Aspectos componentes del sistema. Como en todo sistema, en la familia hay una
combinación de componentes, que son sus miembros; pero existen además
componentes de naturaleza espiritual, como son los sentimientos, valores,
actitudes, etc., de sus integrantes, y otros elementos de naturaleza material que
son utilizados en la satisfacción de sus necesidades, como son la vivienda, los
equipos electrodomésticos, entre otros.

36
Aspecto estructural del sistema. La familia como todo sistema tiene una estructura,
ésta se refiere a la organización interna, al modo en que interactúan sus
integrantes.

La estructura desempeña un importante papel en el sistema, si no existen vínculos


estables, interacción entre sus integrantes, la familia deja de existir como sistema.

Una dimensión importante en la estructura son los subsistemas que la conforman,


en este caso son los demás integrantes de la familia, por tanto debe conocerse
cómo interactúan, es decir, cómo se relacionan los subsistemas; por ejemplo, la
relación entre los cónyuges, o la relación entre el subsistema conformado por los
cónyuges y el de los hijos.

La estructura familiar se modifica con el transcurso de los años como un proceso


natural, especialmente la jerarquía, la cual se va modificando en la medida que los
hijos crecen, a este proceso se le denomina ciclo vital familiar, en él se dan
períodos de estabilidad y otros de agudas crisis propias del desarrollo.

La familia debe en cada uno de estos momentos de cambio, buscar el equilibrio y


adaptarse a las nuevas condiciones, esto le permitirá fortalecerse como grupo y
evitar que aparezcan tensiones perjudiciales para sus integrantes, por ejemplo,
con la muerte de uno de sus miembros las funciones deben reajustarse, de forma
que se mantenga el equilibrio familiar y evitar la sobrecarga de uno de los
integrantes, como puede ser el otro cónyuge.

Aspecto integrativo del sistema. Sobre el aspecto integrativo del sistema familiar,
es importante destacar que la familia, es un sistema autodirigido, es decir, posee
mecanismos de dirección que garantizan su integridad y desarrollo, este aspecto
se refiere a la influencia ordenadora y dirigente del sistema. Esta influencia se
ejerce por factores conscientes de dirección que no solo están presentes en la
estructura del grupo, como puede ser el líder o “cabeza” de familia, sino también
por factores externos al sistema familiar, como son las organizaciones e
instituciones sociales.

El aspecto integrativo influye en la salud de la familia de forma especial, pues ésta


está condicionada en gran medida por el modo de vida familiar, por la forma en
que se dirige y organiza el funcionamiento de sus miembros, que necesidades son
priorizadas para su satisfacción, etc.

Familias con mujer cabeza de hogar. Se reconoce que en Colombia existe una
variada tipología de familias además de la familia tradicional basada en el
matrimonio de un hombre y una mujer. En la actualidad no se puede hablar
solamente de la familia nuclear conformada por el padre, la madre y sus hijos, en
la que el padre es el único proveedor y la madre permanece en el hogar al cuidado

37
de los mismos; como en muchos países occidentales, Colombia vive un proceso
de cambio en los patrones de composición y estructura de la familia, las formas
tradicionales de entrada en las uniones han sido el matrimonio y la unión libre; sin
embargo, desde hace más de veinte años la convivencia sin matrimonio ha
Ilegado a convertirse en la forma de unión más aceptada entre los jóvenes y se ha
intensificado en grupos de población diferentes a aquellos donde tradicionalmente
se había localizado.

La disolución de la familia por separación o divorcio ha Ilevado a que se dé la


familia incompleta de un solo padre viviendo con sus hijos (monoparental) y a la
conformación de uniones sucesivas, al tiempo que puede haber cohabitación de
hijos de diferentes uniones de los progenitores.

La familia es heterogénea, cambia de acuerdo con el ciclo de vida y se modifica


para adaptarse a las condiciones materiales de vida, y en esos procesos de
cambio y adaptación pueden presentarse conflictos entre sus miembros. La familia
extensa urbana de hoy, resultado de la recomposición de las famillas, puede verse
como una estrategia de sobrevivencia de los hijos y otros parientes en momentos
de crisis, dado que cuando los hijos de uniones sucesivas o cuando varias
generaciones comparten un mismo hogar, la convivencia puede considerarse bien
como fuente de conflicto al interior de la familia o bien, como espacio de
socialización de los hijos.

Por su parte la Ley 82 de 1993 define a la mujer cabeza de familia como quien
siendo soltera o casada, tenga bajo su cargo, económica o socialmente, en forma
permanente, hijos menores propios u otras personas incapaces o incapacitadas
para trabajar, ya sea por ausencia permanente o incapacidad física, sensorial,
psíquica o moral del cónyuge o compañero permanente o deficiencia sustancial de
ayuda de los demás miembros del núcleo familiar.

1.3.2 Estrés, crisis y tensiones familiares. La familia y cada uno de los miembros
que la componen en su diario devenir se enfrentan a una serie de eventos y
situaciones propias de su ciclo vital o a demandas externas del medio ambiente
generando cambios en la estructura interna del sistema familiar, dichos eventos
generadores de cambios se conocen como estrés, crisis y tensiones familiares
descritas a continuación:

•Estrés familiar. El estrés familiar puede definirse como un estado de tensión que
surge de una exigencia real o percibida que demanda un ajuste o conducta
adaptativa, de modo que la ansiedad o malestar resultante, corresponde a la
tensión percibida como desagradable por los miembros de la unidad familiar. El
estrés surge por la aparición, generalmente abrupta y de magnitud significativa de
continuos eventos estresores definidos como eventos vitales que ocurren en un

38
momento específico y que producen o tienen el potencial de producir cambios en
el sistema social familiar; dichos cambios se determinan a partir de la percepción o
significado que la familia otorgue al evento generador de estrés.

Ángela Hernández18 plantea la existencia de eventos estresores que pueden ser


de tipo normativo cuando son cambios propios o asociados con el desarrollo
individual o familiar ocurridos a lo largo del ciclo vital, tales como la llegada de la
pubertad o la conformación de una nueva familia, o pueden ser eventos no
normativos que ocurren súbitamente, tales como la muerte de un miembro de la
familia, un desastre natural, entre otros.

La vulnerabilidad de la familia al estrés está relacionada con el grado de presión o


tensión que genera una alteración del estado constante de la familia, inevitable en
la medida en que las personas cambian a lo largo de su ciclo evolutivo, tal grado
de tensión se encuentra asociada al contexto interno o externo planteado por
Ángela Hernández19; el primero está compuesto por las dimensiones que la familia
puede controlar y el segundo por aquellas que se salen de su control.

El contexto externo está conformado por los siguientes contextos: el contexto


cultural que se refiere a las ideas, valores, e ideales predominantes y típicos del
núcleo social del cual hace parte la familia, así mismo establece reglas sociales
para la solución de problemas, estilos y métodos aceptados para el manejo del
estrés, de modo que la cultura mayor provee las normas por las cuales la familia
opera a su micronivel.

El contexto histórico es el momento en el cual ocurre el evento estresante, en este


aspecto hay que identificar los hechos históricos que rodean a la familia ya que
ellos pueden ser la fuente predominante de estrés.

El contexto económico se refiere al estado financiero y de los recursos de la


sociedad o comunidad de la cual forma parte la familia.

El contexto evolutivo es el estadio en el ciclo vital donde se encuentran tanto la


familia como sus miembros, en el momento en que aparece el evento estresante.

El contexto genético afecta la salud y los recursos físicos de los miembros de la


familia. Algunas familias con sus respectivos miembros tienen una constitución
más fuerte que otras, de modo que no sólo tienen más energía para enfrentar una
situación sino que tienen más fuerza para preservar y continuar enfrentando
presiones y fuentes de estrés crónico.
18
HERNÁNDEZ, Ángela. Estructura, Marco de referencia, Patrones de interacción y Psicoterapia
de Familias Urbanas en Colombia. Santa fe de Bogotá, 1991, 132p. Trabajo de grado (Psicóloga).
Universidad Santo Tomás de Aquino. Facultad de Psicología.
19
Ibíd., p. 11.

39
El contexto interno se divide en: El contexto estructural que se refiere al tipo de
límites entre los subsistemas, la asignación de roles y las reglas acerca de
quiénes y cómo están dentro o fuera de estos límites.

El contexto psicológico es la percepción, evaluación, definición y valoración que la


familia hace del evento estresante. La forma como la familia perciba una situación
a nivel afectivo y cognitivo, determina su habilidad para movilizar mecanismos de
defensa que pueden ser desde la negación hasta la aceptación y el
enfrentamiento de problemas.

El contexto filosófico son los valores y creencias del sistema que pueden ser
generales o particulares sobre aspectos específicos de la vida, tales como la
crianza de los hijos, el cuidado de los ancianos o los roles sexuales.

•Crisis Familiares. La familia se ha desarrollado como institución social teniendo


estructura y funciones que regulan las necesidades personales y sociales de cada
uno de sus miembros. Ha ido modificándose en la medida en que la sociedad
también lo hace, pero sus funciones básicas siempre han sido, entre otras, la
satisfacción de las necesidades afectivas de sus miembros y la educación de sus
hijos, considerándose al ambiente psicosocial como prioritario para el desarrollo
de la personalidad de un individuo.

Al definirla, generalmente se coincide en dos elementos básicos: la


consanguinidad y las relaciones afectivas que existan entre sus integrantes.

No hay familia que en su desarrollo como grupo social esté exenta de momentos
que producen alteraciones en la dinámica de las relaciones interpersonales. Una
de ellas son las crisis y se le da una evidente connotación negativa al término. Sin
embargo, todo evento, circunstancia, nuevo rol, al que tenga que enfrentarse la
familia, constituye una crisis porque implica un cambio en el estilo de vida y las
actitudes de cada uno de sus miembros y no siempre tienen un carácter negativo.

Por ejemplo, la muerte o pérdida, que significa la ausencia de un familiar, como el


padre de una familia con hijos ya adultos o adolescentes, genera una intensa
etapa de depresión; ante la pérdida de ese individuo, sus familiares tienen que
reestructurar hábitos, asumir responsabilidades que antes correspondían al
miembro ausente, reorganizar la vida de la familia, etc. Esta crisis será más o
menos intensa y/o extensa según el tipo de familia de que se trate, pero está claro
que tiene un matiz negativo a nivel cultural. Sin embargo, el nacimiento de un niño
deseado genera nuevas conductas entre los familiares, generalmente todos
asumen en el hogar tareas alrededor del cuidado del bebé con un tono de
satisfacción.

40
Esto significa también una crisis, pues se modifican muchos aspectos de la vida
familiar, entre ellos, deben adaptarse a la presencia de un nuevo individuo y a todo
lo que este nacimiento lleva implícito; de manera que ambas situaciones se
corresponden con etapas diferentes del desarrollo familiar.

Las crisis que se observan son transitorias pues son reacciones comúnmente
esperadas en cualquier familia que atraviese estas etapas. Transitorias son, por
tanto, todas aquellas reacciones que se observan en el tránsito normal de la vida
de la familia, desde su formación hasta su disolución en su intento por adaptarse
al suceso que enfrentan como grupo. Cada una de las etapas del ciclo vital tiene
circunstancias que la definen y la distinguen entre sí. En su formación, la familia se
caracteriza por la necesidad de la pareja de empatizar y luego, desde que nace el
primer hijo hasta que fallecen los miembros de la pareja que le dieron origen a
este grupo, van modificándose las tareas que se van a enfrentar, lo cual le da un
matiz distintivo a cada uno de los períodos evolutivos.

A partir de las crisis que deben enfrentar las familias a lo largo de su ciclo vital,
Reuben Hill en 1958 establece el modelo ABC-X “(tipos de eventos, recursos y
crisis familiares), este se enfoca sobre tres variables: A es el evento provocador y
estresor, B son los recursos o fortalezas de la familia en el momento del evento y
C es el significado atribuido al evento por la familia (individual y colectivamente).
Estas tres variables en interacción conducen a la crisis (X)”20.

En 1982 McCubbin tomó como base el modelo ABC-X propuesto por Hill
resaltando la importancia de las definiciones de “estresor, como una situación para
la cual la familia ha tenido poca o ninguna preparación previa, y de crisis como
cualquier cambio agudo o decisivo, a partir del cual los viejos patrones son
inadecuados”21.

Con estos presupuestos el modelo doble ABC-X22 agrega un componente más a


cada uno de los factores propuestos por Hill:

A (evento estresor)  interactuando con B (recursos de la familia) 


interactuando con C (definición que la familia hace del evento)  produce X (la
crisis). En este modelo la doble A incluye el evento estresante, la severidad del

20
HILL Reuben, citado por HERNÁNDEZ, Ángela. Estructura, Marco de referencia, Patrones de
interacción y Psicoterapia de Familias Urbanas en Colombia. Santa fe de Bogotá, 1991, 132p.
Trabajo de grado (Psicóloga). Universidad Santo Tomás de Aquino. Facultad de Psicología.
21
Ibíd., p. 34.

22
APORTES a la Psicología. Modelo de trabajo preventivo con familias en extrema pobreza. 2 ed.
Bogotá: Universidad Santo Tomás de Aquino, 1992. p. 185-193. Año 1. Serie 2.

41
impacto o sufrimiento que causa y las tensiones previas que afectan la vida
familiar.

En el contexto del modelo doble ABC-X, un estresor se define como un evento


vital, normativo o no normativo, que afecta la familia como unidad en un punto
específico del tiempo y que produce un cambio en ella como sistema social.

Posteriormente, en 1987 este modelo fue replanteado por H. McCubbin y M.


McCubbin proponiendo el Modelo T – Doble ABCX de ajuste y adaptación familiar;
este modelo se basa en cuatro presupuestos acerca de la vida familiar, en primera
medida las familias enfrentan dificultades y cambios como un hecho natural y
predecible a lo largo de su ciclo vital; en segunda medida desarrollan fortalezas y
capacidades básicas para promover el crecimiento de sus miembros y de la familia
como unidad, y para protegerla de las mayores disrupciones en los momentos de
transición y cambio; en tercer lugar las familias desarrollan fortalezas y
capacidades específicas para protegerse de los estresores y tensiones
inesperados o no normativos y para promover la adaptación después de las crisis
o de las más duras transiciones o cambios; y, por último las familias se benefician
y a la vez contribuyen a la red de relaciones y recursos en la comunidad, en
especial en los momentos de estrés y crisis.

Este modelo sugiere dos fases diferenciadas dentro del proceso de enfrentamiento
de los cambios y eventos vitales: la de “ajuste”, asociada con las situaciones que
requieren cambios menores y la de “adaptación” relacionada con las
circunstancias que exigen una franca reorganización de la familia.

El ajuste es concebido como una respuesta eficaz para soluciones a largo plazo,
pero hay circunstancias en las cuales esas estrategias no son suficientes para
enfrentar el problema, como aquellas donde:

La naturaleza del estresor o transición implica un cambio en la estructura familiar


(paternidad, divorcio, entre otros).

La naturaleza, número y la duración de las demandas agotan los recursos


existentes en la familia (financieros).

La capacidad y recursos de la familia son inadecuados e insuficientes (madre


soltera y pobre con un hijo gravemente enfermo).

En forma abierta o encubierta, la familia aprovecha la oportunidad de producir


cambios estructurales que exigen o facilitan un descubrimiento entre demandas y
posibilidades, lo cual equivale a la producción de nuevas crisis familiares (dejar
que avance el conflicto conyugal para que termine en ruptura).

42
El estrés aparece cuando las demandas que recaen sobre las familias superan
sus recursos de afrontamiento, por ende el modelo T - Doble ABCX describe el
proceso que siguen ante tal situación. Asume que ante la aparición del estresor, la
familia está en un estado dentro de un rango variable de vulnerabilidad conforme a
sus costos de vida, de modo que una primera reacción es intentar absorber la
situación problema dentro de los patrones de interacción propios de la familia y
cuya respuesta equivaldría a una resistencia al cambio, pero se connota este
modelo como una medida de protección para preservar la permanencia del
sistema familiar.

Cuando la familia no logra hacer efectivo ese mecanismo aparece la crisis,


caracterizada por un estado de desorganización y de tensión, dentro del cual
intenta por ensayo y error recuperar su equilibrio, incluyendo cambios
estructurales y de patrones de interacción que contribuyen también a la
inestabilidad. Esto no significa que la categoría de “familia en crisis” implique un
juicio estigmatizante, pues por el contrario estas situaciones transitorias pueden
impulsarla a desarrollar recursos, habilidades y mejores formas de funcionamiento,
si consigue atravesar con éxito la fase de adaptación.

La adaptación sería el resultado del esfuerzo familiar por lograr su nivel de


equilibrio, intentando acoplar los niveles de funcionamiento del individuo a la
familia y de la familia a la comunidad, en conformidad con su carácter de sistema,
dentro del cual todos los niveles se afectan mutuamente. Por otra parte, la
adaptación se logra a través de adaptaciones recíprocas, donde las demandas de
una de estas unidades son satisfechas por la otra, gracias a lo cual se consigue el
balance y el acoplamiento. Esto implica que la crisis puede surgir por desbalance
en el nivel individuo – familia o en el de familia – comunidad, cuando no se
satisfacen las necesidades y demandas mutuas de estos sistemas
interdependientes.

El modelo T – Doble ABCX (Figura 1) considera que, el nivel de adaptación


familiar (XX), entendido como el tránsito a través de una situación de crisis, o el
agotamiento de los recursos de la familia en ese proceso, está determinado por
los factores contenidos en el cuadro 2.

•Tensiones Familiares. El cuerpo humano busca mantener la homeostasis, de


manera que cualquier cambio vital que perturbe este estado exige un reajuste, los
cambios excesivos abruman la capacidad física de reajuste y se produce entonces
el estrés.

Figura 1. Modelo T – Doble ABCX

43
CCC
Marco
Valorativo
XX
CC A
Evaluación D
Situación A
Actual P
Congruencia T
A
C
I
O
T SP N
Tipo de Estilo para
Familia solucionar
problemas
C
R
I
S
I
BB
S
Recursos
Familiares
X

V AA
Vulnerabilidad = Acumulación BBB
Apoyo
de Tensiones Social

Fuente: Aportes a la Psicología. Modelo de trabajo preventivo con familias en


extrema pobreza.

Los eventos vitales se convierten en estresores que imponen cambios en los


patrones de vida corriente del individuo; y el estrés como la respuesta fisiológica y
psicológica a tales estresores.

El estrés familiar se ha visto como una situación problemática que contrasta con el
funcionamiento fluido de la familia como unidad.
Cuadro 2. Factores del Modelo T – Doble ABCX de ajuste y adaptación familiar

44
La acumulación de demandas sobre o dentro del sistema familiar,
AA generadas por la situación crítica, los cambios en el ciclo de vida y las
tensiones no resueltas, interactuando con
Tipo de familia (regenerativa, elástica, rítmica, balanceada),
T interactuando con
BB Fortalezas y recursos de la familia interactuando con
CC Significado atribuido por la familia a la situación, y con
CCC marco de referencia y sentido de coherencia general que determina la
evaluación del evento actual, interactuando con
BBB Apoyo de amigos y de la comunidad, interactuando con
PSC Habilidad para la resolución de problemas y respuesta frente a la
situación total de la familia.
Fuente: Aportes a la Psicología. Modelo de trabajo preventivo con familias en
extrema pobreza.

Según el modelo ABC-X propuesto por Hill23 el estresor es una situación para la
cual la familia ha tenido poca o ninguna preparación previa; la crisis es cualquier
cambio agudo o decisivo a partir del cual los viejos patrones son inadecuados, y
por último la severidad es la magnitud de los cambios suscitados por el evento
estresante.

Con base en este modelo se ha examinado la conducta del sistema por una serie
de eventos que corresponden a tres categorías:

Estresores situacionales: guerras, crisis económicas, enfermedad, problemas


laborales.

Eventos del desarrollo: Comienzo de la paternidad, nido vacío, jubilación, etc.


Situaciones de transición: muerte, divorcio, traslado a otra localidad, etc.

Cada familia se enfrenta de manera diferente a los mismos estresores; cuando los
recursos de una familia para enfrentarse a tales eventos están saturados o
agotados por haber afrontado otros cambios vitales, los miembros de la familia
podrían ser incapaces de hacer posteriores ajustes si se ven avocados a
estresores sociales adicionales. Esto se da porque los cambios en la vida familiar
son aditivos y en algún punto alcanzan el límite del sistema para adaptarse a ellos.

Cuando la familia como unidad experimenta un nuevo estresor, las tensiones


previas se exacerban y las familias se dan cuenta de ellas como sobreexigencias
con las cuales deben enfrentarse. Si un excesivo número de cambios y tensiones
afectan a la familia en un corto período de tiempo, crece la probabilidad de
disolución de la unidad familiar.
23
Ibíd., p. 34

45
De acuerdo a la etapa del ciclo vital en que la familia se encuentre se presentan
una serie de tensiones propias de cada uno de esos estadios evolutivos, estas
características fueron descritas por Salvador Minuchin y Hay Haley24, y
corresponden a las siguientes:

Parejas recién conformadas. Se inicia un nuevo compromiso a partir de la


conformación del sistema marital, lo que implica hacer ajustes en las relaciones
con la familia extensa y los amigos para incluir al cónyuge. Una de las tareas
vitales en esta etapa es la fijación de límites que los proteja y les procure un
ámbito para la satisfacción de sus necesidades psicológicas sin que se inmiscuyan
los parientes políticos u otras personas, dado que no es fácil separar las
decisiones de la pareja reciente de la influencia parental.

Así mismo, en esta etapa se presenta una gran movilidad e inestabilidad que por
consiguiente aumenta la tensión en los miembros de la pareja dado que
permanentemente se están enfrentando y resolviendo situaciones nuevas en
todas las áreas de su funcionamiento, así por ejemplo: en el área de la casa tienen
que resolver y normatizar cuestiones sobre el orden, dotación, manejo de ropas,
alimentación y horarios entre otros; en el área social, relaciones con las familias de
origen, construcción de fronteras, determinación de círculos de amistades,
compromisos sociales, diversiones, entre otros.

En el área económica laboral: horarios de trabajo, manejo del dinero, ejecución del
presupuesto, etc. Y en el área sexual la confrontación y realización de
expectativas, valores y gustos como pareja, planificación familiar entre otros.

Todas estas son perturbaciones que la pareja está permanentemente recibiendo y


resolviendo, mediante acoplamientos mutuos que se convierten en pautas de
interacción que gobiernan su accionar en la estructura que realiza su organización
como sistema de pareja conyugal. Esta estructura inicial así conformada
determina el curso de las interacciones de la pareja, su estilo de relación y acota o
define los cambios estructurales que las futuras perturbaciones o crisis perturben
el sistema.

Las tensiones propias de este estadio son de tipo laboral, económico, intrafamiliar
y las generadas por enfermedades y cuidados de la familia.
Crianza de hijos en edad preescolar (hijo mayor de 0 a 5 años). En este estadio se
presenta un ajuste en el sistema marital para abrir espacios a los hijos, asumiendo

24
MINUCHIN Salvador y HALEY Hay, citado por CADAVID DE G., Irene y OQUENDO M,
Asceneth. La familia humana: un marco conceptual para el trabajo educativo preventivo con
familias desde el enfoque sistémico. Medellín, 1987, p. 69 – 102. Trabajo de postgrado (en familia).
Universidad Pontificia Bolivariana. Facultad de Trabajo social.

46
así roles parentales permitiendo la inclusión de los roles de padres y abuelos en
las relaciones con la familia extensa.

Esta etapa se caracteriza por la desestabilización del sistema conyugal, generada


por las perturbaciones de la llegada de un nuevo miembro que implica para la
pareja la renegociación y acuerdos de todas las áreas de funcionamiento, como la
redistribución de horarios, tareas, límites con la familia de origen, presupuesto,
espacio, entre otros.

Así mismo, se inicia la construcción de un nuevo subsistema, el parento – filial,


con un objetivo específico, cuidar y desarrollar la nueva vida que se inicia, este
subsistema se realiza por los acoplamientos recurrentes que se dan entre ellos
para absorber su nueva situación como padres, dichos acoplamientos se
convierten en pautas que gobiernan el subsistema de los padres.

Aparece también una nueva área de funcionamiento, la de los hijos con tareas
muy específicas que deben ser explicitadas y negociadas por los nuevos padres,
conformando así, un subsistema donde los dos deberán estar acoplados
consensualmente para realizar tareas tales como quién se entiende con el cuidado
del bebé en el día, quién en la noche, qué tareas de padre ha de realizar el
esposo, etc.

Las tensiones se producen por la llegada de un nuevo miembro que trae consigo
presiones económicas, tensiones intrafamiliares, del embarazo y la crianza,
tensiones laborales y por enfermedad.

Familias con hijos en edad escolar (hijo mayor de 6 a 12 años). Se produce un


ajuste de las normas internas de diferenciación de la familia, así como el
fortalecimiento de la identidad familiar y la consolidación de la relación con el
sistema escolar y social más amplio. En esta etapa se genera un gran cambio
cuando los hijos empiezan a ir a la escuela, dado que la familia tiene que
relacionarse con un nuevo sistema bien organizado e importante; de manera que
toda la familia debe elaborar nuevas pautas como ayudar en las tareas escolares,
determinar quién debe hacerlo, el tiempo para el estudio y el tiempo para el
esparcimiento y las actitudes frente a las calificaciones del escolar.

El crecimiento del niño va introduciendo elementos nuevos en el sistema familiar;


el niño se entera de que la familia de sus amigos obedece a reglas diferentes, la
familia deberá entonces negociar ciertos ajustes y modificar algunas reglas.

Las tensiones se derivan de préstamos e incrementos en los gastos, tensiones


intrafamiliares y laborales.

Familias con adolescentes (hijo mayor de 13 a 18 años). Se presenta un


incremento de la flexibilidad de la familia para integrar la autonomía de los hijos,

47
se dan cambios en la relación parental para permitir la movilidad del adolescente
dentro y fuera del sistema, hay un reenfoque de la vida marital y de la vida
personal de los padres y se presentan cambios ocasionados por dificultades de la
generación de los abuelos.

Al llegar a esta etapa el sistema familiar ha logrado resolver las crisis iniciales y
experimentar un nuevo enfoque de la vida, así mismo, la crianza de los niños ha
quedado atrás y ha sido reemplazada por el placer compartido de presenciar cómo
los hijos crecen y se desarrollan en forma sorprendente.

Cuando la familia llega a esta etapa media, la pareja ha atravesado muchos


conflictos y ha elaborado modos de interacción bastante rígidos y repetitivos, han
mantenido la estabilidad del sistema por medio de complicadas pautas de
intercambio para resolver problemas y para evitar resolverlos; a medida que los
niños crecen y la familia cambia, las pautas previas pueden resultar inadecuadas y
tal vez surjan crisis; a veces hay acumulación de una conducta problemática,
como la bebida o la violencia que superan el punto de tolerancia. Estos años
medios quizá obliguen a la pareja a decidir si seguirán juntos o tomarán caminos
separados.

En estos años medios pueden presentarse grandes tensiones y también


separaciones, aun cuando la pareja haya superado muchas crisis previas. La
mayor parte de los otros períodos de tensión familiar aparecen cuando alguien
ingresa a la familia o la abandona; en los años medios los cambios se presentan
porque es la época en que los hijos pasan de la niñez a la adolescencia, en donde
se generan crisis en el sistema familiar por mantener el ordenamiento jerárquico
previo.

Las tensiones son de tipo intrafamiliar, económica y laboral.

Salida de los hijos del hogar (hijo mayor de 19 a 30 años). Hay una renegociación
del sistema marital como díada, desarrollo de la relación adulto-adulto entre
padres e hijos y se presentan ajustes en el sistema para incluir a la familia política.

Frecuentemente el sistema familiar ingresa en un período de crisis en esta etapa,


que cede progresivamente a medida que los hijos se van y los padres elaboran
una nueva relación como pareja, logran resolver sus conflictos y se las arreglan
para permitir que sus hijos tengan sus propias parejas y carreras, haciendo la
transición hacia la condición de abuelos.

Las tensiones económicas están relacionadas con el refinanciamiento de


préstamos, adquisición de artículos costosos e incremento en los gastos de
mantenimiento. Los hijos salen del hogar y hay gastos de la Universidad,
tensiones por enfermedad e intrafamiliar.

48
Nido vacío. Se produce la salida de los hijos del sistema familiar. Las tensiones
son de tipo intrafamiliar, marital, económica, laboral, enfermedad y pérdida.
Cuando una pareja logra liberar a sus hijos de manera que estén menos
involucrados con ella, suelen llegar a un período de relativa armonía que puede
subsistir durante la jubilación del esposo; sin embargo, algunas veces el retiro de
éste de la vida activa puede complicar su problema.

En el cuadro 3 se describen las diferentes etapas, procesos y cambios generados


durante el ciclo de vida familiar.

A continuación se retoma la descripción de los estresores típicos de cada estadio


del ciclo de vida familiar planteadas por Ángela Hernández25:

Tensiones intrafamiliares y maritales. Corresponde al aumento de las tareas


domésticas que no se hacen, familias con hijos preescolares, adolescentes y
adultos jóvenes, generalmente cuando se da la salida de los hijos del hogar uno
de los miembros presenta problemas emocionales y entre los esposos un aumento
de las dificultades sexuales y en las parejas recién conformadas, etapa de crianza,
adolescencia y salida de los hijos del hogar.

Tensiones económicas. son cambios en condiciones que lesionan los ingresos o


negocios de la familia, se presenta con mayor frecuencia en la etapa de crianza,
adolescencia, salida de los hijos del hogar y nido vacío, pero afecta más a las
parejas que deciden tener hijos, familias con hijos en edades intermedias, a las
que envían hijos a la universidad y las que se preparan para la jubilación; se
caracteriza por el aumento de las presiones sobre el presupuesto familiar por
gastos médicos en la etapa de crianza, algunos sacrifican esos servicios por otros
gastos; aumento de las presiones sobre el presupuesto familiar por gastos en
comida, ropa, servicios o reparaciones de la casa.

Transiciones y tensiones laborales. Uno de los miembros cambia de trabajo o de


carrera y/o pierde o deja el trabajo, se presenta en todos los estadios,
especialmente en parejas jóvenes, familias con adolescentes jóvenes que salen
del hogar.

Tensiones por enfermedad o cuidado de la familia. Uno de los miembros de la


familia enferma o sufre lesiones severas; un pariente o amigo cercano se enferma
gravemente; se presenta en todos los estadios, especialmente en la salida de los
hijos del hogar y nido vacío.

Cuadro 3. Etapas del ciclo de vida familiar


Etapas Procesos Cambios de segundo orden
emocionales de requeridos para el progreso en el

25
HERNÁNDEZ Ángela, Op. Cit., p. 37 - 40

49
transición: desarrollo
principios claves
Conformación de la Compromiso con el Formación del sistema marital
pareja (sin hijos) nuevo sistema Ajustes en las relaciones con la
familia extensa y los amigos para
incluir al cónyuge
Familia con hijos Aceptación de los Ajuste marital para abrir espacio a
pequeños (hijo nuevos miembros los hijos
mayor de 0 a 5 dentro del sistema Asunción de los roles parentales
años) Ajustes en las relaciones con la
familia extensa para incluir los roles
de padres y abuelos
Familia con Consolidación de la a. Ajuste de normas internas de
escolares (hijo relación con los diferenciación de la familia
mayor de 6 a 12 sistemas escolar y b. Fortalecimiento de la identidad
años) social más amplio familiar
Familia con Incremento de la a. Cambios en la relación parental
adolescentes (hijo flexibilidad de la para permitir la movilidad dentro y
mayor de 13 a 18 familia para integrar fuera del sistema
años) la autonomía de los b. Re-enfoque de la vida marital y
hijos de la vida personal de los padres
c. Cambios ocasionados por
dificultades de la generación de los
abuelos
Salida de los hijos Aceptación de los a. Renegociación del sistema
del hogar (hijo múltiples ingresos y marital como díada
mayor de 19 a 30 salida de miembros b. Desarrollo de la relación adulto-
años) adulto entre padres e hijos
c. Ajustes para incluir a la familia
política
Fuente: Familia ciclo vital y psicoterapia sistémica breve

Pérdidas. Muerte de uno de los padres, pariente o amigo cercano a la familia.

En el cuadro 4 se describe la clasificación de los diferentes eventos estresores


que se presentan en las etapas del ciclo vital.

1.3.3 Recursos familiares para enfrentar el estrés. Son las fortalezas individuales
y colectivas con que cuenta la familia en el momento en que se presenta un
evento estresor, como por ejemplo la estabilidad económica, salud, inteligencia,
habilidades laborales, apoyo emocional, espíritu de colaboración, red y apoyo
social. Estos recursos familiares son el “haber” psicológico, económico y físico con

50
que cuenta la familia para responder a un evento o a la acumulación de eventos
estresantes.

Cuadro 4. Clasificación de eventos estresores


INTERNOS: EXTERNOS:
Comienzan en una persona de la Comienzan por algo o alguien fuera de
familia: adicciones, suicidio, ascenso la familia: desastres naturales,
laboral etc. terrorismo, recesión económica, etc.
AMBIGUOS: DEFINIDOS:
El evento se presenta en forma Los hechos que rodean el evento son
confusa e impredecible en cuanto a su claros e identificables: se sabe qué
evolución: enfermedad complicada, está sucediendo, cómo y durante
secuestro, desempleo, etc. cuánto tiempo.
VOLUNTARIOS: INVOLUNTARIOS:
Son deseados o buscados: escoger un Ocurren sin estarlos buscando: muerte
trabajo, tener un hijo, cambiar de casa, de un ser querido, perder el trabajo.
etc.
CRÓNICOS: AGUDOS:
Situaciones de larga duración: Son eventos difíciles pero de corta
diabetes, adicciones, pobreza duración: sufrir un robo, reprobar un
extrema. examen.
ACUMULATIVOS: AISLADOS:
Eventos que se suceden uno detrás Evento que ocurre sin la presencia de
de otro, de modo que no hay solución otros en el mismo momento. Puede
del uno cuando ya aparece el otro. Es ser movilizado fácilmente.
una situación de alto riesgo en la
mayoría de los casos.
Fuente: Familia ciclo vital y psicoterapia sistémica breve.

Sin embargo, el enfrentamiento del estrés es más que un recurso; es también un


resultado. Por esta razón es un concepto fuente potencial de confusión y de
razonamiento circular, dado que la respuesta familiar a una situación de estrés
puede ser tanto la crisis como el manejo de la misma y este resultado tiene la
posibilidad de cambiar en cualquier momento.

Frente al manejo del estrés familiar, según Aldous26 pueden generarse dos tipos
de barreras, los límites familiares ambiguos y la negación.
La ambigüedad en los límites se refiere a “no saber quién está dentro y fuera de la
familia”. En general esta ambigüedad es negativa en sus consecuencias, pero por
corto tiempo y en cantidades moderadas es un fenómeno que hace parte de la

26
ALDOUS, citado por HERNÁNDEZ, Ángela. Estructura, Marco de referencia, Patrones de
interacción y Psicoterapia de Familias Urbanas en Colombia. Santa fe de Bogotá, 1991, p. 24.
Trabajo de grado (Psicóloga). Universidad Santo Tomás de Aquino. Facultad de Psicología.

51
vida cotidiana de la familia. Más aún, es necesario tolerar cierta ambigüedad, dado
que ella se vuelve negativa sólo cuando es prolongada y severa.

Este concepto de ambigüedad es paradójico, ya que por una parte, las familias
tienden a establecer límites claros a través de las interacciones y los rituales
cotidianos, pero por otra se ven forzadas a abrir sus fronteras selectivamente para
intercambiar con instituciones sociales o económicas. Parece que justamente el
mantenimiento de los límites se hace más crítico en los momentos transicionales
que la obligan a entrar en contacto con otros sistemas sociales.

Si los límites no logran mantenerse, se vuelven ambiguos, de manera que hay dos
clases de alta ambigüedad en los límites, asociadas ambas con disfunciones
familiares:

La primera es la ausencia física con presencia psicológica, que ocurre cuando uno
de los miembros está ausente, pero se percibe psicológicamente presente. Hay
una preocupación persistente por esa ausencia, pues los hechos que la rodean
son poco claros; el duelo y la reestructuración no son posibles, de modo que la
familia queda en un vacío; es lo que ocurre con los desaparecidos, secuestrados o
militares en campos de batalla. Puede presentarse también este fenómeno cuando
en un divorcio uno de los padres o un hijo no logra asimilar la ausencia del otro
padre.

El segundo corresponde a la presencia física con ausencia psicológica, en donde


la familia está físicamente intacta pero uno de sus miembros no está
emocionalmente disponible para el sistema familiar. Ejemplos de ello son las
familias con miembros alcohólicos, en coma, con una enfermedad crónica e
incapacitante o simplemente demasiado absorto en el trabajo.

También hay dos tipos de baja ambigüedad en los límites, predictores de un


adecuado funcionamiento familiar, pues permiten saber claramente quién está
dentro o fuera de la familia: el primero de ellos es la ausencia física y psicológica,
en donde a pesar de que se puede extrañar a la persona ausente, no hay
preocupación acerca de su situación y la familia se ha reestructurado sin ella; un
ejemplo son las familias que han asimilado la muerte o el divorcio; el segundo es
la presencia física y psicológica en donde hay una congruencia en la participación
en la familia, por un claro compromiso emocional de sus miembros.

Por su parte, la negación es el proceso de rehusarse a reconocer la realidad


inmediata que rodea el sistema familiar en determinados momentos. Es
comúnmente vista como un mecanismo de defensa por el cual se rechaza la
realidad externa y es influido por la cultura y la orientación valorativa, de modo que
el contexto familiar determina cuando usar la negación como respuesta a
situaciones estresantes.

52
Es un mecanismo disfuncional cuando interfiere la preparación cognoscitiva para
una separación, y por lo tanto, bloquea la reorganización familiar manteniendo al
sistema en un estado de irresolución.

No obstante, la negación permite perpetuar el equilibrio familiar y puede ser


funcional en las primeras etapas de la situación estresante.

La pregunta clave con respecto a la negación es si evita el enfrentamiento del


estrés familiar o si es una decisión tomada a algún nivel cognoscitivo para
manejarlo ignorando la realidad. Se diría que si la negación de una pérdida evita la
preparación cognoscitiva para el dolor y la subsecuente reorganización, es el
resultado de una negación disfuncional. Si por el contrario es en sí misma una
decisión intencional de “congelar” el proceso de duelo, la negación puede tener
una influencia positiva sobre el resultado, al menos en el corto plazo.

•Modelo del Paradigma Familiar de Reiss. La idea central sobre la cual se basa el
modelo de Reiss27, es que la familia a través de su propio desarrollo, se forja una
serie de supuestos fundamentales y perdurables acerca del mundo en que vive.
Estos supuestos son compartidos por todos los miembros de la familia, a pesar de
los desacuerdos, conflictos y diferencias que existan entre ellos, pues en realidad
la esencia de la membresía individual es la aceptación, creencia y creativa
elaboración de tales premisas; el distanciamiento de ellas por parte de alguno de
los miembros, lleva a un proceso de disolución de la pertenencia y de alienación
de la familia.

Esos supuestos compartidos de la vida familiar, por lo general no son explícitos ni


concientes, se manifiestan más bien en una mezcla de experiencias fugaces de la
familia y de patrones típicos de acción, tanto entre sus propios límites, como en
relación con el exterior.

Los paradigmas operan en la vida familiar de dos maneras: una se refiere a los
presupuestos estructurantes especificando con gran generalidad ciertas
propiedades fundamentales del mundo perceptual, dada sin ser objeto de
discusión ni de verificación a través de la experiencia o el análisis. Tales supuestos
no garantizan acuerdo o consenso en la familia, sino que funcionan más como una
meta – regla que aporta respuestas a amplias preguntas tales como “¿en esta
familia es posible el auténtico desacuerdo?” o “¿Cuáles son los temas sobre los
cuales puede haber acuerdo y cómo reconocemos que estamos en desacuerdo?”.

La segunda manera en que actúan los paradigmas es como organizadores de los


patrones de la vida cotidiana, en donde modelan las relaciones de la familia con su
27
REISS, citado por HERNÁNDEZ, Ángela. Estructura, Marco de referencia, Patrones de
interacción y Psicoterapia de Familias Urbanas en Colombia. Santa fe de Bogotá, 1991, p. 24.
Trabajo de grado (Psicóloga). Universidad Santo Tomás de Aquino. Facultad de Psicología.

53
ambiente social, sincronizan las acciones de cada miembro en función de lo
planeado por el grupo y mantienen la continuidad de la familia con su propio
pasado.

La idea fundamental del Modelo de Reiss es que un constructo que sirve para
enfrentar con éxito una crisis grave en la vida de la familia, se destaca como un
logro extraordinario para todos sus miembros. Ese éxito implica que la familia
intentará aplicar al menos algunos aspectos de esa elaboración, a problemas
ordinarios de su vida diaria. Reiss plantea que un grupo cree en modo particular
de explicación de su mundo, por que los elementos esenciales de ese modo de
explicación fueron intentos fuertemente potentes para hacer frente a una crisis.

•Estrés y desorganización familiar. La desorganización familiar en respuesta al


estrés se asocia con oscilantes manifestaciones de culpa, aversión, tiranía o
explotación mutua, las cuales cambian en forma muy rápida y dentro de patrones
impredecibles. Los individuos sienten perder el centro de su vida y perciben
vulnerables o completamente rotas sus ataduras con otros y con su pasado. La
familia por su parte pierde un repertorio amplio y confiable de acuerdo, basado en
la experiencia, supuestos compartidos, tradiciones, rituales y secretos
significativos, que les han hecho posible funcionar sin acordarlo explícitamente.

Ese funcionar implícitamente se va definiendo y afianzando en la vida cotidiana a


través de gestos y códigos tácitamente comprendidos y unificados, por la
capacidad familiar para abstraer y usar ciertos conceptos de coordinación sobre su
mundo perceptual, compartidos por sus miembros. Sólo en los momentos de
desorganización, esos acuerdos no concientes que se han ido tejiendo en el
transcurrir de la vida, son expuestos a cambios fundamentales.

Así mismo, Reiss propone que la desorganización familiar que acompaña a las
crisis puede ser descrita en tres fases; la primera de ellas se refiere al surgimiento
de las reglas, en donde la primera señal de desorganización en una familia es el
desvanecimiento de la regulación y coordinación implícitas; esta situación lleva a
la familia a articular reglas simples, por lo general verbalmente, para enfrentar
eventos confusos, coordinar la planeación entre los miembros o preparar la
respuesta familiar a un desafío inesperado.

Esta etapa es muy frecuente en la vida familiar y casi siempre esencial para que
sus miembros retornen a su nivel implícito de funcionamiento, pero puede ser
también la primera fase de un proceso más profundo de desorganización.

La segunda fase es el surgimiento de la familia explícita, en donde las reglas


simples pero claras, empiezan a conjugarse conformando un sistema de control
más rígido. Los patrones de interacción pierden su capacidad para dar forma y

54
sentido tácitamente a la experiencia, de manera que en este momento es más
severa la desorganización.

Por último, la tercera fase se denomina rebelión y acción, en esta fase alguno de
sus miembros es percibido como una fuente malévola que ocasiona permanentes
dificultades y los individuos son totalmente incapaces de percibir su propia
contribución al estado actual de la familia, convirtiéndose así en agentes que
pueden llevar a la disolución del sistema familiar.

A medida que avanza la desorganización, la familia como grupo se orienta hacia el


proceso, de modo que se aparta del manejo de tareas tangibles y en lugar de eso
lucha consigo misma. En estos momentos los agentes externos suelen ser muy
significativos en la familia, a la cual llegan de dos maneras: una, desde el trabajo o
el colegio, donde alguno de los miembros ve afectado su desempeño debido a que
la familia se ha vuelto un sistema opresivo por la estrechez de sus reglas
explícitas, y otra, porque uno de los miembros toma la iniciativa de involucrar a
alguien en el terreno familiar (terapeuta, amigo, etc.).

1.3.4. Estrategias familiares de afrontamiento del estrés. Comprender cómo


enfrentan las familias el estrés es más importante que conocer la frecuencia y la
severidad de los cambios vitales en sí mismos.

Al considerar los estudios de afrontamiento familiar surgen tres tipos de preguntas:


¿Cómo los miembros usan los recursos disponibles para enfrentar el estrés?,
¿Cómo integran las familias los recursos externos a su propio sistema para
enfrentar los eventos vitales? (hace referencia a la utilización de recursos de la
comunidad y del apoyo social); ¿Si hay diferencias entre las familias que usan
recursos internos vs. recursos externos y si esas diferencias se relacionan con su
estadio en el ciclo vital?, para dar respuesta a estas preguntas es importante
abordar la conducta de afrontamiento, el afrontamiento como proceso y por último
las estrategias internas y externas de afrontamiento descritas a continuación:

•Las conductas de afrontamiento. Hacen referencia a las conductas empleadas


por los miembros del sistema familiar dirigidas a disminuir la vulnerabilidad familiar
al estrés, fortalecer o mantener aquellos recursos que sirven para proteger a la
familia del impacto general de los problemas, reducir el impacto de eventos
estresores y de dificultades específicas, implica la influencia activa sobre el
ambiente y facilitar así el ajuste de la familia a las situaciones difíciles.

•Afrontamiento como proceso. El afrontamiento del estrés es un proceso vital


presente durante todo el curso de la existencia, sin comienzo ni final específico.
Puede identificarse a nivel individual o familiar, pero la mayoría de los problemas
personales tienen impacto sobre otros miembros de la familia y puede volverse un

55
problema familiar. El afrontamiento es una respuesta al cambio y requiere
creatividad y producción de nuevas conductas.

MacCubbin describe las habilidades para resolver problemas como “un decisivo
recurso que se incluiría dentro de las estrategias de afrontamiento en momentos
de estrés”28.

Meneghan introdujo un esquema categórico de los elementos involucrados en el


afrontamiento como:
“- Recursos y habilidades: Son las actitudes hacia uno mismo y hacia el mundo y
destrezas intelectuales e interpersonales.
- Estilos de afrontamiento: Son los patrones habituales para la resolución de
problemas.
- Esfuerzos de afrontamiento: Acciones específicas que se toman en cada
situación para resolver las dificultades”29.

La efectividad del afrontamiento es la habilidad de tales conductas para reducir el


impacto causal del evento estresante sobre la definición del mismo como una
crisis.

El afrontamiento óptimo está determinado por la variedad de soluciones que


ofrece la cultura, el papel de la comunidad en situaciones de estrés consiste en
ofrecer esquemas de patrones conductuales, que contribuyen a disminuir las
situaciones conflictivas.

La efectividad del afrontamiento varía considerablemente dependiendo de la


escogencia que se haga de criterios de resultados y del contexto temporal en el
cual se examinen los efectos.

El afrontamiento individual y/o familiar es la respuesta que aparece cuando la


familia debe realizar un esfuerzo inusual para observar, experimentar, definir,
comprender y tomar un tipo especial de acción para poder recuperar las rutinas
ordinarias de la vida diaria; como la familia es un sistema estas estrategias varían
a través del tiempo.

Las conductas de afrontamiento implican el manejo simultáneo de varias


funciones: mantener condiciones internas satisfactorias para la comunicación y la
organización familiar, promover la independencia y la autoestima de los miembros,
mantener los vínculos de convergencia y unidad familiar, mantener y desarrollar
apoyo social en transacciones con la comunidad, mantener algunos esfuerzos por
controlar el impacto de los estresores y la cantidad de cambio en la unidad
familiar.
28
Ibíd. , p. 42.
29
Ibíd., p. 42.

56
El afrontamiento es el primer proceso para lograr un equilibrio en el sistema
familiar que facilita la unidad, organización, crecimiento y desarrollo familiar. La
familia debe ser considerada como un grupo complejo que elabora su propia
lectura de la realidad.

La naturaleza interaccional del afrontamiento se hace más importante dentro del


contexto familiar ya que la coordinación entre los miembros emerge como una
variable crítica.

Existen dos tipos de patrones de afrontamiento: de resistencia, cuando los


esfuerzos de la familia se dirigen a minimizar o reducir el impacto del estresor;
adaptativo, si los esfuerzos se orientan a reorganizarse y consolidarse como
sistema para recuperar el orden alterado por la presencia del evento estresante. El
afrontamiento se considera más como un conjunto de interacciones dentro de la
familia y transiciones entre la familia y la comunidad que como una respuesta a un
estresor.

McCubbin, Larser y Olson proponen la existencia de dos tipos de estrategias de


afrontamiento familiar, “estrategias internas y externas”30.

•Estrategias internas de afrontamiento familiar. Se refieren a la forma en la cual


los individuos se enfrentan a las dificultades utilizando los recursos existentes
dentro de su propia familia. Dentro de este grupo se encuentra la reestructuración,
que hace referencia a la habilidad para redefinir las experiencias estresantes de
manera que sean más aceptables y manejables, permite ver cómo la familia
cambia su punto de vista gracias a la confianza en su capacidad para manejar sus
problemas; y la evaluación pasiva que es la capacidad de la familia para equilibrar
las conductas más activas incluidas en otros factores, esta estrategia se enfoca
sobre los comportamientos menos activos que podría desplegar una familia ante el
estrés. Para adoptar una actitud más pasiva se minimizan la propia
responsabilidad y la iniciativa para enfrentar las dificultades (el evento estresante
se solucionará por sí sólo).

La reestructuración se define como la capacidad familiar para redefinir situaciones


problemáticas en una forma más racional y aceptable, de modo que tales
dificultades sean más manejables. Fish y cols definen el concepto de
reestructuración como la “capacidad de cambiar el contexto o punto de vista
conceptual y/o emocional dentro del cual se vive una situación, para ubicarla en
otro marco que ajuste los hechos de igual o mejor forma, cambiando así su
significado”31.
30
HERNÁNDEZ Ángela. Familia, ciclo vital y psicoterapia sistémica breve. Santa fe de Bogotá:
editorial el Búho. p. 79.
31
Ibíd., p. 80.

57
La evaluación pasiva opera como una respuesta de evitación de los problemas.
Para equilibrar las conductas más activas incluidas en otros factores, esta
estrategia se enfoca sobre los comportamientos menos activos que podría
desplegar una familia ante el estrés. Para adoptar una actitud más pasiva se
minimiza la propia responsabilidad y la iniciativa para afrontar las dificultades.

Ambas estrategias describen la habilidad familiar para definir el evento estresor


como un reto que pueden superar (reestructuración) o como algo que se
solucionará por sí sólo con el paso del tiempo (evaluación pasiva). En general las
familias pueden enfrentar más efectivamente el estrés si logran desarrollar
explicaciones de cómo ocurrió el evento, por qué sucedió y cómo el entorno social
podría ser modificado para superar la situación indeseable.

La reestructuración es el proceso cognoscitivo que determina la intensidad de las


reacciones emocionales, ejerciendo control a través de la percepción, dado que la
evaluación cognoscitiva de un evento o tensión puede ayudar a neutralizar el
impacto, minimizando el peligro y afianzando la autoconfianza en el dominio de
ciertas tareas.

La evaluación pasiva opera como una respuesta de evitación de los problemas y


tiende a reflejar una actitud más pesimista hacia los asuntos por resolver.

•Estrategias externas de afrontamiento familiar. Se refiere a las conductas de los


miembros de la familia dirigidas a conseguir recursos en fuentes ajenas a la
familia. Son de tres tipos: obtención de apoyo social, es la habilidad para utilizar
los recursos de familiares, amigos, vecinos, etc.; búsqueda de apoyo espiritual, es
la capacidad familiar para acercarse a ese tipo de soporte; movilización familiar
para obtener y aceptar apoyo, habilidad de la familia para buscar recursos de la
comunidad y aceptar ayuda.

Cabe resaltar que el éxito en el afrontamiento no depende sólo de lo que hace la


familia sino de qué tanto hace. Unger y Powell afirman que “las familias usan
distintas clases de redes de apoyo según la necesidad que quieran satisfacer”32,
por tal razón Olson, McCubbin y cols incluyeron como fuentes de apoyo el
espiritual, el social, los amigos, vecinos, parientes y las instituciones de la
comunidad.
La importancia del apoyo espiritual en el manejo de situaciones problema radica
en que éste contribuye a mantener la unidad familiar, preservar la autoestima
individual y permitir la reducción de la ambigüedad social, siendo punto de
referencia de normas y expectativas sociales que guían a las familias en
momentos de crisis. Las familias que usan este recurso buscan el consejo de

32
HERNÁNDEZ, Ángela, Op cit., p. 47 – 50.

58
sacerdotes, asisten a los servicios de la Iglesia, participan en sus actividades y
tienen fe en Dios.

Por su parte, la búsqueda de apoyo social es entendida como la transacción


interpersonal que muestra preocupación emocional y la habilidad para pedir y
recibir este y otros tipos de apoyo e influye sobre la capacidad de la familia para
afrontar los estresores normativos y no normativos en la solución de problemas.

Las redes informales de apoyo funcionan con base en un sentido de reciprocidad


que se expresa en una mutua obligación para las partes involucradas, el apoyo
dado por estas redes puede ser más genuino en la medida en que no está adscrito
a ningún rol, de manera que las personas pueden ofrecer su apoyo más
espontáneamente, basadas sobre una relativa equidad.

La utilización de esta estrategia implica el mantenimiento de vínculos con los


amigos y la comunidad durante las dificultades, buscando consejo en parientes,
vecinos, amigos y personas que hayan enfrentado circunstancias similares y les
puedan brindar información al respecto.

En el cuadro 5 se encuentra la clasificación de las estrategias mencionadas


anteriormente.

1.3.5 La red social familiar. Según Sluzky33, cada miembro de una familia, un
grupo o una institución se enriquece a través de las múltiples relaciones que cada
uno manifiesta, debido a que la red social representa la sumatoria de todas las
relaciones que cuentan realmente o que son percibidas como tales por el
individuo, ésta define el nicho social propio que contribuye a su reconocimiento.
Así mismo, la red constituye una fuente esencial de sentimiento de identidad, del
deber ser, de competencia, de acción, así como las actitudes habituales a nivel de
la salud y del modo de adaptación a una crisis.

Ross Speck y Carolyn Attneave34 (1973), trabajando originariamente en las


mismas comunas contraculturales en las que Speck vivía, aplicaron estas
nociones de manera pionera al combinar en reuniones terapéuticas a la familia
extensa con la red informal de relaciones, para el manejo de pacientes en crisis.

Cuadro 5. Clasificación de las estrategias de afrontamiento


ESTRATEGIAS INTERNAS ESTRATEGIAS EXTERNAS
33
SLUZKY, E. Carlos. La red social, frontera de la práctica sistémica. Buenos Aires. Gedisa, 1990.
p. 20-48
34
SPECK, R. La intervención de red social, las terapias de red, teoría y desarrollo. Barcelona.
Paidos, 1989. p. 20-56

59
Reestructuración: Es la habilidad para redefinir Obtención de apoyo social:
las experiencias estresantes de manera que sean Hace referencia a la habilidad
más aceptables y manejables. Permite ver cómo para usar los recursos de
la familia cambia su punto de vista gracias a la familiares, amigos y vecinos.
confianza en su capacidad para manejar los
problemas.
Evaluación pasiva: Para equilibrar las conductas Movilización familiar para
más activas incluidas en otros factores, esta obtener y aceptar apoyo: Es
estrategia se enfoca sobre los comportamientos la habilidad para buscar
menos activos que podría desplegar una familia recursos en la comunidad y
ante el estrés. Para adoptar una actitud más aceptar ayuda.
pasiva se minimiza la propia responsabilidad y la
iniciativa para afrontar las dificultades.
Búsqueda de apoyo
espiritual: Es la habilidad
familiar para acercarse a este
tipo de soporte.
Fuente: Estrés en la familia colombiana: tensiones típicas y estrategias de
afrontamiento.

El grado de visibilidad del lenguaje de "red social", y la atención que le ha sido


prestada en términos de prácticas clínicas por el campo de la salud mental en
general, y el de la terapia familiar en particular, ha fluctuado dramáticamente en el
curso de los últimos treinta años. Así, el modelo de red tuvo una centralidad inicial
notoria con la publicación de los trabajos arriba mencionados de Speck y Attneave,
siendo congruente con la ideología y las prácticas del movimiento de salud mental
comunitaria. Con todo, con el aumento de la especialización territorial del campo
de la terapia familiar y con la involución progresiva de los proyectos de psiquiatría
comunitaria, estos modelos perdieron visibilidad.

Esto se expresó en una reducción llamativa de las contribuciones acerca de la red


social en el conjunto creciente de publicaciones profesionales sobre terapia
familiar y sobre salud mental. Hubo un esfuerzo fallido de revitalización por parte
de los fieles al modelo a través de la creación de un par de revistas destinadas a
los trabajos sobre red, pero estas publicaciones desaparecieron al poco tiempo,
víctimas de la baja demanda temática especializada, algo bastante razonable,
considerando que las terapias de red no son intervenciones exclusivas sino
inclusivas.

Con todo, en épocas recientes ha tenido lugar un cierto renacimiento del interés
en ese tema en diversas partes del mundo, incluyendo publicaciones en Suecia,
Holanda, Bélgica, los Estados Unidos y Argentina. A esta lista merecen agregarse
las estrategias "macro" desarrolladas en la actualidad en Nueva York por Salvador

60
Minuchin y su equipo para transformar los procesos y los objetivos de agencias
públicas de servicios sociales de protección al menor.

•El modelo de la "red social". Los contextos culturales y subculturales, los


contextos históricos, políticos, económicos, religiosos, de circunstancias
medioambientales, de existencia o carencia de servicios públicos, de
idiosincrasias de una región o un país o un hemisferio, sostienen y forman parte
del universo relacional del individuo. En un nivel más microscópico, a su vez, la
red social personal puede ser definida como la suma de todas las relaciones que
un individuo percibe como significativas o percibe como diferenciadas de la masa
anónima de la sociedad.

Esta red corresponde al nicho interpersonal del individuo, y contribuye


sustancialmente a su propio reconocimiento como persona y a su imagen de sí.
Constituye una de las claves centrales de la experiencia individual de identidad,
bienestar, competencia y protagonismo o autoría, incluyendo los hábitos de
cuidado de la salud y la capacidad de adaptación en una crisis.

Speack y Atteneave definen la red social como “el campo relacional total de una
persona y que tiene por común una representación espacio temporal.” 35 Su grado
de visibilidad es bajo, pero en cambio posee numerosas propiedades vinculadas
con el intercambio de información, tiene pocas reglas formales, pero está
compuesta por las relaciones entre muchas personas, algunas de las cuales son
conocidas por muchas personas entre ellas, siendo a menudo este nexo, ignorado
por las personas conectadas.

Según Sluzky,36 la red social personal puede ser registrada en forma de mapa
(Figura 2), la cual incluye a todos los individuos con los que interactúa una
persona dada. El mapa puede ser sistematizado en cuatro cuadrantes, a saber:
familia, amistades, relaciones laborales o escolares (compañeros de trabajo o
estudios), relaciones comunitarias, de servicio (por ejemplo, servicios de salud) o
de credo.

En cada uno de estos campos hay personas significativas que han tenido una
relación positiva o negativa con la persona que se halla en el centro del mapa.
Figura 2. Mapa de red social

35
SPECK, R y ATTENEAVE, C. Redes familiares. Buenos Aires. Paidos, 1974, p. 33-58
36
SLUZKY, Op. Cit., p. 33

61
Familia Amigos

Relaciones Comunitarias Rel. Laborales

Fuente: La red social, frontera de la práctica sistémica (Sluzky E. Carlos)

Este método hace que el paciente identificado tome conciencia de su red social,
para que él mismo pueda utilizarlo de un modo constructivo. En otros casos,
puede ser ayudado a movilizar y disponer libremente de los recursos de su red,
modelos de relación destructiva, conflictos y/o relaciones rotas pueden aclararse y
surgir oportunidades de modificar y convertirlas en recursos constructivos. Sobre
estos cuadrantes se inscriben tres áreas, a saber:

Un círculo interior de relaciones íntimas (tales como familiares directos con


contacto cotidiano, y amigos cercanos).

Un círculo intermedio de relaciones personales con menor grado de compromiso


(tales como relaciones sociales o profesionales con contacto personal pero sin
intimidad, "amistades sociales", y familiares intermedios).

Un círculo externo de conocidos y relaciones ocasionales (tales como conocidos


de escuela o trabajo, buenos vecinos, familiares lejanos, o cofeligreses).

La red puede ser evaluada en términos de sus características estructurales


(propiedades de la red en su conjunto), de las funciones de los vínculos (tipo
prevalente de intercambio interpersonal característico de vínculos específicos y de
la suma o combinación del conjunto de vínculos) y de los atributos de cada vinculo
(propiedades específicas de cada relación).

•Características estructurales

Las características estructurales de la red son:

62
Tamaño. Número de personas en la red. El promedio mínimo de relaciones que
puede mantener un individuo en los diferentes contextos en que se desenvuelve
corresponde a 15 relaciones. Hay indicaciones de que las redes de tamaño
mediano son más efectivas que las pequeñas o las muy numerosas. Las redes
mínimas son menos eficaces en situaciones de sobrecarga o tensión de larga
duración, ya que los miembros comienzan a evitar el contacto para evitar la
sobrecarga o, en caso contrario, tienden a sobrecargarse. Las redes muy
numerosas, a su vez, corren el riesgo de la inacción basadas en el supuesto de
que ''ya alguien se debe estar ocupando del problema", entre los factores que
afectan el tamaño de la red se incluyen las migraciones y relocaciones (que
reducen tanto dramáticamente el tamaño como el acceso de la red), y el paso del
tiempo (falta de acceso a la renovación).

Densidad. Es la conexión entre miembros independientemente del informante


(amigos míos que son amigos entre sí; parientes cercanos que son a su vez
íntimos entre sí; etc.); un nivel de densidad medio favorece la máxima efectividad
del grupo al permitir cotejamiento de impresiones ("La noto deprimida. A ti qué te
parece?"); una red con nivel de densidad muy alto favorece la conformidad en sus
miembros (presión para la adaptación del individuo a las reglas del grupo) y, si la
desviación individual persiste, favorece la exclusión del individuo de la red, y tiene
así mismo más inercia y un nivel de efectividad más bajo; un nivel de densidad
muy bajo reduce la declividad por la falta del efecto potenciante del cotejamiento;
con todo, la evaluación de la dimensión "densidad" debe complementarse con
análisis más cualitativos, tales como detectar la presencia de subsistemas
coherentes o conjuntos en una red (que poseen en general mayor poder e
influencia) y su relación con el individuo.

Composición o distribución. Hace referencia a que proporción del total de


miembros de la red está localizada en cada cuadrante y cada círculo; las redes
muy localizadas son menos flexibles y efectivas y generan menos opciones que
las redes de distribución más amplia; esto se aplica tanto a la distribución en
cuadrantes como en círculos, de igual forma las redes muy amplias pero
homogéneas (tal como el caso de las sectas o cultos fanáticos) muestran más
inercia y por lo tanto menos reactividad.

Dispersión. Es la distancia geográfica entre los miembros, lo que, obviamente,


afecta la facilidad de acceso al y del informante, y por lo tanto afecta tanto la
sensibilidad de la red a las variaciones del individuo como la eficacia y velocidad
de respuesta a las situaciones de crisis. Otros autores prefieren definir esta
variable como accesibilidad, es decir, facilidad de acceso o contacto para generar
comportamientos efectivos. La utilización de la distancia geográfica para evaluar
esta variable está en proceso de revisión constante, gracias a adelantos recientes
tales como las redes de computadoras tipo Internet, que generan nuevas

63
posibilidades de acceso a redes intensas, altamente reactivas y potencialmente
sensibles.

Homogeneidad y heterogeneidad demográfica y sociocultural. Se determina según


la edad, sexo, cultura y nivel socioeconómico, con ventajas e inconvenientes en
términos de identidad, reconocimiento de señales de estrés, activación y
utilización.

Atributos de vínculos específicos. Tales como intensidad o tropismo, es decir,


compromiso y carga de la relación, durabilidad e historia en común.

Tipo de funciones cumplidas por cada vínculo y por el conjunto. Se refiere a los
aspectos que se especificarán a continuación.

•Funciones de la red. El tipo prevalente de intercambio interpersonal entre los


miembros de la red determina las llamadas funciones de la red, entre éstas se
encuentran:

Compañía social. Hace referencia a la realización de actividades conjuntas o


simplemente estar juntos.

Apoyo emocional. Son intercambios que connotan una actitud emocional positiva,
clima de compresión, simpatía, empatía, estímulo y apoyo; es el poder contar con
la resonancia emocional y la buena voluntad del otro; es el tipo de función
característica de las amistades íntimas y las relaciones familiares cercanas con un
nivel bajo de ambivalencia; para subrayar la diferencia entre esta función y la
anterior, algunos autores diferencian entre “interactores frecuentes” y relaciones
de intimidad (algunos compañeros de trabajo por ejemplo, pueden ser interactores
frecuentes, pero no íntimos, algunos familiares íntimos pueden ser tanto
interactores frecuentes como íntimos, etc.).

Guía cognitiva y consejos. Se define como las interacciones destinadas a


compartir información personal o social, aclarar expectativas y proveer modelos de
rol.

Regulación (o control) social. Interacciones que recuerdan o reafirman


responsabilidades o roles, neutralizan las desviaciones de comportamiento que se
apartan de las expectativas colectivas, permitiendo una disipación de la frustración
y de la violencia, y favorecen la resolución de conflictos. Muchos de los ritos y
rituales sociales actúan como recordatorio de esas restricciones.

Ayuda material y de servicios. Es la colaboración específica sobre la base del


conocimiento experto o ayuda física, incluyendo los servicios de salud.

64
Acceso a nuevos contactos. Se refiere a la apertura de puertas para conexión con
personas y redes que hasta entonces no eran parte de la red social del individuo;
éste es potencialmente un atributo de toda relación, pero aparece como rasgo
importante sólo en algunas.

Las funciones de los vínculos se estabilizan a partir de su reiteración exitosa ("la


prueba del tiempo"). Con todo, ciertos eventos especiales pueden transformar
relaciones con funciones multifacéticos en vínculos, que simbolizan una función, o
un recuerdo específico.

•Atributos del vínculo. Cada vínculo puede ser analizado en términos de sus
atributos, a saber:

Las funciones prevalecientes. Hace referencia a la función o combinación de


funciones que caracterizan de manera dominante a ese vínculo.

La multidimensionalidad o versatilidad. Determina cuántas de esas funciones


cumple esa persona amiga, si es una compañía social buscada y si además es un
buen paño de lágrimas y fuente de consejos, en tanto que esa otra es magnífica
para las actividades sociales pero imposible como consejera.

La reciprocidad. Es decir, si tú cumples para con esa persona el mismo tipo de


funciones, o funciones equivalentes, a las que esa persona cumple para ti, o no;
este atributo es también conocido como "simetría-asimetría".

La intensidad o el compromiso de la relación. Es el tropismo o atracción entre los


miembros; esta variable puede ser definida también como "grado de intimidad".

La frecuencia de los contactos. Al respecto, merece notarse que, a mayor


distancia, mayor el requerimiento de mantener activo el contacto para mantener la
intensidad; al mismo tiempo, muchos vínculos intensos pueden ser reactivados
rápidamente aun cuando haya transcurrido un lapso importante entre contactos.

La historia de la relación. Especifica desde hace cuánto tiempo se conocen y cuál


es la experiencia previa de activación del vínculo.

Cada una de estas variables son interdependientes. Por ejemplo, una relación con
mucha historia en común mantiene intensidad aun cuando los contactos no sean
muy frecuentes. La estabilidad y confiabilidad del vínculo, por lo tanto, resulta de
una combinación de funciones.

65
66
2. DISEÑO METODOLÓGICO

2.1 TIPO DE ESTUDIO

La presente investigación se desarrolló a partir de un estudio cuantitativo, dado


que las variables a considerar fueron en su mayor parte características numéricas;
el diseño fue descriptivo de corte transversal, en la medida en que se buscó
determinar las estrategias de afrontamiento utilizadas por las familias con mujer
cabeza de hogar de la Organización Femenina Popular en situaciones de crisis, en
un solo momento de tiempo.

2.2 POBLACIÓN

La población objeto de estudio estuvo conformada por las familias con mujer
cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina
Popular (O.F.P) y correspondieron a un total de 37 familias de estratos uno y dos
de la Comuna 4.

La presente investigación se realizó tomando la totalidad de la población de


mujeres cabeza de familia que eran miembros activos de la casa Sur Sur de la
Organización Femenina Popular, entendiéndose miembro activo como aquélla
mujer cabeza de hogar que se encontraba en ese momento vinculada a la
organización y que asistía de forma continua a las diferentes actividades,
reuniones y eventos que se realizaran al interior de la misma.

2.3 UNIDAD DE ANÁLISIS

La unidad de análisis correspondió a la familia con mujer cabeza de hogar


perteneciente a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular de
Barrancabermeja en el año 2004.

2.4. TÉCNICAS DE RECOLECCIÓN DE LA INFORMACIÓN

2.4.1 Instrumentos. Los instrumentos que se emplearon para recolectar la


información fueron los siguientes:

67
•Escala de evaluación personal del funcionamiento familiar en situaciones de
crisis (F-COPES). Esta prueba fue creada con el fin de identificar la efectiva
solución de problemas y las estrategias conductuales utilizadas por las familias en
dificultades o situaciones problemáticas. F-COPES se basa en las dimensiones
de manejo exitoso de las crisis del modelo Doble ABCX, en el cual se integran los
siguientes factores: acumulación de las fuentes de estrés, recursos familiares y
sentido / percepción.

Esta prueba destaca 30 conductas de situaciones críticas, las cuales se enfocan


sobre los dos niveles de interacción subrayados en el modelo doble ABC-X:
Individuo – sistema familiar, o las formas como internamente las familia manejan
sus dificultades y problemas entre los miembros; Familia – ambiente social, o las
formas como las familias manejan los problemas o demandas que surgen en el
exterior de sus fronteras, pero que afectan a la familia como unidad o a sus
miembros. Se plantea la hipótesis de que las familias que operan niveles de
interacción se adaptarán más exitosamente a las situaciones de estrés.

Las estrategias de afrontamiento que pueden identificarse a partir de la aplicación


de este instrumento pueden ser de tipo interno o externo, en el primer grupo se
encuentran la reestructuración y la evaluación pasiva y el segundo grupo está
conformado por la búsqueda de apoyo social, búsqueda de apoyo espiritual y la
movilización familiar para obtener y acepar ayuda.

La puntuación para la identificación de dichas estrategias se realiza en rangos que


van de 1 a 5, donde: 1 corresponde a marcado desacuerdo, 2 moderado
desacuerdo, 3 ni de acuerdo ni en desacuerdo, 4 moderado acuerdo y 5 marcado
acuerdo (Anexo D).

•Mapa de red social. Es la suma de todas las relaciones que un individuo percibe
como significativas o diferenciadas de la masa anónima de la sociedad. Esta red
comprende el nicho interpersonal de la persona y contribuye substancialmente a
su propio reconocimiento como individuo y a la imagen de sí.

La red social personal puede ser registrada como mapa mínimo que incluye a
todos los individuos con los que interactúa una persona dada. El mapa puede
quedar sistematizado en 4 cuadrantes, a saber: Familia, amistades, relaciones
laborales y escolares y relaciones comunitarias o de servicios.

En dichos cuadrantes se inscriben las personas significativas que han tenido algún
tipo de relación con la persona que se halla en el centro del mapa, registrándolas
en las siguientes áreas:

Un círculo interior de relaciones íntimas (tales como familiares directos con


contacto cotidiano, y amigos cercanos).

68
Un círculo intermedio de relaciones personales con menor grado de compromiso
(tales como relaciones sociales o profesionales con contacto personal pero sin
intimidad, "amistades sociales", y familiares intermedios).

Un círculo externo de conocidos y relaciones ocasionales (tales como conocidos


de escuela o trabajo, buenos vecinos, familiares lejanos, o cofeligreses).

La red puede ser evaluada en términos de sus características estructurales


(propiedades de la red en su conjunto), de las funciones de los vínculos (tipo
prevalente de intercambio interpersonal característico de vínculos específicos y de
la suma o combinación del conjunto de vínculos) y de los atributos de cada vinculo
(propiedades específicas de cada relación) (Anexo E).

•Ficha sociodemográfica. Esta ficha permite determinar las características


sociodemográficas de una población determinada, como información personal
donde se encuentran dirección, teléfono, nombre, rol, edad, nivel de escolaridad,
ocupación, estado civil y lugar de nacimiento; aspectos relacionados con el tipo de
posesión de la vivienda (casa propia, arrendada y finca o lote propio) y las
condiciones económicas, referente a los ingresos y gastos de la familia (Anexo F).

2.4.2 Proceso de recolección de la información. El proceso de recolección de la


información se realizó contactando inicialmente a la Directora de la Organización
Femenina Popular, para determinar la población de mujeres cabeza de familia y
quien sugirió realizar el estudio con las familias pertenecientes a la Casa Sur –
Sur, dado que en esta sede no se había realizado algún tipo de investigación.

Posteriormente, se realizó una entrevista con la Coordinadora de la Casa Sur - Sur


donde se dio a conocer el objetivo de la investigación, los criterios de selección de
la población y los aportes que ésta traería a dichas mujeres y a la Organización
como tal.

Así mismo, se acordó asistir a las diferentes reuniones que se realizaban en esta
casa para explicar en términos generales a las mujeres las características de la
investigación; luego de dicha intervención se procedió a la inscripción voluntaria
de las mujeres cabeza de familia, a quienes se les solicitaba los datos personales
para su posterior contacto.

Luego de determinar la población se elaboró una guía de las familias a visitar,


agrupándolas por sectores para agilizar el proceso de aplicación de los
instrumentos, posteriormente se realizó la recolección de información y datos
generales de las familias a través de las visitas domiciliarias programadas con
anterioridad, en dichas visitas se llevó a cabo la aplicación del Formato del Perfil
Sociodemográfico, Escala de Evaluación Personal del Funcionamiento Familiar en

69
Situaciones de Crisis y el Mapa de Red Social; dicha aplicación se realizó a partir
de una visita a cada una de las familias objeto de estudio.

En la aplicación de estos instrumentos, inicialmente se seleccionaban los


miembros de la familia con mujer cabeza de hogar que cumplían los criterios para
diligenciar los diferentes formatos, como son ser mayor de 12 años y menor de 80;
cada miembro respondía de forma individual las preguntas correspondientes al F-
COPES y al mapa de red social, mientras que el perfil sociodemográfico era
resuelto por la mujer cabeza de familia.

Durante el proceso de recolección de la información se hizo evidente un alto grado


de aceptación y colaboración de cada uno de los miembros de las diferentes
familias visitadas, dado que hubo receptividad en las diferentes preguntas propias
de la aplicación de los instrumentos, de igual forma, pese al bajo grado de
escolaridad de algunos integrantes de la familia lograron comprender con facilidad
las instrucciones dadas por los investigadores según el tipo de instrumento
aplicado, lo que permitió que las respuestas dadas fueran claras y precisas,
aspecto que favorece el nivel de confiabilidad y validez de los resultados arrojados
por la presente investigación.

2.5 PLAN DE ANÁLISIS

2.5.1 Procesamiento de la información. La información recolectada a partir de las


variables contempladas en el F-COPES y mapa de Red social fue procesada en
forma manual por los investigadores.

2.5.2 Análisis de la información. Se realizó un análisis de la información


univariado para los siguientes atributos:

Estrategias de afrontamiento:
•Reestructuración
•Evaluación pasiva
•Obtención de apoyo social
•Movilización familiar para obtener y aceptar ayuda
•Búsqueda de apoyo espiritual

Características de la Red social:


•Tamaño
•Composición

70
Características sociodemográficas:
•Rol
•Edad
•Escolaridad
•Ocupación
•Estado civil
•Ciclo vital
•Tipología familiar
•Ingresos familiares

2.5.3 Presentación de la información. La información fue presentada a partir de


cuadros, con el fin de representar de forma ilustrada los porcentajes obtenidos en
la investigación acerca de las estrategias de afrontamiento empleadas en
situaciones de crisis por las familias con mujer cabeza de hogar.

2.6 CONTROL DE SESGOS DE INFORMACIÓN

Para la presente investigación no se tuvieron en cuenta los sesgos de selección,


dado que se abordó la totalidad de la población de mujeres cabeza de familia
pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la O.F.P.

Para el control de sesgos en la información se tuvieron en cuenta los siguientes


aspectos:

Instrumento. El F-COPES, es un instrumento que se desarrolló con el fin de


identificar las estrategias de afrontamiento utilizadas en situaciones de crisis por
las familias, dicho instrumento cuenta con altos niveles de confiabilidad, validez y
utilidad clínica.

Encuestado. Las personas o miembros de las familias a quienes se les aplicó el


instrumento de la investigación recibieron especificaciones claras y precisas por
parte de los investigadores, en relación con los objetivos de la investigación y al
momento de la aplicación de la prueba se les brindó las instrucciones específicas
para evitar así distorsiones en los datos y en esa medida garantizar la veracidad
de dicha información.

Encuestador. Los encuestadores corresponden a los investigadores quienes


recibieron entrenamiento no sólo para la aplicación de los instrumentos, sino
también para establecer el contacto con las familias objeto de estudio; para ello se

71
unificaron los criterios con el fin de obtener información de forma objetiva y
confiable.
2.7. ASPECTOS ÉTICOS

Los aspectos éticos que se tuvieron en cuenta para el desarrollo de la presente


investigación están basados en el Código Ético del Psicólogo en Colombia, según
el cual la reglamentación contemplada en el capítulo 16 para la realización de
investigaciones es la siguiente:

El psicólogo al planear y llevar a cabo investigación científica con participantes


humanos o no humanos, debe basarse en los principios éticos de respeto y
dignidad, y resguardar el bienestar y los derechos de los participantes.

Las leyes y los códigos éticos deben respetarse. En último término el investigador
es el juez definitivo de su propia conducta. La responsabilidad recae siempre
sobre el investigador.

Es preciso ser honestos. Esto incluye describir los hallazgos científicos tal como
se encontraron. Evitar el fraude, la descripción sesgada de los hallazgos y ocultar
información científica que contradiga los resultados.

Hay que reconocer la fuente y el origen de las ideas. Se toman de otros


investigadores, de estudiantes y/o de colegas y se debe reconocer dicho origen.

No se debe proclamar prioridad sobre una idea científica que no le pertenece al


investigador. A los coautores, colaboradores y asistentes se les debe dar el debido
reconocimiento.

El plagio y la copia de resultados científicos se deben evitar a toda costa.

Al trabajar con participantes humanos, es necesario que ellos estén informados


del propósito de la investigación. Se debe respetar su privacidad. Los participantes
tienen derecho a ser protegidos de daño físico y psicológico y a ser tratados con
respeto y dignidad.

El participante humano puede elegir si participa o no en la investigación o si se


retira en cualquier momento, sin recibir ninguna consecuencia negativa por
negarse a participar o por retirarse de la investigación.

El participante humano tiene derecho al anonimato cuando se reporten los


resultados y a que se protejan los registros obtenidos.

El consentimiento informado deben firmarlo los participantes de la investigación.


Se les debe decir en qué consiste la investigación, por qué se les seleccionó para

72
participar en ella, cuánto tiempo y esfuerzo requerirá su participación. Se les
especificará claramente que su participación es completamente voluntaria, que
pueden negarse a participar o retirarse de la investigación en cualquier momento
sin recibir castigo alguno. Especificar si se va a filmar, grabar o si se les va a
observar indirectamente (por ejemplo a través de una ventana con visión
unidireccional).

En el caso de niños pequeños o de personas con limitaciones severas, el


consentimiento informado lo firmará el representante legal del participante.
Un Comité de Ética debe evaluar los proyectos de investigación científica que
puedan implicar riesgo para los participantes.

Los datos originales (protocolos de investigación) se deben conservar por lo


menos durante dos años.

73
74
3. ANÁLISIS DE RESULTADOS

Los apartados que se presentan a continuación reúnen información relacionada


con los resultados del proceso de investigación adelantado con las familias con
mujer cabeza de hogar de la Casa Sur - Sur de la OFP; inicialmente se dan a
conocer las características sociodemográficas que contienen datos generales de
esta población, luego se contemplan los resultados concernientes a las
estrategias de afrontamiento empleadas a nivel de los roles ejercidos por los
diferentes miembros del sistema familiar.

Posteriormente, se consigna la información correspondiente a las estrategias de


afrontamiento movilizadas por las familias como unidad, para contrarrestar las
diferentes situaciones de tensión inherentes a la dinámica familiar.

Finalmente, el cuarto apartado comprende una descripción detallada de las


diferentes características de las redes sociales que hacen parte de las familias
objeto de estudio.

3.1 CARACTERÍSTICAS SOCIODEMOGRÁFICAS DE LA POBLACIÓN OBJETO


DE ESTUDIO

Las características sociodemográficas de la población objeto de estudio que se


exploraron fueron: la edad, el nivel de escolaridad, la ocupación, el lugar de
nacimiento y las condiciones socioeconómicas de las familias con mujer cabeza
de hogar que participaron en esta investigación, a fin de establecer una posible
relación entre dichas condiciones y la forma en que las familias afrontan las
diferentes situaciones de crisis.

3.1.1 Clasificación de las familias de acuerdo al rol ejercido por sus miembros. El
cuadro 6 muestra una clasificación del total de las personas participantes en la
investigación, de acuerdo al rol ejercido dentro del sistema familiar. El total de los
integrantes de las diferentes familias correspondió a 140 personas, de las cuales
el 26% cumplen el rol de mujer cabeza de familia, el 4% son cónyuges, el 59% son
hijos y el 11% restante concierne a otros familiares como padres, nueras, yernos y
nietos, entre otros.

Estos datos denotan que en estas familias existe un marcado predominio de


personas que cumplen el rol de hijos y otros familiares, que en su mayoría no
aportan en términos económicos al sostenimiento del hogar, lo cual demanda por

75
parte de la mujer cabeza de familia atención y cuidados, a la vez que incrementa
los gastos y responsabilidades que esta debe asumir.

Cuadro 6. Distribución porcentual según rol de las familias con mujer cabeza de
hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular.
Barrancabermeja, 2004.
NÚMERO DE MIEMBROS POR ROL FRECUENCI A PORCENTAJE
Mujer cabeza de familia 37 26%
Cónyuge 5 4%
Hijos 83 59%
Otros familiares 15 11%
TOTAL 140 100%
Fuente: Perfil sociodemográfico.

3.1.2 Promedio de hijos por familia. Respecto al número de hijos existentes en el


sistema familiar, se encontró que el 94% de las familias posee de 1 a 4 hijos y el
6% restante son familias sin hijos; de manera que el promedio general del número
de hijos por familia corresponde a 2.2, tal como se puede observar en el cuadro 7.

Cuadro 7. Distribución porcentual del número de hijos que poseen las familias con
mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización
Femenina Popular. Barrancabermeja, 2004.
NÚMERO DE PROMEDIO DE
HIJOS POR FRECUENCIA PORCENTAJE HIJOS POR
FAMILIA FAMILIA
Sin hijos 2 6%
Un hijo 9 24%
Dos hijos 10 27%
Tres hijos 9 24%
Cuatro hijos 7 19%
TOTAL 37 100% 2.2
Fuente: Perfil sociodemográfico.

Sin embargo, pese a que el promedio de hijos por familia es relativamente bajo,
las mujeres cabeza de familia enfrentan dificultades de tipo laboral, económico y
disponibilidad de tiempo para brindar atención, cuidados y afecto a los miembros

76
del sistema familiar, lo cual implica una satisfacción parcial de las necesidades
básicas y afectivas de la familia.

3.1.3 Tipología Familiar. En cuanto a la tipología familiar (Cuadro 8), se denota


que el 67% del total de las familias es uniparental, de manera que la
responsabilidad de la familia recae sobre la madre; el 22% corresponde a familias
extensas en donde conviven otros parientes cercanos como nietos, nueras,
yernos, entre otros y el 11% restante son familias tradicionales o nucleares
conformadas por el padre, la madre y los hijos, sin embargo, es importante resaltar
que en estas familias es la mujer la que asume la jefatura del hogar, dado que en
la mayoría de los casos sus cónyuges se encuentran desempleados o poseen
trabajos inestables que ofrecen pocos ingresos económicos que no alcanzan a
suplir las necesidades básicas del sistema familiar.

Cuadro 8. Distribución porcentual de la tipología familiar de las familias con mujer


cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina
Popular. Barrancabermeja, 2004.
TIPOLOGÍA FAMILIAR FRECUENCIA PORCENTAJE

Familia tradicional o 4 11%


nuclear
Familia extensa 8 22%
Familia uniparental 25 67%
TOTAL 37 100%
Fuente: Perfil sociodemográfico.

3.1.4 Ciclo vital familiar. Teniendo en cuenta el ciclo vital familiar (Cuadro 9), se
encontró que el 41% de las familias objeto de estudio, son familias con hijos
adolescentes, el 35% se encuentra en la etapa salida de los hijos del hogar, el
16% corresponde a familias con hijos en edad escolar, el 5% se encuentra en la
etapa de nido vacío y el 3% restante son familias con hijos en edad preescolar.

De manera que el 60% de estas familias están conformadas por hijos que se
encuentran en la etapa de la niñez y la adolescencia, por tanto requieren una
mayor orientación, guía y cuidado de sus padres para un adecuado desarrollo
físico y emocional, aspectos que le exigen a la mujer cabeza de familia un mayor
esfuerzo en la organización de su rutina diaria, dado que debe asumir el rol de
padre y madre al mismo tiempo, satisfaciendo las necesidades económicas y

77
emocionales de sus hijos, a la vez que debe propender por el mantenimiento del
equilibrio propio del sistema familiar.
3.1.5 Perfil de edad de la población. Las edades de las mujeres cabeza de familia,
participantes en esta investigación, oscilan entre los 19 y 64 años de edad
(Cuadro 10), de manera que el 97% se ubica entre los 26 y 64 años de edad.

Cuadro 9. Distribución porcentual del ciclo vital de las familias con mujer cabeza
de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina
Popular. Barrancabermeja, 2004.
CICLO VITAL FAMILIAR FRECUENCIA PORCENTAJE

Familias con hijos en


edad preescolar (0 – 5 1 3%
años)
Familias con hijos en
edad escolar (6 – 12 6 16%
años)
Familias con hijos
adolescentes (13 – 18 15 41%
años)
Salida de los hijos del 13 35%
hogar (19 – 30 años)
Nido vacío 2 5%

TOTAL 37 100%

Fuente: Perfil sociodemográfico.

Por su parte, el 40% de los cónyuges de las mujeres cabeza de familia se


encuentran entre los 26 y 39 años de edad, el 40% entre los 40 y 64 años y el
20% restante posee 65 o más años de edad; de manera que el 80% se encuentra
entre los 26 y 64 años, al igual que sus parejas.

Respecto a los hijos, se encontró que el 8% está entre los 0 y 5 años de edad, el
34% está entre los 6 y 12 años, otro 34% está entre los 13 y 18 años, el 13% está
entre los 19 y 25 años, el 10% está entre los 26 y 39 años y el 1% restante se
encuentra entre los 40 y 64 años de edad; por ende el 76% de los hijos dependen
económicamente de la madre por encontrarse entre los 0 y 18 años de edad, lo
cual les impide aportar significativamente al sostenimiento del hogar.

78
Finalmente, el 33% de los demás integrantes del sistema familiar, agrupados en la
categoría de otros familiares, se encuentra entre los 0 y 5 años de edad, el 26%
está entre los 6 y 12 años, el 7% está entre los 19 y 25 años, otro 7% está entre
los 26 y 39 años, el 7% se encuentra ente los 40 y 64 años y el 20% restante
posee de 65 años en adelante. Lo anterior evidencia que el 59% de estas
personas son menores de edad que incrementan el número de responsabilidades
que debe afrontar la mujer cabeza de familia.

Cuadro 10. Distribución porcentual del Perfil de edad de las familias con mujer
cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina
Popular. Barrancabermeja, 2004.
ROL MUJER OTROS
CABEZA DE CÓNYUGE HIJOS FAMILIARES
FAMILIA
ED AD F % F % F % F %
0 a 5 7 8% 5 33%
Primera infancia
6 a 12 28 34% 4 26%
Segunda
infancia
13 a 1 8 28 34%
Adolescencia
19 a 2 5 1 3% 11 13% 1 7%
Adultez
temprana
26 a 3 9 15 40% 2 40% 8 10% 1 7%
Adultez
Intermedia
40 a 6 4 21 57% 2 40% 1 1% 1 7%
Adultez tardía
65 – Ma s 1 20% 3 20%
Vejez
TOTAL 37 100% 5 100% 83 100% 15 10 0%
Fuente: Perfil sociodemográfico.

3.1.6 Perfil del nivel escolar de la población. Respecto al nivel escolar de la


población objeto de estudio (Cuadro 11) se encontró que el 59% de las mujeres
cabeza de familia tienen un bajo nivel de escolaridad, donde el 8% son
analfabetas, el 24% realizó la primaria incompleta, el 27% terminó la primaria, el

79
22% no terminó la secundaria, el 16% realizó la secundaria y el 3% posee un nivel
técnico de educación.

Por otra parte, el 60% de los cónyuges de las mujeres cabeza de familia posee un
nivel de escolaridad insuficiente, ya que el 20% no terminaron la primaria, mientras
que el 40% si logró hacerlo, el 20% realizó la secundaria incompleta y el 20%
restante terminó sus estudios secundarios.

Cuadro 11. Distribución porcentual del nivel escolar de las familias con mujer
cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina
Popular. Barrancabermeja, 2004.
MUJER OTROS
RO L CABEZA DE CÓNYUGE HIJOS FAMILIARES
FAMILIA
F % F % F % F %
ESCOLARIDAD
Analfabeta 3 8% 2 13%
Menor No Escolar 8 10% 3 20%
Preescolar 2 2% 1 7%

Primaria 9 24% 1 20% 15 18% 5 32%


Incompleta
Primaria 10 27% 2 40% 11 13% 1 7%
Completa
Secundaria 8 22% 1 20% 37 45% 1 7%
Incompleta
Secundaria 6 16% 1 20% 5 6% 1 7%
Completa
Universitario 1 1% 1 7%
Incompleto
Universitario
completo
Técnico 1 3% 4 5%
TOTAL 37 100% 5 100% 83 100% 15 1
00%

Fuente: Perfil sociodemográfico.

Los bajos niveles de escolaridad que presentan las mujeres cabeza de familia y
sus cónyuges, dificultan la adquisición de empleos que permitan devengar

80
ingresos que satisfagan totalmente las necesidades de todos los miembros del
sistema familiar, de manera que los trabajos a los que esta población tiene acceso,
tienden a reducir las posibilidades de desarrollo personal y los espacios de
interacción familiar, a la vez que afecta la comunicación y la convivencia cotidiana,
dado que en su mayoría estas labores exigen una alta disponibilidad de tiempo.

Respecto al nivel escolar de los hijos, el 10% son menores en edad no escolar, el
2% se encuentra en preescolar, el 18% corresponde a los hijos que están
cursando la primaria o que no lograron terminarla, el 13% culminó la primaria, el
45% está cursando la secundaria o no la culminó, el 6% terminó sus estudios
secundarios, el 1% está cursando estudios universitarios y el 5% restante posee
un nivel técnico. Teniendo en cuenta las edades de los hijos se observa que éstos
se encuentran dentro del sistema educativo.

Entre los demás integrantes del sistema familiar, como padres, nueras, yernos o
nietos, se encontró que el 13% son analfabetas, el 20% son menores en edad no
escolar, el 7% está cursando preescolar, el 32% está realizando la primaria o no
logró culminarla, el 7% realizó los estudios de primaria, otro 7% está cursando la
secundaria o no logró terminarla, el 7% finalizó sus estudios de secundaria y el 7%
restante está realizando estudios universitarios.

3.1.7 Perfil de la ocupación de la población. La ocupación que desempeñan los


diferentes miembros del sistema familiar de acuerdo al rol que ejercen (Cuadro
12), es la siguiente: el 70% de las mujeres cabeza de familia poseen empleos
inestables provenientes de oficios relacionados con labores domésticas, venta de
chance, lotería, reciclaje y ventas, el 24% trabaja de manera independiente, en
negocios propios como tiendas, sala de belleza, venta de productos por catálogo y
modistería; un 3% son jubiladas y el 3% restante se encuentran desempleadas.

Así mismo, el 20% de los cónyuges de las mujeres cabeza de familia poseen un
empleo inestable correspondiente a la albañilería, mientras que el 80% restante se
encuentran desempleados, convirtiéndose en un apoyo emocional para su pareja;
de manera que son las madres quienes generalmente responden por el sustento
económico y el bienestar de sus familias, dado que los cónyuges que laboran en
empleos inestables no logran suplir la totalidad de las necesidades que se
generan al interior del sistema familiar.

Respecto a la ocupación que desempeñan los hijos, se encontró que el 1% posee


un empleo estable, el 11% tiene un empleo inestable, el 1% trabaja de forma
independiente, el 22% se dedica a las labores propias del hogar, el 63% son
estudiantes, el 11% son desempleados y el 11% restante se ubica en la categoría

81
de no aplica que corresponde a personas no habilitadas para laborar, como niños
en edad escolar.

Cuadro 12. Distribución porcentual de la ocupación de las familias con mujer


cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina
Popular. Barrancabermeja, 2004.
MUJER OTROS
RO L CABEZA DE CÓNYUGE HIJOS FAMILIARES
FAMILIA
OCUPACIÓN F % F % F % F %
Empleado 1 1%
estable
Empleado 26 70 % 1 20 % 9 11%
inestable
Trabajador 9 24 % 1 1%
independiente
Hogar 2 2% 1 7%
Estudiante 52 6 3% 4 27 %
Jubilado 1 3% 1 7%
Desempleado 1 3% 4 80 % 9 11% 4 27 %
No aplica 9 11% 5 32 %
TOTAL 37 100% 5 100% 83 100% 15 100%
Fuente: Perfil sociodemográfico.

Finalmente, el 7% de los demás miembros del sistema familiar, correspondiente a


los padres, madres, nietos, nueras y yernos se dedica a las labores propias del
hogar, el 27% son estudiantes, el 7% son jubilados, el 27% se encuentran
desempleados y el 32% restante se ubica en la categoría de no aplica, descrita
anteriormente.

Los anteriores resultados evidencian que el 74% de los hijos y el 93%


correspondiente a la categoría de los demás miembros del sistema familiar, no
aportan en términos económicos al sostenimiento de la familia, lo cual incrementa
el grado de responsabilidad de la mujer cabeza de familia y limita las posibilidades
de desarrollo, afectando la calidad de vida de las mismas.

3.1.8 Perfil del estado civil de la población. En cuanto al estado civil de las
mujeres cabeza de familia, se encontró que el 27% son viudas a causa de la

82
muerte natural del cónyuge y violencia social, el 30% son separadas, el 13%
conviven en unión libre, de manera que el 100% de los cónyuges de las mujeres
cabeza de familia convive también en unión libre y el 30% restante son madres
solteras debido a la irresponsabilidad paterna y violencia social (Cuadro 13).

Cuadro 13. Distribución porcentual del estado civil de las familias con mujer
cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina
Popular. Barrancabermeja, 2004.
MUJER OTROS
RO L CABEZA DE CÓNYUGE HIJOS FAMILIARES
ES TAD O FAMILIA
CIV I L F % F % F % F %
Soltero 76 92% 9 61%
Casado 1 1% 2 13%
Viudo 10 27% 1 1% 2 13%
Separado 11 30%
Unión libre 5 13% 5 100% 2 2% 2 13%
Madre soltera 11 30% 3 4%
TOTAL 37 100% 5 100% 83 100% 15 100%
Fuente: Perfil sociodemográfico.

Respecto al estado civil de los hijos, el 92% son solteros, el 1% son casados, el
1% son viudos, el 2% convive en unión libre y el 4% restante corresponde a
madres solteras; de manera que el 3% de los hijos que cuentan con una pareja se
mantiene en el hogar materno ya que las condiciones laborales (desempleo o
empleo inestable) y económicas no les permiten lograr su independencia.

El 61% de los demás integrantes del sistema familiar son solteros, el 13% son
casados, el 13% son viudos y el 13% restante conviven en unión libre.

3.1.9 Perfil del lugar de nacimiento de la población. Respecto al lugar de


nacimiento de los integrantes de las familias objeto de estudio (Cuadro 14), se
encontró que el 81% de las mujeres cabeza de familia son del departamento de
Santander, mientras que el 19% restante son oriundos de otros lugares del país.

Por su parte, el 60% de los cónyuges de las mujeres cabeza de familia son de
Santander y el 40% restante provienen de otras regiones del país.

El 98% de los hijos de estas familias nacieron en el departamento de Santander y


el 2% restante corresponde a los hijos que nacieron en otras regiones del país.

83
Finalmente, el 87% de los demás integrantes del sistema familiar son del
departamento de Santander y el 13% restante pertenece a otros departamentos.
Cuadro 14. Distribución porcentual del lugar de nacimiento de las familias con
mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización
Femenina Popular. Barrancabermeja, 2004.
MUJER OTROS
ROL CABEZA DE CÓNYUGE HIJOS FAMILIARES
LUGAR
FAMILIA
DE NACIMIENTO F % F % F % F %
Santander 30 81% 3 60% 81 98% 13 87%
Otros 7 19% 2 40% 2 2% 2 13%
TOTAL 37 100% 5 100% 83 100% 15 100%
Fuente: Perfil sociodemográfico.

De manera que la mayoría de esta población es oriunda de los diferentes


municipios que hacen parte del departamento de Santander.

3.1.10 Otras características sociodemográficas de la población. A fin de lograr un


mayor acercamiento a las condiciones de vida de las familias objeto de estudio, se
tomaron en cuenta características socioeconómicas que corresponden a las
condiciones de vivienda propias de estas familias (Cuadro 15) y al ingreso familiar
de las mismas; encontrándose al respecto que el 84% de las familias vive en una
casa propia, construida en la mayoría de los casos, en tablas y ubicadas en
terrenos de alto riesgo; el 3% de estas familias vive en arriendo, mientras que el
13% restante cuenta con un lote propio.

Cuadro 15. Distribución porcentual de las condiciones de vivienda de las familias


con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización
Femenina Popular. Barrancabermeja, 2004.
TIPO DE PROPIEDAD FRECUENCIA PORCENTAJE
Casa propia 31 84%
Casa en arriendo 1 3%
Lote propio 5 13%
TOTAL 37 100%
Fuente: Perfil sociodemográfico.

84
Respecto al ingreso familiar (Cuadro 16), se encontró que el 24% de estas familias
no alcanza a recibir un salario mínimo mensual, el 68% cuenta con un salario
mínimo mensual, mientras que el 8% restante cuenta con dos salarios mínimos
mensuales.

Cuadro 16. Distribución porcentual del ingreso familiar de las familias con mujer
cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina
Popular. Barrancabermeja, 2004.
INGRESO FAMILIAR FRECUENCIA PORCENTAJE
Menos de un salario mínimo 9 24%
Un salario mínimo 25 68%
Dos salarios mínimos 3 8%
TOTAL 37 100%
Fuente: Perfil sociodemográfico.

3.2 ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO FAMILIAR A NIVEL DE ROLES


EJERCIDOS

La concepción de la familia como sistema permite comprender por qué las


reacciones o eventos que afectan a uno de los miembros evocan también
reacciones en los demás y sustenta la idea de que el nivel de estrés de la familia
como unidad es cualitativamente diferente de la suma del estrés de cada uno de
sus integrantes. Por otra parte, la reacción de uno de ellos, cuando está solo,
puede ser muy distinta de la que presenta cuando está en grupo con su familia,
aunque a veces la descarga del estrés se expresa a través de uno de los
miembros, como parte de la búsqueda del equilibrio entre estabilidad y cambio
propia de todos los sistemas; sin embargo, tal descarga es un indicativo de la
necesidad de cambio del sistema.

La familia bajo estrés construye una realidad simbólica basada en significados


compartidos y en expectativas acerca de los papeles de sus miembros, sabiendo
que tales significados reciben la influencia de la comunidad, la sociedad y la
cultura, pues en este contexto mayor se establecen las normas y las costumbres.

Por tal razón, la vulnerabilidad de la familia al estrés está relacionada con sus
contextos interno y externo; el primero corresponde a las dimensiones que la
familia puede controlar y el segundo a aquellas que se salen de su control.

85
Por tanto, la resolución de problemas se refiere a la habilidad familiar para definir
el evento estresor y la situación en términos de sus componentes manejables,
para identificar cursos alternativos de acción y para dar pasos hacia la solución
inmediata y definitiva del problema. Las estrategias de afrontamiento son los
patrones y conductas destinadas a mantener y/o fortalecer la organización y la
estabilidad de la unidad familiar, mantener el equilibrio emocional y el bienestar de
los miembros, obtener y utilizar los recursos internos y los de la comunidad para
manejar la situación, y realizar las acciones pertinentes para solucionar las
dificultades creadas por el estresor.

Dada la importancia de las estrategias de afrontamiento en el desarrollo individual


y colectivo de las familias colombianas y el incremento en el número de familias
con mujer cabeza de hogar, se determinó la aplicación de la Escala de Evaluación
Personal del Funcionamiento Familiar en Situaciones de Crisis (F-COPES) a fin de
identificar las estrategias de afrontamiento que emplean estas familias para
minimizar el impacto ocasionado por los eventos estresantes que surgen en la
vida diaria y como población de referencia se tomó a las familias con mujer cabeza
de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina
Popular de Barrancabermeja.

Es así que en este apartado se presentarán los resultados que describen de forma
detallada el tipo de estrategias empleadas por estas familias, a nivel de los roles
ejercidos, para afrontar las diferentes situaciones de crisis y estrés; en el Cuadro
17 se encuentran resumidos dichos resultados.

Cuadro 17. Distribución porcentual de las estrategias de afrontamiento familiar a


nivel de roles ejercidos por los miembros de las familias con mujer cabeza de
hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular.
Barrancabermeja, 2004.
MUJER OTROS
ROL CABEZA DE CÓNYUGE HIJOS FAMILIARES
FAMILIA
F % F % F % F %
ESTRATEGIA
APOYO SOCIAL 8 22% 2 33% 14 28%
REESTRUCTURACIÓN 11 30% 1 17% 21 41% 2 50%
APOYO ESPIRITUAL 3 8%
MOVILIZACIÓN 2 5% 1 17%
FAMILIAR
EVALUACIÓN PASIVA 13 35% 2 33% 16 31% 2 50%

86
TOTAL 37 100% 6 100% 51 100% 4 100%
Fuente: Escala de evaluación personal del funcionamiento familiar en situaciones
de crisis (F – COPES).

Respecto a las mujeres cabeza de familia, la estrategia de afrontamiento


empleada con mayor frecuencia, corresponde a la evaluación pasiva,
representada por un 35%; en segundo lugar emplean la reestructuración para
enfrentar situaciones de crisis con un 30%; le siguen la búsqueda de apoyo social
con un 22%, la búsqueda de apoyo espiritual con un 8% y finalmente la
movilización familiar para obtener y aceptar ayuda con un 5%.

Estos resultados reflejan que frente a las crisis familiares las mujeres cabeza de
familia optan por emplear estrategias de tipo interno desplegando, en algunos
casos comportamientos poco activos para enfrentar las dificultades, por ende
minimizan la propia responsabilidad y la iniciativa para afrontar dichas dificultades,
lo cual puede afectar la dinámica y el funcionamiento familiar en la medida en que
no se movilizan los recursos internos que posee la familia para tratar de resolver y
contrarrestar los agentes externos que perturban el sistema familiar, agudizando
así la crisis, más aún cuando es la mujer cabeza de hogar quien debe velar por la
satisfacción de las necesidades de los miembros de dicho sistema.

No obstante, existe un alto porcentaje de estas mujeres (30%) que tratan de


redefinir las situaciones de crisis para hacerlas manejables de una forma racional
y aceptable, de manera que estas mujeres intentan movilizar los recursos que
posee el sistema familiar para encontrar soluciones a los eventos estresantes que
surgen en la cotidianidad, empleando así la reestructuración, dado que estas
mujeres consideran que poseen las habilidades y elementos necesarios para dar
respuesta a las exigencias del medio.

Así mismo, las condiciones sociodemográficas propias de esta población, en las


que se evidencian disputas entre los vecinos por temor a perder las viviendas,
debido a que esta población hace parte de comunidades en las que muchos de los
predios en que habitan no han sido legalizados, y teniendo en cuenta las
condiciones económicas que caracterizan a esta población, las mujeres cabeza de
familia, gracias a los diferentes espacios de socialización con mujeres de su
misma condición y a las capacitaciones brindadas por la O.F.P., orientadas a la
adquisición de una habilidad laboral y crecimiento personal, han logrado ver las
dificultades en forma propositiva y no como aspectos que limitan su desarrollo
laboral, personal y social, dando paso al desarrollo y utilización de mecanismos
internos, en donde la dinámica y los recursos que posee cada familia determinan
el tipo de estrategia interna a emplear.

87
Por otro lado, se hace evidente en estos resultados que las condiciones
económicas propias de estas familias generan en gran medida situaciones de
crisis y estrés familiar que requieren de una solución inmediata, lo cual conlleva a
que la mujer cabeza de familia espere encontrar en el medio que le rodea una
ayuda igualmente de tipo económica que le permita satisfacer las necesidades de
su familia, es así que la ayuda de personas, instituciones religiosas y entidades
como la Organización Femenina Popular (O.F.P), a la cual pertenecen, puede no
ser percibida como la ayuda necesaria que ellas esperan, dado que en la mayoría
de los casos estas organizaciones no pueden ofrecer este tipo de apoyo.

Lo anterior se convierte en una razón de la baja identificación de las mujeres


cabeza de familia frente a las estrategias externas de afrontamiento, constituida
por la movilización familiar para obtener y aceptar apoyo, representada sólo con
un 5% y la búsqueda de apoyo espiritual correspondiente al 8%.

Es importante resaltar que dentro de estos sistemas familiares, sólo las mujeres
cabeza de familia emplean la búsqueda de apoyo espiritual como estrategia de
afrontamiento, ya que existe una marcada influencia a nivel cultural en donde las
costumbres religiosas son mayormente practicadas por la población de mujeres.

Por otra parte, los cónyuges de las mujeres cabeza de familia emplean en mayor
medida la búsqueda de apoyo social y la evaluación pasiva para enfrentar las
situaciones de crisis y estrés familiar, representada cada una con un 33% y
seguidas de la reestructuración y la movilización familiar para obtener y aceptar
ayuda, con un 17% cada una; en cuanto a la búsqueda de apoyo espiritual no se
evidenció porcentaje alguno, dado que no es percibida por los cónyuges como una
estrategia de afrontamiento que ofrezca soluciones reales a las diferentes
situaciones estresantes que debe enfrentar a diario el sistema familiar.

Estos resultados denotan que frente a las situaciones de crisis y estrés familiar
algunos de los cónyuges de las mujeres cabeza de familia, optan por buscar
ayuda de familiares y amigos cercanos como una forma de contribuir en la
solución de dichas situaciones, dado que perciben la existencia de personas en el
medio que podrían brindar algún tipo de ayuda; mientras que en otros casos los
cónyuges asumen una actitud pasiva frente a la solución de las crisis debido a que
no perciben en el medio fuentes de ayuda o porque consideran que al ser la mujer
la responsable del sostenimiento de la familia, es a ella a quien le corresponde
resolver los problemas familiares.

De igual forma, los cónyuges de las mujeres cabeza de familia recurren en la


misma medida al empleo de la reestructuración y la movilización familiar para
afrontar las situaciones estresantes, es decir, algunos tratan de redefinir los

88
problemas para hallar soluciones razonables, dado que aunque no están
asumiendo la responsabilidad económica de su familia intentan brindar apoyo a su
pareja como una forma de contribuir en el adecuado funcionamiento del sistema
familiar; mientras que los demás cónyuges acuden o motivan a su pareja a la
búsqueda de ayuda que proporciona la comunidad y determinadas organizaciones
como la O.F.P, debido a que poseen una percepción positiva de estas fuentes de
apoyo.

Respecto a las estrategias de afrontamiento empleadas por los hijos, se encontró


que en primer lugar se halla la reestructuración con un 41%, seguida por la
evaluación pasiva con un 31% y la búsqueda de apoyo social con un 28%; de
manera que la búsqueda de apoyo espiritual y la movilización familiar para obtener
y aceptar ayuda no son percibidas de manera significativa por los hijos para
resolver situaciones de crisis y estrés familiar, dado que estas estrategias no
ofrecen la misma efectividad al momento del surgimiento del evento estresor,
además la búsqueda de apoyo espiritual por sí sola no es una alternativa de
solución, ya que las características culturales que presenta el medio en que se
desenvuelven los jóvenes no contempla las creencias religiosas como un modelo
a seguir por éstos.

Los resultados anteriores evidencian que los hijos de estas familias emplean en
mayor medida estrategias de tipo interno para afrontar situaciones estresantes,
debido posiblemente a que esta población presenta un mayor grado de
escolaridad y las crisis propias de esta etapa del ciclo vital suelen ser menos
caóticas que las asumidas por los demás miembros del sistema familiar,
especialmente la mujer cabeza de familia, aspectos que les brindan la posibilidad
de redefinir el conflicto o de movilizar actitudes de pasividad frente a las crisis para
que las consecuencias de éstas resulten menos estresantes, lo cual está
determinado por los recursos y habilidades que existen a nivel personal y/o
familiar.

Finalmente, los demás integrantes del sistema familiar, como nietos, padres,
madres, nueras y yernos, agrupados en la categoría de otros familiares, emplean
de igual forma la reestructuración y la evaluación pasiva para afrontar los eventos
estresantes, representadas con un 50% cada una; de tal manera que la búsqueda
de apoyo social, la búsqueda de apoyo espiritual y la movilización familiar para
obtener y aceptar ayuda, no son empleadas como estrategias de afrontamiento
por estas personas.

Es importante resaltar que el número de miembros partícipes de la investigación


pertenecientes a la categoría de “otros familiares”, corresponde a 4 personas, es
decir, sólo un 3% del total de la población, puesto que los demás integrantes
pertenecientes a dicha categoría son menores de 12 años, los cuales no poseen la

89
madurez psicológica para responder a los ítems de la prueba (F-COPES) y el
restante corresponde a adultos mayores cuyas habilidades intelectivas han
disminuido significativamente.

Lo anterior se traduce en que sólo dos personas pertenecientes a dicha categoría


utilizan de forma predominante la reestructuración como estrategia de
afrontamiento ante estresores situacionales y eventos de transición, ya que
participan activamente en la resolución de dificultades que se presenten al interior
de la dinámica familiar y por el contrario los dos miembros restantes utilizan la
evaluación pasiva, lo cual evidencia el posible grado de dependencia de estos
miembros hacia los demás integrantes del sistema familiar en especial la mujer
cabeza de familia.
3.3 ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO FAMILIAR A NIVEL GLOBAL

Las estrategias de afrontamiento empleadas por los miembros del sistema familiar
a nivel individual, determinan en gran medida los patrones de acción y los
recursos que moviliza la familia como totalidad, al momento de enfrentar las crisis
y eventos estresores que surgen en su diario vivir, respondiendo así al principio de
no sumatividad que caracteriza a las familias desde el punto de vista de la teoría
sistémica, según el cual, el todo es mayor y diferente a la suma de sus partes, por
lo cual la familia no puede ser descrita simplemente por la adición de los rasgos de
sus miembros individuales; la organización familiar y los procesos interaccionales
implican un interjuego de la conducta de sus integrantes, de modo que lo que se
enfoca en la observación del funcionamiento del sistema familiar son sobre todo
los patrones de conexión, y no sólo el desempeño individual.

Teniendo en cuenta lo anterior, a continuación se presentan los resultados de las


estrategias de afrontamiento que son empleadas de manera global por las familias
objeto de estudio, para enfrentar y resolver las diferentes situaciones de crisis y
estrés familiar; en el Cuadro 18 se encuentran condensados dichos resultados.

Cuadro 18. Distribución porcentual de las estrategias de afrontamiento familiar


empleadas a nivel global por las familias con mujer cabeza de hogar
pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular.
Barrancabermeja, 2004.
ESTRATEGIAS FRECUENCIA PORCENTAJE
Reestructuración 44 37%
Búsqueda de apoyo social 33 29%
Evaluación pasiva 32 28%

90
Búsqueda de apoyo espiritual 3 3%
Movilización familiar para obtener y 3 3%
aceptar ayuda
TOTAL 115 100%
Fuente: Escala de evaluación personal del funcionamiento familiar en situaciones
de crisis (F – COPES).

En su mayoría, las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa


Sur – Sur de la O.F.P, emplean estrategias internas de afrontamiento para tratar de
resolver las dificultades que surgen en el sistema familiar, dado que el 65% de
estas familias acude principalmente a la utilización de la reestructuración y la
evaluación pasiva, ubicándose éstas dentro de dicha categoría; este resultado
difiere de la investigación adelantada por Fayad Baldovino Zulma, Otero Valverde
Adriana María y Serpa Vélez Jhorman37 con familias en situación de
desplazamiento, según la cual esta tipología familiar acude en mayor medida al
empleo de estrategias de tipo externo para dar respuesta a las situaciones de
crisis y estrés familiar.

El hecho de que las familias objeto de estudio enfrenten las dificultades utilizando
los recursos existentes dentro de su propio sistema, se encuentra directamente
relacionado con la percepción que tienen de las habilidades, recursos y aportes
que podría brindar cada miembro del sistema, de ahí que el 37% de estas familias,
empleen los recursos que posee el sistema familiar para afrontar las situaciones
de crisis, acudiendo a la reestructuración como mecanismo para redefinir las
experiencias estresantes, de manera que puedan ser percibidas de una forma más
aceptable y manejable por los miembros del sistema familiar.

El anterior resultado se asemeja a los hallazgos de la investigación realizada en


1991 por Ángela Hernández38, donde se encontró que las familias nucleares
colombianas acuden a la reestructuración como principal estrategia de
afrontamiento en situaciones de estrés familiar.

37
FAYAD BALDOVINO, Zulma, OTERO VALVERDE Adriana María y SERPA VÉLEZ Jhorman
Enrique. Estrategias de afrontamiento utilizadas por las familias desplazadas de la vereda cuatro
bocas, ubicadas actualmente en la antigua normal de señoritas de Barrancabermeja 2003.
Barrancabermeja, 2003, 143p. Trabajo de grado (Psicólogos). Universidad Cooperativa de
Colombia. Facultad de Psicología.
38
HERNÁNDEZ, Ángela. Estructura, Marco de referencia, Patrones de interacción y Psicoterapia
de Familias Urbanas en Colombia. Santa fe de Bogotá, 1991, 132p. Trabajo de grado (Psicóloga).
Universidad Santo Tomás de Aquino. Facultad de Psicología.

91
El empleo de esta estrategia de afrontamiento podría explicarse a partir de las
características que posee la condición de mujer cabeza de familia perteneciente a
la O.F.P, en el contexto social y cultural que le rodea, dado que al pertenecer a
esta organización tiene la posibilidad de interactuar y aprender de las experiencias
de mujeres que se encuentran en su misma condición, a la vez que puede
vislumbrar otras perspectivas de su condición de mujer cabeza de familia, por
medio de los espacios de capacitación y orientación profesional que allí se ofrece
y que propenden por la búsqueda de autonomía e independencia de éstas.

Es así que la mujer cabeza de familia logra adquirir una percepción diferente
acerca de las crisis que debe afrontar, viéndolas no como un evento catastrófico
sino como un evento que puede ser cambiado, mejorado y optimizado para
favorecer la calidad de vida del sistema familiar, lo cual va siendo progresivamente
asimilado y utilizado por los demás integrantes del sistema familiar que perciben
en el ejemplo de la mujer cabeza de familia, otra alternativa para solucionar y
enfrentar las difíciles condiciones de vida que les rodean.

De esta manera, se van creando las condiciones que refuerzan los vínculos
afectivos, los canales de comunicación y los espacios de interacción entre los
miembros del sistema familiar, factores que le permiten a la familia percibirse a sí
misma como una fuente de apoyo para afrontar las crisis.

Por otro lado, el 28% de estas familias emplean como estrategia de afrontamiento,
la evaluación pasiva para resolver las dificultades; de manera que al no recibir el
apoyo y la ayuda que ellos creen necesitar, por parte de su familia, amigos,
instituciones y la comunidad en donde se encuentran, optan por asumir una
posición pasiva frente al evento estresor, como una forma de minimizar sus
consecuencias, evitando así la búsqueda de recursos para dar solución al mismo.

De igual forma, el empleo de esta estrategia en algunos casos, podría explicarse a


partir de la poca efectividad que se tuvo al utilizar otros tipos de estrategias para
tratar de resolver problemas o conflictos similares, por ende para estas familias
resulta más cómodo, desplegar conductas pasivas que permitan evitar de forma
temporal las tensiones que genera el afrontamiento de las crisis al interior del
sistema familiar.

Frente al empleo de estrategias externas de afrontamiento de las crisis, se


evidencia que un 29% de las familias con mujer cabeza de hogar utilizan como
estrategia la búsqueda de apoyo social para dar respuesta a las exigencias y
necesidades que surgen diariamente y con un porcentaje del 3%, se utilizan de
igual forma la búsqueda de apoyo espiritual y la movilización familiar para obtener
y aceptar ayuda.

92
Los anteriores resultados demuestran que hay una mayor tendencia de las
familias por compartir de forma especial con parientes y amigos sus dificultades y
problemas, como un mecanismo de descarga emocional, dado que en algunos
casos la intencionalidad de las familias es encontrar en éstos una actitud de
escucha y comprensión, más que la solución inmediata a sus problemas, ya que
las personas a las cuales acuden en los momentos de crisis se encuentran en
situaciones similares.

Por otro lado, algunas razones que podrían explicar la poca búsqueda de apoyo o
consejo de instituciones religiosas corresponden en primer lugar a la existencia de
pocas iglesias o congregaciones en los sectores en que viven estas familias,
aspecto que dificulta el acceso y el acercamiento de las personas para solicitar
ayuda y consejo en los momentos de crisis y dificultades; de igual forma, por las
características de los problemas que presentan estas familias, que son en su
mayoría de tipo económico, a dichas instituciones les resulta difícil dar solución a
este tipo de problemáticas y responder en la forma que las familias esperan.

Otro de los factores que incide en la poca movilización de esta estrategia, es el


tipo de trabajo que desempeñan las mujeres cabeza de familia, puesto que en su
mayoría laboran durante todo el día, dedicando el resto de su tiempo a las labores
propias del hogar y a la crianza de sus hijos, de manera que los espacios para
acudir a instituciones religiosas se ven limitados, no solo para la mujer cabeza de
familia sino para los demás miembros del sistema familiar, dado que el 76% del
total de esta población corresponde a hijos entre los 0 y 18 años de edad, lo cual
los ubica en una etapa en la que no poseen autonomía para la toma de
decisiones, no se ha inculcado en ellos esta características o priman elementos
relacionados con la moda en los que poco se contemplan costumbres y creencias
de índole religioso.

Finalmente, la movilización familiar para obtener y aceptar ayuda como estrategia


externa de afrontamiento, es poco empleada por las familias objeto de estudio,
dado que en el contexto de esta población la única entidad orientada a brindar
ayuda a la comunidad es la Casa Sur – Sur de la O.F.P, a la que acuden gran
parte de los miembros de las familias en aquellas situaciones en que perciben la
posibilidad de obtener algún tipo de beneficio, como espacios de capacitación,
orientación, recreación, servicios de salud, educación, entre otros; de manera que
los aportes de entidades ajenas a la O.F.P que ofrecen servicios comunitarios son
limitados y esporádicos para esta población.

3.4 CARACTERÍSTICAS DE LA RED SOCIAL FAMILIAR

93
La red social familiar hace referencia al conjunto de relaciones interpersonales que
poseen los miembros del sistema familiar en los diversos contextos en que se
desenvuelven, como son el espacio de relaciones con parientes, amigos, la
comunidad y compañeros de trabajo, a los cuales la familia acude en búsqueda de
apoyo y consejo para enfrentar y resolver las diferentes situaciones de crisis y
tensión familiar propias de su diario vivir.

Conocer la red social de las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a
la Casa Sur – Sur de la O.F.P, permite tener un mayor acercamiento a las
estrategias de afrontamiento de tipo externo, empleadas por estas familias para el
afrontamiento y resolución de las situaciones de estrés y tensión, dado que a partir
del conocimiento de la red social familiar se pueden identificar los diferentes
contextos a los que se dirige la familia para obtener recursos que permitan
minimizar el impacto generado por la presencia de eventos estresores en el
sistema familiar y en esa medida, ampliar la información acerca de las estrategias
de afrontamiento de tipo externo empleadas por estas familias, como son la
búsqueda de apoyo social, la búsqueda de apoyo espiritual y la movilización
familiar para obtener y aceptar ayuda.

De acuerdo a lo anterior, en el presente apartado se describirán de forma general


las redes sociales de las familias objeto de estudio, teniendo en cuenta las
relaciones existentes en los diferentes espacios de interacción y la cercanía de
dichas relaciones con los integrantes del sistema familiar. Esta información se
encuentra sintetizada en el Cuadro 19.

Cuadro 19. Distribución porcentual de las redes sociales de las familias con mujer
cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina
Popular. Barrancabermeja, 2004.
CUADRANTE FAMILIA AMIGOS RELACIONES RELACIONES TOTAL
COMUNITARIAS LABORALES
TIPO DE
RELACION F % F % F % F % F %
Íntimas 256 38% 322 34 % 33 54% 96 23% 707 34%
Intermedias 211 31% 312 32% 19 30% 157 38% 699 33%
Distantes 212 31% 323 34% 10 16% 154 39% 699 33%
TOTAL 679 32% 957 46% 62 3% 407 19% 2105 100%
Fuente: Mapa de red social familiar.

La información recopilada a partir de la aplicación del mapa de red social a las 37


familias objeto de estudio, permitió determinar que estas familias manejan un total

94
de 2105 relaciones distribuidas en los diferentes cuadrantes que conforman dicho
mapa, como son familia, amigos, relaciones comunitarias y relaciones laborales.

Respecto al tamaño de estas redes sociales se encontró que el promedio de


relaciones que mantienen los miembros de cada sistema familiar, no supera las 36
relaciones, de manera que el promedio de relaciones de cada integrante de estas
familias es de 9; este es un promedio bajo teniendo en cuenta que el promedio
mínimo de relaciones que debe manejar una persona para que su red sea efectiva
es de 15 relaciones.

Lo anterior, deja en evidencia el bajo nivel de permeabilidad de estos sistemas, en


donde probablemente se restringe el flujo de entrada y salida de información del
sistema familiar, con el fin de proteger a sus miembros de las influencias del medio
externo, al tiempo que limita las posibilidades de ampliar las interacciones y los
procesos de socialización en cada uno de los contextos en que se desenvuelven.

En cuanto a la composición de los mapas de red, se hace evidente que el mayor


número de relaciones corresponde al cuadrante amigos, con un 46%, seguido de
familia con un 32%, relaciones laborales con un 19% y por último las relaciones
comunitarias con el 3% restante.

Estos resultados denotan que las familias objeto de estudio mantienen un mayor
número de relaciones en los contextos familiar y social, a los cuales acuden en
busca de apoyo en momentos de crisis, aspecto que también se evidenció en los
resultados obtenidos a partir de la aplicación del F-COPES acerca de las
estrategias de afrontamiento, en donde la búsqueda de apoyo social se ubica
como la segunda estrategia mayormente empleada por estas familias (29%).

El alto porcentaje de relaciones obtenido por las familias en el cuadrante amigos,


podría presentarse debido a que el número de adolescentes y el contexto social
en el que se desenvuelven (la escuela) es mayor al de la población adulta,
quienes por sus responsabilidades laborales y familiares ven limitados dichos
espacios de interacción.

Cabe resaltar que estas relaciones se clasifican en relaciones personales íntimas,


relaciones con menor grado de compromiso o relaciones intermedias y relaciones
ocasionales o distantes, tomándose como criterio para esta clasificación la
cercanía y la intensidad de los vínculos establecidos con el sistema familiar.

Respecto al tipo de vínculos que se establecen en las diferentes áreas de


interacción, se evidencia un 34% de relaciones íntimas ubicadas en el cuadrante
amigos, otro 34% corresponde a las relaciones distantes y el 32% restante a
relaciones intermedias; por su parte en el cuadrante familia el 38% establece

95
relaciones íntimas, el 31% relaciones intermedias y el 31% restante establece
relaciones distantes; de tal forma que las relaciones de estas familias en el
contexto social y familiar guardan cierta proporción, en la medida en que, pese a
que los porcentajes de relaciones íntimas no son superiores a los demás, para
estas familias resulta efectivo acudir a sus amigos y parientes cercanos en busca
de ayuda y consejo para enfrentar y resolver las situaciones de estrés familiar.

Así mismo, en el cuadrante donde se registran el número de relaciones laborales


que manejan los diferentes sistemas familiares, se encontró un 23% de relaciones
íntimas, un 38% de relaciones intermedias y un 39% de relaciones distantes; estos
resultados denotan que el espacio laboral en que interactúan estas familias no
ofrece la posibilidad de establecer vínculos estrechos o relaciones de confianza
que le permita a la familia solicitar apoyo y consejo para intentar resolver sus
dificultades.

Por último, el total de relaciones comunitarias denotan un 54% de relaciones


íntimas, un 30% intermedias y un 16% restante corresponde a relaciones
distantes; sin embargo, es importante resaltar que este cuadrante corresponde
solo al 3% del total de relaciones que poseen estas familias, aspecto que
evidencia las pocas posibilidades que tiene la familia para acceder en busca de
alternativas y ayuda a los diferentes organismos comunitarios.

Pese al alto porcentaje de relaciones íntimas que se evidencian en los cuadrantes


mencionados anteriormente, la ayuda y apoyo que pueden brindar estos contextos
para el sistema familiar en los momentos de crisis y tensión familiar no es
percibida de forma significativa, posiblemente debido a que los porcentajes de
personas, instituciones y organizaciones ubicadas en estos cuadrantes son bajos
con relación a los cuadrantes de familia y amigos.

Lo anterior permite verificar los resultados relacionados con el poco empleo de la


movilización familiar para obtener y aceptar ayuda (3%) y la búsqueda de apoyo
espiritual (3%) como estrategias de afrontamiento para intentar resolver las crisis
familiares, aspecto que podría explicarse a partir del bajo número de personas e
instituciones a las que la familia puede acceder en busca de apoyo y consejo para
tratar de enfrentar y dar solución a las situaciones de crisis.

96
4. CONCLUSIONES

Con el transcurrir del tiempo Barrancabermeja se ha convertido en el epicentro de


diferentes manifestaciones de la violencia social y el conflicto armado que han ido
deteriorando su tejido social, ante estas problemáticas se han creado
organizaciones e instituciones que propenden por la reconstrucción del tejido
humano, entre estas se encuentra la O.F.P que tiene por objetivo promover el
desarrollo integral de las comunidades.

Con el propósito de tener un mayor acercamiento a la realidad social y económica


de las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de
la O.F.P se realizó una descripción de las características sociodemográficas de las
mismas, donde se encontró que son familias con un bajo grado de estabilidad
laboral, bajo nivel de escolaridad de los adultos, fuentes de ingresos provenientes
de trabajos temporales y subempleo como venta de chance, empleos inestables
en casa de familia, taxistas, modistería, venta de productos en el hogar, entre
otros; las viviendas en su mayoría son humildes, correspondientes a invasiones,

97
algunas de ellas propias y otras en proceso de escrituración contando en muchas
ocasiones sólo con los servicios básicos de luz y agua.

Las familias que participaron en la investigación están conformadas por un


promedio de cuatro personas, la mayoría de ellas con menores en edad escolar,
fue poco frecuente la presencia de familias extensas, algunas familias estaban
compuestas por padre, madre e hijos, donde el padre era quien asumía las
labores del hogar y las mujeres eran quienes cumplían con las responsabilidades
económicas del hogar por el desempleo del cónyuge.

De acuerdo a lo descrito anteriormente, es probable que el bajo nivel de


escolaridad de las mujeres cabeza de familia no les permita acceder a empleos
con una remuneración que posibilite satisfacer las demandas del diario vivir de
sus familiares, esta situación tiende a agravarse en la medida en que un gran
porcentaje de los miembros que componen el sistema familiar, no están en la
capacidad de aportar en términos económicos al mantenimiento de la familia,
debido a que algunos de ellos son menores en edad no escolar, adolescentes,
adultos mayores y sujetos inactivos laboralmente, ya sea por incapacidad física,
psicológica o por el desempleo.

Del mismo modo la condición socioeconómica de estas familias y el poco tiempo


disponible de la madre para el cuidado de sus hijos por sus actividades laborales
dificulta el acceso a espacios lúdicos que posibiliten la interacción, comunicación y
expresión de afectos indispensables para el fortalecimiento de la dinámica familiar.

Por otro lado y tomando como base lo anteriormente planteado, podría


determinarse que las familias que fueron objeto de estudio de la presente
investigación y dadas sus características sociodemográficas no han tenido
ninguna preparación previa para enfrentar los diferentes estresores situacionales,
eventos del desarrollo de cada uno de los miembros componentes del sistema y
las situaciones de transición naturales y propias de cada etapa del ciclo vital
familiar, de ahí se deriva la dificultad de estas familias para generar conductas
dirigidas a realizar ajustes al sistema, afectando la adaptabilidad y el
mantenimiento del mismo.

La mujer cabeza de familia, al no contar con recursos familiares de tipo


psicológico, económico y físico, como estabilidad económica, un adecuado nivel
de escolaridad, habilidades laborales, apoyo emocional y una red de apoyo social,
ve disminuidas sus posibilidades para enfrentar eventos estresores, llevándola a
implementar la evaluación pasiva como estrategia de afrontamiento; dicha
estrategia al surgir otros eventos estresores externos y acumulativos inherentes a
las diferentes etapas del ciclo de vida familiar, trae como consecuencia que las
tensiones previas se exacerben y la mujer cabeza de familia perciba estos eventos

98
estresores como sobreexigencias a las cuales debe enfrentarse para generar
respuestas eficaces que permitan dar soluciones a largo plazo.

Si la mujer cabeza de familia no genera nuevos recursos dirigidos a disminuir el


impacto de los eventos estresores y se presenta un excesivo número de cambios
y tensiones que afectan a la familia en cortos períodos de tiempo, crece la
probabilidad de desestabilización y disolución de la unidad familiar.

Frente a este panorama la mujer cabeza de familia cuenta con el apoyo de la


O.F.P, quien a través de los diferentes programas y servicios de capacitación y
educación para esta población genera espacios para el continúo desarrollo
personal, familiar y laboral, esto permite que la mujer cabeza de familia adquiera
un mayor grado de independencia, autonomía y seguridad en sí misma para
afrontar de una mejor forma las exigencias de la vida diaria.

Los cónyuges por su parte, al igual que las mujeres cabeza de familia emplean la
evaluación pasiva como mecanismo para reducir el impacto de eventos estresores
y de dificultades específicas, principalmente las de carácter económico; esta
estrategia es utilizada como una forma para evitar dichas dificultades, puesto que
el total de los cónyuges que participaron en la investigación no contaban con un
empleo que les representaran ingresos económicos que pudieran ser invertidos en
la satisfacción de las necesidades básicas de los miembros del sistema familiar.

Del mismo modo ante la poca efectividad de la evaluación pasiva como estrategia
de afrontamiento, la presión que ejercen las tensiones sobre la dinámica familiar
obliga en un momento dado al cónyuge a buscar en el medio que lo rodea el
apoyo que le permita contribuir activamente al afrontamiento de los eventos
estresores, disminuir la tensión familiar y el mantenimiento de su rol al interior del
sistema familiar.

Es importante señalar que los cónyuges emplean de forma alternada estrategias


internas y externas de afrontamiento, debido probablemente a la poca claridad del
rol que deben asumir dentro del sistema familiar, ya que al ser la mujer quien
asume la responsabilidad económica del hogar, el cónyuge se ve precisado a
realizar las actividades que culturalmente le son asignadas a la madre,
presentándose en él una confusión acerca del papel que debe ejercer dentro del
hogar.

Por su parte, los hijos de estas familias emplean en mayor medida la


reestructuración como mecanismo para redefinir situaciones problemáticas en una
forma más racional y aceptable, de modo que tales dificultades sean más
manejables, en esta medida, la utilización de la reestructuración por parte de los
hijos ayuda a reducir el nivel de vulnerabilidad del individuo y del sistema familiar.

99
Es importante resaltar que los principales problemas que manifestaron los
adolescentes participantes de la investigación están más relacionados con los
eventos estresantes de tipo definido, donde los hechos que rodean el evento son
claros e identificables y con los de tipo agudo, caracterizados por ser eventos
difíciles pero de corta duración como reprobar un examen, ruptura de un noviazgo,
entre otros.

Dichos eventos estresantes se manifiestan principalmente en el contexto


académico y social y en menos grado con las dificultades que se presentan al
interior del sistema familiar, entre ellas, las de tipo económico, laboral, autoridad,
normas, roles, etc.

Respecto a los demás integrantes del sistema familiar, entre los cuales se
encuentran los nietos, padres, madres, nueras y yernos, los resultados denotan
probablemente, que el predominio de las estrategias internas de afrontamiento, se
genera a partir de la percepción de dependencia económica que poseen estos
miembros del sistema familiar, respecto a su rol en la familia, es decir, al ser la
familia la responsable de su sostenimiento económico la participación que tienen
en la misma podría verse disminuida, llevándolos a asumir una actitud pasiva
frente a la dinámica de la familia.

Sin embargo, otros miembros pertenecientes de igual forma a esta categoría, ven
la necesidad, dadas las problemáticas que afectan la familia, de contribuir a la
solución de las mismas, mediante la realización de evaluaciones cognoscitivas
más positivas de las problemáticas, lo que contribuye a la minimización de la
presión externa y la reducción del estrés familiar.

Así mismo y teniendo en cuenta los argumentos mencionados con anterioridad


respecto al empleo de estrategias externas de afrontamiento, los demás
integrantes del sistema familiar no acuden en búsqueda de ayuda y apoyo a
familiares cercanos, amigos, entidades, instituciones religiosas u organizaciones,
dado que no los perciben como elementos que puedan aportar efectivamente a la
solución de sus problemáticas.

Finalmente, respecto a los resultados obtenidos acerca de las redes sociales de


las familias objeto de estudio, se encontró que las relaciones de estas familias con
las personas e instituciones del contexto que les rodea, guardan cierta proporción
respecto al grado de importancia, no obstante, dicha proporción no resulta
significativa frente al afrontamiento del estrés, las crisis y tensiones familiares,
dado que factores como la difícil condición socio – económica y la existencia de
pocos espacios para la interacción social y emocional propios de estas redes

100
sociales, limitan las posibilidades de ampliar su número de relaciones a la vez que
no contribuyen en la satisfacción de las necesidades propias del sistema familiar.

5. APORTES

APORTES A LAS FAMILIAS CON MUJER CABEZA DE HOGAR


PERTENECIENTES A LA CASA SUR – SUR DE LA O.F.P

El presente estudio le permite a las familias con mujer cabeza de hogar, identificar
la forma en que emplean los recursos existentes en el sistema familiar y en
fuentes ajenas a éste, para enfrentar y resolver las situaciones de crisis y estrés
familiar que surgen en su diario vivir, de esta manera se adquiere una mayor
claridad respecto a los aportes que pueden ofrecer los diferentes miembros del
sistema familiar, de acuerdo al rol y a las funciones que ejercen dentro del mismo

101
y las contribuciones que pueden obtener del contexto inmediato que rodea a estas
familias.

Al ser partícipes del proceso de investigación, las familias pueden comprender que
existen otros sistemas que en su diario vivir también se ven abocados a enfrentar
y resolver crisis y problemáticas similares a las de su ciclo vital familiar, de modo
que el nivel de tensión tiende a disminuir en la medida en que estos eventos se
perciben como normales y propios de la evolución familiar, lo cual podría favorecer
el patrón de respuesta de estas familias frente a dichas problemáticas.

Así mismo, este estudio brinda a las familias con mujer cabeza de hogar, la
posibilidad de reconocer y emplear otro tipo de estrategias que les permitan
resolver de una forma más efectiva las crisis familiares, logrando así la adaptación
a los diferentes cambios ocasionados por las mismas, dado que cuando la familia
utiliza nuevos recursos para intentar resolver las dificultades puede mejorar la
dinámica y el funcionamiento del sistema familiar.

APORTES A LAS ENTIDADES

A partir de esta investigación las diferentes entidades, instituciones y


organizaciones gubernamentales y no gubernamentales existentes en la ciudad,
especialmente la Organización Femenina Popular (O.F.P), pueden formular,
programas de promoción y prevención en salud mental, dirigidas a las familias con
mujer cabeza de hogar, para satisfacer así las necesidades reales de esta
población, dado que el presente estudio ofrece una amplia caracterización de la
dinámica y funcionamiento de estas familias que podría tomarse como base para
diseñar proyectos que permitan mejorar la calidad de vida de estas familias y
contribuir así en la reconstrucción del tejido social de la ciudad.

APORTES A LA ACADEMIA

Finalmente, este estudio contribuye al desarrollo de los diferentes procesos


investigativos de la Universidad Cooperativa de Colombia, especialmente de la
Facultad de Psicología, dado que a partir de estos resultados se hace un
acercamiento a la realidad de las familias con mujer cabeza de hogar existentes
en la ciudad, a la vez que se amplía su marco contextual y se abre paso para la
realización de otras investigaciones y el planteamiento de nuevas teorías acerca
de las estrategias de afrontamiento empleadas por las familias colombianas.

102
6. RECOMENDACIONES

RECOMENDACIONES A LAS FAMILIAS CON MUJER CABEZA DE HOGAR


PERTENECIENTES A LA CASA SUR – SUR DE LA O.F.P

Teniendo en cuenta que un gran porcentaje de las crisis y tensiones que afrontan
actualmente las mujeres cabeza de familia pertenecientes a la casa Sur – Sur de
la O.F.P, están relacionadas directa o indirectamente con dificultades de tipo
económico, es necesario que las mujeres aprovechen todos los espacios de

103
formación brindados por esta organización, para que a corto o mediano plazo
puedan acceder a mejores condiciones laborales y salariales que les permitan
mejorar su capacidad de respuesta a dichos eventos, a la vez que contribuye al
mantenimiento del sistema familiar y al mejoramiento de la calidad de vida.

De igual forma, para efectos de que los esfuerzos realizados por las mujeres
cabeza de familia encaminados a un crecimiento personal, laboral y familiar sean
más fructíferos, es necesario que dichas mujeres se conviertan en multiplicadoras
de los conocimientos y experiencias aprehendidas en la organización, a través del
compartir con los miembros del sistema al que pertenecen. Dicha acción,
permitiría mejorar los recursos internos que poseen las familias para el
afrontamiento de las crisis, y por consiguiente, lograrían un grado de cohesión
familiar útil para su proceso de adaptación y superación de las dificultades.

Se recomienda a las mujeres cabeza de familia que su vinculación dentro de los


procesos que adelante la Organización sea más activa, manifestadas a partir de
una mayor asistencia, participación, aportes y críticas constructivas que posibiliten
el enriquecimiento y mejoramiento de talleres, programas de formación laboral,
educación, salud, cultura y demás actividades que buscan el desarrollo integral de
esta población.

Por otro lado, es de considerar que las diferentes fases del ciclo vital que afrontan
estas familias traen consigo eventos normativos y no normativos que deben
resolver, y que en muchas ocasiones no cuentan con los recursos familiares
necesarios para afrontarlos eficazmente. Por tal razón, sería conveniente que las
familias se movilicen para que busquen y acepten ayuda externa de profesionales
como psicólogos, trabajadores sociales o entidades de asistencia humanitaria, que
les puedan brindar los elementos básicos para reducir el riesgo de
desestabilización del sistema familiar, por eventos que comprometan la salud
mental de uno de sus integrantes y que en el peor de los casos puedan afectar
paralelamente a los demás integrantes del sistema como lo describe el principio
de causalidad circular.

Finalmente, es importante que estas familias amplíen su marco de interacción y


socialización en los contextos familiar (parientes), laboral, institucional (Entidades
de carácter religioso, educativo, entre otros) y comunitario (vecinos y amigos), de
modo tal que puedan extender la red social que poseen y al mismo tiempo
fortalecer y enriquecer los recursos externos de afrontamiento de las crisis.

RECOMENDACIONES A LA ORGANIZACIÓN FEMENINA POPULAR

Teniendo como referente los resultados arrojados por la presente investigación se


hace necesario que la O.F.P adelante continuamente actividades y programas que

104
apunten al mejoramiento y desarrollo de estrategias de intervención a nivel
individual y familiar eficaces para el afrontamiento de las crisis.

Dichos programas en un primer lugar pueden incluir una serie de actividades


pedagógicas ejecutadas a través de mesas redondas de discusión, estudio de
casos, charlas, conferencias, etc. donde se aborden los temas que comúnmente
son los que mayor estrés y tensión familiar producen en cada una de las fases del
ciclo vital de todo sistema como son:

Frente al hecho de ser mujer cabeza de familia se hace necesario que la O.F.P
emplee estrategias que le permitan a estas mujeres reorientar su proyecto de vida,
mejorar las relaciones interpersonales y la comunicación al interior del sistema
familiar, obtener herramientas que le posibiliten asumir de forma adecuada su rol
materno y paterno al mismo tiempo, ser líder eficaces en el afrontamiento de las
diferentes tensiones familiares y finalmente capacitar a esta población para que
adquieran elementos que les faciliten el abordaje de los temas relacionados con la
sexualidad de sus hijos.

Así mismo, la O.F.P debe complementar los programas de capacitación


empresarial para esta población en temas relacionados con trabajo en equipo,
liderazgo, toma de decisiones, desarrollo empresarial, cooperativismo, servicio al
cliente, entre otros, que les permita a las mujeres cabeza de familia aprender no
solo un arte u oficio, sino también generar empresas que puedan sostenerse en el
tiempo y que les brinde recursos económicos para el sostenimiento de su familia;
de esta forma se contribuiría en mejor medida a la disminución de las crisis y
tensiones familiares relacionados con el aspecto económico.

Finalmente, dado que estas mujeres cabeza de familia deben dejar a los niños
menores al cuidado de sus hermanos mientras laboran, se recomienda a la Casa
Sur – Sur de la O.F.P realizar un estudio de factibilidad para la creación de una
guardería que asuma el cuidado de los niños y niñas durante la jornada laboral de
las madres, con el fin de reducir el estrés y la tensión que se presenta en las
mujeres al no sentirse seguras respecto al cuidado de sus hijos.

Con base a lo anterior la O.F.P puede diseñar un programa a largo plazo de


cultura familiar que tenga como objetivo el logro de una organización compuesta
por mujeres que pertenecen a familias donde las tensiones familiares normativas
son percibidas como algo natural, y que a pesar de generar en un momento dado
tensión y estrés pueden llegar a ser percibidas como situaciones propias de la vida
familiar y al mismo tiempo factibles de superación.

De igual forma, para el logro de esta propuesta es indispensable que la


Organización disponga un amplio grupo de profesionales altamente capacitado en

105
materia de familia que permita la planeación y ejecución de diferentes actividades,
orientadas a la atención e intervención de las diversas problemáticas que pueden
presentarse al interior del sistema familiar.

RECOMENDACIONES A LA ACADEMIA

Se recomienda impulsar por medio del comité de investigaciones de la facultad de


psicología el desarrollo de nuevas investigaciones en el área de estrategias de
afrontamiento y familia que a mediano plazo posibiliten hacer una caracterización
completa de las estrategias de afrontamiento empleadas por las diferentes
tipologías familiares existentes en la ciudad.

Por otro lado se hace necesario estudiar la posibilidad de que la facultad de


psicología realice convenios de cooperación con entidades encargadas de apoyar
a las comunidades menos favorecidas como son las familias de las mujeres
pertenecientes a la O.F.P.

Dicha cooperación puede incluir la descentralización del Consultorio Psicológico


Social ubicando puntos de atención en las zonas más vulnerables de la ciudad
que brinden capacitación, orientación y consulta psicológica por medio de los
practicantes de últimos niveles y a muy bajo costo.

De igual forma el Consultorio Psicológico debe mejorar el seguimiento de los


distintos casos atendidos a la comunidad con el fin de mantener una estricta
vigilancia de los diferentes estresores que afectan los sistemas familiares, cuáles
son las estrategias de afrontamiento implementadas, qué integrantes de las
familias presentan mayor y menor número de estresores, en cuál fase del
desarrollo vital de las famillas se presentan en mayor medida estos estresores,
etc., lo cual contribuiría a direccionar hacia las necesidades más inmediatas de la
comunidad cualquier campaña o convenio interinstitucional que se desee
implementar.

BIBLIOGRAFÍA

APORTES a la Psicología. Modelo de trabajo preventivo con familias en extrema


pobreza. 2 ed. Bogotá: Universidad Santo Tomás de Aquino, 1992. p. 185-193.
Año 1. Serie 2.

106
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CADAVID DE G., Irene y OQUENDO M, Asceneth. La familia humana: un marco


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