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El documento discute el síndrome de Estocolmo desde perspectivas criminológicas y psicológicas. Se define el síndrome como un trastorno emocional que causa gratitud y justificación hacia un captor del que depende la supervivencia de la víctima. Aunque no impide el funcionamiento normal, puede llevar a la víctima a cometer delitos como encubrir al captor. También analiza la relación entre psicópatas y sus "complementarios", donde no hay una clara dinámica de víctima-victimario sino satisf
El documento discute el síndrome de Estocolmo desde perspectivas criminológicas y psicológicas. Se define el síndrome como un trastorno emocional que causa gratitud y justificación hacia un captor del que depende la supervivencia de la víctima. Aunque no impide el funcionamiento normal, puede llevar a la víctima a cometer delitos como encubrir al captor. También analiza la relación entre psicópatas y sus "complementarios", donde no hay una clara dinámica de víctima-victimario sino satisf
El documento discute el síndrome de Estocolmo desde perspectivas criminológicas y psicológicas. Se define el síndrome como un trastorno emocional que causa gratitud y justificación hacia un captor del que depende la supervivencia de la víctima. Aunque no impide el funcionamiento normal, puede llevar a la víctima a cometer delitos como encubrir al captor. También analiza la relación entre psicópatas y sus "complementarios", donde no hay una clara dinámica de víctima-victimario sino satisf
5 El sndrome (*) que nos ocupa no ha sido caracterizado con entidad diagnstica propia en la ltima edicin de 1995 del Manual Diagnstico y Estadstico de los Trastornos Men- tales (DSM IV) (1) , pero s se lo reconoce como fenmeno psicopatolgico de plataforma traumtica: En el que se induce al agredido a un modelo mental, de naturaleza cognitiva y anclaje contextual (2) . Podramos defnir al sndrome de Estocolmo como un trastorno emocional que se caracteriza por la justifcacin moral y el sentimiento de gratitud de un sujeto hacia otro de quien forzosa o patolgicamente dependen sus posibilidades reales o imaginarias de supervivencia. Existe la posibilidad de la comisin de un delito por quien lo padece, aunque el sn- drome de Estocolmo no constituye una demencia en sentido jurdico ni crnica, ni transitoria. Simplemente las alteraciones psicolgicas obedecen a claros desajustes afec- tivos, no impidiendo el normal desenvolvimiento en lo social, laboral, del individuo. MARA LAURA QUIONES URQUIZA CONSIDERACIONES CRIMINOLGICAS SOBRE EL SNDROME DE ESTOCOLMO (*) En medicina conocemos como sndrome a los sntomas que maniesta padecer un paciente, sumados a los signos que se observan, siendo este conjunto en el Sndrome de Estocolmo de origen desconocido; aqu radica una de las diferencias principales con la enfermedad: el desconocimiento de la etiologa. CONSIDERACIONES CRIMINOLGICAS SOBRE EL SNDROME DE ESTOCOLMO 6 CAPTOR Y REHN: COERCIN, SEDUCCIN, MANIPULACIN Este estmulo estresante externo coloca a la vctima en una posicin pasivo agresiva frente a su victimario, desencadenando una reaccin defensiva funcional nervio- sa que hace actuar al innato y automtico instinto de auto conservacin: la seal de amenaza que recibe el cerebro se propaga por la ruta neuronal, recorriendo el siste- ma lmbico hasta el complejo amigdaloi- de, regulador de las funciones instintivas y de defensa. La respuesta adaptativa sera la bsqueda de preservarse, en este caso frente a la anulacin ilegtima de la liber- tad, al aislamiento; a la sorpresiva por qu no traumtica? realidad de no poseer ms el control de su propia vida, de enfren- tarse a la posibilidad de la muerte; en otras palabras: quedar sometido por tiempo indeterminado al impredecible deseo de Otro (la mayscula es ma). Se establecera un enlace asimtrico pero emptico y pseudofraternal, dando lugar en forma real o imaginaria a la po- sibilidad de seducir y manipular al perpe- trador, buscando ser desestimado como potencial objeto de descarga de furia, torturas u homicidio. En el caso del rehn, el ascender un es- caln y conseguir tratar al delincuente de igual a igual, se logra con empata; quizs el mecanismo defensivo de la negacin le impida reconocer su condicin de subordi- nado, conquistando su simpata mediante el dilogo, la obediencia e integrndose fnalmente como una pareja armnica. Esta nueva dinmica entre la pareja pe- nal, podra llevar a instaurar en el delincuen- te el desequilibrante sentimiento de pena en caso de tener que ejecutar a su ocasional rehn. Probablemente, el lazo desemboque en un inexplicable descuido subconscien- te del delincuente, gracias al cual, el rehn escapa de su lugar de presidio. Luego de ser liberados, la frialdad e imposibilidad de identifcarse como vcti- mas, pone de manifesto la disociacin de aquellos que padecen sndrome de Esto- colmo. Esta suerte de trance traera con- sigo daos colaterales para la sociedad; entre ellos, podramos contar en algunos casos con simulados olvidos, no reconoci- miento de fsonoma, vestimenta, voz, du- rante la rueda de reconocimiento policial o falsa descripcin en el identikit, lo que obstruira las investigaciones y facilitara que el malviviente contine su actividad delictiva como consecuencia de ese falso testimonio. Observemos como la relacin asimtrica muta, patolgicamente, en una de complicidad. Este encubrimiento no obedece al te- mor por las posteriores represalias del de- lincuente sino a algo mucho ms profun- do y que roza la esfera afectiva: una fase melanclica donde uno recuerda a aquel amigo que nos salv la vida y a quien agra- deceremos retribuyendo con el silencio. La imputabilidad de quien padece este sn- drome podra ser puesta en duda. CONSIDERACIONES CRIMINOLGICAS SOBRE EL SNDROME DE ESTOCOLMO 7 Pueden padecer este sndrome perso- nas cuyo desarrollo cognitivo cursa con normalidad, as como tambin sus posibi- lidades de representarse el consecuente peligro que la comisin de obstruir una investigacin policial promete. Como vc- tima, requiere la asistencia psicolgica o psiquitrica para recordar, elaborar y po- ner en palabras la situacin traumtica, amn de las consecuencias del estrs post traumtico. Me pregunto si este sndrome no ser una defensa subconsciente para velar y retardar el estrs post traumtico? La memoria es selectiva y normalmente las huellas mnmicas sufren alteraciones con el correr del tiempo, muchas de las al- teraciones son cualitativas; es decir, en su calidad, como por ejemplo, ilusiones del re- cuerdo, amnesias lacunares (parciales), etc. En algunos pases, a la vctima se le brinda apoyo psicolgico o el patrocinio de un letrado, no siendo parte del proce- so judicial y teniendo las mismas obliga- ciones que cualquier testigo. El Cdigo Procesal Penal argentino (3)
reza en su Art. 275 que ser reprimido con prisin de un mes a cuatro aos, el testigo, perito o intrprete que afrmare una falsedad o negare o callare la verdad, en todo o en par- te, en su deposicin, informe, traduccin o interpretacin, hecha ante la autoridad com- petente. Si el falso testimonio se cometiere en una causa criminal en perjuicio del inculpa- do, la pena ser de uno a diez aos de reclu- sin o prisin. En todos los casos se impondr el reo, adems, inhabilitacin absoluta por doble tiempo del de la condena (4) . Los testimonios no son verdades ab- solutas por ms idoneidad que tenga el testigo, ya que los hechos van a ser des- criptos y empaados de subjetividad, consecuentemente pueden ser tenden- ciosos de forma inconsciente o sufrir la omisin de detalles importantes para el esclarecimiento de los hechos. Aunque del testimonio de muchos testigos sobre un mismo hecho puede que se obtenga algn dato objetivo de- rivado de que muchas subjetividades coincidan en que les fue impactante un detalle en general an as, slo se los puede considerar verdad auxiliar de la justicia. Cun confable es entonces el testimonio de quien padece sndrome de Estocolmo? Son imputables su error, omisin o deformacin de los hechos? La apresurada exigencia de dar testi- monio, puede evidenciar la discapacidad momentnea para cumplir con el reque- rimiento de informar fehacientemente sobre los acontecimientos. PSICPATA Y COMPLEMENTARIO: SEDUCCIN, COERCIN, MANIPULACIN Para el vnculo entre el psicpata y su complementario, haremos hincapi en que aqu en un principio no hay lugar a la relacin asimtrica vctimavictimario, La memoria es selectiva y normalmente las huellas mnmicas sufren alteraciones con el correr del tiempo, (...) CONSIDERACIONES CRIMINOLGICAS SOBRE EL SNDROME DE ESTOCOLMO 8 pues existe una satisfaccin que la com- plementaria obtiene a cambio y que no le habra sido revelada hasta antes de cono- cer a su psicpata. Analicemos el perfl de esta pareja, como por ejemplo la de una mujer gol- peada o que padece un maltrato psico- lgico de larga data y a quien le cuesta desprenderse de la posicin inferior a la que es sometida por su psicpata. Psqui- camente sita al Otro como un superior omnipotente, del que segn ella de- penden su bienestar y en algunos casos el sentido de su vida; as, se otorga para lo que l disponga: seducirla, opacarla, ridi- culizarla, golpearla, seducirla, repito: para lo que su Otro disponga. Anclada en ese vnculo patolgico donde el peligro de perder a su redentor, vulnera la unidad de su Yo, queda a mer- ced del Otro. Puede incluso permutar el sufrimiento, la humillacin obtenida, en algo positivo que le permite mantener a ese motor gracias al cual ha podido supe- rar barreras represivas, descubrir nuevas experiencias, encontrar satisfacciones distintas que no se hubiese atrevido a ex- plorar, sin un particular sentido de liber- tad patrocinado por su psicpata. El vnculo con esta suerte de parsito, la asla en un pozo del cual es difcil emerger. La ruptura de esta dinmica garantiza un duelo, vivencindose como sentimiento de culpa por correrse de la escena, por intentar convertir este crculo vicioso en virtuoso. El comn denominador es el de no saberse objeto, cosa, instrumento, de no acusar este cachetazo al narcisismo. Difcilmente la de- cisin de fnalizar esta relacin provenga de la complementaria pues, su hasto, muchas veces se convierte en deleite gracias a la manipulacin de su psicpata. Algunas complementarias admiten encubrir delitos o crmenes por amor y hasta llegan a cometer actos osados o contrarios a su tica de toda la vida (5) . Quizs el psicpata por aburrimien- to decida fnalizar el circuito, frente a lo cual irrumpira el sndrome de Estocolmo en la complementaria, ella queda engan- chada a su recuerdo, a ese deseo inscripto, a esa dinmica y puede que solicite ayuda psicolgica o con el tiempo encuentre un nuevo psicpata. Otra de las posibilida- des es que intente resolver la incgnita de por qu ha sido abandonada, si ella ha hecho todo, absolutamente todo lo que l le peda y an as la dej, pero ninguna de sus interpretaciones racionales pue- den explicar este vnculo irracional; por ello, probablemente, la complementaria en la bsqueda patolgica de su re-equi- librio se humille, ruegue, prometa lo que sea a cambio de volver son su psicpata y ante la negativa de ste, lo justifque avergonzada culpndose por no haberlo dado todo, pero lo raro es que para poder manipularla y controlarla, el psicpata hace mucho que la despoj hasta de sus seres ms queridos, dejndola sin nada ms a qu renunciar, salvo, a su condicin de complementaria. (1) DSM IV. Siglas de la 4. edicin del Manual diagnstico y estadstico de los trastornos mentales. (2) Psicopatologa del sndrome de Estocolmo. Un Ensayo Eitolgico, de Andrs Montero Gmez. (3) Libro segundo, De los delitos; Ttulo I, De los delitos contra las personas; Captulo XII, sobre el falso testimonio. (4) Texto conforme a la Ley n. 23.077. (5) El complementario y su psicpata. Dr. Hugo Marietan. Editorial Anank, 2008. (...) una mujer (...) que padece un maltrato psicolgico (...) sita al Otro como un superior omnipotente, del que dependen su bienestar y en algunos casos el sentido de su vida; (...) AUTORA DE ESTE ARTCULO: Mara Laura Quiones Urquiza. Diplomada en criminologa por el Instituto Universitario de la Polica Federal Argentina y habitual colaboradora de diversos portales de internet especializados en criminologa.