aprendí a rezar y entre tantos deseos infantiles pedí que llegaras
Y pasó En el mes de menos días pero de más amor Mi Carolina Mi Princesa Mi Niña
Que creo viniste a llenar mi soledad
A curar miedos A acompañar días en un pueblo perdido A ser la más pequeñas de mis travesuras
Con gatos en el balcón y
bombones de chocolate de madrugada Eras la Princesa de un Cerro Azul
Cabe explicar que
los lazos de familia jamás para mi fueron tan fuertes hasta que llegaste
Me procuro desde entonces rezar por ti cada noche
Pedir al cielo que estés feliz Cuidarte si lo necesitas Dejar que caigan zapatos en mi cabeza para que nada te lastime Sólo si es necesario Y aunque no sea necesario también
Y es que saber que
estás aquí me hace inmensamente inmensamente feliz