Sunteți pe pagina 1din 12

Homosexualidad, Estado e Identidad1

Alfonso Henríquez R.2

El tema que me interesa proponer para su discusión, dice relación con el papel
que el Estado, en nuestras sociedades contemporáneas, ha ido progresivamente
asumiendo, deviniendo en el medio por el cual se hacen inteligibles formas de
parentesco y de sexualidad, tradicionalmente rechazadas. Esto no deja de ser curioso,
toda vez que desde el agotamiento del republicanismo tradicional3, vale decir, aquel
animado por la construcción de un ciudadano virtuoso, en la tradición de Rousseau,
Jefferson o Liconln, y la consiguiente emergencia en la década del 20 del
republicanismo procedimental, se esperaría una coincidencia entre este discurso liberal,
entroncado sobre una autonomía individual capaz de determinar libremente la búsqueda
de cualquier perspectiva de la vida buena, y una neutralidad estatal, dirigida a garantizar
lo anterior, y la practica jurídico-política en el campo del derecho de familia, los
sistemas de filiación y el parentesco.
Sin embargo, por sobre el aparente triunfo del mundo gay, en orden a la
posibilidad que han alcanzado en algunos Países, de contraer matrimonio o formalizar
sus relaciones bajo otras figuras análogas, tales como las uniones civiles, lo cierto es
que no pocos han visto más bien, una claudicación a lo que Monique Wittig, en los ya
lejanos años 80, llamó el pensamiento heterosexual4, o que en una expresión mas
adecuada podrimos llamar heterenormatividad. Es decir, por debajo del discurso de la
neutralidad Estatal, y al margen de lo que podrían ser unos dispositivos legales
entendidos como “progresistas” en realidad se ha mantenido intacta una determinada
“norma” que dicta la grilla de reconocimiento de las relaciones que se ven como
habitables5.
Esto ha sido así, pues la familia ha continuado siendo entendida como una
institución primaria y por ello foco de atención de la intervención estatal para evitar lo
que un mal funcionamiento o inexistencia de ella podría provocar, a saber,

1
Presentado en las Primeras Jornadas Debates Actuales de la Teoría Política Contemporánea
2
Abogado, Universidad de Concepción, Chile; Profesor Departamento Historia y Filosofía del Derecho,
Universidad de Concepción, Magíster © Filosofía Moral (Becario Conycit) Universidad de Concepción,
alfhenri@udec.cl
3
CRISTI, Renato (1998): La critica comunitaria a la moral liberal (Estudios Públicos N° 69) p. 60
4
WITTIG, Monique (2006) El pensamiento heterosexual y otros ensayos (Madrid, Egales) p. 45
5
BUTLER, Judith (2006): Deshacer el género (Barcelona, Paidós) p. 36
marginalización, desocialización o degradación moral6, debiendo así, modularse según
una cierta estructura diseñada por principios normativos esenciales: estabilidad,
dualidad, fidelidad, dependencia emocional de sus miembros, etc. que la llevan a ser
revestida de un carácter moral superior frente a otros constructos, haciéndola a la vez,
fuente por excelencia del parentesco.
Michel Foucault teorizó que esto se podría deber a la diversidad de economías
de poderes que distinguen a la familia del poder disciplinario. Pues mientras en este
último lo esencial es la anterioridad con la cual el poder político subjetiva al sujeto, lo
vigila, fabrica su cuerpo7, en la familia, en tanto que uno de los últimos vestigios del
poder de soberanía, el individuo es sometido a una sustracción de su tiempo, a una
intensificación de los lazos comunitarios, sociales, etc8. Esta diferencia permitiría el
fenómeno singularmente característico del occidente decimonónico, consistente en una
rearticulación de la familia en torno a la micro célula de los cónyuges y los hijos
intensificando así su especificidad, produciéndose con ello una refamiliarización de la
sociedad, que terminará por ser asumida en los diversos códigos civiles que siguieron al
francés y en toda la practica asistencial y de seguridad social del Estado. El objetivo
final que animará este proyecto, estriba en que el poder disciplinario, verá precisamente
en la familia9, la causa de la desviación conductual del sujeto, desplegándose toda una
serie de dispositivos de tipo familiar tendientes a convertir al loco, al anormal, al sujeto
peligroso, etc. En otras palabras, se imputará como dice Foucault, a la carencia familiar
todas las insuficiencias disciplinarias del individuo10, con lo que la familia se convertirá
en el epicentro del discurso ya no solo disciplinario, sino como se encargará de
precisarlo en trabajos posteriores, bíopolítico11.
No obstante el esquema anterior, al cual me adscribo en lo sustancial, me parece
que adquirirá una mejor significación por medio de la construcción de vasos
comunicantes entre la obra de la filósofa norteamericana Judith Butler y del filósofo
esloveno Slavoj Zizek de acuerdo al esquema siguiente, complementario del de
Foucault.

6
VELEZ-PELLIGRINI, Laurentino (2008): Minorías Sexuales y Sociología de la diferencia (Madrid,
Ediciones de Intervención cultural) p 282
7
FOUCAULT, Michel (2005): El Poder Psiquiátrico (Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica) p. 77
8
FOCUAULT (2005) p.104
9
FOUCAULT, Michel (2000): Los Anormales (Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica) p. 235
10
FOUCAULT (2005) p.111
11
FOUCAULT, Michel (2006): Seguridad, Territorio, Población (Buenos Aires, Fondo de Cultura
Económica)
Siguiendo a Zizek, podemos decir que el modelo relacional impulsado por el
Estado tiene mucho de ideológico. En efecto, si bien en un primer momento tenemos
una serie de significantes que “flotan” sin articularse entre sí, en una segunda etapa, al
vincularse a un determinado significante amo, se producirá con el tiempo el efecto de
fijación retroactiva del significado12, esencializandose dichas características en relación
al punto de anclaje. Así, por un lado elementos tan heterogéneos como fidelidad,
estabilidad emocional, desarrollo cognitivo, socialización, moralidad, normalidad,
pareja, fidelidad, etc, se adhieren en torno a la idea de “familia”, con lo cual esta se
posiciona como la institución, capaz de reflejar en si, y alcanzar para la sociedad, dichos
objetivos. Desde luego, y dado que Zizek, se adhiere al antidescriptivismo de S. Kripke,
“familia” no implica el cúmulo de características que hemos predicado en relación a
ella, dicho de otra forma, estos rasgos no definen familia en todo mundo posible 13, no
mantienen estable su identidad, pues lo único que contribuye a ello, es el efecto
retroactivo de la nominación14. La trampa de la ideología llega en el instante clave para
todo el desarrollo posterior, en que no ponemos en entre dicho el proceso de
acolchamiento en torno al significante familia, no, para revelar la verdad que hay detrás
de ella, como si dijéramos, existe un concepto verdadero de familia, sino para destacar
“lo excluido”, lo que ha sido preciso marginar para construir la institución familiar15.
Ahora bien ¿qué es lo excluido? El papel de este punto de anclaje resulta ser
fundamental si lo asociamos a la idea de síntoma, que en la filosofía de Zizek dado el
fuerte influjo de Lacan, deviene en el elemento que al permitir vincular el goce a una
determinada formación significante, asegura la congruencia de nuestro ser en el
mundo16, de tal manera que sin este mecanismo, caeríamos en la locura, el autismo, o la
destrucción del universo simbólico. Zizek indica apropósito precisamente del tema de
la familia, que la historización de la misma, consistente en denunciar el mecanismo de
universalización de la familia patriarcal occidental, no hace sino eludir la roca de la
castración, es decir, no ataca el problema último, la privación radical, la falta en torno a
la cual se estructura el núcleo antagónico del sujeto. Es por esta razón, que la
argumentación foucaultiana reseñada mas arriba, nos satisface al nivel de una lectura
institucional, pero nos deja con la sensación de una cierta incompletitud, que en Zizek
encuentra una mayor satisfacción.
12
ZIZEK (2003) El sublime objeto de la ideología (Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores) p. 143
13
ZIZEK (2003) p. 139
14
ZIZEK (2003) p. 134
15
ZIZEK (2003) p. 140
16
ZIZEK (2003) p. 111
El problema en Zizek estriba sin embargo, en un postulado del cual parte su
argumentación y que ha sido destacado certeramente por J. Butler, pues si el síntoma
nos lleva en último término a “la roca de la ley”, “al vacío de lo real”, lo hace siguiendo
el supuesto lacaniano de que existe una continuidad entre todos los regimenes
discursivos, la cual asegura su contingencia e historicidad, representando el síntoma un
efecto de la amenaza de la castración, entendida esta como “un principio presocial
universalizado a expensas de toda consideración del poder, la sociabilidad, la cultura y
la política, que regula el cierre y la apertura relativos de las practicas”17.
Es por ello, que Butler viene a completar el cuadro, pues mientras Zizek avanza
en relación a Foucault, explicando de mejor forma el proceso de acolchado ideológico,
retrocede al cuestionar la historicidad de los regímenes, pues estos no serian sino
retornos del núcleo traumático de todos los sistemas sociales de nuestra civilización 18.
Es la autora norteamericana sin embargo, quien pondrá en entredicho la prehistoricidad
del mismo, con lo que vuelve al sistema focualtiano-derridiano del régimen de
normalización y citacional, pero reconociendo la radicalidad de este núcleo traumático,
cosa que no hace Foucault y que nos parece relevante.
Butler está de acuerdo con Zizek, en que toda formación discursiva se alcanza a
costa del diseño de un exterior, pero no cree, y en esto compartimos su opinión, que ello
se deba invariablemente al trauma de la castración19, pues existen otros mecanismos de
forclusión o matizaciones del anterior, que son, al igual que este, fundamentalmente
modalidades especificas del discurso y del poder, lo que supone poner en cuestión la
propia matriz heterosexual como algo no problematizable 20, alejándose de la perspectiva
lacaniana de lo real como una falta presimbólica, una privación que es necesario
“suponer” (preideológica) para explicar la realidad, pues este “suponer”, lleva en si, la
marca de la heteronormatividad y de la historicidad.
Lo que vemos en esta ley, es en realidad una convergencia de muchas leyes, que
lejos de ser una roca, está constituida más bien por capas rocosas que se van
sedimentando lentamente. Esto ocurre así, y aquí avanzo hacia mi argumentación
central, pues la amenaza de la castración no solo lleva a la asunción de atributos
masculinos y femeninos, mediante la repulsa de la homosexualidad abyecta (marica
feminizado y lesbiana falicizada) sino que también, a algo que fundamentalmente se
17
BUTLER, Judith (2008): Cuerpos que importan, sobre los limites materiales y discursivos del sexo
(Buenos Aires, Paidós) p. 286
18
ZIZEK (2003) p. 82
19
BUTLER (2008) p. 290
20
BUTLER (2006) p.177
excluye de la heterosexualiad normalizada, esto es, un Otro quizás aún mucho menos
transable e incluso debatible que la homosexualidad, me refiero a toda la gama de
disconformidades identificatorias21, que en el tema que estamos tratando, se oponen a la
idea de una familia normalizada, que estructurada sobre relaciones institucionales de
dependencia, rechazan cualquier proyecto en contrario, como un asalto no tanto a la
naturaleza, sino que al elemento que en realidad está en juego aquí, el orden de la
cultura22, el objeto mismo que la instituye. Así, la familia se construye como algo
interior, inmanente, frente al rechazo de un exterior visto como peligroso y subversivo.
Esta amenaza a la cultura implícita en la expresada forma de entender el
mecanismo de la castración, a diferencia de lo que parece sostener Zizek, es configurada
para Butler, mediante la cita de la ley, de tal manera que será precisamente el acto de
citar y la incapacidad de hacerlo con la consecuente fuerza sancionadora, lo que
afirmará y dará vida al núcleo. Como lo indica la autora “la encarnación del sexo, seria
una manera de citar la ley, pero no puede decirse que ni el sexo ni la ley existan antes de
sus diversas encarnaciones y citas. La ley parece preceder a su cita, cuando se establece
una determinada cita como “la ley””23.
La cita aparece figurada no bajo “un” solo acto performativo, sino que lo hace en
torno de una multitud de actos citacionales, perspectiva abierta por Derrida al cuestionar
el papel que la intención tiene como dueña del sistema de enunciación, pues más que un
simple acto de voluntad, lo que en realidad tenemos es la apelación a una codificación
preexistente24. Lo central por tanto estará dado por la forma que asume la cita, pues será
el proceso continuo de reiteración, aquello que tendrá la virtud de construir el ideal
relacional, transformándolo en norma25, pero, y aquí tanto Butler como Zizek coinciden,
a costa de hacer aparecer a la familia heterosexual, como un mensaje codificado, una
imposiblidad constitutiva26, que esconde lo que es preciso excluir para darle apariencia
de realidad, esto es, la sexualidad subversiva27.
Es por esta razón, que podemos plantear el tema del matrimonio gay, no tanto
como un paso hacia delante, en la conquista de derechos civiles, sino mas bien, desde la

21
BUTLER (2006) p. 157
22
VELEZ-PELLIGRINI (2008) p. 369
23
BUTLER (2008) p. 164
24
DERRIDA, Jacques (1988) Limited Inc. ( Evanston, Northwestern University) p. 18
25
BUTLER (2008) p. 35
26
ZIZEK (2003) p. 172
27
ROSENBLUM, Darren (1994) Queer Intersectionality and the Failure of Lesbian and Gay Victories
(Law and Sexuality, Vol. 4) p. 107
perspectiva de un sistema que se inocula así mismo, contra cualquier amenaza que
ponga en cuestión, la norma sobre lo que es una relación28.
El tema se puede apreciar de mejor forma, con el reenvío hacia un par de
problemas o situaciones contingentes. Por ejemplo la vinculación que se ha dado en
nuestras sociedades entre parentesco, familia y cultura. Desde la antropología (Levy-
Strauss) y el psicoanalisis (Lacan) no son pocos los intentos que se han llevado a cabo,
inicialmente exitosos, pero en buena media puestos en duda por la investigación
reciente29, por hacer del parentesco y la familia construida en torno al eje dicotómico
padre-madre (sean del mismo sexo o no) y según los rasgos ya indicados, el lugar por
excelencia desde el cual y por el cual el individuo entre en la cultura, da tal manera que
si estos no se cumplen, los hijos presentaran tendencia psicopaticas, problemas en el
colegio, o dificultades a la hora de intentar crear lazos de amistad30. Esto desde luego
incide en el tema de la adopción, en la cual, en la mayoría de las legislaciones se hace
una clara separación entre adoptantes solteros y aquellos que se amoldan a una familia
“bien” constituida. Así, una situación muy ilustrativa se dio en el caso Thomas S. v.
Rovin Y. en Estados Unidos. Básicamente se trataba de una pareja de lesbianas, una de
las cuales fue inseminada artificialmente con el esperma que le pertenecía a un amigo.
Luego que la criatura naciera, y pasaran los años, el padre biológico mantuvo una cierta
relación de afecto con el niño, sin embargo, al solicitar permiso para mantener contacto
fuera de la presencia de las madres, el caso fue judicializado, fallando la Corte, que el
contacto entre padre e hijo biológico no era lo suficientemente fuerte para ser declarado
legalmente como parientes, ni que fuera establecido a su favor un derecho de visitas,
pues no seria sano para el niño que creciera fuera del contexto de las madres.
El caso dividió en Estados Unidos a la comunidad Gay, pues mientras algunos,
vieron un triunfo para el mundo lesbiano, otros entendieron que se dejó pasar una
oportunidad, en la cual, apartándose del modelo binario del parentesco heterosexual, se
reconociera la paternidad de Thomas Steel, lo que reflejaría de mejor forma el
parentesco gay y lesbiano31.
En el fondo, como sostiene Butler, el debate sobre el parentesco gay, se ha
engarzado al debate más amplio sobre el papel que el niño juega como espacio denso
para la transferencia y la reproducción de la cultura, en donde “cultura”, aparece como

28
ROSENBLUM (1994) p. 120
29
BUTLER (2006) p.177
30
BUTLER (2006) p.171
31
ROSENBLUM (1994) p. 102
un elemento de pureza racial y dominación32. De ahí, las resistencias tanto a que parejas
gays puedan adoptar, pues hacerlo, implicaría relativizar la naturalidad del eje padre-
madre, como, una vez que se ha permitido esta situación, subordinarlas, al
cumplimiento de una serie de requisitos de carácter normativo, que asegurarían, la
dignidad y la integridad moral y el crecimiento como ciudadano libre y autónomo, del
niño33.
Otra situación interesante, se dio también en Estados Unidos, en el caso
conocido como Lawrence v. Texas (2003). En esa oportunidad se debatió ante la Corte
Suprema, la inconstitucionalidad del delito de sodomía que regia en Texas, bajo el cual
fue arrestado John Lawrence, llegándose en definitiva a dictaminar la prohibición de
que los homosexuales recibieran un trato criminal, declarando la dignidad de la
intimidad gay. El tema que ha surgido en torno a este caso en los último años, dice
relación con que lo protegido es la intimidad entre J. Lawrence y su novio, pero no otras
formas de articular la intimidad, pues solo cuando el Estado es capaz de aglutinar frente
a él, una legitima intimidad homosexual según el régimen de cita normalizador, los
homosexuales, emergen como sujetos merecedores de dignidad y respeto34, desplazando
al campo de lo no humano, la desviación.
En materia patrimonial, la fuerza de la cita se hace evidente. En general los
empleadores otorgan una serie de beneficios solo a parejas casadas o que tienen
relaciones estables35. Por otro lado, si analizamos el derecho de herencia, vemos que
este tiende a beneficiar sin mayores interrogantes las relaciones bio-parentales, lo que
ha llevado a los sectores más proclives a defender las uniones entre homosexuales, a un
intento por reafirmar respecto de estas, un discurso respetabilista y asimilacionista, que
las presente como capaces de construir relaciones longevas, con altos niveles de
compromiso emocional y financiero, estables y reconocidas como tales por su circulo
social y familiar36, haciendo de estos factores indicadores y en algunos casos
requerimientos para asegurar la transmisión de los bienes, y de paso, el binarismo
familiar. Como los beneficios hereditarios muchas veces no son pocos, esto contribuye
a ser una buena razón entre otras, para pasar de una relación simplemente afectiva, al

32
BUTLER (2008) p. 160
33
VELEZ-PELLIGRINI (2008) p. 343
34
RUSKOLA, Teemu (2005) Gay Right versus Queer Theory, What is left of sodomy alter Lawrence v.
Texas? (Social Text, Vol. 23, N° 3-4, Duke Universtiy) p. 245
35
CARD Claudia (1999): Against Marriage en “Same Sex: Debating the Ethics, Science, and Culture of
Homosexuality” (New York, Rowman & Littlefield) p. 322
36
ROSENBLUM (1994) p. 97
matrimonio o a la unión civil, lo que hace que muchas personas, homosexuales o no,
prefieran formalizar su relaciones, como un factor de resguardo material, lo que impide,
como algunos han puntualizado, desarrollar relaciones nuevas de amor (no sancionables
jurídica y socialmente) que podrían ser más satisfactorias37.
El común denominador de estas prácticas, reside en la fuente de la cual emana el
proceso citacional, me refiero por supuesto al Estado. Este aparece en nuestras
sociedades, por sobre lo que la retórica liberal que abogaba por una neutralidad que
seria constitutiva de la política contemporánea, como el espacio al que se debe recurrir
para obtener la legitimidad de las prácticas, de tal manera, que si este se rehúsa a
revestirlas con el ropaje jurídico que las hace “decibles”, simplemente son desterradas o
calificadas, como lo señaló la Corte Suprema de Estados Unidos, apropósito del famoso
caso Bowers v. Hardwick (1986), en que se rechazó el argumento de que las prácticas
sodomitas estuviesen admitidas implícitamente en el concepto de libertad ordenada,
como algo “chistoso”38.
El Estado39 se ha convertido, silenciosamente pero de manera consistente, en el
mecanismo en el que hemos depositado el determinar que es la cultura, como se deben
reproducir los sujetos de una cultura, y dentro de que formas de alianza sexual. Ahora
bien, ¿por qué las fantasías se hacen realidad, el deseo y la sexualidad se ratifican, se
hacen públicos, a través de este reconocimiento40? ¿que entrega este reconocimiento que
no lo hacen otras formas desinstitucionalizadas de poder? ¿qué significa el
reconocimiento estatal?
Como indican Zizek y Butler, si todo proceso de naturalización, supone un
horizonte de exclusión, este último está configurado por una serie de prácticas ni más ni
menos éticas que otras, pero que sin embargo, representan lo desviado, que es preciso
mantener siempre como innominado, para generar la fantasía de que el parentesco y la
familia normal existen. Como hemos visto, este ideal se refuerza mediante la apelación
a una cita, cuya continua reiteración, va informando una vida como habitable, una
existencia como humana, y unas prácticas que se legitiman mediante las mismas
prácticas que determinan y legitiman. En general, estos procesos, son “universales” en
el sentido, que dada la cantidad de información que el entorno genera, nuestra especie
requiere una suerte de carta de navegación, que le otorgue algunas coordenadas,
37
CARD (1999) p. 324
38
KOSOFSKY SEDWICK, Eve (1998): Epistemología del armario (Barcelona, Libres de L´Index) p. 18
39
Hace falta recalcar y reflexionar, que junto al Estado, es la alianza Estado-Empresa Privada, el que
constituye el verdadero motor de este mecanismo.
40
BUTLER (2006) p.161
reemplazando lo que en el fondo nos aterra, el flujo indeterminado de los fenómenos,
manteniendo como indica P. Bordieu apropósito de Husserl, las concordancia entre las
estructuras objetivas y las cognitivas, bases de nuestra relación con el mundo41.
El problema deviene en dos etapas, una que es consustancial al mecanismo
reseñado, y otro que parece ser local, es decir propia de la modernidad. La primera,
supone tratar como natural, algo que en el fondo es una fantasía, en el sentido que la
aborda Zizek, vale decir, un medio que tiene la ideología de tener en cuenta, de
antemano su propia falla42. Este falso reconocimiento de la realidad, es estructuralmente
ineludible, insalvable, pues implicaría reconducirnos hacia una objetividad, hacia un
universal, hacia una esencia, claramente alejados de todo correlato empírico.
La gran dificultad sin embargo, no consiste solo en esto (ya de por sí un enorme
desafío para la reflexión) sino que se da en el nivel local, en la forma como modulamos
esta estrategia de sobrevivencia, la cual ha sido brillantemente expuesta por M.
Foucault, H. Arendt, y G. Agamben, como la inmersión y la confusión sin precedentes
de la zoé (la vida biología) en el bios (la vida política). En efecto, nuestro drama se
articula a diferencia de otras sociedades, tanto histórica como espacialmente distantes,
en la indistinción entre las esferas social y política (contra lo que supone el liberalismo)
con el consecuente ascenso del hogar al dominio de la esfera pública, gestándose así la
vida a instancias del reconocimiento por parte de las instituciones políticas43. El
problema no es únicamente, que actuemos ideológicamente, sino que es el Estado quien
lleva a cabo por nosotros el proceso de exclusión/inclusión, raíz de nuestra comprensión
ideológica del mundo.
Una explicación plausible para este fenómeno, esbozada por Foucault, y que
compartimos, reside en el núcleo histórico que está en el origen mismo de la política
contemporánea, la cual se gestó, no como una simple continuación del arte medieval de
gobernar o menos aún, como un mero renacimiento de la práctica greco-latina, sino que
lo hizo bajo la forma de una ruptura y rearticulación en torno a un eje que emerge como
elemento novedoso desde el s. XVIII hasta el día de hoy, me refiero al Estado-
Población. No es del caso extenderme en demasía sobre este punto, pero menester es
recalcar que si el poder se comenzará a racionalizar mas bien como un mecanismo en
que las fuerzas del Estado, actuarán sobre los aspectos biológicos de la vida de este
41
BOURDIEU, Pierre (2003) La dominación masculina (Madrid, Anagrama) p. 14
42
ZIZEK (2003) p. 172
43
CORREIA, Adriano (2009) La política occidental es co-originariamente biopolítica? disponible en
línea http://www.observacionesfilosoficas.net/lapoliticaoccidental.htm (citado el 10 de Septiembre de
2009)
nuevo sujeto “la Población”, que desplazará al tradicional sujeto de la Soberanía “el
44
súbdito” , respetando la naturalidad de estos procesos, será precisamente en la
maximización del éxito de dicha campaña, en donde el Estado encontrará su fuente de
legitimidad. Dicho de otra forma, no es tanto un problema de validez jurídico-política lo
que esta en juego aquí, sino más bien un problema de éxito material, el Estado
Moderno, emerge estructuralmente como una entidad que maneja la vida, la recrea, la
alimenta, la protege, la toma en cuenta dentro de sus cálculos. Así, podemos apreciar
que la continua delegación que se ha hecho a favor del Estado para que este interprete lo
que es “natural” ha tendido a generar el efecto, indeseado o no, de la constitución de un
patrón de verdad que permitirá discernir en las prácticas gubernamentales y sociales las
que son correctas y las que no45.
Piedra angular sobre la que operarán estas fuerzas, es la familia, institución que
se consolida, se construye y se utiliza, como el gran punto de anclaje tanto en el
discurso como en la praxis, médica, jurídica y política, de las técnicas de normalización.
Desregulemos el matrimonio, desencializemos la adscripción a un grupo familiar
“habitable” para obtener beneficios sociales, económicos o jurídicos, neguemos
importancia al reconocimiento político como fuente de validez del parentesco, ¿y que
nos quedará de la práctica política? Nos parece que si esto tomara forma, representaría
quizás uno de los ataques más radicales al Estado contemporáneo, pues si la familia y el
parentesco, se marginalizaran de su campo de acción, supondría también la ruptura
misma de la lógica institucional de los últimos dos o tres siglos, que necesita a la familia
para hacer posible lo propio de la gubernamentalidad, el poder biopolítico.

Como conclusión podemos indicar lo siguiente:


1) El matrimonio gay y las uniones civiles, representan una claudicación
del potencial transformador y subversivo contra el régimen de
heteronormatividad occidental.
2) Este régimen, que aboga por relaciones estables, de fidelidad y
dependencia emocional, se construye mediante la exclusión de una
serie de prácticas vistas como anormales.

44
FOUCAULT (2006) p.403
45
FOUCAULT, Michel (2007): El nacimiento de la biopolítica (Buenos Aires, Fondo de Cultura
Económica) p. 49 (a propósito del problema del mercado)
3) El proceso opera asociando una serie de significantes flotantes a un
significante amo, esencializandose retroactivamente los primeros en
relación a los segundos.
4) La pareja inclusión/exclusión funciona y se mantiene, por medio de
un régimen citacional, apelando a una codificación preexistente
(histórica) y no, a “lo real” entendido como una perdida que se ha de
presuponer para explicar el estado actual de las cosas46
5) Quien anima la existencia de la cita y de la norma que genera es el
Estado, lo cual junto con ser particular de nuestra experiencia
occidental, se explica, por la circunstancia de que el poder político se
generó como un poder creador de vida, para lo que institucionalizó y
fortaleció a la familia, como espacio desde el cual el individuo entra
en la cultura y se desarrolla adecuadamente, esto es, como elemento
útil, sano y normal.
6) Poner en entredicho la forma de ser familia, siempre implica entrar en
colisión con el Estado, pues este entiende como una prerrogativa
esencial al mismo, el reconocer y legitimar los modelos familiares.
7) Así, lo que el matrimonio gay ha conseguido, es más bien un
pasaporte de respetabilidad, para lo cual, ha debido devenir en un clon
del modelo familiar tradicional, manteniendo firme el régimen nuclear
y citacional heteronormativo, y en el exilio la gama de
disconformidades identificatorias, verdadera amenaza para la amenaza
de la castración lacaniana.

FUENTES

1.- BOURDIEU, Pierre (2003) La dominación masculina (Madrid, Anagrama)


2.- BUTLER, Judith (2006): Deshacer el género (Barcelona, Paidós)
3.- ______________ (2008): Cuerpos que importan, sobre los limites materiales y discursivos del sexo
(Buenos Aires, Paidós)
4.- CARD Claudia (1999): Against Marriage en “Same Sex: Debating the Ethics, Science, and Culture of
Homosexuality” (New York, Rowman & Littlefield)

46
ZIZEK (2003) p. 220
5.- CORREIA, Adriano (2009) La política occidental es co-originariamente biopolítica? disponible en
línea http://www.observacionesfilosoficas.net/lapoliticaoccidental.htm (citado el 10 de Septiembre de
2009)
6.- CRISTI, Renato (1998): La critica comunitaria a la moral liberal (Estudios Públicos N° 69)
7.- DERRIDA, Jacques (1988) Limited Inc. ( Evanston, Northwestern University)
8.- FOUCAULT, Michel (2000): Los Anormales (Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica)
9.- _________________ (2005): El Poder Psiquiátrico (Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica)
10.- _________________ (2006): Seguridad, Territorio, Población (Buenos Aires, Fondo de Cultura
Económica)
11.- _________________ (2007): El nacimiento de la biopolítica (Buenos Aires, Fondo de Cultura
Económica)
12.- KOSOFSKY SEDWICK, Eve (1998): Epistemología del armario (Barcelona, Libres de L´Index)
13.-ROSENBLUM, Darren (1994) Queer Intersectionality and the Failure of Lesbian and Gay 'Victories
(Law and Sexuality, Vol. 4)
14.- RUSKOLA, Teemu (2005) Gay Right versus Queer Theory, What is left of sodomy alter Lawrence
v. Texas? (Social Text, Vol. 23, N° 3-4, Duke Universtiy)
15.- VELEZ-PELLIGRINI, Laurentino (2008): Minorías Sexuales y Sociología de la diferencia (Madrid,
Ediciones de Intervención cultural)
16.- WITTIG, Monique (2006) El pensamiento heterosexual y otros ensayos (Madrid, Egales)
17.- ZIZEK (2003) El sublime objeto de la ideología (Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores)

S-ar putea să vă placă și