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HISTORIA MINIMA DE LA ECONOMIA MEXICANA, 1519-2010 Sandra Kuntz Ficker EL COLEGIO DES CENTRO DE ESTUDIOS HISTO! C. DE LAS REFORMAS LIBERALES ALA GRAN DEPRESION, 1856-1929 ‘sanora Kutz Ficker El Colegio de México intRapuccion Como se na vstonasta aqui, en a actualidad existe un te Go debate acerca del desempeno de Ia economia mexitane © las décadas posteriores a la independencia. AUP cuando 0 pueden ientificar con precision os momentos de recupeacion ¥ etroceso, los matices o las diferencias reginaes, parece he vr aufiientesindicios de que el crecimiento acumulado £9665" aun que en todo caso 0 se refljo en la comstruesio Tacsrsctura puertos,caminos ola gran innovacton de a ¢POe, tos ferrocarriles) ni en la aparicion de instituciones fnanceras Genel aumento del comercio exterior En todo caso, para 8 ola de 1850 Ta economia mexicana era a todas Tuces peavey fragmentada hacia acento y certada hacia fers: exhibia unam voenini del carnpo sobre la cudad, un nivel bajo de mer lio prec e Flo pre or las msmas zones, una eH cializacion. eer eate capitulo analizamos las condiciones que PermHETo® ala econorala superar esta siruacion de estancamient9 © Eo fezago y emprender el complejo proceso de wemsicion de unt vrononsa tradicional al reciente econdrnico modern, tage te a recuperacion econemicay del wrisito a Ta econo moderna se encuentra una secuencia de cambios insttucion’ es 48 AS REFORMASLIDERALES A LA GRAN DEPRESION, 1856-1529 149 de corte liberal, que comenz6 con las Leyes de Reforma (1856) y j6n de 1857 y continue hasta finales del siglo. Gra- cias a estos cambios se movilizaron recursos que se mantentan inmviles (como la tierra), se incorporaron a la actividad otros que permanecan ociosos (como los yacimientos minerales del norte), se mejoraron los derechos de propiedad (sobre la tierra yy los recursos del subsuelo) y se eliminaron las trabas ¢ impues- tos a la circulacién interior que impedian la formacion de un ‘mercado nacional (Jas alcabalas). Sin embargo, la puesta en prac a de estas medidas no fue ni inmediata ni primer momento acentué el rezago respecto a ottos paises lati rnoamericanos de caracteristicas si iode la recuperacién econdmica hasta el tltimo tercio del siglo x1 Una vez iniciado, es posible distinguir dos fases en este pro- eso: una primera, de recuperacion y crecimiento por adicion de recursos, resultante en buena medida de los cambios it nales mencionados, y una segunda, en la que el creci tuvo acompatiado por transformaciones estructurales, como la industrializacion y la urbanizacién, que son las que constituyen propiamente al moderno crecimiento econdmico, pues rmiten sostenerse en el tiempo y lo hacen, dentro de ciertos irreversible. En el caso de México, en ausencia de un merca~ fuerte e integrado, y ante la falta de ahorro interno y el escaso desarrollo de mercados formales de capitales que pudieran apuihtalar la inversién productiva en wna escala supe- rior, esta segunda fase sélo fue posible gracias a una mayor aper- tura e integracién a la economia internacional, en la que encon- tt6 los capitales indispensables para la inversion y los mercados para sus productos. Tal solucién era viable en virtud de que, desde mediados del siglo x0x, la economia internacional experi- ‘mentaba un proceso de integracion en el que participaban tanto tmercancias como capitales, yen el cual los pafses més avanzados demandaban grandes cantidades de alimentos y materias primas y actuaban como exportadores de capital. De ahi que la transi- 150. SANDRA KUNTZ FICKER «ion de la economia mexicana se haya producido con la impor- tante contribucién del capital extranjero y en el marco de un modelo de crecimiento liderado por las exportaciones. Hasta hace poco tiempo, en la historiografia economica pre~ vvalecid una interpretacion basicamente negativa de todo este proceso, Se consideraba que el modelo de crecimiento exports: dor generaba depencencia y distorsionaba ls bases del desatro- ilo, pues la especializacion en la produccion de bienes primarios y su orientacin externa impedian el despliegue de la industria ¥ el desarrollo del mercado interno, lo cual se velaagravado por 2 origen fordneo de muchos de los capitalesinvertidos. Sin em- bargo, las investigaciones de Haber (1992, 2006) mostraren hhace tiempo que la economia mexicana de hecho se industria zo en el marco deese modelo, y este y otros autores (por ejemplo, Salvucci, 2006; Kuntz Ficker, 2007 y 2010b) han confirmado Gque el auge de las exportaciones, lejos de impedir et desarrollo de la economia mexicana, cre6 las condiciones para el cambio testructural, tanto en el terreno de la modernizacién econémica (provision de infraestructra y de servicios urbanos) como en el de Ia induustrializacién, En este sentido, puede hablarse de un modelo de crecimiento exportador con industralizacién. De he- ho, esta ultima senté las bases para que, tras el derrumbe del sistema econémico internacional —que imposibilito la conti- miuidad del desarrollo sustentado en las exportaciones— provo- cado por la crisis de 1929, la economia mexicana pudiera tan- titar a un nuevo modelo liderado por la industria a partir de la década de 1930. Por estas razones, en este capitulo se sostiene que existié ‘una clara continuidad entre las tltimas décadas del siglo xix (cuando se establecio el modelo de crecimiento, en cercana coineidencia con el régimen politico llamado Porfiriato!) y la + Se conoce como Poriviato el regimen que se instaur6 en México desde fines de 19 7Shasta mayo de 1911, cuya figura dominant fue Pofine Diaz ———————— ‘DELAS REFORMAS LGERALES ALA GRAN DEPRESION, 1856:1929 IE décacla de 1920, El fenémeno sociopolitico que condcemos como Revolucién mexicana impuso perturbaciones coyuntura- les en la produccion y distribucién de bienes, pero no una rup- tura radical en el patron de desarrollo: el sector exportador si- guid al frente del proceso de ctecimiento, por cierto, en forma ‘mas unilateral que antes; el capital extranjero continué ocupan- do un lugar importante en la economnfa y, una vez superado el ‘caos en el mercado interno provocado durante la contienda at- mada, la industria siguié prosperando, dentro de ciertas limita- ciones que no eran muy distintas a las del periodo anterior. En cambio, el marco institucional que normaba la actividad econd- mica sf experiment6 una ruptura trascendental, que sin embar- {go no se materializ6 de inmediato, sino en ritmos desiguales en el corto, mediano y largo plazos. Por ello, pese a su origen te- volucionario, el cambio terminé siendo, como bien afirma Alan Knight (2010: 489), de caracter incremental. Este capitulo se organiza de la siguiente forma, Luego de un apartado acerca de las tendencias generales de Ia economia en- tre 1856 y 1929, se divide en dos secciones principales, La pri- ‘mera analiza el largo transito que tuvo lugar desde una econo- mia de antiguo régimen hasta una fundada en el crecimiento econémico moderno, y que se inici6 en la segunda mitad del siglo xtx, Se ocupa del proceso de cambio institucional que pre- aro y acompan esta transformacion, en la cual destacan una primera fase de recuperacién econémica y otra de transicion propiamente dicha. Aunque se concentra en los afios de cam- bio mas intenso, de largo plazo que muestran los resultados fundamentales del proceso. La segun- da parte se dedica al ultimo tramo del periodo, que coincide ‘general Diaz tomb el poder ras unlev las eleceiones realizadas luego de una past de I 1 To sucedis el tambien gene ‘Manel Gonzalez, Diz volvioa la presidenciaa ines de 1884 ylaabandons cl irtunfo dela revelucion madersta en mayo de 1911, io fines de 1876 y gan la presidencia hasta 1880,

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