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1. El régimen demográfico antiguo* se mantuvo hasta principios del siglo XX. La natalidad era
alta, debido al predominio de una sociedad rural donde se necesitaba el trabajo de los hijos
en el campo y a al inexistencia de anticonceptivos. La mortalidad también era alta, a causa de
la mala alimentación y del atraso de la medicina y de la higiene. Por tanto el crecimiento
natural era bajo.
El conocimiento de los efectivos de la población durante estos siglos resulta muy
impreciso por falta de fuentes seguras; se sabe que desde la dominación romana
hasta el siglo XIV la población española alternó momentos de auge demográfico
con momentos de crisis, no superándose nunca los 6 millones.
Entre 1857 y 1900 la población española aumenta en algo más de 3 millones
(0`47%), lo que indica un crecimiento débil para esta época. En ese período se
manifiesta todavía la incidencia de ciertos factores típicos del Antiguo Régimen
sobre la población: crisis de subsistencia, consecuencias de malas cosechas,
epidemias y catástrofes naturales como el terremoto en Andalucía en 1884. Sin
embargo, en Europa occidental si se produjo una revolución demográfica ligada a
la revolución industrial que se venía produciendo durante el siglo XIX, pero en
nuestro país la revolución industrial fue tardía y menos intensa por los que los
efectos demográficos fueron menores.
La TN española es la más baja de la UE y una de las cinco más bajas del mundo. En
cifras absolutas, la Natalidad ha pasado de 677546 en 1976 a 359870 en 1995, lo que
equivale pasar de 18,8%º al 9,3%º en tasas.
La mortalidad se mantiene baja (8,9%º en 2001), aunque desde 1981 experimenta un
ligero ascenso debido al envejecimiento de la población. Las causas de la mortalidad
han cambiado: disminuye la importancia de las enfermedades infecciosas y aumentan
las llamadas 3 “C” (corazón, cáncer y carretera ). Las causas de mortalidad antes eran
exógenas – tienen su origen en el entorno externo al ser humano, ej: crisis de
subsistencia, hambrunas, epidemias, guerras, etc..-, hoy las causas son endógenas, es
decir, enfermedades degenerativas en edades avanzadas y las enfermedades sociales
o propias del modo de vida de la sociedad actual (enfermedades del aparato
circulatorio y digestivo).
La esperanza de vida* es mayor para las mujeres, debido a razones biológicas y socioculturales. Las
mujeres tienen mayor fortaleza biológica por motivos hormonales e inmunológicos. En cambio, los
hombres han tenido tradicionalmente un estilo de vida distinto que entraña mayor riesgo: más
participación directa en las guerras, trabajos más duros, con mayor desgaste físico y probabilidad de
accidentes, incidencias de hábitos nocivos en exceso, como el alcohol y el tabaco; más accidentes en
la carretera y hábitos alimentarios y de vida más desordenados. El incremento de la esperanza de
vida* al nacer es una de las más altas del mundo: 76 años para los varones y 82 para las mujeres.
El crecimiento real de la población es el resultado de sumar el crecimiento natural y el saldo
migratorio. Su evolución en España permite diferenciar cuatro etapas:
1. Hasta principios del siglo XX el crecimiento fue escaso, debido al bajo crecimiento
natural (régimen demográfico antiguo) y a la emigración transoceánica.
2. Entre 1900 y 1975 el crecimiento fue elevado, a causa del alto crecimiento natural
(transición demográfica), que compensó las pérdidas de población por emigración.
3. De 1975 a 2001, el crecimiento se mantuvo en niveles muy bajos, debido al escaso
crecimiento natural (régimen demográfico moderno), que no pudo compensarse con
el retorno de emigrantes producido por la crisis de 1975.
4. Desde 2001 el crecimiento se ha acelerado gracias a la llegada de inmigrantes
extranjeros, que aportan población y una tasa de natalidad más elevada.
Estructura por edad: los demógrafos distinguen tres grandes grupos de edades: población joven (o a
14 años), población adulta (15 a 64 años) y población vieja o anciana (65 años y más). Una población
joven posee más de un 35% de jóvenes y menos de un 5% de ancianos. Es propia de países
subdesarrollados, con tasas de natalidad altas y esperanza de vida baja o media. Una población
envejecida cuenta con menos de un 25% de jóvenes y más de un 12% de ancianos. Es propia de países
desarrollados con tasas de natalidad bajas y esperanza de vida muy alta.
Los factores que influyen en la estructura por edad de una población son demográficos (la natalidad,
la mortalidad y las migraciones); económicos (la coyuntura económica); políticos (la actitud
gubernamental sobre la natalidad y las migraciones); y ciertos acontecimientos históricos (guerras,
hambres, epidemias, baby boom).
La estructura por edad de España se encuentra envejecida, debido a las bajas tasas de natalidad,
que reducen el número de jóvenes, y a la elevada esperanza de vida, que aumenta el nº de ancianos.
Así, en 2007, el porcentaje de jóvenes se encontraba muy por debajo del 25% (14%), y el de personas
ancianas superaba ampliamente el 12% (17%). El mayor grado de envejecimiento corresponde a los
núcleos rurales y a las áreas con menor dinamismo económico, debido a la emigración de su población
hacia las áreas más prósperas. Las consecuencias del envejecimiento son altos gastos en el pago de
pensiones, en sanidad y en atenciones sociales a las personas mayores.
Sobre la estructura económica: la tasa de actividad* de España era de 58%, en 2006. Esta tasa ha
aumentado de manera paulatina desde 1987 debido a la creciente incorporación femenina al mercado
laboral, pero sigue siendo inferior a la de los otros países del entorno. Además, varía según el sexo
(mayor para los hombres que para las mujeres) y según el dinamismo económico (más alta en los
territorios más avanzados).
El reparto de la población activa* por sectores económicos ha variado de manera notable a lo largo
del siglo XX. Hoy, es propio de un país desarrollado.
1. El sector primario, que a principios del siglo XX englobaba a la mayoría de la población
activa, ocupaba, en 2006, al 4,8% de la población activa. Las causas principales de este
descenso han sido la mecanización del campo y el trasvase de población activa hacia los
sectores secundario y terciario.
2. El sector secundario, que partía de niveles muy bajos a principios del siglo XX, creció hasta
1975 debido al desarrollo de la industria moderna. Desde entonces su porcentaje decrece,
como resultado de la progresiva automatización de las tareas y al desplazamiento de la mano
de obra sobrante hacia el sector terciario. Así, el secundario ocupa en la actualidad en torno
al 30% de la población activa.
3. El sector terciario, que partía también de cifras bajas a principios del siglo XX, ha crecido
de forma continuada, hasta ocupar actualmente al 65% de la población activa. Las causas de
este incremento han sido el trasvase de población procedente desde los otros dos sectores
económicos, la mejora del nivel de vida, y la implantación del Estado del bienestar*, que
requiere servicios numerosos y especializados.
PRÁCTICA RESUELTA
La pirámide de España en 2006 es de tipo regresivo o decreciente, con un fuerte entrante en la base
y abombamiento en los grupos de edad adulta. Es característico de los países desarrollados debido a
su elevado control de natalidad manifestado en las barras de la base y una esperanza de vida
considerable que se refleja en las barras superiores. En la estructura de la población por edad se
observa que el número de menores de 25 años es similar o menor al que supera los 65. Por otro lado,
como el grupo de población mayor de 65 años es bastante numeroso, el índice de dependencia
(relación entre la población infantil y anciana con la población adulta) es igualmente elevado. La
población adulta, en edad de trabajar, constituye el grupo más numeroso responsable de la forma de
urna o bulbo de la pirámide. En este grupo adquiere gran importancia la población extranjera,
especialmente en las barras comprendidas entre los 25 y los 40 años; corresponde al colectivo más
joven recién incorporado al mercado laboral y artífice del aumento de natalidad. El reducido número
de jóvenes se explica por el fuerte control de natalidad que se inicia aproximadamente a partir de
1975 y que se manifiesta en el grupo de población de 30 a 35 años. En este sentido, hay que destacar
cómo a partir del año 2001 la natalidad se recupera lentamente, gracias en gran parte a la
contribución de la población inmigrante, especialmente la primera generación que aún mantiene un
índice de fecundidad más elevado que el de la mujer española. El colectivo de mayores de 65, de
elevadas proporciones, refleja la gran esperanza de vida especialmente en las mujeres gracias a las
mejoras sanitarias, de higiene, alimentación, subsidios de jubilación, etc. Las barras correspondientes
a los grupos de población entre 35 y 50 años se refieren al fenómeno baby boom, que tuvo lugar en
los años sesenta, superada ya la crisis de posguerra. Por último, la disminución de las barras
correspondientes a los grupos de 55 a 75 años está indicando las consecuencias de la guerra civil y de
la “generación hueca” fruto de la posguerra. La estructura de la población por sexos revela una
superioridad masculina en las barras inferiores debido al mayor número de nacimientos de varones,
rasgo que se mantiene hasta los 25 años. A partir de esta edad, las diferencias se manifiestan de
forma inversa, sobre todo desde los 50 años. Las razones son de carácter biológico en el primer caso
(fortaleza genética del varón en los primeros años de vida) y socioeconómico en el segundo (tardía
incorporación de la mujer al trabajo remunerado y, por tanto, a la adquisición de determinados
hábitos sociales, que disminuye la probabilidad de accidentes laborales y enfermedades
cardiovasculares).
B) Por el tiempo que duran, se clasifican en pendulares (movimientos habituales realizados varias
veces al año), estacionales o vacacionales (realizados, generalmente, una vez al año), temporales
(varios años) y definitivas (para siempre).
Los movimientos migratorios provocan repercusiones tanto en los países que reciben población como
en los que la emiten:
- Alteraciones de las estructuras demográficas; por ejemplo, al emigrar por razones económicas
básicamente los varones jóvenes, en los países receptores se produce una saturación en ese grupo de
edad, que empieza sin embargo a ser escaso en los países emisores.
- Aumento de los desequilibrios entre países o regiones. Los países emisores, generalmente los más
pobres, lo serán más aún al perder a su gente más joven y, por lo tanto, su teórica mano de obra.
La población es dinámica, es decir, aumenta a lo largo del tiempo. Este hecho es el resultado
combinado de dos tipos de movimientos:
1. Movimiento natural: se debe a causas naturales. Los nacimientos provocan el aumento de la
población y las defunciones originan su disminución. El balance entre la natalidad y la
mortalidad es el crecimiento natural o vegetativo.
2. Movimientos migratorios: se deben a los desplazamientos de población. La salida o
emigración hacia otros lugares provoca la disminución de la población y la llegada o
inmigración origina su aumento. El balance entre inmigración y emigración es el saldo
migratorio.
De este modo hablamos de las migraciones que son movimientos de población en el espacio y
distinguimos entre emigración, o salida de población desde un lugar de origen, e inmigración, o llegada
de población a un lugar de destino. El saldo migratorio es el balance entre la inmigración y la
emigración (SM = I –E). Los movimientos migratorios pueden ser temporales o definitivos y
exteriores o interiores ( si se realizan fuera o dentro de las fronteras de un país respectivamente).
España es un país donde las migraciones han tenido una fuerte incidencia históricamente
(Reconquista, descubrimiento y colonización de América, expulsiones de judíos y de moriscos...). Esa
constante emigración de España no se ha interrumpido en el s XX, bien hacia Hispanoamérica, donde
tienen una particular presencia los descendientes de gallegos (nombre genérico del emigrante
español en Iberoamérica), o bien hacia Europa occidental.
Las migraciones interiores son aquellas que se realizan dentro de las fronteras de nuestro país.
La migración interior tradicional más importante fue el éxodo rural, ocurrido desde 1900, y muy
especialmente entre 1950 y 1975. Estuvo protagonizado por campesinos, que abandonaron las áreas
rurales debido al exceso demográfico y a la mecanización del campo. Se dirigieron, primero, a los
focos urbanos –industriales de su propia provincia o del país, como Cataluña, el País Vasco y Madrid,
y, posteriormente, también a los núcleos turísticos del litoral mediterráneo, Baleares y Canarias.
Esta migración decayó a partir de 1975 por la crisis industrial que afectó a las áreas receptoras.
Estas dejaron de recibir inmigrantes, e incluso se convirtieron en algunos casos en áreas
emigratorias.
Las migraciones interiores actuales se desarrollan desde 1975. Están protagonizadas por población
urbana y responden a diversas motivaciones: migraciones de trabajo entre las pequeñas y las
grandes ciudades; migraciones diarias entre el lugar de residencia y la periferia y el centro de la
ciudad; viajes de ocia, etc.
La consecuencia de las migraciones interiores fue el despoblamiento del medio rural y el desarrollo
de las ciudades. Las comunidades más afectadas por el éxodo fueron Andalucía, Extremadura y
Castilla-La Mancha. El destino: Barcelona, Madrid, País Vasco y litoral valenciano También se
produjeron migraciones importantes dentro de la propia provincia hacia su capital (migraciones
intraprovinciales).
El éxodo rural ha tenido las siguientes repercusiones:
o desequilibrio en la distribución de la población: vaciamiento del interior y grandes
densidades en la periferia
o enjevecimiento de la población que queda en el campo
A partir de 1975, el éxodo rural pierde su intensidad.
Desde mediados del siglo XIX hasta la crisis económica de 1973, España fue un país de emigrantes
cuyo destino tradicional se encontraba en:
o En América Latina (Argentina, Brasil, Cuba, Venezuela y México) han estado
tradicionalmente los destinos de la emigración exterior española, bien por la
colonización de estos territorios, posibilidades de trabajo y enriquecimiento en un
país joven, y su afinidad cultural. Este movimiento migratorio perdura hasta los años
30 de nuestro siglo, época en la que la crisis económica obligó a esos países a
imponer restricciones a la entrada de extranjeros. Los países iberoamericanos
iniciaron una política de atracción de inmigrantes para poblarse y explotar sus
recursos económicos. Fue una emigración causada por la estructura agraria en los
lugares de origen (Galicia, Asturias y Canarias), basada en el minifundismo y con una
alta densidad de población que impedía trabajar y obtener ingresos suficientes a los
hijos, que sólo encontraban salida en la emigración.
o Norte de Africa: se dio a finales del s. XIX y principios del XX y se dirigió hacia
Marruecos y Argelia.
La inmigración actual y sus consecuencias.- En los años 80, se aprecia un cambio de tendencia en
España. Nuestro país pasa de ser un país que proporciona emigrantes a convertirse en un foco de
atracción de inmigrantes. El 10% de la población española actual está compuesto por emigrantes,
algunos con su situación regulada, otros con permiso de residencia y otros sin papeles (situación de
ilegalidad). Estos últimos son más difíciles de contabilizar.
.
Los inmigrantes proceden mayoritariamente de Europa (sobre todo de Europa del este), de África
(Marruecos); de América Latina (Argentina, Colombia, República Dominicana, Ecuador y Perú). Sus
destinos son Cataluña, Madrid, Andalucía, la Comunidad Valenciana y Canarias.
Los inmigrantes se trasladan a España por motivos económicos (alto crecimiento de la población y
carencia de recursos y de trabajo en sus países de origen) o políticos (persecuciones, falta de
derechos civiles). A ello hay que añadir los cambios producidos en la estructura socioeconómica de
nuestro país como la mayor formación de la mano de obra española, que aspira a mejores empleos o el
aumento del nivel de vida, que hace de la familia un seguro de desempleo para los jóvenes . Estos
emigrantes son predominantemente jóvenes que realizan trabajos de baja cualificación (construcción,
agricultura y servicio doméstico)
TN 36%º 11%º
TM 27%º 8%º
Por provincias, el > crecimiento se registra en Almería, Málaga y Sevilla mientras que las de <
crecimiento son Córdoba y Jaén.
En cuanto a la distribución espacial observamos que se ha producido un cambio: por un lado, ha
variado el peso demográfico de cada provincia (las tres provincias más pobladas, Sevilla, Málaga y
Cádiz, agrupan ahora el 56% de la población andaluza) y, por otro, se ha modificado la distribución
entre población rural y urbana.
La natalidad de Andalucía ha estado siempre por encima de la media española y la esperanza de
vida es de 73.6 y 80.7 años para hombres y mujeres respectivamente, valores que se sitúan
ligeramente por debajo de la media nacional.
Andalucía, junto con Galicia, es la región que más ha sufrido el fenómeno de la emigración. Durante las
décadas de los años 1960 y 1970 se produjo un elevado saldo migratorio coincidiendo con las grandes
oleadas migratorias hacia países de Europa occidental y hacia las regiones más desarrolladas de
España: Cataluña, Madrid, País Vasco y Comunidad Valenciana. Actualmente Andalucía ha dejado de
ser un centro emisor de emigrantes para convertirse en un centro receptor de inmigrantes. Estos
inmigrantes extranjeros están compuestos por trabajadores procedentes, en su mayoría, de países
africanos: Marruecos, Senegal, etc.
Sobre la estructura por sexo y edad observamos:
1. una clara tendencia al envejecimiento: los mayores de 65 años han pasado del 4,7%
de la población a principios del siglo al 14,6% en la actualidad . El proceso de
envejecimiento es algo menor que en el resto de España porque la población joven
es más numerosa
2. desequilibrio entre población masculina y femenina (menos población masculina en
las edades avanzadas debido a la sobremortalidad por causa de la Guerra Civil y a la
emigración de andaluces; en las últimas décadas se ha producido un equilibrio dado
que la población inmigrante es en su mayoría masculina.
La población activa supone el 16.8% de la española. El paro andaluz representa el 30.4% del total
nacional. La tasa de actividad andaluza se sitúa actualmente en torno al 52% y se aprecia un
desequilibrio entre los sexos ya que la tasa de población activa entre los hombres es muy superior a la
de las mujeres.
Andalucía se ha caracterizado por ser una de las regiones más atrasadas en cuanto a su nivel de
instrucción en relación con el resto de España. Sólo en los últimos años se han producido avances
importantes que la han aproximado a los valores de la media nacional; no obstante, las diferencias con
otras comunidades autónomas son apreciables. La reducción del analfabetismo ha sido uno de los
logros más importantes de las últimas décadas. A principios del siglo XX, casi ¾ partes de la población
andaluza era analfabeta, y todavía en 1960, 20 de cada 100 andaluces no sabían leer. Hoy, sin
embargo, el analfabetismo es sólo un problema marginal localizado en personas de avanzada edad,
sobre todo mujeres de zonas rurales. Otros avances educativos son el aumento de la tasa de
escolarización en enseñanza secundaria y el incremento del nº de universitarios.
PRÁCTICA RESUELTA
2. Analice el gráfico del documento 2 y razone cuáles son los principales motivos que explican
la evolución de la inmigración en España en el periodo 1996-2006.
DOCUMENTO 2
Fuente: INE
El gráfico muestra la evolución ascendente de la llegada de inmigrantes a España desde 1996 hasta el
año 2006.
Para analizar los motivos de esta evolución hay que tener en cuenta la existencia de dos tipos de
inmigración: aquella de origen africano o de Europa del Este, que llega en busca de trabajo, y la que
procede de países europeos, preocupada por una residencia en mejores condiciones sociales y
económicas para su jubilación.
Entre las causas generales que afectan a ambos fenómenos migratorios figuran, en primer lugar, la
situación económica y política de España, que la convierte desde 1978 en un país democrático y
estable desde el punto de vista político, y sobre todo su desarrollo económico especialmente desde su
incorporación a la Unión Europea.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta la situación de los países de origen, sobre todo en el caso
de los inmigrantes que vienen en busca de trabajo. La nacionalidad ha variado: si en los años setenta
predominaban los de América Latina (debido a la inestabilidad política provocada por los gobiernos
dictatoriales, y a los lazos culturales que nos unen con ellos), en los ochenta proliferó la llegada de
población proveniente de Irán e Irak, debido a la guerra que enfrentó a ambos países, y tras la caída
del muro de Berlín y la desaparición de la URSS, se produjo un incremento de inmigración procedente
de los países de Europa del Este por la desestructuración económica que estaban padeciendo. La
guerra de Bosnia también supuso la llegada de habitantes de la antigua Yugoslavia. Actualmente, es
importante la inmigración africana, sobre todo de origen magrebí, como Marruecos y Argelia. Son
países que han experimentado un gran crecimiento demográfico, con mucha población joven en edad
de trabajar, y con unas tasas de paro muy elevadas debido al retraso económico y la
desestructuración producida por la globalización, sin olvidar los problemas políticos derivados del
fundamentalismo islámico, especialmente en Argelia.
Por último, hay que tener en cuenta otro tipo de inmigración importante, aquella que busca su lugar de
residencia en la costa mediterránea, garantía de clima agradable todo el año y un nivel de vida más
barato que el de sus países natales. Se trata de jubilados de Europa noroccidental que han elegido
España como su lugar de residencia y que se concentran en numerosos pueblos de las comunidades
valenciana, murciana o andaluza.
Fuente/Font: INE
Las provincias con mayor número de residentes extranjeros son aquellas que ofrecen más
oportunidades laborales como Madrid, Gerona, Castellón de la Plana, Alicante, Murcia, Almería,
Málaga, islas Baleares. También tienen un alto porcentaje de inmigración otras provincias como
Barcelona, Tarragona, Lérida, Valencia, Navarra, La Rioja, Guadalajara y las islas Canarias. En todas
ellas las actividades económicas que absorben al colectivo inmigrante se concentran en el sector
primario (especialmente en la agricultura) y en el terciario (la construcción y el servicio doméstico).
En las provincias de la Comunidad Valenciana, Baleares, Canarias y también en la costa andaluza existe
otro tipo de inmigración, la procedente de Europa del norte, fundamentalmente Alemania, Reino Unido
y Francia, que ha elegido estas zonas como lugar de residencia. Se trata generalmente de personas
prejubiladas interesadas en las bondades del clima mediterráneo o canario para disfrutar su vejez.
Todas las provincias de la zona occidental y del interior destacan por el limitado aporte de población
extranjera. Galicia, Asturias, Cantabria, Extremadura, gran parte de Castilla y León y de Castilla-La
Mancha, y todo el interior de Andalucía apenas tienen inmigrantes. La razón fundamental se debe a la
escasa oferta laboral, ya que se trata de regiones básicamente agrarias, con poca industrialización y
poco terciarizadas. El trabajo en el campo suele ser temporal (aceituna, vendimia, etc.) por lo que los
inmigrantes no son residentes, solo trabajadores temporales.
4. Con las conclusiones que haya obtenido de las cuestiones anteriores, redacte un INFORME
sobre las repercusiones socioculturales, económicas y demográficas de la inmigración en
España.
La inmigración siempre tiene numerosas y diversas consecuencias en el país de destino, en este caso
en España. En cuanto a los inmigrantes que buscan en España un puesto de trabajo, hay que señalar en
primer lugar los aspectos positivos como la llegada de mano de obra barata destinada a puestos de
trabajo rechazados por los españoles. En este sentido, aumenta el nivel de cotizaciones en el régimen
general de la Seguridad Social, por lo que la tasa de dependencia disminuye. En segundo lugar, la
inmigración es población joven que aumenta la tasa de natalidad en comunidades donde el índice de
fecundidad muestra valores muy bajos (en algunos casos los más bajos de Europa). Por último, es
necesario indicar que, dada la dificultad de integración, en algunos casos, se produce el aumento de
situaciones de racismo y xenofobia, sobre todo cuando los inmigrantes no tienen oportunidad de
trabajar legalmente y se ven abocados a la marginación en guetos. Para evitar situaciones de este
tipo, sería necesaria una política económica, social y cultural que favoreciese la integración cuando
fuera posible, y en caso contrario la existencia del multiculturalismo. Por ello, como la llegada de
inmigrantes es cada vez más numerosa, los distintos gobiernos están intentando aplicar diferentes
medidas políticas de control, integración y asimilación.
Con respecto a la inmigración que busca en España su paraíso de jubilación los resultados son
variados. Destacan, en primer lugar, el colonialismo turístico de algunas zonas costeras,
especialmente en la Costa del Sol, Baleares y Canarias, donde las comunidades alemanas o británicas
son muy numerosas. En segundo lugar, esta población supone un incremento del gasto propio de
población mayor, pero que no cotizó en nuestro país. Por ello, es necesario subrayar que este tipo de
inmigración implica un mayor coste social, mientras que la inmigración que busca empleo permite un
aporte económico y demográfico importante y necesario en nuestro país.
TASAS DEMOGRÁFICAS BÁSICAS
Fecundidad y natalidad
El número real de hijos que tienen las mujeres de una población indica la fecundidad de esa población. Si la fecundidad no está
influida por factores externos y es la máxima posible se habla de fecundidad biológica o natural. En el resto de casos se trata de
una fecundidad influida por diversos factores, llamada fecundidad real o efectiva.
La esterilidad es la incapacidad para procrear, y afecta a los dos sexos. En España hay un 10% de parejas estériles.
Nº nacidos vivos en el añ o x
TBN x1000
Población a mediados del añ o x
Tasa de fecundidad general (TFG)
Relación entre el número de nacidos en un año con las mujeres en edad fértil.
Nº nacidos vivos en el añ o x
TFG x1000
Mujeres entre 15 y 49 añ os en el añ o x
Tasa de fecundidad específica por edad (TFEE)
Número de nacimientos que tienen lugar cada año por cada mil mujeres de una edad determinada.
TFT (TFEEx5)
Tasa bruta de reproducción (TBR)
Cálculo de cuántas mujeres van a reemplazar a sus madres, sin tener en cuenta la mortalidad de las niñas.
Nº de niñ as nacidas
TBR TFTx
Total de nacidos
Tasa neta de reproducción (TNR)
Calcula el número de hijas que puede tener una recién nacida, contando con el riesgo de que muera antes de terminar su período
fértil. Para su cálculo se precisan tablas de mortalidad.
Tasa de fecundidad global (TFGl)
Relación de los niños menores de 5 años con las mujeres en edad fértil, más preciso que la tasa de fecundidad global.
Nº menores de 5 añ os en el añ o x
TFGI x1000
Mujeres entre 15- 49 añ os en el añ o x
2 La mortalidad
El hecho de que la población crezca es debido principalmente al descenso de la mortalidad. De la diferencia entre nacidos y
fallecidos se obtiene el saldo o crecimiento de la población.
La razón principal del crecimiento actual de la población es el descenso de la mortalidad y no el incremento de la natalidad. El
saldo o crecimiento de la población se obtiene de la diferencia entre nacidos y fallecidos. Al igual que en el caso de la fecundidad
se utilizan tasas e índices para su control.
Índices de mortalidad
Total defunciones en el añ o x
TBM x1000
Población a mediados de añ o x
Tasa de mortalidad por edades (TME)
Cálculo de la proporción de fallecidos en cada grupo de edad, dentro de su grupo.
3. La estructura de la población
Según sea la proporción de las edades se puede caracterizar a una población. Su estudio permite conocer las dimensiones
demográficas, prever su comportamiento demográfico y valorar otros aspectos, como la productividad económica.
Jóvenes: menores de 15 ó 20 años. Conviene precisar la edad límite, que será 0-14 años o de 0-19 años.
Ancianos, mayores de 60 ó 65 años, con las mismas consideraciones que en los jóvenes.
Adultos: comprendidos entre los dos grupos anteriores (entre 15-20 y 60-65 años).
Índice de Juventud
Consiste en dividir la población joven por la anciana.
Población menor de 20 (o 15) añ os
IJ x100
Población mayor de 60 (o 65) añ os
Índice de Vejez
Consiste en dividir los viejos por los jóvenes.
Del equilibrio entre hombres y mujeres dependen aspectos demográficos como la nupcialidad, fecundidad y la futura estructura
de la población, así como la actividad (especialmente en sociedad con poca participación en el mercado de trabajo de la mujer).
A partir de las cifras de los miembros de ambos sexos puede obtenerse la relación entre ellos, denominada sex-ratio.
Tasa de masculinidad
Nº de hombres
TM x100
Población total
Tasa de feminidad
Nº de mujeres
TF x100
Población total
Relaciones de masculinidad o feminidad
Nº de hombres
RM x100
Nº de mujeres
Nº de mujeres
RM x100
Nº de hombres
Normalmente nacen más niños que niñas, pero este desequilibrio termina siendo favorable a las mujeres en edades adultas. La
mortalidad infantil afecta más a los varones, así como en edades adultas. La esperanza de vida al nacer es superior en las mujeres.
En sociedades subdesarrolladas es frecuente la sobremortalidad femenina en edades jóvenes por falta de condiciones higiénicas
en el postparto. En la sobremortalidad masculina intervienen factores que afectan a la salud (alcoholismo, tabaquismo),
determinados trabajos de gran dureza y las guerras. También puede haber aumento o disminución de algún grupo motivado por
movimientos migratorios.
La pirámide ofrece una buena visión de conjunto, indicando si la población está estabilizada (natalidad y mortalidad con pocas
variaciones y grupos de edad equilibrados), progresiva (en rápido crecimiento, con muchos jóvenes y pocos viejos) o regresiva (en
proceso de decrecimiento, con poca natalidad y predominio de ancianos).
Conceptos esenciales
Existen grandes problemas para obtener fuentes de información sobre la actividad económica de la población. El INE publica la
EPA con datos actualizados trimestralmente, pero con una débil disgregación espacial.
Se considera población activa a la formada por la población que proporciona mano de obra disponible para producir bienes y
servicios. Es decir, las personas que tienen un empleo (población ocupada) y los que están a la expectativa de obtenerlo. También
son población activa los que no han conseguido su primer empleo (población desocupada) y los que lo han perdido (parados).
Población potencialmente activa: todos los que están en edad legal de trabajar (en España de 16 a 65 años).
Población subempleada: los que realizan un trabajo por debajo de su nivel de preparación o en horario o remuneración inferior
a la normal.
Población inactiva: la que depende económicamente de los activos con empleo.
Se plantean muchas dudas, como es el caso de estudiantes o amas de casa. Debe quedar claro que no hay que confundir los
términos de población activa, empleada y potencialmente activa.
La tasa de actividad es el índice más sencillo para el análisis de la actividad. Se refiere a la relación porcentual entre el número de
personas activas y la población total.
Población activa
TA x100
Población total
VOCABULARIO.- DEMOGRAFÍA (Temas 8 Y 9)