NOTENIA MUERTElla hoguera temblaba slienclosa bajo el techo de ple-
ldra, Su luz rojiza danzaba contra las paredes secadas
Isin sol, dibujando extrafas fantasmagorias de dioses
ly demonios. Y yo estaba all, escuchando el lular
del viento‘en iz montafa y recreando mi pereza al
calor de las llamas.
I etro pastor corté un trazo de carne y lo
lev6 a su boca.Antes de morderlo dej6
lcaer aquellas palabras, casi al descuido.
Y aquelia noche los pastores conta-
tan’ leyendas , como cuentan en
‘cualquier parte del mundo fos pasto -
res.
‘He old decir que volvieron a vero.
Siempre alguien oye decir que to
han vuelto a ver. Pero al fin de
cuentas nadie dice que él to ha
visto, Cuentos. Cuentos de viejas
Es bueno tener la montafia inmen-
sa encima nuestro y estar frente a
tuna hoquera. compartlendo la carne
y el vino.Quizds porque después del
‘cansancio y,e! sudor del dia eso nos
une un poco més.
Durante mucho tiempo se Y Ios aftos siguieron corriendo
|pens6 que en realidad todo | | y las generaciones nacieron y
se debfa a que era un buen | | murieron y las querras devoray
luchador, y nadie podta he
ZY a quién has visto, pas- | | Eructé ruidosamente y se
Jimpié ta boca con el revés
de la mano.
tor?
ron a muchos.A é no.
Tit no eres de aquty por
‘eso ignoras la leyenda.En
estas montaflas mora un
hombre olvidado por la_muer:
Yo fo he visto auliando de furia en] | Y en sus gritos liamaba a la muerte y la de-
las noches, maldiclando a los dioses | | safiaba a enfrentarlo. Pero la muerte ain no
y suplicando por la muerte. jOh, si’ | | ha acudldo,
tan simple, Pero aqut’ no hay No debe ser tari agradable el no po:
AN der perderse en la noche eterna.
he oldo gritar muchas veces.Se apartaron de a hoquera y cada uno
fue a dormir @ un rincén,entre el mu:
go y la humedad-de. sus lechos de pala.
‘SGbltamente sus énimos se hablan apa-|
loado. Y yo quedé allf,frente a la hoagie
a, meditando todo aquello que habl
De pranto el viento se datuvoy en & |
quel momento adlviné que algo extrato
Y poderoso lata cerca mio,
{We parecié off algo.)
[Saif afuera y el frfo-me mordié las carne
All, recortados contra el disco de plata,
los rboles se-_mecfan en la brisa.
[Voivr @ 1a cueva y el conccido olor @ lefia
cuerpos sucios me tranquiliz6, Pero no
que me hizo imaginar vo:
[ces Infernales entre las
|fragosidades rocosas.
con Tos
‘cuentes de los pasto~
re
ed
Ne marché @ Ta mafiana siguiente, Los
caminos volvfan a robarme y otra vez
‘me sentfa bien en ellos. Como puede
sentirse bien una flecha que rome
ef alre silbanda, sin satbr cul es su
flanco ni cul es su destino, Incluso
tuna flecha vieja y a veces mis sabia
ef
7!
se “ee
‘Sorprendido, descubrT que no me mira-|
tan a mf sino al
To stento, viajero. Es mucho To qué
nos estémos Jugando. Que los dioses
EV hombre que no muere viene hacla
‘aqui-Uno de nuestros sacerdotes nos
ha dado algo que 10 mataré, Pero shora|
‘tG sabes que lo esperamos. Y padras38
Recién entonces reaccioné. A~ a 7 <
pad lanza de unempulém — f a bao var hombre
forme, yo no tengo nada contra vosotras. gPor qué Uno a ellos se adelanté con su
jesto? — -- espada en alto.Fue un movimiento
Ta leyenda dice que é! que mate al hombre sin] | répido pero no to suficlente.
Sombra obtendré el gran tesoro, guerrero, Y ésa
es_nuestra ambicién
Pero ellos no cedieron. Se ce
rraron sobre mF como hienas.
yet
Lie
Vi poco de 1, solamente.un rostro ] [ ES Una pena que te metieras en esto.
angulaso y la gran fariz filosa, Pero nos interesa matar al hombre
os hombres se detuvieron, ‘que nunca muere, Nuestro sacerdote
nos ha dicho cémo hacerlo39
Eso parecié lanzar una gota de inte- | | Se movi6 con poca veletidad pero la | | Y la sangre humed en el aire frio de aquella
65 hacia el hombre emergido de la | | fuerza monumental detrés de su got | | tarde de invierno. Ni siquiera intervine, Simple
Roche, Desenvainé su espada.... pe pareci6 desmoronar todas las de- | | mente fui testigo torpe de esa carniceria,
Zu sacerdote ha dicho eso? Es in
Por fin se detuva. Ahora pude ver | [Se encogié de hombros mientras en=
el rostro impenetrable, como escut | | vainaba su espada,
pido en piadra y los ojos inméviles | /Ojyrdata. to hubiera hecho por otro
tamos en paz.
que has hecho por mi.
ET siguié caminando impasible.En el horizon
te, ol sol flameaba sobre una linea danzari-
1na y dorada, sobre las colinas.
Claro, que debe ser otra leyenda de
vino y de pastores. He offo muchas.
fEchamos @ andar por ef mismo camino
Jeasi por inercia. El calor comenczaba
J levantarse en oleadas de la tierra
resquebrajada,
por un hombre vl que se dice que
ha sido olvidado por la muerte. 2Has|
ido hablar do él, amigo?
‘Sus ojos brillaban con una extrafia
7 -
Epc Sates SVAN nema a luz fosforescente. Hablaba con vor ran-
te significar esquivar fos y flechas adn cuan-
jdo no se las ve. Imaginate un hombre que pelea-
|ta ya cuando fos hombres luchaban con armas
(de piedra y que hoy cifie bronce.
——
‘Imagina un hombre que el da, quel
[que habla sido marcado para su muer- %
te, ve marcharse a su sombre, porque
os muertos no fa tienen. Imaginalo de
pie atin, luego de su momento crucial;
demasiado muerto para los vives y no
to suficientemente vivo para negar su
muerte, ifmagina a un hombre cond
quécar slo sin siqulera el consuelo
[Encontré una ciudad dlas después,
levantada a ta sombra de las gran
ides montaftas del sur del Elam,
Legué a ella al atartecer y encon-
ltré en ella selvas'de antorchas
Icrepitando en las calles.
(Qué pasa aqui? Hay atmésfera de
miedo.)
ide que la muerte lo arrebate a su so-
edad,
Y de pronto yo supe con quién habla
estado hablando. Lo supe en un relém-
ago de aténita comprensién al ver a-
lejarse su colosal silueta y al mirar el
ar ante 61.
r
No lo envidies. Y no intentes
encontrarlo.
yenda dice que en esta luna, él destrut
4 nuestra cludad, Pero nosotros tene-
far a.un Inmortal, Basta con un arma
que haja_ sido desenterrada de una
jumta en und noche de luna
Oiras se acerearon y comenzaron a discutir, VI restros
brillantes de sudor, de miedo y de expectacién.
Ildioteces! Tengo mi Tanza
frotada con ungiiento de
For todas partes, hombres armados Tban y ventan con antorchas
y armas hechizadas, Era como una grotesca pesadilla mitad dispa~
rate y mitad horror.4)
En la cima de una colina, el templo brillaba , rojo y
De pronto recordé algo,
(Aquellos hombres det cami~
rio dijeron que el secreto de
su muerte estaba en manos
el sacerdote, ¥-61 busca esa}
que todo lo que yo concciera,
naranja, Era un-templo viejo, pequefio y resquebraja-
o, mucho més viejo que la ciudad, mucho més viejo
No me equivoqué. OF ésa, su vax in
Iconfundible resonando como un tam-
bor de bronce en las tiniebias det
{templo, Me acerqué con cautela.
Sacerdate, ti diste el poder
a. Ios hombres de ta ciu-
17
/ ‘No seas ingenyo. No
(RN _ soy tan simple.
fel sacerdote era una imagen
de su templo, tan anciano que
lla idea de edad era en él un
bsurdo.
os dioses novhan hab
faGin.No he ofdo su vor, 2C6-
mo puedo yo tomar fa decl-
sin de quebrar sus designias?| la idiotez de os hot
q
| f Leyendas . Leyendas,
No, inmortal.Tu destino
est regido por la volur-
tad de Ios dioses, no por
mores.
“Niguno en esta cludad dete tener
1 secrota.jAlguno debe poder ma-
fugi
cié
Pas6 junto a mf, ciego, sordo,como una fiera
itiva de los infiernas, loco de desespera-
in. Me_cculté y lo vi alejarse a la carrera
‘Baja hacia la ciudad. Los dioses ten-
gan pledad de ella.)
3,
‘Ahora sf hubo luz en sus ojos.La mile-
nrarla luz desesperada de los hombres
que dudan.
7H hecho blen en na cortar el hilo de
su vide? Los doses no se han hecho
oft, 2Cémo saber? 2Cémo saber?
‘Me inclin€ sobre aque! pufiado de
carne reseca, casi sin vida y casi
fin muerte Me mis sin sobre
No to sé, anciano, pero... 2esté solo en
manos de los todopoderasos el decidir?
2No es hora de acaber con su supli-
‘LC6mo saber? Los dioses son extrafios
y yo sélo soy un viejo sin sabiduria
C2
Un alarido terrible Tlegé has~| [ (Metadmel iNatedme, maldl~
ta nosotros. 45,0 no dejaré ni el re~
cuerdo de vuestros huesos
sobre la tierral__
5] a @ llamas en- i To dejé Sobre eT Suelo de pie-
[Anciano, ningdin dios puede de-] [Un reflejo de llamas e dra sin remordiinientos, No era
rojeci6 el Interior del tem
plo. anciano lanzé un pe tiempo de penas por algulen
quefio sollczo de nifto, i
sear esto, Deténlo.EX seguTa alll, pegando fuego a tado y
matando a quien no poda matario,
Y¥ esa noche dio,a muchos, lo que
41 levabs tanto tiempo buscando,
[IES una flecha. Dete haber sido hecha W [Se detuvo jadeante en la plazoleta,erizado
en 1a 6p0ca de los otros hombres.Nun- | de astiles rotos de flecha, limpio de san-
ca vi una igual.) res props, baflado en sudor, demontaco, 4
‘sencajado, enloquecido, con sangre hasta los
codes,
Nos medinios un instante por encima
{de lamas y cadéveres y de pronto é1
Jdeblé comprender a lo que yo habla ve-
SE lo hiciste y tal vez en ese mo
mento fue cuando los dloses toma:
ron una decislén.
‘se paso tolal que tanto habia anhe-
lato. Por un segundo fue solamen~
te un hombre sin skates, un hombre
3s44
Vacil6 sobre sus piernas colosales y taj6 Y vi la sombra negra comenzar a na~ ‘Mi sombra,..Ha vuelto, Ha vuel-
hasta la flecha, La toc6, cer a sus pies, ta
Se desplom6 sobre su sombra y és-
ta pareci6 crecer, envolverip, absor= Lagi \.
berlo hasta que ambos parecieran Ne
423eF s6lo una gran mancha, y
4 coed arth como
luna. antorcha, y gritos y Nantes per~
Noraten la oscuridad. La leyenda -ha~
bla terminado o, tal vez, abla acide
tra vez, gostada de ese horror de
‘muerte, cenizas y misterto.Quién’sa-
te, Tat vez t6 escuches esta historia,
amigo. Tal vez serd diferente, Tal vez
no. No importa. La verdad yace atin
) perdida, ignorada de los hombres en
a ‘se rincén del mundo. Ojal6 quede
siempre allf.
: Cy )
LN Ce
8 Fin
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