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ARISTÓTELES (s.IV a. C.

1.-Escritos. Se clasifican en dos categorías.


a)Exotéricos: son diálogos al estilo platónico, llamados así porque son las obras que
Aristóteles hizo públicas.
b)Esotéricos: se llama así al conjunto de notas que utilizaba Aristóteles para sus clases
magistrales en el Liceo (éste era el lugar que fundó nuestro filósofo a semejanza de la Academia
platónica). Fueron recopilados y ordenados posteriormente por el alejandrino Andrónico de Rodas
(s.I a.C.), quien, además, puso los títulos que luego la tradición asumió como los diferentes ámbitos
de la disciplina filosófica.
Estos escritos, muy variados en cuanto a su temática, son:
-Lógica: Categorías, Analíticos Primeros y Segundos, Tópicos, Sobre la interpretación.
-Metafísica
-Física, Sobre el cielo
-Historia Natural
-Ética a Nicómaco, Ética a Eudemo, Magna Ética.
-Política
-Economía
-Retórica
-Poética

2.-Cuestiones fundamentales.

a) ¿Qué es el ser? Explica Aristóteles que el ser (lo que hay, lo que es), es, en primer lugar,
algo que se expresa lingüísticamente. Por ello, afirma que el ser se dice de muchas maneras. Estas
maneras de expresar el ser son: la sustancia, la cantidad, la cualidad, la relación, el lugar, el tiempo,
la posición, el hábito, el estado, la acción, la pasión.
Estos modos de expresar el ser se denominan, según Aristóteles, categorías. Así pues, las
categorías son los modos de expresar el ser, o la manera en que éstos se presentan.
A su vez, Aristóteles distingue dos clases de categorías. Por un lado, la sustancia, que
conforma ella misma una de las categorías. La otra clase de categorías es la de los accidentes. La
sustancia es aquello de lo que se predican los accidentes. Se distinguen por el hecho de que la
sustancia es el modo esencial y necesario de ser de la cosa, mientras que los accidentes son
temporales, posibles, no necesarios, es decir, no esenciales.

Igualmente, diferencia Aristóteles dos tipos de sustancia:


-La sustancia primera, que se refiere a la cosa o sujeto individual.
-La sustancia segunda, que se refiere al género o especie al que pertenece la cosa o sujeto.
b) Materia y forma. Explica nuestro autor que la sustancia es la combinación de forma y
materia. La forma es la esencia o idea que configura la cosa o sujeto, mientras que la materia es
aquello que es configurado por la forma, y que constituye la cosa como cuerpo.

c) El cambio y el movimiento en la naturaleza: acto y potencia. Afirma Aristóteles que la


sustancia es algo en acto y potencia a la vez. Estos dos términos le sirven a nuestro autor para
explicar el cambio y el movimiento en la naturaleza o physis.
Comenta Aristóteles que todas las sustancias cambian o se mueven, y que su cambio o
movimiento está dirigido hacia un fin u objetivo. Este fin u objetivo es expresado en griego con la
palabra télos. Cuando la sustancia alcanza su télos se convierte en una entelequia, lo que quiere decir
que ya está en su télos o fin, ya es lo que tiene que ser.
¿Qué es, pues, el cambio o el movimiento? Aristóteles lo define como “el paso de la
potencia al acto en tanto que potencia”. La potencia es todo aquello que la cosa puede ser, según su
ser esencial; y el acto es la realización efectiva de esa posibilidad.
Asimismo, el cambio o movimiento puede ser de dos tipos:
-Sustancial: cuando la cosa cambia de modo esencial.
-Accidental: cuando varía el accidente (es decir, el estado o situación) de la cosa y no su
esencia o sustancia. Puede ser cualitativo, cuantitativo, de lugar, etc.
Las causas del cambio son cuatro, según Aristóteles: material, formal, final, eficiente.

d) El cósmos. Aristóteles concibe un cósmos esférico y finito, cerrado en sí mismo, cuyo


centro es la Tierra y su límite la esfera de las estrellas fijas, y conformado por dos mundos: el
sublunar y el supralunar.
El mundo sublunar está compuesto los cuatro elementos: fuego, agua, tierra, aire. A su vez,
el mundo sublunar es cambiante y dinámico, en él se da el movimiento y la mutación, la generación
y la muerte. En cuanto al movimiento de traslación, éste es rectilíneo.
En lo que respecta al mundo supralunar, está conformado por los planetas (o elementos
errantes), y su elemento propio es el éter. El mundo supralunar se caracteriza por la inmutabilidad, es
ajeno al cambio y a la generación, y el movimiento que produce en este mundo es circular (es decir:
los planetas recorriendo sus esferas circulares).
El cósmos aristotélico es, además de cerrado y esférico, pleno: no hay vacío en él, sino
contigüidad y continuidad.
Esta concepción cósmica, basada en la propuesta de Eudoxo (s.IV a.C., discípulo de Platón)
fue elaborada con más precisión matemática por Ptolomeo (s.I d.C, de la Escuela de Alejandría), y
heredada por los medievales; hasta el Renacimiento, en el que Copérnico transformó esta concepción
al recuperar la cosmología heliocentrista de los pitagóricos.
e) El alma. Aristóteles considera el alma como lo propio de los seres animados: vegetales,
animales y humanos. Por ello, distingue tres tipos (o facultades) de alma:
-El alma vegetativa: es el principio de la alimentación, el crecimiento y la reproducción. Es
el alma de los vegetales.
-El alma sensitiva: es el principio de la sensación, el placer, el dolor, el deseo, la fantasía y
el desplazamiento. Es el alma propia de los animales (los cuales también poseen una alma
vegetativa).
-El alma racional: es el principio del conocimiento y del deseo racional (es decir, la moral).
Es el alma propia de los humanos (quienes, a su vez, poseen una alma vegetativa y una alma
sensitiva).

f) La epistemología. Aristóteles explicó que el conocimiento, en el hombre, se basa en tres


facultades: la sensación, la imaginación y el intelecto (agente y paciente); a estas tres fundamentales
hay que añadir la memoria.
Comenta también Aristóteles que hay varios tipos de conocimiento:
-El conocimiento de lo necesario. Este tipo se subdivide en: conocimiento a partir de
demostraciones; conocimiento a partir de intuiciones; y conocimiento que combina ambos métodos
(la sabiduría).
-El conocimiento de lo no necesario: es el conocimiento ético, basado en la prudencia; y el
conocimiento que se deriva de la técnica.
-La lógica: este conocimiento es instrumental, es decir, al servicio de los otros. Por ello,
Aristóteles le llama el órganon.

g)La ética. Para Aristóteles, el fin de la conducta moral de todo hombre y mujer es la
felicidad. La felicidad es el bien supremo, y cualquier otro fin sólo puede ser un objetivo parcial o
intermedio respecto a este fin último que es la felicidad. La manera de alcanzar la felicidad estriba en
una vida conforme al ser propio de los hombres y las mujeres, que es la racionalidad. Ése es el télos
u objetivo del ser de los humanos, y también la máxima virtud. La virtud es aquello que hace
excelentes a las personas. Los humanos pueden ser virtuosos en muchos campos, pero la
racionalidad es la máxima de todas ellas.
Asimismo, las virtudes características de los hombres y las mujeres pueden separarse en dos
tipos:
-Las virtudes dianoéticas, que tienen que ver con el conocimiento, y que son la sabiduría, la
ciencia y el entendimiento.
-Las virtudes morales, que son las propias del comportamiento y la conducta humana, y que
son el carácter, la valentía, la justicia (que consiste, según Aristóteles, en otorgar a cada uno lo que le
corresponde) y la templanza.
Todas estas virtudes están presididas por la prudencia, que es la virtud de elegir los fines
correctos, y de aplicar adecuadamente el “justo medio”.
Otro concepto importante en la ética aristotélica es el hábito. Para nuestro autor, el
comportamiento y el temperamento humanos se conforman por el hábito, es decir, por la repetición
de una conducta de manera reiterada. Por este motivo, Aristóteles quiso corregir el intelectualismo
moral de Sócrates afirmando que para practicar el bien es necesario conocer qué es el bien, pero no
es suficiente: hay que llevarlo a cabo, tener el hábito del bien. (Del mismo modo con la justicia, la
templanza, etc.)

h) La política. Al igual que Platón, aunque no con la misma intensidad, Aristóteles


reflexionó sobre la política. Para Aristóteles, el hombre y la mujer son seres esencialmente sociales,
por ello afirmó que el hombre es un “animal político”. El hombre y la mujer no pueden vivir solos,
necesitan a los otros para su desarrollo como tales (de ahí la importancia de la amistad para nuestro
filósofo). Así, la pólis es una comunidad de la que es miembro natural el ser humano.
A la manera platónica, Aristóteles considera la monarquía el mejor de los regímenes
políticos, seguido de la aristocracia y de la república. Las degeneraciones de estos regímenes son la
tiranía, la oligarquía y la democracia.
Sin embargo, a diferencia de Platón, Aristóteles es más indulgente con la validez de los
regímenes políticos. Considera que el régimen más correcto para una pólis depende de las
circunstancias, siempre que se respete el fin de toda pólis, que es el bien común, la felicidad de la
comunidad de individuos.

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