En relacin a nuestras representaciones encarnadas, Ihde (2004) nos recuerda que los
seres humanos siempre experimentamos los objetos de forma multisensorial; nuestro
cuerpo siempre trata de extenderse multisensorialmente; incluso en medios monosensoriales como, por ejemplo, en una conversacin telefnica, exageramos la entonacin, gestualizamos, cambiamos la posicin corporal, y todo ello lo acompaamos de sensaciones de frialdad, calor, ira, etc. Las experiencias y sensaciones recibidas en un mundo con caractersticas psicofsicas y espacio-temporales distintas produciran representaciones distintas de nuestro cuerpo, un nuevo sensorium que supondra modalidades distintas de percibir, sentir, relacionarse con el tiempo y el espacio, nuevas formas de reconocerse y juntarse (Martn-Barbero, 1998).