0 evaluări0% au considerat acest document util (0 voturi)
60 vizualizări1 pagină
Columna del periodista Jesús Frago, sobre el poder de las historias, en la que aborda la publicación de la novela 'La luz sepultada', de Irene Vallejo. Heraldo de Aragón, 30 de Octubre de 2011.
Columna del periodista Jesús Frago, sobre el poder de las historias, en la que aborda la publicación de la novela 'La luz sepultada', de Irene Vallejo. Heraldo de Aragón, 30 de Octubre de 2011.
Columna del periodista Jesús Frago, sobre el poder de las historias, en la que aborda la publicación de la novela 'La luz sepultada', de Irene Vallejo. Heraldo de Aragón, 30 de Octubre de 2011.
{80 | Domingo 30 de octubre de 2011
HERALDO
DE ARAGON
LACOLUMNA
Jestis F. Frago
Historias
DICE Vargas Llosa que aunque
la literatura es una representa-
cién falaz de la vida «nos ayu-
da a entenderla mejor, a orien-
tarnos por el laberinto en el
que nacimos, transcurrimos y
morimos». Extraviado en algin
estante, reposa el libro de Julio
Verne ‘Robur el Conquistador’,
mi primera novela en propie-
dad. Antes, habia navegado por
mundos insdlitos y épicos gra-
cias a las aventuras del Capitan
Trueno y del Jabato, pero Ver-
ne me ayudé a descubrir que
existfan historias subyugantes
agazapadas en los libros; que
en ocasiones, estos describen
descarnadamente la realidad y
el tiempo en que vivimos,
mientras que en otras nos
transportan a escenarios de
fantasia, a épocas y paises leja-
nos y desconocidos, a existen-
cias y costumbres distintas a
las nuestras. Aprendi que me-
recia la pena adentrarse hasta
el corazon de esos relatos, ya
fueran descarnados 0 amables.
Pearl S. Buck, Somerset
Maugham, Salinger, Faulkner,
Tolstoi, Proust, Kafka, Camus,
Rulfo, Cortazar, Garcia Mar-
quez, Moncada, Scorza, Sara-
mago y tantos otros escritores
han ido sucediéndose en mis
lecturas desordenadas, junto
con los clasicos espafioles y
contempordneos, esos que nos
obligaban a estudiar en la es-
cuela. Han transcurrido los
afios. El pasado verano lei ‘La
luz sepultada’, la primera nove-
la de Irene Vallejo, joven autora
de una exquisita columna se-
manal en este mismo rincén.
La obra, excelente, se present
esta semana en un acto carga-
do de emociones y de literatu-
ra. Entonces volvi la mirada al
discurso de Vargas Llosa en la
entrega del Nobel, cuando ase-
guré: «Sin las ficciones seria-
mos menos conscientes de la
importancia de la libertad». Y
del placer enorme de la lectura.