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Por: Juan Carlos Molina Garcia
Como consecuencia de estos planteamientos, el rol del docente se vuelve un tanto más complejo,
ya que el asunto va más allá de conocer los fundamentos y conceptualizaciones de un curso que
se proyecte servir. Se debe pensar que el proceso educativo hay que enmarcarlo sobre la pregunta
de cómo aprenden los estudiantes, y cómo facilitar dichos aprendizajes a través del reconocimiento
de unos recursos de enseñanza y aprendizaje adecuados a un contexto determinado. Esta
situación, reclama a su vez de unas intenciones formativas que apunten al desarrollo de una
capacidad reflexiva de los estudiantes alrededor de sus procesos de aprendizaje.
El Portafolio como técnica de evaluación, se basa en el análisis de las producciones cotidianas del
estudiante para ayudarlo a tomar conciencia de sus metas, progresos y dificultades. Así las cosas,
el portafolio puede definirse como una recopilación de evidencias consideradas de interés para ser
conservadas, debido a los significados que con ellas se han construido. Las evidencias que lo
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Docente TC Facultad de Ciencias, Instituto Tecnológico Metropolitano. Matemático, Candidato a
Magister en Educación y Desarrollo Humano.
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integran permiten establecer asuntos claves para ayudar a los estudiantes a reflexionar sobre los
propósitos y orientación de sus esfuerzos, así como a identificar las posibles áreas de
profundización y relacionamiento.
La evaluación del aprendizaje es uno de los aspectos que más influye en el interés de los
estudiantes por aprender y por el propio proceso de aprendizaje. Constituye el criterio que orienta
al estudiante sobre lo que hay que aprender en una determinada disciplina, configurando un punto
de referencia en la valoración personal de dichos aprendizajes. De manera específica, la
evaluación basada en competencias se interesa no sólo por conocer cuánto sabe el estudiante,
sino también por los resultados que se reflejan en un desempeño concreto; se caracteriza por estar
orientada a la valoración del desempeño real del alumno, el cual sintetiza los conocimientos,
habilidades, destrezas, actitudes y valores involucrados en la realización de una tarea específica.
Este modelo de evaluación requiere enfatizar la orientación diagnóstica y formativa, sin excluir la
evaluación sumativa, teniendo en cuenta por ejemplo que hasta ´El error´ se convierte en una
posibilidad de autoevaluación y autovaloración entorno a los progresos en el aprendizaje, situación
que genera una oportunidad de reflexión en la consolidación de los procesos de formación.
De manera amplia el portafolio de desempeño debe concebirse como una estrategia pedagógica
que permite dar cuenta de los registros y sistematizaciones de un proceso de enseñanza-
aprendizaje. En este sentido, el portafolio se convierte en un instrumento de gran importancia en el
marco de un trabajo direccionado por competencias, ya que articula las evidencias que reflejan el
sentido y el significado en el día a día de la aplicabilidad y apropiación del conocimiento en un
determinado campo de formación.
Para una mayor orientación sobre el alcance del portafolio de desempeño en el desarrollo de una
estructura curricular, se pueden tener en cuenta las siguientes consideraciones sintetizadas del
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trabajo de Jose Jaime Días :
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DIAZ OSORIO Jose Jaime, El Portafolio de Desempeño: Una práctica reflexiva para lograr éxito
en la formación y en el aprendizaje. Fondo Editorial Fundación Universitaria Luis Amigó. 2005.
145p
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Es un instrumento que privilegia la práctica reflexiva de la evaluación, propia de todo proceso
de formación
Para que el Portafolio sea una herramienta valiosa de comprensión y efectiva además en el trabajo
por competencias, debe tener una estructura sólida que soporte su organización y contenido. En el
día a día debe dar cuenta de los desarrollos de cada estudiante, sin embargo, debe hacer un
énfasis particular en el trabajo de campo, sintetizado en el trabajo independiente del estudiante.
Este trabajo independiente -asociado al tiempo que dedica el estudiante a una determinada
asignatura por fuera del aula de clases- se debe reflejar en la organización, sentido y coherencia
de los informes presentados al docente y en el trabajo propositivo que se hace extensivo al grupo
de compañeros en la búsqueda de sentidos y gratificación en el quehacer diario.
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Como elementos a tener en cuenta por parte del docente a la hora de direccionar el portafolio, se
aconseja tener presente las siguientes recomendaciones entorno al diseño de tareas:
1. Diseñar tareas que encuentren su significado en la experiencia práctica del estudiante y
por lo tanto sean percibidas como relevantes a los intereses de los sujetos en proceso de
formación.
2. Diseñar tareas que fomenten en los estudiantes el pensamiento complejo y crítico.
3. Diseñar tareas que se ajusten al contexto y a la duración de la asignatura en relación con
los créditos asignados por la estructura curricular.
4. Diseñar tareas que fomenten tanto el trabajo individual como el grupal.
5. Diseñar tareas con una identificación clara de las competencias que pretenden desarrollar.
Esto facilita de manera directa el proceso de evaluación.
El material que se debe incluir en el portafolio debe buscar un equilibrio entre las distintas fuentes
de información de tal manera que se facilite la observación desde distintos puntos de vista de un
mismo aspecto relacionado con la apropiación de contenidos y la efectividad de las estrategias de
enseñanza y aprendizaje aplicadas. En este sentido y como pistas relacionadas con los materiales
que puede incluir el portafolio de desempeño del estudiante se podrían referenciar las siguientes:
El programa o microcurrículo del curso donde se detallen los ejes temáticos, competencias
a desarrollar, redes de conceptos, estrategias de aprendizaje e indicadores de logros,
bibliografía complementaria y fuentes electrónicas de información.
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LA EVALUACIÓN DEL PORTAFOLIO DE DESEMPEÑO
La evaluación del portafolio, entendida como una actividad de comprensión y valoración de los
procesos y productos de los estudiantes, se soporta en la observación y contraste desde cierto
grupo de indicadores preestablecidos y relacionados con la habilidad de organización y
presentación de los resultados de las reflexiones y aprendizajes de los estudiantes. Algunos de
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estos criterios se indican a partir del trabajo de la Doctora Barragan y se agrupan en los siguientes
aspectos:
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Ibid., p. 132.
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