Creados a imagen de DIOSCapitulo La importancia de la doctrina acerca del hombre esulta dificil exagerar la importancia de la doctrina acerca del hombre.* Siempre ‘ha sido cierto que tuno de los interrogantes ‘importantes-que el filésofo aborda es, {Qué es.el hom. 10 de sus dilogos, Plat6n describe a su' maestro, Socrates, como a alguien obsesionado con un objetivo bésico en su btisqueda de sabidurfa: a saber, conocerse a s{ mismo. Una serie de pensadores han respondido de forma diferente al interrogante «Qué es el hombre?», cada una de las cuales con implicaciones de mucho aleance para ef ‘pensamiento y la vida. En la actualidad, sin embargo, esta pregunta acerca del hombre se est planteando con una nueva prémura. Algunos han constatado que las personas en la actualidad ya no estin muy interesadas en pre, guntas acerca de la realidad fundamental u ontologfa, sino que estin- vitalmente interesadas en preguntas acerca del hombre. Hay muchas razones para ello. Una es que, desde Emmanuel Kant, el problemaCreados a imagen de Dios de la epistemologia (éeGmo legamos a conocer?) ha jologico (en qué un lugar primordial, en tanto que el problema ont ito secundario. El ‘consiste nuestra existencia fundamental?) se ha vuelt pasado a ocupar surgimiento del existencialismo como una forma flos6fica, teolbsica y literaria de pensar ha ‘conducido a un nuevo énfasis: a saber, que la Jeistencia del hombre es mas importante que su esencia, que lo que ‘es tinico e irrepetible acerca de una persona es mas ‘entenderla que lo que dicha persona tiene en comin més personas. El existenc formularse la pregunta «£Qt cia en Dios se vuelve menos comin, ‘ocupar su lugar; y, en consecuencia, nos estamos en\ desarrollo de un nuevo humanismo. importante para con todas las de- 10, por tanto, es una nueva forma de 1ué es el hombre?» A medida que la creen- a creencia en el hombre pasa a ;eontrando con el Pero incluso el humanismo esté en problemas. Dos guerras mun- diales y las indecibles atrocidades del régimen Ia fe en la bondad basica del hombre y en el signi jhumanos. Ha surgido, pues, una nueva oleada de: todos los valores humanos y ‘Entre los factores que en Ja actualidad amenazan Jos valores hy nos estan los siguientes: la creciente supremacia de la tecnolo; ‘burocracia; el aumento de métodos de produecién © crecimiento de Ia masiva; y el creciente impacto de los medios de comuni siva, Fuerzas como éstas tienden a despersonalizar i han hecho vacilar jo de los valores ismo, que niega habla de la falta de sentido de la vida. ma- a fay elt Nuevos desarrollos en biologia, psicologia y sociologia inerementan " Ja posibilidad de que pocos puedan manipular a Jas masas. Practicas © como la inseminacién artificial, los bebés probeta, ‘rol quimico del comportamient y otras parecidas, plantean interrogantes acerca de vida humana. Agréguense a ello la eutanasia, la ingenieria gent el aborto, el Ta dignidad de la ‘temas tan candentes como el racismo, tlproblema dela enajenacion (adultos frente ajévenes, conservadores frente a progresistas, grupos mayoritarios frente a elproblema dela igualdad entre mujeres y hombres, decreciente respeto por la autoridad, qué la pregunta «équé es el hombre?» ha vuelto a v dad como apremiante. Jos minoritarios), ‘yel problema del yy resulta fécil comprender por ferse en la actuali- EI problema del hombre se ha convertido, pues, en uno de los més eruciales de nuestros dias. Los filésofos se debaten con él; los socidlogos tratan de encontrarle una respuesta; los tras lo abordan; los moralistas y activistas sociales 14 icélogos “estan intentando La importancia de la doetrina acerca del hombre resolverlo, Los novelistas y dramaturgos también se preocupan por festa pregunta. Las acuciosas novelas de Dostoyevsky son intentos de fesponderla, junto con la pregunta conexa, «épor qué esta el hombre gn el mundo?» Jean-Paul Sartre y Albert Camus también han inten- {ado darnos sus respuestas no cristianas a la pregunta, en tanto que Graham Greene y Morris West han tratado de darnos sus respuestas cristianas. Virtualmente todas las novelas y obras teatrales contempo- taneas se ocupan de la pregunta, «éQué es el hombre?» ‘Lo que uno piensa acerca de los seres humanos tiene un significa- {do determinante para su programa de accién. Fl objetivo del marxista ‘esth basado en su concepcidn del hombre. Se puede decir lo mismo {el programa del revolucionario politico que quiz no sea marxista, snte movimiento feminista también esté basado en una cierta j6n de la persona humana, en particular de la relacion entre hombre y mujer. Podemos distinguir diferentes tipos de antropologias no cristia- ‘nas, Las antropologias idealistas consideran que el ser humano es pasicamente espiritu y que su cuerpo fisico es ajeno a su verdadera tiaturaleza. Encontramos este punto de vista en la filosofia griega an- tigua; segiin Plat6n, por ejemplo, lo real en el hombre es su intelectoo raz6n, que en realidad es un destello de lo divino dentro dela persona {ue sigue existiendo después de que el cuerpo muere. El cuerpo hu- ‘mano, sin embargo, comparte la materia, que forma parte de un orden inferior de la realidad; es un obstéculo para el espiritu y en realidad la persona est mejor sin él. Quienes sustentan este punto de vista ense~ fian la inmortalidad del alma pero niegan la resurrecei6n del cuerpo. _Es més comiin en nuestros das el tipo opuesto de antropologsa no cristiana, el materialista. Segin esta concepci6n, el hombre es un ser compuesto de elementos materiales, y su vida mental, emocional y espiritual es simplemente un subproducto de su estructura material. Por ejemplo, la idea marsista de la determinacién econémica de la historia descansa en una concepcién materialista o naturalista de la naturaleza humana, Para el marxista, el hombre es solo un producto de ia naturaleza. Los seres humanos no han sido ereados a imagen de Dios; de hecho, se niega la existencia misma del Creador. Son ajenos ‘almarxismo conceptos como un imperativo ético ola responsabilidad ‘moral de la persona ante Dios. Los seres humanos forman parte de nae el mal nace de dicha estructura y solo se puede eliminar introduciendo cambios‘a la misma. La persona individual no 15