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LA AUTORIDAD

En pocas remotas, las mujeres se sentaban en la proa de la


canoa y los hombres en la popa. Eran las mujeres quienes
cazaban y pescaban. Ellas salan a las aldeas y volvan cuando
queran o podan. Los hombres montaban las chozas,
preparaban la comida, mantenan encendidas las fogatas
contra el fro, cuidaban los hijos y curtan las pieles de abrigo.
As era la vida entre los indios Onas y Yaganes, en la Tierra del
fuego, hasta que un da los hombres mataron a todas las
mujeres y se pusieron las mscaras que las mujeres haban
inventado para darles terror.
Solamente las nias recin nacidas se salvaron del exterminio.
Mientras ellas crecan, los asesinos les decan y les repetan
que servir a los hombres era su destino. Ellas lo creyeron.
Tambin lo creyeron sus hijas y las hijas de sus hijas.
EDUARDO GALEANO

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