Me ofusca el exorbitante resplandor que sigue tus pasos;
desde cada insinuacin de movimiento hasta cada movimiento.
El carcter taxativo del devenir sitiado en los pies destruye y reconstruye lo que otrora habr sido el sntoma del ser, de lo ms presente y actual. Nunca se esfuma, nunca se escapa, nunca desaparece. Y aqu, en un rincn, miro. Sigo como un espectador tu historia, finjo ser parte de ella, tal vez finges que yo forme parte tambin. Pero slo me encuentro siguiendo tus pasos, descubrindolos, desvelndolos. Y all me encuentro con la irrevocable sorpresa de tus sombras. Tan slo soy un paso. Algo que no quieres reconocer. Un paso en anonimato. Nada es recproco. Entre la enajenacin y la alienacin del sentimiento nace un monstruo: Yo. Me cubres, me velas. Soy la presencia envuelta en ornamentos que fatiga tu luz del sol.