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G. CHARTIER adiestre su perro PARA EL ATAQUE Y LA DEFENSA 52 EDICIONES DAIMON, MANUEL TAMAYO. Madrid - Barcelona - México Titulo de i obre onigina ART DU DRESSAGE DE DEFENSE ETD" ATTAQUE Les Euitions de " Homme, Monwéal (Canada) “Tradccion del francés: ANTONIO .G. VALIENTE Revision y adaptacion: MATEO JUANES SAMPEDRO S.A, QUILEZ SEGURA Prohibida la teproduccion total 0 parcial de esta obra, asi como su traduecion © adaptacibn, bajo cualquier forma y procedimiento, 5.0 autorizaeibn eserta de Ios octores, ISBN: 84-251-1037.0 Deposito legal: 8.41356. 87 © Copyright 1979, por Eaitions de" Homme, Lte., Ottawa (Canad) Y por cesion de dicha firms pera Espafay pafsos do hable espanla, © Gdpyright 1985, por Ediciones Daimon, Manuei Tamayo, Barcelona (Expunel, y por Ediciones Daimon de’ Mexico, S. A. IMixico, 5, OF Printed in Spain. Impresibn: Industria Gréfiea Domingo, §, A, = lndustria, 1 ~ Sant Jean Despi (Barceions} PROLOGO ala edicion espafola Las personas que poseen o han poseido un perro saben muy bien cuales son las cualidades innatas de este amigo natural del hombre. CQuién no conoce su fidelidad a toda prueba, su inmensa devocién al amo y al eirculo familiar que le rodea; su obediencia y sumisién, y la gran capacidad de sacrificio que le Teva en ocasiones hasta la muerte? Sin embargo, estas cualidades innatas que hacen del perro nuestro mejor compafero, constituyen solo una pequetia muestra de lo que puede llegar a offecernos, a poco que nos lo ropongamos. E] perro es, sin duda, el animal mis inteligente. No s6lo pue de aprender y retener el significado de mas de medid centenar de palabras, sino que capta también nuestra mirada, nuestros ‘ademanes, el tone de vor, y actia en consecuencia, Adiestrar un perro consiste simplemente en aprovechar es tas cualidades naturales y encavzarlas seguin nuestro deseo, Asi es posible educar a un perro para que nos proteja ante cualquier agresidn, para que cuide y vigile nuestros bienes 0 para que impida el acceso de intrusos en nuestras propieda- des El adiestramiento del perro comprende multiples y variadas facetas, desde el paciente lazarillo para ciegos hasta el perro suicida capaz de volar un tanque con una carga explosiva, 5 pero en este libro nos ccuparemos solamente de Ia defensa ere orgie objets y de stague a posibles ages, ‘gl autor de la obra, Gilles Chartier, famoso especialista : la Sten passa paso To que debemes hacer para ads imate relent nes perv sn esr, 8 CASHES aa ee ir perder su asad en ningun momento Fd a eid acarado con mas de 70 fotografias que usta eens es aes ae dr ielonexpaflafrmoncontado, adem, ted borane famosoadestador proteins, Mi ioe os directon dela alta Esccla de Adit ee ree pambre a come desu ayuda, ae ntonio Quiler Segura. ee Elms nes av epee eae eer ee edict en verso ofl com 1s eros digi de Barcelona, el resto en plan p gen pois bastadaclon dea obra y de april Loie Fuller; Azor, perro de un director de circo, tocaba correctamente al piano La Marsellesa; todo marché bien hasta el dia en que tn espec- tador maull6 y Azor salt6 en busca del gato, iy el piano eléctrico continuaba La Marsellesa sin él! 2 Estos tres perros espafoles fueron adiestrados en ta. Escut de Adiestramicnto Canine Juanes de San Cupat del Valls, 2 Pertos fieles El buen cardcter no tiene nada que ver con la belleza la inteligencia. Esto vale también para el perro, de cualquier raza que sea. Los perros fieles merecen mas aprecio que los, que no lo son. Los que citamos aqui no representan mas que un mimero restringido, pues son muchisimos los que, en toda época y lugar, fueron y siguen siendo anénimos, aun- que no menos heroicos. Los habitantes de Ia localidad de Borgo-San-Lorenzo, er gieron un monumento, en vida, al perro Fido. Su amo lo en- contré, todavia cachorro, en una carretera. El hombre mu ig en un bombardeo, en 1943, y Fido no quiso comprender por qué su amo no regresaba del trabajo aquel atardecer. Dia a dia, aio a afio, iba a la parada del autobis de Florencia para esperarle. La tarde de la ceremonia, en 1957, cuando e! alcalde iba a darle una medalla de oro, Fido salié de estam- pia, jera la hora del bus! Hachiko, perro de Tokio, todos los das acompafiaba a stu amo a la salida del tren y volvia a buscarle al atardecer. Un dia de 1925, el amo no regres6, porque habia muerto de un ataque cardiaco; Hachiko lo esperé durante diez afios, hasta su propia muerte, acaecida en 1935. Los japoneses honraron su fidelidad erigiéndole un monumento y hasta emitieron un sello con su efigie (el akita del Japén se parece al chow-chow de China), Medor, caniche blanco, esper6 con perseverancia durante siete afios en la tumba de su amo, fallecido en el curso de los combates del Louvre, cuando la rovolucién de 1830. Se le construyé una caseta en dicha tumba, que legé a ser un sitio de peregrinaje para numerosos franceses; fue robado y revendido varias veces, pero é! siempre encontré el ca- imino de la tumba. Tofino siguié a su amo, en las filas de la Gran Armée, hasta las puertas de Mose; durante la retirada del Beresina, a el soldado cayé enfermo; su perro le buses por todas partes, y huego, en 1813, volvi6 al cuartel de Milin donde el reg ‘miento habia estado acuartelado antafio. Se acomod6 al lado de la garita donde su amo habia montado la guardia con fre- ‘cuencia, y por espacio de dos afios no se alejé de allf mas de cincuenta metros. La poblacién honraba a Tofino como si fuera un animal santo y acudia de muy lejos para alimen- tarlo y admirarlo. La reina Maria Estuardo fue acompafiada al cadalso por su podenco enano, que permanecié echado, gimiendo, al Tado de su cuerpo; se negé a comer y murié tres dias des- pus. Porque su amo, el zar Alejandro IT, fue a la Exposicion Universal de Paris, sin llevarlo consigo, Milord, perro de cara, so negs a comer y murié de inanicién, Thishee, perrillo de Maria Antonieta, murié al mismo tiempo que la reina. Segtin cuentan, este perrillo maltés ‘mado la sobrevivié algin tiempo en las escaleras de la pri- sign, hasta que un guardién lo abati6. En realidad, la sobe- rana no fue autorizada a levarlo al Temple. Pero una joven Jo recogié en su casa, cerca del puente Saint Michel, y él se ‘escapé y se ahogé en el Sena; era el mismo dia, 16 de oc- tubre de 1793, que Maria Antonieta subia a la carreta del verdugo. Un adiestrador de perros murié poco después de acabar Ia guerra de 1870-71 y los unicos seres que le acompafiaron hasta el cementerio eran sus tres alumnos: un caniche, un galgo y un pastor alemén. Como no los dejaban entrar en el cementerio, ladraron tan quejumbrosamente que el guardién se apiadé de ellos. Y cuando bajaban el atatd a la fosa, los tres se irguieron sobre sus patas traseras como obedeciendo una orden y bailaron un vals, el que representaban con su amo por todo el pais. Bailaron asi por espacio de diez mi- Una eonocida animador da radiotelev én canadiense, Margate Bia, au fie pore side Spb (acesttace por Giles Chara. 45 €ldoctorJsetare Brunet y su perro Loup eno entrenamiento do Stoque, oma areal de elestramiemto del Ur ‘nutes, luego desaparecieron cabizbajos y nadie volvié a ver los mds, Gentes famosas y su perro Todos los que se han preocupado un poco de perros co- nocen a Tyras, el «perro del Imperios, que acompafiaba a todas partes a Bismarck, y también a los galgos de Federico el Grande, que Menaban Sans-Souci, Lisette es menos oéle- bre; era la perrita bolonesa de Ia emperatriz Maria Teresa (1717-1780) y esta disecada en el Museo de Historia Natural de Viena, al lado del pointer negro, el fiel compafiero del | tamoso cantante queboauerss, “adiestrado por Gills Chore) 46 Mozart dedicé un lied a su lulé Bimperd, inacabado por- que el amo y el perro murieron casi al mismo tiempo. Sin embargo, no es la tinica composici6n musical dedicada a un perro. Beethoven compuso una elegia a Ia muerte de un ca- niche, y el Valse des minutes de Chopin se llama en reali dad el Valse du petit chien, dedicado al perrito de George ‘Sand, La reina Isabel IT de Inglaterra recibié en su infancia tun ejemplar de raza welshcorgi con el que se encariné tanto ‘que, hasta el presente, siempre tiene un ejemplar de estos pastores de patas cortas. st VOCABULARIO DE LOS PRINCIPALES TERMINOS TECNICOS Afonsa: Alopecia: Amaurosis: ion: Bastardo: Pérdida de la voz. El perro no puede la- rar. Pérdida total o parcial del pelo. La causa puede ser de origen fisiologico, 0 sea una afeccién general Pérdida total o parcial de la vista sin que haya lesion aparente del Grgano visual Provocada por diversas causas: traumatis- mo, estado infeccioso (enfermedad de Carré), El perro asocia en su memoria una viven- cia, un acontecimiento, una experiencia con un objeto, una sefial, un lugar 0 una persona Manifestacion de la herencia genética que consiste en Ia reaparicion en un individuo de caracteres inexistentes en los progent- ‘ores inmediatos, pero sf{en ancestros mas, alejados. Perro fruto del cruce de progenitores de especies 0 razas diferentes. Se le denomi- nna también hibrido. 33 Cinofilia: Cinologt Comportamiento: Cruce: Degenerescencia: Educacién: Gastroenteritis: cru: Instinto: Neurosis: 4 1a el afecto del hombre a los perros, Estudio que tiene por objeto el perro. Forma habitual de portarse. En plena Ii bertad en Ia naturaleza, y con el hombre, una vez domesticado, el perro parece com: portarse de dos maneras claramente dis- tintas, esto es, guiado por el instinto, o bien por la inteligencia, Apareamiento de progenitores de razas 0 de variedades diferentes. Alteracién hereditaria, fisica y psiquica, de una raza a menudo resultante de una union consanguinea o incestuosa, Ia cual provoca multiples caracteres desfavora- bles. Formacién particular que el hombre im- pone a los animales, a fin de hacerlos ap- tos para un menester determinado. Inflamacién aguda de la mucosa del est6- ‘mago y del intestino. Parte de la columna vertebral que se halla entre los omoplatos, sin rebasarlos. En la alzada de la cruz, se mide la altura det erro, Ampulso natural que mueve al hombre y los animales a ejecutar ciertos actos irm=- Aexivamente. Enfermedad caracterizada por trastornos nerviosos sin aparente lesién orgénica, y también por alteraciones psiquicas. Obesidad: ‘Traumatismo: Afeccién debida a un desarrollo excesivo: del tejido adiposo; de ella derivan dificul- tades respiratorias causantes del cansan: Referido al traumatismo psiquico, se ca racteriza por trastornos debides a un shock que conlleva una perturbacion de! psiquismo. 58 LOS ADIESTRADORES Y LA SOCIEDAD PROTECTORA DE ANIMALES Y PLANTAS (P.A.Y. Esta sociedad viene realizando loables trabajos desde hace varios afios, sin afén de lucro, y a pesar de que a menu- do arrastra défict, con las consiguientes dificultades, consi- gue proseguir su dificil tarea. Por otra parte, errarfa quien considerara a la P.AY.P. como una sociedad que sélo piensa en vigilar y denunciar a las gentes que maltratan a los anima- les. La raz6n de ser de los miembros de esta sociedad, con- siste en impedir que ciertos emonstruos>, indignos de po- seer un animal, Io hagan objeto de malos tratos. A quign lamar cuando desaparece un perro? €Quicn recoge a un animal herido 9 muerto en la calle? {Quin coloca en las familias los cachorros abandonadas? La PAY, sin duda alguna, El arte de adiestrar no es nada facil. Todos los perros no son tan déciles como los Rin-tintin o los Lassie. Los propic- tarios tienen a menudo ocasién de percatarse de ello, y por eso suelen recurrir al adiestrador. La PAN. nunca se ‘na opuesto ai atiestramiento, pero ciertos métodos que utilizan algunos adiestradores competentes, quicnes por ignorancia o falta de experiencia intentan educar a los perros a palos, método a todas luces contraproducente. Yo tampoco creo en estos métodos primitives y desfa- sados. Estoy convencido de que Ia educacién de un perro no debe llevarse a cabo por medio de la violencia, ” ovonel Comers, Algona regamontactone rferentos 38 Por fortuna existen leyes para castigar e impedie la cruel dad hacia los animales, y a ellas se acoge la PAY. ‘Gales Chore MATERIAL Y EQUIPAMIENTO El collar de castigo Existen varias formas de estos collares. Pero se debe ele- gir atendiendo a la raza del perro, su corpulencia y sobre todo Ia longitud de su pelaje. El referido collar es un pro- ducto comercial y se vende en todos los tamafios, pero hay que elegir bien, 0 sea, procurar que sea adecuado a wuestro perro, Yo he visto, por ejemplo, perros, como el san ber- nardo, con un collar de pequetos eslabones redondos, que cl perro puede romper Facilmeate. Baisten tres tipos de cqllares de castigo, de longitud y grosor variables, sequin la {alla y el pelaje del animal: — Collar de eslabones redondos (tres medidas: eslabones ‘pequefios, medianos y grandes). — Collar de eslabones rectangulares (dos medidas: eslabo- res pequefios y grandes). — Collar de castigo doble. El collar de castigo de eslabones redondos es propio de petros de pelo corto. Los eslabones serin pequetios, media- nos o grandes, seqrin la talla y edad del animal. 2 Colle de eastign de alsbone radon. Collar de estige de elbones rectangles El collar de eslabones rectangulares es apropiado para, los perros adultos de pefo largo © mediano. Los eslabones son rectangulares con el fin de dar més espacio, de forma que el pelo del perro no se pille entre los eslabones, sobre todo cuando se tira con fuerza de la correa. Esto evita tam- bién la comezén (arrancamiento dal pelo), las heridas en el cuello y la pérdida de pelo en la rogién del cuello, ‘Algunas personas utilizan el collar de castigo doble para mantener a raya un perro agresivo o bien para mejor domi- nario. Personalmente rechazo este tipo de collar, porque las- ‘ima initilmente al animal, y porque creo que no es buen metodo para educar a un perro. Si no se consigue dominar al perro, vale mas confiarlo a un adiestrador profesional 0 pedir consejo a una persona competente. El collar de pias es muy doloroso para el animal; éste no obedece para com- placer a su amo sino para evitar el dolor que le causan los tirones que hincan las ptias del collar en la carne del perro. Este collar no se debe utilizar nunca. Para completar esta sucinta enumeracién, creemos con- veniente decir algunas palabras acerca del collar de cuero. Ante todo, no se puede educar a un perro con un collar de cuero; aunque es evidente que con él se le pueden ensefiar algunas cosas, no es menos cierto que este collar no es el mas idéneo; €l mejor es, sin duda alguna, el collar de cas- tigo simple siempre y cuando se adecue a la corpulencia del perro y a la longitud de su pelo. Correas de adiestramiento En las tiendas especializadas hay diferentes clases de corres, Pero a mi julicio, fa mejor para el adiestramiento, en general, &s la que mide 1,80 m, por la sencilla razin de que permite trabajar mas libremente con el perro a distan- ia, Si la correa es demasiado corta, impide que el perro se aleje para realizar ciertos movimientos. En otro aspecto, la corres, preferentemente de cuero, debe medir unos 25 em. 6 Corea de entensmiento de 1.80 m con dobl ire, de ancho. Sin embargo, siempre segrin Ia corpulencia del perro, puede medir de 1.2 a 1,80 centimetros. Hay otra correa de entrenamiento, pero es rarisima, ‘unos 3,60 metros y se utiliza para el seguimiento de huellas, para el atague, para la custodia de objetos o, de un prese. Bozales Existen varias clases y formas de bozal, pero Ia que yo aconsejo por su solidez y porque permite respirar cémoda- mente al perro, ¢s el bozal del perro policia (ver dibujo). Este mismo bozal, una vez modificado (con banda de acero al extremo), se convierte en un arma peligrosa (ver di bbujo) que puede utilizarse en perros adiestrados para el sataque. Otro bozal destinado a perros de morro alargado, como el doberman, el galgo, eteétera (ver dibujo) es excelente para a 1 paraun daburman. Boas de ataque con banda ceo, 6 iertos menesteres, pero reviste el inconveniente de que dic fculta Ta respiracion. Vestimenta para adiestrar el perro al ataque Esta vestimenta es indispensable para evitar la mordedu- ra del perro durante las sesiones de entrenamiento; consta Ge una chaqueta guateada con dos manguitos desperables y pantalones de lo mismo, amén de un casco especial para proteger Ia cabera (ver dibujo). Bourg unr del scula de aintrarionto de Giles Chater, os de detent con sl pator seman fen Propiedad de M. losgucs Proven Caco protestor que temples en el entrenarinto de wmague, 65 DEFENSA Y ATAQUE Por razones obvias, el entrenamiento de un perro para ‘el ataque o la defensa no esta exento de peligro, sobre todo si el que lo hace no es una persona cualificada. Acerca de este tema hay publicadas ya varias obras, pero son raras las que aportan suficientes detalles y explicaciones para que este entrenamiento sea factible. Es, por lo menos, temerario entrenar un perro para la defensa 0 el ataque poseer conocimientos de la psicologfa canina, y hay que te- ner presente que, procediendo con torpeza, se puede causar un traumatismo psiquico al animal, Dicho entrenamiento require la colaboracién de dos per- sonas: el adiestrador y el asaltante. Pero aun cuando ambos conozcan perfectamente la técnica, ninguno de ellos queda exento de peligro. La diferencia fundamental entre esos dos entrenamientos (defensa y ataque) reside en el hecho de que, en el primero (defensa), el amo controla al perro mediante la correa. En el segundo, el ataque, el amo sélo controlaré al perro por medio de la voz (sin correa). Pero en ambos casos, el animal no dejard de ser agresivo. La finalidad de este adiestramiento no es ensefiar al pe- ro a morder al primer sospechoso, sino mas bien ejercer tun perfecto control sobre el animal, a fin de que defienda 2 su amo cuando éste se lo ordene y suelte al atacante a la vor de mando, o En contra de lo que pueda pensarse, un perro entrenado para cl ataque es menos peligroso que aquel (agresivo tam- bien) que no ha sido entrenado, y la razén es obvia: éste solo sigue los dictados de su instint. En fin, nadie entrena a un perro para la defensa o el ata- ue por puro capticho, pues esto implica responsabilidades y riesgos. El entrenamicnto esté justificado, por ejemplo, en el caso de una persona que acostumbra a transportar ‘grandes sumas de dinero, 0 que vive aislado en el campo, tiene la responsabilidad de guardar un Tugar. Se puede con- fiar a un perro entrenado para ello responsabilidades como Ia custodia de presos, de objetos valiosos de un almacén de mercancfas. Cuidado! Nati so acer thiimente xm ame ‘No soy grande per mera.” 9. (TP ol, porerano, propia oe seo Mann Syn 68 ‘Una ssion de agitation para ensear a petro s dtendere La edad idénea para adiestrar para el ateque® La edad idénea para entrenar un perro para el ataque es de doce meses, como minimo. Raros son los perros for- mados, en todos los aspectos, para empezar dicho entrena- miento antes de haber cumplido el afo. Yo, en particular, rno he conocido perros de ocho a doce meses que fucran capaces de seguir ef entrenamiento, aunque a este respecto + Mate det Revisor: Aestrar pero para league my i ‘porsante, pero supone que previamente sec habra educado en che Blenela, coun del fodo ncceearin, Debe hacerse antes de tor dos anos in abr sido edvcodo en ebedincia ho se pte one al pet €l ataque, porque el perro, por cl sola hecho de amber stacar, nor debe dejar de ser noble ¥ Mostrarse como tal’cn todas sus manifesta 0 debe tenerse en cuenta el desarrollo psicolégico del perro a fin de que, mas tarde, no surjan trastornos psiquicos, Sin embargo, no hay Iimite de edad para dicho entrena- miento (al menos entre uno y dos aios). Yo entrené ua perro que tenia siete, En una casa hubo un robo, y el duefio me trajo su pastor alemdn para que lo examinara; tras ab unos tests, le dije que el animal era apto para el udiesira miento. Al cabo de mes y medio de entrenar el perro estaba perfectamente adiestrado. Se puede, por consiguiente, entrenar un perro a cualquier ‘edad, siempre y cuando tenga las caracteristicas adecuadas. De todos modos, en el caso que nos ocupa, el amo hubiera hecho mejor haciendo adiestrar su perro a la edad de un nt prropoezs haber spend wa tc 1 afio y no a Ia de siete, como Io hizo. Asf, no hubiera tenido sels afios un perro inadecuado para ls defensa, aparte de que posiblemente habria evitado el robo que le decidié a confiérmelo, Modo de desarrollar la agresividad del perro Tiene usted un buen perro, entre uno y dos afios de edad, dotado de todas las caracteristicas deseadas, Empece ‘mos por el primer ejercicio, Ante todo, solicite la ayuda de uno de sus amigos (los, miembros de su familia quedan excluidos). Agitacion En una habitacién oscura, coloque el perro en una pe- quetia jaula, o en su defecto, ételo con una correa 0 una cadena, Salga de la estancia, no sin antes acariciarlo y de- ile algunas palabras carifiosas. Al cabo de unos tres minutos, vuelva al lugar Hamandolo por su nombre, y acaricielo de nuevo. Repita todo esto tres veces, con cinco minutos de intervalo cada vez. Una vez tranquilizado el perro, haga entrar a su ami quien debe andar de puntilias, como un ladrén, al tiempo que gesticula con los brazos y'se desplaza a la iqulerda y la derecha de la estancia, pero sin aproximarse a menos de dos metros del animal. Al menor gruiiido o ladrido, el amigo hhuird lo mas veloz que pueda sin hablar, sin gritar. En este momento, vuelva a Ia estancia y acaricie al perro para ani- marl. Este ejercicio tiende a desarvollar en el perro una especie de autodefensa, o lo que es fo mismo, su instinto de conser vacién, pues aprender a defenderse a sf mismo ante todo, yy después protegerd o atacaré, segtin las circunstancias, to- mando conciencia de su trabajo. Si este ejercicio ha sido bien preparado, estara usted en cl buen camino, porque constituye la base fundamental del adiestramiento del perro de ataque. Seguramente se pregun- ta usted la razén del mismo. En primer lugar el perro, al no poder lanzarse més allé de lo que su cadena le permite, 0 por estar encerrado en la Jaula, se ve incapaz de desplazarse libremente, y por ello grufe o ladra para defenderse del atacante, vuestro amigo, ‘quien le amenaza con sus gestos. Todo perro bien equilibrado intuye répidamente nuestros sentimientos y reaceiones emo- ional. En segundo lugar, vuestro amigo, al huir, demuestra su miedo. En general, los perros son de suyo cazadores, y el n hecho de ver que alguien buye corriendo, excita més al ani- mal, y se desahoga grufiendo y Iadrando. En tercer lugar, dado que él perro no ha recibido ningin golpe, no ha tenido miedo al atacante, e} cual, sin embargo, no le ha dado ninguna muestra de afecto, Asi, el perro aso- cia estos dos elementos: si se le acerca una persona extrafia amenazante no puede hacerle ningtin dato, porque si él grue o ladra el otro huira répidamente, En cuarto lugar, cuando usted vuelve a Ja estancia pro- nunciando palabras carifosas, el perro ha comprendide que esta usted orgulloso de él. Unas cuantas palabras estimulan tes han bastado para darle a entender que él tiene derecho a westro aprecio. En adelante sabra cémo obrar ante una persona amenazante. El conjunto de estos ejercicios se denomina agitacién, Emplearemos este vocablo en las paginas que siguen. A vues Una ver bon prepara In aitacin ol pre tro amigo le designaremos con el de agitador. He aq dos palabras que os importa retener. La agitacion debe hacerse una vez al dia. Durante este tiempo, el perro sélo debe tener contacto con su amo; es preferible mantenerlo aislado durante este periodo. La agitacién no debe exceder de quince minutos al dia, al menos en Tas dos primeras semanas. Yo aconsejo encare. cidamente disponer de varios agitadores, por la sencilla ra- 26n de que el perro no debe asociar la agitacién y el agitador, ues podria reaccionar solamente en presencia de éste, con Jo que, ante otra persona, Ia-reaccién seria aula, Tal sucedié a un amigo con su perzo. Mi amigo empleaba continuamente a un vecino suyo; al cabo de cierto tiempo el perro comprendié que debia rechazar al agitador. Algo mas tarde aprendié. a morderle el antebrazo protegide por el manguito. Todo marchaba bien. El perro ensefiaba los dientes, mordfa el antebrazo. Pero qué sorpresa se llevé mi amigo cuando otro de sus vecinos asumié el papel de agi- tador. El perro, acostumbrad6 a morder al anterior, se descon- cert6 y no supo reaccionar ante su nuevo agitador. La sor- presa de mi amigo fue de tomo y lomo; tantas horas de tra- bajo para tan decepcionante resultado. Ojo pues en no co- meter errores,’ Durante la primera semana, no es necesario ponerse la vestimenta de ataque. En la segunda semana es conveniente Pues, Nota del Revisor: Cuantos mis asitadores 0 colaboradores. se tengan, mejor; ya que asi na hard fala evar un cider en ton dias {que fe toca a Cala Who, Hay que tener en cuenta que dichos agitader ASS deton conocer el eardcte de los pervon puss ie los Primers dias de clase este se acobarda Serio muy die sacar de el se ade- inte ei‘rendimisnto apeteco, El uitadar debs aparentar cierto temor ante el perro para que { animal se vaya cretiendo y creyendone superior. En mai practca “laria he comprobado quc tan experto tiene que ser sl adiestador ome el agitadar y uc una person mal prepurada ademas del fa ‘caro se capone a Setlos porcances 15 cubrirse la cabeza con un capuchén, asi el perro se acos- tumbraré a los Iadrones enmascarados, quedando descarta- do que se desconcierte ante el enemigo. Es conveniente tam- bign disponer de dos «brazos de alaque>, porque el perro s¢ ira haciendo mas agresivo de dia en dia. Ast, estaréis pro tegidos si la cadena se rompiera El ejercicio que inicia la segunda semana es muy im- portante para el perro, por lo que requiere mucha paciencia por parte de su amo. ‘Ahora que el perro ya no teme nada para si mismo, es indispensable que el amo esté presente para que aquél pueda protegerle, Una vez dispuesto el perro en posicién de «junto», es. decir colocado al lado izquierdo de su duefo, sujetadle por el collar con la mano izquierda mientras con la derecha tenéis cogida la correa del collar y con la misma mano le acaricidis la paletilla del mismo lado, al tiempo que pronun- ciais palabras carifiosas. En este momento el agitador debe entrar corriendo, moviendo los brazos como si intentara golpearos. Acto seguide, dad al perro la orden de ataque mediante la voz de mando «Riffs. Todo sucede en unos se gundos, el agitador grita para excitar al animal, mueve los brazos, corre a lo largo y lo ancho de la estancia, al tiempo que demuestra al perro que no puede tocar al amo porque su presencia, la del perro, se lo impide. En una fraccion de segundo, el perro reaccionara inmediatamente para saltar sobre el agitador. El amo azuzaré mas a su perro, pero pro- curando que no se lance sobre aquél. Este no debe aproximarse a menos de 1,50 metros del perro. A continuacién alzara la mano para golpear al amo, pero saldra corriendo de la estancia, ‘Tras desaparecer el agitador, calmad al perro, acariciadle al tiempo que le dedicais palabras carifiosas, Es conveniente repetir este ejercicio dos veces al dia, durante cerca de una semana, Ahora que el perro le ha tomado gusto a morder, démosle 6 gia be secu pre dear abajo yd agit devez la oportunidad de hecerlo. Para ello, volvamos al principio. Esta vez el agitador, al tiempo que da la impresién de que- rer golpearos, presenta el «brazo de ataque» a la boca del perro, pero retirard el brazo del manguito, de modo que el animal ereera que se lo ha arrancado. Esto debe durar dos segundos, al cabo de fos cuales ef agitador debe huir y de saparecer. Mientras tanto el amo debe retener al perro con la mano izquierda y permanecer inmévil. Dara la vor de «Riffs unos segundos antes de que el agitador Ievante Ja mano, Estos ejercicios deben ser realizados dos veces durante Ja jormada. Cada dia se dejar el manguito del agitador en la n boca del perro no mas de 15 segundos, al tiempo que se agita fuertemente el brazo de izquierda a derecha, y el agitador Janza gritos para excitarle. ‘Tras unos cuantos asaltos, ef amo Ianzar4 su perro (ata- que) sobre el agitador, empujandole con Ia mano i2quierda. Una vez acostumbrado a morder, el perro se sentiré libre y ya no temerd nada del asaltante. Orden de «Suéltalo» Sil perro no quiere soltar su presa, tirad de la correa con ambas manos diciendo: «Pfui», y sino obedece, darle un rodillazo en In mandibula repitiendo la orden, Por su parte el agitador debe tirar también pero sin moverse De este modo es casi seguro que el perro soltard la presa, Ata orden de “Sushi seamen den conea hese qual porn rete a unr ado, Y atpeale com ro Forma de darle més agresividad Ocurre a veces que el perro no quiere morder inmediats- mente, porque no siente la menor agresividad contra el agi tador. He aqui un método de estimulo que no fala nunca: ” tador ariel flancos lpr a in de alam aaa sncfegemamant de aaa . colocad al animal en la postura «Sitz» (sentado delante), con ‘el bozal puesto. Agarradio del collar con ambas manos de ‘manera que no se pueda volver para morder al agitador. Este, a la vor de «Riffs, debe entrar corriendo, apretar los flancos del perro durante unos segundos y después salir de prisa de la estancia, Una vez tranuilizado el animal, quitadle el bozal y or denadle que se ponga de pie; repetid estos ejercicios de obe- dleneia durante cinco minutos y volved a Ia poscion de 80 ‘Seguidamente, el agitador entra en la estancia con el bra- zo teniido hacia delante, en actitud agresiva, andando lenta rente hacia el perro, levanta Is mano por enciaa del animal fritando, y sale corriendo de la estancia hasta el préximo ejercic Repitase este ejercicio cada tres dias hasta el in del curso de ataque (alrededor de un mes y medio) Ataque fibre Para el ataque libre, se emplea una correa de 3,5 m de longitud, una vestimenta de proteccién como la ya descrita, ‘con su casco, y una estancia preferentemente que se pueda cerrar, amén de mucha prudencia, Durante estos ejercicios, en la estancia sélo deben estar cl agitador y el amo del perro, pues el animal se pondré muy nervioso en el transcurso del ejercicio, hasta el punto de que cualquier otra persona puede resultar mordida. Por ‘supuesto, este ejercicio no debe efectuarse en un lugar pi blico por la razén apuntada,” Recuerdo que hace unos afios se produjo un incidente {que pudo revestir consecuencias graves. Fl agitador y yo es- tabamos en un terreno particular situado en las afueras de Montreal; yo tenfa un magnifico pastor alemén de 16 meses de edad, adiestrado desde hacia 2 meses y empezaba ya a trabajar sin correa, A la voz de «Riffs, el perro con la boca abierta se abalanz6 sobre el antebrazo del agitador, el ‘cual empez6 a sacudirlo con todas sus fuerzas, mantenién- dolo alejado de mi. La mufeca del agitador, dentro del man- muito, se fracturé; el hombre quedé con el antebrazo des- Nota del Revisor: Adoptando las debidas precauciones o medi das dt Sead Ful aos ha reaload ea extant, a pero lensetiar al are ibre, no ante publico, pues de To contra se cn un medio amblente disfinto al que aa acostambrado ‘Guramte s ensehanes, puede clstracese. a1 cubierto y el perro, veloz como el rayo, hincé en él sus col- millos. Por fortuna el perro solté la presa al ofr mi vor de ;Suéltalo! ». Pero el hombre no salia de su perplejidad y asombro al ver que yo felicitaba a mi perro efusivamente, ‘Tras la primera cura en cl hospital, con 12 puntos de sutura, mi amigo se consolé pensando que aquel incidente habria podido costarle el brazo, El agtador ands ol brace como puters» pea. 2 El aitador evans braze por encima del smal rand, y tego dsaporece Ante un café y una copa de cohac bien merecidos, Ie ex: pliqueé la razén de felicitar a mi perro. Empecé diciéndole que todo perro adiestrado para el ata que, lo que quiere decir morder a toda persona que intente agredir a su amo, debe inmediatamente impedir al agresor aque se le acerque o le toque. Por tanto, no era légico, al abo de 2 meses de entrenamiento, reprender al petro que ccumplia a rajatabla con su deber, tal y como se le habia en- seiado. De lo contrario todo el adiestrammiento resultaba bal- dio con consecuencias nefastas para el animal, el cual no hubiera comprendido por qué su querido amo le reprendia cuando, al fin y al cabo, estaba defendigndole de un peligro inminente 83 Mi amigo, al tiempo que tomaba un sorbo de café, apro- 'b4 mis razones, incluso con entusiasmo, porque acababa de aprender una fueva faceta de la psicologia eanina Existen varias maneras de entrenar un perto para el ata- que libre. Desgraciedamente no puedo describitlas todas, pues ello requerirfa largo tiempo y hasta resultarfa dema: siado complicado, aparte de que algunas son verdaderamen- te peligrosas. Asi, pues, he elegido una que permite trabajar ‘con mas rapidez, sin complicaciones, eieazmente y con ple- na seguridad. Hela aqui. Mientras el agitador permanece escondido tras tuna pared, el perro y su amo caminan a paso normal, Lle- gados a unos 3 metros de la pared, l agitaor sale corriendo, en sentido paralelo a amo y perro. El amo da la vor de ataque «Ritts E] agitador sacudiré al perro durante 15 segundos, trans- eurridos los cuales se inmovilizar4. Al mismo tiempo el amo dard Ie voz de «Suelta» y una ver tranquilizado el animal, se le hard dar media vuelta y se retornard en direcciOn opues. ta al agitador. (Este ejercicio debe hacerse durante una se- smana, una vez al dia. Después, se vuelve a empezar, pero sin correa.) La orden de «No» Con esta orden se indica al perro una prohibicién, Por ejemplo, el agitador se aproxima al animal normalmente, mientras habla con el amo. Al menor grufiido o ladrido, ti rad de Ia correa hacia arriba de modo que el collar apriete el cuello del perro (un tirdn seco y rapido). ¥ al mismo tiem po dad la vor de «Nos, sin olvidar las caricias para tranqui- Tizarlo, Este ejercicio debe repetirse lo més a menudo posi- ble, en diferentes posturas, echado, sentado, de pie. ¥ con agitadores distintos, a fin de que el perro comprenda bien 1 aitedor econo dette une pared, ae corinde para ateato. 8s que el «No se aplica a toda persona extrafia que se os apro- xime sin intencién de agrediros." El «No» a distancia Una vex tumbado el perro, retroceded, sin perderle Ja cara, como unos 3 metros y sin soltar la correa El agitador avanza normalmente en vuestra direccién, se aproxima, tiende la mano, se acerca al perro sin mirarlo ni hacerle caso. Repetid la orden de «No» cada 3 segundos. Entretanto, el agitador girara alrededor del perro sin to- carlo, silencioso; finalmente, volverd al lado del amo. "Nota det Revisor: El perro po tiene que demostrar ningin sin toma de agresividad sin la vor de” «Vigilas 88 ‘Al cabo de unos segundos, volved junto al perro, acari- ciandolo tranquilamente. En este momento es muy importante no ordenar al perro Vamos», porque «No» significa prohibicién de proseguir todo movimiento 0 toda manifestacién de agresividad respece to a la persona que se aproxima. Y dado que el perro esta ten sus inicios en el ejercicio del «No», debe asociar la iamo- vilidad a la orden dada. Al ver que el agitador se aproxima con calma, el perro asociaré la orden «No» a la prohibicin, yy la ausencia total de agresividad hacia el amo le tranquili- ‘Tras unas cuantas sesiones, volved a empezar. El agitador tras caminar alrededor del perro, le pasaré una picrna por encima del lomo sin tocarlo, de izquierda a derecha y al re- vés. Luego repetiré esto rozdndole ligeramente el lomo y por Jiltimo tropezando con él con los pies, a fin de que se acos- tumbre a no atacar cuando alguien, por distraccién mien- tras camina, tropieza con él Ordenes Ataqu y de «No» El agitador se Janza y al Megar a unos 3m de donde estais levanta la mano como para golpearos, momento en que de- béis dar la orden de atague. En este ejercicio se emples uuna correa de 3,50 m de longitud. Cuando el perro llega a un metro del agresor, dad la orden de «No», y haced que se tumbe 0 quede sentado, Al tiempo que dais ta orden de «Nor, el agitador debe quedarse quieto con los brazos abiertos y en alio, obser vando al perro para defenderse en caso de que no obede- ciera a la vor de mando. Hay quien aconseja que el agitador mire fija y amenazadoramente al perro, pero se dan casos cen que esta actitud excita més aiin al animal, y si es asi, dificilmente rectificara Si éste no obedece, deseoso de morder, obligadle a obe- decer, y repetid el ojercicio entre 5 y 10 minutos despues. Pero esta ver, tirad fuertemente de Ia cortea al tiempo que ordendis «No», Este tirén lastima al perro en el cuello y ello le obliga 2 obedecer, aun en contra de su voluntad. ‘Quede, pues, bien claro que el dolor causado intenciona- damente es s6lo pasajero y ajeno a toda crueldad, como al- gunas personas pudieran opinar. Suponeos que estiis en la calle o en un parque piblico, con vuestro perro dispuesto a agredir, dado que no ha reci- bido ningdn adiestramiento, y que una persona extraia se (08 acerca para preguntaros algo, al mismo tiempo que inten- ta acariciar al animal. Este, creyendo que le va a pegar, salta sobre dicha persona, le ordendis «No» y el perro abedece. 90 Pero imaginad qué hubiera sucedido si el perro no hubiera cobedecide. ALGUNOS EJERCICIOS PARA EL ATAQUE, Con estos ejercicios desarrollareis los reflejos de vuestro perro. ‘Ataque por sorpresa Caminad a paso normal por el bosque Ievando el perro a vuestro lado i2quierdo sujeto por la correa. El agitador, escondido tras ua arbol corpulento, golpea fuertemente el suelo con los pies; a renglén seguido avanzad lentamente y dad Ia vor de «Vigilas, a unos 3 metros del agitador, quien se os abalanzard con los brazos alzados y gritando. Dad en- tonces la orden de atacarle, dejando que el perro haga presa cen ef manguito protector durante diez segundos, tras los cuales le ordenaréis que permanezca quieto y le acaricia: Repetid este ejercicio al dia siguiente en otro sitio. Cuan- do 0s aproximéis al agitador (escondido), no deis ninguna orden. El agitador no debe hacer ningiin ruido, pero voso- tros azuzaréis al perro y una ver éste haya hecho presa en cl manguito del agitador, éste sacudira al animal durante unos cuatro segundos, tras lo cual huira dejando el mangui- to entre los dientes del perro. Ataque rapido En un terreno cercado, colocad al perro tumbado (a vues- tra izquierda y sin correa). El agitador se aproxima como 3 Para estrecharos fa mano, pero en vez de esto os amenaza con ella, Dad en seguida la orden de «Riffs; cinco segun: dos después, gritad «Suelta», y haced que se tumbe en el suelo, Entretanto, el agitador debera estarse quieto, sir ‘mirar al animal; luego se marchara (unos 30 metros), vol vera de nuevo y repetirs ef mismo ejercicio, El agitador huye El perro esta en la postura de tumbado y suelto; el agi tador, de pie y a unos 15 m del amo, con los brazos levan- tados grita y corre hacia éste, el cual da entonces la vor de Riffs, sefalando con el indice al agresor; éste se vuclve yy antes de emprender Ia huida deja que el perro haga presa en el manguito protector, durante 15 segundos, al cabo de los cuales debeis dar la vo2 de «Sueltas, ‘Ataque en paralelo El agitador se coloca en el centro, de pie, inmévil. Tras dar con el perro una vuelta por el terreno, deteneos al lado de aquél y después de hablar con él unos segundos, caminad Juntos, como unos 30 meiros, él a vuestra derecha, A una seial convenida, el agitador se vuelve bruscamente con los brazos alzados como para pegaros; probablemente no ten Aréis tiempo de ordenarle nada, porque el perro tal vez ha- bbré hecho ya presa en el agitador, pero, sin embargo, dad la vor de «Ataque> para no darle la impresion de que ha co- metido un error. Esto le animaré ¢ incitard a resistir todavia ‘ms ante el asalto. Caminad normalmente, con el agitador a wuestra dere- ccha; al cabo de unos pasos éste aminora la marcha quedando rezagado unos 2 metros. Seguid caminando con el perro a Oy vuestra izquierda, A Je seal convenida, el agitador se os acerca gritando con los brazos alzados, y entonces dad la vor de «Riffs, Al cabo de unos 10 segundos, llamad al perro ¥ proseguid el camino. Como habréis podido comprobar, las mismas érdenes se repiten con frecuencia, pues el adiestramiento ast lo exige, ‘aque poral: amo sab ident afta taboo dl pero, ara que el perro retenga cuanto se le ensefia y guarde de ello recuerdo instintivo. Ahora bien, los progresos pueden ir seguidos de periodos de estancamiento o incluso de vagan- ia. Por tanto, vale mas trabajar poco a poco, pero concien zadamente. Por otra parte, no hay que minimizar las posibi Tidades del animal, como tampoco proponerse objetivos im. posibles. Téngase en cuenta que algunas razas estan mejor dotadas que otras en lo referente a ciertos actos coneretos, como seguir las huellas y nadar. Hay que pensar también que, al igual que ocurre en el ser humano, un perro compren- dera antes que otro aquello que se espera de él. Sin em- Dargo, no es facil, pero tampoco dificilisimo, adiestrar a Ia mayorfa de los perros. El adiestramiento exige perseverancia y firmeza; pero si estais nervioso o irritado, interrumpid el ejercicio porque resultara indtil atosigar a un perro torpén. No deis por terminada una sesién porque no conseguis Jo que queréis; si el animal no acierta, que haga otra ejer cicio mas sencillo para terminar. Procurad no cansarle con largas sesiones, pues son diff ciles de aguantar, aparte de que se corre el riesgo de que afecten tanto a la salud como a la buena voluntad del animal. Cada vex que éste realice satisfactoriamente un ejercicio, no olviddis recompensarle con caricias, pues éstas son st principal estimulo y motivacién. El perro puede intuir que el adiestramiento 0 educacién que su amo quiere inculcarle es puro juego, pero debe ser ante todo una actividad rutinaria, Por esta razon, es prefe- rible dedicarle un tiempo determinado y en dias fijos, y esta periodicidad debe ser reforzada mediante el empleo de las ‘mismas palabras, gestos y situaciones. Subrayo de paso que es intitil pronunciar grandes discur- sos para reprender o felicitar al perro, pues‘la eficacia reside tan sélo en la entonacion de la voz, y las formulas sencillas que as propongo son suficientes. Tal ver tendréis que edu- car Ie voz para hacerla mas expresiva, 94 Hay un tono de vor para felicitar, como lo hay para re- prender y para ordenar” Cada tono debe ser lo scien. Inente disinto para no producir equivocos ‘Ascguraos de que el perro ha comprendido bien la orden dada antes de reprendere, pues hay que proceder on just tia en cato de reprimenda, He podide comprobar a menudo que pocas veces Toe amos saben acarciar al petro. pata Mhanifesarle su satisfacciOn y de este modo animal. El perro ex muy sensible af vor de su aor debe tenerse cn cuenta que el perro cree que quienes Te hablan compren den st propio lenguaje canino Por ejemplo, si devs al perro «No» y no obedece la orden, tal ver pensartis que el animal es poco inteligente 0 que ‘std mal dotado. Es como si dirigierais Ia palabra a una per Sona cn una Fengua que no entende. Por inteigente que ella tea, es cbvio que no os comprenderd si Te dece que barra cl tuela, Si tomate entonces su incomprensién por torpera o mala voluntad y le reprendés,ereartis en su memoria una asociacion muy simple de ideas: orden y reprimenda, Mas si, por el contario, le pons en la mano una escoba diciendole que empiece a barrer, la segunda ver que le et sefidis la escoba entenderd lo que le pedis’ y la tercera ira tila miata a cogerla cuando olga pronunciar las nismas pa Tabrae Evidentemente, cuando haya comprendido bien, 10 ha bra que tolerarle ninguna desobediencia, en caso contatio seria preferble no ensearle nada, Disparo El perro puede ser un buen guardidn, no tener miedo de ningun asaltante, pero si hay disparos, la cosa es diferente. Si no ha sido bien preparado para ello, lo mis probable es gue salga de estampia 0 que se quede agazapado de miedo, Todo el adiestramiento de ataque habra sido casi indtil abréis trabajado durante dos meses para, finalmente, pe- 95 te sivado a unes custo metros char con un fracaso dificil de superar, sobre todo si no po- suficientes conocimientos de ta psicologia canins. Para este ejercicio basta con un arma de pequeiio cali bre, con balas detonadoras, ‘Una ver echado el perro en el suelo, a vuestra izquierda, a unos 15 metros del agitador, escondido, éste disparara ‘a intervalos de 30 segundos. A cada disparo, acariciad al pe- ro al tiempo que le tranguilizais dirigiéndole palabras cari fiosas; puede ocurrir que el animal se ponga de pie o sen tado, De ser asi, ordenadle que yuelva a tumbarse en el suelo. Al cabo de seis disparos, el agitador se acercaré hasta unos 7 m y volverd a disparar, procurando que el perro no Te vea. Os aconsejo que esperéis de cinco a diez minutos antes de emprender Ia segunda sesién, 96 Ahora que el perro ya sabe lo que es una detonacién, os sera facil Hevarle al ataque empleando un revélver. Como podéis comprobar en este efercicio, es de suma importancia no traumatizar al perro, porque si éste oye los disparos demasiado cerca, al tener un ofdo 16 veces mis desarrollado que el ser humano, asociara el ruido a un pe- ligro, y por ello sentir’ panico al ofr un disparo. Algunos adiestradores prefieren empezar con el agitador arma en mano, disparando desde el principio. Pero yo he conocido perros, demasiado sensibles a las detonaciones, a Jos que esta técnica causa un traumalisime temporal. Mas no existe sdlo este problema: Io peor es que asocie el ruido, de Ja detonacién y la presencia del agitador arma en mano, pues entonces puede ocurrir que el animal se asuste tanto ‘que se niegue @ atacar, desobedeciendo la orden recibida. En cambio, si el perro no ve @ nadie no puede asociar el ruido con una persona determinada, por la sencilla razin de que sus ojos no distinguen nada de anormal. La iinica asociaeién que puede sobrevenir es la detonacién con la sorprest, y por ello se debe animar y tranguilizar al perro durante esta sesién de adiestramiento. El tercer ejercicio consiste en caminar con el perro ha- cia el agitador, el cual dispara intermitentemente, procuran- do no ser visto por el animal. El cuarto ejercicio debe hacerse sin ayuda de! agitador. Una vex echado el perro en el suelo, alejaos de él unos 6 me- ‘ros y disparad al aire, Al mismo tiempo dad la voz de «Quie- to» seguida de palabras carifiosas, y luego volved a empezar cada treinta segundos (seis disparos) ‘A comtinuacion avanzad 3 metros y repetid Ja misma se- sign (seis disparas), Dejad pasar 15 minutos y repetidlo todo al lado del pe- rro. Esta vez, rodilla izquierda en el suelo y acariciéndole, al tiempo que disparsis. EI perro, como al producirse la detonacion ve a sui amo, dejara de estar agresivo y con miedo y en adelante se sem- ‘Hrd confiado. No se trata de adiestrar al perro para que se avalance sobre una persona con un arma en la mano (revélver), pues ‘al animal podria saltar y morder a un nifio 0 adulto que em- pufara un objeto similar, sino para atacar a un agresor ar~ 98 mado, aunque oiga las detonaciones. El adiestramiento le habré demostrado que el ruido producido por un arma de fucgo no puede causarle ningiin dato. En el quinto ejercicio, adoptad Ia posicién de defensa: cl perro sentado, vuestra mano izquierda en el collar y la correa en la mano derecha. Fl agitador, situado a unos 6 me- tr0s, sale de su escondite gritando y disparando seis veces (debers desplazarse de iaquierda a derecha, sin aproximarse al animal), y a renglon seguido desaparece. Acariciad al pe- rro y repetid la sesién mas tardet. Para el sexto ejercicio se necesitan dos ayudantes. El pri mero, escondido detras de una pared, hace un disparo cada cuatro segundos (seis). Entretanto, el agitador se lanza so- bre ef perro con los brazos en alto amenazando al amo. Al propio tiempo, dad la vor de «Riff y azuzadle contra el eresor, quien debe emprender Ia huida al eabo de unos se- undos (unos cinco) EL adiestramiento al edisparor puede hacerse de varias formas, algunas mis répidas, pero, dado que estas ultimas requieren mas experiencia, he crefdo conveniente explica- ros un método que, a mi juicio, no es menos eficar y de mas facil empleo. No olvidéis que en definitiva solo cuenta el resultado, y que vuestro perro no sufra. Siguiendo al pie de Ja letra estas explicaciones, no podéis fallar en yuestro in tento. El séptimo ejercicio debe hacerse en dos tiempos. El agi- tador, arma en mano, se Ianza contra vosotros disparando varias veces; cuando ha legado a un metro del perro, huye «det Retr, to on cin oe sia ta Bere Be eit Saas rum Hier puteerent ie teaae ce coe aint Mises Rte santa eae ts Bee TPSEsa cece de coil a an eae 9 répidamente en direccién opuesta y, tras volver a la carga, desaparece de nuevo. En la segunda fase, el agitador se muestra mis amena- zante y, al tiempo que corre en vuestra direccisn, dispara. En este momento, dad al perro la orden de «Riffs; cuam do el animal haga presa en el brazo del agresor, éste dis- para varias veces y emprende la huida, dejando el manguito protector entre los dientes de! perro. En el octavo ejercicio, repetid todo, sea, defensa del amo con la correa, disparo y ataque libre. Ahora que et 100 ‘Araqu con ue palo, petro no cme ya a Tas detonaciones, pois trabajar con el @ vuestras anchas, : : Pata estos ejercicios recomieado el calibre 32 y hasta el 38, a condicion de que sepsis por complet, sin tally asa ‘apa, todo el adiestramientoreerente alas somat de fanvo, 102 ‘Ataque con bozal ePor qué el ataque con bozal? Sencillamente, porque todo perro entrenado para el ataque debe saltar sobre el agresor, aun cuando aquél sea consciente de que no puede morder' Nota del Revisor: Ex comveniente que el perro que ha de Meare byozalt por Tp Zason que sea, se acostumbre cuanto antes. Para ello tebetnds ponerse dese fos tres meses de edad. Asi evitaremos que ct perm, Goando sea adsl, ntente quitarselo 103 Casi todos los perros adiestrados para la proteccién, reac- cionan negativamente ante el atacante. Al no estar acostam- brados a llevar cl bora, se esfuerzan mas bien en quitarselo que en defender a su amo. Ademas, el bozal puede llegar a ser un arma defensiva, a condicién de estar provisto de una pieza de metal en su extremidad. Este bozal ha sido conce- bido para golpear en la espalda al individuo gue huye o para defenderos de un agresor que se os enfrenta, Lo emplean sobre todo los cuerpos policiales en sus perros en Ia perse- ceucién de sospechosos. El polieia no trabaja con el perro para que éste muerda @ las gentes, sino més bien para pre- venir un incidente En el caso que nos ocupa, el individu o el sospechoso no corre el riesgo de ser mordido, sino que seri dominado rapidamente si es alcanzado por el bozal del perro. El entrenamiento con bozal se hace de la misma forma ‘que la defensa del amo, con la diferencia de que el perro no puede morder. Con la mano igquierda sujetad al perro por el collar. En cuanto el agitador levante el brazo para pegar, soltad el perro dindole la orden de «Riffs; cuando el perro salte el agitador debe presentarle el pecho bien despejado y le- vantando los brazos ligeramente para a renglon seguido echarlos ates, y al mismo tiempo, tras retroceder un paso, ‘emprender la huida. Entretanto, el amo, que continda suje- tando la correa con Ta mano derecha, una vez el perro hava solpeado al agitador, tira de la correa diciendo «No» Repitase varias veces y despues sin correa y a distancia Respecto al atague con bozal y a distancia, una vez el agi tador ha huido, se procedera de la misma manera que con el ataque libre a distancia (véase en pag. X. El azague libre). 108 ESCOLTA DE UN PRESO {Al principio, emplead la correa Mientras dais una wuelta por el terreno con el perro, el agitador se coloca en el centro, inmévil. Situaros a su lado yal cabo de un minuto, echad a andar juntos con norma- lidad. Deteneos cada 10 metros y esperad unos 30 segundos an- tes de reemprender la marcha. Debsis hacer unas diez para- das para que el perro comprenda que debe permanecer quic- to cada vez y que se dé cuenta de que el preso esté bajo su custodia, En la décima parada, el agitador se inmoviliza por espa- cio de cinco segundos y seguidamente huye hacia la izquier- da sin gritar; entonces dais la orden de «Riffs. Esperad a que el perro haga presa en el manguito y ordenadle «Sucl- ta», Tomad de nuevo la posicién de «Vigilas, 0 sea el agita- dor a la izquierda del perro. Con la mano izquierda asid el hombro de éste (la correa debe estar en la mano derecha), reemprended la marcha nor- malmente dando la orden de «Vigila» al perro. Repetid el ejercicio cuatro o cinco veces, Para terminar la sesién, vol- ved al punto de partida, inmovilizaos y marchaos dejando al agitador en el terreno, Ordenad al perro «No» y «Ven», 105 Estos ejercicios conviene hacerlos una vez al dia y du- ante el tiempo que juzguéis necesario. Se deben repetir también sin la correa. Custodia de un preso Como en la escolta, el agitador esta de pie en el centro, del terreno 0 de la estancia. Dad con el agitador una vuelta por el terreno antes de pararos en un punto o ante la pared. Cuando el agitador emprenda la huida, ordenad «Riffs y luego «Suelta», Transcurridos unos cinco segundos, en esta ‘ocasién en ver de colocar el agitador a la izquierda del perro, situadlo ante la pared. La correa Ja sujetaréis con la mano izquierda, y con la derecha tendida haréis una sefial de pax ada ante el agitador, al tiempo de dar Ia vor de «Vigila». Mientras tanto el agitador debe mover su cuerpo de tzquier- da a derecha, con los pies quietos y los brazos alzados. Si habsis seguido al pie de la letra e¥tas explicaciones, el perro comprenderé rapidamente lo que esperdis de él Al principio, por instinto, tender a morder al agitador pero en ese momento repetid la orden «No» varias veces, se guida de Ja orden «Vigilas. Con la mano izquierda sujetad al perro por el collar para mayor seguridad, pues estar: excitado. Pasado un minuto, el agitador emprenderé la huida por la izquierda o la derecha del perro (conviene que lo haga por ambos lados), y entonces dad la orden de «Riffs, luego «Suelta» y «Vigilan Empezad de nuevo desde el principio, en la entera segu- Fidad de que el perro comprende que no debe morder al agitador, sino impedirle que huya. Por otra parte, padéis hacer que el agitador os ataque de diferentes formas, a fin de que el perro esté bien entrenado para el caso en que so- Drevenga uno o varios asaltos por parte de una persona ex- 106 Excolt do un prso trafia. Tened presente que es mejor prolongar el trabajo una semana més con la correa que hacer un mal ejercicio sin ella, pues en este caso resulta dificil reemprender el entrenamiento, porque a menudo un simple error puede malograr todo el adiestramiento del perro. Por tanto, sed paciente con él. La falta de comprensién por vuestra parte © un equivocado juicio puede ser desastroso para el perro, ‘el cual no sabria comprender vuestra actitud hacia él. Su ‘comportamiento puede a veces pareceros extrafio, pero bas- ta una ligera reflexién para llegar a comprenderle. No me cansaré de repetir que un buen adiestrador debe pensar ante todo en su perro, de lo contrario esti abocado un irremediable fracaso. Un dia, paseando por el parque Laurier, vi un joven con tun cachorro de cuatro meses y medio al que pegaba con un periddico, Sin perder un instante (seguramente por deforma cién profesional), me acerqué lentamente y le pregunté son riendo y con amabilidad por qué le pegaba a su perro. Me miré sorprendido y me contest6: «Le acostumbro a seguir. me porque le asustan los ruidos de los automéviles y se es- conde continuamente detras de mis. Sonrei un poco al tiem po que acariciaba al cachorro, que estaba muerto de miedo. Tras unos veinte minutos de conversacién, me enteré de que cl joven habia comprado el cachorro en una perrera hacia tan solo un par de semanas. Después de cuatro meses de cautividad sin ruidos, era logico que el cachorro se compor- tara as{; el cambio de ambiente demasiado brusco y la adap- tacion a un amo ignorante lo hacian todavia mas (emeroso. Golpearle con el periddico no servia de nada, pues cl perro tiene el oido mucho mas sensible que el ser humano, y por ello la asociacién del golpe con el ruido no favorecia Ja buena relacién entre el cachorro y su amo. Yo desaconse- jo toda clase de golpes durante ef adiestramiento, Imaginaos que os encontrais solo en una selva africana de noche. Por doquier ofs gritos extrafos de toda clase, ala ridos, grufidos y crujir de ramas, y para colmo, alguien 108 ue de improviso os golpea con cualquier objeto diciendo: Vamos, caminas. Espero que me habsis comprendido per fectamente. Asi que, cuando vuestro perro se comporte de ‘manera extratta, no saqueis conclusiones demasiado apres radas, reflexionad y preguntaros la razén de su comporta- miento, pues no siempre se puede achacar a su mala yolin- tha. sino mas bien a falta de confinza o tambien a ura in Ccutodia de un praso, seguridad temporal, pero temporal con la condicién de que encontréis la solucién al problema, pues de lo contrario éste permanecera Tras algunos dias de entrenamiento para Ia custodia de tun preso, es indispensable asegurarse de que el perro ha aprendido bien su leccién. Después de un ataque de fren: te, hacedle vigilar al agitador, alejaos unos quince metros detris det perro, y al cabo de cinco minutos el agitador que emprenda Ia huida (sin gritar) en direccién al amo. Si el perro no se mueve, ordenadle a distancia que ataque y vol ved a empezar desde el principio, La custodia de objetos’ Colocad el perro en el centro de la estancia en posicién echado y escondeas ripidamente sin dejar de observarle El perro no deberd moverse durante el tiempo que estéis escondido, Normalmente bastan quince minutos, al cabo de Jos cuales volved a la estancia con una maletita que situaréis, ante el perro, tras habérsela dejado oler, y al tiempo de dejarla daréis la orden de « Vigila», Luego salis de la estancia sin mirar tras, Desde vuestro sitio de observacidn, vigilad con suma atencién las menores reacciones del animal. Si fuera nece: sario tomad nota de su comportamiento, consignando si se mueye, si se vuelve con insistencia o si sé concentra en la maletita, De este modo pode de una a otra se is compara los progresos del perro Nota del Revisor: Este ejerccio es muy peliproso 9 eomprome: tido ara el dueng det perro, pues el animal mo espera Ta tog. de Rifle para defender el Ghjcto, Cuya custodia se le ha encomendad Ln'penBrosidad de este cjereicio radica precisamente en que se Bact ara defender objetos eh luparee accesibies a teda clase Je personas se deja'a un perro vigondo uy objeto y el. ducho se ola @ des uid $ niguien fhadvertamente ineenea mcogerlo en su lugar, nel S0'sin mata intencion, ei’ mordisca es seguro, no Transcurridos cinco minutos, volved al lado del perro. Acariciadle al tiempo que pronuncidis palabras carifosas, ¥ Tego 0s marchais con la maleta dejando al perro en la misma posicion, Repetidlo todo tres veces: estando cl perro tumbado, colocad la maleta ante él, esperad cinco minutos y volved fa recoger a maleta, para que el perro se pereate de la res ponsabilidad o también de la confianza que depositais en él De este inodo comprenderé que si dejais un objeto ante 1 ‘0. su Jado, debera vigilarlo hasta que regreséis para que nadie Io robe. Estas sesiones deben realizarse con regularidad todos Tos digs, durante ecrea de una semana, ‘Un pastor slemin a enttenamiento de custocia de objets con el der. m En la segunda, se repite todo, pero en distintos ambientes y durante otra seman En la tercera, se afladen algunas pruebas, Entrad en la estancia con el perro y Ia maleta, Hacedlo tumbar y dejad su izquierda la maleta. Antes de abandonarlo, dadie la or- den de «Vigilas, y al cabo de cinco minutos volved para recoger la maleta y felicitarle. Repetid este ejercicio media hora después. Tres dias mas tarde, se repite el ejercicio, esta vez con el agitador. Aqui me dirijo particularmente al agitador, toda vez que sobre 61 descansa la casi totalidad del éxito o el fracaso de Ia ecustodia de objetose. Una vez el perro tumbado y con la maleta ante si, colo- aos detras de él a una distancia de unos 3 metros, con la correa en la mano. El agitador entra en la estancia y se para ante el perro a una distancia de otros tantos metros sin mi: rarle durante un minuto, tras el cual se desplaza hacia la i quierda del perro (lentamente y siempre sin mirarle), y en este momento dais la orden de

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