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Sal terrae ‘Separata: Julio/Agosto 2007 Autor: DAVID ALVAREZ CINEIRA Titulo: Los eruditos ante Jestis de Nazaret: éinvestigaci6n 6 demagogia? Los eruditos ante Jesus de Nazaret: éinvestigacién o demagogia? David Atvarez. CINEIRA* ST.95 (2001) 577.588 La cuesti6n del Jestis hist6rico esté més candente que nunca entre afi- cionados y especialistas. Con frecuencia aparecen nuevas y Ikamativas teorfas sobre Jestis, haciendo algunas editoriales su agosto. El sexto ar- te tampoco ha desaprovechado esa veta. Todo el mundo tiene algo que decir sobre Jestis, Su figura ha dejado de ser monopolio de iglesias y estudiosos para pasar al émbito popular; ha dejado el émbito cristiano para convertirse en patrimonio de la humanidad! El lector devora Jo que las campaftas publicitarias presentan como novedoso sobre Jestis, y mas atin si el libro se convierte en un éxito editorial. La persona culta se pereata de que mucha de esta literatura Publicista y sensacionalista busca hacer dinero répido y Ia consecu- ci6n de la fama, Nada mejor para ello que tratar un tema que interesa @ un amplio pablico y abordarlo de forma desenfrenada, morbosa, esotérica e incluso escandalosa, La salsa rosa televisiva ha Hegado al ‘mundo editorial. Pero la cuestién incluso se complica cuando el lector eritico se in- teresa por saber lo que dicen los especialistas y constata que cada cier- to tiempo un estudioso o un grupo de investigadores publican alga li- bro «cientifico» repleio de notas convincentes, afirmando que Jestis fue un campesino cfnico, un carismético, un charlatén itinerante © un predicador de valores liberales. Lo sorprendente es que gran parte de las ideas més extravagantes provienen de intelectuales que ensefian en instituciones de reconocido prestigio. * Profesor de Sagrada Escrtura en el Estudio Teol6gico Agustiniano, Valladolid. . 1. Cf. Clinton Benwerr, In Search of Jesus. Insider and Outsider Images, Continuum, London / New York 2001, 232-344, 518 DAVID ALVAREZ CINEIRA ierto, muchos cristianos se preguntan si se puede decir algo nuevo sobre Jestis 0 si esa novedad no es un rechazo de la censefianza tradicional de la Iglesia. Frente a esa diversidad de imége- nes sobre Jesus, podemos reaccionar diciendo que todo ello es una pér- dida de tiempo, ya que conocemos todo lo que necesitamos conocer sobre Jestis. Todo esta contenido en la Biblia, {No ser mejor perma- necer en la wbendita» ignorancia y dedicarnos a consumir telenovelas © programas televisivos de alta cuota de audiencia? Al fin y al cabo, la vida cotidiana ya plantea suficientes problemas como para que noso- tos la compliquemos més. Expongamos brevemente algunas de las corrientes literarias sensa- cionalistas més actuales para pasar posteriormente a los trabajos de cientificos. Especial relevancia daremos a los motivos que subyacen a estos tiltimos. 1, Literatura sobre «la descendencia directa de Jestis» Este género literario es producto de la investigacién periodfstica, y sus libros suelen convertirse en éxitos editoriales. No es facil resumir sus ideas principales, pero resefiemos algunas notas més caracteristicas _ Estos escritores se sintieron atrafdos por rumores difundidos de que los documentos «censurados» del Mar Muerto contenfan una historia de Jest diferente de la transmitida por la Iglesia. La especulacién sobre la relacién de Jestis con los esenios es, asimismo, un buen material p: a fantasear’, Las alusiones en los manuscritos de Nag Hammadi (Evangelio de Maria y Evangelio de Felipe) a una posible relacién en- tue Jestis y Marfa Magdalena’ han sido inspiracion y fuente de muchos 2. Los periodistas sensacionalistas han argiido que parte del contenido de los ma~ ‘useritos se ha mantenido en secreto por temor a que su contenido hiciera tam balear las bases del cristanismo, ef. Michael BAIGENT ~ Richard Leto#, £1 es: cdndalo de los manuscritos del Mar Muerto. Las revelaciones que hacen tem blar al Vaticano, MR, Barcelona 1993; M, Batcet, Las cartas privadas de Jestis, MR, Madrid 2007. Seguin alain estudioso (Allegre), Jesds fue un esenio, © seguramente nunca exisi6, sino que fue una deidad mitica atociada al con sumo de una seta alucinSgena. Ningin eradito ha imaginado que los manus- critos mencionen el eristianismo, 3. Para la valoracion critica de estos textos cf. Craig A. Evans, Fabricating Jesus, How Modem Scholars Distort the Gospels, IVP Books, Downers Grove, inois 2006, 93s. [LOS PRUDITOS ANTE JEStIS DE NAZARET: {INVESTIGACION © DEMAGOGIA? $79 libros, dado que, si Jestis estuvo casado, entonces también pudo tener hijos que habrian escapado a Europa. El santo grial de Ia leyenda se ha convertido en la sangre real de Jestis. Estos descenciientes directos de Jestis habrian gobernado pafses (los merovingios 0 los estados de los cruzados). Después habrfan actuado de forma clandestina a través de sociedades secretas, como los templarios o los masones. La relacién entre los descendientes de Jestis y los cruzados afiade rasgos noveles- cos al ya intrigante relato de conspiracién, sectetismo y ambicién, Abundan las referencias a documentos perdidos, robados o destruidos*. En algunas presentaciones, Jestis no muere en la cruz. Estas visiones de Jess son interesantes a nivel sociolégico para comprobar el interés de los lectores. Pero qué se esconde detrs? ;Un deseo, tal vez, de desacreditar la «versiGn oficial» o de hacer resurgir tuna «versiGn suprimida»? ;Por qué contimia Jestis siendo sujeto y ob- Jeto de tantos debates, especulaciones, discusiones y debates cientifi- os, serios, populares y exéticos... ¢ incluso enéticos? Creo que muchas presentaciones son simples novelas que buscan vender, y para ello na- da mejor que tocar los sentimientos religiosos ¢ incluso buscar el ¢s- céndalo para asegurarse la publicidad de forma gratuita, 2. La literatura neognéstica La literatura neogndstica acepta parte de las ideas de la literatura de la descendencia directa, aunque se centra fundamentalmente en Jestis co- ‘mo maestro de sabiduria eterna, accesible sin necesidad de los simbo- los o dogmas del cristianismo tradicional. Asimismo, vinculan a Jestis con los sabios budistas o hinduistas, ya que presuponen que Jestis pa- 86 algunos afios en Egipto o en la India, donde adquirié el verdadero conocimiento’, Se fijan més en el Jestis del gnosticismo y consideran 4. Por mencionar algunas novelas, adems de EI Cédigo Da Vinci, Christopher Kyonr ~ Robert Lowas, The Hiram Key: Pharaohs, Freemasons and the Discovery of the Dead Sea Scrolls (1997). GaRDNET (1996) nos revela Hidden Lineage of Jesus, mientras que Lynn PICKNETT y Clive PRINck (1997) os di ‘cen qu los tempiarios eran los Secret Guardians of the True Identity of Christ En Espafa cf. Matilde Asewsi, Jacobus, Barcelona 2000; Javier SIERRA, La ce- tna secreta, Random House Mondadori, Madrid 2004, 5. Holger Kensren ~ Elmar R. GRUBER, Jess, zdisefpulo de Buda?, Madrid 1996, 580 DAVID ALVAREZ CINEIRA la posibilidad de que Jess estuviera casado respondiendo a una nece- sidad humana, Algunos cristianos encontrarén ofensivas estas repre- sentaciones neogndsticas de Jestis. Pero, dado que estos libros son fic- cin, realmente no describen a Jestis de Nazaret, sino que sus autores proyectan en Jess deseos y anhelos humanos. 3. Jestis de Nazaret en medio de los doctores del templo académico EL inicio del estudio sistemético del Jestis histérico comenz6 con la Tlustracién. Esta separé historia y fe, hechos y valores, religién y poli- tica, natural y sobrenatural; es decir, resquebrajé la visién del mundo tradicional. Supuso que la historia y la fe eran antitéticas, por lo que apelar a una suponfa refutar la otra. H.S. Reimarus (1694-1768), quien rechaz6 el cristianismo en nombre de la historia, afirmé que Jestis fue un revolucionario judo fracasado’, y el cristianismo una invencién de los primeros disefpulos. Asf, el estudio hist6rico sobre Jestis nacié ba- jo la sospecha de que el Jesiis presentado en los evangelios no coinci- ‘de con el Jestis hist6rico. Reimarus abrié la caja de Pandora, y ésta no se volver a cerrar. La inyestigacién iniciada entonces ha llevado en ocasiones al escepticis- mo radical, incluso a la negacién de 1a existencia historica de Jestis’. Los interrogantes de Reimarus eran necesarios. Necesarios para des- pertar el ctistianismo de su dogmatismo y afrontar un nuevo desafio ~erecer en la comprensién de quign fue Jestis y qué fue lo que hizo- El hecho de que Reimarus diera a su pregunta una respuesta que hoy no es aceptable histéricamente no significa que no planteara la pre- gunta correcta: ; Quién fue y qué hizo Jess? La necesidad de la inves- tigacién del Jestis histérico ha sido subrayada en el siglo xx. Ernst mann’ constaté que, cuando la iglesia abandoné Ia investigacion de Jess en la época bultmanniana, se cre6 un vacio que ayud6 a legi- timar la ideologfa nazi 6 Ct. Albert Scuwerrzer, Investigacion sobre la vida de Jests, Vol 1, Faicep, Valencia 1990, 65-77. 7. Cf. Gerd Tuersse ~ Annette Merz, El Jesus Histérico. Un manual (BEB 100), ‘Sigueme, Salamanca 1999, 112-143, 8. Emst KASeMANN, «B] problema del Jestis historica», en Ensayas exegéticos (BEB 20), Sigueme, Salamanca 1978, 159-189, A lo largo de las diversas etapas de la investigacién cientffica so- bre Jestis se han constatado errores. Ello no significa que esta larga y costosa investigaci6n haya resultado instil, Al contrario, hip6tesis pre- sentadas entonces siguen manteniendo su vigencia. La fase actual, de- nominada third Quest, se caracteriza por unos presupuestos, un espfti- tu y unos instrumentos de critica notablemente diferentes de los de fa- ses precedentes, Esta no se gufa por el interés teolégico, sino por un in- terés hist6rico-social; se constata una secularizacién de la investiga- cidn, dado que el especialista se porta més asépticamente, al menos en apariencia. En lugar de establecer la autenticidad de esta o aquella pe- ricopa, intenta alcanzar a Jess de una manera mas amplia en su am- biente judfo, por lo que no sc busca la delimitacién del cristianismo primitivo frente al judafsmo, sino su insercidn en él. Es propio de esta etapa un estudio interdisciplinar, primando el uso de la antropologia cultural y de la sociologfa. Otro rasgo caracterfstico es el valor otorga~ do a las fuentes apdcrifas. Se privilegian la Fuente Q y el Evangelio de ‘Tomés, pero también otras reconstrucciones 0 fragmentos de evange- lios 0 papiros. No todos estén de acuerdo en el valor que se deba con- ceder a la literatura extracan6nica, pero puede afirmarse que todos sus- cribirfan el principio de que el Jestis histérico debe investigarse inde- pendientemente de los limites del canon. Aqui termina el consenso, ya que algiin autor (J.D. Crossan) considera como fuentes primarias el es- trato mas antiguo del Evangelio de Tornés, el Evangelio Egerton 2 0 el Evangelio de Pedro, y no coloca ninguna fuente neotestamentaria en- tre las més antiguas Estos principios bésicos caracterfsticos de ta third Quest no son su- ficientes para imponer un consenso en la investigaci6n, No se trata de diferencias de matices, ya que en ocasiones la comprensién de Jesis es muy diversa. Los liberales descubren un Jestis liberal, cuya mayor pre- ocupacién fue la justicia social y la liberacién humana (Borg), mien- tras que Sanders ilega a la conclusién contraria: Jestis no fue un refor- mador social. Las feministas ven un Jestis feminista (Fiorenza), mien- tras que los marxistas ven un Jesiis marxista (Machovec). Quienes su- brayan que el mensaje de Jestis y su misién fueron escatoldgicos ven a 9. Leif E, Vaace, Galilean Upstarts. Jesus’ First Followers Accorling 10 Q, ‘Trinity Press Intemational, Valley Forge, Pennsylvania 1994, 88ss SER A NNR 582 __DAVID ALVAREZ CINEIRA tun Jestis que anticipo el final inminente de la historia humana. Quienes consideran que Jestis fue indiferente a la dimensiGn escatolégica y que ensefi6 verdades etemnas y exhorts a tomar una decisién existencial, ven a un Jesis existencialista (Borg, Crossan y cl Jesus Seminar). Otros se imaginan a un Jestis de color (Cone). Hay quienes lo consi deran como un Jestis marginal, un Mesfas judfo, un santén carismético judio, un militante religioso (Brandon), un mago (Smith) o un sabio ci- nico (Downing, J.D. Crossan, B. Mack). iA qué se deben estas orientaciones tan divergentes entre los eru- ditos? Varias son las razones. En primer lugar, el diferente peso que se da al ambiente sociopolitico, cultural y religioso. En ocasiones, se con- cede més importancia al judafsmo palestinense, o bien a la Galilea de Herodes, o al helenismo, 0 al ambiente sociopolftico y revolucionario. Por ejemplo, la hipétesis de una Galilea helenizada ha hecho presupo- ner la existencia de grupos filos6ficos cfnicos y su influencia cn Jestis. Pero, dadas las evidencias de que Galilea estaba poblada en tiempos de Jestis por gente judia comprometida con su herencia biblica, y ante la ausencia total de testimonios sobre la presencia cfnica en Galilea, 1a idea de que Jestis fue un cinico parece ridicula. Obtener el contexto co- recto es de vital importancia para entender a Jestis. Un contexto ort6- neo lleva inevitablemente a imagenes distorsionadas de su persona, Otra raz6n hay que buscarla en el diferente peso que se otorga al ‘material evangélico y a las fuentes para la reconstruccién de la vida de Jesiis. Es decir, se puede otorgar més importancia a los hechos 0 a los dichos o a los milagros a la pasién y muerte. Si Crossan tiene raz6n, 1a investigacién del Jesis hist6rico no podré progresar adecuadamente sino es realizando un andlisis cuidadoso de los evangelios extracand- nicos. Por el contrario, si Meier tiene razén, una valoracién excesiva- mente positiva de esas fuentes puede conducir a una visi6n distorsio- nada de Jestis, y los estudiosos fabrican una imagen producto de su imaginacién. ‘También hay que mostrar cémo ciertos presupuestos aprioristicos han influido en las imagenes de Jestis. Los antiguos investigadores aportaron sus suposiciones filoséficas y tendieron a ver a Jestis como tun gran genio, un arquetipo moral o espiritual. Quienes no se interesa- ron por la cuestién del Jestis hist6rico trajeron el escepticismo histéri- co, pero también una visién existencialista que les permitis ver a Jestis ‘como un personaje de una relevancia extraordinaria, Los eruditos de la [LOS ERUDITOS ANTE JESUS DE NAZARET: {/NVESTIGACION © DEMAGOGIA? 583 liltima fase han aplicado de forma novedosa la teorfa social, econémi- ca y politica... Si nuestras inclinaciones o las tendencias de los tiempos son las que producen las imégenes de Jestis, entonces él puede aparc- cer como un libertario sexual 0 como un mistico sofiador y célibe. Algunas imagenes de Jess han supuesto una fuerte reaccién con- tra los dogmas y las politicas de las iglesias, que consideran represivas del espfritu y de la libertad humana, desechando a Jestis y el cristia- niismo, Otros autores optaron por abandonar el dogma, pero mante- niendo a Jestis; mientras la vinculacién de los feligreses con la iglesia disminuye, no hay indicios de que disminuya el interés por Jests. Libertinos sexuales descubren a un Jestis promiscuo. En los sesenta, un obispo anglicano, Hugo Montefiore, provocé un escéndalo al sugerir que Jestis habria podido ser homosexual (cf. el evangelio secreto de Marcos, segin M. Smith). Otros autores (Thiering, Smith, Baigent, Kersten) conservan la figura de Jests, pero ofrecen una visi6n de él que se aparta totalmente de la visi6n tradicional cristiana, Légicamente, es imposible hacer una presentacién pormenorizada de estas visiones de Jestis, en parte por su gran diversidad y multipticidad. Veamos algunas més Ilamativas o escandalosas. 4. Vidas Hamativas de Jestis Ciertas presentaciones de Jess son bastante diferentes de lo que acos- tumbran a mostramos los estudiosos. Leif E. Vaage’, analizando el es- trato més antiguo de Q, presenta una imagen de Jestis ciertamente po- leémica y poco corriente. Jestis es caracterizado como borracho y co- mil6n, amigo de recaudadores de impuestos y pecadores (Q 7,33-34). Por tanto, la figura que emerge es la de un vagabundo al margen de la sociedad, incluso ilegal. Esta visién, que podria ser considerada una caricatura polémica 0 una aberracidn aislada, aparece asimismo en otros dos dichos del estrato formativo de Q referentes al discipulado y al hijo det hombre (Q 9,57-58; 59-60). El hijo del hombre Ileva una existencia menos civilizada que los animales, al margen de los pobla- dos de Galilea. Su comportamiento fue anormal, en discrepancia con Jas expectativas culturales locales. Esta visién de Jests, sin embargo, xno ha encontrado un amplio eco en el piiblico, por tratarse de un libro cientifico y carecer del cardcter narrativo novelesco. 584 DAVID ALVAREZ CINEIRA Diferente suerte ha tenido el polémico libro de la profesora austra- liana Barbara Thiering”, quien interpreta los manuscritos del Mar Muerto como testimonio del cristianismo, Ademés, utiliza las ideas sensacionalistas referentes a la vida matrimonial y familiar de Jestis: Jestis estuvo casado con Marfa Magdalena’, tuvo tres hijos con ella, se divorcid y se volvié a casar con Lidia: aspectos novelescos que han concedido a sus libros una extraordinaria publicidad, En otro de sus libros (The Gospels and Qumran) afirma que los evangelios fueron escritos en una clave que ahora podemos descodifi- car gracias a los manuscritos del Mar Muerto, La comunidad cristiana, al igual que Qumran, escribié en clave su historia en los evangelios. Gracias a la técnica pesher utilizada en Qumran, podemos leer los ‘evangelios como la historia codificada de la comunidad. Esta teorta, sin embargo, no ha sido aceptada por ningtin erudito, En un tercer li- bro, The Qumran Origins of the Christian Church, presenta a Jestis co- mo el maestro malvado que se opuso al Maestro de Justicia, Juan el Bautista, y funds su propia rama de esenios. Jestis, como hijo ilegit ‘mo, inteni6 obtener el reconocimiento dentro de la comunidad en con- {ra su rival, Santiago, y obtuvo suficientes apoyos para su causa. Sus enemigos lograron condenarlo en Qumran por hereje. Pero no mutié en la eruz, sino que fue drogado. Lo pusieron en un sepulero junto con otros dos que habjan sido erucificados con él, Judas Iscariote y Simén el mago. Este, con conocimientos médicos, administré a Jess un anti- doto contra el veneno que habia tomado en la cruz. Jestis no murié, si- hho que acompafié a Pedro y a Pablo en sus viajes, para finalizar su vi- daen el afio 64 de nuestra era en Roma, No menos Ilamativas son las publicaciones del obispo episcopalia- 1no Spong, cuyas conclusiones teoldgicas y biblicas han desatado con- troversias y cuyos libros aleanzaron gran éxito de ventas. Considera que la historia del nacimiento de una mujer virgen no es una historia 10. Jesus the Man. A New Interpretation from The Dead Sea Scrolls, Bantam, Sydney 1993, 11. Esta especulacién sobre la relacién de Jestis y Marfa Magdalene aparecié con frecuencia en la literatura medieval y ha vuelto resurgit en el siglo Xx, Este tema se lievs a los escenarios de Broadway (Jesucristo Superstar y Godspell) ¥yTeaparecis en una polémica pelicula (La ttima tentacian de Cristo). 12, Para una erfica de esta tesis, N.T. Warcitr, Who Was Jesus, Ferdmans, Grand Rapids, Mi, 1993, 19-36, cu oe (os ERUDITOS J5SUS DE NAZARET: (INVEST real que haya que tomarse al pie de Ia letra, Si no hubo nacimiento de mujer virgen, entonces José o cualquier otro hombre fue el padre te- rrenal. Si la paternidad perteneci6 a otro hombre que no fuera José, de- bemos plantearnos la cuestién de si Jestis era hijo iJegitimo. Las narra- ciones de la natividad son un midrash cristiano, escrito para interpre- tar la vida adulta de Jesis en términos de una rica herencia religiosa {que alimentaba, a su vez, la conviecién de los cristianos del siglo pri- mero de que Jestis era el mesfas que cumplfa las expoctativas judias. Spong reconoce el elevado nivel especulativo que contiene la pregun- ta de si Jesiis mantuvo relaciones con Marfa Magdalena 0 si se cas6 con ella en las bodas de Cand El autor es consciente de que sus conclusiones pueden causar es- tupor y sorpresa entre los cristianos. «Hace tiempo decidf que no po- dia seguir sacrificando la erudici6n y la verdad para proteger a los dé- biles y religiosamente inseguros. Yo veo a otro publico, al que la Iglesia parece ignorar. Un puiblico compuesto por hombres y mujeres brillantemente educados, que slo encuentran en Ia Iglesia un dios de- masiado pequeiio para que sea para ellos el dios de la vida, un conoci- miento demasiado restringido como para consideratlo convincente, 0 tuna supersticién demasiado evidente como para llegar a aceptarla con seriedad»”. {Por qué fueron producidas estas imagenes? {Qué valor tienen? Muchas de estas afirmaciones se basan en meras conjeturas. La mayor parte de estas hipétesis sensacionalistas se basan en el boom mediat co de los evangelios apécrifos. Es dificil juzgar los motivos que han Tevado a los estudiosos a presentar conjeturas provocadoras. Se pue- den intuir varios motivos: el éxito comercial y medidtico, a fama y el dinero. Spong expone su propia razn de escribir para intelectuales cristianos. Otros, por el contrario, valoran més la demagogia religiosa que el interés por la auténtica investigacién. Los conflictos con Ia je~ rarguia han quedado reflejados en sus conflictos con Jestis. O plasman en la figura de Jesas sus conflictos de fe, dejando a un lado el rigor cientifico y la biisqueda de la verdad. Escribir sobre Jestis es una em- presa de riesgo. Algunos autores han perdido su trabajo 0 han sido cen- surados. En otras ocasiones, el mismo libro les ha hecho ganar una for- 13, John Shelby SroxG, Jes ee hijo de mujer, MR, Barcelona 1993, 17 586 DAVID ALVAREZ CINEIRA, tuna. Sin embargo, quizés el mayor riesgo para cualquier escritor so- bre Jestis no es la reacciGn del lector, buena o mala, sino el desaffo in- temo a su propia fe en Jestis. Muchos estudiosos ya han perdido esa fe hace tiempo, y poco les importan las nefastas repercusiones que pue- dan tener sus especulaciones entre el piblico. Es més, en ocasiones buscan el escéndalo por encima de la verdad, 5. Valoracién critica La multiplicidad de imagenes de Jestis ¢s destumbrante en los estudios recientes, Tenfa raz6n Schweitzer cuando afirmé que su obra es un mu- seo donde cada época refleja su visién de Jestis. «Reflejadas en él se vieron no sélo las distintas épocas. También los distintos individuos lo recrearon a la medida de su propia personalidad. No hay tarea histéri- ‘ca més personal que escribir una historia o vida de Jesis. Es imposible ‘componer una de esas vidas sin verter en ella todo el amor o todo el odio de que es capaz su autor» Con ello demostraba que es imposi- ble conocer a Jesis. Es una confesién del fracaso total. Parece ser que el museo ha ido ampliando sus salas a medida que ha pasado el tiem. po, y no existen visos de que vayan a cesar las ampliaciones. Unas sa- Jas serdn més Hamativas y exoticas, otras serén més interesantes para Jos investigadores, pero cada uno encontrar siempre una imagen que sea de su agrado. Desde un critcrio de autenticidad, jse puede privile- giar alguna imagen concreta dentro de este museo? Por su misma naturaleza, esta busqueda puede reconstruir s6lo fragmentos de un mosaico, el ligero esbozo de un fresco descoloride {que permite muchas interpretaciones. Por eso el perfil de Jesis perma- nece borroso. ,Por qué gastar tiempo y energias tratando de hallar a un hipotético Jestis cuyo perfil no se deja definir? Por eso, algunos cre- yentes consideran que esta busqueda es una pérdida de tiempo o in- cluso una amenaza contra Ia fe. Para los seguidores de Bultmann, ésta 14, Albert Scuwarrzse, Investigaciones sobre la vida de Jestis, Edicep, Valencia 1990, $4 15, Ibid, 676: «Pensébamos que era nuestro deber facilitar a nuestros contempo- ineos el acceso al Jesis hisi6rico tal y como nosotros lo entendliamos... Pero Ia historia verdadera nos ha cerrado el pason- 1.05 ERUDITOS ANTE JESOS DE NAZARET: {INVESTIGACION © DEMAGOGIA? S87 ¢s teolégicamente ilegstima ¢ histéricamente imposible, dado que las fuentes son demasiado escasas y fragmentarias Cada generacién tiene que plantearse la cuestidn de Jestis con nue- vos enfoques, y para ello hay que volver a las fuentes, a fin de saber quién fue y quién es Jests. Pero Ia investigacién ist6rica no significa prescindir de los evangelios y sustituirlos por una historia propia dife~ rente. La valoracién de las fuentes es crucial en esta tarea. Muchas re- construcciones del Jestis hist6rico estén distorsionadas por el empleo de documentos tardfos y de dudoso valor historico. La ironfa es que, intentando ir més allé de los evangetios del NT para encontrar la ver- «dad enterrada bajo los estratos de la tradicién y la teologia, algunos es- tudiosos se basan en documentos que fueron compuestos 60 6 100 alios més tarde que los evangelios del NT. En marcado contraste con los es- tudios hipercriticos con respecto a los evangelios candnicos, sin em- bargo esos mismos eruditos no son nada eriticos con los libros extra- canénicos. La informaciGn que transmiten los apscrifos proviene de una tradicién oral generada por los evangelios del NT, por lo que no proporcionan informacién independiente fiable. Aparte del deseo hu- ‘mano comiin de retar a la autoridad, es dificil de explicar por qué cier- tos estudiosos otorgan tanta credibilidad a estos documentos que refle~ jan contextos ajenos a la Palestina judfa de los afios 70 de nuestra era ¥¥ que en ocasiones traslucen tradiciones y tendencias que emergieron en tiempos tardfos y fuera de Palestina. Es un anacronismo aducir es- critos 0 maestros-grupos (ebionitas, Marcin, gndsticos) del siglo se- gundo y trasplantarlos a mediados del siglo primero. Pero la falta de evidencias y el anacronismo no impiden ta creacidn de nuevos escena- tios, Todo lo que uno necesita es imaginacién y unos lectores poco in- formados. Es (area del exegeta analizar las fuentes, disponer de claros criterios para formular juicios histéricos sobre ellas, y aprender de ‘otros investigadores pasados y presentes. Debemos superar la ingenua posicién de quienes creen que los ‘evangelios nos oftecen una sucesién cronol6gica de los acontecimien- tos, las palabras y los hechos de Jestis. Los evangelios no son biogra- fias de Jestis, aunque contengan datos histricos. Y si los evangelios no son biografias de Jestis, tampoco nosotros podemos escribirlas. Todas las vidas escritas de Jestis-tanto las escandalosas y con intenciones le- magégicas como las piadosas— deben leerse con precaucién. Soy es- céptico acerca de la posibilidad de que alguien pueda pretender haber 988 [DAVID ALVAREZ CINEIRA escrito una buena vida de Jestis. Nada puede garantizar la fiabilidad de nuestra reconstrucci6n, Todas las imégenes de Jestis son limitadas en el tiempo y condicionadas por la época. Frente el subjetivismo desen- frenado, hay que reconocer la propia postura personal, el propio tras- fondo y punto de vista. Ningiin estudioso se libra de escribir desde su posicidn ideol6gi El estudioso debe mostrar la continuidad y el desarrollo entre los, hechos histéricos y el texto evangélico, entre el Jestis histérico y el Cristo de la fe. La bxisqueda del Jestis histérico sirve para recordar que la fe cristiana es la adhesién a una determinada persona histérica, ple- namente humana’, Ademés, ayuda a descubrir al Jesis profético, conformista frente a las tendencias que tienden a «domesticar» a Jestis, Pero tampoco se deja etiquetar o encajar fécilmente con programas re- volucionarios concretos. La imposibilidad de incluirlo en una escuela de pensamiento especifica es lo que impulsa a los tedlogos a buscar nuevos senderos; por eso el Jestis histérico sigue siendo un constante estfmulo para la renovacion teol6gica. Considero que la investigaci6n del Jestis hist6rico es un aspecto ne- cesario y no negociable del discipulado cristiano. Dudo que lleguemos a conocer y comprender todo lo que hay que comprender sobre Jestis, quién fue, lo que dijo y lo que hizo. Pero ello no debe extraiiamos: los mismos discipulos que convivieron con él tampoco reconocieron al Sefior hasta después de la resurrecciGn, Si es verdad que el estudio cientifico tiene sus riesgos para la fe, también lo es que constituye un magnifico antidoto contra 1a demagogia religiosa. La kbendita igno- rancia» puede otorgar paz. interior durante algin tiempo; pero en un mundo donde todos tenemos acceso a todo tipo de informacién, a la ostre causard escdindalo y el sentimiento de haber sido engafiado. Es mejor formar creyentes criticos que parésitos religiosos. Por eso invi- tamos a todos fos cristianos al estudio del Jestis hist6rico. 16, Cf. John P. Metsa, Un judo marginal: Nueva visién del Jesis histérico, Vol. 1 Verbo Divino, Estella 2000, 47-52.

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