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G. A. Lugo Gámez.
Los asteroides son objetos rocosos y metálicos que orbitan alrededor del Sol pero
que son demasiado pequeños para ser considerados como planetas. Se conocen
como planetas menores. El tamaño de los asteroides varía desde el de Ceres, que
tiene un diámetro de unos 1000 Km, hasta el tamaño de un guijarro. Dieciséis
asteroides tienen un diámetro igual o superior a 240 Km. Se han encontrando
desde el interior de la órbita de la Tierra hasta más allá de la órbita de Saturno. La
mayoría, sin embargo, están contenidos dentro del cinturón principal que existe
entre las órbitas de Marte y Júpiter. Algunos tienen órbitas que atraviesan la
trayectoria de la Tierra e incluso algunos han chocado con nuestro planeta en
tiempos pasados. Uno de los ejemplos mejor conservados es el Cráter Barringer
cerca de Winslow, Arizona.
Los asteroides están constituidos por el material que sobró durante la formación del
Sistema Solar. Una teoría sugiere que son los restos de un planeta que fue
destruido por una gran colisión hace mucho tiempo. Es más probable, sin embargo,
que los asteroides sean el material que no llegó nunca a aglutinarse para formar un
planeta. De hecho, si se estima la masa total de todos los asteroides y se concentra
en un solo objeto, este tendría menos de 1,500 kilómetros (932 millas) de diámetro
-- menos de la mitad del diámetro de la Luna.
Muchos de nuestros conocimientos sobre los asteroides proceden del estudio de los
trozos de residuos espaciales que caen sobre la superficie de la Tierra. Los
asteroides que siguen una trayectoria que los lleva a chocar con la Tierra reciben el
nombre de meteoroides. Cuando un meteoroide choca con nuestra atmósfera a
gran velocidad, la fricción hace que este trozo de material espacial se incinere
produciendo un chorro de luz conocido como meteoro. Si el meteoroide no se
consume por completo, lo que queda choca con la superficie de la Tierra y se
denomina meteorito.
Debido a que los asteroides son materiales procedentes de un sistema solar muy
joven, los científicos están interesados en su composición. Las naves espaciales que
han navegado a través del cinturón de asteroides han observado que el cinturón
está bastante vacío y que los asteroides están separados por distancias muy
grandes. Antes de 1991 la única información obtenida sobre los asteroides era a
través de las observaciones realizadas desde la superficie terrestre. En Octubre de
1991 el asteroide 951 Gaspra fue visitado por la nave espacial visited by the Galileo
y se convirtió en el primer asteroide del que se obtenían imágenes de alta
resolución De nuevo en Agosto de 1993 Galileo se acercó al asteroide 243 Ida. Este
era el segundo asteroide visitado por una nave espacial. Tanto Gaspra como Ida
están clasificados como asteroides de tipo S compuestos por silicatos ricos en
metal.
http://www.solarviews.com/span/asteroid.htm#intro
http://recursos.cnice.mec.es/biosfera/alumno/1ESO/Astro/imagenes/asteroides.jpg
http://www.barilochenyt.com.ar/asteroides.jpg
http://www.linternaute.com/science/espace/dossiers/06/asteroide/impact.jpg
http://www.educared.cl/images/general_chile/asteroides.jpg
http://www.educared.cl/images/general_chile/asteroides04.jpg
Asteroides
A los asteroides también se les llama planetas menores. El más grande es Ceres,
con 1.000 Km. de diámetro. Después, Vesta y Pallas, con 525. Se han encontrado
16 que superan los 240 Km., y muchos pequeños. Ida, el de la foto lateral, tiene
unos 115 Km. de punta a punta y Gaspra, abajo, no llega a los 35.
Las naves que han navegado a través del cinturón de asteroides han
demostrado que está prácticamente vacío y que las distancias que
separan los unos de los otros son enormes.
Los asteroides del cinturón se formaron,
según una teoría, a partir de la destrucción
de un planeta, un pequeño planeta. Habría
que juntar 2.500 veces los asteroides
conocidos para tener la masa de la Tierra.
Dentro del cinturón hay lagunas, zonas donde no gira ningún asteroide, a causa de
la influencia de Júpiter, el planeta gigante más cercano.
Asteroides
El uno de enero de 1801, Giuseppe Piazzi descubrió un objeto que al principio pensó
que era un nuevo cometa. Pero después de que su órbita fuera bien determinada se hizo
patente que no era un cometa sino más bien un pequeño planeta. Piazzi lo llamó Ceres,
como la diosa siciliana de las cosechas. En unos pocos años se descubrieron otros tres
pequeños cuerpos (Pallas, Vesta y Juno). A finales del siglo XIX ya se conocían unos
centenares.
Se han descubierto más de 7000 asteroides. Se descubren varios cientos más cada
año. Es indudable que hay cientos de miles más que son demasiado pequeños como para
ser visibles desde la Tierra. Hay 26 asteroides conocidos por encima de los 200 km de
diámetro. Nuestro censo de los más grandes está casi completo: probablemente
conocemos el 99% de los asteroides de más de 100 km de diámetro. De los que se
encuentran entre 10 y 100 km tenemos catalogados aproximadamente a la mitad. Pero
sabemos muy poco de los más pequeños; puede que haya del orden de
un millón de asteroides de 1 km.
243 Ida y 951 Gaspra fueron fotografiados por la sonda Galileo en su viaje a
Júpiter. La misión NEAR sobrevoló 253 Mathilde (izquierda) el 27 de junio de 1997,
enviando muchas imágenes. Son los únicos asteroides que han sido estudiados tan de
cerca. La NEAR entrará en órbita alrededor de 433 Eros en enero de 1999.
Hay un cierto debate sobre la clasificación de los asteroides, cometas y lunas. Hay
muchos satélites planetarios que se comprenden mejor si se les considera asteroides
capturados. Las pequeñas lunas de Marte, Deimos y Fobos, las ocho lunas más externas
de Júpiter, Phoebe, la luna más alejada de Saturno, y quizás algunas de las
recientemente descubiertas lunas de Urano y Neptuno se parecen más a los asteroides
que a las lunas mayores. (La imagen compuesta al inicio de esta página muestra a Ida,
Gaspra, Deimos y Fobos aproximadamente a escala.)
Los asteroides se clasifican por tipos según su espectro (y, por tanto, su composición
química) y su albedo:
Debido al sesgo observacional (por ejemplo, los de tipo C son más difíciles de ver), los
porcentajes de arriba pueden no ser representativos de la verdadera distribución de
asteroides. (En la práctica, hoy en día se usa más de un esquema de clasificación.)
Tenemos muy pocos datos sobre las densidades de los asteroides. Estudiando
el efecto Doppler en las ondas de radio que llegan a la Tierra desde la NEAR
provocado por el (minúsculo) tirón gravitacional entre el asteroide y la sonda se
ha podido estimar la masa de Mathilde. Sorprendentemente, su densidad resulta
ser no muy superior a la del agua, sugiriendo que no es un objeto sólido sino un
montón de polvo compactado.
Aunque nunca son visibles a ojo desnudo, muchos asteroides son visibles con
prismáticos o con telescopios pequeños.
Tabla de asteroides
Cuestiones Pendientes
• ¿Por qué hay todos esos asteroides entre Marte y Júpiter en vez de un planeta?
• ¿Qué mecanismo(s) es el responsable de la diferenciación de los asteroides en
metálicos y rocosos?
• ¿Por qué hay más asteroides troyanos de Júpiter en el punto L4 que en el L5?
• ¿Está 4 Vesta realmente diferenciado? ¿Cuál es su historia geológica?
• ¿Cómo se ven apartados los asteroides de sus órbitas 'normales' a órbitas que
cruzan la Tierra? ¿Cuál es la probabilidad de que un gran cometa o asteroide
choque con la Tierra en un momento dado?
La sonda NEAR entrará en órbita del asteroide cercano 433 Eros dándonos nuestra
primera información detallada acerca de un asteroide.
http://www.astrored.net/nueveplanetas/solarsystem/asteroids.html
Los asteroides son objetos pequeños, rocosos y metálicos, de formas irregulares, que orbitan el
Sol.
Sus tamaños van desde pequeñas partículas hasta los 1000 kms. de Vesta.
La gran mayoría se encuentran entre las orbitas de Marte y Júpiter, en el llamado “cinturón
principal de asteroides”, este grupo describe orbitas de bajísima excentricidad, estables, y se
presentan en el mismo plano que la de los planetas.
Por ser los asteroides objetos que han permanecido inalterados desde los inicios del sistema
solar, el estudio de su composición es importante para entender el estado primigenio, y la
evolución de los planetas.
Además de los pertenecientes al cinturón principal, los asteroides se clasifican en distintas
familias según sus orbitas.
El grupo de los Aten-Apollo-Amor, forma parte de los objetos denominados NEA’s (Near Earth
Asteroids), sus orbitas “cruzan” o “rozan” la orbita de la Tierra, transformándolos en objetos
potencialmente peligrosos.
El grupo de libradores, de los cuales los Troyanos son los más representativos.
También hay asteroides de orbitas inusuales, que presentan grandes inclinaciones orbitales
respecto a la eclíptica.
Según su composición se clasifican en tres tipos:
C - carbonaceus
S - silicaceus
M - metálicos
Monitoreo
Sabido es que el aficionado puede hacer aportes de real valía a nivel científico en distintas
áreas de la observación. Precisamente esta es una de ellas. Como ya se ha dicho en otras
secciones de ésta página, las astrometrías generadas por los aficionados, colaboran
directamente en la determinación y/o ajuste de los cálculos de las orbitas de los cuerpos
menores del Sistema Solar. El monitoreo aporta datos para ajuste de los cálculos efectuados,
ya que estos objetos pueden sufrir perturbaciones en sus orbitas por distintas razones.
¿Como elegimos los objetivos?
En principio debemos tener en cuenta que todo reporte astrométrico certero es bien recibido
por el MPC, mas aquellos que pueden aportar nuevos elementos para recalcular orbitas
seguramente constituirá un aporte más efectivo.
Para elegir éstos, de entre los objetos catalogados es conveniente tener en cuenta una serie de
items:
* Magnitud límite de nuestro instrumental (óptica y CCD).
Es fundamental para filtrar de acuerdo a ella los objetos a los que podemos llegar con una
relación señal/ruido adecuada para poder hacer la medición astrométrica.
* Factibilidad de observación desde nuestra estación.
Debemos de tener en cuenta que el objeto debe estar a una altura sobre el horizonte (mayor a
30º en lo posible) suficiente como para hacer las imágenes con una aceptable incidencia
atmosférica.
* Número de designación.
Los números mayores son los adjudicados recientemente, por esta razón son de los que
menos observaciones se han efectuado. La siguiente lista de links ofrece lugares donde
podemos obtener información para hacer la elección.
Así mismo existen listas dentro de los servicios del MPC, que ayudan a elegir objetos que
necesitan de observaciones.
* http://cfa-www.harvard.edu/iau/NEO/ToConfirm.html Confirmación de objetos recientemente
descubiertos; incluso con una noche de observación.
* http://cfa-www.harvard.edu/iau/MPEph/FollowUp.html Lista de links a observatorios que
requieren seguimiento de sus objetos con designación provisional.
* http://cfa-www.harvard.edu/iau/MPEph/MPCFollowUp.html También se puede generar las
efemérides de todos los objetos de los que el MPC requiere seguimiento y/o confirmación.
* http://cfa-www.harvard.edu/iau/NEO/LastObsNEO.html Ultimas observaciones de Neo's,
* http://cfa-www.harvard.edu/iau/ObsPlanner/ObsPlanner.html Servicio del MPC al que se
puede suscribir gratuitamente.
Para planificar esta tarea, en Internet tenemos algunas herramientas que nos ayudan.
Es sabido que hay varios sistemas de búsqueda automática de planetas menores: Linear,
Loneos, Neat etc. Estos sistemas cubren gran parte del cielo con telescopios grandes y CCD´s
de gran campo, y la detección y astrometría de los objetos es automática, lo que deja al
aficionado en inferioridad de condiciones. Por esta razón es conveniente saber en que zona
observan estos sistemas automáticos para buscar en los lugares que no están
cubiertos. Este dato se puede saber en:
http://asteroid.lowell.edu/cgi-bin/koehn/coverage
Por nuestra latitud Sur tenemos buenas posibilidades de salir de la zona de búsqueda de estos
sistemas, a la vez que ganamos altura y por ende transparencia del cielo buscando en
declinaciones de -20º o mas (-30, -40)...
Para determinar el punto donde comenzaremos nuestra búsqueda, puede ser una buena
opción partir de la base de las efemérides de un objeto "perdido" intentando la Recaptura del
mismo y de paso haciendo un rastreo de la zona con la posibilidad de ubicar un nuevo objeto.
Determinada la zona debemos tomar una serie de imágenes tratando de llegar al límite de
detección de nuestro sistema. Esta primera serie se hace moviendo entre imagen e imagen el
telescopio hasta lograr un campo total múltiplo del campo del CCD, obteniendo las imágenes
"1ª", "2ª"..........."8ª".
Ejemplo de serie de 8 campos adyacentes.
Finalizada esta primera serie, volvemos al campo de la imagen “1ª”, y tomamos otra igual “1ª
A” con el mismo tiempo de integración de "1ª". Así completamos la segunda y por lo menos la
tercera serie "1ª B".
Finalizadas las tomas, calibramos las imágenes y nos disponemos a compararlas por guiño
(“blinqueo”). Si el programa nos lo permite comparamos las tres imágenes del campo 1, en
búsqueda de algún objeto que muestre movimiento. Si solo podemos comparar dos, lo
hacemos con “1ª “ y “1ª A” y si encontramos algún movimiento comparamos la “1ª A” con la “1ª
B”. Es importante tomar mas de dos imágenes pues en solo dos pueden darse movimientos
(por falsas imágenes, píxel calientes, rayos cósmicos, etc) que en una tercera no se confirman.
Así lo hacemos con toda la serie de imágenes (en el ejemplo son 8 campos).
¿Qué pasa si encontramos algo que se mueve…?
El descorche y las burbujas… las dejamos para después. Primero tenemos que determinar si
no es un objeto conocido.
Hacemos la astrometría a una de las imágenes en que vimos el “objeto”. Luego entramos en la
página de MPChecker: Minor Planet Checker http://cfaps8.harvard.edu/~cgi/CheckSN.COM en
ella digitamos la AR. y Dec. del objeto “astrometreado”. Se puede setear el radio en el que el
programa buscará en la base de datos del MPC si existe algún objeto conocido, este parámetro
viene por defecto en 15 minutos de arco (distancia suficiente para determinar errores de orbita);
para una mayor seguridad podemos ampliar este rango… Tenemos que setear el parámetro de
magnitud al límite de detección de nuestro instrumento.
Si no aparece ningún objeto reconocido, ponemos la botella a enfriar y…
Hacemos la mayor cantidad de imágenes posible del objeto en el resto de la noche (calculando
que entre una y otra exista un desplazamiento de unos segundos de arco, una decena o dos
puede estar bien). Luego hacemos la astrometría de TODAS las imágenes que logramos hacer
(cuanto más mejor…). Estas astrometrías no las reportamos, necesitamos una confirmación en
una nueva noche dentro de la semana (cuanto más próxima de la primera mejor).
Con los datos del objeto (AR. y DEC.) de la totalidad de las astrometrías de la primera noche,
entramos en la página del generador de efemérides de nuevos objetos: http://cfa-
www.harvard.edu/iau/MPEph/NewObjEphems.html y allí llenamos los datos que se nos piden.
Este programa genera las efemérides para poder ubicar el objeto en la siguiente noche. Para
que el programa genere unas efemérides lo más aproximadas posibles es fundamental hacer
un seguimiento lo mas largo posible en tiempo. Hay que tener en cuenta que el programa
generador de efemérides asume una orbita teórica del asteroide.
Con estas efemérides (que hay que tener en cuenta que no son totalmente precisas) hacemos
imágenes en busca de recapturar el objeto. Si lo encontramos, comparando imágenes como en
la primera noche, hacemos una serie de imágenes que “astrometreamos”. Ahora si, generamos
un reporte con la totalidad de las mediciones (primera y segunda noche) y lo enviamos al MPC,
con un asterisco (*) en la columna 13 (luego de la designación temporaria asignada por el
observador; 18 del manual del MPC) en la primera medición indicando que es un objeto nuevo.
¿Qué pasa si en la segunda noche el clima nos juega una mala pasada? Tenemos dos
posibilidades:
Recaptura
http://www.kappacrucis.com.uy/observatorio/asteroides.htm