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1a resistncta paiva, a activa y I sciénrevelcions a, que implizan una acltud de supra con el sistema ‘gency en relacin con el cal siguler ene sem fide plamcsae a hay incmplinent de a obi pola porque ésta aurea pide exstir. Laconcs Dertinenfey que apotasoluciones pectic importan- {es y problemas terion de inter, podiia set la de ‘estado Passeni D'Ewrnsves cuando escibe que muna sociedad poi ibe y aieta que es co finite la Gniea‘en la que s¢ puede, en términoe ti sgurose, hablar de obigacién polis, dcberian eae todas aquellas formas de resistencia gue no implican rechazo del orden consti, que, antes bien, seco ‘ocen eu legiimidad y no contestan Te existenca de Una obligacin global dl civdadano frente al Estado, fun cuando supongan el incumplimicnto deliberado, for parte del individuo o grupos, de algonos de ee ‘ers us devon de ae cin oe vik ‘ un norma especfiea que no compote, embargo, fechao o vilacién de todas la ota" erobedencia cil, ex Mietsaytanton, ni, 19, Barelons, gle Det ng as Po Siem, Domai dob inca, ty pig. 71 sige; Decr Sve, Ect price, ce, ii 267 ns Jac Hat Te debi ce. ep stevitdaw IT Hpac, adm Midd aveno de 1983, Plsoe 99 y ts, y Covina Cost, Sein ule doobbedienst Chile Stra © cite del divenso in demwereaa, Date. A Gigs Hare, Nan, ie, A. Passuum D'ENaves, Leptimidad y resents, ct, son 33, "lfm Pom decade la pone conta de gu der bedi lll una amenaat pas Ia sled del Estado Es ‘glo repnocee esribe que dvobedencia el Ee fad mo puede run deredor ums I decison libra elds que 80 ay libertad ci poles ey fart ganic y pect obliga, em L'obligation poltlgu, Bits tig, 96. Pus da cbligaicn police comentida Pot fee’ micmbros de un sistem poiigo Sb sr avalata ncn men tao, pcre ea caaadh le fede Tos cuts frie toes fandanenaer del stoma, of tps 0, 64 SSuconoa. Parr. LAS ACTITUDES DEL CIUDADANO EN RELACION CON EL DERECHO Captruio PrneeKo LA OBLIGACION POLITICA Y LA OBEDIENCIA AL DERECHO Como se a indica anteriormente, Ia oblgnion politica es un tipo peculiar de obligacién que tiene ‘componentes de la obligaci6n moral y de la obliga: iin juidica. Segin ha apuntado R. Poumn: «La obli sacién politica es una obligacién sui gencrs, Es In én especica que enlaza al individu con Ia comunidad politica en tanto que tal» ® Es un tipo de ‘obligacién moral que se ditige a Ia autoridad del sis- tema politico y le plantea problems sobre #1 legitiai- dad, legitimacién, ejercci, contro, limites, et, a la ‘ver que sirve para dat directrices @ los ciudadance so- bre Ia ectitud a tomar en relacién con él, Hablar de obligacién politica es lo mismo que hablar de la obli- ‘gain que tienen los ciudadanos de obedecet ls leyes cde su Estado, peto se diferencia de la simple obliga: % R Pots, obligation poigue, ci, we. 3% Ver tambity Dino Paste, Protems de" Plosolis dll Po. nice, Casa Edie Dot. Eugenio Jovene, Nop 1977, ope et wy eine wee coisa ete sn tae 6 ® Este es en lincas genraes, el resumen del andi aque leva'a cabo D. D. Ravine, sobre las cinco tex fas de la fundamentacgn de la obligacin politica. He fmitido, por no ven diectamente al caso, las efcas {Que dl atade a cada una de ls teortasy Tas insuficiens Gas que en ellas ve. Todas tienen puntos de interés, peto tambida insuiciencias, De abi que extibs que ‘es posile pensar que existe mis de un fundamento SE Ghlizacin politica y combina, por tanto, dos © this tcorlass*. La propuesta a favor de combina die Tinta tcorlas sobre los fundamentos de a obligacin politica tiene un interés crucial para mi propia just Beacon de la obediencia a derecho. Ast, por ciemplo, tuna o ins de ls tes del primer tipo antes indicado puede serir como leptimidad de origen y una o Ja E Op oh wip 118 2 Oh dhe n ra 01s dos, de las del segundo tipo como leit dad’ de ejercico. Surge, dev esta mane, una teor Inte gue consigue mejor el comet de fundamentat i blac plies, Hu cova mista spt se ©, (Otro punto destacable de la teria de J. Rawrs es ‘cuando sefala que una obligacién eubierta por el prin ‘pio de la imparcilidad puede epoyar una obligacién ya existent, derivada del deber natural de Justicia. De 1, Rawis, Teore de lusts, ety ple. 374 © Op at, bie 18 8 sul podemos concuie que el deber natural de jus tia no solamente es de aplicacién general e ineita Ul, sino que es prositario a la exstencia de obliga cones en el sentido de J. Rawts, y més fundamental en relacién con ella. A este. propésitoesctibe que ‘tAst una persona puede tener tanto un deber natal samo una bli de ob? una Inno y de cumplit con su parte. Lo que bay que observar aqui 5 que existen diversas maneras a través de las cuales ppodemos vincularnos a las instituciones politica. La Imprint veces el deber nau de usin x indamencal ya que en general obliga alos cit- dadanos_y no requiere ningin acto voluntario para ser aplicable. Por otra parte, el principio de imparcia lidad’ obliga sélo aquellos que asumen un puesto politico o aquellos que estando mejor stuades, han ‘romovido sus intereses dentro del sistema. Existe, en tonces, otto sistema de noblesse oblige: es deci, que aquellos mis prvilegiados estén. sujetos a adquitit bligaciones que los vincolen afin mis estrechamente ‘un sistema justo» ©. También se podria derivar gue sientas los deberes naturales no se adquieren y alec tn a todos, en cambio, las obligeiones se adguieren ¥ afectan alos més favorecidos por las instituciones fasts 0 slietemente jute ate cael motivo de la postura de J. Rawis cuando escribe que «No creo aque exista,esrictamente hablando, una obligicién po- ice para los ciudadanos en generals“ En definitive, quedara suficientemente justificada 1a obligacién de obedecer las leyes jutas, das bajo. una consitueién justa, Los argumentor a favor de dicha obligacién surgen tanto de los princpias del deber natural como del principio de imparcialided, Op. at, née 190 Op ai Ble 7 86 ‘on Ia importante diferencia de que mientras todos los ddanos estin obligados generalmente por ol deber ‘natural de justicia,en cambio el principio de imparcia Had ‘solamente oblige « saullos que hun deteade estos y cargos aventajados o se han benefciado de iertas oportunidades para favorezer sus propios inte- reses(pignsese en las obligaciones de un eandidato con ‘xito para ocupar un puesto péblice, o en las asumidas ppor una persona cuando acepta puestes con autoridad judicial 0 sdministrativa). La distincgn que J. Raws establece ene el debet ara de justin y ls bligaiones de jst age fis, no feta ni propia josticein de i obliga én moral de cbedecer tl Dereco justo. Es nfs, 50 idea de que una persona puede tener al iano tempo tn deber natural de Justicia 0 de obedscer, apo: ‘ete las insticuciones y leyes jst yl obliga de obedoet una insti y de empl con as reat ‘ontrsidas volutaiamente e puede epic «lo dor ‘easter, que antes he expt, de un Derecho jue te, Sogn eat, la cbigecion moral de obedecer al De fecho justo puede ser tanto une gbligcin en el sent do de J. Rawis (jx que uno de lor requlsitoe del Derecho just er sa legtimidad contractual y esta Te sitimidad preupone acuerds voluntaiosy ventaoeos para todos 7 It sruncn de los deberes pertinent), Como un deber nara de justia de ober spo. ur las institciones justs (ya que el segundo de Ios Tevistor ex que el sites foridcn pli orgnado contractualmente sea justo, es decry respete y garan- foe el ejercco de los dereios fendi fico. bre), Mi dscepanca con J. Rais se da cuando ane Tin is lintes de dich oliacin moral eonndo, por cjemplo, instituciones y procedimientos justo, 0 sui tentemente justos, organ scserdos 0 eyes injuss 87 En este cao, piesa J, Rawis, goes la estructura de Ia ‘socedad cs raronablemente jsta yeu disposciones no exceden certs limites de injstica, las Leyes injustas Son obliatorin, ensesro deer na {utal —cseribe— de apoyeraguelainsitciones que san jos bli» elas es ee es {rama ijstos 0, al menos, a D0 eponeros «ello Por toodios legals, cn tanto cua lyee programas D0 exc certon limites de injec. Bor tanto, en Se ine joy xe soma (pata algunos tambien la obliga) de bedecer las Veen injusta, mlenrts no excdan cit tor grados de injuntila # Mi desacuerdo, en este punto, no es pequefi, pucs pienso que aun én un estado proximo a la justia y aun en el caso de que no se excedan certs grades @ limites de injusticia no estainos obligados moralmente a obedecer las leyes, dsposiciones © programas que ‘onsideremos injustos # "Creo que una de las mej. PRU, ei pre othe are Borage ely Sei pee pace oem gmat Papen ee se sisi. inact Me Bos ee ieee cee aes cate Eile orton a eee ttaducciéa castellana de M- Angel Roots, en John Rawis, iigeecrae Eo toe el oe» ae piesa sul ee Ramon eee ai iy meen REECE f en he toate reins fev uaie cians ore ShOETERLAL GS Gis Pe mae 88 ret formas de cumplir con nuestro deber naar de fposar la instacones usta ex dewbedecer ls lees IBjmts, Me parece inmorl cbedesis y solamente ‘iit ls excepones en cl eso de ieunstancias thay especies en las qe cor peligro el propio sis sie Eo, Eon a bs ae tnentos de a obligaion politics y de Is leakad 7 fespeto al sistema, pero 00 lor de Ia obligacin moral SF Stoy de acordo con J. Rais en que mest de bent pei tn a el {no oponernot las leyes y progntasinjstos pot tnd eas, gun deb ah gear ming It prope posidades leple de reforme dentro de un sistema democriico, Ha defisitiva, iz obligacicn tial doe al De fst ey ert Ghligacién moral tanto de dsobedecet ls Teyesinjs- ter Sone tr de ula fs medios ges adecaos pata sv cambio 0 revision, Considero que estas la Toor forma de salvagardar Ia aatorema moral 1a fesponsebilded y la libertad de Tos udadanos dentro {clan sistema polten democrtio. pido de Amisica. Cos exe, paces bien sistema po In arenes cy ft, cuca scl sate ‘ay feds por oe propio eteron de Raw, mo lo EF Behaloes ple! contewpordncs, cit pag. 218 89 Cartruvo rencexo RESPUESTAS NEGATIVAS EN TORNO ALA OBLIGACION MORAL DE OBEDECER AL DERECHO ( Gonsiles Vicén y Javier Mugnersa, réplicas de Manuel Atienza y Elias Digz) La idea de la existencia de una obligacién moral de dobedecet al Derecho, aunque se trate de un Derecho It, no cents eon I esr geet Ex lo ave sigue’ me voy a refer ala polémicn susitada, dentro del contexto floséfico juridico y floséfico moral espa. fol, a rafz de Ia respuesta negativa dada por el pro- fesor Felipe GowzAez Vicin, en un trabajo #350, al problema que aqui me ocupa y a las réplicas (Manuel Aruenza y Elias Diaz) y defensas Javier Mucusnza) ‘que ha recbido, Parte el profesor Gowziuez Vici de Ia ides de que todo grupo humano, eque quiere transforma la ‘mera coexistencia en verdadera convivencia humanas, necesita una serie de normas, «que digan en cada sic fuscién ul de se comportamiento de ot mien. 5 del. grupo respecto a los demés». Esas norma: son de distinto tipo: de la moda, del pudor, usos y tradiciones sociales, normas juries, etc: Frente a este variado tipo de normas nos! podemes preguntar tanto por nuestra obigacidn de cumplilas como por el fun- 3 damento de esa obligacién, Trasladedo este problema al campo del Derecho, la cuestin se plantearia st: «El Derecho es obra humana, una suma de esquemas de condiucta que imponen un deteeminado comportamien to en deicrminads supuestos de hecho, exqiemas que son producto de una situacién social histérica dete. tminada y estén formulados por hombres con la pre- tensin de que otros hombres adecten a ellos su ob Ante este hecho el interogante es insoslayable: geste ‘mos obligados a cumplir estos exqucmas de condcta? Y en caso afirmativo, gpor qué?» *. Ane a segunda pregunta no yslenculgsies tipo de raone, Ad ven cd nq cpeoceh oe 5 obedece ai Derecho por miedo a a sncn o por ae Te obliga cl Estado las que conienen motives 3 finalidades de wilidad, convenieaca © vents So Ginles, La respuesta autéaten es Ia que ent dentro {EL piano ico; el cinco aotenticos ponto de via fs ™ No se opina que no exstan fundamentos 0 razones para obedecer al Derecho, sino, 6¢ mantiene, que esa ‘obediencia no constitaye una obligacidn éica, pues «La obligatoriedad étiea no se encuentra, en los, érdenes ‘sociale, sino slo en la autonome de la individualidad ‘moral, es decis, en los imperaivos de la conciencia» ®. Si trailadamos esta respuesta al tema de los limites de Ia obediencia juries, de elo se deriva una nueva © importante idea: «Si on Derecho entra en colisin con la exigencia absoluta de la obligecién moral, este Dere- cho carcce de vinculatoriedad y debe ser desobedecido, (© dicho con otras palabras: mientras que no hay un Fandamento ico pata In obediencia al Derecho, sf Poeden verse las plnnas 367 2 385 del arcu © Op at, pas 389 © Op. ot, pia 388 3 hhay un fundamento ético absolute para sv desobe- dliencias ™ Esta os la respuesta a la cuestin de si existe wna cobligaciin moral de obedecer al Derecho por parte de huestro autor, Creo que su contenido y sentido nega tivo vienen dados por parts de dos presupucstos que condicionan profundamente la propia respuesta. El pri- mero de estos presupuestos, el concepto que tiene el profesor Gowztez Vicia de Ia idea de oblignciéa ‘moral, ceo que es edecuado, aunque no lo sea la con secu que de hf obvene. Sin embargo, me parece ‘que el segundo presupuesto, su visin del Derecho, puede ser objeto de fuerte objeciones y erticas por #0 reducionismo. En el caso del significado de la palabea sobligacién» sefiala que «De ‘obligacién’ en sentido riguroso s6lo puede hablarse cuando no se trata de tuna alterntiva de comportamiento, sino de tna exi- gencia absoluta: es deci, sslo cuando nos referimos a los imperatives dels conciencia ética individual» Por tanto, si utlizamos este sentido estrcto, 0 ética, de la palabte obligacéns, no hay «obligaciSn» de ‘obedecer al Derecho, pues wen tanto que orden heteré- rnomo y coactivo, el Derecho no puede crear oblige cones, porque el eancepto de abligaién y el de un imperative procedente de una voluntad sjena y reves: fido de coaccién son términos contradicroiosy Por lo que afecta a sa visin de lo que es el Dere cho como fenémeno social, escribe que +E] Derecho cs un orden de naturaleza histrico social copdiciona ddo por factores ideolégicos y de hecho, yadlo desde FOP ci, pig. 388 * Op. i, le. S86, A le individvalidad de tx conics sp objet Te deca Gontzen Vic toa ee de {raw dinemesoperbies ‘en belles Ver pie 388 9s o4 teste punto de vista puede ser entendido adecuadamen- te. Un punto de vista que nos dice que, en tanto que fendmeno de la dialética social, el Derecho es un ins ‘rumento técnica de daminacién de las clases y de los ‘grupos sociales» ®. Es Ia segunds idea expressd en el parrafo ctado Ia que considero objetable y criticable, ye que seducie el Derecho a un instrumento té:nico de dominacién de Tas clases y de los grupos sociales fs ver solamente una parte de las funciones que el Derecho tiene en uestias socedades y contrasta bas ‘ane con Jo gue es el Dercho ex un Stems poco democritico, por imperfeeto que éte sea. Es el sie tema democrdtico el que posbilita que el Derecho deje Ge sr un instrament ecivo de ua di o grupo social al permit el seceso al poder y la participacién cen 4l de todas las personas, grupos ¥ clases sociales, Senin reglas basadas en la Uibertad politi y en Ia igualdad juridica de todos Joe cindadanos. Que mcs: tros sistemas politicos no sean auténicamente demo- iticos no quiere decit-que no sean suficientemente emocréticos'y perfectibles. Ta postura defendida por el profesor Gonzhurz ‘Vaca ha sido objeto de tes tomas de posicién dentro de nuestro entorno filoséicojurdico y filosstico mo. ral, las de los profesores Manuel Ariza, Elias Diaz yy Javier Mucuenza, En el caso del profesor Manuel Artewza, ha sefa: lado en su trabajo sobre Le Filosofia det Derecho de Felipe Gonziler Vieén, después de transcribir algu nos textos similares # os aquf citados anteriormente Op. ck, pp, 36, > Minuet’ Ariza, La Flot del Derecho, de Feline Gonaies Vien aEl Lenguae del Dereon, harena ‘Genaro Cass’ AbetedoBerrx, Buenos Airc BSS. po inn By 95 ‘sPienso, sin embargo, que #0 posturs, en este caso, presenta algunas difiultades Por un lado, su afirmacién de que no hay obligaciéo «en tentido ico pata obedecer al Derecho, pero sf pars ‘esobedecerlo tiene un innegable valor pslémico, pero me parece dificl de justilicar. Cuando se dice que hhay ‘una obligacién étien de desobedecer al Derecho parece claro que con ello no se quiere establecer Ja ‘bligacién de desobediencia al Derecho en cualquier aso, sino s6lo en determinados supuestos. Pero en- tances deberfa seguirse también la obligaciin ética de ‘obedecer al Derecho en algunos casos, a saber, en los ‘azoe en gue los mandatos jardicos coincidan con los limperativor éticos de Ia contiencia individual. La obli- ‘gecién ética puede ser menos obvia, menos patente, ‘cuando coincide con la obligaci6n juridics, pero no por elo desiparece, En realidad la aftrmacin de Gon. ‘2Avez, Vicéx solamente es sostenible si se nlega (como implicitamente se hace) lo siguiente: que los imper tivos icos, aunque tengan Togar en la conciencia in dividual, puedan refers a acciones que sobrepasen la concienca y el individuo, es decir, a acciones soci Tes, Sélo si se nigga a la ética toda’ dimensién social 1, por tanto, se elimina la posiblidad de que exista {in campo de coincidencia entre el Derecho y la ética to gu’ no el de aga) pode tse Hi Estoy de acuerdo com Manuel Ariexza en que Ia postu de Gowahiee Vice es dif de jas Erase que el expone e uno de Tos arguments a fa vor dete ic, loinc ne eons eo oe los mandatosjurfdcoscoineldan con os impera {Bos eiiooe de la cnciencia india, augue la ol “Op eit, ples 68.9 68 96 cidn Guicapnezcd tet meni dbviao diet, 20 ilo podemos prescindir de argomencar que al menos en csoseaos existe una obligacion ca de obederer sas normasjtidies, En eos cass de concidencia 4 abria roto eu butrera entre la autonome de la ‘oral ls heteronomia del Derecho. Una situacign pated se daria cuando un Giudadano, dentro de un ‘tea tb os cotinine Tectamente o's traves de tus representantes polos, ‘une determinada norma juries o police udich ‘manada del Patlanenta © del Gobherno; en esos casos habrian’setor de la poblacén, al menos la tmayora simple, en el que coinciia I norma mor ¥ ln norma jaridics, De jempls como el anterior te ciao se puede deducr que la claboracén de nor: ta orca através del stern demerit de pat Siac politic acerca las decsiones de la eoncencia india) originadas cn la atonomia de mera lon contenidos heterénomoss él Derecho, Elle de smvestra, una vex mis, que la democraci, jos de set Solement un procaimiento mis de toma ce deciie tes gu fan oro aon, ier La segunda objecién de Manuel ATIENZA es una respuesta ala idea sefalada por Felipe Gowzitez Vi ‘fx en su trabajo de que la validez de los imperativos morales no esté fundamentada, « a manera kantiana, en Ia posbilidad de su generalizaién, sino en la in Alividualidad de la conciencia , Frente elle, contesta Eis individual e eerie exe Gonz vied, for de els In vader & Saat se sem nds ee auld no ctf mano gue ssbyvad. Lin ‘thal ea condola igi qe cao inperavos Tin eferds aun momenta fis eo gute ta 1*tonrt'y une stn ele dan cus cone ic ‘ ” M, Arizwza, ame parece problemético aribuir valdez ¥ objetivided a lor imperstivor de I conciencia indivi ual nicamente por su referencia a un momento his. ico specifica, Es decir, no me parece que slo con texto se grrantice Ia 'razonailidad’” de las decisiones 0 te los imperatives éticos. Por tanto, sise quiere evi- tar una concepcién de la érca présiima al emotivismo ico (una concepcién dicho see de paso, seguida usual- ‘mente por el pesitivismo juridico) me parece que las decisiones —y/o los imperativos— de ln concieni ica individual deberian tometer a la prueba de so racionalidad. Por ejemplo, deberlan cumplitse los re ‘uisitos de haber sido adeptados con suficente infor- ‘maci6n y libertad y ser susceptbles de universlizacin, tal como ha sugerido recientemente MUGUERZA 6 Rawrs, desde posiciones kantianss por cierto» ®. Coin. ido con el profesor ATIENZA en que no basta con las catucteristicas expaestas por GonziLez Vici para ‘gatantizar Ia atacionabilidad> de las decisiones o ir Petatives éticos, e# més, no sdlo en el caso de que pretendamos evitar una concepcidn ética préxima al ‘emotivismo, sino, aadvla, en el caso de que nuestro ‘objetivo sea mantener una decerminada concepcién 0 postura érca no es eufciente con que sea la expresién ‘de muestra conciencia individual y autGnoma, lo que fe un requisito importantisimo, sino que ademés es preciso que se sometn a lat pruchas de Ia racionalidad, In universlidad, In imparcilidad y la libertad Sl os colin eee dew sent inden Sgt Teepe Ear nrc i econ den SSS 5 MC tact aca pr on icc Sp poms Hew Cpe ted ye o> Ta ‘Raden Deco fas S35 POAC Rom La ed Dencho de ape Gor ‘Wer sete cto Ios caials pimezoy final de bro de o8 Por su parte, el profesor Elias Diaz se ha seferido al tema de la obediencia al Derecho en unos de trabajos, Rezén prictica legitimidad democrtice, ‘que componen su limo libro «De la maldad estatal 1 le soberania popular» " Tn lcomiensa por diferencia Is obligacén jurdin dle In obligacgn tea; la primera tendsa un carder Iipottico (ee ebedece prs no sufi las conesencas aque impliarta et ineumpineato de Ie ota), en tens la segunda seria est incondicona,necesaia © in liso absolut. Sin embargo, «Esa difereninién —s fala entre dcber moray obligcin,juriica no supone, en modo algune,« an parecer (Jo advierto en tequlda), que no pueda decree nadu desde un punto de vista co en defensn del cumplimiento del Dere tho, © de un concreto Derecho. ¥ no s6lo eso es Jnporante— repeto de Tas norma juridcas con lat gue uno ex de acuerdo. El deber ser jurdio pusde, Sie, comin (in conf) che ber st Gienlaindvideal, Pucden, pes; darse tasones ss {Gundadas) paral cumplimlento del Derecho (y tam: bien raznes de ouo po, o esticamente ia, aun. gue en mayor o menor grado atendbles); pero por Supuesto que pueden darkeigualmente raooce eae (y, con mas bil fundamento,razones no ees, por empl, tenis) para at no cumplimieno, ex dei, fet a’ desobedienca al Derechos, As, ent la Conelasiin del profesor Gonsiuez Vicks, anterior tmenteetads, de que «Mintz que no hay funda: tento in pata a obedinci al Derecho, sf hay un Pate SiGe, Eee price, Ea Ariel, Barons, 1984, ere Ags de Bara Cisvivie, "Fis Dia, De la maldad exeal y e soberania popular, 1 Debace, Made, 1988 . 9 fundamento ico absoluto para su. desobedienciae, ade Elias Diaz; «Pocas duds suscia, a mi modo de ver, la segunda parte de Ia proposicén, aunque yo preferita enunciala en términos que me parecen mas fxactos y expresives, de posbilidad puede baber un fandamento ético absoluto para su desobediencia’) que ce ero, lo que Gonziuiz Vicéx —en exso de diver. fgencia ¥ contraposicién entre norma jurdica y concien- a étiee—, con buenas tazones y desde su propio pun: to. de vista, dictamina. Discrepo, en cambio, de le primera parte de tal proposicién, pues en mi opinién ‘pacde haber un fundamento ético pera la obe- dicneia al Derecho’, lo mismo —y el mismo— que puede haberlo para su desobediencia; es deci, Ia con ‘ordancia 0 discrepancia de fondo entre normas jut Aicas y normas ctieas 0, para decitlo al modo (n0 exen to de esgos) de Goxzauez Vict, la concordanc © discrepancia entre ef Derecho y 1a conciencia étca individual. Repito que, segin sea el carictery In ‘je ‘arguia’ de lor valores en conflict, cabria incluso un ddeber de obediencin respecto de notmas coneretas con las que uno pueda estar en desacuerdo ético» °. En defintiva, &ta seria la tess del profesor Elias Diaz: sf puede haber un fundamento ético tanto para la obe- dicncia como pata la desobediencia al Derecho, deriva: ‘do de la concordancia o dliscrepancia de fondo entre formas juridieas y normas éticas. La ética, como se dice més tarde, suministraria razones y justificacién tanto pata la obediencia a unas norms juridias come para la desobedienciaa otra. En ambos casos el papel Superior de la conciencia ética individual «como ins- tancia ‘el Derechoo queda a salvo. Més con- crctamente: se puede fundar éricamente la desobedien- tia aun Derecho que niegue Ia libertad, pero también * Bites Din, cic, ples. 79 ¥ 80 100 puede haber un fundamento ético para obedecer o més fundamento ético para abedecer que para desobedecer en el caso de un Derecho que la garantce Fl contenido del trio de Elias Diaz es un ané Isis ertio del de Felipe Gowzh.ez Vici, elaborado con la finaidad de demostrar que concuerda con él en 1s insistencia en el valor supremo de la conciencia ética individval y de Ia Uberead de concieneia, pero diserepa cen su negacién de la existencia de un fundamento ético para la obediencia al Derecho, Por i parte hago mia, fen Hineas generales, tanto Ie tesis general sobre las ra ‘zones cits vidas para la obedienciay la desobedien- a al Derecho como dicha finalidad. No obstante, ‘existen dos péfrafos en su trabsjo que cteo deben set materia de alguna objecién. Paso a citalos El primero, ya transcito anteriormente, dice que csegin sea el cardctery Ia jerarguta de los ‘valores en conllicto, cabeia incluso un deber de obediencia res. peeto de normas concretas con las que uno pueda estar fen desacuerdo ético> (pig. 80). Mi objecion va en el Sentido de que en ese caso el deber de obediencia no ‘un deber moral de obediencia, ya que no puede ddarse un deber moral de obediencia a unas normas juridicas simolténco con un desacuerdo étco en rela in con elas, En caso de desacuerdo érco con ella €l deber moral seré de desobedccerlas. Si se asume un ddcber de obedecer a esas normas ser por otro tipe de razones, no de tipo moral: razones politicas en general, eceptacién del eiterio de las mayorias, fide fidad al sistema, te En un trabajo posterior, Ellas Diaz ha matizado Ia copinién que aquf objeto. Ast, ha escrito que «Desde Tego ave hay 3 puede haber razones éticas para des cobedecer al Derecho, incluso al creado por las mayo: 101 sas, cuando en cuestiones seas aqudl choca de verdad, ‘on’ el dictamen de Tn concienca, se entiende de Ta coi de cd ep not Ct, cy gor ‘uno pueda, es que debe (por imperative ético) deso ddecet al Derecho; pero, junto a ello, pienso que hay ¥ puede haber tambign tazones étcas para obedecerlo, y ello no slo en el caso preminente de perfecta con Cordancia com las normas morales de uno mismo» * = ly Din, be jt de te demain Sie soma, Maid ye 98. ‘itp soci + de El Dash io exe porate se Ionics Peele ad Ehada Tenement bates dled 22 Bide tela Toner le 8 tae Witte Bate dns Sie Ege mor de yes saresiny i stn mort (on fr ese ESHA E, of ind cn cand ohanee moraine Sider etl mtu peeing ps Shin ween ae hcl yee eh fst see Saki egos 2 et moporaie Wea sat apes al on ets oe td ‘otcncier fea, ssa pre noeer fecsfenee {acre ol manne Ir tan oo, we Freak Olas ge ok ato i cg, fo; te ssn. Soria emore civ SSF Hay cbs por pura te ee oh ble fas ie oer sacs pe ‘sty mag 2 ln Pubic o> Ne pre {Pema fe sete nes moa Sica Gte cet poe Eva Blew Gor see nae iets hades wie sc quis de howe moe ells SESS ces Saath Soctoer on ‘Shin, scum po ren tre Senos sro de det igponer por mac Figs Sats omic mM gen. Seth Scan ange tenia pen tages Ses , El nico incoove niente de eu pelidacgn, en tod caso, seria st obi Tedundanda, Pies come ya sed en fa tin no hay cos protagonists que protagonists individuals Gomparto al pie del letra Intima afirmacin, do Jive Mocussza, Sin embargo, opiso que no sola imente hay que pare del indviduo'en el Bano éic, sno ye también por ge espe al Dein ay Sue firma tajantemente que no ay otros prota. tists individales que no existenraones de Estado por encima de los interes, neceidadesy derechos de {oe indivdos. Bs una rediccén inconsstnte el pen sr que el indvidullsmo co sive excusivamente para fundamentar la disidencia y In deobedienca Derecho; también seve para hat postble a conv vet te vlads fore stones 9 Hes, eno dein mare jurideeplico democrtico yen definitive, para funamenear Ta ebigacion moral de oedecer al Derecho que ejoe de limita el individua lismo mora, hags poible so descollo occa rer I pasta de lat linea de inventignin y pro- ‘cekn etorial ep estos tease, co De Kant ¢ Mors Ha ‘racon, Bray 'y Derecho, Sistema, 70, Maid ened Se 1Be6, 26. op pa 38. us Cariroco custo. EL RESPETO POR EL DERECHO. ‘TESIS DE J. RAZ Joseph Raz ha expacsto, a su obra The Autorty of Law and Morality ® una tercera actinad en relacin fon el Derecho que no deje de tener interés En la cuarts parte de su obra, Actitudes morales bbaca el Derecho, se trata tanto el problema de ls obi igen de abedecer al Derecho como el de Ia actitad ‘de respeto en relacin con él, Mientras que le respuesta cn exec dea primer aid nea ‘de la segunda ex postiva, «Voy a sostener —escti- be al comicnzo del artculo sobre Lo obligecin de obedecer al Derecho que no existe obligacidn de fobedecer al Derecho, Se acepta generalmente que no fxiste obligacin absoluta o concluyente de cbedecer al Derecho. Voy a sugetir que, incluso, no existe obli- ‘cis prima face de obedeceilo, Tal concepciin pe: * Jowoh Raz, The Aubority of Lam. Essays om Las and Mord, Caren ren, Orford, 1979. Hay rads, ce {lan de Rolando. Tousno © Sunn a Universidad Nac ‘al Auton de Mio, Mezco, 1982, por a que se lar. 47 de ser resultado de ina apresiacén muy. pesimista so- bre el valor del derecho y de sus posibilidades de oma. Mi ergumentacién no se furcamentaré en ext presunciones pesimistas. Voy a argumentar que no bay tuna obliga de obedecer el Derecho aun en vine s0- sdedad buena, en la cual el sistema juridico es justo. En otras palabras, como quiera que uno vea la natu. raleza de tna sociedad buena 0 la forma deseable del Derecho, de esto no se sigue ni, de hecho, de cual quiet otto razonable principio moral, que exista una obligacién de obedecer al derecho» ™, Como se deduce del texto anterior, la postuta. de J. Raz est en clara opasicién con la mia de que existe iuna obligacién moral de obedecer al sistema juridico justo. Una vez presupuesto que no existe ninguna obliga- cién general de obedecer ni siguiera las disposciones juridicas de un sistema juridico bueno y justo, cabe Dreguntarse como hace J. Raz, «gel debe ser la acti- tud de un ciudadano escrupaloso hacia las disposicio. nes juridicas de una sociedad cuyo sistema juridico es, por lo general, Bueno y justo?s. Si no existe un deber general de obedecer ni un deber general de desobedecer cabe pensar que es apro- piado y moralmente permisible no tence Una acttud sgencral en relacén can el derecho, Sin embargo, cabe 77 Ra, La ntoridd del derect, cit, pe. 289 Yee, sn se abajo Antti, op city ple “fargo para MBE. Surin hay ans obliaiso pri {ect de gedeoer al Dees, Wert tba Is tere a Pri Fisie Obligation To Obey The Leo? Publenloorginriamente athe. Yale Law Tonal, vol 82, page 9509161979 9 {laws Waders Puleing Competes, Coa, ‘Stood ction, 1980, ver pape 989 1 7 118 luna nueva acttud, poes De los distintos argumentos 2 que se refiere J. Raz y que avalan su idea de que no existe una obligacién de obedecer al Derecho tiene especial relevancia el ‘que contempla «la posibilidad de considerar un ie tema juridico bueno sin reconocer na obligaciéa de obedover sus disposiciones jusicas». Como el mismo autor sefiala esta idea etiene el ire de paradoja», aun que, afade més tarde, la pariencia de paradoja es ilusoriay, La forma de disipar la aparente paradoja la lleva a cabo considersndo el papel y las funciones esen iales del Derecho en la sociedad y las téenias utiliza das por el Derecho para realizar ese papel, Estas 16 nicasjueidicas son de dos tipos: unas sirven, a través ‘dela existencia de sanciones, para suministrar razones para la conformidad; las owas sefalan, de forma pé blica y determinable, los estindares requctidos por la sociedad organizada, El derecho es bueno si lleva ala Drictica esas dos tGcnicas, ya que O «DERIVADA> DE OBEDECER AL DERECHO «JUSTO» PraMens PARTE: LAS RAZONES DE LA LEGITIMIDAD ‘CONTRACTUAL Carhruto Prinero EL CONCEPTO DE LEGITIMIDAD Voy a partir de un concepto muy general de legiti- ‘midad para posteriormente i reduciéndale hacia el concepto de legitimidad democritica. Para el primer tipo de concepto es de interés la distincién que ha hecho Lachio Levt entre dos significados de legit. dad en el lenguaje ordinario. El uno, genévico, seria casi sindnimo de justicia o razonabilidad, ast habla: rfamos de una decisén legtima 0 de la legitimidad de tuna actitud. El otto significado, mis especfico, seria cf aptopiado para ser utlizado én el lenguaje politico y tendrla como referencia al Estado, Seguin este signi- ficado «se puede definir la legitimidad como atcbuto del Estado que consste en la existencia en una pacte ssevante de poblacin de un grado de consent que asegie la obediencia sin que sea necesario, salvo en easos margnales,recurtir ela fuerza. Por tanto todo poder trata de gamatse el consenso para que se Te re- conozca como legitimo, transformando Ia obediencia fen adhesin Tacio Lev, woe Legimided, en «Dion de Police», : 129

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