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=> : — UN Cronologia. Historia politica de Grecia arcaica y clisica. 594. Solén (Legislador). Liberacién de cargas y divisién timocritica de la poblacién. 560. Tirania de Pisistrato. Recopilacién y publicacién de los poemas homéricos. Auge de la cerdmica atica. 527. Hiparco, hijo de Pisistrato lo sucede en el poder. 525. Dario I conquista Egipto. 514, Muerte de Hiparco y asume el poder Hipias. 510. Clistenes se hace con el poder de Atenas. Divisién administrativa del Atica. Implementacion del ostracismo. Consejo de los 500. 507-506. Confederacién Peloponeso. 499, Rebelién Jonia en Asia Menor. Incendio de Sardes. Inicio de las Guerras Médicas. 494. Destruccién de Mileto. 490. Victoria en Maratén (Milciades). 485. Muere Dario I. Asume el trono Jerjes. 480. Batalla de las Termépilas. Incendio de Atenas y destruct Salamina. ‘ign del Partendn. Batalla de 479. Victoria en Platea (Pausanias). 478. Conformacién de la Liga Maritima Délico Atica 477. Fortificacion del Pireo. Leyes navales de Temistocles: incremento anual de la flota. 465-463. Pericles comienza a dominar la politica ateniense. Decadencia del Areépago. 2 Susana Floretti 462. Anulacién del poder del Areépago por ley de la Asamblea. 454, Traslado del tesoro de la Liga de Delos a Atenas. 449-48, Paz. de Calias. Final de las Guerras Médicas. 446-45. Paz. de los 30 afios entre Atenas y Esparta. re 443. Pérdicas (Rey de Macedonia) fomenta una sublevacién en la Calcidica. Corinto solicita ayuda a Esparta. 434. Guerra entre Corinto y Corcira. 433. Alianza entre Corcira y Atenas. 432. Decreto Megarense. Atenas le niega a Megara la comercializacién con los puertos Aticos. 431. Esparta declara Ja guerra a Atenas. Comienzo Guerra del Peloponeso. 429. Muerte de Pericles. 426. Cle6n domina la politica ateniense. 423. Tregua entre Atenas y Esparta. 422, Muerte de Brasidas (Esparta) y Cle6n. 421. Paz, de Nicias entre Atenas y Esparta. 415. Expedicién a Sicilia. Fuga de Aleibiades. 413. Aniquilacién de la expedicién ateniense. Muerte de Nicias. 412. Paz entre Esparta y Persia. 411. Gobierno de Jos 400 en Atenas, 410, Democracia restaurada en Atenas. 408. Regreso triunfal de Alcibiades. 405. Batalla de Egospotamos (Lisandro). 404. Final de la Guerra del Peloponeso. Lisandro toma Atenas. Destruccién de las fortificaciones. Tirania de los 30. Disolucién de Ia Liga Délico Atica. 380. Isécrates comienza la campatia para la uni6n de Grecia. 378. Comienzo hegemonia ‘Tebana (Pelopidas y Epaminondas). Confederacién maritima Atica. 364. Muerte de Pelopidas. lore Historia de Grecia, Profesora Susans 362. Muerte de Epaminondas. Paz de Tebas y aliados de Esparta. 359. Filipo Il asume el trono de Macedonia. 357. Filipo II toma Antipolis y Pella se convierte en la nueva capital de Macedonia, 356. Filipo II toma Pydna y Potidea. 355. Comienza a destacarse Deméstenes. 336. Alejandro asume el trono de Macedonia. 332. Alejandro conquista Egipto. 330. Alejandro conquista Persépolis. Muerte de Dario III 326. Alejandro llega a la desembocadura del rio Indo. 323. Muerte de Alejandro y disolucién del imperio. Comienzo de los reinos helenisticos. ‘a Susana Flora recia, Profes wo / Ficha n° 1: SAUER, Carl, O.; Hacia una geografia histérica. (Seleccién) El método geogrifico: localizacién terrestre, La forma ideal de descripeién geogréfica es el mapa. Cualquier cosa que tenga en cualquier momento una distribucién desigual sobre la Tierra puede ser expresada por el ‘mapa como un patrén de unidades que ocurren en el espacio. En este sentido, la descripcién geogrdfica podria ser aplicada a un nimero ilimitado de fenémenos. La ubicacién de los fenémenos en el espacio terrestre expresa el problema geogrifico general de la distribucién, que nos leva a preguntarnos sobre el significado de la presencia © ausencia, del agrupamiento a la dispersin de cualquier cosa 0 grupo de variables en términos de extensién de areas. En este sentido ampliamente inclusivo, el método geografico se ocupa del examen de la ubicacién de cualquier fendmeno sobre la tierra. ‘La naturaleza hist6riea de la cultura Si coincidimos en que la geografia humana se ocupa de la diferenciacién en areas de Jas actividades Iumanas, nos enfrentamos de inmediato a las dificultades del ambientalismo. La respuesta ambiental es el comportamiento de un grupo dado en un ambiente dado. Tal comportamiento no depende de estimulos fisicos, ni de la necesidad légica, sino de habitos adquiridos, que constituyen su cultura. En cualquier momento dado, el grupo ejerce ciertas opciones de conducta, que proceden de las actitudes y debilidades que ha aprendido. Una respuesta ambiental, por tanto, no es més que una opcién cultural especifica con respecto al habitat en un momento particular. Si pudiéramos replantear la vieja definicién de la relacién del hombre con su ambiente como el vinculo entre habitos y hibital, resulta evidente que el habitat es reevaluado o reinterpretado con cada cambio de los habitos. La idea de ciencia que previeron Montesquieu, Herder y Buckle fracasé porque sabemos que la ley natural no se aplica a los grupos sociales, como Jo pensaron cl racionalismo del siglo XVIII y el ambientalismo del XIX. Hoy sabemos que “ambiente” es un término de valoracién cultural, que por si mismo constituye un “valor” en la historia de a cultura, B Un rasgo o complejo cultural se origina en un momento determinado en una localidad particular. Gana aceptacién ~ esto es, es aprendido por un grupo ~ y es comunicado o se difunde hasta que encuentra resistencia suficiente, sea por condiciones fisicas incompatibles, por parte de rasgos altemativos, 0 por disparidades de nivel cultural. Estos. son procesos que implican tiempo, y no s6lo tiempo cronologico, sino y sobre todo aquellos momentos de la historia de Ja cultura en que el grupo cuenta con la energia para la invencién, o con la receptividad para adquirir innovaciones. ‘La geografia humana como geografia histérico — cultural EI érea cultural, en tanto que comunidad con una forma de vida, es por tanto un crecimiento que ocurre en un “suelo” u hogar particular, una expresién histérica y geogrifica. Me atreveria a decir que cada grupo de hombres ha construido su habitacién en cl punto que para ellos ha sido més adecuado. Sin embargo, para nosottos (esto es, para nuestra cultura) muchos de esos sitios parecen haber sido seleccionados de manera aberrante. Por tanto, como una precaucién preliminar, cada cultura o habito debe ser valorada en términos de su propio aprendizaje, y el propio habitat debe ser visto en términos del grupo que lo ocupa. Ambos requisitos implican una severa demanda sobre nuestra capacidad de interpretacién, El gedgrafo no puede estudiar casas y pueblos, campos yy fibricas, en lo que respecta a su ubicacién y su razén de ser, sin preguntarse por sus origenes.'No puede tratar la localizacién de actividades sin conocet el funcionamiento de la cultura, los procesos de vida en comunidad del grupo, y solo puede hacer esto mediante la seconstruccién histérica. Si el objetivo consiste en definir y entender las asociaciones humanas conio crecimientos en areas, debemos descubrir e6mo han Ilegado a ser lo que son en sus distribuciones (asentamientos) y sus actividades (uso de Ja tierra). Tal estudio de éreas culturales es geogratia historica, La calidad de la comprensién que se busca depende del andlisis de origenes y procesos. Lo retrospectivo y lo prospectivo son fines diferentes de Ja misma secuencia. Fl presente, por tanto, no es mas que un punto en una linea, cuyo sr Hevada desarrollo puede ser reconstruido desde sus inicios, y cuya proyeccién puede hacia el futuro. le Gre. jade J Fieha n° 2; VINAO FRAGO, Antonio; Tiempo, historia y educacién. (Seleccién). {Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me pide que lo explique, lo sé; si quiero explicarlo a quien me lo pide, no lo sé”. En estas tan conocidas palabras del capitulo XIV del libro XI de Las confesiones de san Agustin se halla ya implicita, con independencia de la explicacién posterior, la dificultad —mas bien imposibilidad— de proporcionar una conceptualizacién y caracterizacion del tiempo ajena a la pluralidad de experiencias del mismo.Frente a la parad6jiea nocién de un tiempo intemporal —abstracto y a Ia vex absoluto—, frente a un homogéneo y continuo, infinito y regular tiempo fisico —por ello mensurable—y al también lineal tiempo cronolégico—el de los anales y las erdnicas, el de Ja historia anecdética—, ese tiempo “que es materia de Ja historia” se define como un tiempo miiltiple y plural {Qué significa que el tiempo social y humano es un aspecto de la construccién social de Ja realidad? En primer lugar que, como advierte Luhmann, no hay confundir cronologia y tiempo. Ademas, que esta construecién es consecuencia e implica el establecimiento de unas determinadas relaciones entre el pasado, el presente y el futuro, de una determinada “temporalizacién de Ja experiencia en relacién con un presente también determinado» (Luhmann, 1992: 166-168). El tiempo es una “relacién”, no un “flujo”. Se puede hablar, por supuesto, de la flecha de un tiempo determinado, de su irreversibilidad (Pomian, 1990: 387-388), pero lo caracteristico del tiempo humano es esa “facultad especifica humana para tener una vista de conjunto y relacionar lo que, en una serie continua de hechos, sucede “mds temprano” o “més tarde, “antes” 0 “después 1 Papel fundamental desempena la memoria en este acto de representacién en que vemos junto lo que no sucedié al mismo tiempo. Asi pues, si me refiero a la facultad de sintetizar, hablo de la capacidad humana de imaginar cémo presente algo que, en realidad, no lo esta, y relacionarto con lo que en verdad sucede aqui y ahora, Se trata de una manifestacién de la facultad humana de sintesis, que desempema un papel decisivo en todas las formas de iorelt determinar el tiempo. Digdémoslo con mayor precisién: seria absurdo formular que ahora ‘son las cuatro si no se tuviera en cuenta que antes eran las dos y después serén las seis. Conceptos como “antes” 0 “después” son manifestaciones de la facultad humana de representarse juntamente lo que no sucede al mismo tiempo y lo que los hombres viven como sucesos no simulténeos” (Elias, 1989: 86) En su configuracién influyen, como dije, el lenguaje, los instrumentos de medicién, control o aprehensién del tiempo, las interrelaciones entre las diversas modalidades y niveles temporales que coexisten en una sociedad y la memoria cultural de la misma. Un conjunto de aspectos, todos ellos, estrechamente relacionados. En definitiva, el ser humano no inventa por si mismo la nocién de tiempo, sino que aprende, desde su infancia, tanto dicha nooién como la construccién social que es el tiempo —su estructura, peso, sentido, efectos..—, una construcci6n a la que esta indisolublemente unida. El tiempo es ‘una invencién, una construccién humana, y la representacién que los seres humanos se hacen del misma, el sentido que le asignan, depende, sobre todo, de los aspectos indicados ‘Tiempo y lenguaje Somos realidad; formamos parte de la realidad, pero s6lo tenemos acceso a ella, de manera indirecta, a través de nuestras formas de representarla (Egan, 1991:103). Una de estas formas es el lenguaje, la palabra hablada o escrita. Varias son las consecuencias de este hecho (La) diversidad lingtfstica puede afectar a varios aspectos de la dimension y representacién temporal de la realidad humana. ‘A) Puede afectar, por ejemplo, a las mismas categorias de medicién del tiempo. Y, en este caso, tanto a la denominacién de los intervalos —eras, siglos, décadas, lustros, afios, meses, semanas, dias, horas, minutos, segundos..—, como a los modos de expresar dicha medicién. Asi, en efecto, podemos referimos a un periodo en si mismo y a su duracién — por ejemplo, dos siglos, treinta afios, un sexenio, veinte afios y un dia— o, en términos mas relacionales, a la ubicacién temporal de un hecho en relacién con otra categoria de medicién pasada o futura, Grecia. Profesora Susi ees PITT — B) La diversidad lingitistica en relacidn con el tiempo afecta, asimismo, a los conceptos y frases que expresan su transcurso o una relacién o referencia temporal, asi como a su existencia 0 inexistencia y a su significado o sentido. Algunos de estos términos —nombres 0 adverbios— son clara y directamente temporales: antes/ahora/después, pasado/presente/futuro/, ayer/hoy/mafiana, todavia, ain, cuando, entonces, siempre, nunca, jams. Son términos que remiten a unas determinadas estructuras y relaciones temporales; su uso implica,’por tanto, un pensamiento relacional y de esis. Otros suponen algin tipo de interaccién o referencia a lo temporal. Al igual sucede con el pasado, el tiempo de Ia memoria y de la historia. Su idea fundamental es Ia ireversibilidad. La conciencia del tiempo, su percepeién y la construccién, por tanto, de la nocién del mismo son operaciones mentales cuyos resultados difieren en funcién de la diversidad de formas verbales. No sélo en razén de este aspecto, como se esti viendo, pero fundamentalmente en razén de él, No en balde esta forma gramatical con constituye, como se indicé. “la més perfecta imagen, el mas natural testigo y la primera conciencia det tiempo" (Criado del Val. 1992: 25). D) Esta diversidad afecta también, por tltimo, a las distintas maneras de nominar el tiempo, a las denominaciones que en una lengua o cultura recibe tal idea, a sus significados y ala evolucién de los mismos. Ahora aludiré, con més detalle, a la distincién entre krénos, aién y keirds, los tres nombres que en la Grecia eldsica se utilizaron para referirse al tiempo. La distincién es conocida. Krénos serfa el tiempo medible, singular, un intervalo de tiempo determinado, el tiempo objetivo. Por ello, por ser algo comiin a todos los tiempos determinados—el af, el dia, el mes, la hors — este término vino a significar “el Tiempo con mayiiscula.., que los griegos identificaron con el dios Kronos”, Aién, que en principio significaba aliento o fuerza vital, pas6 a ser la palabra utilizada para designar, primero, “las grandes exas o edades de la vida del mundo” y, después, la eternidad “concebida como totalidad simultanea de todos los tiempos”. Con el término kairés se queria indicar “el momento adecuado, la ocasién propicia, a oportunidad”, es decir, un momento, un => intervalo breve no ubicado en el presente, en el ahora —el nyn—, sino en el pasado o en el porvenir (Campillo 1991: 39-40 y 60-67; Chantraine, 1990: 42-43, 480-481 y 586). ‘Aiin siendo a distincién relevante como ejemplo que muestra la correspondencia entre palabra y pensamiento — zc6mo pensar en algo no nominado? ;eémo nominar algo no pensado?— y la evolucién del significado de unos términos determinados en una misma lengua y cultura, no Jo es menos el distinto uso que los filésofos griegos hicieron de ellos. Como ha advertido Antonio Campillo (1991: 60-67), lo que les preocupé, y a lo que dedicaron su atencién, fue a la diferencia y relaciones entre krénos y aién, entre el tiempo y la etemnidad. El término kairés no fue objeto de definicién o andlisis sistemético. Su reino era el de la accién y decision, un saber practico y no un saber cientifico. En él habia opiniones —doxai— no ciencia, En todo caso.era un saber instrumental. Fundamental, por ejemplo, para el médico, el orador, el artesano o cl politico; en suma, para la vida prictica, donde no parecia posible observar o establecer leyes. De ahi que esta cuestidn, el kairés, si fuera objeto de atencidn, entre otros, por los retéiicos o, desde una posicién diferente, por Aristoteles en su Etica a Nicémaco, al referirse a “una ciencia de la oportunidad” como un aspecto de la ética. Medicién, control y percepeiin del tiempo {Qué medimos y, por tanto, qué captamos cuando medimos el tiempo?,Qué concepcién, qué sentido y uso del tiempo genera, o al menos promueve, una u otra forma de medici6n y control? ‘Ambas preguntas sugieren al menos tres cuestiones. Una es la de Jas relaciones entre el control del tiempo y el poder social. Como ha expresado Le Goff (1991: 185) “en una sociedad la intervenci6n de los que defentan el poder sobre la medicién del tiempo es un clemento esencial de su poder”. De ahi que el calendario, la distribucién.y apropiacién del Protesora Susai tiempo —como Ja del espacio— haya sido siempre uno de los instramentos del poder politico, religioso © laico. Junto a la apropiacién se hallaba —se halla— asimismo el control de su aplicacién. Un control audible, visible y a la vez simbélico Una segunda cuestién...es la de las relaciones, en este tema, entre la naturaleza y el ser bumano, ...relaciones...en las que el tiempo es aprehendido y las actividades reguladas a partir de acontecimientos cfclicos de Ja naturaleza...y progresivamente disociadas como consecuencia de esa ilusién de dominio del tiempo —tirania del mismo— que implican la precisién, exactitud y normalizacién ligadas a determinados cambios productivos sociales...y materiales... Los dos hechos més caracteristicos de este proceso quizas sean la normalizacién y determinacién a escala mundial del tiempo en horas, minutos y segundos y la practica generalizacién del reloj familiar e individual a partir de su primer uso social, mds ostentatorio que utilitario, entre las clases altas del occidente europeo La tercera cuestién es...: el modo de medir y captar el tiempo condiciona y promueve una percepcién determinada y no otra del mismo; es decir, la nocién del tiempo, la construccién social y mental que es el tiempo es también resultado, entre otros factores, de los medios, referencias o tecnologia que utilizamos para hacer visible y audible algo que ni se ve ni se oye. El reloj mecénico, por ejemplo, no slo permitié una sincronizacién mas exacta de las acciones de los hombres, convirtiéndose, de este modo, en “la maquina clave de la modema edad industrial”, sino que también era una méquina productora de energia “cuyo producto” eran las horas, los minutos y los segundos... Una nocién diferente, por ejemplo, a la que ofrecian los relojes de agua —clepsidras— o de arena y diferente, asimismo, segiin su configuracién y mecanismo. Tanto en el reloj de arena como en el de agua hay una doble percepcién material: la del tiempo transcurrido —el agua o arena que reposan en el fondo del recipiente— y la del que falta por transcurrir —lo que resta en la parte superior del mismo— ..El tiempo pasado no se pierde. Sus restos quedan ahi, como Ia memoria, \crementindose, El relo} numérico, por el contrario, es presente puro; sélo presente... Al pulverizar el espacio, el tiempo queda reducido a una “sucesién absurda de sora Su instantes aislados”... Solo un desgranamiento de los segundos. El tiempo no transcurre, salta. Lo que se nos offece es una visién numérica del mismo, “instantes congelados” que desaparecerin en la nada” (Wassef, 1991:33 y 36). Modalidades y niveles del tiempo humano EI tiempo humano, en cuanto construccién social, es miiltiple y plural. Esta pluralidad guarda una estrecha relacién, como se ha visto, con el lenguaje—las formas de nominarlo o de referirse a él— y con los modos de controlarlo, medirlo y percibirlo. Pero no sélo se trata.de una pluralidad intercultural. Es también intracultural. Es decir, la arquitectura temporal, las modalidades niveles del tiempo humano, difieren de unas sociedades 0 otras y, a su vez, dentro de cada sociedad. O, sise prefiere, cada sociedad posee una estructura o relacién propia de tiempos diversos. No de un solo tiempo, sino de una diversidad de modalidades o niveles del mismo. Esta estructura, en cuanto red de relaciones, posee,” ademas, un doble caricter opcional —diversas posibilidades de encajar y relacionar dichas modalidades o niveles— y constrictive —limitaciones a dichas posibilidades, imposiciones—, integra, a la vez, el tiempo personal, el grupal —el de la interaccién y el organizativo o institucional—y el socio-cultural (Lewis y Weigert; 1992) Memoria individual y memoria cultural La memoria es selectiva. Como Jo son el olvido y el aprendizaje. Pero, como el tiempo, es también multiple. Ademis, sita lo recordado en el tiempo, en un tiempo determinado y en relacién con otros hechos y acontecimientos. Constituye, pues, un elemento clave para estructurar esa red de relaciones que es el tiempo. Una red de relaciones que se configura, de modo interactivo, tanto en los individuos como en los grupos. ¥ en cada uno de ellos # su vez, también de modo interrelacionado, en diversas modalidades o formas. En este caso también, como en el tiempo, no hay memoria sino memorias. ‘A) La memoria individual... puede referirse al simple recuerdo de textos, cuentos, chistes, anéedotas, frases, hechos, espacios y recorridos de una ciudad o cualquier otra circunstancia... incluye ... habilidades y habitos de indole artesanal ... y social... Y que, en su dimension més profunda, constituye el elemento bisico de la nocién del yo, de la jidentidad personal, Esta tltima dimensién de la memoria individual se construye, en parte, — tii sobre la conciencia temporal, sobre la revisién biogréfica de! pasado... Esta memoria es la que configura Ja unidad del sujeto que recuerda y evoca. B) La memoria cultural —colectiva o compartida, segin otras denominaciones— se forma a partir de unos soportes, en unos lugares y mediante unas précticas sociales también determinadas, en bastantes casos de indole institucional: es decir, en el seno de instituciones expresamente configuradas para conformarla, conservarla y transmitirla Tiempo e historia —o los tiempos de la historia— Hay un “tiempo que es materia de la historia”, un tiempo no tinico ni lineal, sino miiltiple y diverso. El historiador, continua Le Goff, debe “tratar de definir esta pluralidad» de tiempos y “ver las relaciones que existen entre ellos”. Ademés, debe «ampliar la idea de tiempo con la de memoria” y hacer la historia de la memoria (Maiello, 1988: 74-78). La historia, pues, tampoco mantiene un solo tipo de relacién con el tiempo, no posee una dimensién temporal tnica ni remite a una Gnica nocién del mismo, Sin embargo, en sus conversaciones con Georges Duby, Guy Landreau le preguntaba, por una conereta y especial relacién existente entre la historia y el tiempo. Una relacin marcada por esa al parecer “misién especffica del historiador” que diferencia la historia de otras disciplinas: la de “hacer prevalecen sobre cualquier otro delirio de comparacién, el rigor de lo cronologico”. En su opinién, “la cronologfa-es absolutamente decisiva para la historia”; hasta tal punto, decia, que “no hay historia si no hay un trabajo cronolégico”, o * (Duby; 1988: 55-56). Si hay varios tiempos, si el tiempo es una construccién social, no podemos sea, “més que alli donde se es capaz de establecer una cronologii “confundir cronologia y tiempo». Pero tampoco podemos desconectarlos La cronologia “compara e integra movimientos que no estén presentes en simultancidad; establece relaciones entre el pasado y' el futuro” y “liga la experiencia del cambio en la vida cotidiana con Ia estructura relacional del tiempo”. Como “la relevancia del tiempo. depende de la capacidad para mediar las relaciones entre el pasado y el futuro con un presente”, la cronologia promueve, por si misma, una determinada experiencia y coneiencia temporal que se articula a partir de ella (Luhmannn; 1992: 165-168). {Qué es una fecha? Por de pronto un ndmero dentro de una serie de ellos. Pero no sélo eso. Es también un tiempo cualificado por un acontecimiento que le da sentido... 1492 puede ser, y lo ¢s, el titulo de un film, pero sélo porque dicha fecha sugiere o dice algo al que la oye o lee. Tiene un significado en general conocido —o varios significados, por no decir multiples—, como lo tiene 1789 para un europeo ——sobre todo si es francés— 0 1936 para un espafiol. La eronologia une fechas y acontecimientos y, al unirlos, ubica a estos iiltimos en un espacio temporal determinado dandoles un sentido y relacionandolos con otros acontecimientos que quedan situados, de este modo, antes, después 0 en el mismo intervalo. La cronologia permite las periodizaciones historicas —décadas, siglos, edades, eras— , asi como la ubicacién temporal de aquellos procesos 0 movimientos que reciben una denominacién determinada —Hustracién, Renacimiento, Reforma, Revolucién industrial La divisién en siglos es. Por supuesto, puramente convencional. Se habla del fin o del prineipio de un siglo como si algo terminara o empezara. De hecho, nada termina 0 empieza salvo el siglo. La divisién en edades y la periodizacién de procesos como los indicados, plantea un problema adicional. Lo usual, en estos casos, es buscar una fecha significativa como comienzo o final —por ejemplo, 1492 y 1789 para la Edad Modema De hecho, también es ésta una convencién... El cardoter convencional de la eleccién se hace evidente cuando tratamos de aplicar tales fechas o criterios a otras culturas 0 civilizaciones. (...) Una fecha no es un mimero. Como en un partido de tenis, cada punto es tun punto, pero algunos de ellos cobran una relevancia especial por su relacién con otros,,.De ahi que el “rigor cronolégico” sea necesario para “establecer relaciones” y de ahi, también, «el peligro» de alos largos paseos transdiacrénicos» y del recurso a los “datos pricticamente infechables”. “Fechar siempre fechar, lo més aproximadamente posible y ubicar en el espacio” son dos tareas necesarias. Esta dimensién relacional de la cronologia y del tiempo plantea al historiador un doble problema de enfoque. Donde situarse, 0 bien desde dénde escrutar lo ya acontecido, constituiria un primer dilema. Qué lapso de tiempo cubrir, 0 cémo unir tiempo y recreacién, seria una segunda cuestién. Ambas remiten a la pluralidad del tiempo histérico. Susana de Gre

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