Miraflores ha planteado un sistema para conservar su patrimonio cultural que
podra ser revolucionario. Si el centro de Lima est lleno de casonas que son patrimonio cultural pero que al mismo tiempo estn abandonadas, tugurizadas y cayndose, no es solo, ni tampoco principalmente, por una ausencia de conciencia cultural en la ciudad .Si el beneficio de mantener esas casas en buen estado superase a sus costos, aquellos dueos que contasen con suficiente capital para mantenerlas ni requeriran tener mucha conciencia cultural para invertir en ellas. Y los dueos que no tuviesen este capital no tendran problemas en encontrar compradores dispuestos a pagar buenas sumas por ellas. Para decirlo parafraseando a ese gran cultor de nuestro patrimonio que fue el arquitecto Hctor Velarde, el principal enemigo de estas casonas no son los terremotos, el desgaste del tiempo, la contaminacin o, incluso, la incultura: son las autoridades. Ms concretamente, la forma con que estn diseadas nuestras normas de patrimonio cultural. En efecto, en un afn de salvarlo todo, nuestras normas permiten alterar casi nada, y, consiguientemente, limitan enormemente -en muchos casos totalmente- los usos que se pueden dar a un bien (incluso como un vivienda)